Jacsan (Relato)
Publicado en Aug 06, 2014
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Soplaba el viento. Las cortinas blancas de la ventana de su habitación, voluptuosas y como encaprichadas, bailaban al son de "El Concierto de Aranjuez" que sonaba proveniente de una emisora de radio. Jacsan respiró profundamente. Creía que la existencia consistía solamente en medir el tiempo a golpes de intereses compuestos. Quizás, en medio de la cerrada noche, comprendió que tomar una copa de más sólo tenía, como resultado final, acabar con sus pesadillas. Pero no. Las pesadillas volvían, ahora con más virulencia, a llenar todo su cerebro. Se equivocaba. Jacsan seguía equivocándose a la hora de entender lo que es la vida mientras la bruja Amher reía con carcajadas, mostrando sus dientes manchados de ciruelas verdes.
 
Así que Jacsan se levantó con ganas y deseos de olvidar. Cerró la ventana y desplomó todo su cuerpo, ahora hinchado por las medicinas para combatir los virus, abotargado en medio de la asfixia del desamor. En el camastro, donde hacía ya muchos años que se le había detenido la esperanza, la bruja escupía en el suelo. ¿Esperar? ¿Qué había que esperar cuando ya los años le habían derrotado y él ya no esperaba ninguna novedad? Lo suyo era repetir hasta la saciedad el mismo error de siempre. Equivocación tras equivocación en las noches oscuras donde se le apagaban todas las luces de su entendimiento.
 
Miró hacia el velador, mientras la bruja seguía vomitando babas verdes, allí donde la fotografía le traía felices recuerdos. ¿Qué habría sido de aquel alegre chaval que siempre le indicaba, en medio de las contiendas, por dónde debía circular para meter gol en las redes de los rivales? Pensaba en él y en su sonrisa. Pero Jacsan sabía que él ya no estaba allí porque se había ido al otro lado de la nostalgia. Y se quedó absorto, mirando a la fotografía con la boca reseca, como si estuviese un estropajo dentre de ella, y con el estómago pidiéndole un poco de respiro. Jacsan respiró profundamente por ver si volvía... pero el amigo de la sonrisa feliz ya no estaba presente para dirigir la orquesta funcional. ¿Era funcional esta forma de vivir? No. Sabía que no. Sabía que se había sometido a la dictadura de la bruja Amher que seguía vomitando babas verdes sin parar. Jacsan estaba sometido y, abandonado por Joludul y por Lucasacar, sentía la enorme nostalgia recordando el tiempo en que había sido feliz. 
 
En la habitación seguía perviviendo una pregunta existencial: ¿qué habría sucedido de haber confiado en su amigo de la sonrisa feliz e infinita? Miró el reloj de su muñeca hinchada. Ya no tenía tiempo para poder seguir recordando a quien le había orientado tantas noches del pasado. Se levantó de nuevo de la cama con la intención de abrir la puerta e irse a respirar al angosto pasillo; pero la bruja le sometía a una continua manipulación sentimental. Necesitaba liberarse de ella; necesitaba volver a tener la oportunidad de recuperar el tiempo y buscar al amigo para darle un abrazo de verdad. Pero su destino ya no era igual. Se había hundido en medio de la porquería mundanal. Jacsan sabía que solamente él era el culpable de su fracaso. Volvió a mirar la fotografía. Allí estaba él como indicándole, una vez más, el camino. Quizás sería suficiente con la imaginación. Pero su imaginación se había ido con él. Y él ya no estaba porque había elegido la fresca virginidad de Lica en lugar de las pestilencias de la bruja Amher dónde él se había enredado. ¿Y Joludul? ¿Y Lucasacar? ¿Por qué le habían dejado solo en medio de aquella pesadumbre? Se fue a la ducha, abrió el grifo y dejó que el agua le mojase toda la cabeza por ver si podía olvidar. 
 
¡El tiempo! Esa medida de felicidad que Jacsan quería volver a recuperar para poder comprobar que era capaz de buscar a Joré y volver a vivir la misma felicidad, las mismas ganas de vivir, aquellas edades donde los dos cubrieron grandes espacios de la fantasía. Aquel Joré que siempre estuvo explicándole en qué consistía avanzar hacia el infinito de cada horizonte con la cabeza mirando a las estrellas. ¡Él había sido un impotente capaz de entenderlo! Y ahora buscaba allí, atrapado en el hueco de la desesperación nocturna, esas interpretaciones de la existencia que su amigo, el que le enseñaba los caminos más perfectos para resistir, le había aconsejado miles de veces. Pensó que quizás todavía tenía tiempo suficiente para ser feliz. Rápidamente entró en la habitación donde la bruja se desesperaba mientras él se vestía con la firme decisión de alejarse muy lejos de allí. 
 
Jacsan salió a la calle. Miró a las estrellas. Sacó la fotografía que habia guardado en su chaqueta de cuero. Descubrió que él todavía le sonreía. Y se lanzó en su busca pensando que quizás ahora, después de haber vivido en el infierno, sería capaz de asimilar lo que su amigo interpretaba con total naturalidad. 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Relato.

Palabras Clave: Literatura Prosa Relato Narrativa.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fanfictions



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