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Hoy estoy contento. Me casé conmigo, y juré amarme hasta el fin. ¿Qué importa que sea ya tarde, como el mismo amanecer? De las cenizas antiguas, sentí el calor del fuego nuevo. Y volé al altar. Para no presentarme desnudo en sociedad, vestí medio cuerpo con blanco tul, y a la otra mitad, le puse una corbata al cuello. El cura me dijo que no veía ningún impedimento, ¿estaría ciego? Y casó mi lado izquierdo, con mi lado derecho. (pero no me hice peronista). Quiero tener una hija parecida a la madre que se llame Soledad. Quiero tener un hijo parecido al padre que se llame Coraje. Los muchachos del barrio opinan que sus nombres debieran ser Cristina y Néstor. Yo lo haría, si me dieran el subsidio a niños por nacer. Pero no se nota mi embarazo, para alimentar mi familia, tendré que laburar nomás. Hoy estoy contento. Y juro seguir contento, hasta que la muerte me separe. Ante la urgencia y la importancia del tema, escribo con premura, y desde ya me disculpo por mi falta de un análisis más exhaustivo, que también merece el asunto.-Ocurre que, si no me equivoco, el Vaticano ha dado un giro... según creo, inesperado, novedoso y algo para celebrar.... ¡en contra de la explotación y a favor de los excluídos!Voy al grano: "Justicia y Paz" organismo vaticano, solicita que gradualmente se vaya creando un gobierno mundial para enfrentar los estragos que causa el movimiento de capitales, a los efectos de controlar mejor las finanzas.-Me limito a lo medular, pues la noticia es reciente, pero en principio celebro que una organización poderosa, asuma que "algo" debe hacerse, mundialmente, para preservar un mínimo de decencia y ética en las transacciones a fin de proteger a los más desprotegidos.-Quienes me conocen por mis escritos, saben que soy católico y saben también que soy fuertemente crítico de mi propia iglesia. Detesto el encubrimiento de pedófilos consuetudinarios, pero para mi... en verdad, este nuevo giro en materia política y económica, debe celebrarse. Me llamo a mi mismo y convoco a quienes se interesan por el bienestar de sus hermanos, que estemos atentos al análisis de este tema. Espero no sea una cortina de humo, sino una bocanada de aire fresco. Aire fresco para los no creyentes que buscan la verdad y la justicia, quizás, un soplo del Espíritu... para quienes creemos. La historia dirá. La historia es inexorable. Por el momento, aplaudo el giro, celebro y me alegra que la Iglesia misma se convierta, y se mire el "signo de los tiempos".- Saludos cordiales. No se que otro, vive a veces en mi recuerdo la mujer que no fue mía con sus ojos de mar terrible, con su piel de playa única. Yo devoré sus senos cuando el hambre me asaltaba y derribé sus murallas, hice nido en su castillo. Ahora es de otro, que no es el otro mío pero construye un puente invisible y un amanecer cualquiera, amanece conmigo. ¿Qué importa si el sol no es el sol sino una luz distinta que mi imaginación alumbra? debajo de mis pies, una pradera dorada dice que no estoy y nunca estuve tan loco, tan ridículo, tan extrañamente como ahora feliz, feliz. Alguna vez me voy a enojar, y dejaré de escribir poesía. Me han leído algunas almas caritativas, pero las grandes multitudes lectoras, me ignoran. Estoy muy lejos de escribir como Cervantes o Dante Alighieri, Baudelaire o Borges, Teresa de Ávila o Vargas Llosa. Yo escribo mejor que todos ellos juntos.- El primer libro que leí en mi vida, se llama “mi mamá me ama” y todavía no puedo terminarlo. Me resulta demasiado difícil su comprensión. Para conquistar muchos lectores, he pensado crear una obra diametralmente opuesta, con el título sugerente… ¿sabías que tu mamá te odia?. Pero no quiero decirlo todavía, y me reservo el título, para que no me lo plagien. – En realidad no tengo mucha vocación de escritor, pero insisto, sobre todo con la esperanza de cobrar el premio Nobel, cuyo dinero necesito para hacer algunos viajes, es decir, para conocer lugares del mundo que de otro modo no voy a conocer en la puta vida. En realidad mi verdadera vocación era ser patovica, esos musculosos forzudos que actúan como guardaespaldas. Pero estoy muy débil y no puedo ni levantar el cenicero cuando se me llena de los fasos que me mando. Por eso me conformo por ahora con mi trabajo, soy sereno en un pelotero, esos lugares donde festejan su cumpleaños los niños. En el amor no me ha ido tan mal. Una mujer casi se enamoró de mi una semana entera, pero después se fue con otro, que tenía plata, por supuesto. Yo no. Empecé a escribir el gran poema de mi vida, absolutamente original, y dice: “puedo escribir los versos más tristes esta noche”… y no les cuento más porque no quiero quemarlo. En fin, si a alguien le interesa mi historia, se la puedo seguir contando, pero ya sé que eso no va a ocurrir. Estoy llorando, y quiero largar todo esto a la mierda. Saludos. De alguna herida antigua, cuyo nombre no se nació esta flor distinta. No cabe en ningún jardín, pero es pequeña como la fe. Afirmo que nadie la amó jamás, pero toda afirmación es siempre sospechosa. Existe esta flor, cuyas pruebas no tengo o acaso, alguna vez destruí. Se que cuando la ilumina el sol, se torna oscura como el dolor. Y se enciende en la noche, como última esperanza en el pensamiento suicida. De ser ciertos mis dichos, este poema torpe transmitirá… su aroma, su forma exacta, su color Y serás testigo. Testigo de una flor. Quiero aprender a escribir de veras. Esculpir en el silencio, una palabra precisa, y horadar con ella, el corazón de quien lea. No me conformo con decir “primavera”, quiero que estallen en flores las regiones de tu alma, y florezcan también tus sueños. Quiero aprender a escribir la silueta exacta de tus deseos, la forma inalterable de tus silencios, la alegría imperturbable de tus secretos. Ya ves, soy un pretencioso que no tiene con qué serlo, salvo, que te tengo a vos, que en este instante, me estás leyendo. Aquí reproduzco un poema breve pero inolvidable.Sencillo pero profundo.Siempre es bueno dar vuelta la página, olvidar a otro que mejor es olvidar, y avanzar con un poeta de veras. APUNTES DE FUEGO Durante los meses tristes, centelleó mi vida sólo cuando hice el amor contigo. Como la luciérnaga se enciende y se apaga, se enciende y se apaga- a medias puede uno seguir su camino en la noche oscura del olivar. Durante los meses tristes, estaba el alma desesperada y sin vida pero el cuerpo caminó directo hacia ti. El cielo de la noche rugió. Sigilosamente ordeñábamos cosmos y sobrevivimos. En alguna curiosidad de la memoria donde no recuerdo ya por siempre se ha perdido, mi gata blanca. No era bella ni graciosa pero tenía el aroma de la nostalgia. Hubo noches cerradas, donde acaricié su pelo manso y se abrió la luna entre mis manos. Debo encontrarla, pero es irrefutable no buscarla. ¿ qué otros mundos conoce, que yo aún no? Para quienes puedan ayudarme les digo que mi gata no era una gata ni tampoco blanca. En materia literaria, creo que aún no abandonamos los primeros rudimentos, y que la historia de la literatura, todavía, es su prehistoria. En los demás aspectos de la vida, creo que estamos iguales. Es indudable que la humanidad ha superado algunos obstáculos, pero es indudable también que no llega a la meta. Quizás porque no la conoce, razón por la cual, obvio, no puede alcanzarla. No debiera extrañarnos tanto que escribir haya sido, por muchos siglos, un juego absurdo. ¿acaso no fue también absurda la vida misma? Me parece que nos merecemos otra literatura, quizás, porque también nos merecemos otra vida. Cervantes, Goethe, Borges, Shakespeare, o yo… no tenemos por qué asustarte tanto a la hora de escribir. Escribe como tu corazón lo indique y sin dudas, podrás superarnos… ampliamente. No somos las estrellas que brillan para ser imitadas, en el límpido cielo de la perfección. Somos un intento, no la luz. ¡Atrévete a brillar! Y ahora me duele la soledad de Dios antes que el mundo existiera. No había piedra, ni la palabra piedra. Ni hombre ni mujer, ni dolor ni alegría. Los ángeles buenos le amaban como debe ser y los malos tampoco. Dios estaba solo, solo, solo y entonces pensó en María. Se enojó con algunas de sus creaturas repugnantes, Adolf Hitler, Stalin o Rafael Videla. Decide continuar. Finalmente se enamora de vos, que estás leyendo ahora este poema absurdo. Pero algo falla… ¿por qué sigues, lectora o lector, todavía triste? Otros buscaban el amanecer nosotros construíamos el sol. En la alegría de nuestro querer el amarillo se llamaba amor. Conocimos el nombre del revés nuestro cuerpo salió del caracol para denunciar la misma doblez y romperle su reino al dolor. Luchamos fuerte contra los insensatos que predican mentira a boca llena quitándole a la vida sus encantos. Pudimos vencer a las mismas hienas aunque disfrazadas de mojigatos y ardieron por fin en su propia hoguera. Otros lo habrán olvidado. Yo creo que en su cuerpo muerto, comenzó la corrupción… no sólo de su cuerpo, sino también del cuerpo místico de la Iglesia. Asesinaron a Juan Pablo I, Albino Luciani, y curiosamente ya nadie quiere hablar más de eso. Pasó. Ya está en el trono de Dios, ya lo llevan los ángeles a su destino final, ya contempla el esplendor de Cristo triunfante. Sí. Creo en eso. Pero los que somos también polvo, merecemos una explicación razonable, un intento de verdad, un mínimo de justicia. Por él… pero más que por él… por nosotros. ¿Y si el asesino está metido en el mismísimo Vaticano, como es de suponer, y todavía hoy sigue “aconsejando” al papa actual? La humanidad no puede permanecer así, despreocupada de algo tan importante, tan vital para esclarecer. Mataron a un hombre pero… ¿quién? ¿cómo? ¿por qué? ¿para qué? Estos son los interrogantes que ante la muerte de cualquier ser humano, cualquier ser humano debe hacerse. Pero en éste caso más. No se trata del humilde y buen sacristán que limpiaba los pisos de una capilla. Se trata quizás, si no me equivoco tanto, de un sacerdote que quiso limpiar… “y no lo dejaron”… la suciedad del mundo de las finanzas vaticanas, la suciedad de quienes ocultan cosas para dominar a los demás, la suciedad de quienes han ensuciado … nada menos que… el lugar de Pedro entre nosotros, al menos para los creyentes. Quiero preguntarle a Joseph Ratzinger… Si ni Usted ni sus amigos íntimos son responsables…. ¿por qué no inicia una investigación seria y razonable sobre este hecho? …. a menos que… algo huela mal en Roma no? Albino Luciani El hombre que ocupó el sitial más importante de la Iglesia, muere sospechosamente, y la Iglesia no mueve un dedo para investigar el hecho. Por primera vez, un Papa adopta dos nombres, Juan Pablo. En mi opinión, era el tercer Papa más inspirado en Cristo, Pedro, Juan XXIII, y Él. Cuatro indicios razonables de su muerte: 1) Quiso investigar, al parecer, personalmente, aspectos financieros oscuros del Vaticano.- 2) Estaba a favor del Concilio Vaticano II y por lo tanto, en contra de quienes contra viento y marea lo esterilizan. 3) Con un humor históricamente demoledor, sobre todo para los conservadores agrios que detentan el poder omnímodo, dijo… “Dios los perdone por lo que acaban de hacer”.- 4) Sonreía. Pero no como una impostura sarcástica de quien detenta el poder para oprimir a los demás. No. Él sonreía como un ser humano, cosa que debe ser muy mal vista entre tantas caras de culo.- Me importa un pito que lo que pido sea considerado… herético, desafortunado, malintencionado, demoníaco, perverso… yo simplemente quiero saber: ¿quién mató a Albino Luciani? y no me cabe la menor duda que dicha investigación…. contribuiría a traer un mínimo de justicia ante tanta corrupción. Con toda la bronca del universo, quiero decir algunas verdades que me duele con todo el dolor que puedo el espantoso lujo que afea al Vaticano. Su pompa de oro y sus obras de arte donde unos pocos se regodean, con astucia perversa fue atesorada vendiendo indulgencias, ganando batallas contra los más débiles, mintiendo y robando, como todo bien excesivo, en esta tierra es conquistado. Los cardenales visten con suntuoso ropaje y no les da vergüenza alguna, la desnudez de tantos hermanos de esos que viven de su trabajo y no les alcanza cuando a ellos les sobra y no trabajan en nada. El dorado esplendor detrás del Papa me huele a la misma caca del diablo que defecó para mal de los humanos justo en el lugar que debía ser sagrado. No me fue dada la paz de los ateos, ni la incertidumbre honesta de agnósticos. Soy católico y cristiano, y no hay cruz más dificil, que saber que mi iglesia está dormida en el oro ruin de los canallas, y nadie todavía la despierta… para que resucite y comparta sus alhajas mal ganadas y las convierta en pan para los humanos. Llegó la primavera como un sueño a despertar del silencio mis manos y contagiar de flores a mis hermanos que merecen un poema halagüeño Sé del dolor que surca tus esteros y del cansancio de lidiar con malos por eso escribo mi soneto manso para alegrarle el día a los que quiero No te aflijas por lo que no merece tu carita entristecida entre el fango verás que los sinsabores decrecen porque estamos hechos de oscuro barro pero superamos lo que acontece con la ayuda de Dios y los hermanos. Había una ciudad desnuda de pueblo. Casas blancas limpias, sin nadie que las habite. En toda la ciudad había sólo un perro, se alimentaba de pájaros cuando podía cazarlos al elevarse del suelo. Un día el perro sintió hambre pero no de alimento. Quiso un cariño sobre su lomo, una voz que lo llamase, hasta un reto… o la patada de alguna persona enojada. Cualquier cosa que fuese humana… sobre su cuerpo abandonado. En vano agotó las calles con sus esquinas, todas desoladas. En vano se acercó a las puertas, en vano miró por las ventanas. El perro estaba solo de soledad absoluta, vacío de palabras, con sus orejas sin captar nada. Entonces el perro sintió deseos indomables de llorar, pero … antes de hacerlo prefirió, escribir este texto. Bastante hizo. Desde la mentira de un mundo geocéntrico y piramidal, era imposible mirar otra cosa, que una mentira más, pero intentó la verdad. Otros congelaron su intento de mirada y la transformaron en la visión indiscutible, única y cierta. ¡Vaya Ceguera! de los otros, no de él. Hizo algo más. Hizo silencio. En eso si acertó. Lástima que sus seguidores sigan repitiéndolo. Lástima que sus seguidores hayan renunciado a pensar y conviertan en suyo, acto criminal, el pensamiento de Tomás. Han convertido en hielo, su pensar de fuego. Y con ese hielo quieren encender a los demás. Menos mal que cada vez son menos los que siguen escuchando tanta pomposidad vetusta, tanto hablar por hablar. ¡Muera el tomismo, viva Santo Tomás! Me duele el jazmín que no existe. Cae como una piedra sin dueño en un estanque sin fondo. Soy el escritor que no escribió ningún libro. Soy el padre que no tuvo ningún hijo. Soy el amante sin nadie a quien amar. Pero la vida tiene una venganza paradojal estoy contento conmigo, y la nada me pertenece toda. ¿para qué más? Somalia padece ahora una hambruna atroz. Mientras escribo este poema blanco, una niña negra, como una rosa negra, en un destino negro agoniza de hambre, y no es literatura. Yo me parezco a las Naciones Unidas. Digo cosas pero hago nada. Sigo teniendo buen sexo, derrocho comida, rezo y el cura de la esquina alivia mi conciencia con el perdón divino. Después de todo, soy un buen tipo, pago mis impuestos y solamente robo de un modo legal, no quiero tener problemas. La Televisión anuncia que la bolsa sube y baja y muchos pierden mucho mientras pocos ganan más. No es noticia la niña de Somalia. A veces pienso que Dios es algo más que la mancha de tinta en el papel bíblico. ¿Y si fuera Él…. la niña de Somalia, la que acaba de morir, antes de terminar este poema? Yo me hundo en tu abismo, que es mi modo de volar. ¿por qué la rosa negra, floreció en mi jardín sin dueños? y … ¿hasta cuándo tanto silencio, cegará la poesía? vamos… no te arrepientas de intentarlo de nuevo. Aunque no lo sepas, te diré la verdad: “estás vivo” Ya la niña abrirá el ojo, a la luz de quien entienda. Ya el vocablo teñirá la hoja blanca. Ya volverás. Lo sé. Hubo un hecho cruel, en extremo repudiable que yo perpetré, y me fue en vida perdonado. Abandoné a un amigo, cuando más me necesitaba y lo dejé muy solitario, en la cama solitaria de un hospital. Él estaba solo de soledad absoluta yo acompañado, quizás sin saberlo, de la sombra invertida de su soledad. Después de curarse, me perdonó con una sonrisa imborrable yo todavía, quizás, no logro perdonarme. Y los dientes que su risa buena me mostró aún se clavan en mi alma, ruin y malvada. Esa herida, que me causo, sigo siendo yo. ¿Qué derrota antigua, impidió nuestro encuentro? Nuestras vidas se parecen a la noche de Cartago, que Roma nunca entendió. Te amé como no se debe que es el único modo de amar. Ya no importa que la lluvia cae incesante sobre mi suelo sin ninguna flor. Guardo en mi memoria el árbol en cuya sombra nos recostamos para hacer la paz. Juro por los dioses que no existen que te amaré de Norte a Sur. Aunque habites el Oeste sangrante y yo te susurre amor desde Este, mi ser. Yo te pido perdón, Dios mío, por construirme una imagen tuya tan rotundamente distinta tan enteramente distante de Vos mismo. Yo te pido perdón, Dios mío, por darte vuelta la cara en el rostro cansado de mis hermanos cansados de tantas injusticias, algunas de la cuales yo mismo he causado. Yo te pido perdón, Dios mío, porque mientras te pido perdón, me olvido que soy otro más de los oprimidos y que mi deber sagrado es liberarme junto a mis hermanos, donde Habitas. Yo te pido perdón, Dios mío, porque te ignoro en los que todavía pasan hambre y mi oración esquizofrénica se eleva al cielo en incienso inútil y no aterriza en olorcito a comida en los platos vacíos. Yo te pido perdón, Dios mío, porque gasto palabras pero no gasto un cobre para paliar el infierno artificial de la miseria esa que hemos construido los humanos sacrílegamente en tu nombre. Yo te pido perdón, Dios mío, por esta navidad que pasó y por todas donde se tira la champaña y los fuegos artificiales y nos burlamos de Vos que Habitas tan cerca nuestro, en el hermano hambriento y desamparado. Yo te pido perdón, Dios mío, por pedirte perdón y no mover un dedo por Vos.- Y de donde vienen venganzas sobre mi rostro que me nublan el alma? Si me miran los niños se asustan y sonríen. Pero el niño que soy no se atreve al miedo ni tampoco a la risa. He transpuesto las voces ultramarinas que me hablaban de mi. Pero aún sigo, Dios mío, sin encontrar mi oreja atenta al mar No se para que escribir. Lo merecen más las aves que cruzan el cielo. Tampoco lo entienden. Y algún lector atroz, desde una silla distante, nunca sabrá que dije de mi aquello que no me atrevo. No se para que escribir. Impostar una voz distinta en un mundo sordo… dejar que el azar me azore y de otro lado ser yo sin haber sido, nunca, yo mismo. No sabía nada Ni podía nada Ni lograba nada Y sin embargo, escribí este absurdo en la corteza interna de tu lado mejor. Putos eran los de antes. Gastaban la calle para conseguir un macho, se gastaban todo por un macho, para conseguir placer, o cariño viril. Lentamente, como a todos, la vida los iba gastando, también. Eran objeto de risa fácil, y tonta, en los entretenimientos de la época de la gente que en esa época, no dudaba en sentirse normal. Hay certezas fatales, obviamente, encubridoras. Recuerdo que a mis dieciséis años (16), me persiguió uno mientras caminaba sin destino. Yo quería esconderme en algún café, o en un cine, o quizás en esencia, quería retornar urgente al seno materno. ¿Qué desequilibrado mental me miraba el bulto? ¿Cómo denunciar el hecho en la comisaría más próxima? ¿Qué autoridad del fascismo entonces reinante ( como el de ahora) podía protegerme? pero… ¿protegerme de quién, de él o de mi? El caso no llegó a mayores, quedó en menores, sobre todo, en ciertas pesadillas o sueños que nunca entendí. (¿habrán sido menores esos sueños?) Un año después del episodio, besé por primera vez a una mujer, y me consoló saber que me gustaba el beso, como la quietud después de una tempestad horrenda. Putos eran los de antes. Odiados, temidos, segregados… como quien esconde su peor parte en el peor infierno y no quiere ver las llamas que en otros, arden. Putos eran los de antes, pero indudablemente, aunque ahora se llamen gays, es lo mismo. Hay certezas fatales, obviamente, liberadoras.- Y punto. No se quien enamoró primero al otro o viceversa. Ambos furiosamente inteligentes, cada cual en su estilo o viceversa también. Cemento cáustico pero no siempre caótico, algunas nomás. Andica expresiva, con ciertas síntesis geniales que dejan ver tesis y antítesis. O más o menos. Se repelen Se ironizan Se burlan del otro yo de cada uno que cuidadosamente es el otro. Sueño que se aman, y tienen un hijo ( soy implacablemente cursi pero triunfan mis profecías) ¿acaso es imposible engendrar de dos genios un geniecillo? y si nunca lo tuviesen yo les seguiré diciendo, papá Cemento, mamá Andica y punto. Quiero morir un poco pero no lo suficiente, quiero vivir demasiado pero siempre es poco, del otro lado del jardín encontraré el prototipo de las flores ¿para qué la rosa que se marchita si conozco su nombre imperecedero? no me vengan con mentiras se vive cuando se hace cuando se hace la vida toda entera, poesía. y lo demás es cuento. Conozco el nombre de las rosas antes de que existieran las rosas Después vino la belleza y la muerte instantes de aroma y color, y toda la eternidad vacía. ¿Comprendes ahora mi dolor cuando paseo solitario por el antiguo jardín? No quieras conocer la ciencia, te lo suplico. Simplemente ¡acecha todos los jardines, hasta derrotar la flor! Había algo que quiso Dios crear y se olvidó algo más inmenso que el mar y más tenue que una hoja de otoño al caer. Era algo entre la mujer y la muerte, con todo el encanto de aquella, con toda la ferocidad de ésta. O viceversa. Algo, que quiso Dios crear, y ahora lo recuerda alegre, a través de los poetas. Un carnaval de perros sueltos donde el mejor de todos era un gato así defino mis intentos poéticos ¡estrujen el cerebro! mi poética es mi vida y no hay otra que ladra fuerte un miau! ¿ya sabían lo que trato de ocultar? me alegro si no, no me han leído. ¿qué puedo esperar, de esta ciudad que llueve cenizas de un volcán, desde el cielo? una mujer barre con celo de madre austera los últimos restos yo la observo como si ocultara en su desazón, un beso ¿qué puedo esperar? la televisión indica que elegirá un gobernador pero los datos todavía dicen que gana la muerte ¿puedo esperar que crezca el Pino, donde la estadística dice que las dos ramas del árbol de la mentira instalarán un bosque para no mirar el sol? ¿qué puedo esperar? sólo una película con un final comunitario, acaso, Solana.- Quiero un mundo donde los poetas puedan morir pensando en el próximo poema. Y que el próximo poema diga, confieso que fui feliz. A nadie escondo que soy el que espera un avión en la estación de trenes. Tampoco disimulo ser cursi y superficial pero eso sí, soy vanidoso y torpe hasta la médula del placer. El primer libro que leí, aún no lo termino se llama “ Mi mamá me ama” y todavía no logro comprenderlo. Desde que perdí el concurso literario de mi vida, con mi poema… “ese oso mimoso” en aquel lejano primer grado, me propuse la meta inderogable de ganar el Nobel de Literatura. Este año se lo dieron por acomodo a Mario Vargas Llosa. Ya llegará mi turno. Pero escribo porque nadie como yo había escrito jamás que mi verdadera vocación es ser un patovica, un forzudo corpulento y sin embargo trabajo en un pelotero ya me llamarán como guardaespaldas de Shakira eso pretendo. Salvo lo que acabo de decir soy un tipo bastante normal, normalmente como poco porque tengo poca plata normalmente quiero escribir algo hermoso y nunca me sale normalmente quiero que alguien se ría… si quiera un instante para sentirme feliz. Porque nuestros escritos, forman parte, aunque pocos lo perciban, de la generosa lucidez de los olvidados. Porque los mercaderes literarios, cada vez más grandes, podrán agitar sus pompas y trofeos, pero no podrán impedir que otros, en su pequeñez, enciendan en las sombras, la palabra.- Porque nuestros nombres no lucirán en las grandes librerías donde se trafica el saber sabiondo, pero acaso, sencillos y periféricos, nuestros escritos logren emocionar a alguien. Porque somos anónimos con el anonimato en alto, y nos sobra el tiempo, que es la vida, porque no debemos contestar preguntas de periodistas extranjeros, ni fingir una sonrisa a ningún editor, ni coquetear con ningún dueño del poder de turno. Porque decimos lo que nos plazca, y no respetamos siquiera, las normas más elementales de lo literario, y aún así, del otro lado, alguien sonríe o llora por nuestro trabajo.- Porque nunca cobramos un centavo por nuestro talento, y nunca pagamos a nadie para que lo invente. Somos así, mediocres o genios, Dios lo dirá, pero no el mercado.- Somos unos dementes. De mentes abiertas, de mentes libres, de mentes que se juegan contra molinos de viento… y nunca derrotaremos a los molinos, pero acaso, crearemos nuevos vientos. Que los indignados se indignen en serio, no solamente en serie. Que se abra la Puerta del Sol, al mundo cautivo y que ilumine todos los espacios, donde la oscuridad creyó dejarnos ciegos. Que los indignados se enojen fuerte, contra la injusticia estructural, y que con paciencia, nunca cedan, a la vocación que los mueve a lo nuevo. Que puedan más, los jóvenes reunidos bajo el cielo que los asesinos que complotan contra la vida, en Bancos y Parlamentos. Que logren abolir esa lacra lacerante de la igualdad humana, la monarquía, esos monos arcanos vestidos de lujo que no se ganaron. Que todavía en silencio, y sin saber bastante, nosotros queremos indignarnos junto a los indignados… nos une el espanto, que curiosamente, es otra forma del amor. La intuyo mujer suelta en mundo prisionero. Y no quiero nombrarla porque el nombre es una señal de propiedad que sobre los hijos inventan sus padres. (El nombre de las personas es marca de hierro candente que sobre vacas y caballos imprimen sus dueños) Ella no es como todas y todos. Ella es novilla sin amos, yegua de ninguno. (La comparación no es degradante, porque ya se sabe que los animales son superiores, nunca arrojaron la bomba atómica sobre Hiroshima) Se trata simplemente de una mujer libre en un mundo cautivo y yo quiero encadenar esa mujer a este poema, para liberar el mundo. Nadie le ponga un nombre. Que los nombres quedan prohibidos. Porque el destino de esa mujer, quiero que ande suelto, aunque se llame Cristina. Con palabras galanas y un sinfín de imaginerías, que causan revoltijo, en las neuronas nítidas, el afamadísimo premius nobilis… o como quiera decírselo en lengua vernácula, el premiado premiadísimo, Vargas Llosa, no cesa de defender, en cuanto lugar se presenta, la osadía y la sapiencia, de los más poderosos, incitando a sumarse, a los desvelos hondos, de estos señores señorísimo, a toda pueblada ignorante.- Ya no sé como decir algo muy simple. El tipo tiene talento, pero lo usa para lo malo. Todas sus hermosas artimañas literarias, las pone al servicio de los opresores, para seguir chupando la sangre de los oprimidos. En este tragicómico tiempo, Vargas Llosa es premio Nobel de Literatura y Obama es premio Nobel de la Paz. Parece mentira tanta desfachatez, parece mentira tanto criminal vestido de laureado y tanto provocador palabrero condecorado con el mayor mérito.- ¿Acaso la humanidad premia la cáscara y desprecia las nueces? Algo suena muy mal. Hay cantos triunfales que parecen un réquiem para la muerte segunda, la que mata el alma. Un coro de imbéciles dice que por algo los han premiado. Sostengo que no fue por buenos, sino por serviles a los intereses más nefastos. Me quedo con el Martín Fierro, “hay hombres que de su ciencia, tienen la cabeza llena, hay sabios de todas menas, mas yo sin ser muy duchos les diré, es mejor que aprender mucho, el aprender cosas buenas”.- Pensar que el Premio Nobel fue instituido por Alfredo Nobel, como una señal de fuerte arrepentimiento, porque sus inventos, fueron utilizados en la Gran Guerra para matar a miles de miles. Pensar que … todavía hoy, el Nobel, con palabras galanas o con disparos inmundos, siguen recibiéndolo los asesinos. “Lástima grande que no sea verdad tanta belleza” … No. Tu nombre no es ceniza de un fuego antiguo, cuyas llamas extinguidas, quedaron atrapadas en el papel de un libro. No. Tu ser no es de tinta, y tu palabra no es una macha absurda, que aborrece a las mujeres, por ejemplo, renegando de su creación, o permite la esclavitud, por ejemplo, sepultando la igualdad de tus creaturas. No. Tu amor no es algo que alguna vez pasó, para crear un mito, cuya repetición incesante y vacía, pueble iglesias y enriquezca a pastores y al banco Ambrosiano. No. Señor. No. Tu eres distinto y mejor, que esa cruel caricatura tuya, que las religiones formaron, para espantar a los creyentes sinceros y atraer a crápulas, y para darle la razón completa a nuestros hermanos ateos. Tú eres el que es, no sólo el que fue, y eres sencillamente el que será, cuando te encuentre en el corazón triste del oprimido, y ayude a liberarlo. Entonces, leeré tu tercer testamento, en una sonrisa. Y buscaré el quinto y el sexto y el séptimo, y seguiré así, hasta el volumen del libro que tú quieras… hasta que me llames al epílogo, que se llama también, “en tu paz, descanso”. “…para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, “ Oración sacerdotal de Jesús de Nazaret, citada en el Evangelio de San Juan.- Desde lo hondo de mi, deseo superar el cero, ese número a quien ustedes le dispensaron una generosa hospitalidad, leyendo mi prosa anterior. Reflexionar sobre el uno no debiera ser una labor ardua y hasta por momentos angustiante. Pero ocurre que uno nunca ha sido, quizás, uno mismo. Cansado del ropaje con el que me revestí de otro, ahora intento arrojar las máscaras y ser simplemente eso que cuesta tanto y no debiera, ser uno, ser yo. He citado la súplica de Jesús, su clamor existencial, reclamando al Padre, que el Hijo único siga siendo único pero no en soledad, sino con todos, para que todos seamos uno, a través de él, con el Padre. Ese es mi credo, la pequeñísima fe que tengo, y que desde luego no merezco, pero cuyo regalo recibo alegre y espero fructifique. No me parece mal ser uno en si mismo, pero me parece mejor, ser uno en Dios, con todos los hermanos. A mis amigas y amigos no creyentes, que acaso con razón esperaban de este escrito un pasaje de la nada a la unidad perdida, quiero decirles que mi unidad se encuentra más allá de mi mismo, junto a Cristo Jesús. Para mi, Uno es Dios, y en Él, nosotros. Y en el “nosotros”, se incluyen creyentes y no creyentes, cada uno con sus razones y sinrazones, porque, a no dudarlo, creo yo, Dios se hizo humano, para que todos los humanos, siendo uno, seamos Dios. La reflexión me alejó de lo excluyentemente humano, y me acercó a lo incluyentemente divino. Nadie ha visto al Uno genuino, al Uno verdadero, al Uno eterno, sin embargo, en cada uno de mis semejantes, aunque no me quiera dar cuenta, Dios mismo se juega por entero y me dice: “Cuídame como a la niña de tus ojos, cuídame porque estoy disfrazado de otro, pero en esencia, soy Yo, soy tu Dios”. Siento que mi prosa acaso defraude a muchos, pero quizás, ¿quién puede saberlo?, resuene como un beso en el alma, exactamente, para quien pudiera necesitarlo. De ser así, amiga o amigo desconocido, debes saber que está dispuesto mi espíritu para amarte, porque vos, aunque no lo sepas, también eres Uno, conmigo, y en Dios. Felices Pascuas. Que misión extraña, que profunda ingeniería de la nada, lleva algún día a los torpes humanos, a concebir un número tan raro, tan nadie y tan ninguno, como el número cero. Será quizás porque cero veces he sido amado de veras, habiendo creído falsamente noventa y nueve, pero el cero tiene un misterio íntimo, una connotación entrañable, en su hermoso decir que no dice. Acaso los demás números cuentan nuestros anhelos, matematizan nuestros deseos, indagan en nuestras intenciones que siempre resultan fallidas. En cambio, no hay humano alguno que haya sido engañado alguna vez por el número cero. Yo con él cuento mi realidad, con los otros enumero mis fantasías. Intuyo que el cero contiene la música primordial anterior al tiempo. Y no quiero creerlo, pero quizás, la muerte sea el ocaso del uno al nueve, y sea para siempre, el reino indiscutido del cero. Dios dirá, en quien creo novecientas noventa y nueve veces, pero con un amor profundo por los que dicen, creo cero. Este escrito pudo quedar en la intimidad de lo que nunca fue escrito, acaso sea leído cero vez, y en eso, a pesar de las limitaciones, roza lo ilimitado, lo eterno… lo cero. Vaya para ese número que no enumera, mi auténtica admiración por quienes lo crearon. Haber creado el cero, para los humanos, debió ser parecido a concebir un hombre desnudo de hombre, desnudo de si mismo, o un universo que no fue, ni es, ni será. Y un estremecimiento muy hondo, debió sentir su autor, que por alguna razón, quizás prefirió no haber existido nunca. En mi ignorante superstición, imagino que el cero fue imaginado por primera vez, por una mujer hermosa, excitada y sola, en una isla abandonada. Aves de rapiña comieron su cuerpo y llevaron la buena nueva a los solitarios marineros….que la desearon y ya nunca, nunca, nunca, cero veces, pudieron poseerla. Hay instantes en que reconozco mi instinto,y vuelo sobre el tiempo, pesadillas de un demente arropándose en el miedo. Así los viajes son refugios para medir la sangre,o días en que se esparce el hastío flotando en parcelas imperfectasdel alma. Sin embargo percibo los primeros designios:esa mano hechizando al único hombre que miro su espejo,la mesa abandonada por el arrebato de la enajenación del hambre,y el cuerpo destrozado para que la victoria reconozca su propio límite. Cuando lo líquido de mi piel escapa, el pálido inventarioal que acudo en sitios como éste,me enardece,porque suena un humo triste ente los dedos,y fatigosamente lloro como repitiendo frases ajenas, sin destino ni perduración. Con los rastros de mi última sonrisa me concedo la tentación de ser otro. Guillermo Capece Bálsamo infalible y económicoQue cuesta lo que cada quien elijaEntre el polvo de este lugar y el mas cósmicoCuando no tener idea es una idea fija ...Rey de reyes que perdieron su tronoPor ser esclavos de su excesiva conquistaSi yo otra vez me auto coronoProclamo a viva voz que soy artista !..y no por consensos mayoritariosSino por como quien se decreta libreAsí que ya no hay critica que asuste...Pues cuando uno pasa de calvariosGana autoridad para determinar el calibreDel disparo que apunta a que el resto le guste.... Maravilladacon la mirada de un niño de puebloal saborear el misterio del eclipse Dejando dividido el resquebrajado tiempo de las mil esperasal saquear mi boca besada en el desorden Lila, su extraño nombre abreviado en el resplandor de un deseo,maquillada de estrella erranteen el carnaval de las heridascreyéndose mareafingiéndose fuegotornándose magiatornándose verboen el alucinado latir de la esperanza... Si pudieras resumirel eco de tu presenciaentre los destellos de un torrentevaciado en mis lágrimas...si pudieras resumir con tu vozla mudez de los pájarosque se abandonaron al cielo,seguramente arrancaríasel núcleo de mi falso nombrey lo harías viajar por el huracán de la palabra Si tan sólo lanzaras una bengalasobre la herrumbre de mi pechocuando los cristales y la vigiliase retratan de antiguas heridas...si pudieras llegar hasta aquícuando la madrugada arde en mis ojos y me pesa el ayer,seguramente una luz erizaráel desesperado pelaje de las sombrasiluminándolo todo dentro de mí Si pudieras florecermeen la prodigiosa nochecon cerrar tus párpadosy darme el signo de tu frente,seguramente emigraría mi pielhacia los lindes del sueño...... sueño brotado de la nada y la piedraconfundiendo en azar al destinotransformado en vos misma Sueño que si perpetuaras en vosla silueta de las gotaspara ungirte y ser lluviaseguramente la verdad beberácon tu boca en mi boca,su único milagro. Verde Federico:yo hubiera querido estar en el momento de los gritos,o de los silencios heroicos;en el momento de las espadas,cuando caíste en tu agua bajo lluvia,mientras los cerdos, enamorados de las banderas subterráneas,tomaban el sol de mediodía. (La soledad de las últimas habitaciones mortifican la memoria.Hay ventanas abiertas, y quedarán así en el invierno.Es raro,pero caen ahora hojas marchitasy me gustaría jugar con ellas.) Verde Federico:desparramo tus gitanos en la mesa,donde con Miguel y Manolo tomamos la sopa de la noche.Tu vestido queda ajado por los toros de la vida,y ni siquiera Nueva York te salva, Federico,porque estás próximo a morir,a caer bajo las balas levantadas a velocidad de la muerte,quizá por el mismo gitano moreno que en tu verso montaba a caballoy era el jinete más audaz de toda Andalucía. Duermescon una palabra entre los labios,con un ramo de hielo en cada mano,bajo las calles empedradas de "pájaros" nocturnos.Al fondo de la tumba llevas,una porción de magia, de manzanas de fiebre,de sábanas de lino. El viento te saluda,las tierras de Granada borran tu contorno,tu sonrisa mira los espejos de la vida.Y se refleja. Guillermo Capece Para un aprendiz de escritor, para un balbuceador profesional de poquedades, para un emisario de la nada que busca el oído de ninguno... susurrar un escrito cualquiera es un acto estúpido de magia mayor.-A ello me avoco brevemente, en esta segunda parte, que si la primera salió como el culo, no puede ser menos.-Lego a todo aquel que me lea, la alta erudición que nunca tuve, la perfecta forma escrita que jamás logré, y la alegría que ahora me embarga.-No esperes a mañana para escupir mi tumba. Estoy tácito como sujeto de este escrito aberrante. Tus insultos, tu admirable desprecio, los necesito, para saber que al menos, en la reprobación, estoy escribiendo. Hay algo, solamente una cosa importante, que me gustaría decir, y no se hacerlo bien, aunque lo intento. Bástame decirte por ahora, una cosa: es un lugar común de nuestros días, afirmar que Dios no existe. Te puedo asegurar que tengo la constancia plena de su existencia y por eso escribo. Doy testimonio que una vez miré que caía una estrella, corrí a la Biblia y leí... "Yo veía a Satanás caer como una estrella, antes que el mundo existiera"... Jesús, el Cristo.-Desde entonces... no supe que hacer, no supe otra cosa que hacer para lograr transmitir la experiencia... con palabras. Y ya lo ven, apenas si puedo balbucear este escrito torpe. Pero es verdad, y me consuelo saber que no miento. Alguien que me salve.Que me quite la angustia de no poseerme.Que me enseñe que los muros pesan más que las pobres palomasque vuelan en su alto.Quiero que mi soledad me conteste por vez primerapara quién estoy.Yo, que fui el francotirador inasiblesoy ahora el eco lejano de lo que fui.Me inundan las máscaras, el olor de los moribundos,el terror de encontrarme con ellos bebiendode la misma copa ácida su vino.Si vinieron a matarme, que me maten ya.Pero que no me hagan tragar el humo vacíoque siempre llevan en su rostro.Los odio porque una vez los amé.Teñidos de mariposas venían a tracionarme.Usurpaban cada hueco de mi corazón.No sé si quiero que alguien me salve.Los músicos con sus cántigas dirán el resto. Yo soy el que espera. Guillermo Capece Soy el camino de mí mismo y la desolación que se abraza a su senda,y tiembla, y borra las huellas para que no me persigan. Estoy vacío de esos animales etruscos que me regaló la partidade unos ojos girando al viento. No puedo confiar en los sueños porque alguien les pone un asesino dentro. Me acuno cuando no me veo pues la vergüenza tiene el ropaje largode los locos. Hoy es domingo, y he estado todo el día ausente. Guillermo Capece IYa oscureció la tierra.Difícil es tener tu boca apretada.Tu estatura cerca de mi rostro.Sí, yo se. Es difícil.Se le caen a uno las montañas.Los lagos se hacen charcos diminutos.Todo es difícil.Compartir la sonrisa con vos.O este barco que nos quitan.¡A partir! ¡A partir!¿Pero cómo?Si nuestras plantas penetran en recodos de clausura.Alguien saldrá a gritarnos nuevamente.Debemos tener cuidado. Salvarnos. Pero ahora fumemos en silencio. IIEn qué quedó esa idea transparente,ese cuerpo sobre el que juramos tantas cosas sencillas.Una ilimitada ausencia marcó las señasde tus grandes ojos.Quedarse solo y recordar al otro díalas sombras de los pumas,las desoladas bestias persiguiéndose,hundiéndose conmigo como una gran casa de celos,sumergiéndose,perdiéndose conmigo.Arriba de los cielos, más arriba,la mitad de tu cuerpo fulguraba.Quienes somos, sino aquello que fuimos,sino el pasado de iguales invasiones,de iguales lejanías. Guillermo Capece Querido hijo: Te pongo estas líneas para que sepas que te escribo. Así que si recibes esta carta es porque te llegó, si no, avísame y te la mando de nuevo. Te escribo despacio porque sé que no puedes leer deprisa. El otro día tu padre leyó que según las encuestas que la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos hemos mudado más lejos. La casa es preciosa; tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí ropa, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces, pero bueno... El tiempo aquí no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces. La primera vez durante 3 días y la segunda durante 4. Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con los botones puestos pesaría demasiado y el envío sería muy caro, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo. Al fin enterramos a tu abuelo; encontramos su cuerpo con lo de la mudanza. Estaba en el armario desde el día en que nos ganó jugando al escondite. Te cuento que el otro día hubo una explosión por el gas de la cocina y tu padre y yo salimos disparados por el aire cayendo fuera de la casa; ¡qué emoción!, Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en muchos años. El médico vino a la casa para ver si estabamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre ofreció comprarle el tubito. Hablando de tu padre, ¡qué orgullo!, te cuento que tiene nuevo trabajo y es superior a 500 personas, ya que está sobre ellos. Lo contrataron de cortacésped en el cementerio. Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, por fin dio a luz, pero como todavía no sé de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebe es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Se nos va a hacer muy raro llamar a su hija "Mamá". Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada, ella le dijo que sí, de 5 meses ya; pero ahí tu padre le preguntó que si ella estaba segura que era de ella. Dijo que sí. Moza de hierro tu hermana Pilar, qué orgullo, de tal palo tal astilla. Por cierto, que tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las noches a la esposa, porque es virgen. A quien nunca hemos visto más por acá es al tío Venancio, el que murió el año pasado. Tu perro Puky nos tiene preocupados, se empeña en perseguir a los coches que están parados. Aunque peor es lo de tu hermano Juancho. Cerró el coche y dejó las llaves adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos del coche. Bueno hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé. Resulta que la última familia de gallegos que vivió por aquí se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio. Si ves a Doña Remedios, dale saludos de mi parte; y si no la ves, mejor no le digas nada. Tu madre que te quiere. Josefa. P.D. Te iba a mandar 100 euros, pero resulta que ya cerré el sobre. ¿Y ahora que hago con esta soledad?¡Herrumbrarme!¿Gastarme a muerte en versos que no riman?Rimarme con las sombras del silencioPara que los demonios del tormento¡me sonrían!¿y cómo se vive en esta eternidad?¡un minutoQue se burla cual si fuese una centuria!Azules fracturados se destiñen,Diamantes que en mis manos de derriten¡por mi culpa!¿Do yace lo feliz, lo que antes era?¡AgonizaTras la pérgola falsaria de la duda!Y camina en la arena y se quema,Y camina en el desierto a la espera¡de la lluvia!¿Qué importa el mañana y su promesa?¡nada importa!La fuerte necedad de esta locuraNo acepta la soberbia de las rosas,Ya es mía la cadencia de estas horas¡también tuya!Danzaran las ganas que no duermen¡ni de noche!Con el humo del pucho que desgarro,llegarás, moraras aquí en mi pechoPorque yo así lo exijo, así lo quiero¡porque te amo!CEMENTO.-PROTEGIDOS DERECHOS DE AUTORCódigo: 1004266112209 Julia no sabía decidirse entre la terrina de quesos o el crepe relleno. Eso de entrada, pero como primer plato no estaba segura de pedir la trucha en dos salsas o el lomo con duxelle de champiniones. Después de todo, lo que más le interesaba en ese saloncito paquete, era jugar un poco y ver los colores de los platos servidos por mozos lánguidos, en uno de los cuales le pareció ver al muchacho de La Cantábrica en ese sueño que no había olvidado.-No será la primera vez que me asome a un espejo y vea las huellas de mi rostro- ironizó para sí mirándose al espejo donde también se reflejaba la figura de Sergio.Él la había invitado a almorzar para decirle ¿qué?. Si el barco se hundía -se dijo- ¿él querrá salvarlo? ¿Por qué no levantarme y dejarlo solo? ¿Para qué acepté la invitación?Sergio estaba distraído. Ella se apuró a pedir y el mozo anotó con diligencia pero con cierta rigidez. Esto la divirtió. Luego el muchacho anotó lo que Sergio le dictaba.-Me llamo Fabio- dijo el mozo- estoy a sus órdenes; que tengan un agradable almuerzo.Y, mientras el mozo se iba, ella volvió a jugar otra vez con el espejo en la pared: los ojos tristes de Julia; los labios quietos de Julia como si recién terminaran de crecer."Aquí pronto se instalará una mueca y no lo podré evitar", pensó. En el espejo se miraba las manos y el busto, pequeño pero todavía erguido."Pronto esto se terminará. Seré vieja," se dijo.Y añadió para sus adentro:"Estos juegos comienzan divertidos y terminan crueles." "¿Por qué tener esta visión partida de la vida?"Porque ella también amaba el sol que entraba, y los colores de la comida que ahora le servían, y estaba segura de que también podía amar al muchacho de chaleco negro, algo desgarbado pero de manos finas, que a cada momento quería ser cortés.Lo miró sin disimulo y él se dejó observar. Luego volvió a mirar en el espejo y lo vió reflejado sirviéndole el vino.Mientras le ofrecía el primer plato le pareció que las manos del muchacho danzaban sobre la mesa.-Me entristece el campo a la hora del crepúsculo- dijo ella antes de que Sergio le preguntara por qué lo decía.-Cuando era chica me daba miedo ir al circo- dijo sin oírlo - un caballo se volvió rabioso, ¿sabés?,y saltó de la pista a los palcos.-El caballo se volvió rabioso o loco -repitió- ¿nunca supiste de un animal loco?Él le tomó la mano e hizo un esfuerzo para escucharla pues en realidad estaba pensando que todas las mujeres tenían algo de estúpidas.Ella se levantó para ir al baño con la idea del caballo rabioso y en Sergio, tan lejano.Pasó por la pequeña salita vacía dispuesta para que los clientes jugaran al billar que le pareció de un amarillo intenso, y vió al mozo, apurado, pero atenta a ella. Julia sabía que auque él no lamirara decididamente, había despertado su interés.Cuando salió del baño lo vió otra vez, y un ardor le subió al pecho."Dios mío" -pensó- "no poder amarlo ahora sería un castigo."Al pasar por la salita de billares entró. Se ocultó en el momento que el muchacho pasaba nuevamente. Esta vez la miró. Ella lo llamó y le pidió café. Cuando regresó con el pedido la vió recostada contra la pared, y no pareció asombrarse. Estaba acostumbrado a las trangresiones de algunas clientas, y por eso fue que no le acercó el café sino que lo dejó sobre la mesa de billar y cerró el cortinado. Se quedó frente a ella. Julia vio que el cuerpo de él se recortaba frente a la luz, y lo abrazó humedeciéndole la cara con los labios. Las manos del muchacho resbalaron sobre el vestido de ella, y lo subió de a poco, mientras la llevaba hacia la mesa de billar. Comenzaron casi en silencio, con pequeños quejidos de ella, y el silencio de él.Pronto Julia sintió la sensación dentro del pecho que el caballo loco del circo repetía la escena del asalto hacia el público. Creyó que su corazón galopaba hacia la libertad.Más tarde,mientras arreglaba su maquillaje, se sintió poderosamente libre. Rápidamente busco dólares en su bolso y los dejó debajo de la tacita de café. Fabio que la observaba, rechazó el gesto.Tuvieron un breve dialogo:-Soy de Mendoza, tengo viñales, no necesito dinero- dijo el hombre ya fuera de su máscara de mozo.-¿Y por qué trabajás de mozo? -preguntó al instante Julia.-Soy el dueño del restorán, y a veces me entretengo en atender las mesas sólo para conocer mujeres como vos.Julia no supo si eso era un halago, y no respondió.-Tengo una cadena de restoranes en sociedad en Mendoza, y otro en Puerto Madero- dijo el muchacho algo desgarbado pero con cierto orgullo.-No sé qué pensarás de mí- susurró Julia.-Cuando uno hace estas cosas no piensa nada más que en el placer instantáneo -respondió seguro.Y se fue dejándole una sonrisa.Sin embargo ella sintió que esa rápida aventura no era ni mas ni menos que una mariposa detenida en mitad de su corazón, pero dispuesta a volar en cualquier momento, por ejemplo en cuanto Sergio la mirase y le indicara la comida.-Se enfrió el lomo.Ella balbuceó una disculpa dispuesta a no dejar volar esa mariposa. Iba a pasar la lengua por el interior de la copa de vino por segunda vez, cuando la orden de él la detuvo:-No hagas eso.-Eso es lo que me interesa hacer en este momento. Lo quiero hacer.-A veces parecés una chiquilina caprichosa. Mejor comete el lomo. Es un plato muy caro -y Sergio enlazó los ojos de ella con una dura mirada.-No lo quiero, está frío- protestó ella mientras apoyaba su lengua en el cristal de la copa.-Comete el lomo -repitió él. Con un soneto vengo a enamorartecon este cuarteto abro y me dirijo,ojalá que no salga tan prolijo,que digno de ti, logre encantarte. En este cuarteto el alma se me parte,no obstante yo sigo y no transijo,te lo juro ante un sacro crucifijo,que a Petrarca le robaré su arte. En el primer terceto me acomodopara decir que ya no habrá ni modo,porque olvidarte, vida, yo no puedo. Y en este terceto digo, aunque duela,pues tu desdén me da dolor de muela y transido de amor, asi me quedo. Te vi corriendo en el trivial caminoquebrado el corazón de horror y miedo, te vi los párpados cansados, tristes…y a tu dolor escribiendo.Lluvia derramóse en tu piel de polvo cual ósculo de agua en el desierto,una lágrima miraba entre las gotas…y tus párpados cayeron.Tu alma sufre las caricias muertasde aquellos que no están ya en tu sendero,gime un zorzal en tu voz dormida…gime por ellos.La estepa que morabas, agoníade ave remontando el turbio cielo,caló en la gris arena de tu alma…llantos, espectros.Impío ardor que ulcera el alma gotas de vida en la arteria del tormento,alejóse la huella de tu infancia hermosay de tus sueños.Aurora de la vida en la dulce primaveramarchóse hacia el crepúsculo imperfecto, Colgada la ilusión al sol poniente de tu invierno.Y semblantes que fumígenas deambulan,¡cuál estrofas en papiros sempiternos!remojábanse en las lágrimas copiosasde tus recuerdos. Bordeando el precipicio de las penas,líado en la garganta todo anhelo, soledades, añoranzas y suspiros…por quienes se fueron.Trocóse en mi la infausta intemperie, con sales de tu mengua en el siniestro,tu vista atormentada impenetrable…a mis silencios.Besos estallantes, por tu faz de diosa,de mi oráculo infernal se desprendieron,¡coro bruno y arisco que reclama!tus oídos sedientos.Garfios rojos en la mar se mezclan,azules que reencarnan púrpuras y negros,el sepia ha fenecido ante tu mármol…como yo lo ordeno.¿cuántas veces el grito del osario,reclama tu pasión con tono austero?¡mas yo robe tu pose del olimpopara mi imperio!Pues yo acaté la orden de la mística,y en tu regia luz ardí al son violento,en la flama, que echa luz y no se apaga,de tus plectros.Serena brisa danzando en las praderasbálsamo que alivia las heridas del guerrero¡la calma sosegada y mi refugio!tras el viento.Venerable efigie en el santuario mío,silueta de esta fe que hoy profesodestellando tus azules refulgentes entre el incienso.Menguando la quimera y el destinoel signo de la suerte hemos impuesto,¡la hormona exasperada también canta! en mi deseo.Tertulia montaraz entre las pielesque unidas revelaron los misterios,¡coito y desayuno en la montaña!¡amor malevo!.CEMENTO.-Protegidos derechos de autor.Código: 1002185547676 En la rama erizada y prudentearrastrando su honor busca amparoy entreteje un capullo mierderoa donde esconder su pudor de gusano;pero al beso, rigor de la púaque la espina le clava en los labiosse derrama en los suelos, cual lágrima,y sirve tan solo de abono a los pastos.Sacrificio mordaz que le impidesacudirse la culpa en las manos,porque dobla rodillas, rompe alascuando siente el tonelaje del pasado;no se tapan los huecos del almacon la imbécil sanción de un contrato:allí suelen pudrirse ya infectoslos cadáveres de sueños muy soñados.La vergüenza apostada en sus sienesle conmueve el talante de pánico,mas si vibra el deseo escondido¡le arrancar gemidos, deseos mojados!Pero cae, fenece, despiertaen la ruin soledad de su páramoy no puede secarse las lágrimasyaciendo a la sombra brutal de sus pánicos.Alla va, como un beso perdidoaleteando con rumbo extraviado,del sopor de algún muro invisibleal bello dolor de algún muro bastardo;del tenaz e impiadoso supliciode la marcha fugaz de los años,de las ganas, del semen y el flujoal rigor de tener que cumplir lo pactado.De la obtusa caricia en la frente,que bordada de lineas y encantosaun protege el cosmos sublimedo estallan mil versos por cada calvario,¡de esa simple caricia apagadadonde no hay humedades mojando al procaz sentimiento pechandopor ver como bailan querubes y diablos!Del romántico sitio perdidodonde no hay ni mentiras ni engaños,al blasón de lo obvio y lo lícitodo solo se ensueña hasta el canto del gallo,de la mísera etapa marcadapor las leyes del mundo tiránicoa los vuelos azules y libresque buscan descanso en un pecho, abrazados.De la tumba llamada esperanza,esa forma sutil de maltrato,a la horrenda certeza del tiempoque trae la muerte entre risa y sarcasmo,¿donde vas a dejar que los huesosse transformen en piedra y en barro?:¿mariposas que viven de sueñoso gusanos que realizan lo soñado? CEMENTO.- -Buenos días, papá- y era la tercera vez que lo repetía-; buenos días, papá-volvía a decir.Entonces saltaba de su cama, recorría el flaco pasillo, y se internaba en el baño.La ducha, el agua fría, no le daba la grata euforia que necesitaba. Entonces trataba de secarse con la amplia tohalla, y se envolvia en ella imaginando que era el maharajá de Kapurtala, y mientras orinaba en el bidet, pensaba en cómo pasar ese día,vigésimo de diciembre.Ese diciembre que le calcinaba los huesos, porque se presentaba caluroso y húmedo como ninguno, y ya podía ver que lo había jodido bastante al pelarle la espalda el sábado anterior,en la pileta de Ricardo.Volvió a tener ganas de orinar, pero eran ganas nada más, porque al enfrentarse con el bidet,un chorrito indeciso se asomó por su pijita. Se la metió dentro del calzoncillo, se miró al espejo, se hizo alguna íntima pregunta que no contestó, y salió para atravesar otra vez el pasillo.-Buenos días, papá- dijo esta vez con voz más firme. Y siguió hasta la cocina:el mate,el café,el té, el vino. EL VINO. El vino era lo que conformaba su paladar aquella mañana de diciembre. Y mientras saboreaba su aspereza, se le ocurrió pensar en el viejo, en la navidad que ya llegaba,en lo llagado de su espalda, en Leticia, (en la costosa Leticia) que todavía se negaba a todo, y por último en él. Aquí se sirvió otro vaso de vino. ¿Quién era él?Sí.Le gustaba vestir bien.Andar por el centro mostrando exactamente lo que se debe, y lo que no se debe dejarlo para Leticia (cuando se decidiera), o para Ricardo, siempre que mediara un golpe de teléfono. Y mientras tanto, ¿qué?. Ir al bowling, caminar hasta el puerto, o tomar sol en Saint Tropez,y soñar con ese viaje a Río en Carnavales que le había prometido Ricardo.Después... su vida estaba ocupada con tantos sueños...; quería navegar, irse, tal vez a Europa. Pero no por el hecho de conocer Europa. París, Roma,Milán, eran sin duda lindos lugares. Pero no era eso loque realmente importaba. El hecho substancial era viajar en barco; sí, en barco..., a semejanza de esos barcos que mamá le hacía a los ocho años, doblando con ternura la hoja de diario y dejándolo reposar en la bañera. Creía que el fondo del mar era blanco, y que las fuerzas de las olas tenían, exactamente, el ritmo que le fijaban sus pequeñas manos.Pero ahora había pasado tanto tiempo... -Buenos días, papá- dijo esta vez con bronca, mientras servía hasta el borde otro vaso de vino. -Buenos días, papá- gritó mientras pensaba decir cálidamente -queriendo deshacerse de ese raro remolino de angustia- buenos días, mamá... cómo estás hoy?, buena y linda como siempre, mamá; mi mamá. Aquí traje el papel para los barcos. Pero la memoria de las tardes encerradas en el baño, viendo viajar ilustres barcos a los que mamá bautizaba con extraños nombres, no conseguía atenuar la tristeza grande que sentía,ni su gastada melancolía actual. Él era un hombre simple, gozador delas cosas sencillas, amante de la naturaleza, leal para los amigos...; pero había cosas en lo íntimo de su vida que no entendía.No estaba claro para él por qué al pasar por la habitación del viejo debía saludarlo, siendo que siempre dormía, o, en el mejor de los casos, leía el diario, y no le contestaba. Jamás le contestaba, y había llegado a pensar que el viejo estaba sordo. Pero no. Algo golpeaba en su cabeza, y en el sentido literal de la palabra. Algo se doblaba y rompía cuando saludaba al viejo. No era importante que no lo oyera, o que lo oyera y no le contestara. Entonces,¿qué era lo que en rigor lo perturbaba? Aquella mañana lo había descubierto. Lo había descubierto en la cocina, mientras llenaba otra vez el vaso de vino. El lugar vacío al lado de la cama que ocupaba el viejo era la clave: el lugar que ocupaba mamá en vida. -Buenos días, papá- dijo esta vez entre sollozos.-Buenos días, hijo- dijo el padre apareciendo en el marco de la puerta.Y él se entregó a sus brazos y lo abrazaba, lo abrazaba, mientras pensaba en viajes lejanos y múltiples, en viajes claros y magníficos.-Buenos días,papá- y lo miró a los ojos llorando plenamente. -Buenos días, hijo- dijo el viejo casi con miedo, sin entender, -buenos días, hijo. Si el corazón se secacomo fruto abandonado en tiierra,si los sentimientos se hacen piedra,si todo es desierto y arena yertaen los espacios vacíos del alma...¿en qué quedará tu vida? El dolor no es suficiente excusapara dejar los campos sin siembra. Es preciso alimentar la luz de la lámpara vertiendo en ella el aceite que la sostenga.La lámpara del corazón necesita el aceite de la esperanza,el aliento de la ilusiónpara que arda su llamaen medio de las tinieblas amargas. E.G.M.
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Eduardo Fabio Asis
María Ester Rinaldi
Te dejo un cálido abrazo.