Nov 26, 2019 Nov 25, 2019 Nov 24, 2019 Nov 22, 2019 Nov 19, 2019 Nov 18, 2019 Nov 17, 2019 Nov 16, 2019 |
Más que una historia, quiero hacer un sentido tributo a una mujer que ha ocupado un privilegiado lugar en mi corazón; aún, cuando en términos generales, nunca tuvimos algún vínculo pasional, pero sí fuimos muy buenos amigos y coincidentes en la mayoría de los tintes de la vida; es decir, de hecho, lo más cerca que he estado de su corazón es haberla conocido en su intimidad y lo suficiente para poder hacer una descripción personal suya justa y responsable y tener la amplia facultad para decirle abiertamente que, desde lo fraternal, la amo con todas las fuerzas de mi ser. Imagino que ella tiene la misma impresión de mí. Y esto es, precisamente en estas páginas blancas, lo que me impulsa a contar con verdadero entusiasmo, los muchos detalles maravillosos de la vida de esta Sabina Esther Adler, una deliciosa producción humana extremadamente femenina, muy inteligente, multifacética, apasionada, entretenida, impredecible, sorprendente, locuaz, culta, lúdica, excitante, loca (en un sentido cariñoso), mordaz y sarcástica (cuando las circunstancias lo han hecho necesario), bruja (también cuando ha sido necesario por haberla provocado), toda una notable poetiza y brillante escritora avalada por sus obras. Finalmente, quiero añadir, usando sus propios términos metafóricos registrados en una de sus obras, que fue concebida intencionalmente en un frasco pequeño y exclusivo, como los de los perfumes caros y los que contienen los venenos. Lo cierto es que vino a nacer en tierras chilenas después de haber sido gestada de modo absolutamente consciente por sus padres judíos tras la angustiosa huida de ellos desde la alemana Europa, quienes habían sido perseguidos por las hordas de la policía nazi del régimen de Hitler, y posteriormente asilados por el estado de Chile en una gestión humanitaria internacional. Como la mayoría de esos inmigrantes llegados a nuestro país en aquella época (1938- 1941), este joven matrimonio compuesto por Kurt y Esther, arribó a la pujante ciudad de Valdivia, donde ilusionados se establecieron definitivamente y con el soñado propósito de elaborar su nueva libertad con una orgullosa herramienta de prosperidad, a través de un consciente y esforzado trabajo de oficio, una consecuente y elevada moral, una integrada y sana convivencia con la sociedad de la que ahora formarían parte y el hermoso sueño de construir una familia, principios básicos que a muchos les significó pavimentar un ostensible ascenso económico, social y jerárquico que, a los Adler en lo particular, debido a su bizarría, no les podía fallar, ética que Sabina Esther, su hija chilena, supo recoger perfectamente para utilizarla moralmente a lo largo de su vida. Cuando yo conocí a Sabina, ella era una sonriente muchachita de carita angelical, rubia y de ojos muy azules, bastante delgada y de no muy alta estatura, inquieta, muy despierta y sorprendente en sus alocuciones, cuidando en mantener siempre una deliberada humildad de niña aprendiz, lo que la hacía más inteligente aún. Tendría, en esos días, entre 11 y 12 años, en tanto yo, pieza importante en su basal y futuro tablero de ajedrez, era un joven con mi mayoría de edad recién cumplida ( en ese período la ley decía que ello se manifestaba a los 21 años) y, transitoriamente, me desempeñaba como asistente a todo evento de la docencia del establecimiento en la que Sabina desarrollaba su educación, incluyendo yo, el cargo de conductor oficial de la clase de educación física ( en esos tiempos los roles docentes en muchas áreas distaban mucho de ser estrictamente profesionales y exigibles). Aún conservo con claridad en mi memoria demasiados fragmentos de lo inquisidora y tenaz que ella era, incluso en temas complejos de los que, ni siquiera la mayoría de los adultos, se atrevía a indagar. --¿Qué habrá más allá del universo? –preguntó una vez con notable curiosidad; y ante la ausencia de una respuesta concreta, agregó:-- No me resigno a escuchar que me digan NADA, porque nada ya es un ALGO y eso ocupa lugar… Pero en ocasiones llegaba mucho más lejos con sus inquietudes y había que tener un muy buen criterio para encarrilar sus dudas. Un día, en medio de la clase de religión, en la que yo suplía al padre Sebastián (el cura profesor del ramo), Sabina, intempestivamente lanzó una de sus acostumbradas extemporaneidades: --Yo sé que es mentira que a los bebés los trae una cigüeña desde París, amigos –exclamó levantándose de su asiento para dirigirse a todos sus compañeros--; pero lo que no me explico es por qué los papás nos mienten, cuando la verdad es que son ellos quienes nos hacen en la noche cuando están en la cama. Imaginen mi cara. Quedé estupefacto con su improcedente dicho, sobre todo al advertir el específico conocimiento suyo de la forma de gestar a los bebés. ¿Cómo era posible que ella, a esa edad, supiera de aquello? ¿Lo sabía con exactitud, lo deducía, o qué sabía en realidad de ello? Intenté ser lo más natural posible y adopté una pose casual –sentado a medias en el borde de la mesa de su pupitre con los brazos cruzados por encima de mi pecho y mirándola fijamente a sus ojos para preguntarle con actitud dominante: --¿Cómo sabes que no es cierto que los bebés provengan de Paris? Y me tumbó una vez más al responder con impresionante soltura y alzando sus hombros: --Fácil. Mamá me lo dijo y me explicó que cuando los padres deciden tener un niño, en la noche el papá le hace cariñitos a la mamá y le pone dentro de su barriguita una semilla especial que solo los papás guardan en sus cuerpos, que la mamá hace crecer ahí dentro de ella por nueve meses, hasta el día de nacer el bebé. Maravillosa y didáctica presentación de una niña de 11 años, notándose la ponderada fórmula educativa de su madre. Entonces me sentí desafiado por conocer hasta dónde esa educación suya administrada por sus progenitores, era adecuada. --¿Te aclaró, tu mamá, como es que nacen las criaturas ese día? --Sí. La madre debe ir a un hospital para que un médico llamado matrona lo saque de la barriga, le bañe de sus suciedades y le examine su salud… A esta operación se le llama parto. Yo, cuando sea mayor quiero ser médico—se apresuró en agregar con bastante entusiasmo y una gran sonrisa. Desde el primer día que la conocí, inmediatamente me atrajeron su inquietud, su desenfado y sus innumerables habilidades innatas, porque aparte del aventajado enfoque de las circunstancias intelectuales que en cada intervención nos mostraba, poseía ventajas físicas destacables; como por ejemplo, su impresionante velocidad en las carreras de competición y su notable resistencia corporal en la disciplina fondista; nadie le hacía competencia, ni las muchachas mayores, ni los hombrecitos de su similar rango. Al respecto me gustaba conversar con ella y escucharla con su bien pronunciada y encantadora voz suavecita soñando con un futuro que constantemente traía a colación. Lo cierto es que poseía un nutrido número de proyectos para su devenir, llegando algunos a contravenirse con otros en una probable compatibilidad, si los hubiera llegado a materializar. Sin embargo, lo llamativo de cada uno de sus proyectos era que tenía basales argumentos justificados para cada cual. --Quiero ser famosa y batir el record mundial de velocidad. Voy a ir a los juegos olímpicos de Roma de 1960 y ganaré, a lo menos, dos medallas de oro para Chile, para pagar al pueblo chileno lo que mis papás y yo hemos recibido en este precioso suelo. ¿Quién podría poner en duda semejante anhelo luego de verla llegar a las metas con esa increíble facilidad y después de conocer ese noble espíritu de una infanta que discretamente se alza por encima de una mesa? Muchas veces a los sueños de la gente les vemos como cosa natural, de los cuales su concreción o no se limita a una sencilla cuestión de expectativas; sin embargo, en muchos de ellos se resguardan los profundos valores que coinciden con la vida misma. Ya pasado un tiempo, cuando Sabina era una adolescente, un mal día, de aquellos cuando el destino se despierta con antojadas intenciones de traicionar al que, al azar, se cruce por su camino, ella realizaba una prueba definitiva que la ubicaría en el umbral de las clasificaciones para ingresar a los juegos olímpicos a desarrollarse en la ciudad de Roma. Vibraba entusiasmada por la proximidad de su sueño, luego de haber superado una infinidad de exigentes obstáculos y justo en el momento de cruzar la meta con el triunfo de esa última prueba, se desplomó de modo absurdo, como si fuere un muñeco de paños sin vida y quedar desparramada patéticamente en la pista de recortán por varios segundos. Alertado de reconocer la ocurrencia de un grave accidente en su salud, corrí a socorrerla y procedí a intentar practicarle las pocas nociones de salvataje que para entonces yo conocía de primeros auxilios, mientras gritaba como un loco por ayuda. El padre rector de nuestra institución ofreció su vehículo y tras subirla en el asiento trasero con una aparatosa dificultad, raudamente surcamos las tranquilas calles de Valdivia para alcanzar los servicios de urgencia del hospital Afortunadamente en el trayecto logró reanimarse y volver a un relativo estado de consciencia, pero, posteriormente, cuando el equipo médico la estabilizó, nos reunimos sus padres y todos quienes estábamos ahí presentes, para hablar con ellos, quienes apoyados con un diagnóstico definitivo nos advirtieron que su corazón no estaba capacitado para las exigencias deportivas que realizaba. Una más y tendríamos que trasladarla a la funeraria y no a la urgencia, porque sería tarde. Se podrán imaginar lo que nos afectó a todo el entorno de personas que la conocíamos, además de sus padres, pero fue la misma Sabina quien se atrevió a tomar al toro por los cuernos y pararse en el centro del ruedo para desafiar al destino con la indestructible perseverancia que la caracterizaba. Un par de días posteriores me pidió, a través del teléfono, la visitara en su todavía lecho de enferma y me comentó muy resuelta: --Está bien. Me olvidaré de Roma. Eso ya no tiene remedio. Y ya sé cómo podré reemplazar la pasión frustrada. ¿Sabes cómo? --No. Pero creo que tú sí ya la tienes, por la malicia con la que se dibuja en tus labios esa sonrisa. --Comenzando de inmediato un camino nuevo—aseguró con amplio convencimiento. En el instante había esperado que me daría a conocer los detalles de sus planes, sin embargo, muy típico en ella, prefirió vagar con su secreto y dejarme solo con la superficial y resignada reflexión de ver que era una muchacha valiente que no requería de consejo, ni aprobación para instalar sus caminos. A los pocos días llamó nuevamente al teléfono y, acreditando un estricto tono protocolar de solemnidad, me dijo: --Juan: Hasta este momento solo lo sabe mi madre y tú serás el otro en saberlo. Ven a verme, pues te contaré lo que he decidido. Francamente quedé sorprendido una vez más al reflexionar sobre sus misteriosas estratagemas para comunicar sus resoluciones, pero me conformaba concluyendo en una supuesta y banal razón que todo era producto de su inmadurez, que solo era una jovencita determinante intentando zanjar un problema con una filosofía elaborada por su ansiosa personalidad. Pero, en ese momento yo todavía no advertía que todo aquello correspondía a uno más de sus revolucionarios hechos ya concretados, por lo que no consideré buscar un apoyo seguro para protegerme de un probable desmayo… Así de desconcertantes eran sus decisiones. Es así que, lo que les narraré a continuación y que ella me trasmitió, para mí fue un chiste sin pie ni cabeza que emergía de una mente obsesionada con las artes de la tauromaquia, queriendo decir con ello, que le fascinaba torear al destino y escuchar vibrantes ¡Ole! Había resuelto enrolarse en un convento para ser una religiosa y esto ya no era un mero arrebato rebelde y caprichoso, pues comprobé luego, que junto a su madre, la adorable señora Esther, a quién yo también conocía, ya habían hecho los respectivos trámites que establecía la ley; sentar la plenitud de discernimiento de la joven, lo que inicialmente se realizaba presencialmente en el ministerio de justicia; además, también se debía llenar una solicitud de ingreso en el convento al que deseaba ella pertenecer. Y todo ya estaba hecho. Antes de saberla investida con sus hábitos religiosos, conversamos ella y yo para conocer la rara razón de su decisión que, según mi punto de vista, era un discordante juicio de su parte, tomando en cuenta sus raíces sionista, a lo que ella, con bastante seguridad, me respondió con tono aclaratorio: -- Me apasiona el desafío de cubrirme vestida con un hábito y refugiarme en él de las tentaciones humanas, porque pienso que amparada en un ambiente libre de distracciones podré descubrir muchas ideas mías que ayudarían a solucionar los problemas que tiene la gente. Además, así tendré una ideal oportunidad para conversar directamente con Dios, relativas a muchas injusticias que se cometen bajo su mirada. --Definitivamente te has vuelto loca. ¿Por qué mejor lo intentaste a través de acceder a un cargo social o un liderazgo político? En estos tiempos se están abriendo muchos espacios con fértil terreno para ello y tú tienes una buena lengua con capacidad para eso. --¡Qué tonto y bocón eres, Juan..! Los líderes y los políticos son personas con tejado de cristal, hipócritas santurrones que, como todo el mundo, tienen sus humanas tentaciones y se distraen con facilidad ante una cara bonita… Y, acaso, con peores intenciones… –murmuró bajando la inflexión de la voz, como evitando que los demás escucháran este último comentario. Habían juicios, sobre ciertos temas, en los que Sabina Esther no transaba, en ocasiones llegando a la inconsecuencia, porque su opinión acerca de la política habitualmente se cerraba de manera absoluta y definitivamente en torno a una condena, y esa era la razón por la que usualmente estaba buscando las fórmulas para mejorar los entendimientos humanos., característica que la identificaba mucho. Los días pasaron con rapidez y una vez ya internada ella en el convento, con el hondo y gran pesar mío latiendo en mi alma, me resigné a distanciarme de su amistad y tener escasa información suya, salvo algunas migajas insignificantes de su buen estado, datos obtenidos en esporádicas ocasiones cuando que me cruzaba en la calle con uno de sus padres, quienes livianamente respondían a mis ansiosas preguntas. Su renuencia me hacía pensar que, en lo personal, ellos no eran completamente felices con la nueva forma de vida adoptada por su hija. No obstante, era esperable que primara en ellos, al igual como predominaba en mí, el enorme respeto por su libre albedrío, confiando en que ella si disfrutaba de su opción. Lamentablemente el pasar del tiempo nos mostraría lo equivocados que estábamos todos. En tal modo fueron transcurriendo dos largos años en los que, por mi lado, yo mecía en mis espacios un desabrido columpio de ininterrumpidos vaivenes de buenos y malos momentos, conspirando con el aburrimiento; hasta el pasmoso día que, estando tranquilamente recostado en mi cama, en modo holgazán, descubriendo las manchas del encielado de mi dormitorio, porque por todo el mundo era sabido que yo era un tipo tranquilo que gustaba descansar, y sentí sonar la campanilla del teléfono y luego una voz avisar: --¡Juan..! ¡Sabina Esther al habla..! Con un salto me incorporé y quedé sentado en el borde de la cama. ¿Sabina?—me pregunté con el corazón dándome vuelcos. ¿Ella? ¡No puede ser! ¿Habrá tenido un accidente..? ¿Qué demonios sucederá? ¿Por qué me llamará..? Ha pasado tanto tiempo… Corrí hasta el aparato, tropezando con todo en mi camino y lo tomé con desesperación: -- ¡Aló! ¿Sabina? ¡Qué sorpresa! --Hola, mi querido Juan. Cuán grato es oírte. ¿Cómo estás..? Perdón por interrumpirte, pero he necesitado hablar contigo y me urge verte. --No me asustes. ¿Te ha sucedido algo malo..? --No, no. Tranquilo. Estoy bien… Pero me queman en la boca mis últimas nuevas y, creo, que debes sentarte para que escuches los últimos acontecimientos –sentí al otro lado de la línea una risita complementando su insinuación verbal y, luego una sorprendente voz diciendo con acentuado alborozo: -- ¡Soy libre nuevamente! Ya no estoy en el convento. Anteayer renuncié a los hábitos y escapé de ese infierno que ya no toleraba. Necesito hablar contigo, amigo querido. Quiero verte y hablar sobre mis nuevos proyectos. Juntémonos en el mirador de los remos en un rato más; 15 minutos ¿Te parece? En realidad se le oía muy ansiosa y eso me inquietó e imaginar infinidad de conjeturas, además de haber quedado medio aturdido con su cuento y, antes de tener la fuerza para responderle en consciencia y cuerdamente, quedé por segundos mudo y en negro, solo cuestionándome si era posible que la existencia de Sabina no fuera tan vertiginosa. En pocos minutos estaba yo apoyado en el barandal del mirador, esperándola, cuando la vi aproximarse envuelta en una extraña indumentaria que, a pesar del grueso manto de nubes grises y haber un ambiente difuso y nada de radiante, escondía buena parte de su rostro tras unas oscuras gafas y además se ocultaba dentro del alzado y amplio cuello de su chaquetón, evidenciando una transparente intención de no querer que alguien la identificara, lo que me desconcertó. Al encontrarnos frente a frente, me hallé en una situación difícil de dirimir, pues en un extremo me embargaba el emocionante sentimiento de tenerla próxima después de tanto tiempo transcurrido y eso me instaba a abrazarle efusivamente y entregarle cada gramo de mi cariño, pero por otra parte, me descolocaba esa ridiculez misteriosa de esconderse, entonces la recibí con un juego de palabras que apuntaba en ambos caminos, mientras la estreché ardientemente y le besé repetidas veces en ambas mejillas: --Qué dicha me produce verte, mi linda gacelita; veo que estás tan dulce como siempre, pero no debieras temer a los cazadores furtivos de los que te vienes ocultando. Debes confiar en este eterno y fiel perro que siempre te ha protegido. --¡Mi querido amigo! – respondió con idéntica alegría. --También me encanta encontrarte nuevamente; te extrañaba bastante y no podía retardar más la espera para verte… Imagino que te llama la atención el disimulo que llevo encima y es debido a la gente que me conoce. En este pueblo muchos supieron de mi reclusión en la orden, pero aun no saben que renuncié y que aun sigo siendo una hermana y temo que se acerquen a preguntarme qué hago fuera del convento, pero ¡por favor! ahora no tengo ni el ánimo, ni el tiempo, para contestar las preguntas que, seguramente, querrán hacerme. --Pero, según yo te conozco, nunca te ha importado lo que la gente diga o piense – le aseguré burlón y con tono de superioridad moral.. --Me importa la gente, Juan, pero cuando les puedo enfrentar con la verdad… Me conoces y sabes que nunca he sido una mentirosa y el problema en ello es que ahora no tengo definido qué es mentira y qué es verdad: Lo que pienso, o lo que siento, dualidad que no son lo mismo --¡Ajá! ¿Y se puede saber –a lo menos-- qué es verdad, para ti, o qué es mentira? y que tanto te empeñas en esconder? Se acercó bastante a mí y jugueteó con los botones de mi abrigo, mientras buscaba mis ojos con cara de mosquita muerta, dejando de manifiesto una actitud persuasiva: La manipulación era una de las estrategias que le gustaba practicar, puesto que con ella conseguía varios de sus objetivos. Sin embargo, para mala fortuna suya, yo ya conocía la mayoría de sus tretas. --¡Para, para, para..! –le interrumpí atrapando sus manos con las mías --Comienzas a alertar mis circuitos… ¿Qué podrida treta traes en esa mente diabólica? --No son tretas, mi engreído compañero, pero como eres mi amigo tendrás el privilegio de conocer mis reales intimidades. Trazó deliberadamente una pausa y luego estiró el dedo índice de su mano derecha para comenzar a golpearme el pecho con él, como si le correspondiera el derecho de cargarme las culpas. Caprichosamente dejó escapar un suspiro y explicó: -- Allí dentro del convento me sucedieron varios hechos que para nada son compatibles con las pautas de una religiosa… Comenzando, y entiendo si te costare creerlo, sufrí el desagradable acoso lésbico por parte de la madre superiora… y en varias oportunidades. --¿Qué..? --Sin embargo es un hecho que prefiero no darle tanta importancia porque lo detuve sin salir yo dañada directamente; no obstante, hechos así fueron los que debilitaron definitivamente esa tambaleante fe que yo tenía de los postulados religiosos y contribuyó a quebrar severamente mi fe en Dios y del poder que siempre oí decir que Él tenía sobre todas las acciones del universo y, con el correr de los días y bajo esas turbulentas condiciones, operó en mi conciecia una suerte de libertad que derrumbó varios cercos voluntarios e íntimos que la decencia había instalado orgullosamente en mis actitudes, despercudiéndolos y desatándoles… ¿Me has ido siguiendo el cuento? --Clara, claro. Estoy sorprendido, pero he ido dibujando claramente cada detalle hasta justificar y apoyar tu decisión. Pero déjame saber, ahora, ¿qué harás en definitiva con tu vida? --Quiero volver a ser una mujer. Entre algo de risa y un poco de sarcasmo, acusé un sacudón mental que se reflejó finalmente en una mofa: --¡Sabina, por favor! ¡Nunca dejaste de ser mujer por haberte vestido con una túnica, un velo, una cofia y un escapulario! No te inventes traumas ficticios, ni pretendas ver a través de los muros– le hice ver . --No seas tonto, Juana la psicóloga. Sabes a lo que me estoy refiriendo. --Trato de imaginarlo, pero no me ayudas; y aparte de provocarme dudas, me provocas risa. --Lerdo, estúpido y, además, mojigato—comentó riendo y remató con suficiencia: --¡Quiero tener sexo, imbécil..! Quiero dejar de ser una virgen y quiero saber lo que es enamorarme… Me gustaría casarme, formar una familia, tener hijos… Ser una mujer normal con vicios y placeres como la mayoría. --¡Vaya espectacular despertar el tuyo, querida..! De buscar el anonimato amparada detrás de una velo, como alguna vez anunciaste, estás pasando con rapidez a desnudarte para un mejor postor – le comenté insistiendo en agredir para descartarme de una supuesta propuesta. -- No te pases de listo conmigo, Juanito y tenme algo de respeto. No estoy hablando de convertirme en una vulgar puta. –Está bien. Discúlpame. En ocasiones abuso de nuestra amistad… Entonces, ¿Cuáles serían tus planes al respecto? Porque si estoy en tu mira, déjame aclarar que nunca he considerado digno ser el consorte de un capricho; menos el de una mujer con la que he tenido siempre plena consciencia de estar en desventaja. --¡Juan, Juan..! No sigas, porque… ¿Quieres que juguemos a ser honestos? Podría ser mi turno para descalificarte. Es cierto; no voy a negar que en muchas ocasiones, incluidas las que experimenté allá adentro del convento, pensé viéndote como una opción reproductiva, pero al final triunfo el convencimiento de reconocer que el mejor sentimiento que puedes ofrecer es el de la amistad; nada más y dejar al macho circunscrito al último lugar de una lista. Estos son el tipo de argumentos que me llevan a evitar los enfrentamientos con ella, porque lo que de modo permanente resulta es que su intelecto siempre me anota una goleada en contra. De aquella reunión, un par de cosas me quedaron suficientemente claras: Punto uno, que la amistad de ambos era mayor de lo que yo mismo creía. Por supuesto porque, a pesar de sus estocadas sarcásticas, estas resbalan en el escudo de nuestra lealtad. Punto dos, que sus propósitos siempre continuarán siendo tajantes una vez que se los haya auto destinados; y, punto tres, que los detalles de la puesta en marcha de sus planes, solo ella tenía libre acceso para conocerlos. Así fue como, tras su fallida incursión religiosa, hizo pasar el tiempo por sus espaldas soslayadamente y hacer avanzar sus pasos con displicencia hacia su nuevo futuro. A sencillo pretexto de ocupar su tiempo en algo realmente útil –lo que en estricto rigor era para ella una verdad necesaria--, se matriculó en la Universidad Austral de Chile para cursar definitivamente una carrera, eligiendo –nada menos—, la medicina, por justificadas y lógicas razones: Una, porque desde hacía mucho había sido uno de sus grandes sueños; dos, porque su puntaje acreditado le abría ampliamente las puertas; tres, porque era una actividad relacionaba directamente con la desafiante empresa de proteger a la humanidad, porque poseía un gen propio --heredado de sus padres -- que hacían atractiva esta tendencia; cuatro, por razón de intereses estéticos, ya que se impartía en el hermoso campus ubicado en la fluvial isla, Isla Teja. Con todo ello se dedicó a vivir una existencia plena como la de cualquier joven de su misma edad; dosificó sus tiempos de manera responsable, delimitando días y horarios para cada actividad, de forma que ninguna se inmiscuyera con otra, pudiendo así aprovecharles satisfactoriamente. Al parecer había hallado, por fin, la senda ideal que la conduciría hacia su tan soñado horizonte. Aquellos tiempos habían sido para ambos un dinámico período que nos había integrado en un intenso desarrollo de vida social, puesto que, a la par de las actividades de Sabina, yo también hacía algo con mi vida y también había ingresado a la universidad, me había titulado como profesor de educación física, había sociabilizado con otras gentes, me había involucrado sentimentalmente con algunas chicas, en algunos momentos me desordené severamente, en el obvio afán de disfrutar a concho la juventud, pero luego maduré adecuadamente y lo bastante y para obtener un magister en mi carrera y, cuando cumplí mis treinta y cinco años de edad, me casé con Loreto, mi eterna novia silenciosa que desde muy jóvenes habitó en mis privadas sombras. El día de mi boda el festejo fue espectacular, con muchos invitados y con bastante jolgorio; pero quien, en ese recordado evento, en verdad “se robó la película” (*), fue Sabina. Un personaje como ella es imposible que no resaltara en una ocasión como esa, en particular si se trataba del importante día de su mejor amigo. Entre sus sorpresivas manifestaciones protagonizó un emotivo discurso que me hizo brotar unas discretas lágrimas, a causa del dramatismo empleado en el tenor de su prédica, especialmente en ese acápite en el que acentuó los leales sacrificios que siempre dispuse para ella y particularmente los sinceros cuidados que le brindé el día cuando había sufrido su dramático accidente cardiovascular. Otra de sus importantes manifestaciones fue que interpretó en el escenario el viejo bolero “Contigo Aprendí”, cuya letra alude al aprendizaje recibido por el amor de la pareja, y lo hizo con una alucinante y encantadora voz que nos sorprendió a todos. Uno de los comentarios que reflejó la calidad de su puesta en escena, fue: ¿Por qué no te abocas a cantar profesionalmente? Ella sonrió con desdén y respondió: Porque esta es la, única canción que me sale bien. Por supuesto no se puede ignorar de entre todas las acciones de esa noche, que bailó incansablemente con todo el mundo y que tras el fragor de su agitación, se embriagó algo más de la cuenta saciando su sed bebiendo unos vinos de buena factura elaborados por unos compañeros suyos de la universidad que nos lo habían traído como regalo de bodas. No obstante, por fortuna, pudo conservar su acostumbrado comportamiento simpático de una dama y se perfiló siendo, sin lugar a dudas, el alma de la fiesta. Pero, como ella no escatima jamás a ser quien coloca la guinda sobre el pastel, esperó el momento propicio en que nos aprestábamos a abandonar el festejo e iniciar el escape hacia nuestra “Luna de miel”, para realizar su acto final con su incluida pirotecnia: Enfrentó a Loreto, quien por supuesto era también su amiga y le dijo escuetamente al oído, con una socarrona sonrisa: --Esto me lo tendrás que perdonar, pero no me privaré de darme este fantástico lujo… En un rápido giro se volvió hacia mí, me agarró firmemente con ambas manos por detrás de la nuca y, con una tibieza impresionante, me besó largamente en la boca, introduciendo su húmeda e inquieta lengua en mis aturdidos labios y estampar en ellos una confusa sensación con apariencia de deleite. Todos conocíamos la potencia de su temperamento y la manifiesta osadía de los actos de Sabina, y en esta oportunidad creo que nadie puso en duda, ni la sorprendida Loreto, ni tampoco yo, que aquel audaz-atrevido-arriesgado gesto de ella, correspondió solamente a una especial y franca muestra de amistad, sin adornados recovecos y muy propio de la inmutable y valiente mujer que era Sabina Esther, la admirable gacela de las pistas. Cuando se compone una historia como esta y se necesita contextualizar la evolución detallada del personaje central, con el objeto de evidenciar la consecuente e importante metamorfosis suya, es complejo hacer pasar los capítulos obviando algunos matices simplemente con frases como “pasaron los días”, “al tiempo de ello…”, porque uno, como autor, al revisar la composición advierte la presencia de un veloz vacío en la continuidad del relato; empero, tampoco es digno de la historia llenarla con infinitos detalles intrascendentes, por lo que, en síntesis, es pertinente señalar en este punto del cuento, que al cabo de los días de la fiesta referida y sus notables hechos, la vida de Sabina continuó con su ritmo de avanzada personal y hubo acontecimientos nuevos tales como el haber incursionado en una tentadora actividad que le eran propia: asumió una dirigencia estudiantil universitaria que normalmente están estos vinculadas a un dogma político y Sabina, siendo ideológicamente independiente, porque detestaba la política vigente, se vio involucrada con personajes mañosos de ideas manipuladoras y fluida labia convincente. Uno de estos era un marxista con simpáticas características personales, atlético, buenmozo y seductor, poseedor de un dominio verbal capaz de perforar muros de acero. Lenin Vergara, era su nombre y mi virginal gacela cayó en su trampa viril. Un día ella me lo presentó y en sus detecté en su entorno un penetrante olor de azufre, pero desgraciadamente cuando quise intervenir para oponerme a tan riesgosa y desagradable relación, ya era demasiado tarde, puesto que mi amiga había conocido finalmente los placeres de la cama y, además, estaba entusiasmadamente embarazada de el sátrapa Lenin. Había tenido yo, toda la intención de espetar en su cara un indignado “Te lo advertí”, pero preferí callar al captar esos inocentes colores optimistas reflejados en su rostro, cual niña buena esperando a Santa Claus; convencida que el compromiso de responsabilizarse de la paternidad de los gemelos que esperaba era un acto digno de la bondad de él… Así de absurda es la gente cuando cree estar enamorada. De todos modos, en este sentido yo reconozco la tremenda virtud de Sabina: El haber nacido robustecida con buenas armas para luchar en esta combativa existencia e intentar –al menos --edificar un castillo sobre un terreno arenoso. De algún modo lo consiguió, pero a medias; porque no contrajeron matrimonio, pero decidieron reunirse en un nido y hacer una vida marital que, a la postre sobrevivió algunos años, construyendo un pequeño imperio con ciertas comodidades materiales, sin mucho lujo, con algo de historia social, escaso amor sensual y en los que ella terminó convirtiéndose en una admirable madre de cuatro diablillos muy rubios y todos con ojos intensamente azules, iguales a ella, por fortuna. En una conversación íntima entre ella y yo, de las pocas que por esos tiempos sosteníamos reuniéndonos de vez en cuando en El Mirador de los Remos, caminando ida y vuelta por las orillas del apacible Calle Calle , me hizo conocer una hipótesis suya sobre el amor de parejas, lo que a su vez me hizo comprender mejor su actitud practicada durante el leve tiempo de desarrollo de esa superficial unión. --El amor, mi querido amigo –decía--, es una llamativa sumatoria de coincidencias de dos personas que se relacionan, no necesariamente de todas las que ambos mantienen en modo personal, porque siempre alguna de ellas, irremediablemente, es diferente; no obstante, con una adecuada voluntad, es posible tolerar. ¿O, acaso, crees que una relación debe acabar porque sus pies huelen mal, en virtud que todo lo demás es perfecto? Voluntad, amigo. Eso es prevalencia de la voluntad. Tener el convencimiento del “Yo poseo esa capacidad y estoy dispuesta a domesticar a la bestia maloliente y enseñarle civilidades”. Me la jugué por ello, y aun creo me quedan balas en la cámara para seguir disparando, porque me reconozco algunas otras virtudes que bien valen el sacrificio. En la cama, por ejemplo, me enseña muchos trucos que me mantienen vigorosamente despierta toda la noche. Y ese es un factor muy importante. Yo ya aprendí a valorarle. ¿Qué me dices, tú? ¿Le das a Loreto lo que se merece? ¿O te consideras también un sátrapa? Al darme esta perorata sonreía de manera maternalista y acariciaba con juguetones pellizcos mi mentón. Su jugueteo no me fue indiferente y, molesto, saqué su mano de mi con un movimiento rebelde, al tiempo que le expresé: --Qué bueno que orilles por ese tema, porque durante mucho tiempo me has tenido sumergido en una incógnita. ¿Recuerdas el día de mi boda cuando me besaste tan extrañamente? No contestó ni una sola palabra. Se limitó a mirarme sonrientemente de un modo ladino por debajo de unas cejas estratégicas arqueadas, esperando pacientemente la pregunta que yo debía hacerle: --¿Qué diantres te impulsó, ese día, para cometer tamaña osadía? Transcurrieron segundos que perfectamente pudieron haberse contado uno a uno con paciencia tibetana y en los que no me cupo ni una sola duda que ella estaba elaborando una respuesta muy suya. --Según tu gusto, ¿cómo debería ser mi respuesta? ¿Qué quieres oir? --Honesta, por supuesto. Quiero conocer la verdad. Deberías acostumbrarte a usar la verdad desde los comienzos. ¿Porqué siempre ralentizas todo? --Porque es necesario mirar antes por dónde vas pisando. Se apoyó en la fría barra metálica del barandal con ambas manos y hundió su mirada en la quieta marcha del agua del rio, como si, con su actitud, iba en rescate de sus preciados recuerdos. --Para mí ese instante fue intensamente necesario – dijo interrumpiendo el plácido silencio-- porque durante demasiado tiempo había tenido yo, alojada en mi mente, la indefinida y vaga idea de qué estaba realmente conformada nuestra amistad; o dicho de otra forma, qué es verdaderamente la amistad, si no un hipócrita disfraz del amor. --¡Para, para, para! Detente allí un momento. ¿Cómo es eso de un disfraz? ¿Me estás dici3ndo que alguna vez confundiste nuestra amistad con amor? Giró su mirada hacia mí para enfrentarme con incomodidad- --¿Por qué no? ¿Cometía un delito, acaso? --Evidente que no es un delito, pero no somos tan ingenios como para confundirnos. Yo vi todo el tiempo claramente los límites y siempre confié en que tú también lo hacías. --Sin embargo yo tenía dudas y, confieso, que en algunos instantes de ansiedad mentalmente te metí en mi cama. --No digas tonteras… --No te preocupes—me dijo sonriente y alisando calmadamente con su mano un supuesto doblez en mi camisa: --Eso ya es un tema absolutamente zanjado. Muchas cosas que se manifestaron después de la algidez de mis vacilaciones me hicieron comprender que ser tu amiga tiene muchas más ventajas que haber sido tu amante, y no es porque ponga en dudas tus capacidades amatorias, sino, porque tienes otras virtudes que superan tu virilidad sexual… Para mí, al menos. --¡Por Dios! No sé si recoger estas flores como una adulación o un menoscabo. --Eso depende de cuál es tu sitio en la vida, porque, no obstante, yo he aprendido que existen amores que no tienen paredes delgadas y son capaces de resistir cualquier tormenta. Hoy estamos en el umbral de nuestra madurez y ambos hemos cosechado lo que con esfuerzo nos ha costado sembrar, viendo cómo han alcanzado la luz de modo satisfactorio y con amplias perspectivas para trascender con éxito. Ella, por su lugar, entregando sus servicios profesionales en un ambiente muy popular, atendida y regaloneada por sus cinco hijos, reconocida por una exitosa publicación de sus memorias y favorecida aún por sus dones naturales de hermosura física, mientras yo, dichoso, la admiro profundamente. << Inicio < Ant.
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Fin >> No somos el sexo débilsomos mujeres en pie de guerra.Fuertes desde adentro hacia afueranuestra lucha es con la vida.Y no aceptamos la derrota.No fuimos concebidas de la costilladel hombre, nos parió el amor,el dolor, las lágrimas, la rebeldía,la inteligencia.Engendramos los dos sexos y reclamamosnuestros derechos, no la igualdad,acompañamos al hombre, no los sustituimos.Llevamos en el vientre el destinode la humanidadSomos dadoras de vida,no de muerte.Amamos con pasiónsomos la mano que acaricia,la que mece la cuna, pero también la espadaSomos mujeres en pie de guerra,defendiendo la paz, no somos ángelespero tenemos alma, somos... el coraje de Dios. Nací distraído. Lo supe desde chico. Me recuerdo con cuatro años, sentado, dándole la espalda a la escalera de mi edificio, aun siento el dolor de la caída. Nunca supe bien el motivo, puedo estar escribiendo sobre lo distraído que soy que de repente rinoceronte con corbata. La gente suele tener equivocaciones como prender el cigarrillo dado vuelta, yo, en cambio, puedo estar con el encendedor prendido sin nada en la boca. Seria autocompasivo sentir que le debo al mundo un poco de atención, darme cuenta de que tengo que pagar la boleta de luz o llamar a mí madre. Todo eso deja de importar, ya que mientras escribo, observo como dejé otra vez encendida la luz del baño. Lamentablemente saber que uno es distraído es parte del problema. La distracción es acumulativa, los hechos se van superponiendo. La llamada pendiente se diluye luego de aparecer la canilla abierta en la cocina, para después ver como el agua está hirviendo y tirar de un manotazo todo el azúcar en la mesada. Como fichas domino (todavía sigo buscando una metáfora mejor) paso de un hecho a otro. No espero compasión, es solo la sensación de que cada movimiento que hago no me pertenece. Estoy muerto de miedo. Miedo de ser tan despistado que, en un instante, tengo sesenta años y entrecierro los ojos para poder ver el precio de la harina. O peor, haber entrado en otra casa y estar en un cuarto que no me corresponde. Ver mis dedos y no estar seguro si debo teclear la letra “e” con el dedo índice de mi mano izquierda. Incluso, me aterroriza la sensación de haber nacido en otro cuerpo, de que la persona que escribe no sea yo sino otra contextura en la que, en mi desatención, me metí por equivocación. Ojalá que esto pase. No debería estar acá. Mi idea simplemente era hacerme un té, pero termine escribiendo este texto. Por lo menos pude… Alan Marrapodi Cubres cual un manto, La cordillera que te enseña su gallardía. Gustas de inventar figuras Entre juego y juego abres una ventana, Enseñando el cielo azulado. Luego lo escondes en motas de algodones, Para después desarticularlos. Los rayos de sol buscan espacio. Filtrándose hacia la ciudad, Esparciendo su calor, Recibido con jolgorio. Nubes corren de prisa, Alcanzando sueños, Evitando ser arrastradas por el viento. Avisas tu presencia, Opacando el día, Obligándonos a dirigir hacia ti. Nuestra mirada, Que se llena con el descorrer de tu belleza. Si bocetas lanas de corderos. Avisas la llegada de tormentas. Según cómo te muestres Nuestros ancestros sabían cómo cubrirse. Anhelo mantener ese conocimiento. RETRODICCIÓN Volverás a mí una vez más en forma física o de pensamiento?Lo harás en una pequeña fracción de tiempo?Me llevaras otra vez a esos estados sobrenaturales de conciencia?Esperare como siempre lo hice,cruzare una vez más aquellos portonesque me conducían al micro cosmos de tu ser… enigmático, intenso, cálido Solo estas partículas temporales podrían ser inalterablescapaces de codificarse y perdurar de manera onírica,lo sientes?yo lo siento Sabes… solo en esos momentos es donde verdaderamente se puede vivir por pasión,donde aquella energía en reposo cobra algo de sentido,donde el corazón puede reanimarse y quedar listo para que cada uno prosiga adelanteDe algún modo aun somos un equivalente,un reflejo, una unidad que se reconstituye en cada acción de recuerdoRomantizamos el tiempo… lo percibimos en sintonía…Siempre esperare el amanecer después de la primera lluvia del año El fallido y fatídico socialismo en la calle destruye la infraestructura de chile y devasta a su nación, buscando a las malas subirse al poder; el fallido y fatídico socialismo subido al poder mediante el voto popular, destruyó la economía venezolana y devastó a su nación… Mientras tanto Colombia, que no alcanza el nivel de ninguno de estos dos países y que sí tiene su ejemplo a cada lado, da pasos largos en ambos sentidos por hacerse al gobierno del fallido y fatídico socialismo, es decir, hace todo lo posible por llevarlo al poder utilizando para ello su activo más poderoso: el voto popular; entretanto el fallido y fatídico socialismo hace hasta lo imposible por hacerse al poder mediante la única y fructífera herramienta que tiene: el discurso fantasioso y populista de la igualdad social, provocador del resentimiento social suficiente para generar caos y anarquía. Como ha sucedido a través de la historia, amparándose en los bríos y las ilusiones de la juventud: la esperanza del mundo… ¡vaya esperanza!… Esto parece ratificar que el Ser Humano nunca está conforme, lo cual no debe ser del todo malo puesto que cierto grado de inconformidad manifestado mediante la protesta social y reclamo equilibrado, debe ser una motivación para trabajar en procura del progreso y la superación; sin embargo, en esta situación tan particular para Colombia que observa atento los resultados económicos y sociales tanto en Chile como en Venezuela, la nación adhiere al hilo comunicante de estas dos situaciones extremas entre los dos países, que aparenta ser el mismo hastío y la misma desilusión diseminadas por todo el mundo y que generan una confusión y un atolondramiento tales que impiden visualizar que la nefasta consecuencia de esta barbarie salvaje del abuso de la protesta y el reclamo es que detiene y retarda el progreso porque los recursos económicos, de por sí escasos, que se invierten en la reconstrucción de la infraestructura y el transporte público destrozados se restan de la inversión en salud, vivienda, seguridad, servicios públicos y demás programas sociales que tiene el estado para atender a su población menos favorecida. La protesta social no debe prestarse para ser una recocha para divertir a unos cuantos ni mucho menos puede convertirse en una máscara utilizada por uno que otro para cometer algún delito; en su seriedad y pulcritud radica su efectividad. La validez de la protesta social la avala su rectitud y honorabilidad, el vandalismo y el gamberrismo le restan credibilidad, la deslegitiman y pierde el respaldo popular. La protesta social permeada por ideologías políticas solo sirve a los intereses de unos cuantos, mientras llegan al poder, porque después la represión no mide razones ni consecuencias. El pueblo colombiano, aunque desesperado y desamparado, está obligado a ser reflexivo y estudioso para no dejarse orientar por el discurso populachero y lastimero (venga del lado que venga), generador de odios y resentimientos, prometedor de dádivas y regalos imposibles de cumplir o que después salen muy costosos. Solo es válido ser vulnerable y susceptible a la realidad, entender que: · Sea el sistema político o económico que sea, a todo estado lo sostiene su pueblo con trabajo y productividad, por tanto el estado está en la obligación de facilitar y fomentar la inversión del capital privado en el país. · Pobres y ricos nos necesitamos en este mundo, tanto necesitamos los pobres de los ricos como los ricos de los pobres. Esta consciencia no da lugar a odios o resentimientos. Entre todos construimos el mundo porque es de todos, cada uno cumple una función en él y tenemos que aprender a convivir como mente superior, reconociéndole y respetándole a cada uno su condición. · El papá estado manteniendo a sus hijos ciudadanos en ninguna parte del mundo existe. La práctica populista de subsidios y asistencias, revienta a cualquier estado sobreviniendo épocas nefastas de hambrunas, plagas, miseria y destrucción total del país, que hay que volver a construir. · El discurso de la igualdad social dejó de ser una fantasía hace mucho rato y pasó a ser una filosofía que corresponde a cada uno realizarla con base en su trabajo y esfuerzo personal. El éxito y la superación no los garantiza ningún gobierno bajo ningún modelo económico, político o social que sea. Las oportunidades solo se encuentran detrás del trabajo y la disciplina; las oportunidades persiguen al que está comprometido y absorto en su proyecto de vida. · El desconocimiento y la burla a la ley y a las autoridades es muy peligroso y demasiado contagioso, su inmediato y nefasto resultado es el caos y la anarquía… Por encima de todo, debe primar el respeto a la institucionalidad al igual que cero alcahuetería o permisividad con las conductas personales perniciosas o nocivas de sus agentes. El agente de autoridad que sirva de mal ejemplo para la nación tendrá que someterse al juicio del buen ejemplo y de la confianza que su pueblo (su único patrón) depositó en él. Al pueblo le dan contentillo con cualquier cosa, lo único necesario para tenernos a gusto es que nos digan lo que queremos escuchar; todo aquel que asuma en público la bandera de la defensa de nuestro bolsillo, es el caudillo al que adhieren las masas y nosotros los borregos que no nos damos cuenta por dónde o cómo nos lo está vaciando en privado. En las redes sociales se han evidenciado las manifestaciones de admiración y apoyo al movimiento indígena ecuatoriano de protesta en contra del desmonte de los subsidios a la gasolina, medida que lograron desmontar gracias a su decidida sublevación. Sin contar con las invaluables pérdidas, el humilde pueblo ecuatoriano hoy se muestra al mundo, agradecido y orgulloso por esta gran conquista. Sin embargo, viendo el suceso a la luz de la lógica política y económica, sí quedan algunas dudas, acerca de quiénes ganaron o quiénes perdieron, que tan solo se pueden disimular un poco detrás del resultado visible así, a primera vista. Ganó Moreno porque si en un momento dado el movimiento de protesta indígena tuvo algún ingrediente político con la fina intención de derrocarlo, pues no lo logró… el Presidente se doblegó para no dejarse tumbar… pero también perdió porque cedió su poder como presidente al reversar una decisión que defendió de principio a fin a pesar de ser una medida un tanto irracional, ya que un incremento en precios del 130% de una sola, es poco menos que una locura. Ganó el movimiento indígena porque se fortaleció al imponer su voluntad sobre la noble y admirable ideología de la defensa de los derechos del pueblo ecuatoriano; sin embargo, la economía sí es un tema un poco menos simple y elemental… lo que cualquiera entiende es que esos recursos tienen que salir de alguna parte, lo nadie sabe es cómo o con qué nombre van a salir… pero igual perdió porque necesitó del uso y el abuso de la violencia y el vandalismo, lo cual lo empañó. 04 de Noviembre de 2019 Había una vez un rey al que le gustaba cazr. Un día , mientras cazaba , el rey le disparó a un leopardo salvaje. Corrió el rey hacia el para ver si estab muerto o no,y fue allí cuando el leopardo saltó y atacó al rey. El sirviente principal se las arregló para matar al leopardo, pero no pudo evitar que Su Magestad perdiera el dedo. Furioso el rey dijo a su sirviente:__" Si Dios fuera Bueno no me habría atacado el leopardo y ciertamente ,¡no habría perdido el dedo!__" El sirviente principal,con mucha humildad, respondió su rey:__"A pesar de todo esto, solo puedo decirle que Dios fue muy Bueno y que todo lo que hace es perfecto: ÉL NUNCA SE EQUIVOCA.__" Indignado por su respuesta, el rey preguntó a su sirviente:__" Si yo te mando a la cárcel,¿aún crees que eso es mejor para ti?__" El sirviente, sin ningún temor contestó humildemente:__" Sí, mi rey...Si me mandara a la cárcel, ¡aún pensaría que eso es el mejor arreglo para mí__". El rey enfurecido ordenó que su sirviente fuera encarcelado de inmediato. Tres meses después, el rey y otro de sus sirvientes se fueron a cazar nuevamente , pero fueron apresados y castigados por personas de una tribu que necesitan un sacrificio humano. En el Altar Mayor, el rey , desesperado miró cómo mataban a su sirviente muy cerca suyo...¡justo al lado de él . Pero de repente, la gente de la tribu vio que al rey le faltaba un dedo y lo liberaron . Ellos, allí , en esos instantes lo declararon incompleto , razón por la cual no podían ofrecerlo a Sus Dioses. Al regresar el rey a su palacio, autorizó la inmediata liberación de su sirviente principal. Al ver a su sirviente, el rey le dijo con mucha humildad:__" Amigo mío, Dios fue muy Bueno conmigo porque al ver que me faltaba un dedo, me dejaron libre y ¡con vida!. Sin embargo tengo una pregunta: Si Dios es tan Bueno,entonces, porqué me permitió ponerte en prisión __" El sirviente lo miró,sonrió y humildemente contestó:__" ¡Mi rey...Si no hubiera estado en prisión , me habrían matado porque a mí no me faltaba el dedo__" El rey se rió mucho y luego dijo :_" Tienes razón. Las cosas suceden como realmente deben que suceder por alguna razón__" ................ La vida tiene sus altibajos todo el tiempo y , muchas veces las cosas no salen como cada uno de nosotros quisiéramos que saliera. Debemos aceptar las soluciones que Dios nos envía pero, tal vez no son las que esperamos..¡Pero Él sabe lo que nos conviene o no...Lo que es bueno o no , lo que es mejor, lo que nos conviene así sea que a veces nos sintamos desalentados por ello. Por todo esto:No pierdas la paciencia.No pierdas la fe.No pierdas las esperanzas.No pierdas las creencias de un mejor futuro.LAS DIFICULTADES DE HOY EN TU VIDA TE PREPARAN PARA VER LA LUZ DE MAÑANA. Raquel Cristina Zurita. Versos sueltos nacen del alma, versos que cantan trovas sombrías. Versos escritos con tinta sangría, versos libres perdidos en la nada. Versos que exigen libertad Huir del claustro de mi inseguridad Versos que envuelven un tibio beso revueltos traviesos en mis mortales sesos. Versos rebeldes caudillos del tiempo, insaciables de euforia en frenesí carmesí. Versos que lloran la tristeza de un niña. Versos que queman la pasión del amor. Versos, mis sueltos versos. quimera de ensueño mi blanco Edén. Me atas a ti en libertad, sonriendo a media línea. ! Tú que conoces que mi libertad descansa segura en tu dócil cadena¡ Cada día, Adverbio encontraba un motivo por el que discutir... Se sentía inferior a sus compañeros y pensaba que su presencia dentro de la oración era menos significativa.Adjetivo, siempre tan presumido, no lo negaba, y le ridiculizaba delante de los demás:- Yo soy el que da subjetividad al texto- decía orgulloso.Mientras, el más racional de todos, Verbo, intentaba poner orden en todo este embrollo. Todos le respetaban y acataban sus órdenes sin protestar, por lo que se veía obligado a parar la discusión.Sustantivo era simple y sencillo... Él, y adjetivo siempre estaban juntos. Pasaban las horas asignando nombres a cosas sin importancia y añadiéndoles una cualidad.Conjunción y preposición eran los más pequeños. Aislados del tema, danzaban dentro de la oración.Un día, Adverbio huyó harto de insultos, tan solo alimentado de paranoias. Verbo pensó que era hora de poner punto y final a todo aquello. Cada uno tenía una misión importante, fundamental en la oración y era hora de que Adverbio se diera cuenta. Sin él... ¿Cuánto tiempo estaríamos así? ¿Cómo sería la oración sin él? ¿Dónde estaría? ¿Cuándo volvería? Sin él... ¿Quién contestaría todas estas preguntas?Verbo pensó en Pronombre... Quizás él podría darnos alguna idea...- Podríamos organizarnos en distintas categorías gramaticales-dijo- Todos juntos podemos formar oraciones donde cada elemento tenga su función sintáctica y ninguno se pelee ni crea ser menos. Cada elemento es imprescindible.Sin alguno de ellos la oración puede quedar incompleta y perder por completo su significado.Todo el grupo estaba de acuerdo. Solo quedaba convencer a Adverbio.Una vez todos estuvieron enterados, pusieron en marcha su plan reorganizándose dentro de la oración.A este juego de sustantivos, adjetivos... se le denominó para siempre SINTAXIS. 'Hay un principio malo que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un principio malo que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer' Pitágoras.La cultura de los hombres, la sociedad patriarcal, ha existido siempre. Hemos sido educados en ella. Eva nació de la costilla de un hombre. Ella fue la culpable, la desobediente, símbolo de perversión. - La mujer que me diste por compañera me dio de él, y yo comí- se excusó Adán.Y Dios nos castigó – Parirás a tus hijos con dolor.Son pocos los que han oído hablar de Lilith. Su historia no es familiar para nadie:Lilith, dicen los escritos, fue creada a partir del barro, como Adán, y no de su costilla. Se niega a someterse a las imposiciones de éste. abandonó voluntariamente el paraíso, porque para ella, se había convertido en un infierno.Ésto que leo, no lo entendió ninguna tradición antigua. No podían permitir que la osadía de Lilith quedase impune, así que se tachó a la mujer de perversa, ninfómana y demonio.Las mujeres siempre hemos sido conscientes dee la situación de inferioridad y de desigualdad a la que hemos sido sometidas. Aunque feminismo como tal no se acuñó hasta el siglo XIX, es una lucha que ha existido siempre.Guillermine de Bohemia fue una de las primeras mujeres que se revelaron contra el sistema establecido. Creó una iglesia de mujeres la cual fue denunciada por la Inquisición. Murió quemada en la hoguera.El movimiento 'LE QUERELLE DE LES FEMMES' luchó durante cuatro siglos por la defensa de la capacidad intelectual, el derecho al acceso a la Universidad y contra la misoginia.Olimpia de Conges, escribió la 'Declaración de los derechos de la mujer y ciudadanía' en respuesta a la anteriormente publicada ' Declaración de los derechos del hombre y ciudadano' Reclamaba la independencia y aplicación de las mismas normas legales para ambos géneros. Murió guillotinada.Y en nuestro país, cabe citar a un grupo de mujeres que han luchado por la igualdad en España, relacionadas con el mundo del derecho, la política y la literatura.Clara Campoamor,Dolores Ibárruri, Rosalía de Castro, Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, Victoria Kent,Federica Montseny y muchas más.Los derechos morales de igualdad llevan reclamándose desde fechas inmemoriales, de ahí nace esta revolución, esta política sexual, porque por desgracia.'LO PERSONAL SIGUE SIENDO POLÍTICO'Hemos sido siempre silenciadas, siempre nos han dejado atrás, siempre nos han querido débiles.Simone de Beuvoir decía que ' no se nace mujer, se llega a serlo' Llega a la conclusión de que el varón es esencial, y la mujer siempre está en relación de asimetría con él' Los varones les imponen que no asuman su existencia como sujetos, sino que se identifiquen con la proyección que en ellas hacen de sus deseos.Afirma rotundamente que el papel secundario que la mujer desempeña sólo es justificado por la sociedad y no por la naturaleza del ser humano.'Debemos criar a nuestras hijas e hijos de otra forma. Reprimimos la humanidad de los niños. Les inculcamos a ellos que tienen que ser duros, a las niñas les decimos que pueden tener ambición, pero no demasiada, porque entonces estarás amenazando a los chicos. Si tu eres el sostén económico en tu relación con un hombre, finge que no lo eres, sobre todo en público, porque sino lo estarás castrando.'Chimamanda Ngozi Adichi.Enseñamos a las chicas a tener vergüenza, a no decir lo que piensan, a jugar con muñecas y no con balones, a vestir de rosa, a ser princesitas, a convertir el fingimiento en un arte.Los tiempos han cambiado, afortunadamente, hemos conseguido avances, pero nos queda mucho camino por recorrer.No hemos nacido para vivir a merced de nadie, no estamos de mal humor porque tengamos la regla, no existe un gen que científicamente nos haga conducir peor, no nos arreglamos para gustar a los hombres, no nos gusta que nos chisten, que nos silven ni que nos increpen.Ser la mujer de un hombre no requiere firmar ningún contrato. Nadie establece lo que un hombre ha de hacer por ser hombre, y lo que una mujer está obligada a hacer por ser mujer. Es necesario un equilibrio, una reciprocidad, una igualdad natural, un ambos sexos, un todos, que ni por asomo se contempla.Pablo Motos, líder de audencia en la televisión pública española, ha soltado entre otras perlitas que 'las chicas ahora mismo se dividen entre las que saben perrear y las que no' Eso somos para él, culos que se mueven y culos que no.Otros como Sadat Maraña, ex líder de Ciudadanos, afirman que 'la violencia machista no existe' y candidatos a ostentar el poder del país consideran que somos egoístas, preguntándose asombrados por qué el feminismo es bueno y el machismo malo.Me duele ver cómo ciertos partidos juegan con esta lucha para anotarse tantos. Se habla ahora, de feminismo de izquierdas. Sicen que la izquierda victimiza a las mujeres y divide la sociedad en sexos. Lo dicen partidos cuyas medidas nunca han supuesto ningun avance a nuestro favor, partidos que nunca se han posicionado firmemente y nunca han intentado luchar por los derechos de la mujer. ¿ Qué feminismo es mejor, el tuyo o el mío?Lo que realmente desconcierta es comprobar como se anima a defender declaraciones que contradicen la esencia del feminismo. El patriarcado ha existido siempre, y ha de ser condenado. Dejemos de adjetivar el término y unámonos en esta lucha. Amigos Textaleros, les obsequio un tema Rock fusión. Autoría de mi hijo Juan Francisco Lozano Reyes (guitarrista) Ojalá les guste.Este es el enlace: https://soundcloud.com/mu-n/hacia-ti ..Desenredando a la mente de la muerte, cultivando brisas de aire fresco y musgo. Dejandome convencer.. que la vida comienza y termina, pero sin miedos. Sólo hay que saber exprimirla como a la lima, saboreando el jugo que aunque amargue gusta.Amo y odio la vida al mismo tiempo en que termina, odio las despedidas y a la vez amo oler las flores recién cogidas. Amo ver al cielo juntándose con el mar, amo la sonrisa, la risa incontrolable y a la buena gente. Amo la música y el café recién hecho. Amo la libertad y amo curar a los demás.Y aún así hoy mi calma se desalma pensando en la muerte y la vida me parece injusta.Una vez más escribir me permite el consuelo, equilibrar los sentimientos y permanecer contenta pese a los malos momentos...Y que morir sólo sea una forma distinta de existir". Por las noches blanquecinastrotando trotando el día VA EL FESTÍN GOLOSINAEscarcha y serpentina.¡Ñan ñan Caramelosina! Glu glu glo glo grin grin tulinaletea y patalea el verde gloringolo.Clorín tulínpalma de abril. Ee Oo pin pon Sandisolmete gol con sus anteojosal arco lentejoso. Blush blash brilla una lutrellaen la piruleta Y es este mundo combinadoloco locumbeco iluminado. Bajo el tierlente verasolcanta un ukelele extraviado:¡Tilin tilin ojos de lina...sobre esta mansa colinade una noche blanquecinaLlena de escarcha y serpentina. Levántate, ¡por favor! Concédeme una vez más tu peculiar mirar; ojitos verdes que orbitan las proximidades de un agujero negro y transmutan los colores de la cercanía en un amarillo de ensueño; sueños que pierdo en la oscuridad de una daga que reposa en tu pecho y me hace cuestionar el camino en que dios me tiene presa. Tal como lo veo, solo quiere alimentar mis miedos y convertir todo buen recuerdo en un infierno.Siempre fuiste muy descuidado; mas no con el amor que me concedías en las tardecitas; como aquella vez que me invitaste a subir a la calesita o me abrazaste satisfecho después de tantas caricias. Despierta, ¡te lo ruego! No me abandones bajo esta humilde morada, pues tu eres la columna que me mantiene bienaventurada. Mas ahora que te estas desvaneciendo, descubro que no valgo ni una pizca de tu belleza y que daría mi vida por traerte devuelta.Dios querido, si no quieres que pierda el aprecio que te tengo: devuélveme al amor de mi vida, es mi único deseo. No le quites el rubor de sus mejillas, ni la luz de su sonrisa. Tu eres mi salvación y él, mi única razón para no decir adiós. Se que mis pedidos son cuanto menos egoístas y que no tendrías por qué concederme tal cortesía, pues lo único que puedo darte es mi amor y fe perpetua; pero, de todas formas, de rodillas ante el niño que amaba con todo mi corazón, te ruego que me permitas creer en vos.Silencio. Silencio rojo, abismal. Profundidad que agrieta mis labios negros de tanto rezar. El miedo a lo desconocida que dejas en mis sentidos, abandonados con el peso que a mi pesar respiro. Comprendo que tengo que dar el último paso; paso que abraza mi espanto. Cuando te encuentren muerto entre mis brazos, la única culpable de tal acto será la que tiene el puñal entre sus manos. Me niego a vivir encerrada por esta tragedia, prefiero concluir mi vida en un sin sentido que ser recordada tras las rejas. Mi esperanza se corrompe, me doy buena cuenta de ello. Mi única salida es unirme en tu viaje, tomados de la mano. No me sueltes, te lo ruego, pues triste sería caer en opuesto firmamento; pero si así ha de ser y el destino encamina nuestras almas a contrarios pensamientos, juntémoslos para formar un cielo inmenso que colme nuestros deseos. Solo busco una verdad que encaje con mi realidad, dejaría de lado cualquier camino con tal de rezar por el que para vos tenga más sentido.Frente a inesperado entierro, lágrimas bailan junto a la sangre que apresa mi cuerpo. Recuerdos de una vida repleta de miseria apura mis venas y finalizan su viaje en mi cuello que reposa en tu pecho. Nos vemos pronto, solo aguarda a mi llegar. Aprende a ser río o si prefieres sé árbol para nutrirte de la tierra; siente el viento, o sé el viento y recorre los montes. Puedes ser lo que más quieras, pues no hay nada más hermoso que escuchar al corazón en su propio idioma. Ese que conocemos desde antes de nacer gracias al amor tan humano que nos brindó esa alma que nos creó y acurruco en su vientre. Es una pena, poco a poco nos olvidamos de como escucharlo e intentamos verbalizarlo en un intento desesperado de encontrarnos con ese primer latido que nos llenó de amor. Pasó mucho tiempo hasta que entendí que la respuesta que buscaba estaba palpitando esperando ser escuchada. Ahora que se la respuesta, comprendo el largo camino que tengo por delante y lo voy a caminar a sabiendas que, si estoy con vos, nunca me voy a perder. Si el caos del mundo con desbordante furia intenta derruir tus sueños ¡GRITA! Si el aire intenso en su negro humo te asfixia ¡GRITA! Si las aguas del llanto pretenden ahogarte ¡GRITA! Si la gélida nieve en su afán inicuo quieren congelar tu vivo corazón ¡GRITA! O si las brasas del fuego queman ardua tu pasión ¡GRITA! ¡GRITA, GRITA MÁS FUERTE! Hasta que el miedo tenga temor de detenerte. Y la vida se complazca en darte risas. Corra la muerte tras sus dardos certeros Porque en ti halla solo dicha. ¡GRITA, GRITA TAN FUERTE! Aún cuando el amor te envuelva en tinieblas, o cuando el amigo apuñala tu espalda. ¡GRITA y haz que suceda! Deja en huracán a tus deseos y Pelea con fe la batalla, pues a la puerta de la libertad espera tu alma sosegada. ¡GRITA! ¡GRITA TAN FUERTE! ¡NUNCA DEJES DE GRITAR! La muerte es un espejo que revela las vanas gesticulaciones de la vida. Octavio Paz La vejez del ser humano es un proceso ineludible de este tren sin regreso que se llama vida, ocaso reflexivo y profundamente melancólico de lo que fue, de lo que jamás volverá a ser. La persona es considerada senil a las edad de 65 años donde fue plenamente útil, fuerte, independiente, la vitalidad, la energía, los sueños eran asequibles dada su condición de adulto ajetreado y exacerbado por los devenires diarios, problemas con los hijos, discusiones con parejas, amantes, antiguos amores del albor de la vida que ahora al posarse enfrente de un espejo les devuelve una imagen desconocida al mirar dedos arrugados y deformados que alguna vez danzaron en cabellos y acariciaron mejillas fulgurantes, se mira, se tocan el rostro y lo sienten opaco, triste y donde alguna vez unos ojos furtivos y asechadores contemplaban el café de la mañana, el parque donde prometió jugar con sus hijos, las mariposas volando encima del gris asfalto y que ahora se colocan por encima de unos parpados más caídos que su ánimo el adulto mayor se siente irreconocible, enajenado; las rodillas ya no se pueden inclinar para rezarle a su dios y pedirle con las manos apretadas, la espalda encorvada y el pecho lleno de amor por unos hijos, nietos, personas que lo han olvidado, funesto reflejo de la sociedad que aparta y segrega al “viejo”. He escuchado personas irresponsables y confundidas que piensan en voz alta y cuando miran a alguien mayor dicen unos apotegmas crueles como “sólo está robando oxígeno, o ya huele a panteón” dado que ni el oxigeno se paga —aún— ni el olor de los sepulcros embota tanto a los sentidos que llegue a confundirse con un anciano inerme y desprovisto de lenguaje que usan los jóvenes. Estos mismos jóvenes inmiscuidos en esta vorágine comercial y adquisitiva han perdido la empatía por lo que serán; esta sociedad que busca la delectación constante o se engaña a sí misma a través de cánones estéticos y materiales han perdido la noción que ellos serán los viejos, los que estorban, los enfermos que nadie quiere cuidar y que se miraran postrados en una silla de ruedas agudizando la vista y parando la oreja para escuchar el clico repetitivo de los hijos por ver quien cuidara a su padre, frases como “a mi ya me tocó cuidarlo o tengo planes con mi familia” lastimaran los sentimientos que ni los años deterioran, es más, pienso que se interiorizan los errores, si fue una vida de la que no se sientan orgullosos. Hablando con doña angélica —o Angy como la llamaba su esposo viéndola despertar y pidiéndole un café mientras él se paraba a orinar cada mañana por 51 años dificultándose con el paso del tiempo y mirando sobre la almohada una metamorfosis singular en el cabello pasando del color de la noche al color de la nieve— nos cuenta un poco la situación que ella vive a sus 70 años. Los planes de la mañana era ir a la clínica del seguro social número 57 que se encuentra en el conjunto habitacional la margarita para acompañar a mi esposa a su cita en ginecobstetricia a las 11:15 de la mañana y pensé: ¡Claro!, un establecimiento nosológico será el lugar ideal donde encontrar alguna persona mayor con quien poder charlar. Me subí al camión e intenté leer ya que el recorrido era de poco más de 1 hora, leí un rato, pero el constante serpenteo y los baches me lo impidieron, abracé a mi esposa ya que durante el embarazo se ha vuelto muy sensible y miré por la ventana tratando de identificar a los viejitos—este término no es peyorativo sino sumamente afectico para mí—, la ciudad reverbera de gente adulta, una ola demográfica de senectud se nos aproxima. Censos del INEGI han predicho que para el 2050 la población en México será más “senil que juvenil”. La zona céntrica por donde pasaba el autobús me mostraba una cara de tantas de la sociedad polimorfa que no veía o tal vez no prestaba atención al espejo del futuro, terrible oráculo que no pasa inadvertido dada su complejidad de entender y aminoramiento de importancia. Una escena que me permitió ver la ventanilla-escenario del autobús en mi mente me llamo quisquillosamente la atención, una señora de aproximadamente 70 años de edad iba de la mano de alguien que al parecer era su hija ya que solo puedo entender que alguien que le debe todo sea capaz de devolver un poco de lo que recibe, meramente desinteresado, esto me hace conjeturar que hoy en día hay muy pocas instituciones públicas y privadas que vean al adulto mayor en su totalidad y no sólo en la enfermedad ya que son los propios hijos que ahora cuidan de sus padres, vuelta irónica y justificada de la vida, esta dependencia de alguien—el padre depende del hijo—, este aminoramiento de las funciones fisiológicas y motrices lo llevan a un estadio infantil. Un retorno a lo que se fue, a lo que hace mucho tiempo se fue y que se ha perdido en el bosque lleno de insectitos, de humo y recuerdos de los primeros años. La araña de la memoria tejía recuerdos y los destejía olvidándolos y sólo guardando los necesarios, pero ahora esta araña se ve mermada y en casos extremos vencida por enfermedades crónicas-degenerativas como el abominable Alzheimer. Despejando la seriedad de las cosas y llegando con atraso a la clínica subí al tercer piso del hospital y la primera impresión fue la de una pareja de encantadores ancianos muy bien presentables— y con esto no se da por sentado que la senectud no es sinónimo de decrepitud aunque estos términos se entrelacen en un campo semántico que para algunos es primo-hermano de la inutilidad— que difícilmente bajaban escaleras que postergaban sus vacilantes pasos aunque dispongan de otra extremidad más: el bastón. Mi esposa acudió al escritorio de una señorita asistente para entregar su cartilla médica y esperar a que un joven rechoncho y con sudor en la frente le llamara. Mientras yo pensaba a quién entrevistar, mi miraba se dirigía hacia los carteles pegados cerca de los marcos de las puertas por donde entraban y salían personas apuradas y con papeles del IMSS; leía los siguiente: prenatal, ginecobstetricia, imagenología y en un rincón geriatría, por azar ocupaba el fondo de la sala principal y se quedaba al último de manera análoga a la vida, o a la importancia que tiene la vejez en México. Despedí a mi esposa cuando gritaron su nombre y entró un poco nerviosa y con la mano en la cintura para representar su estatus de embarazada. Caminé por el pasillo de la vida hasta el rincón abyecto de la vejez, aunque el cartel de manera acusatoria me decía “Geriatría”. Había dos ancianos un hombre y una mujer, el hombre mayor de 60 pero menor de 70, la mujer apenas llegaba al septenario de años, pensé; como nunca conocí a mi abuelo materno y con mi abuelo paterno trato de manera exigua y lacónica, subconscientemente elegí a la mujer para entrevistar, aunque si me lo permiten fue una charla más amena. La mujer vestía con una blusa de color nácar y chaleco café, zapatos negros cerrados —que al parecer eran lo bastante cómodos— y falda negra, usaba lentes y el cabello pintado de castaño, aunque las canas se asomaban en la raíz como diciendo «no nos puedes ocultar, talvez disfrazar, pero ocultar no». Para mi fortuna había un asiento al lado de ella vació y parecía estar sola así que no lo pensé tanto y me senté junto a ella. El nerviosismo de un hombre ante una mujer es evidente, aunque la diferencia de años sea de más de 40. Con credencial en la bolsa del pantalón que me identificaba como estudiante de psicología y las preguntas en mi mente ya que defiendo la postura de una charla más amena para entrar en confianza con el cliente/paciente para usar una jerga más psicológica que usar una entrevista estructurada. Noté que alguien acompañaba a la mujer, era otra mujer de aproximadamente 30 años que inferí que era familiar, me presenté como estudiante de psicología mostrando mi credencial y una sonrisa torcida y pregunté si podía hacer algunas preguntas acerca de como se vive con los padecimientos de la edad, la calidad de vida y el entorno. Tuve que ser muy específico en este punto y ser lo más profesional en la entrevista, la señora con gusto aceptó y la mujer joven asintió. Me presente y ella lo hizo, su nombre era Angélica Cruz Gonzales de 70 años de edad, con domicilio en la 59 oriente entre 36 y 38 sur. Su edad mental era acorde a su edad cronológica, su aseo adecuado, el uso del lenguaje conciso y correcto, aunque su capacidad auditiva con el paso de la edad se aminoró hasta llegar a usar hoy en día un aparato auditivo, me refirió después que padecía miopía y por eso usaba lentes. Comencé con las preguntas después de elaborar un adecuado “rapport”; no transcribiré las preguntas y su respuesta como mecanógrafo de dependencia gubernamental sino sintetizaré y daré opiniones, sensaciones y emociones que viví en ese momento. Después de pasar de las preguntas recabadoras de información a las que elaboré la primera pregunta que hice fue ¿Cómo se siente en estos momentos?, tuve que elevar el tono de mi voz y acercarme lo más que podía en la medida permitida para que doña Angy percibiera mejor mi voz, me dijo «deja subirle a este mentado aparato». La respuesta fue «me siento cansada con este chingado seguro que me tiene de ida y vuelta». «¿Y emocionalmente como se siente?» «tratando de sobrevivir hijo». Doña Angélica es una señora de 70 años de edad originaria de la cuidad de Tlaxcala y con residencia en puebla desde hace 30 años, enviudo hace dos años ya que su marido “Armando” sufrió un paro respiratorio y vive con su hija y su nieta y su bisnieta. De padres campesinos conoció su esposo en el año del 68 cuando el de oficio albañil viajó a la ciudad de Tlaxcala específicamente al pueblo de Panzacola para laborar. Se casaron tuvieron 4 hijos, 3 hombres y una mujer con que es más chica y con quien vive después de que se separo de su esposo. Para doña Angelica el mundo ha cambiado de una manera radical y brutal. «Hace años no se ven las cosas que se miran ahora joven, la gente es mala, hay mucha violencia y nada más miro a mi nietecita (su bisnieta de 7 año) que se le pasa en el celular». Generacionalmente el mundo cambia, las personas piensan que las cosas ya no son como antes, como debieran ser. El adulto mayor ve un mundo tecnológicamente avanzado, con dispositivos que a veces no pueden manejar por falta de entendimiento, reducción de sus capacidades físicas (artritis, debilidad visual, auditiva), e incluso falta de interés «yo ya estoy vieja para saber eso del “interne”». «No joven como cree, yo hace años que me olvidé de eso, ya ni se cómo se usa». Respecto a su sexualidad doña Angélica refiere que hace años no tiene relaciones, como mínimo 10 años, fue muy explicita en este tema «mi marido fue el primer y único hombre en mi vida, desde chamaca mi madre me dijo que con el que me casara me quedara, le aguante muchas cosas, hijos de otras mujeres, golpes, borracheras, pero eso si fue un excelente padre». Quiero ahondar en esta pregunta; el machismo en la cultura mexicana fue una constante durante años, la mujer se veía obligada a aguantar todo porque así fue educada, veía patrones que se repetían, pero lo justificaba con el hecho de que a sus hijos no les faltara nada. En cambio, al hablar de la situación sentimental de su marido los ojos automáticamente se llenaron de lágrimas «imagínese joven después de 50 años de estar con el de la noche a la mañana se va, no se imagina cuanto me dolió». El duelo constante de las personas de la tercera edad es un punto que se debe manejar, ayudarlos a entender que la vejez es un proceso constante de duelos que preparan al terreno para el punto final. La cultura del ahorro es escasa para el mexicano «yo vivo de la caridad de mis hijos y de lo que me deposita el gobierno en el banco, nunca ahorre, siempre fueron mis hijos primero y ya despuesito mis nietos». Doña angélica refiere que ella trabajo toda su vida en labores domesticas en casas ajenas y su esposo siempre trabajo en la construcción, empleos informales que no cotizan para el seguro social y si ahora está asegurada es por parte de su hija, cabe mencionar que ella esta en tratamiento de asma y tiene diabetes. Las siguientes preguntas que procedieron fueron inclinadas hacía su calidad de vida, familia y manejo de tiempo libre, no quiero extenderme en este tema sino concluir con ideas y semblanza de la idea general de la vejez. La cosmovisión del hombre moderno del siglo XXI ha mandado al abyecto fondo de la escala emocional en la dinámica familiar al adulto mayor, la infraestructura es indiferente a los cambios del hombre a viejo, la sociedad olvida que aquel viejo que trabajó durante toda su vida, que lleva en sus cansados hombros el peso de una vida hinchada de risas, llantos, lamentos, alegrías, pesares y penares, constantes duelos y transformaciones. La muerte para el mexicano es motivo de alegría, se celebra, se adorna con papel picado, calaveritas de azúcar, fruta y guisos aromáticos y el aire contaminado de smog adquiere un olor a incienso, se sacraliza la muerte y se adora el recuerdo talvez por culpabilidad o miedo al olvido. La muerte termina con la vida, pero no con el recuerdo. Se vive tanto el momento que se olvida de un impostergable e intolerable futuro, un futuro que no acepta prorroga ni se paga con devaluados billetes que estampan la figura de Rivera o Sor Juana, personajes mitificados hasta el absurdo y que han roto la barrera de la muerte a través del olvido, empero este futuro que desencadena una incurable ansiedad se niega y se teme, se desprecia y se ignora y cuando llega se sufre de manera vivida, se hace consciente del desprecio que hizo y que ahora recibe sino de su propio entorno si de la cultura y sociedad. El tiempo como lo percibían las antiguas culturas precolombinas es circular, un retorno hacía sí mismo, un punto que despega hacía una parábola que en algún punto empieza a caer y el humano no pasa inadvertido en esta fenomenología. El adulto mayor empieza a sufrir decadencia en su entorno tanto conductual, física y emocionalmente; deja de tener control de esfínteres, hace “berrinche” hasta llegar al punto de derramar el llanto, un llanto de desesperación absoluto al ver que la vida se le va entre los dedos como agua o polvo, “en polvo eres y en polvo te convertirás”. La dependencia genera impotencia ante un mundo dado y las pocas fuerzas que aún conserva son para aferrarse a sus recuerdos, a sus vivencias y no perderse en este laberinto sin salida. Al final de la entrevista me despedí agradeciendo y caminando de vuelta con mi esposa que tamborileaba el pie como signo de desesperación, le pregunté que le dijeron y me contestó «ya se está moviendo mucho». Las cavilaciones que procedieron me llevaron a la contemplación de la “panza” de mi esposa y la imagen lejana de dona Angy como dos opuestos de la vida, el inicio y el fin, el génesis y el apocalipsis… quizá las muecas sarcásticas y punitivas que nos refleja este espejo llamado vejez sean displicencias del absurdo de la vida, y ahora la piedra temporal de Sísifo cae y nos aplasta sin oportunidad de subir la cuesta. ¿Alguna vez dejaste tu papel de víctima para verme? ¿Me viste cuando era niña, cuando se alargaron mis piernas o cuando sostuve en mis brazos a tus nietos? ¿Dejaste en algún momento de vivir en la película de terror que proyecta tu pasado?¿Alguna vez me perdonaste por ser mujer y no vivir lo que viviste vos? ¿Perdonaste a mi papá por ser cariñoso y no un viejo cruel como el que te tocó a vos?¿Alguna vez advertiste que la envidia, el dolor, los celos, tus caprichos, sacaron el maquillaje que te pusiste para ser madre? La niña que fui conoció tu verdadero rostro mientras gozabas revolviendo los cuchillos en tus heridas o te dopabas para dormir y no mirarme, no mirarnos.Y ya no es amor, creo que esto que siento no puede ser amor. O sí, tal vez solo el amor justifique este aguante estúpido a soportar tus demandas y manipulaciones y a llevar la mochila sin fondo que vas llenándome con culpas, en un tono de voz cada vez más apagado pero no menos insistente.Asegurás que solo estás repitiendo lo que te enseñaron, que nunca fuiste feliz, que nunca te escucharon ni pudiste elegir. Que esto. Que aquello. Siempre vos al alcance de todas las puntas de los látigos.¡Qué mal aprendiz fuiste! Qué desobediente discípula he sido yo.A esta altura de mi vida no puedo entender cómo aprendí a ser y sentir tan distinto de vos y cómo la negatividad que irradias no puede ya lastimarme como quisieras.De los malos ejemplos también se aprende Carcome mis huesos el frio. No es solo de afuera. Mi gelidez proviene de mi alma. No tiene calor. Esta feneciendo suave y lentamente. Emigro su alegría. La lluvia es compañía. La tormenta distrae la monotonía. Todas las desventuras. Colapsaron su esperanza. Negrura crece a pasos de gigante. Lobos vienen al encuentro. No quiero combatirlos. Recibo sus aullidos. Avisan que llega la hora. No duele. El frio adormeció los lamentos. Congelo las ideas. Aniquilo sentimientos. La esperanza se fue por otro camino. Bruma envuelve mi cuerpo. Dejo escapar el latido. Vuelan los sueños. Ingreso a laberintos de nieve. Ellos reciben mi carne seca. Quemada por las bajas temperaturas. Navego entre laberintos de sueños. Se fue el color. Se fue la vida. El corazón va dejando de latir. Expiro el último aliento. Mi alma quiere otra vez vivir. ¿Quién será su envoltorio? De repente llegó el horrorde pronto surgió el estupor ahogamos un grito,lo impensable sucedióla inocencia cayóy las manos de un niñose llenaron de sangre,de absoluto dolor dentro de la infamiabrillo el heroísmo, de la Maestra María,que enseñaba inglésése viernes negrose alzó su corazóncomo una corazay sin pensarlo, lo paró, con su vidabrillante heroínatodos la lloramospero ya está frenteal Dios eterno,gozando de lasdelicias del Cielo al ver a niños baleadoscorrió hacia el agresorése niño convertidoen algo desconocidoy cayó abatidatotalmente sin vida Sé que es raro lo sé, admito que la vida es un gran misterio que nos lleva por muchos caudales,ríos, desiertos. Aspiramos mucho conocer y contemplar nuevos horizontes, llevamos vida en nuestra vida, el reflejo de una sonrisa en el corazón y el alma en todo su esplendor en cada atardecer. Usualmente, no escribo textos de esta manera, ya que lo mío es la poesía pero resulta que hoy quiero improvisar un poco con las palabras que me otorga el alma y que deja mi corazón en cada línea de este texto. Cuando empieza el atardecer y pienso mucho en todo aquello que me dio la vida siento una conexión que es interna entre mi y la naturaleza, todo aquello que me rodea purifica mi sentir, sana mi alma. Es ahí cuando me doy cuenta lo maravilloso que es el mundo, he de admitir que siempre tuve mucho pavor con respecto a lo que usualmente nosotros los individuos pasamos día a día, vendavales, truenos, tormentas, giros de 360 que nos da la vida. Pero, hay algo mas significativo que todo lo que afrontamos día a día y es descubrir el porqué estamos en pie caminando los lineamientos de esta vida, podría escuchar en muchas ocasiones que es para cumplir metas, objetivos, aspiraciones,etc. Ahora teniendo en claro estos aspectos, un día me sente sobre mi columpio y empezé a mirar las estrellas cada una de ellas era tan pequeña que no las podia divisar hasta que salio la hermosa radiante y esplendorosa luna. En esa noche comprendí que todos nosotros somos constelaciones, un grupo de estrellas que al juntarse entre si forman cosas especiales,lo que trato de decir es que somos especiales cada uno dentro de nosotros mismos poseemos algo que inevitablemente diseña algo nuevo para este mundo, un mundo de caos e inseguridad. Somos luz, somos vida, somos constelaciones luchando día a día y diseñando algo nuevo para este mundo pleno y vivo. Una vez pasado el tremendo susto que sacudió a todo el país el pasado jueves, pasada dicha tormenta tanto real como ficticia, lo único claro es que ha sido un fantástico aprendizaje para todos los colombianos de todas las tendencias. 1) Aunque nunca se supo cuál fue la veracidad de la amenaza, lo cierto es que aprendimos a los tumbos, que no se le puede hacer mucho caso a las redes sociales como tampoco se pueden desconocer. Sobre todo, entendimos que son manipuladas con el único criterio de hacerse conocer y esa razón es suficiente para escribir cualquier cosa que genere likes y se vuelva tendencia. También aprendimos que las redes sociales son un medio perfecto para diseminar cualquier sentimiento o emoción, el que más rentable resulte según el momento de pasión del personaje. 2) Que unos 450.000 nobles compatriotas (1% de la población, aprox. 48.000.000) tengan 450.000 dudas e inquietudes para protestar, todas igualmente válidas, es apto para detenerse y reflexionar sobre la lucidez de los dignos protestantes. Es importante analizar de manera muy seria la propuesta de la ex reina-modelo-actriz-presentadora que reclama por cambiarle la letra al himno nacional porque es muy bodrio. Protestar por cambiarle la letra al segundo himno más hermoso del mundo, me parece consecuente viniendo de una persona que le debe todo al país, pues ella desarrolló toda su carrera profesional en Colombia y si no se le eriza la piel ni se le encharcan los ojos al escucharlo, como al resto de colombianos, vale la pena destacar las motivaciones de su reclamo, a ver si de pronto consigue que se nos quiebre la voz en la garganta al entonar el himno modificado por ella. 3) El valor y aprecio de la inmensa mayoría de colombianos por su fuerza pública, pues no fue suficiente (aunque si oneroso) el odio y el resentimiento que de manera constante publican varios personajes que atacan al estado del cual viven, desde dentro del mismo estado que los mantiene. El 99% de los colombianos vemos en las Fuerzas Militares el gran sostén de nuestra frágil y escaza democracia, nuestro valor fundamental. El 99% de los colombianos tenemos en la Policía Nacional un guardián del orden y la seguridad ciudadana. En ambos casos, el 99% de los colombianos hoy solo respira gratitud y reconocimiento a la fuerza pública por el heroico cumplimiento de su deber. SON NUESTROS HEROES, jamás serán los enemigos del pueblo aunque uno que otro lo pretenda. 4) Nos obligó a unirnos en torno a lo nuestro, nos despertó el sentido de pertenencia por nuestro sistema de gobierno, por nuestro modelo económico, por nuestra raza y nuestra idiosincrasia. Sin embargo, también hay que entender que el 1% tiene una visión distinta de país y de ellos también podemos aprender para continuar creciendo con el aporte de todos. Como el reconocido actor de talla mundial que lo motivó a protestar el hecho de que a él (al citado individuo) la derecha solo le sirve para la intimidad consigo mismo. Debe tener una propuesta muy novedosa y coherente con su experiencia profesional, ya que él ha recorrido el mundo y ha tenido la inmaculada oportunidad de apreciar, así sea por periodos de tiempo cortos, las condiciones de vida de los pueblos que viven bajo regímenes políticos y económicos de izquierda y en ningún momento él pretende un desastre para su país ni para su gente. 5) Nunca serán suficientes los recursos asignados a la educación. A pesar del enorme esfuerzo que hace el estado por subsidiar a los estudiantes, estos tienen muchos reclamos y son los convocantes a la protesta, luego se les fueron sumando los influencer más notorios del país, que suman millones de millones de seguidores en redes sociales. De todas maneras ellos también hacen parte del 1% de inconformes que procuran algunos cambios en el país. Si son tantos los seguidores en las redes sociales, hay que atender qué tiene para proponer la señora influencer a quien descubrieron destruyendo con un martillo la registradora en una de las estaciones del transporte masivo, rompiendo los vidrios en las terminales y rayando las paredes. Su noble intención nadie la discute, pues no es fácilmente entendible que le ocasione un daño tan grande a los usuarios del transporte público que son los pobres que ella defiende. Si en este país que tanto le disgusta, ella pudo salir adelante y ser una gran líder para la juventud, sin duda alguna su propuesta sí tiene que ser muy esperanzadora. 6) En medio de la confusión y la incertidumbre, el Presidente en silencio y con humildad gritó: aquí el que gobierna soy yo, a pesar de los grandes jerarcas del periodismo nacional que intentaban dirigir el país desde una cabina de radio en Miami o en Madrid. Tampoco podía faltar el eSguerrillero que envalentonado por 8 millones de votantes ahora pretendía derrocar al gobierno elegido democráticamente por 10 millones de sufragantes; el eSguerrillero aún no se ha podido percatar que 10 es mayor que 8 y que en democracia lo que da el poder son los votos, no las frustraciones ni el resentimiento que le carcome con sevicia sus entrañas y le absorbe con adefagia su razón porque a pesar de haber sido engrandecido por la gran prensa nacional, su ego lo domina y sucumbe envilecido por su nefasta personalidad. Como era apenas lógico y consecuente con su nuestra naturaleza, resultamos ser como unos 48 millones de presidentes, cada uno aportando su solución a la trifulca, obvio. Menos mal, una luz divina nos iluminó y tuvimos que entender que el Presidente es Iván Duque para aquellos a quienes les guste y para todo a quien no le guste, TAMBIÉN. Nos quedó claro a los colombianos que la defensa propia es permitida, legitimada y consentida por la constitución, pero sobre todo, que la defensa personal es tolerada y avalada por la razón. Tomé el lápiz, y mientras todo lo demás se iba desvaneciendo, las palabras que ansiaban salir de mi empezaron a brotar. Miles de ideas, que hacia meses peleaban por ser escuchadas mas no escritas, porque escribirlas las hace reales y no hay nada mas aterrador que vivir tus pesadillas sin poder despertar, buscaban el foco de luz que se encendía de manera intermitente en el enorme teatro que era mi cabeza. Buscaba sincerarme y he aquí el resultado. Pensé en él mientras las letras se iban dibujando en el papel, en él, la creatura mas dulce que he conocido, mi lugar favorito para descansar, mi motivo de risas ilógicas y mi abrigo en los días más fríos. Él, que derrumbó mis muros, que con paciencia y cariño se quedó y observó cada una de las partes más bellas y oscuras de mí. Él, que se dejó querer y que me ofreció su mano mientras el miedo invadía algunos de mis días. Él, que soñó a mi lado, que reía con mis locuras momentáneas y que escuchaba cada una de mis ocurrencias, reales o imaginarias. Él, la persona por la que quería ser mejor cada mañana. Pensé en él, en su sonrisa, que me sacaba de orbita cada vez que le miraba disimuladamente mientras conducía, en sus manos que llegué a besar innumerables veces y al mismo tiempo insuficientes. En su voz que convertía todo en luz, que tenia la capacidad de mantenerme anclada a tierra y al mismo tiempo hacerme volar en las nubes de algodón, esas con las que soñaba de pequeña. Pensé en él y sonreí. Pensé en él y lloré. Lloré por ese al que extrañaba cada día desde aquella mañana en que desapareció, porque hay quienes que aun estando presentes desaparecen, dejando a penas pequeños rastros. Lloré por ese que robó mi paz, que me enseñó la crueldad que esconden algunos los ángeles, ese que me presentó un sentimiento tan ajeno a mí que fácilmente me desorientaba. Lloré por ese que se olvidó de mí, que se perdió en su ego y en su placer y dejó atrás los sueños de dos niños jugando a ser adultos. Pensé en ese, en él, que se robó mi inocencia, esa que envuelve a quien confia ciegamente en las palabras bonitas, solo porque calman las ideas revoltosas que se forman en los rincones de la mente. Pensé en todos los días a su lado, en como la vida nos arroja al abismo solo para divertirse, solo para ver nuestra lucha por salir de allí. Pensé y escribí. Por mí, por él y por todo lo que fuimos. Y pensé en como los acontecimientos que tomaron lugar no son enteramente su culpa. No busco justificar sus acciones o las mías, al final todos somos imperfectos y erramos mas veces de las que ganamos, sin embargo, hoy, con la mente mas clara y las heridas un poco menos abiertas, puedo asumir la responsabilidad que hay en mí. Nunca fui una persona fácil. Lo sé, siempre lo he sabido, fuera del estereotipo de lo que es una mujer y su supuesta bipolaridad, debo admitir que manejar mis cambios de humor y sobre todo mis pensamientos ha sido y es una batalla diaria. Y podrá resultar extraño para muchos de los que me conocen, esto porque siempre me enseñaron a fingir la sonrisa. No se de donde lo aprendí, no sé quién me lo enseño, pero lo hago desde que tengo memoria, nadie afuera de mi puede leerme con tanta facilidad, y es gracioso cuanto te tachan de maduro o mentalmente estable y no se imaginan que eso que ven es solo una fachada demasiado elaborada, una que permitió a una niña esconderse de todo lo que pudiera hacerla diferente. Él conoció esa parte de mí, esa que busco esconder, esa que no se comparte con cualquiera, esa que me avergüenza admitir, el conoció la totalidad de mí, los miedos, las constantes preguntas, conoció la maldad que me envuelve cuando siento que la atención no esta puesta sobre mi rostro, conoció mis llantos y mis enojos, mis ideas irracionales y persistentes, conoció los demonios que me abrazan en las noches y que algunas veces me siguen por las mañanas. Él lo conoció todo, no quedó de mi oculto, y hoy me pregunto si eso fue demasiado. Se la respuesta, pero no quiero escribirla, porque de nuevo, nadie quiere vivir una pesadilla sin poder despertar. Se que lo empujé a un extremo, sé que lo alejé, que lo agoté, sé que acabé con sus sueños y sus buenos deseos, y eso, hoy, es lo mas doloroso de todo. Porque a veces vives con una idea incrustada en lo mas profundo de ti, una idea que mantienes a raya porque es tan irracional que solo queda convencerte a ti mismo de que no hay forma de que suceda, pero eso no quita que la idea siga allí. Para mi esa idea se volvió realidad, creció lo suficiente para reírse en mi cara y hacerse notar, y hoy no hay nada ni nadie que la haga callar. Se que no soy fácil y es justo eso lo que me llevó a estar deseando alejarme de todo y todos. Todos tenemos derecho a la paz, a un amor sin complejidad, a un amor libre por el cual no haya que luchar hasta sangrar, yo no doy ese amor. Mi amor es extremista, no sabe de medidas ni de sosiego, quizá porque crecí pensando que el amor era una historia color rosa llena de detalles únicos y especiales, y no es así. No todo en la vida es especial. Mi culpa es no ver cada pequeña cosa por lo que realmente es, una cotidianidad que se comparte con muchos a través de la vida. Un primer beso, el sexo, todo esto pueden ser simples actos banales y eso esta bien, muy bien, pero para mi y mi maldita adicción al romanticismo, son momentos mágicos y llenos de la individualidad que se comparte entre dos. Una estúpida idea que me costó mis heridas, pero no puedo evitarlo, como mencione, mi amor no es fácil. Mi amor esta lleno de preguntas que no descansan hasta dar con la respuesta y que al tenerla dudan de ella por lo que vuelven a preguntar. Mi amor esta lleno de emociones, esta lleno de inseguridad, esta lleno de historias que se recrean en mi mente buscando los defectos… mi amor no es fácil. Yo, no soy fácil. Muchas veces he escuchado la palabra loca, una pequeñísima palabra que tiene tanto poder, y nunca he decido creerla, claro que me he visto tentada a dejarme llevar por ella, una etiqueta fácil de explicar, pero no creo que esta satisfaga todas las definiciones que me conforman. La mayor parte de mi vida creí no tener un motivo para mi manera de pensar, quizá no lo había, solo una desafortunada unión de genes. Hoy, luego de alcanzar mi punto limite tengo la respuesta, finalmente una respuesta que comprende todas las pequeñas rarezas de mi pensar: ansiedad. Esta pequeña amiga que me hace ir a mil por segundo, cuya idea de protegerme es mantenerme aterrada a todo lo que pasó o podría pasar, esta amiga egoísta que prefiere estar en constante alerta y que no descansa, nunca descansa. Cuando conoces a tus demonios por nombre y apellido se hace más fácil presentárselos a los demás. Y quizá en esto fallé por mucho tiempo, ese poder defenderme a mí misma, aceptando lo diferente en mi como algo natural y justificado, quizá para él hubiera sido distinto también. Lograr comprender que esta mujer difícil, obstinada y controladora no era más que una niña a la que nunca le enseñaron a manejar la carga que sostenía. Si pudiera decirle algo seria que lo lamento, por él, por hacerlo pasar por una guerra que no le correspondía librar, lamento que no lograra comprenderme y lamento no haber logrado explicarle. Me gustaría que supiera que lo perdono, que esta bien el rendirse y dejarse llevar por los paisajes hermosos, que no lo juzgo porque se que dio por mi mas de lo que muchos han dado y darán. Él se quedó, sosteniendo el timón sin saber navegar, y pudiendo correr en la primera tormenta decidió tomar mi mano, hoy la puede soltar y eso, al igual que sostenerla, requiere mucho valor. Le diría que le amo, y que una parte de mí siempre lo hará, porque amores como este, que aun en el dolor se convierten en una suave caricia, simplemente no se olvidan. Le diría que ame, que ame fuerte y con ganas, que no busque algo fácil, sino algo posible, algo sin tantos obstáculos como los que yo colocaba y coloco. Que busque quien le ilumine la sonrisa, como él iluminaba la mía. En resumen, que busque alguien que lo ame como yo, pero mejor que yo, que no acepte menos. Acabo de reír por escribirle algo así, hoy comprendo que el odio no forma parte de mí, nunca lo hizo y nunca lo hará, porque la nobleza de mi alma es proporcional a la ansiedad de mi alma, se complementan y nunca existirá una sin la otra, no se puede tener solo las partes buenas, la oscuridad es necesaria para que amanezca. Y quien quiera la luz en mi tendrá que amar la penumbra que me conforma por igual. Pero se que no es justo, porque la vida no es justa, la vida es vida y un día toca reír y otro llorar. Sin mas ni menos, la vida es un azar donde todos tomamos cartas sin querer. Hoy reconozco lo que soy, y quien soy. Y amo los caminos que he recorrido hasta llegar aquí, las lagrimas y carcajadas formar mi día a día, así como la dulzura de sonreír sin motivos solo para darle fuerzas a quienes amo, así como la ansiedad que me abruma hasta doblegarme, así como la inocencia y la ingenuidad de mis acciones, así como mi enorme capacidad de amar y mi enorme incapacidad de odiar. Así, imperfecta, pero real Te soñe en el circulo de mis emociones.Te idealice en el ambito de mis ilusiones.Te vesti con el traje de mis pensamientos.Te busque en la mansedumbre del sentimiento.Teji, desteji utopias.Te descubri en el pliegue de la esperanza.No solte alas.Confiando en que entenderias mi nuevo lenguaje.. << Inicio < Ant.
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