• juan carlos reyes cruz
juan carlos reyes cruz
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  • País: Chile
 
Ingreso   al  silencio Extendió    sus  brazos  protectores, Fuimos   uno  en   la  inmensidad, Necesite   tanto  de  el,   como  el  de  mi Mi  alma   encontró  calma,   mansedumbre, Saciedad   en  las   dudas  que  dibujaban   La  necesidad  de no  sentirme  desamparada,  En  la  espera  de  mi   misma. Entenderme,  huirme,  enfrentarme   con  mi   yo, Me   habla  alejando  la  memoria, Me   envía  compañía,   mi  propia   sombra. Revestida    de  grandeza. Saber   que   vivo,    no  en  la  soledad. Sino  en  la   vereda  de   la  propia  huella   Que  ha  ido  marcando  mi  andar  por  esta  existencia  mía. Al  cabo,  mi  vivir,   se  afianzo  En  la  comprensión  de  los  hombres, En  el  entendimiento   de  ser  una   más, Entre  todos,  puede  haber   una  diferencia, Quizás   la  de  no  callarme,   no  cerrar  puertas, De  ser   obstinada,  con  el  uso  de  mi  tiempo, No  perderme  en  el  abismo  de  utopías, No  entregarme   aun   viéndome  vencida. El  coraje  traza   fuerzas,   valentías. Me  nazco  cada   día Porque   alguien   espera   por   más, .quisiera  a veces  no  tener  destino. Pero  me  busca.  Me  conduce, Acaricia    mis  sentimientos. Pincela  mi  ruta,   traza  mi   horizonte. Entonces, Me  invento  cada  mañana. El  silencio   acuna  mis  emociones. Me  lleva  a  perderme  en  su  playa   desierta, Pero   él  se  pierde    en  mí... En  la  arena  del  fuego. 
Te acojo con el calor,de mis labios ardientes. Te desnudo con la pasión.que fluye por mis venas. Te visto.con los ojos del alma.
TE ACOJO
Autor: Elvia Gonzalez  1182 Lecturas
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¿ AMIGO, MÍO ?
Autor: Marìa Vallejo D.-  1560 Lecturas
Quédate   en mis  brazos                   Así   el  alba  nos  sumergirá   en  su  claridad.                                                        Nos  atara   en  un  solo  torcel.                                                                    Nos  abrigara   en  su  tibieza.                                                                                                                      Quédate                                                                         Vestiré  mi  cuerpo   de  cielo.                                            En  el  amanecer  que  nos   cobija.        Transitando  los  alientos, que  no  desean  escapar.   Quédate          Vestiré  mis  noches  de  fuego.                                    Reviviré   la  pasión   dormida.                                                  No  tiene   alas,   es  solo   la   tardanza.                                                                                                                             Quédate                                                                                      El   alba   nos   despertara.                                                     Arropados  de  nuevos  trajes.                             Cantos   y  aleteos  de  mariposa.   Quédate       No  te  ofrezco  un  momento.                 Si,  ser  compañero   de  mis  días.                                            La   soledad   tocara  otra  puerta.
TAN SOLO QUEDATE
Autor: Elvia Gonzalez  1130 Lecturas
Por Roberto Gutiérrez Alcalá  Carlos Reinoso era mi ídolo. Cada vez que yo salía al parque a patear el balón con mis amigos, tenía en mente sus recortes, sus pases precisos, sus tiros chanfleados al arco enemigo, y trataba de imitarlo. Incluso, cuando esperaba a que el partido se reanudara, ponía las manos en la cintura, igual que él. En aquella época, yo era un mocoso de doce años, y si alguien me hubiera preguntado: ¿eres feliz?, sin duda hubiese contestado: no. Las causas de mi infelicidad eran básicamente dos: todos los días debía levantarme tempranísimo para asistir a una escuela que semejaba un reclusorio (con celda de castigo incluida); y, una vez que me soltaban en la tarde y regresaba a casa, no podía jugar hasta que hubiera terminado, de cabo a rabo, la tarea. Puedo decir que sólo cuando estaba en posesión -o detrás- de una pelota me sentía libre. Todo lo demás me tenía sin cuidado: las peleas de mis padres, los vecinos, el clima, la contaminación, la economía nacional e internacional... Mi sueño era convertirme en un jugador profesional, integrar las filas del América y participar en un Campeonato Mundial con la Selección. Y a él me entregaba con pasión cuando lograba zafarme de mis obligaciones escolares. Por supuesto, no me perdía ningún partido del América, ya fuera por televisión o en el mismísimo Estadio Azteca, acompañado por mi padre. Y Reinoso –quien había llegado a ese equipo en 1970, poco después del Mundial más lindo de la historia- era mi maestro. Yo lo consideraba el summum de la creatividad, la elegancia y el talento futbolísticos. No había nadie como él (excepto Pelé, claro). A veces, en lugar de organizar un partido con mis amigos, prefería subir solo a la azotea del edifico e imaginar que, enfundado en el uniforme crema, con el número 8 en la espalda, yo era Reinoso, y que driblaba a cuanto adversario me salía al paso antes de marcar un golazo... En la temporada 70/71, el América ganó el campeonato de liga bajo la batuta del chileno. Y en la siguiente -71/72- estuvo a punto de repetir la hazaña pero, en la final, Reinoso y sus compañeros se toparon con un Cruz Azul inspirado que los apabulló cuatro goles contra uno. En esa ocasión, frente al televisor, no pude contener mi tristeza, y, sin importarme que estuvieran presentes varios de mis familiares, lloré amargamente, desconsolado. Ahora se disputaba el torneo de copa 72/73. Y hacía apenas unas semanas mi padre me había llevado al Estadio Azteca, donde tuve la oportunidad de ver en vivo y a todo color cómo Reinoso aprovechó que el guardameta del Atlético Español, Vázquez del Mercado, estaba demasiado lejos de su portería, para meterle un maravilloso, soberbio gol desde media cancha. Una noche, cuando ya me hallaba acostado en la cama, a punto de dormirme, mi madre entró en mi cuarto y me anunció que había conseguido una entrevista con Reinoso. Quedé anonadado. Ella trabajaba como reportera de una revista femenina y, puesto que Reinoso gozaba de una creciente fama tanto entre los hombres como entre las mujeres (aunque chaparro, era apuesto, galán), había pensado que bien podía entrevistarlo y escribir un reportaje que destacara no sólo sus dotes como estrella deportiva, sino sobre todo su faceta como esposo y padre de dos pequeños hijos. -¿Cuándo? –le pregunté. -Pasado mañana -respondió. -¿Dónde? -En su domicilio particular. -¿Y me vas a llevar? -Sí. A partir de ese instante mágico no tuve otro pensamiento en la cabeza que no girara alrededor de la futura entrevista. Al día siguiente les comuniqué la buena nueva a mis amigos. Primero me tildaron de hablador; luego, al verme tan entusiasmado por la perspectiva de conocer en persona a Reinoso, me creyeron, y a lo mejor hasta me envidiaron un poquito. Quién sabe. El día ansiado llegó. Mi madre me recogió en la escuela y nos dirigimos a la colonia Nápoles, donde Reinoso y su familia vivían en un departamento de la calle de Pensilvania. Mi madre estacionó el auto y bajamos. Entramos en el edificio, llamamos el elevador y subimos hasta el tercer piso. Mi madre tocó el timbre del departamento 301, y esperamos. Las manos me sudaban. Abrieron la puerta. -¡Hola!, pasen, pasen... No era posible... ¡Ahí estaba frente a mí, vestido con unos pantalones de mezclilla y una camisa blanca de manga corta, Carlos Enzo Reinoso Valdenegro, el más grande jugador del futbol mexicano, el estratega que comandaba al América como un general dirige a su ejército, el hombre que hacía con el balón lo que se le pegaba la gana! Cruzamos la puerta y nos encontramos con una mujer joven, de pelo corto y negro. -Buenas tardes –nos dijo, y nos tendió la mano-. Soy la esposa de Carlos. -Buenas tardes –respondimos al unísono mi madre y yo, y la saludamos; y a continuación mi madre añadió-: Éste es mi hijo Roberto. Reinoso, quien ya se había dado la vuelta después de cerrar la puerta, me puso una mano sobre la cabeza y preguntó: -¿Te gusta el futbol, Roberto? -¡Sí! –respondí-. Y soy americanista y, para mí, usted es el mejor jugador de México. -¡Es una agradable sorpresa oírte decir eso! –dijo Reinoso, y me revolvió el cabello cariñosamente. -Adelante, por favor –dijo la mujer, y nos condujo a la sala. Yo me senté junto a mi madre en el sofá; Reinoso y su esposa ocuparon dos sillones individuales. Al rato, un niño de unos cuatro años y una niña todavía más pequeña, de unos dos, ambos con el rostro adormilado, hicieron su aparición por el pasillo. -Son mis hijos –dijo Reinoso-. Saluden, niños. -Hola –dijeron ellos. -Hola -dijimos nosotros. Mientras nos tomábamos un refresco que nos trajo la sirvienta, mi madre se encargó de preparar el terreno para la entrevista propiamente dicha. Les preguntó a Reinoso y a su esposa en qué lugar de Chile habían nacido, cuándo se habían conocido, cuánto tiempo había durado su noviazgo, dónde se habían casado... Yo escuchaba atentamente las respuestas y de tanto en tanto paseaba la mirada por aquel departamento para guardar en mi memoria cualquier detalle que hiciera más verídico el relato que ya planeaba contarles a mis amigos. Al cabo de unos minutos pasamos al comedor. -Voy a prender la grabadora –dijo mi madre. -Sí, muy bien –dijo Reinoso. La entrevista se centró en la vida familiar del crack chileno, si bien era inevitable que mi madre se refiriera frecuentemente a su actividad profesional. Hacia las cuatro y media terminamos de comer y nos levantamos de la mesa. -El fotógrafo no ha de tardar en llegar –dijo mi madre. -Aquí lo espero, no te preocupes –dijo Reinoso, y luego volteó a verme y preguntó-: Bueno, ¿y tú, Roberto, no juegas futbol? Cómo decirle que lo único que deseaba era jugar como él y que para ello practicaba a diario -en compañía de mis amigos, en el parque; o solo, en la azotea- las jugadas que lo veía hacer en la televisión o en el estadio. Era demasiado. No podía permitirme ser tan sincero. Por eso dije únicamente: -Sí, me encanta. -Y parece que es bastante bueno, según he oído –agregó mi madre. -¿No te gustaría formar parte de la fuerzas inferiores del América? -¡Sí! Reinoso, entonces, se encaminó a una de las habitaciones. Un momento después salió de ella y me alargó una tarjeta de presentación (llevaba su nombre y el escudo del América impresos), garabateada de su puño y letra. Leí: “Profe X.: Roberto es mi amigo. Échele un ojo. Juega muy bien. Se lo encargo mucho. Gracias.” El reportaje se publicó al poco tiempo y fue un éxito. Yo, por mi lado, me presenté casi de inmediato -con la anuencia de mis padres, pero bajo ciertas condiciones que me impusieron- en las instalaciones del equipo crema, en la calle del Toro número 100, en Coyoacán, para mostrarle la tarjeta al Profe X., quien, luego de leerla y devolvérmela, dijo: -Vamos a ver si es cierto... Y sí era cierto que poseía algunas cualidades futbolísticas: dominio del balón, habilidad, velocidad, enjundia; sin embargo, nunca pasé de jugar en ligas amateurs los fines de semana; eso sí, siempre teniendo en mente, como un modelo insuperable, la técnica, la maestría, el arte supremo de Reinoso.
Con te non mi sento Con te non faccio rima. Con te, la natura diventa inerte. Con te, tutti i miei colori diventano grigi. Con te, l'estate diventa inverno e la mia anima diventa pietra. Con te sono diventato freddo. E con te ho imparato a non amare tanto quanto ieri. Con te non soffro più, non sento più e non piango più. Perché con te o per te non vivo.
Con te non più
Autor: Elen  444 Lecturas
  Rechazo a David   No soy Julieta, ni tú Romeo No soy de Verona, ni tú de Italia No eres Shakespeare, ni poeta No eres romántico, ni amoroso   Solo te importa el silabeo Sólo te importa la rima Sólo te importa la cadencia Sólo te importa la concordancia   No me importa el silabeo No me importa la rima, ni la cadencia No me importa el romanticismo No me importa el poeta de apariencia   Sólo me importa el verdadero amor Sólo me importa la valentía y honor Sólo me importa el verdadero ser Sólo me importa el sentimiento de amor  
RECHAZO A DAVID
Autor: Lucy Reyes  1092 Lecturas
  ´´No es escritor aquel que logra la rima perfecta, sino aquel que consigue tocar el corazón de los demás´´.                                                                                                       ˜Josibel Martínez
Escritor
Autor: Josibel Martínez  834 Lecturas
Una Mama Común. Se escuchan tantas historias de las madres, que a la final todas vienen siendo casi iguales, eso sí, con frases y gestos diferentes, cada una de nosotras tenemos nuestra personalidad y manera de criar a nuestros pequeños y mantener una familia unida. Son tantas y tantas historias que por supuesto las mías también se suman, que no sé como comenzar, pero como Madre de verdad quiero contarlas, ya que me asombra el hecho de que somos todas iguales o mejor dicho casi iguales, las personalidades son todas diferentes, pero la manera de criar o regañar, castigar, de dar esas nalgadas, esos griticos, ese amor, cariño, caricias y pare de contar que nos provocan nuestros pequeños son todas iguales. Pero no quiero hablarles solo de mis historias vividas, quiero hablarles de esa mama que se levanta temprano, para hacer la lonchera de sus pequeños, prepara el desayuno para todos, o si son varios desayunos, porque tiene niños que nos les gusta comer iguales o simplemente hay alguno que es alérgico a algún vegetal, fruta, condimento, proteína y etc.. Luego a prepararlos, vestirlos, cepillarlos, despertar al esposo, llevarlos al colegio o dejarlos con el transporte, se va a trabajar, y después sale corriendo para hacer almuerzos, cenas, bañar a los niños, contar cuentos, sentarse a la mesa con el esposo, una charla corta y a dormir, se lee cansado verdad? Pero allí no termina todo. Pues sí, esas somos nosotras las Madres, trabajadoras que nunca paramos, nunca descansamos, somos las que estamos pendiente de todo, las comidas, las medicinas, las tareas, las salidas, de preguntar como estuvo su día de cole y de trabajo, de no demostrar el cansancio delante de nuestros hijos, y todavía así, atendemos a nuestras parejas hasta morir, no tenemos ni idea de que;es un descanso y menos enfermedad que nos tumbe, pero si mis amigas, merecemos un descanso de vez en cuando, y  para allá voy. Nuestra vida no suele ser solo ser Madre Y Esposa, tenemos que aprender a ser esa Mujer alegre, feliz, carismática y atractiva que siempre fuimos, nunca dejemos de serlo, eso es lo que nos ayuda a luchar por nuestro futuro y el de nuestra familia, por allí dicen que el Hombre es el pilar de una Familia, y ustedes creen que eso es así? Porque yo no, les comento el por qué no lo creo. Hay casos de casos.   Para todas las madres que trabajen dentro y fuera de su casa, todas somos el calendario, la medicina, la maestra, la chef, la comediante, la ama de casa, el ama de llaves, el hombro en donde llorar, la psicóloga, la consejera familiar, pediatra y mucho mas, y a parte aportamos igual, y hay casos donde económicamente las madres aportan mucho más que el hombre y no nos quejamos, o mejor dicho si nos quejamos, pero por qué? No por el dinero, sino simplemente por el cansancio que aborda nuestro cuerpo y mente. Amigas el ser madre es el Rol más hermoso que Dios nos pudo regalar y donar, no lo volvamos una obligación, nuestros niños adornan y le dan felicidad a nuestras vidas, ellos iluminan nuestros caminos, yo todavía no entiendo el por qué de los abortos, el que regalen, vendan o dejen botado a una criatura como si fuese un animal extraño, cuando estuvo dentro de tu vientre por nueve meses sintiéndolo, cada quien tendrá sus razones, pero ser madre para mí; ha sido una bendición, una bendición que cada día que pasa se ilumina mas y mas nuestros caminos. Es verdad, no es fácil, tu vida cambia muchísimo, el cansancio te aborda, pero es algo hermoso, como cuando vez esa o esas caritas, esas sonrisas, esas ocurrencias, todo tiene una estrellita brillante que se apodera de ti, o no les pasa eso. Al ver su carita cada vez que salgo del trabajo, o su gritico Mami al verme llegar, eso para mí es la gloria. Me hace olvidar de todo problema que haya tenido en el trabajo o cualquier cansancio que me aborde, No todos los niños son iguales, y como les he dicho, no todos los padres lo somos también, pero el amor hacia nuestros niños es algo incontrolable. Pero a mí me escogió como su mama un niño muy cariñoso y súper inteligente a parte de hermoso, pero si me toca besarlo y decirle que lo amo demasiado a cada rato que puedo, y él es igual conmigo, es algo hermoso, y por ello no me canso de darle la gracias a dios por escogerme como su mama. Quiero que sepan que ser una Madre común no es fácil, te tienes que llenar de mucha paciencia, tolerancia y sabiduría, porque los niños necesitan de mucho tiempo y tu esposo también, nunca olvides que tu esposo, tu pareja esta a tu lado, demuéstrale que tu eres fuerte pero enséñale que él es su padre y también necesitas ayuda con la crianza y la rutina diaria para avanzar. No todos los hombres son iguales, ya que los caracteres son diferentes, pero los hombres no fueron criados para limpiar, cocinar, y atender a los hijos, lo que todavía no entiendo es el por qué? Antes nuestras bisabuelas, abuelas y madres eran muy feministas y todavía, pero como todo, hay casos de casos. Pero nosotras como Madres mas no como Mujer, debemos aprender esa parte de ellos, ya que el hombre hace las cosas con más serenidad, más tranquilidad y las disfrutan mucho mas, es por eso que nosotras vivimos estresadas, todo lo queremos hacer a la ligera, por eso hacemos varias cosas al mismo tiempo, tomemos las cosas con calma, tomemos el tiempo a nuestro favor, disfrutemos mas lo que hacemos en casa y fuera de ella con nuestros hijos y pareja, no seamos autosuficientes; ya que  la responsabilidad de criar a un niño no es solo de nosotras, aprendamos que todo puede ser cincuenta y cincuenta, por algo dios creo padre y madre, no solo para dar consejos, también que los disfrutemos por iguales. Que eso es mentira porque nosotras siempre los disfrutamos muchísimos más, ya que siempre estamos pendiente de todo, pero en el hogar, en lo que hay que hacer, Es decir, si yo hago la comida, el hombre lava los platos o los niños, y así con las otras tareas, si yo estoy doblando la ropa, el papa baña a los niños. Son detalles que debemos aprender a compartir y les puedo asegurar que sus vidas serán menos estresadas y disfrutaran mas los momentos de familia. Al papa se le enseña, ténganlo presente, a mí también me toco, no fue fácil, pero lo hice, lo adapte a la rutina y nos ha ido muchísimo mejor, se los aseguro. Tanto como mama que como esposa. Y todavia lo sigo haciendo. Nosotras como Madre, siempre nos hacemos un horario, una rutina, y porque lo hacemos, se lo han preguntado? Por supuesto, para poder rendir nuestro tiempo en los que aceres de nuestro hogar y nuestra vida diaria, pero hay madres que son súper estrictas con esas cosas y sacarlas de ese ciclo es casi imposible, yo me pregunto, vivir así es bueno para la salud mental, espiritual y buscar la felicidad. Que opinan. Porque yo creo que no, aprendamos a vivir siendo felices, que si un día nos salimos de la rutina, que si dimos un desayuno rápido, que nos vamos de paseo sin pensarlo, sin alguna planificación, se escucha divertido y súper libre de estrés, aprendamos a vivir tranquilas, más relajadas, tomemos un tiempo para nosotras, pensemos a donde quiero llegar siendo mama, esposa y sobre todo mujer.  Yo no sé si a ustedes les pasa o les ha pasado, que han dejado su familia, o se han separado de su pareja por no tener alguna ayuda con sus niños. Es verdad hay hombres que no suelen ayudar en las tareas del hogar con los niños, pero ellos sencillamente no nacen para ser padres, o mejor dicho ayudar en  casa, hay casos de casos, como todas nosotras hay hombres que les gusta cocinar, limpiar y hasta atienden muy bien o mejor que nosotras a los niños, pero hay otros que simplemente o son muy tranquilos, o siempre andan ocupados con el trabajo, o simplemente son muy machistas, cuantas veces has escuchado eso? Pues yo infinidades de veces, y lo seguiré escuchando, pero nosotras debemos enseñarles a ser padres, a que atiendan a sus niños a que sepan a qué hora les toca el baño, a que son alérgicos, a cuando se enfermen en donde está el medicamento o a qué hora les toca, muchos padres nunca saben esas cosas. Les comento una anécdota, un día de le dije a mi esposo que bañara al niño porque yo estaba muy ocupada, entonces él se levanto, agarro al bebe en brazos y lo comenzó a bañar, claro, yo súper preocupada me fui a ver como lo hacía, entonces mientras él lo bañaba yo mirando y explicándole como yo lo hacía, entonces el me miro y me dijo: Que haces aquí? No estabas ocupada? No me expliques, que yo lo hago a mi manera, tú tienes la tuya, así que ve hacer tus cosas que yo me encargo por favor. Entonces yo pensé, tiene toda la razón, yo estaba súper preocupada y observando todo, sin pensarlo se me olvido todo lo que yo debía estar haciendo, le pedí el favor que lo hiciera porque según yo estaba ocupada, y de igual manera me fui a hacerlo inconscientemente, claro lo hice porque me dio miedo que le hiciera algún daño al niño, como que se le cayera, o lo dejara sucio o cualquier otra cosa, pero les confieso que me aterrorice, pero después que salió del baño, le dije el por qué lo había hecho, y me dijo, por favor, es mi hijo y jamás  voy a dejar que le suceda algo, confía en mí, y como te dije, tú tienes tus tiempos y maneras, yo las mías; y en eso tiene toda la razón. Recuerda que pedir ayuda, no es malo. No, nos queramos volver dueñas del tiempo de nuestra parejas, y menos de nuestros hijos, cada uno de nosotros tenemos maneras y tiempo para hacer las cosas, pero como mama solo aprendamos a dar ese empujón que ellos necesitan , apoyemos y valoremos cada cosa, situación que nos pase con ellos, nunca a los hombres hay que quitarles las ganas de regalarnos o ayudarnos, así sea que no nos guste como lo haga, pero como les digo, cada quien tiene su manera, y si todos pensáramos igual, este mundo no existiera.  Piensen en eso mis amigas, no acosemos, ni abrumemos a nuestras parejas, como ya se los he dicho, enseñémosle a ayudarnos y a conocer más a sus hijos y hasta a nosotras mismas. Ellos no nacen con esa capacidad para ser padre, a diferencia de nosotras, que cuando ya sabemos que estamos embarazadas nuestras hormonas de Mama se alborotan y cuando nacen, muchísimo más. La mayoría de las mujeres. Otras de las anécdotas, que uno puede ver como otras parejas viven y se quieren, pero por fotos  todo se ve perfecto y hermoso, pero en la realidad y todo lo contrario, un día me reuní con unos amigos, y nosotros siempre tenemos la costumbre de los hombres por un lado y las mujeres por otro lado conversando, entonces entre nosotras salió la conversación de los niños y los esposos , pero bueno ellas me preguntaron cómo estaba mi matrimonio, si mi esposo me ayudaba en los que hacer de la casa, pero cuando yo  les respondí, ellas comenzaron a contarme su situación y no era tan feliz como yo las veía, es más me contaron que para ellas si se iba con otra mujer no les importaba, que su vida eran su niños y mas nada y todo era por el cansancio que ellas sentía y ellos ni siquiera las tomaban en cuenta con eso, que sus parejas eran muy tranquilos y ellas tenían que hacer todo en la casa, yo me quede asombrada, no por lo que estaba escuchando, si no, por como lo escuchaba, sus tonos de voz y expresiones mostraban otra cosa, y les dije que nos lo dijeran así, que tuvieran paciencia y los enseñaran a ser mejores personas con ellas, y sus niños. Hay mujeres que de novias con sus parejas, siempre tomaron la iniciativa para las salidas al cine, a la disco o para cualquier reunión social con amistades, y luego de que se casan siguen siendo igual, pero todo cambia cuando llega el primer niño, ya cuando ellas se ocupan de su bebe se comienza a perder esas salidas con amigos, las idas al cine, comienzan los problemas matrimoniales, y para que hablarles de las relaciones sexuales, todo va cambiando, entonces nosotras estresadas, cansadas, que solo queremos salir corriendo, pero no podemos, entonces comenzamos a decir cosas hirientes a nuestras parejas, y eso en parte es nuestra culpa, ya que desde que nace el bebe nos hacemos dueñas de él, y autosuficientes, y las cosa las debemos hacer los dos, enseñarles a los hombres que ellos ya son padres que  deben ayudarnos, nosotras trabajamos, estudiamos y también somos madres, porque ellos no, no estoy defendiendo a los hombres ni apoyándolos un 100% pero solo quiero que sepan que la mayoría de ellos son como son, por nosotras mismas, recuerden que a ellos los crio una mujer y para las madres que tenemos varones, debemos aprender a levantarlos como tal, como dice la palabra, criemos a nuestros niños a que aprendan a ayudar en casa, a ayudar a su mama y hermanas, a que cuando sean padres de familia ayuden a sus esposas y niños, a ser queridos pero sobre todo amados como parejas. A que no vallan fracasando en la vida con sus parejas.  Y que tiene de malo que aprendan cosas del hogar, por eso no dejaran de ser hombres, quitemos ese tabú de nuestras mentes, igual que nuestras parejas. Hay casos de casos, hay mujeres que tienen la suerte de tener a un hombre que las ayude en todos los casos, y eso es perfecto, diría yo. Pero la vida no se trata de solo los que hacer de la casa, se trata de las carisias, amor, miradas, detalles, salidas juntos, todo esas cosas y mas se trata de una relación. No nos perdamos en un qué dirán, pensemos como parejas un momento, piensen mujeres que los hombres también, sienten, también necesitan de un buen abrazo por las mañanas, de un cómo te fue en tu día, nuestra vida como mama, no se debe llenar solo de los niños y nuestros que hacer el día a día, nuestras parejas también necesitan de ese cariño, yo les confieso que yo me he perdido en eso, he abandonado un poco a mi pareja sentimentalmente, y me da rabia conmigo mismo por eso, gracias a dios me toco un hombre maravilloso que sabe esperar y él me demuestra su amor, cuando mi mundo está de cabezas, el lo endereza haciéndome reír, con sus carisias y sus locuras. O cuando simplemente se pone a jugar con el niño que es igual de amoroso que su papa y juguetón, yo le doy gracias a dios por tenerlos en mi vida. Pero si lo he descuidado, pero siempre está allí a mi lado y él sabe que lo amo, y que disfruto cada momento que estoy a su lado, pero hay veces que el cansancio me vence horrible, y allí es donde viene, que me duermo primero que él, que nunca veo una película completa a su lado, que hay veces le doy una mala contesta sobre cualquier tontería, pero como les digo, el simplemente no me hace caso, me disculpo y él sabe que es por el cansancio que siento. Pero gracias a dios he mejorado y me he dado cuenta, que no solo él, debe expresar amor, yo también, si no, para que somos pareja, eso es de dos. Pero bueno una matrimonio, es para estar en las buenas, malas y peores, siempre debe haber comprensión sobre todo, cuando llegan los niños, la vida de pareja da un cambio a 360º y vienen las discusiones, pero a la vez la felicidad, solo debemos aprender a sobrellevar las cosas y nunca olvidarnos de nuestras parejas, y sobre todo de nosotras mismas. Quien dijo que existen las mujeres perfectas, para nada, sobre todo padres perfectos, esa es una cruel mentira, la vida de mama tiene muchas complicaciones y cansancio para vivir una vida perfecta. Pero es el rol más hermoso que Dios nos regalo. Ser Mama, Madre, Mami, significa muchas cosas, pero también trae muchas complicaciones, cansancio, estrés, no duermes bien, se acaba la vida social, ya nuca vas al baño sola, ni te bañas sola, se acabo la tranquilidad, te vuelves adicta al reloj, al tiempo, al ver todo bien acomodado, o desarreglado, hacer todo rápido, sales como loca a la calle, y pare de contar… hay muchos tipos de mamas, las que describo somos las más comunes, yo creo que sería un 80%, el otro 20% son las que siempre tienen a alguien que las ayude (niñeras, muchacha de servicios, abuelitas, hermanas) y nunca se estresan con el tiempo, ni comidas ni salir corriendo a todas partes, las que siempre salen bellas y arregladitas pero los hijos hay veces andan desarreglados, a esas madres como las llamaríamos, todavía no consigo un término perfecto. Pero de igual manera son madres Dios lo quiso así. Mientras que hay otras que necesitan que alguien se los cuide, ya que son madres profesionales y necesitan viajar todo el tiempo, pero cuando están con sus hijos son tiempos que respetan totalmente y siempre están pendientes de ellos estén o no estén en casa. También están las que no pueden tener hijos por cualquier razón, y simplemente deciden adoptar, a esas mujeres las felicito porque aman tanto a los niños como si hubieran salidos de sus vientres, por allí dicen, que padres no son los que engendran si no los que crían, y eso es totalmente cierto, porque tenerlo es fácil, pero criarlos no lo es, es una gran responsabilidad, pero sobre todas las cosas, nuestros pedacitos de cielo, son una enorme y hermosa bendición. Yo pienso que hay mil y unas razones para ser madres, les cuento, que yo fui una mujer que le gustaba hacer todo sola, me encantaba mi tiempo, el tiempo que siempre me tomaba para salir de compras, ir al GYM, todavía no lo dejo de hacer, pero ahora solo pienso en como compartir con mi niño, salir a jugar con él , que se divierta, cuando estamos en casa me encanta escuchar su risa, sus carcajadas al jugar, enseñarle cosas nuevas para su mundo, son los momentos más especiales en mi vida.  Te vuelves protectora de una  o esas personitas, eres su súper heroína, su doctora, su maestra, psicóloga, cocinera, hada madrina, lo eres todo para ellos, y para mí eso es lo más hermoso que existe. No hay nada más importante para ellos, que la mano que Mueve la cuna.  Quiero contarles otra anécdota, y que todavía me pasa, cuando ya mi niño está dormido, y  logro acostarlo en su cuna, cierro la puerta, listo a descansar, ver una peli o simplemente conversar con mi esposo, siempre me da por de vez en cuando ir a verlo, pero yo no sé que tienen ellos que reconocen nuestro olor a kilómetros de distancia, y apenas abro la puerta para verlo y me acerco un poco, cuando ya voy saliendo, escucho Maaamiiiii… y allí viene otra noche sin dormir, y lo peor de todo es que lo seguimos haciendo, pero les confieso que me encanta, no el dejar de dormir, si no, que mi niño me reconozca por mi olor, un abrazo, un beso, una caricia, aun cuando no lo crean, si, ellos nos reconocen en cualquier aspecto. Todavía no entiendo como en el mundo existen Madres, si es, que se les pueden llamar así, que maltratan a sus niños sin compasión, que los regalan o los vuelven un negocio, definitivamente nunca lo podre entender. También aparte de contarles, es una intriga, el por qué será que cuando les toca alguna vacuna, o se enferman, siempre lloramos con ellos, no soporto que lo inyecten, se me enferme, me siento súper triste, no soporto verlo apagadito, eso se llama amor incondicional, es algo natural que nace en uno, cuando ellos vienen al mundo. Eso es para las verdaderas Madres, UNA MADRE COMUN. O como cuando los deja por primera vez en el colegio, ya que te toca ir a trabajar y no tienes quien lo cuide, a mi chiquito lo deje de 1añito en el colegio, no se imaginan cuanto llore, estuve como dos semanas en eso, fue el tiempo que le toco a él llorar cada vez que me veía alejarme y dejarlo con su maestra, en ese tiempo se adapto, sé que hay madres que les toca dejarlos de 6meses y eso debe ser para ellas mucho más fuerte, de igual manera lloramos demasiado, pensando que cualquiera lo puede golpear, sin que ellos se defiendan, yo fui una psicópata esos primeros días con las maestras. Siempre les escribía, les rogaba que me enviaran fotos, notas de voz, hasta que un día una de las maestras me comento que estaba enamorada de mi bebe, les confieso que lo tome al principio muy bien, pero luego lo pensé mejor, y comencé a hacerme películas en mi cabeza, de si se lo llevaba engañado, de que si me le hacia algún daño, y más porque ella se ofrecía para cuidarlo cuando yo necesitara una niñera, y mi bebe estaba loco por ella, yo estaba muy confundida, no sabía que pensar, pero gracias a dios todo resulto, un amor de maestra a alumno, mi niño tuvo la suerte de ser favorito en su salón para su maestra, lo cuidaba demasiado y lo malcriaba igual, pero le doy gracias a dios a ella, yo estuve muy tranquila después, en su colegio sus maestras son únicas, son súper amorosas y a todos los niños los tratan por igual, pero recuerden siempre hay que investigar bien esos amores, no todos resultan ser iguales, y más se aplican para las niñas, siempre mucho ojo con los maestros y profesores, traten de conocerlos a todos, las madres comunes tenemos un sexto sentido para ver quién puede ser bueno o malo para nuestros hijos, que hay veces nos podemos equivocar, pero son muy poco los casos. No manejemos la vida de nuestros niños, solo conversemos, y siempre pero siempre debemos preguntar “COMO TE FUE EN EL COLE” sus reacciones nos dirán todo, enseñemos el valor de la comunicación a nuestros hijos, hablemos con ellos siempre, demostremos que podemos ser una amiga mas en el cual pueden confiar.  En el caso de nosotras, las madres latinas que nos aferramos mas a nuestros niños, y nunca queremos que se vallan de nuestro lado, pueden llegar a viejos viviendo con nosotras, muy pocas le enseñamos a ser independientes a temprana edad, siempre pero siempre estamos metiéndonos en sus problemas y queriéndolos defender de todo y todos tenga la edad que tenga, escogiendo sus novias o novios, sus amigos, sus cosas; dejemos de hacer eso, como ya les dije, nuestros hijos no nos pertenecen, ellos tienen que ser aprendices de su vida, de tropezar mil veces, y es allí donde nosotras debemos enseñarles a como levantarse, ese es nuestro deber, no evitarles la caída ni el sufrimiento, ellos vienen al mundo a vivir y sobrevivir a su manera, solo hay que dejarlos y demostrarles que siempre estaremos allí para ellos.  Como hay madres que ellas los hacen independientes al cumplir la mayoría de edad, ya quieren que se vallan de sus casa y su lado, es decir, vivir solos, es mas; algunas les buscan donde vivir, eso en parte es bueno, son tan independientes y andan por el mundo como si nada, eso no sé si será bueno para ellos, no sé qué piensan ustedes, eso es contradictorio, ya que puede tener muchos beneficios, pero a la vez puede afectar un poco la crianza, entre otras cosas, pero no para todos los casos. Nuestros hijos son lo más valioso para nosotras, no sé si a ustedes les ha pasado o lo han pensado, pero en los momentos donde para nosotras todo es un desorden, como cuando respiramos profundo porque derraman un jugo o tan solo un vaso de agua y ellos comienzan a jugar con esa agua, nosotras nos enfurecemos en vez de apoyarlos y jugar con ellos, para ellos esos son los momentos más maravillosos en su vida, es simplemente agua o jugo, disfrutemos a nuestros niños, no les enseñemos que todo puede ser malo, o que todo lo que hagan está mal, que no importa que derramen un vaso de agua, que no importe que se les caiga un plato, a nosotras también nos sucede, lo recogemos y listo, entonces porque regañar o reprimir, solo hay que enseñarles que de un desastre puede haber una solución a su favor.  No con esto quiero decirles, que hay que enseñarles que todo es color de rosas y que todo está bien, que de cualquier cosa van a sacar o a inventar un juego, no, solo hay que enseñarles a buscar las soluciones a sus problemas, a cómo resolver o actuar frente a una caída, torpeza, tristeza, y cualquier situación que los haga sentir mal. Nosotras podemos ser sus guías, pero no sus pasos, ni sus manos, ni sus pensamientos, ellos son almas libres que deben decidir por ellos mismos, solo enseñémosle a que en la toma de decisiones pueden haber muchas buenas y malas, cuando tu hijo te diga que no puede, dile; claro que si puedes, enséñame como lo haces, y si necesita tu ayuda solo dale una mano pero siempre recordándole que todo lo que quiera hacer lo puede lograr por sí solo. Recuerda que tu hijo, no siempre va estar a tu lado. Yo se que habrán muchas Madres que dirán que estoy equivocada, hay muchos tipos de Madres, las sobreprotectora, que le gusta hacerle todo a sus niños, las que lo defienden de todo el mundo, y no dejan que sus niños hablen por si solos, las que no dejan que sus niños conozcan el mundo exterior, las que no dejan que nadie se les acerque, las que no quieren dejar de amamantar, y ya han pasado los dos años de edad del niño, las que no les quitan el chupón, ni dedo, y tienen más de 4 años y todavía, las que los llevan a todos lados con una tableta o un celular para que se entretenga,  o las que son mas sueltas, más tranquilas, las que no les importa que su hijo se ensucie, que conozca el mundo exterior, que los tratan como si tuvieran mucha más edad, las que les encanta que otros los carguen, que se los atiendan, que se los cuiden, las que creen saberlo todo al respecto de la crianza y son primerizas, no aceptan consejos, las que les da miedo dejárselo a cualquiera o simplemente a su papa, porque cree que le va a ocurrir algo, yo aquí puedo hablar de muchísimas más, pero para que, ya cada una de nosotras nos conocemos y nos identificamos con cualquiera, solo que la diferencia esta, para mí, es que, unas aprendemos a vivir más tranquilas que otras, nos tomamos un tiempo para nuestro cuerpo y mente, aprendemos a seguir siendo mujer, siendo madre.   Aquí quiero aprovechar para contarles, que hubo una noche de mi cumpleaños , mi salida para celebrar era para una disco, entonces yo le pedí el favor a mi mama que me cuidara al niño, yo lo iba a pasar buscando a la salida, yo no estaba acostumbra a dejarlo con nadie, por lo menos en las noches no, que mi niño no durmiera en su cama, me parecía algo fatal, entonces esa noche entre la salida con mi esposo y amigos, nos tomamos unos tragos de mas, se fueron pasando las horas, y de la disco nos fuimos a nuestro apartamento a seguir celebrando, claro hubo un momento que ya mi cuerpo cansado no aguanto más y me fui acostar, no pasaron las tres horas de haberme quedado dormida, cuando de repente escuche a mi niño llamarme, Mami, me desperté corriendo a su cama y cuando la vi bacía, Salí corriendo a buscarlo con una amiga a casa de mi mama, lo conseguí tranquilo jugando con su abuela, pero mi mama me comento que tenia minutos de que lo había regañado y el comenzó a llorar y me llamaba, se pueden imaginar cómo me sentí, no sé si fue la conexión de madre a hijo, o es que soy bruja, o no sé que pudo haber pasado, pero lo único que se, es que, lo escuche me sentí horrible, pero él estaba tranquilo mi mama lo supo controlar y simplemente siguió jugando, luego pensé, porque tengo que sentirme mal, si él estaba bien cuidado, yo solo me tome una noche para compartir con mi esposo, amigos y la pase súper tranquila. Mi mama y mi esposo me decían lo mismo, que no me sintiera mal, solo estaba disfrutando un poco, eso no es malo, mientras sea con los tuyos. Vamos a detenernos, respiremos profundo y disfrutemos el momento, es mi vida y hay que parar de vez en cuando, para que hacer todo rápido y con prisa, todos vamos al mismo sitio, todos vamos a morir algún día, y que dejaremos en nuestros niños, solo quedara el amor, la atención y los momentos que vivimos con ellos, no les diga todo el tiempo que ya va, que estas ocupada, busca con quién o que jugar, mañana lo hacemos, cuando tu hijo busque de ti, has todo lo posible porque te consiga, así que disfrútalos, disfruta el momento con ello, familia y amigos. Estamos viviendo en un mundo donde la tecnología nos está abordando demasiado, cuando salimos a compartir solo pensamos en tener el celular a mano, o una tableta para entretener a nuestros pequeños, o simplemente no compartimos, por estar pegados a las redes sociales, a nosotros en los tiempos de nuestros padres y abuelos, no nos criaron de esa manera, jugábamos con cualquier cosa que se nos atravesara en el camino o cualquier ocurrencia, pero siempre nuestras cabecitas estaban en función a lo que queríamos hacer, mostremos ese mundo tan divertido a nuestros niños, dejemos que su imaginación vuele, que sean ellos los que creen sus ideas y sueños. Dale opciones, y deja que su imaginación descubra un mundo maravilloso. Hay madres que por situaciones de la vida, tuvieron a su niño a temprana edad o en el momento menos indicado y de allí viene el arrepentimiento emocional, todos los sueños truncados, pasa mucho tiempo para que esa nostalgia, rabia, decepción de sí misma, desaparezca de nuestra mente y corazón. Y lo entiendo porque yo pase por eso, porque cuando somos madres, queremos hacer muchas cosas más de la que ya tenía planeadas para nuestras vidas, pero hay momentos que el tiempo, no juega a nuestro favor, pero recuerden que siempre hay una solución, no importa el sueño, si algunos no los pudimos lograr, solo cámbialo a tu favor, que vengan otros, lo importante es seguir adelante con lo que ya tenemos y fijarnos nuevas metas; siempre se puede, claro que sí. Pueden haber muchas complicaciones, pero lo importante es la satisfacción que sentimos al lograr la mayoría de nuestros sueños, ser madre es hermoso y como madre le damos la vuelta a todo, lo aprendemos cada día, así que porque no darle la vuelta a los sueños? Y cuando ya los logramos junto a nuestros pequeños y familia, son logros maravillosos. Nuestra historia ya está escrita, pero no nuestros sueños, cada quien se forja su camino, todo puede ser una casualidad, oportunidad o simplemente un momento de nuestra historia, así que cada paso que demos; aprendamos por donde y con quien darlo. Nuestro rol de madre la mayoría de las veces nos separa de la realidad, unas deciden dejar de trabajar, otras prefieren darle más duro al trabajo y hasta toman horas extras, pero solo hacemos esto porque pensamos en el bienestar de nuestros pequeños, y el bienestar mental y físico de nosotras quien lo aprecia? En los dos bandos nunca hay tiempo para un respiro, son casos de casos, y de allí es donde viene el arrepentimiento a ser madre o dejar la vida que tenia de tranquilidad, horas profundas de sueños, nada de cansancio, logro tras logro, y así muchas cosas más. Nunca te arrepientas de ser madre, ese es el regalo más hermoso que Dios te dio, puso esa vida en tu camino para que aprendas que tu eres una mujer fuerte y que puedes lograr todo lo que te propongas, mientras lo quieras, sé que es difícil, pero sigue adelante, esa personita que puede estar en tu vientre o a tu lado no tiene la culpa de nada, esa personita más bien vino a darte el amor más grande de tu vida, amalo, adóralo y siempre pero siempre respétalo y ponlo primero que todo, algún día él sabrá agradecerte tu amor y admiración. A tus niños no les interesa si eres profesional, si tienes un buen cargo, si ganas mucho dinero, o si le regalas lo más costoso o los llevas a los mejores sitios, no, a ellos solo les importas tú, el tiempo que compartes con ellos, ese instante que pasas a su lado, ya con eso es la Felicidad para ellos. Aprende a ser una MAMA COMUN, llena de cansancio pero a la vez feliz.   Quiero contarles una anécdota, yo tuve años trabajando en una empresa súper conocida en mi país, pase por varios puestos, en cada uno me destaque, hasta que llegue a donde siempre quise, nunca tuvieron quejas de mi trabajo, yo de verdad estaba muy contenta y era un trabajo tranquilo, por decirlo así, trabajaba a través de computadora, teléfono y muchas veces atendía clientes cara a cara, pero ya como Mama fue diferente, me encantaba mi trabajo, me gustaba lo que hacía, siempre he sido buena para las ventas, y persuadir, pero ya quería algo mas, algo donde pudiera pasar más tiempo con mi niño, donde no tuviera un horario que cumplir, donde pudiera escoger que día irme de paseo o simplemente irme de viaje con mi familia cuando quisiera, cosa que nunca podía hacer estando en ese trabajo, así que lo decidí, lo pensé, lo planifique, en esos momentos libres de mi trabajo, aproveche para escribir, yo me dije, y por qué no escribir si también he sido buena para contar historias, y hablar con los demás, entonces lo hare, les confieso que comencé a escribir con miedo, sin saber que decir, pero de pronto se me vino  a la mente, y porque no hablar de una mama común como yo, y bueno así fue, y poco a poco día a día fueron saliendo las palabras, las anécdotas, la historia que contar.  Lo hice todo con cuidado y tocando varias puertas. Sin dejar mí trabajo. No quise dejar algo seguro por algo inseguro o que no sabía si tenía futuro. Pero siempre confié en mí, y seguí escribiendo y seguí tocando puertas. Nunca dudes de tu talento, siempre conócete, descubre para que seas buena, y pon en marcha tus sueños, que no te guste lo que hagas, tienes que amar cada instante de tu vida, ama siempre lo que haces, porque si no; siempre será un simple trabajo. No será tu sueño realizado. Como ya lo he dicho, no es fácil pero si se puede, la vida está llena de caminos largos, tenebroso, o malas personas, muchas veces te dirán que no puedes o no se puede, pero confía en ti siempre, y siempre pero siempre confía en el amor de tus hijos, que mejor que esa pequeña persona para decirte que eres la persona, más maravillosa del mundo. Cree en esas palabras. Rodéate de personas positivas, tu familia que te ama y tus verdaderos amigos. El arrepentimiento, es la enfermedad del Miedo. Quiero que sientan y entiendan que no están solas, que no son las únicas madres, mujeres que pasan por una vida o situaciones incomodas, todas pasamos casi lo mismo; tenemos el mismo rol; pero no las circunstancias, los niños no vienen al mundo con un catalogo o un libro explicando cómo debemos criarlos o tratarlos, pero si fuese así, no sería el rol más hermosos que exista y no existiríamos las madres. Pienso yo. La vida, paciencia, y tolerancia son quienes nos dan el aprendizaje no tan correcto, pero para nosotras son los deberes más necesarios para llevar una vida más o menos tranquila. Existen libros donde aprendemos algo o nos sentimos identificadas, pero podemos leer millones de libros donde nos enseñan una crianza respetuosa, amorosa, o simplemente como tratarlos, jugar y cosas que decirles o hacer, son tantas cosa, pero ahora les pregunto, se recuerdan de algo que leyeron cuando se presenta un momento de emergencia o algún momento de angustia? Porque a mí nunca se me vienen a la mente esos millones de libros, la vida es quien nos enseña a cómo actuar, esa rapidez que nos caracteriza como madres y nos muestra la realidad del momento, nuestro instinto, nuestro amor, y nuestro poder de superhéroe, todo eso y más lo poseemos para salvar un momento incomodo o inesperado. Nunca pero nunca nos detenemos a pensar que fue lo que leímos, en cual libro, o pensamos en cómo debo actuar, jamás, solo actuamos y listo. Somos madres y para nosotras actuar rápido es nuestra primera ley, para la mayoría es un deber. Nuestros pequeñines vienen al mundo sin saber nada de nada, lo único que si sienten y saben es de donde vienen esos latidos que estuvieron creciendo con ellos por 9 meses, esa voz que todo los días escuchaba, el amor que le entregas, esas sensaciones de las cuales se aferro sin tu saberlo mientras crecía dentro de ti. Les cuento una anécdota, mi niño cuando nació, lo dejaron conmigo toda la noche en la habitación, en su cunita, me hicieron cesaría y no podía moverme muy bien, cosa de las cesarías muy común en las Venezolanas, pero bueno, cuando fueron pasando las horas de la noche, mi niño comenzó a hacer un sonido extraño, parecía un cachorrito quejándose, entonces yo me asuste y llame a la enfermera, yo estaba en compañía de mi mama, y por supuesto las dos nos  asuntamos, yo pensé que era que le dolía algo, no era un sonido fuerte, solo era un sonido que salía de, el, pero sin llorar ni abrir su boquita, entonces la enfermera llego y me dijo que lo acostara a mi lado a un costado, y así lo hicimos, lo acobije conmigo a un lado de mis costillas que sintiera mi piel, y de inmediato dejo de quejarse, allí supe que jamás iba a volver a dormir toda la noche, pero fue un momento hermoso porque me di cuenta que ya el sabia quien era su mama y parte de su vida.  Son momentos inolvidables, hermosos, son recuerdos que viven en tu mente para mas nunca irse, por eso les digo que ser madre es lo más grandioso y puro que puede existir, derrochemos amor, cariño, comprensión, paciencia, tolerancia, pero sobre todo abrazos y mas abrazos, esa es la parte donde todo se calma.   El amor es la roca, que tumba cualquier adversidad.  Una mama común está llena de muchas frustraciones, llegamos a estar encerradas en todo eso que pudimos hacer o quisimos, ahora no puedo por ser mama, también nos llegan esos pensamientos de que, si éramos así, por que cambiar tanto, cambia nuestro cuerpo, apariencia y carácter. Recuerden que todo en nuestra vida cambia, al ser Mama, todo nuestro círculo de tranquilidad, todo aquello que queríamos, nuestro amor hacia nosotras mismas y hasta para el que tenemos a nuestro lado. Pero nunca olvidemos que ese es nuestro deber ser, podemos y debemos cambiar claro que si, por el bienestar de nuestros pequeños, nuestra tranquilidad emocional, y felicidad familiar, y no es cambiar, se trata de volvernos más responsables, pero nosotras podemos decidir en qué momento deberíamos  ser mamas, nunca olvidemos que nosotras mandamos en nuestro cuerpo, tiempo y espacio, todo lo que queramos podemos lograrlo, pero siempre pensando en cuando y como debe llegar a nuestro espacio emocional; la vida es una sola,  no vallamos por nuestro camino pensando en cómo será, solo vallamos poco a poco logrando cada meta y pisando fuerte siendo responsable que cada acto y paso que damos. No dejemos de ser niñas, amigas, novias, esposas, amantes, somos mujeres fuertes, sinceras y aprendamos a ser divertidas. Como ya les he dicho; ser mama, significa  tener mucho tiempo disponible el solicitado por ellos, llenarse de muchas emociones pero sobre todo de muchísima paciencia para todo lo nuevo que viene a tu vida. La vida no es fácil, pero ser mama tampoco lo es, y más cuando eres una mama soltera. De verdad que a esas mujeres las aplaudo y me quito el sombrero, eso sí,  a las verdaderas madres comunes solteras, todas merecemos un aplauso por que este rol hermoso se merece más que eso, pero disfrútenlo mucho, es un consejo que les doy, cada instante que tengas con sus pequeños. Hagan espacios siempre pero siempre para ellos, no nos quejemos luego de cuando ya de grandes no volteen a mirarnos y tampoco nos cuenten sus cosas, pero como lo van hacer, si cada vez que te buscaban, siempre les decías, no puedo, estoy ocupada, ya va, dame un momento, estoy cansada, me duele algo, o nunca lo dijiste? Esas palabras para ellos no tienen significado alguno, hay mil maneras de conversar y jugar con ellos en cada momento que buscan estar contigo, nunca, jamás desaproveches el momento en cual ellos te buscan. Ese momento no volverá con la misma intensidad. Eso también pasa en nuestra vida marital, a un hombre que se le desprecie por cualquier razón de cansancio  o por estar ocupada, ese momento no vuelve a llegar, yo que se los digo, por experiencia propia, uno aprende de los errores, claro que si, solo debemos aprender a conocer cada momento que pasamos y vivimos alrededor de nuestras parejas, siempre demos una sonrisa de aliento, un abrazo de agradecimiento en el momento que ellos busquen de nosotras, porque en el momento que nosotras busquemos de ellos,  puede ser que no los encontremos. Así poco a poco se va muriendo el amor. También están las madres con niños especiales o con enfermedades incurables, esas madres también son mamas comunes, pero con un don mucho más especial, tener un corazón más fuerte, gigante lleno de amor, una mama llena de mucho sufrimiento desde que nace su pequeño o desde que se le diagnostica la enfermedad. Son cosas inesperadas, pero somos mujeres fuertes y sobre todo somos madres, jamás queremos el sufrimiento para nuestros pequeños, solo pensamos, es mi hijo y mientras este conmigo quiero hacerlo el niño o niña más feliz del mundo, es así; mientras que muchos llegan  a ser adultos responsables y queridos por la sociedad, son súper independientes, nunca criemos a los niños diferente porque tengan alguna enfermedad especial o sepamos que no estarán mucho tiempo con nosotros, nuestra decisión fue tenerlos y hacerlos felices, entonces hagámoslo felices siendo niño o niña igual como cualquier otro, claro con cuidados un poco mas especiales, pero siempre siendo niños, enseñándoles los mismos valores, responsabilidades que a cualquier otro. El tiempo de dios es perfecto; nosotras no sabemos por qué a nosotras y esos angelitos les toca vivir así, o pasar por tanto sufrimiento, son muchas preguntas que rodean la cabeza de muchas madres con estos casos, no digamos que son problemas, todavía no sé cómo llamarlo, pero un niño jamás es un problema, siempre es una bendición. El cielo es el límite para nosotras cuando se trata de nuestros hijos, algo por resolver, algo que ofrecerles, algo que enseñarles,  ellos para nosotras, lo son todo. Pero recuerda que lo que tú quieres para ti, para tu tranquilidad emocional, también debe significar mucho, así como tu hijo lo es todo para ti, tu tranquilidad para él, también lo es; ya que estando tranquila y feliz siendo tu, las emociones son más sinceras y fluye el amor natural y no algo súper fingido y siempre con alguna rabia de por medio. Porque cuando no somos felices siendo nosotras mismas, y llevando traumas, frustraciones en nuestro corazón, todo nos da rabia y lo tomamos mal, vivimos amargadas y siempre pero siempre tratamos a todo el mundo de mala gana, sobre todo a nuestros hijos.   La vida es para vivirla, los hijos para abrazarlos y amarlos en todo momento.   Una mama común siempre se siente agotada, envidiosa, indiferente, fastidiada, frustrada, pensativa y muchos sentimientos más encontrados, entonces es cuando yo digo; porque sentirnos así, cuando podemos cambiar la situación a nuestro favor, cuando todo te parezca que esta al revés, trata de ser amorosa, cariñosa con los tuyos, hijos, esposo, novio, amigos y familiares, trata de hacer una llamada y desahógate, o conéctate con alguien que sepas que te va a escuchar, no trates de llevar todo el control con respecto a todo lo que sucede a tu alrededor. Aprende que tú también vales, sientes, y eres importante dentro de tu casa y fuera de ella, no vivas pensando que si tú no lo haces, el mundo se viene abajo. Tienes que aprender a ver mucho más allá; de lo que tu razón, no te deja, y entiende que la serenidad y la paz interior, está en ti. Una madre es indispensable para sus hijos, cuando es una verdadera madre, esa madre común que entrega todo, todo su amor al máximo e incondicional, está pendiente de todo lo que le pasa a sus hijos y familia, la que deja de dormir por velar lo sueños, la que va al baño con ellos, la que deja de disfrutar un sábado tranquilo para jugar o ir a un partido de futbol o a un competencia de sus niñas, esa madre que siempre está para sus hijos y esposo en los peores momentos, la que siempre aconseja, la que da el beso de buenas noches, esa madre siempre es indispensable, esa es la mama común que vive cansada y agotada, pero Feliz. Somos mamis felices pero agotadas, ya cuando nuestros pequeños van creciendo las cosas son un poco más sencillas, ya nos adaptamos a todo lo que sea rápido y fácil, adaptamos a todos igual, son esos momentos que dejamos de dar un baño, llegamos muy cansadas del trabajo, nuestro esposo no nos ayuda y nos parece más fácil no bañarlos, le servimos una comida rápida y así vamos, no nos acostumbremos a eso. Eso está bien por un día y por que no? Un día de descanso para nosotras, descansar cuerpo-mente no cae mal. Trata que sea un día de esos de fin de semana, cuando no quieres hacer nada, y si tus niños ya conocen la rutina a ellos le parecerá extraño pero divertido, vas a ver, hasta se reirán de tus locuras y creerán que estas enferma, pero la vida es así, disfruta los momentos y date un  respiro de vez en cuando, tu familia te lo agradecerá. Una MAMA COMÚN debe estar llena de cansancio, pero                                      A la vez de mucha Alegría. 
Una Mama Común...
Autor: Jheri Chacon  437 Lecturas
 Llegaste con tus rasgos varoniles bien pronunciados.El hueco sutil de tu mejilla al sonreír me recordaban a un niño feliz. Hacía meses te esperaba.Ya no soportaba tu ausencia.Tuve otros brazos, otras dulces caricias.Ninguna se asemejabaa tus manos curtidas por el sol radiante.Tenía en mis pupilas intactas el recuerdo de esa vez que me sentí engañada.Donde tu amor fue compartido y no conmigo...Lloré en silencio, horas enteras y egoístas lágrimas mojaron la almohada de mi solitaria cama.El tiempo transcurrió.¿Qué pasaba en mi alma?pensaba en tu llegada. ¿sería como ayer?¿con sonrisas en tu cara?.La hora se aproximaba...También ella  te esperaba.  ¿ acaso su ausencia nos unió en sentimiento? Celos me daba pensar si correrríasprimero a mi encuentro o al de esa dama.Ella  esperaba ansiosa, reluciente con su mejor vestido. Yo solo deseaba verlo no me preocupaba mi apariencia quería con en alma que él me abrace infinitamente. Escuchar esa voz segura diciendo " mi niña, papá ha llegado  para quedarse  contigo, mamá  y tu pequeña hermana.La guerra quedó atrás y yo aquí cuidaré  de ustedes más que a la patria misma".sueño despierta con ese día... cuento las horas y vivo en utopía creyendo con fe que pronto vendráy forjará  sus raíces en nuestro cálido hogar.     
Soñando la llegada
Autor: Eliana Carrizo  544 Lecturas
                              Un día como cualquiera salía del colegio con mis compañeras. A lo lejos, por una calle poco transitada y en horario de la siesta iba él, él chico más bello que podría haber imaginado. Su belleza no era externa pero vi algo en el que me dejo pensándolo e incluso mirándolo a los ojos, ojos tiernos con algo de tristeza oculta. Saludó cortésmente… lo recuerdo como si fuera hoy pero con olor al ayer y ya que digo “olor” recuerdo su aroma fresco y empalagoso a la vez. Su perfume se impregnaba a metros de distancia y no exagero. Así era. Un adiós salió de su voz y mis compañeras a la par respondieron. Quedé en silencio “tildada” como se dice actualmente. Seguí caminando hasta mi casa pero antes divisé su partida. Así lo sentí que se marchaba pero en realidad no era así, ya que nunca había venido ni al mismo sitio donde me dirigía, ni a mi lado, ni conmigo. Pero en mi interior sentía eso. Lo sentí tan mío por un instante porque me perdí en su mirada. Me fui lejos en su tristeza o al menos sentí percibir eso.    Desde ese momento sentí por primera vez que me había enamorado, a caso de unos tristes ojos  o de un “adiós” sencillo y Cortéz o tal vez de un perfume empalagoso.    No podía dejar de pensar en ese instante mágico para mí y pensaba insignificante para él  y mis compañeras que ignoraban mi sentir. Quería que pasaran las horas y cruzarlo nuevamente pero esta vez decidida a saludarlo y a cruzar unas palabras con él ¿Qué le diré? Toda la noche pensé hasta que quedé dormida pero con una sonrisa porque mi corazón tenia dueño.    Feliz transcurrí el día… se acercaba la hora de la salida del colegio. Pensaba, no hacia otra cosa que pensar y por un momento razoné. No se su nombre, donde vive ni nada que me  lleve a él solo que lo cruce en la calle 9 de julio en horario de siesta y que literalmente “me perdí en su mirada” No tenia mas datos. Me iría sola para que me vea solo a mi.    Felizmente para mi tome el mismo camino y el venia a lo lejos lo pude reconocer. Mi corazón parecía salir de mi pecho. Tanto pensar que decir quede como quien dice con la mente en blanco. Quedamos frente a frente y me sonrío suave, me sonroje y solo lo mire con dulzura y algo de vergüenza porque se daría cuenta que estaba ansiosa por verlo pensaba. Me cruzo con un adiós elegante con aires de galán ¿o seria yo que miraba muchas novelas con mi madre? Cruzó y el tiempo de prisa paso ¿porqué  no dije nada mas que chau?  Caminó muy rápido y me detuve a divisar su caminar hasta que volteo su mirada y con mi mano a modo de película lo llame. Cuando se acerco me dijo me llamo Mariano mucho gusto sin más ni menos yo aun seguía tildada me presente luego de dos minutos reloj. Hablamos del colegio porque dos adolescentes de 14 años no tenían muchos temas de conversación. El iba a un colegio cercano del mío así que después de acompañarme unas cuadras y de presentarnos brevemente me propuso encontrarnos a la salida y caminar juntos para hablar a diario. Pasaron los días, las semanas, pasó la magia. Tenia un sentimiento pero esa adrenalina y vergüenza se habían esfumado hasta que un viernes como cualquiera caminamos juntos y tomo mi mano me paralicé .Tocó mi cabello luego con su mano derecha tomo mi rostro inclinó su cuerpo ya que era más alto y se acerco como en una película de Disney ( o al menos sentí eso) lentamente su boca a la mía. Pero que pasó conmigo tal cual pez boquiabierto quede y no supe que hacer hasta que sentí sus labios y comencé a temblar pero respondí suavemente en principio pero la mezcla de hormonas me jugó en contra y me convertí como en un león hambriento a tal punto que se detuvo y me dijo” casi me comes y sonrió “ sentí como una burla. Se me fue todo de las manos lo mire vergonzosa y le dije “he tendido besos mejores” a lo que en silencio se marcho y me dejó  sola con el sabor de su boca con algo de cigarrillo. Me sentí humillada pero bueno feliz porque podría presumir mi primer beso, total que más daba nadie sabría la total verdad. Nunca mas me acompaño. Pero todo tiene un ciclo aunque no lo sabia. Nos seguimos cruzando y nos saludamos como dos extraños. Como la primera vez pero sin ningún sentimiento de mi parte y por su naturalidad tampoco de la suya. Hoy, años muchos años después recuerdo ese cálido momento sonrío y pienso que inocencia detrás de unos ojos. De una mirada y de un calido beso intenso.
Salvajes inocentes
Autor: Eliana Carrizo  698 Lecturas
Me despierto por la mañana, me visto en media hora porque a las siete de la mañana a mi no se me puede pedir mucho, voy a desayunar una magdalena o puede que un trozo del bizcocho que quedó ayer. Mi madre vuelve a pelear con mi hermano por la ropa de los cojones, el crío tiene catorce años pero no sabe que ponerse en el invierno para no acabar con una hipotermia. Ya aprenderá. Yo me pongo mi cazadora de cuero negro rota por el bolsillo derecho, me pongo mi bufanda anudada al cuello como un señor de sesenta años. Me pongo los cascos, cojo las llaves, me despido de mi madre, meto prisa a mi hermano, el dice que llega, yo sé que no. Salgo a la calle con un frío de cojones con los cascos y Freddie Mercury en el reproductor del móvil, miro si tengo algún whatsapp, pero hace ya mucho que eso no pasa. Cruzo una calle, mirando que no hayan coches, miro el reloj y me doy más prisa, no porque quiera llegar al bachillerato antes, es porque me da vergüenza llegar tarde y que todos los payasos de mi clase me miren como si fuera la reina Sofía, o un fantasma. Ojalá fuera eso último, aunque a veces me sienta como uno. Llego a tiempo a clase y me meto rápido en el aula. Corro las cortinas, porque al sentarme la última, siempre me toca hacerlo, no por nada, sino porque me gusta mirar por la ventana y si no lo hago, luego me molesta hacerlo. Comienza a llegar gente y en mi cabeza solo hay dos pensamientos. Contradictorios. Uno quiere que el profesor no haya llegado, el otro reza porque no pierda más clase. No porque aprecie al profesor o algo así, si no porque ya hemos tenido demasiadas vagas, y vamos muy atrasados. Llega mi compañera y se sienta a mi lado, a ella le da igual llegar tarde. Dependiendo del profesor que toque, dará clase o nos dejará a nuestra cuenta. Si da clase, siempre hay gente hablando, porque van demasiado sobrados para aprobar. Todos sabemos que no es así, pero no diremos nada, es su problema. Si nos deja por nuestra cuenta, todos nos pondremos nuestros cascos para no escuchar, ni la realidad ni nuestros pensamientos, yo creo que es porque nadie tiene la consciencia tranquila, y no queremos escucharla. Somos todos unos cabrones, excepto dos personas, y lo sabemos. El chico delante de mí se gira y me comienza a habar, me quito los cascos, le pido que repita y me río de lo que dice, tiene unos ojazos, pero no lo reconoceré jamás. Él es una de las personas que no son unas hijas de puta de mi clase, la otra persona se sienta delante, no es que no sea una cabrona, que no lo sé, la conozco pero no tanto. Es que no tiene tiempo. Siempre está estudiando. Al lado suyo se sienta una de las personas que yo considero más cabronas y falsas de este mundo, y eso que a mi me cuesta decir que alguien es falso. Para mí algo falso es algo malo, de los chinos. Pero esa chica es una zorra, a nadie le cae bien, creo que estamos en la misma situación, pero por diferentes motivos. Se las da de sabihonda, pero es estúpida. Los tres chicos de al lado mío se ríen, los tres estúpidos, tres cabritos, hay uno que se salva, curiosamente es el ex de mi amiga. Los otros dos son estúpidos, que curioso que el rubio sea el más estúpido. Se acaban mis clases comunes y me voy a griego, o latín, que mas da en las dos haré lo mismo, nada. Leeré algo de cultura del libro y que le den. La profe es estúpida, en griego hay una chica que se llama como yo que es una zorra falsa y dramática. En latín hay dos más, esas son especialmente idiotas. Saco los caramelos de mi chaqueta que me tienen adicta.  Son difíciles de encontrar, y caros. Se acaban las clases y me voy, me bajo con mi compañera, que folló ayer y tiene agujetas. No me engaño, estoy celosa, yo también quiero follar. Llego a mi casa, esquivo a mi madre, apago el trasto para barrer, cojo a mi gato y me meto en mi habitación. Suelto mi mochila con asco, prácticamente, me deshago de mi cazadora y dejo los cascos en la mesa, siempre en el mismo sitio. Llega mi hermano, mi madre nos llama a comer. Comemos algo supuestamente nutricional mientras vemos el telenoticias y nos cabreamos por la basura de sociedad en la que nos ha tocado vivir. Llega el fútbol y a mí la sociedad me da más asco.     Me voy a mi habitación otra vez, y tengo bastante claro que no pienso salir de ella. En el fondo sé que si saldré, tengo que ir a una academia de repaso. Ya me llevará mi madre. O no, depende de cómo la pille. Vuelvo a mirar el  móvil, específicamente el whatsapp, pero hace mucho que nadie está al otro lado de ese chat. Pongo la música sin los cascos y canto un poco. No canto nada bien, pero me gusta, mi madre dice que se me da bien llevar el ritmo, a mi me gusta bailar, por eso. Que pena que ya no lo haga. Algún día volveré a intentarlo. Me fascina mi gato, es atigrado y naranja, tiene los ojos verdes y está gordo. Pero es más inteligente que el resto de gatos, sabe utilizar el espejo como retrovisor, y se aprovecha de quien puede para tumbarse encima de la gente. Creo que la gente tiene telepatía con sus mascotas. No estoy diciendo que yo si la tenga, que es justo lo que pienso. Digo que los animales tienen esa forma de mirarte que dice: Sé lo que estás pensando y sé que tu sabes lo que yo pienso, o al menos lo intentas. También creo que los gatos ven fantasmas, pero eso es otra historia. Mi hermano se va a entrenar, y mi madre a andar. Antes tenía compañía en este momento, pero se fue a la mierda. Da igual, me gusta estar con mi gato, y con la música. Tengo un trabajo muy importante, por eso de segundo de bachillerato. Pero me da pereza, obviamente lo acabaré haciendo. Pero me da pereza. Así acaba pasando la tarde, y se hace de noche, y llega mi padre, le quiero, pero cuando se pone pesado es insoportable. Mi madre dice que soy clavada a él. No se equivoca, pero también me parezco a ella, cosas de ser la primera o algo así. Me gusta dormir solo en ropa interior. Pero ya hace frío, me he puesto una manta pero no es suficiente. Y me duermo. Y mañana es probable que repita el mismo ciclo. En realidad, esto sería un día básico y clásico en mi vida. Pero no le quitemos la ilusión al mañana. A ver que pasa. Dicen que la suerte no olvida, pero yo no me lo creo, llevo colgados en el cuello todos los “amuletos” que hay en mi casa, y la suerte ya me debe varias bastante grandes. No me las va a devolver, y yo lo sé. Pero no le quitemos la magia.
Básicos y Clásicos
Autor: Hayami  447 Lecturas
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Social Network
Autor: CELIA  337 Lecturas
Iba a escribir de título “lo que siento por tí” como si fueras tú la razón de cómo me siento, eso no es así, la gente se siente como se siente por sí misma y no por los demás.   Entendiendo esto, si me siento mal es por mi causa y si me siento bien es por mi causa, ya que hay gente de todo tipo sobre la que no tenemos control pero sí que tenemos control de algo, de nosotros mismos, al menos de nuestro más íntimo ser, más allá de nuestra piel, de nuestro crecimiento, metabolismo de nuestras células y ADN.   Así, me puedo olvidar de cómo me siento cuando pienso en ti, pensando en otra cosa. Puedo bailar, beber, cantar, trabajar, tocar algún instrumento, drogar la mente… drogarme no es evadir, es simplemente darme cuenta de que no es sano estar triste todo el tiempo ni dedicarle horas a algo que no es tan productivo ni me hace bien en mi vida mundana…   Cuando pienso en ti, me pongo triste y feliz, me dan ganas de llorar y de bailar y también ansiedad… hay varias facetas, me duele que no me quieras pero me emociona pensar que si puede ser así (hay un universo de posibilidades) y todo junto me hace sentir viva.   Es mejor amar y sufrir que no sentir nada y vivir por nuestras responsabilidades… el amor te hace darte cuenta que la vida no es sólo trabajar, comer, bañarte, lavar… todo lo cotidiano pierde importancia, amar nos vuelve más espirituales. Aunque la gente te diga que debes poner los pies sobre la tierra, por qué??? Ojalá me pudiera concentrar en lo que siento por un día entero sin tener presiones sociales… supongo que por eso la gente se enfada conmigo, porque en esta sociedad, cada vez más globalizada, muchas veces la gente no entiende porque prefiero estar sola que con ellos, aunque los quiera.   El secreto es que nunca estoy sola… estoy conmigo y con Dios.   A veces, me gusta estar enferma, sentirme triste… es una excusa para estar conmigo misma y tengo tiempo de analizar las cosas que me pasan, mis objetivos y mi relación con Dios.   Cuando estoy enferma, triste, desganada, enamorada… no me apetecen las cosas terrenales.. no me apetece trabajar y a veces, mi cuerpo me lo impide hasta el punto que literalmente no puedo. Cuando llega ese momento, me dejo de sentir culpable por no hacer esto o aquello, por no atender personas… es cuando digo, necesito espacio para mí, para mejorar, para crecer… es cuando me acuerdo de Dios y le pido por mejorar mi situación y cuando esto pasa… me acerco a Él y mi vida se llena de maravillas de nuevo… a veces es como si volviera a nacer.   A veces disfruto tanto de mis momentos de soledad, casi siempre obligados, que cuando vuelvo es como volver de unas vacaciones maravillosas donde te divertiste y te enamoraste y saber que otra vez es lunes y todo acabó, entonces me vuelvo a deprimir y drogo mi mente con responsabilidades de nuevo y dejo de vivir por un rato, que pueden ser días, meses o incluso años. Es bueno amar, en su justa medida, el problema es que casi nunca parece así, o parece mucho o parece poco, aunque siempre es lo que es y por tanto es perfecto.   Será por esto que a las personas buenas les pasan cosas malas??? Accidentes, desamores, pérdidas… Para hacer un stop en las vidas mundanas y recordar lo que es verdaderamente importante, lo que no pueden hacer las máquinas ni la ciencia… lo que te hace sentir … sentirte Tú.   Cuando contemplo el suicidio, la gente me mira raro. Algunos creen que es broma, otros se preocupan… nadie entiende por qué una chica inteligente, bonita, cariñosa, sin problemas aparentes y con una vida llena de posibilidades contempla esto… y es que mi interior está tan escondido que ni siquiera yo puedo explicarlo muchas veces, ni siquiera yo puedo entender la profundidad de estos pensamientos y sentimientos… sólo Dios…   Creo que a veces quiero simplemente bajarme de la montaña rusa en la que estoy, en la que los días pasan haciendo lo que se supone que tengo que hacer y si no lo haces eres inconsciente, egoísta e irresponsable… en los que envejezco y no me caso, no tengo hijos y no sigo lo que la sociedad dice que tengo que hacer bajo la mirada fría de mis padres y gente más cercana que siente pena por mí y mi “inconsistencia”…creo que ellos hacen que hasta yo sienta pena por mí, por ser diferente, todo esto me hace creer a veces que debo estar mal no pensar como los demás y no “lograr” lo que todos esperan de una chica como yo, con mis posibilidades, con mi preparación, con mi belleza física, con mis conocimientos y profundidad... creo que quitarme la vida es lo único que puedo hacer para no sufrir el peso de ser diferente… aun cuando no quiero serlo, lo soy, y al mismo tiempo, tengo cosas que me han inculcado y que odio, porque a veces creo que son importantes, porque me adoctrinaron para creerlas pero que en el fondo sé que no es así, que lo que es bueno para muchos para mí no lo es necesariamente.   No quiero vivir una vida convencional aunque muchas veces me sienta mal por no vivirla… por querer salir y hacer cosas que ya no están tan acorde a mi edad… cuando era más joven estaba mal hacer esto y aquello porque era muy chica y ahora resulta que estoy muy mayor para otras cosas… porque  resulta que “hay una edad para todo” por qué siempre me siento juzgada por hacer cosas que me nacen hacer? Vestirme como me quiero vestir? Amar a equivocados y dejar ir a los buenos… Acaso algo es bueno porque todo el mundo lo hace? Cuántos divorcios, cuántos abortos, cuánta gente infeliz…. Porque incluso los más felices tenemos momentos de momentos y es por ellos que escribo, es ahí cuando contemplo el suicidio y es cuando me acerco a Dios.   Entonces sí, lo acepto, estoy triste, pero aprovecho mi tristeza como una oportunidad más.   Amo que no me ames aunque yo te ame… amo eso porque me hace estar en soledad, con mis pensamientos, me hace ser irresponsable, me hace sentir, me hace renovar mis objetivos y estar cerca del único que nunca me dejará de amar que es mi Dios.   Y cuando le pido a Dios que me ames, Él calla y creo que para Él es importante que pase por esta tribulación para reencauzar mi vida, por eso calla. Por eso no me dice “ve tras él que es tu amor” porque me dedicaré a ello como gusto y cerraré este momento, por eso no me dice “déjalo” porque me olvidaré de todo y drogaré mi mente, una vez más, no soy de las que se apegan demasiado, sé perfectamente cómo controlar lo que siento, aunque a veces me cueste más que otras veces…   Pero eventualmente Dios tiene misericordia de mí y cuando sea el momento, cuando ya esté preparada, cuando haya aprendido lecciones… me dará una respuesta clara, clarísima y sin lugar a dudas sobre ti, mi amor.   El dolor no viene del sentimiento de amor.. viene del apego… siempre te voy a poder amar a la distancia, sin ataduras, sin remordimientos… si no estamos destinados juntos y si decidiéramos no estarlo, me hará feliz verte feliz aunque no sea conmigo pues eso es el verdadero amor… me hará feliz que vengas y disfrutaré de estos momentos contigo pero luego no estaré triste cuando te vayas, recordaré con mucho cariño todo lo que aprendí de ti y nuestros momentos los atesoraré en el fondo de mi corazón y cuando mi mente no lo permita… mi alma se acordará de ti.   Se supone que para amar debo esperar algo a cambio, sino no me respeto a mí misma… no sé cómo descifrar este secreto de las abuelas… pues muchas veces me han amado a mí y yo no he correspondido y estoy feliz y tengo suerte de poder decir que me han amado muchas veces aunque  sin querer haya roto un par de corazones, el mío ha sido roto también… creo que así va la vida y de todo he aprendido y no me arrepiento y si lo veo con detenimiento, en realidad no me arrepiento de nada, aun sabiendo que las cosas pudieron haber sido distintas, no lo lamento, acepto cómo pasaron y sigo en la montaña rusa.   En fin, lo que siento por ti no es tanto lo que siento por ti, el problema es lo que siento por el hecho de que no me quieras como quiero que me quieras lo que me ha inducido a escribir esto…mi inspiración de esta noche… te lo respeto, no te juzgo, no tienes por qué darme lo que no puedes o quieres dar.. no es egoísta, estás en tu camino personal y no tengo que ser parte de él, aunque tú, de momento, estés en el mío, ya congracié mi alma con la tuya, te perdoné en todos los casos, aunque no sé qué vas a hacer, mi alma se acordará de tu alma y no de las decisiones que tomaste… mi alma está feliz de haber tenido la oportunidad de tocar la tuya y te lleno de luz y amor hoy y todos los días que pienso en ti.   Estás en mi camino como tantas piedras con las que me he tropezado, con las que me he hecho daño y las que me han ayudado a reconocer los peligros del camino, a estar más atenta… algunas te cortan, algunas te fracturan, algunas apenas te sacan ampollas y otras te rozan… todas están para que prestes más atención y no te desvíes de tu llegadero final. Algunas veces he encontrado piedras que eran frutos y me alimentaron, otras veces alimentos que eran piedras y no tenían nada que darme… otras veces piedras bellas y muy altas, para que yo contemplara sin tocar y otras veces piedras que en realidad eran semillas de algo nuevo, algunas cultivé y muchas otras no, algunas me enfermaron… otras me nutrieron y muchas me curaron en cuerpo y alma. Algunas veces hacen bien al principio y luego, en exceso enferman y otras no las cuide y se pudrieron, otras eran amargas y feas y me hacían bien… como los remedios de la abuela, algunas fueron alucinógenas… todavía no sé qué eres tú y me excita y me aterra probarte un poco más… te he probado tantas veces y no sé a qué me sabes…   Terminando el vieje al centro de mí, por hoy, pensaré un rato más en ti mientras me duermo, igual hasta sueño contigo y me haces falta en la cama… pero mañana, que es lunes, cuando ya no tenga tiempo… me drogaré con mi trabajo, mis amigos, tal vez con drogas de verdad… así que hasta pronto mi vida, mi amor, te lo digo y le digo hasta pronto a mí misma que de momento, cuando tiene tiempo, sólo piensa en ti y que se corta el impulso de escribirte, de buscarte, de ser yo, para no agobiarte, para cumplir con lo que se espera de mi y seguirte amando a la distancia, aunque no sepa si tú me ames y me parezca que no. Y me pregunto, tiene Dios una respuesta para mí hoy, o si será el silencio mi respuesta esta noche?                      
  Monólogo Nada ni nadie te hizo cambiar   ¡Oh, amiga Mía! Cuántas veces reproché tu altanería  Cuántas veces critiqué tus injusticias Decías, ser yo tu mejor amiga Pero a mí también me ofendías   Aprovechabas el alto cargo que ocupabas Para humillar y maltratar a tus empleados ¡Pobres empleados tuyos! Trabajaban bajo la sombra de tu poder   Acaso, amiga mía Tu indomable genio,  ¿sólo era con trabajadores? No amiga, no, también con familiares y amigos ¡Oh, qué horror! Te obedecían por miedo, mas no por respeto   Eres variable, a veces cariñosa, a veces ofensiva Crees que nadie te quiere, reniegas y ofendes Inventas ser víctima de maldades de la gente Tomas venganzas injustas con seres inocentes   ¡Oh, amiga mía!   Cuántas veces se pierden tus objetos y joyas Cuántas veces culpas de robos a inocentes Cuántas veces encuentras todo lo perdido Cuántas veces te arrepientes, sin pedir perdón.   Repites que eres generosa con familiares y amigos Pero sufres cada vez que disminuye tu dinero Recuerdas a cada momento el obsequio que diste ¿Serás tacaña? ¿Serás generosa?   Jamás reconoces tus errores, ni ofensas Los culpables son tus empleados, familiares y amigos Crees que eres perfecta, que nadie te iguala Tus momentos felices son la danza y el canto.   ¡Oh, amiga mía!   Recuerdo aquel día que fuiste amenazada de muerte Fuiste amparada por, algunos guarda espaldas Y era yo quien tu auto conducía para hacerte compañía¡Oh amiga mía, tal desgracia imprevista me dolía!  No soportabas la compañía de quienes te protegían “Vayan al diablo, que ni al baño me dejan ir sola” –les decía Los pobres, guarda espaldas ni sabían qué hacer Yo aceleraba el auto, por nervios y tú te enojabas.   ¡Oh amiga mía qué necia eres!   Recuerdo a Roberto, aquel que tanto te amaba Tú también lo amabas, pero no le demostrabas Él te alegraba con canciones versos y poemas Tú criticabas, rechazabas, aunque sí te gustaba   Te compró un anillo de diamante, de compromiso En lo profundo de su alma, deseaba hacerte su esposa Inclinó su talle ante ti, entregó el anillo y propuso matrimonio Y, tú altiva y orgullosa, rechazaste la propuesta   Perdiste el gran amor de tu vida ¡Ya no llores amiga, ya no te arrepientas! De nada te sirvió pedir perdón, de nada. Roberto ya no te ama, te olvidó.   ¡Oh amiga mía! Se cumplió tu siclo laboral Dejaste de ser aquella dama poderosa La vejez te agobia, pero nada te cambia Maltratas a tus familiares y conocidos   ¡Oh amiga mía! Cerraste las puertas de nuestra amistad Te enojó mi matrimonio y mi familia Yo te considero, sigo tu amistad en pensamiento   ¡Oh amiga mía! Las enfermedades te conducen a la tristeza y soledad   Quiero consolarte, recordando tus momentos felices Bailabas “La danza ritual del fuego” “La leyenda del beso” Te aplaudían, te admiraban, te elogiaban, te hacían invitaciones.>   Recuerda ese tour que recorrimos Gozaste de playas y bellos paisajes Compraste hermosas artesanías>.   Te obsequiaban arreglos florales y joyas No faltaban los agradecidos por tu labor Y, tuviste muchos admiradores>   Amiga mía, te mando por escrito estos reconocimientos Me hubiera gustado hacerlo personalmente. Pero cerraste las puertas de nuestra amistad. Tienes sesenta años y mucho por hacer, aún eres joven.   ¡Oh, amiga mía! Te quiero, te perdono y no te olvido.                    
Cada vez que veo a mi prima de 6 años haciendo locuras apropiadas a esa edad pienso lo mismo; ¿yo sería así con su edad? Es algo hermoso. No ve el peligro, disfruta cada minuto que sale a la calle y no tiene vergüenza de nada ni a nadie. Para ella cualquier momento es bueno para jugar y es algo que me encanta. Pero lo que más me gusta es verla patinar, que aunque se caiga mil veces se levanta y sigue a lo que estaba, que se manche entera mientras come un helado y no le importe y que se ría por todo. Esa risa que puede escucharse en todo el pueblo y tampoco le importa. Y cuando me empieza a besar y a abrazar sin motivo alguno siento que me derrito. Y es que todos los niños son iguales. Con esas piernas llenas de moratones y heridas porque se pasan el día tirados por el suelo, esa ropa que parece que nunca ha sido lavada pero en realidad se la han puesto limpia hace unos diez minutos y esa felicidad y ese amor infinito que tantas sonrisas nos ha regalado. No hay dinero en el mundo que pueda pagar todo eso.No hay nada mejor que la infancia y todos hemos deseado alguna vez volver a ese punto de nuestra vida.Seguro que te acuerdas de que cualquiera podía ser tu amigo o incluso tu mejor amigo. Así de fácil, de un día para otro, sin saber su nombre siquiera. Seguramente también te acordarás de los juegos diarios. Esos de los que jamás te aburrías y ya se habían convertido en tradición. Y si habías vivido en un pueblo sabías que tu hora para llegar a casa era cuando se encendían las farolas de la calle o estar pendiente de las campanas de la iglesia.Para ti no existía el teléfono móvil y tampoco lo necesitabas. Total ¿quién necesitaba la tecnología teniendo un parque y un balón? Que diferente es todo ahora que ya he crecido. Como echo de menos esas cosas. Sin preocuparme porque la casa está sucia o porque hay que hacer la compra. Sin pensar en todas las cosas que tengo que hacer al día siguiente.Pero aunque todas esas cosas yo ya no las vaya a vivir de nuevo, me reconforta ver a otros niños aprovechar este tiempo porque ellos también crecerán y, posiblemente, piensen lo mismo que pienso yo ahora.
Volvamos a ser niños.
Autor: Esmeralda  520 Lecturas
              El puerto  de ojos verdes   La primaria etapa escolar en  nuestras vidas que nunca  podremos olvidar, donde soñamos con ser adultos y el mundo disfrutar, ilusos del amor platónico que en nuestra niñez buscábamos como estrella fugaz.   Las alarmas que anunciaban la hora de despertar y las madres que gritaban a gran voz ¡a despertar rápido  que a la escuela temprano hay que llegar! esto se Sentía como si un terremoto sacudía la isla y envuelto entre la pasión de la sabana sin querer despertar, un idilio entre la almohada y la cama que ningún ser humano ha querido dejar, las alarmas seguían sonando anunciando que se hacía tarde para llegar, con la camisa coja y el desayuno comido por  mitad en pleno canto del himno que acababa de empezar, en fila todos debíamos estar como hormigas listas para trabajar seguido del sonido de los pasos de la directora que se sentían como dictadora por el medio de las filas al caminar, al ondear de la bandera ahí llegaba la chica risueña de pelo largo que todos no dejaban de mirar con sus ojos de color ámbar que nunca hubiese visto jamás. La directora la presentaba a los presentes allí como decreto de una nueva ley para la sociedad, su nombre no sé si era Carla, angélica, o estela o algún nombre de hijas de millonarios en medio de un recinto mediocre que albergaba niños sin parar, la chica de ojos verdes la llamaban los maestros del lugar  la chica de los ojos verdes a todos daba de que hablar meritoria en todas las clases con un talento sin igual, sin darme cuenta en parte de sus  fans me convertir y mariposas en el estómago empecé a experimentar , en la tómbola de la inscripción en quinto curso con ella me toco estar siendo su fans desde las gradas a al terreno me toco estar, la chica de los ojos verdes a mi lado en la clase se empezó a sentar, mi corazón como  un volcán empezó a erupcionar, sin mediar palabras por la tarea la chica me empezó  a preguntar ¿me puedes tu cuaderno prestar?, como si padeciese  de Parkinson mi cuerpo empezó a temblar con la mano tambaleando el cuaderno le pude pasar , sonrió y dijo ¿Qué te pasa? Le dije que tenía frio en medio de  un calor que podía matar. ¡La chica de ojos verdes! todos hablaban sin parar desde quinto curso una estudiante sin igual revestida de nobleza como una princesa de nunca jamás, la chica de ojos verdes la primavera la empezó a desarrollar creciendo su hermoso semblante y entrando a la juventud divino tesoro donde la cual todos queremos ser inmortal, con sueños de ser profesional en medio de una sociedad donde solo con favores podía su sueños hacer realidad. Cuando caía el crepúsculo entrando en el duro invierno, al caer la lluvia en las ventanas dándole la bienvenida a la segundaria, en donde empezamos un nuevo estilo de vida, las vivencias de la primaria eran más que un recuerdo del ayer, la pubertad abría las puertas a todo joven que por ella pasaba, en el crecimiento de las hormonas y emociones surfeaba en mi mente de adolecente, en el espacio infinito de mis recuerdos me preguntaba que había sido de la chica de ojos verdes aquel amor platónico de primaria, pensaría que el éxito la alcanzo no solo por su gran belleza sino también por el desborde de inteligencia que de ella brotaba.  La chica una joven estrella que alumbraba desde el firmamento las noches de luna llena. Preguntaba a transeúntes del lugar, que había pasado con la chica de ojos que como luz resplandeciente ilumino aquel pequeño barrio perdido en una inmensa pobreza y oscuridad.Entre preguntas sin respuestas encontré un familiar que juntos en el recreo solíamos jugar, quien sin mediar palabras sobre la chica me empezó a contar ¡le mataron le mataron! Exclamaba sin cesar, y yo desorientado me preguntaba si la hubiesen asesinado en el lugar, luego de que se expresó y con su rostro desilusionado le volví a preguntar la mataron aquí en el lugar el levanto la cabeza y con una mirada totalmente sumida en la tristeza y con voz entrecortada me expreso, mataron sus sueños cortaron sus alas aquella niña que toda la familia y este lugar admiraba, sorprendido y cabizbajo me quede al escuchar sus palabras, le dije cuéntame más que desde que salimos de la primaria de la chica de ojos verde no volví a saber de ella jamás  hasta este día en que de ella me contas. Lentamente me contaba que a pesar de su talento y su gracia para hacer las cosas muchos solo querían su cuerpo, para pasar sobre ella como camiones contrabandista en una carretera virgen y sin huellas, le decían que para llegar su cuerpo celestial tenía que a la tierra entregar, ella se impuso por un tiempo contra el sistema pero a la falta de oportunidad y voces que ahogaban su anhelo de seguir siendo aquella chica risueña de ojos verdes, los sonidos de los cuervos del lugar que como chacales y coyotes  sus sueños querían despedazar.  Pero un día nos sorprendió a todos al despertar en media navidad Parecía como si el cerebro le acababan de lavar y todo en ella empezó a cambiar, ya no era aquella risueña se volvió fría y perversa, de su labial fresa lo cambio por tragos de cervezas, aquella cenicienta ya no era una plebeya consentida, su mentalidad el sistema cambio haciéndola parecer como una flor marchita, ya no cargaba libros en sus manos ni cuadernos en su mochila eran remplazados, por alcohol y nicotina la hooka ella auspiciaba en las esquinas y en las noches se escuchaba llegar como grillo gimiendo que la madrugada se avecina, en su habitación  ya no sonaban las melodías angelicales de las alarmas de princesas si no el sonido de las botellas de tequila que caían por toda la alcoba de la chica,  gabinetes de interiores llenos de copas rotas y un diario lleno de lágrimas con sueños y canciones rotas, en los periódicos como pirata buscaba trabajo sin cesar, de soñar de presidir un palacio a una simple banca de lotería le toco trabajar, su sueldo no era más que cascajos de pesos y propinas de cervezas como si fuera una cualquiera de una barra sin igual, al reflexionar ella un día viendo su corona de reina de cristal de que algún día su sueños ella vería realizar, decidió ir al mar y allí como la mujer del muelle de san Blas el barco de sus sueños esperar.  Sin dejarlo hablar más hacia aquel muelle me dirigí y un gran temor me sobrecogió al verla como una estatua de marfil, donde las gaviotas y las palomas se sentaban juntas para esperar el barco de sus sueños que aun todavía no llega,  con su vestido de princesa y sombrero de una damisela, allí quedaron los sueños de una joven risueña, donde las aguas del mar caribe que rodea aquel puerto día y noche golpean su cuerpo endurecido. Allí quedo como estatua de marfil la joven risueña esperando el barco de los sueños dorados y a su príncipe como en las novelas, sus sueños marchitos se convirtieron en una plaza donde van los desilusionados, vagabundos, admiradores y poetas a contemplar la estatua de marfil de aquella chica risueña, aquellos hermosos ojos verdes que el sistema quemo sus sueños como si fuera un hechicera quemada en la hoguera, hasta aquí y por siempre será la joven de ojos verdes risueña que conocí en la más grande escuela.  
Cinco hombres con sed de sexo contra una mujer indefensa que ha sido drogada por ellos anteriormente. ¿Qué os parece?Este tema da para un libro entero, pero no se merecen tanto.Yo, siendo mujer, cuando veo este tipo de cosas siento miedo y pena a la vez. Miedo porque nunca se lo que me voy a encontrar cuando voy sola por la calle y también porque tengo una hermana pequeña que está en esa edad que quiere salir por la noche con sus amigos. Y pena por todas las mujeres que han pasado por algo tan horrible y en especial por esa pobre chica.Entre ellos, según he leído, un policía y un militar. Gente con profesiones que se supone que están para proteger, pero si antes no me lo creía, ahora todavía menos. El tema político ni lo voy a tocar porque ya sabemos como están las cosas por ahí arriba. Sólo diré que es vergonzoso e irrespetuoso.Espero que en la vida que os queda os pasen cosas tan malas que no podáis vivir con ellas, igual que vuestra víctima. Espero que tarde o temprano os deis cuenta del daño que habéis hecho, no sólo a ella, sino a todas aquellas personas a las que esto les afecta, incluyéndome a mi. No, no la conozco personalmente, a penas se quién es pero se que no se merecía eso y se que sufrió, está sufriendo y, probablemente por vuestra culpa, seguirá sufriendo durante mucho tiempo, aunque deseo de todo corazón que logre seguir con su vida y vuelva a ser feliz. Pero, por desgracia, estoy segura de que no podrá olvidarlo.Sois repugnantes y enfermos y lo peor es que os sentiréis orgullosos de lo que habéis hecho ¿verdad? Además también os sentiréis seguros porque hay gente que os apoya y os protege.Sólo me queda deciros que os odio.¡No es no! A ver cuando os enteráis.
Carta a "La manada".
Autor: Esmeralda  475 Lecturas
Para muchos celebrar un cumpleaños se basa en una gran fiesta, un montón de regalos, mucha gente y una gran tarta. Pero para mi familia es una buena cena íntima, algún regalo si es posible y una deliciosa tarta casera.A nosotras nos gustan los pequeños detalles. Esos que se demuestran con amor y agradecimiento.Aquí no hace falta el dinero ni los restaurantes de lujo. Ni siquiera limpiar la casa a fondo para los invitados. Aquí sólo se valen las sonrisas y las carcajadas sinceras. No es necesario fingir. Y si sólo somos cuatro mujeres sentadas en la mesa pues mejor que mejor. Una madre con sus tres hijas. ¿Puede haber mejor regalo para una hermana mayor? Yo creo que no, y lo creo sinceramente.Si hubieras visto como la felicidad se apoderaba de nosotras te habrías apuntado seguro.Con esto he aprendido lo importante que es la familia y lo bonito que es disfrutar de ella.Felices 22 teta.
¡Felicidades!
Autor: Esmeralda  478 Lecturas
  Amanece…hay un nuevo día y yo te busco desde mi despertar. Te busqué ayer…te busqué hace tiempo… ¡y no te puedo encontrar! Te busco en el rostro de la gente que camina ajena por mi lugar… busco tu mirada…busco tu sonrisa… busco tu figura, tu  cuerpo erguido con tu elegante andar. Busco tu voz, susurrante en mis oídos cuando en mis sueños siempre estás. Busco esas palabras que me paralizan pero que…cuando despierto, ¡Jamás las puedo escuchar!. Busco tu presencia, el aroma de tu perfume, ese que se mezcla con el tabaco del cigarrillo que fumas… ¡pero…no te puedo encontrar! Busco esa esencia tuya… tan sola tuya, que me hace enamorar. Busco tu abrazo fuerte, la ternura de tus manos temblando, cuando en mis cabellos ellas están. Te busco…y quizá…solo quizá mañana yo te pueda encontrar, porque tengo prisa…¿sabes? los años de mi vida corren y no los puedo volver atrás!!!             Pero te seguiré buscando aun cuando el cielo se corra más allá, aun cuando las estrellas envejezcan y se oculten en otro lugar. Te buscaré ante el océano cuando las aguas lleguen al mar. Te buscaré en cada mañana, cuando el sol o la lluvia formen parte del día que he de transitar. Te buscaré en cada latido que mi corazón me permita habilitar… cada vez que yo vea a un hombre y crea que en él estás… te miraré firmemente a los ojos a ver si tú me puedes recordar. ¡Te buscaré…mi ilusión extraña aunque al mundo tenga que despoblar… te buscaré sin cansancio, pero con la prisa de mi ansiedad, y…si acaso alguna vez te encuentro ya casi sería, en mi último suspirar pero ten por seguro, que  aun en ese instante no te dejaré de mirar…y extenderé mis manos para aferrar las tuyas, para  que tú sepas que te acabo de encontrar…y aquél sueño que siempre tuve, ¡ese día!..¡ese día! se habrá hecho realidad. Te habré encontrado… ¡SÍ!!! con tu mismo rostro, con tu mismo mirar, con tus manos temblorosas, que… por mis cabellos deslizarás.               Pero… ¡yo me iré y tú te quedarás! como  el sueño que siempre tuve donde no estabas en mi despertar… pero… aun hoy te busco , ¡ tú me tienes que encontrar, porque… tengo prisa… y los años de mi vida corren y no los puedo volver atrás!. Te busqué…te busco…te buscaré aun cuando yo me haya ido hacia la eternidad, desde donde habré de mirarte entre la gente al caminar, dejando al pasar tu perfume mezclado con el tabaco del cigarrillo que fumas.                                                              Rq
Ilusión extraña
Autor: Lucía Rossi  493 Lecturas
SI MAÑANA NO TE CONTESTO LAS LLAMADAS, MAMA. SI NO TE DIGO QUE VOY A LLEGAR A CENAR.SI MAÑANA MAMA NO APARECE EL TAXI, TAL VEZ ESTOY ENVUELTA EN LAS SABANAS DE UN HOTEL, EN UNA CARRETERA O UNA BOLSA NEGRA. TAL VEZ ESTOY EN UNA MALETA O ME PERDÍ EN LA PLAYA. NO TE ASUSTES MAMA, SI VES QUE ME APUÑALARON. NO GRITES CUANDO VEAS QUE ME ARRASTRARON. MAMA ,NO LLORES SI TE ENTERAS QUE ME EMPALARON. TE DIRÁN QUE FUI YO, QUE NO GRITE, QUE FUE MI ROPA, EL ALCOHOL EN MI SANGRE.TE DIRÁN QUE FUE LA HORA, QUE ESTABA CAMINANDO SOLA, QUE MI EX EL PSICÓPATA TENIA MOTIVOS, QUE YO FUI INFIEL, QUE FUI UNA PUTA. TE DIRÁN QUE VIVÍ, MAMA,QUE ME ATREVÍ A VOLAR MUY ALTO EN UN MUNDO SIN AIRE.TE JURO, MAMA, QUE MORÍ PELEANDO.TE JURO, MAMA, QUE GRITE TAN ALTO COMO VOLÉ. SE VA A ACORDAR DE MI, MAMA, SABRÁ QUE FUI YO QUIEN LO JODIÓ CUANDO SE VEA EL ROSTRO CADA MAÑANA, CUANDO VEA LA CICATRIZ QUE LE DEJE, CUANDO ME VEA EN EL ROSTRO DE TODAS LAS QUE VAN A GRITAR MI NOMBRE.PORQUE SE , MAMA, QUE NO VAS A PARAR, PERO, POR LO QUE MAS QUIERAS, NO ATES A MI HERMANA, NO ENCIERRES A MIS PRIMAS, NO PRIVES A TUS NIETAS. NO ES SU CULPA,MAMA, TAMPOCO FUE MÍA.SON ELLOS, SIEMPRE SERÁN ELLOS.LUCHA POR SUS ALAS, POR LAS QUE ME CORTARON.LUCHA PARA QUE SEAN LIBRES Y VUELEN MAS ALTO QUE YO.QUE VIVAN SIN MIEDO, MAMA,TAL COMO VIVÍ YO.MAMA ,NO LLORES MIS CENIZAS.SI MAÑANA SOY YO, MAMA, SI MAÑANA NO VUELVO,DESTRÚYELO TODO. SI MAÑANA SOY YO, QUIERO SER LA ULTIMA.
A POR TODAS
Autor: A....  642 Lecturas
Querida yo del futuro,Quiero que inviertas un poco de tu tiempo en mí. En ti. Así que túmbate unos 3 minutos y deja de  hacer lo que estás haciendo. Anda, escúchame. Seguramente estás escuchando esto y no recuerdas cuando lo escribiste. O sí. Nuestra memoria siempre ha dependido de nuestras ganas por hacer algo. Pero hoy quiero pensar que algún día, me lo vas a agradecer. No sé cuando ni con quien estarás leyendo esto pero quiero preguntarte algunas cosas. De hecho, lo necesito. Quiero que recuerdes las ganas de viajar que siempre tuviste. Y que te preguntes si has viajado y conocido todos los rincones que siempre quisiste ver. Quiero saber si has aprendido a parar el tiempo en los momentos que debe ser parado. A quitarte el reloj. A sentir que el tiempo pasa al tempo que solo tú puedes marcar. Que eres la dueña de tu vida. Que no has dejado que te pisaran, que te hicieran olvidar tus sueños, o cambiar tus metas.Dime que nadie te ha privado de hacer algo que amas.Necesito saberte feliz. Necesito saber que has amado con intensidad. Necesito saber que te han amado de verdad.  Supongo que no hace falta que te recuerde las ganas de escribir y leer que tenías. Ojala sigan. Ojala hayas leído tantos libros como palabras hayas escrito.Ojala nunca se te cansen los ojos. ni las manos, ni los pies.  Dime que estás respirando aire fresco.Dime que estás dejando que el viento te acaricie. Que siempre fuiste alma salvaje. También quería preguntarte por nuestro abuelo. Ojala no eches de menos su risa. Ojala la suya sea la melodía que más recuerdes. Y sus abrazos sean los únicos culpables de que te rompas.Y como estoy preguntona, te pregunto por papá. Y por mamá. Espero que sean felices de verte feliz. Como siempre. Ah. Y no te preocupes por tus cicatrices y tus arrugas. Pues son señal de que has vivido. Siéntete orgullosa de ellas y no las escondas que no hay nada más bello que ver que te sientes segura.De ti. De mí. Querida yo del futuro, ahora repite esto conmigo:Me quiero.
QUERIDA YO DEL FUTURO
Autor: A....  386 Lecturas
                                                      LA MUJER VIRTUAL                Mr Edwards Galan, un célebre magnate de la informática, quien nunca supo ni de fracasos ni de flaquezas, se encontraba, no obstante, sumido en la más grave crisis de su vida, a raíz de la repentina y trágica muerte de su joven mujer, con quien se había casado hacía apenas un año y con quien pensaba  compartir el resto de sus días  en su lujosa mansión que mandó construir para ella en las montañas de Aspen.           Sería muy tedioso enumerar aquí los significativos logros y triunfos de su larga carrera. Todo lo que se propuso Mr Galan había llegado a buen término. Venció uno a uno todos los escollos que enfrentó en su vida, salvo, claro está, el de la muerte.             Victoriosa, se burlo de él desde el féretro de su mujer, el día del entierro, en el Forest Lawn  Memorial Park de Los Angeles. Juró vengarse, se ofrendó a si mismo que lucharía contra ella, usando todos los medios que tenía a su disposición, que no eran pocos, por cierto. No en vano lo apodaban  uno de los “padres de la red”.               Los que lo conocían  sabían que no estaba loco y los otros, los que sabían de él por sus libros e inventos fruncían el seño la noche que los convocó en su casa inteligente, valuada en veinte millones de dólares, dos meses después del accidente de su mujer. Reunidos alrededor de una mesa virtual, los más importantes genios de la informática conferenciaban en su casa desde todos los rincones del mundo, a raíz del insólito proyecto que surcaba obsesivamente por los circuitos neuronales del magnate perforando su melancólica ubicuidad.               La idea parecía al principio descabellada, pero viniendo de quien venía y sabiendo de su terrible condición emocional, quizás deberían darle una oportunidad a su imaginación, que parecía ya, a esta altura, no tener  límites. ¿Volver a su mujer a la vida?, se preguntaban algunos incrédulos desde sus laboratorios a miles de kilómetros de distancia. Claro que no era exactamente eso, sino algo similar. Dinero disponía y contaba además con un grupo selecto de los mejores cerebros de la computación mundial que inmediatamente respondieron a su llamado.            El desafío era enorme, pero Edwards, estaba acostumbrado a enfrentar estos retos. Las interrogantes surgían desde todas las ventanas virtuales de su mesa cristalina. Algunos desestimaron el proyecto por su excesiva complejidad; otros, prefirieron sumarse al reto, comprometiéndose a resolver el enigma de la mujer virtual, haciendo uso para ello de los últimos adelantos tecnológicos. Si éstos no eran suficientes, los inventarían.               Ni bien Edwards acarició las ventanas, los rostros desaparecieron de la mesa, ahogándose en el océano infinito de  la red. Debía esperar, ahora, que estos señores resuciten, al menos, la esencia de lo que fue su mujer. Mientras tanto, su casa le suministraba el refugio adecuado para la espera de las noticias; su trabajo, la necesaria distracción. Su soledad, al menos ahora, se diluía en el torrente de los recuerdos, con la esperanza del pronto retorno de su joven mujer.                 2                      Al poco tiempo, ya contaba con los primeros esbozos e ideas surgidas de alguno  de los equipos consultados a distancia. Uno  de ellos, proveniente del Japón, le sugería la creación de una muñeca robot semejante a su mujer en cuerpo y alma y fabricada con  un material similar a la textura de la piel humana. Otro, desde el Canadá, le proponía la construcción de un holograma inteligente.                                                           Desistió de ambos al recibir el tercer proyecto, proveniente de la Universidad de Columbia, el que resultaba meramente de la combinación interactiva de su imagen y voz. La muñeca le pareció algo anticuado  y los hologramas no  le aportaban nada nuevo  ya que en su casa había un compartimento dedicado a estos eventos en tres dimensiones.               A simple vista el tercer proyecto parecía ser  el más sencillo, pero encerraba en si mismo una idea casi revolucionaria. Según los estudios desarrollados por este equipo, se estaría cerca de crear algo así como una inteligencia artificial. Un cerebro artificial con cierto desarrollo autonómico, incluso más que el que poseía su joven esposa.               La idea era la siguiente: valiéndose de las modernas instalaciones de su casa digital, y desde las pantallas  líquidas de las paredes, su mujer podría hablar con él como lo hacían todas las tardes, cuando  el sol  jugaba a las escondidas detrás de las montañas rocosas de Highlands, o cuando la luna, seducida por los pinos, se hundía en el lago, convirtiéndose en caliza.                  Lo revolucionario (esto le gustaba mucho a Mr Edwards) es  que dentro de la procesadora, los recuerdos y vivencias de su mujer  se encontrarían almacenados como en la memoria de un cerebro real. En cierta forma, estaría nuevamente frente al alma de su mujer. La sofisticación de tal invento sobrepasó incluso a  la propia imaginación de Mr Galan. No lo dudó un instante y contrató a estos jóvenes pioneros de la inteligencia artificial.              La tarea requería de mucho tiempo y de la colaboración del mismísimo Edwards. Desde la  mega computadora de su casa, les proporcionó las imágenes  más significativas de su juventud, las impresiones fílmicas de su infancia, las fotos de los principales acontecimientos de su vida y un relato minucioso de su existencia, desde su nacimiento hasta su repentina muerte. Para esto, necesitó de la asistencia de amigos y parientes más cercanos. De todos ellos se forjó el rompecabezas de la vida de Cinthia. Con dinero todo se podía conseguir.                                                                                                                                     3                      En el living de su majestuosa casa en la montaña, construida en forma circular y giratoria, programada para seguir el movimiento solar, (la que había elegido ella para vivir con él), Edwards esperaba ansioso el reencuentro con el espíritu de su mujer. Para semejante suceso, acondicionó la mansión teniendo en cuenta  que ahora (lamentablemente) su mujer  ya no tenía cuerpo; era apenas una mente que estaría esparcida por todas las paredes de  pantalla líquida de la casa circular lista para iniciar una conversación en el momento que él lo requiriese. Así lo estipulaba el proyecto de la mujer virtual y así fue, que las pantallas, multiplicándose por todas las paredes como  un laberinto de espejos, se repartían celosas, el alma de su mujer.            Las dudas, sin embargo, no tardaron en visitar su razón. ¿Sabría ella que está muerta? ¿Sabría ella que sólo está echa de microchips y sofisticados circuitos electrónicos? ¿Lo reconocería como su legítimo esposo?             Sumido en las más tiernas remembranzas, el magnate se resignó a esperar el retorno de su mujer como si esperase la llegada de un ángel caído del cielo. Desenterradas del cementerio del olvido, las evocaciones lo llevaban hasta el día en que la conoció en la fiesta anual de la Cisco Systems. Se le presentó como una  simple admiradora y resultó  ser al poco tiempo su dulce  y entrañable esposa. La diferencia de edad no fue impedimento el día de su boda y menos aún su diferencia patrimonial. Suspicaces comentarios recorrían los pasillos en todas las reuniones en que se los veía juntos. Pero  eso, a Edwards no le importaba. Ya había perdido la mitad de su patrimonio con su primera mujer y había tomado los recaudos necesarios para la segunda. .          También recordaba el último día que la vio con vida y la culpa le removía las entrañas como un viejo malestar crónico. Todo ocurrió repentinamente esa mañana fatídica, cuando ella  rehusó  viajar en el jet privado de su empresa y decidió ir a Los Angeles en su auto a ver a su madre enferma; trató de impedírselo, pero ella, como una niña caprichosa, se salió con la suya  y eso le costó la vida.                                                               4                 La fecha tan anhelada llegó; el proyecto, guardado en un enorme disco duro estaba pronto para ser instalado en el cerebro de  la computadora  de su casa. Los expertos contratados por el tercer equipo llegaron  con las primeras luces del alba. Esperaron en la planta baja a que el ascensor los transportase por una suerte de tubo metálico a la casa circular. Eran dos sujetos de alta estatura y  muñidos de una enorme valija donde traían el cerebro de  su mujer.  De afuera dirían que iban hacia un platillo volador. Prevenidos, simularon sorprenderse.             El día era espléndido, como esos que le gustaba apreciar a ella desde  los amplios jardines de la terraza giratoria. Edwards prefirió dejarlos solos y se fue de caminata por su  chopera de álamos. El débil sonido de la brisa lo guió hacia el lago artificial, enclavado en un pequeño valle verde, ahora inundado por el progreso. El agua, como un diáfano espejo,  ondulaba  su rostro,  con la exigua vibración del aire.             Los hombres pasaron varias horas ajustando los programas hasta  que la mujer quedó instalada y configurada en los circuitos electrónicos de la mansión. Según el plan, con sólo abrir la boca el magnate entablaría una conversación con la imagen interactiva. Ella sólo respondería al tono de su voz y no a otro, como  si fuese su verdadero amo y señor.              Antes de retirarse,  los técnicos instruyeron al magnate en el uso de la mujer interactiva. Su utilización era muy sencilla, pero requería de algunos conceptos básicos. El principal era la contraseña de entrada y la de salida, que siempre debía usar para comunicarse con la pantalla. Nunca debía olvidar y esto era de suma importancia,  que la imagen, a pesar de todo, seguía siendo, de alguna manera, una mujer.               Luego de despedirse, Edwards, afanoso por reencontrarse con su esposa, entró en su casa sigilosamente, por el tubo de metal como si entrase a la jaula de un león. Curiosamente sintió que ya no estaba sólo; como si alguien anduviera rondando el lugar, o lo que es peor  como si hubiera un fantasma.                 El sol ya se ponía,  pero todavía sobrevolaba un resto coqueteando  con  el sofá del living. Enfrente estaba la pantalla líquida, apagada, esperando despertar de un largo sueño;  con sólo  decir la máxima a modo de contraseña su mujer aparecería al instante.             Aguardó  un momento, retuvo el aire de sus pulmones, leyó la frase en silencio, aprisionándola entre sus tejidos. Había esperado mucho para vivir este momento. Afuera, las montañas, recostadas sobre el horizonte, bosquejaban un atardecer circular.            Luego de una breve pausa, de frente a la pared, Edwards  tímidamente pronunció las palabras: - ¿Estás ahí amor?                 De pronto, una luz levemente azulada, como celestial, irrumpe desde la pared,  y la esposa, más hermosa que nunca, mirándolo y sonriendo le contesta: -Claro, querido, aquí estoy como siempre.                   Esas palabras fueron suficientes para provocarle una  profunda emoción; prefirió darse vuelta para que no le vea su cara humedecida por el llanto. Imágenes y recuerdos, de pronto emergieron en la pantalla de su cabeza como si hiciera un zapping con su pasado. Era ella, su misma voz, sus ojos verde  esmeraldas, su pelo fino y largo, su seductora sonrisa. Estaba como el día que la conoció en la reunión anual de la Cisco System. Pero luego recordó que ella no lo podía ver y se volvió hacia la pared. -Es hermoso el atardecer, verdad Cinthia?, dijo Edwards, mirando ahora hacia la montaña. -Eso creo, mi amor, eso creo. ¿Quieres que demos un paseo? -Por supuesto, querida.              Edwards sabía que Cinthia estaba programada para mantener una conversación inverosímil y fuera de la realidad. Sabía que diría incongruencias como ésta de salir a dar un paseo,  pero también sabía que tenía que seguirle el hilo de su discurso para poder adentrarse en su mundo programado.  -Dime querido ¿has pensado en algo para la cena?, dijo ella tomando sorpresivamente  la iniciativa. -No, querida,  pero ya pensaré en algo. - Gracias mi amor, siempre puedo confiar en ti. - Adiós mi amor.                  Cuando pronunció esta última frase, la pantalla se apagó como estaba estipulado en el contrato. El invento funcionaba a la perfección, un nuevo logro se apuntaba en su larga lista de triunfos. Su mujer aparecía como él la recordaba y sus gestos y tono de voz disparaban en su mente, como una contraseña emocional, sentimientos entumecidos por el tiempo. Exaltado, Galan  sintió más tarde, cuando una máquina le servia su cena, que volvía a ser un hombre casado.  Un río de pasiones atravesaba las paredes,  convirtiendo las pantallas en verdaderos testigos del futuro.             Se fue a acostar con las palabras mágicas “estás ahí amor” en la punta de su lengua,  pero desistió de pronunciarlas a último momento; ya  había tenido suficiente por ese día. No quería saturar a su mujer justamente el día que volvió a la vida, el día de su segundo nacimiento.              Antes de dormir selló todas las puertas de su casa con sólo mencionarlo al aire. Un sistema de trabas y alarmas se prendió al instante transformando la mansión en un bunker. El aire fresco de la montaña, sin embargo,  se filtraba como una lejana evocación de pinos.               A la mañana siguiente, la casa se encendió sola y se conectó entre sí  y con la computadora madre, como lo hacía siempre a la misma hora. Una ducha caliente programada para las 7: 30 lo aguardaba con su denso vapor en la bañera. Las noticias auguraban un día inmejorable desde todos los rincones de la casa. Decidió, entonces, prender el motor giratorio  para así  poder ver el sol todo el día desde su magnifico living circular. Los muebles, programados de antemano, se ubicaban como le gustaba a su mujer.             Esperó su desayuno para llamar a Cinthia. Luego de untar varios panes con su mermelada preferida, y embriagado por el aroma del café, Edwards resolvió, esa mañana, que ya era hora de conectarse con la pantalla. Un ligero nerviosismo se apoderó de él como si hubiese tocado un cable pelado. -¿Estás ahí amor?    - Claro, querido, aquí estoy como siempre-, se escuchó desde la luz blanquecina de la pared. -Es hermosa la mañana, ¿verdad Cinthia? -Eso creo, mi amor,  eso creo. ¿Quieres que demos un paseo? - Por supuesto, querida.               Hasta aquí parecía ser siempre la misma historia, el programa respondía de forma  similar, Edwards estaba alertado de que esto sucediese así. Además, éste suceso no difería mucho con la realidad de lo que había sido su vida matrimonial. Quizás lo mejor, pensó, es derivar la conversación hacia otros ámbitos, como le habían sugerido sus asesores  y esperar  de ella una respuesta  que lo conduzca por un camino de mayor interés para la conversación.               La mujer lo observaba con una débil sonrisa desde la pantalla, como esperando que dijese alguna cosa. Rara vez, lo sabía, tomaría ella la iniciativa. Con el pelo suelto como le gustaba al magnate y sus ojos verdes iluminando  su cara, como destellos bucólicos, las palabras parecían estar de más. -¿Has dormido bien?, preguntó Edwards  para tantear los circuitos del procesador. - Estupendamente…..no obstante….  ¿sabes?,  a veces siento que extraño…. -Dime amor, ¿qué extrañas? - No lo sé exactamente…  mejor  olvidémoslo… ¿quieres? - Lo que tú digas está bien. ¿Necesitas algo para esta mañana? -No lo creo. Me basta con estar contigo. Aunque, pensándolo mejor,  me gustaría ir al pueblo a comprar aquellos adornos que tanto nos gustaban cuando nos casamos, ¿lo recuerdas? - Así lo creo, querida, así lo ceo. Dime ¿cuál quieres que te traiga? - Aquel japonés…el de las flores... …el ikebana                Era su ornamento favorito y estaba esparcido por todos los escondrijos de la casa como un  verdadero adorno plaga. Integraban ese grupo de recuerdos que Edwards no quiso dejar que escaparan de su memoria virtual. - Lo tendrás esta misma tarde, querida. - Gracias, mi amor,  siempre puedo confiar en ti.            Galan recordó que ciertamente tenía una diligencia que hacer en el pueblo y optó por terminar la conversación abruptamente. La despidió con un “Adiós mi amor”, la pantalla se apagó instantáneamente, y el magnate alertó a la casa que iba a salir. Automáticamente, el auto lo esperó en el garaje  con la puerta abierta y el motor encendido. Tomó la Higtway 82 la  misma ruta que la del día fatídico pero cuando vio el letrero del poblado dobló hacia Snowmass Village, una zona más alta y rocosa. Arriba, una pequeña villa lo aguardaba mansamente; la nieve resistía heroicamente los primeros rayos del amanecer. Era temprano, algunos negocios estaban todavía cerrados, la gente aún no se había enfrentado con el frió de esa mañana;  esperó en la puerta a que abriesen el de la tabaquería. A ella no le gustaba que él fumase,  pero eso no se lo dijo a los formadores de recuerdos. Cuando salió vio los ikebanas pero no los compró, no hacían falta.                La hora del almuerzo llegó y  Edwards no quería dejar pasar la oportunidad de comer con Cinthia. Era uno de los momentos del día que más la había echado de menos, sobre todo por su gran sabiduría a la hora de cocinar y preparar la mesa con sus adornos favoritos. Algunas de sus recetas preferidas las había dejado  guardadas en su máquina pero el resultado no era el mismo. Le pidió a su cocinero virtual que preparase uno de los elegidos de Cinthia, el suflé de verduras. Hacía algo de calor, se lo anunció a  la pantalla  y la casa bajó  la calefacción dos grados instantáneamente.  Luego, con el plato servido  sobre la mesa, pronunció las palabras mágicas. - ¿Estás ahí amor? -Claro, amor,  aquí estoy como siempre. -El suflé está de maravillas.  -Ya lo sé, amor, es tu plato predilecto.               Era curioso como funcionaba el invento: ella siempre estaba mirándole a los ojos,  como esos cuadros del renacimiento,  donde hacían un maravilloso uso de la perspectiva. Lo observaba con sus ojos, vidriosos, aunque siempre sonrientes. Así quiso recordarla,  con sus mejores facetas. -¿Sabes? , dijo Edwards,  hoy quisiera que me hables algo de ti. -¿Qué quieres saber, querido? -¿Eres feliz conmigo, amor? -¿Porqué lo dudas si tu sabes que es así? -A veces necesito que me lo digas, simplemente eso. - Te lo estoy diciendo, no tengo ninguna duda. - Gracias, y  dime al pasar… ¿quieres algo especial para el día de hoy? - Me gustaría  jugar un partido de bridge, si fuese posible. -Como tú gustes, le contestó, aunque a él no le agradaban los juegos de mesa.                     Cuando terminó su almuerzo y para evitar la conversación sobre el bridge que tanto odiaba  pronunció las palabras mágicas  de la contraseña y ella desapareció del comedor. Tomó conciencia de que no cualquiera podía hacer semejante cosa con su mujer y pensó si no sería  la construcción de este invento la culminación de un ideal y si no sería también, el momento de patentarlo, pero desechó esa idea al entrar en su escritorio y observar la pila  de trabajo acumulado que tenía pendiente. Tomó uno  de sus puros y lo prendió sin culpa ninguna. Su aroma de finos perfumes tropicales, lo colmó de presencias.                                                                                                                            5               Una suave música le notificó desde las paredes, al cabo de un rato, que la cena estaba pronta. Edwards prefería este tipo de melodías casi monótonas para un momento de  relax como era el de la cena. Sobre todo después de una larga  jornada de trabajo, cargada de complejas y postergadas tomas de decisiones. Su vasto imperio, un conglomerado de empresas informáticas diseminadas por todo el mundo, era monitoreado desde su casa como si fuese un controlador de vuelo. De sus decisiones dependían el futuro de sus empresas  y el valor de sus acciones.           La música, lenta y suave, de a poco, lo iba  aterrizando y lo guiaba hacia el comedor donde lo estaba esperando Cinthia. Otro de los platos preferidos de ella estaba destinado a atravesar su fino paladar. Un par de velas rojas lo escoltaban impertérritas, como dos vigilantes frente a un mausoleo. -¿Estás ahí, amor? - Claro amor, aquí estoy como siempre. -¿Te agradan el color de las velas junto al ikebana? -Eso creo, mi amor, eso creo. Son hermosas. -Dime querida  ¿deseas algo para esta noche? - Desearía…antes de cenar…   dar un paseo por el lago… ¿Lo recuerdas?... Aquella noche  en  nuestro primer aniversario en el bote, cuando yo me caí al agua…. - Eh…  si querida…, aquella tarde en la que  tú casi te ahogas…             Por unos instantes, Edwards titubeó al sorprenderse de la memoria que tenía la máquina ya que él mismo no  recordaba el incidente con tanta claridad. Se sonrojó y siguió comiendo su pollo al champiñón, con la imagen de ella nadando de noche por el lago y él detrás tomándola por la cintura  y jugando en el agua como dos chiquillos. ¿Cómo podía recordar ella  algo que ni siquiera  había mencionado a los formadores de recuerdos del proyecto ganador? Quizás sí se lo mencionó y ahora su propia memoria no lo registraba. Comió en silencio, aturdido por viejos pensamientos, que lo saludaban al pasar por su conciencia. -Dejemos el paseo para otro día,  quieres amor-dijo Galan, al terminar su plato. Hace mucho frío  y el agua debe estar helada. -Lo que tú digas está bien, amor.          Antes de abordar el postre, miró sutilmente a la pantalla y lo que antes le hubiese costado quizás algún inconveniente menor, hoy, era apenas un breve intercambio de palabras: le expresó que tenía un viaje de negocios y que volvería en unos días, a lo sumo, una semana. La mujer  lo tomó  para bien, le deseó suerte y  le dijo que se quedaría esperándolo como siempre. No podía pedir nada mejor. Era algo más que la mujer virtual… era  la mujer ideal. Debería patentar semejante invento.                                                                 6                 Luego de dar varias veces la vuelta al planeta, y dormir en lujosas pero indiferentes  e impersonales suites de hotel, y repetir una y mil veces que él, pese a sus años, aún está lejos de retirarse del negocio, Edwards, fatigoso de pilotear su avión, y de darle instrucciones a su copiloto virtual, al fin, retornó a su residencia. Habían pasado más de dos semanas, algunas cosas no resultaron como estaban planeadas y le robaron algo más de su exquisito tiempo. Dejó su avión descansando en su aeropuerto privado y se subió a un auto que lo llevó zigzagueando entre los cerros, como una serpiente entre las piedras. El invierno se insinuaba tímidamente a los lados de la ruta, el viento se lo hizo saber cuando bajó del auto. Desde el garaje ascendió lentamente por el cilíndrico de metal, succionado por su refugio de cristal.             Siempre que realizaba estoy viajes echaba de menos la comodidad de su casa, el aroma gentil de los álamos y pinos y la tranquilidad de la montaña. Durante su peripecia no dejó un instante de pensar en su mujer y en el momento del reencuentro. Según el proyecto, Cinthia debería haber registrado en su memoria lo de su ausencia. De alguna forma, su cerebro iba almacenando y aprendiendo cosas nuevas como una memoria verdadera en tiempo real. En teoría, para ella también habían transcurrido dos semanas. En esto, creía, constaba la originalidad del proyecto, al que tanto había apostado su prestigio y fortuna.                Después de encender la computadora madre de su casa, una voz gruesa y pausada, como la de un hombre cansado, le dio la bienvenida y le informó del estado actual de la casa. Cotejó que todo estuviese en orden, escuchó los recados acumulados de varios días atrás y  tomó su ducha programada para las ocho. Se miró en el espejo y se dijo así mismo que jamás se retiraría del negocio. Esperó en su despacho el horario de la cena para ver a Cinthia. Observó por el cielo raso el paso de una tormenta. Instruyó al cocinero virtual, desde los vapores de su baño, el menú de la noche.               Antes de sentarse a su mesa pensó muy bien qué le diría a Cinthia. Había pasado más de una semana y quizás ella se merecía, al menos, una breve explicación. Al fin y al cabo era su esposa.           Una alarma aguda y constante le anunciaba  que el soufflé  estaba pronto. Antes  de cogerlo, pronunció la contraseña: -¿Estás ahí amor? - Claro, amor, aquí estoy como siempre.               Estas palabras tranquilizaron al magnate; tomó el soufflé y la alarma se desvaneció como un añejo suspiro. Todo parecía indicar que su ausencia no había ocasionado ningún trastorno en su conducta. Sin embargo, cuando se llevó su primera mascada a  la boca, desde la pantalla azulada se escuchó: -Dime amor,  no te ibas apenas una semana… ¿por qué pasaron tantos días? - Razones de trabajo,…  tú sabes la enorme responsabilidad que reposa sobre mis hombros. -Ya lo sé…sólo que espero que no sea por otros motivos, ¿verdad?              -¿Qué otros motivos puede haber? -Tú lo sabes…  no es necesario que te lo recuerde- dijo,  cambiando sutilmente el tono de su voz. La expresión de su cara se tornó algo seria, su contorno se puso recto como solía ocurrir luego de alguna breve discusión.                 Ciertamente Edwards estaba desconcertado, el suflé, que sabía de maravillas, se le atragantó en su garganta y  pensó por un momento en discar a los fabricantes de Cinthya, y decirles que le devuelvan su dinero, pero desistió al recapacitar que quizás se trate sólo de una broma programada para este tipo de diálogos triviales. Con sólo derivar la conversación a otros ámbitos, la máquina dejaría de insistir sobre el asunto. Así  resultó ser, cuando le preguntó si quería dar un paseo por la ciudad, a lo que ella respondió  muy alegremente que sí.             Un gran alivio recorrió el cuerpo de Galan, relajando sus articulaciones y moldeando sus músculos.  Sin embargo un alerta se iluminó dentro del magnate: nunca debía subestimar los alcances del invento, y menos  tratándose de algo aún desconocido, y todavía en  fase experimental.  Luego se despidió con un “Adiós amor”, la pantalla se puso negra, Cyntia desapareció y  Edwards se fue a dormir, no sin antes convertir la casa en un bunker circular.                                                                7                 Lo despertó la voz de Cyntia, colgada de la pared, como un parlante invisible. Edwards se preguntaba, sobresaltado en su cama de agua, cómo  esto  era posible. Luego recordó que, como estaba estipulado en el manual de los fabricantes, y como le gustaba hacer siempre a su mujer en  las fechas importantes, las que tuviesen un significado para ambos, ella tomaría la iniciativa en la computadora madre acaparando el control sólo por unos breves segundos. Pero… ¿de qué fecha estábamos hablando? se preguntaba, atónito el magnate, mientras  cabalgaban por su mente siniestros pensamientos y se preparaba su desayuno manualmente desde su lecho flotante.  No eran ni su cumpleaños, ni su aniversario de bodas, ni nada que se le parezca. Optó por no contestar el saludo de su mujer para evitar quizás una discusión innecesaria. Esperó a que Cinthia dejara el control del cerebro de la casa;  según el proyecto, eso tomaría apenas unos segundos. Más tarde, cuando esto  realmente sucedió, pronunció la contraseña, ella desapareció y Edwards, aliviado, volvió a tomar las riendas de su casa.             La voz de la pared  le alertaba que el tiempo estaba desmejorando y que una probable llovizna caería sobre la  ladera de la montaña; en una de las pantallas le anunciaban los valores de sus acciones del día de hoy; en otra, una esbelta figura hacía movimientos imposibles de  imitar a su edad desde una playa del caribe.                  Se fue a su oficina y desde allí comunicó el incidente de su mujer a sus creadores. Sorprendidos, no supieron resolver el enigma; le sugirieron revisar la base de datos y cerciorarse de algún error en la programación de sus apariciones establecidas por fechas y sin  mediar las consabidas contraseñas.            Así lo hizo y la sorpresa lo catapultó de su cómoda silla de terciopelo. ¡Hoy se cumplía un año de su muerte y él lo había olvidado por completo! No se lo perdonaría jamás. Debería estar en estos momentos en el Forest Lawn de Los Angeles junto a la familia de Cinthia, pero prefirió quedarse aquí junto a…precisamente… ¡Junto a ella!  ¿Habría logrado, entonces, vencer a la muerte?, se preguntaba, ahora sí, con cierto orgullo, mirando hacia el horizonte y prendiendo el primer puro del día. ¿Habría ganado una nueva batalla?                 Mientras los colores de la montaña viraban hacia el gris verdoso, y las nubes devoraban satisfechas los contornos de las cumbres, Edwards se inquiría, girando lentamente sobre el eje de su casa, cómo era posible que ella supiera el día en que murió. Se trataba indiscutiblemente de un error, de un gravísimo error de programación.                  Esa mañana apenas logró concentrarse en su trabajo. No comprendía como Cyntia sabía que se cumplía un año de su muerte. ¿Esto significaría que sabe la verdad de  todo lo que  le sucede a su alrededor, de que ciertamente sabe lo que ella es?             Resolvió pasar  el resto del día en soledad, para evitar un encuentro con Cinthia justo el día de su  triste aniversario. Deambuló por su casa, congratulándose con todos sus inventos y proponiéndole a su mente otros nuevos;  luego aprovecho las instalaciones de su gimnasio para nadar y correr por la cinta aeróbica. Para la tarde, nada mejor que ir de pesca por el lago. La llovizna no fue un impedimento.  Recordó, arriba de su barco,  otro aniversario más feliz cuando todavía vivía su mujer. A la noche desde su alcoba intentó ver las estrellas desde su techo corredizo, algo que ella disfrutaba, pero fue inútil,  el cielo estaba sombrío, como la pantalla de Cyntia.                                                                                      8                              Al otro día, la niebla, condensada sobre los cristales de su ventana, sujetaba con devoción, las reliquias de una noche en la montaña. No era necesario que la voz le señalara que empezaba a hacer frió, se sentía simplemente  con mirar hacia afuera de su habitación. Para estos momentos, Edwards contaba con un servicio de desayuno en su cama. De la pared surgió, como por arte de magia, la bandeja preparada con sus más exquisitos manjares matutinos. Hubiese deseado desayunar con su mujer, pero no lo hizo, todavía no estaba preparado para el día después de su  triste aniversario. La ignoró toda la jornada, las pantallas estuvieron oscuras y mudas, la casa retornó a su ritmo habitual, girando a la velocidad del sol o mejor dicho a la velocidad de la tierra.                   Antes de cenar recibió  el llamado de Alice, su ex mujer. No lo sorprendió, porque era habitual que esto ocurriese, sobre todo después de la muerte de Cinthia. Su separación no había sido en buenos términos, ya que Galan la había abandonado por  Cinthia, pero eso no era impedimento de que de vez en cuando ella lo llamara  para saber de él. Al fin y al cabo era el padre de su único hijo. Galan, sabía el porqué de la llamada y  esquivó en todo momento las preguntas sobre su  nueva creación. Ella algo intuía desde el otro lado de la línea; había llegado a sus oídos que el magnate no había asistido a la misa en  homenaje a Cinthia y también había escuchado que ya casi no salía de su casa  y que andaba detrás de “algo grande”.              Cuando esto sucedía, un gran cimbronazo se producía en el mundo de la informática y como ella era la madre de su único hijo no quería perderse ninguna tajada.  Lo que nunca sospechó  es que ese “algo grande” era precisamente Cinthia. Esto acaparó la atención de Alice quien conocía al dedillo  el potencial comercial de su ex marido.             Mientras ella no paraba de hablar (aprovechando el sabio mutismo del magnate), Edwards echo de menos  su invento, en especial la milagrosa y efectiva contraseña de salida, “adiós amor” o mejor dicho “adiós mi ex amor”; sobre todo cuando ella comenzó a recriminar lo poco que últimamente veía a su hijo.               No fue necesario inventar nuevas  palabras mágicas ni artilugio ninguno, la conversación terminó abruptamente cuando el motor giratorio se apagó sorpresivamente, generando una pequeña vibración, creada por la inercia de la velocidad del sol. Esto alertó a Edwards, quien después de colgar, se dirigió, desconcertado, al cerebro de su computadora madre. Algo no andaba bien, el motor estaba preparado para girar las veinticuatro horas, salvo que ocurriese algún imprevisto, como un terremoto o un ataque sobre su casa, y como nada de esto sucedía y además,  como las trabas y alarmas estaban desconectadas y en orden, todo hacía suponer de un error en el sistema.             El chequeo de su máquina le  llevó algunos minutos; era casi automático, la voz le iba sugiriendo la resolución del problema. El auto análisis reportó un error en la configuración del motor  giratorio de la casa pero no pudo saber de dónde provenía. La conclusión se hacía cada vez más evidente, y saltaba a la vista: Cinthia estaba detrás de estos extraños eventos; algún indicio ya  había mostrado días anteriores cuando de repente se apareció en su pantalla sin mediar ninguna contraseña y con el rostro enjuto, como una verdadera esposa que se jacte como tal. Decidió enfrentar sólo a su mujer,  o mejor dicho, a la profunda transfiguración de su mujer, sin mediar la participación de sus creadores. Se había convertido ahora en un conflicto matrimonial y no en un problema informático.                   Esperó la quietud de la noche para abordar la pantalla una vez más. La casa, solidificada con la gravedad, esperaba en vano, una nueva oportunidad para volver a girar. La convocó después de cenar  y desde su dormitorio, pero esta vez sin su paisaje favorito; la casa se encontraba, todavía, en el  ángulo del amanecer. Esto fastidió de algún modo al magnate,  quien estaba acostumbrado a despedir el atardecer desde su alcoba.               Con la timidez de un debutante, y el recelo de un marido culposo, Edwards pronunció la contraseña, pero esta vez sin éxito. La volvió a repetir  y  la pantalla  esta vez se encendió,  pero Cinthia  permanecía misteriosamente  en silencio mirándolo fijamente y con el rostro serio de su último encuentro. -Ya sabes, querido, que no me gusta que hables con ella. - ¿Con quién, amor mío? -Ya sabes…tú lo sabes. ¿Vas algún día a dejar de atender su llamado?                 Galan sabía de lo que Cinthia  le estaba hablando, ya antes de su muerte había dado indicios de que no  le agradaba que su ex mujer lo llamara por teléfono. Estériles explicaciones inundaron su alcoba  noches enteras de insomnio a la luz de la luna. El punto, ahora, era que Cinthya estaba tomando  lentamente el control de la casa, como si fuese un  enorme  y descontrolado virus informático; o quizá, y  lo que era peor aún, como si fuese una mujer de verdad, al tanto de todo lo que ocurría  alrededor de cada una de las pantallas de la casa, como si tuviese un radar. Edwards Galan estaba ciertamente en problemas.             Cómo se llevaba esto a cabo era una incógnita. Dos hipótesis competían por una sola realidad: o era algo no previsto por sus creadores o todo formaba parte de una broma de mal gusto, por parte de los padres de Cinthya. Se inclinó por la primera, (conocía el profesionalismo de los inventores); utilizó todo su conocimiento, desplegó todas sus armas y su ingenio para resolver el problema antes de que el problema se lo trague a él. Comenzó por ella, quien  lo seguía mirando atentamente como un cuadro de Caravaggio. - Dime amor…  ¿tú sabes quién eres… me refiero a tu  nombre? -Cinthia Galan, tu querida esposa. -OK, Cinthia ¿Y sabes qué estás haciendo aquí? - Esperando una respuesta,  querido. -¿Cuál mi amor? - La que te hice hace un momento…  si vas tú algún día a dejar de hablar con ella.               Edwards no le contestó, prefirió seguir analizando los parámetros de su computadora y  hurgar por los componentes  microscópicos que él mismo diseño años atrás para su casa. Uno a uno, los circuitos  se reflejaban en su pupila, como si estuviese disecando un gran animal metálico, pero nada aportaban a la investigación. Respondían normalmente ante las peguntas de rutina para la que estaban preparados. Cinthia lo seguía observando, esperando su respuesta desde lo alto de la pared. Edwards, se sintió observado y optó por despedirse,  pero las palabras mágicas no dieron el resultado esperado; Cinthya seguía allí, seria, como el  misterioso día del aniversario de su muerte. Algo fuera  de su comprensión estaba ocurriendo y estaba sucediendo dentro de su mujer  y no dentro de su computadora. Primero fue lo de incidente del lago, más tarde lo del aniversario de su muerte y ahora esta historia del llamado de Alice. Luego retomó la conversación esperando con esto destrabar la situación. -Ella es la madre de mi hijo, balbuceó Edwards valientemente. -Pero tu mujer soy yo; te pido, amor, por favor que no vuelvas a hablar con ella. - Así lo haré, querida, no volveré  jamás a  hablar con ella. Lo prometo. -¿Lo juras? -Lo juro.                Estas últimas palabras fueron realmente mágicas, ya que Cinthia instantáneamente cambió su rostro, retornando con su sonrisa, al primitivo candor de su juventud. La mansión retornó súbitamente a la normalidad como si de pronto hubiese retornado la luz después de un largo apagón. El motor volvió a girar lentamente  y la computadora regresó con su verdadero dueño, esa voz ronca que era como el otro yo de Galan, un mayordomo creado a su medida y semejanza.              Cenaron juntos, como cuando eran novios y hablaron de tiempos pasados, sumergiéndose en su asombrosa memoria virtual.  Hicieron, curiosamente, algunos proyectos de la vida real. Le dio su palabra que pronto harían  viajes juntos, aunque sabía que esto era imposible de cumplir. Edwards, esa noche, lamentó, que Cinthia no tuviese cuerpo. Pero esto no resultó ser un impedimento. Antes de irse a dormir, invitó a su mujer, esta vez con éxito, a su alcoba. Luego, ya en su cama, cerró el techo de cielo, apagando las estrellas como si soplara  las velitas de una noche romántica.                   Los días subsiguientes los pasó en soledad. Su último encuentro lo colmó de tanta felicidad que no sintió ni siquiera la necesidad de llamar a su mujer.  Giró junto al sol durante todo el día recibiéndolo y despidiéndolo desde  su aposento como a un Dios. Se regocijó de todos los servicios que le proporcionaban su mansión, en especial su cine en tres dimensiones y su sala de hologramas (la última de sus creaciones) donde se representaban sus obras de teatro predilectas. Esta idea había sido de gran utilidad en el mundo del espectáculo;  muchas obras que ya no se dejaban ver habrían quedado en el olvido y ahora, gracias a este invento, se las podría apreciar con sólo tocar un botón, como si estuviera en una sala de verdad. Cuando su marido estaba de viaje, Cinthya se pasaba largas horas en esta habitación disfrutando de los clásicos de todas las épocas. Sus actores preferidos hacían reír y llorar a Cinthia convertidos en rayos de luz   que bajaban verticalmente del techo.                                                                                     9                   Una fecha crucial se acercaba lentamente con el paso de los días: el aniversario de su boda. Algo le mencionó ella al respecto durante una de las tantas  cenas virtuales. Si la joven misteriosamente se había acordado del día de su muerte,  era seguro que ella lo despertaría y tomaría la iniciativa aunque sea por unos momentos el día de su boda como estaba programado en el manual. Pero Edwards decidió adelantarse a los acontecimientos y tomar  las riendas en el asunto. Asesorado por sus creadores, preparó con minuciosidad un pequeño dispositivo mediante el cual ella podía viajar con él en su auto o navegar por el lago. No existía mejor presente para una mujer que se sentía de alguna forma atrapada entre paredes y espejos circulares.                  La sorpresa se la daría desde su barco en horas de la mañana, el día del aniversario de su boda. Adelantándose al surgimiento de su voz, la convocó cuando todavía  reinaban los resabios de la oscuridad. Hacía algo de frió, el bosque crujía por todos los costados desperezándose; las montañas, majestuosas, capitaneaban el paisaje.                 Esta vez la pantalla era un minúsculo reloj.  Arriba del barco, alzó el brazo y pronunció la contraseña. La imagen diminuta apareció al instante como si hubiese prendido un televisor de pulsera. Edwards acercó su mano para escuchar su voz. Un “feliz aniversario” se emitió desde la muñeca de su mano. -¿Lo recuerdas,  estamos en el lago, como aquella vez, que casi te ahogas? - Claro, amor, lo recuerdo como si fuese hoy, aquel día que quisiste matarme… o tú  te crees que yo no me di cuenta. Nunca me olvidaré de esa tarde….nunca. -No sé de lo que me estás hablando,  tú te tiraste al agua, era verano y habíamos tomado algunos tragos. Creo que estás algo confundida. Además: ¿que interés puedo tener yo en matarte a ti? -Eres tú, como decía la famosa canción española, el que esta confundido, amor mío. -No es éste el momento propicio para iniciar una discusión ¿no lo crees?  Es nuestro aniversario de bodas. Disfrutemos del paisaje y del amanecer. ¿Quieres que demos un paseo?, dijo Galan para cambiar la conversación, a lo que ella, respondió alegremente  que sí.               El lago era pequeño y por cierto no muy hondo; diferentes tipos de algas rivalizaban en una danza perpetua. Dieron varias vueltas en redondo hasta que el sol emergió  enredado  entre  las campiñas. Prefirió no hablarle en ningún momento y disfrutar del paisaje. Nunca creyó que Cinthia fuese tan susceptible y pudiese llega a distorsionar los hechos como lo había hecho esa mañana. Algo estaba cambiando en el cerebro de su mujer. ¿De dónde habría sacado esa absurda idea del intento de asesinato en el lago?                      Ya era la hora de retornar a casa y tomar su desayuno. Optó  por hacerlo en soledad. Dejó su barco en el galpón, vociferó su contraseña con su brazo en alto, dirigido al cenit; el reloj se apagó, pero luego, cuando quiso entrar a su casa se encontró con que estaba cerrada como un bunker  de verdad ¡Cinthia!, exclamó, es ¡Cinthia que se ha vuelto loca!             Intentó destrabar la puerta del cilindro usando una clave de acceso alternativa. La computadora madre no respondía, Cinthia tenía el control de absolutamente todo. Estaba evolucionando peligrosamente dentro de las pantallas. La llamó desde su reloj, pero fue en vano. Luego recordó una entrada secreta a la que sólo él tenía acceso  y de la que ni siquiera su computadora sabía de su existencia. Estaba relativamente cerca, en el la chopera de álamos,  a pocos metros de la entrada del tubo; la llave descansaba  en el galpón del lago. Bajó en procura de la misma. Ya había amanecido, los diferentes verdes se dejaban lisonjear por la luz con cierta lujuria.               La entrada era secreta y era la primera vez que sería usada. Simulando  ser un contador de electricidad, y camuflada debajo de un muro, de la entrada surgía un túnel que lo conectaba con su casa. Lo hizo deprisa, el túnel tenia una luz de emergencia que en pocos segundos lo guió hacia  su mansión.            Se encontró de pronto en la planta baja, en el cilindro de metal; el ascensor no respondía. Quiso entrar a la computadora por la pared  del cilindro pero estaba apagada. Subió las escaleras, guiado por las luces de emergencia. En el primer piso asumió, por primera vez, que ya no tenía el control de nada. Cinthia, o lo que fuera que se metió dentro de la casa, estaba haciendo estragos con todas las cosas que habitaban la casa, desde los muebles hasta los artefactos electrónicos. El diseño de la decoración había cambiado sutilmente, las habitaciones tenían distinta forma. Ya no estaba en su casa, se sentía como un intruso.                Edwards sabía que eso  sólo era posible hacerlo desde  el corazón mismo de su computadora madre.  Cinthia tenía el poder de cambiar los muebles de lugar y dar las órdenes a las máquinas para que hicieran lo que ella les pida. Ahora Cinthia era la computadora madre y tenía el poder absoluto sobre él. ¿Sus fabricantes le habían tendido una trampa? pero ¿con qué fin? se preguntaba el magnate.                  Aislado del mundo, su suerte estaba echada a los caprichos de su mujer. Ahora Cinthia lo veía y sabía de su existencia con sólo mover un dedo. Estaba sonriente en todas las pantallas de la casa, callada y  esperando a  que su esposo de un paso en falso. Parado en el living central, lo mejor, pensó, sería dirigirse a  su oficina (desde allí podría evitar la computadora) y tratar de comunicarse hacia el exterior y pedir ayuda; Cinthia sabía esto, había tomado los recaudos pertinentes y había cerrado todas las puertas de acceso a su oficina. Galan estaba preso en su sofisticado living incomunicado con el mundo exterior.                                                                   10                                         Repartía los minutos de una punta a la otra de la habitación como si fueses una fiera enjaulada, tratando  de encontrar una salida, evitando las pantallas que ahora sí lo veían desde todos los ángulos. Su mansión estaba preparada para todo, menos para esta locura, pensó. Si ella quisiera podría matarlo en un instante con sólo activar el gas mortal, pero no lo hacía porque su fin parecía ser otro más aterrador aún: ir matándolo de a poco, y  torturándolo con sus propios inventos, los que ella en el fondo aborrecía, los que siempre la hacían a un lado.  El calamar muere en su propia tinta, decía un antiguo dicho.                 Comenzó con el primero de todos, con la sed y el hambre. Si no salía en pocas horas de esa habitación las consecuencias se harían sentir en su cuerpo debilitado por su avanzada edad. Por si esto fuese poco, Cinthia tomó el control de sus empresas confundiendo a sus inversores con datos falsos y decisiones erróneas que mostraba en la pantalla para que Galan las viese con sus propios ojos. Luego, intercalaba estas imágenes con música Country que Edwards detestaba y que a ella tanto  le agradaba. Las Brujas de Eastwick, su película preferida, se podía apreciar en la sala de cine en tres dimensiones. Macbeth, en la de hologramas. Para rematar, en una pantalla una voz lo invitaba a jugar bridge.              Los acontecimientos iban tomando forma de una venganza, aunque todavía no estaban claros los motivos. ¿Estaría pagando Galan por errores cometidos durante su matrimonio? ¿O  se trataría de otra cosa? ¿Quién era Cinthia, o mejor dicho, qué era Cinthia?                    Repasaba uno a uno los días que había pasado junto a su joven esposa tratando de encontrar los motivos que justificasen la conducta de la imagen. No encontró ningún porqué, más allá de lo normal en cualquier conflicto matrimonial. Era un hombre de un alto perfil, su tiempo lo repartía entre su trabajo y  vida privada y su único hijo, al que veía de vez en cuando; a veces, Cinthia no estaba programado en su agenda, pero ella asumió siempre que esto sería así y lo había aceptado de antemano. Para compensar sus abandonos, la había colmado de agasajos y regalos que traía de sus viajes y que a ella tanto le agradaban. Su casa,  diseñada para ella, era el ejemplo vivo de la devoción de Galan hacia Cintthia. Pero no fue suficiente,  ahora venía por más.                  Buscó un rincón del living para descansar y pensar. Al poco tiempo, la sed fue lo primero que  sintió el cuerpo desvencijado del magnate. Cinthia se dio por aludida y solucionó rápidamente el problema. De la pared surgió el vaso de agua salvador. Una incógnita ha sido develada, de sed  ya no iba a morir. Casi se duerme cuando al rato  y  desde la pared surgió la voz de Cinthia. -¿Sabes una cosa querido?- Galan no contestó. -Puse la empresa a mi nombre y ya vendí algunas acciones. Ya tengo mis planes de lo que haré con el dinero.                      Galan sabía que esto era imposible, nadie podía conocer sus códigos secretos, sus contactos y lo principal, nadie podía falsificar su firma. Continuó con la tesitura de ignorar sus comentarios. Al fin, la idea de una falla humana empezó a rondar por su cabeza. El invento tenía algún misterioso componente que por razones aún desconocidas no estaba funcionando bien. La prueba estaba a la vista, su mujer se había vuelto loca. Debía ensayar alguna coartada sino su vida correría  serio peligro.             Descansó un rato sobre su sillón. El paisaje se mostraba sombrío, como el futuro que le esperaba. Pero antes que Galan pudiese aventurar alguna solución, su mujer irrumpió nuevamente. -Lo que no pudiste concluir en el  lago, lo llevaste a la práctica en la carretera. No puedo menos que felicitare amor. Ahora comprendo porqué no me dejaste viajar en tu Rolls Roys. Todo lo que haces te sale de maravillas, salvo éste… o sea yo….  tu último y más ingenioso  invento.                     El magnate continuó mudo, sorprendido  de los alcances del cortocircuito del cerebro de Cinthia. Ella sabía todo lo que acontecía a su alrededor, tenía conciencia de sí misma, el proyecto se le  había ido de las manos. Urgía una solución inmediata, un talón de Aquiles por donde penetrar el poder absoluto de la computadora. De pronto escuchó un rumor que venía del piso de abajo. Se acercó a la pared para escucharlo con más nitidez. Venía de la sala de hologramas. Pudo distinguir algunas palabras.                    Recordó que era Macbeth, de pronto se le aventuró una solución. Si lograba entrar en la sala de hologramas podría escapar por uno de los tubos de rayos catódicos y escapar por el sistema  de ventilación sin que Cinthía lo notara  a menos que apagase la sala. Pero cómo llegar a la sala de hologramas se preguntaba Edwards. El tiempo pasaba y sus fuerzas empezaban a flaquear. El living estaba entrando en un cono de sombra ya que su mujer  había apagado el sistema de luces. Ensayó algunas soluciones en su mente.              Si pudiese activar la alarma de incendios, la puerta del living podría abrirse  automáticamente  y quizás pudiese escapara a la sala de Hologramas. Pero ¿cómo activar la alarma de incendios? Recordó de pronto un incidente ocurrido tiempo atrás, cuando a raíz de la caída de su bandeja  de comida caliente, la alarma se activó generando un caos dentro de su computadora. Probaría este camino. Hablaría con ella, trataría de seducirla. -¿Estás ahí, amor? -Siempre estoy aquí,  el que no va a estar más aquí eres tu, querido. -Necesito que me perdones, no fue mi intención hacerte  daño alguno. Necesito algo de comer  tu sabes  que a mi edad….. -¿Algo de comer?….. Me das risa amor. -Hazlo por nuestros años felices, te pido piedad, no quiero morir de hambre, ni de sed….al menos dile al cocinero que me de una sopa caliente…  hace frío….  tu no has prendido la calefacción.      -Una sopa caliente…  sólo eso querido. Pero antes firma ese papel que está sobre la mesa de cristal. -¿Que papel?        La mujer no respondió, Galan sabía que estaba desvariando el documento no tendría valor alguno. Lo firmó en forma virtual para que Cinthia accediera a la sopa caliente.                A los pocos segundos,  de la pared surge el plato con la sopa hirviendo. Galan lo toma  y lo tira a la pantalla  y luego arroja el plato caliente al piso. Como había previsto el magnate,  la alarma se encendió y una lluvia fina cae del techo y las puertas del living se abren sorpresivamente; la computadora al menos por unos breves segundos ya no respondía a los caprichos de Cinthia. Aprovechó este momento para escapar hacia la sala de hologramas; la oscuridad era casi total, se guiaba por las luces de neón del piso que se prendieron con la alarma. Cuando llegó a la sala los actores estaban en una escena del segundo acto. Tenía que apurarse, sabia que Cinthia pronto retomaría las riendas de la casa. La mansión estaba regresando a la normalidad; recorrió el escenario entre los rayos catódicos buscando al agujero más grande. El espectro de Banquo resultó  ser el más apropiado. Tendría que ser de prisa ya que el calor de los rayos era insoportable.                    A medida que subía por los rayos que representaban a Banquo, Galan se perdía en la oscuridad. Cuando ya no sintió el calor sobre su cuerpo supo que estaba definitivamente en el entrepiso. Se deslizó  suavemente y pensó de repente que flotaba. Creyó que se dirigía hacia su oficina  pero ya no estaba tan seguro. Tampoco sabía  realmente dónde estaba y cuánto tiempo había pasado. Sintió que se desvanecía por causa del frío y del sueño. Durmió.                    Un murmullo  se coló de pronto por los tubos del entrepiso. Trató de seguirlo con su mente pero fracasó en el intento ya que parecía venir de todos lados al mismo tiempo. Sin encontrarle una explicación, su intuición le decía que debía responder a ese llamado. Reconoció esa voz, debía expresarse de inmediato. -¿Estas ahí amor?,  preguntó Alice, su ex mujer  sentada cómodamente en el sofá, el que ahora le pertenecía por completo. -Claro amor, aquí estoy como siempre -respondió Galan al unísono desde todas las pantallas de la casa.                                                         GABRIEL FALCONI                                                                           
La mujer virtual
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Me excita el intelecto que tienes entre tus piernas...
SIN TÍTULO...
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Mi mala ortografía. A mis diez años, leía letras y letras, me sentía avanzando por un camino pedregoso, de rechazo, por la bendita ortografía, cuando apenas cursaba cuarto año de primaria y la profesora de mi curso solía calificar y castigar mi mala ortografía, de nada servía leer letras y letras, ella mandaba hacer planas y planas repetidas, ¡qué cansancio!, hasta hoy  me motiva tomar un lápiz en mi mano y escribir: “Maldita ortografía Que me inquieta y me desvía Maldita puntuación Que me deja sin concentración Malditos punto y coma Que confundo con la coma. Maldito lápiz rojo Maldita profesora  Que rechaza, con enojo”.   Algunas de mis compañeras me hacían sentir mal, entre burlas y reproches me decían: “Increíble que no entiendas la ortografía, es muy fácil, nosotras si entendemos” ¿Por qué tú no?, “ellas también cometían errores de ortografía”. Algo solucioné mi problema cuando pasé a cursar bachillerato, en el colegio “El Carmelo”, porque la madre Amparo, que era profesora de castellano hacía dictados con su lenguaje de española, pronunciando bien la c y la s, la v y la b, que bien se distinguían y, así, mejoré un poco la ortografía. Yo pensaba: da lo mismo beso con b, que veso con v. Bueno, ya no es la monja la que enseña, es el corrector de la computadora. A decir verdad, no sólo en primaria tuve mala ortografía, ahora también me atormenta la puntuación, pero encontré consuelo cuando conocí al escritor Roberto Burgos, importante escritor,  dedicado a corregir la mala ortografía de importantes escritores y más, un concepto como el de Miguel de Unamuno que decía: “La ortografía es la tara de los escritores”. Mi idea cuando empecé a escribir era exponer mi tema, sin puntuación, sólo separaba todo con comas para después corregir, pero acostumbrada a esa idea es muy difícil corregir. Sé que a veces me confundo, da vergüenza, pero, a pesar de mi mala ortografía, parece increíble, pero “no me abstengo de la gana de escribir”, hasta me he tomado el atrevimiento de escribir mi segunda novela, “pronto la termino”.  Actualmente encuentro en Facebook, que mucha gente escribe con muy mala ortografía, como también gente que aprende escribiendo en WhatsApp. “LA MALA ORTOGRAFÍA ES COMO UNA ENFERMEDAD CRÓNICA”, conozco excelentes lectores con pésima ortografía, abogados que tenemos que valernos de que nos corrijan las sustentaciones y los memoriales, pero, lo que aquí escribo no lo mando corregir. Espero que mis errores se conviertan en costumbre, que de tanto incurrir ya haya institucionalizado mis errores, ja, ja, ja. A veces medito sobre la dificultad de escribir bien, me burlo de los signos de puntuación, les manifiesto a qué se parecen. En mi mente la coma , es como una vieja perfeccionista que jode y que todo lo organiza bien, no sólo las enumerativas, las explicativas, las circunstanciales, también las subordinadas explicativas, vocativos y elípticas… El punto y coma; es como un ayudante lambón de la coma, también es un signo enumerativo de enumeraciones explicativas y enumeración de elípticas. Otros signos: Interrogación, ¿? son, como personas cansonas, que dudan y preguntan; entre paréntesis es como ironía. Ejemplo: (Hola, ¿aún no entiendes la ortografía?) Signo de Exclamación ¡!, son como personas escandalosas o aduladoras, admiran o se aterran  Ejemplo: ¡dijiste tu edad!, ¡Qué linda eres, pareces una virgencita! Puntos suspensivos…, son como personas, que quieren decir muchas cosas,   pero les da pereza y prefieren los puntos suspensivos, que equivalen a etcétera.  Paréntesis (), son como personas, que se encierran a gritar una verdad, encierran incisos con un grado de separación mayor que el de las comas explicativas Ejemplo: (no el candidato Duque, sino el ex alcalde Petro, el que pronunció el mejor discurso) También para señalar fechas. (Nació en el año 1950) Punto. Es como esa persona que dice: qué aburrimiento, no va más y descansa con punto final.  Ejemplo: Así termino el tema de hoy.   Lucy Reyes Neira
MI MALA ORTOGRAFÍA
Autor: Lucy Reyes  1025 Lecturas
Se me antoja un café por la mañana. Amargo como tus mentiras.   Un café tan fuerte como un buen sexo. Que me haga olvidar. Que me arranque las ganas de quererte.   Quiero un café, con una pizca de azúcar. Que apenas me logre endulzar. Cafeína adictiva que me sepa a tus besos. Que me arranque del alma el recuerdo de nuestros momentos. Y que su aroma me embriague más que tus caricias.   Quiero un café estimulante, que me excite, que me llegue directo al cerebro y al sistema nervioso.   Segante café, que no me dejaba ver en las tardes de domingo que ya eras infiel a nuestro amor. Codicio estar ciega nuevamente, porque me rehúso a mirarte en otros brazos, en otra historia, en otro cuerpo.   Vivo desnuda suplicando respuestas que nunca llegarán. Llevo 500 tazas matutinas y aún me pregunto porque no vuelves.   Exquisita bebida. Mi medicina de hoy en adelante. A solas y con un buen libro.
Café
Autor: Raquel Garita  554 Lecturas
¡Ojalá hubiera abierto anteslas puertas del tiempo, para encontrarte allí amigo        y así albergar en tu miradapalabras que expresabanmomentos de mi vida ,al depositarlas solo ...en el corazón de un buen amigo !¡Ojalá hubiera abierto antes                       las puertas del tiempoy compartir contigo,si lo hubieses querido,momentos de tu vida Hoy, con palabras escritasguardadas en el núcleo de la tecnología,conozco un poco de tu mundo...de ese mundo de historias,magias, telas, pinturas y fantasías                              que compartes con tus amigoscon mucha hidalguía.-Y esas mismas palabras,escritas en la tecnología,descubren que tu almaestaba pintada de alegríaocultando muy adentrodolor más grande de tu vida.-Y, yo amigo... por una egoístaironía, arranqué a pedazos a pintura que tu alma tenía...sin darme cuenta que por tus venas corría el sabor amrgo de la partida, de quien erael eje de cada uno de tus díasPero el tiempo pasa, sangran las heridas,el dolor se amortiguay da paso a lla hermosa historiade haber encontrado un amigo.-Y , aunque el tiempo me llevepor mi propiop camino,sabrésiempre... que en algún lugardel mundo hay alguienpara quien....ojalá yo sea una entresus tantas amigas...                              (Para J. C)                                      Raquel Cristina Zurita                                                                                                
Para un amigo
Autor: Raquel  453 Lecturas
Hipocresía...               Había en la vida, cuando enceguecíacon la luz de quién no debía brillar.   Había en tu mente quizá, cuandorecordabas los días, las noches, las horasen las que me susurrabas en mis oidos,diciéndome: " SIEMPRE TE HE DE AMAR".    Había en tus ojos ,cuando mirabaslas fotos en aquel retrato ...en ese retratoque encerraba nuestra felicidad.Había en tus manos, cuando con disimulo,repasabas aquellas hojas adornadas de un cuaderno guardado que intentabas tirar,en las que había poemas escritos, que yo...que yo...¡tonta y eterna enamorada...!en cada encuentro te solía entregar.Había cuando separabas...casi a escondidas,tus ropas y me decías que a la tintorería...a la tintorería las debías llevar pero...¡con sigilo,las guardabas en una valija porque...por desición enteramente tuya me dijiste aquél día:"Yo...yo me voy a marchar".Había en tu voz cuando me nombrabas y alguien...alguien te preguntaba ¿como está? y tú le contestabas: "está en casa...no me quiso acompañar".Había en tus labios cuando tú sabías queque yo descubría que a otros labios habríasde besar... y los míos quedaban perplejos...porque de los tuyos...¡de los tuyos los habrías de quitar!Había cuando te acostabas y enseguidate volvías a levantar y... fugitivamente marcabasese número de teléfono...porque...del otro ladote atendía quién te hacía palpitar.Había cuando cuando te parabas frente a la ventana, porque aire querías tomar...pero, tú no sabías que yo...¡que yo..a ella la veía pasar!Había en esas flores, las que entre tus manos un día sorprendí cuando regresabas al hogar...pero tuviste que obsequiármelas sin darte cuenta que en la tarjeta claramente decía un nombre que no era el mio y un: "para quien a mi vida le dio un nuevo color..."Había en tu mente cuando te ordenabapronunciar palabras que luego me decías contremenda falsedad.Había cuando te ibas a trabajar...y a mi no me acercabas porque te ibas a demorar... y justa casualidad...a unas cuadras... unas cuadras por gentileza tuya a ella tenías que encontrar.Había cuando mis amigas te nombraban y yo... con fuerza y valentía, hacía como que no me importaba... pero en el silencio de mi vida...en el silencio de mi vida ¡¡¡SIN HIPOCRESÍA!!! mi llanto comienza a estallar porque... yo yo todavía no te puedo olvidar... -Raquel Zurita  
HIPOCRESÍA
Autor: Raquel  500 Lecturas
Podriamos reconstruirlas ruinas del Coliseo romano;podriamos reconstruirla Gran Esfinge egipcia de Gizeh,y el Partenón hermoso de la antigua Grecia.Podriamos reedificarlas ruinas de Pompeya y de Herculano,destruidas por el fuego y la lavade la erupción del Vesubio...  Pero esas ruinas venerablesperderían su ser verdadero.Es mejor que queden estáticas, desnudas en su fatal pasado,muriendo lentamente en el tiempo;porque ellas nos hablan,nos legan la verdad insoslayablede los siglos que murieron,de lo efímero y caduco;y nos recuerdan con crueldadque no seremos jamáslo que hemos sido.                                 E.G.M.    
Tal vez, puede ser, Nada está escrito En aquella pared, Puedes escribir ahí.   La entrada es gratis Pero en la salida; Puedes dejar de existir En el umbral de su reír.   Buscarás excusas, Buscarás las migajas, Pero no encontrarás, Ni siquiera sus pisadas.   Podrás intentar Una y mil veces más, Sin respuesta tras tocar, La puerta no abrirá jamás.   Pero ahí estará El lienzo que hay que pintar, Y llorará y llorará  Y tal vez no escribas en ese mar.   Grita una y otra vez, Grita desde dentro, Grítale de una vez, No esperes verla sin gritar.   Has tuyo el momento ¿Qué esperas? ahí encerrado,  Frente a ti tienes el tiempo Tómalo y vence al miedo.   Es lo que sientes Siéntate y escribe, Muere si es suficiente Disfruta el elixir de su nube.   Deja que te atrape No te escondas, Siente su pie Rozando a escondidas.   Quiere que escribas Que llenes el vacío, Que han dejado a su paso Llénalo de algo. Que puede ser amor.
Puede ser amor.
Autor: JALRAIN  681 Lecturas
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