• LUIS FERNANDO FRANCO CEBALLOS
fracebal
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  • País: Colombia
 
NOSTALGIA NAVIDEÑA…!!!   Corren los fríos vientos del último mes del año, mientras la música festiva es anuncio de alegría y las luces multicolores van irradiando el paisaje de las casas en pueblos y ciudades. Caminado en el recuerdo van surgiendo las voces familiares, el grito de la chiquillada y la dicha que el tiempo se llevó. Hay olor a musgo y rumor de villancicos, se prepara la natilla y se fríen los buñuelos. Los espacios salpicados de recuerdos van cruzando llanuras y montes, recorriendo ríos y quebradas, descubriendo la verde lama que hará plano inevitable a la creación del portal, copia imaginaria del Belén de hace 2000 años, donde las figuras santas cada día recorrerán un tramo para llegar al sitio que en la noche del 24 albergará la imagen redentora. La incesante caminata infantil va de pesebre en pesebre alegrando el pronto advenimiento del Dios hecho Hombre, mientras las panderetas acompañan el canto del “tutaina tuturumá” o el “ven a nuestra almas, ven no tardes tanto” que van ensalmando los espacios. Las luces que cubren el cielo nocturnal con vociferante humareda, van copando los corazones mientras las campanas de la Iglesia llaman al rezo que celebra el nacimiento, a la vez que las calles se llenan de pasos presurosos que buscan un último presente. Campanas de Belén se van reiterando en un pasar de horas, que se quiere permanezcan impasibles para seguir soñando Navidades que se han guardado en el alma, y que hacen nostalgia en el discurrir de la vida. La luna va cruzando el firmamento, la aurora se insinúa en el horizonte y los rayos de sol van cubriendo los espacios, se agotan las luces de la noche y el eco de canciones solo es eso, un arpegio que guarda el corazón como las Navidades que ya no son y que en cada repique de campanas, en el olor de la natilla, en la elaboración del pesebre, en el canto del villancico, nos va haciendo revivir esa nostalgia navideña. Hay pequeño júbilo que se engrandece en el corazón niño y la ilusión que va creando un presente traído por el Niño, siempre forjará un amanecer de algarabía.   FRACEBAL. Génova Quindío, noviembre de  2012  
¡TU ERES MUJER...! Niña, joven, madre, abuela... caminas por la vida dejando a tu paso la máshermosa estela de grata compañía, superando siempre los avatares para siempreerigirte triunfante sobre la adversidad. En ese nacer de esperanza cuando llenas de alegría la vida de quienes gestaron la ilusión, abres los ojos a la expectativa y tu risa o tu llanto es motivo de gozo o de tristeza. Recorres los senderos para ir definiendo nuevas esperanzas y sobre el libro emocional de la novel vida escribes con letras de molde el derrotero de lo que habrá de ser un soñado mañana. Encuentras paso a paso ese futuro anhelado y en el marco de un gozo que es indescriptible vas conjugando las tareas de un crear de ilusiones con ese anhelar de cercanía que nace del corazón. En un pasar de días transformas el ayer para vivenciar el cielo que en amorosa compañía decides conformar, y sin que salga el sol ya has abierto los ojos ante el llamado del infante que reclama tu presencia. Vas tallando los diamantes que se desprenden de tu vida, y con decisión y esfuerzo vas elevando los sentires que erigen a tu alrededor, y abrazas con cariño el fruto del amor buscando el descanso cuando la luna está muy alta. Multiplicas el cariño y vas expandiendo los sentires para ver el renuevo de la vida que va formando todo un espacio que florece en esperanza y es aroma de emocionada ilusión. Y allí estás tú, eje del afecto... proyectora de ternura... amante del cariño... sensible a la tristeza... alegre en la multiplicidad de un sentimiento que se resume en ese: ¡TU ERES MUJER...! ¡FELIZ DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER!
MEDELLINICEMONOS...!!!Causa envidia de la buena el desarrollo y el reconocimiento que con frecuencia recibe Medellín, que ahora alcanza el punto más alto al ser designada como La Ciudad del Año, y que ha sido capaz de superar en alto porcentaje las dificultades que a lo largodel tiempo la han aquejado. Desde tiempos inmemoriales se ha reconocido el empuje de la gente antioqueña, y a veces -con alguna timidez- en el antiguo Caldas nos enorgullecemos del ancestro paisa y nos queremos motivar con ese ejemplo para sacar adelante tareas de diversa índole en la capital y en los municipios quindianos.Teniendo como espejo a Medellín, una ciudad pujante considerada la cuna de las másimportantes empresas del país y con dirigentes emprendedores y competentes, nosvemos minimizados cuando observamos el panorama regional o de la capital quindiana donde los espacios tecnológicos, de ciencia y de innovación son frases extrañas y menciones utópicas.Se muestra Medellín, reconocida como la ciudad más innovadora del mundo líder en esta área, un logro que enorgullece a sus habitantes, lo que miramos con respeto, conociendo como esa urbe superó el lastre del narcotráfico, y sintiendo como en nuestra Armenia y en la región este flagelo parece encontrar tierra abonada indicando a la vez que Medellín disminuyó en más del 25% los sucesos violentos mientras que los quindianos vamos ostentando el nada grato primes puesto en casos de sangre en el Eje Cafetero.Qué bueno fuera medellinizarnos en materia de transporte, pues allá con la creación desde 1995 del sistema metro fundaron a su alrededor toda una cultura, y han puestoen funcionamiento por igual otros complementarios sistemas, mientras en casa eltransporte en todas sus vías es un verdadero caos, no existe el respeto y la invasión de los espacios es una constante.La propuesta mundial del Citibank, del Wall Street Journal en asocio con Urban LandInstitute que ahora escoge a Medellín como la primera ciudad mundial innovadora, calificó entre sus muestras la promoción bibliotecaria que se ha expandido a sectores marginales para promover una nueva forma de pensar, a lo que se adicionan los espacios públicos, los parques, como una manera -en conjunto- de otorgarle a las gentes una mejor calidad de vida.Y mientras tanto aquí, las bibliotecas son un género en extinción pues no existenmotivantes para su funcionamiento, y los espacios públicos o los parques se encuentran en abandono para que sean ocupados por vendedores, indigentes o drogadictos, generando así un creciente malestar, deterioro en la seguridad y aumento de la inconformidad.Miramos como el logro medellinense ha congregado para ello a sus gentes, pero por igual a los administradores, el sector empresarial, las universidades, gobernación, enuna clara visión coordinadora en defensa de los intereses generales, mientras que en la zona nuestra el divorcio institucional es la constante, la lucha intestina la función y el interés particular la tarea.Las funcionalidades antioqueñas que la hacen merecedora del reconocimiento mundial  vinculan para ello, con sentido de pertenencia, a las Empresas Públicas,bibliotecas, centros culturales, sistema de transporte, promoviendo ciencia, tecnología e innovación para seguir formando dirigencia que mantenga la ciudad y la región en el mejor norte.Y en contrario, en nuestra región, quienes ejercen el poder o forman opinión vivenobnubilados por algunas ideologías traídas de los cabellos, pero en ningún espacio propendiendo al desarrollo que convoque a los pueblos y al departamentoa medellinizarse.
EL HILO DEL GAVIERO   En un renacer de recuerdos, cuan grato se hace ese encontrar de menciones que un día hicieron posible un soñado “algún día”, que naciera del alma para que con el tiempo se hiciera la más hermosa realidad. Un día, cuando las voces eran incipientes, la afinidad de las almas con las letras nos hizo leer una publicación literaria que hacía referencia a una invitación para el escritor Álvaro Mutis a visitar la amable tierra tica. Habían referencias específicas sobre algunas peticiones del ilustre visitante, y las mismas hacían hincapié sobre el pedir una habitación  de hotel  con una vista de cafetales y platanales, la cual hacía evocación a su pedazo de tierra tolimense, limítrofe con el Quindío, en esa cercanía del hermoso Valle de Cocora, donde la palma de cera se eleva majestuosa, y lo que a la vez, en las letras del escritor fue comparado con los cafetales que un día hicieran parte de la antigua hacienda de los Dent, allá en la lejana capital josefina. Ese recorrido histórico y literario hizo cercanía en dos almas que un día se conocieron, primero en las letras, después en la voz, aún antes de una tarde que uniría los labios en el nacimiento de una hermosa y amorosa cercanía. Retomamos con frecuencia el pasaje del escritor en una conjunción de verdes cafetales y elevados platanales para descubrir la similitud de espacios de paisajes colombo-ticos, y encontrar la casualidad de la vivencia que quedó sembrada en ese cafetal que el paso del tiempo convirtió en barrio residencial de la capital tica, dejando enterrado el lazo umbilical de quien ofrecía su ternura pero que en las evocaciones acrecentó la cercanía, como la del escritor con el gaviero, haciendo unidad del alma con el recién llegado colombiano. Fue ese escritor costarricense, con su evocación de Mutis, un hilo de unidad que trajo los recuerdos del afamado hombre de letras y que siempre se quedó en los corazones de la amorosos seres, que sin pensarlo, un día, encontraron en el magazín dominical las letras que fueron cercanía… unidad… afecto… ternura… comprensión… amor… gozo… Hoy junto con el luto en las letras, la evocación se hace extensa; la voz del poeta y escritor se ha silenciado, pero su recuerdo seguirá vigente mientras los corazones seguirán viendo el Valle de Cocora cerca a Coello admirando el paisaje que Maqroll el gaviero siempre amó, y mientras tanto en dos corazones se siguen reeditando las letras que un día sembraron los amantes y las que vuelven a cobrar vigencia para mantener la emocionalidad. Y aunque el poeta haya marchado con sus letras vivas hacia un cielo, en nuestras almas las frases de un artículo lejano que hacían remembranza, vuelven a cobrar vida para refrescar en el paso del tiempo esa feliz coincidencia que una invitación a Mutis, alimentó la ilusión… vivenció el amor… encontró la ternura… y nos ha hecho vivir el más lindo amor.   GENOVA QUINDIO. 23 de septiembre de 2013 LUIS FERNANDO FRANCO CEBALLOS
CAMINANDO POR LOS RECUERDOS…!!!   Poco a poco la noche ha quedado atrás, sobre las elevadas colinas comienza a brotar la matinal luz que va formando diversos colores sobre las laderas, las cuales van pasando de un gris claro a un azul oscuro hasta encontrar un verde que semeja esperanza. Es lindo ésta ausente sobrevivencia, distantemente juntos, mirando el anochecer en las colinas doradas, sabiendo que en algunas horas brillará el resplandor del astro rey sobre las montañas y sentir la recurrencia de los más lindos recuerdos añejos o cercanos, convertidos por el arte del pensar en las más hermosas evocaciones. Camino por parajes que el sol va despejando encontrando en la cercanía de las huellas que van quedando en la tierra fresca los grandes árboles que desde antaño han cercado el recorrido, mientras alrededor corre el rumor de cristalinas aguas que hacen la evocación de tiempos lejanos cuando impúberes retozábamos alegres en sus recodos. En aquellos días de casas contadas y espaciosas juntos a los árboles que desde un principio hicieron sombra y guardaban a los loros multicolores y veían el salto de los monos. Veo extasiado como se deslizan desde las copas de los guaduales pequeñas hojas que en lento torbellino van descendiendo para ser arrastradas por la morosa corriente que va circundando los límites urbanos hasta perderse en los cañones que forman las laderas que van copiando en las horas de sol o de neblina diversas formas que solo se ven en la imaginación. A veces, en el marco de un límpido silencio, el sonido de campanas va formando el eco de evocaciones mientras el sol sube como una bola de fuego que va flotando en un contraste dorado con el azul del cielo, y en las tardes, con un nuevo tañer de campanas, la luna comienza su curso, mientras antes de la oscuridad, bandadas de garzas como saetas blancas van retornando de las altas montañas para buscar el nocturnal refugio en grandes y centenarios árboles que se asoman sobre los cafetales. Es hermoso ese vuelo de las aves que como flechas de colores van llenando el espacio que se tachona de todos los verdes que a veces parecen esmeraldas. Miro las mañanas de luz transparente que se refleja en los charcos de reciente lluvia que siguen expresando el aporte de las nubes grises y oscuras que cubren las cimas. Me agrada encontrar los mejores recuerdos en la hora fresca de la mañana, cuando la niebla aún se enreda en los guaduales que beben cristalinas aguas en la orilla del río donde por igual se reflejan sombras más verdes que más tarde serán corpulentos árboles que parecen zarpar hacia las nubes, encontrando a la vez las lomas que circundan el espacio y que en la lejanía adquieren tonalidades azuladas o manchas de nubes que van formando disímiles figuras, animales y cosas, en sus caprichosas formas. Siempre quiero compartir con el cálido viento del atardecer, la luz rojísima del ocaso que enciende hogueras en las azuladas colinas que circundan la tierra del ayer, haciendo preludio a la noche, la que en ocasiones despliega la luna llena, y la que se cubre de silencio apenas interrumpido por el canto de los grillos. Escucho relámpagos remotos, pálpitos de luz en las nubes, y veo y siento el caer de la lluvia que arrecia en un salpicar que va formando espejos sobre el piso. Disfruto las sorpresas que me regala el generoso destino, y voy formando el itinerario de la vida en un recorrer que busca los lugares conocidos o el descubrir otros que se graban en el alma para que de manera lenta o presurosa, con la suavidad de la cercanía, con el gozo de la entrega, vivamos los espacios que se encuentran en la soledad.  Viendo borrar del horizonte las nubes oscuras dejo que el límpido cielo cobije nuevas ilusiones que me hacen viajar al infinito con la alegría del querer, del amor a la tierra de los mayores, y de esta manera compartir los sentires, guardando en las almas las vivencias y soñando que mañana podre encontrar de nuevo ese maravilloso pasar de la esperanza. Es hermoso retomar los espacios del ayer, sin darle tiempo al olvido de borrar las vivencias, las que siempre quiero tachonar en el corazón.   FRACEBAL. Génova Quindío, diciembre de 2012
HABLE CON JOSE LEÓN SÁNCHEZ...  En un bucólico espacio campestre José León Sánchez, sigue dedicado a la lectura, la escritura y la meditación. Una biblioteca con más de cinco mil volúmenes hace parte de su patrimonio cultural. Un amplio conocedor de la historiografía tica, acusado por un crimen que no cometió. Era un domingo, el camino hacia Heredia estaba salpicado de charla y risa en el grupo de amigos que iba en la búsqueda de José León Sánchez, considerado como uno de los más prolíficos escritores de la tierra costarricense. Internarnos en las montañas, en medio del bucólico paisaje era un cambio radical frente a la ciudad que empezaba a quedar perdida en la distancia. Las pequeñas calles que cruzan la arboleda nos llevaron por desolado ambiente cubierto de vegetación, y en un recodo de la vía la voz de un hombre nos sorprendió. Era José León Sánchez, el hombre a quien buscábamos, y quien en medio de una gran sonrisa nos daba la bienvenida, invitándonos a seguir a una rústica casa de madera, su estudio, donde pasa horas enteras meditando, escribiendo, leyendo.   CONOCEDOR DE LA HISTORIOGRAFIA. Un amplio conocedor de la historiografía de la tierra costarricense, esa es una de las facetas que me mostró José León Sánchez, tal vez el más renombrado escritor de esta tierra, donde el destino me dio la oportunidad de conocer y departir con él en amena charla.De ojos vivaces, tras unos gruesos anteojos, Sánchez, quien a cada paso mece su ya canosa cabellera no para de hablar en una mezcla de sinsabores y alegrías, de nostalgia y de esperanza, de lo que ha ocurrido y de lo que debe pasar en Costa Rica, y en especial de lugares precisos, preciosos y nostálgicos como las islas San Lucas y Chira, así como de las letras, su máxima pasión.Habla de historia, remontando con su labia al ensimismado oyente a épocas lejanas, donde rememora las armas españolas en contra de la empírica defensa indígena. Conoce como el que más de recorridos ancestrales, los mismos que involucran hechos de violación, violencia, matanzas, hambrunas, evangelización, convocando a una cruzada para resarcir el que califica de mayor genocidio en una de las décadas del 1600, mencionando nombres que se han mantenido en la historia para pocos y en el olvido para el común de las gentes, como el del sacerdote Manuel Antonio Velasco.                           José León Sánchez deja volar sus palabras como por igual lo hace con su pluma, y en medio de risas hace alusión a uno de los tantos premios de letras obtenidos a lo largo de la que considera ya una larga vida, el de la Ford Motor Company, y con una sonora carcajada atribuye la decisión a un vecino que ha querido comprarle su pedazo de tierra, el lugar de su inspiración, donde una rústica vivienda sirve de estudio al rumor de cantarinas aguas, trino de aves y frescura de la arboleda.Su fluida expresión nos lleva a Chira en un recorrido cargado de historia que evoca a los españoles González Dávila y Francisco Bobadilla, indicando en su palabra el descubrimiento allí, de verdaderas joyas de cerámica, agregando que la isla puede considerarse como el otrora epicentro militar chorotega.                             UNA VIDA DIFICIL. Sin cesar en su discurrir agradable, las menciones nos llevan al recuerdo de la madre, y sin ninguna clase de dolor ratifica el accionar de ella en la profesión más antigua del mundo; también su paso por la cárcel tanto en San Lucas como en Heredia, incluyendo, además, en el anecdotario su fugaz nombramiento como viceministro, el que fuera revocado horas después por miles de telegramas que revivían su pasado, un crimen que nunca cometió, y que se ha hecho historia en la memoria de los mayores, por lo que se consideró el más grande y grave atentado sacrílego contra la patrona de Costa Rica.Asume su defensa y refiere la injusta condena de treinta años por un suceso en el que no participó, pero que lo convirtió en carne de cañón y en propiciadora víctima para el escarnio de los medios, que en su momento no cesaron de inculparlo y calificarlo como un verdadero monstruo. No olvida José León Sánchez un sitio de dolor en San Lucas, una pista de 25 metros de diámetro a pleno sol, una loza de cemento cubierta, que era sitio de castigo en el presidio, donde la deshidratación era paso hacia la muerte.Esos años de condena, ese duro trasegar por el penal y la sobrevivencia, la atribuye en alto porcentaje a la lectura, pues a pesar de las dificultades devoraba cuanta letra caía en sus manos y el ojo avizor las recorría sin descanso.LAS LETRAS, UNA PASION. Su historial, su evocación, su conocimiento lo agradece José León Sánchez a la memoria colectiva de los pueblos, y centrado en el caso de la isla Chira, su empeño está dado en la recuperación del patrimonio histórico y arqueológico de la zona, a la que califica como una de las más ricas del país.En dialogo informal José León Sánchez apenas si califica su patrimonio representado en una biblioteca con más de cinco mil volúmenes, los que asegura haber leído en su totalidad, cambiándole fácilmente el nombre por el de mi “egoteca”, y que establecida en un espacio al lado de su vivienda, es digna de visitar y de admirar.Sin vacilar aduce que el germen de sus libros, con más de una treintena de publicaciones sobre variados temas y otros en preparación, está en ese leer y en esa amarga prisión, indicando que el escribir más que una pasión, es para el tantas veces galardonado, “una enfermedad”.Las letras son su pasión favorita, y considera el haber estado en la cárcel como un cáncer que lo corroyó durante treinta largos años, calificando ese estar preso como la inspiración más diabólica creada por el hombre, donde se corta toda ilusión.“La Isla de los Hombres Solos” y apenas si otra de sus publicaciones, las califica como las verdaderas vivencias del penal, mientras que las demás las integra en un verdadero reconocimiento a México, país por el que no oculta su admiración, y al que según José León “le debo mucho, pues me acogió en los más dramáticos momentos de angustia, convirtiéndose, además, en el centro de publicación de la mayoría de mi producción literaria”, indicando que a ese país rinde homenaje a la memoria de Agustín Lara en su obra: “Mujer, la noche aún es joven”.Esta es una muestra de la personalidad de José León Sánchez, un escritor de costumbre y de raza, un hombre que enclavado en las montañas de Heredia ve pasar el tiempo en medio de las letras, leyéndolas o escribiéndolas, acrecentando cada día sus conocimientos y compartiéndolos en innumerables ocasiones con amigos o desconocidos, contándome entre los últimos, y a quienes recibe por igual en medio de libros, fotografías y su amable risa que traspasa todas las barreras. 
PASO A PASO LA CONSTRUCCION DE UN SUEÑO   Para Ana y Emiliano con mucho cariño   Un día, cuando los libros eran la atención y las aulas la más fiel ocupación, una y otras y otros fueron navegando a Chira, una isla con nombre de huidizo indígena, y la que con unos 43 kilómetros cuadrados, se considera como la segunda de Costa Rica, integrada a Puntarenas como el distrito con número cabalístico, y con una variedad en su biodiversidad que se aprecia en su ubicación en el golfo de Nicoya. Allí la misión era social, la que nacía de la inquietud educacional universitaria, donde las intenciones fueron aceptadas y merecieron el agradecimiento de los beneficiados, y consolidando algunos lazos que se mantuvieron por años, a pesar de la notoria ausencia de la encerrada muestra acuífera. Nadie podía imaginar que ese recorrer sobre las olas de encrespada y blanca espuma iba a marcar en el espíritu estudiantil un derrotero de vida, y que a lo largo de los años habría de proyectarse con nuevas visitas, y las que un día, después de varios avatares que marcaron el pasar de las vidas a veces conjuntadas, fueron haciendo el cambio del estío para encontrar una nueva primavera en un espacio donde el verano, con mayúscula presencia, deja casi siempre a un lado los inviernos de los seres. Y de nuevo, en un ir y venir como de oleaje, en algunos momentos se fueron convocando los sentires en ese amplio verde rodeado de aguas que dejan ver en algún lugar, en la distancia, algunas titilantes luces de la ciudad que tutela la ya consagrada isla y que marcan en un descubrir el caminar para las gentes y para un país poblado de grandeza. Pasando el tiempo, como siempre pasa llevando consigo una carga de ilusiones y de esperanzas pérdidas o sin realizar, moría un año y por igual nacía otro, y con él se creaban sueños mientras se recorrían espacios que dejaban ver en la imaginación una construcción que sería albergue de un cariño que se meció en las olas que llevan a la isla.   La voz paterna fue definiendo un creer, y su generosidad estableció los nuevos linderos para que la felicidad y la ilusión fuera haciendo a un lado el sueño para pensar en realidades, y casi sin dormir, en ese divagar de las menciones se iba construyendo lo que sería el nuevo albergue del querer. Con cercanía alterna de la casa de los mayores, el terreno ya quedaba delimitado y muy pronto las tareas habrían de irse concretando con la esperanza de un refugio para los seres y sus corazones, dejando en el recuerdo las distancias primarias que un día se observaron así como los sembrados que querían comprometer a casi todos los que un día oímos el sueño del querer, y mientras tanto, corriendo ese mes de julio, la gráfica experta iba guardando de manera oficial los pasos que se daban para que la concreción de la alegría encontrara la mejor respuesta. Y los colores graficados mostraban ya no un sueño sino el camino a la certeza, definir el espacio, clavar la primera estaca, hacer las mediciones y encontrar en las almas que un sueño ya se volvía villa, aunque en ese momento apenas si se pensara en la consecución de materiales, y nominando para un seguimiento especial a quien habría de consignar ese recorrido bajo un lente, a Sara de los Cafetales. Una ardua tarea apenas comenzaba, pues nadie imaginaba que un esfuerzo de esta magnitud demandara tantas cosas, y partiendo de cero el esfuerzo de los proponentes fue aunando parte en Guadalupe, comprando artículos y materiales, recibiendo donaciones y hasta la vieja puerta del padre, la que antaño se abrió de par en par para recibir a los vástagos y a los visitantes se anhelaba continuar en el servicio, ahora en kilómetros distantes pero con la cercanía del recuerdo y en las manos de la hija; desde Coronado también llegaron aportes y los almacenes por igual bajo el signo colones fueron despachando los requerimientos. Se llenaron temporalmente algunos espacios y poco después, los elementos fueron encontrando ubicación y acomodo en un gran vehículo que habría de recorrer las nuevas vías hasta la zona puntarenense. El mismo se fue colmando de materiales y desde las bases hasta el techo, hacían espacio con destino a una nueva región para formar el aliento soñado, y lo que reclamó la intensa actividad de muchas manos que un lunes cuando el sol aún no radiaba, dejó que el ronroneo del motor vehicular emprendiera camino hacia un nuevo destino. La avanzada constructora tomo espacio en el camión, había que cuidar la carga en el camino y procurar la descarga en el final de la jornada. Y al otro día, con el despunte del día, gestoras de la obra, propietaria e impulsora, igual emprendían el camino, en un rehacer de varios recorridos, uno de ellos con la carga de los sueños. Hijo y nieto igual se sumaron al entusiasmo, y los alcatraces y gaviotas anidados en el muelle vieron el caminar ilusionado de quienes buscaban espacio náutico para surcar el ancho mar del golfo nicoyano. Ya quedaban en la cámara los recuerdos, y en la despedida desde el muelle, cuando el calendario anunciaba el 3 de julio, el abrazo del hijo y el grito del nieto hicieron a un lado una mirada que no se quiso referir a un grato recuerdo de alguien que soñó un día en el propio espacio con hacer la compañía, fue apenas una coincidencia que quizá despertaba la cabanga de quienes vivieron el calor de la ternura. En las maletas había cabido casi todo lo necesario y urgente; ropa, zapatos, medicinas, alimentos, cables, cámaras, todo ello necesario para una estadía que se anunciaba superior al mes, a más de algunos elementos de mayor cuidado y que no se habían integrado al viaje mayor. Las placas fotográficas y también algunos videos se hicieron notas para ir haciendo y conservando la historiografía de lo que ya iba siendo una realidad. El sol no cesó en su recorrido, día a día, el paso de las horas era un marchar hacia lo propuesto, ya iban quedando en el recuerdo los pasos de delimitar el espacio, la compra y recepción de materiales, la angustiante y a la vez alegre madrugada para que todo con la fuerza de todos y de todas, fuera siendo acomodado en el transporte hacia la isla. Un  día, algún día, las frases de la ternura se expandieron hacia otras tierras, donde la recepción no se hizo esperar, y la atención al pedido fue casi inmediata. Era el deseo de algunas frases, aquellas que con algún sentir ya se habían expresado en años precedentes, y que ahora se querían para el saludo al nuevo suceso construccional. Las letras sobre el sueño realizado iniciaron un recorrido que fue por  igual haciendo algunas variaciones, para que la proponente de la idea y también insigne motivadora de tantas frases, encontrara en búsqueda afanosa respuestas significativas para letras muy nativas. Las voces se fueron concretando, las frases fueron naciendo y la intención de verlas colgadas de una de las paredes fue otra de las tareas que naciera en la proyectada obra que ya se iba erigiendo con afán amoroso y motivación incesante, en el espacio que desde siempre lo ha cubierto en su derredor el follaje natural, mientras se añadían a las frases receptoras las palabras que siempre han brotado de la ternura insigne, y que a la vez hacían evocar las menciones de descansar sobre la baja marea en una espera de la presa en el anzuelo, en un marco musical que siempre ha sido compañía de las almas. Se reconoció la complicidad de la iniciativa así como el brazo indoblegable para ir motivando, creando e impulsando la iniciativa, y en premio, igual se creó en el espacio de cabaña el lugar que ha de albergar en ocasiones a la tutora de aquellas muchas inquietudes, complementando en ese sentir emocional el canto a la vida que siempre ha sido una constante. Mirando atrás es bueno ir encontrando los inicios constructores, ver la siembra de las bases con la tarea incesante de quienes nativos en esa misma tierra, otros llegados desde tierra firme y el apoyo moral y material de quienes habían tenido el sueño. Había que mover la tierra bajo el inclemente sol, y allí los primeros estacones fueron soportando la estructura y a la vez propiciando alguna sombra con la adecuación del techo, el mismo que había recorrido muchos kilómetros y surcado las aguas para encontrar el sitial adecuado. Desde alguna distancia ya era emocionante ver la naciente edificación, que a la vez mostraba progresos interiores. No cesaba la tarea, y quienes motivaban la actividad así como los llegados de otros lares continuaban sin cesar el accionar, ora clavando una puntilla, ora soldando una cercha, ora acomodando una tabla, y sin desmayo otras manos, estas femeninas, hacían pulimentos de medianos espacios para que se fuera formando un especial recuadro, mientras algunos ojos animales miraban asombrados la invasión de su tradicional estadio. El cierre iba teniendo otra magnitud, las paredes se fueron elevando con el concurso decidido de muchas manos, mientras sonaba la algarabía y en ocasiones el aplauso por ir viendo como la edificación a cada minuto tomaba más forma y se convertía en la realidad soñada, la misma que se había iniciado no mucho antes, apenas el 4 de julio, pero que ya generaba inmensas satisfacciones, pues desde el piso hasta llegar al techo pasando por las paredes y formando los ventanales, todo iba marchando de acuerdo a lo planeado, en concordancia con el cronograma, de acuerdo con lo soñado. Habían transcurrido apenas horas, para que la iniciativa de antaño fuera mostrando su faceta realizada, y la que casi sin descanso, se iba capturando la memoria de una manera sencilla, aplicando a la vez un toque de inspiración. Mezclando el accionar con algún ciclo de descanso, en la naciente edificación se iban viendo los nuevos componentes al igual que aquellos que fueron recepción familiar, los mismos que se acogieron con cariño, los que han hecho parte de la historia de los mayores, de manera especial de la casa de los ancestros y portal que quiso acogerse a la edad de la nueva moradora y como el más sentido homenaje a quien fuera el gestor de las vidas. Estos elementos con los retoques provenientes de manos rudas o amorosas iban concretando una nueva visión, pues la sumatoria era de todos aquellos que sin miramiento fueron respondiendo al llamado solidario, y los que sin espera hicieron su aporte que a la vez contribuía para ver la cabaña en un maravilloso, nuevo y mágico esplendor. Los cuartos… el cuartico… el baño…  la cocina… los techos… el cielo raso… los aleros… gabinetes… y ventanas… iban recibiendo el pasar de la pintura que cambiaba la rústica estructura por una suave y atrayente muestra que dibujaba sobre la vegetal espesura la nueva vivienda que pasando de ser un sueño, en su elevación ya concretaba una realidad que resplandece en sus paredes y pisos, y la que con el mejor gusto parecía entorpecer la visión de los tradicionales moradores de las áreas, seres vivientes que en sus cuatro patas hacían recorridos esporádicos merodeando por el espacio que era suyo. Para los futuros ocupantes del lugar, ver el avance diario causaba inmensa alegría, y para uno de ellos, ausente por labores, el retorno después de varios días quedaría grabado en su mente como algo muy especial de la vida, era su espacio, el que había dejado días atrás en proyectado cimiento y que ahora era una verdadera realidad. Sobre los ventanales, enclavados en esquinas sus vidrios comenzaron a semejar exuberantes espejos que van mostrando en cada momento el atractivo paisaje que se confunde en árbol y potrero, donde el cambio se hace notorio gracias a ese esfuerzo que naciera de un sueño compartido, y al que también hicieron su aporte primero quienes se encargaban de proveer el servicio de energía, y después los que suministraban el precioso líquido para que en un momento dado se pudiera expresar en medio de la alegría, como en el primer día de la creación, “hágase la luz y la luz se hizo” o se arrojara con alegre gratitud el brote del grifo para refrescar a los presentes, que igual se iban enmarcando en el cercado que generando alguna seguridad, de paso evitaría el ingreso de los moradores cercanos. La alegría era indescriptible, en el interior de la vivienda los detalles complementarios daban el mejor aspecto y desde allí, desde ese acogedor interior se hace fácil observar el verde paisaje, los animales paciendo en la pradera, sintiendo en el fondo de los espíritus la satisfacción de una tarea casi cumplida, y donde se podía a la vez encontrar la observación admirada de los vecinos, que en momentos de esparcimiento reciben de la “maestra” las mejores insinuaciones para diversión en juego y canto. Y para quienes día a día, para otros que quizá “algún día” visitaran ese maravilloso espacio, para aquellos que cerca o lejos, siempre se sienten parte de ese paradisiaco espacio sentirán la más emocional felicidad en el degustar del paisaje donde hay canto de pájaros... bandadas de loros verdes... mariposas de colores... ruido de cascos de caballos... olor a boñiga de la vacada... perros que a veces ladran... chicharras que celebran el calor... hormigas que desfilan en hileras cada una con su pedazo de hoja a cuestas... y al frente o a los lados, imponente, el suave rumor del viento que como oleada se va colando por entre el follaje que sirve de cercado natural a ese sueño que ya es toda una verdadera realidad. La noche va cayendo, las sombras van cubriendo el nuevo nido que se erige luminoso en medio de la espesura, en su interior las voces celebran el logro alcanzado, mientras en el exterior los grillos y chicharras inician su concierto como en un saludo a los nuevos y cercanos moradores; la luna va haciendo el recorrido cortejada por estrellas mientras el suave rumor del oleaje se escucha en lontananza. Y que mágico se vuelve ese encontrar del nuevo día con una mezcla de café caliente, el canto de los pájaros y el mugido de las vacas. Las luces matinales se van abriendo paso y desde el horizonte el astro rey va cobijando los lugares, para con su luz ir rompiendo los espacios y desperezando a los habitantes de ese sueño hecho realidad, que desde ahora ya se llama VILLA SUEÑOS.   LUIS FERNANDO FRANCO CEBALLOS / OCTUBRE DE 2012 FRACEBAL. Génova Quindío, diciembre de  2012
UN RECORRIDO POR LA ISLA SAN LUCAS EN COSTA RICAEscuchar el nombre de la isla San Lucas, adentra para muchas personas la prisión que dejara formar muchas historias, reales o ficticias, y que hoy ha sido convertido en un sitio turístico que está atrayendo un sano visitar, después de surcar las aguas del mar Pacífico, generalmente desde Puntarenas. El deseo de conocer la isla que fuera prisión, había nacido en mi hace ya varios años, quizá desde cuando tuve la oportunidad de conversar con José León Sánchez, uno de los más notorios personajes costarricenses, afamado escritor y quien tejiera por entre los barrotes de la reconocida isla una de sus obras mayúsculas: “La isla de los hombres solos”. Mediante el contacto con una agencia turística se concretó el ansiado viaje, el cual se protocolizó el domingo 22 de febrero, cuando en las primeras horas de la mañana, desde San José, un grupo de 27 personas acompañados de excelentes guías, iniciamos el recorrido hacia el puerto. Una vez allí, después de un apetitoso desayuno servido a la usanza tica en un recodo del camino, abordamos una moderna embarcación que en casi una hora por entre serenas aguas nos dejaba a la entrada de lo que por más de una centuria fue uno de los penales más vilipendiados, y contenedor hoy de un sinnúmero de historias, como suele acaecer en esta clase de centros. Luego del desembarque, los visitantes, divididos en grupos iniciamos el recorrido por las ya casi derruidas instalaciones del centro penitenciario. Los primeros pasos nos dejaron ver una calle cuidadosamente empedrada en un trazo cuadriculado, y que se ha denominado “la calle de la amargura”. De seguro que fueron muchas las horas-hombre utilizadas en el dispendioso trabajo, sudor y sangre debieron aunarse a la milimétrica colocación de las pequeñas piedras que sirven de entrada a los visitantes a la isla San Lucas. Cubriendo la pequeña cuesta, encuentra el recién llegado lo que fuera el dispensario, donde se prestaba una mínima atención y se hacía la entrega de medicamentos para el control de las enfermedades endémicas. El lugar hacía gala de un sofisticado sistema de seguridad, el que a la vez se refleja en diversos espacios de la isla, distinguiéndose a lo largo y ancho, casetas de guardia, desde donde se podía ejercer el control de la población carcelaria que llegó a sumar hasta quinientos individuos, condenados por diversas acciones criminales como asesinatos, robos, violaciones y muchas otras situaciones contrarias a la ley y el orden. Más arriba, una construcción de hierro, cemento y madera, de unos tres pisos, albergó la dirección del penal y al grupo guardián, varios de cuyos elementos, según lo cuentan las historias, eran comparables con algunos de los avezados criminales que allí cumplían condena, conformando un especial marco de vigilados y vigilantes, pero con un sello inconfundible, todos eran antisociales de la peor calaña. A un lado de la entrada a la dirección, aún puede observarse la que fuera capilla o iglesia del penal. Una construcción de las mismas características ornada en sus ventanales con coloridos vitrales, en su parte superior un altar donde se oficiaba, y una alta cúpula coronada por una metálica cruz, símbolo de fe cristiana y donde en ocasiones, un sacerdote del área llegaba para celebrar actos litúrgicos y compartir un poco con los detenidos, llevándoles el consuelo del Divino Hacedor, aunque esta voz al parecer no era muy escuchada por la reconocida peligrosidad de los componentes de la masa de detenidos. El penal, en su conformación presentaba una serie de celdas, las que en vez de albergar, hacinaban a los reclusos. Salones identificados en varios niveles, de acuerdo a la peligrosidad de los confinados, concentraban entre 30 y 40 personas, las que en medio de un calor sofocante mantenían poco espacio de movilización, indicándose que en varios de esto salones una especie de cañería destapada que atravesaba el sitio servía como espacio para las necesidades fisiológicas, lo que determina la olorosa inmundicia que se desprendía. Sobre las paredes aún se encuentran muchos de los escritos así como dibujos que los detenidos elaboraban para pasar el tiempo, notándose en muchos de ellos el repudio a la sociedad o el clamor de libertad, y como algunos de los más peligrosos delincuentes, con sus marcas en las paredes, dejaron ver su paso por todas las celdas que conforman el penal. En el recorrido guiado, pueden escucharse historias de horror: la muerte de una enfermera con cuya sangre se retocó una de las figuras femeninas pintada en la pared; el incendio de unas de las celdas con más de treinta detenidos calcinados; la amputación de manera rudimentaria de una pierna gangrenada a uno de los detenidos, misión cumplida por quien a la vez cuidaba de las bestias; el consumo de carne de perro ante la carencia de alimentación básica; la reclusión en calabozos oscuros de algunos detenidos quienes por años fueron tratados como animales y que su vuelta al sol los mostraba como seres paralíticos, ciegos y sordos, convertidos en objeto de burla de otros desalmados. No menos trágica es aquella mención que habla del arribo de un grupo de detenidos, y como el comandante del penal en alarde de matonería disparando contra uno de ellos, amedrentaba y advertía a los demás de que ese sería el fin de quien intentara rebelarse o escapar. Estas y otras notas se consignan en la historia centenaria del penal, y que por igual carga en su haber escasas intenciones de fuga, pues el entorno, entonces infestado de tiburones no dejaba crear ilusiones de escapar de este lugar o hacer crecer historias de héroes, y solo las luces del puerto en la distancia eran la cercanía con la civilización. Uno de los hechos de mayor repudio y de dolor, violatorio de los más elementales Derechos Humanos, lo constituía el ingreso al hueco, el cual está conformado por un círculo situado en el centro del patio, con una altura no superior a un metro, y donde se ejercía el mayor castigo a quienes violaban las normas del penal. Durante días o semanas, los afectados eran introducidos en ese hueco soportando el calor infernal del día o el frío nocturnal, realizando allí mismo sus necesidades y sin poder estar de pie soportando la estrechez y el hacinamiento. Se habla de otro espacio más reducido, un pequeño túnel de unos 80 centímetros de ancho y un metro de altura, donde hasta siete detenidos eran introducidos como castigo de un día, soportando por igual la dureza de la pena, y donde no podían sentarse y tampoco estar de pie. Para los visitantes de hoy, conocer la magnitud de los castigos y la violencia del tratamiento, que poco o nada tenía de rehabilitador, es algo que causa horror. Verdaderamente inhumano. Esparcidas a lo largo de la isla por igual han quedado algunas pequeñas chozas que fueron albergue de algunos delincuentes, quienes después de purgar muchos años de condena al parecer habían perdido su carácter de peligrosos, y estaba ocupados en labores de agricultura y ganadería, y quienes según se relata, al término de la misión de penal de la isla, se mostraban renuentes a abandonar ese espacio. Un recorrido menos impactante en el horror por otros sectores de la isla, lleva al visitante a una de las playas, donde la tranquilidad y calidez de las aguas, invita a la recreación y disfrute, para que en cuestión de horas, cuando el sol ya buscando su ocultamiento por igual hacer el abandono de la isla, dejando en su interior todo su historial de tragedia, dolor y horror, y que se seguirá comentando al paso de los años por quienes leen esos relatos o visitan, como turistas la isla de San Lucas o la isla de los hombres solos, un verdadero recuento del drama que soportaron muchos detenidos.   LUIS FERNANDO FRANCO CEBALLOS   FRACEBAL. Génova Quindío, diciembre de  2012
EL SISMO QUE NOS CAMBIO LA VIDA...!!!Una inquietud me asaltó aquel mediodía del sábado 23 de enero de 1999. Un grupo de bomberos iniciaban una exploración bajo el suelo desde la calle 21 con carrera19 de la capital, como respuesta a varias manifestaciones ciudadanas quehablaban de presuntas explosiones en el túnel que canaliza la quebrada Armenia,y que cruza hacia el sur parte la ciudad.Hacia las 3:00 de la tarde del domingo 24, planteé el interrogante a la guardiabomberil, cuando me dirigía, en compañía de María Fernanda mi hija, a la Plazade Toros para presenciar el espectáculo de esa tarde. La respuesta fuenegativa, ninguna novedad se encontró en el recorrido subterráneo de varioscientos de metros, generando tranquilidad. La tarde torera, el ambientefestivo, a pesar de la sangre, no era presagio de muerte y dolor, pero eldestino marcaba otra ruta. Una límpida y soleada mañana saludaba el inicio de la semana. La ciudad se desenvolvía en su rutina habitual, destacándose todavía la presencia de turistas y el que algunas escuelas capitalinas seguían sumando otras matrículas para el añolectivo que en breve comenzaría. La habitualidad del medio día también estuvopresente, cierre de oficinas, aglomeración en los paraderos de buses,movimiento en los restaurantes, afluencia de gentes en las calles, todo en elmarco de la mayor normalidad, que poco después, nunca volvería a ser la misma.Ya habían pasado algunos minutos después de la 1:00 de la tarde, y donde meencontraba, al sur de la ciudad, en la Urbanización Las Serranías, me aprestabaa salir para continuar la tarea del día. Los pasos, después de despedirme de lafamilia, los encaminé a la puerta del apartamento. Una suscripción semanal querodó bajo la entrada me detuvo y alzando la revista, me propuse de manerarápida a mirar los titulares con el propósito de leerla detenidamente en lanoche. Ocupando espacio en una de las sillas del comedor me dediqué a esteaccionar, y de pronto... un ruido copó el espacio acompañado de un movimiento queinicialmente era leve pero que al paso de los segundos se fue intensificando.Comprendí de inmediato que era un movimiento telúrico el que estremecía la estructura del bloque, un primer piso del conjunto residencial que parecía desmoronarse con el vaivén. Aferrado a la mesa del comedor pude observar como el soporte de las cortinas del amplio ventanal que da a la calle perdía su sitio, mientraslas paredes que lo circundaban iban mostrando grietas, como si fuera un trazoindefinido hecho por un niño travieso con un lápiz Con el ruido infernal, elmovimiento cobraba fuerza como un saltar de caballo salvaje, y en medio de losgritos de los moradores nos dispusimos a buscar la salida. La calle era como siun diluvio se hubiera desatado. Los tanques que surtían este elemento en cadauno de los bloques perdieron su conexión y algunos cayeron sobre el último pisocausando mayores estragos. Ya en la vía, el interés era conocer el origen del sismo, y un pequeño radioempezó a entregar información de carácter nacional pues la mayoría de lasestaciones, situadas en el centro de la ciudad quedaron fuera del aire. En elnorte, una de ellas seguía emitiendo música, no se había vislumbrado la  magnitud de la tragedia. Un caminar desde la residencia hasta el centro fue mostrando el drama. Casas derruidas, vías taponadas, muertos en las aceras y en el rostro de los habitantes el pánico que lo desencajaEn la distancia, en un caminar por la carrera 19, observé como el barrio LaBrasilia, donde había residido algunos años era un arrume de escombros, y pocodespués el deambular por su cercanía permitió ver la cara de la muerte al saberde la desaparición de conocidos en ese lugar, de la destrucción de viviendas yel encuentro con amistades narrando cada uno su accionar en el suceso.Los pasos me encaminaban hacia el conjunto residencial Mirador del Bosque, ingresoal barrio Corbones, donde mantenía una propiedad, y en ese pasar de los minutosse producía el encuentro, entre otros, con nacidos en la tierra de los afectospara encontrar el interrogatorio sin respuesta fácil:  ¿qué pasó en Génova?La temeridad surgía de las primeras informaciones que daban el epicentro del sismoen el norte del Valle, y la cercanía con el terruño, hacía pensar lo peor. A lapostre se conoció donde se había originado el terremoto y el saber de qué en latierra nativa, gracias al Altísimo, los daños no tenían  la magnitud delos ocurridos en la mayoría de los municipios quindianos. Los pasos de autómata me acercaron a las inmediaciones del Cuerpo de Bomberos,sobre la calle 21. Evocando la situación de dos días antes, fui magnificando lagravedad de la tragedia, la estructura de la organización yacía piso sobre pisoy bajo ellos el equipo automotor de salvamento, lo que entregó la deducción delpor qué no se percibía en la calle el ulular de las sirenas. Sobre losescombros, algunos voluntarios buscaban a sus compañeros, varios de los cualesperecieron bajo toneladas de cemento.La tarde seguía su curso, y en este caminar me allegué al condominio, y en elquinto piso, mi propiedad, observé varios destrozos, muebles corridos,elementos de las repisas sobre el suelo al igual que algunos periódicos. Prontoabandoné el sitio, y en un transitar por el sector aledaño rumbo a buscarfamiliares cercanos, el encuentro con otras personas permitía un corto dialogoque fue cortado abruptamente con un nuevo estremecimiento de la tierra y el queacrecentó los daños. Era una de las tantas replicas que a lo largo de muchosmeses se produjeron.El encuentro con familiares cercanos entregó la certeza de su bienestar ypronto  me dirigí al centro de la ciudad, encontrando variadas situaciones como el consumo de drogas por algunos habitantes de la zona roja inmediaciones de la galería, el traslado de detenidos de la comisaría del centro, la caída de las instalaciones de la Asamblea, la destrucción de algunos edificios en el marco de la plaza de Bolívar sumado ello al conocer del deceso de varias personas conocidas oriundas del poblado.Con el alma en vilo, con la oscuridad que ya llegaba, en un trasegar por las callescubiertas de escombros, en un hallar los rostros compungidos, me dirigí haciala habitación, escuchando en ese pasar algunos rezos que surgían de matronas,aprestándome a pasar en vela la noche en compañía de la familia, con el ruidodesprendido de los pedazos en las edificaciones y el escuchar de la radio que acada momento incrementaba el dolor.
                                UNA TICA TOMANDO CAFÉ EN GENOVA...!!!La fecha del jueves 27 de diciembre, superando los colores de la Navidad, ya había cubierto el medio día. Varios golpes en la puerta obligaron a una atención que interrumpía la hora del almuerzo de la familia congregada, mientras que las voces en el ventanal reclamaban mi presencia.Una mención que pude calificar de extraña por venir de quien venía copó mi atención casi de manera incrédula. La información no podía ser más sorprendente, pues quien la enviaba se mantiene alejada de los sentires, indicándose por quien informaba que en la zona quindiana y cafetera, se encontraba alguien que nacida en tierra tica, visitaba la Colombia de uno de sus mayores, que además había leído sobre la tierra del café, sobre su magnífica calidad y ello la había motivado a llegar hasta Génova.El complemento era el de dejar ver su presencia en zona aledaña a la Iglesia cuando el reloj marcara las 2:00 de la tarde en un marco de cálidas horas que copiaban el verano de los días del último mes del año. Pronto quise derrotar la inquietud y después de un caminar hasta la plaza busqué ubicación en uno de los espacios que hacen marco popular al sitio central del poblado, la plaza más linda del Quindío.Con la mirada trataba de ubicar a alguien que mostrara algunas características de visitante, que semejara la recién llegada que se había mencionado, sin lograr la obtención de una visión clara para el ojo avizor. De pronto un grupo de personas ascendía los escalones que conducen al atrio del centro religioso, pero al detallar el componente grupal, me obligó casi de inmediato a descartar la presencia tica, bien por el grupo numeroso, por la compañía citadina que los acompañaba y por el aviso anterior que hablaba de una sola persona.Mientras las personas ingresaban al templo uno de los más hermosos e imponentes de la región cordillerana, de allí mismo surgieron dos personas, una quien había generado la razón primaria y la otra, de seguro la que podría ser la visitante. Algunas señales me motivaron a caminar hacia el lugar para conocer la versión de quien era la persona foránea. Los saludos se intercambiaron a la vez que se escucharon los nombres y presentaciones, integrando a ello el de mis hermanos José Néstor y  María Teresa que me hacían temporal compañía en el momento.Con el ánimo de iniciar el mejor contacto ingresamos de nuevo al templo para observar su amplia disposición, sus imágenes y su colorido atrayente para quien por primera vez la visita, dirigiéndonos de inmediato a una de las partes superiores del lugar y de esta manera ubicarnos en el sitio que en la partición de las torres se haacondicionado como mirador, y desde donde es posible obtener una vista especialde la población. Allí igualmente se encontraba otra persona, familiar de la turista y quienes desde la mañana se hacían la compañía de recorrido por entre paisaje de cafetales y platanales, de montañas que desprenden cristalina agua natural hasta llegar al sitio más céntrico del municipio. Nuevos saludos y presentaciones permitieron el inicio de la conversación y para que mientras se accionaba la cámara y se imprimían placas fotográficas ir desarrollando referencias a la fundación de la localidad así como algunos hechos de la historiografía local.Ana Lucía Castillo Saavedra, el nombre de la tica visitante por igual hacía alusión a sus ancestros, pudiéndose conocer de sus raíces en el sur colombiano, en la zona de Nariño, todo lo cual se conjuntaba con las menciones de la tierra que visitaba y donde uno de los objetivos del desplazamiento tenía que ver el afán de confrontar con larealidad la casi leyenda sobre el sabroso café de la zona.Observar el panorama, dejarlo grabado en las fotografías copiando con alegría el inmejorable panorama que es montaña, café, agua, menciones sobre la construcción del monumento de la fe cristiana, el origen de las campanas con sus nombres simbólicos, la importación del gran reloj, la adquisición de las puertas de bronce, fueron un continuo comentar mientras se descendían las escalas de la torre, y con una breve escala ante la pintura de Nuestra Señora de la Paz, escuchar la remembranza de la variación en el estado socio-político de la sureña población quindiana.El caminar se fue extendiendo por diversos sectores, y el mismo tenía como meta acercarnos en el pequeño grupo hasta uno de los sitios de venta del mejor café, buscando con ello satisfacer las inquietudes visitantes, objetivo central de la llegada a la tierra cafetera. El recorrido facilitó el encuentro familiar que entrego bienvenida ala visita, eran mi padre y mis hermanos que igual circulaban por la zona céntrica.Fungiendo como guía, desarrollando una de mis pasiones que es tratar de mostrar lo mejor de la tierra de los mayores, definir el recorrido colonizador, observando las verdes montañas, las casas con vestigios de la población antioqueña y bajo un suavecalor, fuimos haciendo tránsito por el pueblo hasta llegar al sitio previsto. Era el espacio, donde desde hace ya varios años, la adecuación, proceso y conformación de bebidas nacidas del grano de oro que es el café colombiano, son una manera de atender a quienes llegan hasta esta parcela del antiguo Gran Caldas. La ocasión fue propicia para que los visitantes conocieran del proceso del café desde su secado pasando por el tostado y la molienda, todo lo cual se adelanta en el mismo sitio para generar el producto que hace historia en la región, y que se ha convertido en el símbolo de una raza pujante y emprendedora, y que en los últimos años haintegrado todo el proceso para proyectar la mejor imagen de la tierra hacia el ámbito nacional y con una copia insigne hacia el exterior.Ubicados en uno de los espacios que conforman el acogedor sitio, el cual ha sido construido en inmediaciones de la galería y que es el mismo lugar que otrora se conociera como el Parque de las Madres, teniendo como frente el verde azul de las laderas y otras tonalidades como manchas más claras originadas en los guaduales, laconversación siguió versando sobre el ayer y el futuro de la zona, de sueños de desarrollo, de descubrimiento de espacios ecológicos, lo que se mezclaba con reminiscencias de la amable tierra costarricense, donde no se quedó atrás la romería a Cartago, una visita a San Lucas, las visitas a los volcanes ticos, recorridos por la isla Chira y muchas otras vivencias de la visitante y del local, quien por varios años mantuvo estadía en esa tierra centroamericana.La mesa estaba servida, un humeante café acompañado con torta contentiva de ese mismo sabor montañero fue un degustar del momento, mientras las voces no cesaban en un manifestar de complacencia de ella y la satisfacción de compañía del residente. La muestra cafetera satisfizo la inquietud, y a la par se sumaron otras compras que habrían de incluirse en la maleta del retorno con sumatoria de un envío especial para moradora en la tierra tica, y de quien se mantienen los mejores y más gratos recuerdos por su ternura.El camino se reanudó bajo el sol de la tarde, el mismo que hacía variar los colores montañeros, hasta llegar de nuevo a la plaza principal, la más linda del Quindío, para que allí en otro de los espacios de acogida al visitante y al local, una nueva taza de café sirviera como epílogo a la grata visita.Cruzando la verde plaza donde sobresalen sus espejos de agua, el trío, local y visitantes, se apostaron a la espera de un medio de transporte, y donde las referencias fueron de agradecimiento mutuo por la visita y por la explicación en el recorrido. El sol seguía cayendo cuando el vehículo hizo su aparición, la despedida se concretó, y abordando el trasporte que se dirigía a la capital del Quindío, todavía con el sabor del máximo producto colombiano degustándolo en la boca, me ha quedado la satisfacción de haber compartido con una tica tomando café en Génova.Génova Quindio, diciembre de 2012 
UNA TICA TOMANDO CAFÉ EN GENOVA...!!!La fecha del jueves 27 de diciembre, superando los colores de la Navidad, ya había cubierto el medio día. Varios golpes en la puerta obligaron a una atención que interrumpía la hora del almuerzo de la familia congregada, mientras que las voces en el ventanal reclamaban mi presencia.Una mención que pude calificar de extraña por venir de quien venía copó mi atención casi de manera incrédula. La información no podía ser más sorprendente, pues quien la enviaba se mantiene alejada de los sentires, indicándose por quien informaba que en la zona quindiana y cafetera, se encontraba alguien que nacida en tierra tica, visitaba la Colombia de uno de sus mayores, que además había leído sobre la tierra del café, sobre su magnífica calidad y ello la había motivado a llegar hasta Génova.El complemento era el de dejar ver su presencia en zona aledaña a la Iglesia cuando el reloj marcara las 2:00 de la tarde en un marco de cálidas horas que copiaban el verano de los días del último mes del año. Pronto quise derrotar la inquietud y después de un caminar hasta la plaza busqué ubicación en uno de los espacios que hacen marco popular al sitio central del poblado, la plaza más linda del Quindío.Con la mirada trataba de ubicar a alguien que mostrara algunas características de visitante, que semejara la recién llegada que se había mencionado, sin lograr la obtención de una visión clara para el ojo avizor. De pronto un grupo de personas ascendía los escalones que conducen al atrio del centro religioso, pero al detallar el componente grupal, me obligó casi de inmediato a descartar la presencia tica, bien por el grupo numeroso, por la compañía citadina que los acompañaba y por el aviso anterior que hablaba de una sola persona.Mientras las personas ingresaban al templo uno de los más hermosos e imponentes de la región cordillerana, de allí mismo surgieron dos personas, una quien había generado la razón primaria y la otra, de seguro la que podría ser la visitante. Algunas señales me motivaron a caminar hacia el lugar para conocer la versión de quien era la persona foránea.Los saludos se intercambiaron a la vez que se escucharon los nombres y presentaciones, integrando a ello el de mis hermanos José Néstor y  María Teresa que me hacían temporal compañía en el momento.Con el ánimo de iniciar el mejor contacto ingresamos de nuevo al templo para observar su amplia disposición, sus imágenes y su colorido atrayente para quien por primera vez la visita, dirigiéndonos de inmediato a una de las partes superiores del lugar y de esta manera ubicarnos en el sitio que en la partición de las torres se haacondicionado como mirador, y desde donde es posible obtener una vista especialde la población. Allí igualmente se encontraba otra persona, familiar de la turista y quienes desde la mañana se hacían la compañía de recorrido por entre paisaje de cafetales y platanales, de montañas que desprenden cristalina agua natural hasta llegar al sitio más céntrico del municipio. Nuevos saludos y presentaciones permitieron el inicio de la conversación y para que mientras se accionaba la cámara y se imprimían placas fotográficas ir desarrollando referencias a la fundación de la localidad así como algunos hechos de la historiografía local.Ana Lucía Castillo Saavedra, el nombre de la tica visitante por igual hacía alusión a sus ancestros, pudiéndose conocer de sus raíces en el sur colombiano, en la zona de Nariño, todo lo cual se conjuntaba con las menciones de la tierra que visitaba y donde uno de los objetivos del desplazamiento tenía que ver el afán de confrontar con larealidad la casi leyenda sobre el sabroso café de la zona.Observar el panorama, dejarlo grabado en las fotografías copiando con alegría el inmejorable panorama que es montaña, café, agua, menciones sobre la construcción del monumento de la fe cristiana, el origen de las campanas con sus nombres simbólicos, la importación del gran reloj, la adquisición de las puertas de bronce, fueron un continuo comentar mientras se descendían las escalas de la torre, y con una breve escala ante la pintura de Nuestra Señora de la Paz, escuchar la remembranza de la variación en el estado socio-político de la sureña población quindiana.El caminar se fue extendiendo por diversos sectores, y el mismo tenía como meta acercarnos en el pequeño grupo hasta uno de los sitios de venta del mejor café, buscando con ello satisfacer las inquietudes visitantes, objetivo central de la llegada a la tierra cafetera. El recorrido facilitó el encuentro familiar que entrego bienvenida a la visita, eran mi padre y mis hermanos que igual circulaban por la zona céntrica.Fungiendo como guía, desarrollando una de mis pasiones que es tratar de mostrar lo mejor de la tierra de los mayores, definir el recorrido colonizador, observando las verdes montañas, las casas con vestigios de la población antioqueña y bajo un suavecalor, fuimos haciendo tránsito por el pueblo hasta llegar al sitio previsto. Era el espacio, donde desde hace ya varios años, la adecuación, proceso y conformación de bebidas nacidas del grano de oro que es el café colombiano, son una manera de atender a quienes llegan hasta esta parcela del antiguo Gran Caldas. La ocasión fue propicia para que los visitantes conocieran del proceso del café desde su secado pasando por el tostado y la molienda, todo lo cual se adelanta en el mismo sitio para generar el producto que hace historia en la región, y que se ha convertido en el símbolo de una raza pujante y emprendedora, y que en los últimos años haintegrado todo el proceso para proyectar la mejor imagen de la tierra hacia el ámbito nacional y con una copia insigne hacia el exterior.Ubicados en uno de los espacios que conforman el acogedor sitio, el cual ha sido construido en inmediaciones de la galería y que es el mismo lugar que otrora se conociera como el Parque de las Madres, teniendo como frente el verde azul de las laderas y otras tonalidades como manchas más claras originadas en los guaduales, laconversación siguió versando sobre el ayer y el futuro de la zona, de sueños de desarrollo, de descubrimiento de espacios ecológicos, lo que se mezclaba conreminiscencias de la amable tierra costarricense, donde no se quedó atrás la romería a Cartago, una visita a San Lucas, las visitas a los volcanes ticos, recorridos por la isla Chira y muchas otras vivencias de la visitante y del local, quien por varios años mantuvo estadía en esa tierra centroamericana.La mesa estaba servida, un humeante café acompañado con torta contentiva de ese mismo sabor montañero fue un degustar del momento, mientras las voces no cesaban en un manifestar de complacencia de ella y la satisfacción de compañía del residente. La muestra cafetera satisfizo la inquietud, y a la par se sumaron otras compras que habrían de incluirse en la maleta del retorno con sumatoria de un envío especial para moradora en la tierra tica, y de quien se mantienen los mejores y más gratos recuerdos por su ternura.El camino se reanudó bajo el sol de la tarde, el mismo que hacía variar los colores montañeros, hasta llegar de nuevo a la plaza principal, la más linda del Quindío, para que allí en otro de los espacios de acogida al visitante y al local, una nueva taza de café sirviera como epílogo a la grata visita.Cruzando la verde plaza donde sobresalen sus espejos de agua, el trío, local y visitantes, se apostaron a la espera de un medio de transporte, y donde las referencias fueron de agradecimiento mutuo por la visita y por la explicación en el recorrido. El sol seguía cayendo cuando el vehículo hizo su aparición, la despedida se concretó, y abordando el trasporte que se dirigía a la capital del Quindío, todavía con el sabor del máximo producto colombiano degustándolo en la boca, me ha quedado la satisfacción de haber compartido con una tica tomando café en Génova.Génova Quindio, diciembre de 2012   
UNA TICA TOMANDO CAFÉ EN GENOVA...!!!La fecha del jueves 27 de diciembre, superando los colores de la Navidad, ya había cubierto el medio día. Varios golpes en la puerta obligaron a una atención que interrumpía la hora del almuerzo de la familia congregada, mientras que las voces en el ventanal reclamaban mi presencia.Una mención que pude calificar de extraña por venir de quien venía copó mi atención casi de manera incrédula. La información no podía ser más sorprendente, pues quien la enviaba se mantiene alejada de los sentires, indicándose por quien informaba que en la zona quindiana y cafetera, se encontraba alguien que nacida en tierra tica, visitaba la Colombia de uno de sus mayores, que además había leído sobre la tierra del café, sobre su magnífica calidad y ello la había motivado a llegar hasta Génova.El complemento era el de dejar ver su presencia en zona aledaña a la Iglesia cuando el reloj marcara las 2:00 de la tarde en un marco de cálidas horas que copiaban el verano de los días del último mes del año. Pronto quise derrotar la inquietud y después de un caminar hasta la plaza busqué ubicación en uno de los espacios que hacen marco popular al sitio central del poblado, la plaza más linda del Quindío.Con la mirada trataba de ubicar a alguien que mostrara algunas características de visitante, que semejara la recién llegada que se había mencionado, sin lograr la obtención de una visión clara para el ojo avizor. De pronto un grupo de personas ascendía los escalones que conducen al atrio del centro religioso, pero al detallar el componente grupal, me obligó casi de inmediato a descartar la presencia tica, bien por el grupo numeroso, por la compañía citadina que los acompañaba y por el aviso anterior que hablaba de una sola persona.Mientras las personas ingresaban al templo uno de los más hermosos e imponentes de la región cordillerana, de allí mismo surgieron dos personas, una quien había generado la razón primaria y la otra, de seguro la que podría ser la visitante. Algunas señales me motivaron a caminar hacia el lugar para conocer la versión de quien era la persona foránea. Los saludos se intercambiaron a la vez que se escucharon los nombres y presentaciones, integrando a ello el de mis hermanos José Néstor y  María Teresa que me hacían temporal compañía en el momento.Con el ánimo de iniciar el mejor contacto ingresamos de nuevo al templo para observar su amplia disposición, sus imágenes y su colorido atrayente para quien por primera vez la visita, dirigiéndonos de inmediato a una de las partes superiores del lugar y de esta manera ubicarnos en el sitio que en la partición de las torres se haacondicionado como mirador, y desde donde es posible obtener una vista especialde la población. Allí igualmente se encontraba otra persona, familiar de la turista y quienes desde la mañana se hacían la compañía de recorrido por entre paisaje de cafetales y platanales, de montañas que desprenden cristalina agua natural hasta llegar al sitio más céntrico del municipio. Nuevos saludos y presentaciones permitieron el inicio de la conversación y para que mientras se accionaba la cámara y se imprimían placas fotográficas ir desarrollando referencias a la fundación de la localidad así como algunos hechos de la historiografía local.Ana Lucía Castillo Saavedra, el nombre de la tica visitante por igual hacía alusión a sus ancestros, pudiéndose conocer de sus raíces en el sur colombiano, en la zona de Nariño, todo lo cual se conjuntaba con las menciones de la tierra que visitaba y donde uno de los objetivos del desplazamiento tenía que ver el afán de confrontar con larealidad la casi leyenda sobre el sabroso café de la zona.Observar el panorama, dejarlo grabado en las fotografías copiando con alegría el inmejorable panorama que es montaña, café, agua, menciones sobre la construcción del monumento de la fe cristiana, el origen de las campanas con sus nombres simbólicos, la importación del gran reloj, la adquisición de las puertas de bronce, fueron un continuo comentar mientras se descendían las escalas de la torre, y con una breve escala ante la pintura de Nuestra Señora de la Paz, escuchar la remembranza de la variación en el estado socio-político de la sureña población quindiana.El caminar se fue extendiendo por diversos sectores, y el mismo tenía como meta acercarnos en el pequeño grupo hasta uno de los sitios de venta del mejor café, buscando con ello satisfacer las inquietudes visitantes, objetivo central de la llegada a la tierra cafetera. El recorrido facilitó el encuentro familiar que entrego bienvenida a la visita, eran mi padre y mis hermanos que igual circulaban por la zona céntrica.Fungiendo como guía, desarrollando una de mis pasiones que es tratar de mostrar lo mejor de la tierra de los mayores, definir el recorrido colonizador, observando las verdes montañas, las casas con vestigios de la población antioqueña y bajo un suavecalor, fuimos haciendo tránsito por el pueblo hasta llegar al sitio previsto. Era el espacio, donde desde hace ya varios años, la adecuación, proceso y conformación de bebidas nacidas del grano de oro que es el café colombiano, son una manera de atender a quienes llegan hasta esta parcela del antiguo Gran Caldas. La ocasión fue propicia para que los visitantes conocieran del proceso del café desde su secado pasando por el tostado y la molienda, todo lo cual se adelanta en el mismo sitio para generar el producto que hace historia en la región, y que se ha convertido en el símbolo de una raza pujante y emprendedora, y que en los últimos años haintegrado todo el proceso para proyectar la mejor imagen de la tierra hacia elámbito nacional y con una copia insigne hacia el exterior.Ubicados en uno de los espacios que conforman el acogedor sitio, el cual ha sido construido en inmediaciones de la galería y que es el mismo lugar que otrora se conociera como el Parque de las Madres, teniendo como frente el verde azul de las laderas y otras tonalidades como manchas más claras originadas en los guaduales, laconversación siguió versando sobre el ayer y el futuro de la zona, de sueños dedesarrollo, de descubrimiento de espacios ecológicos, lo que se mezclaba conreminiscencias de la amable tierra costarricense, donde no se quedó atrás laromería a Cartago, una visita a San Lucas, las visitas a los volcanes ticos,recorridos por la isla Chira y muchas otras vivencias de la visitante y dellocal, quien por varios años mantuvo estadía en esa tierra centroamericana.La mesa estaba servida, un humeante café acompañado con torta contentiva de ese mismo sabor montañero fue un degustar del momento, mientras las voces no cesaban en un manifestar de complacencia de ella y la satisfacción de compañía del residente. La muestra cafetera satisfizo la inquietud, y a la par se sumaron otras compras que habrían de incluirse en la maleta del retorno con sumatoria de un envío especial para moradora en la tierra tica, y de quien se mantienen los mejores y más gratos recuerdos por su ternura.El camino se reanudó bajo el sol de la tarde, el mismo que hacía variar los colores montañeros, hasta llegar de nuevo a la plaza principal, la más linda del Quindío, para que allí en otro de los espacios de acogida al visitante y al local, una nueva taza de café sirviera como epílogo a la grata visita.Cruzando la verde plaza donde sobresalen sus espejos de agua, el trío, local y visitantes, se apostaron a la espera de un medio de transporte, y donde las referencias fueron de agradecimiento mutuo por la visita y por la explicación en el recorrido. El sol seguía cayendo cuando el vehículo hizo su aparición, la despedida se concretó, y abordando el trasporte que se dirigía a la capital del Quindío, todavía con el sabor del máximo producto colombiano degustándolo en la boca, me ha quedado la satisfacción de haber compartido con una tica tomando café en Génova.Génova Quindio, diciembre de 2012     
AQUELLA SEMANA SANTA…!!!Los momentos de solaz a veces se convierten en un hervidero de recuerdos, los que retrotraen con afecto o nostalgia los sucesos que se han hecho historia que se pierde en los ayeres.Uno de ellos tiene que ver con la celebración de la Semana Santa, la que incluía variadas y vistosas procesiones a más de una masiva congregación de la feligresía. El Domingo de Ramos, desde muy temprano el atrio de la iglesia, que para entonces contaba con unos espacios altamente peligrosos en sus escalas de acceso, se copaba de campesinos vendedores de los ramos, cogollo de la palma de cera nativa de la zona cordillerana, y sin que en ese entonces se insinuara el daño ecológico. Aquel domingo, la procesión de los ramos recorría varias de las calles del municipio para concluir en el templo, donde el mecer de las palmas durante su bendición, era un llamativo espectáculo. Muchos hacían especiales artesanías con los ramos, lo que por igual se volvía otro atractivo, y que generaba la obligación de guardar la palma, la cual era quemada, de manera especial en medio de tempestades. Los días siguientes, lunes, martes y miércoles, determinaban las convocatorias de la iglesia al rezo del viacrucis, la hora santa y las denominadas cuarenta horas al igual que las infaltables conferencias, las cuales obligaban al refuerzo sacerdotal durante esos días, incluyendo además las infaltables confesiones. El jueves ya sería un día especial, había recogimiento y silencio en las comunicaciones, y obligaba a acudir al templo de manera temprana, para alcanzar lugar en las bancas para participar en la ceremonia de la Ultima Cena, donde se notaba la presencia de un grupo de jóvenes que acompañaban al Señor, y cuya natural prolongación generaba el cansancio que no se podía exteriorizar. En la misma fecha, en la noche, la denominada procesión del Prendimiento era exclusiva para los hombres y el portar de antorchas o velones era la simbología en el rezo nocturno, y la que partía desde uno de los extremos municipales para concluir en el templo. Parte de la noche era complementada con la visita al o a los Monumentos, adecuados estos en el propio templo y en otros sectores como los colegios. Llegaba el Viernes Santo, el silencio era sobrecogedor, mientras obreros del municipio sembraban las destapadas calles de entonces de ramas traídas del campo, para semejar la vía dolorosa. La congregación ciudadana se hacía en el sector de Leticia frente a la casa de don Antonio Londoño, destacado ciudadano conocido como “tolrá” en alusión a su pequeña empresa procesadora de café. Sobre la elva que daba a la vía pública se escenificaban pasajes de la sentencia en las voces y actuaciones de ciudadanos de la localidad, entre quienes destacaban Edgar Tobón Navarrete y Raúl Munar Echeverri, los que eran acompañados por otros grupos  que conformaban la soldadesca romana, las mujeres de Jerusalén, los apóstoles, estos últimos casi todos menores estudiantes, y sumándose al acto estaba la comunidad católica que iniciaba desde el sitio el rezo del viacrucis que habría de terminar en el templo. Después de la actuación se iniciaba la procesión con paradas diseminadas a lo largo del que calificábamos en ese entonces de extenso recorrido, para que en determinados sitios, lugar de las estaciones se incorporaran a la masiva procesión diversas imágenes, las que en hombros de cargueros voluntarios iban sumando vistosidad a la marcha religiosa del Viernes Santo, y cuando los relojes de la torre marcaban el medio día, después de una inevitable sudada, con inusitada frecuencia al concluir la procesión frente al templo, se iniciaba un aguacero. Era la hora del almuerzo y un merecido descanso para la continuidad participativa de las actividades religiosas de la tarde. En las casas, incluyendo la nuestra era una tradición sintonizar a esa hora a través de la radio las reflexiones de las Siete Palabras emitidas por Monseñor Augusto Trujillo Arango, y las cuales iban concluyendo cerca de las 3:00 de la tarde. Un poco después se cumplía un nuevo desplazamiento hacia el templo parroquial. Por igual se escenificaba la reflexión de las Siete Palabras, la Adoración de la Cruz. La reflexión tuvo variantes, pues en los primeros años era el párroco o alguno de los sacerdotes acompañantes o invitado de la época, quienes hacían la extensa oración reflexiva, y tiempo después la misión le fue encomendada a algunos laicos que en asocio del sacerdote, le daban un cambio sustancial a la tradición. Esta actividad variable, se encomendó por años a los integrantes del Club de Leones. Se continuaba con el descendimiento del Cristo de la cruz y su ubicación en el Santo Sepulcro, para darle paso a la procesión correspondiente que recorría las principales vías con un silencio sobrecogedor. Durante la noche se prolongaba la visita al sepulcro custodiado por unidades policiales o bomberiles, mientras se colocaba a lado y lado de la imagen diversos objetos que las gentes consideraban con esta permanencia su propia bendición sagrada. Un espacio del templo la más de las veces era acondicionado para establecer el sepulcro, aunque en algunas ocasiones se llevó a cabo en otro lugar como el colegio San Vicente o la de entonces casa campesina. El sábado transcurría con un gran respeto y activo silencio, visitas al sepulcro, y al caer de la tarde la proyección de la procesión de la Soledad ocupaba a muchas personas. La administración, los grupos cívicos, las fuerzas armadas y policiales, bomberos, estudiantes, se iban congregando en el punto de partida para que poco después de las 6:00 de la tarde, cuando ya oscurecía se iniciara la marcha que habría de concluir de manera solemne en el templo. Un rato después, la ceremonia de bendición del fuego y del agua, se iniciaba desde el frente de la iglesia, donde una gran pira activada por grupos como la Cruz Roja, permitía el encender el cirio pascual que en manos del sacerdote iba multiplicando la luz salvadora en todos los espacios del templo. Luego la bendición del agua con aspersión durante recorrido interno por parte del prelado, y finalmente la simbología de la resurrección que contaba con silencio y oscuridad para dar paso al canto de ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! y la iluminación del espacio sagrado como punto culminante que a la vez dejaba ver la imagen del Resucitado. Llegaba el Domingo de Pascua o de Resurrección, y hacia las 10:00 de la mañana, escuelas y colegios acompañados de la banda musical, la que en años precedentes ha tenido activa participación en todas las ceremonias procesionales, se hacía el recorrido con la imagen del Resucitado, la que concluía en la iglesia con la celebración de la santa misa, y con lo que se ponía punto final a la máxima celebración religiosa católica en esta zona del país. Sacerdotes, coadjutores, monaguillos, apóstoles, participantes, cargueros y una gama de colaboradores, habían hecho posible una nueva versión de la Semana Santa, la cual a lo largo del tiempo, manteniendo la misma filosofía se sigue repitiendo en cada congregación cristiana del orbe.
UNA SEMANA SANTA EN COSTA RICA (Abril 13 de 2009)   (En el año de 2009, mientras residía en Costa Rica, viví fuera de Guápiles mi sitio habitual, una nueva versión de la Semana Santa. Comparto este texto con quienes al igual que yo vivenciaron este suceso, y de manera especial con todos aquellos y aquellas que conforman ese hermoso círculo de amistad y afecto durante mi estadía en la amable tierra tica. Un abrazo para todos y todas. LUIS FERNANDO FRANCO CEBALLOS) Después de varios años de compartir la religiosidad de la Semana Mayor con el pueblo de Guápiles, la ocasión perteneciente al año 2009, gracias a mi ángel costarricense, me motivó a buscar otros escenarios para vivir la cercanía con el Cristo crucificado y resucitado. De manera inicial, el primer día de esta Semana Mayor, me tuvo en la celebración del Domingo de Ramos, en la parroquia de Guadalupe, en una jornada que se inició en las inmediaciones de uno de los centros comerciales de la zona, y desde donde se caminó en procesión para llegar al templo. La vistosidad de los arreglos que mostraban al Cristo triunfante, la compañía de sus discípulos, representados por habitantes del área, y un cuerpo de soldados con la vestimenta de la época a más de la marcialidad de las bandas que marcaban el paso de la comunidad que en su gran mayoría ocupaba sus manos portando las palmas que a su vez eran cedidas de manera voluntaria o mediante una contribución por colaboradores de la Iglesia. Después de un largo caminar, la marcha triunfal copó el templo, donde en el marco de la celebración eucarística, se procedió a la bendición de los ramos, los cuales fueron llevados a las casas para mantenerlos prestos en momentos de dificultad, tal como es la tradición del pueblo católico. Otras palmas, por igual son guardadas en el templo, y las cuales se utilizaran una vez procesadas, al inicio de la próxima cuaresma en el denominado Miércoles de Ceniza. Mientras tanto, la parroquia de Guápiles, mi sede habitual, continuaba en la programación establecida con la profusión de confesiones durante las horas hábiles de los primeros días de la semana, celebraciones religiosas y una convocatoria, que ya es tradicional, la presentación de una película, en la noche del martes, con un mensaje que siempre busca despertar el interés y la reflexión de la comunidad. Retrotrayendo vivencias de otras celebraciones en la lejana patria y con la ayuda de la información prestamente avalada por quien es guía y motivadora en esta tierra amable, buscaba varios sitios de religiosidad y recogimiento en otras áreas del país, y el traslado hacia San José se cumplió al caer la noche del miércoles. Ya era el Jueves Santo, y una de las tradicionales iglesias del centro de San José, El Carmen, me permitió sumar rezos en una sencilla celebración del denominado Lavatorio de los Pies, oficiado en representación del Salvador por el párroco del templo, la celebración comunitaria y la activa participación de la feligresía. Poco después, con tambores y cornetas, a unos cuantos metros de este lugar, la imponencia de la Catedral josefina convocaba a la procesión del Prendimiento, una vistosa conmemoración a la usanza de las que serían las primeras horas de la pasión del Nazareno. Concluyendo en el principal templo al igual que en otros escenarios católicos de la región y del orbe, donde se proseguiría  con la celebración religiosa que empezaba a motivar a la feligresía en una participación anualmente renovada. El denominado Viernes Santo, siempre convertido en uno de los más llamativos por la variedad de la programación, fue el día propicio para encontrar nuevos pasajes y paisajes en el discurrir de la Semana Santa. El vía crucis matinal o procesión del Santo Encuentro, me tuvo para esta celebración en la zona de Moravia, donde la conmemoración de las estaciones del paso doloroso, estuvieron revestidas de marcialidad y espiritualidad con el acompañamiento de sonoros cuerpos musicales con jóvenes integrantes, por damitas que representaban a las Mujeres de Jerusalén, por grupos que simbolizaban en su vestimenta a los más cercanos seguidores del Cristo, a los soldados de las legiones opresoras y con una variación en la imaginería, un legado que se remonta a los años de la llegada española a las Américas. Bajo un sol canicular en un lento recorrer de las calles del poblado acorde con la música sacra que salía de los instrumentos, en una dramatizada escenificación de las estaciones, se llegó de nuevo al sitio de partida, los alrededores del templo parroquial en cuyo exterior se erigía el patíbulo, escenario del mayor crimen de la humanidad. Esta muestra del Calvario sirvió para la reedición del pasaje cristiano en el espacio de agonía y muerte del insigne crucificado. En el marco del Triduo Sacro propuesto por la Iglesia Católica para la Semana Mayor, la tarde del viernes concitó a la feligresía a los oficios de la Pasión del Señor, y es la media tarde cuando activo la participación en la Iglesia Santa Teresita, exclusivo sector capitalino, donde acudo para integrarme a la interacción religiosa. La voz del prelado recrea las últimas horas de Jesús en el cadalso, las causas de su muerte, algunas con carácter científico y el llamado a la renovación y cambio en la celebración de la Pasión y Muerte y Resurrección del Hijo de Dios. Los pasos siguientes nos conducen por las calles del sector con el cargar en hombros feligreses de las imágenes del Santo Entierro, la solitaria Madre de Dios en su agonía de madre y la compañía del discípulo amado, San Juan. Acompañados de la oración, del canto de las obras religiosas y un caminar bajo el sol que busca el ocaso se va concluyendo esta celebración que se convierte en la antesala de lo que será la máxima conmemoración de la religiosidad cristiana, la resurrección del Hijo de Dios. El día sábado, un día de silencio y recogimiento, permitió el acompañamiento, en horas de la tarde, a la representación de la Madre de Dios, la Dolorosa y al discípulo amado, inicialmente en una procesión no cumplida en la zona de Coronado. Finalmente en las calles de Guadalupe, donde por igual se notó la presencia de quienes representaban a los apóstoles, a los soldados, a las mujeres de Jerusalén y en una simbología portada en manos juveniles, las últimas palabras del Maestro en la cruz, las cuales se han convertido a lo largo del tiempo en frases de reflexión. Después de las 8:00 de la noche del mismo sábado, un templo abarrotado de fieles, que se convirtió en nota predominante durante los actos litúrgicos de la Semana Mayor, iniciaba la conmemoración de la Vigilia Pascual, la cual incluyendo la bendición de los símbolos de la cristiandad el fuego y el agua que a la vez permitió el bautizo de nuevos componentes de la parroquia, tuvo por igual el esperado canto del Gloria, ese momento sublime de la cristiandad que significa la Resurrección del Crucificado, como prueba fehaciente del triunfo de la vida sobre la muerte. La imagen del Cristo de la esperanza recorrió en hombros de los fieles las naves de la iglesia bajo una salva de aplausos, y poco después de la bendición propiciada por el oficiante, las calles guadalupanas se colmaron de fieles que hicieron profesión de fe y celebraron la resurrección del Nazareno con cánticos que eran motivados por un amplio grupo juvenil que a la vez había hecho gala de sus condiciones histriónicas y culturales a lo largo de la mayoría de las celebraciones que integraron la programación de la principal semana católica del año. Hacia la media noche, con el redoble de tambores y el resueno de la pólvora en varios sectores de la comunidad, se anunciaba el tradicional espectáculo de la “quema de Judas”, un evento que busca derrotar las angustias y los temores, y ansiar la esperanza de un nuevo espacio de alegría. El domingo, la celebración de la Resurrección se hizo presente en las eucaristías del pueblo católico a lo largo y ancho del país y por ende del orbe entero, y puso fin a una nueva conmemoración de la Semana Santa, esta vez, para mí, vivida en diversos escenarios de la amable tierra costarricense.
UNA VELADA PARA LA HISTORIA…!!!   Corría el mes de junio de 2013, la conversación con el alcalde municipal Mario Albert Cañas López, tuvo como escenario el punto cafetero de la plaza principal, y la misma versó sobre la puesta en práctica de un acuerdo del Concejo Municipal que determinaba la nominación del Centro Administrativo Municipal con el nombre del patricio y dirigente Alcides González Buitrago. La respuesta fue positiva, y a los pocos días una misiva dirigida al mandatario exponía las razones y referenciaba los acuerdos –pues fueron dos- que proyectaban la nominación ya mencionada. Una nueva voz de apoyo fue la respuesta gubernamental y de inmediato se indicó a la Subsecretaria de Cultura y Turismo la manera de hacer los trámites encaminados a cristalizar la iniciativa del cabildo. De manera inicial se convino la instalación y develación de la placa en el marco de la Semana de la Cultura prevista para el mes de octubre, y así quedó definido en un comienzo. Había satisfacción por la decisión gubernamental como respuesta a las inquietudes familiares, especialmente de Cesar González Parra, quien durante varios años insistió en el cumplimiento del acuerdo, lo que no encontró eco en administraciones precedentes, tal como lo reflejan comunicaciones que enviara a dos alcaldes durante mi permanencia en el exterior y como apoyo al deseo de la familia de don Alcides González Buitrago. Los días iban corriendo confirmándose por parte de la oficina de Cultura y Turismo a cargo de María Daryeri Martínez Gómez la elaboración de la placa, la cual habría de ser instalada en el área de ingreso a la sede administrativa y la definición del sobrio programa para la develación. Al unísono surgió otra voz, la amistosa de Ariel González Posada, igual interesado en el desarrollo de la iniciativa lo que permitió comentar algo pensado pero nunca realizado, convocar a quienes ostentan el título de ex alcaldes para hacerles un reconocimiento a la par con el homenaje a don Alcides, y fijando como fecha la del 1º. de Noviembre, en conmemoración de ese lunes con igual fecha en el año de 1937, cuando Génova iniciara oficialmente su vida administrativa municipal. La conversación del periodista y el abogado, quienes harían dupla para el desarrollo del programa empezaba a encontrar situaciones preocupantes. La convocatoria a los ex mandatarios obligaba a la entrega de un reconocimiento que sostuviera la visita, y ello a la vez demandaba costos. La iniciativa para subsanar la situación era solo una, apelar a la buena voluntad de algunos amigos en demanda de colaboración, y así se pactó. De igual manera, la tarea sería confeccionar las tarjetas de invitación, mandar a elaborar unos botones para quienes habían sido mandatarios, ofrecer transporte y durante el acto una copa de vino. Voces y comunicaciones fueron acogidas por varias personas, dirigentes y amigos –y para ellos nuestro sincero agradecimiento- y así la tarea encontraba una alta definición, lo que se fue concretando antes de la fecha prevista. Circularon las invitaciones, se aceptó la convocatoria, se adecuaron los espacios, y poco después del medio día del viernes el encuentro con los ex funcionarios se fue dando en variados lugares de la plaza principal, la más linda del Quindío. El saludo se hacía efusivo con los visitantes, cuya visión sobre el poblado merecía comentarios positivos mientras iban aflorando los recuerdos sobre su paso administrativo, el cual merecía referencias sobre los sitios ocupados por la alcaldía. La hora obligaba al inicio de la programación y una vez ubicados visitantes e invitados especiales, las notas marciales de Colombia, del Quindío y de la localidad sede coparon los aires del recinto en el que las banderas respectivas hacían marco especial y donde por igual se destacaba la copia de la ordenanza que dio vida jurídica al municipio. Mario Albert Cañas López, el actual alcalde, saludo a los asistentes para congratularse con su presencia, haciendo alusión a la fecha que marca la historia del municipio. La historiografía, con ese paso por la creación, fundación y nominación municipal salieron en las frases que han sido recopiladas por años y que pertenecen a mi archivo, permitieron el desfilar de sucesos, como el vivido el 1º. de Noviembre de 1937 y que al año de 2013 formula un tránsito de 76 años, los que facilitaba la evocación desde el primer mandatario don Luis Foción Londoño hasta el actual Mario Albert Cañas López, evocando a aquellos que ya han hecho paso hacia el más allá, congratulando a quienes hacían presencia en la fecha y haciendo descollar el nombre y la trayectoria del principal homenajeado, don Alcides González Buitrago, cuya acrisolada honestidad, capacidad y afán de servicio lo llevaron en su época a ocupar los principales cargos del municipio, entre ellos el de alcalde, segundo en la lista de los mandatarios de la era Quindío. Sobre la pantalla, en tarea encomiable de Ariel González Posada fueron pasando fotografías y fechas que motivaron a muchos de los ex alcaldes, causando emoción en los homenajeados, congratulación entre los asistentes, y aplauso por parte de las autoridades civiles y militares de la región así como gran parte de la comunidad que hacía presencia en el recinto social de la alcaldía. Paso a paso, con llamado especial al titular de la alcaldía, se fue mostrando parte de su trayectoria mientras se iba colocando a los convocados un botón significativo con el escudo del municipio y la leyenda “Soy ex alcalde”, un sencillo reconocimiento para quienes a lo largo del tiempo contribuyeron al desarrollo de la localidad, y por parte de quienes organizamos el acto, igual el botón para el actual alcalde. La sorpresa familiar la generó Ariel González Posada avanzando en el programa. Su lectura hizo mención especial a la trayectoria cívica y de servicio de mi madre Sofeiba Ceballos de Franco creando sentimientos que erizaban la piel en el padre y esposo Néstor y en mis hermanos José Néstor y María Teresa, y en compañía del alcalde depositamos en sus manos una placa recordatoria. De verdad que fue un gesto gallardo que generó aplauso entre los asistentes y que obliga al agradecimiento sincero al cogestor de la actividad. El brindis amistoso se hizo en el recinto que nos acogía, lo que facilitó la impresión de placas, las que quedaran para la historia de una tarde memorable, donde la administración y la dirigencia cívica hizo cumplir el acuerdo edilicio. Poco después el traslado se hizo hasta la entrada del Centro Administrativo, y allí sobre una de las paredes, cubierta por la bandera de Génova, estaba la placa que hace homenaje para que el alcalde Cañas López y Cesar González Parra hicieron la develación de la placa que nomina el Centro Administrativo en  homenaje al servidor y dirigente Alcides González Buitrago. La tarde iba cayendo, y en un marco de comentarios, se formalizaron las despedidas, quedando en el aire un ambiente de satisfacción, y el que obliga a la mención honrosa de la dirección administrativa del municipio en cabeza del alcalde Mario Albert Cañas López; de la Subsecretaria de Cultura y Turismo, María Daryeri Martinez Gómez; de la Bibliotecaria Municipal, Dora Aparicio Orozco; y de manera especial a mi amigo y compañero de acciones cívicas, Ariel González Posada, por la realización efectiva del evento y la inmensa alegría del deber cumplido. Génova Quindío, Noviembre de 2013
EL AGUA DE CEILANCon alguna frecuencia, en una estigmatización que data de años y que se acentúa cada cierto tiempo, es factible escuchar como nuestra querida Génova, la del extremo sur del Quindío es identificada como la cuna de personajes de no grata recordación en el campo violento del país, tales los casos de Pedro Antonio Marín y José Alfredo Garavito Cubillos, quienes han llenado interminables folios judiciales e informativos con su accionar al margen de la ley. Pero para ser consecuentes con la realidad, es bueno advertir que la maldad incubada en estos tristemente célebres personajes, no tiene nada que ver con el que hayan nacido en la sureña parcela quindiana. Es necesario entonces ahondar un poco en el periplo de los referidos para encontrar algunas similitudes, y poder en aras de una defensa –así sea traída de los cabellos- de la tierra de los afectos, decir que la causa más próxima de la ya confesa irracionalidad de Marín y Garavito está dada por el agua de Ceilán, un corregimiento de Tuluá en el corazón del Valle del Cauca. Y que ojala, los nativos de esa tierra no se ofusquen con esta mención, pero es que los hechos así lo están demostrando. Las similitudes de los dos antisociales son claras como el agua e irrefutables por quienes conocen un poco de la historia de sus andanzas nada positivas para la región o para el país. Si bien es cierto que los registros primarios de los individuos que nos atañen están en el despacho parroquial de la Iglesia San José, donde cuando eran imberbes y descubiertos de maldad recibieron las aguas bautismales, también es muy cierto que años más tarde, cuando la pubertad los envolvía se bañaron con las aguas de Ceilán, y eso ya está probado. Marín, después de dejar la escuela en la tierra natal corrió en busca de fortuna hacia la región central del Valle, todavía sin los asomos de maldad que más tarde lo harían famoso, allí desempeñó variados oficios, complementándolos, como es apenas obvio con el baño surgido de las aguas que surten la población. Por su parte, Garavito, en condición similar a la de su paisano Marín, también, todavía libre de culpa, se fue hacia esa zona del país, utilizando para su desgracia, el agua de los mismos surtidores que años atrás ya habían cambiado la piel de Marín. Después de esos tortuosos meses o años, en la tierra del azúcar, cada uno en diferentes épocas, volvió a la tierra natal, pero como dirían las abuelas, a su regreso ya tenían “el diablo adentro”, y convencido estoy que ello no tiene otro origen que la propia agua de Ceilán, que de seguro lava las buenas intenciones. No hay que olvidar que por igual por allá en ocasiones también pasaba el reconocido “cóndor” Lozano, quien se solazó en la construcción de un pasado tenebroso. Para nadie es desconocido el accionar violento de más de medio siglo propiciado por Marín desde las montañas de Colombia, en una historia real que todavía no encuentra fin, y por igual es sabido como Garavito en su deambular por diversas regiones del país y del exterior, dejó una verdadera estela de sangre con el sacrificio y violación de un alto número de menores, que cayeron en sus sádicas garras. Entonces, rehaciendo ese camino de dolor que estos individuos han trazado en el historial delictivo de Colombia, habrá que decir que en honor a la verdad, el pecado no es que hayan nacido en Génova, la maldad les nació cuando utilizaron el agua de Ceilán, sin hacer caso del adagio popular: “de esa agua no beberé”. FRACEBAL. Génova Quindío, diciembre de  2012
FELIZ NAVIDAD...!!!El constante tic-tac del reloj en su paso inexorable va anunciando la llegada del nuevo día, el que tiene la especial mención de conmemorar el advenimiento del Dioshumanado, del Redentor de la humanidad.Han culminado los nueve días, donde el sonar de maracas y panderetas fueron recorriendo los pesebres donde la hermosa simbología religiosa iba acrecentando cada noche la ilusionante esperanza del nacimiento divino, y sin que en la representación pastoril desaparecieran las figuras del buey o del asno que por años han acompañado con su vaho a generar calor para la Sagrada Familia.Las voces infantiles fueron copando los espacios con el canto de villancicos, mientras el aire se impregna con ese olor especial de la humeante natilla y la inseparablecompañía del buñuelo para marcar una nueva expectación tradicional.El cielo se cubre de luces multicolores mientras resuena la pólvora festiva que hace marco al sentir comunitario y a ese llenar el alma de alegría, mientras vandesfilando en el recuerdo las vivencias del ayer que son una conjunción denostalgias y alegrías.En ese dibujo especial e ilusionante del símbolo cristiano que representa el esperado y divino nacimiento, igual van pasando las evocaciones y en ellas aquellos quegenerosamente hicieron posible la existencia; encontramos los primeros años conel candor infantil y la emoción de los primeros regalos; el paso amistoso delas primeras compañías, muchas de las cuales ya han hecho camino a lontananza;van surgiendo las voces amorosas que hicieron curso en el corazón; renacen lospasados para hallar tantos recuerdos de quienes a lo largo del tiempo han hechonido en el alma, y vuelven como ayer las imperecederas menciones que másrecientemente alegraron el espíritu llenándolo de ternura inolvidable.Ha llegado navidad y el alma se regocija de emoción con ese canto de luceros y las voces infantiles que van abriendo las cajas de las ilusiones con el sueño del traídoesperado, con las risas imberbes de un sueño que se hace realidad.El nuevo día trae un aire especial que va recorriendo los sentires, para que con el gozo del alegre compartir decirle a todos aquellos que queremos, a todos los que hanhecho espacio en el corazón, a todos los que agradecemos su valiosa compañía, atodos los que perdonamos y nos perdonaron los errores, a todos los que a lolargo del tiempo nos han entregado su cariño, desde el alma les decimos: ¡FELIZNAVIDAD! LUIS FERNANDO FRANCO CEBALLOSFRACEBAL. Génova Quindío, diciembre de  2012  
La tarde va cayendo sobre las azuladas montañas que rodean la tierra de los afectos, y las luces multicolores que ayer anunciaron Navidad poco a poco se van encendiendo para iluminar la noche. La música de festiva alegría va copando el aire mientras los corazones van desgranando nostalgias y gozos, emociones y tristezas de un pasar de días que nacieron con la esperanza y que ahora van teniendo el sabor de la leyenda. Van desfilando como en un carrusel las vivencias atesoradas en el corazón, las dichas compartidas, las tristezas aquejadas. Renacen los momentos de gratas compañías, de temores confinados, de dulce evocación; van saltando los espacios que comprometieron el sentir y los que crearon nubes grises en el amplio discurrir. Corren las horas mientras las voces anuncian la cercanía del momento que dejará atrás la historia anual, la que iterada en los recuerdos es cada día nueva en la esperanza. El cielo se va surcando de colores con el sonido de lejanas explosiones, y en los corazones late la ilusión de un renacer que se anhela pletórico de emociones vivenciales, de sueños a convertir en realidad, de ansiedades que quieren el mejor mañana. Aunque la estridencia del entorno procura no dar campo a la soledad, las nostalgias van aflorando para evocar tantos pasos terminados de amigos y conocidos que nos han antecedido en lontananza. Elevamos las plegarias para agradecer al Gran Arquitecto del Universo por regalarnos una vez más la cercanía de los seres más queridos, de los padres, artífices de la existencia; de los hermanos, compañía de horas infinitas; de los hijos, proyección maravillosa de la vida; de los amigos, cercanía en el mejor sentir. Se multiplican las luces de colores y por igual surgen las agradables menciones que resumen un pasar de hermosas vivencias que nos llevan por senderos de amorosidad y de amistad, para conservar en el alma, tantas voces y alegrías que llenan siempre de ilusión el recorrer de la vida. Tañen las campanas, el tic-tac del reloj es inexorable y se van desprendiendo las hojas del árbol de la vida, los pitos y las sirenas anuncian un nuevo día que es un dejar atrás de nostalgias y alegrías, que es acrecentar nuevas esperanzas. Suenan campanas de fin de año y los abrazos amistosos y cariñosos nos desean cúmulos de felicidad, las lágrimas quieren opacar las miradas en una conjunción de bienestar y de nostalgia, para cubrir el ciclo que una vez más nos regala el generoso destino. Ha cesado el grito, y la calma quiere restaurarse en el corazón para elevar una oración de gratitud por ese encontrar de un nuevo día, de un nuevo año, y poder decirle a todos aquellos que llevamos en el sentimiento: ¡Venturoso Año Nuevo!   LUIS FERNANDO FRANCO CEBALLOS Génova Quindío, diciembre de 2012
UN BUSTO CON HISTORIA...!!!  Corrían las décadas de los 40 y 50, época en la que por iniciativa gubernamental o por hegemonía partidista, muchas plazas del país se vieron ornadas con bustos de personajes que en ese momento representaban la dirección ejecutiva nacional. Génova, en el extremo sur del entonces departamento de Caldas contó en los primeros años de los 50 con las representaciones primero de Laureano Gómez Castro luciendo la banda que los acreditó como Presidente de la República, y después, sin desmontar la primera, la de Gustavo Rojas Pinilla, quien usurpara el poder en 1953, encontrándose en el lugar derrocado y derrocador, en espacios equidistantes de la plaza principal. Por varios años, estas simbologías hicieron la visión del eje central del municipio y asiento la más de las veces de bandadas de palomas que ayudaban a la pátina del tiempo a su recubrimiento al aire libre. El 10 de mayo de 1957, una vez conocida la caída del General, una turba enfurecida hizo trizas la efigie del dictador la cual fue demolida a golpes y amarrados a vehículos arrastrados sus pedazos por las calles principales, mientras la de Gómez Castro permanecía incólume, y la cual se mantuvo en su pedestal por un tiempo más. Un proceso de remodelación para la plaza, -primeros pasos que la condujeron a convertirse en la más linda del Quindío-, cuando en el país comenzaba a respirarse un nuevo aire con la entronización del Frente Nacional, y en el que primó la determinación de dejar por fuera la efigie conservadora, motivó a voceros de ese partido a guardar la representación de su líder, la cual quedó en un sótano de uno de los almacenes de la plaza local; con posterioridad, su destino fue la bodega de un dirigente y comerciante de la época, mientras en la sede social del municipio, su zona céntrica frente a la majestuosa sede del cristianismo se empezaba a destacar la figura del Libertador Simón Bolívar. Por años y casi en el olvido se mantuvo la estatua de Gómez Castro, hasta cuando la adquisición de una sede conservadora por parte de un senador, la hizo desempolvar, limpiar y someterla a tratamiento de pintura. Allí la encontró y se regocijó ante ella, el hijo del ex presidente, el doctor Álvaro Gómez Hurtado en una visita, que en campaña presidencial, cumpliera al municipio. Después de esos días de fervor laureanista, todo parecía indicar que la estatua se condenaba de nuevo al olvido, y así fue como en la propia sede se relegó a un rincón. Al cabo del tiempo, uno de los caracterizados líderes de esa colectividad y eximio dirigente cafetero, rescató la efigie del ostracismo, para trasladarla hasta una de sus propiedades en capital quindiana, donde con los retoques propios y bajo la más adecuada perseverancia, el busto del líder conservador aún sigue mostrando los rasgos que muchos genoveses identificaron antaño, como la nota de una época. Han transcurrido más o menos 60 años desde la adecuación en pedestal en la plaza de Génova del busto del doctor Laureano Gómez Castro, y a pesar del tiempo transcurrido, hoy en un paraje rural, rodeado de verde naturaleza y canto de pájaros, se mantiene esta efigie que representa a uno de los presidentes que conserva la historia colombiana. Génova Quindío, enero de 2013
La tarde va haciendo tránsito hacia la noche, las pequeñas gotas de lluvia que se combinan en el horizonte se mezclan con los últimos rayos del sol que va desapareciendo, pero igual forman irisados arcos que despiertan leyendas de tesoros al final o en su comienzo.Nos dejamos azotar por la lluvia y queremos ver el anochecer desde un balcón cuando miramos caer las últimas luces que se pierden en el horizonte y sin que aún se enciendan las luces callejeras que se reflejaran en los espejos que el agua ha formado sobre la piel de la tierra.Con los últimos vestigios luminosos la noche hace presencia y con ella una copiosidad de haces que raudos y ruidosos cruzan el firmamento apenas si descubriendo plomizas nubes que pronto se desprenderán en gruesas gotas y las que en seco rumor van cubriendo los espacios, los cuales se convierten en espejos que reflejan las luces callejeras en un difuminar de estrellas.Hoy he vuelto a escuchar con la lluvia que va anegando los senderos, el sordo rumor del ayer; con la misma agua que formando espejos en el piso que van copiando los pasos presurosos que escapan a las gotas que se estrellan sin cesar.Han desaparecido las tardes luminosas y se echan por la borda los anuncios de sequía y de canícula incesante, para que la mañana y la tarde y la noche se humedezcan con desesperación en una constante que inunda la horas, que oscurece el firmamento y que quiere dibujar en la distancia remedos de arco iris que se forman con la luz traslucida que se escapa entre las nubes.Ahora las nubes han cambiado de color, las escasas y blancas como palomas que dejaban pasar el sol que recorría el infinito azul, ya son plomizas y los nubarrones amenazan más lluvia mientras rayos como saetas cruzan el espacio y el fuerte trueno estremece los cimientos.Sobre los cristales, las gotas van corriendo en un desesperado buscar de otros espacios hasta hacer cercanía con los caudales que bajan de los techos, y los que van barriendo las calles en un raudo discurrir.El golpeteo de la lluvia parece que quiere romper los cristales resonando como un apresurado que ansía la apertura de una puerta al sonar del aldabón, y unimos los labios para entrelazar las lenguas que quieren llegar a la garganta, mientras las manos corren por los cuerpos contraídos resbalando los seres sobre el tálamo. Cierras tus ojos, abro los míos, nos besamos con fuerza buscando esa dulzura que atañe al amor, que es pasión y sentimiento... gozo y entrega...Los cálidos recuerdos ahora semejan tristezas infinitas que como lágrimas van copando los espacios formando riachuelos por donde se deslizan pequeños papelitos que tuvieron el más dulce sentir, y como letras arrojadas al vacío van buscando sobre la corriente callejera el desembocar al pie de una rejilla.Y mientras tanto llueve... y las gotas queriendo entrar golpean con sonora musicalidad los cristales del ventanal, mientras la fuerza de corriente va inundando los espacios para evitar que nada escape a su manto de humedad.La tarde fría le ha dado paso a la oscura noche, sobre el firmamento una escasa estrella quiere marcar el derrotero hacia el día nuevo, porque la luna radiante se ha escapado de la feraz mirada de los amantes.Las azuladas colinas de la tarde semejan oscuros espacios resaltados sobre otra oscuridad más significativa y el paso raudo de cocuyos hacen un trazo que solo puede quedar en la imaginación.
FLORES PARA TI...!!! La límpida mañana hizo escapar del pensamiento las horas de lluvia que antecedieron a ese martes, y por igual hizo definición precisa a la caminata prevista desde días precedentes. Hacia las 9:00 de esa mañana, con el sol que comenzaba su recorrido radiante, se inició el camino que habría de buscar los exóticos paisajes rurales que comprenden las veredas de El Dorado y El Cairo. El suave caminar primario nos dejó ver a lado y lado del carreteable el anuncio de una nutrida cosecha cafetera que debe redimir al sembrador. El matizado verde expandía su frescura por el espacio que los pasos hacían sin prisa pero sin descanso aún, mientras al frente, parte de la carretera que con frecuencia nos lleva a la capital va semejando una gran serpiente gris en medio del verde de cafetales y platanales, mientras al fondo el río en rumoroso correr se va sumando al hermoso paisaje genovés. La amplitud de la vía que nos servía de intenso caminar la hicimos a un lado, y mirando hacia el infinito nos aprestamos a impulsar los cuerpos por unestrecho camino que va cruzando potreros y cafetales en un zigzagueante ascenso que parece querer minar las fuerzas. La subida se hace interminable y el refresco de las aguas que se portan en los morrales es el apoyo necesario para el retome de las fuerzas y continuar escalando el difícil paso que nos vamos encontrando en cada metro, pero que en los descansos nos regala el más hermoso paisaje: al frente otras de las veredas del municipio, en alguna hondonada el raudo deslizarse de las aguas que van creciendo en cada pasar, al fondo la visión lejana de la capital, sobre nuestras cabezas el correr de las nubes blancas mientras en cada uno de los árboles con trinos magistrales diversas aves van saludando el paso cansino, invitándonos a continuar en el propuesto caminar. En el silencio de la mañana y en ese pasar sobre la montaña, en el lento caminaren un ascenso que busca las nubes blancas que corren presurosas sobre elfirmamento, igual se encuentran evocaciones de un tiempo reciente que siempre hatenido para el alma el más intenso afecto... la más grata ternura... la más lindaamorosidad... los recuerdos de pasajes por caminos polvorientos... de ascensos acráteres humeantes... de recorridos por cálidos senderos de historia inolvidable...El interminable camino fue encontrando pasos llanos y en breve el descansogratificante después de superar el duro escollo, la difícil loma que los pasos superaron después de más de dos horas de duro subir. El recorrer siguiente ya tieneotra característica, el viento fresco recorre los pinares y los sembrados de eucalipto para entregarnos un aromoso sentir del aire, a los bordes del camino las moras con su negra madurez sirven de frugal alimento y el trago de agua que se suma al suave ambiente nos reanima y convida a seguir el trazado dispuesto.El camino y su paisaje es propicio para tratar de guardarlo en el alma, y accionando la cámara frente y sobre los boques y los montes, la quebradas, los grandes árboles y muchas flores que parecen sembradas en las paredes terrosas se fueron quedando con sus colores y su almibarado olor en una grafía que deberá buscar otro destino, el camino hacia la Mujer Ternura, en una semejanza que tiene el afecto y el cariño que siempre se conservó en cercanía y que se mantiene en lejanía. La Cumbre y La Lotería, fincas encimadas en lugares llenos de verde esperanza las cruzamos en nuestro caminar que es parte del trayecto, es la mitad de la etapa y ante nuestros ojos se abre un nuevo espacio, el mismo se presenta más suave, el aire siempre fresco nos calma la ansiedad, y un alto en el camino es la ocasión propicia para disfrutar la vianda que hace parte del cargar. Descanso reparador, comer que satisface, refresco que calma la sed, conversar sobre el pasar de los kilómetros y admirar el exuberante panorama hace mención a un querer quedarse sobre la grama consumiendo con los ojos esa maravilla natural de múltiples colores que se deja deslizar por entre laderas y cañones, por valles y senderos, donde se confunden el azul del cielo, el verde de la campiña, la blancura de las aguas, el ocre de las tierras, la variopinta del ganado. Nuevas flores quieren seguir a nuestro paso son guardadas con celo en los recuerdos, y con el ansia de que en otras horas hagan el mejor recorrido hacia quien un día abrió los brazos para acoger al desconocido visitante, pero quien siempre entregó afecto, cariño, ternura y que aún sigue estando en los mejores recuerdos de unos años inolvidables. El sol de la tarde marca el derrotero de los caminantes, el camino amplio ya se hace fácil recorrerlo y frente a las miradas los cañones naturales que separan al Quindío del Valle del Cauca, y allá sobre la ladera el corregimiento de Cumbarco como un pesebre, mostrando su larga calle que se corona en una pequeña capilla, y el que por igual estando al otro lado de los límites siempre mantiene una unidad histórica con la tierra de los afectos. Hacemos curso por Bogotacito sobre la vereda El Cairo, ya en otros parajes que nos regalan los kilómetros caminados observábamos a la distancia las nubosidades que copan los sectores de la cordillera y donde las lagunas naturales y sus peces de colores son el atractivo de la fría tierra.Nuevas aguas cristalinas encontradas a la vera refrescan nuestro andar, mientras nos vamos acercando en medio de la alegre camaradería hasta La Cuchilla, y donde se parten las vías que buscan en ramales otras casas que se enclavan entre los cafetos que se han llenado de verdes granos, y como una aparición, después de varias horas de un pasar de pasos, avistábamos las altas torres del símbolo de la fe cristiana en la tierra de los afectos. Allí está ante la mirada la meta que coronaría el largo caminar, y sin descansar todavía queremos acercarnos al fin propuesto. Las conocidas calles nos fueron acogiendo con nuestros pasos que han hecho un largo recorrido, y en el corazón siguen guardadas, con su aroma y su color, estas flores para ti...!!! Génova Quindío, 24 de febrero de 2013
En GénovaNATURALEZA VIVA PARA EL TURISMOPor: LUIS FERNANDO FRANCO CEBALLOS fracebal@yahoo.comAbandonando la vía Panamericana en los límites de los departamentos del Quindío y Valle del cauca, a través de una serpenteante carretera se llega a Génova, un municipio situado en las estribaciones de la cordillera Central y una de las tierras poseedoras de mayor riqueza natural inexplorada y pletórica de atractivos que permite embelesar al visitante.Un recorrido donde predominan el verde paisaje y las cristalinas aguas, imponentes formaciones rocosas, notorios atractivos para el turista que mediante un fácil acceso encuentra el mejor ambiente y una variedad paisajística.Enmarcado por un verde natural que se refleja en sus laderas, el visitante se encuentra con un maravilloso espectáculo que se extiende más allá de los confines del Quindío. Antes de llegar a la tierra que fundara don Segundo Henao Patiño, es fácil encontrar saltos de agua como Las Brisas y La Granja, esta última con formas para la práctica de ascenso y descenso mediante la utilización del equipo adecuado.Ya en el casco urbano, el viajero encontrará la hermosa plaza, la más linda del Quindío, donde se respira el aire puro enmarcada en casas que evocan la arquitectura antioqueña, los despachos oficiales y el imponente símbolo de fe cristiana, la destacada Iglesia San José, uno de los templos con mayor atractivo exterior e interior de la región como que en su interior guarda imágenes y pinturas de singular valía entre ellas Nuestra Señora de la Paz de Génova y la réplica del Señor de los Milagros, donación de uno de sus hijos el Obispo Francisco Ceballos Escobar.El viajero podrá recorrer la geografía urbana en un singular paseo a caballo, observar las casonas que muestran los vestigios de la colonización, degustar platos típicos en tradicionales espacios, fondas camineras o mesones que a la vez en ambiente familiar ofrecen estadía para quien llegue a conocer esta agreste tierra, donde por igual en sitios céntricos y cercanos pueden adelantarse actividades de pesca deportiva, claro está sin dejar de lado el ingreso a sus kioscos o cafés pueblerinos donde podrá degustar el mejor café, preparado por expertas manos.En un recorrido que se hace en un tradicional jeep se logra el acceso a las riquezas naturales de la región compuestas por extensa lagunas y admirables lagunillas, valles tachonados de frailejones, imponentes cañones, majestuosas formaciones rocosas, nacimientos y quebradas de límpidas corrientes, todo lo cual forma el mejor paisaje digno de ser cantado por los más inspirados aedos.En un recorrido vehicular de unos treinta minutos se llega hasta el sitio conocido como La Floresta, para desde allí iniciar un recorrido a caballo de aproximadamente tres horas y de un poco más a pie por entre humedales, poder encontrar la imponente laguna de Juntas, una formación natural que emerge entre el paisaje y con un variado contenido ictiológico.A su alrededor y después de pasar por el sitio El Descanso y en distancias que oscilan entre los treinta minutos y dos horas, el caminante podrá regodearse con otras depresiones como El Muñeco, Montiver, Los Patos, El Oasis, los que se encuentran acordonados por cañones como los de Juntas y Guayabal que a su vez están matizados por valles tapizados de frailejones y pajonales, mientras que en sus cercanías, aún sin explotación apropiada, se encuentran minas de mármol, azufre y cal.Quien recorre esta exuberante tierra puede también hacer jornadas de escalamiento o algunas comparaciones sobre grandes moles de roca y donde sobresale la Piedra del Muñeco, formación que desde la distancia semeja un ser, de donde deriva su nombre, el mismo que es otorgado a la laguna que nace a sus pies. A su vez la amplia rocosidad denominada El Águila, permite desde su cúspide, en giro superior a los 180 grados, observar cerca de una veintena de lagunas y lagunillas, que hacen de la zona uno de los bancos de agua más promisorios de la naturaleza, formando al entrelazarse, un atractivo mayúsculo donde se confunde la naturaleza inerte con la vida que nace y se desprende de grandes pronunciamientos laterales.Esta muestra es una prueba fehaciente de la inexplorada región que encontrará el visitante al aventurarse por una de las más hermosas regiones del Quindío y de Colombia.La muestra de naturaleza, de verde y agua, de rocas y aire puro, es uno de los mayores atractivos de la región que empieza a descubrir para sus visitantes, indicándose que fácil acceso supera recorridos que pueden proyectarse desde otras regiones o departamentos circunvecinos.La belleza del paisaje, la calidad del medio ambiente, la tranquilidad de la región, son el mejor ingrediente para compartir con la naturaleza en una verdadera comunión de alegre interacción el hombre con todo aquello que Dios ha puesto a su servicio.
Más de 70 años ofreciendo suerte y noticias"EL MONO LOTERO", PARTE DE LA HISTORIA DE GENOVALa cacharrería La Cigarra, expendio de prensa y lotería supera el medio siglo de servicio a la comunidad. Luis Eduardo Arias Gómez y su esposa Oliva González, han prolongado la actividad que se iniciara en Calarcá. "El mono lotero" una verdadera institución en la historiografía del municipio de Génova.Por: LUIS FERNANDO FRANCO CEBALLOS  fracebal@yahoo.comSin ser periodista, por más de cincuenta años le ha entregado noticias regionales,nacionales e internacionales a la comunidad de Génova en el sur del Quindío;tampoco es mago, pero le ha llenado a muchos los bolsillos con billetes y a otros con constantes e ilusionantes esperanzas.Él es Luis Eduardo Arias Gómez, conocido por todos como "el mono lotero" o "el mono de La Cigarra", lo primero como la persona que por años ha distribuido todaclase de loterías, y lo último como alusión a su establecimiento comercial quese conoce como Papelería y Cacharrería La Cigarra, donde los diversos periódicos que a temprana hora van llegando igual se van vendiendo o entregando a los suscriptores.Recuerda Luis Eduardo como -infortunadamente- los sucesos de sangre son los que más llaman la atención de los compradores de los diarios, y sean estos sucesos del orden local, regional, nacional o mundial, las gentes acuden a su establecimiento en demanda de uno o más diarios. Evoca el expendio de diarios nacionales como El Espectador y El Tiempo, con fieles lectores, El Siglo marcado por su aspecto partidista, La Patria posicionada en alguna época, y en los últimos años La Crónica, como el diario de las gentes del Quindío, a lo que se suman las revistas que a travésdel tiempo han hecho historia en el afán lector de las comunidades. A diario, las gentes ven a Luis Eduardo Arias Gómez en un constante recorrido por las calles del poblado exhibiendo sobre su pecho un fajo de billetes de lotería, los cuales va ofreciendo siempre con esa mención lotera de "juegue el mayor", y de los cuales al paso del tiempo, manifiesta haber entregado más de 25 premios de esta categoría, la mayoría de la lotería del Quindío adicionando la del Chocó, Bolívar, y Metaentre otras.Hablar con "el mono" es recorrer parte de la historiografía genovesa, indicando que de sus 89 años, cerca de 70 los ha vivido en esta población la que ha visto crecer, pasar de Caldas a Quindío, y vivenciar miles de sucesos de toda índole, muchos de los cuales se han referido en las páginas de los diarios que ha vendido a lo largo de las décadas.Nacido en Granada (Antioquia) en un hogar que conformaron 12 hermanos, acogió el espíritu aventurero de los antioqueños y muy joven empezó a recorrer parajes que lo fueron alejando de la tierra nativa. Recaló en Calarcá, y con la ayuda de un familiar allí radicado, don Jesús Álzate, se inició en el espacio de la comercialización de lotería y venta de periódicos, actividad que se fue expandiendo por los poblados deBuenavista, Córdoba y Pijao en esporádicos viajes que se cumplían bien fuera enalgún vehículo de servicio público o en su defecto a través de largas caminatas por las rutas de la época.Años después el propio Jesús Álzate establece en Pijao un local con las mismas características del operante en Calarcá y el que por igual se denominó La Cigarra. Desde allí Luis Eduardo, en algún momento, proyectó y realizó una visita a Génova, la localidad más lejana y aprovechando un día de mercado desarrolló las actividades que ya habían sido replicadas en las otras poblaciones del entonces sur caldense. La buena visión y la positiva respuesta, le dieron la idea de crear en este pueblo lacacharrería con sus aditamentos de venta de prensa y lotería.Nació entonces La Cigarra, la cual contaba con el apoyo de sus hermanos Enrique y Socorro, para empezar a procurar la actividad comercial que fue dando frutos y obteniendo el reconocimiento de parte de las gentes que a diario o semanalmente acudían al local para adquirir el quinto de lotería o el último periódico. Varios lugaresalbergaron la unidad comercial, y en algún momento Luis Eduardo se fue quedandosolo ante la partida de sus hermanos.Motivó por entonces a quien laboraba en uno de los almacenes locales para que trabajara en su negocio, y fue así como Oliva González entró como dependiente, y con el correr de los años se convirtió en su esposa, en su brazo derecho y en la madre de los cinco hijos, varios de los cuales por igual se mantienen atentos a la funcionalidad del establecimiento que sigue con sus puertas abiertas en el sureño municipio.Con su paso lento por cada calle del poblado, "el mono lotero" sigue ofreciendo sus productos de ilusoria esperanza, saludando a todas las personas y dejando en sus bolsillos el pedazo de lotería, mientras que en su local comercial, el paso de las gentes permite la venta de los diarios, las revistas y aquellos elementos de utilería escolar y de consumo general.De esta manera Luis Eduardo Arias Gómez, el granadino que un día abandonó su tierra natal y quien arribara hace más de medio siglo a Génova, desde entonces ha venido haciendo parte de su historia con su diario promover de la venta del "mayor" de la lotería o las noticias impresas del diario discurrir.
CON LA FAMA... PERO EN PAZEn algunas ocasiones, personas ajenas al municipio de Génova, sin ninguna razón y más bien con el prurito de causar daño o salpicados por un sectarismo incongruente, en son de mofa quieren estigmatizar a la población con la mención de hechos violentos, los que otrora fueran el pan de cada día. De igual manera otra de las versiones tiene que ver con ser el poblado la cuna desafortunada de algunos personajes, los que coparon las páginas judiciales y transitaron con profusión por los senderos del Código Penal, por sus acciones delictivas de diversa índole, y las cuales conformaron un largo prontuario que ha hecho historia en el colectivo nacional.Si bien es cierto, en los aciagos tiempo de la violencia partidista, la región, como tantas otras en Colombia, fue el escenario desafortunado de una serie de hechos que solo causaron dolor, luto y lágrimas, generando la partida desde sus breñas de muchos de sus hijos, es igualmente real que los que afrontaron los momentos difíciles no se arredraron y siguieron luchando por el desarrollo local y por hacer de la región un espacio de paz.Por fortuna, gracias a la decidida intención ciudadana, al deseo de sus gentes buenas, a la intensa colaboración de las autoridades, el dolor generado por la violencia ha quedado atrás, y si bien sigue siendo un recuerdo que se mantiene en muchas almas, el ambiente que hoy se respira es de plena paz y de excelente tranquilidad.Esos personajes de baja estofa, que quieren a veces hacer aparecer la zona como una sede violenta, están totalmente equivocados. Nos han querido mantener la fama, pero están errando el camino, porque quien visita a Génova, descubre a más de sus riquezas naturales un verdadero ambiente de seguridad y de vivencia pacifica que ya envidian otros sectores del país.Es más que seguro que estos comentaristas de la debacle, algunos amargados o reconocidos sectarios de antaño, no conocen la región y menos saben de lectura estadística, pues los índices rojos de años precedentes han desaparecido por completo, y las muestras de hoy hacen que esta sureña población y otras de la zona cordillerana sean líderes en la ausencia de hechos delictivos.Que grato es leer menciones de visitantes, comentarios de periodistas, versiones de residentes sobre cuál es el estado de tranquilidad de la zona, donde los casos de sangre brillan por su ausencia tal como lo indican las estadísticas oficiales, agregándose que es tal la serenidad que los fallecimientos apenas si corresponden a casos de muerte natural. Ese ambiente de paz y de tranquilidad, nacido de la voluntad ciudadana y aupado por las grandes mayorías buenas, generan para el espacio comunitario un verdadero campo de bienestar que se suma a la riqueza productiva de sus campos y al paisaje natural que cada día despierta con el ímpetu de desarrollo progresista.Renace el sur del Quindío, bajo la bandera de la tranquilidad, dejando atrás la mala mención que desangró parte de la patria, y diciéndole a todos aquellos que aún no conocen la zona que seguimos adelante, aunque hagan tilde de violencia, pero con la paz como emblema.
PASOS POR LA VIDA...!!!Es realmente grato ver el paso de los días y en ese discurrir retrotraer los pasos por la vida, los mismos que nos han entregado gozos y tristezas, dulzuras y nostalgias.Igual se siente una inmensa satisfacción que nos obliga a expresar los más cálidos agradecimientos al Todopoderoso por el don de la vida, a los padres por ese soplo de existencia entregado, a los hermanos por su comprensión y compañía, a las amistades por ese sentir compartido y un profundo reconocer desde el corazón a todos aquellos que han dejado marcas indelebles en el paso a nuestro lado.Desfilan en caravana de recuerdos esos primeros pasos que aunados a las nacientes visiones fueron entregándonos el hermoso paisaje y el degustar del cristalino rumor de las aguas que circundan nuestra vida, todo ello que a lo largo del tiempo nos ha permitido recorrer unos y otros en un constante atesorar de vivencias. Esos pasos por la vida igual nos fueron llevando tras el ansía del saber, y los caminos nosseñalaron la pequeña escuela de las primeras letras, el bullicio de una nueva vivencia, la responsabilidad de un paso más grande y la adquisición de la experiencia en un paso más elevado, y donde la conjunción de esos sentires nos fue moldeando en ese recorrer por la vida.Sin descanso, a lo largo del tiempo, hemos ido haciendo el pasar que contiene evocaciones mágicas, cuando los pasos buscaron el sendero amoroso para ir acrecentando sentimientos, y en pasos de alegría, en una fecha ver nacer el fruto del amor, el mismo que sigue haciendo nido en el corazón cuando se ve ese crecer alegre de quienes tanto queremos.Y allí en ese corazón de emocionales sentimientos, en ese albergue infinito de vivencias y recuerdos, de lloros y tristezas, vamos guardando todo aquello que ha marcado el alma y que en un cultivar de emociones nos deja ver al Altísimo, a los padres, a los hermanos, a los amigos, a los amores, todo ello en la más cálida amalgama de realidades y recuerdos, que como dulce evocación han hecho el libro de la vida, donde cada página tiene una risa o una lagrima, pero por igual el más recóndito agradecimiento a la vida.Volvemos en cada espacio, y de manera especial en estos momentos de evocación, esos pasos por la vida, para que una vez más, acogiendo estas fechas emocionales, vivamos y rehagamos este transcurrir, el mismo que buscando el acomodo en la balanza vivencial nos deja ver más alegrías que tristezas, más gozos que nostalgias, más emociones que abandonos.En este desfilar de reminiscencias hoy le doy gracias al cielo por mantenerme al lado de mis padres, por poder disfrutar de mis hermanos, por poder gozar de las más bellas amistades, por sentir la satisfacción de ver crecer los frutos amorosos, pordejarme compartir el corazón con la mujer amada, por hacerme feliz en medio delpaisaje, por dejar que viva en un espacio de amor y paz.LUIS FERNANDO FRANCO CEBALLOS30 de Mayo de 2013
UNA VIVENCIA CULTURAL...! La noche del viernes 7 de junio de 2013 fue propicia para permitir la realización de un nuevo evento cultural, el que reeditó la positiva tarea que viene desplegando la Biblioteca Pública Municipal y a la vez hacer reconocimiento ciudadano a un hombre de letras y afectos por el poblado, Ariel González Posada.Cuando paso a paso se fueron acallando las voces de la euforia que poco antes había hecho ondear el tricolor colombiano en otra de las manifestaciones de la nacional idiosincrasia, los espacios de la sede social del municipio se fueron copando para que los asistentes formaran otro ambiente, esta vez plasmado de letras, de voces, demúsica, de danza, y que integraba un granado grupo juvenil, una pléyade dehombres y mujeres que ha hecho formación en las aulas, un conglomerado ciudadanoque representó variados estratos, una especial simbología que es la manifestación religiosa y una importante representación administrativa que se distribuyó desde la mesa principal hasta otros espacios de lo constituido esa noche en el escenario cultural por excelencia.El sonido instrumental que en las manos y esfuerzos de niños y jóvenes ya va reeditando los recuerdos sinfónicos que años atrás tuvo auge prominente, fue el inicio casi festivo de la velada literaria y que una vez consagrados con los aplausos, dio paso lector de lo que se ha constituido en una ventana letrada del municipio, y que conjuntando parte del diario discurrir ha hecho desfilar, en voces y recuerdos, una amplia gama pueblerina con recuerdos y nombres que en la pluma del autor se han hecho cuento recreacional.Un poco después el escenario cultural se llenó de voces y colorido, niños y niñas, ataviados con sus galas hicieron danzarines recorridos por la geografía nacional, al compás de las notas, robándose con su genialidad las palmas concurrentes.El avance de la noche era inexorable, pero el sonido del fonema, objeto de la cercanía comunitaria mantenía la expectativa, y la voz cuentera que en la ocasión recreó historias centroamericanas, despertó sonrisas pero también sembró reflexiones con el contenido de las artísticas letras.Se dio espacio en ese recorrer de la velada cultural, para que desde la administración, integrada al loable e interesante proceso de desarrollo en el campo de las letras y de las artes, se hicieran reconocimientos tanto al autor de la compilación cuentera como a quienes a lo largo de los díasse hacen visibles en ese seguir con los ojos y la mente las obras que disponibles constituyen el acervo editorial y bibliotecario del municipio.Otras voces, autor y periodista, cuentero e historiador, hicieron su encuentro para que hilvanando frases con integración natural se fuera conociendo el recorrido de las frases que nacidas de la inquietud fueron haciendo esforzado recorrido hasta plasmarse en la imprenta. Fue un pasar histórico que deja ver un conocimiento y la no existencia de una variada publicación con referencia histórica de quien conocevariados aspectos del pasado, para que se fueran creando menciones que despiertan inquietudes y que deben ser punto de partida para fortalecer una nueva generación de voces y de letras, con el apoyo bibliotecario que igual ha recibido galardones nacionales, aunque tal vez poco valorado para su principal gestora.Las voces se fueron acallando, los aplausos reconocían los esfuerzos y poco a poco el neón fue dando paso a la oscuridad en el recinto, pero en el corazón de los amantes de las letras congregados en el marco de la velada, quedaba uno de los más bonitos recuerdos, el haber tenido la oportunidad de compartir una nueva vivencia cultural.En ese pasar de horas, con alegres comentarios y ese colmar el espíritu de esperanzas, se vivenció en el mejor marco otro capítulo de la proyección artística y cultural que viene creando un nuevo ambiente para la población, donde hoy el aire tiene canto de voces y de letras y arpegios de ilusionante esperanza.Y esa vivencia cultural, en una nueva edición de la lectura en voz alta, tuvo otras connotaciones, dejar en el ambiente el deseo de encontrar nuevos cultores de las letras, seguir haciendo historia con las referencias ya vividas, reconocer el esfuerzo editor, disfrutar de la armonía danzarina y regodearse con ese elevar de notas que van llenando el corazón. Génova Quindío, 8 junio de 2013 
GABRIEL LUIS VARGAS GIRALDO El largo ulular de la sirena en la tierra de los afectos nos trajo una amarga noticia, una triste realidad. En la capital del departamento entregaba su vida al Creador un hombre que fue bandera del desarrollo, del civismo, de la colaboración comunitaria. Fallecía en Armenia Gabriel Luis Vargas Giraldo, quien a lo largo de los años se convirtió en una verdadera institución en el campo cafetero, y un estandarte de las mejores causas en pro de la tierra que lo vio nacer, y que ahora al momento de su partida recuerda con afecto todo aquello que siempre fue para él una preocupación: el servicio a la comunidad.A lo largo de los años Gabriel Luis Vargas Giraldo, fue un líder en la lucha por las mejores causas, y desde su condición de ciudadano en muchas ocasiones o desde su posición de líder cafetero, siempre quiso y así lo logró, que su accionar estuviera dirigido a solucionar muchas de las inquietudes generales. Todas las actividades de desarrollo que se impulsaron en la localidad de Génova contaron con su apoyo cívico, y desde las variadas posiciones directrices en la agremiación cafetera irrigó su accionar a toda la región quindiana. Y fue allí, en la conjunción que hiciera con ese gran motor de desarrollo que a lo largo de la historia del Quindío ha sido el Comité de Cafeteros, Gabriel Luis Vargas Giraldo, no escatimó esfuerzos para servirle a sus gentes, y escalando posiciones locales y regionales, un día por igual fue el máximo dirigente en la dirección de uno de los habituales congresos del gremio. No fue Gabriel Luis ajeno a otras acciones, y en representación de su partido, también el Concejo Municipal lo vio actuando, siempre con un norte: el desarrollo, el beneficio común y las tareas de desarrollo. El Cuerpo de Bomberos, en una de sus épocas gloriosas, lo tuvo en sus filas, y desde la máxima jerarquía, orientó los destinos de la entidad para que abandonando la estrecha sede que sirviera como cuna, se propiciara una nueva ocupación en el marco de la plaza, y  no es fácil olvidar como con ese grupo cívico Amigos Génova – 84,que alguna vez conformáramos con otros distinguidos lideres oriundos de la zona, se alcanzara un beneficio mayúsculo para la institución, la consecución de una moderna ambulancia. Y evocando en esta hora luctuosa el decurso de la vida de un hombre bueno, hay que decir que escuelas y colegios, hospital y ancianato, conocieron de su accionar, de manera especial cuando el civismo era de verdad una bandera que ondeaba en las manos de los hijos de la tierra. Nos duele la partida de un hombre que siempre lucho por los mejores ideales, y que a la vez se entregó como los grandes, a las mejores y más nobles causas. Paz en su tumba. Génova Quindío, Agosto 10 de 2013
Población mayor va en crecimiento PARA SER LONGEVO HAY QUE VIVIR EN GENOVA  La población viene superando los promedios de vida, en un tranquilo ambiente. Atribuible a la calidez del clima, las gentes avanzan en edad. Génova, población del sur quindiano, enclavado en las estribaciones de la cordillera, con una temperatura promedio de 23 grados y fundada en la primera década de 1900, es hoy el remanso que alberga a más de 12.000 personas, y receptores de homenaje y reconocimientos especiales en este mes dedicado a quienes superan las edades promedio. Desde su fundación ha venido conformando lo que ya hoy es una vanguardia longeva con femeninos y masculinos exponentes, varios de los cuales ya superan el siglo de vivencia y quienes han ido guardando en sus recuerdos todo un pasar de historia y de emociones. La población recuerda, como en los últimos días del pasado año se cumplieron las exequias de quien ostentara el máximo grado de longevidad en el municipio, Carlina Franco de García, nacida en el sector de Aures y quien falleciera a la edad de 111 años. A veces recorrer el poblado en medio de días soleados, no es extraño encontrar en algunas viviendas o en la plaza principal a personas, hombres y mujeres, cuyo andar cansino denota el paso de los años, y al conversar con ellas es fácil ir encontrando un pasado de evocaciones que hace remembranza de un ayer que por igual se va confundiendo con los primeros años del poblado. Uno de los casos más nombrados, y que tiene su exponente femenina es el de Alicia Giraldo de Arbeláez, quien a sus 103 años de vida, con frecuencia es fácil verla en uno de los escaños de la plaza, frente a su casa situada en una de las cuadras del área central del municipio. Para ella los recuerdos se mantienen casi claros en la mente, y recuerda entre risas, como siendo muy joven, sus padres la enviaron a otra población buscando con ello, alejarla del novio. Ello no se logró y al paso de unos pocos años contrajo nupcias con Liberio Arbeláez Gutiérrez, reconocido valor cívico y con quien conformó uno de los hogares que han sido estandartes en la población. Con doña Alicia es fácil conversar de evocaciones y recuerdos, y en medio de comentarios va haciendo un recorrido que trae los primeros años del poblado, las jornadas cívicas para la construcción de la iglesia, escuelas y colegios. Retrotrae con facilidad esos primero años del Cuerpo de Bomberos, cuando su esposo Liberio se constituyó en abanderado de esa benemérita entidad. Para esta matrona, una de las banderas del municipio, hoy su vida transcurre de manera tranquila en compañía de una de sus hijas y de otros descendientes que permanecen atentos a las necesidades propias de la vida actual. En otro de los casos está Luis Alfonso Girón, cuya cedula de ciudadanía indica que nació el 14 de octubre de 1910, y quien mantuvo, de acuerdo a los que lo conocen, una activa participación en las labores del campo hasta hace unos años, cuando el peso de los años ya lo recluyó en casa de una hija, donde en medio de elucubraciones y de pasados perdidos en su mente igual ve el discurrir de los días. Don Alfonso, hoy con escasa visión y dificultades en la memoria, no alcanza a coordinar el pensamiento, y aunque mantiene la reciedumbre de la voz, sus menciones parecen trasladarlo a épocas de niñez y juventud, donde las tareas campesinas fueron su actividad primaria. La familia de don Alfonso, y de manera especial su hija Marina, vela día y noche por el estar de este patriarca, que puede considerarse como el más veterano de los lugareños en la Génova Quindío de hoy. Jesús Arnoldo Botero Henao, nacido un discutido 31 de diciembre de 1917, parece acercarse a los 96 años de vida, y recluido en su vivienda cercana a la galería, ve pasar los días en compañía de su esposa y de alguno de sus nietos. Todavía conserva la lucidez de otros años, y con algunas menciones que le marcan la pauta va haciendo la evocación de diversos sucesos. Nacido en Rionegro, Antioquia, en un hogar que conformaron sus padres Pablo Emilio y Rosa Elena, a más de los hermanos Arnulfo, Alonso, Humberto, Raúl, Lucila, Libia y Rosa Elena, desempeñó en la tierra natal variados oficios campesinos, y años después, en el marco de la juventud emprendió el recorrido desde su tierra natal para llegar a la tierra caldense de entonces, donde culminó su actividad dedicado a la peluquería y la barbería, lo que le facilitó el sustentó por más de treinta años y el conocimiento de la mayoría de las personas del poblado. Su evocación en este último campo lo recuerda en compañía de Sebastián Agudelo y Alfonso Vélez, con quienes compartió la tarea de corte de cabello por muchos años. En otros espacios, con unos años menos de los decanos de la longevidad aparecen otras personas, quienes por igual ya alcanzan una edad avanzada, y entre ellas es viable mencionar a María Cleofe Arias Dávila, una veterana de más de 90 años, oriunda de Nariño en Antioquia, desde donde emigrara con su hermana Rita en años ya lejanos y desde entonces residentes en esta población del sur quindiano, donde ahora está reducida en una cama a consecuencia de una reciente fractura de cadera que de seguro no la dejará caminar nunca más. Es así como la población mayor sigue siendo el faro en una población que encuentra en el ambiente la mejor oportunidad para prolongar su existencia, tal como lo hacen estos ejemplos de longevidad en Génova.
EL HILO DEL GAVIERO En un renacer de recuerdos, cuan grato se hace ese encontrar de menciones que un día hicieron posible un soñado “algún día”, que naciera del alma para que con el tiempo se hiciera la más hermosa realidad.Un día, cuando las voces eran incipientes, la afinidad de las almas con las letras nos hizo leer una publicación literaria que hacía referencia a una invitación para el escritor Álvaro Mutis a visitar la amable tierra tica. Habían referencias específicas sobre algunas peticiones del ilustre visitante, y las mismas hacían hincapié sobre el pedir una habitación  de hotel  con una vista de cafetales y platanales, la cual hacía evocación a su pedazo de tierra tolimense, limítrofe con el Quindío, en esa cercanía del hermoso Valle de Cocora, donde la palma de cera se eleva majestuosa, y lo que a la vez, en las letras del escritor fue comparado con los cafetales que un día hicieran parte de la antigua hacienda de los Dent, allá en la lejana capital josefina. Ese recorrido histórico y literario hizo cercanía en dos almas que un día se conocieron, primero en las letras, después en la voz, aún antes de una tarde que uniría los labios en el nacimiento de una hermosa y amorosa cercanía. Retomamos con frecuencia el pasaje del escritor en una conjunción de verdes cafetales y elevados platanales para descubrir la similitud de espacios de paisajes colombo-ticos, y encontrar la casualidad de la vivencia que quedó sembrada en ese cafetal que el paso del tiempo convirtió en barrio residencial de la capital tica, dejando enterrado el lazo umbilical de quien ofrecía su ternura pero que en las evocaciones acrecentó la cercanía, como la del escritor con el gaviero, haciendo unidad del alma con el recién llegado colombiano. Fue ese escritor costarricense, con su evocación de Mutis, un hilo de unidad que trajo los recuerdos del afamado hombre de letras y que siempre se quedó en los corazones de la amorosos seres, que sin pensarlo, un día, encontraron en el magazín dominical las letras que fueron cercanía… unidad… afecto… ternura… comprensión… amor… gozo… Hoy junto con el luto en las letras, la evocación se hace extensa; la voz del poeta y escritor se ha silenciado, pero su recuerdo seguirá vigente mientras los corazones seguirán viendo el Valle de Cocora cerca a Coello admirando el paisaje que Maqroll el gaviero siempre amó, y mientras tanto en dos corazones se siguen reeditando las letras que un día sembraron los amantes y las que vuelven a cobrar vigencia para mantener la emocionalidad. Y aunque el poeta haya marchado con sus letras vivas hacia un cielo, en nuestras almas las frases de un artículo lejano que hacían remembranza, vuelven a cobrar vida para refrescar en el paso del tiempo esa feliz coincidencia que una invitación a Mutis, alimentó la ilusión… vivenció el amor… encontró la ternura… y nos ha hecho vivir el más lindo amor.   GENOVA QUINDIO. 23 de septiembre de 2013 LUIS FERNANDO FRANCO CEBALLOS
LETRAS Y VOCES…!!!  La tarde había variado de manera sustancial, el brillo del sol desapareció y la tenue lluvia con su carga de frío fue recorriendo las calles del poblado creando un ambiente sombrío que no se quería que llegara hasta la hora del inicio de la velada. Los minutos fueron pasando y las sillas del auditorio pronto se fueron copando con los amantes de las letras concurrentes a la velada prevista, y la que en la noche permitiría descubrir a quienes se erigirían como los ganadores del concurso de cuento en el espacio municipal, auspiciado y promovido por la Biblioteca Municipal e inmerso en la programación de la Semana de la Cultura. Un conglomerado ávido ya respiraba ansiedad y de manera inicial cuerdas y voces con aires muy colombianos colmaron la expectativa, y los primeros aplausos fueron creando el calor que espantaba el frío nocturnal. Se iniciaba de manera formal la velada, y las palabras inaugurales fueron de la primera autoridad para celebrar la calidad del evento; otra voz, ésta reconocida promotora, saludó el proceso, alentó la continuidad de las tareas, aplaudió con recorridas frases el paso de la tertulia y convocó a seguir incentivando las letras. Sobre el escenario el sonido del bandoneón dejó deslizar sobre la pista las lentejuelas y los tacones al ritmo de la canción ciudadana, en un desfile que hacía evocación en unos de las viejas cantinas de los pueblos, en otros, de recorridos por el río de La Plata. Nuevas letras desde el estrado, los finalistas del concurso fueron haciendo conocer sus producciones, y las voces de aceptación y los aplausos de reconocimiento se fueron expandiendo por el espacio adecuado para la ocasión, convirtiéndose a la vez en un primer premio para los participantes. La continuidad de la programación se hizo propicia para un recorrido por las letras nacionales, y la conversación llegó al escenario, ganadoras de premios regional y nacional de cuento compartieron experiencias con los asistentes en un responder al interrogatorio periodístico. El momento fue especial para hacer mención de autores de renombre en las letras nacionales, y a la par de preguntas y recomendaciones de las escritoras se avanzó en las inquietudes del interrogador. Volvió la música y el baile, el pentagrama y las lentejuelas, las sentidas voces y el dibujar de los colores bajo una salva de aplausos, lo que a la vez fue acercando el momento esperado; la preselección ya se había hecho, y el jurado después de las lecturas definía los cupos finales, y con el saludo efervescente de quienes llegaron en la noche se fueron haciendo los reconocimientos que entregaban los galardones a los jóvenes que habían tenido la decisión de expresar con sus frases un cumulo de historias salidas del más recóndito magín. El momento tuvo seguido el espacio musical y el rasgue de guitarras y las voces cantarinas se inspiraron, para que con el paso de los minutos se fueran diluyendo en ecos de medianoche. El espacio de las letras tuvo una vez más un grato recorrer con ese discurrir de voces, de música, de baile y de inmensa alegría cultural entre los asistentes, y quienes con sus menciones de reconocimiento y el aplauso para los actuantes hicieron la mejor manera de destacar el proceso cultural del municipio. Culminaba así una nueva velada cultural, con una especial agenda para que la organización bibliotecaria se colocara una vez más una flor en el ojal.  

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