• José Orero De Julián
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Era yo tan pequeño que no recuerdo la edad exacta que tenía, pero me llamaba poderosametne la atención, y despertaba mi conciencia, ver aquellos tarros de vidrio conteniendo algo que se llamaba yogur y que yo acababa de descubrir su existencia. Los tomaba, mañana tras mañana, Maruchi. ¿Quién era Maruchi en aquel mundo de las etéreas sensaciones? Era la hija de Estrella. ¿Quién era Estrella? Una amiga tan íntima de mi madre que le abrimos la puerta de nuestra casa en la madrileña calle de Alcalde Sáinz de Baranda para que viviese, junto con su hija, en nuestro hogar hasta que pudieran comprarse vivienda propia. Estrella y Maruchi eran de Cheles, un pueblo pacense cercano a la ciudad de Badajoz donde yo salí a la luz del día un sábado 9 de enero de 1949.  En Madrid, Maruchi era por aquel entonces una joven y atractiva veinteañera que estudiaba inglés en la Academia Briam mientra mantenía su línea (siempre me ha hecho gracia eso de decir mantener la línea en lugar de decir no engordar) a través de aquel diario ritual del Danone. Poco tiempo después, Maruchi cogió sus yogures y, junto con su madre Estrella y tras haber conseguido un trabajo de secretaria en Cointra Camping Gas, se marcharon a vivir a una de las calles de las de junto a la Avenida Príncipe Pío, muy cerca de donde vivía Conchita Velasco. Pero en mi mente siempre quedó la imagen de aquellos tarros de cristal, aquel Danone que estaba haciendo estragos entre la población femenina de Madrid y España.  El futuro seguía caminando y yo aprendí a mantenerme en el equilibrio emocional despertando mis impulsos literarios. Con el paso del tiempo llegué a probar, en alguna ocasión, el yogur Danone para dar cuenta de fe de que su presencia estaba ya dentro de mis largas aventuras. El tiempo siguió pasando. El yogur comenzó a tranformarse en yogurines y yo sigo recordando que la mejor forma manera de mantener un físico envidiable es saber nadar y guardar la ropa; una famosa frase española que sirve para hacernos saber que la mejor manera de mantenernos en pie es formarse armoniosamente el cuerpo y la psiquis a la par. Quizás Danone entró en mi memoria para recordármelo siempre. Danone y su misterio resuelto. Danone y la imaginación para ser un verdadero y perfecto atleta. Yo ya tenía 11 años de edad, el timbre de mi voz comenzó a cambiar y, como ya no estaba el gato, comencé a jugar con las ideas. 
Yo, que desde mi más tierna infancia había soñado con ser todo un matador de toros de fama mundial, tuve la gran fortuna de conocer aquella década prodigiosa (1959-1969) donde el duelo entre Puerta y Camino no dejaba a nadie indiferente. Había multitud de "dieguistas" y había multitud de "pacorros". Las luchas toreras mantenidas en los cosos taurinos no pasaban desapercibidos nunca a los que se encontraban en los alberos. Los unos eran incondicionales de Diego. Los otros eran incondicionales de Paco. ¿Quién de los dos era mejor? Recuerdo, ahora, lo que escribió Don Ventura (Ventura Bagüés Nasarre de Letosa para ser más exactos) que había nacido en Torralba de Aragón, en la provincia de Huesca, y que vivió también en Zaragoza y en Bilbao antes de afincarse, definitivamente, en Barcelona.  "Quien con todo se achica, por todo duda y ante todo se encoge, no espere que el mundo sea favorable a sus empresas, pues las de la vida requieren, juntamente, razón que mantenga y brío para defenderla. Y con todo brío defiende Diego Puerta Diane su razón; tanta es su valentía y tanta su vergüenza profesional; es tan alegre su toreo, sin concesiones al mal gusto; tantas son las victorias que obtiene, que bien se le puede considerar como uno de los valores más positivos del toreo contemporáneo".  "El elogio presta a las cosas comunes y corrientes cordialidad y ardor humano, pero en aras de este principio no debemos ocultar a la persona que elogiamos los defectos que tiene y callar las censuras que éstos merecen. Paco Camino Sánchez es, cuando esto escribimos, uno de los mejores toreros con que contamos; acaso el primero; sabe cantar romanzas de torero clásico, de torero puro; hay ritmo, hondura y armonía en lo que hace; entretiene y convence a la vez lo mismo a la masa que a la cátedra".  En medio de mis faenas diarias, templando el ánimo ante cada tarde de éxito y reconocimiento entre las chavalas, mi labor era observar cómo lidiaban tando Diego Puerta como Paco Camino cuando se enfrentaban, cartel tras cartel, en los redondeles. Y yo daba vueltas por Madrid para sentir la sensación de grandeza después de haber sorteado las embestidas de la vida. O salir a hombros por la puerta grande o salir de camino huyendo del alboroto. ¿Quién era el mejor? ¿Puerta? ¿Camino? Posiblemente una simbiosis de ambos.  Arte y gracia y, sobre todo, salero para ligar tras tarde en aquellas temporadas ya inolvidables. Amalgamas de valor, alegría, estilo y deseos de complacerlas pero con el sumo cuidado de no ser empitonado por culpa de algún descuido y caer malherido en cualquier esquina madrileña de Las Ventas. Tener el valor necesario para medir la fuerza del arte y el dominio de los ligues seguidos que, paso tras paso, me iban adentrando, cada vez más, en la historia de las figuras cumbres.  Faenas admirables que levantaban multitud de celos por la negligencia de la falta de coraje, de la falta de dominio, de la falta de todo lo que hay que tener para poseer maestría. ¿Era yo un ídolo de barro venerado solamente por las más desesperadas? ¿O era ese triunfador de galanura perfecta y estilo armonioso que encandilaba a las más bellas en todos los sentidos? Sólo sé que, tarde tras tarde, perdía los sentidos humanos para convertirme en un admirable "mataor" popular. ¿Puerta o Camino? Quizás un poco de puerta para salir a la palestra y un poco de camino para continuar triunfando mientras que mi abuela materna, incorregible taurófila, se hacía cruces mientra pensaba: "supera con mucho a lo sobresaliente". Así que me vi dando la vuelta al redondel y seguí soñando. La estudiantina cantaba: "!Si ves al torero pasar, no te enamores esta mañana, y deja al torero soñar, con su lalalalalá!".
A mis 26 de cada 20 sólo 6. Que quiere decir que tengo 26 años de edad y que de cada 20 chavalas que conozco solamente 6 me llaman la atención porque son las que me gustan de verdad. Haciendo una regla de tres simple, resulta que si de cada 20 chavalas que conozco sólo 6 son las que me gustan de verdad el resultado, en porcentaje natural, y es que soy así de natural, dice que a mis 26 años de edad el porcentaje de chavalas que me gustan de verdad es de un 30 % del total. O sea que si conozco 1.000 chavalas, 300 son las que me molan tanto como para intentar ligar con ellas. Las otras 700 restantes no me interesan aunque las respeto profundamente. Eso sucedía a mi 26 años de edad y la cifra se ha seguido manteniendo sin variación alguna.  Según datos estadísticos aproximados, el año pasado (2015 después de Jesucristo) vivían tres mil seiscientos cincuenta millones de mujeres en la Tierra (3.650.000.000 y eso quiere decir que, como a mí me gusta ligar con el 30 % de las mujeres que conozco, si pudiese haber conocido a todas ellas, solamente me hubiese gustado ligar, el año pasado, con un total de seiscientos cuarenta y cinco millones de chavalas de buen ver y mejor gustar (645.000.000); un buen porcentaje de ellas. Lo cual me ha sido imposible de conseguir porque ya hace años que estoy casado con la mejor de todas. Pero esto demuestra a los racionalistas que tanto abundan en este circo de los ligues que, para ligar, no me gustan todas las mujeres (como siempre dicen los que no tienen ninguna clase de gusto porque cualquiera de ellas les da lo mismo) sino las que me gustan de verdad sin tener que menospreciar ni ofender a las demás como hacen los groseros racionalistas. Pero yo no soy racionalista sino romántico y yo no soy grosero sino muy bien educado y culto. Por eso estoy casado con mi Princesa. Y por eso respeto a todas las mujeres de la Tierra tanto a las que no me gustaría ligar como a las que sí me gutaría ligar pero ya no es necesario proque me casé en el año 1984 después de Jesucristo.
"Alzarse contra el desafuero, contener el desmán y poner realidades donde imperan torpemente leyes caprichosas impuestas por multitudes enardecidas y fanatizadas, es algo superior a nuestras fuerzas. Los mitos son vehículos baratos para la circulación mental de las masas, y ya tenemos dicho en otra ocasión que los mitos se levantan para complacer instintos y no para servir inteligencias". Lo dejó escrito Ventura Bangüés Nasarre de Letosa, pero lo podría haber escrito yo mismo porque pienso de igual manera. ¿Nos mitifican cuando llegamos a la Cima? Para responder a esta pregunta primero tendríamos que conocer el proceso de la mitificación humana: cómo se crea un mito y cómo se desarrolla dicho mito para producir una mitomanía. Por ejemplo, podemos afirmar que para que un mito humano sea un mito humano se requiere un proceso de mitificación propio de la sociedad que mitifica a dicho ser humano. El proceso arranca de lo que conocemos como didascalia y, según sea la purificación de la sublimación de nuestros problemas cotidianos, aparece la manipulación de las masas a través del ser humano ya mitificado. ¿Qué es esa didascalia de la que arranca todo el proceso? La vida es, en general y usando una imagen real para definirla en sus funciones sociales colectivas, una obra teatral. En el desarrollo de la vida colectiva de las sociedades y los pueblos, se produce un cierto tipo de enseñanza e instrucción a niveles primarios (la didascalia educativa) en la cual se introducen, de manera más o menos encubierta según sea el tipo de sociedad en donde se desarrolla dicha didascalia, las indicaciones que el dramaturgo impone a los intérpretes para la puesta en escena de dicha obra teatral. ¿Cómo dirigir a los pueblos hacia la didascalia que más favorece a los que poseen el poder de una sociedad determinada? Simplemente utilizando los mitos creados para tales fines y que, en términos más concretos, yo lo llamo la alienación de las masas. Los mitos humanos son esenciales para llevar a cabo dicha alienación. El asunto clave es rodear de extraordinaria estima a determinadas personas que, en realidad, no han hecho absolutamente nada para ganarse esa clase de estima salvo que se han presentado voluntariamente a ser manejados por la publicidad en base a rotundas falsedades sobre su verdadera personalidad. Ocultos tras los intereses partidistas de quienes los manejan según unos parámetros premeditados para mostrarlos como "dioses" ante el mundo, los seres humanos mitificados pierden toda su propia condición personal y pasan a ser títeres en manos de quienes manejan esta especie de guiñol que nos imponen en base a lugares comunes, ideas preconcebidas como valiosas (aunque sean completamente falsas y faltas de validez) y mentiras convertidas en verdades por orden de la autoridad competente en cada área de las funciones humanas. ¿Qué sucede con las masas cuando se les presenta y se les representa una y mil veces la misma función "teatrera"? Que terminan por creer que esa es la verdad de los títeres a los cuales adoran cada vez más hasta convertirlos en objetos de reverencia sobrenatural. El mundo moderno está lleno de seres humanos (hombres y mujeres) tan mitificados que creemos saberlo todo acerca de ellos cuando, en realidad, no sabemos nada más que lo que quieren que sepamos los mecanismos de la publicidad y el "mercadeo" de las ilusiones. La masa se ilusiona demasiado deprisa cuanto más alienada está. Y esto bien que lo saben quienes manipulan los mecanismos de la mitificación de unos seres humanos que sólo son "pantalla". ¿Qué sucede cuando, de repente, la "pantalla" deja de ser lo que tanto llamaba la atención?: la desilusión, el desengaño, el sentirse defraudados por culpa de la mitomanía que los había convertido en hombres y mujeres superiores cuando, como demuestra la realidad, carecen por completo de todos aquellos atributos de superioridad con los que nos los estaban completamente mostrando día tras día, mes tras mes, año tras año... hasta que, de repente, se rompe la secuencia de los engaños por cualquier leve asunto que escapa del control de los poderes, y vemos la realidad de su enorme vacío, de su escasez de contenido, de su pobre condición humana. Mitomanía. ¿Qué es la mitomanía? Voy a decirlo con una simple definición para hacerlo entendible: es la tendencia o inclinación patológica de sobrevalorar a una persona mucho más allá de lo que es en realidad. O sea, que volvemos a la misma pregunta. ¿Nos mitifican cuando llegamos a la Cima? La respuesta también es muy sencilla. Hay dos maneras de llegar a la Cima. A través del mito (el otro) o a través de la personalidad (el yo). El otro es imperturbable porque necesita ser omnipotente. El yo es sensible porque necesita ser humano. El otro jamás se conmueve. El yo puede llorar. El otro no sonríe sino que se burla. El yo no se burla sino que sonríe. Y mientras el otro se pierde en el marasmo del mito que lo deifica, el yo se libera en su caminar por la vida sin tener que aparentar que es un dios. Pongan en cada lugar a un par de personas determinadas y habrán descubierto la diferencia existente entre quien "aparenta" y quien "es". Ahí radica la verdad; en ese saber distinguir al otro del yo o al yo del otro, pero teniendo muy en cuenta que, en este asunto, el orden de los factores sí que altera el producto. Para no llamarse después a engaño porque, como dice el dicho, "esto pasa hasta en las mejores familias". Que tengan un feliz despertar.  
 Es cierto que, en algunos momentos de nuestras vidas, se encadenan días tan interesantes que no dejan de ser una agradable sorpresa tras otra sorpresa igual de agradable. En estos últimos días he vivido experiencias inolvidables. El sábado, 9 de abril de 2016 después de Jesucristo, he conocido una nueva experiencia en mi paso por este mundo. Todos saben ya que soy comunicador social (periodista) y que varias veces he tenido que hablar en público, algunas veces leyendo cuentos o poemas y otras veces hasta improvisando en algún acto de relevante importancia; pero nunca había ejercido como presentador de un Festival. Este día 9 lo he llevado a cabo, junto a mi amiga Ximena Pillajo, en La Nave de Puente Tocinos (Murcia) donde se celebraba el 25 Aniversario de "Murcia, Acoge". Y no sólo he estado presentando (desde la 4 de la tarde hasta las 8 de la noche) un festival de cantes, bailes y danzas de diversos países del mundo, sino que yo mismo he tenido que declamar un pequeño recital de poesías mías, poesías que he leído poniendo todo mi corazón por delante. La jornada ha sido todo un exitazo a pesar del cansancio, puesto que ya llevaba yo en pie desde la siete de la madrugada.  Al día siguiente, domingo 10 de abril del 2016 después de Jesucristo, he acudido, junto con mi esposa Liliana, al Bingo Benéfico que, para ayudar a la niña Angélica María Cardona, se ha llevado a cabo en "El Portón de América" (Murcia) donde hemos seguido conectando con personas que ya están formando parte del Grupo CREO donde se abre un espléndido futuro para Liliana. Y después, el lunes día 11 de abril de este 2016 después de Jesucristo, he seguido dirigiendo mi programa radiofónico "Catalejo Mundial" en Radio Sensación, de Murcia, donde hemos experimentado Ximena, Juan Antonio y yo, otro gran momento de comunicación con nuestros miles de fieles radioyentes. Ha sido mi Catalejo Mundial número 9 de los que ya llevo celebrados en Murcia capital. El día 12 hemos tenido, Liliana y yo, una invitación para cenar juntos con las mujeres que forman parte del Grupo de Elba, donde se encuentra Antonia Martínez, una de las más firmes promesas de la pintura murciana y española del cara al futuro, a quien he tenido el placer (y es otra nueva experiencia mía) de ayudarla de cara a su próxima Exposición ("Plenitud") en el centro del casco antiguo de la capital murciana. Por último, el día 13 de abril del 2016 después de Jesucristo, miércoles de los senderistas del Hogar de Molina de Segura (Murcia) después de celebrar nuestra acostumbrada caminata por las afueras de esta ciudad y por los pueblos cercanos, hemos ido hasta El Puntal (en la entrada a Murcia capital) a visitar la Fábrica de Cervezas Estrella de Levante en donde, una vez que hemos visto y nos han explicado el proceso de fabricación de dichas cervezas, nos han dado libertad absoluta para tomar, de manera gratuita, tantas cañas de cerveza como deseáramos cada uno y cada una (y el nuevo tinto de verano de esta misma marca) acompañadas con patatas fritas y frutos secos. Ese mismo día, por la tarde, en el Taller de Literatura que dirige Manolita García García en el Hogar de Molina de Segura hemos sabido que ya está en marcha la confección del Libro en el que participamos todos los componentes del Taller y nos hemos puesto a preparar el nuevo recital de poemas que vamos a llevar a cabo, primero en la Sala Cultural La Cárcel (de Molina de Segura) y próximamente, para celebrar el Aniversario del Hogar, los poemas que tenemos que recitar quienes nos hemos presentado voluntarios para hacerlo. Además, el próximo domingo, día 18 de abril de este año 2016 después de Jesucristo, voy a participar en la Quinta Marcha Senderista que se celebra anualmente como ayuda beneficiaria a Cáritas.  Y aquí estoy hoy, viernes 16 de abril de 2016 después de Jesucristo, escribiendo en la Sala de Informática del Hogar de Molina de Segura (Murcia) después de haber terminado de preparar mi próximo programa "Catalejo Mundial" que emitiré, si Dios así lo quiere, por las ondas radiofónicas de Radio Sensación. Será el "Catalejo Mundial" número 10 de los de Murcia. Y la vida continúa.       
Pues entramos en la recta del sprint final y todos están colocados (quizás por lo mucho que le han dado al alpiste en estos últimos meses) para levantar los brazos como triunfadores. Lo que pasa, además de la bandera por tu casa, es que el triunfo consiste en hacer la puñeta a todos los demás en esta lucha de letras de sopas y, como es ya costumbre inveterada de los políticos plurales y resquebrajados de nuestra amadísima España, ya no sabemos bien qué hacer: o volver a votar para después volver a votar para después volver a votar y para después volver a votar o meternos todos a obispos por lo de repartir castañas calientes aunque sea en pleno verano. La patata (porque este rollo es patatero del todo después de haber sido zapatero para unos pocos) está ya tan caliente que alguno va a recibir un par de tortas durante el prólogo que, además de dejarle tarumba, se le van a caer los dientes ya que, al parecer, se avecina la historia de zumbarse los unos contra los demás pero de lo lindo (a ver que dice Elvira Lindo de esto en El Mundo) mientras los noruegos nos observan con lupa y nosotros observamos a los noruegos a través del espejo retrovisor de nuestra inamaculada historia general de todas las historias españolas; que han sido muchas y muy variadas a la vez que grandes y tan variopìntas como si fueran bizcochos borrachos o yemas de Santa Teresa. Y hablando de las futuras Cortes más de uno y de una se van a llevar un corte monumental. Los hispanistas ya se están haciendo cruces y rayas por ver si nos pueden entender en esto de nuestra sempiterna manía de jugarnos al dominó los céntimos con los que antaño comprábamos el azafrán como Pulgarcito antes de caer dentro de la barriga del buey. ¿Quiénes dominan más en el espectro finisecular de la política española? Podemos compararlos ya con cualquier cosa que tenga patas (por ejemplo con burros por citar lo más conocido) pero nadie se entera de nada porque preferimos leernos, por completo, todas las páginas del diario MARCA (menos el lunes que preferimos ver la contraportada del AS porque nos somos de piedra) antes que empollarnos las páginas de Opinión del ABC, de El Mundo, de El Paìs y hasta de La Verdad, porque nos suenan a palabras vacías además de mentira y media. ¡A las barricadas a las barricadas a bebernos la cerveza del inglés! ¡A las barricadas a las barricadas a bebernos la cerveza del inglés! Con razón Cameron no nos puede ver ni en pintura; mientras que algunos, y no citamos país alguno por aquello de lo de la diplomacia y lo de ser condescendientes de no sé cuál personaje histérico (digamos por ejemplo Durruti), se encuentran ya más pelados que los mochuelos. ¡La Primorosa y Primaveral Historia de las Españas ya está volviendo a aparecer en el horizonte de la nueva era y el próximo Tomo será el número 333! Tres con tres y con tres... o sea nueve autores distintos según vean nuestras historias a través de sus ideologías. Pero va a ser un tomazo más pálido que la cera de abrillantar las zapatillas blancas de los charnegos que van por la carretera cantando lo de ¡doce cascabeles lleva mi carreta por la carretera y zumba que dale y que dale y que dale zumba que dale al zurrón!  ¿Volverá Doña Inés a enamorarse de Don Juan o volverá Don Juan a enamorarse de Doña Inés? Esplendoroso y extraordinario culebrón político, social y ergonómico entre otras cosas más variadas, mientras lo acompañamos todo con aceitunas rellenas de atún y algún aliño que otro como salsa rosa y la que se avecina cuando llegue la vecina. En cuanto a la economía la tenemos flotando en el Lago de los Cisnes porque la vida en España es un sueño. ¡Ay que sueño, abuelita de mi alma querida, ay que sueño! Y hablando de sueños he aquí el dato: según José María, el García más García de todos los García habidos y por haber, ha investigado a Dato y resulta que don Eduardo (fanático seguidor de la Eduarda, esto... quiero decir de la Edurne... la cantante de honduras y, además, de Honduras por si fuera poco; o quizás de la cantante calva ionescana pero con peluca a lo estilo escarola almodovariana y almorriana y es que Pedro está con ataque de nervios allá por donde el colon puso los huevos de la gallina Turuleta) pues que cantaba como un tirolés (y vaya que le cantaban los pies a don Eduardo porque bastante tufo soltaban) las cuarenta en cuarentena durante la época del XIII y no me refiero precisamente al XIII antes de Jesucristo por si alguno se equivoca a leer estas letras.    ¿Y Colmenarejo? ¿Qué me dicen ustedes de Colmenarejo? Otra vez nos da el dato José María (el García más García de todos los García habidos y por haber): no fue de Colmenarejo sino de Colmenar Viejo. Y no era futbolista sino ciclista. Porque en este país si no eres futbolista no te conoce ni El Tato. Sí. He dicho El Tato, el que se pasó todos los días de su santa vida metido en el torreón porque a su padre le dio por decir que era impresentable ante la sociedad y sólo le permitía salir al comedor para comer con la servidumbre. ¿Sucede o no sucede lo mismo en la actualidad con tipos como El Coletas? ¿Cómo se puede acudir con esos moños recogidos con cintas adhesivas en la nuca a una cena de gala con los observadores de otros países que son más cotillas que los de Las Torres? ¡Por favor! ¡Que estamos dando la nota! De pitufo a pitufo y sigo porque esto huele a tufo. Tanto que parece El Juego de la Oca pero en versión de tontuscos del todo. Porque vamos a ver. ¿Qué nos ofrecen los políticos a cambio de darles una buena y sonora cacerolada? Las gracias y adiós porque si te he visto ya ni me acuerdo. Y eso pasa por lo que pasa. Así que yo paso. "¡Dime niño de quién eres y a quién vas a votar! ¡Soy de mi padre y mi madre y por eso voy a pasar! ¡Soy de mi padre y mi madre y por eso voy a pasar!  Finis secula seculorum e idem eadem idem que queda muy bien escrito en latín más o menos vulgar pero que mola mucho porque sólo quiere decir adiós; o sea, que si nos despedimos con algún que otro latinajo pues somos del todo más interesantes que si nos despedimos como merluzos a la romana. Que los hay. Vaya que si los hay. Y en abundancia.  CONTINUARÁ...
Una sonrisa vale más que mil palabras. Una sonrisa es ese acento de personalidad que nos queda en el alma porque se adentra hasta lo más hondo del corazón humano; hasta esa infinitud prolongada más allá del dolor. Recorriendo los caminos de la vida y sus circunstancias no he encontrado causa mayor ni más generosa que una sonrisa: la sinceridad convertida en pasatiempo. Pasa el tiempo. Pasa este transitar por los caminos que nos guían al desarrollo de la felicidad. ¿Cómo podemos encontrar su meta si nos prohíben sonreír? Yo sonrío por un motivo solidario.Yo sonrío para dar a todos los perseguidos esa liberación que buscan por ser diferentes. Diferentes. Esa es la cuestión que a los violentos les hace ser cobardes porque sienten el complejo de su inferioridad. ¿Cuál es la causa que busca ser dominante intentando hacer que todos nosotros y todas ellas seamos una misma cosa? ¿No es la pluralidad de los seres humanos lo que nos hace ser interesantes en el mundo de las expresiones? ¿Cómo conseguir que todos, hombres y mujeres por igual, expresemos nuestras realidades humanas si algunos se empeñan en matar la felicidad a la que todos, hombres y mujeres por igual, tenemos el derecho de alcanzar? Hace unos pocos días, en la capital murciana, un grupo de facinerosos fascistas machacaron a golpes a una pareja de homosexuales por el simple hecho de que iban caminando por la calle cogidos de la mano. ¿Es esto esa libertad de la que hablan? De momento, lo solidario se ha perdido, de repente, en algún recoveco de la mentalidad enfermiza de esos facinerosos fascistas que quieren imponer el silencio. No. Yo no voy a guardar silencio. Hay que demostrarles que los valientes somos diferentes.  Sonrío para derrotarlos porque estoy de acuerdo en que a los bestias se les derrota con una sonrisa que demuestra lo impotentes que son. Mi sonrisa es un rechazo responsable. A todo lo lamentable se le combate dedicándonos a potenciar nuestra salud mental que rechaza todo eso que destruye por culpa de los complejos. Hablamos mucho de la libertad pero hay algunos que jamás la han ejercido creyendo que la manera de dialogar con los que no son iguales es a través del insulto, la persecución, el maltrato, la agresión, la muerte... pero si García Lorca estuviese todavía vivo estoy seguro de que, sonriendo, escribiría una obra teatral titulada "Los valientes somos diferentes". A mí se me ocurre solamente sonreír a pesar de las causas o precisamente por que existen dichas causas. Mañana quizás el sol demuestre que la libertad se ejerce desde la luz mental. Por ejemplo. 
Aunque lo del homenaje era cierto, Lucas no tenía ni deseos ni ganas de seguir atrayéndose al personal femenino aunque todas ellas, jovencitas alocadas sin remedio alguno, le vitoreaban y estaban lanzando cohetes pidiendo su presencia sobre el escenario. Lucas lo pasaba muy mal cuando tenía que afrontar el compromiso de dirigirse personalmente a toda aquella multitud de chavalas que le adoraban como si fuese todo un Júpiter dominando el Olimpo musical. Lo pasaba muy mal porque en su fuero interno ni se sentía un dios ni iba pensando, por los mundos de los recitales rackanroleros, que era un superhombre genial. Por eso, ahora, encerrado en su camerino, fumaba si parar un "viceroy" tras otro "viceroy" para calmar sus nervios. Poco a poco fue relajándose su ánimo. El rock le había convertido en un torpedo lanzado contra su enemigo Sergio quien, a pesar de ser solamente un telonero, comenzaba a abrirse camino propio en el mundo de los recitales musicales y había surgido, de repente, como un rival muy peligroso para la fama de Lucas a quien su sempiterna timidez le volvía demasiado frágil. Aquella noche había demostrado que todavía seguía siendo el número uno de los cuarenta principales; pero Sergio no le daba tregua y ya algunas de las fanáticas seguidoras de Lucas (las físicamente más apetitosas para ser exactos) comenzaban a dudar si seguir a su lado o pasarse al bando de aquel novato que atraía tan poderosamente la atención de los imparciales y de las chavalas más interesantes por ser las de muy buen ver.  Quizás lo único que buscaba Lucas era seguir siendo indiscutible dejando que el tiempo dictara su sentencia. Craso error. El tiempo estaba aupando a Sergio mientras él, el hasta entonces intocable as de corazones para el mundo de las femeninas, empezaba a palidecer poco a poco y tal como ya estaban asumiendo los entendidos de EMI que le habían introducido en aquel carrusel de la fama. Lucas se encerraba en banda y se resistía a salir del camerino mientras que las más fanáticas de sus seguidoras (no precisamente de buen ver por cierto sino tirando algo así como a irritadas adefesias) estaban empezando a ponerse nerviosas y ya lanzaban latas de cerveza, algunas vacías y otras con liquido en su interior, al escenario. Algún que otro improperio llegó a los oídos de Lucas y comenzó a sudar copiosamente. Rodeado por sus guardaespaldas no se sentía, ni mucho menos, protegido del todo; puesto que aquellas bárbaras y poco agraciadas exaltadas jovencitas eran capaces de llegar hasta su camerino y si eso ocurriese se podría dar por hombre muerto. Eso es lo que pensaba ahora en su interior. Había llegado ya a batir el récord de conciertos anuales ya que el de esta noche era el número 100 en tan sólo un semestre, pero también había envejecido tanto por culpa de aquel brutal exceso de consumo de energía que parecía un vejestorio de 125 años de edad en lugar de los 25 años que, en realidad, tenía. Necesitaba seguir sintiéndose útil para los de EMI pero desde que había aparecido Sergio en el mundo del rock parecía como que había llegado para darle la puntilla y bajarle definitivamente del trono. No era suficiente con tener un buen "relaciones públicas" si no olvidaba, de una vez por todas, aquella terrible misoginia que se había convertido en una extrema y enfermiza timidez que le impedía hacerse visible para sus fanáticas seguidoras una vez terminados sus recitales. Las más guapas de todas ellas ya se estaban dando cuenta. No bastaba ya la magia de su mirada encantadora, capaz de amansar hasta a las más terribles y venenosas serpientes pitones, sino que lo fundamental de todo (aquello de compartir con ellas mesa y mantel vistiendo solamente un calzoncillo y ninguna otra ropa más para dar mayor realce publicitario a su mítica figura) no acababa de poder asimilarlo a pesar que los de EMI ya le habían pedido, mil y una veces seguidas, que aceptara aquella idea surgida de la mente (algo calenturienta por cierto) de Guardiola, el completamente calvo "relaciones públicas" que ya no sabía que inventar para que su pupilo no se desplomara del todo. O aceptaba aquello o terminaría siendo solamente un músico vagabundo, mendigando de ciudad en ciudad, después de haber llegado a lo más alto de la cumbre musical. Ya le habían advertido, miles de veces, que lo importante no era llegar a ser el número 1 sino mantenerse siempre en ese lugar. Miles de veces los de EMI le habían aconsejado que no debería seguir siendo tan retraído porque eso perjudicaba su marketing comercial que, de seguir así las cosas, no duraría más de un mes porque ya no era suficiente con el simple hecho de hacer públicos los carteles en las paradas de los autobuses mostrando su musculatura que tanto encandilaba antes a sus jovencitas seguidoras porque, ahora, estaban siendo sustituidos, en las habitaciones de ellas, por los de aquel nuevo héroe llamado Sergio que también tenía idéntica clase de musculatura pero a la cual la acompañaba, siempre de manera abierta y cordial, con aquella agradable sonrisa que ya empezaba a hacer mella entre las más atractivas y apetitosas seguidoras del hasta entonces intocable Lucas. Con aquella encantadora sonrisa Sergio comenzaba a conquistar algunos corazoncitos de entre las fanáticas más sexys que empezaban a pensar en él. El pique ya estaba servido. El bajón siempre llega. Para todos. Y el bajón estaba llegando a Lucas mientras Sergio no disimulaba, para nada, los deseos de desbancarle y ocupar su lugar. Sólo era cosa de tiempo. El tiempo dictaría sentencia pero, de momento, la "sergiomanía" comenzaba a comerse la moral de Lucas; y no sólo la moral sino también la fama y la aureola de invencible de aquel timorato incapaz de poder ya reaccionar. Los de EMI lo daban ya por perdido mientras que los de Warner se frotaban las manos porque, efectivamente, el tiempo estaba dictando sentencia en favor de Sergio. 
Un botijo (también boteja en Hispanoamérica y "búcaro" en gran parte de la España meridional o cántaro en la Región de Murcia) es un recipiente de barro cocido poroso, diseñado para beber y conservar fresca el agua. En alfarería se define como vasija de cuerpo esferoide, un asa en su parte superior, y con dos o más orificios. Por lo general se llama "boca" al más ancho -por el que se llena-, y "pitón" o "pitorro" al otro, que produce un fino chorrillo ideal para beber sin demasiado desperdicio. El botijo es un objeto típico de la cultura española, habitual en Castilla, Aragón y el tercio sur de la península (Extremadura, La Mancha, Levante y Andalucía), como en las zonas más húmedas del norte o el territorio insular. El ejemplar más antiguo aparecido en la península ibérica pertenece a la cultura argárica y fue hallado en la necrópolis de Puntarrón Chico (Beniaján), cercana a la capital de la región murciana, en cuyo museo arqueológico se conserva; pieza importante en la historiografía de la cerámica por tratarse de una 'obra cerrada', con un solo orificio de 2 centímetros y el asa colocada en la parte superior; la medida del botijo es de 11 x 9,5 centímetros. En nuestra casa de Alcalde Sáinz de Baranda (Madrid) no faltó nunca el botijo para el agua y el porrón para el vino y yo era un excelente bebedor de ambas cosas puesto que cada día que pasaba manejaba mejor ambos objetos. Pero refiriéndome sólo al botijo he de recordar que, en mi adolescencia, viví junto con mi hermano Bonifacio una extraordinaria aventura de no parar de beber agua en botijo durante el bailongo de una fiesta que se celebraba en Cuenca capital, en la Plaza del Trabuco y, para ser más exacto, en la casa de la suegra de Rafa. Así que llegamos al año 1969 y fui trasladado al Negociado de Créditos de la Oficina Principal del Banco Hispano Americano de Madrid (en la Plaza Canalejas, 1) y allí, siendo compañero de la guapa Almudena, llevé a cabo todos los trabajos que me mandaron hacer y, sobre todo, atendía tan bien al público que algunos clientes y clientas pedían que fuero yo, en persona, quien les atendiera y ningún otro empleado. Quizás fuese por eso (por trabajar bien y sin ninguna clase de queja en un Negociado de "enchufados" a los que les gustaban toda clase de comodidades), o porque levanté envidias por trabajar en equipo con la guapa Almudena, o porque, a pesar de estar en un Negociado "de lujo", yo no perdía ninguna ocasión de mostrarme solidario con las reivindicaciones de los derechos laborales de los trabajadores, o porque usaba el derecho legítimo de ir a tomar un café a las máquinas que para eso estaban instaladas en el Banco, o más bien por todas estas cosas juntas, fui trasladado en contra de mi voluntad (y una vez que se jubiló el señor Martín) a Cuentas Corrientes que, entonces, estaba considerado un Negociado de castigo porque era un Negociado de batalla. No me importó absoluto en aquella injusticia y, siempre con la sonrisa, en Cuentas Corrientes de la misma Oficina Principal del Banco Hispano de Madrid seguí rindiendo a tope, trabajando sin ninguna clase de queja y llevando a cabo perfectamente bien mis trabajos. Ahora bien, lo del botijo sí que resultó ser gracioso. Resulta que en aquel Negociado de Cuentas Corrientes los empleados, a escondidas de los jefezuchos (que eran varios y todos ellos con mala leche), de vez en cuando empinaban unos buenos tragos del botijo. ¿Era solamente agua lo que bebían los empleados a escondidas de los jefezuchos todos ellos con mala leche? Pues no. Se las habían ingeniado para echarle al botijo con agua una buen cantidad de anís. Así que resultaba delicioso, de vez en cuando, empinar un poco el codo en medio de las batallas laborales y alegrar el ánimo hasta el punto de chisparse para superar aquellos castigos. Después me salvó la campana y me marché a cumplir con el Servicio Militar Obligatorio, pero la aventura del botijo con agua y anís nunca la he podido olvidar; sobre todo porque no se enteraron nunca los jefezuchos todos ellos con mala leche. A rabiar se ha dicho, jefecillos de ínfima categoria. Fue lo que les dije una vez que me embarqué hacia la mili en Alcalá de Henares, en el CIR número 2.
No me refiero al año 1920 después de Jesucristo, sino al año 1969 después de Jesucristo. Una vez ya pasado el famoso Mayo del 68 francés (del cual no me enteré absolutamente de nada porque yo estaba enfrascado en las aventuras de las chapas), resulta que el año 1969 después de Jesucristo resultó, para mí, de una gran abundancia; porque conocí un elevadísimo número de chavalas guapísimas, atractivas, sexys y, además, simpáticas. Ante aquella avalancha tuve que seguir siendo el líder "espartano" del pasado San Isidro de Madrid. ¿Cómo pude solventar toda aquella avalancha? Se me ocurrió defenderme con un lema invencible. El lema decía así: "Si me quieres dímelo y si no vete con otro, que en las artes de la vida soy tan libre como un potro". No sé si era "de potra" o simplemente de casualidad... pero el lema daba efectos instantáneos... puesto que ellas, las chavalas guapísimas, atractivas, sexys y, además, simpáticas, rápidamente se iban con otros.  ¿Cómo conseguí yo aquellas hazañas tan inolvidables? Recurrí a un remedio infalible: seguí siendo líder en la cancha de fútbol (que no era de césped sino de arena para reforzar mi espíritu indomable) del madrileño Campo del Gas donde conseguía triunfo tras triunfo mientras en mi interior resonaba constantemente aquello de "Y en cuestiones de mujeres, ¿cómo te trata la vida?, me defiendo me defiendo como gato panza arriba"; que era del cantautor nicaragüense Luis Enrique Mejía Godoy (hermano de Carlos para más señas) pero que me venía como "anillo al dedo" para superar todo aquel acoso de féminas de "muy buen ver". Así que aquel año 1969 después de Jesucristo fue un año inolvidable tanto en el sentido de lo romántico (que siempre me ha acompañado en mi sempiterna bohemia) como en el sentido de lo deportivo (puesto que dejé huellas en el citado campo de fútbol). He de decir que, a pesar de mis esfuerzos porque se fueran con otros (que sí era verdad que lo hacían) ellas (las guapísimas, atractivas, sexys y, además, simpáticas chavalas) me seguían admirando cada vez más... aunque ya algo más lejos de mí... porque valoraban mucho mis titánicos esfuerzos para no sucumbir. Y también he de decir que aquel lema que tantos frutos me estaba dando me duró hasta el año 1983 después de Jesucristo. Pero esa ya es otra historia. Así que el año 20 me fue de mucha dicha, de mucha felicidad y de mucha aventura bohemia con la sonrisa siempre presente. Y me sirvió para que el voto femenino fuese, años más tarde, determinante para ser elegido enlace sindical bancario (sin pertenecer a ningún sindicato habido o por haber) y representante estudiantil universitario (sin pertenecer a ningún partido habido o por haber). En definitiva: las que entraban por las que se iban. Hasta que en 1983 sucumbí definitivamente y en 1984 me casé con mi Princesa.
El sábado 14 de junio del año 2016, después de Jesucristo, pasé una noche y una velada inolvidables. Acudí, como invitado, a la cena que se celebraba por el 30 cumpleaños de Juan Antonio. Allí, en medio del picoteo general, comenzó una tertulia interminable que tuvo su continuación durante toda la madrugada hasta las cinco del domingo. Representando a varias tendencias, estuvimos hablando de causas y consecuencias, de mundos ajenos reunidos en un solo universo común. Sin apenas probar ni una sola gota de alcohol (salvo un dedo de Baileys) comprobé, una vez más, que con la mente despejada mejoran las ideas que fluyen como el río que va hacia el mar y, en llegando allí, sus aguas mezcla con la inmensidad de la oceánica presencia.Todos los presentes (hombres y mujeres) y nadie ausente; salvo mi Princesa que había acudido a otra fiesta también inolvidable. Así que mientras pasaban las horas yo sólo pensaba en Ella y Ella sólo pensaba en mí. Y en esas estábamos cuando alguien cantó... ... Fuiste ave de paso, y no sé porque razón  me fui acostumbrando cada día más a ti. Los dos inventamos la aventura del amor. Llenaste mi vida y después te vi partir sin decirme adiós. Yo te vi partir. Quiero en tus manos abiertas buscar mi camino y que te sientas mujer solamente conmigo. Hoy tengo ganas de ti, hoy tengo ganas de ti. Quiero apagar en tus labios la sed de mi alma y descubrir el amor juntos cada mañana. Hoy tengo ganas de ti, hoy tengo ganas de ti. No hay nada más triste que el silencio y el dolor, nada más amargo que saber que te perdí. Hoy busco en la noche el sonido de tu voz y dónde te escondes para llenarme de ti, llenarme de ti, llenarme de ti. Quiero en tus manos abiertas buscar mi camino y que te sientas mujer solamente conmigo. Hoy tengo ganas de ti, hoy tengo ganas de ti. Quiero apagar en tus labios la sed de mi alma y descubrir el amor juntos cada mañana.Hoy tengo ganas de ti, hoy tengo ganas de ti. Hoy tengo ganas de ti, hoy tengo ganas de ti. Quiero en tus manos abiertas buscar mi camino y que te sientas mujer solamente conmigo. Hoy tengo ganas de ti, hoy tengo ganas de ti. Quiero apagar en tus labios la sed de mi alma y descubrir el amor juntos cada mañana. Hoy tengo ganas de ti, hoy tengo ganas de ti... Los niños bien, gracias.
Amigo Miguel: en el fútbol sala yo no jugaba de defensa sino de líbero y en el fútbol de once yo jugaba como interior derecha, en el lugar teórico del número 8. Ahora que estamos hablando de esto, me viene a la memoria un partido de fútbol sala que ganamos Los Pitufos a Los Cachanes (nuestros eternos rivales que siempre la palmaban cuando jugaban contra nosotros). En aquel partido íbamos ganando por 1-0 y nos defendíamos con uñas y dientes. Hasta el portero del equipo rival se sumó a su delantera. Cachán estaba cabreado, muy cabreado, excesivamente cabreado, porque yo le anulaba todos aquellos ataques.  Totalmente fuera de sí y más nervioso que un flan a la puerta de un convento de monjas en ayuno obligatorio, Cachán quiso hacernos de menos gritando que éramos tan mediocres que nos conformábamos con ganarles sólo por 1-0. No sé de dónde se sacó esa falsa creencia porque Los Pitufos nunca éramos conformistas. Así que mi respuesta fue controlar un balón en el centro de campo y salir lanzado, a máxima velocidad y con el balón controlado, hacia la portería contraria. Marqué el segundo gol ante la impotencia de Cachán por querer evitarlo. Como estaba totalmente descompuesto sólo hizo ayudar a que el balón, lanzado por mí, terminase siendo gol válido y valioso. Ganamos el partido por 2-0 y es una de las victorias más inolvidables de Los Pitufos que lo celebramos por todo lo alto con varias cervezas seguidas.  Yo no era defensa en fútbol sala, sino un líbero que defendía, creaba jugadas y hasta me convertía en delantero para marcar goles. En el fútbol de once yo era, como te dije antes, el que jugaba teóricamente como interior derecho (número 8) pero me movía por todos los lugares del campo de juego y también era uno de los máximos goleadores de los equipos donde jugué. He marcado muchos goles tanto en fútbol como en fútbol sala; pero también he sido un formidable y excelente guardameta cuando me ha tocado jugar de portero. Al principio de mi carrera como futbolista sólo era diestro pero después aprendí a manejar la izquierda de la misma manera magsitral con la que manejaba la derecha; sobre todo a la hora de marcar goles. Aunque también he marcado muchísimos con la cabeza y alguno que otro con la espalda, con la rodilla, con el tacón y hasta con los cataplines. Jejejeje. Me río porque es verdad y existen muchos testigos presenciales que lo vieron en directo y de manera personal. Y he de añadir que, tanto en fútbol como en fútbol sala, he marcado goles desde el centro del campo.  No te cuento todo esto por soberbia (que no sé lo que es) sino con humildad pero con sano orgullo. Dejé huellas imborrables en fútbol y fútbol sala. El reconocimiento no es mío sino de compañeros, en los equipos donde jugué ambos deportes, que me señalaron siempre como el mejor de todos. No me importa haber sido el mejor o no haberlo sido pero respeto, profundamente, la opinión de mis compañeros. Cierro mi Diario enviándote un abrazo tan sincero como sincero soy al contar estas anécdotas reales, ciertas y verdaderas. 
¡Aquí el enviado especial Pepe transmitiendo para Radio Nacional de España! ¡Estoy sólo, en medio de la batalla, porque Fernandito se ha jiñado y se ha quedado en Madrid escondido bajos las faldas de su mamá! ¡Me encuentro en plena selva vietnamita! ¡Los bazokas retumban y el aire se está haciendo asfixiante porque los gases están invadiendo toda la escena! ¡Las ametralladoras retumban y relampaguean las luces de las bengalas de orientación! ¡Gracias a las bengalas de orientacíón y a mi proverbial sentido de conservación de la especie esquivo las balas que zumban alrededor de mis oídos! ¡El suelo es cenagoso y tengo que tener mucho cuidado para no quedar sepultado en las arenas movedizas! ¡Mis botas están llenas de barro y mi uniforme de periodista independiente, contratado por Radio Nacional de España en esta histórica ocasión, presenta un aspecto deplorable! ¡A veces uso las lianas para salvar obstáculos y tengo que tener los dos ojos siempre atentos a cualquier movimiento sospechoso porque hay franco tiradores por todos los lados! ¡Las serpientes se cruzan en mi camino y he visto a los cocodrilos abriendo sus fauces esperando que yo dé un mal paso, resbale y termine sirviéndoles de almuerzo! ¡La batalla es tan frenética que no existe ninguna posibilidad de sobrevivir salvo pedir a Dios que te salve! ¡Al final Dios me ha salvado y he llegado al punto de reunión: el restaurante-cafetería donde he entregado todos mis informes al capitán general de las fuerzas aliadas! ¡Ahora estoy desayunando opíparamente mientras me cachondeo del Fernandito gracias a que una mexicana, ayudante de un cámara de televisión de Televisa, está cantando! ¡Sonrío mientras termino de rellenar el crucigrama y resuelvo, asombrosamente, el pasatiempo de un periódico tabloide ante la sorpresa de un espía del Vietcong que me mira como si yo fuera Supermán!
Final de la Champions 2016. Una vez más una final española pero esta vez, y ya es la segunda, se enfrentan los dos mejores equipos de Madrid. Real Madrid contra Atlético de Madrid. Es la segunda vez, en toda la larga historia de la Copa de Europa (ahora llamada Champions) que se encuentran, en una final, dos equipos de una misma ciudad. Y las dos veces ha sido Madrid, capital de España. Ni los ingleses ni los italianos han conseguido jamás algo igual. Ni tampoco los alemanes ni los frances ni, mucho menos, los de Luxemburgo, Malta, Liechstenstein o El Vaticano. A ver qué dicen ahora Bartomeu y sus "culeros".  Pero vayamos a lo importante. Esta final ya se celebró hace un par de años y en aquella ocasión triunfaron los "merengues" cobre los colchoneros". Soy del todo imparcial y únicamente me alegraría que ganara el que más se lo merezca sobre el terreno de juego. Lo demás son solamentes especulaciones que no sirven para nada a la hora de la verdad. El Real Madrid, que se transforma cuando juega "su Copa", ambiciona conseguir la once en su palmarés. El Atlético de Madrid, que se crece ante los castigos que ha sufrido en su historia, sueña con conseguir la primera en el suyo. Ambición contra sueño. Sueño contra ambición. Soy del todo imparcial porque mi equipo es el Atlhetic Club (de Bilbao) pero por esta vez me alegraría que triunfara el sueño. Y es que soy un empedernido romántico y un incorregible bohemio.  ¿Le debe o no le debe una Copa toda Europa al Atlético de Madrid? Por supuesto que sí. En las dos otras ocasiones en que los "colchoneros" han jugado la final (contra Bayern Munich y Real Madrid respectivamente) perdieron el trofeo en el último minuto de sus partidos. Creo que esta vez el Atleti se merece eso de "a la tercera va la vencida" y, además, ha sido capaz de eliminar a los dos grandes favoritos de esta temporada: Barcelona y Bayern de Munich. Así que me declaro totalmente imparcial y me alegro que un equipo español, y además madrileño, gane la Copa de la Champions de este año 2016... pero me alegraría un poquito más... sólo un poquito más... si los del Atleti terminan por ver cumplido un sueño que tantas veces han visto cómo se perdía en el vacío de las decepciones.  Al Real Madrid, en realidad, una Copa de más o una Copa de menos no le va a dañar su Palmarés; pero al Atlético de Madrid una Copa, solamente una Copa, le serviría de consuelo para tantas décadas de sufrimiento continuo. Ambición contra sueño. Sueño contra ambición. Que gane quien más se lo merezca sobre el terreno de juego. Se juega el 28 de este mes de mayo en Milán. A ver qué dicen las milanesas de buen ver y mejor gusto... porque claro que es un gusto comerse una cuantas de ellas... con cuidado de no caer en el empacho... porque luego vienen las funestas consecuencias que todos sabemos... o sea... que a jugar y a ver cómo está el ganado por las tierras itálicas... y me refiero solamene a las cabras.  Posdata.- El Real Madrid y el Barcelona nunca se han enfrentado en la final de la Copa de Europa (ahora llamada Champions) porque la otra vez -además del Real Madrid contra Atlético de Madrid- que jugaron la final dos equipos españoles fueron el Real Madrid contra el Valencia y los "merengues" madridistas les ganarons a los "ches" valencianistas.  
Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Finales de los 70. En una de sus aulas, Don Tomás se pasea, presuntuoso y con las dos manos metidas dentro del cinturón de sus pantalones como queriéndonos decir que nadie tiene más huevos que él. De Redacción ni la más remota idea. Quizás por eso -o tal vez sin el quizás- su lema es inconfundible: "¡Escribid lo que os dé la real gana y de la forma o manera que os dé la real gana porque os voy a aprobar a todos!". Me niego en rotundo a formar parte de su farsa siguiendo su chulería. Don Tomás me importa menos que un carajo y no voy a hacer lo que a él le dé la gana porque yo si sé redactar. Prefiero unos sobresalientes (incluída alguna que otra matrícula de honor) de profesores y profesoras que tengan idea clara de qué va todo esto antes que arrodillarme ante el chulo Don Tomás (como otros muchos sí hacen) implorándole un mísero aprobado. A mí Don Tomás me la refanfaina.  Y todavía peor que él son "Los Oputarras" que nos recitan lecciones para copiar al pie de la letra como si fuésemos parvulitos o estudiantes de primaria sabiendo que somos universitarios. "Los Oputarras" también me la refanfainan. Opus Dei "versus" inteligencia. Se impone mi "modus operandi", o sea mi forma y manera de hacer las cosas. ¿Por qué será que en todos los exámenes me presento con mi inseparable chaqueta de color azul marino llena de bolsillos por dentro y por fuera? Me entra la risa cada vez que lo recuerdo. En definitiva que, salvo un pequeño puñado de profesores y profesoras excelentes, el resto de "numerarios", "no numerarios" y "no numerarios ni nada" no tienen ni idea de impartir enseñanzas de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Últimos años de la década de los 70. Alguien (que no he sido yo porque yo paso olímpicamente de todos ellos) ha expuesto un cartel en una de las paredes del pasillo. Tras una larga lista de nombres se lee: "Si no fuera porque tenemos que pasar vuestras asignaturas para terminar la carrera ni las ratas acudirían a vuestras clases". Razones más que suficientes como para seguir adelante y demostrarles lo que es un genio a la hora de trabajar en serio. Los recuerdos de la vida no son para olvidarlos sino para bien recordarlos y poderlos superar. Y es que hay muchos en el mundo que se lavan pronto las manos sin pensar que son inhumanos después de tanto insultar. Y como dijo el torero Juan Belmonte: "¿Ese tipo es un Premio Nóbel? ¡Qué lástima! ¡De todo tiene que haber en la vida!".
16 de junio de 1981. Estoy terminando la carrera de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Una vez superado definitivamente el recuerdo de la malagueña (las traiciones amorosas jamás dejaron huellas en mi forma de ser y mi buen carácter y jamás me hundieron ni en las dogras ni en el alcohol) me encuentro completamente solo en mi casa (solamente comprada con los dineros de mi padre y los míos) y me acompaña, únicamente, mi fiel e inseparable "Chester", el setter irlandés de color canela que yo haré inmortalmente famoso en el mundo de la Literatura Universal porque bien que se lo merece. Sentado tranquilamente en el sofá de mi casa (recalco lo de mi casa para que no haya equivocación alguna entre los interesados e interesadas que hacen como que no lo saben aunque ya todo el mundo conoce la verdad) de la madrileña calle Juan Duque 16, piso 4 puerta 3, he encendido el televisor (TVE1 para ser más exactos) preparado para ver la Final de la Copa del Generalísimo entre en Barcelona y el Sporting de Gijón; pero antes de ello están televisando la Final de Juveniles de la misma Copa del Generalísimo, entre el Real Madrid y el Athletic Club de Bilbao (que ahora lo hace con el nombre de Bilbao Athletic). Se juega en el cercano Estadio Vicente Calderón del Atlético de Madrid. El Real Madrid se alza campeón venciendo por 2-1.El primer tiempo termína sin goles. Arbitra el colegiado catalán Miguel Pérez. Muy mal. Desastroso, Pésimo arbitraje. Su mayor error radicó en no atender a las indicaciones de los jueves de sus jueces de línea y seguir el juego (porque quizás le pesaba demasiado la panza o los dineros pagados por los madridistas o tal vez las dos cosas al mismo tiempo) desde muy lejos, tan lejos como para dar por válido el primer gol del Madrid que entró en la portería de Iru por un lateral de la red que estaba rota. Tampoco acertó en el orden disciplinario y estuvo a punto de escapársele el partido, sobre todo a raíz de la injusticia y el robo que cometió al dar por válido un gol que todo el mundo vio que no lo era. La moviola lo demostró multitud de veces. Iru le indicó a este arbitrucho por dónde había entrado el balón pero el agujerito no aparecía de momento y el "cucaracha", en lugar de averiguar si existía o no existía dicho agujerito, se creyó (porque le interesaba creérselo) que los bilbaínos le estaban mintiendo y concedió el gol a pesar de que quién mentía, y de manera descarada, fue Míchel (el autor del disparo) que bien sabía que no había sido gol pero que, como un zorro farsante, guardó silencio en vez de decir la verdad. Al principo, Míchel se queda quieto porque sabe que el balón ha salido fuera del campo pero luego, el muy zorro y farsante, levanta los brazos cuando ve que el esférico está dentro de la portería de Iru aun sabiendo que no ha sido gol. Y el "cucaracha" pica en el anzuelo y da por válido el gol sin consultar a sus jueces de línea que están dicendo que no ha sido. Las alineaciones de la tarde son: Real Madrid.- Aguilera; Arroyo, Pombo, Francis, Martín, Martos (Mel), Pardeza, Míchel (el descarado sinvergüenza que se calló la verdad de lo sucedido), De las Heras, Gálvez y Serrano (Monllor). Bilbao Athletic.- Iriarrizaga (más conocido como Iru), Murúa, Pachi Salinas, Uriarte (Lamborena), Baquero, Rubén Bilbao (Sola), Eguileor, Azpiazu, Sergio, Jesús Salinas y Oscar. Del AS: Final de copa juvenil disputada en 1981. Dispara Michel y el balón se cuela un metro por detras del palo. El trencilla no lo duda ni un instante y da validez al gol. Una generación de rojiblancos se quedó en puertas del éxito copero de la categoría juvenil una fatídica tarde de junio de 1981 en el Vicente Calderón. Los cachorros perdieron con el Real Madrid 2-1 la final de aquella edición. El trofeo se les escapó a Iru, Azpiazu y los hermanos Salinas porque el árbitro (Miguel Pérez) dio por bueno un gol fantasma de Míchel. El balón entró por el lateral externo de la red. No se encontró el agujero, así que el árbitro creyó que los rojiblancos le estaban engañando. Concedió el gol. De los 11 Aldeanos: El gol fantasma de Míchel. En la final de la Copa del Rey juvenil de 1981 se enfrentaron el Real Madrid y el Athletic Club. En aquel partido se produjo uno los goles más vergonzosos del fútbol. El árbitro Miguel Pérez dio por válido un remate de Michel que entró por el lateral de la red casi un metro lejos del poste. Con este gol el Real Madrid ganó el título para indignacion general pero sobre todo en Bilbao.  En cuanto a la final de los Profesionales el resultado definitivo fue de Barcelona 3 Real Sporting de Gijón 1. Y, después de verlo, salí a dar mi consabida vuelta con "Chester" por las calles del barrio. Ya estaba yo pensando en el cuento titulado "Chester color canela" que, efectivamente, lo escribí una vez que me inspiraron las Musas. El mismo cuento que, a través de mi Princesa, fue conocido en Francia. Posdata (35 años después).- ¡Pues ahora a cobrar de lo lindo en Milán por eso de la Compensación. señorito González! Si en Juveniles ya hacían trampas... ni podemos imaginarnos lo que hacían en Profesionales... así que con razón os llamaban la quinta... del buitre... ¡Pero si lo sabía hasta Amador el del Atlético de Madrid!. ¡Hala a robar peras a otro huerto! El 28 de este mes de mayo de 2016 les toca el baile de San Vito, señorito González. ¡Pito pito gorgorito! ¿Dónde estaba el agujerito? ¡Así así así gana el Madrid! ¿Verdad que tiene ritmo de mambo? ¡Verá usted, señorito González, cómo cantan los del río el próximo día 28! Va a ser una verdadera gozada. Por cierto... ¿sigue usted comiendo gratis en los más lujosos restaurantes madrileños por eso de la fama y tal y tal y tal?  
Ya moderno del todo, con mi flamante nuevo look veinteañero, me tuve que despedir de la del Bilbao y de Mercedes y, para no sentir nostalgia alguna, me alisté al grupo excursionista de Luis ya que se había puesto de moda el amor más poderoso que la muerte: "Él murió a la medianoche, ella a los gallos cantar ella a los gallos cantar; a ella como hija de reyes la entierran en el altar, a él como hijo de condes unos pasos más atrás unos pasos más atrás". Era una risa verles a todos y todas intentando llevar el compás que siempre se descompasaba a los pocos segundos del rasgueo de la guitarra. Filológas, filósofos y universitarios varios. Pero la del Bilbao y Mercedes eran inolvidables; así que yo me apuntaba a un bombardeo de chavalas guapas que aparecían por todas partes y luego desaparecían como por arte de magia. Supongo que era la magia de los veinteañeros y yo tenía los 20 recién cumplidos.  Así que todos y todas vuelta a empezar con el Romance del Conde Olinos: "Madrugaba el Conde Olinos, mañanitas de San Juan, a dar agua a su caballo a las orillas del mar, a las orillas del mar". Y nuevamente el despipote y a partirme de risa cuando el rasgueo de la guitarra no se ajustaba a las voces o las voces no se ajustaban al rasgueo de la guitarra. Al parecer a Luis no le caía demasiado bien que yo no sólo tuviera suerte en el juego (al fútbol me refiero) sino que tuviera todavía mucha más suerte con las chavalas guapas, porque el entrecejo se le fruncía y cada vez le daba más por beber en las clubes nocturnos cuando, al salir la luna se nios unía Carlos en aquel largo peregrinaje por todos los barrios de Madrid. En fin, qiue no todo iba a ser cachondeo, así que en el Banco las más guapas recitaban: "Nunca hubo caballero de damas tan bien servido", del Romance de Lanzarote para ser más exactos. Y Luis cada vez más cabreado y Carlos cada vez más en su posición de no enterarse de nada.
En 1976 mi vida profesional ya iba sobre ruedas. Me encontraba en pleno desarrollo como periodista en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. No había ninguna clase de problemas y, además, acababa de formar un equipo de fútbol sala con el nombre, precisamente, de "Ciencias de la Información". Y nos inscribimos en el Trofeo As para Aficionados. Allí me volví a encontrar con el señor Rueda para decirle que era yo. Que era el mismo líder juvenil que había derrotado siempre a su "Estrella Olímpica" en las canchas del fútbol de once. El mismo que fue líder de aquel "Estrella Olímpica" pero que, debido a su terquedad por querer fragmentarnos, me convertí en líder del "Deportivo Olímpico" para que no me olvidara ni tan siquiera un momento. Y después de aquello, inscrito ya el "Ciencias de la Información", me olvidé del pasado... En el presentes éramos solamente 5: Juan Manuel, Fernando, Bonifacio, tal vez Roberto (tengo dudas sobre quién era el portero del equipo pero digamos que Roberto) y yo. La camiseta la había elegido Juan Manuel entres las más raras que se encontraban en el Rastro madrileño. Era rara hasta más no poder. Rayas verticales azules, rojas y amarillas. El pantalón era azul. Con aquella indumentaria que se podía observar bien hasta la distancia de varios kilómetros a la redonda, parecíamos un equipo de latinoamericanos. Quizás ecuatorianos o tal vez hasta brasileños. El problema no consistía en cuáles eran nuestros colores deportivos. El problema consistía en que Juan Manuel era muy de izquierdas, Fernando era muy de derechas, Bonifacio era muy de centros, Roberto (si es que Roberto era nuestro portero) estaba en la inopia en cuanto a ideologías político sociales, y yo bastante trabajo tenía con ser líder autónomo e independiente y poder organizar como Dios mandaba todo aquel puzzle de creencias que, para mí, no tenían significado alguno. Tenía dirigir al equipo desde dentro de la cancha de fútbol sala. Ese era el verdadero problema. El de la cancha de fútbol sala.  Llegamos a jugar hasta 3 partidos de la Competición pero no teníamos cancha propia ni dinero suficiente como para estar pagando todas las semanas el costo de canchas de fútbol sala que nos salían más caras que las caras que les eschábamos nosotros para usar canchas ajenas sin pagar ni un sólo céntimo. La cuestión se empeoró cuando nos descubrieron. Había que encontrar una cancha para el equipo y Juan Manuel y Fernando casi se lian a hostias entre ellos por esta cuestión. En cuanto a lo deportivo estábamos ya comenzando a funcionar. Tenían que darme más tiempo para poder organizarlo todo pero me faltó tiempo porque el equipo se disolvió por culpa de las peleas continuas entre Juan Manuel y Fernando, el quemeimportismo de Bonifacio y la inopia de Roberto (si es que era Roberto nuestro portero). Ante aquel panorama lo mejor era decir "voilá" y volar hacia otros destinos.  No era cierto que aquella camiseta tan "rara avis" fuese gafe. Bonifacio y yo la utilizamos algunas veces en nuestros partidos de la Casa de Campo (cuando lo del récord de dos temporadas completas ganando todos los partidos) y no rompieron la racha. Aquellas camisetas no eran gafes. Lo que era gafe era jugar con aquel barullo de ideologías que a nada bueno conducían.  Por lo demás, mi vida iba sobre ruedas. A mi dedicación continua para ser un excelente profesional del Periodismo, se unía que como periodista y, además, escritor por excelencia, ya estaba yo funcionando a toda marcha con lo del boletín "Salud" (de los Autónomos Independientes ante el cabreo monumental de los anarquistas por haberles quitado el título) y las revistas culturales "Tándem", "Cigarras y Saltamontes", "Atalaya" y "Aquellos tebeos nuestros" que fueron apareciendo paulatina y consecutivamente a partir de aquel año de 1976 después de Jesucristo. La vida sobre ruedas y un tren de vida "chachi" de verdad. O sea, que eso de que yo estaba sufriendo por culpa de Magro, Pérez, Moreno y otro largo etcétera de indeseables no era cierto. En Cartonera me lo pasaba guay y yo sólo soñaba con Paraguay, Uruguay, Bombay y, sobre todo, Azuay. Y es que mi Princesa ya estaba presente en el ecuador de todos mis sentidos. 
Cuando la vida es cuento es cuando más felices somos. Huimos de una realidad frustrante y nos introducimos en una realidad soñada. Dividamos la vida en Cuento 1 y Cuento 2. Observen lo que dicen los académicos mientras se pasan sus vidas echando cuento mientras reposan sus siestas en los mullidos butacones de la Real Academia de la Lengua después de haberse tocado todo el santo día la andorga (alguno que otro tocando la gaita dicho sea de paso), y todos ellos habiendo desayunado café con huevos estrellados acompañado de pelotas a la vinagreta.   Cuento 1 Narración breve de ficción. Relato, generalmente indiscreto, de un suceso. Relación, de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura invención. El cuento de los años. Embuste, engaño. Tener mucho cuento. Vivir del cuento. Chisme o enredo que se cuenta a una persona para ponerla mal con otra. Quimera, desazón. Ana tiene cuentos con María. Millón Cuento 2 Regatón o contera de la pica, la lanza, el bastón, etcétera.Pie derecho o puntal que se pone para sostener algo. Parte exterior por donde se dobla el ala de las aves. En realidad todos somos unos cuenta cuentos de nuestras vidas propias que trasladamos a las vidas ajenas en un ejercicio de saludable desarrollo de la imaginación. Cuentos para poder vivir desarraigados de una realidad que, además de triste, es más falsa que un judas iscariote vestido de santo.  ¿Son nuestras vidas cuentos pasajeros que se quedan, después, en el olvido de las gentes? Lo importante no es preguntarse eso. Lo más esencial de nuestros cuentos vitales, los que nos dan existencia propia, es precisamente que con ellos, y gracias a ellos, podemos ir por la vida mostrando la verdadera faceta de nuestras personalidades: lo que los demás ven y creen acerca de nosotros siempre que nosotros seamos quienes hacen que nos vean y nos crean a la manera del cuento que estamos narrando. ¿No es la vida una narración continua? Sí. La vida es una narración continua así que es totalmente lícito ir contando cuentos a los demás para que nos crean. Y si después de todo ello no nos creen la culpa ya no es nuestra sino de que no nos han sabido escuchar y por eso no nos saben interpretar. Interpretemos, pues, nuestros propios cuentos que ya se encargará el tiempo de decidir si hemos convencido a alguien o no hemos convencido a nadie. Y es que, cuando contamos cuentos, lo importante no es convencer o no convencer sino quedarnos a gusto con nosotros mismos. No es egolatría ni tampoco es querer ir por la vida haciéndonos los importantes. En realidad sólo es convertirnos en héroes de las hazañas que nos rodean diariamente y que tenemos que vivirlas y resolverlas sin posibilidad alguna de escape. Así que como tenemos la obligación de salir adelante, le echamos cuento a nuestras existencias y pasamos a ser algo para alguien, aunque sólo sea para la persona que más te ama. Y eso sí que vale la pena. Porque los demás ni tan siquiera nos interesan mucho más allá de lo que nos quieran interpretar. Si nos cree la persona que amamos todas las demás gentes no existen.  
Una, dos, yo, cuatro y cinco. Esta es la secuencia: Cuenca-Cuenca-Badajoz-Cuenca-Madrid. Efectivamente, soy el hijo sanduche y por eso cuando "Gimi" se lanzó a la maquiavélica labor de destruir a la familia con lo de "Divide y vencerás", yo tenía la personalidad de un hijo sanduche y no formé parte de sus maquinaciones. Para mí siempre era más importante la unidad de la familia y lo sigue siendo. Así que le devolví su mísero billete de 100 pesetas y seguí teniendo tanta autonomía propia que jamás iba a aceptar ningún chantaje. Nunca me he arrepentido jamás de que, por ser noble y quedarme dentro de la familia, ni "Califa" ni "Fantini" me reconociesen todo lo que yo hice por ellos y se plegaran a las ambiciones de "Gimi" siguiéndole como corderitos cuando se estaba portando como un lobo. Por eso se los comió mientras yo seguí adelante con mi autonomía, mi independencia y, sobre todo, mi propia liberación. Soy "Diesel", el hijo sanduche, y lo he tenido que manifestar en infinidad de ocasiones. 
Fue en la fase llamada "punto de melero" cuando la empleada de turrones "La Piponenca", Dulce Clara de Huevo y Almendrales, más conocida por todos los compañeros y compañeras de trabajo como "La Chuponera", se encontró con una mano humana en la larga serie de productos que desfilaban para ser facturados con la correspondiente etiqueta de "El Bobo". Dulce Clara de Huevo y Almendrales, que tenía exuberancia de todo excepto de inteligencia, que la tenía más bien cortita pues no era muy despierta de entendederas la todavía jovencita "Chuponera", permitió que siguiera su curso hasta llegar el "boixet" que la dejó completamente amazacotada y lista para el embalaje.   - ¡Hola "Chuponera"! ¿No habrás visto una mano humana por aquí durante toda la mañana? - ¡No sea usted tan gracioso, capataz Isaac Lopes Bermudo!   - ¿Es que es gracioso encontrarse con una mano humana cortada de cuajo? "La Chuponera" seguía intentando hacerse la desentendida para evitar ser expulsada de su puesto de trabajo mientras la mano ya estaba dentro de su correspondiente caja de cartón de la marca "El Bobo". - ¡Tienes usted menos gracia contando chistes, don Isaac, que un torero intentando ligar con una feminista! Aquello no le gustó nada al siempre sonriente Isaac... - ¿Tú vienes a darme a mí lecciones de comunicación social cuando todos sabemos lo mucho que chupas? Por esas cosas que sólo sabe Dios por qué se producen, "La Chuponera" soltó una bofetada con su diestra que estalló como un trueno en la mejilla siniestra del no menos siniestro Isaac Lopes Bermudo.  - ¡Supongo que ya sabe usted lo que es una mano que se pierde y que, de repente, sin saberse muy bien por qué, se encuentra uno en el lugar menos deseado! Al capataz Isaac Lopes Bermudo se le saltaban las lágrimas... - "Chuponera"... no te quise ofender... pero esa mano...  - ¿Qué sucede con esa mano? - Que me pertenecía a mí.  Y el capataz Isaac Lopes Bermudo, mostrando su muñón izquierdo, rompió a lllorar como una magdalena... - Supongo que alguien la encontrará... Al capataz Isaac Lopes Bermudo se le pasó el agobio...  - ¿Y tú crees que la podré recuperar? - Me apuesto con usted un billete de a veinte de que usted se la encuentra el día menos pensado. - Sí. Eso espero. Pero ya no será como antes.  - Por supuesto que no será como antes; pero no deje usted de buscar. Estoy seguro de que el cliente que se la vaya a comer se lo piense mucho antes de hacerlo y nos haga una llamada a Reclamaciones Generales. El capataz Isaac Lopes Bermudo se convulsionó producto del terror...  - ¿Generales? ¿Has dicho Generales? ¡Menudo futuro me espera si la mano facturada llega a caer en el pedido que todos los años nos hace el Círculo Recreativo Militar Juan Carlos I de Valencia! - ¿Tan republicano es usted, don Isaac? Al capataz Isaac Lopes Bermudo se le empalideció el rostro. - ¡Baja la voz, por favor, "Chuponera"! ¡Me puede costar un ojo de la cara! - ¡Si quiere usted que yo baje la voz sea usted más humilde y llámeme señora Dulce! Al capataz Isaac Lopes Bermudo le dio un ataque de risa. - ¡Jajajajaja! - ¿No me considera usted dulce o no ha probado usted nunca un dulce como yo? Al capataz Isaac Lopes Bermudo se le cortó la risa de cuajo.  - ¡De cuajo! ¡De cuajo he perdido la mano! - ¿Dónde meteria usted la siniestra, don Isaac? - Esto... recuerdo... si no me equivoco... aunque ya me falla la memoria... que estaba yo... esto... sí... estoy casi seguro... haciendo el recuento de las almendras... y metiendo mano... - ¡Cuando llegó y le pilló su esposa! - ¡Baje la voz, señora Dulce, por favor! - Esto ya va mejor; así que no se preocupe usted tanto porque la mano facturada volverá a su lugar de origen. - ¿Y cómo puede usted estar tan segura de ello? - Segura del todo no estoy... pero me da usted tanta pena... Efectivamente, la mano facturada no entró en el pedido anual del Casino Recreativo Militar Juan Carlos I de Valencia sino que la encontró un mendigo que se dio un verdadero festín con ella bajo el puente de hierro de Molina de Segura y devolvió todos los huesos, ya mondados por completo, en un paquete dirigido a la empresa de turrones "La Piponenca".  - ¿Ve usted cómo ha vuelto a aparecer la mano facturada, señor Lopes? Bastante más menguada pero ha vuelto. Me debe usted veinte euros. Isaac Lopes Bermudo, capataz de "La Piponenca", recogió el paquete y marchó camino del camposanto para enterrar aquellos huesos como si fueran los de un santo después de pagar, religiosamente, con un billete de veinte euros la labor mediadora de Dulce Clara de Huevo y Almendrales.   
A lo largo y ancho de todas mis experiencias como maestro y educador no he conocido jamás a un alumno más anti empático que Mateo. Quizás porque la naturaleza no le hubiese dado un físico atlético o una agradable presencia que hacía que las chavalas no se acercaran a él, era tan cerrado en su circuito comunicativo que rozaba lo que llamamos autismo. no. No era autista pero era lo más parecido a un autista. Siempre gruñendo contra todo y contra todos, era uno de esos alumnos que jamás hacía caso a las enseñanzas de nadie como si los maestros fuésemos los culpables de lo poco agraciado que era. Sin embargo yo confié en  él.  Todos me decían que era imposible. Que Mateo iba a fracasar como representante de El Sauce en la Competición de Ortografía de la ciudad de Quito. Nadie confiaba en él y él mismo se negaba a ser el representante del colegio pero yo no me di por vencido y conseguí que aceptara, aunque fuese en contra de su voluntad, mi decisión de que fuese él el que lo hiciera. Todos me dijeron que yo estaba loco y que el fracaso era tan evidente que resultaba normal que quedara el último. Me insinuaron que eligiera a otro o a otra como participante de El Sauce en una competición a la que acudían todos los mejores colegios de Quito. Sin embargo seguí confiando en él.  En el viaje de ida, Mateo ni tan siquiera me dirigió la palabra. Cerrado en su mutismo y su incomunicación interpersonal, yo respeté su silencio pero le advertí que había apostado por él en contra de todo el resto de los profesores y las profesoras y que si me dejaba en mal lugar ya me ocuparía yo de hacerle entender, de otra manera más contundente, lo que es la vida cuando tenemos ganas de vivirla y que si él no tenía ninguna gana de hacerlo que se marchara a otro lugar con sus desagravios, sus desplantes y su mala educación. Se quedó como mudo. Se quedó callado. Sabía que yo llevaba razón y que no iba a permitirle ni uno más de sus desprecios porque él era todavía un mierda, como le hice saber, y que yo ya era profesor con carrera universitaria terminada. Así que como le hice saber la enorme diferencia que había entre él y yo, o entraba por el aro o se pudría en medio de sus ignorancias. Se quedó más suave que un guante y dejó de gruñir. No le dije nada más.  Cierto es que, por un pequeño fallo en una de las pruebas, no consiguió el triunfo en el Concurso de Ortografía cuando ya tenía la victoria en sus manos. Pero logró ser elegido como el tercero de todos los participantes y el tercer lugar le daba la oportunidad de ser elegido como uno más de los vencedores, que El Sauce sonase a la hora de la verdad, y que el premio de un lote de libros le nombraba destacado. Me pidió perdón por su pequeño fallo que le quitó la victoria en el último momento pero yo no le dije nada, sólo miré el lote de libros que había ganado como premio y le indiqué que podía irse a su casa a descansar y a instruírse un poco en lugar de despreciar tanto a todos sus compañeros y, sobre todos, a sus profesores y profesora. Yo volví al Colegio El Sacue e hice conocer la noticia ante la incredulidad de todos los demás. Por eso al día siguiente Mateo fue felicitado por todos y por todas mientras yo guardé silencio y empecé a preparar el equipaje porque me iba ya de El Sauce. Había conseguido lo imposible y ya no tenía nada más que hacer allí.  Si Mateo me lo agradeció o no me lo agradeció ni me importó en aquel entonces ni me sigue importando ahora que ya habrá crecido lo suficiente (tanto en lo físico como en lo mental) para saber quién era yo y quién era él; para saber lo que había conseguido yo y lo que podría conseguir él si seguía mis caminos. No sé nada de Mateo pero lo importante ya lo había logrado. Así que preparé mi equipaje para marcharme de allí sin volver la cara atrás para mirar lo que dejaba. Dejaba una sentencia mía: "Si uno solo de todos vosotros y todas vosotras, tan solo uno o una de todos vosotros y de todas vosotras, se acuerda, cuando sea mayor, de lo que yo hice por él o por ellla siendo maestro, ha merecido la pena estar en estas aulas enseñándoos a ser personas". Y así fue. Me marché sin volver la vista atrás. Si habían aprendido algo que les sirviera para cuando fuesen mayores esa fue la huella que dejé en quien así lo reconociera. El resto no me interesaba para nada.  
La biografía más leída y comentada de todos los tiempos. La historia de una vida extraordinaria. Una vida de escándalo, pasión y sacrificio. Una vida que cambió el mundo para siempre. Juan escribió esta biografía de Jesús de Nazaret hace casi 2.000 años, cuando aún vivían muchos de los que habían conocido a Jesús. Esta biografía forma parte de la Biblia. Juan no es un observador cualquiera. Es uno de los amigos íntimos de Jesús. Su vida cambió radicalmente debido a sus encuentros con Jesús. En este relato sobre la vida de Jesús, Juan hace una afirmación asombrosa. El Jesús de estas páginas no solo es alguien que hace milagros, o un sabio maestro, o un buen amigo. La conclusión a la que llega es aplastante. ¡Jesús es mucho más que una vida interesante! Es La Vida. Podría ser tu vida. Si estás enterado en saberlo lee el Evangelio de Juan del Nuevo Testamento de la Biblia. La decisión es tuya. 
Superado el Ingreso me preparo para iniciar mi meteórica carrera del Bachillerato con deseos de llegar hasta la Universidad. Nada ni nadie me lo va a poder impedir. Es por eso por lo que ahora, a mis 11 años de edad, estudio y consulto libros de texto que no son de Primero sino de Segundo y hasta de Tercero. ¿Puedo con tanta carga de conocimientos? Puedo y lo demuestro día tras día. Yo no soy el genio que todos admiran hasta que se viene abajo, sino el genio que trabaja en las sombras del anonimato. No. De los dos que estamos al frente de la parrilla de salida yo no soy el mayor sino el menor. Soy el menor, pero mientras el mayor va menguando sus energías de manera alarmante yo, al menos, voy creciendo en potencia. Por eso con tan sólo 11 años de edad ya sé quiénes son Guillermo Marconi, Mika Waltari y hasta Helena Rubinstein, que es una de las muchas helenas que voy descubriendo mientras sigo caminando recto hacia lo que en verdad es mi verdadera meta: ser lo que Ella quiere que yo sea para poder casarme con Ella. Ondas radiofónicas, un egipicio llamado Sinuhé y bellezas femeninas. Radio, Literatura, mujeres... Así es cómo yo piendo aunque sólo tengo 11 años de edad nada más. Hay algo que los demás compañeros del aula de Don Florencio desconocen. No saben que yo estoy aprendiendo a pilotar mi propia fórmula 1 mientras ellos sólo saben un poco de la fórmula de la sal; aunque les falte el salero como para poder describirla con gracia. Por eso mis redacciones escolares son un acopio de sonrisas mezclando lo real con lo imaginario. Eso es lo que el mayor no acierta a construir. Y mientras su alcázar se desmorona, yo levanto las torres del castillo. ¿Alcázar o Castillo? Voy a responderlo yo mismo. Desde siempre prefiero al Príncipe Valiente que a Roberto. Vencemos los que tenemos mucho que contar porque, desde lo más remoto de la Historia, en los castillos se cuentan muchas más anécdotas interesantes que en los alcázares del despotismo no ilustrado. Y es que hasta para ser un déspota hay que saberlo aprender.  Así que yo, solamente con estos mis 11 años ligeros, abro mis alas y comienzo a volar por los mundos de las fantasías. He superado el Ingreso en el mes de junio -no he tenido que esperar a septiembre como sucedió con el mayor- y sigo demostrando que tengo diesel suficiente como para llegar hasta la meta de los universitarios en medio de los plácemes, placeres y plasmas literarios. Dibujo sin plastilina y escribo sin plagiar. Me basta y me sobra con mi planificada plataforma de la plata. El oro se lo dejo a quienes sólo saben soñar con acumular materia. Y es que yo, a mis 11 años de edad, ya tengo suficiente espíritu. Plata. Monto en el caballo de El Llanero Solitario y me dirijo hacia el horizonte de las Letras. Sonrió recordando el dominó del tío Eulogio sabiendo que el otro Eulogio es un azulgrana llegado desde el otro lado del mar.
Amiga Verónica Molina Díaz: me pides que, por favor te explique como son mi Extremadura y mi Badajoz, de España. Puedo indicarte que, entre mis numerosos textos publicados en Textale, estoy llevando a cabo los inicios de mi Tesis Doctoral titulada "Voces de Extemadura". Sólo llevo escritos las primeras introducciones y los primeros capítulos de tan excelsa obra; pero si los encuentras y los lees, verás en ellos una gran cantidad de datos de lo que me pides: cómo es Extremadura, cómo son las gentes y las personas de Extremadura, algunas de sus poblaciones (las demás ya irán saliendo a medida que vaya escribiendo la Tesis Doctoral), costumbres extremeñas tanto de la provincia de Badajoz como de la de Cáceres y muchas anécdotas que voy incluyendo como partes fundamentales de esta obra. Ahora mismo estoy embarcado en otros muchos proyectos pero no he olvidado mi Tesis Doctoral. Dentro de pocos meses seguiré con dicha ardua tarea que pienso dar por terminada cuando Dios me lo permita. Pero si lees los capítulos que llevo escritos te puedes hacer ya una primera idea muy interesante sobre mi "patria chica"que es muy grande dentro de mi corazón madrileño. Digamos que Madrid es mi corazón y que Badajoz es mi alma. Un abrazo amistoso, amiga. No olvides nunca ser sincera cuando escribes y verás cómo, siendo sincera, te seguirán surgiendo textos cada vez más interesantes. Que Dios te Bendiga.
Si te dicen que caí un día volveré. Y ya he vuelto. Ya estoy aquí de nuevo, completamente entero y realizado, escribiendo guiones de grandeza. Sí. He sido grande en las Américas y vuelvo para seguir siendo grande en las Europas. Al fin y al cabo todo lo mío es un discurrir desde las fuentes del pasado hasta las riadas del futuro. 2004. Muchos no conocen el porqué y, sin embargo, sí existe un porqué. Se llama "Buscando al amor" y yo he encontrado la respuesta más allá de este Planeta del cual no me interesa nada porque estoy en otro Universo.  El cóndor. Ha pasado ya el cóndor y el tonto del arrabal encontró su verdadera identidad humana; porque en el ecuador de todos nosotros está siempre la última frontera. La próxima vez que viaje en tren seguiré fijándome en todos los detalles -incluida la sed del campesino- para poder elevarlos a su enésima potencia... hasta convertir en cristal todo lo que amo... porque la bohemia me inunda y sigo siendo el mismo bohemio que se marchó diciendo si te dicen que caí un día volveré. 2004. He vuelto y traigo todo un equipaje de historias que agrandan mi leyenda. Esa es la cuestión que se hace necesaria antes de embarcarse en las aventuras de la selva para encontrar a la Princesa de nuestro corazón. ¿Tengo o no tengo rázón? Me basta y me sobra con que Ella esté de acuerdo. El resto del mundo no existe.  Mientras tanto, la carreta sigue su inevitable camino y el juicio de José está en completa plenitud. Suena en el interior de mi conciencia un pasillo: Cuando tú te hayas ido me envolverán las sombras, cuando tú te hayas ido con mi dolor a solas evcocaré este idilio y aquellas azules horas. Cuando tú te hayas ido me envolverán las sombras. En la penumbra vaga de la pequeña alcoba, cuando en aquellas tardes te acariciaba toda, te buscarán mis ojos, te buscará mi boca y sentiré en el aire un olor tibio de rosas. Cuando tú te hayas ido me envolverán las sombras. Amigos para siempre. Eliminadas ya todas las traiciones, amigos para siempre seremos tú y yo, amigos para siempre seremos tú y yo. Más allá del tiempo y las distancia, más acá de la pena y el dolor, amigos para siempe seremos tú y yo, amigos para siempre seremos tu y yo. A lo mejor ahora ya saben de que iba todo esto los de Teleamazonas: allí donde el gordo y opulento argentino vivía chupando del bote de los ecuatorianos mientras seguía abultando su barriga gracias a todo lo que les robaba mientras yo sólo ofrecía mi comedia sin ambicionar nada más que lo justo. Buenas posaderas desarrolló el argentino sentado en el cómodo sillón mientras las secretarias ponían sus piernas sobre la mesa. ¿Y a todo eso lo llamaba calidad? Recojí mis guiones y me volví a España con la victoria de no haber caído en la vulgaridad de la telaraña de sus antojos. Posiblemente es que yo era un verdadero profesional con título universitario inclusive mientras él sólo era un profesional del timo, porque resulta que hasta la noche de los olvidos vale mucho más que más allá del puente o cualquier otra comedia de las de sentarte para verlas mientras te comen el coco. Posiblemente ese tipo ignoraba que yo sabía plasmar en mis guiones las tres bases fuandamentales de todo gran profesional: informar, formar y entretener. Lo sabe muy bien la dama azul de mis pensamientos.   ¡Ay, Guadalupe, si tú supieras! El resto que lo cuente el cuentacuentos de turno. A lo mejor Correa se atreve a hacerlo si es que tiene todavía algo de valor. Yo ya no estoy para dar explicaciones a nadie pero si te dicen que caí un día volveré. El señor del barrio se parte de risa mientras las aventuras de Gilberto Gil reviven en España por ser producto de un español. Me refiero a mí mismo que soy el verdadero autor. Quizás Correa se atreva a contarlo si es que todavía tiene algo de valor. Si te dicen que caí un día volveré. No se preocupen más por mí. Soy un superviviente.      
Quienes formamos el Taller de Literatura del Hogar de Molina de Segura (en Murcia - España), vimos cumplido un hecho real el miércoles día 1 de junio del año 2016 después de Jesucristo. Se ha hecho realidad y, de paso, hemos derrotado al pesimismo de "ver para creer" revirtiendo el sentido de nuestras vidas para convertirlo en "creer para ver". Sí. Hemos creído siempre, durante la elaboración de todos nuestros trabajos, verlos publicados, por constancia, algunos de ellos. El IMAS ha tenido la deferencia de reconocerlo y ha publicado un libro conteniendo una pequeñísima, pero muy representativa, parte de todos ellos. Muchos más han quedado en el material de trabajos que hemos ido realizando pero esta pequeña selección habla de nuestro triunfo, de la gran labor que hemos llevado a cabo con tesón, tenacidad, esfuerzo, constancia y esa especie de isnpiración que nos ha venido acompañando todo el tiempo. ¿Quién dijo no? Era un reto personal unido al reto colectivo. Era un reto de vida y, en esta pequeña muestra, queda perfectamente recogido para siempre y para todas las generaciones futuras que decidan comprobar que dicho reto se ha convertido en una realidad. Uno para todas y todas para uno (valga esta expresión porque soy el único varón de todo el grupo cuyo resto, hasta 20, son mujeres) y como dijo el autor de "Los tres mosqueteros" (el francés Alexander Dumas, padre) así ha sido porque todo el Grupo ha formado una verdadera piña a la hora de hacer el esfuerzo individual aportado al sueño colectivo. Viendo el resultado final del Taller de Literatura hemos comprobado, y pueden verlo quienes deseen hacerlo, que se puede cumplir cualquier sueño (literario en esta ocasión) a cualquier edad que tengamos. No sólo se puede sino que se debe hacer para encontrarnos con nuestros "yo" y convertirlos en un "nosotros" para demostrar que estamos vivos y vivas. Me alegro por todas las chicas que han sido mis compañeras durante el tiempo que he pertenecido a dichoTaller y, de manera muy especial, porque mi Princesa, española de corazón y ecuatoriana de alma, me ha acompañado en esta feliz aventura. Creer para ver -huyendo de las dudas de los muchos "tomases" que andan por este mundo de las realidades- es ya un hecho incontestable. Y, además, Jesucristo ha estado siempre presente y nos ha bendecido en todo momento. Por lo tanto queda demostrado que los milagros existen. Hemos triunfado gracias al Optimismo irrenunciable y a la Fe sin límites: las dos cláusulas fundamentales del Buen Cristianismo.  Es verdad que "La juventud es una enfermedad que se cura con los años" (de George Bernard Shaw), "No es el tiempo el que pasa, pasamos todos nosotros"(Anónimo) y "Siempre tenemos tiempo para decir que somos quienes somos y no quienes quieren decir que somos... y siempre tenemos tiempo para demostrarlo" (de José Orero De Julián "Diesel"). Por eso no nos vamos a olvidar jamás de Marisol y la alegría que nos infundó a todo el Grupo para que pudiésemos cumplir con nuestro Gran Sueño y lográsemos hacerlo Gracias a Dios. Así que le debemos una invitación cordial, amistosa y con todo nuestro cariño. Amén.
1994. Estoy casado y además soy feliz. Hace 10 años crucé el Atlántico y conquisté a mi Princesa. Ahora estoy viviendo en Madrid con ella y con las dos princesitas que he tenido con ella: la primera de 6 años y la segunda de 4. Estoy casado para toda la eternidad y soy eternamente dichoso. La felicidad que tengo, cuando juego con ellas, no la cambio por ningún otro estado del mundo. Llevo 10 años casado y jamás me he arrepentido de ello sino que, por el contrario, cada día de mi matrimonio, junto con mi esposa y mis dos hijas, es un día de felicidad completa. No me falta nada. Tengo sus compañías. Tengo sus presencias en mi vida. Tengo millones de vivencias con ellas y me siento totalmente realizado como hombre. Me falta realizarme como profesional de las Letras y el Periodismo. Pero hasta en eso mi matrimonio me sirve para conseguirlo porque mi Princesa ya me ha señalado un destino: América. No es que yo vaya a conquistar a América sino que voy a conquistar a América porque ya América me ha conquistado antes a mí. Estoy viviendo en el madrileño barrio de El Batán (Calle San Roberto, número 10) y, en medio de mi inmensa felicidad por estar casado, ya he terminado de escribir "Setamor y Bisalma", un cuaderno entero de poesías y estoy pasándolo pipa con la serie "Por esos pueblos del Wayne". Y todo ello sin dejar de comunicarme felizmente con Liliana de los Ánegeles (Lina I) y sin dejar de jugar con Leslie Carolina (Lina II) y Carla Andrea (Lina III). No puedo pedirle más a la vida salvo dejar que Dios siga bendiciendo mi matrimonio; porque estoy casado y además soy feliz.  Y llega la hora de lanzarme a la aventura de conquistar a un Continente (América) que ya antes me tiene conquistado a mí. Tengo que ir preparando el equipaje (millones de sueños por cumplir) mientras oigo, de fondo, a Juanito Valderrama: "¡Adiós mi España querida, dentro de mi alma te llevo "metía". Aunque soy un emigrante jamás en la vida yo podré olvidarte!". Y sin olvidar a mi querida España me aventuro a conquistar a mi querida América. Estoy casado y además soy feliz.
Hoy, viernes 3 de junio del año 2016 después de Jesucristo, todos los socios y simpatizantes del Hogar de Molina de Segura (que somos un mogollón) hemos visto cumplido un lejano sueño que teníamos desde hace ya muchos años atrás. Ha tenido que dimitir el Alcalde para que, su sucesora, haya intermediado para que se cumpliese. ¡Nos han puesto los toldos!. Ya no vamos a tener que achicharar nuestras curtidas pieles por culpa del "Lorenzo" y ahora podemos contar todas nuestras historias en medio del fresquillo. Sentado en los asientos de la Entrada, y pensando en el fresquillo, recuerdo a "Frascuelo", que fue un torero muy importante allá por la segunda década del pasadísimo Siglo XIX español. Quienes sabemos y entendemos de la Fiesta Taurina incluso mucho antes de que hubiésemos nacido, podemos hablar ahora, tomando el fresco del verano ya iniciado, de grandes maestros de la Tauromaquia, uno de los temas favoritos de Jesús González Requena (Madrid, 12 de mayo de 1955) que es un profesor, ensayista y escritor español que ha desarrollado un original y novedoso método de análisis textual conocido como "Teoría y Lectura del Texto" o, simplemente, "Teoría del Texto", incorporando y articulando las aportaciones, aunque reelaborándolas de otra manera, del postestructuralismo, la semiótica, la lingüística, el psicoanálisis y la antropología cultural. González Requena ha demostrado la productividad de dicho método aplicándolo, en numerosas conferencias y cursos a través de una ya larga obra ensayística, en el análisis de todo tipo de textos, especialmente cinematográficos. Es catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad Complutense de Madrid y licenciado en Psicología por esta misma universidad. Pues bien. Hablemos de "Frascuelo" en medio del fresquillo con el que aliviamos nuestros ardores veraniegos bajo los recién estrenados toldos. Salvador Sánchez Povedano, llamado popularmente "Frascuelo", fue un torero español nacido el 23 de diciembre de 1842 en Churriana de la Vega (Granada) y fallecido el 8 de marzo de 1898 en Madrid, por culpa de una pulmonía. Se le considera uno de los mejores estoqueadores de la historia de la tauromaquia. En su infancia se trasladó con su familia a Sádaba (Zaragoza), en donde murió su padre, José Sánchez, y luego, en compañía de su hermano Francisco y su madre, a Madrid, en donde, tras trabajar en el ferrocarril y como colocador de papeles pintados, se formó como torero, tomando la alternativa el 27 de octubre de 1867 de manos de Francisco Arjona Herrerra "Cúchares", con un toro llamado "Señorito". Mantuvo, en lo mejor de su carrera desde 1868 hasta 1889, una famosa rivalidad con Rafael Molina "Lagartijo" comparable a la que antes mantuvieron Pedro Romero y "Costillares" y después "Joselito" y Belmonte. Toreó 1.236 corridas, matando 3.801 toros. Al retirarse del toreo fijó su residencia en Torrelodones, en la Finca "Monte el Gasco" donde todavía puede verse una verja con el hierro de su ganadería. Le unía una gran amistad con la Infanta Isabel "La Chata", quien siempre que pasaba en tren por Torrelodones, ordenaba parar el tren para poder saludarle. Muchos y muy variados son los temas que, a partir de ahora, vamos a poder compartir los hombres y las mujeres del Hogar, a partir del día de hoy para, por las tardes, después de las partidas de dominó y de los naipes, así como de las labores de ganchillo, tomando el fresquillo a la sombra de los toldos coloquiarlos de manera anecdótica y saludable; para que todos los paseantes puedan comprender, una vez más, que estamos tan vivos y tan vivas como ellos y como ellas y que, dicho sea de paso, no sólo no tenemos falta de memoria sino que nuestra memoria es cada vez más proverbial.  Por ejemplo. ¿Quién fue la Infanta Isabel "La Chata". He aquí una breve semblanza de esta Gran Dama que amó tanto a "Frascuelo" sin importarle el "qué dirán las gentes que me vean". Isabel de Borbón y Borbón, conocida como "La Chata" (Madrid, 20 de diciembre de 1851 - París, 23 de abril de 1931) fue infanta de España, princesa de Asturias desde 1851 a 1857 y desde 1874 a 1880 y condesa de Girgenti por matrimonio. La infanta nació el 20 de diciembre de 1851 en el Palacio Real de Madrid como la hija primogénita de la reina Isabel II y Francisco de Asís de Borbón. Al día siguiente, fue bautizada en la Capilla Real del palacio con los nombres de María Isabel Francisca de Asís Cristina Francisca de Paula Dominga de Borbón y Borbón, siendo los padrinos sus abuelos la reina María Cristina y el infante Francisco de Paula de Borbón. Considerada princesa de Asturias desde su nacimiento, solo desde el 24 de marzo de 1852, ostentó el título por concesión de su madre en real decreto. La Cruz de la Victoria, símbolo del Principado de Asturias y de los herederos de la Corona, tampoco le fue conferida en su nacimiento, sino siete años después, en 1857. Este último año, nació su hermano Alfonso, quien pasó a ser el heredero de Isabel II. ¡Nos han puesto los toldos! Estos y otros millones y millones de temas personales, sociales, costumbristas, anecdóticos, históricos... más millones de historias en parte verdaderas y en parte imaginadas... vamos a tener ahora la ocasión de comentarles al fresquillo que nos van a proporcionar los toldos gracias a la nueva Alcaldesa de Molina de Segura. De momento, los primeros y las primeras valientes ya han comenzado a hacerlo. ¡Qué maravillosas charlas vamos a contarnos, y hasta a cantarnos, mientras somos la envidia de todos los peatones que nos van a mirar ya con toda la gran admiración que nos hemos ganado a pulso, aguantando calores "al pie del cañón" para ahora, por fin, convertirnos en artilleros y artilleras. ¡Que Dios haga que acertemos con nuestros cañonazos!. Jejeje. Bajo los toldos del Hogar un compañero cuenta la anécdota del empresario roñoso que,a cambio de haber hecho trabajar como esclavos a sus empleados en la construcción de una nave, les obsequió con una maquinucha para hacer dos cafés; de las cuales este compañero ya había tirado doce a la basura de lo malas que eran. Le echó en cara lo roñoso que era después, sobre todo, de que él le había regalado un lujoso maletín de cuero repujado el día del cumpleaños del roñoso empresario. Todos se han reído mucho y yo espero poder contarle a alguien la anécdota de Carmelo de mi Athletic Club de Bilbao. 
El motorista español Luis Jaime Salom Horrach (nacido el 7 de agosto de 1991 en Palma de Mallorca) tenía solamente 24 años de edad.  Conocido como Luis Salom, fue un piloto de motociclismo de velocidad que corría en Moto2 en el equipo SAG Racing Team desde el año 2014 hasta su fallecimiento. El ex boxeador estadounidense Cassius Marcellus Clay, Jr. (nacido el 17 de enero de 1942 en Louisville) tenía ya 74 años cuando le ha llegado la muerte. Luis murió el pasado día 3 de junio de 2016 durante los entrenamientos del Gran Prix de Montmeló. Cassius murió el pasado día 4 de junio de 2016 vencido por el alzheimer tras luchar contra él durante cuatro décadas. 50 años separaban a ambos. Cuando Luis Salom nació, Cassius Clay ya había dejado de boxear y empezaba a luchar contra su enfermedad. El Destino es ese enigma, con mucho de misterio, que rige y dirige nuestras existencias. Ambos deportistas estuvieron viviendo sus momentos más significativos en "el tren de la alta velocidad". La moto de Luis era una flecha. Los puños de Cassius eran dos relámpagos. El cuerpo de Luis quedó derribado en el suelo junto a su máquina de correr. El cuerpo de Cassius quedó sentado en la silla de ruedas de la que ya no se separaba. Salom avanzaba, año tras año, escalando puestos con el entusiasmo juvenil de alcanzar la cima. Clay ya había bajado de ella. Si yo tuviera que escribir un relato para cada uno de ellos, el de Luis Salom lo titularía "Soñando con el futuro" y el de Cassius Clay llevaría por título "Todo lo que fui". Futuro. Ser o no ser. Existencia buscando un porqué que, al final, se escapa de entre los dedos del afanoso quehacer de lo humanos.  La muerte de Luis Salom ha hecho retroceder mi memoria al 30 de mayo de 1965, cuando escuché por mi radio Feudal, que había muerto, en la pista de Comarruga, el jovencísimo Ramón Torras, quien a sus 21 años de edad ya estaba siendo llamado a alcanzar la gloria de los campeones de motorismo. Le derrotó lo inexplicable. También la muerte de Cassius Clay hace retroceder mi memoria; ahora al 25 de febrero de 1965 que es cuando, a través del "blanco y negro" televisivo se le vio ganar por primera vez un Campeonato Mundial de los pesos pesados, en el  Madison Park Garden de Nueva York, al tumbar en la lona al temible Sonny Liston. Pero el alzheimer es mucho más peligroso como rival y ha podido con el considerado por muchos como el gran campeón de todos los tiempos. Días de gloria deportiva que ya se han terminado pero que quedaron, grabadas para siempre, en la memoria de quienes las vimos, en las páginas que escribieron los periodistas, en las voces de quienes las hicieron escuchar y en las imágenes de esa cajita mágica llamada televisor. Todos tenemos momentos de gloria hacia el Destino. Luis Salom y Cassius Clay se marcharon de la vida camino del Cielo. Luis derrapando por las pistas de las nebulosas más o menos visibles. Cassius lanzando directos a las mandíbulas del espacio etérero. 24 y 74 años que ahora han acortado sus distancias para unirse en un solo tiempo, una sola dimensión, un solo momento en la existencia humana. Vivir es una aventura. Que Dios haya recogido la aventura de Luis y la aventura de Cassius y les tenga ya en la Gloria. Eso es lo que dice mi corazón. Otra cosa es lo que Dios crea que es justo.
Cuando salí de Cima, cambió mi vida y dejé un amor. Cuando salí de Cima, latió deprisa mi corazón.  El día en que llegó la hora de tener que abandonar Cima, yo sabía que dejaba atrás un amor. No fue fácil para mí decir adiós a todos los "corazones pequeñitos" de aquellas mis chavalas que, tan cuidadosamente, había ido seleccionando. Dejaba atrás a las mejores y me adentraba en un nuevo territorio por conquistar. Dejaba un amor y unas cuantas docenas de posibilidades amorosas que guardaba dentro de mi corazón. Recuerdo que cuando dije adiós a Cima, mi corazón latía más deprisa que nunca hasta entonces. Dejar atrás un amor y docenas de posibilidades amorosas, de entre todas aquellas chavalas tan cuidadosamente seleccionadas, era mucho más difícil que vencer por 14-0 al Numancia; pero había que seguir adelante aunque mi corazón estuviese partido en mil pedazos por dentro. Por fuera no se notaba nada. Parecía como que no me importaba despedirme de todas ellas pero, en el silencio de aquella noche, estuve sufriendo más de lo que se pudiese imaginar cualquier observador imparcial. ¡Un amor y docenas de posibilidades amorosas! ¡Casi nada! Así que la procesión iba por dentro. Gimi, el más difícil de mis rivales, no había conseguido ni la décima parte de las que había conquistado yo. Por cada una de sus seguidoras, más o menos del montón, yo dejaba diez enamoradas de las seleccionadas como sobresalientes y matrículas de honor durante aquellos meses en que duró esta aventura. Así que el paso de Gimi por Cima fue olvidado rápidamente por las chavalas, mas yo había dejado ya una profunda huella en todas ellas. Y eso sin tener que esforzarme casi nada. Me bastó y me sobró con aplicar el efecto de mis sonrisas mientras él se mostraba como el duro de la academia con el rostro siempre crispado e impenetrable. Él había sido "El Rey de Bastos", pero yo había sido "El As de Espadas". Así que le derroté por la enorme ventaja de 11-4 y mientras él sólo era citado, de vez en cuando, como una mera referencia, yo había pasado ya a ser toda una Historia completa.
España entera atraviesa una más que penosa crisis política. Los políticos españoles, en general y en cuanto a ambos géneros masculino y femenino se refiere, han descendido tanto en su reputación personal que ya casi nadie se los toma en serio. Así que vamos a tener que cambiar, radicalmente, muchas cosas en nuestra manera de proceder y ejercer la política. Son demasiado egoístas e inmaduros. Al circo que han creado con sus actuaciones públicas le han crecido los enanos y ya no tienen ninguna clase de gracia si es que alguna vez la tuvieron. Ya casi nadie les cree. Pongo en duda que esto tenga gracia alguna. ¿Tiene alguna posibilidad de salir adelante esta parodia bufa en que se han convertido las actividades de nuestros políticos en España? El espectáculo que nos han estado ofreciendo después de las primeras elecciones generales de este año 2016 ha sido, en verdad, bochornoso y denigrante. Y ahora no nos queda más remedio que volver a acudir a las urnas. Es la primera vez que esto sucede en España después de haber conquistado la Democracia. ¿Se puede confiar en estos personajillos de teatrillos itinerantes que tanta vergüenza nos están haciendo pasar? Esa es la pregunta que todos y todas nos hacemos de cara al próximo día 26 de presente mes de junio. Cuando llegue dicho domingo quizás el circense espectáculo comience a convertirse en una verdadera representación adulta. Quizás. Porque si no es así sólo nos va a faltar regalarle un biberón a cada uno de ellos y a cada una de ellas por ver si comienzan a madurar lo suficiente como para volver a confiar en sus ideas (de las ideologías ya hace muchos años que yo no creo) y, ante todo, poder vislumbrar un futuro mucho mejor si es que se produce el milagro de la transformación de sus personalidades. Lo peor de todo este lamentable y deplorable asunto no es que se hayan estado burlando los unos contra los otros y las unas contra las otras. Lo peor de todo este lamentable y deplorable asunto es que se han estado burlando de todos los españoles y españolas que, ingenuamente creyendo en sus falsas promesas, fueron a votar a las urnas. En mi caso tengo que confesar que ni fui a votar en las elecciones generales (como tampoco fui a votar en las europeas y autonómicas anteriores a las generales) ni voy a ir a votar el próximo día 16 de este presente mes de junio 2016. No me interesa "quemarme" la sangre viendo cómo millones de españoles y de españolas son burlados de esta manera tan cruel por unos politicastros y politicastras que dan prioridad a los principios ideológicos de sus partidos y a los de sus deleznables e interesadas alianzas entre partidos en lugar de atender y solucionar los verdaderos problemas del pueblo español. No creo en ellos ni ellas ni tampoco voy a seguir creyendo en ellos ni ellas mientras no me demuestren lo contrario. Si han decidido "vender sus almas al Diablo" que no cuenten con mi voto jamás. Al menos me queda la satisfacción de que soy coherente con mis ideas morales y mis principios éticos cuando, en lugar de acudir a las urnas a depositar hipócritamente un volo en blanco o un voto en nulo, simplemente no voy a acudir.  ¿Podemos decir sí al futuro? Quizás nos quede esa lejana esperanza pero vamos a tener la urgente necesidad de que Dios nos ayude a todos y todas porque si Dios no nos hecha una mano en estos momentos tan trascendentes y transcendentales de nuestra Historia veo imposible confiar en salir de este callejón en donde nos han metido mintiendo miserablemente al decir que, al final del mismo, había una salida viable. Simplemente estamos en un callejón sin salida y nuestro futuro, si queremos tener futuro, es salir inmediatamente de él y recuperar la senda que no debimos perder nunca. Eso, al menos, es lo que yo deseo. Y mientras espero a que se pueda producir dicho milagro, yo sigo cantando la misma canción: "!Dime niño de quién eres y a quién tú vas a votar! ¡Soy de mi padre y mi madre y por eso voy a pasar! ¡Soy de mi padre y mi madre y por eso voy a pasar! ¡¡Recuerdo con alegría la Transición de mi España y con pena la porquería de esta triste patraña!! ¡¡Recuerdo con alegría la Transición de mi España y con pena la porquería de esta triste patraña!!   
Somos un país abocado desde siempre, a lo largo de toda nuestra Historia, a lo imprevisible, a todo aquello que parece posible y, de repente, se hace improbable. Hemos sido siempre lo grandes héroes y heroínas de la historia humana, pero con la vitola de inocentes, de ingeniosos personajes introducidos en este planeta para aparecer, siempre, como actores y actrices del espectáculo convertido en teatrillo para andar por casa (en bata por supuesto) y, desde allí, desde esa logística española que nadie puede entender cuando se nos observa desde más allá de los Pirineos y desde más allá de Gibraltar, nos convertimos en esta especie de aventureros y aventureras demenciales que nos abrimos paso a empujones, como cuando tenemos que entrar en el vagón del metro o tenemos que aprovechar la ocasión de recibir algún regalo que otro. Hablemos de la acción. ¿Cómo actuamos los españoles en nuestros dramas diarios? Desde que somos capaces de levantarnos por nosotros mismos, después de haber tenido sueños de enormes niveles históricos, nos preparamos para hacerlos realidad. Sabemos que nuestra supervivencia depende de ello. Sabemos que si no conectamos las imágenes soñadas con la realidad interpretativa podemos terminar alcanzando un fracaso colectivo; pero ¿interesa lo colectivo a los españoles? ¿No seremos individuos heroicos cuando nos independizamos  y obtenemos la victoria por el simple hecho de ser españoles? No es eso. No es ninguna de esas circunstancias. Lo que sucede, en España, es que estamos siempre viviendo los imponderables; esas sorpresas continuas que nos hacen naufragar constantemente pero que no pueden evitar que sigamos navegando hasta alcanzar la costa de lo imposible. Marcar el ritmo de nuestra capacidad de asombro es sorprendente. Continuamente se nos vende humo y, continuamente también, lo reconvertimos en castillos en el aire. La prioridad, para los españoles, no es llegar a salvo hasta la costa sino saber que cuando llegamos a ella puede suceder cualquier cosa menos lo lógico. En España (y la Historia lo demuestra una vez tras otra) la lógica no es, precisamente, el puntal básico de nuestras acciones. Por eso cuando los extranjeros inician la ardua tarea de entendernos, llega siempre un momento inefable en que, incapaces de poder seguir analizando, tiran la toalla mientras que nosotros seguimos, en el ring diario, zumbándonos todos contra todos. A eso, sorprendentemente, lo llamamos disciplina. Y es que somos, como dice Manuel Alcántara, demadiado patriotas. Ni repitiendo elecciones generales somos capaces de superarlo.
El cantautor guatemalteco Ricardo Arjona es el autor de una frase que dice así: "El tiempo es cuestión de tiempo, la vida es cuestión de vida. La vida dura un momento, el tiempo toda la vida". Meditemos también sobre lo que llegó a poetizar, en un momento, el escritor peruano José Santos Chocano: "Hace ya diez años que recorro el mundo. ¡He vivido poco! ¡Me he cansado mucho!". Yo he dicho y sigo defendiendo la idea de que "nunca cumplimos años sino que siempre vivimos momentos". Cuando nos enfrentamos al dilema de saber cuánta cantidad de tiempo hemos vivido para decir que somos felices o cuánta cantidad de tiempo hemos vivido para decir que estamos insatisfechos con nuestra existencia nos alejamos de un problema filosófico para adentrarnos en el análisis sociológico de nuestras vivencias. Lo exterior no importa. Lo esencial es nuestro interior. Muchos se quejan de que han estado trabajando casi toda su vida, sin tomar ni tan siquiera tiempo para gozar del ocio, para que, en los tiempos finales de su periplo vital, a pesar de haber amasado una pequeña fortuna de dinero, no haber tenido tiempo de disfrutar de la vida con toda la intensidad que ellos hubieran deseado. Se sienten frustrados cuando descubren que no es el dinero el que produce sensaciones felices sino saber ganar dinero para vivir dichas sensaciones.  Otro pensamiento mío dice así: "Siempre tenemos tiempo para decir que somos quienes somos y no quienes quieren decir que somos, y siempre tenemos tiempo para demostrarlo". Pero tengo que afirmar que para conseguir esto lo importante es saber hasta donde estás dispuesto a sacrificarte para ser feliz. Parece una contradicción, pero sin embargo es una gran veracidad porque me refiero a coordinar tiempo de vida y tiempo para vivir. Y es que no son la misma cosa. Tiempo de vida es una mera cifra matemática que no te produce felicidad alguna en sí misma. Tiempo para vivir es una gran oportunidad para alcanzar la felicidad porque has vivido los momentos que lo componen.  Entramos aquí en un asunto muy controvertido a lo largo de la historia humana: la felicidad. ¿Qué es, en verdad, la felicidad? Yo también afirmo, una vez más, que la felicidad consiste en realizarte estando satisfecho con todo lo que has hecho y lo que haces, además de estar satisfecho con todo lo que no has hecho y no haces. En otras palabras, afirmar que si volvieras a nacer harías las mismas cosas que has hecho y no harías las mismas cosas que no has hecho. Eso es la felicidad. Saber que tu vida  (lo hecho y lo no hecho) te llenó por completo y te sigue llenando. Ciertas personas me critican diciendo que no puedo afirmar tal cosa porque, en algún momento del futuro, alguien me puede echar en cara que yo afirmo tal cuestión. Pues no. En el futuro, en todo el futuro que me queda por vivir, seguiré afirmando lo mismo porque seguiré haciendo las cosas que me sirven para ser feliz y seguiré sin hacer las cosas que voluntariamente siempre he decidido no hacer para seguir siendo feliz. ¿Es esto un simple juego de palabras? No. Es una total convicción. Yo no estoy planteando ninguna duda. Estoy planteando una rotunda afirmación. Por eso mismo, sigo siendo tan feliz como siempre lo he sido. Por eso también es frase mía la que dice: "Para conocer la Felicidad hay que haber conocido antes la Vida". Y resulta que no sólo he conocido la Vida sino que sigo viviendo la Vida.  Sé que es una manera muy personal y original de demostrar que se puede ser feliz y se es feliz cuando alguien se empeña en serlo. Sé que es demostrar a alguna persona (con pocas luces en su intelecto) que nadie es tan importante como para hacernos perder la esperanza de ser felices y de que, a pesar de las personas como él, podemos serlo y lo somos en la realidad. Si le añadimos la fantasía todavía es mejor que mejor. En otro orden de cosas, y dejando esos temas aparte para elevarnos en el pensamiento, hay muchas personas que cuando pasan los años se aferran demasiado al tiempo y empiezan a olvidarse de la felicidad. Yo creo que para ser feliz hay que ser siempre atemporal. Vuelvo a considerar lo que antes afirmé: "Nunca cumplimos años sino que siempre vivimos momentos". Así que salimos del tiempo (años) para estar siempre viviendo (momentos).  ¿Y el tiempo? ¿Qué es el tiempo y qué función cumple en nuestras vidas? Empecemos por analizar otro pensamiento mío: "El tiempo es todo aquello que olvidamos cuando nos dejan sentir". ¿Por qué afirmo esta especie de contradicción? Porque no es una contradicción. Lo explico. No vivimos el tiempo. Lo que vivimos es sentir el tiempo. Y sentir el tiempo, por supuesto, es el cúmulo de nuestras profundas vivencias de las cuales olvidamos lo que los demás nos han querido imponer para nosotros imponer a los demás lo que hemos querido vivir. Tampoco es un juego de palabras. Es la síntesis complementaria de nuestra felicidad propia. Y nuestra felicidad propia pasa por nuestra directa intervención en lo que vivimos sin delegar en terceras personas lo que queremos vivir les guste o no les guste a esas terceras personas. En la felicidad estamos "tú" y "yo" mientras que "ellos" y "ellas" no nos condicionen, nunca ni para nada, esa felicidad que los dos estamos viviendo. Vivir sin condiciones. De eso estoy hablando. Y eso quiere decir hacer lo que queremos hacer y no hacer lo que no queremos hacer. Lo que hagan los demás ni me importa ni me interesa; porque entre lo bueno y lo malo siempre he preferido, prefiero y preferiré hacer lo bueno. Por eso no acepto un tiempo sin ética ni una vida sin moral.
1975-1982. Ese el el periplo completo de mi paso por las aulas en la Facultad de Ciencias de la Información, Rama de Periodismo, en la Universidad Complutense de Madrid. Todavía no sé cómo pude lograrlo sin haber tirado la toalla antes de tiempo como lo hicieron la inmensa mayoría de mis compañeros. Cada año mil combates. Cada año mil razones para permanecer en pie dentro del ring. Cada año mil motivos para no caer. Cada año mil sueños para triunfar. Todo había comenzado en 1955 y ahora, después de 27 años luchando sin cesar, llegaba el triunfo, alcanzaba el éxito, me coronaba como vencedor. Y con mi tíulo de Licenciado para toda la posteridad me fui a celebrarlo en la soledad de los soñadores. Aquella noche mis estrellas lucían mucho más en la oscuridad. Ya tenía el motivo por el cual no iba nunca a dejar de ser el Combatiente de la Felicidad.
Quince años tiene mi amor. Yo ya he cumplido con mi Servicio Militar Obligatorio y me he reincorporado al Banco Hispano Americano, en su Oficina Principal de Madrid, mientras sigo impartiendo lecciones de fútbol en el Campo del Gas. Sigo desarrollando una técnica propia de líder. Sigo desarrollando una táctica propia de líder. Y sigo desarrollando una estrategia propia de líder. Táctica, técnica y estrategia mientras por las noches escucho su palpitar dentro de mi propio corazón. Quince años tiene mi amor. Le gusta tanto bailar el rock. Es una chiquilla tan divina y colosal. Tiene una mirada que nadie puede aguantar. Esa chica no tiene igual y cuando baila es sensacional. Si le doy mi mano ella la acariciará. Si le doy un beso ya sabré lo que es soñar. Ya he dejado atrás a los zapadores ferroviarios y a la Jefatura del general Gordejuela. Agradezco al general Gordejuela que me haya elegido como su escribiente personal. Pero eso es solamente pasado. Ahora tengo que seguir. Y sigo. Quince años tiene mi amor y yo ya estoy planificando viajes para encontrar su existencia. Es más allá del mar. Mientras tanto sigo aumentando mis niveles deportivos y ya me he convertido en atleta. Todo porque quince años tiene mi amor; aunque llegará el día en que tenga que volar hasta Quito para terminar de enamorarla. Pero la tengo ya muy dentro de mí; en lo profundo de mi alma bohemia y sonriente. Es el alma de los extremeños que, aun criados en Madrid, sólo sueñan con América como patria de salvación. Sigo buscando el momento de poder volar para salvarme gracias a Ella. Por eso la llamo Princesa aunque su nombre sea el de Lina porque se llama Liliana.
En los bancos de madera del Paseo de Rosales del pueblo de Molina de Segura, en Murcia (España), ha hecho su vivienda un viejo mendigo español que vive gracias a la caridad de quienes, día tras día, le damos suficientes monedas para que pueda comer lo que quiera o, peor dicho, para que beba todo lo que desee hasta quedar más borracho que una cuba y se ponga a "dormir la mona" en los bancos de madera oliendo a alcohol a varios kilómetros de distancia. Eso, aun siendo digno de rechazo, no es lo peor que sucede con este mendigo.  Lo que es peor es que dicho viejo se dedica, cuando no está borracho, a ser un incorregible racista. Lo he descubierto hace solamente un par de días. Le he visto insultando gravemente a un joven de etnia negra que estaba sentado en un banco de madera cercano a donde se encontraba él. El viego mendigo borracho que, por desgracia es español, soltó en voz alta todo el arsenal que contiene el idioma de nuestro país para insultar a otra persona. Con una dialéctica grosera, vulgar, obscena y hasta apropiada para ser detenido por insultos graves y faltar al honor de otra persona, el mendigo se dio gusto para ponerle de todos los colores al joven negrito que, haciendo de tripas corazón, tuvo que soportar toda aquella lluvia de injurias e improperios sin responder a ninguna de aquellas amenazas.  Visto esto y, aunque siempre me han dado pena y lástima los vagabundos porque siempre he considerado que son seres humanos que, por desgracia, han caído en lo más bajo de la sociedad, ya he decidido que a este en particular nunca más voy a darle ninguna dádiva por mucho que, cuando me ve pasar, no hace más que llamarme señor, hermano, amigo, compañero y toda clase de halagos que, como ya he comprobado, los utiliza para ocultar la verdadera realidad de que se trata de un racista. Espero que pronto deje de usar los bancos de madera del Paseo Rosales de Molina de Aragón para no tener que soportarle por más tiempo. Los demás mendigos no son culpables pero tampoco lo son los jóvenes negritos que han venido a trabajar en son de paz. Nunca más.
En el año de 1958, uno de los equipos más populares de los que jugaban al fútbol en el Campo Campana, entre Doctor Esquerdo y el Barrio de La Elipa, era La Papelera de Madrid. Fueron tiempos de aprendizaje. Muchos domingos, por la mañana, acudíamos los cuatro hermanos varones a ver jugar partidos de fútbol en dicho campo que, por cierto, era arenoso, con alguna que otra desigualdad en el suelo y los policías de seguridad lo rodeaban con cuerdas para que los aficionados no invadieran el terreno de juego y para facilitar la labor de los árbitros y liniéres. Allí, en la claridad de la mañana, veíamos partido tras partido hasta que llegaba la hora de regresar a casa para comer.  Pues bien. Ya he dicho que uno de los más populares equipos de fútbol de la barriada era el de La Papelera de Madrid. Lo formaban empleados de la fábrica papelera y vestían camiseta de color amarillo pálido como referencia del color de cierto papel que se usaba en la elaboración de periódicos y hojas baratas. Quizás aprendí mucho de fútbol viendo jugar a La Pepelera de Madrid y quizás el color de sus camisetas fue la idea que dio origen al color de las camisetas de mi primer equipo con uniforme: el Esparta de San Isidro de Madrid. La diferencia estribaba en que nuestras camisetas eran de un color amarillo mucho más intenso. Volviendo a La Papelera de Madrid, recuerdo perfectamente cuando, para celebrar alguna festividad, en el campo Campana se celebró un partidazo entre La Papelera de Madrid y el club bilbaíno denominado Club Atlético Aranguren que, para más señas, todavía existe y juega en la Primera Regional de Vizcaya. La Papelera saltó al campo con su clásica camiseta de color amarillo pálido, mientras que el Club Atlético Aranguren vestía el mismo uniforme que el Atlético de Bilbao de aquellos años (actual Athletic Club). Todos los espectadores, mientras el de la rifa de la botella de coñac hacía su agosto vendiendo papeletas de la baraja española, vimos un partido super emocionante. El público abarrotaba el espacio reservado para quienes observábamos los lances del juego y la polícía había montado todo un contingente de personal para evitar disturbios, broncas o peleas. Todo acabó con la victoria de La Papelera de Madrid pero en el Acta arbitral los del Club Atlético Aranguren habían dejado por escrito el reclamo de que aquel campo no era digno para ellos, que jamás pensaron que era de arena porque ellos estaban acostumbrados a jugar en césped y que era la última vez que acudirían a jugar otro partido en Madrid a no ser que fuese en campos de juego adecuados. Nos fuimos a casa y siempre he recordado el asunto de los guardametas del Club Atlético Aranguren porque resulta que el titular se lesionó en una jugada algo violenta y tuvo que salir a sustituirle el suplente; un guardameta bajito y medio "tirillas" (el titular era todo un alto atleta), con poca figura de portero, pero que se tiraba a por todos los balones tanto por alto como por bajo y fue imposible meterle ningún gol más al Aranguren. Su gorrita volaba continuamente y estuvo mucho más tiempo en el suelo que sobre su cabeza ante las risas y el cachondeo general de todos los espectadores. Todas estas cosas, además de cómo manejar bien el esférico, las asimilaba yo con tanta rapidez que, de inmediato, ya las ponía en juego durante los partidos celebrados en el patio del recreo del Colegio Lope de Rueda de Madrid, que es donde yo comencé mi gran carrera futbolista demostrando que era un líder completo a pesar de ser solamente un niño. El Club de Fútbol de La Papelera de Madrid ya no existe pero tengo datos concretos de que el Aranguren sigue existiendo. Son los siguientes: Club Atlético Aranguren. Dirección: Mendi Alde, número 6 - 48850 Aranguren, Zalla (Bizkaia) Fundado en 1958 y estadio actual llamado San Juan.     
Ya estamos en 1988 y, después de haber vivido una"ilíada" en la calle madrileña de Pizarro y una "odisea" en la también calle madrileña de Villamanín, por fin hemos encontrado la primera vivienda propia de la familia que formamos, en este año, mi Princesa Liliana, mi Princesita Leslie (que ya ha cumplido los 2 años de edad) y yo. Es en la madrileña calle de San Roberto (en el Barrio de El Batán) y estamos en pleno verano. Leslie, a sus 2 años de edad, ha aprendido ya a partirse de risa cuando pasea conmigo por toda la barriada y cuando, como sucede a menudo, vamos los dos juntos en los vagones del metro. Gracias a Dios que me ha salido no solamente bonita como su madre sino también graciosa como su padre (que soy yo por supuesto aunque no me gusta decirlo por eso de que a algunos les melesten tanto mis sonrisas) que, en este verano del 88, no paro de pensar en el futuro. Tenemos proyectado tener otro hijo o hija (que sea lo que Dios quiera) pero para el año de 1990. Mientras llega esa fecha, Leslie y yo (mi Princesa no hace más que sonreír cuando nos ve) nos partimos de risa por todas partes por donde caminamos.  ¡Risas! ¡Risas! ¡Risas! Mi casa de San Roberto, número 10, no sólo está siempre llena de invitadas (preferimos invitadas antes que invitados y no porque yo sea machista sino que es decisión libre y voluntaria de mi Princesa) sino que suenan las risas por las cuatro esquinas del barrio. Todos los vecinos y vecinas se encuentran asustados. Se preguntan qué nos pasa a los dos (me refiero a Leslie y a mí) y si es necesario que acuda algún psicólogo especializado en analizar las reacciones humanas, No se dan cuenta de que resulta que, simplemente, somos felices.
Estamos en 1962 y Emilín y yo hemos montado una "a lo grande". Nada más y nada menos que los Campeonatos Mundiales de Fútbol de Chile pero con chapas. Los equipos participantes son: Alemania Federal, Argentina, Brasil, Bulgaria, Chile, Colombia, Checoslovaquia, España, Hungría, Inglaterra, Italia, México, Suiza, Unión Soviética, Uruguay y Yugoslavia. Hemos recogido todas las chapas -con las letras grabadas (G, J, B y M) en los corchos para saber de quienes son cada una de ellas- y Boni y Maxi se quedan de "mirones". Fue emocionante mientras duró y Gimi quiso probar cómo se le daba eso de hacer crónicas deportivas (de fútbol exactamente) poniendo algo de "sal y pimienta" en las mismas. Pero fracasó en el intento porque se limitaba, únicamente, a brevísimos comentarios con un poco de "chispa" pero faltos de la identidad periodística que luego yo, muy pocos meses después, demostré que sabía interpretarla con mi "Cerros Verdes": el periódico deportivo (no sólo de fútbol sino también de ciclismo y de boxeo) desbancando y haciendo desaparecer los intentos periodísticos de Gimi, Califa y Fantini. Ya era yo un Diesel en potencia y calidad.  Pero volvamos a 1962. Estaba diciendo que Emilín lo intentó pero sus crónicas no tenían verdadero contenido para ser consideradas como tales. Y entonces fue cuando me di cuenta de que sólo eran unos ripios y anotaciones intentando semejarse a las "Glosas Emilianenses" que ya estaba yo aprendiendo a descubrirlas a marchas aceleradas. Tales "glosas" se limitan a ser pequeñas anotaciones al margen de escritos en latín y de manera manuscrita. A eso se limitaban aquellas crónicas "emilianas" que, por más que lo intentaba Gimi, nunca pasaban de ser más que unas simples referencias repletas de simplezas verdaderamente vanas, futiles y sin consistencia periodística alguna. Había que esperar unos cuantos meses más hasta que demostré cómo se debían hacer las crónicas con la aparición de "Cerros Verdes" que, rápìdamente, pasó a ser el órgano oficial de la prensa de nuestras chapas eliminando de raíz, y en forma contundente, a los otros tres intentos periodísticos de Gimi, Califa y Fantini.   

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