• José Orero De Julián
diesel
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Debe ser que el silencioes tu nombre, es tu mirar forjandouna visión de la Naturaleza plena, fecunda, fértil en cada canciónque solo de mis adquiridos sentirescelebran tus sueños junto a los míos.  Sin falsos rubores te recogesentre mis manos murmurandoun misterio de mundo ya sin tiempoy sin horasy sin límitesy sin fronteras y sin sentir miedo a la nochehasta llegar ese despertarque abra la puerta de tu modelomientras eres la prolongación de mi dorado sueño.  (De "24 Poemas Latinoamericanos" de José Orero De Julián "Diesel"). 
Noviazgo a tope. Es hora de invitarla a todo lo que sea mientras le cuento historias, cuentos, leyendas y alguna que otra creación inédita y sorprendente. Así que el Cine es un buen pretexto para saber aplicar la técnica más apropiada en esto de saber ligar con Ella. Por ejemplo, una película que me vino de mil maravillas fue "La mujer de rojo". La dejé encantada del todo y tuvimos que repetir. Por eso me sé su Sinopsis de memoria: "Teddy Pierce es un hombre aparentemente feliz: tiene una buena esposa, hijos, amigos y un buen puesto de trabajo en una agencia de publicidad. Cuando se cruza con una mujer que viste un provocativo vestido de seda rojo, descubre que es la modelo seleccionada por su agencia para una nueva campaña. A partir de ese momento, el sueño de Teddy será tener una aventura con ella". La miro una vez más. Le sienta de maravilla el color rojo y el color rojo de sus labios me enloquece segundo tras segundo; así que hay que saber aprovechar los 20 días que tengo para enamorarla después de que Ella me ha conquistado desde la primera mirada que me lanzó. Besarla en la boca ya es, por fin, muy fácil después de haber atravesado la turbulenta travesía Madrid-París-Madrid. Noviazgo a tope. "La mujer de rojo" fue mi mejor elección para el precalentamiento de los motores biológicos. El resto forma parte del secreto del sumario. Cierro mi Diario con una sonrisa soñando, por enésima vez, con sus labios rojos. Lo que sucede es que ahora ya es una realidad.
Tengo solamente 18 años de edad y ya llevo unas cuántas conquistas entre las chavalas de la Oficina Principal de Madrid (Plaza de Canalejas, número 1) del Banco Hispano Americano. Estamos en pleno mes de agosto y ligar es mi afición favorita. Es época de auge de Karina. A una que, entre broma y broma con los casilleros, se me acerca demasiado le canto una canción que está de moda. Música del Recuerdo: "No, no somos ni Romeo ni Julieta actores de un romance sin final, no, no somos ni Romeo ni Julieta, ni estamos en la Italia medieval. No, nosotros no tenemos que enfrentarnos, con nadie que se oponga a nuestro amor, pues, pues todo es diferente en nuestros días, y hoy brilla el sol radiante de esplendor. A veces yo siento miedo al ver mi felicidad, será porque yo te quiero, de verdad. Más pienso que nuestra dicha no debe acabar jamás en tanto que nos queramos siempre igual. No, no somos ni Romeo ni Julieta, aquellos que murieron por su amor. No, no somos ni Romeo ni Julieta viviendo prisioneros del temor. No, no existe ni una duda en nuestra vida y es fácil hoy en día ser feliz. Tú tan sólo quiéreme de igual manera que estoy, mi amor, queriéndote yo a ti. No, nosotros no tenemos que enfrentarnos con nadie que se oponga a nuestro amor, pues, pues todo es diferente en nuestros días, y hoy brilla el sol radiante de esplendor. No, no somos ni Romeo ni Julieta, aquellos que murieron por amor. No, no somos ni Romeo ni Julieta viviendo prisioneros del temor". Alicia en el País de las Maravillas y Vidal que se me achanta y guarda silencio porque se ha dado cuenta de que ha sido derrotado.
"El incidente en el garaje fue el tercer suceso con tintes de catástrofe en casa de los Amory, y clavó un terrible pensamiento en la cabeza de Loren Amory: su querida esposa Olivia intentaba matarse" (Patricia Higshmith).------- Sofía Obregón comenzó a hacer bolas con todas las hojas que ya tenía escritas y las fue arrojando, cada vez con más rabia, al cesto de los papeles. Intentaba escribir una nota que fuese totalmente creíble para que sirviera de pista, al doctor Esteban Alsina, con motivo de que descubriera algo sobre su estado de ánimo. Esta forma de actuar era una de las muchas rarezas de Sofía Obregón. Ahora se había empeñado en hacer la vida imposible a Esteban Alsina para que se ocupara solamente de ella y le diagnosticara, con total exactitud, qué es lo que estaba pasando por su cabeza y qué pensaba ella de la vida misma. En un ángulo oscuro de la sala habia una vieja arpa, abandonada y llena de polvo. Antes ella solía tocarla durante un par de horas cada día a partir de las 5 de la tarde. Ahora ya estaba olvidada por completo. Así que con el corazón latiendo como una máquina de cortar el césped dejó de intentar seguir escribiendo algo que resultara interesante y decolgó el teléfono. - ¿Qué terrible enfermedad te ataca ahora, Sofía?- Un montón de cosas, doctor Alsina. - Llámame Esteban como siempre, por favor. - ¡No! En este asunto prefiero llamarle doctor Alsina por si alguien anda escuchando algo. - ¿Has estado pensándolo últimamente?- No. No he pensado nada todavía. ¿Por qué? Esto no se lo eperaba el doctor. - Porque... bueno... todo se puede llegar a saber...- ¿Me está usted culpando a mí?- Sólo te digo que eres muy descuidada. - ¿Y usted no es también culpable?- No sigamos hablando por teléfono, Sofía. Es mejor hacerlo de manera personal.- ¡Entonces quiero verle inmediatamente!- ¿Crees necesaria tanta precipitación?- Es mi vida y supongo que, a pesar de todo, merece la pena seguir viviendo... - ¿Todavía sigues pensando en el suicidio?- Usted me hizo prometer que no lo intentara nunca más... - Pero lo has intentado... Ella no quiso decir nada más sobre el asunto. - ¿Dónde nos podemos citar, doctor Alsina?- Creo que lo mejor, para pasar desapercibidos, es vernos en la Biblioteca.- ¿En la Biblioteca de Molina de Segura?- ¿Tú estás loca? ¡Cómo vas a pensar que yo cometa tan grave error! - ¿Se refiere entonces a la Biblioteca Regional de Murcia capital?- Sí. ¿Sabes dónde está?- No soy ninguna analfabeta. - No te estoy insultando, Sofía. - Está bien. Acepto su disculpa. - No me estoy disculpando de nada sino que solamente te digo que no estoy insultándote. - No quiero discutir tonterías con usted. Está en la Avenida Juan Carlos I, número 17.- Si tuvieras tan buena memoria siempre ahora no te encontrarías tal como estás. - ¡Deje de decir sandeces, doctor Alsina!- No te ofendas otra vez, Sofía. Nos vemos a las diez de la mañana. - ¿En qué rincón exactamente?- En la planta primera. En la Sección de Literatura. - Pero yo no puedo estar alli tan pronto. Necesito una hora más de tiempo. - No te preocupes por eso, Sofía. Yo te estaré esperando una hora pero quiero que seas puntual. Me pone mal de los nervios eso de que cuando cito a una mujer ésta llegue más de una hora tarde. - Ya se nota que es usted un verdadero machista. - Pero por lo menos soy más sincero que tú. Por eso te cuento que me viene bien que llegues a las once porque así me da tiempo para seguir escribiendo comentarios sobre "Los poemas de Mar Menor". - ¿Se puede saber qué hace un psiquatra leyendo poemas de Carmen Conde?- Tengo tres motivos para hacerlo; en primer lugar porque Carmen Conde nació en Caertagena lo mismo que yo; en segundo lugar es que el Sindicato UGT me ha pedido escribir un comentario sobre este libro para nuestra Revista Trimestral "Locos pero contentos"; y en tercer lugar es porque estoy locamente enamorado.- Y necesita aprenderse de memoria algún poema más o menos amoroso para conquistarla aunque ella no le esté haciendo ni puñetero caso. - ¡Eso es! A veces pienso que la psiquiatra eres tú y yo soy el loco. - ¿Me está tildando de loca, viejo verde verdulero?- ¡¡No desatemos la Tercera Guerra Mundial, Sofía!!- A partir de ahora haga usted el favor de no llamarme nunca más Sofía y cuando se dirija a mí limitese a decir señora Obregón. Nacida en Molina de Segura para ser más exactos y para que vea que yo también me siento muy orgullosa de mi lugar de nacimiento. - No va usted a comparar a Molina de Segura con Cartagena...- ¡Estoy hasta el moño de mi abuela, que en paz descanse, de tanta hostilidad regionalista! Yo me considero una ciudadana universal. - Dejemos ya de hablar pendejadas, señora Obregón, y vayamos al asunto. La espero mañana a las 11 del día en la Sección de Literatura de la primera planta de la Biblioteca Regional de Murcia capital. Si tanto le interesa lo que voy a hacer entre las 10 y las 11 de la mañana ya se lo he contado. Investigo el contenido del poema "Luna en el Mar Menor" para escribir un comentario en "Locos pero contentos" - No me extraña nada. Ya sabemos todos los vecinos y vecinas de Molina de Segura que usted es un lunático.- ¿Quién está insultando ahora?- Decir la verdad no es insultar. - Pues a mí no me ha dado nunca por intentar suicidarme y usted ya lleva tres intentos fallidos. Esperemos que a la cuarta sea la vencida. -  ¡¡Grosero!! ¡¡Ya verá cómo respondo yo a esas calumnias, vejestorio!! Sofía Obregón colgó el teléfono y, cogiendo el minicomponente Sony que le había costado algo más de 550 euros, se tumbó en el sofá y encendió el aparato. - ¡Recuerdo aquella vez en que yo te conoci.. recuerdo  aquella tarde pero no recuerdo ni cómo ni cuando yo te vi...  pero si que te diré que de ti me enamoré..  de esos tus hermosos ojos y tus labios rojos que nunca olvidaré... oye esta canción que lleva alma, corazón y vida y nada más... esas tres cositas nada más te doy. Cómo no tengo fortuna esas tres cosas te ofrezco alma, corazón y vida y nada más. Alma para conquistarte, corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti. Alma para conquistarte, corazon para quererte y vida para vivirla junto a ti... Recuerdo aquella vez en que yo te conoci... recuerdo aquella tarde pero no recuerdo ni cómo ni cuando yo te vi... pero si que te diré que de ti me enamoré... de esos tus hermosos ojos y tus labios rojos que nunca olvidaré... Oye esta canción que lleva alma, corazon y vida y nada más... esas tres cositas nada más te doy. Cómo no tengo fortuna esas tres cosas te ofrezco alma, corazón y vida y nada más. Alma para conquistarte, corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti. Alma para conquistarte, corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti. Y vida para vivirla junto a ti. Y vida para vivirla junto a ti. Rápidamente apagó el minicomponente.  - En verdad que no sé para qué quiero seguir viviendo...
¡¡¡Parecía del todo imposible pero ha sido realidad!!! La noche del día 22 de abril del año 2014 después de Jesucristo, ha pasado a ser una fecha trascendental en mi periplo vital del Mágico Solitario. El Día del Bando Murciano, cuando una gran parte de la población de Molina de Segura luce sus trajes regionales llamados huertanos o sea, celebran la Fiesta de la Huerta, acabo de batir el récord mundial del citado Mágico Solitario. La gran efeméride ha sucedido en el Paseo Rosales de la citada Molina de Segura, bajo la luz de una farola y sentado en un banquillo. ¡95 puntos! ¡El nuevo Récord Mundial de mi Mágico Solitario queda establecido en 95 puntos y a punto estuve de alcanzar los 100! Algo que parecía imposible es una realidad. Para que luego vayan diciendo los incrédulos ateos que los milagros no existen. No solamente existen los milagros sino que son visibles y sin ocultación de ninguna clase. Lograr la marca de 95 puntos en mi Mágico Solitario solo es posible cuando no solamente se posee un físico envidiable y una química empática sino, sobre todo, porque Jesucristo está presente. Y esa noche Jesucristo siguió tan presente en mi vida como desde que nací. Así que anoto esta efeméride en mi Diario y sigo adelante. Un día de estos me voy a Alicante aunque Alicante ya lo he visitado alguna vez que otra. Pero como soy poeta...
Adolescente pero atrevido. No osado pero valiente. Nada de suicidarse sino al ataque. El Instituto San Isidro de Madrid es ya una realidad en mi curriculum y sé que no tengo que decepcionar en quienes han confiado en mí. Así que me he matriculado para ir a por todas. Las calabazas de junio se pueden volver melones para septiembre. Así es la realidad de este mundo estudiantil. Hoy recojo lo que ayer sembré. Muchos no saben transformar las calabazas en melones y abandonan antes de tiempo. Yo no. Yo soy un resistente de los que permanecen sin perder el ritmo. Esto del Bachillerato es una carrera de fondo y tengo suficiente fondo como para ir dispuesto a sacarlo con brillantez. Sólo brilla quien tiene carisma suficiente como para brillar. En Cuarto de Bachillerato o te rindes o resistes a todo lo que se te avecina. Alguna nueva vecina de Pizarra, número 3 (en Madrid), se queda observando por ver si caigo y no me levanto jamás. Pero no. Soy imbatible cuando parece imposible. Así que, metido en Ciencias, suspiro por las Letras pero no pierdo el ritmo. Me he matriculado para algo más que hacer acto de presencia. Así que me dispongo a estudiar los libros que compro en "La Felipa" y hasta Felipe (no sé si quinto levanta tira de la manta o simplemente Felipe con el que me encontraré en "Los Gabelistas" de Extremadura) se queda asombrado.  El asombro es poder haber llegado hasta aquí. Dice la Historia que en estas aulas estudió Lope de Vega y eso me da suficientes ánimos como para no claudicar. Pero no solamente Lope de Vega sino muchos más. Por las aulas de nuestro edifico han pasado numerosas celebridades que han brillado en la vida, no es de extrañar que una buena parte de su energía se conserve en el instituto y nos estimule para seguir adelante en nuestra labor. He aquí la lista completa: Don Juan Carlos I, El infante Don Julián, Calderón de la Barca, Felix Lope de Vega y Carpio, Francisco de Quevedo, Juan Eusebio Nieremberg, Mariano José de Larra, Luis Candelas, Pío Baroja, Víctor Hugo, Nicolás Salmerón, Julián Besteiro, José Canalejas, Eduardo Dato, Miguel Mihura, Francisco Ayala García-Duarte, Pedro Puig Adam, Enrique Rioja-Lo Bianco, Manuel María José Galdo López de Neira, Juan Dantín Cereceda, Juan de la Cierva y Codorníu, María Zambrano, Vicente Aleixandre, Jacinto Benavente, José de Echegaray Eizaguirre, Manuel Tuñón de Lara, Antonio Ayora, Manuel Galiana, Emilio Gutiérrez Cava, Santiago Segura, Manolo Santana, Eduardo Rosales, José Gutiérrez Solana, Ignacio López de Ayala, José Gómez Hermosilla, Raiundo de Miguel, Francisco Navarro Ledesma, Urbano González Serrano, José Verdes Montenegro, Miguel Aguayo, Sandalio de Pereda, Reina Fabiola de Bélgica, Jaime Vera, Manuel García Prieto, José Ortega y Munilla, Juan Pérez Zúñiga, Joaquín Abati, Enrique Chicote, Claudio Sánchez Albornoz, Erenesto Jiménez Caballero, Carlos Arias Navarro, José Simón Díaz, José Luis Sampedro, Nicolás Sartorius, Manuel Tamayo y Baus, José María Fraguas "Pirracas", Víctor Ciriaco Cruz y Ruiz de León, Felipe Picatoste y Rodríguez, Mariano Carreras y González, Ricardo Becerro de Bengoa, Manuel Ontañón y Valiente, Anadón, Farelo y un largo etcétera más. Yo quiero llegar a donde llegaron ellos o incluso más allá si es posible. ¡A por todas! Me matriculo y estoy disusto a conseguirlo porque "quien la sigue la consigue". Ya está.      
Si tu imagen aparece en la retina de mis pensamientos es señal de que significo mucho más que una aventura.Trascendencia. Nuestra permanencia establecida en lugares que existen y coexisten más allá de los sonidos pasajeros es demostración de que valemos mucho más de lo que dicen las gentes que ni entienden ni saben entender lo que de valioso llevamos en nuestra persona. Y yo a eso lo llamo personalidad. América. Llegar hasta las fronteras y cruzarlas con la nobleza de quienes vienen a tus tierras a gloriar las Letras con discursos de Paz significa encumbrar en lo más alto de la dignidad humana un sentido unívoco de vocación universal. Así es cómo se combate a la envidia patria y, lejos ya de las inquinas, te haces más hombre, más persona, más presencia en todo lo que se llama Amor. Ese sentido de pertenencia en las alturas nos eleva hasta el grito de la liberación que llevamos dentro de nuestras almas desde el mismo momento del nacer. Existe una frase que dice "que nos quiten lo bailado". Y es que, en este mundo llamado Tierra, algunos bailan y otros desfilan. No me llaman la atención los pobres de espíritu sino aquellos seres humanos (hombres y mujeres por igual) que forman sus conciencias en el crisol de sus personalidades. 
66. Estoy en Cima liberando a las princesas apresadas por "El Romano". Me importa menos que una moneda de cartón que "El Romano" no haya querido estar presente para ver cómo las libero. Él se marcha con Domínguez mientras yo me dedico, mañana tras mañana, a darlas unas nuevas razones para sonreír. Y devuelvo el alma a todas ellas. Las princesas aprenden lo que "El Romano" no quería que aprendieran. Y todo ello lo hago solamente por una causa: la razón de enamorar aportando liberaciones para que aprendan a sonreír. Destruyo toda la muralla y penetro en el corazón de ellas. ¿Para qué? ¿Por qué? Solamente para hacerles saber a todas ellas que, lejos de "El Romano", vivirán mejor. No busco romances con ninguna pero entiendo que si no entro en sus corazones no lo podré conseguir. Así que comienzo a crear el mundo de las fantasías. Y, mañana tras mañana, la imaginación da sus frutos. Si "El Romano" ha huido yo no he rechazado esa labor. Y las dignifico en su autoestima con tan sólo 17 años de edad. Supongo que muchas de ellas ya sabrán quien soy. El antídoto contra los conquistadores es dejarse conquistar. Pero más allá de eso sólo ofrezco liberación a coste cero. Voy forjando una manera de ser autónoma e independiente mientras rompo sus cadenas. Liberando a las princesas apresadas por "El Romano" me siento más persona, más líder de las causas justas y más capitán de mi propio Destino. Si lidero al Deportivo Olímpico es porque sé comprenderlas.  
8 de agosto de 2014. Pienso. Medito. Razono. Sé. Volverán las alegres golondrinas en nuestro jardín sus nidos a colgar y las flores que adornaron nuestros sueños volverán a crecer cerca del mar. Volverán nuestros sueños a nacer dentro de los sueños de verdad. Por eso sé que volverán las olas de la primavera a nuestra playa de nuevo a jugar y otra vez juntos nuestros sueños todo será un nuevo comenzar. Cual Bécquer, sin censura cotidiana, mis días discurren en su continuo reflejar construyendo este nuevo tiempo donde tendremos otra vez que habitar. Regresar no es un olvido de las cosas sino un nuevo despertar donde los sueños que quisieron arrebatarnos resurgirán en tu cuerpo reunidos y volveremos de nuevo a gozar.  Recojo mis minutos placenteros y un nuevo acceso a nuestro hogar nos espera como a dos jóvenes del tiempo. Sé que de nuevo volverán... 
La siempre penúltima propuesta para chantajearme con ofertas de aspiraciones que yo no acepto para no perder mi liberación. Están aquí Encarnita, Alicia, un Luis que no sabe las verdades, un Balseiro presente que sirve de referencia al enigma de todos estos atardeceres y hasta un Blas lleno de crisis personales. En el juego de resolver problemas saliendo ante la pizarra, hasta Don Rogelio se asombra de mis habilidades para encontrar caminos con respuestas acertadas. Pero flota en el ambiente una redaccióón llena de conciencias para decir verdades que quedan como pautas para el comportamiento de la amistad. Si Luis no lo comprende ya no es ni causa mía ni culpa mía; pero jugar al futbolín lo hago sin darle importancia alguna. Si Encarnita triunfa con mis goles es porque Luis no se da cuenta de lo que es este juego de los sentimientos que algunos llaman amorosos y yo los designo como secuencias elementales de la naturaleza nada más.  Balseiro es la referencia necesaria para entender ciertas cuestiones que Luis no descubre y se equivoca. No. No estoy ligando con Encarnita porque sigo pendiente de encontrar a mi Princesa. La más guapa del aula descifra sus problemas y sonríe porque sabe algo de tenis. La Casa de Campo, lugar de mis juegos colaterales, es punto de encuentro entre su sonrisa y mi drive que sabe a vuelo de paloma. El revés quizás se lo lleven otros. Por ejemplo, ¿quién te ha visto Blas cuando andabas necesitando compañía y quién te verá dentro de unos años por causa de una subdirección o una dirección cualquiera pero siempre de poca monta? No sé el destino de Balseiro pero contarle a Luis ciertas verdades no me apartan de la sinceridad. Que se las crea o no se las crea no es problema alguno para mí, que sigo pensando en mi Princesa mientras marco goles en el futbolín (no me importa quién me acompaña) mientras la guapa sigue resolviendo los problemas de esta difícil interpretación.  Hace ya tiempo que interpreté el destino de ciertas circunstancias y mi sueño sigue siendo el de meter un gol a la Fantasía. Para algo han de servir mis redacciones que aporto como bagaje de inquietudes ajenas. Yo sigo tranquilo y esperando que llegue la luz de las estrellas para seguir componiendo Poesía.
Hoy es sábado, 6 de septiembre del año 2014 después de Jesucristo. Como sucede todos los sábados del año (veraniegos o no veraniegos) siempre aparece, en este bar "Bombay" donde me relajo tomando el café con leche, don Blas, un tipo político por todos los lados por donde se le mire. Observo a los que juegan al dominó, pero Blas eleva la voz para que todos sepamos lo gran listo que es y cómo está super preparado para debatir ideologías. ¡Ideologías! ¡Ni en sábado descansan los ideólogos que intentan meternos dentro de nuestras neuronas sus puntos de vista aunque de la vista están más desviados que el porcentaje de austeridad para poder sobrevivir!  Blas se ajusta las gafas. Se siente el tronista de la calle y cada vez se emociona más con sus peroratas. ¡Ni tan siquiera comete una errata o un "lapsus linguae" para poder corregirle! Pero yo, la verdad sea dicha, ya no me corrijo por más que se empeñe Blas en atacar todo lo habido y todo lo por haber. Desde Franco hasta Mas, Blas pasa como un rodillo por toda la escena y por todo el escenario político de nuestro país que, de momento hasta ver qué sucede con lo que tiene que suceder, se sigue llamando España. Blas se acalora con su monólogo contundente. Los del dominó van adormeciéndose poco a poco ante la monotonía de la voz de Blas y a mí me da tiempo a rellenar el crucigrama de "La Verdad" pero los 7 errores se me resisten (hallados los 4 me da un ataque de aburrimiento) mientras Blas sigue emocionado y conmocionado. ¿Quién dijo que los sábados estaban hechos para poder descansar pensando en el descanso del domingo? Entre propuesta y propuesta de opinión política, Blas lo tiene claro aunque no ve más allá de sus narices como le sucedía a "Pepe Leches". ¿Qué sabrá y qué entenderá este tal Blas de lo que queremos los españoles y, de paso, las españolas? ¡Cualquier cosa menos el gazpacho político que nos está endilgando! Me concentro en los que juegan al dominó. ¡Vaya modorra la del runrún ideológico de Blas como música de fondo! Pienso. A ver se hay suerte y doy una vuelta al redondel. El del acordeón, mientras tanto, nos introduce a todos en la nostalgia. A las once y media de la mañana ya no aguanto más y me piro.  Post Data.- Aunque parezca mentira he visto a Franco y nos hemos saludado mutuamente. Se ha puesto tan contento que ha movido la cola.     
2010 después de Jesucristo y lo que te rondaré morena que no es poco. No confundamos la velocidad con el tocino por favor. Me estoy acordando de Carmen la de Pepe pero no está mi pensamiento anclado en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid sino en La Costera, en la provincia española de Murcia porque hace ya mucho que levé anclas en el proceloso mar de las experiencias. Y es que ya hay muchas Cármenes y muchos Pepes en mi país de las fantasías. Pue eso. Que todo es un tirar para adelante y el que venga detrás que arree.  Carmen y Pepe (casados entre sí) son dos buenísimas personas que, muchas veces, nos invitan a paella de arroz con conejo y muchos entremeses para ir picando. Quien se pica es que ajos come. Y en teniendo en cuenta que lo pasado pasado está como decía mi querida abuelita materna pues mira por dónde estamos (mi Princesa y yo) en todo lo alto de la Sierra de Carrascoy, y digamos que hablo de las cercanías de Alhama de Murcia para ser más exactos. ¿Qué puedo decir yo más de Carmen y Pepe salvo que son dos buenísimas personas?  Tengo cantidad de recuerdos de ellos y multitud de anécdotas; suficientes como para llenar un libreto de comedias a lo Lope de Vega por ejemplo. Y por la vega nos asomamos para ver qué encontramos: naranjas, limones, uvas, higos y algunas otras cosas más de variado paladar. Pero sobre todo me queda el recuerdo de los momentos vividos al calor de la cocina, envueltos en el aroma de los chorizos de cerdo y el sabor de las guindillas picantes. Tampoco me olvido de las historias de gatos, el gallo, las cabras y hasta el burro. Historias más o menos divertidas en las que no suelen faltar Antonio y su mujer que es la prima de Carmen. O los momentos pasados junto a mi inseparable amigo Sebastián. Aquí, en la casa de Carmen la de Pepe, el tiempo parece haberse detenido y tanto mi Princesa como yo estamos rejuveneciendo a marchas aceleradas. Y menudas marchas me hago yo por estos montes que hasta parezco a Bahamontes pero sin bicicleta sobre todo cuando derrapo en las cuestas abajo. No se me olvidan, tampoco, los grandes momentos vividos mientras le damos al café y los juegos de mesa (naipes, parchís y ese increíble jueguecito de los números que es más difícil de acertar que saber en qué año nació Tíbulo y en que año murió Sérvulo; los dos del Imperio Romano); y a todo esto, a veces vamos al bar a tomarnos algún café que otro o a empinar el codo sobre la barra del mostrador recordando a viejas glorias del fútbol patrio (algunos de ellos tan desconocidos para la gran mayoría de nosotros los jóvenes como Goiburu por decir el primero que se me viene a la memoria). Unos de los momentos más divertidos es cuando vamos en el coche de Carmen (la de Pepe y no de otras Cármenes que he conocido) escuchando a un cantante que es lo más parecido a Manolo Escobar que yo he escuchado hasta agora (que quiere decir ahora en lenguaje cervantino) y me parto de risa con lo de feo bueno y qué si por mi culpa tengo a más de cuatro locas encerradas en Leganés. Todo con tal de no aburrirse pensando en el pasado. Supongo, y esto es subjetivo, que alguna estela de recuerdos dejé en alguien con mi paso por las aulas universitarias. Pero como es subjetivo guardo silencio y sigo sonriendo. Nos lo pasamos pipa contando anécdotas de nuestras vidas y cuando llega Antonio ya es el despipote porque además, suele aparecer con una caja de grandes puros habanos que nos cepillamos mientras recordamos historias de la mili. Nos salen historias mientras Jesús también participa en algunas ocasiones. Son historias muy creíbles, bastante creíbles, solamente creíbles y hasta increíbles del todo pero ciertas. Cada uno y cada una, en la casa de Carmen la de Pepe, contamos nuestras vivencias, nuestras ocurrencias, nuestras crencias y hasta nuestras ciencias... porque nuestras vidas están llenas de ciencias más o menos difusas o más o menos confusas pero ciencias al fin y al cabo. A veces cuesta mucho creernos pero somos así de verdaderos y nadie nos puede ya cambiar el rumbo que hemos tomado en esta vida que a veces parece milagrosa o que es milagrosa de verdad.  De todas las Cármenes y de todos los Pepes que yo he conocido a lo largo de mi vida, hasta el presente 2010 después de Jesucristo, me quedo con esta pareja como ejemplo de amistad sincera. En el futuro pluscuamperfecto del verbo conocer estoy seguro de que conoceré a más que, con estos nombres tan comunes en España, también sean sanas amistades. Pero es en el futuro pluscuamperfecto del verbo conocer que es, poco más o menos, algo así como (y se lo digo a mi Princesa), yo hubiera conocido y tú hubieras conocido; pero lo que pasa es que como los tiempos cambian que es una barbaridad ahora no es futuro sino pretérito. Y en esas estamos Ella y yo.  
Melifluo acento.Corazón amoroso del feliz verano.Fe de buen futuro. Se iba ya la tardey por cálida risapalabras suavesen la piel morena. Estaban en luceslos ciertos añosdel gran corazóny el beso sagrado. Llevarse acentoestaba ya sabido.Divertirse todocon tu presencia. Nos fuimos yendopara la tuna fugay libre de engañonos besó esa luna. Estamos ciertosde nuestro flujoNeos ahora somosde cetros libres. Cortinas de airey en nuestro actonunca se nos dejafragor de llanto. Como mar surgidoen rotundos ecos de oleajes lenessangran las nube. Ya lo enseña todo al verlo crecidoy se mecen en vidala cúpula y su don. Crecen en páramoy ya no se desvíanmi alma ni la tuyaen ese encontrar. Tres de nosotrossé que se olvidan.Viajan llorandopor su fe perdida. Un hombre estuvoy los ciudadanoshonrados librestanto recuerdan. Sentirse ya rotopor estar en esossin honra ni famason nada y olvido. Señores de corteque han escupidoson sólo un vacíoy desdicha fatal.               
Asambleas universitarias a los 30 años de edad. Ya están, como siempre, los "pico de oro" hablando como papagayos ilustres en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Todos ellos con sus soflamas ideológicas por ver quiénes pueden ser los ingenuos que quedan atrapados en sus anzuelos. Partidos. Sindicatos. Todos hablan más de lo que deberían hablar y actúan menos de los que deberían actuar.  Sentado en mi lugar estratégico para ver todo lo que merece la pena de ser visto (las chavalas que me gustan de verdad) mi único interés, en todas aquellas asambleas universitarias, es descubrir alguna que otra que merece la pena de ser descubierta. Me refiero solamente a las que me gustan de verdad. Porque lo demás, toda aquella parafernalia de ideologías políticas y politizadas, me es tan indiferente como un plato de acelgas por poner un ejemplo aclarador.  Así que mientras los oradores/adoradores de sí mismos se empalagan con tanta verborrea, yo sólo sonrío cuando descubro a alguna de las que me gustan que me está mirando con asombro. ¿De qué se asombran las chavalas que me gustan de verdad en las asambleas universitarias? Posiblemente sólo de mi tranquilidad pasmosa. En realidad no estoy nervioso sino que me entra la risa espontánea cuando los "picos de oro" se envanecen como gallos "quiricos". Y es que pienso en Federico. Esta es la historia del gallo Quirico que iba a la boda de su tío Perico: El gallo Quirico iba a la boda de su tío Perico porque tenía muuucha hambre. Por el camino, se encontó un gusanito y pensó: -¡Qué hambre tengo, me comería este gusanito en un abrir y cerrar de ojos". "Pero... si me lo como me mancho el pìco y no puedo ir a la boda de mi tío Perico. Si no pico... me muero de hambre". ¿Picó o no picó? Y fue y picó. Yo, en medio de aquellas asambleas solamente sonrío viendo picar a más de uno y a más de dos en los anzuelos con gusanitos con los que les engañan los "ideológicos" que buscan tontos útiles.  Al final de cada una de estas asambleas (Dialéctica de Universidad) salgo siempre convencido de que me va muchísimo mejor seguir siendo siempre autónomo e independiente. De vez en cuando hasta consigo ligar con alguna que me gusta de verdad. Pero es ya otra historia.   
Y llegaron los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pero las guerras no se han detenido como pasaba en la Antigüedad Griega. Ahora, en forma de ataques terroristas, se oyen y se escuchan y se ven las ondas del odio expandirse por la Tierra. El laurel de los vencedores se está secando mientras se secan las vidas de miles de inocentes. La verdad no les importa a estos enloquecidos personajes que están poniendo de luto a la Historia del Siglo XXI después de Jesucristo. Han arrancado ya los Juegos Olímpicos y lo importante ya no es participar sino tener suerte para no saltar por lo aires hechos pedazos. Se está batiendo el récord del odio.  ¿Qué hacer con tantos asesinos y asesinas que están regando de sangre inocente todos los caminos? Los viajeros no desean caminar más. Los viajeros sólo desean huir hasta otro planeta diferente. Sus representantes participan bajo una sola bandera si símbolo alguno. Se han visto obligados a sentir la solidaridad. Quizás hasta algunos de ellos puedan subir al podio para decirle al mundo entero que vivir es cuestión de no hacerlo al lado de las bestias. Es cuestión de que te toque la lotería para no tener como compatriotas a estos tipos siniestros que parten y destrozan familias enteras porque son como los búfalos con los cuernos incluídos para ser más exactos.  El Oriente Medio ahora se llama Oriente Partido. Miles de pedazos de Historia saltando por los aires cuando la Media Luna se está quedando más cornuda que siempre. Hasta los camellos rumian pidiendo libertades y las dunas de los desiertos ya no tienen suficiente arena como para poder cubrir a tantos cadáveres. Vamos que tener que leer de nuevo lo que fueron las Cruzadas y quiénes fueron los que hasta un total de 20 veces provocaron la creación de las Cruzadas. ¿Era bueno o era malo "El Guerrero del Antifaz"? A ver qué dicen hora los "sabios" analistas (posiblemente añorando la República) de aquellos tebeos nuestros.
Tomar conciencia es aumentar nuestro grado de Autoconocimiento. Si esa supuesta toma de conciencia no tiene influencia sobre nuestro comportamiento, entonces eso quiere decir que aún no hemos tomado conciencia. Parece un trabalenguas pero es así. Nada ganamos con conocer la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto si no actuamos con discernimiento.  ¿Sobre qué aspectos de la vida podemos tomar conciencia? Sobre todo lo que nos encontramos a nuestro paso por la Tierra; pero existen 7 asuntos de primordial importancia: La Conciencia Familiar / La Conciencia de Pareja / La Conciencia de Trabajo / La Conciencia de Grupos / La Conciencia Social / La Conciencia Ecológica / La Autoconciencia. Nos enfrentamos ante dos graves problemas en cuanto a la toma de conciencia en general: el Quemeimportismo y la Esclavitud. El Quemeimportismo lo forman aquellos grupos de personas que siempre sucumben porque no les importa nada. Sobre la Esclavitud se me ocurre la siguiente frase: "Los pueblos que desean ser esclavos sólo pueden ser esclavos". A los hombres se nos pide compromiso y actuar según dicho compromiso, pero políticamente estamos ya todos fastidiados. Según se entiende como Democracia es el pueblo el principal actor, la gran estrella de la política, pero hoy en día los políticos de todos los "colores" nos han relegado a un papel de extras de tercera categoría a los que no se les da ni las gracias por haber participado en este absurdo teatro de la política actual donde ahora ya sólo somos los convidados de piedra; o sea, personajes a los que nos hacen permanecer quietos y mudos.  La política se ha convertido en un chisme tras otro chisme y tras otro chisme. Una serie infinita de chismes. Cuando el chisme se convierte en "modus operandi" (manera de proceder de una persona o un grupo de personas) me viene a la memoria una frase de George Harrison (el que fue guitarrista de Los Beatles) que dice: "El chisme es la radio del Diablo". Y es penoso tener que decir que, después de haber vivido ya 42 años de Democracia, cada vez es mayoría el número de hombres que están empezando a decir que con Franco vivíamos mejor. ¿Es para preocuparse o no es para preocuparse?.
Nunca cortes tus alas para volar… y vuela hasta todos los confines de tu imaginación… porque esa es la única realidad que existe.
Ola de hora...acunada en la noche oscura...locura...locura de duermevelaque bajo la velase hace cura de la herida estela del corazón liviano...y con ademán ufano la aurora acaricia y se desvelael rotundo y sano restallar que revelael pulso de mi mano. 
Todo el saber humano cabe en una millónesima parte de Dios. 
Oyó la voz. Conos de luz era su cuerpo y se detuvo el golpe de su corazón. Desde las altas gradas había dado golpes hacia lo que estaba orientado como si se confesase. A modo de saludo siguió avanzando hacia delante. Comenzó a suspirar y a la izquierda pasó largo rato sin que él oyese ni un solo sonido.  Encima de la mesa de la sala vacía atizaba la candela. Un lento movimiento de párpados como si esperase ver en su rostro cada uno de sus gestos, como si estuviera sorprendido de una extraña sensación de no reír. Concentró su atención. Se adivinaba el esfuerzo mental que estaba haciendo. Inesperadamente, sonrió cuando terminó. Miraba impasible los guantes de color de rosa, como si diese varias veces una cuenta lenta y solemne. Se sostenía en pie por milagro y con la toalla sobre la cabeza sufrió un desvanecimiento. Sonrió otra vez. Faltaba poco para la caída de la tarde. En su soledad y silencio, con un cigarrilo entre los dedos y la mirada perdida, inmóvil, sus piernas parecían rotas. Estaba ya viejo. Él sabía esto y estaba orgulloso, porque era un hombre grave, seguro de sí mismo, que trabajaba y acompañaba sus explicaciones sin poder ocultar su satisfacción. Vivía a su antojo. Parece ser que apartase de su vista lo que había ocurrido. Lo único que hizo fue llorar sinceramente.  Rostro curtido por el sol, piernas cortas y fuertes y torso muy desarrollado, con las cejas alzadas en expectativa, herido en su amor propio, se cubrió el rostro. Dudó. Había olvidado el resto de sus días. Sin alzar la vista, parado allí donde estaba, mostraba buena disposición  y la magia del momento, convencido de que era un hombre, era una realidad transitoria. Llevaba su camisa negra y corbarta blanca. Estaba silencioso. Se echó a reír con una carcajada de satisfacción iluminado por la luz. Se le veía en trance, como si temiese que aquella noche recibiera leña. Al cabo de cuatro o cinco segundos, se rió. Los guantes parecieron más luminosos. Muy rápìdamente, sin esperar a que la conciencia volviese, alcanzó el frasco; su rostro se crispó, cerró y abrió los ojos repetidas veces. Expresaba desdén. Aquel rostro no era el mío. En la soledad hablaba rápìdamente, moviendo mucho los brazos y las manos, a la nada, al aire, fija la mirada ensoñada en la oscuridad, cabizbajo y tiritando de frío. Lanzó un suspiro. Seguramente pensaba en una estupidez pero yo no podía saber qué clase de estupidez ocupaba su mente. Había algo en la noche fría y estrellada. A los pocos instantes, alzó un hombro. Sentía una punzada larga y honda. Sentado, se pasaba la palma de la mano por las mejillas con placer en sus ojos. Sin decir palabra, repitió sus tremendas carcajadas, fijó su vista en el retrato, lanzó un suspiro desganado y finalmente quitó los guantes. Había ganado pero ni siquiera le impresionó mucho. Se puso en pie. Tenía el convencimiento que tendría que ir. Su rostro brillaba otra vez. No huyó ni movió el cuerpo. En la sala, bajo la luz de los reflectores, se había convertido en un hombre aquella misma noche. Estaba realmente capacitado para ello. Solo, con la cabeza entre las manos, había adivinado bajo la negrura palpitante del cielo, las consecuencias. Tenía toda la razón y allí estaba, amigo de toda la vida, pero que jamás es todo lo contrario. Estaba en esta noche, seguramente con su sonrisa, esperando. Cada vez que lo presentía, se encogía, se hacía un ovillo y esperaba. Se le exigía mucho porque era una gran figura con la imaginación poblada por las imágenes que casi se convirtieron en realidad. Allí se veía la parte de razón que cada cual llevaba. Y en el segundo sueño reposaba. El cielo, negro, se tornó gris. ¿Hasta cuándo iba a durar aquello? Sonreía y meneaba la cabeza y decía que no una y otra vez. Al parecer, el problema se había solucionado. Dolor vivo, lacerante, para demostrar que era muy amigo y con ganas de hablar y de reírse. Él rió. Oía las voces como si diese las gracias. En su hablar cortado, acompañando sus medias palabras con muchos gestos, avanzó hacia la cama. Había silencio. Por el amplio ventanal entraba la luz. A los pocos segundos sacó un cigarro, lo encendió y echó un par de satisfechas bocanadas de humo. Risueño, sin volver a mirarse en el espejo, estaba ocupado en comenzar a recuperar dinero cuando él quisiera. Todo estaba claro. Su mirada estaba cargada de ilusión casi infantil. Sonrió.  Podía hacer lo que quisiera, pero no contestó. Estaba con nosotros y el hecho de que nosotros no lo supiésemos también no dejaría de ser una vergüenza. Una carcajada demoledora lo impidió. En su afán de dulzura, sin decir palabra, se daba cuenta, rápidamente, que nos había acogotado desde el instante embargado por un interés avasallador y miraba sonriendo a su manera. El movimiento de sus manos y la pasión graduada de sus dedos infundían vida nueva. Y en voz baja habló: ¿Qué? ¿Cómo va eso? Hizo un guiño compasivo y saludó. Demostró que nada había cambiado. Parecía que quisiera hacerse confusión.  De vez en cuando, y despaciosamente, apretó más fuertemente el único sencillo placer inalterable: era la hora en que los hombres dejan de ser de mundana valía. En cierto aspecto, tenía razón sin que nadie sería, sin duda, y para siempre, su sombra. Se sentó en una silla, junto a la cama, con las manos cruzadas sobre los muslos. Sonriente. Daba la impresión de que no se enteraba de nada, pero se quedó inmóvil, la mirada dubitativa, esforzándose en adivinar. Me pareció una liberación. No sé cómo ese hombre se atreve a preparar, artísticamente, muy avanzada la noche, todo un mundo colorido, vivo y cálido, pretendiendo dar con todo ello nada malo porque es amigo. Silencio respetuoso. ¿Sería el mismo? Volvió a la carga. Tenía gran confianza, la vista perdida en el aire, desde su rincón. Para no llorar. Los golpes recibidos habían sido tantos que era otra vez la soledad. Reinaba el silencio.  Parecía que me culpase de eso. En aquellos instantes se puso en pie y sonrió anchamente. Puso su mano derecha sobre el pecho. Todos nos sentimos menos importantes. Sorprendentemente, se había dado cuenta que era campeón. Y siguió su conversación mirando, con gran expresividad, las castañuelas. Mientras hacía esto, con voz recia, de hombre, dijo: ¿Por qué? El campeón se rió a gusto. La conciencia de que existía con tanta exactitud daba la impresíón, seguro de sí mismo, de atención concentrada. Alzó las manos a su cabeza. Estaba pensando en la oscuridad, con precaución en su voz, llevando sus palabras una intención distinta a la que por sí mismas expresaban. Se hizo un silencio largo. Toda su voluntad, toda su atención, con expresión preocupada en su rostro, acompañado de palabras, apoyando sus manos en el borde de la mesa, en esta ocasión sonó alta, autoritaria: ¡No!. Hacía calor y sintió haber ganado. Franqueza y sencillez. Su voz fue dura y tuvo conciencia. Aquél era el mundo de sus increíbles victorias. En el silencio y con la conciencia de su soledad, se sintió tranquilo. Todo sería distinto. Regresó a la cama, y fijó sus ojos en la luz del cielo. Se echó a reír. Miró la luz azul pálido en el cielo. Era lo más hermoso que había visto en toda su vida. Y de la duermevela pasó al sueño profundo. La luz era la misma que viera al despertar: azul tenue y temblorosa. Y el silencio. Sólo el instinto y probablemente la vida.  Apagó la luz. Una armónica estuvo sonando en la habitación de al lado. Sonriente y triunfador. Estaba solo. Dijo: "Sí, de acuerdo, pero me encuentro muy bien". Estaba tumbado en la cama y en su voz había contento. Sabía que su puerta, de color verde mate y agrisado, estaba a mitad de camino. Tímido y elegante era un periodista. Sonrió suspicaz para llegar al límite. Dentro de un par de segundos acentuó su sonrisa. Aquella noche luchó cinco o seis minutos tan sólo con el gracioso ademán de dominar sus movimientos. Cerró los ojos.  Todo es definitivo, todo está terminado. Él es quien menos habla. Está en lo cierto viviendo, sintiendo, existiendo.    
 Un caballo siempre es aquello que nos hace pensar en las corridas.  
Soplaba el viento. Las cortinas blancas de la ventana de su habitación, voluptuosas y como encaprichadas, bailaban al son de "El Concierto de Aranjuez" que sonaba proveniente de una emisora de radio. Jacsan respiró profundamente. Creía que la existencia consistía solamente en medir el tiempo a golpes de intereses compuestos. Quizás, en medio de la cerrada noche, comprendió que tomar una copa de más sólo tenía, como resultado final, acabar con sus pesadillas. Pero no. Las pesadillas volvían, ahora con más virulencia, a llenar todo su cerebro. Se equivocaba. Jacsan seguía equivocándose a la hora de entender lo que es la vida mientras la bruja Amher reía con carcajadas, mostrando sus dientes manchados de ciruelas verdes.  Así que Jacsan se levantó con ganas y deseos de olvidar. Cerró la ventana y desplomó todo su cuerpo, ahora hinchado por las medicinas para combatir los virus, abotargado en medio de la asfixia del desamor. En el camastro, donde hacía ya muchos años que se le había detenido la esperanza, la bruja escupía en el suelo. ¿Esperar? ¿Qué había que esperar cuando ya los años le habían derrotado y él ya no esperaba ninguna novedad? Lo suyo era repetir hasta la saciedad el mismo error de siempre. Equivocación tras equivocación en las noches oscuras donde se le apagaban todas las luces de su entendimiento. Miró hacia el velador, mientras la bruja seguía vomitando babas verdes, allí donde la fotografía le traía felices recuerdos. ¿Qué habría sido de aquel alegre chaval que siempre le indicaba, en medio de las contiendas, por dónde debía circular para meter gol en las redes de los rivales? Pensaba en él y en su sonrisa. Pero Jacsan sabía que él ya no estaba allí porque se había ido al otro lado de la nostalgia. Y se quedó absorto, mirando a la fotografía con la boca reseca, como si estuviese un estropajo dentre de ella, y con el estómago pidiéndole un poco de respiro. Jacsan respiró profundamente por ver si volvía... pero el amigo de la sonrisa feliz ya no estaba presente para dirigir la orquesta funcional. ¿Era funcional esta forma de vivir? No. Sabía que no. Sabía que se había sometido a la dictadura de la bruja Amher que seguía vomitando babas verdes sin parar. Jacsan estaba sometido y, abandonado por Joludul y por Lucasacar, sentía la enorme nostalgia recordando el tiempo en que había sido feliz.  En la habitación seguía perviviendo una pregunta existencial: ¿qué habría sucedido de haber confiado en su amigo de la sonrisa feliz e infinita? Miró el reloj de su muñeca hinchada. Ya no tenía tiempo para poder seguir recordando a quien le había orientado tantas noches del pasado. Se levantó de nuevo de la cama con la intención de abrir la puerta e irse a respirar al angosto pasillo; pero la bruja le sometía a una continua manipulación sentimental. Necesitaba liberarse de ella; necesitaba volver a tener la oportunidad de recuperar el tiempo y buscar al amigo para darle un abrazo de verdad. Pero su destino ya no era igual. Se había hundido en medio de la porquería mundanal. Jacsan sabía que solamente él era el culpable de su fracaso. Volvió a mirar la fotografía. Allí estaba él como indicándole, una vez más, el camino. Quizás sería suficiente con la imaginación. Pero su imaginación se había ido con él. Y él ya no estaba porque había elegido la fresca virginidad de Lica en lugar de las pestilencias de la bruja Amher dónde él se había enredado. ¿Y Joludul? ¿Y Lucasacar? ¿Por qué le habían dejado solo en medio de aquella pesadumbre? Se fue a la ducha, abrió el grifo y dejó que el agua le mojase toda la cabeza por ver si podía olvidar.  ¡El tiempo! Esa medida de felicidad que Jacsan quería volver a recuperar para poder comprobar que era capaz de buscar a Joré y volver a vivir la misma felicidad, las mismas ganas de vivir, aquellas edades donde los dos cubrieron grandes espacios de la fantasía. Aquel Joré que siempre estuvo explicándole en qué consistía avanzar hacia el infinito de cada horizonte con la cabeza mirando a las estrellas. ¡Él había sido un impotente capaz de entenderlo! Y ahora buscaba allí, atrapado en el hueco de la desesperación nocturna, esas interpretaciones de la existencia que su amigo, el que le enseñaba los caminos más perfectos para resistir, le había aconsejado miles de veces. Pensó que quizás todavía tenía tiempo suficiente para ser feliz. Rápidamente entró en la habitación donde la bruja se desesperaba mientras él se vestía con la firme decisión de alejarse muy lejos de allí.  Jacsan salió a la calle. Miró a las estrellas. Sacó la fotografía que habia guardado en su chaqueta de cuero. Descubrió que él todavía le sonreía. Y se lanzó en su busca pensando que quizás ahora, después de haber vivido en el infierno, sería capaz de asimilar lo que su amigo interpretaba con total naturalidad. 
Se prolongan las horas vividas en el caudaloso sentir del desembarco de las emociones. La travesía de los sueños siempre tiene y mantiene recuerdos de playas doradas, ecos de un inventario que enriquece a esa persona que todos llevamos dentro, fondos de ilusiones movidas por el vaiven del tiempo, sonrisas en el atardecer (cuando la luna empieza a besar nuestros sentidos) y una nueva promesa que se refugia en la realidad de los soñadores solidarios de la luz.  Escucho la voz del murmullo de plata; ese murmullo que prolonga sus ecos dentro de la conciencia. Y entonces llega el destino para seguir amando la verdad y de verdad. ¿Es la verdad una consecuencia del amor? Las voces internas reproducen el mapa anímico de nuestras emociones. El amor nos conduce, una vez tras otra, al recuerdo de aquel nacimiento en donde comenzamos a ser personajes de nuestro propio idilio con las aventuras de este vivir en medio de los oleajes de los sentimientos. Es inagotable nuestro propio sueño en este vivir de forma tan natural como la luz que brilla en las pupilas de los ojos que amamos.  
Último Curso del Bachillerato Superior. Rasgueo la cuerdas de la guitarra y se va desgranando esta canción de primavera: "Azul, la mañana es azul, el sol si le llamo vendrá, se detendrá mi voz y hasta la eternidad en su camino irá hacia otro azul"... porque está de moda el CCC y hay que aprovechar el canto para despertar conciencias. ¡Ay, las conciencias! Aquella guitarra la vendió alguien que no quiso escuchar estas mañanas de canciones de juventud. Pero el mundo continuaba y no cejé en el empeño de mirar por la ventana ese cielo azul de los madriles que, cual candilejas de bohemia composición, se me colaba dentro del alma. Después ya sólo quedó un silencio en el hogar porque las cuerdas de la guitarra habían sido vencidas por la envidia. Pero... ¿para qué parar la existencia a pesar de todo ello?... Era mucho mejor imaginarse canciones de futuro que quedarse con la nostalgia de la que, años después, me contó el poeta Beraluis de la Peña al versificar "lo que pudo haber sido y no fue". Y allá, en la peña de un verano serrano, junto a ese Manzanares corriendo por La Pedriza, quedó una imagen... Nada más que era eso...    
El español Emilio Sánchez Vicario fue un buen tenista y el máximo exponente del tenis español de la década de los 80 del pasado siglo XX después de Jesucristo. Ganó algunos torneos importantes pero un mal día, ante la prensa deportiva internacional, se tiró las cuadras cuando declaró que "el tenis es para personas inteligentes y por eso ningún negro puede jugar bien al tenis". Parece ser que se olvidó, al decir aquella lamentable frase, que aproximadamente por la misma época en que él jugaba como profesional, había un tal Arthur Ashe, norteamericano de piel negra, que no sólo era muchísimo mejor tenista que él sino que llegó a ser el número 1 del mundo. Cuando dijo aquella barbaridad Emilio sólo pudieron suceder dos cosas: o estaba algo drogado o tal vez bebido o, sin darse ni cuenta, había sufrido un ataque de amnesia. Sobran más comentarios.
Las farolas de mi barrio eran arte de verdad. Allá por 1956, el oficio de farolero era uno de los más atrayentes y atractivos de aquella nuestra infancia mil veces maravillosa (quizás maravillada) vivida por la Alcalde Sáinz de Baranda y sus alrededores. Ahora bien, no era lo mismo encender farolas que tirarse faroles. El problema no consistía en tirarse o no tirarse faroles para poder fardar más en todo aquel mundillo madrileño que se ubicaba entre Narváez, Retiro, Baranda y Esquerdo, sino que alguno se pasaba de la rosca y en lugar de tirarse faroles se convertía en fantasmón. Recuerdo, de manera especial, a uno de aquellos adultos (quizás hasta adúltero posiblemente) que se tiraba faroles continuados (como si de serial radiofónico fuese) con los chavales del barrio, contándonos truculentas historietas de cáracter cómico pero muy poco edificantes para con las mujeres. Y en aquel mundo del Madrid de los 50, siempre había un fantasmón de más. A nosotros nos sobraban los fantasmones porque teníamos suficiente fantasía como para saber dónde estaba el límite de lo maravilloso y la frontera de lo prohibido.  Hablando de aquellas farolas de mi barrio, quizás un tal Guerra (o tal vez sería mejor llamarle Guerrita por aquello de que se creía ser un torero en bicicleta) recuerde el día que estuvo a punto de descabezarse del todo cuando venía lanzado y sin frenos en dirección al puente. A punto estuvo hasta de caerse por el puente abajo. Recuerdo lo de la bolsa de caramelos y que crucé la calle batiendo el récord de los 10 metros lisos y que entonces fue cuando Guerrita, sin frenos y sin prudencia, fue a caer de bruces quedando a tan sólo unos centímetros de la farola del 56. Y recuerdo que hasta se lo llevaron al Hospital del Niño Jesús para darle gracias a Dios por no haberse partido la chinostra.  Aquella anécdota fue muy comentada y muy celebrada en nuestra casa ante la admiración de los que venían a visitarnos y el silencio de mi padre que ya descubría de qué materia de aventurero estaba hecho mi cuerpo con licencia para vivir. Recuerdo la garganta del túnel donde una familia muy pobre (mejor dicho paupérrima) estaba habitando cual si fueran algo así como Carpanta y compañía. ¿Creen ustedes que me lo estoy inventando? Pues no. Todo fue verdad y pueden ustedes indagarlo preguntando a quienes vivían cerca de aquel puente (Bar El Puente y Avenida Doctor Esquerdo por ejemplo) para saber que era verdad que tendían la ropa colgando de unos alambres, debajo del puente del tren de Arganda, para que la secara el sol porque entonces todavía los pobres no tenían lavadoras automáticas ni en sueños y por eso Cervantes había escrito "La ilustre fregona".  Y es que las farolas de mi barrio reunían, alrededor de ellas mismas, expectación, nerviosismo, emociones y todo aquel misterio de competir en el "patio de los leones" del cole. Me refiero al Lope de Rueda y aquella jauría como de lobos hambrientos aunque yo nunca fui un caperucito y les di varios cortes de mangas. Quizás Guerra (o mejor dicho el Guerrita de aquellos tiempos) todavía tiene grabada en su memoria (menos mal que Dios no quiso que fuera en su cabeza) aquella sensacional e impactante escena que llevó a cabo volando sin motor por encima de la bici y terminando a escasos centímetros de mi querida farola del 56. Aquellas farolas de mi barrio me enseñaron a ser bohemio desde mi más tierna infancia. Por eso me encantaban tanto las aventuras de la selva bajo sus luces nocturnas. 
1956. Eso de que las bicicletas son para el verano debe ser verdad de cara al futuro. De momento, una vez cruzado el ecuador de los años 50, nos conformamos con ver a los bicicleteros pasear por los alrededores de La Chopera del Retiro de Madrid. No sé cuántos céntimos costará alquilar alguna de ellas por una hora, pero es seguro de que sólo los niños pijos pueden permitirse ese lujo. Los demás niños, los que pasamos la vida viendo a los bicicleteros tambalearse de un lado para otro (¡vaya carrera que llevan estos tipos que se creen guapos de verdad!) nos conformamos con comprar cromos. Tenemos casi la colección completa, desde Bahamontes hasta Loroño pasando por los Barrutia (Antón Barrutia y Cosme Barrutia), y nos pasamos días enteros, incluídas también las noches, barajando miles de posibilidades. Imposible. Es del todo imposible comprar sobres de cromos y que, además, nos sobren céntimos suficientes para poder alquilarlas. Entonces nos entra la risa. Nos reímos (¡algre risa infantil!) hasta de las sombras, que se perfilan en el suelo, de todos aquellos niños pijos que se creen guapos de verdad pero que se tiran "cuescos" sobre el sillín. ¿Pitorreo o pedorreo? ¿Qué es mejor? Por lo pronto yo me quedo con el pitorreo hasta que llegue el próximo verano a ver si me toca una bicicleta en la Tómbola Diocesana de la Vivienda. Pero entonces, como no me toca nunca, me conformo con soñar que estoy subiendo el Puerto de Navacerrada y voy tan escapado que, imitando al Gran Federico toledano, me tomo un helado en lo más alto del puerto esperando a que lleguen los otros tres. Me da tiempo a pensar que es mejor seguir jugando con los cromos que, más tarde, irán a parar a las chapas. Y como sólo tengo 7 años de edad me interesa, muchísimo más que alquilar una bicicleta para bambolearme de un lado para otro como Pepe Botellas, estudiar el "Poema de los 7 infantes de Lara" a ver si tengo suerte y me lo aprendo todo entero de memoria; lo cual lo dudo mucho porque sigo siendo ese escalador que, en solitario, deja atrás a sus tres hermanos y sube a solas el Puerto de Navacerrada de Madrid, dejando a los niños pijos que se den más trompazos contra el suelo de los alrededores de La Chopera del Retiro que los Hermanos Tonetti en el Circo Price. Como se enteren los de Serrano se van a quedar con la boca abierta. Lo cual no es mi problema.  
¿Qué me pasaba a los 18 años de edad? Según las "Crónicas Generales" de aquella época (dignas de haber sido estudiadas y analizadas profundamente por Ramón Menéndez Pelayo y Ramón Menéndez Pidal al mismo tiempo) lo que me sucedía es que, habiendo ya descubierto el universo de las chavalas desde mis 15 años de edad, con la categoría de capitán de navío, mi hoja de ruta estaba tan llena de nombres femeninos que era del todo imposible saber cuál era más y cuál era menos porque las había seleccionado muy sabiamente. El caso es que entre tantas Rosas y tantas Rosalías había demasiadas Rosalindas (y no es una metáfora de ficción sino una realidad contante y sonante) que me rodeaban por todas partes menos por una. A mis solos 18 años de edad sabía yo ya muy bien escapar del cerco de las piratas (esto de las piratas sí es una metáfora de ficción pero también una realidad contante y sonante) poniendo barco en popa a toda vela superando, incluso, a mi tocayo José de Espronceda.  Los 18 son los 18 y, como dijo alguien después, ¿quién no ha sido chulo a los 20 años de edad? Efectivamente, siendo yo un capitán de navío tan experto en sortear peligros y escollos femeninos que me hubiesen hundido en la miseria y el oprobio ante mis secuaces seguidores, a veces demasiado sinvergüenzas por cierto ya que todo hay que decirlo para responder a la verdad sólo con la verdad, no sólo era chulo a los 20 sino que había aprendido a serlo a los 18. Así que llevaba una ventaja de 2 años a todos los de mi generación; porque era menester saber nadar y guardar la ropa para no verse desnudo ante los ojos de ellas (que era lo que les pasaba a muchos para luego ser risión de todos los parroquianos del Bar Alegría) y, hablando del Bar Alegría, ¡qué felices momentos cuando, entre vino viene y vino va, contaba yo mis experiencias con las féminas ante el estupor y el asombro de Andrés y José Luis que se daban golpes de pecho como haciendo creer que no era posible hasta que se demostró que sí, que no sólo era posible sino que, además, era completamente cierto que las había seleccionado de tan buena manera que hasta Domingo Balmanya me envidiaba!   Era un época espléndida (la de Garvey entre otras) del todo inolvidable. En aquel mundo de la LF, y no me refiero a la Liga Futbolística (que eso es otro capítulo aparte) sino a la Liberación Femenina, había que ser muy astuto, y hasta ladino si llegaba el caso, para no sucumbir en el empeño de admirarlas pero salir ileso de todas aquellas batallas en donde yo veía caer incluso a los de 30 que se las daban de comandantes maduros pero caían como cabos furrieles; o sea, como cocinillas al estilo merino poco más o poco menos. Cuando sonaba el zafarrancho de combate ante el asedio de todas ellas, yo me envalentonaba y me enfrentaba a las mejores; me refiero a las de mejor ver en todos los sentidos físicos, intelectuales e itneresantes al mismo tiempo. Y mi pendón jamás fue conquistado a los 18 años de edad como les pasaba a los más inexpertos (que eran demasiados por no decir muchos) a los cuales les veía, pocos años después, acodados en las barras americanas quejándose de sus males de amor. ¡Inolvidable época de los 18! 
Estimado José Luis:Tú bien sabes que eras un compañero. Tú bien sabes que eras más que un compañero. Tú bien sabes que eras un amigo. Tú bien sabes que eras más que un amigo. Tú bien sabes que eras como un hermano. Tú bien sabes que eras como más que un hermano. Te conocí tras haber realizado el Servicio Militar Obligatorio en la misma Compañía úmero 44 del CIR de Alcalá de Henares dónde tú la habías llevado a cabo un año antes que yo. De aquel tiempo en que nos conocimos tengo ya cicatrices sociales totalmente cerradas y es hora de que te hable de mi alma. Todas esas puñaladas de envidia, todas esas puñaladas de falsedad, todas esas puñaladas innobles de tu "amiguito" Alfonso ni tan siquiera dejaron una huella de desilusión en ella, ni tan siquiera de decepción porque ya las tenía yo previstas. Así era mi vida cuando fuimos de visita a Jadraque. Quizás tenga que sumergirme en toda aquella historia para recordarte cuáles eran nuestros sueños que parecen perdidos y, sin embargo, todavía laten dentro de mi corazón. La Fe me acompaña. La Fe es una fortaleza situada en mi camino y desde ella puedo vigilar una extensa proporción de sentimientos blancos, ausentes de reproches; simplemente sentimientos de amor. ¿Y el desamor? ¿Qué es para ti el desamor desde aquel mismo instante en que me pediste ayuda cuando nos conocimos por primera vez? Sé que no aceptaste aquella ayuda que tanto necesitabas pero no creo que hayas olvidado mi interés en que te saliera bien aquel sentimiento. Sólamente era cuestión de un café nada más, aunque popularmente reciba el nombre de compañerismo sin interés. Supongo que ya sabrás lo que es el compañerismo sin interés, esa amplia zona de mi alma que quizás te olvidaste de profundizar porque tuviste una posición a la defensiva en lugar de haberte unido a mi entusiasmo. Yo también luchaba en aquellos terrenos naturales en los que los verdaderos hombres no recurríamos a soluciones fáciles; esas soluciones fáciles del alcohol, de la droga, del sexo libre pero no verdadero, de protegernos con falsas famas de conquistadores que no lo son. ¿Conquistar sin Fe? ¿Cómo crees tú que se puede conquistar sin Fe a la persona que estamos amando de verdad? Ya desapareció esa época donde las palabras justas no salen en el momento adecuado, en el momento en que nos debemos de jugar el sí y el no a una sola carta. ¿De qué clase de cartas te estoy hablando? Digamos que de estas que te escribo, a través de la distancia, para que puedas recordar lo que pudo ser probable y se quedó solamente en probabilismo. Si. Yo también supe del probabilismo que resulta ser una falsa interpretación de la realidad. Y todo ello queda documentado a través de las vivencias, aquellas calientes vivencias de la época en que no sabíamos nada más que la gran manera de aprovechar los minutod del descanso laboral para decir que estábamos presentes. Quizás prsentes en el patio de las operaciones para demostrar que, ante el fracaso sentimental, la mejor moanera de ser es la de la valentía a pecho descubierto. ¿Y los demás? ¿Qué hacían todos aquellos que nos miraban desde la balaustrada -butacas de los inmovilistas- cuando tú y yo nos la jugábamos al todo o nada. Todo por hacer. Nada en qué creer. Autónomos e independientes a los que no nos afectaban las reformas ni nos apetecía formar parte de aquella mayoría de neutrales que aprovechabna nuestras obras para recoger unos frutos ajenos; aquellos frutos que nuestra decisión transformaban en posiciones de vanguardia. ¿Qué era en realidad toda aquella vanguardia de los conocimientos que tanto deseábamos inculcar en los inmovilistas? ¿Poner la mano para recibir el premio que no se lo habñian sabido ganar? Conciencia. Tal vez no conoieron la conciencia. Incluso se llegó a decir que estábamos al borde del abismo cuando, en realidad, se nos veía luchar sin descanso. Pero quizás ya sepas la diferencia que existe entre tener Fe o ser de los que se conforman con la esclavitud ausente de ideas. Aquella nuestra manera de ser, de actuar, de callarnos para no despertar celos (tú ya me entiendes a quiénes me refiero), no podía quedarse en el vacío ni tampoco en el abismo de las incongruencias. ¿Recuerdas la cantidad de incongruencias que tuvimos que escuchar para aprender lo que es esto del ser sabiendo estar? La Fe. El patrimonio más importante y singular de la personalidad humana. La proa que, sabiendo cómo dirigirla, nos guía hasta aquellas conquistas anímicas y animosas que buscábamos obtener. ¿Vendiendo tal vez el alma? Jamás. Jamás vendiendo el alma a cualquier impostor de oportunidades (en tu caso un tocayo tuyo por cierto) que nunca nos satisfacieron ni a ti ni a mí. Cómo no ser esclavo sin tener que ser jefe. Quizás lo recuerdes por lo mucho que leías y que, supongo, sigues leyendo. O por lo mucho que le dabas a las teclas de la "Lexington" mientras yo estaba sufriendo el destierro entre aquellos cartones que nadie quería manejar. ¿Y si te dijera que no fue para mí (a pesar de la rabia, la ira y el odio acumulado día tras de tu tocayo magro) ninguna clase de sacrificio sino una verdadera liberación para esa alma de la que ahora te hablo? Liberación. Sí. Estás leyendo bien. Liberación de los complejos del entorno. ¿Un retorno al pasado para decir la verdad? Eso es. Un retorno al pasado para decir la Verdad. Pero esta vez se trata de la Verdad de Dios. Es probable que el tiempo no haya pasado de manera inocua sino que, por el contrario, haya discurrido para llenarnos de contenido con los que argumentar quiénes en verdad somos los que triunfamos en el mundo de las incongruencias. ¿Son necesarias las incongruencias para poder reconocernos como verdaderos en un mundo presidido por la envidia que corrompe corazones humanos y pudre conciencias ajenas? Ninguna de ellas (ni tan siquiera todas ellas jutnas) pueden destruir la torre cristiana germinada en base al esfeurzo arpovechado para formar parte del Ejército del Bien en esta guerra declarada que es una etapa donde se aprende a no tener miedo, a combatir sin temor, a vencer convenciendo, que es la ñunica manera de triunfar. Quizás te plantees que no es cierto. Que triunfan los falsos, los aduladores, los aparentes, los superfluos. Te equivocas si piensas así. No he conocido en mi ya larga vida peores perdedores que todos ellos y todas ellas. Probablemtne porque todas sus aparenciencias son un tinglado tan fácil de desmontar que sólo hay que dejarles a ellos solos y a ellas solas para verles hundirse en el vacío de lo insustancial. ¿Sabes cuál es la verdadera sustancia de la vida de quienes hemos alzanzado la Felicidad? Se llama Espíritu. Y no es un espíritu cualquiera (propio de los siempre derrotados) sino el Espíritu de Dios, ese que se llama Santo porque es santo de verdad. De todo ello voy a contarte cosas que ni tan siquiera te las podías imaginar en aquella época en que tú y yo creíamos que sólo lo independiente y lo autónomo era suficiente para estar liberados. No. Te lo demostré cuando salí elegido como enlace sindical. ¿No es cierto que aquello no bastaba para lograr lo que buscábamos? Ya viste que no, Te hablaré sin protocolo alguno. Te daré un apretón de ideas para ver ai ya ganas en tu vivir algo más que cicatrices del alma que se llenan de sentires y de penamientos. Esto me hace pensar más allá de aquellas historias. En cada rincón de cada año pasado lejos de todos vosotros más he enriquecido el interior de mi corazón para olvidar sin tener que recurrir a la indiferencia. ¿Me vas comprendiendo ya? Es cierto. No recuerdo tener ningún deseo de venganza cuando paseo por las calles de Madrid y sólo me siento conciencia, la conciencía que algunos quizás hayan querido borrar para siempre sin habelro conseguido. Es mejor mirar de frente y hablar sincero antes de dejar que la verdadera amistad se muera de soledad en esta vida. Aprendí muchas cosas importantes. La más razonable de todas es esa Fe de la que me oirás hablar continuamente. Aunque las ciactrices nos hablen del pasado, la sonrisa dentro del alma hay que sacarla a pasear por las calles donde vivimos tanto. Quizás los ecos le recuerden a más de uno de que está hecha la Felicidad.
Antes de ser profesor del Colegio El Sauce de Tumbaco fui profesor del Colegio Hispano América de Quito (que está situado muy cerca de la calle Río Coca del norte de la capital ecuatoriana, en la Avenida de Los Granados). Primero tuve que pasar una prueba de conocimientos culturales que salvé con nota de sobresaliente y despuéstuve que hacer un Taller de Pedagogía que también aprobé con nota de sobresaliente mientras que la mayoría de los demás profesores y profesoras demostraron que no tenían ni idea; así que, ya aceptado como candidato a ser profesor del colegio, me sometí a la prueba de un mes entero para, a través de las prácticas en las aulas, confirmar que estaba capacitado para la enseñana de la Literatura y las Ciencias de la Comunicación. No sólo pasé también esta prueba de un mes con la calificación de sobresaliente sino que me gané el cariño, el compañerismo, el respeto y la amistad de la inmensa mayoría de todos los alumnos y alumnas; salvo muy raras excepciones como fueron las de los "raritos" bahais y los no menos "raritos" musulmanes que se dieron cuenta de que yo era un líder cristiano y ellos un poco "mariconcetes". La inmensa mayoría de alumnos y alumnas normales dijeron a la Dirección que yo no sólo era una extraordinario profesor sino un verdadero maestro con muchos recursos a la hora de ganarme el cariño, el compañerismo, el respeto y la amistad de todos ellos y todas ellas. Así que me contrataron definitivamente pero yo renuncié una vez ya contratado. ¿Por qué presenté yo mi renuncia a pesar de haber sido aceptado por todos y por todas? Hubo una razón fundamental y la voy a declarar con toda clase de detalles. La persona que me ofreció la oportunidad de presentarme al Colegio Hispano América de Quito para optar por ser profesor y maestro del citado colegio, fue mi colega y compañera periodista María Augusta Proaño que había estado trabajajndo a mis órdenes, durante dos meses, en la empresa Intermarket Comunicación de Quito. Ella me dijo que me iba a divertir mucho en dicho Colegio Hispano América puesto que había allí un profesor de primaria que era español y se llamaba Jesús; pero como yo me entendía con María Augusta hasta con la mirada me di cuenta de que me estaba diciendo algo así como "cuidados con ese tal Jesús". Así que lo primero que hice fue conocer a dicho sujeto, profesor de primaria, que me dijo que era navarro. Fue cuando comencé a encender mis luces de alarma. Yo sabía que en Quito se refugiaban algunos etarras que se habían escapado de la justicia española para esconderse en la capital ecuatoriana. ¿Sabía aquel navarro algo de los etarras? ¿Era simpatizante de los etarras? Como la investigación la tenía que llevar con mucho cuidado para no despertar sus sospechas le envolví en una "encerrona" contándoles los orígenes de algunos de mis apellidos. Rápidamente noté que el navarro Jesús comenzó a cambiar sus sospechosas sonrisas y se puso muy serio diciendo "vaya mezcla más explosiva". Me di cuenta de que estaba empezando a descubrir cosas "ocultas" en aquel colegio. Muy pronto me di cuenta de que el navarro Jesús era "muy liberal", lo cual me puso en alerta; y sobre todo cuando descubrí que el Jefe de Estudios también era excesivamente "muy liberal" lo mismo que alguno que otro profesor y profesora con los que contacté haciéndos caer en la trampa de que yo era igual que ellos. Las sospechas me llevaron a investigar en algunas aulas y, mira por donde, descubrí que en las de secundaria estaban presente, a la vista de todos los alumnos y alumnas, la imagen en cartón, en tamaño normal, de Karl marx y que, por lo tanto, en el Colegio América Latina de Quito, en aquellos años, se exaltaban las ideologías marxistas y comunistas hasta llegar a idolatrar a Carl Marx y supongo que a Lenin, Stalin, Guevara e incluso Mao. Me imaginé que, en algunas ocasiones, este grupo de "muy liberales" hacían cantar "La Internacional" a los alumnos y alumnas de aquel colegio. Los alumnos y las alumnas. Ellos me iban a dar la clave final. Me entretuve en ganarme sus volutnades a base de entretenerles con clases basadas en el humor y, al mismo tiempo, impartirles clases magistrales de unos conocimientos que nunca nadie les había inculcado antes. Y todo eso lo hice porque me di cuenta de que, en los recreos, se mostraban siempre apáticos, tristes, sin ganas jugar y hasta aburridos. Luego algo raro estaba pasando cuando era un colegio mixto de chavales y chavalas y que, por lo tanto, no era lógico que estviesen tan poco alegres y hasta cohibidos a la hora de jugar entre ellos. ¿Qué estaba pasando, en aquellos tiempos, en dicho colegio? La respuesta era lógica: los estaban adoctrinando con las ideología marxistas y los estaba cnvritiendo en "viejos prematuros".  Efectivamente, lo que supuse era cierto. Aquel colegio, desde el Jefe de Estudios hasta la señora de la limpieza, era un nido de "ratas marxistas" manipulando a los chicos y a las chicas para hacer proselitismo comunista "bolivariano" entre todos ellos y todas ellas fuesen cuales fuesen las edades que tuvieran y, además, estaba el asunto de los "mariconcetes" bahais y los no menos "mariconcetes" musulmanes varios. Al Jefe de Estudios estuve a punto de darle un par de hostias un día en que me hablaba de que las plantas oían. ¿Sería que tenían cámaras ocultas extendidas por todo el colegio? ¿Habia "topos" o no había "topos" en aquel lugar? Efectivamente. Había topos. Eso fue lo que se le escapó a dicho cabrón. Me dieron ganas de darle un par de hostias, así como al "soplagaitas" del dudoso navarro y a un profesor de "chichinabo" (al cual también le confundí la mente y le despisté totalmente hablándole de pintores españoles de ideologías de izquierda), que me hablaba de defender "La Causa" y ya saben que eso quier decir que era comunistoide; pero preferí comentar todo lo descubierto en mis investigaciones con mi suegra (ya que mi Princesa se encontraba entonces haciendo un trabajo en los Estados Unidos) y ella me aconsejó que, una vez descubierto el potaje, era mejor dejar que la policía acudiese a investigar en dicho Colegio Hispano América y yo me despidiese sin decir nada más pero cobrando mi sueldo completo de aquel mes. Eso es lo que hice aunque tuviera que emplear la amenaza de una estaca por si acaso se negaban a pagarme lo que me debían y, efectivamente, la policía ecuatoriana fue a investigar lo que sucedía en aquel colegio mientras yo, una vez terminada mi labor de "limpieza", cobré mi sueldo ante el miedo del dudoso navarro por si le abría la cabeza a más de uno incluída la de él mismo ya que era flacuchento y feo, me despedí de todos y me maché caminando y tarareando una canción, con las manos metidas en los bolsillos de mi pantalón, hacia mi siguiente destino. 
¡Estamos viviendo la Transición Española! ¡Cumplo con mis misiones informativas! ¡Las masas, enfervorizadas por el entuasmo general, lanzan sus proclamas al viento! ¡Miles de banderas de todos los colores y tamaños! ¡Todos las Partidos y todos los Sindicatos luchan por conseguir la hegemonía! ¡Todos caminamos hacia un destino pero nadie se pone de total acuerdo sobre cuál es dicho destino! ¡De repente rugen las masas! ¡¡¡Sí sí libertad amnistía total!!! ¡Los nervios empiezan a apoderarse de algunos! ¡Las masas circulan a paso lento y a veces se detienen para seguir lanzando las proclamas que les dictan los de los altavoces! ¡Aquí estamos nosotros no matamos! ¡No nos mires tírate! ¡El pueblo unido jamás será vencido! ¡Las masas se vuelven a enardecer mientras pasan los minutos! ¡Los largos minutos de la Transición Española! ¡Las masas vuelven a rugir como si se tratara de una marabunta humana! ¡¡¡Sí sí libertad amnistía total!!! ¡Los revienta manifestaciones están ya infiltrados en el caos! ¡Todos miramos a uno y otro lado para saber por dónde van a atacarnos los fachas! ¡Empiezan las primeras amenazas! ¡Los que dirigen las proclamas con sus altavoces aúnan sus esfuerzos por controlar a las masas! ¡Compañeros unidad compañeros unidad! ¡En la retaguardia se producen los primeros incidentes! ¡Vienen los grises! ¡Que vienen los grises! ¡Comienzan las primeras carreras alocadas sin orden ni concierto! ¡Caídas! ¡Se contabilizan las primeras caídas mientras los botes de humo y las balas de goma parecen venir de todas partes! ¡Caerse¡ ¡Levantarse! ¡Volver a correr sin saber hacia dónde! ¡Los de los altavoces que dirigen las proclamas piden serenidad! ¡Se escuchan los primeros disparos! ¡Las masas, ya desenfrenadas, vuelven a rugir! ¡Aquí estamos nosotros no matamos! ¡¡¡Sí sí libertad amnistía total!!! ¡Ya todo es un desorden! ¡Ya los de los altavoces incian su retirada! ¡Ya vamos quedando solamente los mismos de siempre! ¡Alguien ha caído herido por una bala y se contabiliza algún muerto entre los heridos! ¡La desbandada! ¡Ha comenzado la desbandada general! ¡Nadie mira ya a nadie!¡Todo es correr para salvar la vida! ¡¡¡Sí sí libertad amnistía totoal!!! Llega la calma. En mi habitación, antes de dormir, estoy pensando, memorizando, meditando, soñando... y al día siguiente en los medios de comunicación siempre se dice lo mismo: más de cien mil según las fuentes de los organizadores de la marcha pero menos de quinientos según las fuentes gubernamentales. ¿Éramos más de cien mil o éramos menos de quinientos? La respuesta quizás la dicte la Historia en el momento más inesperado. Yo sólo opino que siempre éramos los mismos los que dábamos la cara y la inmensa mayoría de los demás sólo eran rellenos, curiosos parlanchines que acudían para desaparecer en los momentos de la verdad. 
Movida de los yeyés. Alfajeme es "El Barbero" y Sánchez es "El Vicario". Dos pájaros de cuenta y corrientes, más corrientes y vulgares que las hamburguesas del método directo o indirecto pero vulgares. "El Barbero" es el niño mimado de Ordóñez pero de jugar al fútbol tiene menos idea que Voltaire. Aire. "El Barbero" toma el aire porque al cuarto de hora de partido en el Campo del Gas, está más agotado que una máquina tragaperras a las 3 de la madrugada. Con sus gafas de sol para molar ante las chavalas la verdad es que da grima verle. Es de los enchufados que tanto le gustan a Don Antonio. Un pelotilla del míster. Resulta que Alfajeme solamente es un barbero de los que tanto hablaba Cervantes en sus jocosas alusiones a quienes no se comen ni un boniato. Quizás se cree muy bonito pero, visto a la luz del sol, por la Puerta del Sol camina más solo que la una menos cuarto. Y es que ni un cuarto de hora aguanta el ritmo que impongo en el Campo del Gas. Si Alfajeme era un yeyé yo era capitán general. "El Barbero" estaba tan enchufado que pertenecía a los Negociados de "Los Invalidados"; o sea, de los que no daban un palo al agua porque para eso se creían niños boniatos. Y la verdad es que en verdad que eran boniatos. En cuanto a Sánchez "El Vicario" liga tan poco con las chavalas verdaderamente guapas, atractivas e inteligentes, que siempre se conforma con mojar el churro en el chocolate que nadie quiere debido a lo desesperado que se encuentra. San Fernando de Acracia. "El Vicario" se cree que es San Fernando de Acracia. ¡Qué gracia con la Acracia! Todavía me estoy partiendo de risa. Tal para cual. "El Barbero" Alfajeme y "El Vicario" Sánchez ligan menos que un cocodrilo en el Desierto de Atacama. De verdad que, quizás, sólo se conforman con las pelotillas para saciar el hambre. A la hora de la verdad se disipan más que una neurona en un vaso de lejía. Y los dos tienen un "peinao" tan pasado de moda que son la risión de todas las chavalas de buen ver... menos las que no saben distinguir entre los que están que se salen y los que están salidos. Dos cosas totalmente diferentes. Así que cierro estos recuerdos con una sonrisa y el siguiente pareado: "El Barbero" y "El Vicario" sólo ligan el relicario". Por decir algo. 
Es el día 8 de enero de 1961 y acabo de cumplir los 12 años de edad. Cada uno empieza a ser cada uno y me despego del Emilín con la experiencia de haber cumplido mi etapa en el Lope de Rueda y comenzar con la Academia Altamira sin contar con su ayuda para nada. Cada uno tiene su propio trampolín. Recuerdo que hoy el alemán Helmut Recknagel, en la localidad austriaca de Bischofsofen, se ha convertido en vencedor absoluto de la prueba de esquí de los cuatro trampolines. Como cada uno tiene su propio trampolín ha llegado la hora de buscarse la vida cada uno de nosotros como Dios nos dé a entender. El Emilín comienza a llevar todas las papeletas para terminar por trabajar de botones en Cointra Camping Gas después de andar vendiendo las Biblias de Jesús García Siboni por las calles y si no demos tiempo al tiempo para ver que va a ser verdad (la culpa la tiene él por no hacer caso a los consejos de papá). ¿Y qué son, en el mundo deportivo que empiezo a desarrollar, los cuatro trampolines? El Torneo de los 4 Trampolines es una competición de salto de esquí  que se desarrolla cada año, en diciembre y enero, en cuatro trampolines de Alemania y Austria. La primera edición tuvo lugar en 1953. Hoy, esa competición tiene un gran prestigio en el mundo del salto de esquí, y los mejores especialistas de este deporte se encuentran allá cada año. Los trampolines son los de las ciudades de Oberstdorf, Garmisch-Partenkirchen (las dos en Alemania) y los de las ciudades de Innsbruck y Bischofshofen (las dos en Austria). Soy un asiduo lector del "Marca" y estoy al día en los deportes porque me importa menos que un pimiento (sea morrón o no sea morrón) lo que haga el Emilín con la hermana del Garzón. Ni me gusta ni me deja de gustar. Simplemente me es indiferente del todo; porque sólo me interesan mis propios cuentos y no los que me cuenta él que me parecen totalmente insulsos y faltos de sustancia. Adobo mis historias con vivencias propias y no necesito ningún guía "social". Bastante tengo con seguir ocupándome de la subsistencia del Boni y del Maxi. Así que ni sus historias con la hermana del Garzón me ponen los dientes afilados ni me producen otra cosa sino modorra y aburrimiento. La mía es la Princesa y nada más que la Princesa. Así que ahora que acabo de cumplir los 12 años de edad empiezo a darle al balón en partidos donde se defiende el honor. Salgo triunfador a pesar de las envidias de José Ángel Merino, Ricardo y todos los "tirapedos" del barrio de Alcalde Sáinz de Baranda de Madrid. No ha habido tarta ni nada que se parezca a una tarta pero me han regalado 2 ó 3 "pulgas" que, junto con "Pulgarcito" (tebeo muy de moda en este año), me vienen muy bien para ir sazonando mi cultura extraescolar. Y es que en el colegio tengo que soportar la envidia de los "municios" pero mi munición está siendo cada vez más "explosiva" y voy dejando "cadáveres" como "ristras de ajos" mientras mi abuela se parte de risa. No sé qué pensará "El Mochales" pero tampoco me importa. Es por eso por lo que todos empiezan a decir de mí que soy un "pasota". A lo mejor hasta están diciendo la verdad... pero lo dudo... porque las chavalas más sexys empiezan a desfilar por mis fantasías...  
Tú sabes lo que es esta existencia peregrina de ir lento por el tiempo, con los pasos cansados detrás de las batallas, para sentirte dentro... para sentirte en esa hondura desde la distancia... para sentirte más allá de los vientos huracanados de la esperanza que, enhebrada en la inmensa luz de tus miradas, se deja calentar junto al fuego de tu corazón. Y es que si vivo es porque tus ojos me aguardan mientras regreso de este sin cesar llevarte en el alma. Tú sabes lo que es ir hacia esa isla de soledades penetrantes donde solamente tu silencio se me hace palabra. Solamente tu silencio y este hablar con las estrellas bañado por la luna nueva; esa nueva luna que me hace pervivir, noche tras noche, en este afán de amor que no puede desasir su eterna presencia en mi cuerpo ya cansado, ya herido en mil batallas de emociones, ya dispuesto a descansar bajo la sorpresa de saber que estás aquí... tan dentro de mi propio ser... que no tengo límites para sentir más que amor... pausado amor... ínclita presencia de todo lo que canto cuando las luces de la ciudad se van alejando en mi insomnio y sigo hacia la línea recta del horizonte.  Si de pronto me olvido del regreso no es porque me haya olvidado de este amarte sin medida. No es porque me haya perdido entre las brumas sino que todavía estoy creciendo dentro de este sueño del cual no despertaré jamás. Pero si de pronto me ves que llego... que llego desde el infinito... para hacerme causa de existencia... es porque no he perdido jamás ese canto de ave que retorna para que sepas que nunca olvidé el nido al cual regreso para darte el alimento de todas mis palabras. Si me consideras poco... si me consideras nada... si crees que dentro de mí mismo no tengo la alcoba preparada para los dos... entonces déjame varado en la orilla del olvido y yo me quedaré contando los segundos de los latidos de mi corazón porque será señal de que amar es mucho más que ser solamente un náufrago de las frases... y de los acentos... y de esas palabras que nunca puedo expresar porque no puedo sentir rechazos y por eso las guardo... las escondo... las hago superficie entre las olas del mar y con ellas me hundo en tu recuerdo. Si crees que no amo por guardarte el secreto más feliz de mi vida es que tendré que seguir llenando mi equipaje de poemas para el viento. Quizás los pájaros que se alimentan de mis sílabas puedan hacerte saber la verdad que se pasea por mi vida y me acaricia... y me desvela.. y me hace seguir soñando que sólo soy un sentimiento destinado a ser amor sin rechazo alguno. Tal vez los pájaros de la floresta sepan contar mejor que mis letras por qué estoy callado... por qué guardo algo de existencia para poder vivirla con tu sueño.        
Por supuestísimo (como decía el mono de Alfonsito) que se puede dormir con una mona. Coges una mona y te vas a la cama con ella y verás cómo, a los pocos minutos, por supuestísimo (como decía el mono de Alfonsito) que te quedas profundamente dormido. Si no se lo creen pregunten a Benito.
Cuando más grandes son los insultos más grandes son las victorias.
Cabello de enredadas aventurasvivificando las aulas del deseo.Yo...mirando al pleamar... sólo paseo un poema para tus ojosy un amor que deletreo.  (De "24 Poemas Latinoamericanos" de José Orero De Julián "Diesel"). 
Porque caía la lluviafui empapando de ternuraeste brillar de conciencia enamoradamás allá de los rosales pintados bajo el sol de la media tardey la noche de la media lunaen que jugábamos, bañados por cielo,en aquel conjunto de esperanzas vivasy, madurando la esencia de los granados,debió ser que Dios entonces nos bendijo. (De "24 Poemas Latinoamericanos" de José Orero De Julián "Diesel"). 
Mi yo en 5 haikus (por: "Diesel") Cielos nevandoblanca la viña estáyo caminando. Sol que relucecerezos en flor saldránmi pecho luce.  Gaviota volócumbre de rama verdemi hora sonó.  Rosa crecidade valle en rojo yami bienvenida.  Pájaro cantaárboles ya nacidosmi fe es tanta.   
¿Qué es mejor, la chicha o la salchicha?

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