AMOR EN EL OLVIDO
Publicado en Feb 15, 2020
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 AMOR EN EL OLVIDO 
Era el inicio del mes de noviembre, una mañana cálida, en un mes que representa para ella mucha gratitud. 
Iniciaba con buenas noticias... 
Ella había ganado una contratación pública que le permitiría catapultar su empresa, lo que no imaginaba es hacia quien la llevaba esta oportunidad de negocios.
Apenas empezaba a recuperar la salud, después de aquel trágico accidente, en el cual su memoria se vio afectada.
Después de meses de terapias física y psicológica, sentía que estaba recuperando su vida.
Esa mañana como muchas otras se miró al espejo preguntándose quién soy? qué parte de mis recuerdos perdí?, Esos recuerdos ausentes me habrán hecho distinta o soy la misma.
Su esposo se acercó y le preguntó tiernamente, en qué piensas?
Ella sólo respondió, pienso y siento que me hace falta una gran parte de mi vida.
Él la miró con amor y dolor, solo le dijo, tranquila todo esto es pasajero.
Luego de un beso de despedida, se dirigió a su auto, como todas las mañanas con ansiedad y temor, pero con la determinación de vencerlo un día a la vez.
Hoy será un día fabuloso, lo siento, después de esta reunión con el director de la institución podremos empezar con la gestión de consultoria y retomaré el ritmo de trabajo.
Necesito salir, no resisto mantenerme en casa, ha pasado tanto tiempo ya, pero aún temo no superar todo lo vivido.
Como era de esperarse había mucho tráfico como todas las mañanas.
Colocó música para relajarse durante el trayecto, pero aún la música le parecía ajena a ella.
Se preguntó habrá sido mi música favorita, o sólo debo empezar a elegir cual lo será.
Llegué al edificio indicado, intentaré conseguir parqueadero lo más cerca posible para caminar menos. Ya no me siento cómoda en zapatos de tacones altos.
Pero mi esposo insistió en que era lo indicado.
Al llegar a la recepción se presentó, Buenos días soy la representante legal de la empresa ARCOS CONSULTORES tengo una reunión con el director.
Pase adelante la están esperando.
Al entrar a la oficina, se sorprendió de lo bonito que era para ser una oficina pública.
Al adentrarse saludo con su dulce voz, dando los buenos días.
Habían 3 personas en el despacho, ella lastimosamente fue sola.
En ese instante pensó debí insistirle a mí esposo de que estuviera aquí.
Que pasará si mi memoria me falla, y me preguntan algo que no esté aún en mi memoria.
Estrechó la mano del director quien al presentarse le dijo me da mucho gusto volver a verla licenciada Barroso, a lo cual ella respondió con una mirada de asombro.
No recordaba haberlo visto antes. Habrá quedado dicho encuentro dormido en su memoria,pensó.
Cómo me dijo que se llama? preguntó y él respondió Enrique Díazcon cara de asombro, sin dejar de observar la mirada perdida y de sorpresa que su rostro reflejaba.
Él pensaba dentro de si, será que me está jugando una broma pesada, o me odiara tanto que me borró de su mente y corazón.
Ella tomó asiento y continuó la presentación protocolar de la empresa y su propuesta de servicios.
Él no dejaba de mirarla con asombro, al ver que no lo recordaba o eso le quería hacer creer, bueno no solo por el asombro, pensaba en lo bella y elegante que se veía, con los mismos encantos que de ella recordaba, con su sonrisa espontánea y fuerte personalidad.
Le costó mucho contenerse, pero no la iba a dejar irse así, quería decirle tantas cosas, pedirle perdón por lo menos.
Al terminar la usual reunión, le pidió al administrador y a la contable que lo dejaran a solas con la consultora, quien se sorprendió por tan atrevida petición.
Ella no salía de su asombro, y se colocó sobre sus pies y le preguntó tiene alguna duda?
Él se acercó lentamente, y ella empezó a sentir nervios y temor...
insistió, dígame que pasa por favor... él con voz resquebrajada y baja le contestó de verdad me olvidaste?, la sostuvo por las manos, ella casi temblaba... 
Lamento decirle que aunque me parece conocerlo, mi memoria sufrió un revés, tengo muchos recuerdos que no recuperaré.
Él se detuvo con asombro y tristeza, decidió no decirle quien era él...
Suspiró y le mintió, lo siento licenciada tal vez tambien estoy confundiendola con una mujer que una vez amé.
Wau respondió ella, lamento la confusión, bueno ojalá la vuelva a ver!
Me retiro, estaré trabajando en lo que acordamos hoy, y en comunicación antes de nuestra próxima reunión.
Ella salió y él creía que iba a enloquecer...
Luego de esa situación inesperada e incomoda ella retomó su camino a la oficina, sin dejar de pensar que aquel hombre le parecía conocido, sin dejar de sentir ese impacto de su mirada, su acercamiento inusual, que la hizo estremecer.
Pensó, bueno es muy elegante y atractivo el director Díaz, alto, tierno y fuerte a la vez... suspiró pero no entendió porque.
Por alguna razón que ella no entendía empezó a soñar con aquel hombre cada noche, sin saber el verdadero porqué.
Las semanas transcurrieron con normalidad, entre intentar recuperar el ritmo de trabajo e ir a terapias.
La casa, sus hijos, la administración de los negocios la mantenían ocupada como para analizar sus sueños o recordarlos al despertar. 
Llegó el día de la siguiente reunión, se miró al espejo, se veía tan distinta a las fotos que revisaba cada día queriendo encontrarse con quien fue, había perdido mucho peso, prácticamente tenía nuevo ropero y una inapetencia que no superaba. 
Se puso un vestido floral, intentando subirse el ánimo y proyectar alegría esa mañana.
Al llegar a la segunda reunión con el director Díaz, descubrió que este había delegado la atención del proyecto al administrador, intuyó que no lo volvería a ver y se relajó. Aún no comprendía que de ese primer encuentro la perturbo. Si su dulce mirada explorandola, si su altura o su voz. 
Fue una reunión productiva, muy buena para el negocio, con positivos avances. Lo que la llenó de energías. 
Él estaba en su despacho intentando atender otros asuntos, pero no dejaba de pensar que ella estaba en la instalaciones, aún no decidía si ir y saludar o mantenerse al margen y evitar un segundo encuentro. 
Se vio obligado a salir de su despacho para atender una reunión en el Palacio Blanco, y se encontraton sin planearlo en el elevador. 
Ella sonrió al verlo, él no dejaba de sudar de los nervios y le extendió la mano con cordialidad. 
Se dirigían al mismo piso, a buscar sus respectivos vehículos. 
Entablaron una extraña conversación cargada de nervios por parte de ambos.  
Culminó con una triste despedida por parte de él. Si tristeza es el sentimiento que lo embargaba, no se atrevió a decirle nada más, quien era, quienes fueron juntos. 
Él había intentado desde su último encuentro, averiguar que había sucedido, y lo logró. Le causó mucho dolor saber todo lo que ella había vivido, todo su dolor, y que como siempre él no hubiese sido un apoyo en su vida. 
Ella continuó su camino cada vez más inquieta por lo que sentía cuando se encontraba con él. 
Recordó sus palabras, "me recuerda a una mujer que amé", y comenzó a cuestionar si era confusión o era ella esa mujer. 
Decidió enfrentarlo la próxima vez que lo viera, para saber si él era parte de los recuerdos que su mente borró. Pará saber si él era el hombre que encontraba en sus sueños y en cada sueño lloraba al decirle adiós. 
Pero ese próximo encuentro estaría distante, lejano, pues por asignación presidencial el saldría del país por un largo período. 
Ella se mantuvo pensándolo y él se mantuvo soñandola despierto y dormido, no podía arrancarse a esa mujer de la cabeza, al igual que nunca pudo sacársela del corazón. 
Irónicamente como en otras ocasiones habían transcurrido otros 7 años desde la última vez que la vio. 
Ella se mantenía atractiva, elegante a pesar del tiempo y lo vivido, seguía siendo un imán para él. 
Después de 7 años transcurrido, él había madurado más, era capaz de reconocer el daño que le había causado una y otra vez. 
Jugué con sus sentimientos, lo sé, no valoré su amor y devoción. No luché por el amor que sentía por ella. Se preguntaba si después de tanto, tenía derecho a inoportunar su vida con su remordimientos e intenciones de amarla por fin esta vez, como ella merecía. 
Él se había vuelto a casar y fracaso otra vez. Batallaba con un segundo divorcio y todo lo que eso implicaba. Se preguntaba en qué falló, o si era producto de huir de ella. 
En su terapia con la psicóloga le habló de él, de esos encuentros, que la perturbaron y que no lograba entender. 
Ella le sugirió hipnosis para ayudarle a encontrar en su recuerdo algo de él, ya que tenía la seguridad de conocerlo y de que fue alguien importante en su vida. 
Él sabe que le queda poco tiempo para decidir qué hacer. Si callar y dejarla ir una vez más o abrir su corazón y tenerla otra vez...
No deja de pensar que ella tiene su familia y él se encuentra otra vez recogiendo los pedazos de su vida.
Después de 3 meses, hoy podría verla otra vez, tendrá el suficiente valor para hablar, o dejará morir ese amor.
Esta mañana ella despertó con mucha ansiedad, tendría que entregar el resultado final de la consultoria, exponer su trabajo que aún no se convencía de hacer bien, pues no era la misma mujer.
Se sentía como intentando vivir una vida que no es suya, tan distinta y vacía...
Hizo su mayor esfuerzo para vencer los miedos del día a día, volver a conducir, conquistar las tareas cotidianas como si fueran hechas por primera vez.
Observó en el espejo las cicatrices que dejó el accidente, aún aquella que cubre su coposo cabello.
Las acaricia como recordatorio de la oportunidad de seguir con vida.
De seguir disfrutando de sus hijos y familia, y el amor incondicional de su esposo.
Pero no logra llenar ese vacío que siente cada amanecer, como si algo le faltara.
De repente recibe una llamada al teléfono celular.
Es el director de la institución, le indica que la reunión no será en la oficina, sino en el restaurante de un hotel cercano.
Quedó sorprendida, pero intrigada de porque el cambio.
Se vistió como cada mañana, con mucho esmero  buscando ocultar cicatrices, de aquel accidente que le cambió la vida.
Al llegar al sitio de hotel sólo ve a él director Díaz..
Este le pide disculpas por lo inusual del cambio de sitio para la reunión.
Se que es la última oportunidad que tendrá de verte y decirte lo que he callado por años.
Nunca te dije un te amo, nunca valoré la devoción que me mostraste todo lo que siempre arriesgaste por mi.
Ella no sale del asombro de sus palabras. No logra controlar toda la conmoción y confusión que le causa, se siente mareada y a punto de desmayar.
Logra sentarse y le pide que calle.
No sé de qué me hablas, aclarame quién eres y porque dices que me amas y que te amé.                Él comienza a narrar su historia de amor:
Te conocí una mañana de verano, cuando llegué al trabajo allí estabas tú, la hija del dueño de la empresa, la nueva administradora. 
Me encantaste toda tú, sin darme cuenta el tiempo transcurrió y tuve el valor de darle rienda suelta a esa atracción que sentía por ti, y de la cual intentaba escapar, pero no pude. 
Sobrepase la barrera de nuestra diferencia de edad, de tu posición social y profesional. 
Vivimos momentos llenos de ternura, amistad, loca pasión. Pero reconozco que fui cobarde y me asustó avanzar en esa relación que habíamos construido, era joven y creí que lo nuestro no funcionaria, también creí que no era importante para por ser empleado de tu padre. 
Ahora reconozco que fui solo un cobarde y el tiempo me lo demostró. 
Me casé, tuve hijos, mientras tú seguías soltera buscando el amor.
Aún recuerdo encontrarte en la universidad, yo seguía estudiando intentando terminar la licenciatura y tú ya en maestría, te vi esa tarde, más hermosa de lo que recordaba, aún cuando estabas embarazada de otro, me sentí tan emocionado de verte, solo pude suspirar y pensar que pude ser el papá. 
Pasaron muchos años más solo viéndote en tus redes sociales, dándole me gusta a tus fotos, queriendo saber de ti, si eras feliz. 
Hasta que un día apareciste, me escribiste a través de una red social contándome que me viste esa mañana de abril. 
Empezamos a dialogar por el teléfono celular, lo inevitable pasó, pasamos de saludos cordiales a frases de amor, esa necesidad insaciable de saber de ti y tú de mi, por más que luchamos, le dimos rienda suelta. 
Pasé una tarde a casa de tu papá donde me dijiste que estabas, bajaste asustada, saliste a saludarme, sorprendida me abordaste preguntándome qué haces aquí? 
No podía evitarlo, necesitaba verte. fue breve el saludo, pero eterna la felicidad de tenerte cerca. 
Nos vimos una vez más y allí nuestro primer beso, en esta etapa de amor prohibido. No pude evitarlo, necesitaba tus labios. Lloraste, no querías que pasara a más la atracción que indudablemente teníamos. 
Empezamos a darle rienda a esa pasión loca que nos unía, yo pidiéndote fotos tuyas, fotos prohibidas, que saciaran mi sed de ti, te escribía a cualquier hora, un día aún de madrugada te llamé, diciéndote que necesitaba escuchar tu voz, para empezar cada mañana. 
Se que tal vez estés dudando de lo que te cuento, pero por favor créeme. 
Se que te hice daño. 
Luego nos vimos una tercera vez, necesitabas ayuda económica y acordamos vernos para apoyarte. 
Acudiste porque confiaste en que te dije que te necesitaba tanto, que aunque quería estar sexualmente contigo no lo haría porque sé que te perdería si pasaba. Y valoraba más tenerte en mi vida. Y nos vimos esa tarde de enero. 
Una decisión peligrosa, fue la I vez que ambos fuimos infieles a nuestras parejas.  Fue nuestra primera vez piel con piel, había soñado tanto ese momento. 
Fue evidente la ansiedad por ese momento. No pude contenerme como te prometí. 
Nos amamos como siempre lo habíamos soñado. Sé que prometí que no pasaría y acudiste a la cita confiada en mis palabras. 
No imaginé como te afectaría lo ocurrido, y el conflicto emocional y matrimonial que se te avesinaba, pues no pudiste ocultarle a tu esposo lo ocurrido, y preferí alejarme para no hacerte más daño. 
Por favor dime algo, no me mires así... quieres que calle, o puedo seguir? 
Ella no dejaba de mirarlo con asombro, con incertidumbre y dolor. 
Esa mirada le dolía... 
Le dijo sé que no es fácil lo que escuchas pero creo que mereces recordar esa parte de tu vida. 
Ella no pudo contener las lágrimas, le respondió sigue necesito saber más de lo que hablas. 
Transcurrido 7 años, tú ya con 2 hijos, yo divorciado, te escribí felicitandote por tu cumpleaños. 
Pero seguía siendo inmaduro, cobarde y egoísta y aparecí solo para lastimarte. 
Esta vez fue más profundo el dolor que te causé. 
Lo sé no fue necesario verte llorar o que lo dijeras. 
Luego de eso dejé de saber de ti... y me alejé como correspondía. 
Volverte a ver después de 7 años como en ocasiones anteriores me estremeció. 
Ella suspiró y le dijo, es triste lo que acabas de contarme, agradezco a Dios no recordarte, no quiero pensar todo lo que ella sufrió por ti. 
Solo puedo decir que esa parte de mi vida ya está dormida, no te recuerdo, por lo tanto ya no te amo, ni tengo algo que perdonar. 
Aquí le dejo mi informe y la factura por el servicio prestado.  Se paró y se marchó para siempre... él quedó sin palabras, frío, con un profundo dolor, con un sentimiento de impotencia. 
Solo se repetía, merezco eso y más. No debí contarle la verdad. 
Ella iba llorando, no podía contener las lágrimas. Ese dolor le rasgaba el alma. 
La psicóloga le había dicho muchas veces que le parecía que la amnesia podría ser selectiva, fortalecida adicionalmente por las contusiones del accidente. 
Si, ella en esas horas que transcurrieron permaneció en su carro llorando y recordando cada detalle de ese amor, de lo vivido. 
Entendió porque lo borró, hubiese preferido seguir así. 
Qué pasaría ahora, qué haría para seguir viviendo con ese sentimiento que no la dejaba ir. 
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Miembro desde: Feb 14, 2020
4 Comentarios 539 Lecturas Favorito 1 veces
Descripción

Es posible amar por siempre, aunque no estn predestinados a estar juntos.Esta es mi historia.

Palabras Clave: Amor inolvidable

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Maura Rey

Derechos de Autor: Maura Rey


Comentarios (4)add comment
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Maura Rey

Gracias a todos por sus comentarios, me siento halagada. Pronto compartiré la continuación de esta historia. Saludos desde Panamá!
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February 21, 2020
 

kalutavon

Buen texto, se nota el oficio del autor. Un tema tan humano como inverosímil. Hay en la prosa misterio, emotividad, romanticismo, amor obsesivo y otros matices que la hacen interesante. Te felicito, me ha sido grato leerlo y recrearlo con distinto final (s).
Responder
February 16, 2020
 

Maria Jose L de Guevara

Esta es una conmovedora historia no muy difícil de replicar en sus diferentes circunstancias. Existen complementaciones sentimentales que parecieran estar atadas por un inexplicable cordón que fácilmente se le podría catalogar de mágico.
Yo soy una sicóloga y profesionalmente estas cosas no caben en la lógica de su ciencia; sin embargo, a la vez soy humana, tengo sensaciones y reconozco que existen misterios en el universo que no tienen respuestas.
El amor, por ejemplo, es una materia que han llenado muchos volúmenes de diversa índole y sobre el cual se debaten miles de hipótesis sobre sus orígenes y efectos y lo que a mí me llamado siempre la atención de este sentimiento, es el que tú ahora tocas en tu texto; aquel que persiste a través del tiempo, contrariando los contratiempos, las barreras, las odiosidades y las voluntades.
En el cuento que tu nos narras existe un factor que podría ayudar a cortar esa atadura: el accidente y alteración de la memoria de uno de sus actores; no obstante, aun bajo tales circunstancias, un pálpito de ese sentimiento, aparentemente inexistente, merodeará inevitablemente.
Un agrado ha sido leer tu historia y agradezco el haber solicitado mi amistad en este espacio.
Cariños
María José Ladrón de Guevara.
Responder
February 15, 2020
 

Luis Alejandro

Serias tan amable de explicar que fue lo que el realizo tan mal?
Responder
February 15, 2020
 

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