• José Orero De Julián
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 La incomunicación no es el silencio sino el griterío.  
Circulaban los automóviles, por la Ronda de Segovia, como relámpagos surgidos de la espesa niebla nocturna. Pasaban también las horas, en aquella noche invernal, como tablas de salvación para llenar el insomnio de la realidad de Mauricio. Y allí estaba él, Mauricio Lapiedra Pómez, tocando el piano en medio de aquel rumor de cuchicheos de quienes intentaban hacer de la vida una especie de sangría que había que tomarse al igual que quienes bebían los botellines de cerveza. Mauricio tocaba el piano pero su mente no estaba, en aquellas horas de la madrugada, en "El Rincón del Arte Nuevo".  - ¡Vamos, señor Lapiedra, arránquese usted con "La Traviata" de Verdi que estamos en Navidad! Mauricio se quedó mirándola y sorprendido.  - ¿No es usted "La Germana"?- No, señor Lapiedra Pómez, soy la hermana de "La Germana".- ¿Y cómo se llama usted si se puede saber?- "La Hermana". Llámeme usted "La Hermana". Mauricio no entendió el chiste... - ¿Está usted de broma?- Nada de broma! Soy "La Hermana". Solamente "La Hermana".- ¡Pues estás muchísimo mejor que "La Germana" aunque seas morena y ella sea rubia! Porque "La Germana" está imponente pero tú eres todo un monumento.  Los cuatro que estaban sentados cerca del pianista soltaron sonoras carcajadas.  - ¡Ha estado usted verdaderamente gracioso! -exclamó Don Canito De la Hoz de Húecar. - Nos les haga caso, señor Lapiedra, porque yo me los he pasado por la piedra a los cuatro y no valen ni la mitad de la mitad de lo que dicen ellos.  Eran cuatro. Eran Canito De la Hoz de Huécar, Eufemiano De la Hoz de Cuenca, Sandalio De la Hoz de Cuenca y Margarito De la Hoz de Madrid.  - ¿Ya te has pasado por la piedra a esos cuatro, "Germana"?- ¡Que no soy "Germana" leñes, que soy "La Hermana"! Los cuatro volvieron a soltar ruidosas carcajadas hasta que Mauricio Lapìedra Pómez hizo ademán de levantarse de la banqueta pero prefirió solamente darse la media vuelta y seguir sentado, ahora dando la espalda al piano, para enfrentarse a los cuatro.  - ¿Quieren ustedes que les dedique una pieza de cuernos? Canito De la Hoz de Huécar intentó levantarse de su silla pero quedó otra vez sentado y sin fuerzas, puesto que las cervezas hacían estragos en su cerebro.  - ¡Si es usted algo más que un pésimo pianista salga conmigo a la calle!- No sé quién es usted ni tengo el disgusto de conocerle pero de verdad que, con esa boina calada hasta las cejas, parece un paleto completo. - Pues le advierto que yo he picado muy alto... pero que muy alto...- Por lo bajito y enclenque que es usted perdone que lo dude a no ser que haya utilizado una escalera de bomberos. - ¡¡Eso sí que no se lo aguanto ni a usted ni a naide!!- ¿No se lo aguanta usted a naide o no se lo aguanta usted a nadie? Canito De la Hoz de Huécar intentó de nuevo levantarse pero quedó otra vez sentado hasta que intervino "La Hermana".  - Es mejor que tengamos la fiesta en paz. Esta noche es Nochebuena y mañana es Navidad.- ¡¡Eso eso!! ¡¡Alegría alegría !! -palmotearon, al unísono y como si fueran verdaderos flamencos, Eufemiano, Sandalio y Margarito... hasta que Canito por fin se pudo levantar, con enormes esfuerzos para no caerse, y pidió disculpas para ir al retrete.  - ¡Tengo ganas de hacer pis! ¡Esperad un momento que ahora vuelvo!- ¡No te des demasiado prisa, Canito, no te vayas a manchar los pantalones de andar por la huerta y, de paso, aprovecha el tiempo para mirarte al espejo!- ¡Escucha, "Germana"! ¡¡Un día de estos vamos a tener que hablar tú y yo!!- ¡Menos mal que no soy "La Germana" sino "La Hermana" porque hablar con usted debe ser como monologar con un asno completo!- Ya sabía yo que no lo eras aunque os parecéis como dos gotas de agua.- ¿Es que te crees el más importante e interesante de todos los hombres, Eufemiano? ¿Cuánto sabes tú de mujeres si es que se puede saber si es que sabes? Mientras Canito se marchaba hacia el water, Eufemiano quedó en silencio y "La Hermana" siguió cada vez más envalentonada...  - Yo me río de los que se creen los más importantes e interesantes de los hombres pero, que yo sepa, en mi agenda de teléfonos el tuyo ocupa el penúltimo lugar.  El pianista sonrió mientras preguntaba... - ¿Quién es el último? En esos momento regresó Canito y, en efecto, volvía con los pantalones manchados de pis. - Ese gran honor lo tiene bien merecido el canuto aquí presente... o sea, el Canito que hace siempre el canuto... Los cuatro De la Hoz quedaron en total silencio cuando vieron entrar en el local al teniente Valverde y al cabo Belinchón.  - ¡Don Mauricio! ¿Cómo va la noche?- Tirando, mi teniente, tirando...- Pues que siga la fiesta. ¿Tienen ustedes cuatro algún complejo o impotencia insalvable para que el cabo y yo nos sentemos juntos con untedes?  Canito De la Hoz de Huécar, se levantó como pudo e intentó responder al teniente, pero Eufemiano De la Hoz de Cuenca le tiró del hombro derecho y le hizo sentarse de un solo golpe. - ¡Caramba, Don Canito, parece usted muy enfadado!- ¡¡Es que no consiento que un simple pianista me trate como a un paleto!!- ¿No será mejor que le trate como a un paleto en lugar de tratarle como a una paletilla?- ¿También tiene usted ganas de bromear, teniente? El teniente Valverde no contestó sino que se sentó entre Don Canito y Don Eufemiano mientras ordenó al cabo Belinchón que se sentara entre Don Sandalio y Don Margarito.  - Hablando del pianista, señor Mauricio... ¿podría usted atacar con una de caballería, por favor?- Me sé la "Cavallería rusticana" de Mascagni. ¿Puede servir esa?- ¡Fantástico! ¡Precisamente estaba yo pensando en la "Cavallería rusticana" porque para eso soy del Cuerpo de Caballería!- Pues no se hable más, mi teniente...- ¡Habla solamente cuanto yo te pida que hables, Belinchón!  Al cabo Belinchón se le enrojeció la cara mientras el teniente Valverde seguía llevando la voz cantante.  - Y ahora una ronda de cervezas para todos si es que nadie tiene complejo o inconveniente alguno o, quizás, algún problema gástrico o de impotencia total o parcial. - La verdad es que yo...- ¿Qué le sucede Don Canuto, quiero decir Don Canito?- Que no ando muy bien del estómago. - Pero... ¿me va usted a decir a mí que no puede con otra cerveza más después de haber tenido que ir al water?- No se hable más. ¡Cervezas para todos!- ¡Muy bien, Don Eufemiano! ¡Se le nota a usted un fuerte carácter! ¿Por que no siguió usted la carrera militar? ¡Con ese carácter podría haber llegado a ser todo un sargento! Más allá lo considero imposible pero por lo menos sargento hubiese sido usted todo un sargento con mala leche y ya se sabe que los sargentos con mala leche son los que más mandan!- Por eso yo no quise... - ¿No quiso usted ser un sargento, Don Canuto... quiero decir Don Canito?- Me daban los galones de cabo pero... - Pero usted prefirió los galones de cerveza... ¿me equivoco? Canito De la Hoz de Huécar, al igual que Eufemiano De la Hoz de Cuenca, prefirieron guardar silencio mientras la guapa y jovencita camarera les servía los seis botellines de cerveza.  - ¿Es agradable, verdad?- ¿Me lo está diciendo a mí?- Exacto. Se lo estoy diciendo a usted, Don Eufemiano. - Pues sí. Es muy agradable. - Por supuesto que nos estamos refiriendo únciamente a la cerveza, Don Eufemiano. - Esto... sí... sí... claro... - Pues ya que está todo claro... ¿podrían ustedes cuatro enseñarme sus documentos nacionales de identidad?- ¿Con qué derecho nos pide eso?- Si quiere en vez de pedírselos con el derecho lo puedo pedir con el izquierdo. El cabo Belinchón soltó una carcajada.  - ¡Jajaja! ¡Qué buen chiste, mi teniente!- ¡Nada de hacerme la pelota porque tú de cabo furrier no vas a pasar! Al cabo Belinchón se le volvió a poner la cara roja de vergüenza mientras el teniente Valverde seguía llevando la iniciativa.  - No se preocupen ustedes cuatro. Para dar ejemplo, el cabo Belinchón y yo mostraremos los nuestros.  Tanto el cabo Belinchón como el teniente Valverde sacaron sus respectivos documentos nacionales de identidad y estos pasaron, de mano en mano, por los cuatro De la Hoz. - ¿Contento ya, Don Eufemiano? Como habrá visto somos dos extremeños en cuanto a nuestros orígenes aunque yo soy vecino de Madrid y el cabo es vecino de Cañete. La diferencia es que Belinchón nació cacereño y yo nací pacense... hasta que se me inflan las narices y dejo de ser pacense para conventrirme en badajocense por eso de tocar el badajo de vez en cuando.  Al cabo Belinchón le entró un ataque de risa.  - ¡Jajajajaja! ¡¡Jajajajaja!! ¡¡¡Jajajajaja!!- ¿Qué le pasa a este hombre?- Nada "Germana" que esrá criado en Cañete y por eso se ríe tanto. - ¡Que no soy "La Germana" sino "La Hermana", leñes! - Olvidemos ese accidente, quiero dedir este incidente. Sigan. sigan ustedes revisando nuestros documentos. Como verán el cabo Belinchón es bastante feo pero lo que es yo pues no es que lo diga mi abuela pero he salido muy favorecido en la foto porque soy bastante guapo la verdad sea dicha.  El cabo Belinchón estuvo otra vez a punto de reír.  - ¡Quieto parado, Belinchón, que no estoy hablando de coña! Los cuatro De la Hoz terminaron de cotejar los datos de los documentos nacionales de identidad del teniente y del cabo. Valverde volvió a tomar la palabra.  - ¿Podrían ustedes cuatro corresponder con la misma moneda, si es que son tan caballeros como aparentan serlo, y mostrarnos sus cuatro documentos nacionales de identidad? Los cuatro De la Hoz sacaron sus documentos y se los mostraron, una vez todos reunidos, al teniente Valverde quien, con parsimonia y solemnidad, los estuvo observando.  - ¡Vaya! ¡Qué sorpresa! ¡Son todos ustedes de Las Herencias! ¡Los cuatro de Las Herencias! - ¡Puros toledanos los cuatro!- Perdone usted otra vez, Don Canuto, digo Don Canito, pero estoy hablando con Don Eufemiano. Cuando tenga que hablar con usted diré la palabra burro como contraseña. - Me puedo enfadar de verdad, teniente... - Valverde... no se corte usted por favor y llámeme teniente Valverde... y de caballería si no le importa para que usted me vaya comprendiendo mejor.  Canito De la Hoz de Huécar volvió a guardar silencio. - Así está usted un poco menos feo. Y ahora deje que hable tranquilamente con Don Eufemiano. - Estoy dispuesto a hablar con usted hasta cierto punto.  El teniente Valverde consultó su reloj mientras pasó los cuatro documentos nacionales de identidad de los De la Hoz al cabo furrier Belinchón quien les hechó una rápida mirada y se los devolvió a Don Eufemiano. - Pues lleva usted otra vez razón mi teniente, son los cuatro de Las Herencias.- Va siendo hora de que nos marchemos. Se está haciendo muy tarde.  - No se preocupe por el tiempo, Don Eufemiano. Tenemos hastas seis horas por delante y, además, la eternidad no tiene tiempo. Pero digamos que tenemos seis horas por delante hasta que llegue el alba. ¿Cuál es el punto en que usted pone ese límite?- El punto de lo inconfesable. - ¿Es que tiene usted algún punto inconfesable? No me sea tan tonto proque yo le considero bastante listo. ¿No ve que yo no soy ningún sacerdote? - No.... eso no... eso no quise decir...- Como habla usted de punto inconfesable...- Es que por un momento pensé...- ¿Ah! ¿Pero usted piensa? Como es usted un tipo tan duro como las piedras yo pensé que usted no pensaba. - Ni tanto ni tan calvo, teniente. - Pues entonces... ¿por qué me tiene miedo? Soy teniente de caballería pero no teniente de artillería. - ¡Jajaja! ¡Buen chiste, mi teniente!- Te vuelvo a repetir, Belicnhón, que no hables hasta que yo te lo ordene.- Perdone usted, mi teniente, pero es que ha sido muy gracioso. - No le hagan demasidado caso al furriel, caballeros, porque cuando el furriel se chispa intenta meter miedo... aunque la Cuarta Compañía se lo mete por... las narices... Al cabo Belinchón se le cortó la sonrisa de pronto porque de pronto se dio cuenta de que aquella conversación era mucho más seria de lo que él pensaba.  - ¿He sido muy gracioso, Don Eufemiano?- La verdad es que yo estaba distraído...- Ya. Es muy agradable la camarera pero es necesario no distraerse demasiado porque ya se sabe que camarón que se duerme se lo lleva la corriente.- ¿Lo dice por algo en particular?- Lo digo por algo en general... aunque todavía me quede mucho para serlo... - ¿Qué desea saber, teniente? El teniente Valverde bebió un trago de cerveza y los demás le imitaron... - Espero algún día llegar a ser capitán. - ¿Y eso es lo que ha venido a contarnos?- Ahora que habla usted, Don Eufemiano, de cuentos... se ve que todos ustedes forman una familia muy unida... ¿o es un cuento chino tal vez?- ¡Toledanos de pura cepa!- Le repito, tio Canuto, esto... quiero decir Don Canito... que no hable usted hasta que yo diga burro.  A Canito De la Hoz de Huécar le rechinó la dentadura postiza pero se contuvo la ira. Observando a aquel teniente se daba cuenta de que si le propinaba un solo tortazo le hacía desaparecer para siempre del mundo de los vivos. - No te metas en nuestros asuntos, tío.  El teniente Valverde siguió llevando la voz cantante mientras Mauricio, el pianista de "El Rincón del Arte Nuevo" seguía atacando con la "Cavallería rusticana" de Mascagni. - Así que estábamos en que ustedes forman una familia muy unida o en que esa unidad es sólo un puro cuento para aparentar ante los demás. - Por parte de padre sí.- ¿Su padre fue Don Eufemiano De la Hoz de Uribes?- ¿Cómo sabe usted eso?- Porque fuimos compañeros de armas. Yo le debo muchos favores a su padre. Estuvimos juntos en la guerra y le debo la vida. ¿Sabe usted lo que es la vida?- Lo que todos deseamos gozar.- Entonces... ¿valora usted la vida tanto como para querer gozarla?- Desde luego que sí, teniente. - Lástima que su padre ya no pueda decir lo mismo. Ahora comprenderá, Don Eufemiano, lo que es que le salven a uno la vida.  El ambiente se volvió tenso mientras el teniente Valverde siguió hablando... - Pero... ¿no tiene usted una hermana o hermanastra quizás?- ¿Se está refiriendo a Belisaria?- Eso es. Me estoy refiriendo a Belisaria De la Hoz de Cuenca. - Como si no lo fuera...- Le estoy diciendo, Don Canito, que sólo estoy hablando con Don Eufemiano pero parece que usted o no entiende bien el castellano o es usted de esos de "el burro delante para que no se espante".  Canito De la Hoz de Huécar prefirió dar otro trago a su cerveza... - ¿Qué es eso de como si no lo fuera, Don Eufemiano?- ¿Tengo que contestar a eso?- Preferiblemente sí... a no ser que usted quiera que use otro método más directo pero mucho más doloroso para sus nalgas.  - No nos hablamos con ella ni nunca jamás vamos a hablar con ella. - ¡Caramba! Pues no son ustedes una familia tan unida como en principio pensaba yo. ¿Ella también es de Las Herencias?- Sí. Pero como si no lo fuera. - Eso... ¿cómo tengo que entenderlo? ¿Es su hermana o no es su hermana? "La Hermana" se acercó a la mesa donde estaban los seis hombres sentados.  - Yo soy "La Hermana". ¿Necesitan algo de mí? A Belinchón le entró de nuevo la risa.  - ¡¡Jajaja!!- ¿Qué te pasa, Belinchón? - Que nunca me lo había pasado tan divertido, mi teniente. ¡¡Jajaja!!- No relinches tanto Belinchón. No me extraña que los de la Cuarta Compañía se tomen a choteo tus relinchos. - Es que mi teniente...- ¡Es que nada, cabo furriel! Eres más tonto de lo que siempre he creído porque te crees general cuando no llegas ni tan siquiera a suboficial. ¿Me estás entendiendo ya que esto es demasiado serio?- ¿Me necesitan o no me necesitan?- ¿Es usted la hermana o hemanastra de estos caballeros por llamarles de alguna manera honrosa? - Pero que chistoso es usted, teniente Valverde. No soy hermana ni hermanastra ni tan siquiera prima de estos sujetos. No soy ni tan siquiera su hermanita de la caridad. Yo soy la hermana de "La Germana" y por eso me llaman "La Hermana". - Está bien. ¿Puedes volver a ocuparte de tus asuntos?- ¡Vaya carácter tiene usted, señor teniente!- Pues que conste que esta noche estoy de buen humor... así que continuemos, Don Eufemiano... - Pero... ¿esto qué es?... ¿un interrogatorio?- No se asuste como los conejos, Don Eufemiano, aunque usted de conejos no sepa más que lo elemental y eso gracias a Dios. Esto sólo es un juego de palabras cruzadas. Por lo menos de momento.  Eufemiano De la Hoz de Cuenca miró otra vez su reloj... - Ahora sí que se nos está haciendo demasiado tarde...- Se equivoca, Don Eufemiano. La noche siempre es muy joven. - Ya... pero...- Pero... ¿Belisaria es su hermana o su hermanastra o quién diablos es para usted?- Prefiero hablar de otros asuntos. - Está bien. Cambiemos de tercio. ¡Sirvanos otros seis botellines de cerveza, por favor! - Candelaria. Me llamo Candelaria pero pueden decirme Candelas.  A Belinchón le dio otra vez por reír... - ¡Candelas! ¡¡Jajaja!!! ¿Acaso hermana de Luis? ¡¡Jajaja!!- ¡Que dejes de relinchar, Belinchón! A esta señorita se la respeta siempre que esté yo presente. ¿Entendido?- Entendido, mi teniente. - Ya veremos si lo has entendido o lo vas a entender, pero bien del todo, cuando regresemos al Campamento de Instrucción de Reclutas. - Que de verdad que lo he entendido, mi teniente. - A este muchacho parece haberle afectado las cervezas que lleva tomadas. - Pare de hablar usted tanto, Don Canito, pues yo sí que veo que está usted más mareado que las violetas de Cañete.- Se dice veletas y no violetas, Belinchón. No me extraña que sólo seas cabo furriel y eso gracias a mi apoyo. - Eso... eso Don Canito... ¿le gusta a usted hacer mucho el veleta, tío calavera?- Como me haga usted levantarme...- Pero si ya lo ha intentado varias veces. Deje de hacer el payaso, Don Canito. en cuanto a ti, Belinchón...- Esto... yo... teniente Valverde...- Es mejor que me hagas caso y guardes silencio. Yo soy aquí quien conversa. - Me parece que nuestra conversación ya ha terminado, teniente Valverde. - Pero Don Eufemiano De la Hoz de Cuenca... ¡si sólo estamos empezando! ¡Vamos a ver! ¡Sirvanos esas cervezas, Candelaria! Candelaria, conocida como "Candelas", a los pocos segundos después ya había servido otros seis botellines. - Yo creo que es mejor irnos todos ya a nuestras casas, teniente.- Y yo creo que nuestras casas no van a desaparecer de su sitio porque tardemos un par de horas más en llegar a ellas. Por cierto, don Eufemiano... ¿no se llama su compañera Josefina Verdejo? - ¿Quién?- Su compañera o como diablos se diga. ¿Tal vez su amante quizás?- Creo que está usted rebasando el límite de lo permitido. Usted sólo es un militar pero no es ni un policía ni un detective.- Pero soy oficial y los oficiales tenemos derecho a intervenir en cuestiones públicas cuando no queda otro remedio legal por culpa de jueces comprados con dinero.- Sólo un militar nada más por muy oficial que sea.  - No me diga que tiene usted miedo de hablar de Josefina Verdejo...- Fina. La llamo Fina. Y no tengo por qué decirle a usted nada de ella. Ni a usted ni a nadie. Eufemiano De la Hoz de Cuenca se levantó, muy molesto, de su silla pero el teniente Valverde también se levantó de la suya y dándole un empujón hacia atrás le hizo sentarse de golpe mientras él mismo también se sentó.  - Está bien, Don Eufemiano. Antes le dije que su padre y yo fuimos dos grandes amigos asdemás de compañeros de armas y que le debo la vida a él. - ¿Y eso por qué me lo cuenta ahora a mí? - Porque siempre llega la hora del ahora y esa hora es esta precisamente. - Mi padre hace ya bastantes años que murió. - Ya. Lo que me resulta excesivamente raro no es tanto la muerte de su padre sino, mucho más raro todavía, la muerte de su madre. - ¿Conoció usted a mi madre?- Su padre me la presentó en una ocasión durante una fiesta inolvidable. Me di cuenta de que no sólo era muy guapa sino que tenía una gran personalidad, un exclente buen humor y, pese a ello, un carácter muy firme. Pero, como usted y yo bien sabemos, todas las mujeres, por muy atractivas e inteligentes que sean, siempre tienen un punto débil. Su padre y su madre eran dos personas muy honestas y muy honradas en Las Herencias y tenían grandes principios éticos y grandes valores morales. - ¿Qué me está queriendo usted decir, teniente?- Que el punto débil de su madre era usted, su hijo preferido. Así que indagando tras su muerte, alguien me contó que sus últimos años de vida fueron un calvario completo por culpa de ustedes cuatro, caballeros... si es que se les puede llamar caballeros porque, como dijo Groucho Marx, perdonen que les llame caballeros pero es que no los conozco lo suficiente. ¿Verdadero o falso lo que me contaron?- ¿Cómo sabe usted todo eso, teniente? ¿Quién le ha dicho que nosotros cuatro fuimos los culpables de su muerte?- De su muerte no exactamenet, pero sí de acelerar su muerte y le vuelvo a repetir, Don Canito, que deje usted de hacer ya el tonto por mucho que, junto con su sobrinito querido del alma, el aquí presente Don Eufemiano, se rían tanto a costa de las personas que tienen la desgracia de tener algún retraso mental. Así que deje de ser usted ya tan canuto, Don Canito, y achante la boca hasta que yo me dirija a usted directamente diciendo burro, cosa que no tengo ninguna gana de hacer porque para mí usted es solamente un pelanas, un cero a la izquierda, un don nadie y más paleto que las bostas de las vacas lecheras.  "La Hermana" tomó las de Villadiego... - ¡Buena y santa madrugada tengan todos ustedes, pero lo que es yo me piro de este avispero porque la cosa ya está que arde y aquí puede armarse la de Troya y yo, como ni soy Helena ni tengo deseos de serlo, me abro! La hermana de "La Germana" se dirigió hacia la puerta, la abrió, miró por unos instantes a todos los allí reunidos que ahora estaban siguiendo, muy atentos, la conversación que ya se había elevado de tono, y se marchó por la Ronda hacia el Puente de Segovia y en dirección al Alto de Extremadura.  - ¡Se está usted tomando demasiadas libertades y atribuciones sobre nuestras vidas privadas, teniente! ¡No creo que sea labor de ningún militar, por muy oficial que sea, para entrometerse en la vida privada de unos simples civiles!- ¡En lo de que son ustedes simples no tengo la menor duda! ¿Tiene usted algún grave complejo contra los militares, Don Eufemiano?- ¡Lo suficiente como para no hablar con ninguno!- Entonces haga como que no tengo puesto el uniforme y hablemos de hombre a hombre aunque yo ya he demostrado serlo mientras con ustedes hay dudas razonables. Tenemos dos maneras de solucionar ese complejo entre usted y yo. O salimos afuera a liarnos a guantazo limpio o charlamos como dos personas civilizadas aunque ustedes cuatro son civiles pero me parece que muy poco civilizados. ¿Tiene algún inconveniente en decidir cual de las dos maneras cree que es la más razonable?- No tengo ni complejo ni inconveniente alguno pero no deseo seguir hablando con usted ni aunque sea de civil a civil. - Se lo voy a repetir por última vez a ver si usted ya se da por enterado. Conocí a su padre como si fuera mi hermano. Sé cosas de su vida que nadie jamás supo porque solamente me las contó a mí. Y estuve presente en sus últimos días de su vida, cosa que ninguno de ustedes cuatro tuvo la decencia de hacer.- ¿Y eso qué tiene que ver ahora? Hace ya bastantes años que sucedió lo de la muerte de mi padre y también bastantes de la muerte de mi madre. - Para ciertos asuntos los años no cuentan. Con las herencias siempre pasa como con el amor. ¿Entiende lo que le quiero decir?- Ni papa...- Ahora resulta que es usted, Don Eufemiano, mucho más ignorante de lo que aparenta. Se dice que el hábito no hace al monje y yo añado que el traje no hace al caballero. ¿Me ha entendido ahora usted mucho mejor?- Sigo sin entenderle, teniente. - Olvide ahora lo de teniente y piense que está hablando con todo un capitán. - ¡Que le repito que no deseo hablar con ningún militar!- ¿Y si se imagina usted que soy capitán de un barco inglés, por ejemplo o, tal vez, capitán lo suficientemente deportivo para jugar con limpieza y no como ustedes cuatro? Eufemiano De la Hoz De Cuenca y los otros tres se quedaron mudos pero Belinchón se atrevió a opinar.  - Y un capitán de los valientes de verdad. - No hace falta que me adules, Belinchón. Si en estos momentos quiero que me consideren un capitán no es por tomar ninguna ventaja sino por demostrar que quien vale vale y quien no para cabo como se dice en el Campamento de Instrucción de Reclutas.  A Eufemiano De la Hoz De Cuenca se le crispó el rostro... - ¿Cree usted en fantasmas, Don Eufemiano? - No creo en bobadas de esa especie. - Pues existen, Don Eufemiano. Parecen bobadas para asustar a los niños pero a veces se nos aparecen en la vida para hacernos recordar... - ¿Qué tenemos nosotros cuatro que recordar?- No. Me estoy refiriendo a mí mismo. Quiero e intento recordar...- ¿Y no cree que eso es un problema suyo?- Exacto. Es un probelma mío. Pero los fantasmas no me persiguen a mí y además no son individuales como algunas personas creen. - ¿Me está insinuando que los fantasmas son colectivos?- Digamos que hay fantasmas familiares. ¿Cómo llama usted a eso?- Los muertos no hablan. - Pero los vivos recordamos muchas veces a los muertos. Han pasado bastantes años hasta poder vernos cara a cara, Don Eufemiano...- ¡¡Deje en paz a mi sobrino!!- ¿otra vez interviniendo usted, señor nadie, cuando no he dicho burro, Don Canito?- ¡Mejor cállate tío y no sigas haciendo el idiota! También estoy de acuerdo con el teniente Valverde que estás menos feo cuando guardas silencio y tienes la bocaza callada. Aquí nadie es el abuelo Cruz como para soportarte...- Eso de que estamos de acuerdo con lo de la idiotez de Don Canito es ya un buen principio.- Pero... ¿de qué leches quiere hablar conmigo?- Por ejemplo, de su pareja Fina. ¿No llama usted Fina a Josefina?- ¡Sí! ¡Pero no pienso decirle nada de ella ni nada relacionado con ella!- No se sulfure a ver si se va a convertir en sulfato sódico de un solo guantazo que le de en pleno bigote.  Eufemiano De la Hoz De Cuenca decidió guardar ortra vez silencio cuando vio que el teniente Valverde estaba dispuesto hasta llegar a romperle la cara...  - ¿Va a decir algo o vamos a seguir todos callados hasta que nos den las Pascuas Floridas? Mire, Don Eufemiano, no me interesa, absolutamente para nada, pero para nada de nada, saber qué clase de relaciónes tiene con esa tal Josefina, ni si son pareja ni si no lo son, ni tan siquiera me interesa saber, para nada, si están casados, arrejuntados o solamente son amantes. Esas cosas de los demás jamás de los jamases me han interesado saberlas. ¿me está comprendiendo bien?- De acuerdo. ¿Qué quiere saber de Fina?- ¿Por qué la usa usted para encubrirse lo mismo que usa a sus hermanos o hermanastros aquí presentes y que están toda la santa madrugada más mudos que un busto de Cornelio Nepote pero duplicado?   El cabo Belinchón soltó una sonora carcajada  mientras el pianista acabó con la "Cavallería rusticana" de Mascagni y sonrió... - Jejeje. - ¡¡Qué le pasa a usted, pianista de tascas y tugurios de mala muerte!!- Haga el favor de dejar en paz al pianista y conteste a mis preguntas... A Eufemiano De la Hoz De Cuenca se le bajaron los humos de grandeza cuando comprobó que, a la hora de ordenar, el teniente Valverde tenía mucha más autoridad y personalidad que él porque no necesitaba gritar para dar una orden. Y no lo hacía por el uniforme sino por su carisma personal.   - Lo que no sé es por qué le escucho. - Me escucha porque no tiene la conciencia en paz. ¿Verdadero o falso?- ¡¡Está usted poniendo nervioso a mi sobrino!!- Y usted está más nervioso todavía. Ya que tiene tantas ganas de hablar, después le haré yo una pregunta, Don Canito. Por ahora dedíquese solamente a seguir bebiendo que se le da muy bien. Y cuidado con las manos porque Belinchón tiene muchas ganas de intervenir. - ¿Toco algo, teniente Valverde?- Toque usted algo interesante de Prokófiev. ¿Sabe usted algo de Prokófiev, Mauricio?- Por ejemplo "El ángel de fuego".- Arranque ya usted, Mauricio, que todavía me falta el pìsto. - ¡¡Violencia no, por favor!!- Veo que está usted ya entrando en razones, Don Canito, aunque tiene usted menos luces que un suburbio en época de recesión. - ¿Qué es una recesión?- Un retraso. Algo así como el que ustedes cuatro tienen.  El pianista comenzó a interpretar "El ángel de fuego" de Prokófiev.  - Y ahora, Don Eufemiano... ¿me puede contestar a eso de por qué se cubre usted las espaldas usando a la inocente Fina y a estos no menos inocentes hermanos o hermanastros suyos?  - ¿Por qué supone usted eso?- No lo supongo sino que lo afirmo. Por ejemplo, como le prometí a su padre antes de que muriese, investigué en el Banco Hispano Mexicano. - Yo no tengo ninguna relación con ese Banco.- Entonces explíqueme racionalmente usted, si es que puede usar la razón, ¿cuál es motivo por el cual su pareja o como quiera usted llamarla, dejó su buen empleo como secretaria en la empresa "Jeatos y Ninot", de la cual era usted precisamente el Jefe de Personal, para empezar, de repente y sin examen de ninguna clase, trabajando en el Departamento de Informes del Banco Hispano Mexicano? ¿Tiene alguna explicación lo suficientemente lógica para ello? ¡Aclarando que es gerundio!- ¡No me diga que ha estado usted investigando, teniente!- Le repito que no me trate de teniente, que es un término muy militar, sino que me trate de capitán, que es un término muy deportivo. - ¡No me diga que ha estado usted investigando, capitán!- No. Quienes han estado rastreando como ratas han sido ustedes cuatro; por ejemplo en los movimientos de ciertas cuentas corrientes privadas; por ejemplo en las cotizaciones bursátiles de las acciones de dicho Banco y, para ser claro del todo, en la búsqueda de dinero que desaparece sin saber cómo ni cuándo. Todo, por supuesto, de manera ilegal y haciéndose pasar por quienes no son. ¿Tiene todo eso algo que ver con Las Herencias, Don Eufemiano, ya que resulta que todos ustedes son de allí?- ¿De dónde?- De donde no deberían haber estado ustedes nunca. A usted le importa menos que un pimiento verde si su querida Fina, su querido Canito y sus queridos Sandalio y Margarito pierden sus trabajos siempre que usted no aparezca relacionado con toda la mierda que han estado removiendo de manera ilícita. ¿Por qué hace usted todo eso? No me responda que ya lo digo yo. ¡Por avaricia! ¡Lo hace por avaricia! ¿Sabe de lo que estoy hablando?- No tengo interés en saberlo.- Pues entonces fin de esta historia... pero le voy a desengañar del todo...- ¿Es que alguien me ha traicionado?- ¿No decía que no tenìa interes en saberlo? Miente usted peor que Pedro Botero haciéndose pasar por Pedro Caballero. - ¿Se ha chivado alguien?- Pregunte usted a su querido tío Canito. Burro. Le toca ahora hablar a usted, paleto. Diga a sus tres queridos sobrinos o lo que sean, aquí todos presentes, a cuánto se eleva la cuentía de las herencias ya que son ustedes cuatro de Las Herencias?- ¡Me está queriendo bacilar con su palabrería!- Escuche bien y no se me vaya por los cerrros de Úbeda, canuto. A mí solamente me gusta bacilar con chicas guapas y usted, por lo que todos estamos viendo, es un viejo muy feo. ¿Quiere ya hacernos el puñetero favor de decir a cuánto asciende lo que tanto buscan sus sobrinos o lo que sean?- No tengo por qué contestar a eso. - Pues lo voy a decir yo. ¡Alforjas vacías, Don Eufemiano, alforjas vacías! Esto quiere decir que han sido todos ustedes tan burros que las herencias que tanto ansían sólmanente son alforjas y, además, vacías. ¿Me he explicado bien?- ¡Usted nos está engañando, teniente Valverde!- Que se olvide usted de tratarme como a un teniente y que me trate como a un capitán. - ¡Usted nos está engañando, capitán Valverde!- ¿Sabe lo que es la última voluntad de un moribundo cuando hay testigos presenciales de dicha última voluntad? Es algo totalmente legal y de obligado cumplimiento. ¿Estamos todos de acuerdo? Los demás guardaron silencio mientras bebían de sus cervezas.  - Según lo estipulan las leyes del estado español, la última voluntad de un moribundo elimina cualquier otro testamento si es que existen personas que estuvieron presentes en dicha última voluntad. Y, en este caso concreto, la última voluntad de su padre es que no se les diese ni un sólo céntimo a ninguno de ustedes. - No existe esa Ley. - Le recomiendo que se lea mejor el Derecho Civil y se busque mejores asesoramientos en lugar de echar mano de ningún procurador o procuradora a quien nadie conoce. ¿De verdad creyó usted que todos los amigos de su padres estábamos muertos?- ¿A cuánto ascienden las herencias, tío Canito?- ¡Me han engañado, Eufemiano, me han engañañdo!- Usted es el que está engañando, Don Canuto o Don Canito haciendo el Canuto! Repito que la última voluntad de Don Eufemiano De la Hoz de Uribes fue no dar nada a ninguno de todos ustedes. Absolutamente nada. Para ser usted albacea, Don Canito haciendo el Canuto, es usted demasiado ignorante. Debería haber hecho caso a su madre y haber cogido los galones de cabo en vez de andar picando muy alto, como usted muy bien dice, en los andamios de los albañiles por Vallecas. ¿He sido ya lo suficientemente claro y honesto? El cabo Belinchón soltó la carcajada...  - ¡¡Jajajajaja!! ¡¡Esto lo cuento yo en Cañete, teniente Valverde!!- ¿Quién le ha puesto al corriente de todo esto? ¿Quién ha sido el chivato? - No se sulfure usted tanto, Don Eufemiano, no vaya a ser que termine convirtiéndose en sulfato sódico. Supongamos que ha sido un camello...- ¡¡Nos está tomando el pelo a todos!!- No. Nada de eso. Yo no tomo el pelo a nadie porque estoy contento con  el que tengo. Le estoy tomando las medidas exactas. - ¿Las medidas exactas?- Pues sí. Las medidas exactas para saber hasta dónde han llegado ustedes. ¿Qué buscaban, por ejemplo, en el Banco Hispano Mexicano y otras entidades de ahorros? ¿Quería usted, a espaldas de estos ingenuos, batir el récord de la hora de vuelo sin motor para subir muy alto en la sociedad madrileña? Aquí se acaba la historia, Don Eufemiano, porque más alto ya no puede usted llegar ni más lejos tampoco.- Lo que no entiendo es lo del camello...- No tuvo usted en cuenta un pequeño pero gran detalle. ¿No sabe usted que hay camellos que pueden llegar a centenarios? ¿Y los longinos? ¿Qué me dice usted de los longinos? ¿No sabe usted que hay longinos que también pueden lllegar a ser centenarios? Y en cuanto a los ángeles, ya que está sonando "El Ángel de fuego"... ¿no sabe usted que puede haber algún Ángel entre nosotros que también puede llegar a vivir cien años? ¿Comprende ahora que no están muertos todos los amigos ni todos los hermanos de su padre? ¿Le ha sorprendido esto?   Eufemiano De la Hoz de Cuenca, junto con los otros tres de Las Herencias, guardaron un sepulcral silencio mientras el teniente Valverde se levantó y ordenó al cabo Belinchón que se levantara.  - Buena madrugada tengan todos ustedes los aquí presentes, señores o lo que sean. El cabo Belinchón y yo tenemos que marcharnos ya pero les advierto a ustedes cuatro en particular que se vayan buscando un buen abogado defensor porque ahora quien voy a atacar soy yo. Investigar en cuentas corrientes privadas sin permiso de las autoridades, y en este caso yo soy una autoridad que puede intervenir cuando se dan casos de abogados comprados con dinero y otros favores que ya sabemos de que se tratan, dar el cambiazo a los informes laborales de los trabajadores y manipular documentos relacionados con las herencias... además de otros asuntos que ya saldrán a la luz a su debido tiempo... va en contra de las leyes constitucionales que protegen los derechos de los ciudadanos. Así que ya saben lo que hay. Ahora sujétense bien a los caballos, caballeros, porque el golpe que se van a llevar les va a doler durante bastantes años debido a la falta de piedad que han tenido con su hermana. Cuando el teniente Valverde y el cabo Belinchón salieron fuera fuera del local, circulaban los automóviles, por la Ronda de Segovia, como relámpagos surgidos de la espesa niebla nocturna. Pasaban también las horas, en aquella noche invernal, como tablas de salvación para llenar el insomnio de la realidad de Mauricio. Y allí estaba él, Mauricio Lapiedra Pómez, tocando el piano en medio de aquel rumor de cuchicheos de quienes intentaban hacer de la vida una especie de sangría que había que tomarse al igual que quienes bebían los botellines de cerveza. Mauricio tocaba el piano pero su mente no estaba, en aquellas horas de la madrugada, en "El Rincón del Arte Nuevo".   
Soñar es convertir la realidad en una certeza.
Siempre que dos quieren ganar suele ocurrir lo mismo: al finalizar la "refriega" nadie sabe exactamente si la victoria ha sido nuestra... porque en la barriada lo único recordable es que cada día es un triunfo sobrevivir y cada noche es una derrota llena de frustración. Quizás llegue alguna vez "Pegaso" subido en cualquier cometa espacial para relatarnos la verdad de nuestras existencias... mientras tanto no nos queda otra fórmula que la de imaginar truculentos amores en los callejones sin salida. ----------------------------------------------------------------------------------------No pudo ser... en esta ocasión no pudimos ni nosotros a ellos ni ellos a nosotros... y todo este fracaso a pesar de la gran ayuda que recibimos del Señor Mejías -el padre de "La Lagarta"- que de puro chismoso que es consigue siempre acobardar a la "oposición". Ahora la señora Obdulia fue demasiado "hueso" para tan viejo "can"..."Pero señá Obdulia... ¿no ve que los chicos sólo enquieren una miaja de cariño no más?". Lo único que ha conseguido ha sido que le manden a "hacer puñetas". En definitiva, el partido de fútbol entre los de San Pedro (ellos) y los de El Trabuco ("nos" como dice el padre Sarmiento) no se ha podido celebrar. La cosa tiene "bemoles" como dice "El Navajas" y "joder... ¡ahora que teníamos el mejor equipo del siglo!" llegó a decir "Zábal"... Miguel Zabaleta Aguirrebengoa camina triste y no es normal ver triste a "Zábal". "Lo que sucede no es que esté enamorado". "A este guacho le ocurre algo... y me está dando en la sesera que ya sé qués"... "¡Normal señá Juja, normal!"... "Pues no veo yo que sea muy normal eso de enamorarse a los catorce años, don Mejías"... Y sin embargo no es eso... porque todos sabemos que su amor está en Bahía y que lo único que le ocurre a Zabaleta es que este año se queda sin jugar fútbol.. y yo dejo irle, con la cabeza agachada, mientras su primo Marcelo serpentea las calles del arrabal con su imaginaria motocicleta a toda velocidad. "Zábal" -¡el único amigo con quien conversar de cualquier tema!- está triste porque este año no jugará fútbol. Y todo porque la señora Obdulia no quiere ceder el terreno colindante con sus plantaciones para dirimir "la última batalla" de todos los veranos...  "Pero... ¡señá Obdulia!... ¿va usté a enconsentir, buena mujer, que los guachos sufran tal en desencanto?"..."¡Escuche bien don Mejías! ¡O se me en-po-ne inmediatamente a arreglar los geranios o queda innecesariamente sin trabajo! ¡¡Holgazán!!" Y don Mejías "cierra el pico", coge el pico y la pala... y se nos pierde de vista cuando dobla, murmurando no sé cuántas "letanías" en latín, por las primeras filas de geranios... En vista de que la fiesta ya está "aguada", marchamos al Corralejo del Rusiñol (¿quién pondría tal nombre a la vieja máquina de ferrocarril?) a jugar a los acertijos... mientras "Jimmy" enamora a sus penúltimas "peladas". "!Qué tío! ¡Las liga de dos en dos! ¡Con razón es "El Bragadoccio" del arrabal!". "Escucha bien, "Tizón", ¡como se entere "Jimmy" que le llamas "El Bragadoccio" no queda de ti ni el más mínimo rastro!". E inmediatamente comienza la función... ¡!Vamos a ver... "Jarales"... quién dijo "para todo sirven las bayonetas menos para sentarse en ellas!". ¡Jajajajaja... jaaajajajajaja... jaaaaajajajajaaaaa!". "¡Paren un momento de reír tanto so ignorantes! ¡A ver "Jarales", contesta!" ¡Pichardo! ¡Fue Pichardo"! ¡¡Juaaaaa...Juajajajajaja!! ¡¡¡Juajuajuajuajuajuaaaaa!!! ¡Quítate una prenda, "Jarales"! (¿Dónde habrá aprendido "El Jarales" que Felipe Pichardo fue un célebre escritor cubano que se metió a arqueólogo?).  ¡El siguiente! Y me toca a mí quitarme el zapato derecho porque tampoco conozco la respuesta válida. Mi consuelo es que todos hemos perdido ya la primera prenda de vestir, porque nadie ha sabido que quien dijo la frase de las bayonetas fue un político español -Castelar de apellido- famoso por la enorme facilidad que tenía para exponer discursos de hora y media de duración y que conste que esto no nos lo hemos inventado... porque viene en la parte trasera del cartoncillo que tiene en sus manos el que pregunta... Pero "Zábal" está triste aunque es quien pregunta... y es el mejor amigo a la hora de las nostalgias -esas horas en que todos fumamos cigarrillos a escondidas, metidos dentro de la locomotora desguazada mientras soñamos castillos dorados y princesas de marfil- mientras recita siempre la misma alineación: "Carmelo; Orúe, Garay, Canito; Mauri, Maguregui; Arteche, Uribe, Arieta, Merodio o Marcaida, y Gaínza". "¿Por qué dices siempre Merodio o Marcaida, Zabaleta?". Pero él no responde. Se marcha, cabizbajo y triste, más allá de la higuera en flor y parece, entonces, que todo el Universo se llena de desconsuelo... como si le hubiese quedado algún rescoldo de su infancia... Pero ¿qué puede quedar en el pasado de "Zábal", el chico más alegre del arrabal y el único que es puramente vasco?... Quizás lleguen los días en que todos podamos saber... ¡mucho más que conocernos!. "¡Pero señá mía... endeje usté a los chicos que se en desefoguen!". "Don Mejías. ¡Me tiene ya harta del todo con eso del fútbol! ¡¡Solamente son unos zanguangos que me destruyen todo lo que pisan!! ¡¡¡Haga el puñetero favor de guardar ya silencio y póngase a rastrillar el jardín y esta es la última vez que se lo advierto!!!  Llega "Jimmy" con dos bellezas colgadas de ambos brazos: "La Lagarta" y "La Puñales". (¡Qué tío, se las liga de dos en dos y quitándoselas a los de San Pedro!). "¡Esta misma noche vas a papá! Te vas a enterar... ¡¡so gamberro!!". Lo ha dicho así... inclinada como va, colgando del brazo derecho de "Jimmy", porque "La Lagarta" Mejías es, ni más ni menos, la hermana de "El Jarales" Mejías. Hijos ambos del cuidador de los jardines de Doña Obdulia... (siempre hay un porqué en todo lo que ocurre en el arrabal; parece como que, además de ser paupérrimo, el arrabal cobrase a todos sus habitantes una especie de canon por vivir y es por eso por lo que debemos siempre ir buscando un porqué a nuestros actos... aunque a decir verdad siempre sea el aburrido monólogo del porque sí o del porque no). En "El Corralejo del Rusiñol" (la vieja locomotora que ya es sólo pasto para el desguace) manda "Jimmy". En "La Cuadra del Jeremías" (donde antes habitaba el burro y la mula -boñigas incluídas- del ya fallecido propietario) manda Guerra... pero en cuestión de chavalas sólo manda quien manda... y es por eso por lo que los de la Banda del Trabuco nos mofamos (siempre que podemos) del otro... cantando aquello que "El Poeta" escribió una noche de cigarrillos y tormentas en forma de mujer... ¡¡Guerrica Guerricaperdiste a tu chica!!¡¡Guerrica Guerricónvas pa maricón!! "¡Esta misma noche vas a papá!". "No te hagas la interesante, "Lagarta", porque la que vas a ir no a papá sino a la cama calentita vas a ser tú". "El Tizón" (gracioso sin gracia del espionaje y del contraespionaje) se acerca al "Poeta" para darle el pésame acompañado del clásico "latiguillo" del "lo siento chico, se te pasó la oportunidad". "La Lagarta" -fruta hermosa y a la vez veneno mortal- desprecia y desafía al "Poeta" pero yo le veo y contemplo a un chaval calmo y soberanamente tranquilo que sonríe, en una esquina del "Corralejo", mientras da las últimas caladas al cigarrillo y mientras "Jimmy" toma su posición de mando... Se marcha por la escotilla del "Corralejo" Miguel y yo me marcho con él y hombro con hombro le acompaño en su soledad.  - Sé que te sucede algo demasiado grave para ser contado, Miguel... Mete sus manos en los bolsillos del "blue-jean" y no contesta. - ¿Qué hice para que pusieran a mi vida tanta cárcel? Recordando a Hernández, Miguel reacciona tan espontánea y bruscamente como siempre que algo le duele muy dentro de él... - ¡¡Violaron a mi pelada!!- De verdad que lo siento, Miguel...- ¡Más lo va a sentir el cabrón que la ha violado! ¡¡Lo voy a matar!!- ¿Sabes quién ha sido?- Un sargentucho llamado Sánchez. - ¿Ha puesto alguna denuncia avisando de los sucedido?- ¡No me importa! ¡¡Lo voy a matar sin avisarle para nada!!- Cuidado, Miguel... ¡es un militar!- ¡¡Aunque sea el Papa de Roma!! ¡¡Lo voy a matar sin dar aviso alguno!!- ¿Qué te parece lo de "La Lagarta" y su manera de provocar celos en "El Poeta"? Zabaleta sonríe por primera vez en este maldito día... - A mí me parece que no es "La Lagarta" la que tiene atrapado al Hombre Araña... Mi risa se expande por todo el arrabal...  - ¿Así que crees que es otra la que le tiene robado el corazón?- Tú lo sabes mejor que yo... porque tú si puedes interpretar al "Poeta"...- ¿Y qué crees de lo del padre Sarmiento y "La Garzota"?- Que es cierto.  Antes de seguir distrayéndole con mi cuarta pregunta, él se dispara... - Debajo de todas las sotanas existen los penes y debajo de un uniforme militar existen las pistolas... el padre Sarmiento es un sinvergüenza que no tiene perdón de Dios y el sargentucho Sánchez es un cabrón que no tiene perdón de Miguel Zabaleta Aguirrebengoa.- ¿Y qué pasará con ella?- ¡Soy un hombre! ¡Me casaré con ella porque la amo de verdad!- Ella es una niña y tú sólo un chaval...  Llora en vez de responder... - ¿Y si quedó embarazada?- ¡¡Me casaré con ella después de haber castrado al sargentucho Sánchez!!- ¿Crees que merece la pena?- ¡Por supuesto que merece la pena!- ¿Lo crees de verdad?- ¡¡Déjame en paz!! Si hay algo que he podido aprender hoy es que existen hombres que ya lo son desde mucho antes de nacer y que, desde mucho antes de nacer, existen hombres que jamás lo van a ser por muchos años de vida que tengan. Dicen en el arrabal que "Zábal", el que viene a veranear todos los agostos a casa de los abuelos de su primo Marcelo, no llora nunca porque es demasiado vasco... demasiado hombre para sollozar... pero yo he visto las lágrimas correr por las mejillas de Zabaleta... y me ha parecido más hombre que nunca. Por eso le admiro.  Entro por la escotilla del "Corralejo". "El Poeta" escribe en su block. Y yo, compartiendo colillas de Belmont con él, miro de reojo la fresca tinta azul de su estilográfica: "Cuando una angustia te llega desde el viento, atrápala para saber que has vencido tus miedos".  Y pasa la noche sin que pueda saber, en realidad, qué significación tiene su existencia... 
Estoy sentado a la izquierda del profesor Don Florencio. En el otro extremo, los de la derecha sólo son una "panda" de vagos nada más. Liderados por Emiliano, allí están, viendo pasar el tiempo, los Sarkozy, Córcoles, Nígel, Verde, Lence, Guillermo y algún que otro "espía" que vigila desde las bancas de atrás. El ultraderechista Miño, que estudia junto a Chacón "El Chapista" y Pozo "El Peluquero" (!y me entra la risa cuando me acuerdo de aquello!), está intentando reclutar adeptos para su causa falangista de "flechas y pelayos" y le ofrece la capitanía a Emiliano quien, rápidamente la acepta. !Yo no!. Yo huyo como de la peste después de haber visto "Bienvenido Míster Marshal". No me interesa para nada la causa de los fachas falangistas y sólo estoy pensando en mi Princesa. Los de la derecha están perdiendo... están perdiendo el tiempo si creen que voy a ser tan gil como Emiliano de vestirme como un niño gil al mando de un gil vestido de níño. Don Florencio, mientras tanto, seguía leyendo y coleccionando mis redacciones escolares. !Vaya "panda" los de la derecha!. !Vaya pandilla de vagos a los que se afiliaron después Bonifacio y Máximo olvidando quien les había dado la libertad en lo de los juegos y la vida social. Adrados, mientras tanto, pintaba cuadros de todas aquellas escenas; mientras Muriarte cantaba lo de "Marcelino pan y vino" en sol menor porque su voz no daba para más. Yo seguía mi camino por la calle Narváez mirando de reojo y a hurtadillas (!que no era cuestión de que me pillase en tales menesteres el cura "Perra Gorda" de los Sacramentinos de Sainz de Baranda!) y, un día, por pura valentía, me intoroduje en la Casa Grande donde el falangista y fascista Miño tenía sus "cuarteles". Lo único que vi en la Casa Grande de la calle Narváez fue basura fascista y algún que otro paleto lozano. Vaya tiempos aquellos de la "panda" de vagos de los de la derecha. En aquellos tiempos ya empezaba a cantar Manolo Escobar aquella canción tan famosa de "Los Emigrantes". Así que cansado ya el viejo maestro, decidió dejar de dar clases a los bachilleres y yo, entonces, crucé de nuevo la raya (seguido por Vaquero). Raya. !Era sólo cuestión de echarle valor y cruzar la raya para ver qué le sucedía al Tonto de Ruano, al Tonto de los Patines (que se creía un ligón en El Retiro de Madrid cuando sólo era un "tres cuartos" nada más y ademas descosido por todas partes y compañía. La raya que había que cruzar para dejar en el olvido a Miño, a Chacón, a Pozo, a toda la "panda" de vagos de la derecha y a aquellos "neutros" como eran Álvarez, los Aguinaga, El Gitano... y los traidores judas llamados Garzón y Matas. Allí, en la Academia Altamira, demostré a más de uno, de dos y de tres... !cuán equivocados estaban conmigo!. Así que tras dar un taconazo a lo Di Stéfano me negué en rotundo para formar parte del equipo de Municio y sus adláteres del entonces descampado barrio de Moratalaz. Don Florencio confiaba en mí y sabía que podía salir ya adelante sin su ayuda. Sóño me bastaba la ayuda de Dios. Les derroté ampliamente cuando El Guti (hijo de frutero nada más) tuvo que reconocer públicamente que yo llevaba razón y que no eran los porteros suplentes del Real Madrid, Berasaluce y Bagur como decían todos aquellos "fachas" casi sifilíticos más de uno de ellos, sino Fermín y Piñol como yo afirmaba. !A buenas horas Mangas Verdes!. Y una vez demostrado que jamás jugaría con los Ruano, los Guti, los Municio, los Moracho ni incluso con el tonto del Mochales (y Siqueiros y Vaquero y Abarrátegui y otros más fueron testigos presenciales,, les dí unos cuántos baños de cultura a cada uno de ellos que hasta "el cura filipino" se quedó "flipado" (pero no me iba a mi a suceder lo que le sucedió a mi amigo Gamarra que se los habían llevado para hacerle monje bajo el visto fueno del fascista Monje).Y hasta luego... en otra página de mis Diario diré quiénes eran en realidad los "guaperas" Jimy e Iglesias y el flacuchento, pálido y patético Aranzana. Que lástima me da de recordarles porque quiseron hundir a mi querido Deportivo Olímpico `porque sólo sabían "mariposear" en vez de jugar al fútbol Pero eso es otra historia.
Aquél era un día gris. Llovía en la ciudad de Quito y, además, Carla llegó del "Jardín Adonai" muy preocupada. Mamá Liliana la vio entrar en casa y sintió que Carla no se encontraba bien porque, siendo una niña tan alegre, aquel día no sonrió al entrar y dio dos besitos fríos a la mamá y a la abuelita Lucy; así que mamá Liliana se interesó por saber qué le sucedía. Observó que Carla masticaba lentamente la comida y que luego, sin mucho ánimo, se levantó de la mesa y comenzó a caminar nerviosamente por el salón. Mamá Liliana descubrió que Carla se miraba muchas veces al espejo. Se acercó silenciosamente a ella y le preguntó.  - ¿Qué te sucede, Carla? ¿Por qué estás tan triste hoy? Al principio Carla no deseaba contar su preocupación, pero después no pudo aguantar más y se acercó a su mamá.  - Mamita... ¿puedo contarte algo?- ¡Claro que sí, Carla! -le respondió la mamá.  Y entonces fue cuando Carla se abrazó a ella y comenzó a llorar. - Vamos... vamos Carla... dime qué es eso que tanto te preocupa... - Es que... ¡mira, mamá, este diente está flojo y se me va a caer hoy mismo! Mamá Liliana, sonriendo, acarició a Carla y la sentó en sus rodillas.  - Te voy a contar una linda historia, Carlina. ¿Deseas que te cuente una linda historia antes de dormir?- ¡Sí, mamita... me encanta oírte contar historias! -respondió la pequeña Lina muy emocionada y mucho más alegre que antes. - ¿Sabes quién es Ratoncito Pérez?  Y Carla, volviendo a sentirse preocupada por su dientecito, sólo movió la cabeza dando a entender que no. - Pues verás... cuando a los niños y a las niñas de tu edad se les cae un dientecito de leche... Ratoncito Pérez, que es muy bueno y sólo quiere que todos los niños y niñas del mundo sean felices, está muy atento para acudir esa misma noche y dejar, bajo la almohada de sus camitas, un bonito regalo.  Carla escuchaba con los ojos muy abiertos, mientras la tristeza desaparecía de su rostro.  - Pero..- ¿sabes qué debes hacer para que Ratoncito Pérez venga esta misma noche?- No, mamita... Y mientras decía esto, Carla mostró a su mamá el dientecito de leche que acababa de caer... - Tienes que coger ese dientecito, colocarlo bajo la almohada, cerrar los ojos y dormir profundamente mientras sueñas con el más bonito regalo que desees.  Carla había quedado dormida en el regazo de su mamá.  A la mañana siguiente, cuando los rayos del sol alumbraban el dormitorio de la niña Lina, ésta abrió sus ojitos. Había dormido de un solo tirón y había tenido un hermoso sueño en el que Ratoncito Pérez, todo de color azul, bajaba volando desde los cielos y dejaba, debajo de la almohada, justo al lado iquierdo de su cabecita, una preciosa muqueñita con un gran paquete de caramelos. Entonces fue cuando Carla lo descubrió. ¡Junto a ella estaba la muñeca y, al lado, los caramelos! - ¡¡Leslie... Leslie... despierta Leslie!! Leslie Carolina, la hermanita mayor de Carla Andrea, despertó sobresaltada.  - ¿Qué sucede, Carla?- ¡¡Mira Leslie... mira lo que me trajo Ratoncito Pérez!! Inmediatamente Carla buscó bajo su almohada. ¡Ya no estaba su dientecito! Abuelita Lucy entró en el dormitorio de sus dos lindas nietas y Carla no pudo esperar más.  - ¡¡Abuelita... Abuelita Lucy... mira lo que me regaló Ratoncito Pérez esta noche!! Y Leslie Carolina, la segunda Lina de la familia tras su mamá y delante de su hermanita, añadió: ¡Es verdad abuelita, porque mientras Carla y yo dormíamos profundamente, Ratoncito Pérez entró en la alcoba, se llevó el dientecito de mi hermanita y dejó, a cambio, esos bonitos regalos!.  Abuelita Lucy sonreía de una manera amable y feliz... - ¡Hay más! -dijo- ¡Yo vi a Ratoncito Pérez cuando se marchaba y sabiendo que tú eres la hermanita mayor de Carla y te comportas como una niña buena y educada, me entregó este otro regalo para ti! Leslie saltó de la cama de un solo brinco, cogió el paquete y, con los nervios a flor de piel, lo abrió. ¡Allí estaban los queridos patines que siempre deseó! - Qué bueno es Ratoncito Pérez... ¿verdad Leslie? -dijo entonces Carla. Pasaban los minutos y llegaba la hora de ir al colegio. Leslie y Carla tuvieron que darse muchísima prisa para lavarse, peinarse, vestirse sus ropas escolares y bajar a desayunar. La alegría de las dos hermanitas era tan grande que no pudieron estar calladas. Hablaron... y hablaron... y hablaron sin parar... de aquel bondadoso personaje que, tan gentilmente, les había obsequiado aquellos lindos regalos.  - Papi... ¿tú has visto alguna vez a Ratoncito Pérez? A papá José le pilló tan de sorpresa la pregunta de Carla que se atragantó al beber el café.  - Vamos, José... ¡cuéntales a las niñas el día en que viste a Ratoncito Pérez! -intervino mamá Liliana, la primera Lina de la familia, mientras sonreía feliz ante los apuros del papá.  - Bien... ejem... esto ocurrió hace ya muchos años... cuando yo era un niño de la misma edad que vosotras... y el asunto fue que... ¡Dios mío! ¡La hora! ¡Tengo que salir rápido hacia la oficina! ¡Os lo cuento cuando vuelva!. Y papá José salió corriendo para poder llegar a tiempo a la Redacción pero no sin antes haber dado un beso a Abuelita Lucy, mamá Liliana, Leslie y Carla.  Ya en el colegio, Carla no pudo callar por mucho tiempo la alegre noticia y comentó, con todos sus amiguitos y amiguitas, ¡que eran muchísimos!, el suceso de Ratoncito Pérez.  ¡¡La que se armó!! Rápidamente se formaron dos bandos.  Unos decían que Ratoncito Pérez no existía y era sólo pura fantasía de Carla. Algunos hasta afirmaron que Carla era una mentirosa... pero otros, aunque más bien pocos, creían la historia. Entre los amigos comunes de Carla, la tercera Lina de la familia, y Leslie, la segunda Lina de la familia, destacaban sus primitos Andrea y Krister. Andreíta era partidaria de creer que Ratoncito Pérez existía de verdad... pero Krister negaba tal cosa y era de los que dijeron que Carla estaba mintiendo para hacerse la importante ante los demás. Por eso, al ir a casa de la Abuelita Lucy -invitados para almorzar todos juntos- Krister molestaba a Carla.   - Carla... ¿por qué te inventaste la historia de Ratoncito Pérez? Carla no podía admitir que Krister no aceptase que Ratoncito Pérez existía de verdad y, menos todavía que, por esta cuestión, la llamase a ella mentirosa. ¡Ratoncito Pérez existía y había dejado para ella, la noche pasada, lindos regalos bajo la almohada de su cama y, es más, había entregado a Abuelita Lucy otro regalo para Leslie. - Krister... ¡yo nunca he mentido y no pienso mentir jamás! ¡Creas o no creas en Ratoncito Pérez o dudes de su realidad... la verdad es que existe y tanto mi abuelita como mi mamá y mi papá le han visto!- ¡Yo lo que no veo no lo creo! -sentenció Krister.   Ya en el jardín de la casa de Abuelita Lucy, Carla levantó la mirada al cielo, que estaba muy limpio y muy azul, y comenzó a llamar.  - ¡Ratoncito Pérez, Ratoncito Pérez, asómate por favor!  Pero ni Ratoncito Pérez ni nadie más apareció por los cielos... y fue entonces cuyando Krister afirmó que Carla sólo había soñado aquella historia. Carla estaba triste, pero tenía tanta fe en lo que defendía que siguió insistiendo, pero ahora más fuerte. - ¡¡Ratoncito Pérez, Ratoncito Pérez, asómate por favor... para que Krister pueda ver con sus propios ojos que existes, que eres de color azul y que traes regalos a los niños que creen en ti y colocan los dientecitos de leche que se les caen debajo de sus almohadas!! - ¡Pero si los ratones no tienen alas para volar, Carla! -volvió a sentenciar, con aires de importancia, Krister- ¡Me voy porque yo ya no quiero seguir esperando cosas imposibles! En aquel mismo instante en que Krister decidió dejar a las tres niñas plantadas en el jardín, cuando se dirigía al interior de la casa, Carla divisó un pequeño punto de color azul que volaba por los cielos. - ¡¡Espera, Krister, espera!! ¡Por allí viene algo que vuela! -gritó Leslie. - ¡Yo también lo veo y es de color azul! -gritó también Andreíta.  Krister se volvió hacia el lugar donde estaban sus tres primitas.  - ¡Bobadas! ¡¡Eso sólo es un pájaro!! En efecto, era un estornino que volaba muy rápido... muy rápido... y que pasó por encima del jardín como un rayo.  - ¿Viste, Carla? Los pájaros vuelan porque tienen alas pero... ¿cuándo se ha visto a un ratòn con alas? ¡Sigo diciendo que la historia del Ratoncito Pérez sólo ha sido un sueño tuyo!  Las tres niñas quedaron calladas. Entonces comenzó a brillar muy fuerte el Sol... ¡y otro puntito de color azul surcó los cielos! - ¿Veis? ¡Es otro pajarito! -volvió a decir Krister sacando pecho como haciendo saber que era más inteligente y sabio que las tres juntas porque para eso él era hombre y ellas sólo niñas. - ¡No! ¡No es un pajarito! ¡Tiene cola de ratón! -gritó Leslie. - ¡Y bigotes de ratón! -gritó también Andreíta. - ¡Y también tiene alas! ¡¡Tiene alas!! -gritó Carla mientras daba saltos de alegría.  Krsiter se puso muy serio, rojo de vergüenza, y miró y miró sin poder dar crédito a lo que veía... mientras aquel ratoncito de color azul bajaba hacia el jardín.  - ¡¡Lleva un regalo en sus manos!! -seguía diciendo Carla- ¿Ves cómo no fue un sueño, Krister? Ratoncito Pérez bajó por fin al jardín. Dejó un gran paquete en el suelo y saludó.  - ¡Hola, niñas! ¡Hola, niño! ¿Quién de vosotros me llamaba con tanta insistencia? - He sido yo -dijo Carla. - ¡Ah! ¡Qué agradable sopresa! Tú eres Carla ¿verdad?... y esta noche puse regalos bajo tu almohada... ¿no es cierto?- Claro que sí, Ratoncito Pérez... y quiero darte las gracias por esos regalos y el que le diste a mi hermana Leslie. - ¡Oh! No hace falta que me llames para eso... porque yo sé que siempre me estarás agradecida y me recordarás con cariño durante toda tu vida. - ¿Y cómo puedes saber esas cosas, Ratoncito Pérez? - Porque conozco el sentimiento que anida en los corazones de los niños y las niñas que creen en mí y sé cuales son sus ilusiones y sus sueños.- ¡Verá, Ratoncito Pérez! -intervino entonces Leslie, la segunda Lina de la familia- mi hermanita también le llamaba porque deseaba demostrar a Krister que sí existes. En el colegio, la mayoría de los niños, por culpa de este que se las da de muy machito, han dicho que Carla mentía para hacerse la importante ante los demás como si mi hermanita fuese como él.  Ratoncito Pérez sonrió antes de hablar.  - Yo sé que Carla nunca miente. Todos los niños y niñas tenéis libertad de creer o no creer en mi o de dudar sobre si existo o no existo... pero Carla no miente nunca y si dijo que yo existo pues... ¡Ya lo veís! ¡Aquí estoy y aquí me tenéis! - Yo sí lo creía -dijo Leslie- y Andreíta también pero no lo creía Krister porque cree que es más hombre si no cree lo que nosotras creemos. - ¿Que importancia tiene que existan niños que nieguen mi exitencia o que duden de mi realidad? La duda es también es parte de la libertad. Pero vosotras creéis en mí y eso es suficiente para hacerme feliz.  Luego se dirigió a Krister y le acarició la cabeza mientras peguntó.  - ¿Tú crees ya que yo existo o sigues diciendo que no o que tienes todavía dudas? ¿No eres de los que van diciendo lo de si no lo veo no lo creo?- Perdón... Señor Pérez... Al oír lo de Señor Pérez... Carla, Leslie y Andreíta se partieron de risa; lo cual hizo que Krister, además de rojo de vergüenza se pusiera enfadado. - ¿No ves que yo soy un ratón? ¡Decir ratón y aparecer el gato Pirracas fue todo uno! Pirracas se abalanzó sobre Ratoncito Pérez y lo atrapó entre sus garras.  Los niños quedaron muy asustados. No sabían qué hacer. Ratoncito Pérez intentaba escapar de las garras de Pirracas, pero el gato era mucho más grande y fuerte que él. Carla contemplaba, desesperada, la escena.  - ¡Suelta a Ratoncito Pérez, Pirracas! ¡¡Suéltalo!!  Pero el gato Pirracas no sólo no soltaba al ratón, sino que se relamía los bigotes pensando en la suculenta comida que tendría para su almuerzo.  - ¡¡He dicho que le sueltes!! ¡¡Suéltalo ya!!  Carla, muy enfadada, se acercó amenazadora hacia Pirracas; pero tuvo que retroceder, asustadísima, cuando el gato le enseñó los dientes mientras bufaba.  - ¿Así que no lo sueltas, eh, gato malo?  Y rápidamente, sin pensarlo dos veces, Carla -la tercera Lina de la familia- cogió una escoba que siempre tenía preparada Abuelita Lucy para limpiar el jardín.  - ¡¡Toma, toma y toma!! Carla comenzó a dar escobazos a Pirracas y éste, que al principio seguía resistiendo, no tuvo más remedio que soltar a Ratoncito Pérez y, huyendo de la batalla, saltó la tapia del jardín y se perdió, maullando, por los tejados vecinos.  Cuando Ratoncito Pérez se repuso del susto recibido, pudo hablar y dijo así:  - ¡¡Gracias a Dios, Carla!! Menos mal que has sido muy rápida y oportuna. !Bufff! ¡Menudo susto! Si no llega a ser por ti ahora mismo estaría dentro de la panza de ese glotón... - ¡¡Viva Carla!! -gritaron al mismo tiempo Leslie -la segunda Lina de la familia- y Andrea. - ¡¡Viva Carla!! ¡La más intrépìda de las niñas y niños de este país! -gritó Krister una vez repuesto de su vergüenza anterior. - Un momento... un momento, niños. No hagáis tanto ruido -imploró Ratoncito Pérez. - ¿Por qué? -interrogó Carla. - Bueno... eso ya lo sabréis cuando os convirtáis en mayores... Ratoncito Pérez guiñó un ojo mirando a Carla.  - ¿Sabes una cosa, Carla? Siempre recordaré que me salvaste la vida.  Ratoncito Pérez dio un dulce beso en la cara a los cuatro.  - Adiós. Me voy porque he de llevar regalos a otros niños y niñas a los que se les han caído dientecitos y tienen fe en mí... Levantó entonces el vuelo, con el regalo entre sus manos, y desde los cielos se despidió. - ¡¡No os olvidéis nunca de poner todos los dientes que se os caigan debajo de vuestras almohadas después de haber pedido un deseo!! ¡¡Si lo hacéis así y no habéis perdido la ilusión, volveré a traeros bonitos regalos!! ¡¡Adiós niños!! ¡¡Nunca os olvidaré!!  Aquella noche, durante la cena familiar, Carla preguntó a su mamá.  - Mami... ¿por qué Ratoncito Pérez no quiere que las personas mayores le vean? Mamá Liliana -la primera Lina de la familia- miró a papá José y después miró a las dos hermanitas Leslie y Carla, la segunda y tercera Lina de la familia respectivamente.  - La verdad es que Ratoncito Pérez no necesita demostrar que existe. Él es así. Está tan seguro de sí mismo que da a todos, niños, niñas, adultos y ancianos, la libertad de creer o no creer en él o que duden o no duden de su realidad.  Intervino papá José. - Yo puedo añadir que mientras existan niños en este planeta, sea cual sea la edad que tengan en sus documentos de identidad, existirá Ratoncito Pérez. Ahora bien, deben ser niños y niñas con deseos de soñar... y poseedores de un lindo corazón... Aquella misma noche Krister tardó mucho más en dormirse que de costumbre porque aprendió a soñar en cosas bellas y bonitos regalos; Leslie y Andreíta también tardaron mucho en dormirse, porque se contaron, mutuamente, historias sobre Ratoncito Pérez. Y Carla también tardó demasiado tiempo, puesto que se habían hecho realidades los sueños que siempre buscó: una muñequita con cara risueña, un buen montón de caramelos dulces y la comprobación de que Ratoncito Pérez existe en la verdad de todos los niños y niñas felices. Al día siguiente, en el cole, todos los niños y niñas vitorearon a Carla como a una verdadera heroína, le aplaudieron y la nombraron capitana del Club de los Niños con Fe.  Autores: José Orero de Julián y Carla Andrea Orero Del Castillo.     
La Fantasía es el Arte de liberarnos de los complejos de la realidad.      
Erase una vez un Reino que no tenía color porque en él no había alegría y no cantaban los pájaros. Estos sólo piaban en las ramas de los árboles grises. Siempre quietos, nunca volaban bajo las nubes grises. Las casas eran grises, las flores y las gentes eran grises y las mariposas no existían. El Sol no podía penetrar debido a que todo el cielo estaba cubierto con feas nubes de color gris parduzco. El Reino se llamaba Gris. En un pueblo fronterizo, perteneciente al Reino llamado Color, una niña supo de la eterna tristeza en la que vivían los habitantes de Gris. Todos los días iba a la catedral a pedir a Dios que tuviese misericordia e hiciese volver todos los colores al Reino Gris... porque pensaba que esa sería la única forma de que allí volviese a reinar la alegría. Aquella niña se llamaba Carolina y era hija de María (hermosa princesa india de la región de los Andes) y José (noble español que había unido su amor y su destino con el de la hermosa princesa andina). El lindo pelo de Carolina era de color castaño, su hermosa piel era de color trigueño, tenía unos grandes y profundos ojos de color azul claro y su corazón era tan bello como el de su madre india y tan noble como el de su padre español. Un día, mientras la niña paseaba por el atrio de la catedral pensando en qué podría ella hacer para ayudar a que la alegría volviese a reinar en Gris, se encontró con un gusanito muy amarillo que tomaba el sol sobre la hierba del jardín. - Gusanito, gusanito...- ¿Quién me llama de esa manera tan triste?- Soy yo, gusanito. - ¡Hola, Lina! ¡No sabía que te gustase pasear por los atrios!- Es que... - ¿Qué sucede, Lina?- Es que estoy muy preocupada...- ¡Vamos a ver! ¡Vamos a ver! ¿Tú crees que una niña tan linda como tú puedes vivir preocupada?- No es por mí, gusanito... - ¡Ajá!- ¿Ajá? - Bueno... ejem... ejem... ejem... - ¿Ejem?- De acuerdo, Lina... ¡dejaré de decir palabras mágicas! Carolina comenzó a reír como ella siempre reía. Con ganas. Con felicidad. Con color. - ¡Jajajajaja! ¡Qué simpático eres gusanito! ¡Palabras mágicas son "abracadabra pata de cabra", "ábrete Sésamo" y "pim pam pum". O también "alabí, alabá, alabimbombán"... pero... ¡ajá! y ¡ejem ejem ejem!... ¿qué clase de magia tienen esas palabras?- No creas que no la tienen, Lina. ¡Ajá! fue lo que dijo Peter Pan antes de convertirse en niño volador y "Ejem ejem ejem! eran las palabras que empleaba Aladino antes de frotar su lámpara maravillosa. - ¡Jajajajaja! - Escucha... ¿no son maravillosas las palabras que hacen reír?- ¡Ahora que me lo recuerdas, gusanito! No puedo seguir riendo. Se supone que debo estar triste y, además, estoy triste de verdad. La niña volvió a quedarse seriamente pensativa. El gusanito avanzó unos pasos hacia ella y desde allí, desde el verde césped del jardín del patio del atrio de la catedral, puso gesto de preocupación. - ¡Bien, bien, bien! Dejemos a un lado las risas. Parece que tienes un serio problema. - Sí...- Entonces cuéntamelo, Lina. ¡Los problemas sólo pueden solucionarse cuando se sabe cuáles son! Si ocultas un problema nunca sabrás cómo salir de él y el problema seguirá en tu mente siempre... hasta que crezca tanto que entrará en tu corazón y entonces ya no podrá ser jamás solucionado y perderás todos los colores de tu felicidad. Antes de que un problema entre en el corazón hay que resolverlo cuando habita en la mente para poder eliminarlo.- Gusanito... no es un problema mío...- Los problemas son siempre nuestros. - Lo que quiero decir es que no me afecta a mí...- Los problemas siempre nos afectan a nosotros. - ¡¡Gusanito!!- No te ofendas, Lina. Es cierto cuanto te digo. El problema puede haber nacido en otra persona o en otro lugar pero ha entrado en tu mente y te afecta a ti. Y si no lo resuelves pronto entonces dejarás de ser la niña feliz que eres ahora. ¡Cuéntame el problema y veamos si puedo ayudarte con la solución! Carolina dudó por unos segundos. ¿Sería prudente informar a aquel gusanito de la tragedia de los habitantes del Reino Gris?- ¡Vamos. Lina! No debo perder el tiempo con dudas que no conducen a nada. O me cuentas o ¡adiós niñas, que tengas un feliz día! Ya el gusanito daba media vuelta cuando Carolina se atrevió. - Lo que sucede es que en el Reino Gris nadie ríe...El guisanito, sorprendido, dio media vuelta sobre sus patas. - ¿Te preocupa el hecho de que nadie sea feliz en Reino Gris?- Pues... ¡ejem ejem ejem!- ¡Jajajajaja! ¿Tienes vergüenza de confesar que te preocupa la tristeza de los demás?- ¿Quién? ¿Yoooooooo? ¡Oh, no, gusanito! ¡Cada uno es cada uno! La verdad es que llevas razón. Debemos buscar ser felices nosotros mismos. Cada uno debe resolver sus propios problemas...Ahora fue Carolina quien dio media vuelta...- ¡Ajá! Carolina se volvió inmediatamente.- ¡Jajajajaja! ¡Pues sí! ¡Me interesa mucho la tristeza de los demás! ¿Pasa algo?- ¡Eso es Lina! ¡Muy bien! ¡Eres una niña con corazón! ¡No dejes nunca que nadie te quite esa linda cualidad! ¡La gente ya no se quiere preocupar por lo que les ocurre a los demás! Pero tú no eres gente, Lina, tú eres tú... y yo me alegro de ello, de que seas persona y no gente. - Está bien, gusanito... gracias por tus palabras... pero nada de eso que dices va a ayudar a los habitantes de Reino Gris...- ¡Veamos qué podemos hacer! Buscas la ayuda de un amigo. ¿Cierto?- Sí. - Entonces acude a casa de Coneja Maya y ella te dirá algo muy importante para que puedas ayudar a los habitantes de Reino Gris, el reino sin colores...- Gracias, gusanito. Carolina salió rápidamente de la catedral y comenzó a caminar hacia la casa de Coneja Maya, quien vivía en el bosque que servía de frontera entre los dos reinos.Una vez ante la puerta de la casa de Coneja Maya, la niña golpeó con la aldaba y un numeroso grupo de pájaros que se encontraban sobre el tejado emprendió el vuelo, asustados todos ellos por el ruido. - ¿Quién golpea de esa manera? -protestó Coneja Maya, que estaba preparando un guisado de zanahorias con perejil...- ¡Soy Carolina, la niña que vive en la última casita de la ciudad!- ¡Está bien! ¡Está bien, Lina! ¡Deja de golpear la puerta que ya salgo a recibirte! ¡Si sigues haciendo tanto ruido vas a molestar a todos los vecinos! Instantes después Coneja Maya abría la puerta de su domicilio. - ¡Ajá! ¡Qué niña más linda! - ¡Jajajajaja!- ¿Cómo que jajajajajá?- Perdón es que...- ¡Ya comprendo! ¡Has estado hablando con ese loco gusanito de la catedral y te ha contado lo de sus palabras mágicas! ¿Cierto?- Pues...- No es necesario que lo digas. ¡Nadie más podría haberte enviado hasta aquí! Y... si eso ha ocurrido... es porque tienes un grave problema. ¿Cierto?- Cierto... - Entonces... ¿qué haces ahí parada? ¡Pasa! ¡Pasa dentro de la casa y cuéntame qué es eso que te preocupa tanto! Por cierto... ¿te gustan las zanahorias con perejil?- ¡Ejem ejem ejem! - ¡Jajajajaja! No te preocupes. Seguro que no las has probado nunca pero cuando lo hagas... ¡verás qué sabor más delicioso! Coneja Maya y Carolina entraron al interior de la vivienda y pasaron dos interesantes horas charlando. Durante ese tiempo comieron zanahorias con perejil y la niña le contó todo el problema...- La única forma que existe para ayudar a los habitantes del Reino Gris es que una persona limpia den corazón, de esas que ya casi no existen, vuelva a recuperar a las mariposas. Cuando éstas habiten de nuevo en aquel reino... ¡entonces volverán todos los colores a él y sus habitantes volverán a reír y ser felices!- Muy bien. ¿Puedo ser yo esa persona?- Por la larga conversación que hemos mantenido... ¡tú eres una de las poquísimas personas que existen en este mundo con corazón limpio! Así que sí... pudiera ser que tú fueses capaz de lograrlo... ¡pero tendrás que hacerlo y eso va a ser muy difícil de conseguir!- ¿Qué tendré que hacer?- ¡Desencantar a la Mariposa Encantada!- ¿Cómo dice usted, Coneja Maya? - Escucha, Lina... no tengo ni idea de qué es todo eso de la Mariposa Encantada. Sólo sé que ese extraño asunto existe y es verdad. - De poco me sirve el saberlo...- A mí me ocurre igual al contarlo... pero si quieres que te ayude con lo poco que yo pueda, quédate a descansar esta noche en mi casa y mañana por la mañana te diré lo que mis sueños me indiquen...Aquella noche durmieron inquietas Carolina y Coneja Maya. La niña preocupada y la coneja solando con poder ayudarla.A la mañana siguiente... - Tienes que ir siempre, siempre, siempre... hacia el Norte... - ¿Cuál es el motivo?- ¡Escucha y no interrumpas! Siguiendo hacia el Norte te encontrarás con un laberinto cuyo piso está lleno de piedras. ¡Ten mucho cuidado! ¡Esas piedras te hablarán continuamente y te dirán por dónde deberás seguir! - ¡Qué bien!- ¡Te dije que no me interrumpieras, Lina! ¡Si lo vuelves a hacer por tercera vez... se acabará la posibilidad! ¡Escucha! ¡Sólo escucha! ¡Debemos saber escuchar a los demás para aprender lo que nos dicen y para recordar lo que nos han dicho! ¡No vuelvas a interrumpirme porque si lo haces se borrará de tu memoria todo lo que te estoy contando! ¡Escucha! ¡Tendrás que tener mucho cuidado en no caer en la trampa! Coneja Maya guardó silencio para comprobar si Carolina interrumpía su conversación o permanecía callada. Pero la niña sólo escuchaba... - ¡Bien, bien, bien! ¡Debes de saber que esas piedras son las Piedras Mentirosas y te mentirán en todo lo que te digan! ¡No las hagas caso nunca! ¡No sigas sus indicaciones jamás! ¡A la mentira nunca hay que escucharla ni mucho menos obedecerla!Carolina seguía sólo escuchando... - ¡Ten cuidado con las Piedras Mentirosas! ¡Si te indican que vayas hacia la derecha ve a la izquierda! ¡Si te dicen que vayas a la izquierda marcha hacia la derecha! ¡Si te dicen que te detengas, sigue adelante..., y si te dicen que sigas adelante, detente! ¡No hable con ellas nunca jamás! ¡No mantengas nunca jamás un diálogo con ellas! ¡Si te piden que hables con ellas, simplemente cállate! ¡Si hablas con las Piedras Mentirosas sus mentiras te engañarán! ¡Solamente escucha lo que te digan y, sin llevarles la contra, haz en silencio todo lo contrario de lo que te digan! ¡Es importante que te concentres en dos cosas: primero, que no dialogues con ellas... y segundo, que hagas siempre lo contrario de lo que te digan! ¡No hables con las Piedras Mentirosas y nunca hagas lo que te digan que tienes que hacer las Piedras Mentirosas! ¡Ellas son la Gran Mentira de las Gentes Mentirosas! Y ahora... ¡adiós, Lina! ¡No me digas nada! ¡Si deseas ayudar a los habitantes de Reino Gris ve hacia el Norte! ¡Ya tendremos tiempo de hablar si es que consigues lo que ten propones! ¡Adiós y buen viaje, Carolina! La niña caminó y caminó y caminó... y siguió caminando, caminando y caminando.... siempre hacia el Norte... siempre hacia el Norte... siempre hacia el Norte... ¡hasta que por fin se encontró con el laberinto! Todo el suelo estaba lleno de Piedras Mentirosas que comenzaron a hablar cuando Carolina entró allí...- ¡A la derecha, Lina, a la derecha!Y ella, sin decir nada, caminó hacia la izquierda... - ¡A la izquierda, Lina, a la izquierda!Y ella, sin decir nada, caminó hacia la derecha...- ¡Detente, Lina, detente! Y ella, sin decir nada, siguió caminando...- ¡Sigue adelante, Lina, sigue adelante!Y ella, sin decir nada, se detuvo. - ¡Escucha, niña maleducada! ¿Es que no te han dicho que hay que hacer caso a lo que te digan los demás?Pero Carolina no decía nada. Sólo descansaba...- ¡Qué niña más malcriada! ¿En qué colegio te has educado, preciosa Lina?Pero Carolina no decía nada. Sólo descansaba... - Escucha, Lina. ¡Somos tus amigas! ¡Te decimos todo lo que te decimos sólo por tu bien! ¡Queremos ayudarte! ¡¡Somos tus amigas!! ¡Cuando hablamos contigo es sólo por eso! ¡Todo lo que te contamos es la única verdad! ¡Si no nos haces caso te perderás! ¿Qué ganamos nosotras con decirte mentiras? ¿Acaso nos beneficia a nosotras contarte mentiras? ¡¡Las verdaderas amigas estamos para hablar las unas con las otras y contarnos la verdad!! ¡¡Si te decimos "esto" pues es que "esto" es la verdad... y si te decimos "lo otro" pues es que "lo otro" es la verdad... ¿no lo crees así, Lina?Mas la niña sólo escuchaba y no decía nada...- ¡Qué linda eres, Lina! ¡Qué linda, qué buena y qué bien educada estás, Lina! ¿Qué opinas de todo lo que te decimos como buenas amigas que somos?Mas la niña, cansada de escuchar, se había dormido...Carolina no supo nunca cuánto tiempo estivo dormida... mas al despertar se encontró frente al la iglesia de Reino Gris. Estaba rodeada de muchas casas grises. La iglesia también era gris. Y tenía un gran torre gris con un reloj gris. Pasó un señor muy viejo reviejo, viejísimo y arrugado, vestido de gris...- ¡Señor! ¡Señor! ¿Cómo puedo encontrar el Castillo del Rey?- ¡Buscando!- ¿Podría indicarme por dónde puedo buscar?- ¡Por donde quieras!- ¡Gracias, señor! ¡Ha sido usted muy amable! ¡Que Dios le bendiga! En esos momentos el reloj de la torre de la iglesia movió sus agujas y comenzó a sonar...- ¡Niña entrometida! El Viejo Gris comenzó a correr y todas las personas -hombres, mujeres, niños y ancianos vestido con ropas grises- también comenzaron a correr y a esconderse en el interior de sus casas grises. - ¡Niña entrometida! ¡¡Niña entrometida!! ¡¡¡Te ajustaré las cuentas cuando volvamos a encontrarnos!!!El viejo arrugado se escondió en un callejón muy gris dentro de aquel laberinto de calles grises.Carolina contempló las agujas del reloj de la iglesia. La pequeña y la grande estaban juntas y señalaban hacia la derecha. Eran, por lo tanto, las tres y quince minutos de la tarde. Comenzó a meditar. ¡Hacía sólo unos segundos que eran las nueve menos quince minutos de la mañana! ¿Cómo poder explicarse aquello? ¡Ambas agujas habían cambiado completamente de dirección en el mismo momento en que había preguntado por el Castillo del Rey! Entonces volvió a contemplar las agujas del reloj y... ¡comprendió!. ¡¡Le estaban indicando que buscase en aquella dirección!!Así lo hizo. Comenzó a caminar por numerosas calles grises, siguiendo siempre la dirección de las tres y quince minutos de la tarde... y sonaron las once de la noche ¡cuando encontró el Castillo del Rey!Un Castillo majestuoso. Con altas torres y almenas. Un magnífico puente levadizo. Preciosas ventanas. Innumerables adornos y blasones. Pero gris... todo gris...Cuando llegó ante el puente levadizo éste se bajó y apareció en el dintel de la puerta del Castillo un señor muy anciano. Carolina, sin ninguna clase de temor, caminó por el puente y llegó ante él. - ¿Quién eres, niña?- Carolina. - ¿Y qué buscas en un lugar tan triste como éste?- La Mariposa Encantada. El anciano comenzó a temblar terriblemente. - ¿Le ocurre algo malo, señor? ¿Puedo ayudarle?- ¡Oh! No es nada niña, no es nada...- ¿Por qué tiemblas tanto?- No te preocupes, Lina, no te preocupes pero... ¿de verdad deseas encontrar a la Mariposa Encantada?- Me gusta siempre decir la verdad. El anciano miró a la niña. En sus ojos pareció lucir una escondida luz azul. Pero no... sólo fue un reflejo muy tenue, muy tenue... algo así como un deseo solamente... - ¿De verdad que no le sucede nada malo, señor?- ¡Oh, no! ¡No me sucede nada malo!- ¡Qué raro! ¡Me pareció ver un color azul en sus ojos! - ¡¡Mentira!! ¡¡Mentira!! - Bien, señor... ¡no se ofenda! ¡Hubiese sido muy bonito que fuese verdad! El anciano se acercó todo lo que pudo a ella y le habló al oído. - Escucha, Lina... no puedo seguir hablando contigo. ¡Vienes vestida con muchos colores! ¡¡Eso está terminantemente prohibido en Reino Gris si quieres que no te corten la cabeza!! ¡¡Pasa, rápidamente, al interior del Castillo antes de que vengan y te detengan!! ¡¡Corre!! ¡Mira! Ya te han descubierto. El señor muy viejo reviejo, viejísimo y arrugado, todo vestido de gris, con una gran tropa de soldados grises que portaban arcos y flechas, se hallaban al otro lado del puente. - ¡Disparad! ¡¡Disparad flechas a esa niña entrometida que viste con tantos colores y matadla, soldados!! ¡¡¡Matadla... porque si queda viva nos destruirá el Reino Gris!!!Comenzaron a salir flechas envenenadas de todos los arcos que rozaban a Carolina y se clavaban en la madera gris de la puerta gris del Castillo del Rey. Hasta que una de las flechas fue directa hacia el corazón de la niña... pero, en esos momentos, el anciano cubrió el cuerpo de ella con su propio cuerpo... ¡y la flecha se clavó en el corazón del anciano! Carolina sujetó a éste antes de que cayera al suelo...- ¡Dios mío, le han herido!- ¡Corre! ¡Corre, Lina! ¡Entra en el Castillo! ¡El puente se elevará y ellos no podrán entrar! ¡Corre y sálvate! ¡Si no entras te matarán!- ¡No puedo dejarle aquí en manos de esos seres tan sangrientos! - ¡Me han herido mortalmente!De todas formas moriré! ¡Déjame y entra tú en el Castillo!Pero Carolina no abandonó al anciano. Con un gran esfuerzo, mientras las flechas silbaban a su alrededor, arrastró el cuerpo del moribundo y pudo entrar, por fin, en el interior del Castillo del Rey. El puente levadizo se levantó. Y quedé el viejo reviejo vestido de gris despotricando palabras de amenazas. - ¡¡¡No lo conseguirás!!! ¡¡¡Jamás podrás salir de ahí, niña necia!!! Mientras tanto, ya en el interior del Castillo, el anciano moría en los brazos de Carolina... - ¡No se muera, por favor!- ¡Lina! ¡Linda Lina! ¡Tu corazón es tan hermoso que quiera Dios que puedas encontrar a la Mariposa Encantada! ¡Cuánto tiempo esperé a alguien como tú! ¡Inténtalo, Lina! ¡Inténtalo! ¡Sólo tú puedes ayudar a nuestro pueblo! ¡Guíate siempre por lo que te diga el corazón... solo... por... lo... que te diga... el... corazón!- ¡No se muera, por favor! - ¡No llores, Lina! Guarda tus lágrimas para otro momento y ten cuidado, Lina... ten... cuidado... con... los... charlatanes... El anciano cerró los ojos...En esos mismos instantes todo el cuerpo del anciano se volvió azul. Un azul intenso. Un azul esmeralda. Un azul resplandeciente y brillante. Y a la altura de su corazón, una flecha gris clavada en aquel hermoso cuerpo azul que se transformó en estatua. ¡Un joven príncipe azul con una flecha gris clavada en su corazón! Carolina, maravillada por aquel intenso color azul esmeralda, quedó sin poder decir palabra alguna... mientras las ropas de ella se tornaban todas hacia un color gris...Inmediatamente un tropel de hombres y damas cortesanas rodearon a la niña hablando todos a la vez. - ¡Esmeralda! ¡Qué bien que regresaste, Esmeralda! - ¡Justo en el mismo día en que se celebra el Baile de las Mariposas! - ¡Cuánto tiempo te esperé, Esmeralda! - ¡No hagas caso a Filisberto porque quien te esperó siempre fui yo! - ¡Eres un falso, Gundisalvo!- ¡No creas a ninguno de los dos! ¡Yo, Edismundo de Trastaria, fui quien siempre te esperó! - ¡Esmeralda! ¡Ven con nosotras y nosotras te diremos quién es el que más te amó durante tu larga ausencia! - ¡No las creas, Esmeralda! ¡Dirán lo que más les convenga! - ¡Esperen! ¡Esperen un momento! ¡No sé nada de lo que me están hablando! ¡¡Son todos ustedes unos charlatanes y unas chismosas!!Un inmenso silencio reinó entre toda aquella pandilla de nobles y cortesanas. Al mismo tiempo todos pudieron descubrir aquella hermosa estatua azul que represen taba a un joven príncipe con una flecha gris clavada en su corazón...- ¿Qué es eso? - ¿De dónde ha venido esa estatua de color azul?- ¡Yo soy el que debe recibir la mano de Esmeralda! ¡Esa estatua lo dice! - ¡Esa estatua dice que soy yo, Filisberto! - ¡Esa estatua dice que mi hijo es quien debe casarse con ella! - ¡Mis méritos han sido los mayores, Gundisalvo! - ¡Yo, Edismundo de Trastaria, soy el más guapo, el más valiente, el más honrado!- ¡De eso nada, monada!- ¡De eso todo, Tarodo! - ¡Fernando de Tarodo es quien se merece el amor de Esmeralda!- ¡Soy yo, el conde Filisberto, quien se la merece!- ¡No es así! ¡Soy yo, Gundiberto, Marqués de la Patallana, vizconde de Salustio, barón de los Concertales y no sé cuántas cosas más! - ¡Naranjas de la China! ¡Es mi hijo Filisberto quien posee los derechos de sucesión!- ¡De eso nada, monada!- ¡De eso todo, Tarodo! - ¡¡Silencio!! ¿Es que nadie va a dejar de hablar de sí mismo? ¡¡Charlatanes!! Y entonces fue cuando Carolina recordó las palabras de aviso del anciano... "Ten cuidado con los charlatanes... y guíate sólo por lo que te diga el corazón".- Mi corazón... lo que diga mi corazón...- ¡Ven a mis habitaciones privadas, princesa! ¡Te daré de comer lo que desees! - ¡No, no y no! ¡No hagas caso a la malvada Rufiniala! ¡Te quiere convencer de que te cases con su hijo! ¡Ven, sin temor a las mías, y podrás beber cuanto quieras! - ¡Hacerle caso a Tristaniola sería un grave error, mi reina! ¡Ella es la querida de Fernando de Tarodo! - ¡De eso nada, monada!- ¡De eso todo, Tarodo! - ¡¡Silencio!! - ¡¡Silencio todo el mundo!! ¡¡Lo ha dicho la Reina y yo, Alfonso de Tarodo, os haré callar a todos!!- ¿Qué Reina? - ¡Vos, mi bella y linda Esmeralda!- ¡No hagáis caso a las zalemas de Gundisalvo! - ¡Estoy harto de vos, Edismundo de Trastaria! ¡Mañana mismo nos batiremos en duelo los dos y quien venza se casará con la linda Esmeralda! - ¡De acuerdo, Gundisalvo... y si después de mataros algún otro bellaco desea retarme le mataré también! - ¡¡Silencio!! ¡¡Fuera de mi vista todos, charlatanes y chismosas! ¡Cuando hayan aprendido educación hablaremos tranquilamente! ¡Hay aquí muchas cosas que aclarar! Carolina había utilizado el poder de Reina, que aquella pandilla de charlatanes y chismosas le habían otorgado, para hacerles callar a todos y a todas. Al instante quedó sola en la amplia sala. Triste, la niña tenía ganas de llorar. Cuando las primeras lágrimas ya iban a brotar de sus lindos ojos azules, oyó una voz a sus espaldas. - ¡Lina! ¡Eh, Lina! La niña miraba y miraba pero a nadie encontraba...- ¡Aquí, Lina! ¡Estoy aquí!- ¿Dónde?- ¡Ejem ejem ejem! - ¡Jajajajaja! ¿Dónde estás? ¡Jajajajaja! - ¡Aquí! ¡Debajo de la silla que está junto a la puerta que tienes detrás de ti! Carolina miró hacia el lugar que le señalaba la voz. ¡Allí se encontraba un pequeño y lindo Conejo Gris! Movía su hociquito. - ¡Hola, Lina! - ¡Hola, Conejo Gris! - ¡No soy Conejo Gris! ¡Soy Conejo Blanco! - ¿Blanco? Yo te veo gris...- ¡Es un tinte! ¡Para poder entrar en el Reino Gris tuve que pintar mi pelo de este color... pero soy Conejo Blanco... el que guió a Alicia por el País de las Maravillas!Carolina no sabía qué decir. Se restregó los ojos para convencerse de que aquello no era un sueño. - ¡No estás soñando, Lina! Te contaré todo. Siéntate en la silla y te lo contaré todo. Carolina se sentó en la silla y Conejo Blanco pintado de gris siguió hablando...- Primero debes de saber que estoy enamorado de Coneja Maya. Pero tengo que hacer alguna hazaña maravillosa para que ella se case conmigo. Por eso guié a Alicia en el País de las Maravillas. Mas aquella aventura no le hizo mucha gracia a Coneja Maya y no valió para nada el esfuerzo. Como la amo tanto no he renunciado a casarme con ella y, sabiendo lo que deseas hacer, te he seguido por los caminos y estoy dispuesto a que ahora la aventura sea lo suficientemente heroica para ganarme el corazón de Maya. Así que... ¡no perdamos más tiempo y sígueme... sígueme, Lina, y yo te conduciré al Salón de los Retratos!Diciendo esto, Conejo Blanco pintado de gris salió rápido de la sala y comenzó a caminar por el Pasillo de las Encrucijadas. - ¡Espera, espera, Conejo Blanco!- ¡Corre, Lina, no pierdas tiempo! ¡Sígueme y no te extraviarás por ninguna de estas muchas encrucijadas! ¡Ah, por favor, no me llames Conejo Blanco porque si te oyen me cazarán y serviré de comida guisado con patatas!Carolina ya no dijo nada. Corriendo cuanto podía siguió a Conejo Blanco pintado de gris para no perderle de vista en todo aquel laberinto de encrucijadas sin final. Hasta que, por último, llegaron a una puerta con un letrero que decía: "Salón de los Retratos". - ¡Bien, Lina, ahora serás tú quien tendrá que hacer lo que falta! ¡Mi misión ha terminado! ¡Si todo sale bien, el Reino Gris se llenará de todos los colores y sus habitantes volverán a ser felices! Si todo sale mal... aquí seguirá eternamente la tristeza... ¡y yo nunca podré casarme con Coneja Maya! - ¡Ven conmigo! - ¡No puedo, no debo y, además, no sabría en qué ayudar! ¡Desconozco lo que pueda ocurrir a partir de este momento! ¡Sólo me queda orar a Dios para que encuentres a la Mariposa Encantada y puedas solucionar este problema! ¡¡Eres la única persona en este mundo que podrías conseguir la hazaña!! ¡Pero nadie puede saber qué podrá suceder... excepto Dios! Y Conejo Blanco pintado de gris se perdió por el Pasillo de las Encrucijadas. Carolina quedó pensativa... ¡pero se decidió! Empujó la puerta. Gimieron los goznes. Entró en una sala con muy escas luz. ¡Las cuatro paredes estaban llenas de retratos! ¡Una galería completa de retratos! ¡Reyes y Reinas vestidos con sus mejores galas... pero todos de color gris, con los ropajes grises y el cabello gris! Aunque lo más extraordinario fue lo que vio en el suelo. Un pequeño bebé que, sentado allí, comenzó a llorar ruidosamente. - ¡¡Buaaaaaaaa!! ¡¡Buaaaaaaaa!! ¡¡Buaaaaaaaa!!- ¡Calla, bebé, calla por favor! ¡No sigas llorando! - ¡¡Buaaaaaaaa!! ¡¡Buaaaaaaaa!! ¡¡Buaaaaaaaa!!- ¡Ajá! Aquel bebé dejó de llorar al instante; pero no reía...- ¡Ejem ejem ejem!El pequeño bebé miraba, penetrante, a Carolina; pero seguía sin reír...Era guapísimo. El bebé más lindo que ella podría imaginar; pero tenía el pelo gris y cuando Carolina se acercó y se agachó para recogerlo en brazos, se abrió una puerta que ella no había descubierto y apareció una bellísima mujer. Muy joven. Tendría apenas veinte años, mas su rostro poseía una patética tristeza. Sus ojos eran grises acerados y su mirada estaba llena de dolor. Su pelo de color profundamente gris. - ¿Quién eres?- Yo... yo... yo me llamo Carolina...- No tengas miedo. No te haré ningún daño. Pero no toques a mi bebé. - Señora... yo no quería hacerle daño a su bebé. - Lo sé Lina... lo sé...- ¿Por qué llora tanto? - Porque le ha asustado tu presencia. Debes de saber que mi hijo no había visto, hasta ahora, a ningún otro ser humano exceptuándome a mí. Un silencio profundo inundó la gris atmósfera del Salón. - ¿Por qué no abrís esa ventana? ¡Entraría más luz!- Lo tengo prohibido y además me sentiría más triste al ver sólo una pálida coloración gris de la que, como ves, tenemos en abundancia. - ¿Cómo os llamáis, Señora? - Esmeralda.- No comprendo...- Todavía no comprendes... pero ten paciencia y yo te lo explicaré. Sé por qué y para qué has llegado hasta aquí. ¿Deseas conocer los retratos? Carolina se puso en pie. - Será muy interesante saber quiénes fueron. ¿Me lo podría indicar?Ambas fueron observando, uno por uno, todos los retratos... - Son los antepasados de mi esposo. Ellos y ellas fueron felices y hermosos. Todos y todas tenían el cabello rubio propio de nuestra etnia. Este país era el Reino Felicidad. Aquí están todos los reyes y todas las reinas que gobernaron con fe, con amor y con la verdad siempre en sus labios. Siempre con la verdad... que era el Principio Absoluto del Reino Felicidad. - Muy interesante pero... ¿dónde está vuestro esposo?Los ojos de Esmeralda se tornaron aún más profundamente tristes y las lágrimas comenzaron a surgir...- ¡Perdón, Señora! Yo no quise...- Lo sé, Lina, lo sé. Sé que no quisiste producirme dolor. Pero es inevitable. - Si lo desea me marcho...- ¡No, Lina, por favor! ¡No te vayas ahora! ¡Inténtalo, por favor, inténtalo! ¡Eres mi única esperanza!- Pero... ¿qué puedo hacer yo sobre un asunto tan misterioso del cual no conozco absolutamente nada?- ¿Sabes quién es mi esposo?- ¿Alguno de estos retratos?- No. Mi esposo no está muerto... pero tampoco está vivo... - cada vez entiendo menos este asunto...- Mi esposo fue el último de los soberanos del Reino Felicidad... hasta el día de hoy. - Sigo sin entender. - No te pongas nerviosa. Te lo contaré. Mi esposo, Rubén Darío I, subió al trono y se casó conmigo. Todos éramos felices, muy felices, pero... el Rey cometió un gravísimo pecado...- ¿Y cuál fue ese pecado tan grave? - ¡Mintió! Era la primera ocasión en que un habitante del Reino Felicidad mentía. Y recibimos el castigo que nos merecíamos.- ¿Cuál fue esa mentira tan grave que no pudo ser perdonada?- Todas las mentiras son graves, Lina. No hay mentira pequeña ni mentira inocente. Todas las mentiras... absolutamente todas... son pecados graves...Carolina se quedó callada y pensativa, recordando lo que siempre le habían aconsejado tanto Mamá María como Papá José: "No mientas nunca, Carolina, porque toda mentira es una falsedad y la falsedad es un pecado" - Este Reino estaba siempre lleno de hermosos y brillantes colores. ¡Todos los colores que te puedas imaginar! El Sol resplandecía diariamente. La lluvia era hermosamente limpia. La nieve de color blanco puro. Las nubes parecían de algodón. Los ríos, los lagos, los mares... de un azul celeste tan bello como el verde esmeril de las hojas y el lindo rojo de las amapolas. ¡Todos los colores eran hermosos incluido el gris perla! Los habitantes del Reino Felicidad vivían siempre alegres porque eran felices; los pájaros cantaban con sus lindos trinos y existían millones de mariposas que tenían lindos colores en sus alas. Yo era inmensamente feliz hasta que nació mi pequeño bebé. Un ángel de cabellos rubios y ojos azules como su padre...- Entonces... ¿cuál fue la desgracia?- Aquel Ruben Darío I quiso ofrecerle a nuestro recién nacido el más hermoso regalo que jamás pudiera brindarle a nadie más...- ¿Y?- ¡Y cometió el horrendo pecado de mentir! - No puedo explicarme cuál sería es mentira. ¡No tenía necesidad de mentir para vivir feliz! - Escucha, Lina... en el Reino Felicidad estaba terminantemente prohibido mentir y cazar mariposas. Mi esposo cometió ambas imprudencias. Vio volar por los jardines del Castillo a la más hermosa de todas las mariposas que jamás han existido. Sus alas poseían los siete colores del Arco Iris. Cayó en el pecado de la vanidad y... no pudiendo resistir la tentación... mató a la mariposa y la trajo hasta mí...- ¡Qué horror!- Yo también me horroricé. Le dije el grave pecado que había cometido y, entonces, ocurrió la Gran Desgracia...- ¿La Gran Desgracia?- Sí. La Gran Desgracia... porque viéndose culpable no tuvo valor para reconocerlo y mintió. Dijo que él no la había matado. ¡Que la había encontrado ya muerta!- ¿Y qué pasó después?- Le dije que pidiese perdón a Dios y al Pueblo por ambos pecados, pero él siguió insistiendo en que no había cometido pecado alguno, clavó con un alfiler aquella mariposa en un pedazo de tela dentro de un cuadrito de madera y entró en nuestra alcoba, donde dormía nuestro pequeño hijo, para regalarle aquel monstruoso presente...Esmeralda no podía continuar. Carolina mantuvo silencio...- Inmediatamente después las nubes grises ocultaron el Sol, los pájaros dejaron de cantar, todas las mariposas huyeron del Reino Felicidad y apareció un malvado viejo reviejo, arrugada si piel por todas partes, con un gran ejército de soldados grises. Desaparecieron los colores del Reino. Todos los habitantes perdieron la alegría y la risa y se volvieron, junto con todas las cosas, de color gris. El malvado viejo reviejo entró en la alcoba y hechizó a mi esposo, convirtiéndole en un triste anciano gris. Después le condenó a vivir en los calabozos del Castillo y a mí me predijo que, al cabo de dos años, él volvería a entrar en el Castillo y me tomaría por esposa. Mis rubios cabellos se volvieron grises. A él no le importó este detalle porque es su color. Salió a la ciudad y cambió el nombre del Reino. Desde entonces se llamaría Reino Gris y, si nadie conseguía cambiar el hechizo, él se casaría conmigo, la Reina Esmeralda, y sería el nuevo Rey con el nombre de Viejo Gris "El Gran Tristón"... - ¿Y ese día es hoy? - No, Lina. Ese día será mañana. Son las once y media de la noche. Si a las doce no se ha roto el hechizo, "El Gran Tristón" entrará en el Castillo del Rey, me tomará por esposa y la felicidad jamás volverá a este Reino. Por toda la Eternidad estaremos condenados a ser mentirosos, mentirosas e infelices. - ¡Dios mío! ¿Cómo poder evitar esta tragedia?- Depende de ti. Eres la única persona de este mundo que podría evitar nuestra condenación...- Reina Esmeralda... ¿el Rey Rubén Darío I vive en este Castillo?- Escapó de los calabozos pero sólo deambula por los pisos bajos. No desea que nadie le vea porque está convertido en muy anciano y se nota el pecado en su mirada. Sólo se le oye gemir como alma en pena todas las noches. Pero... ¡es curioso!... ésta noche es la primera vez, en estos dos años, que no se escuchan sus lamentos.Carolina sintió un nudo en su garganta. ¿Cómo decirle a la Reina Esmeralda que su amado esposo había muerto con una flecha clavada a la altura del corazón y se había convertido en una estatua de intenso azul brillante que yacía en la Sala Baja del Castillo? - ¡Lina, no pierdas tiempo! Entra en mi alcoba y haz lo que puedas... no sé... no sé lo que puedas hacer para evitar la Tragedia Final. Yo sólo oraré al Señor para ver si Él realiza algún milagro. - Pero... - ¡¡No pierdas tiempo, Lina!! ¡¡Entra, por favor!! ¡¡Sólo quedan quince minutos para que termine el último día del plazo que dictó ese malvado brujo!!La Reina Esmeralda se abrazó al pequeño príncipe que permanecía en el suelo... y comenzó a orar pidiendo un milagro a Dios... Carolina volvió a ser valiente y decidida. Se introdujo rápidamente en la alcoba donde había residido la Reina Esmeralda durante aquellos dos largos años. Allí se encontraba una cama matrimonial y un tocador sin espejo, una pequeña librería y, sobre una mesa de trabajo, un cuadro de madera con una tela donde se encontraba la mariposa... ¡¡toda ella de color gris!!... clavada con un alfiler... Se oía a la Reina Esmeralda cantar a su pequeño bebé una tierna y triste canción de amor a la Naturaleza. El bebé lloraba. La mamá seguía cantando cada vez con más Fe. El bebé seguía llorando. La canción era hermosa pero muy triste. Cada vez más triste pero cada vez más hermosa. La voz de la Reina Esmeralda, bella y linda, no se podía resistir. ¡Daban ganas de llorar! Carolina, sentada ante la mesa de trabajo, tenía entre sus manos aquel horroroso cuadro de madera. Las ganas de llorar eran tan intensas que cerró los ojos y comenzaron a surgir sus lágrimas... El reloj de la iglesia de la ciudad empezó a dar las doce campanadas. El puente levadizo comenzó a bajarse automáticamente. "El Gran Tristón" voceó al otro lado del puente. Era una voz horrible...- ¡Ja! ¡¡Ja!! ¡¡¡Y Jaaaaaaaaaa!!! ¡¡¡Sonó la hora, mi bella Esmeralda!!! ¡¡¡Voy por ti!!!La canción de la Reina Esmeralda seguía cada vez más linda y hermosa en honor de la Naturaleza, pero cada vez era más profundamente triste. El dolor que sentía Carolina, en la pequeña alcoba, era tan intenso que sintió latir fuertemente su corazón. ¡Tictac! ¡¡Tictac!! ¡¡¡Tictac!!!- ¡El corazón! ¡¡Dios mío, el corazón!!Se puso la mano diestra sobre él y, en medio de las lágrimas, comenzó a orar fervientemente mientras las campanadas del reloj de la iglesia de la ciudad seguían sonando... - ¡Señor, ten piedad! ¡¡Perdóname si yo alguna vez mentí... pero salva a este Reino, Señor!!Las lágrimas corrían ya por las mejillas de Carolina. Una de ellas cayó sobre la Mariposa Gris y una pequeña mancha de color amarillo intenso apareció sobre sus alas; la segunda lágrima grabó sobre ellas una pequeña y luminosa mancha de color verde; la tercera produjo una mancha de color azul celeste, la cuarta se transformó en mancha de color verde esmerilado, la quinta fue convertida en mancha de color rojo intenso; la sexta fue mancha de color morado pasión, la séptima inundó las alas de la Mariposa de un profundo y fulgurante color lila. De repente, la Mariposa Arco Iris movió las alas... ¡mas el alfiler impedía que pudiese salir del cuadro de madera!Sonó entonces la décima campanada del reloj de la iglesia de la ciudad. Por el puente cruzaban "El Gran Tristón" y su ejército de soldados grises. - ¡Ja! ¡¡Ja!! ¡¡¡Y Jaaaaaaaaaa!!! ¡¡¡Paso al Viejo Gris!!!Ya se acababa la canción de la Reina Esmeralda. Carolina, con los ojos totalmente cerrados, no podía ver a la Mariposa Arco Iris que intentaba, inútilmente, volar...La niña se tapó bruscamente la cara y... en ese instante... al llevarse las manos al rostro... con la mano izquierda arrancó el alfiler... La Mariposa Arco Iris comenzó a volar por el pequeño aposento mientras la Canción de la Naturaleza terminaba, y se posó, de nuevo, sobre la mesa y frente a Carolina... - ¡Lina! ¡¡Lina!!Carolina levantó la cabeza bañada en lágrimas...- ¿Qué? ¿Quién?- Soy yo, Lina. ¡La Mariposa Arco iris! ¡¡Has roto el hechizo!! ¡¡Vivo y estoy libre! - Pero yo...Sonó la campanada número once...- ¡Corre, Lina! ¡¡Abre esa ventana!!Carolina corrió todo cuanto pudo y de un tirón abrió la ventana... En la puerta de la entrada al Castillo del Rey la horrenda figura del Viejo Gris contemplaba la estatua de color azul que, yaciendo sobre el suelo, tenía una flecha de color gris clavada muy cerca del corazón.Sonó la campanada número doce... - ¡Ja! ¡¡Ja!! ¡¡¡Y Jaaaaaaaaaaa!!! ¡¡¡Ya estoy aquí linda Esmeralda!!! ¡¡¡Soy yo!!! ¡¡¡El Gran Tristón!!! ¡¡¡El nuevo monarca del Reino Gris que se casará contigo!!!De repente las nubes grises se abrieron y los rayos enormemente brillantes de un Sol espléndido entraron por la ventana de la alcoba. - ¡Hasta siempre, Lina! ¡Mantén hasta el final ese mismo y lindo corazón que tienes! ¡¡Que seas muy feliz!!Y la Mariposa Arco Iris salió por la ventana... Abajo, en la entrada del Castillo del Rey, apareció, intempestivamente, un tifón horriblemente gris parduzco que atrapó al Viejo Gris y a todo su ejército y lo elevó hacia el cielo.Rugió "El Gran Tristón"...- ¡¡¡NOOOOOOOOOOOO!!!Carolina se dirigió rápidamente hacia el Salón de los Retratos... ¡y se encontró con la más bella estampa que jamás ojos humanos pudieran ven en vida! ¡Todos los objetos resplandecían con sus más vivos colores! ¡En el suelo, justo en el centro del Salón, se hallaba la Reina Esmeralda arrodillada y con el pequeño príncipe estrechado contra su corazón! Vestía un hermoso traje real de color blanco garduña, una corona de oro brillante cubría su pelo hermosamente rubio y un collar de esmeraldas azul turquesas adornaban su lindo cuello. El príncipe estaba dormido y aparecía vestido con un precioso traje verde con ribetes blancos. Zapatos lustrosos de charol negro brillante. No se movían. Ella y su bebé permanecían con los ojos cerrados y semejaban un conjunto escultórico...- ¡Ajá! El bebé abrió sus ojos. - ¡Jajajajaja!Carolina volvió a hablar... - ¡Ejem ejem ejem! La Reina Esmeralda abrió sus ojos. - ¡Jajajajaja!Carolina había acertado... - ¡¡¡Funcionó!!! - ¡Gracias, Lina! ¡Salvaste a mi Reino!- ¡Por nada, Reina Esmeralda! Pero... debo irme... mi papá y mi mamá estarán preocupados, buscándome por todas partes. Hace ya bastantes días que salí de casa. Debo regresar con los míos. Adiós.La Reina Esmeralda se levantó con su hijito en brazos.- ¡Espera, Lina! ¡Espera!Fue hacia un pequeño cofre, lo abrió y sacó un fino collar de oro puro...- ¡Toma, Lina! ¡Es mi regalo! ¡Llévalo siempre en memoria de lo que hiciste!Carolina se resistía a aceptarlo...- ¡No fui yo, Reina Esmeralda! ¡Fue Dios!- ¡Sé que fue Dios! ¡Pero tú fuiste la itermediaria!- ¡El intermediario fue Jesucristo!- ¡Pero tu fuiste la persona que empleó, a través del Espíritu Santo y gracias a tu corazón!La Reina Esmeralda puso el collar alrededor del cuello de la niña. La besó en ambas partes de su cara. Besó Carolina al pequeño príncipe... y salió rauda y radiante hacia la escalinata. Bajaba ya por ella cuando subía un hermoso y joven Rey de ojos azules y vestido de azul... ¡con una brillante flecha gris en la mano1- ¡¡Gracias, Lina!! ¡¡Muchas Gracias!! ¡¡Has salvado a mi Reino!! ¡¡Que Dios te bendiga siempre por tan bella acción!!Rubén Darío I besó las dos mejillas de la niña y subió, rápido, por la escalinata... mientas Carolina bajaba, igual de rápida, aquellos escalones. Atravesó la Sala Baja. Llegó a la puerta del Castillo y allí... delante de ella... apareció un precioso Ratón Gris Perla, con dos dientecitos tan blancos como el marfil. ¡Sonreía el ratoncito!- ¡Muchas gracias, Lina! ¡Me has devuelto mi hermoso color Gris Perla! ¡Toma! ¿Me dejas que engarce este lindo Corazón Gris Perla en tu collar de oro?Carolina se arrodilló ante el ratoncito y éste engarzó el Corazón Gris Perla en el collar...- ¡Siempre pensaré en tí, Lina!Y mientras la niña corría por el puente levadizo, el Ratoncito Gris Perla se despedía de ella con un pañuelo de organdí azul... y los dos dientecitos blancos de color marfil asomando en su risueña cara...Al llegar al otro lado del puente, una hermosa carroza de oro y plata, con dos caballos de color blanco plateado y un cochero, vestido todo él de un negro impecable, la estaban esperando. Un soldado de color azul abrió la puerta del carruaje...- ¡Buen viaje, princesita Lina!Carolina respondió con una sonrisa al soldado de color azul y entró, rauda y feliz, dentro de la majestuosa carroza...- ¡Hola, preciosa!Era Conejo Blanco... y ahora ya no tenía el pelo teñido de gris parduzco.- ¿Qué haces aquí?- Te esperaba. ¡Sabía que no me ibas a decepcionar! ¡Ahora sí que me casaré con Coneja Maya!La carroza comenzó una rápida carrera. La ciudad era muy bella. Los pájaros cantaban. millones de mariposas volaban en todas las direcciones cuando la carroza corría a través de los campos.- ¡A comer!- ¿No me digas que trajiste comida, Conejo Blanco?- ¡Pues sí! ¡Te lo digo! ¡Aquí está!Sacó Conejo Blanco un pañuelo de color rosado y lo desanudó...- ¡Ajá!Carolina no pudo resistir la risa.- ¡Jajajajaja!Eran dos hermosas zanahorias de brillante color naranja, adobadas con lindon perejil de color verde.- ¡Ejem ejem ejem!Carolina tampoco pudo esta vez resistir la risa. - ¡Jajajajaja!- ¡Feliz comida, Lina!Carolina musitó...- Gusanito...Conejo Blanco entregó una de las dos zanahorias a la niña... y cuando la carroza aceleraba por las hermosas campiñas del Reino Felicidad en dirección al Reino Color... la Mariposa Arco Iris surgió ante la vista de los que iban en la carroza, dio varias vueltas alrededor de ellos y, moviendo las alas en señal de saludo, se elevó hacia el Sol...En el jardín del atrio de la catedral del Reino llamado Color... un gusnaito muy amarillo tomaba. plácidamente, su baño diario de luz. FINAutores: José Orero de Julián y Leslie Carolina Orero Del Castillo. 
Personajes (por orden de intervención).- Juan, Janeth, Director, Alberto, Luisa, Geovanni, Laura, Todos, Grupo, Miguel, Voz, Portero, Camarero. ACTO I.- Discoteca "Fittipaldi". A la entrada hay una pequeña barra de bar y Geovanni está sirviendo a dos jovencitas (Luisa y Janeth) que están sentadas en dos taburetes. En el centro del escenario hay cinco mesas con cuatro sillas cada una. En el extremo opuesto al de la entrada, en el último rincón de la escena, hay una mesa solamente con dos sillas. Delante de esta mesa está la pista de baile. Van entrando, mientras suena una música juvenil de carácter ambiental, jóvenes y jovencitas que se van sentando en todas las sillas excepto en las cuatro de la mesa que hay en el centro geográfico de la escena. Todos y todas visten cazadoras y pantalones de cuero de color negro ellos y cazadoras y minifaldas de cuero de color negro ellas. En la mesa más lejana, la que tiene solamente dos sillas, se sienta el joven solitario llamado Miguel, el único que no va con cazadora ni pantalón de cuero negro sino con un traje gris y corbata gris sobre camisa blanca. Entran después en el escenario (por la entrada de la barra de bar) dos jóvenes (Juan y Alberto) que se dirigen hacia Luisa y Janeth. Juan va delante, con unas grandes gafas de cristales negros, y Alberto va detrás. Se detiene la música de ambiente y comienzan los diálogos.  Escena Primera.-  Juan (Acercándose a Janeth).- ¡Hola, muñeca! Cómo te gusto más... ¿con gafas?... (Juan se quita lentamente las gafas) Juan.- ¿O sin gafas?...Janeth.- Con inteligencia.Juan (Tras breves segundos de indecisión para encajar la indirecta).- ¡Por supuesto que sí, preciosa! Pero... ¿inteligencia con g ge guapo o con j de juvenil?Janeth (con guasa).- Con i de imaginación pero no de imbécil... (Sube, bruscamente, el Director de la obra al escenario) Director (Autoritario y con muy mal humor).- ¡¡Mal!! ¡¡Muy mal, idiotas!! ¡¡Os dije que no era así!! (El Director se vuelve hacia los espectadores con voz serena pero clara) Director.- ¡Perdón, damas y caballeros! ¡Perdonen esta interrupción! (El Director se vuelve otra vez hacia los actores y vuelve a elevar la voz con muy mal humor).-  Director.- ¡¡Vamos a ver, Janeth!! ¡¡Tú eres la pareja sentimental de Miguel así que haz el puñetero favor de irte hasta donde está él!! ¡¡¡Corre!!!  (Janeth se va, despacio y de mala gana, hacia la mesa del fondo donde está el solitario Miguel y se sienta junto a él pero sin decir palabra alguna ninguno de los dos y sin que ella le mire a la cara) Director (Muy enfadado).- ¡¡Y vosotros dos qué hacéis!! ¡¡Salid del escenario y volved solamente para decir lo que está escrito en el guión!! ¡¡Sólo lo que está escrito en el guión!! ¿Habéis entendido o sois tontos de verdad? ¡Tú, Luisa, sigue donde estás! (Juan y Alberto salen fuera del escenario protestando) Alberto (Violento).- ¡¡De verdad que un día de estos me rebelo y le mando a la mierda!! ¡¡Me rebelo, Johny, me rebelo el día menos pensado y le mando a freír espárragos!! ¿Quién se ha creíodo que es? Quizás le de vergüenza saber que todos le consideramos un director fracasado porque no tiene ni puñetera idea de lo que es el Teatro.  Juan (Abrazando a su amigo mientras terminan de salir del escenario).- No te preocupes, amigo... ya sabes que es como un papá...Director (Volviéndose hacia el público).- Ahora sí, estimados asistentes! ¡Comienza la función! ¡¡Están ustedes en presencia de ustedes mismos!! ¡¡¡Que siga la existencia!!! (El Director se vuelve a dirigir, voceando, al lugar por donde se han ido Juan y Alberto) Director.- ¡¡Y nada de gafas estúpidas, Juan!! ¡¡Regaláselas a quien quieras pero no quiero volver a verte con esas gafas ridículas!! El Director de la obra baja del escenario, suena un redoble de tambor y aparecen nuevamente Juan (ahora ya sin gafas) y Alberto. Se dirigen hacia Luisa que permanece sentada en el taburete.  Escena Segunda.-  Juan.- ¡Hola, Luisa! ¡Te veo mejor que nunca!Luisa (Chistosa).- Será porque es la primera vez que me miras sin esas estúpidas gafas. Alberto (Observando que Luisa se fija demasiado en Juan).- ¿Cómo estás , Luisa?Luisa.- (Sigue chistosa pero sin quitar la mirada de Juan auqnue responde a Alberto).- Perfectamente... sentada...Alberto (Volviéndose hacia Juan).- Es inteligente la chica. Juan (Sin dejar de mirar a Luisa).- Y está muy buena...Alberto (Nervioso y hablando al oído de Luisa).- Creí que no ibas a venir...Luisa (Volviendo, por fin, su mirada hacia Alberto).- Yo siempre vengo a todas partes. ¡Lo que no hago nunca es ir a algún lugar! Vengo... vengo... vengo... pero nunca estoy aquí...Juan (Interrumpiendo la conversación de Alberto y Luisa).- Muy linda vuestra historia de amor pero... ¿qué crees que debo hacer yo ahora, Albertito?Alberto (Muy nervioso pero decidido a no perder a Luisa).- ¡Imaginación, Johny, imaginación! ¡Eres el mejor! ¡Nunca nos decepcionas! ¡¡Tienes muchas para elegir!!  (Alberto coge de la mano a Luisa y la arrastra hjacia la mesa que hay en el centro geográfico del escenario, se sientan en dos sillas, uno en frente del otro, y Alberto se dirige a Geovanni voceando) Alberto.- ¡¡Que sean cuatro de lo de siempre, Geovanni!! ¡¡Como todos los días!!Geovanni (Canturreando mientras comienza a preparar los güisquis).- Siempre igual... siempre igual... siempre igual... güisqui "La Piara" siempre igual... (Geovanni muestra la botella al público y ahora habla sin canturrear) Geovanni.- ¡No lo piensen más, amigos y amigas!... güisqui "La Piara"... !el mejor compañero de la noche! Si algo no funciona "La Piara" no traiciona!  (Geovanni arroja, asqueado, la botella vacía detrás de la barra y al chocar con el suelo estalla estrepitosamente) Geovanni (Mirando al público con expresión cínica).- Ja... ja... y ja... me lo decía mi abuelito y me lo decía mi papá... me lo decían muchas veces pero lo olvidaba muchas mas. ¡Geovanni, si no bebes alcohol nunca llegarás a ser un hombre! Creo que en mi miserable vida he bebido más alcohol que los dos juntos y... bueno... no sé... pero afirmo que desde que no bebo ni una sola gota de "La Piara" y otras bebidas para cerdos soy más hombre... aunque...¿cómo poder demostrárselo a quienes creen que hombre sin alcohol es hombre sin valor? Lo que yo digo: el humano es sólo eso... ¡humo!... ¡humo que se escapa de la mano! (Alberto y Luisa, que hace rato que están sentados ante la mesa, encienden ahora dos cigarrillos, cada uno el suyo propio y sin compartir las cajetillas, mientras Juan va buscando pareja entre todas las chicas que estáns sentadas ante las otras mesas juntas con sus enamorados o novios. Al llegar a la del fondo, donde están Miguel y Janeth en completo silencio, Miguel, previendo el peligro de quedarse sin su pareja, bebe un largo trago de güisqui... pero Juan se vuelve con ademán despectivo y se aleja sin llevarse a Janeth. Durante este tiempo Geovannni ha llevado, en una bandeja, cuastro vasos llenos de güisqui, y una botella también llena, a la mesa central donde están Alberto y Luisa. Juan se dirige ahora hacia el público y mira buscando una chica que le guste. Al fin se fija en la preciosa Laura que está sentada, vestida de blanco, en el centro de la primera fila de espectadores. Juan saca un crisantemo azul del boslillo interior derecho de su cazadora de cuero). Juan (Ofreciendo desde el escenario la flor a Laura).- Por favor, Princesa... ¿me concede el honor de ser mi pareja esta noche? (Laura se levanta y se acerca al escenario. Toma la flor, la huele y sube ayudada por Juan quien la lleva suvemente de la mano hacia la mesa central donde están esperando Alberto y Luisa. Juan, galantemente, hace sentar a Laura junto a Luisa y luego él se sienta junto a Alberto. Laura deposita el crisantemo azul sobre la mesa pero bastante lejos de su alcance y muy cerca de donde está Alberto como si fuera un regalo para éste y no para ella).  Juan (Dirigiéndose a Laura).- Te presento a Alberto. ¡Mi mejor amigo! ¡¡Mi amigo de toda la vida!!Laura.- ¿Tánta es vuestra amistad?Juan.- ¡Él no puede existir sin mí y yo no puedo vivir sin él! Juan y Alberto brindan y beben un largo trago. Luisa eleva también su vaso para beber.  Luisa (Antes de beber).- ¡Efectivamente! ¡Así es! ¡Johny y Alberto por toda la eternidad! ¡Y yo brindo por esa dependencia liberal! ¡Uno para todos y todos para Johny! ¡Por el agradable sabor de la amistad! Juan (Mientras Luisa bebe y dirigiéndose a Laura).- ¡Ella es Luisa! ¿Qué puedo decirte de Luisa?Luisa (Dejando el vaso sobre la mesa).- No digas nada, Johny. ¡Sólo vamos a bailar! ¡Es mejor un baile que mil palabras!  Escena Tercera.-  (Suena una música discotequera. Salen a bailar Juan y Luisa seguidos por todos y todas quienes están en la discoteca, excepto Alberto y Laura (que quedan en silencio mirándose mutuamente) y Miguel y Janeth (también silenciosos pero ésta con gesto de aburrimiento y sin mirar a Miguel). Luisa, minifaldera como todas las demás, baila muy entregada al ritmo enloquecedor de la música. Después de un rato se detiene la música y todos y todas vuelven a sus sillas, excepto Juan y Luisa que se dirigen a la barra del bar y allí comienzan a hablar en voz baja y riendo).  Alberto (bebiendo un largo trago).- ¡Ese es Johny! ¡Johny! ¡Johny! ¡Johny! ¡Siempre Johny y nadie más! ¡¡Para odiarlo!!Laura (Sorprendida).- Pero... ¿no sois amigos de toda la vida?Alberto.- (Ya algo mareado por la bebida).- ¡Ja... ja... ja... ja... ja...! ¿Todavía crees en eso que llaman amistad? ¡No seas ingenua! ¡Lindo concepto universal! ¡Todas hablan... y hablan... y hablan... y nunca dejan de hablar de ella! Pero... ¿ha existido alguna vez la amistad?Laura.- No. No existe la amistad. Por eso la creamos nosotros mismos. Es parte esencial de la vida esto de crear la amistad y ser capaces de vivirla. Alberto (Bebiendo otro trago).- ¡Ah, sí! ¡¡La vida!! ¡Se me olvidaba que estamos vivos! Laura.- Parece que empiezo a comprender... Alberto (Ya bastante borracho).- ¡Efectivamente! ¡¡Premio!! ¡No es amistad! ¡Es dependencia! ¡Sumisión para ser más exactos! ¡Si algo te robo eres mi amigo! !Si no te robo nada no eres nada para mí! ¡¡Es la Ley de Johny!! ¡¡Le odio!! ¡¡Le odio con toda intensidad porque yo soy siempre el robado y él quien me roba!! ¡¡Porque yo tengo que ser siempre como él pero él no es nunca como yo!!Laura.- Entonces... ¿no es cierto que eres su mejor amigo?Alberto (Dando otro trago).- Me empieza a gustar tu ingenuidad. ¿Cómo se puede ser amigo de alguien que se apodera del amor de los demás? Primero fue Anita... sólo teníamos catorce años... después... a los dieciseis... fue María... a los dieciocho... Patricia... a los veinte... Rosita... y ahora... a los veintidós... Luisa...Laura (Compasiva con Alberto).- Y a los veinticuatro... ¿qué te va a suceder a los veinticuatro?...Alberto (Mientras empina otro trago pero ahora de la botella).- A los veinticuatro no me sucederá nada... porque sé muy bien que nunca existirán los veinticuatro años para mí... ni los veinticuatro ni los veintitrés.  (Alberto señala a todos los que están sentados a su alrededor) Alberto.- ¡Pasaré, como pasan todos éstos, de los veintidós a los cincuenta y dos si el Sida me lo permite!Laura (Apartando la botella de la mano de Alberto y enfadada mientras la deja sobre la mesa).- Es cierto. ¡Si sigues así no existirás a los veinticuatro ni a los veintitrés ni nunca más! ¡El Sida no suele permitirlo! Alberto (Como hablando consigo mismo y casi a punto de llorar).- Existencia... ¿qué es la existencia?... Yo sólo sueño con el canto de las cigarras porque vivo siempre con el trabajo de las hormigas... y sólo sueño con la libertad de los saltamontes porque siempre vivo en el egujero de los escarabajos... (Se acercan, a la mesa central, Juan y Luisa y se sientan en sus sillas) Juan (Muy alegre).- ¡La inteligencia me persigue pero yo soy más rápido que ella! (Juan pasa a dirigirse exclusivamente a Laura) Juan.- ¡Y el deber siempre me llama pero yo siempre le cuelgo!  (Juan comienza a reír él solo) Juan.- ¡Jajajajaja! ¡Jajajajajajajaja! ¡Jajajajajajajajajaja! Alberto (Levantándose bruscamente mientras da un manotazo a su vaso que, al caer al suelo, se rompe haciéndose añicos).- ¡¡Bailemos!! ¡¡Bailemos pues!!  (Alberto comienza a bailar solo y luego toma bruscamente de la mano a Luisa y la obliga a levantarse) Alberto.- ¡¡Vamos, preciosa!! ¡¡La Tierra gira alrededor del Sol!! ¡¡La Luna gira alrededor de la Tierra!! ¡¡Y los jóvenes giramos alrededor de la Luna!! ¡¡¡A girar todos!!! Escena Cuarta.-  (Vuelve a sonar música discotequera. Alberto y Luisa salen a la pista de baile seguidos por todos y por todas los que están en la discoteca excepto Juan y Laura (que se quedan silenciosos mirándose de frente) y Miguel y Yaneth (él muy pensativo y ella ya muy aburridísima y sin mirarle). Luisa vuelve a bailar frenéticamente. Después de un rato se detiene la música y todos y todas vuelven a sus sillas excepto Alberto y Luisa que se dirigen a la barra del bar donde quedan hablando en voz baja y riendo.  Juan (Tomando un trago y dirigiéndose a Laura).- ¡Bien, bien, bien! ¡Bueno, bueno, bueno! Parece que hemos tropezado con una Princesa seria... (Laura sonríe y no dice nada) Juan.- ¿Cómo te llamas?Laura.- Laura. Juan.- ¡Que grande maravilla! L de Linda, A de Ángel, U de Única, R de Romántica y A... ¿de qué es tu última A?... Laura.- A de Auténtica. Juan (Sorprendido).- Debe ser cierto. Yo siempre digo que la última letra de nuestros nombres es la que nos identifica de verdad.  (Breve silencio) Juan (Explicando a Laura).- Mira... ¡Allí tienes a Luisa con A de Amoríos!... ¡A su lado está Alberto con O de Obsesión!... ¡Allá, al fondo, tienes a Janeth con H de Hambruna!.. y a su lado... si se puede decir que lo que hace Miguel es estar al lado de alguien... pues eso... con L de Lejanía...Laura (Seria).- ¿Y tú? Juan (Nervioso ante la mirada frontal de Laura).- ¿Yo? Esto... ¡¡Yo soy Johny!! (Juan toma un trago de su vaso y desvía su mirada) Laura (Valientemente provocativa y decididamente provocadora).- ¿Con Y de Yoyó?Juan (Se vuelve hacia ella violentamente y asiéndola de su brazo izquierdo).- ¡¡Con Y de Yo!!... ¡¡Yo, Laura, Yo!!... ¡¡No lo olvides nunca!!Laura (Sin perder la calma y apartando lentamente la mano de Juan).- ¿Tanto te desprecias a ti mismo? Juan (Riendo a grandes carcajadas a la manera de los locos).- ¡¡¡Ja, ja, ja, ja, ja!!!... ¿Despreciarme yo a mí mismo?... ¡¡¡Ja, ja, ja, ja, ja!!!... ¡Qué equivocada estás, Princesa! ¡Ven! ¡Ven conmigo! (Juan toma de la mano a Laura, se levantan los dos  y se dirigen hacia todos los que están sentados y sentadas en la discoteca) Juan.- ¡¡Un momento amigos y amigas!! ¡¡Atención!! ¿Quién soy yo? ¿Quién es Johny?Todos (levantando los vasos para brindar excepto Miguel que sigue como estando en otro mundo).- ¡¡¡El mejor!!! ¡¡¡Nuestro Rey!!! ¡¡¡El que nunca defrauda!!Laura.- ¡Ven ahora tú conmigo!  (Laura conduce de la mano a Juan y se sitúan frente al público) Laura.- ¡¡Buenas noches, amigos y amigas!! ¿Quién es él? ¿Quién es Johny?  Grupo de Jóvenes y Jovencitas sentados entre los espectadores y espectadoras (Ruidosamente y con risas contagiosas).- ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!!Juan (Soltando violentamente su mano de la de Laura y enfrentándose a todo el público).- ¡¡¡Ignorantes!!!... ¿Qué sabéis todos vosotros y todas vosotras de la verdad de un ser humano?... ¡¡¡Yo soy el mejor!!! ¡¡¡Yo soy el único!!! ¡¡¡Yo soy el más grande!!! ¡¡¡Demostraré al mundo quién es Johny!!! Laura (Apartándolo y llevándoselo a la mesa central).- Así no, Juan.  (Una vez sentados, Juan apura su vaso de un solo trago) Juan (Ya algo borracho).- ¡¡Geovanni!!... ¡¡Otra botella de güisqui!!Laura.- Así tampoco, Juan. Juan (Violento).- ¡¡Así tampoco el qué... Doña Autenticidad!!Laura (Comenzando a levantarse de su silla).- Está bien... Juan (Incorporándose a media y sujetándola por el brazo izquierdo).- No, Laura, por favor... no te vayas... (Laura vuelve a sentarse y Juan también) Juan.- Perdona... no quise decir eso... me porté como un idiota... pero... por favor... quédate un poco más... te juro que no volverá a suceder... Laura.- De acuerdo, Juan. Juan (Colérico).- ¡¡No soy Juan!!... ¡¡Soy Johny!!... ¡¡Soy Johny si quieres ser mi amiga!!Laura (Muy aplomada y serena).- Eres Juan. Geovanny (Que acaba de llegar con la botella de güisqui).- Juan sin Tierra... ¡Jajaja!Juan (Incorporándose muy violento).- ¡¡Camarero!! ¡¡Tú sólo eres un miserable camarero nada más!!Laura (Haciendo sentarse a Juan dándole un tirón del brazo derecho).- No, Juan. No te ofendas, pero en verdad que eres Juan sin Tierra... y quizás estés comenzando a ser Juan sin Aire... y hasta es posible que acabes siendo Juan sin Mar...Juan (áspero).- Me dasssss... pena, Laura... me dasssss pena...Laura (Muy serena).- Gracias. Al menos la pena es un sentimiento. Juan.- ¡No! ¡Lo digo de verdad! ¡Me das pena, Laura! ¡No es un sentimiento! ¡Es una verdad! Muy Auténtica pero... debes de vivir muy sola...Laura (Sonriente y tranquila).- No, Juan. Te equivocas. Yo vivo siempre muy bien acompañada.  (Llegan a la mesa Alberto y Luisa) Alberto (Alegre).- ¡Vamos, Johny! ¡Es hora de acudir a nuestra cita! Luisa (Tomando de la mano a Juan).- ¡Nos esperan en "La Cueva", Johny! Juan (Levantándose).- Laura... ¿vienes a "La Cueva" con nosotros? ¡Te va a gustar! Laura.- Gracias, Juan... pero yo me voy a mi "Carreta".Juan (Riendo gozoso).- ¡Jajaja!... No me digas que vives en una carreta...Laura.- Me parece que no has entendido bien... Alberto (Soltando la mano con la que Luisa sujeta a Juan y pasando un brazo por el hombro de éste).- ¡Vamos, Johny! ¡Amigo!... ¡Levanta ese ánimo!... ¡Déjala!... Al fin y al cabo ¿quién es ella?... ¡Una simple habitante de carreta! ¡Nómada sin destino nada más! Juan (Despidiéndose de Laura con un apretón de manos diestras).- Adiós Laura... siento que sólo hayas sido un falso sueño... lo siento de verdad porque eras un lindo sueño imposible de hacerse realidad... (Juan y Alberto caminan hacia la salida mientras Luisa se acerca a Laura) Luisa.- ¡Escucha bien, preciosa! ¡Vete con tu tribu de nómadas y déjale en paz! ¡Tú eres sólo tú, pero él es él y todos nosotros y nosotras! ¿Entiendes? ¡Déjale en paz o te rajo! ¡¡Vete con tu tribu gitana o nómada o lo que sea!! (Luisa levanta la cabeza y se dirige a todos los demás que están en la discoteca). Luisa.- ¡¡Vámonos todos a "La Cueva"!! ¡¡Yaneth!! ¿Vienes también tú con nosotros?  Janeth (Levantándose rápidamente de la silla donde está cerca de Miguel).- ¡¡Por supuesto que sí!! ¡¡Esperadme!! ¡¡Me voy con vosotros!! Adiós Miguel... ¡¡¡hasta nunca, aburrido!!! Escena Quinta.-  Todos salen del escenario excepto Laura y Miguel que siguen sentados en sus respectivos lugares y Geovanni) Miguel (Monologueando).- Solo... otra vez solo... siempre solo... mañana, hoy, ayer... y sólo tengo veintiuno... (Miguel saca una libreta del interior de la chaqueta de su traje gris y la abre. Busca una página y se queda leyendo en silencio mientras que Geovanni se acerca a la mesa donde está Laura y empieza a recoger los vasos y la botella. Lleva, en la mano derecha, una bandeja metálica) Geovanni (Dejando momentáneamente la labor de recogida).- No ha bebido usted nada, jovencita. ¿No se va con ellos? Laura.- No. En realidad no sé por qué estoy aquí. Yo pertenezco a "La Carreta" y ellos son adictos de "La Cueva"; aunque, pensándolo bien, da lo mismo el lugar donde nos hallemos. Lo importante es estar siempre presentes con nuestra verdad. ¿No lo cree usted así? (Laura se levanta y se despide cortésmente de Geovanni dándole la mano derecha. El crisantemo azul se queda sobre la mesa. Una vez que Laura sale del escenario, Gevanni se sienta y comienza a mirar su rostro en la bandeja) Geovanni.- ¿Ese soy yo o ese es otro yo que se me parece a mí tanto que me confundo en realidad? ¿Cuál es mi realidad en este mundo? Miguel (Comienza a leer en voz alta lo último que ha escrito).- Querida Princesa de mis Sueños: Sé que te vas... que siempre te vas en el mismo segundo en que comienzo a sentir el frío de tu ausencia sin poder evitar esta nostalgia de ser siempre un ser de la otra orilla de tu mundo... sí... posiblemente te vas tan fácilmente de mi lado porque nunca has estado presente... el caso es que eres muy hermosa... pero... ¿qué sucede, Princesa?... ¿Por qué tu existencia es sólo un pensamiento sin cuajar?... ¿Acaso no son reales los sueños de la juventud?... y... ¿qué me dices de la mágica primavera?... ¿Existe de verdad esa primavera en que tú y yo nunca nos encontramos juntos o es sólo otro cruel juego del destino de mis ilusiones?... quizás pienses que estoy roto... quizás hasta vayas diciendo por ahí que nací ya destrozado... ¿qué mas da si es verdad o es mentira lo que siento por ti?... Tú te vas... siempre te vas... al final siempre es lo mismo...  (Miguel saca un bolígrafo y comienza a escribir en la libreta mientras sigue leyendo en voz alta lo que ahora está escribiendo) Miguel.- Al final siempre es la misma pesadilla... un amorío más... una hambruna más... una obsesión más... un yo menos... y siempre la Lejanía como mi única opción... la Lejanía y el silencio de saber que nunca podré poseerte porque otro siempre me rompe... me destruye... me destroza... ¡Falso sueños de la mágica primavera! Geovanni (Cogiendo el crisantemo azul y holiéndolo profundamente mientras se levanta y, con la flor en la mano, se dirige al público).- Curioso. Esto sí que es curioso. Las mismas edades y, sin embargo, ¡qué diferencias en el pensar, en el sentir, en el actuar! Es como si todos los tiempos fueran momentos diferentes para cada uno de nosotros... (Se produce un tenso silencio y, de repente, se oye una Voz que proviene desde arriba del escenario) Voz.- Cuando era pequeño pensaba como pequeño, sentía como pequeño, actuaba como pequeño. Ahora que soy mayor, pienso como mayor, siento como mayor, actúo como mayor. Geovanni.- A veces pienso si seré yo el único que sabe escuchar... aunque tampoco sé exactamente si lo que escucho valdrá para algo más que para tener un momento de duda... ¿Ustedes creen que estoy en lo cierto o creen que estoy equivocado?... ¡De acuerdo!... ¡No me digan nada, por favor!... ¡Creo que debo seguir siempre sirviendo a los demás! Cae el telón del Primer Acto cuando Geovanni tira el crisantemo azul a una papelera que hay junto al escenario, se da media vuelta y se dirige a recoger los vasos y la botella de la mesa central  mientras el foco que alumbra a Miguel se va apagando lentamente hasta que deja a éste en la penumbra.   FIN DEL ACTO I     
Tener conciencia de vida es tener vida con conciencia. 
"La Cueva" es un antro donde se bebe, se fuma, se drogan y se escucha rock diabólico. Ambiente sórdido y oscuro. El ruido de la música es ensordecedor. Sólo hay una mesa donde se encuentran bebiendo, fumando y drogándose, los cuatro "amigos" y "amigas". Se detiene la música. El resto de jóvenes y jovencitas están alternando en medio del jolgorio general, tomando copas, abrazándose, besándose... mientras los cuatro "amigos" y "amigas" están ya casi borrachos del todo.  Escena Primera.-  Juan (hablando para sí mismo).- Juan sin Tierra... Juan sin Aire... Juan sin Mar... Alberto.- ¡Eh, eh, eh! ¡Un momento, Johny! ¡No me digas que esa nómada o gitana desconocida te está haciendo dudar de quién eres tú!Juan.- Pensar... Albertito... pensar... por primera vez una chica me está haciendo pensar...Luisa (Muy irónica).- ¡Y pensar que siempre pensé que era yo quien te hacía pensar! ¡Ahora descubro que no es lo mismo tener pensamientos que pensar que se tienen! (Se produce un leve pero tenso silencio)  Luisa (Reaccionando con vehemencia).- ¡¡Johny!!... ¡¡Que hemos venido a divertirnos!!... ¿Qué se logra con pensar?... ¡Decir alguna idiotez igual a la que acabo de decir yo y nada más que eso!... ¡¡Gilipolleces!!Janeth (Saliendo de su letargo).- ¡¡A reír, Johny, a reír!!... ¡¡Y a bailar sin tener que pensar!!... ¡¡Reír y bailar, bailar y reír y volver a bailar!!... ¡¡Macarena por aquí... Macarena por allá... y si no eres Macarena... qué sueño vas a alcanzar!! ¡¡A reír, Johny, a reír!!Juan (Irónico).- Ja, ja y ja. ¿Es esto reír o sólo es la hipócrita comedia con la que disfrazamos nuestras muertes diarias?Janeth.- ¡Por favor, Johny! ¡No conviertas nuestra propia fiesta en un funeral! Juan (serio).- ¿Y qué hacemos todas las noches aquí si no es celebrar nuestros propios funerales?  Escena Segunda.- (Se produce un tenso silencio y, de repente, suena otra vez La Voz desde arriba del escenario) Voz.- ¡Halla tú mismo la respuesta y tendrás la recompensa!Juan (Asustado).- ¿Habéis oído?Alberto (Sobresaltado).- ¿Oír? ¿Qué supones que teníamos que haber oído ahora?Voz.- El hombre que se aparta del Camino de la Sabiduría vendrá a parar en la compañía de los muertos. Juan (Tapándose desesperadamente los oídos).- ¡¡¡Esa Voz!!!... ¡¡¡Esa Voz!!!...Luisa (Con guasa).- Ay, Johny, que me parece que has bebido y fumado demasiado...Juan.- ¡¡No es el alcohol ni la droga, Luisa... no es el alcohol ni la droga!! (Todos quedan en silencio mientras Juan esconde la cabeza entre sus brazos y sobre la mesa. Los demás hacen gestos de incomprensión. De repente Juan levanta la cabeza y se pone en pie) Juan (De pie y dirigiéndose a todos y todas los allí reunidos).- ¡¡Esperen un momento!! Alberto (Con desprecio).- ¡¡Silencio!! ¡¡Va a hablar el Rey!!Juan (Sin hacer caso a la provocación de Alberto).- ¡¡Música, por favor!! ¡¡La música de la juventud!! ¡¡Bailar y reír, reír y bailar y volver a bailar!! (Después Juan se da media vuelta y señala al público) Juan.- ¡¡Demostremos a estos vejestorios y vejestorias quiénes somos nosotros!!  Escena Tercera.-  (Suena el disco de "La Macarena" y todos los jóvenes y jovencitas, excepto los cuatro "amigos" y "amigas", comienzan a bailar) Juan (Obligando a levantarse a Alberto, Luisa y Janeth).- ¡¡Vengan!! ¡¡Vengan todos a mirar!! (Ya de pie los cuatro comienzan a observar los autómatas movimientos de los y las danzantes) Juan.- ¡¡Observen!! ¡¡Observen un momento qué maravillosas cosas consigo hacer!! (Juan da una fuerte palmada y la música se detiene, "congelándose" los danzantes y las danzarinas. Da otra fuerte palmada y la música vuelve y todos bailan. Repite tres veces más las palmadas con los mismos resultados. Al final, con todos los danzantes y las danzarinas "congelados", Juan va dando órdenes que los demás cumplen como autómatas) Juan.- ¡¡Siéntense todos y todas!!   (Todos y todas se sientan en el suelo) Juan.- ¡¡Beban todos y todas!! (Todos y todas se levantan y beben licor de las botellas que hay en la barra del bar) Juan.- ¡¡Fumen todos y todas!! (Todos y todas sacan porros y comienzan a fumar) Juan.- ¡¡Bésense todos y todas!! (Todos y todas se besan sin discriminacion de género en una orgía desenfrenada) Juan.- ¡¡Rían todos y todas!!  Todos y Todas.- ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!!Juan.- ¡¡Silencio todos y todas!! (Un silencio sepulcral se apodera del escenario mientras los cuatro "amigos" y "amigas" se vuelven a sentar ante la mesa.  Juan.- ¿Qué opináis de todo esto, amigos?Alberto.- Yo nada, Johny... hace muchos años que dejé de tener opinión... Juan.- ¿De verdad somos así? ¿Es esto ser joven? ¿Qué nos sucede, Alberto?Alberto (Asustado).- No sé... de verdad que no sé, Johny... ¿qué sucede, Johny?... ¡Tú debes saberlo, Johny!... ¡¡Eres el Rey, Johny!! Escena Cuarta.-  (Juan y Alberto se levantan de sus sillas y se dirigen hacia el público) Juan (hablando a Alberto mientras señala al público).- ¿No somos el futuro de esa sociedad? ¿No somos nosotros quienes dentro de poco dirigiremos a esa sociedad? ¿No somos nosotros quienes mañana mismo estaremos sentados ahí?Alberto.- Eso dicen... Juan.- ¿Quénes dicen eso, Alberto? Alberto.- No estoy seguro pero lo oigo continuamente a través de la Publicidad.Juan.- ¡¡La Publicidad!!... ¡¡La linda, bella y hermosa Publicidad!!... ¡¡La que nos vende todo, Albertito, todo... hasta el alma!!... ¡¡Eres fuerza vital, joven!! ¡¡El mundo te pertenece, joven!!... ¡¡¡Cómetelo!!!Alberto.- ¿Qué sería del mundo sin tí, joven? ¡¡Eres la etapa más hermosa de la vida, Juventud!! Juan (Violento).- ¡¡¡Mentira!!!... ¡¡La etapa más hermosa de la vida es la Felicidad y la Felicidad no tiene edad!! ¿Qué es la Juventud? ¿Qué es la Vejez? ¿Cuándo hemos comenzado a obligarnos a ser jóvenes? ¿Cuándo debemos dejar de serlo? Alberto.- ¡¡Porque eres joven eres libre!!Juan (Violento).- ¡¡¡Mentira!!!... ¡¡Lo que conocemos como Juventud es la etapa de mayor esclavitud!! ¡¡Somos esclavos de la moda, del glamur y del esnobismo!! ¡¡Vivimos pendientes de cómo nos van a ver los demás!! ¡¡Queremos epatar al mundo y somos esclavos de la apariencia!!  (Profundo y largo silencio)  Juan (Señalando, exaltado, con los brazos a todos y todas de los que se encuentran en "La Cueva").- ¿Cuánto hay de verdad y cuánto hay de mentira en todo esto, Alberto?Alberto (Muy asustado).- No lo sé. No lo sé. No lo puedo saber. ¡¡No me han educado para pensar!! ¿Cómo voy a saber qué es todo esto si ni tan siquiera sé quién soy yo? (Alberto está a punto de llorar) Alberto (Iniciando un pequeño llanto).- Tengo miedo, Johny, tengo miedo de verdad.Juan (Abrazando a Alberto).- Yo también tengo miedo, Alberto. He oído La Voz y tengo miedo existencial.   (Sube al escenario, inesperadamente, el Director de la obra, que se acerca hacia  Juan y Alberto, situándose en el centro de los dos a los cuales abraza por los hombros mientras se dirige al público). Director.- Un momento, por favor. Tenemos un serio compromiso. Estas personas han pagado sus entradas para oír vuestra verdad. Tenéis miedo de contarla y sobre todo tenéis miedo de sentirla... pero eso es honesto y lícito. Vosotros tenéis miedo de contar vuestra verdad y ellos y ellas tienen miedo de escucharla. Es humano por parte de vosotros y por parte de ellos y ellas. Así que... decidid vosotros, libremente, si continuamos o no.  (Largo silencio)   Director.- ¿Damos por finalizada la función o queréis que convirtamos la obra en una fiesta de chistes y tonterías aunque sigamos soñando con el canto de las cigarras y habitando en el agujero de los escarabajos? Vosotros decidís. Es hora de que vuestra Juventud tome la palabra sin líderes de ningún tipo y sin reyes que se apoderen de vuestros amores.Juan (Con decisión).- ¡Yo quiero seguir! ¡Es hora de descubrir quién soy!Alberto (Igual de decidido).- ¡Yo también quiero seguir! ¡Es hora de saber hasta dónde puedo llegar! Janeth (Desde su asiento).- ¡¡Y yo!!  (El Director baja del escenario y Juan y Alberto regresan junto a las chicas) Juan (Una vez todos sentados).- Juan Salvador quiero ser... Juan Salvador Gaviota para poder decir que ésta no es mi verdad... Janeth.- Y yo Juanita Ilusión... Juanita Ilusión Paloma para poder soñar otra cosa distinta a la que soy... Juan.- Juan Salvador Gaviota para poder saber más de mí... Janeth.- Juanita Ilusión Paloma para poder sentir mejor... Juan.- Juan Salvador Gaviota para poder tener razones con qué volar... Janeth.- Juanita Ilusión Paloma para tener algo con qué amar... Juan.- Juan Salvador Gaviota para salvar la vida... Janeth.- Juanita Ilusión Paloma para aprender a existir... Alberto.- Johny...  (Silencio) Alberto.- Johny... Juan.- ¿Johny? ¿Quién es Johny?Alberto.- ¡Tú! ¡Mi mejor amigo de siempre! ¡El amigo perfecto de toda mi vida!Juan.- No intentes volver a engañarte. Es el momento de ser Auténticos con A de... ¡Ahora!Alberto.- Está bien, Juan. Yo también creo que llegó el momento de decir la Verdad con V de... ¡Valor! Juan.- ¡Claro que sí! ¡¡Ha llegado la hora de saber, conocer y aprender!!Alberto.- Bien... ¡¡Pues aprende que mi vida no tiene ninguna dimensión!! ¡¡Ya lo sabes, oh Rey de la Juventud!! ¡¡Conoce tú que mi vida comienza con D de Despedida y acaba con N de Nada!! ¡¡Es Desdén!! ¡¡Es Decepción!! ¡¡Es Desolación!! ¡¡Eso es mi vida por tu culpa!! ¿Te gusta saber eso? (Largo silencio) Alberto (Desolado y comenzando a llorar).- Ni larga es. Ni ancha es. Ni tan siquiera vida es... ¡oh, Rey de la Juventud!... ¡Tú te empeñaste en robármela siempre!Luisa (Enfurecida).- ¡¡Paren un momento, chicos!!... ¡¡¡Somos jóvenes!!!Juan (Muy sereno).- Eso nos hacen creer, pero si seguimos así nunca seremos jóvenes y cuando querramos y deseemos ser algo sólo seremos inicios de la Nada. De la Nada más relativa pasaremos a la Nada más absoluta. Janeth (sobresaltada).- ¡¡Johny!! ¡¡¡Somos jóvenes!!! Juan (Sigue muy sereno).- Sólo somos ausencia de años. Ausencia y consumo de tiempo sin valor. Humo de Consumo y Edad de Publicidad. Nada más. Y aún eso no es nuestro. Nos lo dan ellos para que estemos dormidos mientas envejecemos a marchas aceleradas. Luisa (Encendiendo un porro).- ¿Qué te ocurrre, Johny? ¡Eres nuestro Rey! ¡Siempre dijiste que lo único por lo que nos debemos de preocupar es por vivir nuestra juventud! Un momento vital que luego pasa rápidamente y se recuerda como lo único importante de nosotros mismos. Juan.- Pero Luisa... ¿de verdad sigues creyendo que nosotros somos jóvenes? Luisa (Aplastando el porro contra el cenicero y endureciendo el gesto).- ¡¡Si no somos jòvenes ahora que mierda somos, Johny!! Juan.- Pero... ¿no te das cuenta, Luisa? No somos los amos del Mundo como nos hacen creer y además... ¿cuál es ese Mundo maravilloso del que dicen que somos los amos? ¿Las drogas que nos venden los podridos vejestorios? ¿El alcohol que nos venden los podridos vejestorios? ¿El sexo que nos venden los podridos vejestorios?  (Largo silencio)  Juan.- ¡Morimos de sobredosis, Luisa... de cirrosis, Luisa... de Sida, Luisa! Y mientras nuestros familiares, amigos y amigas lloran... ¿qué hacen ellos?... ¡¡Ni una lágrima sobre nuestros cadáveres!!... ¡¡Solamente nos borran de sus sucios listados de clientes adictos para poner a otros tan ingenuos como nosotros en nuestros lugares!! ¿Eso es ser joven con libertad? ¡¡Sólo somos números para sus negocios!! ¡¡Números que son borrados de un plumazo para ser sustituídos por otros!! ¿Eso es ser joven con libertad?. ¡¡No somos nada más, Luisa!!... ¡¡Nada más que números estadísticos de muertos por sobredosis, por cirrosis, por Sida!!  Escena Quinta.-  Janeth.- ¡Yo no te creo, Johny! ¡Nosotros somos el motor del Mundo! ¡Tú me lo has dicho muchas veces hasta hacérmelo creer! Juan.- ¡Es mentira, Janeth! ¡Te mentía porque me convenía mentirte! ¿El motor de qué Mundo somos, Janeth? ¿De verdad te crees que movemos algo que ellos no quieran que movamos? Luisa (Señalando al público).- No somos el motor del Mundo de ellos sino del nuestro, Johny. Es tu Teoría. Tu famosa Teoría que nos has dictado siempre como forma de vida. A nosotros y a nosotras no nos interesa el Mundo de ellos ni el Mundo de ellas. Juan.- Luisa... ¿quiénes son ellos y ellas y quiénes somos nosotros y vosotras?... Janeth.- Ellos y ellas son el Mundo de lo obsoleto...Juan.- ¿Obsoleto has dicho? ¡¡No tenemos ni puñetera idea de lo que significa en verdad esta estúpida palabra!! ¿Qué es lo obsoleto, Janeth? ¡¡Ni tú ni yo ni nadie de los que estamos aquí en "La Cueva" sabe en realidad la verdadera definición de esa estúpida palabra!! Quizás por eso precisamente hasta lo más probable es que los obsoletos seamos todos nosotros y todas vosotras.Janeth.- ¡¡No es eso lo que nos has predicado siempre!!Juan.- ¡Fue otra mentira mía! Luisa.- ¡¡Déjate de gilipolleces, Johny, y vivamos el momento!!Juan (Con los nervios algo alterados).- ¡Vaya necedad que acabas de decir! ¡¡Eso de nuestro momento es una verdadera estupidez más grande que una catedral!!Luisa (Levantándose muy ofendida).- ¡¡¡Grosero!!! ¡¡Si quieres dejar de ser nuetro Rey, púdrete y vete lejos de aquí!  (Luisa se dirige a todos y todas los de "La Cueva") Luisa.- ¡¡Vamos todos a bailar y dejemos ya las chuminadas!! (Se levanta Alberto) Juan.- ¡Espera, Alberto! ¿A dónde vas?Alberto.- ¡Soy joven, Johny! Mañana mismo seré ya mayor y si no llego nunca a serlo no será mía la culpa. Tú me quitaste siempre la voluntad de serlo. Sé que siempre habrá alguien como tú que me lo impedirá, así que no te preocupes más por mí... ¡Oh, Rey!... porque ni tú ni yo somos culpables. Si tú no fueses el Rey de la Juventud lo sería otro cualquiera pero nunca yo. Yo he nacido para ser un perdedor como Miguel nació para ser un solitario. ¡¡Sólo quiero bailar, bailar y reír y nada más!! Pensar me da demasiado miedo...  (Se levanta Janeth)  Juan.- ¡Juanita Ilusión Paloma! ¿A dónde vas, Ilusión?Janeth.- ¿Ilusión yo? No. Simple espejismo. No estoy muy contenta de mí y hasta es posible que no esté nada de contenta sobre quién soy; pero a ningún lado iré con mi decepción a cuestas. Como nunca podré cambiar este podrido Mundo que dirigen los vejestorios yo también me conformo con el mundo que me dan. ¡¡Vamos a bailar, Johny!! ¡Olvida todos tus nuevos pensamientos! ¡Luisa y Alberto tienen razón!... ¡Posiblemente nuestra clase de juventud sea una verdadera mentira y tú sólo seas un verdadero fraude... pero no tengo valentía para ilusionarme con  otra clase de vida ni mejor ni peor aunque peor no pueda serlo! ¡¡Vamos a bailar y a reír, Johny!!  (Juan no se levanta. Suena una música rock diabólica. Todos y todas comienzan a bailar, beber, fumar porros, abrazarse, besarse, reír... hasta que por último se detiene súbitamente la música y, de repente, todos los jóvenes y jovencitas caen fulminados al suelo como si hubiesen muerto en ese mismo instante.  Juan (Aterrado se pone de pie y observa a sus compañeros).- Muerte. ¿Es esta nuestra única verdad? ¿Es nuestra única verdad la muerte en plena juventud?Voz.- Compra siempre la Verdad pero nunca la vendas. Juan (Tapándose los oídos).- ¡¡¡Dios mío!!! ¿Quién soy yo? Voz.- Sé siempre quien eres y no quien quieran los demás que seas... y así serás Auténtico.  (Entra en el escenario el Portero de "La Cueva" con las estúpidas y tontas gafas de cristales negros que Juan le había regalado al comenzar la obra)  Portero (Colocándose frente a Juan y soltando tenebrosas y profundas carcajadas).- ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jajajajaja!!! ¡¡¡Jaaaaajajajajaaaaaa!!! ¡¡¡Jaaaaajajajajaaaaa!!! ¡¡¡Jaaaaaajajajajaaaaa!!! (Cae muy lentamente el Telón del Segundo Acto mientras el diabólico Portero sigue riéndose con estruendosas y tenebrosas carcajadas del asustado Juan y se van apagando todas las luces del escenario hasta quedar las dos figura en la más completa oscuridad escuchándose sólo las diabólicas carcajadas que duran hasta cuando el telón ya ha terminado de caer) FIN DEL ACTO II            
Miró el reloj y bebió un trago del vaso de café. El vaso era de plástico translúcido. El café sabía a aceite de soja. Al menos eso es lo que pensaba él mientras el sudor le corría por toda la espalda y dejaba enormes manchas en su camisa, a la altura de los dos sobacos. Prefería eso antes que tener que ponerse la chaqueta que colgaba, como un espantapájaros de tela, por detrás del sillón. Después se aflojó el nudo de la corbata y continuó intentando cuadrar los números. El café le había dado una sensación tan amarga que sintió la boca espesa y agria. Miró a la fila de clientes y clientas que, desesperados por ser ya atendidos, le parecían un rebaño de ovejas en paro, quietas en medio del piso de la sucursal mientras pensaba en una frase de Anatole France que le vino a la memoria: "Nunca se da tanto como cuando se dan esperanzas". Sonrió como un conejo de Indias e intentó contarlos a todos ellos y a todas ellas pero bajó los párpados para concentrarse en los números. Una sensación de ahogo, acompañada de una inesperada angustia, le golpeaba el pecho. Fumaba ya su enésimo cigarrillo de la mañana. Tosió poniéndose la mano sobre la boca, lo cual provocó una especie de eco que alborotó a la fila de clientes mientras, por culpa de fallarle el pulso, la ceniza le había manchado la pechera de la camisa blanca. En la corbata aparecían también dos pequeñas quemaduras que la deslucían ante los ojos de quienes creían que alguien como él debería ser un hombre mucho más cuidador de su imagen teniendo en cuenta que estaba trabajando ante el público.   El aire de la oficina calentaba los cuerpos como si todos estuvieran dentro de la fragua de Vulcano. Pensó en la Mitología Griega y, por un momento, se le extravió la memoria de los números y se vio, a sí mismo, dentro del Laberinto de Creta. No sabía bien si era Dédalo o era Ícaro, pero sus dedos seguían tecleando la máquina calculadora aunque el cálculo seguía sin cuadrar los números. El humo de su cigarrillo le cegaba la vista y hacía que los ojos le lagrimearan como cuando, en la cocina y junto a su mamá, pelaba cebollas a ritmo de baile de San Vito. Ahora se restregaba los ojos como queriendo superar alguna extraña pesadilla relacionada con aquella gris vida junto a la madre y sin más atractivo que terminar las labores de la oficina encerrado en su cuarto de trabajo, junto al water cuya cadena, cuando lo usaba la mamá, siempre le sonaba a urgente petición de auxilio. Al palparse los ojos notó la hinchazón de no haber podido dormir bien la noche anterior, por culpa del excesivo uso de la cadena del water de la madre, y sintió que los demás hablaban de cosas vagas, de cosas futiles, de esas cosas ordinarias e intranscendentes que convertían su vida en una monótona letanía de saludos corteses, de palabras secas, crudas, demasiado prosaicas como para dejar huella alguna en las diferentes compañeras de trabajo que había tenido, ocasionalmente, la oportunidad de conocer.  Bebió otro trago de café y unas gotas le calleron sobre el pantalón, a la altura de la bragueta. Pensó que, en esas condiciones, le era imposible levantarse a la vista de todos, y sobre todo a la vista de todas, para ir al baño. A las manchas de café se le sumaron, ahora, un gran manchón producido por el reguero de orina, pero prefirió seguir manipulando la máquina sumadora. Si el Señor Director de la Oficina -le gustaba llamarle Señor Director de la Oficina por ver si alguna vez le llegaba el tan ansiado ascenso- no salía de su despacho, él tampoco estaba dispuesto a servir de ayuda de su compañero el cajero que se estaba volviendo loco por poder comprender lo que el chino estaba intentando hacer que comprendiera. El último de la fila de los clientes lanzó un sonoro bostezo y una mujer de mediana edad se abanicaba tan desesperadamente que el ruido del abanico se le introducía en el cerebro como acusándole de insolidaridad. Aquello le atormentaba la mente y le desconcertaba pero no estaba dispuesto a ceder en su empeño de cuadrar los números antes de pensar en dar una ayuda a nadie, por mucho cajero que fuese. En aquellas condiciones en que se encontraba lo único que tenía importancia vital para su existencia futura era cuadrar los números aunque tuviera que eternizarse en aquella labor tan monótona y prosopopéyica de seguir moviendo, a ritmo de locomotora asmática, sus dedos sobre el teclado de la máquina sumadora, su gran amiga. Aquella máquina sumadora que tantos años le había acompañado desde que le ascendieron a administrativo un día que ya se le perdía en lo remoto de sus recuerdos. Recordaba cuando la estrenó y que para él supuso tal alegría que, muy emocionado, lloriqueó sobre el hombro derecho del Señor Driector mientras moqueaba ruidosamente y hacía pucheros de bebé. Eran solo recuerdos pero le llenaban la existencia de un porqué singular para seguir viviendo. Junto a sus pies, como símbolo inagotable de su desesperación actual, yacía una carpeta de cartón azul repleta de recibos, letras de cambio y otros documentos y legajos que él había dejado allí, en el suelo y junto a sus piernas, porque ya se veía impotente para poder discernir algo que no fuese aquel ciclópeo entusiasmo y aquel esfuerzo sobrenatural, que realizaba con gusto de masoquista, para poder cuadrar los números. Cuando terminó de beberse todo el café, arrojó el vaso de plástico translúcido, como la propia piel de su cuello, a la papelera. Unas cuantas gotas salpìcaron sobre la carpeta de cartón azul y dibujó, en su ya ajada carátula, una especie de "islas filipinas". Soñó momentáneamente con Luzón mientras el chino seguía intentando, desesperadamente, ser entendido por el cajero y el cajero sudaba copiosamente mientras los clientes de la fila, que ya estaba saliendo hacia la calle, comenzaban a elevar sus gritos de protesta y sus amenazas de retirar todos sus dineros de las cuentas corrientes si no eran atendidos urgentemente.  Sintió deseos de sacar su bocadillo y dejar, por un momento, el árido, arduo y casi imposible trabajo de cuadrar aquellas cantidades numéricas del Debe y del Haber en las que concentraba toda su atención de manera obsesiva. Abrió el primer cajón de su mesa de trabajo, sacó el envoltorio y, disimuladamente, bajó la cabeza, deslió el papel y dio un mordisco al pan con chorizos que le había preparado su madre gracias a la pitanza que les había regalado la tía del pueblo. Un reguero de grasa corrió por las comisuras de sus labios y, con el dorso de la mano, se lo limpió ante lo sorpresa general, especialmente de aquel chino que no comprendía nada y al cual nadie comprendía. El pan estaba correhoso, por la fea costumbre que tenía su madre de guardarlo de un día para otro, y le bailó el canino que llevaba días como intentando salir despedido de la dentadura. Había tenido múltiples ocasiones para haber acudido al dentista, pero cada día lo iba dejando pasar porque su obsesión era prestar sus servicios administrativos en el Banco y eso era superior a los consejos que le daba su querida mamá.  Él, a sus cincuenta años recién cumplidos, seguía solterón y sin compromiso alguno aunque, naturalmente, no perdía de vista las piernas de la guapa y juvenil compañera de la mesa de al lado. Temiendo ser descubierto y tener que pasar la vergüenza de ser acusado de acoso sexual ante el Señor Director, volvió a concentrar su mirada en el teclado de la máquina sumadora. Las quejas de los clientes de la fila eran, para él, caldo de cultivo para su gozo de ver sudar al cajero, muchísimo más joven que él, y que ya era hasta oficial primero por méritos propios; así que aquella ristra de amenazas contra el odiado cajero era algo así como música celestial que daba ambiente de tragedia a la oficina. Un ambiente humano, demasiado humano para su gusto de tecnócrata -algo que le hubiese gustado ser de todo corazón- hacía que faenara con mayor celeridad el proceso de la casi imposible cuadratura de los números. Una especie de utopía imposible que él se empeñaba en hacerla realidad creyéndose, por un momento, algo así como Federico Martín Bahamontes alzándose con el triunfo en el Tour de Francia aquel mismo año. Cuadrar o no cuadrar. Ese era el lema chesperiano que le daba consistencia a su sentido de la vida. Esa era la cuestión central de toda su existencia.  Una mosca zumbó cerca de su oído derecho e hizo un ademán, con la mano también derecha, como queriendo espantar a algún fantasma invisible. La mosca parecía entretenerse en reírse de sus frustraciones y tan pronto se posaba en el teclado de la máquina sumadora como sobre sus pantalones, exactamente en donde se destacaban aquellas manchas de aceite y orines que habían aparecido a la altura de su bragueta. Así que harto de aquella molestia de la mosca cojonera, dio un fuerte golpe para ver si lograba eliminarla, pero sólo consiguió soltar un aullido, una especie de alarido salvaje, al golpearse violentamente sus partes nobles. Los de la ya larguísima fila de clientes sin atender guardaron de pronto un nervioso silencio creyendo que le había ocurrido alguna desgracia inevitable; pero él metió la cabeza de nuevo sobre el teclado y siguió empeñado en encerrarse en su propio mundo. Su mundo era solamente el de aquellos números del Debe y aquellos números del Haber y estaba dispuesto a no descansar ni un sólo segundo hasta poder cuadrarlos todos y aunque terminara despatarrado sobre el sillón. La guapa y jovencísima compañera de la mesa de al lado, una de esas jovencitas que llaman la atención de todo el mundo, le miró con cierta admiración y le sonrió por un leve instante, lo cual sirvió para que él soportara estoicamente el dolor de sus ingles, pero se quedó corrido de vergüenza por haber sido descubierto. Hizo una trágica mueca desagradable, por lo tétrica y teatral que resultó ya que su hoby frustrado era el de haber sido un célebre actor, y continuó en su afán de alcanzar el éxito con la cuadratura de los números esperando que, algún día de alguno de esos años, un alto jerarca de los mandamases del Banco le nombrara el MEA, el Mejor Empleado Anual, lo cual siempre soñaba y aspiraba alcanzar desde que había entrado de botones en la Oficina Principal hacía exactamente treinta y cinco años.   Sacó otro cigarrillo de la cajetilla que reposaba a la izquierda de la máquina, se dio cuenta de que en el cenicero todavía se encontraba a medio consumir el anterior. Encendió el mechero y bajó la cabeza, con el cigarrillo en los labios, para no ser descubierto y tachado de perdido empedernido del tabaco. Se quemó las pestañas pero no le dio mayor importancia. Sin saber por qué imaginó a Nerón asomado al balcón de su residencia imperial y viendo cómo ardía toda la ciudad de Roma. La humareda que soltó al dar la primera calada le hizo entrar en una desenfrenada continuidad de toses que alarmaron a todos los allí presentes hasta que pudo calmarse y todos respiraron tranquilamente al ver que no le daba un síncope mortal. Por un momento echó la espalda hacia atrás y se deslizó ligeramente hacia abajo del sillón como para tomar nuevo aliento mientras daba la segunda calada al nuevo cigarrillo. El chino se le quedó mirando como implorándole ayuda, pero él se rascó la nuca con el lapicero que se encontraba dentro de un cubilete de cuero, de esos de jugar a los dados, que había llevado a la oficina, todo ufano, el mes anterior. Y volvió el rostro hacia la pared donde en un afiche colocado estratégicamente para llamar la atención se leía un mensaje  que decía "Rápido pero Seguro". En el afiche se veía a una  modelo profesional que parecía decir ¡tómame y sé feliz!. Se dio cuenta de que estaba siendo observado ansiosamente por todos los clientes y todas las clientas que formaban la larguísima fila y respiró, profundamente aliviado, cuando, con el rabillo del ojo izquierdo, descubrió que el Señor Director de la sucursal bancaria estaba durmiendo angelicalmente y de manera tan plácida que nadie se atrevía a importunarle. Se le veía fácilmente a través de los cristales de su despacho privado. Bajó de nuevo la cabeza, dio otro mordisco a su bocadillo de pan con chorizos del pueblo de su tía materna y arremetió bruscamente contra el teclado de la máquina sumadora esperando que esta vez, al fin, cuadraría todos los números. Entonces contempló la presencia de un anciano quien, con su bastón en alto, amenazaba a todos los seres vivos si no le atendían urgentemente. Era el cliente más antiguo de la sucursal bancaria y pedía, gritando a pleno pulmón, una atención prioritaria mientras los demás clientes y clientas de la larguísima fila protestaban argumentando que también todos ellos y todas ellas eran seres humanos y tenían muchas obligaciones urgentes para solucionarlas precisamente ese día. Miró el calendario que se encontraba sobre su mesa. Era un 13 de febrero y martes. Una sensación de terror le hizo temblar de los pìes a la cabeza pero, de repente, irguió todo su voluminoso cuerpo e hizo ademanes de espartano, creyendo que nadie le observaba, antes de entrar de nuevo en batalla contra la máquina sumadora. La guapa jovencita de la mesa de al lado, su compañera temporal como ya sucedió con otras que también le habían gustado mucho, comenzó a mirarle como si se tratara de un loco quijotesco pero con figura de Sancho Panza.  A sus cincuenta años de edad, recién cumplidos, seguía soñando con una gran boda tirolesa, casándose con una princesa austríaca y viéndose, a sí mismo, con un gran fervor insólito incluso para él. Volvió a la realidad. Si al menos tuviera, tan siquiera, un perro afgano como compañía... pero su máxima preocupación no era el tan deseado perro afgano sino cuadrar siempre los números. Ahora bien, lo del perro afgano sí que era imposible porque resultaba que a su madre, único ser humano que le acompañaba, le producían alergia toda clase de animales de compañía. Así que volvió a la dura tarea de todos los días y sin escuchar, para nada, el enorme alboroto que se estaba produciendo en la larguísima fila de clientes y clientas porque una jovencita veinteañera había intentado colarse varios puestos más adelante del que le correspondía, aprovechando que una amiga suya se encontraba en el tercer lugar, ante lo cual se escucharon grandes gritos de desesperación de los que estaban delante de ella. El guardia de seguridad tuvo que imponer el orden y él volvió, ahora con mayor motivación y más entusiasmo que un argonauta al servicio de Jasón, a enfrentarse con aquel teclado de sus sufrimientos. ¿Comprenderían los clientes y las clientas de la larguísima fila, su sufrimiento por cuadrar toda aquella enorme ristra de números? Pensó que sí. Pensó en que todos los allí reunidos le aplaudían su esfuerzo y su entrega por la noble y sagrada causa de dejarlo todo cuadrado y bien cuadrado. Pero sólo era una más de las manifestaciones de su febril y calenturienta mentalidad de bancario.  ¡Cuánto daría él por ver llegado el día en que era nombrado, alguna vez, el MEA, el Mejor Empleado Anual! Pero bien sabía él que aquel galardón siempre lo obtenían los enchufados y las enchufadas de cualquiera de los más altos directores generales y sintió una gran frustración y, a la vez, un intenso odio reconcentrado contra el Señor Director de la Sucursal, quien seguía durmiendo plácidamente, como un angelote con bigote y encerrado en su despacho privado con la llave echada por dentro. Si al menos le hubiese felicitado en alguna ocasión... pero ni tan siquiera en los días de Navidad aquel director bajito y con gran bigote a lo Dalí, había tenido el detalle y la decencia de destacarle como empleado ejemplar.  Cuando apareció el extranjero, él levantó la cabeza y comenzó a divagar mentalmente. ¿Sería un australiano? ¿Quizás un neozelandés? ¿Podría ser un austriaco que venía a decirle que la princesa ya esta esperándole ante el altar de la catedral de Viena? Se sacudió unas cuantas migas de pan que habían caído sobre su pantalón y volvió a sumergirse, de nuevo, en su propio mundo de los números negros y los números rojos; en una especie de anarquía absolutista mientras el extranjero, sonriendo, se dirigió hacia la mesa de su joven y guapa compañera de la mesa de al lado. Respiró profundamente. Ahora, ya de cerca, le parecía más bien un sueco. Así que se hizo el sueco y siguió con su afanoso trajín.  En sus desvaríos mentales, recordó ahora que, por las noches, en la oscuridad de su habitación, se sentía el hombre más importante del Banco y que se marchaba dándoles a todos un corte de mangas y que el Banco se iba a la quiebra precisamente porque él se había marchado. Ahora pensaba en el día en que entró, con tan sólo quince años de edad, a trabajar de botones en la Oficina Principal. Pero ya tenía cincuenta años y no había pasado de ser tan solamente un auxiliar administrativo; uno más de los miles y miles que trabajaban en el Banco a lo largo y ancho del país. Mientras tanto, sus dedos resbalaban por el teclado de la máquina sumadora e imaginó que estaba acariciando el hermoso cabello de la joven y guapa compañera que, ahora, estaba atendiendo al sueco. Sintió vergüenza de sí mismo y comenzó a sudar, de nuevo copiosamente, mientras el chino seguía intentando ser comprendido por el cajero y el cajero seguía intentando comprender al chino. Él soltó un eructo y todos los clientes y todas las clientas de la larguísima fila se le quedaron mirando pero, haciendo de tripas corazón, siguió aferrrado como una lapa al teclado. Se veía, a sí mismo, galopando sobre su caballo favorito en el Hipódromo de La Zarzuela y que ganaba la carrera y que Eva Duarte le entregaba el trofeo de campeón y él le daba una beso en la cara a Eva Duarte y un umeroso grupo de grises se abalanzaban sobre él y, tras darle una tunda inolvidable, le encarcelaban en la Dirección General de Seguridad como sospechoso de algo que él no acertaba a saber qué era.  Volvió de nuevo a la realidad. Respiró pausadamente, hinchó su abultado estómago y soltó otro eructo ahora mucho más sonoro. Alguien de la larguísima fila le llamó marrano, pero no quiso averiguar quién había sido por temor a que fuese verdad y el Señor Director le impusiera una sanción económica por faltar a las normas de educación social y a la práctica de atención a la clientela que eran, para él, todos los demás. ¿Los demás? ¿Quiénes eran los demás para él? Se encogió de hombros y no respondió nada para que no avisaran al Señor Director. Tenía tanto calor que sintió enormes ganas de meter su cabeza en un barreño de agua y sentir el frescor en sus ojos y en su nuca. Se quitó las gafas y siguió fumando hasta que el rumor de los clientes y las clientas que formaban la larguísima fila le hizo levantar la cabeza y, sin dejar de manejar velozmente las teclas de la máquina sumadora, sintió una especia de malévola alegría viéndoles, desesperados y desesperadas, ante la impotencia de que el chino y el cajero se pudieran poner por fin de acuerdo. ¡China! ¡Qué hermosa figura la de la Muralla! Y es que, en verdad, aquella larguísima fila de clientes y clientas ya no sólo salía a la calle sino que estaba dando la vuelta a toda la manzana como sin fuera la Muralla China pero no de piedra sino formada por personas de toda clase de edades. Sonrió ligeramente, cuidándose de no ser visto por nadie, y volvió a hundir su cabeza en la máquina sumadora para cotejar datos. En sus pensamientos, ahora, sólo entraban ideas relacionadas con los números del Debe y con los números del Haber. El mundo exterior era su enemigo. El mundo exterior era su rival. Al mundo exterior no había que darle ni agua.  ¡Agua! ¡Necesitaba agua para seguir trajinando! Abrió el segundo cajón de su mesa de oficinista y sacó una pequeña botella de plástico con agua mineral que le había endilgado suquerida madre antes de salir de casa. Bebió ansiosamente. Estaba tan caliente que, de repente, le entró una especie de asfixia y expulsó el agua por la boca y las fosas nasales. Volvió a escuchar que alguien, desde la larguísima fila de clientes y clientas, le llamaba marrano pero siguió indiferente, haciendo oídos sordos, cuando el calor ya asfixiaba a todos.  Mientras el sueco se levantaba y salía de la sucursal bancaria con una amplia sonrisa de victoria, por fin el chino y el cajero pudieron entenderse. El chino entregó un gran fajo de billetes que el cajero guardó en su lugar adecuado. La fila de clientes y clientas comenzó a moverse con rapidez. Había pasado, exactamente, una hora y quince minutos desde que el chino había estado siendo atendido. Ahora el cajero los despachaba a todos y a todas a una velocidad de vértigo. Por último ya nadie quedó sin ser atendido. El director de la sucursal, el cajero y la joven y guapa compañera de la mesa de al lado, junto con el guardián de la entidad bancaria, se marcharon hacia sus hogares. Él se quedó solo. Cerró la puerta de la Sucursal con llave y continuó con su árida y ardua tarea de intentar cuadrar todos los números. En medio de aquella inmensa soledad se sentía importante...  
("La Carreta" es un café-librería. Un pequeño grupo de personas de ambos sexos se encuentran allí reunidos, tomando café mientras escuchan a un pianista tocando una melodía. Sentada ante una mesa, en el último rincón de aquel local, se encuentra un joven escritor que escribe en unas hojas de papel. En otra mesa, en el centro del escenario pero sola, está Laura leyendo un libro. Tiene un café a medio beber. El pianista deja de tocar cuando en esos momentos aparece Juan totalmente abatido y triste. Está desorientado y camina muy cansado, arrastrando los pies como si hubiera envejecido de repente. Pasa al lado de Laura sin darse cuenta de que es ella la que está allí). Escena Primera.-  Laura (Levantando la vista del libro).- ¡Hola, Juan!Juan (Sorprendido).- ¿Eh? ¡Ah, hola Laura!Laura.- Nunca pensé que llegarías hasta aquí.Juan.- ¿Es esta tu "Carreta"?... ¡Imaginación!... ¡Esto sólo es un producto de mi imaginación! (Juan se restrega los ojos como para despertarse y darse cuenta de que no sueña) Juan.- Yo creía que "La Carreta" era... (Laura cierra el libro y lo deja sobre la mesa no sin antes haber colocado el paginador en la página que estaba leyendo) Laura.- Ven, Juan... siéntate a mi lado... te veo demasiado triste y cansado...Juan (Mientras se sienta al lado de Laura).- Gracias... ver la tristeza y el cansancio es también un sentimiento. (Llega el camarero con una rosa roja que entrega a Laura) Camarero.- Laura... la flor de todas las noches... Laura (Coge la rosa roja, la huele y la deposita sobre el libro).- Gracias.  Camarero (Dirigiéndose a Juan).- ¿Qué va a ser, señor?Juan.- Una botella de güisqui y un paquete de Marlboro.  (El camarero se aleja para cumplir con lo mandado) Juan.- ¿Y esa flor?Laura.- Un desconocido me la regala todas las noches sin faltar ninguna. Sólo he podido saber que es escritor. Pero también compruebo que sigues siendo Johny. Juan.- Peor que eso, Laura. Ahora ya no soy ni tan siquiera Johny. Ahora sí que soy Juan sin Tierra... y sin Aire... y sin Mar...  Escena Segunda.-  (Regresa el camarero con el pedido de Juan en una bandeja y, después de dejar la botella, un vaso y el cenicero, entrega el paquete de tabaco a Juan y se aleja hasta la barra del bar. Juan abre la botella, bebe un trago directamente de ella y, sacando un cigarrillo, lo enciende) Laura (Después de dar el último sorbo a su café).- ¿Sucede algo?Juan (Muy triste).- Eso es lo malo... que nunca sucede nada...Laura.- Sigues equivocado, Juan. Juan (Violento).- ¡¡Ya está bien!! ¡¡Soy Juan sin Tierra... y sin Aire... y sin Mar!! ¿Qué más no soy yo?  (Largo silencio) Juan.- ¡No te esfuerces más por mí, Laura! ¡Soy un caso perdido! ¡Es mejor dejar las cosas como están! (Laura se levanta cogiendo la rosa roja y el libro) Laura (De pie).- Veo que es verdad. Tú y yo no hemos nacido para decirnos nada. Adiós, Juan... ¿o prefieres que te llame Johny? Quizás algún día recordemos que fuimos dos jóvenes humanos sin tenernos nada que decir...Juan (Suplicante pero sin atrever a ponerse de pie).- ¡Espera, Laura, por favor! ¡No es eso! ¿Puedes quedarte sólo unos minutos más?Laura.- ¿Crees que merecen la pena unos minutos más? Juan.- Sí. Un poco de tiempo siempre merece la pena. Laura (Sentándose de nuevo, dejando el libro sobre la mesa y volviendo a poner la rosa roaj sobre el libro).- De acuerdo... apuremos al máximo, si así lo deseas, el tiempo de la decepción.  (Juan bebe otro trago de la botella y fuma) Juan.- Laura... yo no sé lo que pasa contigo... pero yo estoy solo de verdad... ¡Solo de todas las cosas, de todos los sentires, de todos los porqués!Laura (Muy seria).- ¿Pero no eres el Rey?Juan.- ¿El Rey de quiénes?... ¿de mis amigos los jóvenes?... Falso... Eso es falso... nunca han sido mis amigos y nunca han sido jóvenes... ¿de mis adoradas enamoradas?... Falso... Eso es también falso... Nunca han sido mías porque ni tan siquiera se pertenecen a ellas mismas. Laura.- ¿Entonces?Juan.- Por favor, Laura... sé que me estoy comportando como un ignorante, pero no puedo evitarlo porque es verdad que soy un ignorante. ¿Cómo puedo dejar de ser lo que soy? (Juan vuelve a beber de la botella) Laura (Compasiva).- Puedes hacer muchas cosas. Juan (Fumando).- ¿Por ejemplo?Laura.- Por ejemplo esto.  (Laura le quita suavemente el cigarrillo y lo aplasta en el cenicero) Juan.- Muy bien... ¡ya está!... ¿y ahora qué? (Laura, en silencio, le mira directamente a los ojos. Juan no aguanta aquella franca mirada y rápidamente bebe otra vez de la botella) Laura.- Y por ejemplo esto otro.  (Laura le quita la botella y vierte todo su contenido en una especie de florero que está a su lado. Deja después la botella vacía sobre la mesa) Juan (Enfadado).- ¡¡Qué has hecho!! Laura (Muy tranquila).- Demostrarte lo que tienes que dejar de ser.Juan.- ¿Por qué arruinaste mi güisqui?Laura.- No es tu güisqui lo que quería arruinar.  (Laura coge la botella vacía y se la entrega a Juan) Laura.- ¿Crees que esto es una botella vacía?Juan (Mirando fijamente a la botella).- Sí. Esto es una botella vacía. Laura.- ¿Seguro que es una botella vacía?Juan.- Ya no estoy seguro de nada... pero si de algo puedo estar seguro esta noche es de que esto es una botella vacía.  (Se produce un tenso silencio duante el cual Juan mira a la enigmática Laura y totalmente sorprendido porque no sabe qué sucede con la botella) Juan.- ¿Qué pasa, Laura? ¿Quién eres en realidad? ¿Una imaginaria locura que surgio de ms pesadillas y que me quiere hundir en las tinieblas de la oscuridad? ¿Eres, de verdad, una locura de carne y hueso que salió del psiquiátrico de los idealistas?   (Laura sonríe) Juan (Mirándola a los ojos).- Estoy seguro de que no eres real. De un momento a otro voy a despertar y el día de hoy no habrá existido jamás. Ni en la realidad ni en la ficción. ¡Ni tan siquiera habrá existido como sueño!... porque hoy no es un dían real, ni ficticio, ni soñado. ¡Hoy ha sido un día inexistente!Laura (Con ternura).- Mira el interior de esa botella... (Juan, como hipnotizado por los ojos de ella, mira el interior de la botella) Laura.- ¿Qué ves?Juan.- Nada. Laura.- Eso es, Juan. No está vacía porque en el interior de todas las botellas, una vez que se acabó el alcohol, está cada uno de los que se lo han bebido...Juan (Dejando la botella sobre la mesa).- Entonces... ¿Yo soy Nada?Laura.- Ahora mismo, sí, porque todos los adictos al alcohol sois Nada. ¿Y sabes cuál es la compañia que tenéis?Juan.- Ninguna. En el fondo de todas las botellas vacías no hay ninguna compañía. Allí sólo estamos los borrachos... ¡completamente solos!...Laura.- No es así. Te vuelves a equivocar. Sois Nada pero estáis acompañados; porque en el fondo de todas las botellas vacías existe la Soledad. Una Soledad que os acompaña pero que no os ama ni os amará jamás. Una soledad que no os da la mano nunca.  (Se produce un largo silencio).  Laura.- Bien. Entiendo que hemos llegado al final y ahora, por favor, deja que me marche, Juan... porque terminaron ya los últimos minutos de la decepción.  (Laura hace el ademán de querer levantarse) Juan (Tomándole las manos).- ¡No, Laura! ¡Por favor! ¡No te vayas ahora! (Laura se suelta de las manos de Juan suavemente y luego recoge la flor y el libro y se pone de pie) Laura.- Yo ya no tengo nada más que decirte... ¡te dejo libre para que recuperes tu yo a la manera que tú lo has decidido!...Juan (Suplicante pero sin atreverse a levantar).- ¡¡No!! ¡¡Ayúdame, Laura!! ¡¡Ayúdame!!  (Juan hunde su cabeza entre sus brazos y sobre la mesa. Entonces Laura vuelve a dejar todo lo que tiene en sus manos sobre ésta, se sienta y acaricia suavemente la cabeza de Juan) Laura (Con ternura).- Juan... Juan... Juan... Juan sin Tierra... Juan sin Aire... Juan sin Mar...Juan (Con la cabeza hundida sobre la mesa).- Juan sin Vida... Juan sin Nada... JUuan sin Fe...  (Juan levanta la cabeza. Los dos se quedan mirándose mutuamente. Otra vez Juan aparta su mirada y ahora coge el libro entre sus mnaos) Juan.- Ahora sé por qué decías que nunca estarás sola. ¿Te gusta leer?Laura.- Sí, Juan. Me encanta leer. Un libro es siempre una profunda compañía... verdadera amistad y no falsa alegría como las botellas de alcohol. Los libros sí saben amar. Juan.- ¿Me permites que lo pueda descubrir por mí mismo?Laura (Entusiasmada).- ¡Por supuesto que sí! La amistad de un libro sólo la puede conocer quien lo lee. Juan (Mirando la portada y el nombre del Autor).- ¡Diesel! ¿Quién es?Laura.- Si te refieres a si le conozco personalmente... no... no sé cómo es su físico... no sé si es alto o bajo, gordo o flaco, rubio o moreno... no sé de qué color son sus ojos ni su piel... pero sí te refieres a si conozco su alma te diré que sí... que la conozco hondamente. Juan.- No entiendo... Laura.- Nunca podrás conocer a una persona cuando la oigas solamente hablar, porque a veces existe la mentira... pero la escritura sale del pensar y el pensar sale del sentir y el sentir sale del corazón. ¡Lee si quieres comprobarlo!  (Juan abre el libro por la página señalada por el paginador y lee en voz alta) Juan (Leyendo).- Quiero que sepas que sólo soy carne, sangre, huesos y corazón. Por eso únicamente te pido que no destruyas nunca una oportunidad si ésta es verdaderamente limpia. Por el capricho de algún escondido reloj se han encontrado mi mito y tu fantasía... pero los mitos siempre se desvanecen cuando los tenemos cerca, porque es entonces cuando nos damos cuenta de que su realidad es más débil que su leyenda. Entonces se diluyen entre nuestros dedos... pero no importa... no llores por eso. Vive. Vive siempre con el verdadero valor de tu propia persona.  (Juan deja de leer y descubre que Laura sigue mirándole a los ojos) Laura.- Él es quien me regala todas las noches una rosa roja. Juan.- Entonces... ¿está enamorado de ti?Laura.- Y yo enamorada de él. Juan.- ¡¡Es injusto!!Laura.- ¿Tú estás capacitado moralmente para decir lo que es justo y lo que es injusto?Juan.- ¡¡Sólo sé que es injusto!! Laura (Sonriendo).- Un día tú encontrarás a alguien que te haga feliz. Juan.- Imposible... Laura.- Debes saber que no sólo será posible sino que será también real.Juan.- ¿Por qué dices eso?Laura.- Porque tú también mereces una oportunidad. Eres valiente y valioso y te la mereces. Juan (Tomando otra vez las manos de Laura).- ¡¡Ven conmigo, Laura!! ¡¡Te necesito!! (Laura aparta suavemente las manos de Juan) Laura.- No estás entendiendo. No estoy buscando enamorarme de ti ni que tú te enamores de mi persona. Juan (Desesperado).- ¡¡Vámonos, Laura!! ¡¡Vámonos de aquí!! ¡¡Vámonos lejos de esta podrida y sucia sociedad!! Laura.- Eso es ir a ningún lugar. Eso se llama huír. Eso es seguir siendo Nada. Juan (Señalando con el dedo índice de su mano derecha al público).- ¡¡Pero ellos se han reído de mí sin ninguna clase de compasión!!Laura.- ¿Compasión? ¿Tú te atreves a hablar de compasión hacia los demás? Juan (Sin querer entrar al debate).- ¡¡Se han reído de mi!! Laura.- Te equivocas. Jamás se han reído de ti. Se han reído de tu soberbia. Juan (Otra vez señalando al público pero ahora con mucha más furia).- ¡¡¡Ellos y ellas!!! ¿Quiénes se creen que son? ¡¡¡Míralos!!! ¡¡¡Todos y todas sentados en sus cómodas butacas!!! ¡¡¡Todos y todas mirándome con aire de superioridad!!! ¿No tienen soberbia ellos y ellas?Laura.- Tal vez no sean como tú siempre has creído que son. Juan.- ¿Quieres decir que ellos y ellas son mis verdaderos amigos?Laura.- Recuerda que la amistad no existe... ¡la creamos nosotros mismos!... Juan.- ¡Mis amigos y mis amigas son de otra manera! ¡¡Mis amigos y mis amigas me admiran!! ¡¡¡Mis amigos y mis amigas me adoran!!!Laura.- ¿Tus amigos y tus amigas? ¿Quiénes son tus amigos y tus amigas? ¿Los que te ocultan su odio mientras te ensalzan como su Rey? ¿Las chicas que falsamente te adoran porque compartes con ellas bailes, alcohol, drogas y cama? ¿O los que tiemblan de miedo cuano te acercas a ellos para robarles el único amor de sus edades? ¿Son esos tus amigos y tus amigas?Juan (Serenándose).- ¡Tienes razón, Laura! Y también es cierto que eres la única chica de la que me he enamorado de verdad y desde el primer momento en que te vi ahí sentada.  (Juan señala la primera fila del público) Juan.- ¡¡Ven conmigo, Laura!! ¡¡Huyamos de aquí!! ¡¡Olvidemos tanta falsedad!! ¡¡Dame la oportunidad que me merezco!! ¡¡Seremos felices los dos!! Laura (Señalando al público).- No, Juan, no estás comprendiendo nada. Ahí estaba sentada proque a ese público pertenezco y en medio de ese público soy feliz. Yo no tengo que huír de ninguna farsa. Soy limpia y verdadera porque tengo Fe Eterna y mi realidad no es un fingimiento. Soy tan Auténtica que vuelvo a confirmarte que no deseo que te enamores de mí porque yo no estoy enamorada de ti.Juan (Señalando ahora con ira al público).- ¡¡¡Laura!!! ¡¡¡Míralos bien!!! ¡¡¡Esa ciudad es falsa!!!Laura.- Esa ciudad es lo que más me importa. A esa ciudad la amo y en esa ciudad vive el hombre que me ama de verdad.Juan.- ¡¡¡Pero esa ciudad es la ciudad de la desesperación!!! Laura.- No, Juan. ¡Esa es la Ciudad de Dios! Juan (Desesperado).- ¿Pero sabes tú quién gobierna a esa ciudad? (Silencio profundo) Juan.- ¿Qué te sucede, Laura? ¿No te atreves a decir que es Satanás quén gobierna a esa ciudad? Laura (Sonriendo).- Todavía sigues sin saberlo tú. Juan (Sorpendido).- No entiendo... Laura.- Es muy sencillo de entender. Vuelvo a decirte que esa es la Ciudad de Dios. Infelices quienes creen que la Verdad de Dios no está en ella. Infelices porque no saben lo que creen.  (Largo silencio) Laura (Levantándose y tendiendo la mano a Juan).- ¡Ven conmigo, Juan! ¡Ven a saludar a esa ciudad! Juan.- No puedo, Laura... ¡¡¡No puedo!!!...Laura.- Yo creo que puedes intentarlo... Juan.- Intentar... ¿qué?...Laura (Ayudando a levantarse a Juan).- Intentar ser Juan. Juan.- ¡¡No, Laura!! ¡¡Yo soy joven!! ¡¡Yo soy Johny, el Rey de la Juventud!! Laura.- Ven conmigo, Juan... Juan.- ¡¡Que vengan ellos a mí!!Laura (Soltando a Juan).- Adiós, Juan...  (Laura recoge la roja roja y el libro y se encamina hacia la salida de "La Carreta" pero Juan se arrodilla para suplicarle que no se vaya) Juan.- ¡¡Vuelve, Laura!! ¡¡¡Te necesito!!!  (Laura regresa hacia donde está Juan y se agacha junto a él) Laura (Abriendo el libro por la útlima página).- Escucha esto, Juan. La última versión de mi amor no es la última palabra de este libro, sino esa rosa roja que te regalo todas las noches para que sepas que estoy aquí, sentado entre las personas, para decirte con todo el corazón por delante que te amo de verdad. Juan.- ¡¡¡Yo también te amo!!! Laura.- Te regalo el libro pero me llevo la flor.  (Laura se levanta y vuelve a caminar hacia la salida) Juan (Con el libro entre sus manos y de rodillas).- ¡¡¡Laura!!! ¡¡Yo te necesito más!! ¡Estoy solo! No tengo a nadie...Laura (Volviéndose para mirar a Juan pero sin regresar).- Lo siento, Juan... quizás ahora comprendas a los jóvenes a los que convertiste en Miguel o en Alberto. ¿Hablamos de Miguel y de Alberto?Juan.- ¡¡¡No!!! Laura.- Pues es el principio que debes conocer si de verdad quieres cambiar. A Miguel lo convertiste en Lejanía pero en esa Lejanía es mucho más expresivo de lo que tú mismo crees, porque esa Lejanía le hace diferente y le libera de tu maldad. Alberto siempre te ha interesado porque era él el que enamoraba a las chicas para después tú quitárselas sin piedad alguna. Si ahora estás solo ha sido solamente por tu culpa y, sobre todo, por tu culpabilidad. Ahora debes aprender a no estar solo. Y también debes ser tú quien decidas lo que quieres ser en la verdad de ti mismo. Hay un mundo que te espera para hacerte compañía y una Ciudad de Dios donde encontrar el amor que tanto necesitas. Adiós, Juan... yo ya no puedo ayudarte... y ahora tú decides tu propio Destino...  (Laura sale del escenario mientras Juan hunde la cabeza entre sus brazos y se inclina hasta tocar el suelo. El libro está cubierto por su cuerpo) Juan.- ¡¡¡No puedo!!! ¡¡¡No puedo!!! ¡¡¡No puedo!!! ¡¡¡No puedo dejar de ser Johnmy!!! ¿Qué puedo hacer para dejar de serlo si me es imposible dejar de desearlo?Voz.- Mi Voz dirigida va a los hombres, camina a bordo de la Carreta de los sentimientos y penetra en el corazón de los seres humanos a través de las puertas del amor. Si oyes, en alguna ocasión, el silencio de mi Voz, podrás entender que en Él habita la Verdad. Y si sabes escuchar el silencio de mi Voz habrás aprendido a escuchar el silencio y la verdad de ti mismo; así podrás entender que la inteligencia es la única justicia que tiene entendimiento para poder discernir cuándo los hombres y las mujeres de esta Tierra son jóvenes de verdad. Si ves mi carreta pasar... sube... entra en ella... porque entre los libros de sus anaqueles, mientras saboreas el silencio de las horas pacíficas, siempre encontrarás una respuesta válida para cada una de tus preguntas. Tu juventud existe pero sólo podrás sentir que la posees cuando pases al interior de mi Carreta y encuentres allí la Belleza del Misterio de la Creación. No existe edad de calendarios para ser joven. Basta solamente con tener la edad del entendimiento.  (Cae el Telón del Tercer Acto muy lentamente mientras la Voz de Dios está hablando) FIN DE LA OBRA   
 Perro en la sombra no acude si se le nombra.  Hombre sin mollera ya no es ni lo que era.   
Refranes.
Autor: José Orero De Julián  221 Lecturas
Mañana es Otro Gran Día Rojiblanco. Ahora, esta Novena Crónica Neptuniana es sólo un breve recuerdo estadístico nada más. Mañana... será mañana cuando se consiga la Número 10.La Primera.- 23 de junio de 1960: Atletico de Madrid 3 Real Madrid 1. Madinabeitia; Rivilla, Griffa, Calleja, Ramiro, Glaría, Jones, Adelardo, Mendonça, Peiró y Collar. Estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Goles de Collar, Jones y Peiró. La Segunda.- 2 de julio de 1961: Atlético de Madrid 3 Real madrid 2. Madinabeitia; Rivilla, Griffa, Calleja, Ramiro, Callejo, Jones, Adelardo, Mendonça, Peiró y Collar. Estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Goles de Jones, Peiró y Mendonça.La Tercera.- 4 de julio de 1965: Atlético de Madrid 1 Zaragoza 0. Madinabeitia; Rivilla, Griffa, Calleja, Ramiro, Glaría, Cardona, Jayo, Jones, Adelardo y Collar. Estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Gol de Cardona. La Cuarta.- 8 de julio de 1972: Atlético de Madrid 2 Valencia 1. Rodri; Jayo, Ovejero, Calleja, Iglesias, Adelardo, Ufarte, Luis, Gárate, Irureta, Salcedo. Estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Goles de Salcedo y Gárate. La Quinta.- 26 de junio de 1976: Atlético de Madrid 1 Zaragoza 0. Reina; Capón, Panadero Díaz, Marcelino, Heredia, Eusebio, Leal, Salcedo, Gárate, Becerra, Ayala, Alberto, Aguilar. Estadio Santiago Bernabéu de madrid. Gol de Gárate. La Sexta.- 30 de junio de 1985: Atlético de Madrid 2 Athletic Club de Bilbao 1. Mejías; Votava, Arteche, Ruiz, Clemente, Marina, Quique, Prieto, Landaburu, Hugo Sánchez, Rubio, Balbino, Mínguez. Estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Goles de Hugo Sánchez (2).La Séptima.- 29 de junio de 1991: Atlético de Madrid 1 Mallorca 0. Mejías, Tomás, Ferreira, Juanito, Solozábal, Toni, Vizcaíno, Schuster, Orejuela, Manolo, Futre, Alfredo, Sabas. Estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Gol de Alfredo. La Octava.- 27 de junio de 1992: Atlético de Madrid 2 Real Madrid 0. Abel; Tomás, López, Donato, Solozabal, Soler, Vizcaíno, Schuster, Manolo, Moya, Futre, Alfredo, Toni. Estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Goles de Futre y Schuster.La Novena.- 10 de abril de 1996: Atlético de Madrid 1 Barcelona 0. Molina; Geli, Santi, Solozábal, Toni, Caminero, Vizcaíno, Pantic, Simeone, Kiko, Penev, López, Roberto, Biagini. Estadio la Romareda de Zaragoza. Gol de Pantic.La Décima.- 19 de mayo de 2010: Atlético de Madrid ? Sevilla ?. Estadio Nou Camp de Barcelona. Goles ?
 Ahora estoy sentado viendo un poco la tele donde están haciendo público un profundo comentario sobre los antiguos sucesos de la Explosión de Chernobil. Una idea me inunda todas mis sensaciones y yo la quiero atrapar para convertirla en conciencia... pero miro a través del cristal de la ventana y veo las luces encendidas de la noche... y no puedo entender qué es lo que sucede con esta humanidad somnolienta y atestada de ruidos por todas partes. El pitido de la cafetera me hace dar un sobresalto y salto rápido del sillón para ir a compartir café con los demás. Son amigos que están en casa, dispuestos a comenzar una partida de mus... jejeje... mus mientras recorre la avenida una angustia acalorada y la idea que desea surgir concreta en mi pensamiento se hace inundadora y me llena de subterfugios e incógnitas. Bueno. Ya está el café servido. Charlamos sobre las esperas... sí... sobre las esperas de esta vida... esas esperas que nos hacen pensar en ideas que jamás pueden aclararse porque los ruidos de la vida las convierten en opacas.
Me surge una palabra, así de pronto y sin pensarlo, que resulta que se llama Sensación. ¿Y qué es la Sensación? me pregunto a mí mismo. La miro a Ella (Ella es mi compañera de toda la vida y esposa en la actualidad) y comprendo que no hace falta definir dicha palabra porque como es Sensación basta y sobra con sentirla. Que hay palabras en el Diccionario Español que no necesitan, realmente, definiciones que las diluyan en complejidades demasiado exhaustas. Es mejor decir que siento la Sensación de estar con Ella. Me surge esta palabra y al mirar la pantalla de la computadora veo: más información en Wikipedia. No. Esta vez no necesito la Wikipedia. Esta vez me sobra sólo con sentir. Sensación. Sólo sentimiento y nada más.
Nadine Gordimer es una escritora sudafricana ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1991. En sus libros trata los conflictos interétnicos y el apartheid. Una de sus frases más célebres dice así: "La verdad no siempre es bonita, pero el hambre de ella sí". En su día yo mismo dejé escrito para la posteridad otra frase complementaria de la anterior. Dije y escribí lo siguiente: "Una vida sin verdadera existencia es un enorme vacío por muy extensa que sea".  ¿Qué es la verdad de la vida y cuándo podemos decir, afirmar y confirmar, que estamos viviendo la verdad de nuestra presencia en la Tierra? ¿Debemos tener hambre por conocer la verdad para que esta verdad nos convierta enm seres felices? ¿Quiénes son los pesimistas que dicen que cuantas más verdades conocemos más infelices somos? Vamos por partes. A estas tres preguntas existencialistas hay que responderlas con tres afirmaciones esencialistas. Esencia de la existencia para la Eternidad. Hablamos de la esencia de la existencia.  En primer lugar, acabo de descubrir en Internet, un texto firmado por Mauricio que sobre este tema dice lo siguiente: "La logoterapia intenta que el paciente cobre conciencia plena de sus responsabilidades personales; en consecuencia, le fuerza a elegir por qué, de qué o ante quién, se siente responsable. Por eso el logoterapeuta, entre los distintos psicoterapeutas, es el menos inclinado en imponer a sus pacientes algún juicio de valor, porque jamás permitirá que una persona transfiera al médico la responsabilidad de juzgar su propia existencia. Corresponderá al paciente decidir sobre qué o sobre quién se siente responsable. Quiero acentuar que el sentido de la vida ha de buscarse en el mundo y no dentro del ser humano o de su propia psique, como si se tratara de un sistema cerrado. Por eso la meta de la existencia humana no puede ser la denominada autorrealización, más bien el hombre debe de aspirar a la autotrascendencia de la existencia: ser hombre implica dirigirse hacia algo o alguien distinto de uno mismo, bien sea realizar un valor, alcanzar un sentido o encontrar a otro ser humano. Cuanto más se olvida uno de sí mismo –al entregarse a una causa o a una persona amada- más humana se vuelve y más perfecciona sus capacidades. La verdadera autorrealización sólo es el efecto profundo del cumplimiento acabado del sentido de la vida". A este psicoanálisis del tema (en el cual observo cargas de fe cristiana que comparto totalmente), es para mí muy necesario añadir mi siguiente texto publicado ya en Vorem:  Buenas tardes, compañeros:Todos sabemos que amor significa tener afecto hacia alguien con la finalidad de buscar su bien; un sentimiento de atracción hacia alguien por el cual nos esforzamos en hacerle la vida más agradable en todos los sentidos y sin ninguna recompensa a cambio. Y también sabemos que el prójimo es una persona distinta a nosotros; ¿cómo podemos amarlo, cómo sentir por él o por ella un deseo de felicidad si es diferente a nosotros?. El escritor norteamericano Walt Whitman dijo, unos años antes de morir: "Cuando conozco a alguien no me importa si es blanco, negro, judío o musulmán... me basta con saber que es un ser humano". Partiendo de este supuesto, el prójimo es una verdadera ave a quien hay que ayudarle a volar. Él o ella merece que le sonriemos y le animemos a mejorar. Al prójimo hay que escucharle, con el prójimo es necesario compartir palabras de aliento y hacia el prójimo hay que tener siempre un corazón abierto demostrándole que le queremos de verdad. Eso es amar. Un escritor, éste de nacionalidad francesa y llamado Denis Diderot, dijo: "El hombre más feliz es el que hace la felicidad del mayor número de sus semejantes" y debemos pensar por el prójimo aun siendo distinto a nosotros, es también un semejante que pertenece a la única y misma raza humana. Según el Evangelio de Mateo, el mandamiento más importante para un cristiano es: "Ama al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma y ante toda tu muerte"; pero también Mateo explica a renglón seguido que hay un segundo mandamiento, parecido al primero, que dice: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Uno de los principios esenciales de la felicidad es amarse a sí mismo, quererse con tanta intensidad que somos felices por ser lo que somos. Pues bien, amar al prójimo como a ti mismo es amarle con la misma intensidad. Cuando Jesús se despidió de sus discípulos les dijo: "Un nuevo mandamiento os doy, que se amen los unos a los otros como yo los amo a todos ustedes". En la Carta que Pablo escribe a los Romanos, párrafo 13.8, el apóstol les aconseja que no tengan deuda con nadie, a parte de la deuda de amor que debe tener para con los otros; pues el que ama a su prójima y a su prójimo ya ha cumplido todo lo que la ley ordena. Sentir amor por los demás, como indica Primera de Corintios, es saber tener preguntas y respuestas para con él o con ella, es ser bondadoso con él o con ella, es no tenerle envidia ni a él ni a ella, ni orgullo contra él o contra ella, ni groserías, ni egoísmos para con él o ella; es no enojarse ni guardar rencor y también es no alegrarse de las injusticias que se cometen con el prójimo. Tener amor al prójimo y a la prójiuma es sufrir con él o ella, reír con él o ella, creer en su verdad, soportar sus defectos... y sobre todo velar en todo momento por su necesidad. En otra Carta de Pablo (esta vez a los Gálatas), también señala el amor al prójimo como a uno mismo y les advierte que tengan cuidado de tratar con los demás. También Santiago señalaba que si eres persona con discriminaciones hacia otros, estás en pecado y eres culpable ante Dios. Muchas veces puede ser difícil o casi imposible amar a ciertas personas pero tal vez hay que considerar que amar al prójimo es vivir bajo la luz de la Libertad y no hacerlo es vivir en la oscuridad quedando ciego por los caminos de la vida. Si Dios ama a todos, también nosotros debemos amar a los demás pero dejando que Dios viva en nosotros. La prueba de que eso es verdad es sólo cierta cuando amamos al prójimo y a la prójima sin ningún interés. Si alguno de vosotros decís "Amo a Dios" y al mismo tiempo tenéis odio al prójimo o a la prójima es un mentiroso pero ¿quién puede amar a Dios al cual no se ve y odiar al prójimo o a la prójima que sí lo puede ver?. Si no amamos lo que vemos difícilmente podemos amar lo que no vemos. Nosotros somos jóvenes como cualquier otro joven del mundo, con ganas de vivir, con ganas de ser felices, con esperanzas más o menos bien construídas. Tenemos esperanza de ver el mundo cambiar porque vemos un mundo donde puede más el odio y la discriminación a los demás; un mundo lleno de egoísmo, indiferencia, violación, corrupción... pero tenemos la esperanza juvenil del cambio hacia un mundo nuevo necesario para bajarnos de ese carro y expresar otros sentimientos opuestos, declarar la libertad, la capacidad de amar a los demás porque sí, simplemente porque sí, y vivir a la vez para construír un mundo sin odio, sin guerras, sin maldad, sin injusticia social... Decía Richard Moss que el mejor regalo que podemos darle a otro ser humano es nuestra atención íntegra. Y os recuerdo que ser íntegro quiere decir ser sano, completo, positivo. Es en este sentido es necesario saber que sólo aprendemos realmente a amar cuando compartimos la vida con alguien. Recordad siempre que cuando nos llega nuestro dolor, difícilmente podemos superarlo si no tenemos al lado a un amigo, a una amiga, a hombres y mujeres que se decidan a ayudarnos para ser también nosotros hombres y mujeres de verdad. Ese es el amor del que estoy hablando: el amor al prójimo sin ninguna clase de prejuicios ni discriminaciones. Como señaló Thomas Fuller: "es amigo aquel que me socorre y no el que se limita a compadecerme". Amar al prójimo es preguntarle cómo está y esperar su contestación sin darle la espalda. Pensad que en esta vida no hay nada más grande ni más bello que la de ser un hombre o una mujer capaz de hacer feliz a los demás. Quien no siente amor a los demás ignora la mitad más hermosa de su vida. La que le hace en realidad ser persona".  Hace exactamente 9 años dejé escrito el siguente texto: "Hay horas que nos robaron. Horas de felicidad que no fueron y que, a pesar de ello, permanecieron latentes en un rincón habitante del alma viajera. Hay horas que nos robaron... pero seguro que el viento de las amapolas nos las devolverán entre los trigales de los amaneceres y los pinares del anochecer. Horas que nos robaron... pero a las que no pudieron eliminar de la vida. Horas debidas, horas de vidas que un día habremos de reconquistar y, a través de las sinfonías de una melodía en el viejo acordeón, las recuperaremos en todas sus dimensiones, en todas sus esencias, en todas sus fragantes emociones de eternidad... Como dijo Domingo Ortega: "A quien no sabe sufrir, algo le falta para vencer". Copio textualmente de Internet: "El escritor y presidente de la Fundación Nelson Mandela, Achmat Dangor, protagoniza en SILA el Programa "Letras Africanas" de Casa África: La historia de la literatura sudafricana ha estado marcada por un espíritu de rebelión y revuelta, contra las mentiras de los colonizadores, contra la brutalidad del Apartheid y contra el silencio de la población de todo un país sometida por una minoría blanca. El escritor sudafricano Achmat Dangor, presidente de la Fundación Nelson Mandela, trazó ayer en SILA un recorrido cronológico por los hitos de la literatura sudafricana, marcada por la “subyugación, la fragmentación y la escisión de sus lenguas”. Dangor participó en el programa Letras Africanas que celebra Casa África dentro de la programación del Salón Internacional del Libro Africano. Habló de compromiso y literatura, de Trilogía de Z Town (editada por Casa África) y de la necesidad de que los escritores sudafricanos dejen atrás la idea de “literatura como elemento de revuelta”. “El Apartheid ya ha pasado, debemos recordar y perdonar; porque si no superamos esa etapa sería como si Mandela al salir de la cárcel no hubiera podido rehacer su vida y continuar por miedo a encontrar un mundo distinto al de las cadenas”, Dangor comenzó su actividad literaria como uno de los impulsores del movimiento cultural Black Thoughts, donde los escritores se reunían para expandir y fomentar la literatura prohibida en los distritos discriminados de población negra. Él, como muchos coetáneos, usó sus obras para hacerle frente a un gobierno que utilizaba las armas y la coacción.“El megalítico Apartheid a lomos de un vehículo militar con su amenaza medieval” hizo que en la década de los 60 surgiera un movimiento de conciencia que abogaba por la “agresividad negra” para acabar con esa sumisión impuesta por el régimen de segregación racial. Pero los blancos cometieron un error y tensaron aún más la cuerda; en 1976 el gobierno impuso el afrikaans como lengua oficial, y comenzó la revuelta estudiantil.“Esos jóvenes furiosos sentían grandes deseos de venganza, contra la tiranía, la desposesión y la supresión” y esa actitud impregnó la literatura del momento. “Los escritores que emergieron en los 70 inundan su literatura de esta rabia y del orgullo de ser negro. Es la época en la que decimos “Liberación antes que educación”. Esa necesidad de revertir la situación llevó a los escritores sudafricanos a mezclar “estética y política” dando como resultado una “cultura casi esclava de sus nobles propósitos”. Pero, dijo Dangor: "los tiempos han cambiado, y la Sudáfrica de hoy no es la de hace 20 años. El Apartheid fue finalmente abolido, Mandela salió de la cárcel y el país va superando ese enorme trauma. Los escritores de su generación siguen marcados en muchos casos por esa idea de literatura como arma de subversión, pero hay una nueva generación. “Las nuevas voces de la literatura sudafricana, los llamados escritores de guerrilla por la intensidad de sus piezas, esporádicas y poderosas, escriben otro tipo de literatura. Son un desafío porque hablan de lo inmediato, y del presente, una visión que el país necesita porque “la lucha contra el Apartheid ya terminó, y ahora necesitamos una lucha por la nueva Sudáfrica”. Dangor (Johannesburgo, 1948) vivió la represión del régimen directa y violentamente. Sus libros fueron censurados y le prohibieron escribir, aunque siguió haciéndolo en secreto. Su vida ha estado estrechamente ligada a esa historia de represión y terror y, sin embargo, Dangor cree que los sudafricanos “aunque no debemos olvidar, tenemos que perdonar”. “Recuerden y perdonen”. Recuerdo y pienso. No me puedo sustraer ni resistir a la tentación de acudir a otro texto mío publicado hace años en Vorem: "El alguno de los combates por la verdad, los relojes marcarán el contraste de los perfiles del sendero por el que caminamos y luego, al hallar la escarcha, se oirá el tañer de las campanas de La Torre de los Temblores. Ver lo que veamos y pintarlo será un leve estallido de libertad. Esa es la propuesta de este nuestro examinar las manos con el deseo de obtener datos para las palabras. Es más sensato amar las verdades escritas en todos los sucesos humanos que querer ocultarlas. Ahora. Es ahora, en nuestro verde renacer, cuando se puede llegar a nuestro destino. Paisajes, amor, revoluciones palpitantes. Cantaremos el sueño horizontal de cada día para poder penetrar en los deseos de los alientos fortalecidos. Ahora es cuando en las arboledas nacerá el desdecir de las mentiras. De lo letal del camino siempre surge lo solemne del no pasarán los de las rapiñas; porque el punto y coma de las esperanzas son preámbulos carismáticos para nuestro combate. Y así las palpitaciones de los corazones trazarán rayas en el espejo para mostrar el verdadero cuadro de lo perfilado en nuestras hojas de papel con rostros de privado olvido. Sí. Cantarán las miradas el futuro, tras las ventanas y en las plenas rúas del universo, creando esfinges invulnerables con los fuegos del resplandor... y entonces las plantas de la verdad crecerán inexorablemente. Porque el olvido, como dijo el poeta Khalid Gibran, es una manera de libertad". ¿Cuántas mentiras se crearon duarante el Apartheid y cuántas mentiras se han ido creando, a lo largo de la Historia Contemporánea, en muchísimos lugares de la Tierra? Es totalmente falso eso que dicen muchos de que cuantas más verdades conoces más infeliz te vuelves. Es totalmente falso y es lo que nos quieren hacer pensar los que, apoyándose en sus poderes fácticos, proclaman falsamente para que conozcamos solamente sus mentiras y así tenernos atrapados con la esclavitud que producen las ignorancias. No es más feliz el ignorante como nos han hecho creer algunos que profetizan que "no saber la verdad produce más felicidad". Falso. Completamente falso. Lo cierto es que "La verdad siempre libera". En este sentido, yo siempre he dicho que los problemas sólo se resuelven (y por eso nos hacen felices) cuando descubrimos verdades que no les interesan a los que manipulan nuestrras vidas que sepamos. Pero la existencia humana es una Gran Verdad y de esa Gran Verdad derivan todas las verdades que estamos necesitando conocer para ser felices siempre. Esa Gran Verdad se llama Jesucristo.                
La lluvia reciente había limpiado la atmósfera. Mirando al árbol, Paco comenzó a dormirse con fervor de sempiterno indolente. Las hojas, verdes, golpeaban en el cristal de la ventana. El revuelo de las aspas del ventilador, colgado del techo, le amodorraba en medio de aquella especie de desmayo estival. Ahora la sombra de una pareja de jóvenes, besándose junto al árbol, le abría el apetito sensual... pero su divorcio ya era irreversible. Hortensia había dado un no rotundo a la conciliación, había recogido todas sus pertenencias y al pequeño David y se enocntraba ya en la casa de su madre, la gruñona Doña Angelines quie, a su vez, estaba amargada por su propio fracaso matrimonial y arremetía contra la honorabilidad de todos los hombres habidos y por haber. Así que el asunto venía, por lo tanto, de familia; algo así como una característica familiar de los Santos. Hortensia Cernuda Santos era una más en la histórica liosta de divorciados y divorciadas de la misma familia. Paco acomodó la almohada y prefirió no pensar en nada, sino seguir existiendo como perpetuo durmiente de las siestas. Ahora lo importante, para él, era sentirse vivo... pero no dejaría de luchar por la custodia de David. Al otro lado de la calle, en el edificio de enfrente, Hortensia Cernuda Santos, tumbada en un cómodo sofá, con los contraluces paseando por todo su esbelto cuerpo, hacía inútiles esfuerzos por olvidarle. Y es que, a pesar de ser tan impetuoso, Paco era, muchas veces, un ser tan sensible que hasta la sorprendía escribiendo y dedicándole poemas románticos. Todavía recordaba el último soneto libre, sin estar influído para nada por lo académico, lo cual le hacía más interesante, que le había dedicado como recordatorio del primer aniversario de boda: "Vivo solo con un profundo deseo / que es ser tu amante sin desmayo / y ahora que es el mes de mayo / solamente en tu amor yo me recreo. / Atado a tu cintura yo paseo / cual poeta que realiza un ensayo / y soy más guerrero que un cipayo / pues tú me convertiste en Perseo. / No puedo amar a otra muchacha / aunque ella tenga buena facha / mientras vivias tú bajo este cielo. / Y mientras el sol a la tarde la despacha / mi beso en tu boca se empacha / de amor, de pasión y de desvelo".  Paco Lladró Rovira dio varias cabezadas buscando la brisa de aquellas horas de la tarde y sentía la certeza de que, más tarde o más temprano, tendría que irse muy lejos, más lejos de lo que él deseaba. El juez no sería clemente ante su recurso y estaba seguro de que le haría emigrar a otra provincia. El tiempo desterraba sus histoiras amorosas y ahora recordaba su boda. En voz baja y triste recitó una frase cotidiana: "Por tu amor yo muero". Y es aquello era lo más parecido a la muerte en vida.  ¿Estará solo? se preguntaba Hortensia Cernuda Santos. ¡Seguro que ya estará con otra cualquiera! afirmó para sus adentros mientras el ruido del trajinar de Doña Angelines le martilleaba en las sienes. Tuvo unos enormes deseos de levantarse y pedirla que dejara ya de fregar platos, que dejara ya de blanquear la ropa con aquella chirriante lavadora, que dejara ya de poner en funcionamiento aquel cacharro de aspiradora que le recordaba a una especie de desierto lleno de roedores intentandon posesionarse de todas sus células.  Paco Lladró Rovira tuvo que levantarse mientras meditaba que estaba ya solo sobre la Tierra y que vivía con la extraña sensación de haberse convertido, de repente, en un zombi somnoliento. Tuvo sed, Una sed que se le agarraba a la garganta y le hacía sentirse como un ser extraño en su propia habitación. Tenía tanta sed que decidió vestirse por completo y bajó al bar "El Orbe", dos números más allá de su portal... Hortensia Cernuda Santos necesitaba olvidar aquella plomiza sensación de vacío estridente que era soportar los trajines inagotables de Doña Angelines; aquella madre que sonreía, victoriosa, como si hubiera conseguido un verdadero triounfo familiar. Así que decidió dejar la comodidad del sofá y bajó al bar "El Orbe", dos números más allá de su portal pero en la acera de enfrente... Acodados en el mostrador, como dos extraños que se vieran por primera vez en sus vidas, Paco y Hortensia guardaban silencio mientras escuchaban la música penetrando en sus cinco sentidos... - "Soy un extraño para ti que pasa sin decirte nada.  Soy un extraño para ti, soy alguien que va de pasada. Estás muy lejos de saber que puedo realizar tus sueños, estás muy lejos de notar el fuego que se esconde en mí. Es un momento nada más que pudo transformar la vida de los dos, es un momento nada más que pudo ser de tanto amor. Soy un extraño para ti que pasa sin decirte nada, soy un extraño para ti que nunca volverás a ver. Es un momento nada más que pudo transformar la vida de los dos, es un momento nada más que pudo ser de tanto amor. Soy un extraño para ti que pasa sin decirte nada, soy un extraño para ti que nunca volverás a ver".- No puedo vivir sin mi pequeño David. - No puedo vivir con mi madre Angelines. - ¿Es usted feliz, sñorita?- Tan feliz como lo puede ser usted, caballero.  Después se quedaron con sus miradas fijas en los dos cubalibres mientras la música ahora les martilleaba su conciencia... - "Si nos dejan nos vamos a querer toda la vida. Si nos dejan nos vamos a vivir a un mundo nuevo. Yo creo que podemos ser un nuevo amanecer de un nuevo día. Yo pienso que tú y yo podemos ser felices todavía. Si nos dejan buscamos un rincón cerca del cielo. Si nos dejan haremos de las nubes terciopelo. Y ahí juntitos los dos cerquita de Dios será lo que soñamos. Si nos dejan te llevo de la mano, corazón y ahí nos vamos. Si nos dejan te llevo de la mano, corazón y ahí nos vamos, Si nos dejan de todo lo demás nos olvidamos".- No puedo vivir sin mi pequeño David. - No puedo vivir con mi madre Angelines.- ¿Aceptaría usted la felicidad si se la regalasen, señorita?- Lo mismo que usted, caballero.  Una especie de inquietud nervios les hizo parpadear al unísono mientras el tercer disco produjo una sensación de vértigo demencial.  - "Dicen que somos dos locos de amor que vivimos de espaldas al mundo real pretendiendo lograr de la gente un favor que nos dejen querernos en paz. Tienen envidia de vernos así abrazados y alegres cruzar la ciudad y quisieran cortar este amor de raíz que ellos nunca pudieron lograr. Yo sin tus labios me muero de sed sin los míos también tu no puedes estar nos queremos los dos, qué le vamos a hacer si la vida nos quiso juntar. Tengo mis ojos tan llenos de ti que en mi cuerpo, cariño, no queda un rincón donde no mandes tú, que este amor que te dí es el pulso de mi corazón. Solo en tus brazos me siento feliz y me duermo despierto con dulce quietud escuchando al compás sonreir junto a mí el aliento de tu juventud". - No puedo vivir sin mi pequeño David. - No puedo vivir con mi madre Angelines. Paco pagó su cubalibre. Hortensia hizo lo mismo con el suyo. Estuvieron unos cuantos segundos mirándose a los ojos y después cada uno siguió su camino. Ambos deseaban hacerlo juntos, pero el pequeño David y la mamá Angelines les separaban inevitablemente. A no ser que antes de entrar en sus respectivos prtales ambos diesen la media vuelta y se mirasen otra vez directamente a los ojos. La solución para ser felices solamente era esa. Faltó por saber si ambos tendrían o no tendrían el valor suficiente como para hacerlo...    
Los recuerdos son esas memorias que nos hacen renacer diariamente para convertirnos en lo que soñamos.   
Historia de "Thaler" (Novela) -Capítulo 11- 17 de octubre de 1908. Peluquería "Avon California" de Los Ángeles de California, Estados Unidos. - ¡¡Vamos a Noa, Noa... Noa, Noa...  Noa, Noa!!- ¡Caramba! ¡Pero si ha llegado la Señora Smithson!- Hola Yannick, prefiero que me llames Margaret que significa margarita.  Yannick Noa, el peluquero de "Avon California" suelta una rocíada de perfume sobre el rostro de la alegre Margaret Smithson que la deja, por un momento, conmocionada.  - ¡¡¡Atchuss!!! ¡¡¡Atchuss!!! ¡¡¡Atchus!!!- ¡Jesús, María y José! - Que sea la última vez que se te ocurre. - Lo hago solamente para reivindicar los derechos civiles de los negros como yo.  Margaret le da un bolsazo en el riñón izquierdo.  - ¡¡¡Auggggg!!!- A ver si así te entran los derechos de una vez por todas, Yannick, y dejas de estar doblado cada vez que entra una clienta tan asidua y veterana como yo a pesar de mi... ejem... ejem... ejem... ¡atchis!.. corta edad.  Yannick se recupera, poco a poco, del dolor de riñones.   - Caramba... yo creía que las margaritas eran mucho más dulces. - Pues no te confundas la próxima vez porque no es la mismo una margarita que una mariquita. - ¡Jesús, María y José! ¡Qué buen humor tiene usted hoy, señora Smithson! Margaret Smithson le atiza un coscorrón al empleado negro.  - ¿Tienes ya bastante o aún quieres que sigamos hablando?- ¡¡No, no y no!! ¡Manos a la obra! ¿Qué quiere que le arregle hoy?- Quiero que me hagas un peinado a lo afro como el que usas tú... Yannick Noa le da un estirón de pelos a Margaret Smithson. - ¡Ayyyyy! ¿Qué te crees que estás haciendo so cafre? - No se me ponga tan fiera. Sólo estaba comprobando la resistencia de su cuero cabelludo. - ¡¡La próxima vez que uses ese método tan manual te pongo la mano encima para comprobar la resistencia de tu carótida! - Serenemos la tarde, señora. ¿Cómo quiere el pelo afro? ¿A lo afro congo belga o a lo afro congo francés?- ¿Es que existen dos congos diferentes? - Pues sí. Me lo han contado mis abuelos en un noche de oscuro invierno en que yo no podía conciliar el sueño. - ¡Quiero un pelo afro de ensueño! ¿Qué diferencia hay entre ambos?- El afro congo belga viene muy bien para una fiesta y el afro congo francés viene muyy bien para andar por casa. - ¡¡El de la fiesta!! ¡¡El de la fiesta!! Yannick agarra a Margaret por el brazo derecho y la sienta, de golpe, en el sillón giratorio.  - ¡Ayyyyyy! ¿Esto qué es? ¿Una pelu de moda o una peli de miedo?- Es que para hacerle un pelo a lo afro congo belga es importante entrar en situación.  Yannick le da doce vueltas completas al sillón giratorio mientras a Margaret le entra una sensación de profundo mareo.  - ¡¡Basta, basta y basta!! - Basta lo será usted, señora Smithson, porque lo que es yo soy muy fino filipino. - ¿Pero no eres afro?- Soy afro y se lo voy a demostrar.  Yannick da otras doce vueltas al sillón giratorio.  - ¡¡¡Basta, basta y basta!!!- Bastante tengo yo con cumplir con mis labores. - ¿Es que te dedicas a tus labores?- Eso es lo que dice mi tarjeta de identidad y a mucha honra.- ¿Y eso del perfume que usas es por alguna razón de identidad?- Si. Es el muy deseado perfume Noa y lleva camomila con aromas de té. A Margaret Smithson le entran otra vez, ganas de cantar.  - ¡¡Vamos a Noa, Noa... Noa, Noa... Noa, Noa!! - Entonces... ¿empiezo o no empiezo con la faena? Esto... quiero decir con la labor..- Faena o labor quiero sólo lo mejor.- Sin duda alguna el pelo congo belga la hace más salvaje. - ¿Como para deslumbrar a Clark?- ¿Se refiere usted al ganadero Clark Grebne?- Sí. A ese mismo. Como es un ganadero siempre es un ganador o. por lo menos, eso pienso yo. - ¿Y qué va a decir a todo esto su esposo, señora Smithson? ¡Yo no quiero problemas con un tipo tan burdo como Dennis Raton!  - ¡Dájate ahora de tipos burdos, melón blando!  A Yannick se le escapan las lágrimas...  - No me llame melón blando, por favor, que soy muy sensible. - Entonces te llamaré Cascanueces si te parece más bravío. Yannick se emociona y empieza a dar palmadas de alegría mientras inicia una especie de baile por peteneras.  - ¡¡Bravo, bravo y bravo!! ¡¡Olé, olé y olé!! ¡Lo de Cascanueces me emociona un montón!- Entonces... ¿qué puedes hacer con mi montón de pelo? Yannick vuelve a estirar del pelo a Margaret...  - ¡¡Ayyyyy!! ¡Es la última vez y vaya que sí que es la última vez que lo haces!  Margaret coge un bote de polvos de talco y lo esparce por el rostro de Noa mientras se vuelve irónica.  - ¿No ansiabas ser blanco? ¡Pues ya estás blanco del todo!  Yannick enseña sus largas uñas.  - ¿Quiere usted comprobar mis garras de leopardo?- ¡Bien que se nota que eres afro pero afro completo! - ¿Empiezo o no empiezo?- Empieza y en cuanto a lo de Cascanueces te lo dije solamente por lástima. Porque si tú tienes garras de leopardo yo tengo músculos de Hércules. - ¿Hércules romano?- ¡No! ¡Hércules etrusco!- Ya decía yo que usted era mucho más mayor de lo que va por ahí diciendo...  El tortazo que le arreó Margaret fue tan contundente que Yannick, antes de caer al suelo, se agarró como pudo al espejo y lo arrastró en su caida. Un ruido de cristales rotos hizo que las demás clientas se asustaran...  - ¿Ves lo que estás consiguiendo, Yaniquito? Noa se reicorpora poco a poco y termina por ponerse de pie.  - ¿Cómo me ha llamado?- Yaniquito... pero ya ni quito ni pongo presidente... ¡Qué tiempos aquellos en que era una congresista capaz de hundir a unos y hacer triunfar a otros!- ¡Huy que ilusión! ¡Qué ilusión más grande! ¡Nadie me había llamado con tanto cariño!  Yannick dio un beso en la mejilla izquierda de Margaret y la dejó pringada de polvo de talco. Ella sacó un espejito de su bolso y se miró a si misma.  - ¡¡Horror de los horrores!! ¡¡Esto si que no te lo perdono, salvaje!! Margaret se levantó de la silla giratoria y agarró por los pelos a Yannick que hizo lo mismo con ella y los dos cayeron al suelo rodando en su feroz pelea, lo cual hizo que las otras cinco clientas de la peluquería más la otra peluquera, compañera de trabajo de Yannick, intentaran huir pero tan alocadamente que tropezaron con los cuerpos de los dos combatientes y cayeron también al suelo mientras se abría el bolso de Margaret, con el cual estaba golpeando a Yannick en la cabeza, y salieran despedidos todos los artilugios que llevaba dentro. De esta manera fue como "Thaler" rodó por los suelos y, en viéndolo rodar, todas las mujeres que se encontraban tiradas por el suelo comenzaran a luchar a brazo partido, con innumerables tirones de pelo, por conseguir aquel lustroso dólar hasta que se abrió la puerta de "Avon California" y entró Clark Grebne quien, al verlo a sus pies, se agachó haciendo crujir sus endurecidos huesos de la cadera y, por fin, tras arduos esfuerzos por aguantar el dolor, consiguió recoger a "Thaler" y lo miró de manera como alucinada.  - ¡Vaya suerte, mi querida Margaret! ¡Ya tenemos para tomarnos un par de cervezas! El olor a forraje de  heno y, sobre todo, el tufo a vaca de carne que que soltaba Clark  hizo que todas las damas se levantaran y huyeran despavoridamente mientras Yannick quedó totalmente noqueado pues su sensible olfato no podía soportarlo.  - ¡¡Dios mío, lo has matado Clark!! ¡¡¡Lo has matado!!! ¡¡¡Lo has matado!!! ¡¡¡Lo has matado!!! - Pero... si yo no formaba parte de la pelea...  Margaret, en un rasgo humanitario, le tomó el pulso a Yann¡ck tocando su muñeca derecha.  - ¡¡Casi no tiene pulso, Clark!! ¡¡¡Lo has matado del todo!!!- Insisto que yo no formaba parte de la pelea y que eras tú la que le estaba arreando bolsazo tras bolsazo. - No ha sido mi bolso sino la peste que echas lo que no ha podido soportar su débil corazón. - ¡¡A ese tipo o lo que sea lo despierto yo en seguida!! Clark se arrodilló ante el cuerpo yacente de Yannick y le dio dos guantazos de campeonato, algo así como dos derechazos de la gran promesa blanca del boxeo llamado Jack Dempsey. Esto hizo despertar del todo a Noa.  - ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?- ¡Déjate de cuentos delante de la margarita como si fueses una mariquita!- ¡Jesús, María y José! ¡¡Es imposible soportar su olor como a ajos podridos!!- ¡¡Me gano la vida siendo un verdadero hombre ganadero y por eso huelo a heno y a vaca pero me daría vergüenza ganarme la vida con perfumes para señoritas y otras que no son tan señoritas!!- ¿Estás insinuándome algo, querido Clark?- A ti no te dicho nada todavía querida Margaret pero ahora, con este dólar, podemos ya irnos de fiesta...- ¡Ah, no! ¡¡Eso sí que no!! ¡¡¡Yo con estos pelos no voy a ninguna parte!!!- Está bien... mejor que mejor querida... porque estaba yo pensando dejar la cita para otra mejor ocasión... - ¿Y me vas a dejar sola y compuesta?- No. Compuesta ahora no lo estás precisamente.  Margaret Smithson se sentó en el suelo y comenzó a llorar con lágrimas de cocodrilo.  - ¡Espera, espera, nena! ¡Tú no eres de las Islas Caimán que yo sepa!- ¿Cómo has dicho?- Que te estás haciendo la cocodrila- ¡¡¡Buaaaaa!!! ¡¡¡Buaaaaa!!! ¡¡¡Buaaaaa!!! - Perdona, momia... digo monada...  no quise decir eso... sino que tengo otro plan para esta tarde... - ¿Vas a seguir acudiendo a la consulta de La Bruja Maruja?- Esto... sí... si no te importa... - ¡¡¡No quiero verte más en mi vida!!! Margaret Smithson lanzó su bolso contra la cabeza de Clark Grebne quien, al querer esquivar el golpe, cayó hacia su lado izquierdo, dándose  un verdadero golpetazo con la silla giratoria que comenzó a rodar por el suelo hasta acabar chocando con Yannick Noa quien, conmocionado por tantos acontecimientos inesperados, volvió a quedar sin sentido mientras volvió a crujir la cadera de Clark. - ¡Que se me sale! ¡¡Que se me sale!! ¡¡¡Que se me sale!!!- ¡¡Eres un salido perverso y pervertido, Clark!!- No, Margaret, me refiero a mi cadera que ya no está para trotes de vaquero... así que estoy pensando en cambiar de negocio... - ¡Qué bien! ¿Me vas a invitar a la ceremonia de inauguración?- Es que invitarte a ti a una ceremonia de inauguración es demasiado contradictorio y hasta parece una burla...- ¡¡Sinvergüenza!! ¡¡En cuanto me levante te breo la cara hasta convertirte en erizo con puás!! ¡¡Te vas a enterar de lo que son las uñas de una mujer ultrajada en su honra, en su autoestima, en su dignidad! - ¡Yo me voy de aquí zumbando!- ¡¡Eso, eso, vaquero sin vergüenza porque bastante sinvergüenza eres!! ¡Vete a gastar el dólar que me pertenece con esa tal Bruja Maruja!!- ¡Este dólar no era de nadie cuando me lo encontré!!  Margaret Smithson se quitó su zapato derecho, de alto tacón de aguja, y se lo arrojó al asustado Clark Grebne que recibió el zapatazo en su espalda cuando ya estaba a punto de salir de la peluquería. Sintió algo así como si la punta del tacón le hubiese destruido la columna vertebral. - ¡¡¡Ayyyyy!!! ¡Dios mío, vaya fiera desatada! ¡¡Casi me rompe el espaldar por completo!! Y Clark Grebne, con "Thaler" dentro de su mano derecha cerrada como un puño, salió deprisa hacia la consulta de La Bruja Maruja.   
En verdad que lo que muchos o muchas callan es lo que más te ennoblece porque es lo más puro con que te muestras. Hay que ser honrado con uno mismo y honesto con los demás.
Son palabras que andan sueltasy que recojo en mi horizonte entero;son palabras que recorrenel asombro de mi vida entera y con ellas abandono mis silenciospara entrar en tu alma infinita. Son palabras que me inundanla luz de todo el sentimiento;son palabras que no se detienenen los espejismos hondos del desiertoy con ellas salgo a la superficiepara andar los caminos de tu esencia. Son palabras tan humanasque ejercen oficios de poesía;son palabras que en el claroscuro vivirse esfuerzan en construir sus verbosy con ellas formulo mis principiospara amarte en lo profundo de mi sed. 
No todo tiene que ser esta noche, víspera del emocionante combate entre Atlético de Madrid y Sevilla, reflexión y meditación y concentración total... !hay que relajar los ánimos para poder soñar todos con la Copa!... así que esta noche, los que no puedan dormir de los nervios, que no tomen tila por favor... y que se pongan a soñar con el siguiente lote que un colega me ha dejado, disimuladamente, sobre mi mesa de trabajo: Taylor Swift, Scarlet Johansson, Miranda Kerr, Jessica Biel, Anne Hathaway, Kim Kardashian, Tracy Pollan, Britney Spears, Miley Cyrus, Selena Gómez, Demi Lovato, Miranda Cosgrove, Cheryl Cole o Ana Obregón... y si las dudas le persisten a más de un indeciso hay una fórmula secreta muy interesante: compongan una "mujer ideal" con trozos de todas ellas y... !no se pasen demasiado ni pierdan mucho el tiempo en tonterías!... porque puede ocurrir lo que ocurrió en la famosa película de terror La Residencia, donde el loco de turno (y mira que hay locos sueltos por ahí) al final sólo construyó un esqueleto nada viviente... una verdadera zombi de huesos nada más. Así que les recomiendo que elijan sólo a una y sueñen con ella. Yo, como estoy casado y no necesito a ninguna otra, soy totalmente neutral en este asunto... !y las reclamaciones!... en caso de que las haya... dirijánlas a "Crónica del Sureste", a la Dirección en Murcia de la calle Gran Vía Escultor Salzillo, 21- piso Segundo entresuelo. Nada de llamadas telefónicas poque nadi8e de la Redacción va a hacer caso a las llamadas telefónicas y se van a gastar ustedes una verdadera fortuna en llamadas. Si alguien se queda defraudado y le entra crisis, angustia, agobio o ansiedad, dirijan una Carta de Reclamaciones a la citada Dirección. Por que yo en este asunto me callo y guardo silencio.
En la dura acera del supermecado,aire frío y caja de cartón villana, yace el cuerpo del sinuoso espasmomientras la ciudad duerme y se calla.En medio de la noche encallala luna en el cristal de vidrio;una fugaz linterna de quincallase hunde en el cantar de un grillo. Se aparca el tiempo en el gris bordillodonde huele a hedor podridola que fue tersa y vivaz manzana. Mañanaresurgirá la Muerte de Don Nadie hundidoen el viejo furgón de la desgana.Una Mirada sin Luz que se desgrana,polvo al duro suelo adherido, mientras se oye el sonar de la campanaen el lejano eco del Destino. El aire levanta la hoja de un ciprésque está caída de un rincón vecino.Por la esquina pardalas luces de un neón descoloridoanuncian que en esta madrugadaalguien duerme un soñar perdido. Se ha oídoel chirriar de un camión que cargala basura del detritus corrompido. Y al final de todo en la ensenadade la Mirada sin Luz ya destempladade Don Nadie que fue sólo un vencido,queda la noche triste y desolada envuelta en la atmósfera calladadel último espasmo sin sentido.
Me encontré, hace aproximadamente un mes, con dos viejos compañeros de andanzas más o menos creíbles: los conquistadores (ello se creen conquistadores aunque no conquistan ni a la "marianas") Cortés y Pizarro. A Cortés le conocí de cuando Lope de Rueda y a Pizarro le conocí de cuando San Isidro. Y es que, además de extraordinaria memoria soy lo suficientemente culto como para saber historias de insignes españoles. El caso es que yo estaba tomando mi café con leche cotidiano, en cualquier tasca madrileña de esas cuyo nombre nunca se olvida porque se trata del "Bar Alegría" y se me presentan Cortés y Pizarro con ganas de conquistas. Yo no sé por qué razón los conquistadores se me acercan para vivir aventuras. Esta consistía en pasar inadvertidos en el Peñón de Gibraltar, una semana entera. Los dos se sentaron a mi lado y comenzaron a hablarme de ir a conquistar gibraltareñas con permiso de Su Alteza Real (no sé si se referían a Don Juan Carlos o a Isabel) y, claro está, la tentación era insuperable. Así que, sin saber muy bien por qué razón, causa o efecto, me vi envuelto en este viaje inesperado.  ¿Cómo entrar en el Peñón sin que sospechasen los británicos de nuestra presencia en su Dependencia de Gibraltar? El método introductorio se me ocurrió a mí mientras Cortés y Pizarro se devanaban los sesos encontrando la solución. Mi propuesta (que fue aceptada por unanimidad por los dos conquistadores "histéricos" más que "históricos") consistía en meternos dentro de tres catafalcos (que significa tres ataúdes) cerrados con cerrojos y llaves por dentro y envueltos en la bandera británica. Haríamos la trampa en El Campo de Gibraltar, justo al lado de la verja. ¡Y los gibraltareños cayeron como pardillos!. Cuando vieron aquellos tres ataúdes envueltos con la bandera británica, lloraron a moco tendido y nos transportaron (con lo cual el viaje nos salió gratis a los tres) hasta el castillo árabe del citado Peñón.  Los británicos gibraltareños o gibraltareños británicos (yo en estas cuestiones no me meto para nada), tan ortodoxos ellos, hicieron sonar el himno inglés y nos dieron la serenata en nombre de "los tres ilustres desconocidos", lo cual habla de los pocos conocimientos realmente históricos que poseen los de Gibraltar. El himno inglés, en español, dice más o menos así si mi sentido musical no me engaña: Dios salve a nuestra graciosa Reina. Larga vida a nuestra noble Reina. ¡Dios salve a la Reina! envíanos a ella victoriosos, felices y gloriosos, largo reinado sobre nosotros, Dios salve a la Reina! ¡Oh Señor Dios, dispersa a nuestros enemigos, y hazlos caer! confunde sus pícaros trucos, confunde su política, en ti nuestras esperanzas ponemos, ¡Dios salve a la Reina! No sólo en esta tierra Dios misericordioso, ¡de costa a costa! Señor, haz ver a las naciones, que los hombres son hermanos, y forman una familia, en todo el mundo. De cada enemigo latente, de los soplidos asesinos, ¡Dios salve a la Reina! Sobre tu brazo extendido, para defender la causa Británica, nuestra madre, princesa, y amiga, ¡Dios salve a la Reina! Tus regalos más escogidos en la tienda, vertidos en ella están satisfechos, ¡largo reinado! ella defiende nuestras leyes, y siempre nos da motivo, para cantar con el corazón y la voz, ¡Dios salve a la Reina!  Después de eso, los de Gibraltar nos dejaron descansando en paz dentro del castillo árabe con la intención de lanzar nuestros ataúdes al mar en cuanto llegara el nuevo amanecer y con disparos de cañón. Como nos dejaron sin custodia alguna, pudimos salir de los catafalcos y, escapando por una ventana, de la cual nos deslizamos con unas sogas que había por allí, no sin antes leer una placa que había en la pared, disfrazados de peregrinos, salimos a la aventura. La placa decía así: "El castillo árabe es una reliquia de la época de la ocupación de Gibraltar por los moros, que se extendió durante 710 años. Fue construido en el año 711 cuando Táriq ibn Ziyad, el jefe bereber,  desembarcó en el Peñón que lleva aún hoy su nombre. La principal edificación que ha permanecido en pie hasta nuestros días es la Torre del Homenaje, un edificio macizo construido en ladrillos y argamasa muy dura llamada "tapia"; la parte superior del mismo alojaba las habitaciones y el baño moro para los antiguos ocupantes". Yo tomé buena nota, por escrito, de lo que decía la placa para ver si con eso podría, durante toda la semana, ligar con alguna gibraltareña de buen ver y mejor gustar porque ya andaba yo con hambre atrasada y podría ser... pero lo que es Cortés y Pizarro, por no apuntar nada, no se comieron ni un "croissant", y mucho menos alguna rosquilla que otra, y se pasaron toda la semana en ayunas salvo lo que le dieron un grupo de mormones que estaban haciendo campaña de sus creencias y les endilgaron unos cuantos tarros de pimientos y tomates en conservas. Eso les pasó a Cortés y Pizarro que, por creerse conquistadores, se quedaron al pairo; o sea, con tres palmos de narices mientras yo me afanaba por el Peñón arriba y por el Peñón abajo para contactar con alguna nativa piadosa que fuera aceptable en líneas generales y sin entrar en más detalles me puse a la labor de buscarla.  La encontré sentada en la puerta de una taberna donde unos gitanos andaluces de Algeciras se pasaron toda la noche tocando palmas, bailando y cantando una chirigota que decía así: En aeropuerto encontrarme, con un estudiante, lo mismo que yo, con la única diferencia, de su procedencia, él era español, yo venía a estudiar, él se iba a trabajar. Yo me llegaba ilusionado y él se marchaba sin ganas de ná. Me contaba que con su licenciatura, su expediente y su dominio del inglés, tenía mucha más preparación y más cultura, que muchos papafritos que aquí chupan del poder, que está infravalorado, que está desesperado, que con treinta y tantos ya no sabe lo que hacer, que tanto tiempo y tanto esfuerzo, de noche en la biblioteca, que tantos años, subiendo peldaños, ya no le servían de ná, y yo a mi forma le respondí... etcétera... etcétera y etcétera... y el caso es que aquello de mi etcétera... etcétera y etcétera... pues resulta que le hizo gracia a la chavala de tan buena existencia que me invitó a un bocata de calamares fritos y así pasé mi primera jornada gibraltareña.  Aquella chavala, al parecer, se quedó demasiado con mi persona y después de pasar toda la semana juntos, sentados en los más alto del Peñón, yo contando historias de cuando la mili y ella sin parar de reír pero pagando todas las consumiciones consumí todo mi tiempo. Una vez que me despedía de ella, me dijo que se llamaba Rose Mary y quería volver a conocerme mejor... pero volví a encontrarme con Cortés y Pizarro que no habían podido ligar ni con los dichosos mormones. Y los tres juntos salimos de Gibraltar como Pedro por su casa. Les alegré el camino de vuelta, subidos los tres en un carromato lleno de heno, repitiendo las mismas historias de la mili hasta que se quedaron dormidos y me dejaron en paz.        
La verdad es siempre una mentira para quienes no desean escucharla. 
Primera Gran Verdad: Un primo me dice al oído: "Aquellos polvos han traído estos lodos". No sé que primo es pero pudiera ser el mismísimo ex boxeador Primo Carnera, de origen italiano. Segundo Mercado (ex boxeador de origen ecuatoriano) me dice la Segunda Gran Verdad: "¿Defensivo yo?. !Jamás!". Y Tercero, de origen español, ex futbolista del Valencia que llegó a ser compañero de Egea, me dice la Tercera Gran Verdad. "Hoy firmo la victoria del Atlético de Madrid, y eso que nunca jugué ni en el Atleti ni en el Sevilla".Vamos con las apuestas. Según la Casa de Apuestas  Futbolísticas "Stanjame.com" a la fecha de hoy están así: Atlético de madrid 15 - Sevilla 4. !Hasta es posible que ganemos el partido por un rotundo 5-1!. Lo que será esta noche es lo que afirma el ya famoso periodista Santiago Segurola del diario MASRCA: "El Atleti de esta noche será ya famoso y aunque los dos equipos están llenos de optimismo, uno de ellos está noche sufrirá de crisis de pesimismo. Y le tocará sufrir dicha crisis al Sevilla". Yo me abstengo de opinar por esta vez, salvo una historia que contaré inmediatamente después de decirles a todos mis lectores y lectoras que apunten en su memoria esta alineación"colchonera": De Gea; Ujfalusi, Perea, Domínguez, Antonio López; Reyes, Asunçao, Tiago, Simao; Forlán y Agüero; más los que juegen algunos minutos de entre Joel, Valera, Juanito, Jurado, Raúl García, Salvio e ibrahima... y escribo "e" porque soy lo suficientemente oculto para ello y no como algunos ignorantes que escriben "y".Por último, para rematar este planteamiento inicial (como en el teatro ya que después vendrá la Décima Nudo y la Décima Desenlace) he aquí la historia de Miguel. Por cierto que conozco a muchos "migueletes" que se las dan de "vivarachos" pero ahora no me acuerdo para nada de ellos. Estoy centrado y concentrado en el partido de esta noche, desde las nueve media contacta la televisión, en el Camp Nou de Barcelona... y es que Barcelona está mucho más cerca de Madrid que de Sevilla, yo tengo parientes paternos lejanos en Barcelona (algunos no tan lejanos por cierto) y soy amigo de Juan Marsé que me trae a la memoria, continuamente, aquello de "si te dicen que caí un día volveré"... !y es que no he muerto en Angola, don Bonifacio!. Échele la culpa de la broma a Andrés en todo caso si es que sabe quién es el tal Andrés. Y ahí va la historia de los dos citados Migueles. El primero de ellos fue un compañero mío de Cartonera de la OP de Plaza de Canalejas, 1 a quien el facha Magro le tenía totasmente marginado por alcohólico, junto con Ondaro al cual tenía marginado por ser un hombre sencillo y a mí mismo sólo por decir la verdad sobre cierto asunto relacionad con la Famosa Libeertad. En honor de auel Miguel publiqué un relato en la revista amateur "Tándem" que batió a la de Nandito "El Merenguito" publicado en el mismo número de dicha revista. El segundo Miguel es el que me interesa recordar ahora. Fue un extremo derecha del Atlético de Madrid, que jugó junto con Adelardo, Vavá, Peiró y Collar (!y ya hablaremos al final del prólogo, señores orondos del Real Madrid, ya hablaremos de cierta burla antiatlética con la que tanto se reían ustedes por aquellos años!)... pero será la sorpresa final. Ahora vamos con Miguel.Miguel González Pérez , nacido en Santa Cruz de la Palma en 1927, por lo que se le conocía en el mundillo futbolístico como "el palmero", ha sido uno de los mejores futbolistas que ha dado el fútbol canario y el nacional. sus pasos futbolísticos en los equipos de la capital palmera del Mensajero y Español, y tras un breve paso por el Iberia de Tenerife fichó por el R. C. Victoria del Puerto de la Luz, club que cobra medio millón de pesetas por su traspaso al Atlético de Madrid. Vistió en 17 ocasiones la camiseta de internacional y en una de ellas jugó Miguel contra Inglaterra en Wembley en noviembre de 1955, cuando el vasco Telmo Zarronaindái "Zarra", marcó el famosísimo gol, en el mismo Estadio Wembley, que nos dio la gloriosa victoria por O-1 ante la que un periodita del ABC llamó "La pérfida Albión" por la cantidad de barbaridades que decían, por aquellos años, los ingleses contra España.Esta noche habrá otra gloriosa victoria en la fiesta: los del chotís venceremos a los de las sevillanas. Para quien no sepa qué es un chotís y qué es una sevillana, aquí les dejo, como final del Planteamiento sus definiciones correspondientes: El chotís es el baile típico madrileño. Es un baile que se puso de moda y tuvo mucho éxito a finales del siglo XIX... pero todavía lo bailamos en la Fiesta de la Verbena de la Paloma... mientras que la sevillana es el cante y baile típico de las distintas ferias que se celebran por toda la región andaluza, sobre todo en la Feria de Abril de Sevilla y también en la romería de El Rocío, en la aldea almonteña de Huelva, y todas las de Andalucía, o en las Cruces de Mayo de Lebrija ...!Veremos quien de los dos se baila más "pegaditos" el hombre con la mujer esta misma noche!. !Ahí queda eso! (como decimos los castizos de Madrid).
Me encuentro, enviado por mi Jefa de Redacción, en la bahía de La Concha, que es una pequeña bahía situada en la costa española del mar Cantábrico, frente a la ciudad de San Sebastián. Como indica su nombre posee forma de concha y alberga dos playas (Ondarreta y la playa de La Concha) y una isla, la isla de Santa Clara. Como tengo una cita con Conchita he preferido quedarme con ella en una terraza del malecón de la playa de La Concha, por aquello del juego de palabras que tanto le divierte a ella. A los pocos minutos de estar dando cuenta de un bocata de boquerones en vinagre aparece ella, un poco cariacontecida por haberse tenido que trasladar desde Mérida, en la lejana Cáceres, sólo por mi genial ocurrencia; así que lo primero que hago es presentarle mis disculpas.  Diesel.- Perdona, Conchita pero me pareció una buena idea...Concha.- No. Si la idea no es mala. Pero te advierto que tengo un mal día.  Rápidamente tomo el block y comienzo a apuntar. Diesel.- ¿Qué ha sucedido? ¡Cuenta, cuenta! Soy todo un profesional y te prometo que sólo se van a enterar los que lean. Concha.- Lo veo bastante razonable porque los que no saben leer no se van a enterar ni jota. Diesel.- Entonces... ¿estamos de acuerdo?Concha.- Estamos de acuerdo pero con una condición. Diesel.- ¡Espera, espera Conchita! ¡No tan deprisa que nos estrellamos! Si me lo quieres contar me lo cuentas y si no me lo quieres contar no me lo cuentas. ¿De acuerdo?Concha.- Lo sigo viendo bastante razonable.  Como Concha Velasco parece ofendida de verdad intentaré que me cuente la verdad sin que se dé cuenta de que me cuenta la verdad.  Concha.- Yo falsa no lo soy ni lo he sido nunca. No te voy a mentir. Diesel.- Es que si mientes te condenas tú pero no yo. Concha.- Con la iglesia he topado.Diesel.- Nada de iglesia, Conchita. Te has topado con un periodista auténtico y no como ese tal Pipi. Puedo ser, para ti y por hacer una excepción, Pepe pero jamás Pipi.  A Conchita se le cambia la cara y comienza a sonreír, así que se sienta y pide otro bocadillo de boquerones en vinagre. Una vez atendida por el camarero comienzo por lanzar una directa bien directa.  Diesel.- ¿Eres igual sobre el escenario que fuera del escenario?  Concha.- Yo no soy como Sabina. Cuando bajo del escenario soy una persona pero no vulgar. Diesel.- ¿Es por eso por lo que continúas actuando?Concha.- Actúo todo lo que tenga que actuar. En estos momentos también estamos actuando. Yo actúo, tú actúas, él y ella actúan. No comprendo a quién se está refiriendo con él y ella y prefiero seguir siendo directo.  Diesel.- ¿Quienes son él y ella?Concha.- Me estoy refiriendo a Ana Belén y Víctor Manuel. ¿O tú te crees que no actúan para hacernos creer lo increíble?Diesel.- Increíble pero cierto. Pero si empezamos a decir verdades a mí no me emocionan tanto como a Carlos. Concha.- ¿Quién es Carlos?Diesel.- Digamos que un fan de esa pareja. Pero hablemos de algo más importante. ¿De verdad te crees que Ana Belén y Víctor Manuel son de verdad proletarios?Concha.- Eso no se lo creen ni bebiendo sidra del lagar.Diesel.- Espero que esto lo lea Carlos para que se desengañe. Y en cuanto a desengaños... ¿quién te ha desengañado más en esta vida?Concha.- Paco Marsó como todo el mundo sabe. Pero ya murió y el muerto al hoyo y el vivo al bollo. Está mucho mejor Brad Pitt. Y es que después del divorcio me siento mucho más joven. Algo así como tú. Diesel.- No mezclemos las churras con las merinas, Conchita. Yo soy joven pero no he tenido que pasar por un divorcio para serlo, gracias a Dios.Concha.- Eso también es verdad. Diesel.- Es que si estamos contando verdades yo no me voy a quedar atrás. Doy un giro completo a la Entrevista para intentar que no se vaya y me deje sin terminar mi trabajo.  Diesel.- Hablando de Concha... ¿es verdad que, en el teatro, se llama concha el lugar donde se encuentra el apuntador?Concha.- ¿Cómo sabes tú eso?Diesel.- También he hecho algo de teatro a lo largo de mi joven vida. Concha.- ¿No me digas?Diesel.- Te lo digo porque es verdad pero hablame de la concha del teatro. Concha.- Para conocimiento público y del público en general, y ya que me llamo Concha, he de decir que los apuntadores de ópera se ubican tradicionalmente en un habitáculo de madera pequeño en el extremo delantero del centro del escenario, sobre el foso de la orquesta. Se llama la "caja del apuntador", "concha" o "consuela".  Son visibles a los actores y a ningún otro. La tecnología ha traído aire fresco y entre otros avances, pequeñas pantallas de visualización, para apoyar su trabajo.Diesel.- Para que se entere el público en general y en particular de que yo no cuento mentiras sino historias... ¿cuál es la historia teatral que más te haya emocionado de las muchas que has representado? Concha.- Aunque muchos no lo sepan y no se lo crean, me quedé muy entusiasmada con "La vida por delante" de Josep María Pou, todo un éxito con más de 270.000 espectadores a lo largo de los 2 años. Diesel.- Muy bueno lo tuyo, Concha. Concha.- ¿A qué te refieres ahora?Diesel.- A lo de "La vida por delante". Parece filosofía pura. Concha.- Es que es filosofía pura. Diesel.- Viéndote tan feliz debe ser también verdad. Y hablando de Pou... ¿quién es ese tipo? Concha.- Todo un catalán de Mollet del Vallés, bastante calvo por cierto.Diesel.- ¿De esos de los de mal genio?Concha.- Genio, lo que se dice genio, no lo es tanto... pero mal genio tienen un mogollón... Doy otro giro a la entrevista para no entrar en un callejón sin salida. Diesel.- ¿Qué significado filosófico tiene la vida para tí, Conchita?Concha.- Por ejemplo que la felicidad consiste en cosas tan inocentes como comer un bocadillo de boquerones en vinagre junto a un buen amigo como tú. Diesel.- ¿De verdad me consideras un buen amigo?Concha.- Sí. Porque te conozco lo suficiente como para afirmar que eres incapaz de engañar a una mujer.Diesel.- ¡Ahí has dado en el clavo!Concha.- Lo sabía. Diesel.- Pues ya que sabes tanto... ¿qué puedes decirme sobre la frase de "En verdad que lo que muchos o muchas callan es lo que más te ennoblece porque es lo más puro con que te muestras. Hay que ser honrado con uno mismo y honesto con los demás"?Concha.- ¡Arrea! ¿De quién es ese pensamiento tan genial? Prefiero no decirle que es mío para que no me considere una especie de dios... Diesel.- Por ejemplo, digamos que mi abuela materna...Concha.- Pues tu abuela materna es, en verdad, genial.Diesel.- Ella me enseñó algo que se llama dignidad humana. ¿Qué tal va el mundo?Concha.- ¿Qué mundo?Diesel.- Este que nos han montado como de tramoya.Concha.- ¡Tú lo has dicho! Diesel.- Yo no he dicho nada... Concha.- Quiero decir que sí... que por lo que yo sé... es una pura tramoya... Diesel.- ¿Mucho teatro tal vez?Concha.- Mucho teatro sin duda pero de pésima categoría.  Diesel.- ¿Un verdadero montaje?Concha. ¡Tú lo has dicho!Diesel.- Vuelvo a repetirte que yo no he dicho nada... Concha.- Un montaje total. Diesel.- Y en esa totalidad... ¿qué pintamos los que somos independientes?Concha.- No es que seamos Goya pero algo sí que pintamos. Diesel.- Pues hablando de Goya... ¿cuantós te han dado ya?Concha.- A lo mejor no te lo crees pero sólo me lo han dado una vez. Fue un Goya de Honor en el 2012; aunque, a decir verdades, estuve a punto de conseguirlos en 1996 y en 1989. En 1996 fui Nominada a la mejor interpretación femenina protagonista por "Más allá del jardín" y en 1989 fui Nominada a la mejor interpretación femenina de reparto por "Esquilache"... pero se lo dieron a otras de cuyo nombre, como Miguel de Cervantes Saavedra, no quiero acordarme.Diesel.- Yo estoy esperando a que me concedan, si se acuerdan de mi para bien, el Cervantes. ¿Crees que la ambición es un buen comienzo?Concha.- La ambición siempre es un buen comienzo para quienes no son avarientos. Lo difícil reside en que se acuerden de un para bien.  Hacemos un alto en el diálogo para merendarnos los bocadillos de boquerones en vinagre a los cuales los hemos acompañado de un clarete. Diesel.- Claro que... Concha.- No lo digas que es mejor... Diesel.- ¿Es mejor estar callados?Concha.- Es mejor estar comiendo.  Como estoy de acuerdo con ella seguimos comiendo sin decir esta boca es mía pero no aguanto la pregunta...  Diesel.- ¿Qué piensa sonbre lo de "esta boca es mía"Concha.- Que es una verdad como un templo.  Después decidimos seguir callando mientras terminamos de merendar.  Diesel.- ¿Qué me dices de Conchita?Concha.- ¿De mí misma?Diesel.- No. De ti misma luego te seguiré preguntando. Ahora me refiero a Concepción Arenal. ¿Qué sabes de Concepción Arenal?Concha.- Que me parece que era gallega. Diesel.- Cierto. Era gallega. Pero... ¿de qué Movimiento?Concha.- Pues a pesar de que era gallega de El Ferrol y que tiene una calle en Madrid, te aseguro de que no era franquista. Diesel.- Me parece que te pierdes por La Cuesta de Las Perdices...Concha.- No te entiendo nada de nada, Diesel. Diesel.- ¿Y si te doy una buena pista?Concha.- Siempre que sea una buena pista la acepto. Diesel.- Digamos entonces "La educación de las mujeres"Concha.- ¡Ya está! ¡Era del Realismo!Diesel.- Pero no precisamente del mágico. Concha.- ¡¡Jajajajaja!!Diesel.- Dejemos la risa para cuando haya contado un chiste. Concha.- ¿Es que no ha sido un chiste?Diesel.- Soy autosuficiente para contar algún chiste que otro pero esta Entrevista es muy seria. ¿Cómo te gustan los ligues?Concha.- Eso ya se lo dije a Manuel Jabois.Diesel.- Pero yo soy bastante mejor periodista que ese tal Jabois que ni sé de dónde ha salido. Concha.- Está bien. Repito que los de mi edad no me gustan. Diesel.- ¿Cuál es el motivo, causa o razón?Concha.- Que yo soy una mujer de hoy y para hoy. Lo pasado por agua ya está muy mojado y lo que venga mañana sólo Dios lo sabe. Diesel.- Puestos a ser metafísicos me sé un chiste muy bueno. ¿Te lo cuento?Concha.- Si me haces reír otra vez te invito a otra ronda de boquerones en vinagre. Diesel.- Acepto. El chiste consiste en que no se me ocurre otro mejor que el de un caballo diciéndole a una yegua: "Hoy no podemos cabalgar porque me encuentro en ayunas"  Concha se queda pensando un largo rato... Diesel.- ¿Te lo explico en latín para hacerlo más comprensible?Concha.- ¡¡Jajajajaja!! Así que le pido al camarero otros dos bocadillos de boquerones en vinagre y otra buena botella de clarete.  Diesel.- Claro. Concha.- ¿Qué es lo que está claro?Diesel.- El chiste.  Concha se queda pensando otro largo rato... Diesel.- Yo es que voy de Paso...Concha.- ¿Cómo dices?Diesel.- Que si has representado algo de Paso...Concha.- Pues ahora mismo no recuerdo bien... Diesel.- ¿Y si te digo 1967 tal vez?Concha.- ¡Claro! ¡Qué buena memoria tienes, Diesel! ¡Fue en 1967 cuando trabajé como protagonista principal en "Las que tienen que servir" que es una película española dirigida por José María Forqué, basada en la obra homónima del dramaturgo Alfonso Paso! Ya Conchita está super lanzada y espero a que termine... Concha.- La película narra las peripecias de Juana Cortés (que soy yo), una empleada de hogar que trabaja para un matrimonio estadounidense, los Stevens, junto a su compañera Francisca Pizarro (que era Amparo Soler). El chalet en Torrejón de Ardoz en el que sirven dispone de toda clase de futuristas electrodomésticos. Juana (que soy yo) tiene una aspiración: casarse con Antonio (que era Alfredo Landa), su novio de toda la vida. Por su parte, Francisca (que era Amparo Soler) pretende conquistar a Lorenzo, el huevero (que era Manolo Gómez Bur). Antonio y Lorenzo deberán medirse con dos fornidos americanos para recuperar el amor y el respeto de sus amadas. ¡Fue divertidísimo! ¡Una astracanada de las muchas que escribió Alfonso Paso! ¿Sabes qué fue de Amparo?Diesel.- Supongo que te refieres a Amparo Soler... ¿no es cierto?Concha.- ¡Claro! ¿Qué otra Amparo ha podido haber en tu vida, sinvergüenza?Diesel.- Esto... yo... la verdad es que de Amparo... pues... ¿qué quieres que te cuente?Concha.- Que si vive o no vive. Diesel.- Supongo que si. Que si te refieres a Amparo Soler pues sí... pero espera a que repase mis notas... Saco un lote de hojas grapadas de cualquier manera y comienzo a buscar... Concha.- ¿No estarás ocultando nada, verdad?Diesel.- No... no... no estoy ocultando nada en cuanto a Amparo...Concha.- No sé por qué pero no te creo... o por lo menos no te creo del todo...Diesel.- Dejando de lado las dudas razonables creo que sí pero espera... toma un buen trago de clarete y espera...  Se producen unos momentos de tensión imposible de evitar hasta que encuentro el dato. Diesel.- ¡Está viva!Concha.- ¿Quién está viva?Diesel.- ¿No te estás refiriendo Amparo Soler Leal?Concha.- Supongo que sí; a no ser que conozcas a otras...Diesel.- Por conocer, por conocer, pudiera ser... pero lo que te afirmo es que está viva.   Pasado el susto recupero mi dominio propio. Diesel.- ¿Qué dominas mejor? ¿La comedia, el drama o la tragedia?Concha.- El término medio. Diesel.- ¿El drama?Concha.- ¡Exacto! Lo que domino mejor es el drama que es el termino medio porque si tenemos en cuenta que en la vida todo término medio es lo más valioso... Diesel.- ¡Espera, espera Conchita! A ningún lector le va a interesar una disertación sobre lo que es un drama y la diferencia entre el drama, la comedia y la tragedia así que... ¿tiens alguna nostalgia a cuestas?Concha.- Cueta decirlo...Diesel.- ¡Cuenta, cuenta! Concha.- Las chicas de la Cruz Roja...Diesel.- También tengo yo ciertas nostalgias de ellas...  Concha.- Caramba... caramba... caramba... Doy, a tiempo, otra vuelta de 180 grados a la Entrevista... Diesel.- ¿Quién fue el que dijo lo de "no solemos considerar como personas de buen sentido sino a los que participan de nuestras opiniones"Concha.- ¿Otra vez tú?Diesel.- Fría... fría... muy fría...Concha.- Paso palabra. Diesel.- ¿Y si te aclaro que como buen francés se llamaba François?Concha.- Paso palabra. Diesel.- ¿Y sin te sigo aclarando que como buen francés era parisino?Concha.- Paso palabra. Diesel.- Te lo voy a poner más fácil.Concha.- Sí. Por favor. Pónmelo más fácil porque de franceses estoy hasta el gorro. Diesel.- Caramba... ¡no me había fijado en lo guay de gorro que usas!Concha.- Deja ya mi gorro en paz y dame la pista definitiva...Diesel.- Supongamos que su apellido significa "El loco de la roca".Concha.- Buen título para una película pero... dame un par de minutos para recordar... Yo me quedo callado comiento mi segundo bocata de boquerones en vinagre mientras mi vista se pierde hasta la lejanía del mar... Concha.- ¡Ya está! ¡François de la Rochefoucoud!  Sigo con mi vista perdida en el horizonte porque estoy empezando a soñar... Concha.- ¡Diesel! ¡¡Despierta!!  Me llevo tal sobresalto que casi me caigo de la silla.  Concha.- He dicho François de la Rouchefoucould.Diesel.- Está bien. Demos por buena la contestación y volvamos al trabajo. ¿Te marcó más "Las chicas de la Cruz Roja" o todo aquello de "La chica yeyé"?Concha.-  No. Lo que más me marcó fue "El día de los enamorados". ¿Cuántos días te has eneamorado tú?Diesel.- Se pierden en la memoria de las noches y no es una manera de hablar sino una verdad más grande que un templo pero, siguiendo con tu vida, ¿qué tal te va con Hécuba?Concha.- Muy bien. Es una manera muy trágica de mostar la desesperación de ciertas mujeres. ¿Sabes tú algo de "Hécuba"? Diesel.- Recuerdo algo del Instituto San isidro gracias a Ayora. Concha.- ¿Tú estudiaste con Ayora? Ahora el que me lanzo soy yo... Diesel.-  Es un orgullo y un honor decir que estudié con el porfesor Antonio Ayora, entrañable profesor de Literatura, en el Insituto San Isidro de Madrid. Este profesor de Literatura y director del Aula de Teatro del Instituto San Isidro consiguió no sólo que la Literatura llegase a sus alumnos mediante una metodología activa, sino, además, algo muy difícil en el mundo de la educación: despertar la vocación de muchos de sus alumnos, que en su Aula descubrieron dónde estaba su futuro. Gracias a él soy capaz de escribir obras de teatro y hasta, como te dije antes, hacer de actor en alguna que otra obra. Y esto es una verdad más grande que un templo. Concha.- Pero si no lo dudo...Diesel.- Es que no hay por qué dudarlo porque es verdad de las de las buenas. El gran Antonio Ayora hizo que yo supiera que en la mitología griega, Hécuba es la segunda esposa de Príamo, rey de Troya, y uno de los personajes de la Ilíada. Se trata de la hija de Dimas, rey de Frigia, según esta obra, aunque también se la ha considerado hija de Sangarios y de la ninfa Evagora. Hécuba tuvo de Príamo una abundante descendencia que según las fuentes va desde los 14 hijos que le da Apolodoro a los 50 que propone Eurípides, pasando por los 19 de la tradición más extendida. De sus hijos los más famosos son Héctor, Paris, Casandra, Héleno, Políxena y Troilo.Concha.- ¿Todo eso aprendiste con Don Antonio Ayora?Diesel.- Todo eso y algo más que no cuento porque hay una dama delante. Concha.- Nada de cortarse ahora, Diesel. ¿De verdad tuviste como profesor de Literatura a Don Antonio Ayora?Diesel.- A ver si te crees que todo lo que yo cuento es solamente imaginación. ¡Claro que es verdad!  Fui compañero de aulas de Manuel Galiana, Emilio Gutiérrez Caba y José Carabias entre otros.Concha.- Entonces... ¿tú también eres un comediante?Diesel.- Es una de mis principales actividades aunque no te lo creas. Concha.- ¿Por qué no me lo voy a creer?Diesel.- Porque muchos creen que para ser comediante hay que haber nacido en una carreta de bohemios. Por cierto... ¿a ver si algún día Dios quiere que tú puedas ver mi obra "La Cearreta" y me das tu opinión, vale?Concha.- Vale. Diesel.- Pues entonce yo te pregunto... ¿qué es la bohemia?Concha.- Supongo que ser artista. Diesel.- Mucho más que ser artista. Concha.- Paso palabra. Diesel.- Ser artista de los guays. Concha.- ¡Ah, ya comprendo, ya comprendo!Diesel.- Pues pasamos de tema. ¿Volverías a votar a José Luis?Concha.- Puede que volviese a votar a José Luis Rodrígez Zapatero. Diesel.- Pero... ¿qué dices, Conchita?... yo me estoy refiriendo a José Luis Perales. Concha.- A falta de Manzanero bueno es Perales.Diesel.- ¿Recuerdas lo de libertad libertad sin ira libertad y si no la hay algún día la habrá?Concha.- No me lo recuerdes que me pongo frenética. Diesel.- ¿Y si te dijera yo que todos los que han sido, son y serán de "Jarcha" eran, son y serán bastante burgueses por cierto?Concha.- Diría que tal vez es cierto. Porque hay que ser algo burgués para triunfar en esto de la música. Diesel.- Pues para que veas que no es oro todo lo que reluce. ¿Sabes quién dijo esta frase? Concha.- Sé que es una expresión española que viene a significar algo así como que en esta vida hay que tener mucho cuidado con las apariencias. las cosas no siempre son los que parecen, sino que hay que investigar un poco para llegar a averiguar cómo son realmente. Diesel.- Veo que la vida te lo ha demostrado, Conchita. Concha.- Muchas, muchas veces, muchas más de las que yo hubiera pensado o hubiera querido. Me he llevado muchas sorpresas. Algunas muy agradables pero otras verdaderamente desagradables.   Otra vez dejo que Conchita Velasco se dispare.  Concha.- Por ejemplo los de "Diez Minutos" dijeron que no levanto cabeza con Hacienda, a la que dijeron que debía 200 millones de pesetas y siguieron dicicendo que tuve que vender mi chalé de La Moraleja y que me  embargaron gran parte del sueldo de TVE y el piso. Todo eso dijeron de mí los de "Diez Minutos".Diesel.- ¿Y cómo se te ocurre leer revistas como "Diez Minutos" habiendo revistas mucho más culturales y que nunca mienten?Concha.- Dime alguna y la busco más rápido que el AVE...Diesel.- Todavía puede haber por ahí algún ejemplar de "Cigarras y Saltamontes"...Concha.- ¿"Cigarras y Saltamontes"?Diesel.- Sí. De cuando yo sólo era un periodista en estado de gestación. Concha.- ¿Era tuya?Diesel.- Por supuesto que sí. Y en ella jamás conté mentiras ni trolas sobre personas famosas o no famosas. Porque o eres periodista de los de la verdad o terminas en "Diez Minutos" por poner un ejemplo. Concha.- Todo lo que dijeron era solamente basura... Prefiero aligerar el drama...  Diesel.- ¿De verdad naciste en Valladolid como mi amiga Carmen?Concha.- Nací en Valladolid como tu amiga Carmen pero me crié en Madrid como sucedió contigo. Por cierto... ¿de verdad que Carmen era de Valladolid?Diesel.- Te mentiría si dijese lo contrario. Concha.- Y yo que pienso que conoces a más de una Carmen...Diesel.- Pero sólo porque Carmen es el nombre de mujer más conocido en toda España. Según el Instituto Nacional de Estadística de España, donde trabajó mi padre, los diez primeros puestos son los siguientes: Maria Carmen, María, Carmen, Josefa, Isabel, María Dolores, Ana María, Francisca, María Pilar y  Dolores. Teniendo en cuenta que a las María Carmen se las conoce como Carmen... ¡he ahí la respuesta!Concha.- Pues otra vez te creo. Diesel.- Pues haces bien. Y ahora que hablamos de Valladolid... ¿qué monumento no religioso es el mejor para los turistas en dicha ciudad?Concha.- ¿Dejando de lado los monumentos religiosos?Diesel.- Sí. De religión nunca hablo en mis Entrevistas a no ser que sea un caso excepcional o de extrema necesidad; cosa que hablando contigo no me ocurre. Concha.- Dejando a un lado los monumentos religiosos te puedo citar la Plaza Mayor y el Campo Grande. La Plaza Mayor de Valladolid fue la primera plaza rectangular que se edificó en España y El Campo Grande es el parque urbano más grande de Valladolid. Su origen como parque data de finales del siglo XVIII, cuanto era llamado Campo de la Verdad. Diesel.- Hablando de la Verdad, ¿eres capaz de decirme una gran verdad que sea de valor absoluto y no como esas verdades relativas que cuentan tantos famosos y que por eso de lo relativo no son más que mentiras?Concha.- De verdad te digo que mi gran verdad no es que me pongan una estatua en Valladolid ni en Madrid ni en ninguna otra parte de España sino que, en vida, deje un buen recuerdo a los míos. Mi gran verdad es que quiero seguir siendo la muchachita de Valladolid, madrileña de adopción y chica yeyé por los siglos de los siglos. Diesel.- ¿Tú y yo nos hemos conocido antes? Lo digo porque tu cara me suena un montón desde hace bastante tiempo... y no quiero decir que no seas joven sino todo lo contrario... Concha.- ¡¡Jajajajaja!! Teniendo en cuenta que tu padre, Don Emiliano, y mi padre, Don Pío, eran compañeros de Caballería y tan íntimos amigos que se iban juntos muchos domingos de cacería pues te conozco desde que tú eras tan niño que ni te acuerdas de mí. Era cuando vivías en Alcalde Sáinz de Baranda y yo en Príncipe Pío. Fue cuando dije la famosa frase de "!Mamá quiero ser artista!" que luego terminó siendo canción. Tú ni te puedes acordar de lo pequeño que eras. Pero también te vi en otra ocasión, durante un rodaje de una película cuando tú ya estabas casado con una chavala tan guay, en todos los sentidos, que la contrataron para extra e incluso se fijó en ella Pedro Almodóvar, al cuál le diste todo un corte de mangas y le dejaste con la boca abierta. Yo me partía de risa.Diesel.- Ya decía yo... Y doy por terminada la Entrevista recogiendo todas mis hojas donde he apuntado mis notas, pago los bocadillos de boquerones en vinagre y dejo que ella pague las dos botellas de clarete y me despido con una "hasta luego que tengo prisas" porque es que quiero llegar a tiempo a la Redacción para que mi Jefa, viendo tan brillante trabajo periodístico y que me lo he "currado" a base de bien, pues me regale un cigarrillo y tal y cual y todo lo demás allá que es bastante por cierto. Y digo yo que cuándo me van a dar un puesto menos ajetreado que éste de patearme el mundo entero en busca de Entrevistas por aquí y Entrevistas por cualquier otro lado que me salen ya las Entrevistas hasta por las orejas y eso que sólo soy un "freelance" y claro está los "freelance" hemos nacido de pie y de pie seguimos siempre. Cosas de mi abuela materna por cierto.   
A continuación os pongo al corrien te de las Fiestas que se celebran en las diversas pedanía de Ribamontán al Mar (en Cantabria). Lo copio de la página Internet titulada Ribamontánalmar.com:  MAYO - San IsidroVER +  GALIZANO celebra desde el año 1940, una de las dos importantes fiestas patronales del Municipio, con una tradicional feria y concurso-exposición de ganado vacuno frisón, a la que acuden ganaderías de toda la región, asistiendo un gran número de animales que alcanzan un alto nivel. La feria se acompaña con exposiciones de maquinaria agrícola, de artesanía de Cantabria, como cerámica y madera, con exhibiciones de deportes rurales, como corte de troncos, siega y carreras de ollas. Al mediodía se ofrece una comida campestre para todos los asistentes y por la tarde, en atención al sector ganadero, se hacen exhibiciones de arrastre de bueyes. En los últimos años se desarrollan actividades relacionadas con el mundo del caballo que amenizan la jornada con exhibición de doma, subastas, paseos para niños en ponys, arrastre de caballos, etc. Además los jóvenes tienen espectáculos de deportes con exhibición de motocross o Bike-trial. Por la noche hay actuaciones de coros y danzas municipales, verbena y macrodiscoteca como colofón de fiesta. Como complemento de la feria, la semana anterior, se celebra una charla sobre ganadería.^.JULIO - San PantaleónVER +  GALIZANO celebra esta fiesta en la Ermita de San Pantaleón, construida en el siglo XVIII en estilo barroco, que se encuentra actualmente en ruinas. Se localiza en mitad de una elevada y solitaria pradería, zona de agreste belleza natural, sobre la misma costa en uno de sus tramos más abiertos. El acto principal de esta fiesta es la celebración de la misa, tras ella la actuación de las danzas en honor al patrono. Por la tarde hay una animada romería y por la noche se continua con una popular verbena.^.JULIO - Ntra. Sra. del Carmen (Tes)VER +  SUESA la celebra en los días del Carmen. Es una fiesta especialmente dedicada a los vecinos del pueblo que se reúne en la campa frente a la ermita para hacer una concurrida comida campestre. Esta se ameniza con actuaciones de folklore. Durante ese fin de semana se organiza un parque infantil siendo la diversión de los más pequeños que disfrutan con hinchables, cars, tirolina, el tren magdaleno, camas elásticas, etc.^.AGOSTO - San FélixVER +  LANGRE celebra San Félix el 1 de Agosto, en pleno ambiente veraniego, donde todos disfrutan del calor de una festiva jornada estival.El día antes, como preludio de la fiesta, se ofrece un espectáculo de la muestra de folklore internacional.La fiesta se ameniza con una comida campestre de gran participación. Por la tarde hay juegos infantiles y comienza la romería, que por la noche concluye con una verbena animada por una orquesta que en el ambiente festivo deleita a los vecinos y visitantes del verano con buena música para el baile y el esparcimiento.^.AGOSTO - El SalvadorVER +  CASTANEDO celebra El Salvador el 6 de Agosto. Se organizan juegos infantiles para los pequeños que disfrutan de la fiesta con gran animación. Durante toda la tarde se festeja una romería que culmina por la noche con la popular verbena.^.AGOSTO - Nuestra SeñoraVER +  GALIZANO homenajea a la Virgen de Nuestra Señora, de gran devoción y muy arraigada en toda Cantabria. Con especial énfasis dentro del Municipio de Ribamontán al Mar, este pueblo celebra su fiesta. Se ameniza con divertidos concursos de disfraces. Se organizan juegos infantiles y se desarrolla por la tarde una animada romería que culmina por la noche con la tradicional verbena.^.AGOSTO - San RoqueVER +  CARRIAZO y GALIZANO celebran San Roque con una pequeña fiesta en ambos pueblos en las que no faltan las actuaciones de folklore amenizando las romerías y verbenas por la noche. En Carriazo al final de la verbena se ofrece una chocolatada y al día siguiente se celebra San Roquín.^.SEPTIEMBRE - Ntra. Sra. de LatasVER +  SOMO-LOREDO celebra los días 7, 8 y 9 de Septiembre la gran fiesta patronal del Ayuntamiento, Nuestra Señora de la Virgen de Latas. El domingo anterior a esta fiesta se realiza una procesión marítima a Santander. El día de la fiesta se celebra con un breve traslado de la imagen a la iglesia parroquial de Suesa, destacando entre sus actos religiosos la novena a la Virgen, en la iglesia se reza un rosario. Por la mañana la fiesta comienza con un desfile de carrozas engalanadas que parten de cada una de las localidades de Ribamontán al Mar, convergen en el cruce del Rumor y juntas se dirigen hasta el santuario de la Virgen de Latas. Tras una misa mayor cantada, se organiza una procesión en el entorno del templo con bailes de picayos. Al día siguiente tiene lugar la llamada fiesta de Latucas, homenaje a los mayores y a los niños. Está declarada de interés local. Los actos festivos en estas jornadas son muy variados, hay conciertos, comida campestre, concursos de disfraces, de tortillas, exhibiciones de deporte rural, juegos infantiles, fuegos artificiales, grandes romería y verbenas con pequeños puestos de ferias.^.SEPTIEMBRE - San MiguelVER +  SUESA celebra el 29 de Septiembre la festividad en honor de San Miguel. Durante toda la jornada se desarrolla una animada romería, donde destaca una especial atención a los pequeños con juegos infantiles, para los mayores el tradicional concurso de bolos, la fiesta se prolonga hasta la noche que culmina con la popular verbena en la plaza del pueblo. Al día siguiente continuan las fiestas celebrandose el popular San Miguelín.^.NOVIEMBRE - San MartínVER +  CARRIAZO celebra San Martín con una fiesta para la gente del pueblo. Como homenaje al Santo los vecinos se reúnen en la iglesia, se queda para comer y tomar un vino. El día del patrono se convierte en un día de hermandad y convivencia.^.DICIEMBRE - Santa EulaliaVER +  SUESA celebra su fiesta patronal de Santa Eulalia, es una fecha invernal que se dedica al culto y la oración en honor a la Santa, siendo motivo de encuentro para todos los vecinos.^.DICIEMBRE - Santa LucíaVER +  CASTANEDO es el pueblo que celebra la última fiesta patronal antes de finalizar el año. Cada una de las pedanías de Ribamontán al Mar homenajea a su patrón con una jornada dedicada a su devoción. Este pueblo tiene como protectora a Santa Lucía, a la que veneran en su día con la misa ofrecida en su honor. 
Mi chavalilla (la chavalilla con la que estoy felizmente casado) siempre tiene un lema primordial sacado de los Proverbios de la Biblia: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él" (Proverbios 22:6). Lo hemos llevado muchas veces a la práctica cristiana y siempre nos ha dado excelentes resultados. Una gran cantidad de los que hoy son jóvenes y jovencitas sanos en todos los sentidos fueron educados de esa manera. Y doy Gracias a Dios poo haberme casado con Ella.   
Pasean por el mundosoberbias sus potestadescreyéndose deidadesde plata y oropel.Su papeles crecer en vanidadesdejando a los de a piesufrir las soledades. Más hay de aquelque acumula cantidadesen forma de granel. !Llegarán las tempestadesde la Muerte sobre él!. Y al final esos costalesde monedas como la pielse les caerá y sus pedestalesde barro habrán de ser. Entonces sus maldadesharán que beban hiely el monto de sus ansiedadesse les convertirá en sed. !Sabed, entonces, sabedque sois los únicos culpables de vuestra propia babely que del cielo las verdadesos harán al fin caer!.
Te quiero acariciar en el entorno de mis pensamientos; suavemente suave,como si fueran movimientos de un dulce y ligero pleamarjunto al marde la boca de tus sentimientos.Poco a poco, dejando pasartodos nuestros momentos. Suavemente suave, como palomas de vientosque siempre que empiezan a volarproducen breves acentosde arrullo, de canto, de andaretéreo sobre pavimentos.Así. Muy dentro. Muy dentrodel sentido y del caminarpor las olas mar adentro. Yo te quiero acariciarsuavemente suave...sómo en un cuentodonde tú fueses el cantarde un ruiseñor sedientoy yo viniese a calmartodo tu breve lamento. Suavemente suave...igual que la luz y el viento.
A dos centímetros de tu piel duerme mi beso en el influjo de las sombras proyectadas por el reflejo de los sentimientos. A dos centímetros de tu piel muero en tu profunda presencia...
Que Don Gregorio fue todo un gran maestro lo sabemos quienes hemos tenido la gran oportunidad de haber conocido la suficiente cultura como para saber que filosofaba a través de su propia manera de vivir. Cultura y vida. Algo que Marañón tuvo siempre como bagajes indispensables para ser un verdadero caballero de las ciencias. Existen hoy muchos galopines que andan por las ciudades, pueblos y hasta aldeas, creyendo que tienen todo el mundo entre sus manos cuando, en realidad, sólo son pobres diablos nada más. Incultos hasta la médula central de sus personalidades jamás pueden llegar a ser ni la milésima parte de lo que alcanzó a ser Don Gregorio Marañón que, en una de sus grandes manisfestaciones de sabiduría, ya predijo lo siguiente: "La semilla de la verdad puede tardar en florecer; pero al final florece, pase lo que pase". La cuestión es que, por desgracia, algunos no pasan de ser simples brotes nada más. No van más allá de ser simples capullos. Y ya se sabe que los capullos que nunca se abren siempre permanecen cerrados por mucho que les quieras hacer meditar. Valga esta semejanza literaria para extrapolar ciertas consideraciones. Una vez puesta en claro dicha proposición que viene a ser algo así como "capullo que no se cultiva estamos perdiendo el tiempo" vamos a diseccionar concertando ideas "gregorianas" (del gran maestro Marañón por cierto) por ver si alguno que otro, de esos "bicicleteros" de las ideas (de las cuales carecen en demasía) pueden sacar algo en limpio en este calenturiento verano que a muchos les abre el cerebro como un melón y descubrimos que sólo tienen, en su interior, un vacío existencial galopante. No me preocupa a mí esa circunstancia ni me preocupa que suceda o no suceda. Yo sólo participo del mundo en cuanto el mundo participa de la cultura. El resto es simple resto nada más.  Paula Corroto ha dicho textualmente de Don Gregorio Marañón: "El liberal tiene virtudes radicales que hacen progresar el mundo". Esta frase, garabateada en sus hojas de apuntes, resume el pensamiento ideológico y político de Gregorio Marañón (1887-1960). Este médico y ensayista siempre defendió el liberalismo, pero no con el sentido semántico que se le atribuye hoy la oferta y la demanda como mantra supremo, sino a partir de su espíritu ético. "Su ideología estaba basada en la tolerancia hacia las ideas de los demás. Intentaba entender a los otros, aunque no compartiera su pensamiento", explica Antonio López Vega, director de la Fundación que hoy guarda el legado del pensador. ¿Cuántas veces tenemos que concedernos la suficiente y santa paciencia de ser tolerantes con quienes no sólo no piensan de distinta manera a la nuestra sino que, y esto sí que es para que les preocupe de verdad, ni tan siquiera saben pensar? No es necesario decir que producen lástima pero más allá de que produzcan lástima es que producen indiferencia. Y como ni tengo lástima ni me produce indiferencia la existencia de ciertos incultos del intelecto a continuación escribo un buen ramillete de frases inteligentes que, como semilla fructífera, expresó el ilustre e insigne Don Gregorio Marañón, por ver si hay alguien que deja de ser "bicicletero" de la incontinencia verbal -o sea, la escasez de inteligencia- y aprende algo muy elemental: "Si quieres ser alguien de importancia para alguien que merece que seas importante prepárate para serlo". Ahí va el ramillete de la semilla de Don Gregorio.Si la pena no muere, se la mata (Pena)Es una ley inexorable en la vida de los sexos, la acción anafrodisíaca de la costumbre (Costumbre)Aunque la verdad de los hechos resplandezca, siempre se batirán los hombres en la trinchera sutil de las interpretaciones (Interpretaciones)En el lenguaje científico la claridad es la única estética permitida (Científico)La multitud ha sido en todas las épocas de la historia arrastrada por gestos más que por ideas. La muchedumbre no razona jamás (Muchedumbre)La pasión femenina es una selva oscura nunca explorada del todo, selva hecha a la vez de desinterés infinito y de ímpetu celoso de la posesión exclusiva (Pasión)La rapidez que es una virtud, engendra un vicio, que es la prisa (Prisa)La verdadera grandeza de la ciencia acaba valorándose por su utilidad (Ciencia)Nadie más muerto que el olvidado (Olvido)Sólo el que sabe es libre y más libre el que más sabe. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas (Volar).Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar. Descansar, es empezar a morir (Existir)Amo tanto a España, porque la conozco (España)    El escudo con el que yo soñaría: El fin no justifica los medios (Fines)La felicidad es un sentimiento fundamentalmente negativo: la ausencia de dolor (Ausencia)La capacidad de entusiasmo es signo de salud espiritual (Entusiasmo)La ciencia, a pesar de sus progresos increíbles, no puede ni podrá nunca explicarlo todo. Cada vez ganará nuevas zonas a lo que hoy parece inexplicable. Pero las rayas fronterizas del saber, por muy lejos que se eleven, tendrán siempre delante un infinito mundo de misterio (ciencia)Casi siempre que un matrimonio se lleva bien, es porque uno de los esposos manda y el otro obedece (Matrimonio) Tienes más cualidades de lo que tú mismo crees; pero para saber si son de oro bueno las monedas, hay que hacerlas rodar, hacerlas circular. Gasta tu tesoro (Cualidades)El trabajo sin prisa es el mayor descanso para el organismo (Prisa)No son los dos sexos superiores o inferiores el uno al otro. Son, simplemente, distintos.(Sexo)En este siglo acabaremos con las enfermedades, pero nos matarán las prisas (Prisa)La verdadera sexualidad no es el simple acercamiento de los sexos, sino el trabajo creador del hombre y la maternidad de la mujer (Sexualidad)El libro bueno es el amigo que todo lo da y nada pide. El maestro generoso que no regatea su saber ni se cansa de repetir lo que sabe. El fiel transmisor de la prudencia y de la sabiduría antigua. El consuelo de las horas tristes. El que hace olvidar al preso su cárcel y al desterrado su nostalgia. El sedante de los grandes afanes, que va dondequiera que vayamos con nuestro dolor. El mentor de las grandes decisiones. El que ablanda el corazón en los momentos de dureza, o nos vigoriza cuando empezamos a flanquear. Y después de ser todo esto, tiene la soberana grandeza de no hipotecar nuestra gratitud. Una vez leído lo volvemos sencillamente al estante, o lo dejamos olvidado en el asiento de un tren. Es igual. Ni nos guardará rencor si no se lo hemos agradecido (Libro)Toda la historia del progreso humano se puede reducir a la lucha de la ciencia contra la superstición (Desarrollo)En medio del clamor de los aplausos, el hombre inteligente cerrará los ojos, y con la mente pedirá a los que le aclaman: ¡Perdón por haber vencido! (Inteligente)No sabrás todo lo que valgo hasta que no pueda ser junto a ti todo lo que soy (Amor)Las oposiciones son el más sangriento espectáculo nacional después de los toros (Nacional)Cada hombre lleva un fantasma de mujer, no en la imaginación que entonces sería fácil de expulsarle; sino circulando en su sangre, y cada mujer un fantasma más o menos concreto de hombre (Fantasma)Espero que os haya divertido,,, 
¿Quién ha sido el desconsiderado que se ha orinado en las flores? Buena pregunta para que "El Florentino" se dedique a investigar ya que, aún siendo carnicero, tiene la obsesión de querer ser como Anacleto, el Agente Secreto. Yo digo lo que Arenas: !Jamás, jamás, jamás! Arenas no anda bien de los cascos y el PP anda todavía por ahí suelto y como despendolado. Esto ya parece el péndulo de Foucault pero totalmente salido... de su eje por supuesto... Ahora resulta que alguien, vaya Dios a saber, ha encontrado fragmentos de Jerry Lewis. ¿Será posible que hayamos llegado a tal punto de decadencia existencial? Si se han encontrado fragmentos de Jerry Lewis... ¿qué podremos encontrar a la vuelta de la esquina algún día de estos? Desde luego, aparte de a alguien orinando en las flores, hasta podemos hallar los restos de algún melancólico muerto mientras soñaba con Erika Lust. Lo más trágico de la vida es tener dos millones de visitas en tu casa y, al abrir la nevera, ver que sólo tenemos, como fuentes alimenticias, un par de paraguayas. ¿Cómo podemos repartir a dos paraguayas entre dos millones de visitas y que todos queden contentos? Dilema profundo. Dilema enorme. Dilema para pensar. Si dos paraguayas son todo lo que tenemos en un día sabatino... ¿que sucederá en un día dominguero si las visitas a nuestra casa se duplican y nos encontramos con cuatro millones de visitantes pidiendo mientras descubrimos que seguimos contando, y gracias a Dios, solamente con dos paraguayas para saciar a todos?  Paso del rollo de las paraguayas porque hoy estoy pensando en otra cosa más sobresaliente. El asunto es que los europes nos bloquean por todas partes... pero Tello combina con Negredo... y hablando de combinaciones lo mejor, para desbloquear este atasco tan secular, es pensar en el rap de la primera dama. Si sacamos a pasear a la reina por el tablero es muy posible que algún peón de los rivales se la meriende completa. Entonces, ¿qué hacer para evitarlo? Muy sencillo. Lanzar un disco de música tan romántica como "Only you" y quedarnos mas anchos que todos los panchitos que se venden en la única tienda que tenemos a tiro de piedra. Por cierto... ¿será verdad lo que me cuenta Brenda Otero de que el tiro de piedra a sobaquillo se va a oficializar como deporte olímpico en Madrid 2020? Según fuentes periodísticas que no revelo, pero que no tienen nada que ver con la fontana de Trevi (si es que en Trevi existe alguna fontana) ser padre de familia es más difícil que ser padre de la prima de un señor que vive en el portal siguiente al nuestro y que tiene la carabina siempre dispuesta para freírnos los sesos. Alguien ha dicho: "Me habría gustado que, en una misma casa, vivieran mi madre y mis dos primeras mujeres". ¿Y el canario? ¿Dónde dejamos al canario? Supongo que tal persona no se ha dado cuenta de tan enorme problema de saber dónde meter al canario en caso de vivir con su madre y sus dos primeras mujeres.  Una alternativa muy interesante para combatir el calor agosteño es poner multas a los estudiantes que aprobaron todo en junio y así, de esta manera, hacemos justicia con los que se han tenido que pasar todo el verano empollando como cluecos. ¿Se dice cluecos? ¿Está aceptado por la Academia de los Animales Pacíficos Unidos en la Lucha contra los Luchadores esto de decir cluecos? Yo, de momento, solo puedo informar de que al Guadalajara Club de Fútbol le han bajado hasta la Segunda División B. ¿Justo? ¿Injusto? La respuesta la tiene Ángela Manzano que es algo así como la portera titular de no sé qué vecindario. Y, dicho sea de paso, Vecindario tiene mucho que ver con los canarios. ¿Dónde, diantres, vamos a colocar a los canarios? Perdonen que insita en esta cuestión pero los periquitos quieren saberlo.  Otra noticia impactante es que los gallardos fueron superiores. No me aclaran quiénes fueron los inferiores pero deben ser un grupo de escuchimizados porque si, a estas alturas de la pretemporada te meten un 8-0, es mejor romper la baraja y no jugar a nada. Me preguntan, de paso por la Encina (en la acera y no subido en ella), sobre cuestiones políticas y yo siempre respondo que en la única que creo (además de mi chavalilla) es en la Cococracia. Manejar bien el coco supone acertar a la primera en el coco ajeno a donde hemos apuntado. Y eso sí que mola un mogollón. Eso es lo que ocurrió, una mañana en que yo estaba haciendo de niño, con una calabaza (hueca por cierto) que se estrelló en el coco de Jesulín, pero no el de Ubrique sino el de por Cuenca que ahora mismo no sé nada más de él ni falta que me hace. Digo y mantengo que la Cococracia es el mejor sistema que han ideado los agricultores para salir de la crisis. Eso de darle en el coco a alguien que nos cae fatal resulta muy saludable y hasta te mueres de risa, que en los tiempos que estamos viviendo es una buena forma de morir si es que tienes ganas de hacerlo; cosa que no recomiendo porque estando muerto te aburres demasiado.  Para evitar el colapso en las carreteras nacionales del estado español hay que estar en buen estado. Quiero decir que si conduces bebe un poco más y quédate dormido en las cercanías de una gasolinera. Es la mejor manera de beber y no tener accidente alguno, salvo que te de por encender un cigarrillo y tirar la colilla (del cigarrillo hablo por supuesto y no confundamos las palabras) en plena mancha de gasolina pues, en ese caso, mejor te hubiera sido comprarte una bicicleta porque ya se sabe que las bicicletas son para el verano y cuando llegue el otoño a ver si escribimos una buena carta al tío Ángel que nos está esperando...  ¡Pasión! ¡Vuelve la Liga! ¡Ya se ve a los niños y a las niñas jugando al "Tú la Ligas"! Y es que esto del deporte patrio ya es como cansino, como muy cansino, como enormemente cansino, como determinantemente cansino y como todo lo cansino que cualquiera pueda imaginarse (incluído Rajoy). Algunos ya están imaginando que van a ganar la Liga (me refiero a los del Betis) creyendo que estamos en la época de la Tercera República. Porque vamos a ver si nos enteramos de cuándo el Betis se llevó una Liga de España y no ha pagado todavía ni un sólo céntimo por habérsela llevado. Si se enteran los de la CIA y los de la KGB que los del Betis se llevaron una Liga sin pagar un céntimo a nadie... seguro que tenemos la Segunda Guerra Fría. Esto de nombrar la Guerra Fría me congela los pensamientos y por eso decido que, a partir de ahora, antes de seguir escribiendo voy a calentarme un poco con un  Silverado. Luego termino y ya está. Vamos a ver si hay "suertecilla" como dicen en Aldea del Fresno lo más antiguos del lugar.  He vuelto de lo del Silverado. Si digo que Breva y Peral jugaron en el Betis muchos se van a creer que estoy mintiendo o me lo estoy tomando a risa. Ni una cosa ni otra porque estoy serio y es verdad. Tan verdad como que Naranjo jugó en Las Palmas y hasta Lechuga jugó en Mallorca. Pero los más simpáticos siguen siendo los del Betis que tuvieron hasta a Bizcocho. Ni es falso ni estoy de risa. Es, simplemente, verdad.     
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Don León Tigre y Gato comenzó a leer a Umberto Eco: "Fue entonces cuando vi el Péndulo. La esfera, móvil en el extremo de un largo hilo sujeto a la bóveda del coro, describía sus amplias oscilaciones con isócrona mejestad". - ¿Isócrona? -pensó en voz alta.  Sin decir nada más, Don León Tigre y Gato se acercó a la estantería de los Diccionarios de la Biblioteca Municipal de Murcia y buscó ansiosamente, con visible temblor de manos y la mente como huida, cual perdido en las tinieblas de sus pensamientos.  - ¡Isócrona! ¡Isócrona! ¿Qué diablos puede ser esto de isócrona?- No se moleste usted tanto en buscar... porque yo se lo puedo explicar... Fue entonces cuando Don León Tigre y Gato se dio cuenta de la presencia de ella.  - Perdone, señorita, pero estoy enloqueciendo...- No se vuelva loco, señor. Es muy fácil. Isócrona significa que se realiza con un ritmo constante. Con períodos de igual duración. Pero ni hace falta ni es necesario que me de usted las gracias. - Entonces... ¿podría aceptarme una cerveza?- No puedo tomar cervezas con un desconocido; sobre todo cuando me triplica la edad. - ¿Cuántos años crees que tengo yo, jovencita?- A simple vista se descubre que son más de sesenta. - ¿Y usted sólo tiene veinte?- Diecinueve para ser más exacto.- Escuche señorita... sólo quiero hablar... resido en Porlán... muy cerca de la costa y... bueno... quizás le aburra lo que le estoy contando.  Ella le miró a los ojos. Una impenetrable espesura. Una mirada árida y blancuzca.  - ¿Qué le ocurre? ¿Es usted un danzante loco de esos que van contando cuentos con tal de convencerse a sí mismo que los años no han pasado?- Lo mío no es un cuento sino una tragedia. - ¡Ah, ya! La misma historia con todas... ¿no es cierto?...- No. No es cierto. Tú no eres como todas... Ella pensó que se había encontrado con uno de esos viejos que siempre cambian de opinión a la mañana siguiente. - ¿Cómo se ha podido usted fijar en mí?- No me he fijado en ti. Solamente ha sido el Destino. - ¡Vaya, vaya, vaya! ¿Es usted de esos que suelen hablar del Destino con cualquier persona desconocida?- Si me dices tu nombre habrás dejado de serlo. - Micaela. Micaela Sanromán Santamaría. Y soy de San Javier. Pero le advierto que no soy ninguna santa para que me tome por tonta... Un brillante color dorado en su cabello, que se notaba que era producto de algún tinte, la hacía aún más hermosa de lo que ya era de por sí misma. - No estoy pensando en hacerte ningún daño, te lo aseguro -la interrumpió el aparentemente sesentón León Tigre y Gato- sólo quiero hablar y que alguien me escuche. Me llamo León Tigre y Gato. Ella bajó un poco el tono de su voz.  - Ahora me va a soltar usted "el rollo del solitario"...- ¿"El rollo del solitario"? ¿Qué es "el rollo del solitario"- Una pequeña historia de algunos que, bien educados y con singular inteligencia, cuentan con misantropía pero con perverso entusiasmo cuando alguien les escuchan. - ¡Me parece que tú has leído mucho a Edgar Allan Poe!- Está bien. ¿Qué es lo que, en realidad, quiere de mí?- Los inviernos son fríos, Micaela.- ¿Está usted mal de la cabeza? ¿A qué santo y seña viene eso de citar al invierno ahora?- Los inviernos son fríos, Micaela. - ¿Sigue usted interesado en invitarme a unas cervezas?- Exacto. Dos mejor que una. Como los plátanos de Canarias pero en femenino. - Hasta tiene usted cierta gracia. Es lógico reconocerlo. - También es cierto que no hay dos sin tres. - Me parece que está usted muy acelerado, Don León... - ¿Entonces?- Entonces una nada más. - Menos da una piedra.- Exacto. Menos da una piedra y dele usted gracias a Dios.  Una sonrisa vertical apareció en el rostro felino de Don León Tigre y Gato.  - ¡Ah, si hubiese yo sabido antes que estabas aquí esperando!- Le repito que va usted demasidaod deprisa, Don León... porque resulta que estoy aquí esperando pero no precisamente a usted. - ¿Tienes novio?- Desde que tengo memoria. - ¿Y cuándo va a aparecer el afortunado? - ¡Espere usted un par de horas y le verá aparecer!- ¡Qué disparate! ¡No! ¿Cómo puedo yo ser un rival de alguien que logra enamorar a una chica tan guapa como tú desde que tienes uso de razón? Hablando del uso de razón, lo razonable es que salgamos afuera y nos tomemos esas cervezas sin nada en qué pensar. Sólo porque sí. Solo por designio del Destino. Tu novio ni se va a enterar...- Pues le advierto que es demasiado inteligente.- No lo dudo. ¿Se puede saber qué edad tiene tu novio?- Si le digo que veintiseis y que está en plena forma física... ¿sigue usted empeñado en invitarme a esas cervezas?- No hay nada malo en ello, como dijo Júpiter. - ¡Jajaja! ¿Tal vez lo dijo cuando quiso violar a Leda?- ¡Por los mil diablos, Micaela! ¿Por quién me tomas?- De acuerdo. Tomo solamente una, me cuenta su historia personal y después cada uno por su lado.  La sonrisa vertical volvió a aparecer en el rostro felino de Don León Tigre y Gato.  - De acuerdo, jovencita. Será como hablar con mi nieta más preferida.  Ambos salieron de la Biblioteca Municipal de Murcia y se dirigieron a la Cafetería del Polideportivo Juan Carlos I. - ¡Espere un momento, Don León! ¡Me he dejado los apuntes en la mesa!- No importa. Nadie te los va a robar. A nadie le interesa robar cultura. Si fuese tu bolso seguro que ya ni está en un radio de acción de cien kilómetros a la redonda pero... ¿cultura?... ¿tú crees que interesa robar cultura hoy en día? - Estoy de acuerdo. Si alguien los coje antes de que vuelva yo... y dudo que alguien lo haga... será solamente para entregarlos a alguna de las empleadas que atienden a los usuarios. - ¿Y tu novio está macizo?  Esto le sorprendió a Micaela... - ¿De verdad le interesa a usted saber cómo está mi novio?- ¡No! ¡¡No te confundas conmigo!! Sólo es por saber...- ¡Es un atleta completo, Don León, un atleta completo! ¿Le interesa saber que practica todas las artes marciales?- ¿Me estás intentando meter miedo? Soy demasiado mayor para tener miedo. - De acuerdo... es usted demasiado mayor y no teme a nadie... pero eso quizás baste para que usted no intente nada más que contarme su historia. Esa historia que nadie quiere escuchar. - No te vas a arrepentir. - Para empezar a arrepentirme o para empezar a no arrepentirme no entiendo por qué lleva usted una gabardina puesta en pleno mes de agosto.  El viejo aparentemente sesentón sacó un pergamino muy sucio del interior de su gabardina. - Por esto... - ¿Esto qué significa?- Pon mucha atención a lo que está dibujado con pluma. Se detuvieron, por unos instantes, en la misma puerta de la biblioteca, ya en la calle, para que ella observara atentamente el pergamino que tenía ahora entre sus manos.  - ¿Esto qué es? - ¡La Isla Hiperbórea! ¡¡Es la Isla Hiperbórea!!- ¿Qué diantres es eso de la Isla Hiperbórea? ¿Quizás un sentimiento? - Mucho más que un sentimiento, Micaela. No podemos evitar que ciertas cuestiones... - ¿Puede ser usted más concreto?- La locura no se debe confundir con la pasión pero la pasión se confunde muchas veces con la locura... por eso no es lo mismo decir "no pero no" que decir "no aunque sí"... - Intento comprenderlo del todo...- Ya lo comprenderás más tarde. Ahora fíjate en lo que hay en el ángulo superior derecho...- ¡Una calavera! ¡Oh, sí, es una calavera! Indudablemente parece interesante. Las dos manchas negras parecen ojos... ¿no es cierto?- Sí. Es cierto. - Y la más larga, la que viene debajo, parece una boca. Además, la forma entera es ovalada. - Perfecto, Micaela. Es una calavera ovalada porque es una calavera femenina ya que si fuera una calavera masculina aparecería mucho más cuadrada. - No llego a comprender. ¿Quiere usted decir algo con todo eso?- Quizás... pero me temo que no eres una artista a pesar de que por merecimientos físicos lo podrías ser si te lo propusieras. - Se equivoca, Don León. Soy una artista desde que se lo dije a mi mamá cuando tenía solamente cinco años de existencia continua. Aquella forma irónica de hablar le molestó a Don León Tigre y Gato.  - Bromeas... Ella no hizo caso a la observación del viejo aparentemente sesentón y siguió detallando lo que observaba.  - El cráneo es muy pasable, puedo decir que incluso es un cráneo excelente. - ¿Entiendes de dibujos?- Tengo un gran maestro al que conocemos como Pepe Luis; un tipo genial porque lo más curioso del asunto es que se llama Don Carlos. - ¿Cómo es eso, Micaela? - Muy fácil de entender. Se llama Carlos pero es tan gracioso que todos sus alumnos y alumnas le llamamos Pepe Luis porque nos hace recordar a José Luis López Vázquez. De ahí viene lo de Pepe Luis que, por supuesto, a él no le importa en absoluto porque, en realidad, tiene tanta personalidad propia que pasa olímpicamente de todos nosotros y de todas nosotras. - Entonces... ¿ese tal Don Carlos vive todavía?- Está más vivo que usted y yo juntos y es más libre que todos los que le llamamos Pepe Luis. Simplemente hace su trabajo como un verdadero profesional de la enseñanza. Que le llamemos Pepe Luis intentando bacilarle le importa menos que una papa frita. Él es siempre él y nadie de nosotros ni de nosotras está ni puede estar a su altura. Simplemente es un ser superior. - ¿Murciano tal vez?- Lo curioso es que puede pasar por un murciano pero es madrileñísimo de toda la vida. Madrileñísimo por todos los lados menos por uno...- No te entiendo. Ahora resulta que tu historia es más interesante que la mía.  Micaela Sanromán Santamarïa siguió observando el extraño dibujo del mapa. - ¡Las antenas! Las ha hecho usted tan claras como lo son en  los propios insectos.- ¿Quièn te ha dicho a ti que las he dibujado yo?- Presumo que ya es suficiente. Micaela, con gesto decidido, entregó el pergamino a Don León Tigre y Gato quien, sin decir nada, lo volvió a guardar en el bolsillo interior de su gabardina, a la cual le faltaba el botón superior.  - Es curioso... ¿no se ha dado cuenta usted de que le falta un botón en su gabardina?- Eso también forma parte de mi historia. Pero el tiempo pasa, Micalea, el tiempo pasa... incluso para las gabardinas...  El viejo León Tigre y Gato puso una cara de malhumorado y sintió deseos de volver a sacar el pergamino, estrujarlo y tirarlo a la papelera que había en la misma entrada de la Biblioteca Municipal de Murcia; pero se contuvo, enrojeció intensamente, y luego se quedó muy pálido.  - ¿Qué le sucede, Don León? ¿Se encuentra bien?- Encontrarse. Ese es el verdadero problema de la existencia. - Yo no creo que sea cuestión de filosofar...- ¡Por Júpiter que me molesta lo del botón! - No hay por qué romperse la cabeza pensando en eso, caballero. - Cuando te cuente mi historia cambiarás de opinión. - Entonces... ¿a qué esperamos?... ¿Vamos o no vamos a la Cafetería?- Por supuesto que sí. Allí tengo yo a un amigo llamado Nacho Ávila...- ¿Conoce usted a Nacho Ávila Contreras de la Villa?- Por supuesto que conozco muy bien a Nacho Ávila Contreras de la Villa. Cuando entro en esa cafetería solemos tener conversaciones muy interesantes. También es madrileñísimo por los cuatro lados menos por uno...- ¡Jajaja! ¡Tiene usted buen humor, Don León! Ambos se pusieron a caminar hablando mientras subían, lentamente, las escaleras que les conducía a la Cafetería del Polideportivo Juan Carlos I.  - Lo de mi buen humor sólo es relativo, Micaela...- ¿Y de qué hablan Nacho y usted?- Por supuesto que de mujeres...- ¿Nacho y usted hablan de mujeres?- ¿Te parece tan raro eso?- Me temo que sí...- ¡Cómo! ¿Qué quieres decir?- Supongo que hay temas más interesantes de los que hablar, Don León. - ¿Y qué motivos tienes tú, por Júpiter, para hacer tal suposición?- Cuando dos hombres hablan de mujeres siempre se van demasiado de la boca. A mí no me gusta, para nada, que mi novio me hable de mujeres ajenas. - ¿Y tú crees que Nacho Ávila Contreras de la Villa y yo hablamos de mujeres ajenas?- No lo creo. Lo sé. - Está bien. Supongamos que hablamos de mujeres ajenas. ¿Qué hay de malo en ello?- Que termina siendo demasiado caro. Una vez que dos hombres hablan de mujeres, sean propias o sean ajenas pero sobre todo si son ajenas, no se toman una sola cerveza sino todo un barril entero. Nunca entenderé por qué sucede eso, sobre todo cuando se trata de mujeres ajenas. - Según dijo un tal Andrew Baner Law, no existe la guerra inevitable. Si llega es por fallo del hombre. - Luego me está usted dando la razón. - No soy de los que afirman, con actitudes de sabios, que todas las mujeres guapas sois irracionales.- ¡Jajaja! ¿Acaso es usted uno de esos hombres que, con cualquier edad que tengan, siempre andan enamorados? Por tercera vez, en tan breves minutos, una sonrisa vertical apareció en el rostro felino del aparentemente sesentón León Tigre y Gato.  - ¿Siempre tiene usted la sonrisa vertical?- Solamente cuando hablo con alguna mujer tan explosiva como tú. - Pues tenga mucho cuidado porque las mujeres explosivas, pueden explosionar según dice mi padre... - Supongo que has querido decir explotar...- No. He dicho explosionar. Según mi padre hay diferencias muy esenciales entre ambos verbos. Una tarde estuvimos un largo tiempo hablando de eso. - ¿Y a qué conclusiones finales llegasteis?- Que las mujeres guapas explosionamos sin previo aviso. La diferencia es que explotar siempre viene con aviso previo, mientras que explosionar siempre pilla por sorpresa. - Supongo que tu padre lleva razón. - Es que mi padre es muy lógico. - ¿Es quizás algún profesional dedicado a la Logística aplicada a la mente humana?- No lo sabe usted hasta dónde puede llegar en ese sentido, Don León...  Ya habían terminado de subir las escaleras y se encontraban ante la puerta de la Cafetería del Polideportivo Juan Carlos I.  - ¿De verdad estás interesada en tomar una cerveza conmigo?- No me pregunte más de lo que sé.  - El Diablo me lleve si lo sé yo también. - ¿Está usted bien de la cabeza, Don León?- Como un toro. Tengo la cabeza como la de un toro. - ¿No sería mejor decir como la de un león?- ¡Jajaja! - ¿No me irá usted ahora a contar la famosa historia del hombre traicionado por la mujer amada que es bella y hermosa y todo lo demás?- No tengo tan mal gusto, Micaela. No se me había ocurrido pensar en eso.  Por fin entraron los dos en la cafetería...  - ¡¡Hola, Nacho Ávila!! ¡Sirve dos cervezas pero rápido y no me preguntes nada porque no tengo ganas de contarte nada en el día de hoy! Mañana será otro día mejor si la lluvia no lo impide. O si las autoridades no dan su permiso. Como sucede con los toros. - ¿Qué te sucede, León? ¿Crees que con tanta afluencia de clientes tengo ganas y deseos de perder el tiempo contigo?- Pues ya que estamos los dos de malhumor sírvenos esas cervezas y que seas feliz, muy feliz, sobre todo guardando silencio para siempre si no tienes nada que objetar. - ¿Siempre se tratan ustedes de esta manera? -intervino Micaela. - Poco más o menos solemos siempre empezar así...- No sé si es usted más raro que él o él es más raro que usted. - Sentémonos y hablemos.  Micaela Sanromán Santamaría, de San Javier, y Don León Tigre y Gato, residente en Porlán, se sentaron ante la única mesa que quedaba libre dentro de la cafetería. - ¿Dónde nació usted, Don León? El viejo aparentemente sesentón vio la ocasión de comenzar su tarea de atracción natural... - Yo nací en la más completa oscuridad. - ¡Eso nos pasa a todos y a todas! ¡Todos y todas nacemos sin ver nada!- Cuando digo que nací en la más completa oscuridad te quiero decir que no sé en qué lugar he nacido ni en qué lugar pasé mis primeros cinco años de edad. - ¡Caramba, Don León! ¡Vaya que es usted interesante!  Viendo que ella parecía estar absorbida por su historia, el aparentemente sesentón Don León Tigre y Gato siguió adornándola...  - ¿Sabes que Júpiter tenia toda la razón con eso de los nacimientos?- Ahora mismo no sé qué me quiere usted decir...- Los egipcios también llevaban razón con el asunto de los escarabajos. De veras. - Si lo dice con tanta seguridad seguro que es cierto. ¿Puede sacar otra vez el pergamino?- Puedo hacerlo pero no he quedado contigo para hablar de escarabajos ni de calaveras sino porque necesito que alguien me escuche. - ¿Y no tiene para eso a su amigo Nacho Ávila y no sé qué más?- Ciontreras de la Villa. Se apellida, exactamente, Ávila Contreras de la Villa y no tengo tanta confianza con él para contarle mis historias más apasionantes. - Salvo cuando se trata de mujeres... ¿no es cierto?... - Salvo cuando se trata de mujeres. Pero no perdamos el tiempo perdiéndonos en el limbo de los dioses. - ¿Es que usted se cree todo un dios?- Júpiter y yo necesitamos la ayuda de una persona en quien podamos confiar. Y no es precisamente Nacho Ávila Contreras de la Villa un tipo en quien se pueda confiar porque traiciona demasiadas veces. Por eso me cae tan gordo además de que esté tan gordo. Tú eres una persona distinta. Tú eres una persona única. Tú eres una persona adorable. - ¿Hemos venido aquí a que me piropee sin discriminación alguna o a que yo haga de buena samaritana en esto de escucharle?- Deseo vivamente que me comprendas. ¿Tengo la plena confianza de que no se lo vas a contar a nadie?- La tiene. - Entonces espero que no la consideres una absurda historia. - Lo siento... lo siento mucho... pero eso sólo lo puedo considerar o no considerar una vez que la haya escuchado. Ahora bien, comienza usted muy mal si cree que soy fácil de impresionar haciéndose pasar por Júpiter. - ¡Insisto en que lees mucho a Edgar Allan Poe!- Pues no es mi preferido. Yo no soy aficionada a leer cuentos de alcohólicos como los de ese tal Poe. Prefiero cuentos de escritores lúcidos y lucidos y para mí que ese tal Poe no sabía escribir bien y por eso se emborrachaba antes de ponerse a la labor de hacer cuentos de escarabajos, por muy escarabajos que fuesen, o de gatos negros, por muy negros que fueran. Don León Tigre y Gato se quedó ligeramente apesadumbrado; pero insistió en todo aquello de Júpiter intentando hacerse más interesante de lo que en realidad era...  - Entablar conversación  con una dama que no entiende nada de Júpiter me parece que es tener pocas probabilidades de tener éxito... pero... en fin... intentaré ser lo menos engreído posible...- ¿A su edad es usted todavía engreído cuando ya debería estar de vuelta de todo? Me recuerda a un tal Agustín Rondero Filo que conocí en los madriles. - Cuando te cuente toda mi historia completa comprenderás mejor. - Le repito que no me subyugan las historias de miedo. Ni aunque me las cuenten seres tan engreídos como aquel tal Agustín Rondero Filo, que se las daba de filósofo porque estaba enamorado de su escasa inteligencia. - Dejemos entonces de hablar de Edgar Allan Poe...- Eso está mucho mejor. Pepe Luis, o Don Carlos si a usted le parece mejor llamarle Don Carlos, me contó a nivel privado que Poe se empeñó en ser poeta desde los quince años de edad, quizás por su apellido de Poe y perdone el chiste fácil, pero que fracasó en todos sus intentos.- Pero... ¿a tanto se atreve ese tal Don Carlos?- No es sólo que se atreva a tanto sino que lo dice de verdad. Poe sólo es un poeta producto del marketing y toda su obra literaria es producto de ese marketing y nada más. ¿Me cuenta ya su historia o vuelvo a la biblioteca a encontrarme con mis apuntes?- ¿Puedo saber a qué te dedicas, Micaela?- Trabajo con los muertos.  Un sobresalto sobrecogedor recorrió todo el cuerpo del viejísimo Don León Tigre y Gato. - Por los diez mil diablos ds de San Luis... esto... quiero decir del Averno... ¡¡no cites a los muertos!!- Es que trabajo con los muertos.  A Don León Tigre y Gato le volvió a sacudir otro temblor corporal completo.  - ¿De verdad que trabajas con los muertos?- Sí. En "La Paz".  Una especie de calma balsámica hizo que Don León superara su miedo.  - ¡Menos mal! ¡Creí que eras sepulturera!- Es que soy sepulturera. De nuevo Don León Tigre y Gato volvió a temblar mientras dio un brinco en su asiento.  - ¿No eres enfermera de "La Paz"?- ¡Jajaja! ¿Yo enfermera? Yo sólo sé que soy una aspirante a ser actriz. Lo que sucede es que, de momento, hasta que llegue mi salto a la fama, trabajo en la funeraria "La Paz".- Entonces... tus apuntes...- Exacto. Son anotaciones sobre cómo actuar bien en los papeles estelares de las películas. - ¡Por Belcebú! ¿Tan alto quieres llegar en el Cine?- Exacto. Si lo consiguió Marilyn Monroe también lo puedo conseguir yo. - Pero Marilyn Monroe era rubia platina.- Yo voy a demostrar que una morena puede llegar tan lejos como llegó ella y sin tener que morirme pronto. Pero... me cuenta ya su historia personal completa o me largo de aquí...- Está bien. Pon mucha atención. Como te dije antes yo nací en la más completa oscuridad. - Buen comienzo pero... no crea usted que yo soy tan ingenua...- No es cuestión de ingenuidad. Yo no he sabido nunca dónde nací. Ni tan siquiera sé si me trajeron de otro planeta y me abandonaron en la Tierra. - Bonita historia. No podría usted haber elegido un comienzo más peliculero. Pero sobre eso ya hay mucho escrito y mucho rodado...- Lo digo en serio. El caso es que fui criado en una granja de Guadalajara, en Mexico, de donde me trasladaron a Guadalajara, en España. De un lugar que no puedo recordar a otro lugar que tampoco recordar puedo. Nadie me ha dicho nada sobre eso. De mayor, pasada ya la adolescencia, me fui a vivir con un par de compañeros que ya han muerto.- ¡Lógico! Si tiene usted ya tantos años es lógico que compañeros mucho mayores que usted estén ya muertos. - ¿Cómo sabes tú que esos dos compañeros eran mucho mayores que yo?- Por una razón también lógica. Si estuviesen vivos usted no tendría que buscar a nadie para contarle su historia personal porque les tendría a ellos. Supongo que eran su padre adoptivo y su madre adoptiva. - Es que no eran mis padres naturales ni mis padrees adoptivos. - Comienza a ponerse más interesante su cuento. - ¡No es ningún cuento, jovencita!- Vale, vale, supongamos que es cierto...- Pero lo más extraño de mi infancia es que un día llegué a conocer a un ermitaño que me entregó este pergamino del cual no he podido separarme nunca jamás aun que a veces lo he intentado. Hasta he pensado en quemarlo varias veces pero algo siempre me hizo que no lo destruyera. Así que he descubierto que nací en la Isla Hiperbórea. Voy contando por el mundo que no sé dónde nací porque no sé donde está esa isla. Intento saber, de una vez por todas, si soy un habitante nacido en la Tierra o provengo de cualquier otro planeta.- ¿Y por qué no consulta usted a algún astrólogo?- Los astrólogos siempre se equivocan porque no dicen más que lo que ven. Pero lo que ellos ven no es la realidad sino sus reflejos de lo que ellos piensan que es la realidad. ¡No me interesa saber lo que piensan los astrólogos sino lo que en verdad sucedió conmigo!- ¿Y qué ha hecho usted para saber la verdad?- He caminado enormes cantidades de kilómetros y he sobrepasado ya los límites de la resistencia humana por muy increíble que te parezca. He dado varias veces la vuelta a este planeta. Durante algunos momentos de mi vida me examinaron los mejores psicólogos y psiquiatras pero ninguno de todos ellos me pudo explicar con lógica lo que me sucedió. A veces pienso que soy Supermán pero de verdad y no como un cuento de tebeos llevado al cine. - ¿No ha buscado usted en su árbol genealógico?- Mi árbol genealógico no existe. Me llamo León Tigre y Gato porque así me llaman desde pequeño pero, por supuesto, no sé nada sobre mi verdadero nombre ni sobre mis verdaderos apellidos. A veces creo que lo de León Tigre y Gato me lo pusieron porque me debieron encontrar en alguna selva, al igual que sucedió con Tarzán pero esta vez de verdad y no como pura ficción.  A Micaela Sanromán Santamaría comenzó a interesarle... - ¿Hasta dónde quiere llegar usted?- Capta primero lo que te voy a decir ahora y entonces tú misma podrás saber qué caminos he seguido...- ¡Egipto! ¡Supongo que usted ha estado haciendo en Egipto algunas averiguaciones que le indicaran su procedencia! - ¿Por qué estás tan segura de eso?- Por el escarabajo que tiene dibujado en el pergamino y del cual no parece que usted tenga demasiado miedo. - ¿Tener yo demasiado miedo de un escarabajo? ¡Ni mucho ni poco! ¡No tengo ningún miedo de ningún escarabajo! Dibujo escarabajos desde que era muy pequeño pero no les tengo ninguna clase de miedo. ¿Cómo voy a tener miedo de un escarabajo si no lo tengo ni de las panteras ni de los guepardos?- ¿Guepardos? ¿Se refiere usted a alguna clase de leopardos?- No. Los guepardos son diferentes a los leopardos. ¡Son más temibles porque son menos conocidos! Desde aquel momento, Micaela puso mayor atención mientras su espíritu aventurero comenzaba a inquietarse. Quería salir de la cafetería y volver a la biblioteca, pero comprobaba que no le quedaba otra alternativa más que considerar a aquel pobre viejo como alguien atacado de una especie de locura transitoria. Comenzó a poner mayor interés en lo que él le contaba... esperando alguna sorpresa mientras reflexionaba sobre qué sería mas preferible hacer: ¿seguir allí sentada escuchando cosas que empezaban a ser ya increíbles o volver de inmediato a casa y no contar nada a nadie? - Tengo miedo de lo que usted me pueda seguir contando...- ¡Por Júpiter! ¡Pero si todavía no he hecho más que comenzar! - ¡Cita usted demasiadas veces a Júpiter! ¿De verdad no se cree un dios?- ¡¡No me creo ningún dios!! - Está bien. Pero no chille tanto porque estamos llamando demasiado la atención de todos y todas.  Don León Tigre y Gato se dio cuenta de que se había alterado demasiado y de que aquella muchacha tenía el don de ponerle completamente nervioso del todo.  - Bueno. Calma. No me creo ningún dios sino que cito continuamente a Júpiter porque muchas veces he llegado a creer que yo nací en ese planeta y que, por alguna cuestión que todavía desconozco, me trajeron a la Tierra... - ¿Otra vez con esa absurda tontería?- ¡No es una tontería y mucho menos una absurda tontería! - Baje la voz, por favor.- No es ningún absurdo y tampoco es una tontería. Es que de verdad creo que soy de Júpiter; por lo menos hasta que no sepa bien dónde está la Isla Hiperbórea.- Podemos volver a la biblioteca y buscar en los libros de Geografía y de Historia. - No estoy por la labor de consultar ni geografías ni historias de ningún tipo... lo que yo quiero solamente es saber quién me puede ayudar a viajar hasta ella...  Nacho Ávila Contreras de la Villa se acercó con los dos vasos de cerveza sobre la bandeja,. acompañadas de un platillo con aceitunas verdes sin hueso. - Perdón por el retraso pero, como está usted viendo, hay demasiado clientela sedienta hoy en este local y me encuentro solo. - Soledad. ¡Esa es mi palabra favorita! ¡¡Sol y edad de mi solitaria existencia!! -explotó, de improviso, Don León Tigre y Gato. - Te oigo perfectamente bien sin que tengas que levantar tanto la voz. ¿Ya estás contando a otra víctima inocente la increíble historia de la Isla Hiperbórea?- ¡Me molestan los cotillas como tú, obeso! ¡No eres más gordo porque más gordo no se puede ser en cuanto al género humano! ¡Deja las cervezas sobre la mesa y lárgate por donde has venido, murmurador sin conciencia!- ¡Podrida vida la tuya, León, podrida vida la tuya!- ¡Si tú estuvieras tan solo como lo estoy yo no dirías tantas majaderías! ¡Tu vida sí que está podrida del todo a pesar de tantas personas que conoces! Prefiero la calidad de esta señorita que la cantidad de todas las que te ríen a ti las gracias! - Es que eres muy pesado con las historias que cuentas.- ¿Así se trata a un pobre anciano?- Nada de anciano, León. ¡Tú no eres un anciano sino un viejo! Seguro que ahora le vas a contar a esta belleza que tienes a tu lado lo de la misericordia humana para que se compadezca de ti. ¿Me equivoco?- Escucha, Nacho Ávila Contreras de la Villa... ¡un día  te pueden pìcotear los cuervos! Micaela intervino buscando la paz porque el asunto se estaba complicando demasiado... - ¿Qué quiere decir usted con eso, Don León?- Solamente es una manera de hablar, Micaela. Es una forma de pararle los pies a quien se convierte en un entrometido. Pero olvidemos. Bebamos para olvidar... Nacho Ávila Contreras de la Villa decidió que lo mejor era alejarse y dejarles solos. - Pero resulta que yo no tengo nada que olvidar...- El tiempo pasa, Micalea, el tiempo pasa y cuado tengas sólo unos pocos años más verás cómo si tendrás muchas cosas que olvidar. - ¿Tiene usted algo muy importantre  que olvidar, Don León? ¿Tal vez algo relacionado con el botón que le falta en la gabardina?- Tienes muy buenas intuiciones, Micaela... - ¿Qué pasa con ese botón que cuando lo nombro usted se pone nervioso aunque intenta disimularlo?- Una maldita aventura...  Micaela empezó a sentir que aquello se ponía cada vez más interesante... - Cuente usted, cuente usted Don León. - Sucedió una noche... - ¡Vaya! ¡No podía faltar la noche en una historia increíble!- El primer botón de mi gabardina era de oro... - Así que le pone nervioso haberlo perdido... ¿no es cierto?...- No es cierto. Lo que me pone nervioso es la forma en que lo perdí. - Quizás lo tenga usted perdido en algún lugar de su vivienda...- ¿Mi vivienda? ¿Sabes tú cuál es mi verdadera vivienda?- Supongo que tendrá alguna. - Supones bien pero no tiene ahora importancia alguna. El botón de oro no lo perdí en ningún lugar.- No se puede perder nada en ningún lugar. Siempre debe haber algún lugar para perder algo. - ¡¡Me lo robaron!!- ¡No se agite usted tando, Don León, no vaya a ser que salgamos todos rugiendo! ¡Un botón de oro, por mucho valor que tenga, no merece la pena tanta agitación nerviosa!- Es que lo que no se puede admitir es la manera en que me lo robaron. - Cuente, cuente Don León. Parece que la historia se anima. - Fue una noche en Madrid. Andaba yo en la Luna... - ¿Fue en Madrid o fue en la Luna? Aquella irónica salida de Micaela hizo que otra sonrisa vertical aflorara en el rostro del viejísimo Don León Tigre y Gato.  - Fue en Madrid... - Le veo ya más relajado. Por un momento creí que usted había sido alguna vez astronauta. - Lo intenté. Intenté serlo. Pero la NASA no tenía ya interés en enviar a ningún otro hombre a la Luna. Simplemente llegué tarde. Pude haber sido el primer humano interesante en llegar a ella en lugar de ese anodino Neil Armstrong. Yo no habría dicho la memez de "un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad" que, por cierto, la llevaba ya apuntada antes de partir la nave espacial de Cabo Cañaveral.  Ella empezó a beber su cerveza...  - ¿Qué habría dicho usted?- Algo no premeditado pero mucho más interesante. - ¿Por ejemplo?- Por ejemplo... "este es un paso enorme para la imaginación"- No está mal. No está nada mal. Muy romántico. Pero... ¿qué pasó con el botón de oro de su gabardina?- Te repito que fue una noche en Madrid. Andaba yo preguntando por la Isla Hiperbórea en diversos bares de mi ruta predilecta, a las gentes del mal vivir por ver si alguno de ellos o de ellas me podía aclarar la cuestión ya que los hombres y mujeres normales, los de la vida sin aventura, son incapaces de hacerlo. Se me acercó un tipo que me habló de la Patagonia pero yo no estaba dispuesto a hacerle caso, porque era muy aburrido por cierto, y como no le hice ni puñetero caso se enfadó cuando le llamé pampero, porque era lo más parecido a un pampero que había visto yo en mi vida. Al descubrir que el primer botón de mi gabardina era de oro... él junto con otro compinche más aburrido todavía que él... me lo arrancaron y se dieron a la fuga. Aquel botón representaba algo muy emotivo para mí. No me interesa tanto el oro pero lo que no admito es gente tan vil en mis recuerdos vitales.  ¿Sabes algo?- Si me lo cuenta...- Aquellos dos envilecidos e inmorales personajillos de la noche madrileña están ya muertos y bien muertos que están.- ¿Muertos de verdad?- Muertos de verdad en mi memoria. ¡Que el Diablo se haya apiadado de ellos porque supongo que están en los infiernos! - ¿Y qué significaba para usted un simple botón de gabardina aunque sea de oro?- Me lo regaló una bruja que trabajaba en Madrid pocos antes de morir. - No me diga que usted es de los que acuden a las brujas para conocer su futuro?- Con tal de saber dónde está la Isla Hiperbórea todo puede valer.- Pero... ¿no se da cuenta de que las brujas mienten más que hablan y eso que rajan más que el cuchillo de un melonero?- En esta ocasión me predijo que si perdía el botón yo perdería, para siempre, mi memoria...- ¿Y usted se cree esa tontería?- No. No me lo creo. Pero la verdad es que estoy perdiendo la memoria poco a poco. - No me lo puedo creer. Uster recuerda hasta el momento en que nació. Bueno, perdone esta ironía, pero no he visto a nadie que tenga tanta memoria como usted. - Reconozco que es así; pero... ¿por cuanto tiempo me durará esta lucidez mental?- Supongo que hasta que encuentre la Isla Hiperbórea y pueda vivir en ella sin tener ya nada más que recordar sino ser feliz sion recuerdo alguno. ¿Cuántos años hace que le robaron ese botón de oro?- Más de treinta... algo más de treinta...-Esto... usted no tiene sesenta años de edad... ¿no es cierto?...- ¿Cómo puedes dudar de eso si todos lo creen así?- Porque si aspiraba a ser astronauta en lugar de Neil Armstrong, por lo menos tiene usted ochenta años de edad o incluso alguno más de ochenta. ¿Cuántos años tenía usted cuando se presentó en la NAsA pidiendo ser el primer astronauta que llegó a la Luna?- No sé  la causa o el motivo pero a ti no te puedo mentir, Micaela. Tienes unos ojos tan bellos y una mirada tan dulce y noble que no te puedo mentir. Tenía cuarenta años recién cumplidos. Quizás por eso me eliminaron como aspirante. - Pues ya estamos en el años 2014 después de Jesucristo... así que haciendo un sencillo cálculo mental, como Armstrong llegó a la Luna en 1969, si es que es cierto que llegó y no fue un montaje de los Estados Unidos,  usted tiene ahora ochenta y cinco añós de edad aunque parezca que sólo tiene sesenta.- Muy inteligente, Micaela, muy inteligente...- Por ciedrto, Don León... ¿fue verdad que Armstrong llegó a la Luna o fue un montaje?- Las gentes buscan fantasmas donde no los hay.- No ha contestado a mi pregunta. - Si fue verdad o si fue mentira no tiene importancia. Armstrong llegó a un lugar desconocido. Algo así quiero hacer yo.- Pero es verdad que usted tiene ochenta y cinco años de edad. - Espero que no se lo cuentes a nadie. Estoy mucho más cómodo cuando todos creen que tengo solamente sesenta. ¿De verdad eres de San Javier?- Sí. De verdad. De muy cerca del Aeropuerto. - ¿Tendrías algún inconveniente en que te llevara en mi coche hasta tu casa? Me has caído muy bien y no quiero que en tu casa te regañen por haber llegado tarde a la hora de la comida. Si te das cuenta ya son las tres. - ¿Y qué sucede con mis apuntes?- Dejalos en la biblioteca. Alguien los encontrará y los entregará a los empleados de seguridad. Sabem guardarlos hasta que alguién pregunta por ellos. Ambos terminaron su cerveza y Micaela quedó un largo rato pensativa... - ¡Vamos, Micaela! No tengas ningún temor de un hombre de ochenta y cinco años de edad que podría ser tu bisabuelo.- Me llaman "La Aventurera" pero en esta ocasión...- ¡En esta ocasión nada de aventuras, Micaela, sino solamente el detalle agradecido de un simple amigo llevándote a casa para que no te regañen por llegar tarde!- Está bien. Si alguien ha encontrado mis apuntes estarán esperándome a que los recoja pero... ¿y qué pasa con mi novio? Me he citado con él para comer juntos... - Simplemente le dices, cuando le veas, que te olvidaste que habías quedado ya anteriormente con un excelente e inolvidable amigo y que era importante cumplir con él porque era la última vez que le ibas a poder verle. ¿No te aprece una buena excusa parfa tu novio?- ¿Quiere usted decir que le diga, cuando le vea, que era la última vez que iba a ver a un excelelnte e inolvidable amigo?- Sí. Le puedes decir que era un compañero de estudios al cual le debías demasiados favores, en el buen sentido de la palabra, y que ya no le verías más veces en el aula para poder agradecerle dichos favores, dicho todo ello en el buen sentido de la palabra. ¿Quñe te parece lo del amigo excdlente e inolvidabvle al cual ya noi verás nunca más? ¿No te parece una excusa genial? Hasta tiene cierta gracia si te das cuenta y te pones a pensarlo. Tanta graci8a que hasta te puede entrar ganas de reír en lugar de llorar. ¿No lo crees tú asçí?- Me parece un chiste sin gracia alguna... - Perdona que te lleve la conmtraria, Micaela. Tiene muchísim,a gracia inventarse un amigo al cual no se le puede dar un plantón porque es excedlente e inolvidable pero al que ya no le vas a ver más.  Si no fuese porque es mentira hasta se le saltan las lágrimas a uno de sólo pensar en la nobleza de ese amigo excelente e inolvidable por el cual se puede dar un plantón al novio porque el novio lo va a poder comprendr. Parece un chiste pero si lo haces bien no se va a noitar tu mentira. - Pero yo voy perfectamente vestida y arreglada para una cita amorosa...- ¿Y no se tiene también amor por un amigo excelente e inlvidable auqnquie no sea tu novio ni vaya a serlo jamás? Tiene mucho más glamur yh morobo el asunto visto desde ese enfoque. ¿Lo comprendes? Te arreglas para estar mejor que nunca con tal de deslumbrar a ese amigo exclentge e inolvidable al cual ya no vas a ver jamás y supoongo que eso le emocioanrá a tu propio novio cuando descubra lo dulce y tierno de tu corazón por tan gran detalle con tu amigo excelente e inolvidable. Ella se quedó otro largo tiempo pensativa...  - Vamos, Micaela... esfuerza un poco tu imaginación y piensa, salvando la ewnomre distancia de añlos que nos separan, que yo soy ese amigo tuyo tan excelente y tan inolvdable, al cual le debes tantos favores y al que no vas a vovler a ver jamás... ¿no te parece tan emotivo como parfa qwue tu novio no tenga por qué tener celos si se lo explicas bien y con toda clase de detalles? A lo mejor hasta le haces llorar a tu novio cuando compruebe el gran corazón que tienes hacia los necesitados.- Me parece que usted n o está entendiendo nada, Don León. Mi novio no es tan tonto ni tan ingenuo. No creo que pueda colar esa historia del amigo exzclente e inolvidable al que nunca voy a volver a ver jamás. Adem ás... ¿qué nombre le pongo?...- Ponle el nombre más sencillo de todo. Llámale simplemte Pepe y así tu novio no podrá dudar de tu sicneridad y no se dará cuenta del engaño. - Pero... ¿eso serñia engañlar a mi novio?- ¿Por celbrar una comida con un amigo excedlnte e inolvidable, llamado Pepe, en lugar de clebrarla con él? Yo creo que no sólo se lo va a creer sino que te va a amar más por el extraoridnario sentido que tienmes sobvre lo que es una buena y sana am,istad. - Me parece que me está usted convbenciendo9, Don LÑeón. Puedo inventarme lo de mi amigo Pepe y no pasa nada... - Por supeusto que no pasa nada. No es un problema de conciencia que sea mentira... ¿no es cierto, Micaedlka?- La mentira forma parte de la aventura... cuando la aventuira es apasionante y nobel...- Claro. Salvo que lo de Pepe fuese verdad. Pero como es mentirar... ¿no es cieto que es una mentira piadosa nada más, preciosa aspoirante a actriz estelar?- ¿Es necesario mentir? ¿No puedo contarle la verdad a mi novio?- Yo te recomiendo que te inventes lo de un juvenil y simpático amigo íntimo llamado Pepe antes de contarle que has estado toamnos uian cerveza con un viejo de ochenta y cinoc años de edad que, para mayhor ironíoa, se llama Don León. Tu novio solspechará menos de ese tal inventado Pepe quie de este real Don León que te tiene que contar una apasionante hgistroria,. Necesito llevarte a San Javier parfa poder conta´rtela entera, - ¡Tiene usted razón! ¡Lléveme ya a mi casa `pero espero que su historia sea inolvidable!- Será inolvidable. Tan inolvidable como esa invención de un tal Pepe con el que has queddado para comer en lugar de ir con tu novio. Te prometo que mi historia será mucho más intertesante y que no habrá lugar para las lágrimas si es que no es necesario.-Supongo que no será necesario, Don León.- Creo en las mentiras piadosas, Micaela.- No dejan de ser mentiras, Don León.- Te equivocas. Todos los religiosos dicen que son pecados aunque sean mentiras piadosas; pero son mucho más bonitas que la cruel realidad. Prefiero una mentira piadosa antes que cien verdades crueles. ¿No lo crees igualmente, Micaela?- Posiblemente sí.- Quizás lo de decir a tu novio que tuviste que acudir a una comida con ese imaginado e irreal Pepe, porque es un amigo excelente e inolvidable, sea una mentira piadosa, pero mentir de esa manera no es un pecado sino una virtud. Es la virtud de convertir un sueño en una realidad. ¿Crees que no merece la pena poder vivir nuestros sueños o eres tan joven que no lo puedes comprender?- Soy joven pero lo comprendo o al menos intento comprenderlo. Es mejor una mentira piadosa que no mentir jamás. Es mejor la mentira piadosa para poder tener sentimientos.- ¡Eso es, Micaela! Cuestión de tener o no tener sentimientos. Y ene sta cuestión de los sentimienos hay que ser como los niños y las niñas. Yo también prefiero mil veces a las mentiras piadosas que nos hacen desarrollar la imaginación que todo eso que el mundo llama verdades. ¿Crees que el mundo entero, con tantas verdades, es feliz?- Dicho de esa manera...- ¿Sí o no?- Yo solamente digo que amo al Cine.- Yo también. Quizás el Cine sea una manera de ser mucho más perfectos que tanto realismo cruel. Como dijo Ralph Waldo Emerson, "nada asombra tanto coom el sentido común y la franqueza". Yo he visto muchos sentidos comunes y muchas franquezas en las mentiras piadosas del Cine y de la vida. Prefiero eso que a todas esas verdades que nos condenan por tener imaginación suficiente como para transformar la realidad. ¿Te da miedo saber eso?- Supongo que ser valientes es superar más cantidad de miedo que los demás...- Cierto, Micaela. Hay muchos que no desean ser felices. Espero que tú no seas de ellos.- ¿El mundo es su pasión, Don León?- ¿El mundo? ¿Qué tiene que ver este mundo conmigo?- Quizás nada...- Exacto. Quizás nada porque nada me puede ofrecer. Se trata de vivir, Micaela, de vivir aunque sea en base a bonitas mentiras piadosas antes que morir conn tantas verdades dirigidas.- ¿Dirigidas?- Sí. dirigidas por los seres más infelices. ¿Qué es mejor, Micaela, un novio o un hombre que te ama?- ¿No son la misma cosa?- No. Son hasta cosas opuestas. Y espero que seas capaz de comprenderlo, entenderlo y asumirlo.- Lléveme ya a casa, Don León, y por el camino pensaré lo que me ha dicho... Ambos salieron de la Cafetería del Polideportivo Juan Carlos I dejando a Nacho Ávila Contreras de la Villa con la boca abierta ante el billete de cien euros que estaba sobre la mesa. 
El teléfono de la casa del padre de Micaela y la madre de Micaela, Pedro Sanromán Sanemeterio y Pilar Santamaría Santarosa respectivamente, sonó de improviso. Fue Don Pedro quien contestó a la llamada... - ¿Dígame?- ¿Es usted Don Pedro Sanromán Sanemeterio?- ¡Hola, Roberto! ¿Qué sucede ahora?- Es sobre su hija...- ¡No me digas más! ¿Otra vez os habéis enfadado y queréis romper vuestro noviazgo? ¿Cuántas enésimas veces lo venís haciendo desde que tenéis uso de razón? Que ella se enfade contigo lo veo hasta normal porque sólo tiene diecinueve años y te está aguantando desde que tenía solamente trece pero lo que no me explico es que tú pelees con ella cuando ya tienes veintiséis años y le echaste el ojo encima cuando tenías ya veinte. - ¡Pero déjeme que le explique, Don Pedro!- ¡No tienes nada que explicarme, Roberto Félix! ¡Estoy hasta la coronilla de todos vuestros enfados y que luego tenga yo que soportar el malhumor de ella! Una de dos, Roberto Félix, o hacéis el puñetero favor de casaros y dejarnos a todos en paz o se rompe la baraja y cada uno para su casa! ¿Me has entendido bien?- Lo he entendido totalmente bien pero no se trata de nada de eso, Don Pedro.  Don Pedro Sanromán Sanemeterio cambió de expresión al saber que no se trataba de ninguno de los múltiples enfados de la pareja que formaban su hija, Micaela Sanromán Santamaría, y Roberto Félix Alegría del Campoverde mientras su esposa, Doña Pilar Santamaría Santarosa se acercó a escuchar... - ¿Qué es lo que sucede entonces?- ¡Que no encuentro a su hija por ningún lado!- ¡¡Ay, Dios mío!! ¡¡Ay. Dios mío!! y ¡¡Ay, Dios mío!!- ¡Calla un momento, mujer, y deja ahora a Dios en paz! ¿Qué quieres decir, Roberto Félix, con eso de que no la encuentras por ningún lado? ¿Es que no habíais quedado para comer juntos?- Por supuesto que sí.- ¡¡Ay, Dios mío!! ¡¡Ay, Dios mío!! y ¡¡Ay. Dios mío!!- ¡Haz de favor de callarte, Pilar, y no vuelvas a pronunciar el nombre de Dios porque no viene a cuento mencionarle ahora! ¿Dónde habías quedado con ella, Roberto Félix? Roberto sabía que cuando su futuro suegro le llamaba por el nombre completo, Roberto Félix en lugar de Roberto solamente, es que estaba muy enfadado de verdad. - Donde siempre, Don Pedro, donde siempre que nos citamos en Murcia. En la Biblioteca Municipal que está junto al Polideportivo de Juan Carlos I. Como su hija es tan estudiosa...- ¡Pues algo de ejemplo debería ser para ti que todavía no has terminado lo de Derecho! ¡No vas muy derecho que se diga, Roberto Félix con tus deseos de ser abogado! A tu edad yo ya había terminado hasta mi tesis doctoral. Deberías aprender un poco de ella, vago.- ¡No discutamos ahora usted y yo, don Pedro! ¡El asunto es muy serio!- ¡¡Ay, Dios mío!! ¡¡Ay, Dios mío!! y ¡¡Ay, Dios mío!!- ¡Pilar! ¡Haz el favor de irte a la cocina a seguir preparando el almuerzo y déjame hablar con Roberto tranquilamente!  Roberto Félix respiró un poco más tranquilo cuando volvió a llamarle simplemente Roberto mientras Doña Pilar Santamaría Santarosa decidió irse a la cocina y terminar de preparar la comida para su esposo y ella. - ¡Necesito explicaciones, Roberto Félix! Roberto descubrió que no se le había pasado el enfado y que había que tener mucho cuidado con lo que decía si quería seguir siendo el novio oficial de Micaela.  - Yo no sé decirle otra cosa sino que su hija no está en la Biblioteca Municipal de Murcia ni en sus alrededores. Habíamos quedado en que yo vendría a buscarla a las tres en punto de la tarde pero no está ni dentro ni fuera.- ¿No estará buscándote ella a ti?- No lo creo. Siempre que hemos quedado citados soy yo quien la busco y ella quien me espera. Le repito que no la encuentro ni dentro de la biblioteca ni por los alrededores de la biblioteca. Son las tres y media. Su hija no aparece por ningún sitio. Si me hubiese buscado ella a mí me hubiese encontrado ya. Y además sus apuntes están sobre la mesa de la Sala de Lecturas donde ella estaba estudiando. Esto es muy extraño porque nunca jamás se aparta de sus apuntes. Son como sagrados para ella. Es capaz de olvidarme antes a mí, a pesar de que llevamos con la relación seis años, que olvidarse de ellos. - ¿Tan estudiosa es mi hija?- Tanto, Don Pedro. - Yo diría que es muy anormal.- ¿Muy anormal su hija por ser tan estudiosa?- ¡Déjate de bromas, Roberto Félix! Si tú fueses un poco normal no dirías tantos chistes fáciles. Lo que digo es que esta situación es muy anormal. Mi hija nunca dejaría olvidados sus apuntes por nada del mundo. No he visto yo cosa igual en toda mi vida. Sus apuntes son lo que más ama desde que tiene uso de razón... claro... que supongo que después que a ti... salvo que tú, Roberto... - ¡Póngase serio, Don Pedro! ¿Cómo voy a estar engañándola con otra si no hay ninguna igual que ella?- Eso sí... eso de que no hay otra más fantasiosa que ella es cierto... porque hay que echarle mucha fantasía al asunto cuando dice que tú eres el único príncipe azul de su vida...- Don Pedro... - Perdona Roberto, no quiero decir que no estés cachas cuando todos en la familia sabemos que practicas toda clase de artes marciales pero es que... decir que tú eres un príncipe, por muy guapo que seas, no concuerda con que estés trabajando de dependiente en una droguería...- Pero es sólo de momento hasta que acabe la carrera. - Pues menuda carrera llevas... cinco años de estudios en la Universidad de Murcia y todavía estás en segundo...- Póngase serio, Don Pedro. ¡La cuestión es de verdad preocupante! ¡¡Entiendo que algo extraño le ha sucedido!! Y entiendo que no debe ser algo bueno aun cuando no soy nunca un pesimista. - ¡Ten calma, Roberto! Vuelve a buscarla por donde creas que pueda encontrarse y me llamas de nuevo con lo que sea. Estoy seguro de que ella también debe estar buscándote a ti.- Escuche, Don Pedro. Yo que usted estaría mucho más preocupado por lo que le hubiera podido pasar a una hija mía, sobre todo cuando es hija única y no se puede sustituir por ninguna otra. Estaría mucho más preocupado por el asunto y no pensando en la comida por muy sabrosa que ésta sea. - ¿Qué estás insinuando? ¿Estás diciendo que prefiero comer bien antes que preocuparme por lo que le haya podido suceder a mi hija única? ¿Tú me crees capaz de hacer eso? - Lo que estoy intentando decirle y que usted entienda bien es que su hija se nos ha perdido. - ¡Se te ha perdido a tí, pedazo de haragán! ¡Seguro que has llegado algunos minutos más tarde de las tres en punto y ella te ha dejado plantado!- Entonces... si eso fuera cierto aunque es verdad que he tardado quince minutos en llegar a la cita... ¿cómo se explica que sus apuntes se hayan quedado sobre una mesa de estudios de la biblioteca?- Eso es lo que no entiendo. ¿Qué clase de apuntes son esos? Quizás sabiendo qué clase de apuntes son y que está estudiando con tanta intensidad nos de una buena pista para saber por dónde buscarla.- Le parecerá algo extraño si se lo cuento...- ¡Cuenta y no te entretegas en comentarios que no te he pedido para nada, zoquete!- No se enfade, Don Pedro. Los apuntes se titulan "La Educación de las Emociones a través de los Cuentos".- ¿Y qué tiene eso de extraño, de sorprendente, o de inexplicable? Todos sabemos que está estudiando esa temática como especialidad literaria de sus estudios universitarios. - Ya. Eso no es lo sorprendente de todo este asunto. - Pues no entiendo nada de lo que me quieres decir...- Es que revisando sus apuntes he encontrado unas cuántas páginas que no corresponden a dicho material de estudio.- ¿Esto qué es? ¿Una película de miedo?- No. Yo diría que es una película de intriga, misterio o humor negro...- ¡Explícate mejor porque yo ese lenguaje no lo comprendo!- Las hojas que he encontrado entre sus apuntes de Literatura sobre los Cuentos se titulan "Taller de Actuación Cinematográfica". - ¡Atiza! ¿Es verdad que esto es una película de miedo?- Le repito que parece más una película de intriga, de misterio o de humor negro... - Mira bien esas hojas de apuntes sobre Cine porque quizás venga el nombre del maestro o la maestra que está impartiendo dicho Taller. - Por supuesto que ha sido lo primero que he hecho. Se trata de un Profesor de Literatura. - ¿Quién es? ¿Se puede saber su nombre?- Pepe Luis. - ¿Pepe Luis? ¿Cómo se puede ser todo un profesor universitario de Literatura haciéndose llamar Pepe Luis? - No se llama Pepe Luis, sino que todos sus alumnos y alumnas le llaman así. - ¿Es que no se llama José Luis?- No se llama José Luis. - No entiendo nada de nada. ¡Esto parece, en verdad, una película de humor negro pero no me hace ninguna gracia! ¿Cómo se llama ese profesor?- Su nombre es Don Carlos. - ¿Se llama Don Carlos y admite que le digan Pepe Luis?- Es que suele tener muy buen humor. Yo le conozco porque una vez me lo presentó Micaela y estuvimos toda una tarde entera los tres juntos en un pub. ¡Jamás en mi vida me había reído tanto! - Pues a mí no me hace ninguna gracia. ¿No será que ese tal Pepe Luis o Don Carlos se haya encontrado con ella y están divirtiéndose de lo lindo ya que es tan gracioso como tú dices? Mientras nosotros nos rompemos la cabeza pensando sobre dónde se habrá metido la malcriada de mi hija ellos deben estar partiéndose de risa...- Podría ser... podría ser... pero lo dudo... aunque quizás eso explique que haya dejado los apuntes sobre la mesa. Si Pepe Luis se ha encontrado con ella estoy seguro de que tardará bastante en volver a aparecer. Bastantes horas. - ¿Por qué bastantes horas?- Porque por lo poco que le conozco personalmente pero por lo mucho que Micaela habla de él se ponen tan interesantes sus charlas que te pasas horas enteras sin darte ni cuenta. Ahora sí que se complica el asunto. - ¿Hay alguna manera de poder saber si se han encontrado los dos y se han despreocupado hasta del mundo que les rodea?- Lo único que se me ocurre es llamarle a ese profesor para ver si le localizamos y nos lo puede explicar. Eso nos daría la respuesta exacta sobre dónde se encuentra Micaela. - ¡De eso me encargo yo ahora mismo! ¿Cuáles son los apellidos de ese tal Don Carlos?- Leyendo las hojas descubro que se llama, exactamente, Don Carlos Magno Sáinz Mayoz.- ¿Don Carlos Magno de nombre?- Sí. Don Carlos Magno de nombre y Sáinz Mayoz de apellidos. Lo de Carlos Magno debió ser porque ya desde su nacimiento habría quizás señales celestes para adivinar que sería todo un conquistador de chavalas guapas. Por lo menos se puede suponer.  - ¡Déjate de bromas tontas ahora! ¿Sabes casualmente cuál puede ser el teléfono para poder localizarle?- No casualmente. Lo tengo apuntado en mi agenda. Nos lo pasamos tan bien aquella tarde contándonos chistes sin parar que decidí tomar nota de su teléfono y anotarle entre los de mis amigos más preferidos para ver si podemos repetir la cita otra vez. - ¡Déjate ahora de tonterías y chistes, Roberto Félix Alegría del Monteverde, porque no estoy ni para chistes ni mucho menos para tonterías! ¿Puedes decirme ya ese número de teléfono?- Espere un momento, Don Pedro, que se me ha caido la agenda por culpa de los nervios. - ¡Date prisa, botarate! ¡Cualquier minuto que perdamos puede ser fatal!- Que yo sepa si está con Pepe Luis su hija está libre de cualquier desgracia... - ¡Y pobre de ti si le ha ocurrido algo malo!- ¿Qué culpa tengo yo?- Ya que hablamos de culpabilidad ahora estoy arrepentido de haber dejado que ella, con tan sólo trece años de edad, se hiciese novia tuya. Erais demasiado jóvenes y por eso nunca has sabido cuidarla. ¡Anda! ¡Pon más cuidado y atención en lo que haces y dame ya ese bendito número de teléfono! ¡¡Ya hablaremos después tú y yo!! Roberto Felix Alegría del Monteverde consiguió recuperar la agenda...  - Apunte, Don Pedro. - Vamos... vamos... no pierdas tanto tiempo... - Lo siento, Don Pedro. - ¿Me vas a decir ahora que has perdido ese número? ¡Si lo has perdido te cuelgo de una encina con mis propias manos!- ¡No se ponga tan nervioso, Don Pedro! ¿Cree usted que a todo un profesional de las artes marciales como soy yo le puede colgar de la encina alguien como usted?- ¿Qué dices, insensato?- Calma, Don Pedro. No tengo el número privado de Don Carlos pero tengo el número de su despacho de la Universidad. - Esto se complica, Roberto Félix. ¿Cómo podemos estar seguros de que se encuentra ahora en la Universidad?- Recuerdo que Micaela me dijo que los viernes hacía jornada continua de mañana y tarde y que se quedaba a comer en la cafetería de la Universidad. Puede ser que se encuentre ya en su despacho. ¡Confíe en Dios!- ¡¡Ay, Dios mío!! ¡¡Ay, Dios mío!! y ¡¡Ay, Dios mío!!- ¡Que te tranquilices de una vez por todas, Pilar! ¡Dios no tiene nada que ver en todo esto, o al menos eso creo yo. Así que deja ya de citar tanto a Dios y a ver si nos tranquilizamos todos! ¡Bueno, Roberto! Mientras yo le llamo a Don Carlos tú sigue buscando por ahí. Estoy seguro de que te está gastando alguna broma por haber llegado tarde a la cita y anda escondida. - Pues no le veo yo la gracia... - Ni yo tampoco. Pero tener una novia de diecinueve años teniendo veintiséis como tienes tú produce estas circunstancias.- ¿Qué me está usted contando, Don Pedro? ¿Una de misterio?- Nada de eso. Te estoy diciendo que a las mujeres no hay quien las entienda desde el mismo momento en que vienen a este mundo...- Y pensar que su hija no hace más que decir que usted no es un tipo machista...- ¡Claro que no soy machista! ¡Como se me inflen los cataplines te vas a enterar!- ¿No es usted machista? - ¡¡No lo soy!!- Pues emplea usted un vocabulario y unas maneras de dirigirse a los demás que demuestran lo contrario. Si lo fuese... no sé yo que diría usted de las mujeres...- ¡Dame ya el número y en otro momento más oportuno hablaremos de mujeres. Será de hombre a hombre, o de lo que haga falta, para demostrarte qué somos cada uno de nosotros dos.! ¿Entendido, Roberto Félix?- ¡Entendido, Don Pedro! El número es. Espere. Espere. ¡Arrea! No tengo tampoco el número del despacho de Pepe Luis. - ¿No tienes el número del despacho de Don Carlos?- Pues no. Ahora recuerdo que lo apunté en la otra agenda que me he dejado en casa. - ¿Se puede saber por qué estás tan idiotizado?- Por culpa de su hija. Si no se hubiese escondido no habría sucedido nada de esto. - ¿Tienes o no tienes anotado el número de Don Carlos?- Le repito que lo he dejado olvidado en mi casa. - ¿Eres de esos maniáticos que usan dos agendas distintas?- Es para asegurarme de que no pierdo ningún número interesante. Pero no se preocupe usted, Don Pedro. ¿Tiene la Guía Telefónica de la Provincia de Murcia?- ¡Claro que la tengo! ¿Y qué? ¡Tengo derecho a tenerla porque para eso le pago a la Telefónica y no como otros!- Déjese de bobadas, Don Pedro. Si tiene usted esa guía es fácil encontrar a Don Carlos. - ¡Atiza! ¡¡Es verdad!! Llamando a la Universidad de Murcia en San Javier pueden ponerme en comunicación con Don Carlos Sáinz Mayoz. Pero hay un problema.- ¿Qué problema, Don Pedro?- La Universidad de Murcia es muy grande y existen varios teléfonos diferentes. - Usted busque en la Guía Telefónica por Campus Mare Nostrum, en la calle Argentina sin número, y verá qué pronto le encuentra. Ahora... hasta luego Don Pedro... me voy a investigar por la biblioteca por ver si la encuentro por aquí o alguien me da alguna pista.  Roberto Félix Alegría del Monteverde cortó la comunicación antes de que Don Sanromán Sanemeterio se volviera a poner nerviso y lanzara unas cuántas palabrotas contra él. Se quedó pensativo. La inteligencia frente a la inteligencia. Era hora de comprobar si Micaela era más inteligente que él o si él era más inteligente que Micaela, si es que se estaba tratando de una broma por parte de ella. Una rareza del carácter de Roberto Félix consistía en estar enamorado mil por mil de Micaela a pesar de que decenas y decenas de jovencitas, muy guapas e inteligentes por cierto,  hubiesen querido ligar con él con mucho gusto... pero todas las demás, por muy atractivas y sexys que fueran todas las demás, no eran Micaela Sanromán Santamaría y no pasaban nunca de ser buenas amigas con las que tener alguna conversación que otra, pero de cosas más bien intrascendentes para no complicarse demasiado sus vivencias emocionales. Él no era culpable de llamar la tención de tantas jovencitas guapísimas que intentaban flirtear hasta quedarse bastante conmocionadas debido a su atractiva personalidad. Él no era culpable. Al menos hacía bien en no sentirse culpable de sus conquistas involuntarias. Podría haber falseado alguna que otra vez su forma de ser noble y leal a Micaela pero jamás lo había hecho y jamás lo hacía. Él era tal como él era y su amor por Micaela no era ni producto de ninguna clase de interés ni tampoco por alguna apariencia simplememnte física. Micaela, la única hija de Don Pedro y Doña Pilar, era explosivamente atractiva y sexy y era la sucesora legal de todos los bienes de sus progenitores; pero él no se había fijado tanto en la brillante belleza de Micaela ni en su dinero sino en algo mucho mejor que todo eso. Se había fijado en la personalidad, la inteligencia y lo interesante que resultaba ser eso de estar al lado de ella. Así que, pensando en todo ello, fue buscando por entre todas las mesas de la Sala General de Lectura y, a pesar de su gran timidez, a todos y todas loa allí presentes les preguntaba por ella. En tales circunstancias no era oportuno ser tímido sino lanzarse a la búsqueda de Micaela aunque tuviera que remover toda la biblioteca. No le importaba lo que pudiesen pensar de él quienes se extrañaban de que preguntase por una chica diciendo que era la mujer que amaba más que a su proipia vida. Ante el resultado negativo de su búsqueda por el interior de la biblioteca era necesario parar un momentoi y serenar el ánimo.  - Esto ya no es un jueguecito infantil. No estamos jugando al escondite. O mucho me equivoco o a Micaela le ha sucedido algo grave. Supongo que como es tan asidua a la Biblioteca Municipal de esta ciudad, las empleadas de este local deben saber de quien se trata. ¿Cómo no se me había ocurrido antes? ¡Por ahí es por donde debería habver empezado a buscar! De esta manera se acercó al mostrador de las empleadas biliotecarias que atendían al público en general. Estaban en el primer piso. - Por favor, señorita...- Gracias por llamarme señorita aunque estoy casada y bien casada. - Perdone... es que tiene usted una aparencia muy juvenil.- Otra ve le doy las gracias pero dígame qué quiere, caballero...- ¿Conocen ustedes a una asidua usuaria de esta biblioteca que tiene por nombre Micaela Sanromán Santamaría?- ¡Claro que conocemos a Micaela! Viene muchísimo por aquí y se ha hecho muy famosa entre todos nosotros, sobre todo entre los hombres que atienden esta biblioteca. Lo digo por su belleza femenina. ¡Una joven tan preciosa y tan atractiva siempre llama la atención! Es una de nuestras usuarias más queridas por todos y por todas. ¿Qué desea saber de ella?- Me llamo Roberto Félix Alegría del Monteverde y soy su afortunado novio. Estoy buscándola desde las tres de la tarde, casi hace ya una hora, porque a las tres de la tarde habiamos quedado en que yo pasaría a recogerla por aquí poara ir a comer los dos juntos; pero no la encuentro por ningún sitio. ¿La han visto ustedes aquí esta mañana?- Yo no recuerdo haberla visto hoy pero quizás algunos de mis compañeros masculinos... por ejemplo Diego que no la pierde nunca de vista cuando la ve entrar... ¡Tenga cuidado con el pelirrojo Diego! ¡A pesar de lo gordo y feísimo que es él siempre va alardeando de que tiene mucha suerte con las chicas más guapas y puede convertirse en un duro rival para usted!- ¿Quién es Diego?- Ahora mismo le aviso. ¡Diego, por favor! ¿Puedes acercarte a este mostrador? Un joven de veinte años de edad, muy gordo, pelirrojo y extremadamente feo, pero bien fornido y de íntegra presencia, acudió a la llamada de la señorita.  - ¿Qué sucede, Luisa? ¿Algún problema?- No. Ningún problema. - ¿Te está molestando este tipo?- Yo no estoy molestando a nadie. No es mi forma de actuar, Belfegor, que pareces en verdad Belfegor pero por lo ridículo que aparentas ser. - No vayáis ahora a discutir los dos por mi culpa. No me está molestando, Diego. Solamente quiere saber si alguno de nosotros ha visto esta mañana a Micaela Sanromán Santamaría.- ¿Y quién es este tipo para tener tanto interés por ella?- Me estás cayendo muy mal y muy pesado, Diego de las narices. Si quieres pelea te estás equivocando de lugar y de persona. Sólo faltaba que fueses, además, un podrido fascista. - Tú tampoco me estás cayendo muy bien, te llames como te llames.- Me llamo Roberto y soy el novio de Micaela desde que ya era un bombón de tan sólo trece años de edad. - ¡Vaya! ¡Nunca pude imaginarme que una chavala tan super guay tuviera tan mal gusto de echarse novio a los trece años y para toda su vida!- ¿Quieres que te rompa la cara ahora mismo, donjuan de mierda?- ¡Calma! ¡Calma los dos o aviso a los guardias de seguridad! Lo único que importa ahora saber es si alguien ha visto a Micaela esta mañana. ¿No es eso lo único que te importa, Roberto Félix?- Eso es.- ¿Es que le ha sucedido algo malo a esa monumento viviente?- Eso estoy intentando descubrir. ¿La has visto o no la has visto?- La he visto. Estuvo hasta la una de la tarde estudiando en la Sala Principal del primer piso. - ¿Y qué sucedió después?  - Sólo sé que salió de la biblioteca acompañada por un hombre muy viejo. No es muy bueno tener una novia tan sexy, Roberto Félix, cuando existen viejos podridos que nadan en la abundancia. Siento tener que haberte dado esta noticia. - ¿Tú crees que mi novia es capaz de estar poniéndome los cuernos con  un viejo verde?- ¡El dinero! ¡El dinero lo puede todo cuando se tiene demasiado y, además, se tiene demasiado tiempo para gastarllo!- Micaela tiene suficientes dinero para no irse con nadie por culpa de eso. Desde que nació es millonaria. No necesita liarsse con un viejo verde de ninguna especie humana. - ¿Micaela es millonaria?- Sí. Por eso sé que no es capaz de engañarme con nadie por culpa del dinero.- ¿Desde cuándo es tu prometida?- Desde hace ya seis años. A su trece años de edad era lo suficientemente inteligente como para prometerse con el hombre de su vida. - Sin embargo, recuerda que Juan Eusebio Nierember dijo que las grandes promesas son siempre sospechosas...-Si sigues por ese camino no voy a tener más remedio que romperte la cara, Dieguito de las narices. ¿Y tú vas diciendo por ahí que eres el capricho de las nenas?  ¿A ti quién te ha dicho que todas las chicas guapas, atractivas y sexys son siempre engañadoras por el simple hecho de ser guapas, atractivas y sexys? ¿Qué edad tienes?- Veinte años exactos.- ¿Y ya eres tan fascista como quizás lo fue tu abuelo? ¿A los viente años eres tan machista? Lo llevas muy mal, Dieguito, lo llevas muy mal. Es precisamente a la clase de tipos como tú a los que es fácilmente que sus chicas les pongan los cuernos; porque ni sabéis tener novias interesantes ni sabéis cómo tratar a las chicas sexys. ¿De acuerdo? ¿Estás de acuerdo en que los machistas y fascistas sois los que ellas manejan con tanta facilidad como si fuéseis marionetas de papel?- Yo no tengo todavía novia ni la tenido nunca como para poder hablar contigo de ese tema. - Pues a mí lo que dijo Nierember me la suda. Y también me la trae floja lo que pudiera haber dicho José Antonio.   - Está bien, Roberto Félix, soy fascista pero te pido disculpas por lo que insinué acerca de tu novia aunque yo la vigilaría más de cerca. - Sólo me interesa a dónde ha podido ir. - Pues lo siento, pero yo sólo la vi salir de la biblioteca. No tengo ni idea a dónde habrá ido con ese viejo. Siento no poder ayudarte más. - Ya me has ayudado lo suficiente, Diego. A lo peor llevas hasta razón con lo que supones. - No quise ofenderla, tío. Siento de verdad lo que dije. - No. Si llevas cierta razón. Tener una novia de ese calibre físico siempre es peligroso. Y ahora, por favor, ya no necesito más tus intuiciones; así que piérdete por donde has venido. - Lo siento, caballero... - No se preocupe por mí, señorita. Sólo estoy intentando hacer lo que debo. No cabe duda de que Diego, este insolente chaval, ha hecho coincidir sus palabras con mis meditaciones. Yo también estoy pensando que puede ser que tenga un lío con ese viejo pero no de los que él piensa. Ahora bien, si es un viejo multimillonario ya se sabe que dinero llama a dinero. Lo que ha sucedido excede a mi comprensión. Ella había quedado conmigo en que yo la vendría a buscar para comer los dos juntos, ¿Cómo es posible que olvidara nuestra cita? No quiero ni pensar en una tragedia... así que lo que estoy pensando es que, si no es cuestión de ponerme los cuernos,  ¿qué cuernos puede ser todo esto? - Yo... no quisera... - ¡No te preocupes más por mí, Diego! Yo no soy el que se ha extraviado sino ella. Así que no es necesario que me tengas pena... ¿de acuerdo, chaval?- De acuerdo, tío. Lamento haber tenido que decírtelo; pero no lo siento por ti sino por ella. No puedo evitar contarte lo que vi y lo que vi es que se fue con un viejo.  Realmente, Roberto Félix Alegría del Monteverde estaba mucho más asombrado de lo que estaba confesando.  - Es injusto pero hay que aceptarlo. - No te preocupes tanto, tío. Escucha. Dentro de una hora termino con mis labores. Si quieres quedar conmigo a eso de las cinco de la tarde nos podemos tomar unas copas juntos en alguno de los bares del Zig Zag. ¿De acuerdo? Para olvidar o para no olvidar. Da lo mismo. El asunto es que a nuestras edades no merece la pena amargarse la existencia por una chica de más o por una chica de menos. Si yo te contara... - Hace unos quince minutos aproximadamente yo era todavía un joven feliz de veintiseis años de edad... pero ahora me siento un viejo de treinta engañado por una quinceañera. - ¿Es que Micaela sólo tiene quince años de edad?- No. Tiene diecinueve, pero me ha tratado como si yo fuera un imbécil de treinta y ella una niñata de quince. - No te preocupes más por eso. Has perdido una novia pero has ganado un amigo. - No me gustan los chistes fáciles. - Supongo que charlando después, alrededor de unas copas, vuelvas otra vez a ser feliz. De acuerdo en que hay pocas chavalas como esa tal Micaela, pero no es el físico lo único importante . - No me vengas con ese absurdo, Diego. - Tengo sólo veinte años pero puedo comprenderte. A mí en una ocasión...- ¿Qué te sucedió en esa ocasión, Diego?- A pesar de tener sólo veinte años de edad tengo cumplidos ya varios desengaños sentimentales. Hace solo un par de meses una malagueña me dejó plantado y no sólo ha sido esa sino que llevo ya una buena colección de calabazas cosechadas... tantas como para escribir un libro porque resulta que, al parecer, yo nunca tengo derecho a poder enamorarme de verdad. - ¿Tan baja autoestima tienes de ti mismo?- Sé que tengo baja autoestima. Me han sicologizado demasiado. Pero estoy muy a gusto conmigo mismo y por eso me río del mundo entero, incluidas las chavalas guapísimas. Me río del mundo entero y me lo paso guay con toda mi baja autoestima que dicen que tengo todos los psicólogos y psiquiatras que he conocido. ¿Sabes una cosa? No merece la pena tomarse en serio las ciencias humanas. Si te confias demasiado en lo que dicen los profesionales dejas de ser tú para siempre. - A pesar de tener solamente viente eres muy convincente, Diego. Admitamos que estás en lo cierto. Es interesante saber escucharte. - ¡Vaya! ¡Es la primera vez en mi vida que, aún siendo un gordo y feo pelirrojko sin gracia alguna, alguien me d¡ce que soy interesante! Te lo agradezco. aunuqe ya no me preocupa para nada mi baja autoestima. Que alguien diga que yo soy un tipo interesante es algo que realemnte tiene importancia. - No he dicho que seas un tipo interesante sino que es interesante lo que planteas como solución a mi problema. Tú la verdad tienes muy poco de interés. - Está bien. Dejemos las pendejadas existenciales fuera. ¿Quedamos o no quedamos para tomar unas coipas, Roberto?- ¡Quedamos, Diego! ¡Que se vayan al carajo todas las chavalas interesantes! - ¡Jolines! ¡Tampokco es para tanto, tío! Hay que dejar a alguna por lo de la sorpresa y todo ese rollo que nos cuentan. - ¡Jajaja! Es verdad que eres patético, chaval, pero eres original,.- Entonces cuando termine mi trabajo quedamos para tomar esas copas. No te olvides que es a las cinco de la tarde.  Aquel feo chaval pelirrojo de tan sólo veinte años de edad, cuyo único motivo en la vida era simplemente gozar de la vida e inventar que ligaba con las más guapas a pesar de su bajísima autoestima, le dio por pensar un buen rato cuando se marchó a seguir con sus labores en la biblioteca ordenando los libros que los usuarios dejaban después dee haberlos leído. Esa era la única emoción de su trabajo, O sea, cero de empleo de la imaginación. - Existen pocas personas que no se han entretenido, en cualquier momento de su vida, en recorrer en sentido inverso las etapas por las cuales han sido conseguidas ciertas cuestiones de su inteligencia. Lo dijo un personaje de Edgar Allan Poe pero me parece exacto a lo que plantea esta tal Diego.  Mejor me voy a tomar un cafá donde está Nacho.  Roberto Félix Alegría del Monteverde salió de la Biblioteca Municipal de Murcia y, un minuto después, entró en la Cafetería del Polideportivo Juan Carlos I.  - Buenas tardes, Nacho... - ¡Caramba, Roberto! ¿Cómo tú solo por aquí?- Ya ves. A veces uno se da cuenta demasiado tarde. - ¿A qué te estás refiriendo, tío?- A que durante muchos años uno puede estar siendo engañado por una chica sin que ni tan siquiera te des cuenta y, de repente, en un momento cualquiera, algo sucede que te hace ver la realidad. - ¿Algo que ver con Micaela?- Prefiero no recordar ni su nombre. - ¡Caramba, Roberto! ¡Yo creía que después de hablar con el viejo Don León estaría otra vez contigo como siempre!- ¿Cómo has dicho?- ¿Es que no conoces al viejo León Tigre y Gato?- ¡Nunca en mi vida he oído tal nombre! ¿Quién es ese tal Don León?- ¡El viejo que estaba hablando con tu chavala hace una hora aquí mismo! - ¿Ese viejo multimillonario se llama León?- Se llama León... pero... ¿multimillonario ese viejo carcamal que no tiene dónde caerse muerto?- ¿No es un viejo multimillonario?- Pero si Don León Tigre y Gato es más pobre que las ratas...  Una nueva perspectiva del problema iluminó el cerebro de Roberto Félix Alegría del Monteverde.    - ¿M estás diciendo que ese viejo verde no tiene nada de dinero?- Te estoy diciendo que es pobre de solemnidad. - Debo entonces penetrar en el alma de todo este caso. . No te entiendo, Roberto. ¿Ocurre algo grave con Micaela y su alma?- ¿Escuchaste algo de lo que estuvieron hablando?- Oí que el viejo le decía: "¡Soledad! ¡Esa es mi palabra favorita!".  Y citó algo de Júpiter, la Isla Hiperbórea y cuervos picoteando!- ¡Canastos! ¡Esto sí que se complica de verdad! ¿Cuántos años tiene ese viejo?- Casi nadie lo sabe porque todos creen que tiene sesenta...- ¿Y no tiene sesenta? ¿Quizás solamente cuarenta?- ¡Todo lo contario, Roberto! Tiene ochenta y cinco. - ¿Me puedes decir algo más?- Lo siento. No puedo decirte nada más. Sólo que se llama León Tigre y Gato, No podía yo suponer que algo raro existía entre los dos. - Recuerda, Nacho, recuerda... - Espera un monmetio. Sé que él la invitó a llevarla en su coche hasta su casa en San Javier.  - ¿Coche? ¿Qué clase de coche tiene ese viejo?- Un escarabajo negro. Dijeron algo sobre un escarabajo y supongo que se refería a ese coche pero no puse demasiada atención. - ¿Un Volkswagen?- Supongo que sí. ¿Te sirve de algo saber todo esto?- Estaba dispuesto a olvidarlo todo en un bar del Zig Zag pero he cambiado de opinión.  Sin decir nada más, Roberto Félix Alegría del Monteverde salió rápidamente de la Cafetería del Polideportivo Juan Carlos I y volvió a entrar en la Biblioteca Municipal de Murcia. De nuevo se dirgió hacia Luiisa, la guapa señora que trabajaba en Información a los Usuarios.  - ¿Otra vez por aquí? Yo ya no puedo contarte nada más sobre tu novia. - Espera, Luisa. ¿Puedes consultar la base de datos de tu computadora y darme algunos datos sobre un tal Don León Tigre y Gato?- Espera un momento. Debido a que es un asunto grave te voy a ayudar en lo que pueda.  Luisa comenzó a buscar en la base de datos de su computadora.  - ¡Exacto! Tenemos a un lecotr con ese nombre y esos apellidos. - ¿Me puedes informar sobre cuántos años tiene?- Según la tarjeta de lector tiene ochenta y cinco años ya cumplidos aunque viéndole en persona sólo aparenta sesenta.  - ¡Dios mío! ¿Se confirma que tiene ochenta y cinco años de edad?- Sí. Eso he dicho. Y además puedo asegurarte que fue el viejo que se fue con tu novia. - ¿Algún dato sobre si tiene o no tiene una profesión concreta?- Eso no lo tenemos en los datos de la ficha de lector. Sólo puedo confirmarte que tiene ochenta y cinco años ya cumplidos, que es el viejo que se fue con tu novia y que reside en Porlán. ¿Te he ayudado en algo?- Bastante. ¿Sabes si utiliza algún coche?- Pues sí. A veces le he visto llegar a la Blblioteca ocn un Volkswagen Argentina. - ¿Puedes hacerme otro pequeño favor?- Sobre ese viejo ya no puedo decirte nada más. - Lo que te pido ahora es que cuando veas a Diego haz el favor de decirle de mi parte que he cambiado de opinión. Dile que no me espere a las cinco de la tarde porque no voy a venir a buscarle. He decidido no probar ni una sola gota de alcohol y mucho menos cuando Micaela puede estar en un serio peligro. - ¿Quieres que avisemos a la policía?- ¡Ni hablar, Luisa! No tenemos nada que decir a los policías porque no ha sucedido nada. Que una chica, por muy joven que sea, salga de una biblioteca acompañada de un viejo no es motivo para poner una denuncia sabierndo, sobre todo, que los dos son ya mayores de edad. No hay ley que lo prohiba. - Es cierto. No podemos violentar a la Policía diciendo que un viejo ede ochenta y cinco años de edad ha salido de la biblioteca con una chavala de diecinueve. Eso no es ningún delito. - De acuerdo. Así que no tengo nada más qué hacer aquí dentro. Solamente dile a ese tal Diego que lo siento pero prefiero seguir teniendo fe en la vida. Tampoco tengo yo la culpa de que ese pelirrojo sea tan feo que a sus veinte años de edad ya haya tenido varios desengaños sentimentales. - ¡Jajaja!´Haces bien en no tener amistad coni tipo así. Es solamente un machista además de un facha.- Que no se lo tome como un insulto pero si está tan acostumbrado a tener tan baja autoestima espero que no le importe en absoluto ser feo. Adiós. Muchas gracias por tu información. - Antes de que te vayas tengo otro dato que puede ser interesante. Reside en Porlán según dice mi computadora pero cuando habla no tiene acento murciano. - ¿Estás diciendo que no es murciano?- Estoy diciendo que no tiene acento murciano. Si es murciano de nacimiento no se ha criado en ningún lugar de Murcia. Pero lo más seguro es que no sea murciano y esté por aquí sólo de paso.-Exsiten  pocas personas que llamen la atención de mi novia. Ella es muy exclusiva para hacer sus amistades. Con estos datos tan superficiales no podemos juzgar nada con respecto a lo que haya podido suceder o a lo que pueda suceder en el futuro. No hay más método, debido a las circunstancias tan sorprendente y que rompen su forma de actuar, que guiarnos por los resultados obtenidos. Debemos trazar un plan operativo. A menudo fallan los planes en cuestiones de este tipo pero espero que, sin embarego, en  esta ocasión tengamos éxito. - ¿Te estás dando cuenta de que estás hablando solo?- Perdona, Luisa, pero ahora es necesario ser un excelente adivinador y un hombre perseverante. - Pues que tengas suerte... - ¿Tienes una Guía Telefónica de la provincia de Murcia?- En eso sí te puedo ayudar. Supongo que buscas el teléfono de ese tal Don León Tigre y Gato. - Eso es. Buscaré su número de teléfono en Porlán.   Luisa sacó la Guía Telefónica de la Provincia de Murcia y se la entregó a Roberto Félix.  - ¿Dijiste que se apellida Tigre y Gato?- Sí. Parece de risa pero a veces se dan estas curiosas combinaciones. Sobre todo si te llamas de nombre León.  Roberto Félix ya no estaba escuchando. Buscaba, con gran avidez, el apellido Tigre en la población de Porlán.  - ¡¡Nada!! ¡O no tiene teléfono en su casa o es que vive de alquiler! -´Lo siento otra vez, amigo.  Disminuían, de esta manera, las probabilidades de dar con aquel anciano que parecía sesentón pero era, en realidad, un viejo de ochenta y cinco años de edad.  - ¿Estás segura de que tiene un escarabajo?- Estoy segura. Siempre lo aparca ante la puerta de la biblioteca.  En esos momentos Don Pedro Sanromán Sanemeterio se ponía en contacto telefónico con la Universidad de Murcia en San Javier.  - ¡Aquí la Universidad de Murcia de San Javier! ¿En qué puedo atenderle?- Soy Don Pedro Sanromán Sanemeterio e intento poder hablar con el profesor Don Carlos Magno Sáinz Mayoz. Es muy urgente. - ¿Tiene usted alguna relación con esta Universidad?- Mi hija Micaela Sanromán Santamaría es una de las alumnas de ese profesor. - ¿Sucede algo anormal?- No. Sólo necesito hablar con dicho profesor de manera urgente. - Ahora mismo está comiendo pero llame dentro de media hora y le pondré en comunicación con él. - Gracias. No se olvide de avisarle que le estoy buscando. - ¿Sucede algo grave o no sucede nada?- Es un tema relacionado con mi hija y tengo prisa por solucionarlo. - ¿Es que hay algún lío entre los dos?- No diga usted tonterías, señorita. Si hubiese algún lío entre los dos le doy mi palabra de hombre de que Don Carlos ya no existiría. - Está bien. No quise insinuar nada malo. - Lo que pasa es que seguro que usted ve muchas telenovelas. - Le repito que le pido mil perdones. En cuanto a ver o no ver telenovelas creo que tengo derecho y libertad para verlas o no verlas.- Usted ha insinuado algo grave sobre mi hija y eso no se lo permito a nadie. - De acuerdo. Me he pasado varios pueblos...- Pues antes de pasarse varios pueblos es necesario pensar lo que se va a decir antes de decir lo que se está pensando...- Le vuelvo a pedir mil perdones y a presentarle mis disculpas, Don Pedro.- Está bien. Dejemos el asunto así. Sólo necesito hablar con Don Carlos. ¡No es nada que le importe a los demás!- Pero no se enfade tanto conmigo, caballero. - Los caballeros sólo nos enfadamos cuando alguien nos saca de nuestras casillas. ¡¡Hay que valorar lo que se dice antes de hablar!!- No se ponga tan violento, Don Pedro, o le cuelgo y no le doy el aviso a ese profesor,- No estoy violento contra usted, señorita. Sólo digo lo que dijo Roger Martin du Gard. - ¿Qué dijo ese caballero francés?- Que no puedo admitir la violencia ni siquiera contra los violentos. Así que, por mi parte, el asunto está zanjado. No se olvide de decirle a Don Carlos que tengo que hablar urgentemente con él. - ¿Me puede dar su número de teléfono para que cuando aparezca Don Carlos se ponga en contacto con usted? El padre de Micaela dio su número de teléfono a la señorita de la Universidad y colgó en el mismo momento en que la llamada de Roberto Félix le hizo descolgar de nuevo el auricular.  - ¡Caramba! ¿Que está sucediendo? ¡Estoy intentando comunicar con usted desde hace unos minutos!- Escucha bien, Roberto Félix, si tú estás nervioso con este asunto de Micaela yo lo estoy mucho más. Tú eres solamente su novio nada más y yo soy su padre nada menos. Estoy intentando hallar una manera de hablar con el profesor Don Carlos Magno Sáinz Mayoz. - ¿Consiguió usted hablar con él?- ¡Pedazo de alcornoque! ¡Si te estoy diciendo que lo estoy intentando es que todavía no lo he conseguido!  Roberto Féliz tragó saliva antes de seguir hablando con el furibundo padre de su amada Micaela.  - Yo tengo algunos datos que nos pueden servir de utilidad. - ¡Venga con esos datos ya mismo!- ¡Tranquilo, Don Pedro! Solamente son datos sueltos...- Todo vale tanto en la guerra como en el amor. - Dejemos ahora aparte las frase famosas, Don Pedro. He conseguido algunos datos que nos pueden servir para conocer un poco la personalidad del viejo que se fue con Micaela. - ¿Qué estás diciendo? ¿Estás diciendo que un viejo se fue con mi única hija?- ¡¡Ay, Dios mío!! ¡¡Ay, Dios mío!! y ¡¡Ay, Dios mío!!- ¡No empezemos otra vez con Dios, Pilar! ¡Y tú, merluzo, suelta de inmediato todo lo que sepas!  Roberto Félix volvió a tragar saliva antes de poder seguir hablando... - ¡No me agobie, Don Pedro! ¡No me agobie, por Dios, que ya bastante agobiado estoy yo sin necesidad de nadie!- Tranquilicemos los nervios, Roberto. ¿Qué datos tienes?- El primero de ellos es que Micaela salió de la Cafetería del Polideportivo Juan Carlos I de la capital de Murcia acompañada de un viejo de ochenta y cinco años de edad aunque solamente aprarenta unos sesenta.- ¡¡Ay, Dios mío!! ¡¡Ay, Dios mío!! y ¡¡Ay, Dios mío!!- ¡Escúchame bien, PIlar, si vuelves a poner a Dios en medio de este lío monumental no sé de lo que soy capaz de hacer! ¿Qué estás diciendo, Roberto Félix? ¿Estás diciendo que mi única hija de tan solo diecinueve alños de edad está teniendo un lío con un viejo de ochenta y cinco? ¡Eso me parece ya increíble del todo! ¡Mi hija me ha dado toda clase de disgustos pero esto ya rebasa todos los límites aceptables para un padre! ¡Me va a dar un ataque de histeria o un ataque al corazón o cualquier otra clase de ataque! - ¡Oiga, Don Pedro! ¡No admito que usted vaya diciendo por ahí que mi novia me pone los cuernos con un viejo verde de ochenta y cinco años de edad! ¡Si eso fuera cierto yo emigraría a las Islas Jersey con tal de no soportar esa vergúuenza y la burla de todos los envidosos que me tienen odio por tenerla como novia en exclusiva! Así que haga el favor de no decirle eso a nadie. - ¡¡Ay, Dios mío!! ¡¡Ay, Dios mío!! y ¡¡Ay, Dios mío!!- Ten calma mujer y te pido por última vez que no pongas a Dios por delante de este asunto. Quien se ha ido con ese viejo verde no ha sido Dios sino nuestra hija. ¡Escucha, Roberto Félix! No voy a decir nada a nadie. ¿Tienes más datos?- He investigado lo suficiente como para poder saber que ese viejo verde se llama León Tigre y Gato. - ¿Un gitano? ¿Estás seguro de que es un gitano?- ¡Yo no he dicho que sea un gitano!- ¡¡Ay, Dios mío!! ¡¡Ay, Dios mío!! y ¡¡Ay, Dios mío!!- ¡Pilar! ¡Haz el favor de volver a la cocina para ver si puedo pensar qué podemos hacer! Roberto Félix, con esos dos apellidos sólo puede ser un gitano porque esops apellidos son muy propios y muy comunes entre los calés.- Podría ser... podría ser que se trratara de un gitano de eso que mirándoles parecen mcuho más jóvenes de lo que son... pero también he podido averiguar que no es murciano aunque reside en Porlán... porque buscando en la Guía Telefoónica no he visto esos apellidos y además cuyando habla su acento no es murciano. - Lo cual significa que vive de alquiler y que está de paso. ¡Lo que te digo! ¡Es un gitano y quiere vender a mi hija a cualquier postor!- Insisto en que yo no he dicho que sea un gitano. - ¡Pero lo digo yo que para eso soy el padre de la víctima!- ¡¡Ay, Dios mío!! ¡¡Ay, Dios mío!! y ¡¡Ay, Dios mío!!- ¿Pero otra vez con lo de Dios mío? ¡Que hagas el favor, PIlar, de dejasrme hablar tranquilamente con este tuercebotas que tiene nuestra hija por novio! Si sigues diciendo ay, Dios mío, esto va a pareder una historia de ángeles perdidos en el limbo de los inocente y nuestra hija ya no es tan inocente como para ser un angel aunque sea todavía virgen. ¿No te das cuenta de que hay que suponer cualquier cosa para luego ir eliminando las que no son y así poder averiguar lo que tenemos que averiguar antes de ir diciendo por ahí cosas que puedan ser mal interpetadas? Primero hay que ponerse en lo peor para esperar que no haya sucedido lo peor. ¿Qué más has conseguido saber, Roberto Félix?- He averiguado que se fueron en un escarabajo. - ¿Qué tonterías me estás diciendo? ¿Se han ido en un escarabajo? ¿Es que has bebido tanto que no sabes lo que dices o es que ese tipo es, además de gitano, todo un brujo encantador de serpientes y no es que esté llamando serpiente a mi hija?- ¡No, Don Pedro! ¡Me estoy refiriendo a que se fueron en un Volkswagen Argentina de color negro! ¡De esos que el pueblo vulgar conoce como escarabajos! - ¡¡Ay, Dios mio!! ¡¡Ay, Dios mío!! y ¡¡Ay, Dios mío!!- ¡¡Que hagas el favor de dejar ya a Dios en paz, Pilar Santamaría Santarosa! ¿Qué más has conseguido saber, Roberto Félix?- Algo muy curioso. No es murciano o por lo menos no se ha criado en Murcia porque no tiene acento de estas tierras según me ha dicho una empleada de la Biblioteca Municipal de Murcia. - ¿Puede ser, quizás, un loco argentino al estilo de Maradona cuando se encaprichó con Carolina de Mónaco? - No lo sé. A Maradona, en aquel suceso, ni Carolina de Mónaco ni nadie de sus cultas y cultivadas amistades le hizo el más mínimo caso, pero en cuanto a este Tigre sólo sé que usa un escarabajo Argentina. Una cosa es Maradona y otra cosa es Mercadona pero no creo que hayan ido a ningún establecimiento comercial. - ¿Y qué opinas tú de todo esto?- Que, al parecer, el mundo está patas arriba ya que el único que puiede ligar con ella a espaldas mías es un viejo de ochenta y cinco años que, además, es más pobre que un soldado raso en época de criris económica de rancho mundial. No lo comprendo, Don Pedro, no lo coprendo. Si ese viejo fuese multimillonario podría haber alguna razón lógica pero que sea más pobre que Carpanta no entra en ninguna clase de lógica posible o imposible. - Pues esta historia significa que todo es posible. - Viendo cómo anda el mundo entero todo es posible... menos que mi chavala de toda la vida me engañle con un tipo de esa ralea... así que no voy a permitir que un viejo misérrimo y paupérrimo, de ochenta y cinco años de edad, ligue con una chavala guapísima y millonaria de tan sólo diecinueve. - ¿Alguna sospecha de que se puede tratar de un loco?- Algo de eso puede suceder pero no veo yo por ningún que Micaela entrase en conversación con un loco. Muchos están locos por ella y nunca ha hecho caso a ninguno así que eso es difícil de pensarlo. Si ese loco tuvese Mercedes de todo lujo podría tener un poco de sentido común pero lo que es una locura es que se vaya con él en un escarabajo. De todas formas investigaré cuando pueda si se trata de un loco o no se trata de un loco. - ¿Cómo puedes lograr saberlo?- Porque tengo un amigo llamado Nacho que le conoce muy bien.... aunque me parece que este tlo Nacho Ávila Contreras de la Villa también está loco por Micaela. - ¡¡Pues estamos arreglados, Roberto Félix!! ¿Qué pasa con mi hija que todos los locos os fijáis en ella? - Es que es normal, Don Pedro...- Ya. Ya lo veo. Ya veo que ella es normal y vosotros estáis todos tarados por culpa de ella. ¿Qué te ha contado ese tal Nacho?- ¡Agárrese que vienen curvas, Don Pedro! Nacho me ha informado que estuvieron hablando de Júpiter y la Isla Hipérbórea. - ¡¡Ay, Dios mío!! ¡¡Ay, Dios mío!! y ¡¡Ay, Dios mío!!- ¡Que me va a dar un telele, Pilar! ¡Vete a pelar las cebollas mientras termino de hablar con Roberto porque esto es para llorar a lágrima viva! ¿Qué más te ha contado ese tal Nacho?- Algo de cuervos picoteando pero eso no sé que puede significar y ahora corto la comunicación porque tengo que comer. Me estoy muriendo de hambre.  Cuando Roberto Félix Alegría del Monteverde cortó la comuncación el teléfono de Don Pedro Santamaría Sanemeterio volvió a sonar.  - ¿Dígame?- Soy el profesor Pepe Luis. - ¿El profesor Pepe Luis?- En realidad todos mis alumnos y mis alumnas me conocen como Pepe Luis pero mi nombre verdadero es Carlos Saínz Mayoz.  Al padre de Micaela le dió un vuelco el corazón antes de poder continuar hablando. - ¿Qué le sucede, caballero? ¿Algún disgusto serio con su hija?- ¿Podríamos tener una cita personal entre usted y yo, Don Carlos?- De acuerdo. Venga a las cinco de la tarde al Campus Mare Nostrum. Le esperaré pero no se retrase porque a las seis tengo que celebrar una reunicón con todo el claustro de los profesores y profesoras. - ¿Cómo puedo saber quién es usted?- No habrá ninguna duda. Me reconocerá rápidamente porque soy el único que viste con pantalón de chándal deportivo, un sombrero cordobés y unas chanclas sin calcetines. Además voy con una camiseta del Athletic Club de Bilbao.  - ¿De verdad viste usted de esa manera?- De verdad. Me gusta batirme a mí mismo en esto de romper tabúes.  Y la comunicación se cerró. 
Para mí JIM (y lo digo de manera subjetiva porque no me importa en absoluto ser subjetivo en estas cuestiones) significa Jesucristo Inventa Mundos. Quien quiera creerlo que lo crea y quien no quiera creerlo que no lo crea. Es voluntad humana creer o no creer en la voluntad divina. 

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