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He sido nubehe sido limo, he sido hijo antes del torbellino con que el agua se hizo cadabra. Y aferrado a tu mano he caído, me he hundido, fundido en el negro manto del fondo, un abismo al que he visto parir en destellos. He sido hermano, padre e hijo, y luego el viento del que la tormenta vino. He sido lágrima de ser querido. A los hermanos chilenos: La historia se desplomasobre los lomoshoy que llora el condor entre escombros¿diez carabinerosdefiendenlos bienesy el hambre,detienen la sedcon carros hidrantes?Andes azules madrugada negraen la que roja es toda sangre de todo corazóny blanca la estrellaen nuestra única banderavuelta un paño de lágrimas. La papa en panamá y en la boca esta empanada de nada la patada que dimosal despeñar la montaña que no sería aconcagua pero eran nuestros derechos y fueron desechos por maquiavelos en celo panamapapeados maquillados en todo noticias por novicias que alaban al alí babá de corbata italiana. Lázaro ya no anda, no lo resucita ni el Papa. Dilma a merced de los picapiedras por el honor de Calcaterra. En la Copa de oro de la infamia copa oxidada, occidental y cristiana, recónditos campeones comandan barrabravasy a recondo en tribunales y a la suprema corte con vignolo y el pollo sobrero. mac combo. macondo ¿quién va a querer un satélite? tomá el yaguareté de chocolate de gabón el té de ceilán y dejá de jodery a soñar húmedos maiamis y a sacarse el sombrero, a hacer fuego de las barbas a esperar el calvario que no promete el presidente en algún tn en algún semestre en ningún balcón. duna gemelasinuosa y siniestragárgara y vidriodiluyen whisky o cervezaojos monologana fleco de venasota cargadatambien as de espadala puerta trabadano hay mundoni tiempo ni vidaahi fuera. oh, me devano los sesos para decir:hay de ti, haití... heme aquí, poetiso obeso y concienzudo anacoreta que rasga sus rasgos,rasca la barbeta de poetay culpa al césar por la caries de un mundo.tan inmundoque dice blablablael demonio del tsunamidetonado en atolón,brinda por la buena nueva,una nueva lástima de moda. ¿y qué debo hacer para ser mejor? ¿apoltronarme en el sillón y llorar por la catástrofepanorámica desde mi balcón, la desgracia de una entera nacióncomo si fuese un simple culebrón? ¡basta! suerte rima con muerte... ¿y?estar ahí en haití,comparecer y no poder compadecer,como un casco azul que ofrecea quien da el reino entero (un enjambre de moscas)un vitalísimo trago de agua. lo nuestro, son sólo palabras. 3 Abrí la laptop. Volví a cerrarla apenas sonó mi celular. Rezongué cuando vi el nombre en la pantalla.-hola, Ale.-hola ¿Sebastián? habla Alejandra. ¿en donde estás?-ya estoy embarcando... todavía en Aeroparque. Anunciaron el vuelo a Iguazú con escala en Posadas.Envié un beso sordo a Valentina que viajó atravesando la costra invisible del cristal.-pero llegas hoy ¿no? Valentina, con una mueca que emulaba una sonrisa, me devolvió el beso.-ahá... en dos horas o tres... bah, andá a saber... espero estar hoy en Posadas.-ah, bueno... no... porque Romina quiere hablar con vos- dijo Alejandra, con una inusitada, imposible suavidad. Sospeché.-¿y por que no habla con Esteban, nomás?-porque Romina dice que quiere hablar con vos, Seba.-¿para qué?-no lo sé...- negó con un primer acorde de ese tono, para mí, exasperante.-Ale... vos sabes para qué - y los dos bien sabíamos que ella sabía-. Si es por hablar con ella, yo no quiero.-dice que hay cosas que no cierran, Sebastián. Ay. Si el amor es un noble negocio, el desamor es miserable.-si las cosas no cierran, decile que las hable con Esteban. Ellos son abogados, están para eso... ¿Y Steffi?-está mirando los dibujitos, hoy no fue a la escuela. No se sentía bien.-¿de nuevo no fue a la escuela? Ahora qué tiene.-no sé, me dijo que no se sentía bien... yo no la vi muy bien-. Contestó Alejandra, ya con su tonito de voz habitual.-pero faltó el miércoles y el viernes-. Volvía a sentir ese peso que me ennegrecía el pecho, ese mismo negro que se me subió a la mente cuando Alejandra sentenció:-mirá Sebastián: no te hagas el buen padre por teléfono. -¡no me hago nada! ¡no la dejes faltar! Alejandra... es lo peor que podemos hacerle-. Dije aquello en una especie de berrinche. Alejandra contraatacó:-¡Ja! ¡Lo que faltaba! Desde Buenos Aires me querés manejar la vida. ¡Nos querés manejar la vida! Mirá que nosotras estamos muy bien así... sin vos.-Ale: yo no te quiero manejar la vida, lo que te digo es que no quiero que mi hija falte al coleg... -¿tu hija? ¡Nuestra hija!-bueno, okay, nuestra hija...-te podías haber acordado antes de todo esto... ¡¿tu hija?!... ¡dios mío, cuanto cinismo...!-.Alejandra había logrado, una vez más, ponerme furioso. Conté mentalmente, para tranquilizarme y no empeorar las cosas diciendo algo de lo que iría a arrepentirme.-¿Steffi anda por ahí? ¿Me das con ella? Se oyó la pregunta de la madre y después la voz de Steffi contestando algo.-Dice que no quiere.-¿Cómo que no quiere?-Y... no quiere. - me contestó categórica y en ese tonito maldito con el que siempre logra sulfurarme. Hice una pausa en la que quise destrozar el aparato contra el piso. Respiré hondamente. -decile que quiero hablar con ella, urgente.Alejandra dobló su apuesta:-¿no estendiste que no quiere hablar con vos?- -Alejandra: andate a la -cortó.- ...Del otro lado del vidrio estaba de pie Valentina, mirándome absorta y acicalándose el chal violeta como en un tic. Lo espléndido de nuestro fin de semana juntos, se había desvanecido; su cara era ya de desasosiego, de una angustia que no pudo ocultar ni siquiera cuando esbozó esa sonrisa constipada que me envió a través del vidrio. Me dirigí al guardia del detector de metales (un hombrecito con cara de nada, pero también con la autoridad del uniforme) y le pedí si podía salir o, sino, si al menos podía dejar entrar a Valentina a la zona de embarque. El guardia me remitió a su superior: una joven morocha con un birrete de la Fuerza Aérea que me negó las dos opciones alegando la inminencia del embarque. Tomé mi celular y la llamé; esperé a que encontrara el suyo en el caos de su cartera mirando, a través del vidrio, cómo sus párpados parecían ya hinchados por futuras tormentas. -Vale...-mi amor -canturreó con ternura- ¿estás bien? Te vi hablando por teléfono enojado ¿pasó algo?-si, no es nada ¿vos estás bien?-si...-yo no te veo nada bien.-te digo que si, Seba, estoy bien.-bueno... andá al estudio porque vas a llegar tarde.-no voy a llegar tarde... dejame, que yo sé cuando irme.-Vale, mi vida... me hace mal verte así a través de un vidrio.-A mí me hace peor no verte más.Realmente me estaba asustando con ese dejo fatalista. Si bien yo nunca tuve miedo a volar, aquel temor, caprichoso e infundado de Valentina, estimulaba una sensación nada cómoda cuando se está por abordar un viaje a 10000 metros de altura.La reprendí:-uy Valentina ¿Qué pasa? Estas actuando raro: no digas así... -no me pasa nada, Seba. Te dije que me iba a quedar acá hasta el sábado. Mientras vos hablabas por celular, fui y me compré el cepillo -llevó una mano a la cartera.- ¿querés verlo?... Es rosa.- hurgó en la cartera-¿que?... ¡me estás jodiendo!-y llamé a la oficina... los planos vienen en camino.-¿estas loca?-y ahora corto con vos y llamo a mami para que me traiga la ropa...-¡estas completamente loca! ¡¿Así querés que me venga a vivir con vos?! -¿Qué dijiste?Cuando sus ojos brillaron hasta ahogárseles en ese mismo silencio en el que yo caí, supe cómo se apagaba una estrella y sentí a un ángel cubrirse el rostro con un ala. Valentina insistió con la voz cascada:-Seba: ¿Qué acabás de decir? - -perdoname Vale... perdoname, mi amor.-Y lágrimas ya rodaban en sus mejillas.-¿qué clase de loca creés que soy? estoy enamorada de vos y quise quedarme hasta que el avión despegara... nada más.-... Vale, no lo dije en serio.Quise abrazarla con la fuerza que nunca tendrían mis palabras. Pero el vidrio seguía ahí infranqueable, árbitro invisible entre nosotros.-ya sé, Seba; sé que no lo dijiste en serio, pero lo dijiste.-yo también estoy enamorado de vos, hermosa.-ya se, Seba. Chisté, chillé y puteé mirando a un techo aséptico sin tener argumentos:-la puta madre, ¡soy un boludo!. -no, Seba... tenés razón...-dijo una endurecida Valentina, sonándose y secándose con un Kleenex. -además, yo sé que todo esto es muy difícil para vos... quizá te estés arrepintiendo de venirte a vivir a Buenos Aires... -¡no!... es que... Alejandra no me dejó hablar con Steffi... y me la terminé agarrando con vos.-te entiendo, Seba. Pero vas a tener que aprender a manejarlo. Esto recién empieza, mi amor.-tenés razón, Vale... te prometo que nunca va a volver a pasar algo así.Ansié de todo corazón que sí tuviera el cepillo de dientes en la cartera, y que fuera rosa; deseé con tantas ansias que los planos estuvieran a punto de llegar desde el estudio y que Susana, su mamá, ya tuviese preparadas las mudas de ropa.Nos saludamos a través de ese vidrio empañado con el halo gris de las despedidas.Vi a Valentina irse a trabajar. 7 Y Atendí.-Vale, mi amor... ¿ya estás en el estudio?-si, estoy en el estudio.-¿sabés que recién hablé con Steffi a "su" celular?-¿ah sí? ¿A "su" celular? ¿Tiene uno?... mejor. Así la tenés comunicada.-si, bueno... viste que yo no quería saber nada.... Pero... -contesté hipócritamente- lo mismo pensé. Paula tomó la notebook que reposaba sobre mis muslos; sólo la movió lo suficiente como para mirar la pantalla y poder tipear algo. Vi piernas, desnudas e interminables como autopistas, cruzarse. Se acercó tanto que sentí su calor juvenil y la cordial fragancia del perfume: Chance de Chanel. Con un roce bien estudiado me apoyó la cabeza en el hueco de la axila del mismo brazo cuya mano tenía el celular, y se puso a escribir algo.-¿sigue con retraso tu vuelo?- preguntó Valentina con un talante con el que decía que seguía enojada conmigo.-si, todavía no se sabe por cuánto tiempo... quiero viajar de una vez.-me imagino ¿y que estás haciendo?-nada... acá con el Autocad, aburriéndome.-pero la rubia parece divertirse ¿Quién es, Seba?-¿eh?-la rubia que te está abrazando.Entonces la vi. Valentina estaba parada del otro lado del vidrio, junto al mismo ficus que disimilaba una esquina.Me armé de hipocresía como primer e inmediata defensa, la saludé con la mano libre y contesté, fresco:-y te compraste el cepillo, nomás.-no te hagas el estúpido. ¿Quién es?-¿Quién? ¿Paulita? La aludida abandonó su pose de auscultar corbatas y volvió a poner la laptop en su lugar. Todo aquello, seguramente, fue peor. -ah, Paulita. ¿Y quién es Paulita?-una amiga...Paula me miró; aunque arrugara el entrecejo, se percibía algo de disfrute a través de aquellos rayos en su mirada.-se parece más una amiga de Steffi... no sabía que te hacías amigas tan jóvenes y tan lindas esperando abordar aviones. -dijo con su tono cínico, inédito para mí. -es una amiga de hace mucho tiempo. -¡ja! ¿Desde que ella tenía cuatro años? qué poco te conozco, Sebastián.Entonces dije, estúpidamente, lo imperdonable:-Valentina: no es lo que parece.Que detonó en Valentina un ataque de nervios.-¡qué basura! ¡Dios mío! ¡Sos una basura!-¡calmate Valentina! Vos me conocés muy bien, mi amor, y sabés toda mi vida...-¡no! ¡No me digas "mi amor"! ¡Yo no te conozco! ¡No te conozco nada! ¡Y qué hace todavía al lado tuyo! ¡Que se vaya de ahí!No sé si acaso los gritos de Valentina se oían a través del vidrio, o por mi celular, o si por simple y pura intuición Paula se levantó del asiento, dejó sus cosas y se dirigió al bar a pedirse una Coca cola Light. El guardia se acercó y dijo algo pero Valentina, con un certero manotazo, le hizo volar la gorra que fue a aterrizar en la maceta del ficus. Entonces comenzó una discusión del otro lado del vidrio, discusión en la que, a pesar de ir ganando en retórica y decibeles, Valentina terminó por sacar un aerosol de la cartera y rociar el rostro del pequeño y calvo empleado de seguridad, quien cayó de rodillas a frotarse los ojos. Los que esperaban de mi lado del vidrio, en zona de embarque, empezaron a inquietarse. Aunque algunos se rieron del suceso, la mayoría se preguntaba qué cuernos pasaba; dos viejas pulcras, muy probablemente turistas con destino a Cataratas, pronto se acercaron al detector de metales para averiguarlo. Estaba abochornado y sentía que yo tampoco conocía lo suficiente a Valentina; jamás creí que iba a verla en semejante despliegue de violencia. También pensé que a pesar de los diez años de relación, y de los ocho que llevábamos de casados, tampoco conocía tanto a Alejandra, y que quizás, recién con la separación, apenas la estaba conociendo. Cuando llegué al detector de metales, una de las viejas decía:-que barbaridad ¡que loca está la gente!La otra le contestaba:-es increíble, es por los comunistas que hay en el Gobierno.-cuánta razón tiene usted, señora. -agregó un viejo que se había sumado a la inútil vigilancia de nada. -cuando vuelva el Ejército, la juventud va a aprender lo que es la disciplina... ¡háyase visto un uniformado golpeado por una mujer! ¡En mi época la fusilaban ahí nomás, en el acto! -disculpe, señorita. -le pregunté a la chica del birrete de la Fuerza Aérea, exagerando el tono respetuoso que suele satisfacer a los militares: -¿Me puede dejar salir un segundo? Ella -apunté a la zona del ficus- es mi mujer.-no, no puede, señor. Si sale pierde el importe del pasaje: su vuelo está por abordar. -contestó uniformada y oteando a un imaginario horizonte.-¿su mujer? ¿Usted no era el que estaba con aquella rubia despampanante? -dijo una de las viejas.-picaflor. -agregó el fascista.-¡que barbaridad! ¡Ya no se respeta nada!... es por los comunistas del Gobierno. -dijo la otra-usted es un baboso. ¡Con razón la pobre chica reaccionó así! -me dijo la primer vieja.-no sea metida, señora.- contesté sin demostrar el mínimo interés a aquella discusión. Aún menos me importaba perder el importe del pasaje. -¡no le hable así a una señora! Si yo fuera mas joven, le partía la cara aquí mismo.- dijo el viejo con la justa indignación del autoritario.-señorita, por favor -insistí- déjeme salir un segundo... de todas formas tengo mis cosas aquí dentro.-señor: usted no puede salir. Su vuelo está por abordar. Si sale pierde el importe del pasaje.- Me contestó esta vez mirándome fijo y seriamente, como para dejar en claro que esa era la única respuesta que iría a obtener de ella.-ahora quiere salir a buscarla a la pobre, el muy necio ¡Traidor! -dijo una vieja.-¡infiel! -croó la otra.-¡cállense las dos, chusmas!- grité con la paciencia agotada.-¡ahora si! ¡En guardia, señor, que va a pelear!- el viejo fascista se puso en una pose de box tan anticuada que hasta me causó gracia; Cassius Clay no habría nacido cuando todavía se combatía así. Sólo atiné a sonreír. Pero pronto, el impacto de un puño en jab, directo y por certero, me hizo lagrimear. -¡vamos! ¡Pelee como un hombre! Me tomé la nariz que ya sangraba.Lejos, se escucharon sirenas. Las máquinas, histéricas,se enloquecen al puto dow jones.Al rey Lear le dan sus porotos, una palmada y una bala de buena plata pero de salva. con una balada de Winston Marsallis ao vivo.En tanto, la cítara de una cita con una preciosa chica de luz de luna,deviene en contrabajo. Cosa grave. Sin trabajo. Buena patada y tiros en serio: ¡ajusten sus cintos! ¡en recesión!... ¡márch!...Carros hidrantes Mercedes & Tyssen pisando el asfalto ardiendo en molotov del Mayo en la misma Plaza bombardeada desde aviones por la Armada.¿Arden hoy gimnasios de las Polis? Les han dejado el partenón bien roto...... a la miseria.-Oh, no, no... ejem... perdón-, se disculpa Don Lear,el mismo que fue el Rey del Jet, en Sunset, mientras sube el cierre de bragueta; -marche un marshallitus del súper Tío Samuel,un enclave de cara a Trulalá y de bases... sólidas, libertad a los lobos de Hobbes... y quizá hasta a los dóberman nazis.-¡Oh!- le recuerdo- que acaso sólo sea el nacimiento de un nuevo polo revolucionario... verde, como un tallo flexible, que golpee el lomo de esos canes,y se mee en la mierda de un mero Apocalipsis y construya esa nueva Polis Day-Glo.Gloval. Mientras los gatitos jueganen el ahora, se cuela el mañana;no mires atrás, no verás más que esa infancia por el retrovisor,aquello perdido, disuelto en la sal de las lágrimas prometidas,¿para qué regresar a aquel día en que la alegríanos parecía que jamás volvería? muerto apenas cayó el telón muerto en cromagnón. muerto como el rock n´roll. angelito blanco y puro como tu voto de nene blanco y cadavérico filtrado en las redes. blanca sin celeste esta bandera planchadita. blancas las polillas, los famélicos piojos. blanca amarillenta que te comió los ojos blanca la ceguera del obrero pilatos, blanco esclavo en blanca cocina sin comida en los platos. muerto el suicida que bocina verdades. los buitres en la cima bostezan por megáfono sus mentiras, eterno retorno 10 mg de amnesia, soma necesaria en otro fin de la historia. esta miseria repetida de memoria. voy a escribirlo como vosque tanto andas detonando:por lo menos sé quien soyy que jamás seré un poetaaunque me sepa ese par de acordes, (me gusten los hermanos coen)y hasta pueda andar en bicicleta(tarareando esas mismas letras)..si hubiera sabido que a su lado era el salame,juro que aún hubiera queridohacerle ver un par de estrellaspor irse sin saludary dejar la canilla abiertapara inundarlo todo (con esas mismas letras)..y volvés, perejil, random-in,hecho el joven de ayer con la cara de kermés... ¿por qué no te tomás un remís a SADAIC?dejá de una vez la galletita rex.si china insiste y te ataca kamchatkaes porque el rastrojero tiene el ritmo que te falta,¿por qué seguís así, tan sediento, galopante, ganándole la carrera a nadie?sí, sí, sí, tenés razón.¿vos no sos el que educa a arizona?no, no, no: vos sos aún mejor. Empecinadamenterompes la siesta,este amargo sudor de sesospodría ser el comienzode algo importanteuna fabula, una muerte o un regreso,cae una aplanada hoja de oficinaque se resbalo por los dedos.Cierro la ventanilla como si fuerala escotilla de un buque perdido,el cigarrillo contra el piso y la vigiliay la empecinada militancia de quererdespegarte del mundo con una cucharita. Una de las cosas que odio de mi,es que nunca pudé olvidar tu número telefonico,lo grabé con el puñal mas fino, en la piedramas honda, dentro del rincon mas vacio y escondido de mi cerebro.Realmente odio no poder olvidarloporque en combinacion con el alcoholes nocivo para mi salud mental y para tu valioso tiempo. Nunca creí que escuchar nuevamenteel soplido helado de un desprecio, de un desamor, me haría renacer, sentir la tibieza de mi alma,tranquila, pacifica y entusiasmada concreerte perdido, con creerte tan distante, con creer que respiro por tus despreciosy mi falta de ti. Tan contradictorio que me parece una locura,me confunden mis pensamientos, me confunde que mi llanto sea para sentirme despreciada, peromotivada a vivir para realizar mi venganza. Soy una mujer maldita, iluminada con aerosol oscuro, caminante de una luna lejana,habitante de un bar encima de un crater, con mi teléfono, con tu númerograbado en mi agenda cerebralpara llamarte en mi mareos constantes,para llamarte cuando comience a sentirmefeliz pero desamparada. Tu numero es parte de la pagina paraemergencias, así que perdona que te moleste,que acribille tu tiempo y te oblige a escuchar mismaldiciones, pero que te quede deconsuelo que siempre tendrás el don de colgar antes que yo. -Buenos dias, papá- y era la tercera vez que lo decía; -buenos dias, papá- volvía a repetir. Entonces saltaba de su cama, recorría el flaco pasillo y se internaba en el baño. La ducha, el agua fría, no le daba la grata euforia que necesitaba. Trataba de secarse con la amplia tohalla, y se envolvía en ella creyéndose el Marajá de Kapurtala, y mientras orinaba en el bidet, pensaba en cómo pasar ese día, vigésimo de diciembre.Ese diciembre que le calcinaba la piel, porque se presentaba caluroso y húmedo como ninguno, y ya podía ver que lo había jodido bastante al pelarle la espalda el sábado anterior, en la pileta de Ricardo.Volvió a tener ganas de orinar, pero eran ganas, nada más,porque al enfrentarse con el bidet, un chorrito indeciso se asomo por su pijita. Se la metió dentro de su calzoncillo, se miro en el espejo, se hizo alguna pregunta íntima que no contestó, y salió otra vez para atravesar el pasillo.-Buenos días, papá- dijo esta vez con voz más firme. Y siguió hasta la cocina: el mate, el té, el café, el vino. EL VINO. El vino era exactamente lo que conformaba su paladar aquella mañana de diciembre. Y mientras saboreaba su aspereza se le ocurrió pensar en el viejo, en la navidad que ya llegaba, en lo llagado de su espalda, en Leticia,(en la costosa Leticia) que todavía se negaba a todo, y por último en él. Aquí se sirvió otro vaso de vino. Pero, ¿quién era él? ¿El amador de Leticia, el macho de Ricardo, el hijo del viejo que aún dormía?-Buenos días,papá- pensó esta vez, y tragó apurado el vino. ¿Quién era él? Sí. Le gustaba vestir bien. Andar por el centro mostrando exactamente lo que se debe, y lo que no se debe dejarlo para Leticia (cuando se decidiera), o para Ricardo siempre que mediara un golpe de teléfono.Y mientras tanto qué? Ir al bowling, caminar hasta el puerto, o tomar sol en la costanera, y soñar con ese viaje a Río en Carnavales que le había prometido Ricardo. Después...., su vida estaba ocupada con tantos sueños...; quería navegar: irse, tal vez a Europa. Pero no por el hecho de conocer Europa. París, Roma, Milán, eran, sin duda, hermosos lugares. Pero no era eso lo que realmente importaba. El hecho substancial era viajar en barco; sí, en barco..., a semejanza de esos barcos que mamá le hacía a los ocho años, doblando con ternura la hoja de diario y dejándolo reposar en la bañera. Creía que el fondo del mar era blanco, y que las fuerzas de las olas tenían , exactamente, el ritmo que le marcaban sus pequeñas manos.Pero ahora había pasado tanto tiempo...-Buenos días, papá- dijo esta vez con bronca, mientras se servía hasta el borde otro vaso de vino. -Buenos dias, papá- gritó mientras pensaba decir cálidamente (queriendo deshacerse de ese remolino de angustia), -Buenos dias, mamá; buenos días , mamá... cómo estas hoy buena y linda como siempre, mamá, mi mamá; aquí traje el papel para los barcos...Pero la memoria de las tardes encerradas en el baño, viendo viajar ilustres barcos a los que mamá bautizaba con extraños nombres, no conseguía atenuar la tristeza grande que tenía, ni su gastada melancolía actual.Él era un hombre simple, gozador de las cosas sencillas, amante de la naturaleza, leal para los amigos...; pero había cosas en lo íntimo de su vida que no entendía, no entendía...No estaba claro para él, por ejemplo, por qué al pasar por la habitación del viejo debía saludarlo, siendo que siempre dormía, o en el mejor de los casos leía el diario, y no le contestaba. Jamás le contestaba, y había llegado a pensar que el viejo estaba sordo. Pero no. Algo golpeaba en su cabeza, y en el sentido literal de la palabra. Algo se doblaba y rompía cuando saludaba al viejo. No era importante que no lo oyera, o que lo oyera y no le contestara. Entonces, ¿qué era lo que en realidad lo perturbaba? Aquella mañana lo había descubierto en la cocina, mientras llenaba otra vez el vaso con vino: el lugar vacío al lado de la cama que ocupaba el viejo era la clave: el lugar que ocupaba mamá en vida.-Buenos días, papá- dijo esta vez entre sollozos.-Buenos dias, hijo- dijo el padre apareciendo en el marco de la puerta.Y él se entregó a sus brazos y lo abrazaba, lo abrazaba, mientras pensaba en viajes lejanos y múltiples, en viajes claros y magníficos.-Buenos días, papá- y lo miró a los ojos llorando plenamente.-Buenos días, hijo- dijo el viejo casi con miedo, sin entender, -buenos días, hijo. Guillermo Capece (año 1973) El Chueco y yo éramos la custodia del Pelado en esa reunión con el poronga de la Federal. El pelado Carlos lo miraba fijo a los ojos y los ojos de aquel tipo eran fríos como un témpano de hielo. Su rostro cadavérico y su dedo sobre el gatillo de la Browning 45 hacia que tanto el Chueco como yo tuviéramos un escozor frío por la espalda. La verdad es que si querían en ese mismo instante a mi, al pelado Carlos y al Chueco nos reventaran en un abrir y cerrar de ojos, entre esas dársenas abandonadas del puerto de Buenos Aires. Era diciembre y hacia calor. Al pelado Carlos le caían gotas de la frente de su calva brillante. -¿Dónde tiene al negro Quieto? Si algo le pasa varios de ustedes van a pagar. Y los gestos de la mano donde llevaba la pistola no dejaban lugar a dudas de que se podía pudrir todo en un segundo si alguien se equivocaba un milímetro. Pero Harguindegy le contestaba imperturbable.-Mira Pelado, recién vengo de hablar con Viola, que todavía se esta sacando los escombros del uniforme por la bomba a Videla. Hay bronca. A Quieto no lo entregamos. Ahora es nuestro trofeo. Ustedes están confundidos. Para nosotros lo peor ya paso, ahora la balanza esta de nuestro lado. Han perdido, es una cuestión de tiempo. -Ustedes son la oligarquía en retirada, no nos asustan, tarde o temprano recuperaremos la ofensiva. - Y los empresarios son los que nos piden que les demos leña. ¿Cómo los llaman ustedes, los burgueses nacionales? Pero para ellos la Nación son estancias, fábricas y propiedades que defender. Nos piden orden para producir y, muchachos seamos serios, nosotros somos el orden. ¿Qué les hace pensar que vamos a dejarnos ganar por la bravata marxista en un país católico y militar como el nuestro?Yo lo miraba al Chueco y el Chueco lo miraba al Pelado que se le hinchaba de bronca la vena de la frente y parecía que iba a explotar de furia. -Nosotros representamos la fuerza del pueblo, pronto vamos a ser todo el peronismo. Nos bancamos a los gorilas, a ustedes los vamos a volver locos. -Jajajaja. Rió insultante Harguindegy -¿Que peronismo? Si ni Perón los quería ya, e Isabel nos nombro a nosotros para hacerlos mierda a ustedes y los loquitos de Santucho. Si ustedes son la fuerza del pueblo, cosa que dudo, ya hemos aprendido, no hay problema, destruiremos al pueblo y se acabo. -Ustedes son unos bocones, no saben de lo que es capaz el pueblo.-No señor. Ustedes son los que no tienen idea de nada. Ongania era una dictablanda al lado de lo que se viene con nosotros. Los vamos a hacer mierda y borrar del mapa. Van a extrañar al personaje grotesco ese de López Rega, Pelado, te lo aseguro. La charla termino de golpe. A Quieto no lo entregarían jamás. El Pelado quedo en silencio en todo el viaje de regreso. El Chueco y yo, no cruzamos ni palabra. A los días empezaron a caer lugares que solo el Negro conocía. La conducción dijo que se quebró. Era diciembre del '75, faltaba poco para que empezara una larga noche. Porque estoy solo y aburrido, no se va a caer el mundo. Es una lástima. No sería la primera vez que un solitario aburrido derriba el mundo. Nos vendría tan bien a todos. Claro, hace falta talento para pegarle una patada en el culo del mundo y mirar como se desploma a pedazos. Si estuviese muy solo, si estuviese muy aburrido, si fuese verdaderamente sincero... quizás... el estruendo sería nuestra música y desde las ruinas... emergeríamos vos y yo. Lástima que el solitario aburrido que esto escribe, no esté tan solo, no esté tan aburrido, sino... otra sería la historia. M elodía por la paz del alma I nquieto y rebelde corazónE n oscuros pozos del fracaso te has perdido L ágrimas de dolor tus ojos han limpiado.P uertas cerradas abrirás A romas nuevos te visitaránR eirás en la amanecida de tu almaA ndando, en el viaje del re-encuentro T odo lo que se ha amado, toda lágrimaI rrigará en los jardines de la gracia En el arrullo, las ganas de escribir, como una música Febril se eleva y se desborda. Vivir en el ojo De la tormenta. Bailar en el viento de las ganas. Beber ese vino del momento. Iluminar la antesala De la melancolía. Detener los versos en su filo. Cerrar los postigos de la dicha. Bajar hacia el Sótano de la mañana. Hallar la marea diminuta. Hundirse y perderse y ser otro, otra. Temblar El dibujo de la letra. Revivir con los muertos. Amar la poesía aunque no sea virgen. Aunque Sea la misma promiscua mujer que hizo el Amor con todos ellos. Aunque nos mire reciente Y provocadora. Aunque nos engañe que es nuestra Y no es de nadie. Aunque nuestros hijos con ella sean Burbujas o caballos, pies sucios o fulgores fríos. << Inicio < Ant.
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LUANHA
SE TE EXTRAÑA.....
Mastropiero
Hoz Leudnadez
Hoz Leudnadez
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Y minimo le debes las lagrimas a aquello...te contare un secreto amigo...yo alguna vez...lo tuve todo...pero por andar mas aca (me toco la sien como metafora a la mente) que aca (ahora la palma sobre mi pecho) me deje llevar...por tercera ocacion amigo...ya se lo habia hecho a otras...hize mi papel mas malefico...y todo por el miedo de que se fueran sin dejar algun recuerdo....y sabes Rex....fui criminal...un bastardo criminal...pues al destruirla a ella gane mi placer...y todo fue por las letras...escribi algo llamado "El Corrido de Un Jueves de Tianguis" que pronto publicare aqui...y esa...esa obra...esas letras han sido...segun algunos amigos y criticos lo mejor que he hecho...mi limite...el tope de mi efimera creatividad...y pues lo mas cagado es que no es creatividad...es mas bien un puto retrato...pero pues tu lo sabes de mas....asi es LA PUTA POESIA.....Y te digo esto...por que es muy similar a tu Genoma y Feromonas....es muy intrigante haber sentido lo que fue leerte y lo que yo experimente con aquel corrido...espero publicarlo pronto amigo...y espero tambien...que por aca en Mexico...sera re-editado por una estupida editorial de esas explotadoras...como modo del cumpleaños 5 de esta obra...y si se me hace costear la reedicion...te lo prometo que te mandare una copia hermano....saludos.....Y QUE VIVA LA PUTA POESIA!!!! Y A LA SALUD DE LAS MUJERES...POR QUE A LAS BUENAS SE LES BENDICE....PERO MI TANGO POETA....A LAS MALAS...SE LES ESCRIBE..............
Noelia Terrn Torres
Ante todo muchas gracias por aceptar mi solicitud de amistad. He leído el último relato que trata sobre la fidelidad. Yo tengo algunos, que ya colgaré, sobre el mismo tema....tema por otro lado bastante complicado y complejo, da para escribir muchísimo y a veces, es difícil entender o compartir decisiones que aborden el hecho de ser o no fiel..a una perdona querida, a un idea, a un sentimiento. Te seguriré leyendo pues me gusta tu estilo.
Seguimos compartiendo.
Besos.
Hoz Leudnadez
.......................jajajajaja.....es mentira....jajaja no que no, que es un chiste jajaja yo no soy asi de prepotente jajaja.
No digas cosas asi Rex...que me lo creo...jaja...Que en El Gremio nos tinteamos....jaja
Oye que no he podido publicar tu calavera es que ando de gira...en el Rock...y pues ya tengo 2 semanas que no estoy en un lugar fijo....es que sabes querido amigo...tambien le hago a la musica...y ando en un pequeño tour...y pues cuando pueda te lo hare saber...ademas es que quiero ponerle la imagen perfecta que estoy seguro que te gustara...Amigo...Gracias por leerme...Todos mis repetos ante ti...y tu queridisima Argentina....Que aca en el Mictlan tines un amigo....y seguro contacto que cuando bajes aca...en un acorde apico cual Dante Argentino en el paseo por el infierno...yo me asegurare de tener y conseguir cerveza fria...con corrupta coscupiscencia a las virgenes...salud....salud...Rex....y gracias....
Mara
Anna Feuerberg
Quiero que sepas que te aprecio, te valoro y te admiro mucho, me pasas muy buena onda. Cuando leo tus comentarios y tus textos encuentro una persona con una forma de pensar bien interesante, amplia, profunda, culta. Lo que expresas me sensibiliza y me abre perspectivas. Siento que sintonizas mucho con lo que quiero expresar y eso me reafirma y me hace sentir muy bien. Dejas comentarios lindos, simpáticos...me divierto full ; )
Sí, como comentas en Ven a Mí, soy la propia gata que espera y corre a abrir la puerta, a dar besos y abrazos, sirvie algo de tomar, da mimos, no pregunto si no cuentan porque quizás no quieren pensar más en el día sino ir a otra cosa, y el tiempo se usa creativa y plácidamente en el hogar, cool, easy, light. Me siento como una geisha ; ) ¡Me encanta.!
Me gustó mucho Genomas y Feronomas. ¿Cuando viene más?
Muchas gracias por todo Rex, es un gran placer, nos seguimos leyendo.
Un abrazo grande
Que estés super
Annita
Hoz Leudnadez
de tu amigo
Dr.- Hoz Nefastopheles Gineckrologore Leudnadez....fuera...................................de su tumba...
Anna Feuerberg
Un néctar sagrado en el tiempo
concede espacio a las pasiones
copas vivas contienen fulgores
que mecen la emoción y la consciencia
la memoria endulza el momento
allanando repentinos singulares
cuando vierte sutilezas dispuestas
a comprender mutuas realidades