• gonza pedro miguel
gonza miguel
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  • País: Argentina
 
Cómo será… ¿Cómo será el mundo cuando yo ya no pueda mirarlo, cuándo ya no pueda escucharte leer Incansable mis versos, cuándo ya no pueda ver brillar el sublime sol de tus ojos, cómo será…? 
Cómo será…
Autor: gonza pedro miguel  399 Lecturas
Este amor que te guardo está madurando   Ella Sin culpa ni disculpa Tan lejos de la dura pena Faenando mis sacrificios Me dejaba un trocito de su mirada   Ahogando una sarta de mis esperanzas Con mis afectos en andrajos Y mis sueños en hilachas Añoraba ese trocito de su mirada   ¿Te das cuenta cómo te extraño? Te sigo encontrando en mis versos Impregnado mi recuerdo La falta que le haces a mi costumbre
Tengo ganas de escribir y no sé de qué, tampoco sé, si tengo derecho a mostrar mí tedio; creería que no. La noche se hace larga con el silencio de esta pluma, que antes era parlera y hoy se revela muda. Como me incomoda esta actividad forzada de empujar la tinta, en esta guerra idiota sin objetivos, este querer decir algo y no saber qué… tan vago,  tan diluido con esa idea que se escapa como inalcanzable; casi como un castigo. Hay que romper el silencio, pensé. Pensarlo era fácil, uno podía pensar mil versos, elegir dos o tres de los mejores, fundirlos en uno, dejarlos caer en papel. Pero todo se quedaba ahí; en los primeros trazos, luego la idea se desvanecía y un trozo de papel casi en blanco se quedaba esperando… La espera se hace larga como ésta   noche. La idea vaporosa por la distancia y la bruma hacen  que en la impaciencia como un naufrago perdido quiera pedir auxilio. Siempre le tuve miedo al silencio. Por los caminos del verso llegué a las partes más íntimas de mí ser, allí donde habita el silencio. El silencio es un cuerpo extraño que perturba en su tranquilidad, es esa cosa amorfa que se interpone entre el papel y la tinta hasta convertirme en un ser vegetativo.
El silencio
Autor: gonza pedro miguel  391 Lecturas
Ella, te obliga a alargar la miraday uno tira un verso de puro gusto,uno sabe que a partir de esto,uno va ha querer un poco más el mundo por esto.
Ella II
Autor: gonza pedro miguel  388 Lecturas
Las aventuras de mi amigo Pedrito (Parte II) Taquitos altos Lo que escuché por ahí bronca me da, para que se guarde  justicia y para sustentar la buena opinión voy a contar algo para contradecir la misma envidia  y murmuración y de paso  conozcan un poco más a mi amigo Pedrito y le den buen lugar, ese que justo se lo merece. Nadie quiere mirar de noche y con luz de vela, aquel resplandor será poco y será engaño, por eso, en el camino de este propósito espero que mi letra abra los ojos y sea luz a los sentidos. En el mundo hay muchos seres que son diferentes,  espíritus que en el río de la vida   nadan contra la corriente, vuelan alto fuera del alcance del común de las personas. En algún sentido mi amigo Pedrito  no entra entre el común, su singularidad  no  está en su aspecto, sino en su capacidad de enamorar, él está siempre por sobre el horizonte femenino pasando por las fronteras de los deseos y los suspiros con tan sólo una mirada, no le tiene miedo a joyería tan fina, así desciende hasta los brazo  de un amor, y a ellas no les queda otra que seguir los caprichos del señor de los suspiros. Así va él, trajinando el mundo. Él  con sus brazos largos para todos los abrazos siempre dice: Mujeres y hombres conviene que haya, si van de la mano; mejor, así se alimentan mutuamente. La comida es para los que tienen hambre, como necesario el placer que surge  de un orgasmo con la diosa que lo inspira.  El amor es como el incienso, necesita sólo una pequeña llama para soltar su perfume. A mí, que me gusta la poesía digo que esto es filosofía en verso. Mi amigo Pedrito, soldado del amor, de tantas victorias y sucesos felices, yo voy a contar una historia y de las más afamadas. Lamentablemente no puedo decir que mi amigo siempre salga bien parado de todos sus encuentros amorosos. En función de su profesión, un día en la fila de un banco, conoció una abogada, señora muy fina, contaba Pedrito,  era alta, delgada, con una figura tallada a mano, perfumada de la cabeza a los pies, de unos cincuenta años, rubia de cabello lacio y largo, pollerita corta, taquitos altos, con tantas virtudes y excelencias juntas pocas veces vistas u oídas, era el buen ejemplo de una diosa. El desafío lo hizo ella,  eligió el combatiente, le clavó la mirada, él sacó la segunda, no es costumbre en Pedrito dejar vacíos para que otros llenen, como de paso y por la posta, le empezó hablar, como siempre, él le ganó de manos los oídos y con ánimo valeroso le sacó no pequeña ventaja, deslumbrando con eso sus ojos, ella quedó rendida ante tanto valor, le propuso seguir  la guerra después del trámite bancario en un bar de la zona, palabra va, palabra viene así se entretuvo la  tarde. Ese día Pedrito se llevó el compromiso de ir al campo del combate cuerpo a cuerpo. Una semana después en un hotel de la zona se realiza el encuentro, mi amigo trajo  el arma cargada, ella cuando llegó bajó del auto con una valija y trajo  las que faltaban. Pedrito pasó adelante con todos los fuegos de artificio, ella siguió al mandato de esos brazos y el llamado de aquellos labios, dejándose la marca en aquellas sábanas entre las crónicas afortunadas de tantas victorias y sucesos felices, la batalla duró hasta que fueron desechadas las fuerzas de mi amigo Pedrito, sin embargo ella parecía intacta, algo extraño para no tan juveniles años. Tres horas fueron necesarias para que mi amigo volviera al combate, ella lo levantó del profundo sueño. Por haber sido pródigo en el amor, le pide la segunda, él con las fuerzas renovadas tiene el caudal con que pagar la deuda, ella cansada del mismo juego le pide que cambie, le dice que esta es la oportunidad de dar un paso más en el supuesto de que la sensualidad tiene varios rostros que hay que descubrir. Es simple -dijo ella- si se acierta en el gusto las  estimamos por buenas y se disfrutan, si se yerra para siempre se niegan. Convencido Pedrito de la oferta, acepta el nuevo juego, ella saca su valija, abre. A simple vista se observa un látigo, ropa de cuero negro, un cinturón con tachas. Lenta y paulatinamente ella se va transformando. Mi amigo sorprendido del cambio se queda atónito, ella lo mira y le dice: Ahora es tu turno, esto se llama inversión de roles  y le da un juego de ropa femenina, una peluca, una remera sexi, un vestidito corto y unas sandalias taco alto, en una cajita habían perfume de mujer y algunas pinturitas para los ojos y los labios Pedrito al principio se niega, ella le ruega, suplica, promete, se enoja, se ablanda, le dice: Si no puedes disfrutar este momento con libertad plena, prefiero tu partida a que te comportes como un menesteroso en la pasión ¡No te brindes como si fueras una limosna! si no puedes querer bien y aun con exceso, será la perdición de este momento particular. Por haberse propuesto como un buen amante pasó adelante con buen ánimo, se dejó pintar los ojos y los labios (todo esto era nuevo para Pedrito) después,  empezó a vestirse, primero la remera, después la pollerita, la peluca,  por último los tacos altos. Ella se queda mirando, cuando él termina de vestirse, la diosa con voz de mando le pide que camine por el lugar hasta encontrar el gusto y el mayor provecho. Él caminaba con el consejo de ella con estilo, con suavidad, como fresca rosa, estaba dando esos pasos cuando en un segundo, de improviso, levantó los brazos, los desparramó por el los aire, dio un giro cayó doblado sobre sí mismo, con las piernas cruzadas, uno de los pies perdió uno de los calzados, el otro quedó atrapado en el pie torcido apuntando hacia arriba, la punta del taco se incrustó unos centímetros en uno de los muslos. Él,  gritó de dolor, sus ojos quedaron blancos, para después perder el conocimiento. Se despertó cuando era llevado en una ambulancia de emergencia, boca abajo, cubierto con una sábana,  todavía estaba su amiga con su ropa de combate, él también traía la remera y la pollerita corta, la peluca la perdió cuando dio el giro brusco, de uno de los tacos altos no se sabe nada, el otro seguía en la nalga.  El médico lo miraba con picardía, el chofer le decía algo al camillero y juntos se reían, su amiga también empezó a reírse; primero tímidamente, y Pedrito, un poco rojo por la pintura de labio, otro poco por la vergüenza  también empezó a reírse, después todos se reían a boca suelta.  
El verbo mejor nacido Fue hace tiempo y no hace mucho en un país  poco conocido un gobernante decidió tener el absoluto control de la palabra, el gobierno de este estado,  poco conocido decía  que, se hablaba mucho y se decía poco y que eso era malo para el pueblo y para la comunicación. Este gobernante tenía un lema que decía: con poco se puede decir mucho. Fue entonces que el gobierno de este estado  poco conocido, decidió intervenir en la producción de la palabra, como primera medida propuso primero: que todos los medios de comunicación, diarios, revistas, emisoras de radio y televisión, todos absolutamente todos debían dar la misma noticia, respetando aun los puntos y las comas, las noticias debían ser, pequeñas, precisas, y debían repetirse por al menos una semana, también se propuso como ley erradicar a los poetas, ellos decían mucho para decir poco, naturalmente; esto que de por si era poco práctico, era algo que iba en contra de los planes del gobierno. Por increíble que parezca estas decisiones fueron aceptadas  por la población, entonces se crearon instituciones de control de la palabra,  que tendrían como virtud crear los límites de los textos, otras de sus funciones sería intervenir para prevenir conflictos futuros, apoyando la construcción y desarrollo de formas sintéticas  de la comunicación, la licencia incluía el poder para intervenir aún  en discusiones particulares. La expansión del control de la palabra produjo una constricción de las ideas. El mecanismo de control del estado permitía así, dirigir el destino de la comunicación. Decían se debe abandonar todo tipo de razonamiento por fuera de lo útil y necesario. Para decirlo en términos de Pichot “ El nuevo orden conservador está en contra de toda transformación de los sentidos del texto, creemos necesario evitar las transformaciones y las mutaciones estructurales y defender así: el sentido único del texto. Si alguien dijo algo, eso que dijo debe ser lo que dijo y no otra cosa”   El poemismo, surge  como movimiento de resistencia y como régimen asociado al sobredimensionamiento de la palabra como una forma de ocupar el lugar central en las distintas formas de interpretaciones textuales, y en oposición a la interpretación unívoca que pregonaba el gobierno. La  década del silencio y la crisis de coyuntura Después de más de una década de supremacía del régimen,  surgen  distintas fuerzas que intentan imprimir un nuevo rumbo a los distintos sentido del texto, para crear una nueva narrativa que tenga en cuenta lo incierto y lo posible, no como un error, sino como parte necesaria  de la riqueza del texto. En acuerdo con el clima de época y  en contra del régimen excluyente, e intervencionista, el nuevo movimiento expresa la doctrina del verbo libre y abierto, en este periodo también surge otro movimiento que pregona “En salvaguarda” del orden existente pero con  intenciones de modificar las practicas vigentes  sin romper abiertamente con el orden dominante La sensación de amenaza en la unicidad del relato hace que El estado como garante del orden vigente, procura justificar su gestión atacando con todos los medios posibles toda divergencia en la unidad de los textos. El triunfo y el liderazgo del nuevo movimiento, (poemismo)  rompe con el  mecanismo de control de la comunicación con nuevos derechos y garantías en oposición a los distintos sentidos diluidos del texto y en contra del estado como garante en la unicidad del relato. El campo de las posibilidades cerradas quedó en el pasado y el futuro de una historia deja de ser único para abrirse como un mundo de posibilidades donde el destino del verso se cumple.
Esos besos caídos Privado del placer de los sentidos, me ofendes con sufrido daño, lo esquivo de tu mirada, desprecio de mi amor herido,           ofensa que por  vos  ha sido. Como lamento esos besos caídos,  llantos que por vos han ido. ¿No te duele mi dolor? ¿No te ablanda mi pena? ¡Quítame el juicio de tu grave condena. Mira lo mucho que te deseo, en lo poco que aquí te escribo, ayudado de esta pobre letra, sostenido por esta corta pluma.
A los amores de buena letra Fue después de la caída en la “guerra fría” que ( fue cuando no nos hablábamos, ni siquiera cruzábamos  miradas)  decidimos hacer públicas nuestras diferencias, esta situación sirvió de pretexto parar volcar sus calumnias más infames sobre la espalda de su vencido. Esto me obligó a irme de refugiado a la casa de un amigo, durante varios meses, como vencido y desterrado ya casi no tenía recursos para moverme y dependía de las contribuciones de amigos y familiares, donde encontraba un eco de simpatías. Un grupo de amigos autodenominados “la liga de la paz”  se organizó para oficiar de mediadores en el conflicto “armado” Una de las primeras medidas fue realizar un encuentro de acercamiento en un bar de la zona. El  grupo reducido e íntimo acudió a la cita, mi postura fue: Esta relación no tiene razón de ser, por lo tanto una alianza es absolutamente imposible. No era de extrañar que también la otra parte estuviera  de acuerdo conmigo, y aceptara el hecho de que, para el desarrollo truncado de esta relación era virtualmente imposible otra oportunidad. Esos esbirros de las pasiones, nos mostraron su sabiduría con insistencia, pero nosotros les enseñamos el sentido de la rebeldía,  a esos sátrapas del amor, les contamos como al principio muchas noches habían muerto en el silencio, después comenzamos con esos gritos combativos, así habíamos matado a muchas caricias inocentes, como esos enojos bandoleros, les contamos al detalle como esas  balas sus  y metrallas habían hecho de nuestra cama un campo de batalla. No estábamos preparados para luchar por nosotros, el amor es una historia de sacrificio y sangre y una  historia del desamor también. La ira y el enojo en su potencia de fuego hicieron su última ofensiva, la protesta airada  fue mucho más violenta y agresiva, mucho más profunda, desde alguna ciénaga del interior salieron los cañones de corto, medio y largo alcance, el combate duró de la noche a la mañana. Pudimos ver como el otro también estaba armado y lo que es capaz el hombre cuando en su pecho carga un arma. (Hoy puedo comprender que un beso bien dado en la frente es una de las grandes manifestaciones pacíficas) Hasta comprender la conclusión inevitable: Nos hemos desarmado en la miseria del oprobio,nos creíamos dueños de la verdad, y creimos  en los sueños, creíamos que en las escaramusas siempre había un ganador sin entender que los contedientes siempre intentan destruir al otro, que hay alevosía, que el fin último de la guerra siempre es: aniquilar al enemigo.   Me despedí con un beso en la frente.
Atrás el remanso, delante la dura pena ¿Qué me queda? El saldo flaco de tus caricias y besos. Tus Miradas pobres, llena de numerosas cautelas, Atrás quedó tu mirada clara, que sabía amar como Dios manda y que ahora sabe odiar sin atenuantes como el diablo quiere.  
Una mujer, el amor y el vino Aunque por dentro lloro, mis manos ociosas juegan con un vaso en extraña devoción, suplicante le ruegan para que haga el pasado remoto. Puesto al alcance de mi suerte y  de mis manos, Baco. Arrojarnos al mismo vaso, con el anhelo desnudo para llegar al descanso fácil, al fin de mis desesperaciones. Me interno en la noche adentro buscando el alba. Entre copa y copa, se mezclan con la luna, el canto, la risa y el llanto. Una mujer, un amor y el vino, ideales para una noche de insomnio. Hacen autentica la melancolía esta llovizna triste como mi alma, aunque el vino me ofrece la risa inservible y vacía…ya  sé, se sufre la risa, pero con el vino se resiste más y mejor, por eso…por eso, no se llora, se ríe en la fe contagiosa del vino. ¡Brindemos! Aunque en mi última confianza estoy lleno de vacío, de ausencia, de deseo y mis sueños sin su dueña; brindemos. Dejemos que la tinta roja del vino borre la melancolía. ¿Y mañana?  ¡El Mañana lo taparemos con más vino!  
Nostalgia de pensar Tus ojos para otro Este relato se va haciendo y yo voy con él. Algunas veces las palabras me parecen inútiles, frágiles, carentes de sentidos, no bastan,  no alcanzan para decir todo el dolor de estas circunstancias  y mostrar  el desarraigo de tus ojos idos,  insobornables para mí.  Mi pecho adicto va comprobando la valides de sus añoranzas, te busco como una forma de crear  un antídoto contra la angustia, contra esa necesidad urgente de decir nosotros…solo  para volver desnudo a mi propio desconcierto, a esta melancolía propensa al pesimismo, que va así  avanzando por el lado malo sobre el recuerdo hostil a mi propia libertad.
Consejos útiles Que el hombre que quiera vivir en la dicha de la razón no mirando los yerros ajenos levante sus ojos al cielo, luz y espejo de los mas altos pensamientos. Bajo la sombra del Altísimo, cualquier justicia que el hombre buscare, sea hecho en la fe de las buenas obras. Que el hombre corto en el entendimiento y quédo en el juicio condena con más rigor las fallas ajenas y  las propias cree que  suelen andar bien vestidas. De lo haber correcto mire abriendo los ojos a la prudencia, al mas gallardo entendimiento, fio que no os desechareis  de este nuestro consejo, que el cielo abrió sus brazos para que plumas estériles se muestren fertíles, haced así hombres rudos de entendimiento, haceros bien para que: Aquel que tasa las obras las halle por bien cumplidas. Es opinión bien entendida que para efeto de dicha correción que el hombre busque el remedio en aquel que lo puede dar, que el sabio no busca en la tierra lo que cielo puede entregar. Guarda este consejo en tu bolsa sin intrincarlo ni oscurecerlos confundiendo lo claro con lo oscuro; que el discreto lo de por hecho y el simple lo tome a cuenta.
consejos
Autor: gonza pedro miguel  366 Lecturas
No puedo abrazar la ausencia.En grado de expectativa,en mi locura de querte no mefaltas nuncá 
Tu recuerdo me defiende, el silencio me condena Corazón muerto: ¡Que agonía de sueños en el silencio! Es agonizar irremediablemente en uno.        
Te entrego mi adiós Te saqué  una sonrisa en esas pequeñas locas vanidades, E Infinitas gracias a la milonga de tu cintura, que es  un festejo.  Imaginé esos ojos, proyectos de promesas Y fuiste un amor breve, pero te recordaré mil veces. Para el pie cansado el camino es largo. Hay que ser fuerte para alcanzar nuestro relato. Ay! Si pudiera cantar como lloran mis versos ¡Ay! Si pudiera reír como esos versos de lengua ardiente.  ¡Ay de mis pasiones! En el fin de mi alegría.              
Oración No es por ostentación de ingenio, pero quisiera que recibieras el consejo que hoy te doy, mira el ánimo con que te lo escribo, que el tiempo urge.  La vida desventurada corre, las mortales navajas de las horas,  destrozan,  y rompen a este cuerpo hecho de barro, el mundo gira y no está en nuestra mano el dar otra vuelta, sería bueno parar un momento, que no es falto de ingenio, doblar las rodillas mirando al cielo, buscando algún virtuoso efecto, que es digno del perdón, el que acuse tal atrevimiento. Toma este consejo, déjalo bajo tu almohada, guárdalo para tu consideración, que nada hay, ni bueno ni malo que no proceda de la mano de Dios. Quizás de nuestro arrepentimiento resulte en gloria.  Señor: Reconozco que he llevado, vuelta la espalda y la vista contraria a tus leyes, y que pesada ofensa he sido. ¡Ho Señor! En esta difícil hora, a tu corrección me allano, tu amparo pido y a tu defensa me encomiendo.  
Oración
Autor: gonza pedro miguel  358 Lecturas
Fuego contra fuego,es la espera y la memoria. Perderme en el torrenteDel vinito dulce y sin querer olvidar‭y como mendrugo de pam‭me hago esponja para el vino, ‭hasta que tenga el alma pura,hasta que olvide todo lo‭ ‬que‭ ‬tengode esta cosecha estancada.Si no desisto; el destino nos hará justicia.Aunque te tenga y notan hallado en tus ojoscreyendo ver el tamaño de mi esperanzami fe salió a la espera en vanos intentos.Al oido sordo lanzo mi queja.Uno siempre quiere pero no.Aunque enciende quema y funden tus ojasos; me invitan al sufrimientoy a veces el futuro, es una noche sola... y uno gasta la urgencia, en llegar al alivio de oir tu voz. 
Salir de uno No saber huir de esta muerte tan maciza. La fiera venganza del tiempo. Supongo que es todo parte de  un mismo ciclo. Quizás después vaya a un digno silencio, cuando cese la súbita inspiración de contestar. Como para aplazar, con cierto anhelo de la vida,   que es más que el hambre y la sed, buscando la tregua perfecta. Mi pluma embriagada de amor besaba la tinta y solo quería Escuchar al poeta acariciando el sentido de oír, Y sus formas de hablarle a la vida. Todo adiós lastima mis sentidos, tal vez, porque presiento se acerca la hora del olvido.
Salir de uno
Autor: gonza pedro miguel  343 Lecturas
Canto por no llorarCanto por no llorar,‭ ‬por todo el amor que me falta y el rencor que me sobra.Miro lo que me ofreces en este jueves de  calendario  y sin vos,‭ ‬Con esta soledad alevosa y tranquila,‭ ‬yo que‭ ‬tenía la tolerancia de un santo‭…‬ ahora‭ ‬ya no hay más‭  ‬paciencia en la espera,‭ ‬sólo espero que el tiempo pase y rápido,‭ ‬y‭  ‬como hace tanto‭… ‬pero tanto que espero; ya sospecho lo peo:‭ ‬que todo el rigor del cielo cae sobre mi pecho y me‭ ‬explotan los celos sobre un campo minado de dudas.‭ Es mejor  para mí, transportarme a los recuerdos de ese primer beso que nos dimos y que cambió todo muestro destino,‭ ‬cuan peligroso son esos besos cuando no los ves venir,‭ ‬porque te roban el alma,‭ ‬el pensamiento y te dejan sin aliento‭… ‬pero ni aun‭  ‬eso me quita el deseo,‭ ‬de volverte a besar hasta quedarme vacio y sin nada,‭ ‬tan sólo con tu mirada.Cuando vos me miraste, yo me aferré a ese dictamen. Quiero que cumplas las promesas que me hicieron tus ojos y regreses con tu pata loca.
Escuché una vez “Señores, quien no pueda defenderse, rompa la timidez y arrójese al mundo, que está para todos por igual”  Estuve pensando en esa idea  y por eso escribo esta singular protesta,  por ser tan mío el dolor y  muy lenta mi agonía, razones tengo para las quejas del agravio. La gente cree que entiende lo que  pasa y la solución que buscan no siempre es la mejor, quiero acusarles en el fracaso corrigiéndoles, tomo como blanco la intención de enseñar y sacar de las tinieblas de la ignorancia y mostrarles el norte que han de seguir. Aclaro que esto lo digo, no sólo por mí, lo hago también por ustedes y  para otros, que como yo,  sufren la misma ignominia, sigan mi ejemplo. Para que no pierdas tu derecho y reclames el respeto que te mereces. Setenta y siete años bien vividos ¿Qué sería mi razón sin esos años de experiencia? Apelando la autoridad que me dan los años digo: Siendo tanta la soberbia de los  jóvenes de hoy, siempre menospreciando a los viejos, idolatrando los cuerpos jóvenes, adorando y adorándose    ponen en  el acento en los más débiles, considerándonos como lo seco y raido, de la sociedad.  Cuando era chico hacía caras y burlas frente al espejo, hoy ya viejo, el espejo de la sociedad se burla de mí mostrando mi decadencia, ellos no se dan cuenta que,  ya antes,  fueron jóvenes los viejos de hoy,  y que pronto…pero muy pronto, ya serán viejos los jóvenes de hoy. No saben, no entienden que el tiempo no se  detiene,  que al hombre,  al faltarle los cimientos de la juventud perdida,  todo es caerse y así nos vamos despidiendo de los sentidos, que tenían tanto más gusto, como la vista, el oído y notifican con sebera sentencia el riñón, el hígado, el corazón, que pesada es la carga, la fuerza poca, los años muchos y no hay fortuna firme que lo sostenga ni puntales que los detengan que todo es caerse y pudrirse.  Si hoy te ves fuerte de brazos, firme de piernas, robusto de cuerpo, con luz y brillo en la razón, te crees tan alto donde no te alcanza la enfermedad, ni te llega la vejez.  Necio ¿Cómo aprendiste esta verdad? ¿Cuál fue el camino de tu razón para pensar esta loca idea? ¿No sabes que tu vida pende de un hilo? El soplo de una enfermedad, un accidente, cualquier cosa puede hacerte trastabillar, si no es hoy será mañana, en esa esquina donde dobla salud y se encuentra con los años viejos. ¿Qué puedo decir de este cuerpo? A lo mejor fuiste lo peor que he conocido o a lo peor fuiste lo peor en envoltura de caramelo, dulce por fuera, carcomido por dentro. Hay que darle un mordisco a esta envoltura, así se rompe esa  mágica envoltura de espejismo virtual, y nos descubre nuestra real naturaleza. Desde la distancia, pareciera que, el ser, bañado por la belleza no tiene alma, que apesta en auto idolatría y con cada movimiento ladra como perra en celo, hay que mirar ese cuerpo marquetinero a la distancia, para ver  como supura idolatría frente al espejo, pensando que nunca será viejo. Pero un día ese maldito espejo, te dejará ver en su reflejo toda la verdad de la mentira.   ¿Qué pido con esto? Un poco de humildad señores… un poco de humanidad.   A  los jóvenes, no digo que no se amen, que no quieran su propio cuerpo,  quererse es una cosa, pero la idolatría es otra cosa, esta pasión desmedida   implica un amor-odio, amor hacia lo joven, odio hacia la vejes.  Está mal vista la vejes, hasta que te das cuenta y llega, por eso quiero más respeto para los viejos, sepan aprovechar estos años de experiencia. Tengan en cuenta que esto  es así,  todos  vamos al mismo lugar,  hasta subirnos en el carro de la despedida. Después ¿Qué nos queda?   Llenar el pozo y henchir la tierra,  quedar parejo “con los buenos”  con los que antes fueron y ya no son. Somos un montón de pluma y la vida con un pequeño soplo nos desparrama. Mientras la juventud,  hinchada de tanto patriotismo,  corporal va por el camino de la mala nota,  muertos de amor por la ley que el deseo pregona y no ven más allá del presente inmediato. Estos jóvenes de hoy creen que la naturaleza puede ser violada, como si pudiera existir otra ley, “!Al pozo señores, al pozo!” ¿Qué creen que hay otro camino? Sólo hay una salida, terminar como abono de esta tierra o ceniza de este suelo.
Ensimismado en el espejo me devuelve mi mirada y descubro el veneno del tiempo,  el desierto, la desnudes plena, la aridez en los pliegos de un cuerpo que ya no reconozco como mío. Mientras miro en la nostalgia hurgando en la memoria pienso: ¿Qué aré con lo que me sobra? Con este cuerpo que está de más, esperando que la vida me borre como a un error. 
Un amor que ya fue   Si te re-cabió, tranquila má,   que mis dardos no son para vos, yo  ya soy inmune a ese arrastre que tenes. Por tu fama a la pasión, y tu infamia al amor,  como mina regalada, desbordando tu desnudes así te alabas y te vendes, derrochando torrentes de perfume, buscando algún virtuoso efecto, alguna mirada de aprecio.   Yo los he visto… esas miradas que caen desnudándote, esas que viajan con el ritmo de una cumbia,  el humo de un cigarro y el aroma de un alcohol. ¿Por qué te sentís re-zarpada si los wachos te miran mal? Si  como amiga de las farras, vas de noche en noche, de mano en mano de boca en boca como una jarra loca.  Yo  de lo malo hice bueno y de lo poco mucho,  de dos hice uno y vos de dos ninguno. Yo ya me rescate,  de tus labios  engañosos, ya no soy coleccionable mi amor.
En un verso indiscreto, casi inaudible, mezclándose entre la rima y la prosa, una metáfora subsistía, tenía la consistencia de un sueño escondido, incoherente y bago. Con las funciones creativas suspendidas, hasta aquí llegué yo con mis manos  huérfanas, truncadas de esperanza en la sequía de mi imaginación.Malditos esos humos que segaron mi pluma, maldito el viento que apagó la llama y me dejó sin rima, esas que llevaba yo ancladas en las ligaduras de mis versos. Yo me invento una ilusión  con la libertad que me queda con que mas y mejor pueda esperar el aliento de la musa que me inspira, ruego para que sea como antes, cayendo copioso entre suspiros que arrancan el alma, hasta encontrar  el verso que se hace sangre y me recorre por doquier, como ese  verso profano, místico y sensual.A la musa que me inspira Ruego para que me mires yle des amparo a mis versos.Recibe mil gracias por el beneficio,Señora del verso grande.Que tu gracia se despliegue en un suspiro yla gloria de un amor pendencierosean de tus deseos muchola base de mi sustento.
A mi musa
Autor: gonza pedro miguel  331 Lecturas
El capital   El capitalismo tiene el trabajo de multiplicar el hombre y el mundo en su red.  En apariencia este objetivo es inofensivo pero nos tira inexorablemente hacia el fondo de un individualismo a ultranza, sobre la base de una felicidad con raíces en el consumo.  El capitalismo trajo la enfermedad y ella misma cree que trae los botiquines llenos de remedios, el juego viene de siglos pasados, primero dejan vacíos para que las cosas nos llenen, sin temor al exceso por culpa de quedarse corto te enseñan a ir por el camino del consumo dejándonos obligados a querer comprarlo todo; siempre el desafío es quien tiene más. Si decir se puede en el campo del consumo está todo el mundo a la mira, te estudian para sacarte el mango fácil, te esperan detrás de las marquesinas para darte el zarpazo, te vencen por el gusto,  te compran por el anhelo hasta dejarnos con un mismo deseo, con un mismo fin: comprar todo. Quién podrá abortar ese embrión que nació desde la cuna con aquel propósito dejándonos, así de necesitados y obligados a comprarlo todo, aun a cuesta de trabajos padecidos. Después que ese curso intensivo publicitario termine con nosotros, liberan el deseo   inclinándose en cada uno hacia donde lo lleve su pasión y antojo ¿Qué se puede hacer si el capital, desde la cuna nos tiene ganado de mano los oídos y los ojos? Las publicidades te venden un personaje que sale a triunfar en la vida haciéndose deudo de un banco, aunque desconocido en el nombre lo verás en la marquesina cubierto por el sol de la victoria, calentando la sangre helada, alentado el espíritu, dando confianza en el crédito, deslumbrando a los que de abajo miran, patrocinado por el banco, con “las ventajas que lleva” dicen: serás un príncipe como este, hijo de la excelencia, señor de la victoria, sólo con una firma serás el dueño de esta tarjeta que cumplirá tu sueño. Como si fuera más que el genio de la lámpara, a esta tarjeta se le pude pedir más de tres deseos. Todo esto ¿para qué? sólo para convertir la vida en accesoria de las cosas. No existe una pedagogía de lo solidario sobre fundamentos reales y posibles, conocemos el término, conocemos sus beneficios, pero el capital te enseña que hay otros valores que aseguran el éxito.   El capital nos tiene  ganado de mano los oídos…De lo que vi, oí o supe, como siempre, el interés está primero. Desde la cuna este principio se reafirma.  Desde entonces, Ellos ya nos dieron  un amor primero, los otros serán de parche. Todo se vende y se compra: Una moral, La cruz, el esmalte que los recubre. Si prestas atención de entrada se ve la contradicción. Se dicen Hijos de la iglesia son y hermanos  de las armas y las letras. Si son tan buenos porqué te gobiernan con la espada.  Como si fuera santo el orador profano con su discurso divino  nos dice: Para que lo busque y lo lean, ellos dicen que puede servir de freno a los malos y de escuela a los buenos. Yo me rio, aunque lo hacen en nombre de la patria celestial,  abortaron  esta idea; ya que no les resultó posible encubrir su malicia. El lobo mostró la cola por debajo de la lana. No hay que fiarse mucho de los oradores por el estilo sacro, nos piden con esfuerzo religioso que marchemos en orden a devoción, con paso ordinario por el valle del consumo hacia el reino de la felicidad donde se comprará la asistencia a precio estimado. El llamado es para todos y todos acudiendo a lo dicho donde serán gobernados en rectitud, armonía y justicia. ¿De qué justicia me hablan? si todo se mercantiliza, incluso la justicia; esto lo abran visto todos: Entre jueces, fiscales y justicia es más justo premiar al que más tiene, y es más justo premiarlo porque es el que puede  pagar más. El sistema es corrupto e individualista porque premia a uno; el que más tiene. El individualismo es la enfermedad de la sociedad. El capital rompió las fronteras geográficas creando un mundo global, pero levantó murallas individuales.   Los que aun no se han dejado corroer, algunos pocos, muy pocos todavía viven pensando en el bien común sin olvidarse de los que vendrán, pero hoy casi todos prefieren vivir solos. Cuando digo que el capital crea un ser individualista, me refiero que da esencia a ese ser que sólo contempla su presente inmediato, quiero decir  que el hombre capitalista en general en sus actos no mira lejos, no tiene en cuenta las generaciones futuras, es un hombre individualista porque piensa única y exclusivamente en él; piensa en uno. Es cierto que hay una tendencia desde el capital a revertir ese producto que emerge como una consecuencia lógica de la mecánica de producción del capital, pero es de difícil resolución, dado que como antes dije: es una consecuencia lógica del sistema. Vemos frases de cliché que rezan: “Cuidemos el agua” pero quién la cuida, para muestra un botón, se siguen contaminando  los ríos, los mares, etc, etc. El capital parece ser un sistema auto-destructivo, porque el fin destruye el medio, es decir, el hombre por ser feliz en su presente inmediato se olvida de los otros hombres y sin consideración destruye el medio ambiente, soporte de las generaciones futuras. Es difícil, casi imposible vivir por fuera del sistema, ¿lo único que nos queda es tratar de minimizar los efectos negativos del sistema? Otra alternativa sería pensar un nuevo sistema, lo difícil es crearlo desde el capital, el problema es modificar las herramientas poderosas que tiene el sistema por las cuales el sistema se sostiene y se reproduce; la escuela, la policía, el ejército, la moneda, los bancos, “la democracia”, los partidos políticos, “la justicia” o mejor dicho el sistema judicial, el monopolio en los medios de comunicación. El sistema tiene unos pocos puntos débiles por donde puede estallar, la escuela puede ser uno de ellos, puede ser un proceso lento, otro puede ser la “democracia” que de inicio a un partido político capaz de crear un nuevo orden social. Difícil pero es una alternativa posible, otro podría ser la caída de la moneda, una crisis económica a escala global puede ser la oportunidad para el cambio. Nosotros por lo pronto vamos a pensar la necesidad del cambio. Pensar la idea es el primer escalón, el más bajo, una vez sembrada la idea hay que esperar que germine.
El capital
Autor: gonza pedro miguel  330 Lecturas
Retrato de una costumbre En mí, una pequeña vida sonaba discreta, informulada; casi inaudible. Mezclándome en el escepticismo y la ignorancia únicamente, subsistía.  Vivía  en un pequeño mundo, sin horizonte, sin un lugar propio. Demorado en los límites del vagabundeo, abandonado al azar, es decir; era un ser de espejismo olvidado. Tenía en la conciencia: un sueño incoherente y vago, casi sin motivo, con la energía neutra. En ese estado en la inocencia, los sentidos se repliegan y se calman, qué otra cosa queda: sin apuros, sin pretensiones. Por esto digo que, ciertos aspectos de lo que podía ser, permanecen escondidos, sepultados  tras una nevisca brumosa, los colores animados del espíritu aparecen borroneados, desconocidos para uno mismo, ignorados de lo que podemos ser, con todas las funciones creativas suspendidas, en declive, hasta aquí llegué; el borde del absurdo. Lo juro. Nunca hubiera podido por mí mismo reducir distancia,   de pura casualidad y a la rastra, casi obligado  llegué a ese espacio virgen para mí. Siempre hay alguien que te empuja hacia la luz, semejante   terremoto es provocado,  por hábito en la incredulidad; yo, dudo de mi fuerza y del supuesto descubrimiento, ya que me resulta imposible imaginarme ese tremendo desplazamiento… a duras penas me imagino, escritor, pintor, escultor… ¿Será posible? no  fue  mérito personal hacerme estas preguntas. Soy un poco de todo aquello que me ha pasado. Un libro que de casualidad cayó en mis manos me involucra con este verbo que tanto me concierne. Una palabra llama a la otra y todas convocan amigarse con la pluma hasta encontrar ese ser ignorado por mí mismo. Volatilizado esa bruma incolora, es mérito personal  la construcción del espíritu donde exhibe su diversidad, y se ponen en alerta máxima los sentidos.  Abierto a la exploración contra ese fondo de inmovilidad general,  sondeo el fondo de mi yo, puedo ver la fuerza que me impulsa, pero… aún así algunas veces dudo, especialmente cuando quiero escribir y no puedo (protestando digo: No se me cae una idea) otras veces como una tormenta corta, repentina, tan fuertes que en pocos minutos cae un aluvión de ideas, en el reverso de ese dorado sol; ese vacío. No puedo entender |el por qué de esos baches. Por lo general mi mano se levanta libre comenzado por comprender el presente infinito del verbo  en la imagen forjada. Como decía un amigo: Aquí estoy yo y mis circunstancias.
Ya sé, No todo es tan así, pero… La sangre se corrompe, los honores fallan, la pasión y la locura abundan. Donde vayas cosecharás puñaladas. Tiesos de pie y mano, nadie te tira una soga. Que todo es pudrirse y caer, que falta todo desde el cimiento, que enflaquece la virtud. No sabes por dónde vendrá el tiro, porque habló mal, o miró de más, porque pasó y no entró; cualquier escusa es  buena, para perder la vida en una esquina.
El amor propio en la esperanza ajena Aprovechemos el tiempo, antes que la vejes nos escombre, antes de que sea tarde para opinar diferente, deja tu agonía de llorar junto a las ruinas, que yo,  desde la carne y los huesos, desde la razón y la locura, desde mi fe más pura: te amaré.
El peso de Dios Yo que pensé : Entre nosotros no habría nunca un adiós, ahora te quiero desde las lágrimas, con el beso que se agrió. Desde la ribera de la ausencia  sin causa, me encuentro con mi realidad desnuda, aquí, vestido de gris, en este hoyo. Cuando tanto agujero  sobra, cuando fue corto el tiempo regalado por la vida, cuando quedaron jóvenes la metas prometidas, cuando un solo adiós no alcanza, cuando el duelo baña mis verso, cuando los miedos Hacen, siento el peso de Dios.
El peso de Dios
Autor: gonza pedro miguel  326 Lecturas
Mía es la mirada Mía es la mirada, para ella las alabanzas, mientras  sufro la agresión que nacen de sus dones   Ella no tenía pena y a mí me la daba, porque mirarla y no tenerla era partirme el alma, ¡Oh! Extraña mujer divina, no más mía que de todos. Sin que, ni para que, sólo mirarla. Tus miradas de dulces  halagos, son los paños con los que me envolvieron, yo los pago de contado con precio de suspiros. Todo el tiempo me pasa por  el pensamiento que estos ojos hallados y elegidos sean sólo para mí.
Billeteras peligrosas En Buenos aires sus calles son rectas y cuadradas, sus esquinas: Triángulos rectángulos, con sus calles paralelas cortadas por rígidos  sextantes,  pero en una esquina de mi barrio, en esta ciudad, esta  ley de la geometría del espacio recto se rompe con algo hermoso y secreto: Esas curvas. Pensé: Tiene que haber algo especial detrás de tantas generosas curvas. A esta altura nadie quiere morir de incertidumbres. Para probar el ser de mis inquietudes; un día me animé y la invite a cenar. No hubiera sido de comentario, pero desde el primer encuentro noté que era diferente. Ya en el Resto Bar yo buscaba condimentar la charla con exóticos ingredientes, pero no se me caía una idea. Nos miramos y al mismo tiempo nos huimos la mirada. Yo traspiraba, no sabía qué hacer con el silencio, esa pausa se hacía insoportable. Fue mi salvación. Se acercó el camarero y   lo primero que ella pidió fue un buen vino tinto Malbec, me miró y me preguntó, -¿O preferís un Torrontés- Para no pasar por un ignorante en cuestiones de vinos,  le dije –Prefiero un tinto, pero que sea Cabernet Sauvigñon El camarero, era un tipo bajo de mirada tranquila y de gesto bondadoso nos entregó la carta de connoiseur, mientras nos decía: Tenemos un vino nacional de la región de Mendoza. Suave, elegante, con gran frescura en el sabor frutal; presenta sus aromas equilibrados de buen Bouquet y es de Gran Reserva, con una crianza de dos años en madera y tres en botella, o bien puede degustar un vino importado de Italia, de la región de Piamonte, este vino piamontes, el Barolo, está elaborado con uvas Nebbiolo, es una variedad característica de la región, que produce vinos de cuerpo medio suave, muy perfumados, que maridan muy bien con las propuestas gastronómicas de la casa, y encuadran mejor con el gusto femenino. Mientras él me explicaba, de pronto me puse a pensar en el precio de esos vinos. “Deben valer una fortuna, especialmente el importado” pero cuando ella me miró y esas curvas me explotaron en los ojos, sin dudarlo pedí el importado.  Él, continuó diciendo: Para cenar recomiendo una de las opciones más apreciadas por el chef como por ejemplo: “Los riñoncitos al vino tinto” o puede degustar otro plato estrella, algo más original: El bife al ajo con un mil hojas de papas.   Después de eso la conversación giró en torno a trivialidades propias y ajenas, nos reímos un poco  de la cocina “Gourmet” del lugar, porque al final decidimos pedir “El bife al ajo” que más allá del pomposo nombre en realidad era un bife con papas fritas; igual estaba rico. El vino, sí que era bueno. Cuando llegó la cuenta, me dijo –Dejá querido, yo pago-. Yo me sentí un poco incómodo, porque no sabía que decir, era la primer cita y no quería incomodarla, ella se dio media vuelta sacó su billetera y a tal punto llegó mi desconcierto que debió ver algo en mi rostro que la invitó a dar una explicación. Empezó diciendo    –Lo que habrían hecho nuestras abuelas o nuestras madres hoy forman parte del limbo de los explícitos, hay que soplar el polvo a esos modelos obsoletos. Yo pienso: Cuando el hombre tiene el poder del dinero, cree que eso le da el derecho a imponer su voluntad al hacerte dependiente de su bolsillo; es obvio que sí uno es económicamente independiente, eso va a ser más difícil, no quiero vivir como otras mujeres que viven frenadas, empequeñecidas a la sombra de un marido. Quiero la libertad en la decisión, no la espera en actitud pasiva de la aprobación. Mientras lo decía yo admiraba  esas ideas, en cuanto no eran vulgares y la miraba a ella como si fuera una divinidad. Con la intensión de atraerla  le dije todo abobado, dando a entender que la pretendida pasión existía a priori: Yo también creo en la libertad de género con base en el equilibrio de las fuerzas. Después de eso, al mes me mudé de mi humilde departamento de Charcas al 900 al Hilton de puerto Madero, abandoné mi viejo Fiat Uno por un Toyota importado que ella me regaló, abandoné el salón de clases y de profesor, pasé a consultor; me fui  a trabajar, con ella  a Mafry Coorp Art, una de las diez empresas con mayor penetración en el mercado local, dejé los verbos y las oraciones para hablar en la jerga académica de las nuevas tendencias  de marketing, mercado digital, telepresencia y  otras yerbas. Era mí jefa y esta situación no parecía anunciar lo que después iría a precipitarse. Con esa herramienta de siembra que son sus ojos, me hicieron caer, dejando de lado ciertas cautelas, bajo la fórmula dominante de sus curvas. Fue bastante sutil como para confundir las fachadas. Yo sentía  que no podía decir nada, me movía entre las apariencias. Desde el principio me sacó ventaja, y ahora no puedo ni podré encontrar una salida a esta falsa prosperidad. Viendo como se aleja mi libertad; y yo cada vez más consciente de esa impostura. Ella y yo somos otra combinación, no la que yo imaginé, atrás quedó esa espontanea coincidencia donde estuvimos juntos en el interés por las mismas causas y las mismas pretensiones de  libertad. El verdadero conflicto está en mí, porque ahora comprendo que soy yo el que siente ahora esa incómoda sensación de dependencia.  
El verso caro a su dueño Desde hace un tiempo anda el viejo destino conmigo torcido y no sé hasta donde la desgracia pueda tirar conmigo. Venía con ganas de escribir y me encontré mal preparado para el alarde de mis versos, con tan poca tinta para tan largo cuento que ni  aún para corto no tenía.  Tal era la derrota, creyendo recibir copioso, me sucedió lo que al mendigo, que habiendo pedido pan le dieron piedra. Si al menos salieran algunos versos mal conjugados, el mal fuera menos ¿Cómo puede ser que algunas plumas revienten por las abundancias con el verso a cuatro manos tanto que  no dejan, ni cielo, ni palmo de tierra donde no escriban? Ahora entiendo bien la diferencia entre el arto y el hambriento, donde la rima falta, no hay verso que llegue, ni metáfora que sobre, ni tinta que dure, ni pluma que bien asista. En el verso herido o muerto va mi letra en medio. Ya pudiera en esta confusión sacar de la necesidad  enseñanza. ¿Por qué el verso no ha de ser libre? ¿No se dijo: donde hay amor hay hechizo?  Y si hay hechizo: ¿No hay magia? El verso ha de ser libre si ha de entregar la potencia  de sus loas al amor, si no irá forzado donde no lo lleve su libre voluntad. Ya quiero romper en alas, quebrar el aire, aunque con eso conozcan los bienes y los males de estas letras, la fuerza y la flaqueza de mi pluma, la gloria y la pena de este amor.
Ella –Por tu insoportable ausencia,  de mi pluma brotan  ríos de tinta, para deshacerse en la sal de mis          lágrimas. Él -Si las lágrimas salen en cualquier momento, no se vale llorar, ellas, como las letras, a veces pierden su contexto. Ella -Una lágrima siempre nos deja con el cuerpo y con el alma a la intemperie,  refleja el más puro de nuestro sentimiento. Él -¿Es siempre así? Te dejo con mis preguntas rotas y mis dudas ciegas. Ella – Filosa tu pluma en la duda, entrando a matar con puño y letra firme. Ay, ay,  es una pena que el peso de una prohibición así, te  impida   llorar a libre demanda. ÉL -Ten cuidado con lo que escribes, te pueden caer como palabras invertidas, como frases sin sentido.         Las mujeres casi sin causa, siempre brotan en un llanto generoso, ya ves como  ahora, esa gota,  se seca y escurre  al mezclarse con la tinta. Ella -Si un día cualquiera, uno de esos que vienen sin haberlos pensado, de los que aparecen sin haberlos llamado, te vienen ganas de llorar ¿Qué harás? Él - Falsos perfectos me parecen las lágrimas, y en el rostro de una mujer, terrible herramienta de la manipulación psicológica. Ella – Eso salió de una cabeza sin corazón o en el peor de los casos el corazón traiciona el uso de la                razón. Desnuda tu mente y deja tu alma escuchar, que mi corazón va  hablar. Piensa en un ser           querido, entrañable, uno de esos al que si no vieras por mucho tiempo te dejara triste… Él - Yo soy de pecho amplio, de brazos largos,  listo para todos los abrazos, pero no para los llantos. Ella – En cambio en mí, estas lagrimas; son ellas,  testigos involuntarios  de mí verdad.  Verás que la piel tiene memoria, ahí queda expresado todo el recuerdo, ese “te extraño de lejos te quiero más cerca” lleno de paciencia estiradas, por eso mis ojos desbordan en  llanto amargo.       El amor o simplemente la amistad, buscan resistir al tiempo, al silencio, a la  ausencia y la distancia.  Las lágrimas  sueltan  mis esperanzas, dueña de mis cadenas, para que veas  tu recuerdo vigente  anidar en mi piel. El llanto se hace carne y en la sangre me recorre por doquier y así te llevo y te guardo, bañado en la nostalgia,  envuelto en suspiros, atravesado por llanto. Él -Esas lagrimas no devuelven un  amor, pero enturbian el alma, escóndete y llora  en soledades. Ella -El poeta es más poeta si puede, sanar sus heridas, crear sus propias respuestas,  regar sus versos con          la última lagrima. Quisiera que lamentáramos juntos  nuestras desgracias y llorando  desahogáramos            nuestro tormento. - Aprende como yo,  ¡llora! Un poco de lágrimas y te  quedará, el alma limpia.   Él -Creo que perdí mi sensibilidad, hoy no siento nada, las debo haber olvidado en las ropas que me cambié o se cayeron cuando me duché, en fin, la anestesia es total, todo me parece gris. En otras letras, en otros versos quizás… 
El llanto
Autor: gonza pedro miguel  320 Lecturas
El vinito y yo Como  luna que rige mis mareos. como sangre sensual que riega mis noches, que eleva mi carácter de pronto altanero. Con tu zumo fabricante de campeones. De pie sobre estos inciertos pisos. Sortario de boca grande, con un beso le doy gracias al vino tinto, hasta dejar el fondo limpio.
el vinito y yo
Autor: gonza pedro miguel  319 Lecturas
¿Quién escruta la letra, quién tienta a un verso? ¿Quién siempre puede trepar por la escalera de los sueños? A mí hoy, se me  amontonan las prórrogas que repican en el silencio, exudan mi desesperanza, hasta volverme ciego, sordo y mudo. En el deseo irrefrenable de escribir robaría ese verso, pero no quiero que alguna letra mía venga mañana a reclamarme a cómo era, tampoco quiero la previsible metáfora, las asociaciones fáciles; quiero el verso iluminado. El pecho de piedra, la mano tiesa; ha enmudecido la pluma hasta el abismo atroz. La luna sin nostalgia, el manantial de tinta se seca, proclama la ruina y el ocaso del brazo y el poder de mi mano. A veces mi ser prójimo es insoportable a veces frágil, otras fuerte entre golpe y golpe hasta que la letra salga y el verso atienda a quién llama, a ese derecho al sueño entre el amor y lo cotidiano, entre lo uno y lo otro, entre ese péndulo que viene y va, entre un amor con historia. Yo que  bajé la luna y la dejé abajo entre lo que puedo y lo que quiero, en una imposible quietud, una  metáfora forma el cerco en torno a mi esperanza. Como me deprime bajarme de un sueño, saberme lejos de mi pluma, un pordiosero de las letras hasta que aparezca ese verso enajenado que ya empieza hacerse piedra, lejanísimo y borroso. Mi ser se empecina en echar las redes para atrapar una idea limpia, pasa una idea fugaz y rápidamente queda a la intemperie, fabulosa, irresistible, entrañable. Una idea que nace a la tinta sangre,  a la carne de papel, a  la gloria del lápiz, hacia una idea virgen que se enciende en el asombro. Cierro el puño y comienza el grito  del verbo que embruja, que arde, pero… a esta idea la acecha una muerte, la muerte de la indiferencia hueca, el pantano donde mueren estos y todos los argumentos turísticos.  Ya sé, si…  ya sé, es tan torpe pensar que existe el verso inmortal, ahora sé que todas mis palabras no nacen con un certificado de existencia. Para mí será una pena que después no existan, pero  estoy seguro seremos más que el horóscopo, quizás un poco menos que un crucigrama, quizás alcance diez o veinte lecturas y después el olvido. Así aprendo el rigor de los números, la pulcritud del tiempo del verso sin tutela. Estoy seguro un amigo me dirá: “Pedro no seas tan duro con tu letra” como un antídoto contra la angustia, pero no puedo tener esa mirada de autocompasión,  de complacencia,  yo siempre me veo limitado en el lenguaje, no quiero esa poesía bajo rótulos previsibles, el verso fácil, como diría mi maestra: Quiero alcanzar la síntesis poética.
El elixir y el cántaro donde mora el verbo poético   Una tensión que no se verbaliza como angustia subraya la monotonía, algo del orden del humor mitiga la desdicha, de esa mirada que impide la autocompasión. El apogeo de un beso de ayer  arde aún sobre mis labios y no alcanza… le pierdo el rastro a esa caricia que solita rema el bote de mis afectos.  Pero no, quiero escribir y no puedo, esa pasión a la distancia que por el amor no basta y el tiempo me quiebran la espalda y una sombra de vulgaridad baña mis versos. Hay que aceptar la verdad para no caer en el verso fácil que bebe de la noche enferma. ¿De qué me sirve la riqueza de un verso  manchada con el sudor de la impotencia, si pone en peligro el alma del poeta? Aunque mis afectos vacilen, aunque parezca un aceptable augurio, aunque de verdad guarde su nombre como un antídoto contra la angustia, ese beso lo quiero y no lo quiero. Su regalo, Lo desecho y lo tiro y al rato lo junto de nuevo. Soy como ese poeta pobre de letras, solo con su hambre, consciente de su miseria, ocultándose del sol, embriagado por la vergüenza, limitado en el lenguaje que lloraba bajo la luna. Heme aquí escondido en escuro rincón en el fondo de este valle buscando comprender el confuso rumor de mis versos. Vago y perdido en el oscuro fondo de las letras atravesando el claustro todo sombrío y medroso. Flotando en el aire el vacio de una idea. En la tragedia oscurecida y embotada en el cansancio, alguna metáfora oscura partió arrastrándose como un verbo de mala  voluntad, castrada en sus bríos. ¿Qué me queda a la falta de convocatoria? Me confiscaron el verso, me quitaron la rima, me borraron la línea. El llanto se mescla con la risa y ablandamos con el vino a ese verso tan odioso, que antes era ajeno, ahora se acerca un poco. El vino embriaga al destino y le presta la audacia a mis versos, habrá que agradecer por la vida, por el triunfo y los laureles, que nos absuelven de la mala letra. Miro la luna, miro mis manos y gusto de contemplarlas al ver en  custodia el verso  frágil.  
Revolución II Es natural a los que siempre algo negocian; la verdad les salga algo adulterada, así se han de vender los principios y este es precio que se ha de poner a la verdad para que así se pueda imprimir y vender; en esto va rubricado y firmado, el mandamiento de dichos señores. Siguiendo el consejo con que antes y primero se venda So pena de incurrir contra las leyes de este reino: Presto, la condena del juez que lo sentencia. Es así como los señores del consejo disponen que el pueblo sepa: Que no es bueno mentar verdades con poderosos. Que no ponga el pobre el pie en la razón, que no descubra su sentido, se levante, luche y grite: ¡Revolución!
Revolución II
Autor: gonza pedro miguel  317 Lecturas
El mañana hoy no está  La tristeza de vivir desdibujado, con este desconsuelo que no es capaz de esconderse, que me acompaña y que comparto, lleno de recuerdos que no encuentran acomodo, con sus esperanzas de regocijo que se mueren en la incertidumbre sin su dueña.
Si enamorarme no me costó nada,  olvidarte me cuesta todo. Es porque me valieron sagrados tus ojos, que al perderlos perdí la paz, perdí la calma` Y peor aún,  perdí mi alma.   Un poeta nace llorando vive soñando muere amando   Iba en pensamiento goloso cuando columbraron mis ojos: Veo que su sonrisa me mira, entre suspiros de esperanzas,  la miro y pienso ¿Me lo dicen a mí? Esos ojos tribunales, azules, mágicos y fatales, me dieron alas y yo, me lancé al aire, dejó una huella y  yo, seguí sus pasos. Fue una mañana de enero. Ella era como yo, un poco libre y le dio algo de crédito a mi alma, de donde yo pudiera cobrar alguna esperanza.   Como en una lectura crítica, para ser pensada de nuevo, su imagen como una idea que merece un repaso, como un libro la releo en mis insomnios, desnuda la sueña mi mirada. Con un pie en la tierra y el otro en el cielo, curioso espío en mi interior para ver si mi esperanza crece. Mis ojos devotos no la soltaban,  oído, gusto, tacto y olfato, tampoco se resignaban. Por la abundancia de sus dones, mis cinco sentidos prendidos a ella quedaron.  Detrás de ella, alas son mis ojos, llenos de contemplados desafíos. Poética obra,  inexpresable como inimaginable, éxito sin precedente de una ilusión romántica. Grabaré en piedra o en bronce los tópicos de su feminidad con versos invocados desde su ser. Sin cargar la conciencia  medí… y me hallé capaz y suficiente  hasta aventurar mi fe…entonces me favorecieron sus ojos: No lo dudé, solté el freno, perdí la rienda, me apoye en mis versos que ya los tenía ciertos y así… tardos y vacilantes sus pasos, me fueron llegando. Estas líneas en blanco no alcanzarán a cubrir los muchos elogios que para ella tengo, una sola de sus miradas  basta para entorpecerme, para quitarme el raciocinio y terminar  embobado y sin sentido. Mi ser que se sabe dominar pierde su cuota de control en su trasatlántica  mirada, en ese momento crítico, cuando me mira, me vuelvo un idiota y ella lo sabe, se da cuenta que me explota por los ojos, en ese preciso instante me brota un deseo y una pasión que nunca es calculada, me nace así, espontáneamente, casi instintivamente y sin buscarlo. Siempre hay una zona equívoca, no sólo en las palabras, también en los gestos y los silencios, y ella sabe pasearse muy bien por esos lindes de lo difuso. Coquetea ella con esas miradas conspiradoras que impiden justificar mis tímidas sospechas, mientras yo, me conformo sólo con mirarla en esta dicha sin pretensiones, para luego tenerla vigente en mis fantasías. La única felicidad que parece posible: El sueño, sueño donde yo recibo en alarde de sinceridad  todos los elogios de su mirada. Ella  funciona como un fijador para mi  pecho, sus ojos, sus manos, su pelo; no  necesito esforzarme para recordarla, soy  un espectador inclaudicable de su belleza.  Yo también ya  quisiera  que  ella  pudiera,  como yo,  retenerme en  la mirada y  que mutuamente con la misma  franqueza  nos recordáramos…pero ella a veces, me mira con una atención  de segunda mano, con una mirada pobre llena de numerosas cautelas, en esa frontera imprecisa de la amistad. Otras veces es  sostenida  su indiferencia,  mientras  me ejecuta  el  éxito de  su tímida crueldad;  casi sin convicción a veces me escucha, con sus respuestas monosilábicas parecería que niega mi existencia, mientras yo, siento el peso de toda su ternura obligada, pero otras veces, con más suerte, siento como brilla sobre mí, el sol de su mirada y veo  como me contempla, como si yo, fuese un espíritu importante, quizás por la poesía, no  sé, quizás se imagina hablando con un poeta, no sé…  dudo, mientras su voz me arrastra y yo, sin poderme resistir, hasta dejarme con la voz temblorosa y quebrada; ella mirándome y yo desesperado, confirmando que cuando ella me mira y me habla, el mundo es un callejón sin salida. Por eso siento que,  cuando me habla, me quedo sin defensa y recubro mi cobardía con gestos forzados de amable cortesía, soñando con esa posibilidad, quizás vana, de que me pueda corresponder  su amor. En un momento así, sólo pensar en su ausencia, me desvela. No le temo a la muerte, si no a una idea de una vida sin verla. Todo mi temor se precipitó el día que me presentó a su novio, se me encharcaron los ojos; yo le dije rojo de vergüenza: Es de felicidad. Mientras pensaba: A ella la fortuna le dio un amor y a mí… a mí sólo la amargura de los celos, junto con esta  bronca,  bronca que en mi mano es la que se levanta y se hace puño y golpea mi pecho. Aquí, en mi mejilla… en esta mejilla ,la despedida; quemándome la mancha roja de sus labios y yo, mirándole a los ojos, queriéndole llegar al alma, preguntándome cómo sobrellevar el mañana. Yo lo intente con mis versos y con la fuerza que mi ingenio prometía, pero virtudes ajenas pudieron más y mostraron el puerto de mis fracasos. Como lamento esos besos caídos privándome del placer de los sentidos, ya me ofenden con sufrido daño  en lo esquivo de su mirada. En un momento así, tanto odio mi suerte, tanto duele mi dolor, tanto quiero mi muerte. Recordando o mejor dicho, intentando olvidar su gracia prescripta, después que de mi destino desapareció,  ruego, suplico; que ni en mis ojos, ni en pecho, que de ella ni la sombra quede, ya  mi pena a su castigo dejo. ¡Qué la espuma refrescante  borre en esta  noche de farra! ¡Qué suba hasta los umbrales del abandono y llegue hasta  los vaivenes en esta tierra firme en borracheras que se pasean por el fuego de su castigo! Primero fue la música,  la risa, el barullo, el bochinche, después el vino tiró para otro lado, filosa la bronca entrando a matar, así nació la tristeza, y el llanto, que el vino no quiso calmar. Merodeando en el habitual laberinto de los abandonos, llenándome de culpas y de pánicos en el cuenco de los desalientos, sin apogeo piden mis brazos algún abrazo, quizás un día  pueda el amor hacer algún  alto en este desaliento, o quizás es falsa esa invitación de la vida hacia la vida. De la nada, hacia a la nada va mi vida con sus grietas en mi cielo y en mi tierra donde mi sol esconde su vergüenza, flotando entre mis miedos. Ahora ya sé que  los sueños incumplidos son pequeñas muertes, las dudas: Sus espantos, los olvidos: Sus asesinos, pero  a veces quisiera olvidar la muerte, recordando en ella un momento de goce, un minuto de gloria, o un día de esperanza en ese paraíso de contemplación purificado. - Mi soledad, un síntoma de su ausencia. A ella, siempre la esperaré, aunque mi espera sea inútil. -Tu  espera será la viva expresión del masoquismo humano, hay cosas más altas que llorar por un amor perdido. -¿Qué puede ser más alto que el amor? -El amor es esa profunda e íntima  comunión entre dos seres, si eso nunca existió o si eso se rompe lo que queda no es amor, aunque sea insoportable no, no es amor, el pasado ya no es tuyo, sólo es tuyo ese barroco nostálgico recuerdo. -Me quedaré  esperando de ella ese tónico abrazo. -¿Esperando…?  la paciencia es tu enemigo, quizás te canses de esperar. -Tanto la esperé y siempre a destiempo, quizás tengas razón, quizás no. - Conformarse a esperar, esperando en la esperanza,  esperanzado en un sueño, ¿Soñando qué…? Deja tu agonía de llorar junto a las ruinas, antes que la vejes nos escombre,  antes de que sea tarde para opinar diferente, si no  ¿qué haremos con este cuerpo que está de más y con lo que nos sobra? - Dicen que:  “El tiempo siempre te acomoda a tu lugar”, y yo no puedo más que esperar. Desde la razón o la locura, desde mi fe más pura, no puedo hacer otra cosa que esperar. - ¿Qué, esperaremos que la vida nos borre como a un error?      Yo creo que la única presencia que puedes abrazar en esa biografía de la nostalgia es su ausencia in vitro en esas fotos guardadas en tu celular.  Si ya  no hay palabras,  si ya están o si ya  fueron todas dichas,  sólo queda este informe de su ausencia. -Pensar que en su mirada era, con esa mirada tan de mi alma, ahora presagio de sombra y abismo de olvido. Yo sé, la espera duele…pero a veces vale la pena. -¿Qué,  tu lengua no se cansa de tanto nombrarla? ¡Eso no es memoria, sino tormento! No mires al pasado que te distrae del presente y no miras el futuro. - Una vez, azules me miraron sus ojos y se mezclaron con el verde de mi esperanza, esperanza que jamás antes tuvieron mis ojos. Despuntadas las flechas que me atravesaron, mortalmente herido de amor, ahora ya no la puedo olvidar.  Qué  puedo hacer si el deseo y la pasión  mueren por manifestarse, me brotan por los ojos, se desprenden por las manos y me explotan  por el pecho. -Si cruzas los límites de la razón, con  el cuerpo despedazado y roto las carnes, dolorosamente ensangrentado del pelo de la cabeza a la planta de los pies, en  agonía que arranca el alma, tanto  que,   entre un difunto y vos no habrá  poca diferencia ¿No abandonarás  la vida en lecho de doloroso duelo? -Amortiguados mis sentidos, quedando mi alma floja y sin fuerza, ¿qué más puedo hacer, sino aferrarme a la esperanza de volverla a ver? -Estás en el lugar equivocado, corriendo detrás de las fortunas que se disipan con la vida y se pierden con la muerte, engañado por la promesa de fortunas verdaderas, así la vida no cuesta nada. -Con mucha librería en los dichos, defiendes la vida,  que muchos la estiman y la tienen por buena, pero es  una verdad mesclada de mil mentiras…sin ella no se vivir. -Como  tu  sombra  no  me puedo negar, te  acompañaré  vagabundo y  sin provecho, representando tu tragedia por los tablados del mundo en el teatro de la vida… pero los recuerdos así, tarde se curan  y  para  siempre duelen,  que lo mejor es  aprender  a vivir con  ese hermoso  recuerdo  mirando  al  futuro. Muchas  mujeres  hay con   espíritu  noble  y titulado,  que si no  la aventajan en hermosura y verdad, otras no se quedan atrás. -Para que me entiendas, imagina. Recogía en ella, las flores de su mirada, tan solo en mera contemplación y con cada pétalo de visión sacramental,  soñaba con los misterios de su voluptuosidad. Cruel aventura fue pensar su mirada sobre la mía, pero cómo evitarlo si de ella brotaban  destellos  deslumbrante de gloria, sueños de inclinaciones ardorosas, tan sólo para entregarme perdido a la razón de sus leyes, hacia donde me arrastraban sus dones. Ya en los lindes de la revelación; me invitaban  a una excursión por los campos de la poesía, para volver a los hechos milagrosos  de su ser. Su pelo, sus ojos, la voluptuosidad de sus curvas, sus piernas entre cruzadas, laberinto de suntuosa complejidad, ahí, cerca pero lejos desgarrando entre el hecho y  el deseo. Tan solo te muestro uno de los modestos tesoros de comprensión  de los innumerables finos matices que revelan su gloria desnuda, que para mí fue terror de adoración de ese asombroso retrato, que establece la tónica a toda mi vida, fijan la clave en sus ojos, y tallan su forma en la vid de mis versos. Yo me pregunto ¿Habrá otra igual? Para olvidarla, no  hay  más  tiempo,  te dejo una gota de mi llanto, esa que al caer no se olvidará de ella.
la espera
Autor: gonza pedro miguel  314 Lecturas
La palabra es la ciencia del hombre Esto se empezó hace mucho y hace tiempo, al comienzo de las edades, siempre como un nuevo comienzo. De los dioses, la razón era regalada al hombre, y así comenzaba una amistad entre hombre, la razón y la palabra. El hombre, ya en su mayorazgo conociendo en su razón vino a descubrir su deseo y el camino por donde cada uno marchaba, al principio tomó la palabra indecisa sobre su pertenencia, y se abrazó vivo a ella, hasta encontrar el buen gobierno y trato. Fue el amor el que le ayudó a descubrir la palabra poética y  lo mucho que le quedaba por andar, lo que en sus penas no encontraba consuelo, sintiéndose vano y miserable. En  La naturaleza del amor que lo sufre  encontró al buen juez, al oyente instruido y al brazo acomodado para tomar la pluma.   La alquimia de la palabra pretende englobarlo todo y trascenderlo, la dimensión del verso es la dimensión de lo posible, la palabra hace vivir la historia.  Y el relato, en la medida que cuenta crea la realidad. Lo oscuro y menos entendido se hace claro y trasparente, el verso todo lo confiesa; esto es el estatuto del verbo poético. Como en el regalo, un día y de milagro se dejó ver en el silencio del asombro  su naturaleza  pura  y simple, sólo para darme cuenta cómo en mi propia ignorancia se conoce y se sabe, no digo ya para conocer los misterios del universo, que por cierto también se puede, si no como un gran socorro para entender mi propio ser.  Así empezó, el principio es más de la mitad del todo: Como cosa ociosa y por demás, como algo que quería decir y no podía.   Viendo el propósito de las palabras que antes en mí, ni nacían ni morían, como ideas que quedarán inútil en esta vida, en esta idea de permanecer y perdurar;  rogaba a la musa que me inspira: un sustento para mis versos. Hoy como ayer o como siempre fue, el verbo profético, el verso mágico, la palabra poética;  en primeros y tímidos conatos de independencia, hasta alcanzar una constancia esperanzada en  una epígrafe, que hoy se despliega  venturosa como el viento en el oficio de mi pluma.  
Pollerita corta taquitos altos Desmesurado énfasis en el lenguaje aleve de tu cuerpo, con esa sonrisa para muchos otros, ofrenda abierta a muchos ojos. Para vos, la primera vez, no habrá sido cómodo  convertir tus manos en increíble bondad, No habrá sido fácil a tu cuerpo sereno y frágil convertirlo en incandescente conflagración Seguro aun hoy, tus labios discuten cuando callan las armas que has llevado a la guerra,  sin que ni para que, de esas caricias ajenas.  En esa esquina, como un eco irremediable, en esta noche oscura ella se mescla y se iguala con la luna. Como hoy, como ayer solo existe en el anhelo de ese cuerpo desnudo. Aunque hay un cielo y hay un horizonte, Sin culpar al destino, sin creer en la esperanza se gana el pan con el sudor de su suerte.

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