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Que penaque dure tan poco el besoque dure tanto la muerte.Que penaque todas las flores se marchitenaunque las primaveras fuesen eternas.Que penaque alguna vez se apague el solpero quizá entonces, brillen nuestros versos.Que penasaber que debo morir, aunque no quieroque hermoso, si alguien, después de muerto, me leyera. Yo te pido perdón, Dios mío, por construirme una imagen tuyatan rotundamente distintatan enteramente distantede Vos mismo.Yo te pido perdón, Dios mío,por darte vuelta la caraen el rostro cansado de mis hermanos cansadosde tantas injusticias, algunas de la cualesyo mismo he causado.Yo te pido perdón, Dios mío,porque mientras te pido perdón,me olvido que soy otro más de los oprimidosy que mi deber sagradoes liberarme junto a mis hermanos, donde Habitas.Yo te pido perdón, Dios mío,porque te ignoro en los que todavía pasan hambrey mi oración esquizofrénicase eleva al cielo en incienso inútily no aterriza en olorcito a comida en los platos vacíos.Yo te pido perdón, Dios mío,porque gasto palabras pero no gasto un cobrepara paliar el infierno artificial de la miseriaesa que hemos construido los humanossacrílegamente en tu nombre.Yo te pido perdón, Dios mío,por esta navidad que pasó y por todasdonde se tira la champaña y los fuegos artificialesy nos burlamos de Vos que Habitastan cerca nuestro, en el hermano hambriento y desamparado.Yo te pido perdón, Dios mío,por pedirte perdón y no mover un dedo por Vos.- La mujer hermosa que me dejó por un millonarioEl millonario asqueroso que somete a sus obrerosLa mujer hermosa que alguna vez fue mi hembraEl obrero estúpido que se deja robar por el millonarioLa mujer hermosa que sabía todos mis poemasEl poema zurdo que nunca convenció a nadieLa mujer hermosa que vendió a buen precio su vaginaEl aroma de esa vagina que todavía me enamoraLa mujer hermosa que se disfraza de fiel a su maridoEl marido de cualquier mujer, que siempre es un cornudoLa mujer hermosa que no puedo olvidarTodo eso... la puta esa y el cornudo aquely yo como boludo... esperando en vano, la revolución. Otro que no soy yosonríe por mi propia bocacamina con mis mismos piesy habla siempre desde mi verdadera voz.Él le hace el amor a mi mujercon mi cuerpo entero y la destrozay la vuelve a construir.Tampoco logra conquistar la poesíapero él está cansado y quiere abandonaryo no. Ningún poeta encontró el nortepero de tanto contemplar la brújulase les volvió norte la mirada. Cuando digo pan, los hornos se ríense burlan y maltratanmi palabra poética, mi palabra escasa. Del otro lado del poema, habita el hambrepero de fuego y trigo sabrosoa veces... a veces... se hace pan mi esperanza. Para un aprendiz de escritor, para un balbuceador profesional de poquedades, para un emisario de la nada que busca el oído de ninguno... susurrar un escrito cualquiera es un acto estúpido de magia mayor.-A ello me avoco brevemente, en esta segunda parte, que si la primera salió como el culo, no puede ser menos.-Lego a todo aquel que me lea, la alta erudición que nunca tuve, la perfecta forma escrita que jamás logré, y la alegría que ahora me embarga.-No esperes a mañana para escupir mi tumba. Estoy tácito como sujeto de este escrito aberrante. Tus insultos, tu admirable desprecio, los necesito, para saber que al menos, en la reprobación, estoy escribiendo. Hay algo, solamente una cosa importante, que me gustaría decir, y no se hacerlo bien, aunque lo intento. Bástame decirte por ahora, una cosa: es un lugar común de nuestros días, afirmar que Dios no existe. Te puedo asegurar que tengo la constancia plena de su existencia y por eso escribo. Doy testimonio que una vez miré que caía una estrella, corrí a la Biblia y leí... "Yo veía a Satanás caer como una estrella, antes que el mundo existiera"... Jesús, el Cristo.-Desde entonces... no supe que hacer, no supe otra cosa que hacer para lograr transmitir la experiencia... con palabras. Y ya lo ven, apenas si puedo balbucear este escrito torpe. Pero es verdad, y me consuelo saber que no miento. Sospecho una palabra en el extremo norte de tu silencio. No es tequieromuchoytenecesitotanto sino algomuchomás.. Sospecho que esa palabra es el eco míonorteando mi sur mudo. Quiero amarrarte sólo mía y liberarte toda sin dueños. Quiero en tu hueco húmedo sembrar una paloma oscura para cosechar el vuelo. Quiero gastar los caminos para inventarme un pie con tu forma de ala sin nombre. Quiero quererte, aunque por ahora, no lo entiendas. Soñé un mundo perfecto. Hermoso como Eva Duarte siendo Presidenta de la Argentina y su cobarde marido, cosas de sueños, era sólo eso el marido, sin cargo alguno para hacer maldades. Soñé un mundo perfecto. El Papa trasladaba su sede a alguna ciudad de Biafra algo confuso, quizás era de Sierra Leona, no sé bien. El Vaticano se destinaba como museo para la tercera edad, creo. Soñé un mundo perfecto. Nueva York lucía con un parque de diversiones gigante en la antigua city de Wall Street. El capitalismo no se conservaba siquiera como museo.- Soñé un mundo perfecto. Tan perfecto, que yo… no existía en él… Algunas personas, con ignorancia excusable, piensan que los escritores de Internet, comenzaron a aparecer, con lógica impecable, junto a la Internet. El sentido común, no siempre es el mejor consejero del pensamiento. Hay una orden de escritores internautas, que precede en muchos siglos a la aparición de la Internet. La primer prueba de ello, es el llamado “mensaje en la botella”. Pero si nos remontamos a sus aspectos religiosos, antes de la “primer” prueba, existe otra, “las tablas de la ley” en piedra, dada a Moisés.- En cuanto al soporte técnico, se trata de auténticos mensajes virtuales.- Todavía no existía… electricidad, computadoras, Internet… pero ya ven, ya existía la virtualidad y por tanto, escritores dedicados a ella, sean solitarios arrojando al mar un mensaje, sea, si me lo permiten, el mismo Dios arrojando al mundo… algo que alguien, aunque sean ángeles, debieron escribir… o esculpir en piedra.- De modo pues, que salvo que la historia de la humanidad, religión incluida, sea una colección de inverosimilitudes, algo de cierto hay … en la existencia de escritores virtuales. Sean estos, reales o imaginarios, claro. Hasta aquí el aspecto probatorio. Digamos. Más allá del mismo, arriesgo una sospecha, o si quieren suavizar el término, una hipótesis. Es muy probable que los escritores virtuales de todas las culturas y de todos los tiempos, estuvieran unidos a un hilo conductor invisible, aunque ellos no lo supieran. En apoyo de mi propuesta, quiero decirles que… el universo mental de un zulú… escribiendo en solitario… o de un egipcio antiguo… o de un esquimal… sorprendentemente… es muy probable que tuviesen una íntima conexión… una unión no tangible… lo que hoy diríamos, una comunidad virtual. Y esas personas, en el aparente caos solitario, formaban parte, creo, de una comunicación espiritual plena… de una orden… mítica. Si no me aventuro en vano y si esto no es tan fantástico como parece… pudiera ocurrir que en idiomas antiguos ya en desuso… una parte del padrenuestro… haya sido pronunciado en Huarpe, y la continuación, por ejemplo, en Arameo. No nos sintamos tan perplejos de que estas cosas hayan ocurrido en la realidad… al menos, virtual. Saludos cordiales. Soy cómplice del pan escaso en boca de los inocentes. Culpable del hambre en el África y del derroche de Occidente. Soy quien quiere ser un poeta sin saber amar a la gente. Siempre algo se nos escapacorre desenfrenado o pasa muy lentamentepero nuestra mirada absurdajamás puede aprehenderlo.Ese algo, suspiro de un ángel furioso,nos trae todas las primaverasen una flor invisible.Que ese algo no seaesta amistad huérfana que me abre el pechoy desde mi corazón te reclama.Vamos, ¡derrota la cobardía!, muéstramecon el rígido odio del demonio cuando está muriendo,muéstrame... no sea la timidez tu derrotero...muéstrame... que a pesar mío, me estas queriendo. Herido de inmensidadun grano de trigomuere.Del otro lado del hambrelate el panvive.Y las serpientes trazan caminosen el mismísimocieloherido A veces puedodescubrir en tu calmamis propios rasgos. A veces quieroatrapar tu presenciaen soledad. A veces mueroy jamás me ha ocurridoresucitar. No me exijas ninguna explicación.¡Te quiero!, simplemente,murciélago rosado.Y para socavarte de dudas el alma,te confieso, que te quiero desde el momento mismo que te engendraron.Podrás seguir tranquilotu aparente vuelo en círculo viciosopor la noche blanquecina.Conozco tu especie,más aún,te conozco a vos.Se muy bien la espiral que trazasy confío que tu destinoes luminoso. Aunque vos, claro, no lo sepas aún. Cuando nos roben la lunaalgunos estarán mirando la tierra. En el incendio actual de la Grecia milenariaquieren corromper el fuego con papel pintado. Arduos alumnos de Pitágorasdigan No, no me fallen. Que aquí, en el año uno, en Buenos Airesnos apagaron con agua poco santa. Que allí, en el año diez, en Atenaslucirá la antorcha hasta su destino último. Y desde las cenizas del capitalismo derrotadovencerá esta vez, el hombre y la mujer. Y será fiesta eterna el OlimpoHelenos y Huarpescelebrando. Quiero morir un poco pero no lo suficiente, quiero vivir demasiado pero siempre es poco, del otro lado del jardín encontraré el prototipo de las flores ¿para qué la rosa que se marchita si conozco su nombre imperecedero? no me vengan con mentiras se vive cuando se hace cuando se hace la vida toda entera, poesía. y lo demás es cuento. Hoy me duele esa tristeza tuya, tan triste, tan tuya, que yo y solamente yo, imprimí en vos. Me siento como Judas, cinco minutos antes de ahorcarse. Y el poema no me redime, y no me redime tampoco el perdón. Del mal que te he causado, no quiero dar explicación. Otros pensarán que es leve, se reirían de mi, y lo que es peor, de vos. Olvídame niña, como los árboles olvidan el invierno, y que retoñe en tu cara, otra vez, tu sonrisa como una flor. Es muy fácil, el boliche mío no vende, no tengo clientela, y eso que estoy regalando la mercadería. Regalo letras, y se presentan a buscarlas, a lo sumo, tres o cuatro amigas y amigos, cuando yo creía abastecer a las multitudes. Claro que estoy contento, de esas pequeñas almas grandes, que acuden a leerme, claro que se los agradezco, y más aún, por sus comentarios y críticas. Pero estoy enojado, y no acostumbro a esconder mis sentimientos, ni a llamarlos buenos o malos. Estoy enojado porque me leen muy pocos, así de simple. No me vengan que se escribe sólo para uno mismo. A mi eso me parece una masturbación sin eyaculación final, o una película porno sin que se muestren genitales, o una religión sin crear culpas gratuitas, o para ser menos obsceno, y más literario, me parece un gran libro escrito en caracteres comunes, para que lo lean los ciegos.- Si he de escribir sólo para mi mismo, pues entonces, no publico y se acabó. Esa es la cuestión. Me suena a engaño autoinfligido, contentarme con que dije lo mío, cuando sé que nadie o muy pocos lo han leído. Debido a estas circunstancias, que no son de dominio público, porque jamás hubo público para mis intentos literarios, he decidido… ¡seguir escribiendo y publicando siempre! …pero a quienes no me lean, a partir de este momento, los mando a las putas librerías que le sacan la plata a cambio de basura. Los mando a los autores consagrados que se hicieron millonarios, con fama y poder, a costa de reproducir sutilmente el sistema absurdo del capitalismo imperante. Los mando a los lugares comunes disimulados de snobismo y los mando a la cháchara infame de robarle ideas a los clásicos y mal traducirlas para los ignorantes. En definitiva, y en esto quiero ser simple y al mismo tiempo profundo: los mando a la puta madre que los parió, es decir, a la cultura imperante. De mi no esperen nada, o esperen cualquier otra cosa que no sea, seguir mintiendo que no estoy triste, enojado, cansado y decepcionado… de ser uno de los escritores menos leídos de la literatura universal. De dónde viene este dolor antiguo,mezcla de rabia sin causa,decir gritando lo que no aprendí a susurrar.No por gastar mi piel, lo sé, desnudaré mis huesos.Ni el ave que vuela tus sueños, será mío, lo sé.Ahora debiera cambiarle los pañales,al hijo que llamaríamos “nuestro”,y ya ves, apenas intento este poema. Otros escriben como almas prístinas que derraman sus delicias. Yo escribo como el culo. Así me lo hizo saber, alguna vez, cierto adversario ocasional. No lo tomé como ofensa sino como elogio sutil. ¿Hay algo más hermoso que un culo? Pero ascendiendo al corazón, al mío, debo decir que no escribo como debo. No alcanzo a escribir como un perro astuto que liberara su lobo antiguo… y puesto en dos patas, hiciera el amor a la luna. Lo mío es otra cosa. Escribo como quien realiza un secreto exorcismo, para conquistar… nunca sabré si un corazón… o quizás… el culo, de quien me lea.- Y en esa faena, yo entrego lo que se y me invento lo que desconozco, pero lo hago de buena fe… con la alegría de los niños que descubren un juego… aunque lo mío, acaso, sea perder. Hace bastante que derrocho ciertos retazos de poesía en Internet. Y estoy totalmente convencido que nunca escribí bien, y sin embargo, ¡qué cosas curiosas tiene la vida!, me siento feliz… feliz de mi obra, feliz de mis escasos pero excelentes lectores. Ya lo ven, Alfonsina Storni, Ernest Hemingway, Horacio Quiroga, Leopoldo Lugones, Cesar Pavese, Alejandra Pizarnick, Guy de Maupassant y tantos más… escribían mejor que yo, y sin embargo, ya lo ven, ellos se suicidaron, yo decido vivir. No hay un lugar en el mundo que no sea hermoso. Una higuera, un viejo arado enmohecido, un cañaveral simplemente la tierra seca y sedienta. Todo, todo es hermoso en la vida, y no hay geografía que no entrañe si bien se la mira, algo de sagrado, o si quieren, de mágico. Yo no sé por qué me ocurren estas cosas justo ahora, exactamente ahora, que creo no estar enamorado. Y soy pobre, y no tengo más que el fruto de mis manos, y mis manos se cansan, a veces, y también yo. Pero siento una alegría intensa, un íntimo regocijo, en esta soledad tan sola, que sin embargo, ya ven, me lleva a dialogar con todos. Y me expreso, en este escrito, con la algarabía de un hijo, que veinte años después de su muerte, otra vez, besa la frente de su madre… que siempre vuelve. Si, he de confesarlo, mi casa es el mundo, y mi madre, son aquellos que al leerme… me regalan un momento, un pedacito de su frente. Cuando duermo, el mundo sigue al lado mío, ignorando el ritmo de mi corazón. Y aquel río que no conozco canta, quizás, mi nombre mezclado, sabrosamente, con el tuyo Cuando duermo, fluye invisible y tiránica la sabia por los árboles. Cuando duermo algunas cosas pierdo, otras, las voy a buscar. Sin embargo duermo, como quien puede olvidarse un poco, del mundo, del río, del árbol. Pero aun así no puedo olvidarme de vos y de esa parte tuya que soy yo. Un frasco viejo de perfume contiene un antiguo “te amo” encerrado y la higuera rasgada por el tiempo sigue diciendo… “cuídame”, por favor… “estoy abandonada” el clavo herrumbrado que encontré en la calle me cuenta que aún es acero, y puede servir de algo. una cámara de fotos, de esas que venían antes, sabe que miró la alegría … y el dolor, de algunos viajes. Mi computadora, activa y solemne, quiere que escriba en ella, un poema mejor que el actual. El crucifijo, parece sostener la pared con su ternura débil, y emite el silencio amoroso de Dios. Y el mate con su bombilla, que ahora estoy disfrutando, imprime en mi boca el beso, que nunca me dio la persona deseada. Todas las cosas, tienen un lenguaje, que nuestro oído atento, puede escuchar. Tengo la certeza de nunca haber dicho lo que quería decir. Y a veces, quizás, lo dije bellamente. ¿pero qué es la belleza que no rescata la verdad del pozo inmundo donde la hemos ocultado? ¿qué es? sino una cómplice y una miserable? En vano pretendí alumbrar con mis palabras la oscuridad. A lo oscuro, amigos, debí nombrarlo con mi voz negra y punto. Que los niños de este mundo se están cagando de hambre, algunos, o se están preparando para cagarlos de hambre a otros, otros. Esa es la cuestión. Allí el futuro, empezó, lamentablemente ahora. Y nunca pude decirlo y nunca supe decirlo y nunca quise decirlo... como un poeta puedesabe... y no me equivoco al unir la palabreja, que poeta sólo es el que así, todo junto, puedesabe... sí puedesabe... desentrañar de la aparente belleza la tremenda mentira puta que esconde. Los niños de hoy, en cuanto a los niños que nosotros conocemos, son los verdugos de los niños de hoy que no conocemos. Ellos... los desconocidos, los miserables, los que no tienen que comer, los que nunca conocemos... ellos... serán en días más... torturados por ellos... los niños que hoy vemos... empiezan a imitar de nosotros, sus iguales, esa costumbre de hacerse los boludos... frente al crimen, frente a la miseria... frente al pecado estructural de la pobreza.- Tengo la certeza, otra vez, de no hacerme entender. Pero por lo menos, esta vez, lo intenté. Cuando los niños dialogan entre sí, en su aparente sinrazón, en sus visibles torpezas, están en realidad urdiendo un plan de vastísimas consecuencias, cuyo destino conciente es dominar a las masas... de adultos, claro, y someterlos a sus designios. Lo que acabo de revelar, quizás muchos no lo crean, pero será tarde cuando se den cuenta que efectivamente es así. Con el tiempo, ya lo verán, los niños dominarán el mundo. Pequeños zorros y pequeñísimas y astutas brujas, como decimos habitualmente, niños y niñas, muy pronto, amigos, nos guste o no, dominarán el mundo. Y nosotros... ¡merecido castigo! estaremos donde tendremos que estar... en geriátricos y tumbas. Puedo asegurarles que lo QUE digo es infalible, auténtico y ... ¿se dan cuenta, amigos , que es verdad? No hay un ser humanopor ruin o malsanoa quien no debamosagradecer algo.A Jorge Videlamonstruoso tiranomuchas gracias le doypues me ha enseñadoa odiarlo de veras.Y cuando al fin mueradetrás de las rejasperdonaré sin olvidosal triste asesino.QEPD La gata oscurapasea por el techosu soledad. Fiel al encantomenea en cuatro patas¡no ser mujer! Libre de miedosalta sobre mi sueñoesfumándose. Primero: está en contra de la naturaleza. ¿acaso los homosexuales son seres artificiales? ¿acaso los homosexuales no comen y duermen, no respiran y cantan, no sueñan y se bañan, no mueren como morirán algún día los homofóbicos? Segundo: está prohibido por la biblia. ¿se tomaron el trabajo de leer el interesante aporte en contrario del padre John Mc Neil, amparado por el superior jesuita en olor de santidad, padre Arrupe, y expulsado por el lamentable cardenal Ratzinger (vivo, en olor de error permanente)? ¿saben lo que dijo el mismísimo Rey David ante la muerte de su amigo Jonatan? ¿saben que Jesús nunca se refirió a la homosexualidad? ¿saben que San Pablo es el único que condena, pero no a los “afeminados”, como se tradujo erróneamente, sino a los que practicaban culto a divinidades extrañas? ¿leyeron al ex sacerdote John Mc Neill sobre las traducciones alteradas del texto paulino? Tercero: afectará a los niños. ¿no es mejor que los niños, desde muy pequeños, conozcan la verdad, y sepan que hay personas diferentes, antes que mentirles? ¿por qué estafar a la infancia, y hacerles creer que todos somos iguales? La lista continúa, pero muchos prefieren el placer de condenar a los demás, y la satisfacción de mantenerse en sus prejuicios. La homofobia, es un pecado, la homosexualidad, no. Ahora te pienso, abuelo alto como un árbol solitario y en la corteza tallar mi nombre para que otros reconozcan que soy tu nieto inderogable. Eras un turco más que vendía peines en las calles de largas cabelleras en el antiguo Buenos Aires. Pero no eras un turco, como decían, sino un sirio y no vendías peines, sino la alegría de mirarse en el espejo con la cabeza prolija. Supe de vos que enamorabas mujeres hermosas, solteras y casadas, gozosas y frígidas, y alguna vez , me engendraste un padre, en mi abuela siciliana. Ahora te pienso, abuelo y no puedo aceptar que cuando yo nací había sido arrancado, tu árbol, y mi vida retoñaba desde tu ausencia, desabuelado. Digan de mi lo que quieran. Mejor. Sigan sin decir nada. Pero les prohíbo terminantemente sospecharque habito el mismo mundo de ustedes. Antes de eso, llevo mi dedo índice a la sien y me disparo. Ordeno ser peor, jamás, ser igual a vos. Había escrito algunas palabras ciegas, para enseñar el camino a los videntes. Unos mamarrachos con ínfulas de poema, algún comentario más inútil que yo mismo, y otro tipo de disparates con aire poético. Quería ser escritor, la puta madre. Y no hice más que molestarme mucho, para no molestar a nadie. Mi obra no mereció ni siquiera, un insulto grave. Nadie en el mundo me odió, un poco, al menos. Esa es la prueba irrefutable, en un mundo opresivo, que no fui un libertario, ni siquiera, en ciernes. Soy repetidor de las palabras que otros inventaron, para explotar con sus privilegios, la norma eterna que eternamente nos señala… “somos todos diferentes, por eso, somos iguales”…. y sin embargo, carajo, siendo tan simple, cuesta tanto… Aúlla el hambre de tanto lobo y nunca nadie mordió a la luna. así la noche, mece en su alma, secretos de sangre que no es. Como no imaginarme otro, en este cielo negro, en esta ciudad vacía mi canto de sol y de pueblo mudo deshabita quien soy. Después de tanto, jamás de todo, he despertado vivo, en la mitad de mi muerte. Yo desprecio la jauría inhumana que desoye mis ladridos sin precio y me ningunean los que son necios cuando regalo poemas de mi alma me desconocen porque les da gana ignorarme con claro menosprecio y devaluar mi obra a menos de un tercio humillando mi deseo de fama ¿Qué importa que en sus corazones ciegos no alumbre mi literatura plena? yo seguiré alimentando talentos mientras pienso para que nadie lea el soneto entrañable de mi anhelo igual lo logro tras dura faena. Estoy sorprendido porque en la palabra alegría, cabe la alegría. Y se desborda y crece… como un racimo de uvas bajo el sol de Enero… y canta en la boca su vocación de vino… estoy sorprendido, y no salgo de mi asombro. A veces, aunque no lo creas, en la palabra amor se dice el amor, y cuando se nombra esperanza, en la pared más dura, se abre una hendija. Por allí se mira, exactamente, la estrella que lleva tu nombre. Estoy sorprendido, y no quiero resignar esto al silencio, porque la lluvia incesante cae y cae… sobre mi recóndito desierto… y crece… ah! si… un jardín infinito en cada letra.- Yo no soy digno de pronunciar la palabra, y ya lo ven, lo mismo lo hago. Horadando el sentido, que a veces se me escapa, montado en los sonidos, voy diciendo palabras. Y estoy más sorprendido aún, porque aunque parezca mentira, quizás, alguien me escucha.¿Y quién dijo que soy aquél que alguna vez pobló tu oído? Parece mentira, pero es verdad, como que Dios existe, que tú estás ahí y yo aquí, y sin embargo, por el milagro de la palabra… somos uno… tú y yo. Yo habité aquel poema tuyo otros, en cambio, sólo lo leyeron. ¿Qué importa si debo morir algún día? Yo habité aquel poema tuyo y nunca te diste cuenta de ello. Con mis alas desnudas pisé tu territorio del cielo y como sentía mucho frío me vestí con tu pluma caliente. Ya mi único nido será volar volar hacia otros poemas volar, quizás, para siempre. De caricias hondas sobre mi almaque nunca llegarontengo el cuerpo cansadoy bajo la sombradel árbol infinitopresiento tiritar de frío al sol.Mañana será otro díay otra mujer convocará mi canto.Mientras tantome une ese misterio de saberla nacidanacida y calladacomo este mismo llanto. Sólo es verdadero el solcuando la noche es más oscura.Allí las tinieblas enciendentu lado más creativoy desde esa luz giran contentostus mejores sueñosy tus derrotas peores.Es imposible haber vividosin antes crear el sol.Vivir con la lumbre prestadapor regalo gracioso del universoes nunca haber vivido nada.Nunca es más auténtico el amorque cuando creemos que no existe. Nadie leyó sus palabrasteñidas de tanta nostalgiaque fueron cincelando, acero afiladopara clavarse en algún almay comunicar, alegría o rabia.Nadie leyó sus palabraspero las escribía como quien concibedesde la nada de la nadaalgún universo errante.Nadie leyó sus palabrasni siquiera algún desconocidode una esquina distante.Y sin embargo ese ser era un poetay nunca lo supo nadie. A veces, los otros, están contentosy lucen una sonrisa exquisitaque justifica el universo.En sus bocas abiertas como un espejomiramos a través de ellos, nuestra alegría sin miedo.Pero otras, los otros, también llorany una lágrima suyabrota de nosotros mismospor los ojos de los otros.Lástima enorme, que muchas veces los otros,ríen en si mismos, lloran en si mismosy entonces los otros son simplemente los otrosy nosotros... nos quedamostan solostan sin reírtan sin llorartan sin otros para nosotros. Hay instantes en que reconozco mi instinto,y vuelo sobre el tiempo, pesadillas de un demente arropándose en el miedo. Así los viajes son refugios para medir la sangre,o días en que se esparce el hastío flotando en parcelas imperfectasdel alma. Sin embargo percibo los primeros designios:esa mano hechizando al único hombre que miro su espejo,la mesa abandonada por el arrebato de la enajenación del hambre,y el cuerpo destrozado para que la victoria reconozca su propio límite. Cuando lo líquido de mi piel escapa, el pálido inventarioal que acudo en sitios como éste,me enardece,porque suena un humo triste ente los dedos,y fatigosamente lloro como repitiendo frases ajenas, sin destino ni perduración. Con los rastros de mi última sonrisa me concedo la tentación de ser otro. Guillermo Capece Bálsamo infalible y económicoQue cuesta lo que cada quien elijaEntre el polvo de este lugar y el mas cósmicoCuando no tener idea es una idea fija ...Rey de reyes que perdieron su tronoPor ser esclavos de su excesiva conquistaSi yo otra vez me auto coronoProclamo a viva voz que soy artista !..y no por consensos mayoritariosSino por como quien se decreta libreAsí que ya no hay critica que asuste...Pues cuando uno pasa de calvariosGana autoridad para determinar el calibreDel disparo que apunta a que el resto le guste.... Maravilladacon la mirada de un niño de puebloal saborear el misterio del eclipse Dejando dividido el resquebrajado tiempo de las mil esperasal saquear mi boca besada en el desorden Lila, su extraño nombre abreviado en el resplandor de un deseo,maquillada de estrella erranteen el carnaval de las heridascreyéndose mareafingiéndose fuegotornándose magiatornándose verboen el alucinado latir de la esperanza... Si pudieras resumirel eco de tu presenciaentre los destellos de un torrentevaciado en mis lágrimas...si pudieras resumir con tu vozla mudez de los pájarosque se abandonaron al cielo,seguramente arrancaríasel núcleo de mi falso nombrey lo harías viajar por el huracán de la palabra Si tan sólo lanzaras una bengalasobre la herrumbre de mi pechocuando los cristales y la vigiliase retratan de antiguas heridas...si pudieras llegar hasta aquícuando la madrugada arde en mis ojos y me pesa el ayer,seguramente una luz erizaráel desesperado pelaje de las sombrasiluminándolo todo dentro de mí Si pudieras florecermeen la prodigiosa nochecon cerrar tus párpadosy darme el signo de tu frente,seguramente emigraría mi pielhacia los lindes del sueño...... sueño brotado de la nada y la piedraconfundiendo en azar al destinotransformado en vos misma Sueño que si perpetuaras en vosla silueta de las gotaspara ungirte y ser lluviaseguramente la verdad beberácon tu boca en mi boca,su único milagro. Verde Federico:yo hubiera querido estar en el momento de los gritos,o de los silencios heroicos;en el momento de las espadas,cuando caíste en tu agua bajo lluvia,mientras los cerdos, enamorados de las banderas subterráneas,tomaban el sol de mediodía. (La soledad de las últimas habitaciones mortifican la memoria.Hay ventanas abiertas, y quedarán así en el invierno.Es raro,pero caen ahora hojas marchitasy me gustaría jugar con ellas.) Verde Federico:desparramo tus gitanos en la mesa,donde con Miguel y Manolo tomamos la sopa de la noche.Tu vestido queda ajado por los toros de la vida,y ni siquiera Nueva York te salva, Federico,porque estás próximo a morir,a caer bajo las balas levantadas a velocidad de la muerte,quizá por el mismo gitano moreno que en tu verso montaba a caballoy era el jinete más audaz de toda Andalucía. Duermescon una palabra entre los labios,con un ramo de hielo en cada mano,bajo las calles empedradas de "pájaros" nocturnos.Al fondo de la tumba llevas,una porción de magia, de manzanas de fiebre,de sábanas de lino. El viento te saluda,las tierras de Granada borran tu contorno,tu sonrisa mira los espejos de la vida.Y se refleja. Guillermo Capece Para un aprendiz de escritor, para un balbuceador profesional de poquedades, para un emisario de la nada que busca el oído de ninguno... susurrar un escrito cualquiera es un acto estúpido de magia mayor.-A ello me avoco brevemente, en esta segunda parte, que si la primera salió como el culo, no puede ser menos.-Lego a todo aquel que me lea, la alta erudición que nunca tuve, la perfecta forma escrita que jamás logré, y la alegría que ahora me embarga.-No esperes a mañana para escupir mi tumba. Estoy tácito como sujeto de este escrito aberrante. Tus insultos, tu admirable desprecio, los necesito, para saber que al menos, en la reprobación, estoy escribiendo. Hay algo, solamente una cosa importante, que me gustaría decir, y no se hacerlo bien, aunque lo intento. Bástame decirte por ahora, una cosa: es un lugar común de nuestros días, afirmar que Dios no existe. Te puedo asegurar que tengo la constancia plena de su existencia y por eso escribo. Doy testimonio que una vez miré que caía una estrella, corrí a la Biblia y leí... "Yo veía a Satanás caer como una estrella, antes que el mundo existiera"... Jesús, el Cristo.-Desde entonces... no supe que hacer, no supe otra cosa que hacer para lograr transmitir la experiencia... con palabras. Y ya lo ven, apenas si puedo balbucear este escrito torpe. Pero es verdad, y me consuelo saber que no miento. Alguien que me salve.Que me quite la angustia de no poseerme.Que me enseñe que los muros pesan más que las pobres palomasque vuelan en su alto.Quiero que mi soledad me conteste por vez primerapara quién estoy.Yo, que fui el francotirador inasiblesoy ahora el eco lejano de lo que fui.Me inundan las máscaras, el olor de los moribundos,el terror de encontrarme con ellos bebiendode la misma copa ácida su vino.Si vinieron a matarme, que me maten ya.Pero que no me hagan tragar el humo vacíoque siempre llevan en su rostro.Los odio porque una vez los amé.Teñidos de mariposas venían a tracionarme.Usurpaban cada hueco de mi corazón.No sé si quiero que alguien me salve.Los músicos con sus cántigas dirán el resto. Yo soy el que espera. Guillermo Capece Soy el camino de mí mismo y la desolación que se abraza a su senda,y tiembla, y borra las huellas para que no me persigan. Estoy vacío de esos animales etruscos que me regaló la partidade unos ojos girando al viento. No puedo confiar en los sueños porque alguien les pone un asesino dentro. Me acuno cuando no me veo pues la vergüenza tiene el ropaje largode los locos. Hoy es domingo, y he estado todo el día ausente. Guillermo Capece IYa oscureció la tierra.Difícil es tener tu boca apretada.Tu estatura cerca de mi rostro.Sí, yo se. Es difícil.Se le caen a uno las montañas.Los lagos se hacen charcos diminutos.Todo es difícil.Compartir la sonrisa con vos.O este barco que nos quitan.¡A partir! ¡A partir!¿Pero cómo?Si nuestras plantas penetran en recodos de clausura.Alguien saldrá a gritarnos nuevamente.Debemos tener cuidado. Salvarnos. Pero ahora fumemos en silencio. IIEn qué quedó esa idea transparente,ese cuerpo sobre el que juramos tantas cosas sencillas.Una ilimitada ausencia marcó las señasde tus grandes ojos.Quedarse solo y recordar al otro díalas sombras de los pumas,las desoladas bestias persiguiéndose,hundiéndose conmigo como una gran casa de celos,sumergiéndose,perdiéndose conmigo.Arriba de los cielos, más arriba,la mitad de tu cuerpo fulguraba.Quienes somos, sino aquello que fuimos,sino el pasado de iguales invasiones,de iguales lejanías. Guillermo Capece Querido hijo: Te pongo estas líneas para que sepas que te escribo. Así que si recibes esta carta es porque te llegó, si no, avísame y te la mando de nuevo. Te escribo despacio porque sé que no puedes leer deprisa. El otro día tu padre leyó que según las encuestas que la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos hemos mudado más lejos. La casa es preciosa; tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí ropa, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces, pero bueno... El tiempo aquí no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces. La primera vez durante 3 días y la segunda durante 4. Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con los botones puestos pesaría demasiado y el envío sería muy caro, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo. Al fin enterramos a tu abuelo; encontramos su cuerpo con lo de la mudanza. Estaba en el armario desde el día en que nos ganó jugando al escondite. Te cuento que el otro día hubo una explosión por el gas de la cocina y tu padre y yo salimos disparados por el aire cayendo fuera de la casa; ¡qué emoción!, Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en muchos años. El médico vino a la casa para ver si estabamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre ofreció comprarle el tubito. Hablando de tu padre, ¡qué orgullo!, te cuento que tiene nuevo trabajo y es superior a 500 personas, ya que está sobre ellos. Lo contrataron de cortacésped en el cementerio. Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, por fin dio a luz, pero como todavía no sé de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebe es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Se nos va a hacer muy raro llamar a su hija "Mamá". Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada, ella le dijo que sí, de 5 meses ya; pero ahí tu padre le preguntó que si ella estaba segura que era de ella. Dijo que sí. Moza de hierro tu hermana Pilar, qué orgullo, de tal palo tal astilla. Por cierto, que tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las noches a la esposa, porque es virgen. A quien nunca hemos visto más por acá es al tío Venancio, el que murió el año pasado. Tu perro Puky nos tiene preocupados, se empeña en perseguir a los coches que están parados. Aunque peor es lo de tu hermano Juancho. Cerró el coche y dejó las llaves adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos del coche. Bueno hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé. Resulta que la última familia de gallegos que vivió por aquí se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio. Si ves a Doña Remedios, dale saludos de mi parte; y si no la ves, mejor no le digas nada. Tu madre que te quiere. Josefa. P.D. Te iba a mandar 100 euros, pero resulta que ya cerré el sobre. ¿Y ahora que hago con esta soledad?¡Herrumbrarme!¿Gastarme a muerte en versos que no riman?Rimarme con las sombras del silencioPara que los demonios del tormento¡me sonrían!¿y cómo se vive en esta eternidad?¡un minutoQue se burla cual si fuese una centuria!Azules fracturados se destiñen,Diamantes que en mis manos de derriten¡por mi culpa!¿Do yace lo feliz, lo que antes era?¡AgonizaTras la pérgola falsaria de la duda!Y camina en la arena y se quema,Y camina en el desierto a la espera¡de la lluvia!¿Qué importa el mañana y su promesa?¡nada importa!La fuerte necedad de esta locuraNo acepta la soberbia de las rosas,Ya es mía la cadencia de estas horas¡también tuya!Danzaran las ganas que no duermen¡ni de noche!Con el humo del pucho que desgarro,llegarás, moraras aquí en mi pechoPorque yo así lo exijo, así lo quiero¡porque te amo!CEMENTO.-PROTEGIDOS DERECHOS DE AUTORCódigo: 1004266112209 Julia no sabía decidirse entre la terrina de quesos o el crepe relleno. Eso de entrada, pero como primer plato no estaba segura de pedir la trucha en dos salsas o el lomo con duxelle de champiniones. Después de todo, lo que más le interesaba en ese saloncito paquete, era jugar un poco y ver los colores de los platos servidos por mozos lánguidos, en uno de los cuales le pareció ver al muchacho de La Cantábrica en ese sueño que no había olvidado.-No será la primera vez que me asome a un espejo y vea las huellas de mi rostro- ironizó para sí mirándose al espejo donde también se reflejaba la figura de Sergio.Él la había invitado a almorzar para decirle ¿qué?. Si el barco se hundía -se dijo- ¿él querrá salvarlo? ¿Por qué no levantarme y dejarlo solo? ¿Para qué acepté la invitación?Sergio estaba distraído. Ella se apuró a pedir y el mozo anotó con diligencia pero con cierta rigidez. Esto la divirtió. Luego el muchacho anotó lo que Sergio le dictaba.-Me llamo Fabio- dijo el mozo- estoy a sus órdenes; que tengan un agradable almuerzo.Y, mientras el mozo se iba, ella volvió a jugar otra vez con el espejo en la pared: los ojos tristes de Julia; los labios quietos de Julia como si recién terminaran de crecer."Aquí pronto se instalará una mueca y no lo podré evitar", pensó. En el espejo se miraba las manos y el busto, pequeño pero todavía erguido."Pronto esto se terminará. Seré vieja," se dijo.Y añadió para sus adentro:"Estos juegos comienzan divertidos y terminan crueles." "¿Por qué tener esta visión partida de la vida?"Porque ella también amaba el sol que entraba, y los colores de la comida que ahora le servían, y estaba segura de que también podía amar al muchacho de chaleco negro, algo desgarbado pero de manos finas, que a cada momento quería ser cortés.Lo miró sin disimulo y él se dejó observar. Luego volvió a mirar en el espejo y lo vió reflejado sirviéndole el vino.Mientras le ofrecía el primer plato le pareció que las manos del muchacho danzaban sobre la mesa.-Me entristece el campo a la hora del crepúsculo- dijo ella antes de que Sergio le preguntara por qué lo decía.-Cuando era chica me daba miedo ir al circo- dijo sin oírlo - un caballo se volvió rabioso, ¿sabés?,y saltó de la pista a los palcos.-El caballo se volvió rabioso o loco -repitió- ¿nunca supiste de un animal loco?Él le tomó la mano e hizo un esfuerzo para escucharla pues en realidad estaba pensando que todas las mujeres tenían algo de estúpidas.Ella se levantó para ir al baño con la idea del caballo rabioso y en Sergio, tan lejano.Pasó por la pequeña salita vacía dispuesta para que los clientes jugaran al billar que le pareció de un amarillo intenso, y vió al mozo, apurado, pero atenta a ella. Julia sabía que auque él no lamirara decididamente, había despertado su interés.Cuando salió del baño lo vió otra vez, y un ardor le subió al pecho."Dios mío" -pensó- "no poder amarlo ahora sería un castigo."Al pasar por la salita de billares entró. Se ocultó en el momento que el muchacho pasaba nuevamente. Esta vez la miró. Ella lo llamó y le pidió café. Cuando regresó con el pedido la vió recostada contra la pared, y no pareció asombrarse. Estaba acostumbrado a las trangresiones de algunas clientas, y por eso fue que no le acercó el café sino que lo dejó sobre la mesa de billar y cerró el cortinado. Se quedó frente a ella. Julia vio que el cuerpo de él se recortaba frente a la luz, y lo abrazó humedeciéndole la cara con los labios. Las manos del muchacho resbalaron sobre el vestido de ella, y lo subió de a poco, mientras la llevaba hacia la mesa de billar. Comenzaron casi en silencio, con pequeños quejidos de ella, y el silencio de él.Pronto Julia sintió la sensación dentro del pecho que el caballo loco del circo repetía la escena del asalto hacia el público. Creyó que su corazón galopaba hacia la libertad.Más tarde,mientras arreglaba su maquillaje, se sintió poderosamente libre. Rápidamente busco dólares en su bolso y los dejó debajo de la tacita de café. Fabio que la observaba, rechazó el gesto.Tuvieron un breve dialogo:-Soy de Mendoza, tengo viñales, no necesito dinero- dijo el hombre ya fuera de su máscara de mozo.-¿Y por qué trabajás de mozo? -preguntó al instante Julia.-Soy el dueño del restorán, y a veces me entretengo en atender las mesas sólo para conocer mujeres como vos.Julia no supo si eso era un halago, y no respondió.-Tengo una cadena de restoranes en sociedad en Mendoza, y otro en Puerto Madero- dijo el muchacho algo desgarbado pero con cierto orgullo.-No sé qué pensarás de mí- susurró Julia.-Cuando uno hace estas cosas no piensa nada más que en el placer instantáneo -respondió seguro.Y se fue dejándole una sonrisa.Sin embargo ella sintió que esa rápida aventura no era ni mas ni menos que una mariposa detenida en mitad de su corazón, pero dispuesta a volar en cualquier momento, por ejemplo en cuanto Sergio la mirase y le indicara la comida.-Se enfrió el lomo.Ella balbuceó una disculpa dispuesta a no dejar volar esa mariposa. Iba a pasar la lengua por el interior de la copa de vino por segunda vez, cuando la orden de él la detuvo:-No hagas eso.-Eso es lo que me interesa hacer en este momento. Lo quiero hacer.-A veces parecés una chiquilina caprichosa. Mejor comete el lomo. Es un plato muy caro -y Sergio enlazó los ojos de ella con una dura mirada.-No lo quiero, está frío- protestó ella mientras apoyaba su lengua en el cristal de la copa.-Comete el lomo -repitió él. Con un soneto vengo a enamorartecon este cuarteto abro y me dirijo,ojalá que no salga tan prolijo,que digno de ti, logre encantarte. En este cuarteto el alma se me parte,no obstante yo sigo y no transijo,te lo juro ante un sacro crucifijo,que a Petrarca le robaré su arte. En el primer terceto me acomodopara decir que ya no habrá ni modo,porque olvidarte, vida, yo no puedo. Y en este terceto digo, aunque duela,pues tu desdén me da dolor de muela y transido de amor, asi me quedo. Te vi corriendo en el trivial caminoquebrado el corazón de horror y miedo, te vi los párpados cansados, tristes…y a tu dolor escribiendo.Lluvia derramóse en tu piel de polvo cual ósculo de agua en el desierto,una lágrima miraba entre las gotas…y tus párpados cayeron.Tu alma sufre las caricias muertasde aquellos que no están ya en tu sendero,gime un zorzal en tu voz dormida…gime por ellos.La estepa que morabas, agoníade ave remontando el turbio cielo,caló en la gris arena de tu alma…llantos, espectros.Impío ardor que ulcera el alma gotas de vida en la arteria del tormento,alejóse la huella de tu infancia hermosay de tus sueños.Aurora de la vida en la dulce primaveramarchóse hacia el crepúsculo imperfecto, Colgada la ilusión al sol poniente de tu invierno.Y semblantes que fumígenas deambulan,¡cuál estrofas en papiros sempiternos!remojábanse en las lágrimas copiosasde tus recuerdos. Bordeando el precipicio de las penas,líado en la garganta todo anhelo, soledades, añoranzas y suspiros…por quienes se fueron.Trocóse en mi la infausta intemperie, con sales de tu mengua en el siniestro,tu vista atormentada impenetrable…a mis silencios.Besos estallantes, por tu faz de diosa,de mi oráculo infernal se desprendieron,¡coro bruno y arisco que reclama!tus oídos sedientos.Garfios rojos en la mar se mezclan,azules que reencarnan púrpuras y negros,el sepia ha fenecido ante tu mármol…como yo lo ordeno.¿cuántas veces el grito del osario,reclama tu pasión con tono austero?¡mas yo robe tu pose del olimpopara mi imperio!Pues yo acaté la orden de la mística,y en tu regia luz ardí al son violento,en la flama, que echa luz y no se apaga,de tus plectros.Serena brisa danzando en las praderasbálsamo que alivia las heridas del guerrero¡la calma sosegada y mi refugio!tras el viento.Venerable efigie en el santuario mío,silueta de esta fe que hoy profesodestellando tus azules refulgentes entre el incienso.Menguando la quimera y el destinoel signo de la suerte hemos impuesto,¡la hormona exasperada también canta! en mi deseo.Tertulia montaraz entre las pielesque unidas revelaron los misterios,¡coito y desayuno en la montaña!¡amor malevo!.CEMENTO.-Protegidos derechos de autor.Código: 1002185547676 En la rama erizada y prudentearrastrando su honor busca amparoy entreteje un capullo mierderoa donde esconder su pudor de gusano;pero al beso, rigor de la púaque la espina le clava en los labiosse derrama en los suelos, cual lágrima,y sirve tan solo de abono a los pastos.Sacrificio mordaz que le impidesacudirse la culpa en las manos,porque dobla rodillas, rompe alascuando siente el tonelaje del pasado;no se tapan los huecos del almacon la imbécil sanción de un contrato:allí suelen pudrirse ya infectoslos cadáveres de sueños muy soñados.La vergüenza apostada en sus sienesle conmueve el talante de pánico,mas si vibra el deseo escondido¡le arrancar gemidos, deseos mojados!Pero cae, fenece, despiertaen la ruin soledad de su páramoy no puede secarse las lágrimasyaciendo a la sombra brutal de sus pánicos.Alla va, como un beso perdidoaleteando con rumbo extraviado,del sopor de algún muro invisibleal bello dolor de algún muro bastardo;del tenaz e impiadoso supliciode la marcha fugaz de los años,de las ganas, del semen y el flujoal rigor de tener que cumplir lo pactado.De la obtusa caricia en la frente,que bordada de lineas y encantosaun protege el cosmos sublimedo estallan mil versos por cada calvario,¡de esa simple caricia apagadadonde no hay humedades mojando al procaz sentimiento pechandopor ver como bailan querubes y diablos!Del romántico sitio perdidodonde no hay ni mentiras ni engaños,al blasón de lo obvio y lo lícitodo solo se ensueña hasta el canto del gallo,de la mísera etapa marcadapor las leyes del mundo tiránicoa los vuelos azules y libresque buscan descanso en un pecho, abrazados.De la tumba llamada esperanza,esa forma sutil de maltrato,a la horrenda certeza del tiempoque trae la muerte entre risa y sarcasmo,¿donde vas a dejar que los huesosse transformen en piedra y en barro?:¿mariposas que viven de sueñoso gusanos que realizan lo soñado? CEMENTO.- -Buenos días, papá- y era la tercera vez que lo repetía-; buenos días, papá-volvía a decir.Entonces saltaba de su cama, recorría el flaco pasillo, y se internaba en el baño.La ducha, el agua fría, no le daba la grata euforia que necesitaba. Entonces trataba de secarse con la amplia tohalla, y se envolvia en ella imaginando que era el maharajá de Kapurtala, y mientras orinaba en el bidet, pensaba en cómo pasar ese día,vigésimo de diciembre.Ese diciembre que le calcinaba los huesos, porque se presentaba caluroso y húmedo como ninguno, y ya podía ver que lo había jodido bastante al pelarle la espalda el sábado anterior,en la pileta de Ricardo.Volvió a tener ganas de orinar, pero eran ganas nada más, porque al enfrentarse con el bidet,un chorrito indeciso se asomó por su pijita. Se la metió dentro del calzoncillo, se miró al espejo, se hizo alguna íntima pregunta que no contestó, y salió para atravesar otra vez el pasillo.-Buenos días, papá- dijo esta vez con voz más firme. Y siguió hasta la cocina:el mate,el café,el té, el vino. EL VINO. El vino era lo que conformaba su paladar aquella mañana de diciembre. Y mientras saboreaba su aspereza, se le ocurrió pensar en el viejo, en la navidad que ya llegaba,en lo llagado de su espalda, en Leticia, (en la costosa Leticia) que todavía se negaba a todo, y por último en él. Aquí se sirvió otro vaso de vino. ¿Quién era él?Sí.Le gustaba vestir bien.Andar por el centro mostrando exactamente lo que se debe, y lo que no se debe dejarlo para Leticia (cuando se decidiera), o para Ricardo, siempre que mediara un golpe de teléfono. Y mientras tanto, ¿qué?. Ir al bowling, caminar hasta el puerto, o tomar sol en Saint Tropez,y soñar con ese viaje a Río en Carnavales que le había prometido Ricardo.Después... su vida estaba ocupada con tantos sueños...; quería navegar, irse, tal vez a Europa. Pero no por el hecho de conocer Europa. París, Roma,Milán, eran sin duda lindos lugares. Pero no era eso loque realmente importaba. El hecho substancial era viajar en barco; sí, en barco..., a semejanza de esos barcos que mamá le hacía a los ocho años, doblando con ternura la hoja de diario y dejándolo reposar en la bañera. Creía que el fondo del mar era blanco, y que las fuerzas de las olas tenían, exactamente, el ritmo que le fijaban sus pequeñas manos.Pero ahora había pasado tanto tiempo... -Buenos días, papá- dijo esta vez con bronca, mientras servía hasta el borde otro vaso de vino. -Buenos días, papá- gritó mientras pensaba decir cálidamente -queriendo deshacerse de ese raro remolino de angustia- buenos días, mamá... cómo estás hoy?, buena y linda como siempre, mamá; mi mamá. Aquí traje el papel para los barcos. Pero la memoria de las tardes encerradas en el baño, viendo viajar ilustres barcos a los que mamá bautizaba con extraños nombres, no conseguía atenuar la tristeza grande que sentía,ni su gastada melancolía actual. Él era un hombre simple, gozador delas cosas sencillas, amante de la naturaleza, leal para los amigos...; pero había cosas en lo íntimo de su vida que no entendía.No estaba claro para él por qué al pasar por la habitación del viejo debía saludarlo, siendo que siempre dormía, o, en el mejor de los casos, leía el diario, y no le contestaba. Jamás le contestaba, y había llegado a pensar que el viejo estaba sordo. Pero no. Algo golpeaba en su cabeza, y en el sentido literal de la palabra. Algo se doblaba y rompía cuando saludaba al viejo. No era importante que no lo oyera, o que lo oyera y no le contestara. Entonces,¿qué era lo que en rigor lo perturbaba? Aquella mañana lo había descubierto. Lo había descubierto en la cocina, mientras llenaba otra vez el vaso de vino. El lugar vacío al lado de la cama que ocupaba el viejo era la clave: el lugar que ocupaba mamá en vida. -Buenos días, papá- dijo esta vez entre sollozos.-Buenos días, hijo- dijo el padre apareciendo en el marco de la puerta.Y él se entregó a sus brazos y lo abrazaba, lo abrazaba, mientras pensaba en viajes lejanos y múltiples, en viajes claros y magníficos.-Buenos días,papá- y lo miró a los ojos llorando plenamente. -Buenos días, hijo- dijo el viejo casi con miedo, sin entender, -buenos días, hijo. Si el corazón se secacomo fruto abandonado en tiierra,si los sentimientos se hacen piedra,si todo es desierto y arena yertaen los espacios vacíos del alma...¿en qué quedará tu vida? El dolor no es suficiente excusapara dejar los campos sin siembra. Es preciso alimentar la luz de la lámpara vertiendo en ella el aceite que la sostenga.La lámpara del corazón necesita el aceite de la esperanza,el aliento de la ilusiónpara que arda su llamaen medio de las tinieblas amargas. E.G.M.
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Eduardo Fabio Asis
María Ester Rinaldi
Te dejo un cálido abrazo.