• pedro pablo gac becerra
pedro pablo gac
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  • País: Chile
 
  PESCADORES DE NUBES     En ese momento, Lienlaf, el  más anciano de los Lonko; tomó entre sus manos  temblorosas el pututu de concha marina  y aspirando una gran bocanada de aire lo hizo sonar con una nota larga y aguda que parecía una  dolorosa plegaria. Volvió a repetir esta acción tres veces luego de lo cual exclamó: -Treg- Treg  y Cai Cai, Espíritus de la Tierra y el Mar, de la Noche y el Día, de la Oscuridad y la Luz, escuchen los ruegos del pueblo Mapuche ¡Su Pueblo!  Con la mayor  humildad les imploramos perdón si alguna de nuestros actos u omisiones les ha ofendido y por lo que consideren más sacro les rogamos su protección   -Perdón repitieron los doscientos cincuenta mil guerreros y sus familias, incluidos los niños,  que observaban la escena en el más absoluto silencio. -Pillán querido, soberano del Universo ¡Mira lo que aquí traigo! Recalcó con un vozarrón herrumbrado que atenazó la expectación que envolvía a los presentes -¡En esta cántaro están las cenizas de los hermanos que vencieron al emperador Inca, nuestros más venerables hermanos! terminó de decir mientras mostraba al cielo aquella cerámica que contenía lo más precioso de la historia mapuche. -Te lo dejamos en ofrenda Pillán como demostración de nuestro amor sincero. El viejo Lienlaf se levantó con gran dificultad y con la ayuda de sus hijos y nietos dejó junto al Canelo  más antiguo este cántaro y ofrendas de frutas y verduras de los cuatro puntos cardinales del Wallmapu, luego sin dar la espalda al árbol sagrado se retiró junto a sus pequeños nietos mientras la multitud no dejaba de repetir:¡Perdón!, ¡Perdón!   El gran Cahuín de Purén se disolvió; pero nadie regresó a sus hogares, los hombres tendieron sus chamantos y con ramas y pieles de guanacos levantaron las rústicas chozas donde pasarían la noche junto a sus seres queridos, esperando alguna señal de los espíritus.     Desde finales del verano una gran sequía azotaba sin piedad el Wallmapu, ni una gota de agua  había caído en las zonas altas. Este clima muy conocido en los confines de Algol  y sus alrededores era casi inexplicable, por aquellas fechas, en los bosques mapuches y pehuenches de la codillera y tenía al borde de la desesperación a los agricultores mapuches. Los animales, tan desesperados como los humanos deambulaban por las serranías en busca de agua  hasta caer, babeantes y enloquecidos  a la orilla del lecho seco de un río. Nadie sabía lo que ocurría y por consiguiente  tampoco se conocía la forma de remediarlo. Los niños como Colqui jugaban a disfrazarse de  milodontes  para ir en busca de cavernas donde pasar las horas más calurosas. Se habían enviado mensajes a distintas machis e invocado con el mayor respeto a los pillanes, pero nada ocurría En los primeros días de Octubre la disyuntiva era clara: O llovía en las próximas horas o deberían emigrar en busca de tierras más frescas, emprendiendo  un viaje a lugares extraños y peligrosos. Abandonar la tierra para un mapuche es como dejar atrás a sus antepasados.y recuerdos El mapuche ama la tierra porque son las raíces de su vida. El papá de Colqui propuso una última posibilidad -¿Y si organizamos un torneo de soluciones? Un torneo de soluciones repitió en torno sarcástico Un joven Cacique Sí insistió Ancalaf que cada Pueblo presente la solución más ingeniosa ¡Ayudemos un poquito  a los dioses! enfatizó sonriendo Luego de un momento de duda, un murmullo de aprobación recorrió los cerros circundantes  y antes de que anocheciera los pueblos de todas las latitudes habían decidido participar en el torneo.Como siempre los mapuches pensaron que de ser así, lo mejor era dormirse pronto y profundamente  ya que era tradicional que los espíritus hablaran a  los mortales en sus sueños, para que al despertar éstos interpretaran correctamente los mensajes oníricos.. Al despuntar el alba los cuatro pueblos habían nombrado sus representantes, al recibir la señal de partida los Huilliches comenzaron a danzar y orar, danzaron durante horas acompañados de una suave y monótona música de cultrunes. A ratos parecía que estaba cambiando el clima y que era posible que se iniciara  a llover como resultado de un amasijo de nubes que se arremolinaban sobre  las montañas, sin embargo, tras  treintados canciones religiosas los bailarines comenzaron a dar muestras de agotamiento y después ocho horas dieron por terminado el ritual y volvieron a los cerros tristes y cansados. Fue entonces el turno de los pehuenches que acostumbrados a escalar altas cumbres, corrieron furiosamente hacia la cima de una montaña y saltando de una araucaria ahora intentaron capturar aquellas lejanos cirrus que antes habían creído poder controlar sus parientes huilliches. La estrategia no funcionó, los campeones pehuences volaban de un árbol a otro, más a pesar  de sus movimientos elásticos extremos no podían pellizcar las faldas almidonadas de las nubes. Ahora intervinieron los mapuches  quienes haciendo sonar todo tipo de objetos, desde instrumentos musicales hasta piedras frotadas, además de trinar y chillar como animales y pájaros,  intentaron producir un sonido que transformase el clima por desorden acústico, cuando vieron fracasar su excéntrica sinfonía. Comenzaron a levantar tierra: Adultos, mujeres y niños, incluso, ancianos pateaban a su alrededor para crear un torbellino de arena que ensuciara el ambiente hasta que precipitara por limpieza natural de la atmósfera como lo habían sugerido durante la noche  los mapuches más sabios. Decepcionados y extenuados dejaron de moverse y gritar  cuando ya caía la noche sobre el vasto manto verde de la Araucanía.Entonces le correspondió su paso a los Lafquenches  y para sorpresa de todos. Sólo apareció un hombre pequeño y medianamente robusto, que avanzó lentamente hacia la multitud -Es el tío Galvarino alcanzó a balbucear Colqui que no salía de su asombro al observar al segundo hermano de su Padre que a pesar de ser mapuche vivía desde hacía muchísimos años en la costa. - Quiero que me escuchen atentamente dijo el hombre con un metal muy tranquilo en su voz. Un silencio expectante permitió escuchar su hablar cancino en todos los rincones del país del copihue.   Soy pescador mi fortaleza no es precisamente la elocuencia; pero tengo un plan . . . . .. Su idea, fue escuchada con la mayor atención, a tal punto que esa noche hombres y animales del bosque dormitaron placidamente como no lo habían hecho en meses. A la mañana siguiente los ojos de los mapuches se centraron en una inusual bandada de cóndores que se acercó a la cancha de competencia. Las desmesuradas aves se posaron suavemente sobre unas nalcas para dejar que un destacamento selecto de mapuches las montara y así sobre sus generosos lomos emprendieran un largo viaje hacia las tierras de los Moche que se sabía enfrentaban, desde hacía semanas,  las monstruosas lluvias del Niño.Si lograban atraer  esas  furiosas nubes, de paso, salvarían al pueblo hermano y sus hermosas pirámides de barro. Así durante tres días con sus noches, Galvarino, Ancalaf, otros seis primos y hasta el pequeño Colqui  de tan sólo once años aferrado a las plumas de la  más pequeña cría de los aguiluchos,  volaron , atravesando cordilleras y mares, saludando a delfines  y chungungos hasta llegar a las tierras del Norte  donde vieron con sus propios ojos como los nobles moches luchaban desesperadamente contra las fuerzas despiadadas de la naturaleza. Ahí fue cuando Galvarino puso en funcionamiento su plan y recordando como desplegaban sus redes en el agua para capturar a peces voladores y corvinas, extendieron una red de  cuerdas confeccionadas con pelos de chinchillas  muy finos   pero muy fuertes.En esta trampa fueron atrapando una a una las nubes hasta el punto de que el Cielo Moche se hizo diáfana mente  translúcido y diamantino.Vitoreados como héroes por moches y peñis Galvarino y sus primos  regresaron a la tierra del pehuén  tres días  después, justo cuando algunos comenzaban a perder las esperanzas. Al liberar las nubes éstas provocaron una  lluvia torrencial  de tal magnitud.que regó los valles durante siete jornadas. Al finalizar su trabajo las nubes fueron devueltas al cielo acompañadas por una escolta de manques y caranchos agradecidos. El cielo volvía a su estado natural y la tierra y sus hombres explosionaban alegría, bienestar y quietud.En un tiempo más allá del tiempo, los grandes sucesos históricos también podían ser protagonizados por humildes pescadores, tal como otro que cambiaría al mundo miles de años después.            -     .          
  LAS SUMPALL Decía Colqui que su Abuelo siempre contaba la historia de cuando había participado en una gran  expedición a la Isla de Chiloé. Había sucedido hacía muchísimos años, cuando la tierra recién emergía del último diluvio. Los Hombres Adultos hambrientos y desesperados por alimentar a sus familias y los jóvenes tan desesperados como sus padres; pero también ansiosos de aventuras y gloria se habían embarcado en una empresa que de por sí, resultaba  peligrosa E  inquietante. Las embravecidas aguas del sur, guiadas por corrientes veleidosas, pobladas de animales desconocidos y espíritus de fuerzas misteriosas se presentaban ante los noveles marineros mapuches como oscuras ciénagas, lúgubres, atemorizantes,  imprevistas. El comandante de la expedición sería Quelentaro, el más hábil y experimentado navegante del Wallmapu, el único que había recorrido aquellos territorios pelágicos y probablemente el más certero y hábil a la hora de trazar mapas sobre pieles de guanacos, .basándose en el reflejo de las estrellas sobre los cántaros de agua. La sola presencia de Quelantaro, inspiraba confianza, Quelantaro conocía más de cuarenta y tres idiomas, incluso podía  hablar con fluidez la lengua de los primitivos lobos marinos  y se hacía entender entre todos los habitantes del bosque , hasta las aves le seguían y respondían con trinos cuando él les llamaba la atención.Todos le respetaban  y como verdadero toqui de  tierras y mares, su atronadora voz sería la ley en aquella navegación  insólita que iría  en pleno invierno a recorrer  las vastedades marinas. El día de la partida un torbellino de gente fue a despedir a los expedicionarios, mujeres que  cargaban a sus  niños, ancianos temerosos y madres, que con lágrimas en los ojos despedían a sus valerosos hijos. Se arremolinaban junto a los navíos dejando escuchar el zumbido monocorde de trutrucas y melancólicas notas de pifilkas. La flota partió el primer día de Junio, esperaban llegar a Chiloé antes de que comenzara el invierno para tener el tiempo suficiente de comerciar y obtener los mejores precios de los comerciantes chilotes. El Abuelo Pali, por aquel entonces, un adolescente  estaba encargada de untar grasa  a las cuerdas de pelo de llama que sostenían las enormes velas cuadradas de su barco, se sentía un privilegiado al ir en el navío mayor ya que así podría estar cerca de Quelantaro. Al tercer día de viaje sucedió un hecho extraño que algunos señalaron como un augurio. Una luz de color blanco como la nieve comenzó a titilar en medio de la oscuridad de la noche, la mayoría pensó que era una estrella muy brillante, tal vez Venus. pero luego comenzó a girar y dar una vuelta tras otra, tal como un remolino, hasta que desapareció  tan repentina y  súbitamente como había aparecido, entonces los hombres se atemorizaron y creyeron que quizás sería mejor volver, puesto que la estrella congelada quería “decirles algo”  -Si quiere decirnos algo es que sigamos adelante vociferó Quelantaro.con seguridad. Pero los hombres ya estaban atemorizados y se atemorizaron aún más cuando entablaron conversación con unas toninas que acompañaron durante horas a los barcos. -         ¿Hacia dónde se dirigen? preguntaron las toninas ¿Que no saben que van hacia aguas desconocidas? -         Lo sabemos venerables peces; Pero necesitamos papas y frutas para nuestras familias -         ¿No pueden cultivar en su tierra? -         Necesitamos  mucho más de lo que podemos cultivar respondieron los marineros, el Diluvio y la lucha de Treg Treg y Cai Cai dejó a nuestras sementeras vacías. -         Sigan las corriente cálida aconsejaron las toninas ahí podrán hallar los peces que necesitan, aunque les reitero que deben ser respetuosos del mar ya que si no lo son recibirán el castigo de los sumpall. Ese sólo nombre estremecía a los  viajeros mapuches, según relataban antiquísimas leyendas las sumpall eran seres encargados de cuidar las aguas de los ríos, lagos y mares, y en aquellos lugares donde moraban, nunca se secaría el agua o dejarían de llegar las olas. Ellos habitaban, en su mayoría, en lagos y lagunas, pero excepcionalmente, también en algunas islas misteriosas donde esperaban a los náufragos de barcos encallados o perdidos tras una gran ventisca. Igualmente serían seres que dependiendo del género que tuvieran, raptarán a los hombres o las mujeres, pero esto ocurría , frecuentemente con la anuencia del raptado o la raptada, quienes oían, embelesados, sonidos y voces maravillosas llamándolos desde el fondo de las aguas. Los ahogados eran casi siempre niñas o niños pequeños, que de acuerdo a los relatos, en algunas  oportunidades regresaban cargados de frutos marinos y pescados a consolar a sus familias y rogarles que no lloren porque ellos vivirían felices junto a las seres marinos. al ser llevada la persona al fondo del río o el lago, en un lugar llamado  la Isla Sumpallhue. Los raptados muchas veces  terminaban  se transformaban en Sumpall. Y olvidando su pasado humano. Había un Sumpallhue donde habitaban sirenas mujeres y otra Isla donde sólo habitaban tritones hombres, los masculinos tenían fama de traidores,  las sirenas mujeres  en cambio, eran retratadas como impredecibles, eventualmente, acogedoras y amorosas  o terriblemente vengativas y crueles como suelen ser las hembras híbridas .Las ancianas mapuches decían que los transformados en Sumpall, a veces se convertían en pelícanos y otras veces en  hualas  aves que apenas podían volar, pero si eran muy nadadoras; esto porque el Sumpall todavía las ata a su naturaleza. Si un  Sumpall macho  se había  raptado a una mujer, la familia de la mujer recibiría un pago  o Gapitún  por el robo de la novia; ya que es una costumbre del pueblo mapuche, cuando alguien secuestra a una mujer para casarse con ella y en ese caso, las familias debían retribuir, igualmente al mar, dejándole canastos de frutas  u hortalizas en las orillas  o dedicándoles hermosas canciones rituales a la brisa marina. El no cumplir con estas obligaciones y dejarse llevar por el orgullo o la tristeza mortal era lo que verdaderamente enfurecía a los Sumpall que castigaban a las familias deudoras  con escases de peces o enfermedades infecciosas. La Sumpall femenina igualmente en algunas ocasiones puede dar un pago a la madre del hombre que ella ama, pero el hecho sería contrario a lo común en la tradición Mapuche. También se dice que los sumpall masculinos fecundan a las mujeres que van a las orillas de los ríos solas ya fuera por despecho o despreocupación. I -                -         Al sexto día de viaje ya habían dejado de pensar en eso cuando los sorprendió la amenaza de una gran tormenta.Primero fue una aglomeración de nubarrones y un leve aumento del viento que soplaba del norte, pero luego las nubes comenzaron a arremolinarse y los marineros, aunque curtidos y experimentados en aquellas situaciones, se atemorizaron por la repentina oscuridad que envolvió al convoy. La tempestad no se hizo esperar, una lluvia horrorosa que  no dejaba ni siquiera abrir los ojos, acompañada de olas impresionantes que envolvían a los barcos como pequeñas hojas a punto de quebrarse. El Abuelo Pali creyó que iba a morir y se afirmó al mástil  más alto, cuando el maderamen de proa crujía por doquier, Entonces como una visión extraordinaria, volvió a aparecer frente a los ojos de los aterrados navegantes, la luz brillante de la estrella blanca que giraba en medio del cielo...Inmediatamente todo se calmó, la lluvia cesó, las nubes se disolvieron y bajo un cielo, ahora,  curiosamente translúcido y diamantino  emergió la figura de una isla verde que no podía ser otra que Sumpallhue, el hogar de los sumphalls. Los marineros mapuches recelosos de lo que veían y más aún temiendo la caprichosa voluntad de los señores de los lagos y mares hubieran preferido dar la vuelta y alejarse lo más posible de aquellos senderos, sin embargo había algo que los impulsaba a seguir adelante: Una música divina, el canto femenino más hermoso, la voz melódico y sugerente  de cien mil mujeres que los atraía como las abejas a la miel. Intentaron untarse grasa en los oídos, gritaron para no escuchar sus voces hasta que se dieron cuenta de que nada puede detener a quién se dirige a un destino que en el fondo desea con todas sus ansias. -         Los hombres quedaron fascinados al observar a las sumpall que retozaban sobre las rocas tomando el sol que acariciaba sus deslumbrantes cuerpos apolíneos, mitad mujer, mitad delfín. Las sirenas los atrajeron con sus cantos suaves  e hipnotizantes que una vez que atracaron junto a la playa los marineros se lanzaron a sus brazos. Ciertamente, desde el primer momento,  las sumpall fueron extremadamente gentiles con los navegantes perdidos, mariscaron para ellos, les cocinaron las mejores comidas, les atendieron con la  especial delicadeza de mujeres solitarias que habían esperado una eternidad para atender a aquellos visitantes.  Los mapuches  casi no creían en su suerte habían arribado a la Isla de las Siumpall  mujeres y su carácter era mucho más tierno y dócil de lo que esperaban. Aklla Sisa, La Reina de las sumpall se había enamorado del recio Quelentaro y por ello, lo colmaba de agasajos y su hija, Aklla Sumaq, la bella  Princesa hacía lo mismo con el joven Pali. Las sumpall vivían solas en aquella Isla, no conocían hombres de su raza en aquellas latitudes. Nacían por generación espontánea, cuando los rayos del sol primaveral  se agolpaban entre los cochayuyos de la isla. Todo lo que se rumoreaba de las sumbhalls era falso, los que se perdían en sus brazos no se transformaban en esclavos, lo hacían por amor a sus ojos violetas y su piel rosa como los pétalos de la flor. Los Mapuches no querían salir de aquella isla encantada y la reina  no quería dejar partir a su amado Quelentaro, pero los hombres sabían que debían partir. En eso estaban cuando una nube de queltehues- Tué Tué gigantes se abalanzó con malas intenciones , en otras oportunidades las sirenas se habían valido del apoyo de los valientes chungungos, pero ahora ellos se hallaban buscando crustáceos  en otras islas y no podían ir en su ayuda, Los mapuches enfrentaron a los hechiceros disfrazados de pájaros mágicos Estos pájaros brujos deseaban hacerles daño a las sumbhalls y robarles sus flores y cosechas de verduras mágicas, los brujos traían antorchas y trataban de quemar a los mapuches pero los mapuches se defendían arrojándoles piedras y  lanzas con puntas de cobre. La batalla duró tres días hasta que los Tué Tué se retiraron derrotados y heridos.Las sumbhalls entonces decidieron dejar ir a los mapuches, los despidieron arrojándoles flores a su paso. Antes de que partieran las doncellas del mar llenaron las bodegas de las dalcas con frutas sabrosas y miel de palma. Para que su dulce sabor acompañara para siempre a los marineros. Al caer la tercera noche, después de la gran batalla, los navegantes mapuches dejaron atrás la inolvidable isla y continuaron su ruta hacia el Archipiélago de Chiloé. Ya en la  Isla Grande los mapuches comerciaron sus productos con los mercaderes chilotes, famosos por su astucia y sagacidad. Intercambiaron grandes fardos de vestimentas de lana por enormes cantidades de papas  y regresaron al Wallmapu  El Abuelo Pali fue el primer en avistar las costas lafquenches al volver a las costas del país amado.Quelentaro fue nombrado Cacique de Purén y vivió hasta los noventainueve años junto a sus 73 hijos y doscientos diez nietos Mi Abuelo se transformó en el primer Werkén de la Comunidad del Lago Budi y vivió hasta los ciento diez años … Bueno aún anda por ahí dijo Colqui al terminar su relato que  otros cincuenta niños habían escuchado en el más absoluto silencio ,  combatiendo el frío invernal alrededor de una cálida fogata .. Todavía anda por ahí,  repitió el pequeño mirando hacia el Cielo como si quisiera que su Abuelo  escuchara que estaba hablando de él. ¡Contando mentiras¡ terminó de decir sonriendo.          -              
  LA BATALLA DE LA PIRÁMIDE   Desde hace días que los mensajeros elegidos recorrían cada una de las comunidades, llevando siempre una flecha encendida que delataba la gravedad del asunto que debían comunicar. Pero nadie estaba preparado para lo que verían sus ojos esa mañana: un ejército de casi cien mil hombres descendía por las  escarpadas cuestas de Chacabuco, acercándose  rápidamente hacia el Wallmapu. Los espías mapuches se habían quedado cortos al describir la fortaleza de la  máquina militar inca  ¿Quizás lo hacían para no  provocar un pánico mayor o tal ves porque  jamás contaron una cifra tan desmesurada. Setentaisiete mil soldados de infantería armados con huaracas y mazas de ocho puntas, diecisiete mil lanceros y tres mil jinetes, montados sobre  guanacos gigantes, más un arreo de setentaidos mil llamas y alpacas de carga junto a un sinnúmero de mujeres  y colaboradores auxiliares de los pueblos mitimaes conformaban un insecto larvario que se deslizaba como un mal presagio, destruyendo todo a su paso. Ya habían arrasado con los pueblos de la Ligua, Cuquimbu y Petorca , ni siquiera los valerosos atacameños, famosos por resistir en otras épocas a los quechuas, fueron capaces de contener a una tropa profesional armada hasta los dientes. Sin embargo había algo que inquietaba aún más, desconcertando, incluso a los ancianos  más sabios . Tras la marea humana venía una montaña artificial de forma piramidal que ellos llamaban la Huaca Huallamarca, esta mole construida de enormes rocas que parecían unidas por algún pegamento especial les servía de cuartel general o algo similar desde donde obtenían su energía , invocando a sus dioses. ¿Alguien tiene memoria de algo como esto? Preguntó el Padre de Colqui sin mayor rodeo. -Un silencio inclemente  invadió la gran ruka de Purén  donde se reunían los lonkos en  los momentos más difíciles. -¿Nadie tiene una idea de que puede ser? -Quiero decir algo intervino Colo- Colo con un tono de voz desconocido. -El imperio Inca es muy poderoso, desde hace cientos de años ha acumulado la sabiduría de innumerables civilizaciones, conocen el misterioso arte de unir, forjar y moldear los metales,  dicen que de alguna manera logran pegar  y  cortar  piedras de grandes dimensiones que ninguno de nuestros hombres podría sostener sobre sus brazos. Con ellas han construido una red de senderos y ciudades que deslumbran la vista con su brillo y atemorizan al más osado y valeroso. Me duele decirlo pero creo que en esta oportunidad hay que negociar -¿Qué? Preguntó casi gritando Tangalonko -Si, lo que escucharon, hay que llamar a un Cahuín y parlamentar una salida digna. -¡No puede ser cierto lo que estoy escuchando! Replicó Tangalonko con incredulidad. -Tu juventud  te  hace impetuoso y representas lo mejor de nuestro Pueblo, sin embargo, aún cuando nunca se ha  esquivado el fragor del combate la actual es una circunstancia inédita de la cual dependerá nuestra existencia futura. Una tristeza infinita invadió  a todos los concurrentes que luego de aprobar la moción de  Colo-Colo, el más prudente de todos los hombres salieron de la ruca cabisbajos y silenciosos, en el exterior el cielo arremolinado de nubes negras, a punto de descargar una torrencial lluvia, parecía reflejar la dolorosa decisión que no se había adoptado en diez mil años. Caía la noche cuando el Papá de Colqui llegó a su ruka, recostándose junto a su familia.Colqui esperó a que se durmiera su madre para  preguntar  a su Padre. Papá ya soy un cona y quiero que me digas la verdad : Es cierto lo que andan diciendo las mujeres . . . -         Te he dicho que no escuches cahuines de mujeres -         No vamos a pelear contra los Incas -         Es cierto, es una decisión de nuestro Consejo Supremo ¡Parlamentaremos!  -         Pero, papito,  si reunimos  a los guerreros de los cuatro puntos cardinales hay por lo menos, doscientos mil conas dispuestos a luchar a tu primera orden. -         Aunque los doblemos en número, esto no se trata de cantidades. -         ¿ De que se trata entonces?   -         Poseen una ciencia que desconocemos, esa Montaña que traen con ellos es  . . . -         ¡Quememos esa porquería1 -         Un mapuche jamás interrumpe  a su Padre. -         ¿Y si no quieren parlamentar  Papito?  -         El werkén Ancalaf no respondió, como una luna oscura y maligna lo aterraba la misma inquietud¿ Y si no quieren parlamentar? -         Dame tu mano  le dijo a su hijo -         Ya no soy un niño Papá -         Siempre serán mi niño esta noche quiero dormir abrazado y tomado de las manos de las personas que más amo. -          Cinco días después, bordeando ambos márgenes del Río Maule se hallaban  frente a frente las huestes mapuches e incas. Siete werkenes  fueron escogidos para ofrecer al inca una salida negociada. El papá de Colqui estaba entre  ellos.Los werkenes atravesaron el río en una espaciosa dalca que enarbolaba la bandera promaucae. Al arribar a la orilla se sintieron paralogizados por el enorme despliegue que rodeaba al Emperador.Tupac Yupanqui, el hombre más poderoso de la tierra. -         Manco Tupac Yupanqui, señor de los cuatro suyos, descendiente directo del gran Pachacuti era el mayor conquistador del mundo, ya había derrotado a los feroces cañaris, a los moches y a la amurallada Chan. Chan , incluso 18 años antes, cuando aún era un joven príncipe  se había aventurado al mar  descubriendo las islas de Rapa Nui y Mangareva donde se había dejado huella en numerosos ahus de piedra volcánica. Llevado  en andas por  seis esclavos sobre  un trono de oro todo en él exhibía arrogancia,  fuerza,  y poder omnímodo.- -         Que se acerquen los mensajeros gritó uno de sus capitanes . . .¡Con la vista baja  recalcó!en tono amenazas ador  Jamás se debe mirar a los ojos  al Hijo del Sol   -         Avanzando en una posición absurda y humillante los enviados se acercaron hasta una distancia relativamente cercana al Emperador -         ¡Deténganse! . . . ¡ahora hablen! Ordenó el mismo capitán. -         Señor de los Cuatro Suyos, representamos al Pueblo de la tierra comenzó a decir el Papá de Coolí articulando lentamente cada palabra para dar tiempo a los prisioneros diaguitas que actuaban como traductores. Nuestro Pueblo ha vivido en este lugar desde hace miles de años, respetando el cielo y la tierra , el mar y el viento. Somos un pueblo de guerreros, orgulloso y próspero.; pero también somos un pueblo de sabiduría y razón. Hemos escuchado de vuestra bondad e inteligencia para dirimir conflictos sin derramar sangre innecesaria, transformando en aliados a los que se suponían enemigos. Te ofrecemos la paz Gran Inca Tupac como prueba de nuestra amistad  le traemos nuestros mejores regalos   cincuenta cántaros de chicha de maíz,  treinta pieles de pudú  y  veinticinco gallinas, un tipo de ave que no puede volar pero cuya carne sabrosa es digna de ser probada por un hijo del sol. -         ¡Silencio ya han hablado suficiente! volvió a interrumpir otro de sus principales, Ahora va a hablar el Emperador. -         El emperador que cubría con un adorno dorado la parte inferior de su rostro, sin dejar entrever el más mínimo gesto se demoró unos minutos antes de responder. -         Quiero tres mil mujeres, mil quinientas vírgenes para  mi goce personal y las demás mujeres…¡ casadas! ya expertas en el trato de dar placer a los hombres, esas serán para mi tropa .deberán estar aquí antes del mediodía de mañana. -         Los werkenes  regresaron mudos al campamento mapuche, sabían de antemano cuál sería la respuesta de los Lonkos, jamás se había escuchado tal desfachatez.Un extranjero queriendo robar tres mil mujeres, arreándolas al Cuzco como animales.Al mediodía  siguiente el Villac Umu Inca, Sumo sacerdote del Imperio, se acercó a la orilla y con voz atronadora inquirió: -         ¡Es la hora! ¿dónde están las mujeres que exigió nuestro Inca como señal de sumisión?. -         En el campo mapuche nadie respondió tampoco se atrevían a iniciar la inminente batalla, paralizados por la ira y el temor se movían de un lugar a otro, incapaces de tomar una resolución. En ese momento Colqui y otros niños que habían salido de las rukas sin la autorización de sus padres comenzaron a arrojarl con hondas una verdadera andanada de piedras que cayeron muy cerca del trono en que se hallaba el Hijo del Sol. -         Ustedes lo han decidido bramó encolerizado -         Inmediatamente comenzó la batalla, los bravos escuadrones mapuches resistían los embates de los incas, incluso los perseguían en el agua ; pero la fuerza de la maquinaria bélica inca era casi   irresistible, los incas, en sus embarcaciones de tótora,  atravesaron, por lo menos. tres veces el caudaloso río que separaba a los combatientes ,; pero no pudieron desalojar de sus posiciones a los mapuches. Al caer la tarde los Incas hicieron traer la Huaca una enorme montaña artificial que movían por un sistema de troncos que dirigían desde la cima de la pirámide con órdenes y contraórdenes que los bravos mapuches no lograban comprender. La Huaca era un objeto mágico que los sacerdotes, en el momento de la batalla, hacían levitar sobre su base de madera para poner ponerla en la posición exacta  de acuerdo a una estrategia militar, de su interior salían innumerables flechas encendidas y  pequeños recipientes ardientes que eran encendidos con un combustible azul que parecía contener el interior de la Huaca. -         Luego de tres días de la más encarnizada guerra, los hijos de la nación mapuche se hallaban en el límite de la desesperación. no podían seguir soportando la lluvia de fuego de esa máquina que podía  flotar en diferentes direcciones. -         Los Lonkos se reunieron para adoptar una decisión final:  -         No es posible seguir enfrentando a los Incas, tenemos muchas bajas dijo Painepán con decepción -         Si pudiéramos encontrar alguna estrategia para destruir esa maldita Huaca  se preguntó Tangalonko. -         Aunque existiera alguna forma ya no queda tiempo para pensar, mañana estaremos todos muertos sentenció Painepán -         Siempre hay tiempo masculló Ancalaf, necesito los mejores carpinteros, ¡los mejores!. -         El papá de Colqui tenía una idea y solicitó al consejo su apoyo incondicional -         El amanecer sobrevino en el Wallmapu dejando en el ambiente esa extraña sensación de tranquilidad  que antecede a los sucesos que marcarán un antes y un después en la historia de los pueblos. El ejército inca ocupó lentamente la ribera norte del Maule, desafiantes y absolutamente convencidos de la victoria, desayunaron plácidamente antes de atravesar en sus balsas de juncos el caudaloso río, trasladando con el apoyo de doscientas naves la gigantesca huaca de la cual provenía su proverbial invencibilidad. Los principales comandantes conversaban y reían a carcajadas cuando una silueta dantesca de aguilucho despuntó en el horizonte avanzando rápidamente hacia ellos. Era un enorme ariete de madera con aspecto de águila mapuche  que se deslizaba por la pendiente directamente hacia ellos. El espolón, construído con un robusto alerce afilado golpeó la huaca en uno de sus costados, los conductores del ariete , cuatrocientoscincuenta mocetones jóvenes  escogidos por su robustez y valentía, habían errado , apenas un par de metros de lo que parecía ser el corazón de la huaca. Los mapuches recobraron el aliento, mediante un ingenioso sistema de palancas volvieron a poner en movimiento el aguilucho de madera, las huestes , que en un primer momento quedaron paralogizadas de miedo, ahora reaccionaban arrojando andanadas de piedras sobre la poderosa máquina de combate. El pico del aguilucho,  aguzado y endurecido con resinas especiales volvió a golpear la huaca que se estremeció completamente dejando oír los gritos despavoridos  de sus ocupantes militares y religiosos que no alcanzaban a salir de su asombro, menos aún a invocar la magia que le permitía hacerla levitar.. Las armas arrojadizas de los incas caían sin cesar sobre los defensores mapuches; pero los escudos y cascos  de piel de guanaco impedían que los hirieran y ningún guerrero abandonó su lugar junto a las palancas . El Mecanismo volvió a retroceder como un feroz animal embravecido y se lanzó nuevamente contra la Huaca que ahora comenzó a agrietarse .El depredador había acorralado a su presa , la huaca, formada por millones de ladrillos de barro agonizaba frente a este  camahueto con forma de águila que la embestía . La máquina avanzó por cuarta vez sobre la pirámide  esta  vez la golpeó en el centro , atravesándola como un túnel, la luz que había se derrumbó derramando miles de litros de aceite que quemaron hasta los huesos a  los soldados que lanzaban flechas desde su interior. Al derrumbarse la Pirámide  los  batallones incaicos huyeron despavoridos  mientras el campo era ocupado por trescientos mil  guerreros araucanos, apoyados por escuadrones de todas las razas y especies  del Bosque, además de la gente de la tierra, el ejército del Wallmapu contaba con la asistencia de cientociencuenta cóndores y aguiluchos, trescientos caranchos y buhos que hacían el papel de agentes secretos  y más de quinientos pumas y cincuenta milodontes que hacían la veces de infantería pesada. El combate  dejó de ser incierto  cuando  se enfrentaron hombres contra hombres, la superioridad numérica de los mapuches y el terror que seguía ejerciendo la artillería de su pesada  máquina fueron decisivos. Al caer la tarde  a batalla había finalizado, la raza de cobre había sido aplastada  por los hijos de la lluvia El año 1485 no sería jamás olvidado .Al día siguiente los oficiales mapuches permitieron a los sacerdotes incas recuperar los restos para que fuera devuelta al Rimac desde donde nunca volvería. Vencido y humillado el Emperador Tupac no regresó a internarse en el Wallmapu, regresando a  su refugio dorado en Quillota, en el valle central de Chile y luego al Cosco, en el ombligo del Mundo.     -            -              -                  
LOS  BRUJOS DE MANQUEHUA   Colqui quería jugar una última partida de palín; pero la fiebre se lo impidió, de pronto sus ojos se cubrieron y dejó caer el bastón curvo, estuvo a punto de desmayarse  sobre un cierre de espinas , debió intervenir el Abuelo Pali que husmeaba como un miríada de nubes  detrás de un quillay para impedir que se golpeará la cabeza. Sus compañeros se asustaron y fueron en busca de la mamá del Niño y volvieron con ella corriendo.Estaba muy enfermo, casi inconsciente, cuando lo llevaron a la ruca familiar. Sus primos mayores, inmediatamente  trajeron a la Machi del Cuel de Budi, la cual llegó volando sobre una alfombra de caranchos,   ..La venerable anciana no tuvo dudas al establecer el diagnóstico: -Es la peste de la araña  negra dijo con voz sombría -La mamá de Pali se estremeció al escuchar estas palabras, pero se mantuvo firme porque ahora debía serlo más que nunca -Que se puede hacer preguntó -Voy a chupar la herida y luego la cubriré con barros sagrados, pero quiero serte franca la picada de la araña es muy violenta, si por lo menos tuviéramos al insecto podríamos quemarlo ritualmente, es posible que el niño se salve aunque no te aseguro que llegue a ser un hombre tan fuerte como su padre. -Hay algo más que pueda hacer -rogar al Canelo -Hay algo más insistió la Ñuke, casi con insolencia -Siempre hay más . . . Dime loque se debe hacer  y lo haré -Hay algo más, pero no lo puede hacer una mujer ni siquiera un guerrero. - -  Cuando era niña una vez vi a mi Abuela, que también era Machi,  viajar espiritualmente a la Cueva de Manquehua, donde habitan los brujos mayores, ellos le proveyeron de una medicina infalible que curó a mi hermano de una mordedura de araña similar. No he visto ni sabido de nadie más de nuestra tierra que haya viajado tan lejos en busca de una cura. -La esposa del werkén pensó que su esposo podría emprender  la travesía sin embargo recordó que Él se hallaba cazando pumas en un territorio lejano y que aún demoraría un par de días en volver. -Yo soy lo bastante fuerte, por mi hijo puedo ser tan fuerte como mi esposo -No se trata de fuerza ¿ De qué se trata entonces Es una viaje astral, muy peligroso y difícil requiere subir una interminable cuesta hasta llegar a la cueva de los brujos  cuya  entrada siempre se halla custodiada por culebras… pero hay una posibilidad dejó entrever la antigua  machi, sonriendo socarronamente,  como si hubiese encontrado una solución al enigma: ¡Será tu hijo quién irá en busca de la pócima, ¡Es fuerte como un guanaco y, por algo, es vástago de un werkén. Y entonces frente a todas las personas que abarrotaban la ruca orando por Colqui  levantó una rama de araucaria y de ésta surgió una luz mágica que se dirigió hacia el niño cubriéndolo de un aura celeste, que poco a poco lo dejó en calma como si hubiese entrado en trance . Colqui ya no se quejaba, ahora sentía que estaba en un lugar extraño, donde altas montañas de colores diferentes e ignotos serpenteaban los valles de los ríos más caudalosos. Comenzó a correr, creyó que había corrido durante horas cuando estuvo enfrente de la cuesta. Era la cuesta de Cavilolén una enorme subida que impedía el paso a la Cueva de Manquehua, en ese territorio al cual sólo podían acceder los pumas y los cóndores, era un lugar seguro para los grandes aquelarres que hacían los brujos.Siguió corriendo, corría y corría hasta que  una fatiga invencible le envolvió el cuerpo de sudor frío como una espada congelada. Colqui creyó que iba a desfallecer en ese momento.; pero cuando caía su Abuelo lo tomó del brazo y , nuevamente , impidió que cayera. - No puedo más  Tata. - Siempre se puede más  le dijo con una sonrisa. - Quieres que te cuente un cuento así no te sentirás tan aburrido mientras corres -Bueno cuéntalo respondió mientras se levantaba para volver a correr -Hace muchos siglos -¡Abuelo¡  Pongámosle que fue hace casi un siglo ¡tú nunca le crees a tu Tata¡. - Es que tú eres demasiado exagerado  -Déjame comenzar:  Hace muchos años los pueblos del bosque organizaron una carrera universal, participarían hombres y animales, incluso insectos, en ese tiempo había insectos que medían más de dos metros. ¡ quién puede creer eso¡ Como quieras pero los cuatro competidores más importantes eran el puma, el cóndor, el ñandú y yo, por supuesto; en defensa y representación de la humanidad Colqui apenas podía contener la risa mientras jadeaba subiendo la cuesta sin detenerse. Cuando empezamos a correr el puma era el más vigoroso, con sus patas acolchadas podía subir riscos y dejar atrás las selvas más tupidas. Hasta que le tendí una trampa, lo hice acercarse a una cascada muy caudalosa , estos gatos pueden nadar sin problemas; sin embargo odian el agua cayendo abruptamente sobre su cuerpo El león de la montaña me rogó que lo dejará salir , lo ayudé con el apoyó de tres mocetones  y una familia de  monos que lo ayudaron a asirse de unas ramas y salir del agua.Luego seguimos en carrera el ñandú y el cóndor que podía alejarse rápidamente , utilizando sus grandes alas negras; pero el cóndor es voraz y no puede  aguantar el olor de la carne putrefacta así es que conla ayuda de unos pájaros de la costa, le fuimos dejando rastros de carroña hasta que se perdió del camino y olvidó como volver, entonces quedamos  solos en competencia el  ñandú y yo , esta ave es demasiado ágil y apenas podía seguirla , en especial, cuando atravesábamos planicies. La carrera fue muy larga, para que te hagas una idea, se extendía desde nuestras tierras hasta Chichén Itzá.;.Justo cuando llegábamos a las pirámides aztecas se me ocurrió una idea que permitió revertir el resultado de una carrera que ya el ave daba por ganada. Las Pirámides aztecas tienen a sus costados unas escaleras que representan a Quetzálcoalt, la serpiente emplumada, si les proyectas un haz de luz, la serpiente parecen cobrar vida, así lo había visto hacer a los sacerdotes del templo cuando visté sus tierras hacía muchísimos solsticios. Tal cual lo hice y el ñandú creyendo que las pirámides se lo iban a tragar, salió corriendo hasta internarse en el matorral del cual no regresó jamás. Los méxicas me recibieron como un héroe, agitaban hojas de palma y me cubrieron de polvo rojo, en un momento pensé que me iban a comer, hasta que advertí que era su modo de honrarme. Volví cargando cientos de regalos, además de las primeras gallinas que luego poblarían y se multiplicarían en el Wallmapu. Fui el mayor atleta de mi mundo por eso las mujeres me perseguían y tu Abuela tuvo que recurrir a la magia para alejarme de tantas doncellas. En ese momento Colqui supo que  había llegado a la entrada de la Cueva de los Brujos, atrás quedaba la interminable cuesta y su paisaje de altura. Como le habían dicho a su Madre ésta se hallaba vigilada por una veintena de culebras venenosas -         No les demuestres miedo Colqui, escuchó que musitaba la voz del Abuelo. -         Colqui retrocedió por un momento buscando la forma de saltar sobre ellas o escabullirlas pasando a su lado. -         Haz como te enseñé  cuando eras pequeño, tómalas por el lomo cerca de la cabeza,  míraleasfíjamente a los ojos  y luego enróllalas haciendo un lazo fuerte. -         Eso es lo que hizo Colqui con la primera, las otras atemorizadas por el valeroso niño, escaparon ocultándose rápidamente  entre las hierbas .y las rocas. Los brujos que lo esperaban en el ingreso de la cueva no dejaban de aplaudir y vitorear al joven mapuche, demostrando que tras sus ojos rojos y relampagueantes se escondía un corazón tan ancho como un cerro. Lo invitaron a pasar  y le dieron de beber aguardiente de muday  en una copa dorada, el licor lo embriagó por un momento; pero un instante después abrió sus ojos y pudo articular algunas palabras -Ya me siento mejor Mamá La Comunidad del Lago Budi realizó tres días de danzas alegóricas en agradecimiento por la buena salud del Niño. Al caer la tarde de la última jornada regresó su Padre, el poderoso Werkén  Ancalaf. Venía muy alegre  junto a sus compañeros, traían carne de guanaco y puma, además de pieles y frutas -Mari Mari Cure -Mari Mari Futa  ¡No sabes cuánto me has hecho falta¡ - ¿Estuvo enfermo este cabro? preguntó mirando a su hijo - Muy enfermo  respondió su hermosa Cure. Lo picó la araña negra -Pura flojera no más, yo estuve en el bosque y me deben haber picado como cincuenta arañas de todos los colores ,  seguro que no quería ir a buscar leña seca, debe haber inventado todo para quedarse en la cama toda la semana.¡Chi¡ si tiene hasta olor a muday este condenado. Colqui y su Mamá se miraron fijamente y luego se largaron a reír -Primero, chupan Muday a escondidas y luego se hacen los enfermos.           - -.           - 
LAS CARAVANAS VOLADORAS DE LOS NAZCASColqui  no creía lo que estaba observando: sobre el diamantino de la aurora se desplegaba  una verdadera invasión de naves, compuestas por esferas  multicolores que, a partir de un tejido de  cuerdas y jarcias, sostenían canastos donde viajaban cientos de hombres  y mujeres naZcas. Las máquinas aéreas que transportaban a estos visitantes , a primera vista, eran  sumamente extrañas, complejas y por ello, casi indescriptibles para  un niño  de diez años , pero al contemplarlas con mayor tranquilidad, se podía advertir que funcionaban con un sistema sencillo: estaban conformadas por un armazón de cañas atadas con pelo de llama y algodón que envolvía a una circunferencia de telas vegetales muy delicadas. En el momento en que los nascas deseaban que las naves iniciaran su vuelo, se encendía al interior de los contenedores una especie de horno giroscópico que, mediante la acción de  varios fuelles, avivaba  un fuego constante e inofensivo, Esta energía que los rapanuis llamaban maná y los egipcios maát, era conocido por los nazcas como Mú , quizás como un recuerdo del continente perdido del cual todos provenían.Los nazcas eran una cultura que existía desde hace  mil ochocientos años, asentados en el norte del Perú , se habían hecho famosos por su cerámica policromada, agricultura diversificada y metalurgia avanzada , pero quizás lo que más los distinguía eran los increíbles logros de su ingeniería hidráulica, una ciencia en la cual según lo que decían podían descubrir  caudales de agua donde otros solo veían piedras y arena.  Estos amautas ahora, presentaban, quizás la más prodigiosa y atrevida de sus invenciones: ¡naves espaciales, que como enormes  medusas flotantes tenían la capacidad de alcanzar el cielo y atravesar desiertos y montañas para llegar a nuestras tierras cual inmensos cormoranes! .También conocían el arte de realizar grandes geoglifos diseñados sobre el duro suelo del desierto, que, según decían,  sólo podían ser divisados desde las alturas, aunque aquello solo era un rumor.  Los extranjeros apenas se bajaron de sus flores voladoras corrieron a abrazar a nuestros líderes mientras desde sus canastos sus esposas e hijos  batían palmas y  tambores. En la verde pradera ondulada observaban  Colqui, Su padres, hermanos  y el  espíritu alegre  del Abuelo Colqui, agazapado detrás de un olivillo, tomando a veces la forma de un insecto, una brizna o un plácido río.Junto a nosotros, se agrupaban unos dos mil espectadores mapuches que apenas contenían la emoción.¡Esto es para sus hermosas mujeres! dijo, en perfecto mapudungún, el nazca Amaru  que a pesar de actuar con la desenvoltura de un  gran Toqui, se arrodilló antes de entregar,  a cada uno de nuestros ancianos, un espléndido ramo de flores de múltiples tonalidades y formas. -    Gracias, no tenían por qué molestarse dijo el más venerable de nuestros weichafes.-    Es sólo un pequeño favor para un pueblo hermano tan querido-    Tanto años que no nos visitaban En ese momento Colqui supo que no era primera ves que los nazcas arribaban Al Wallmapu y de pronto recordó una historia que le había relatado su Abuelo cuando era pequeño” Un día verás mariposas gigantes suspendidas sobre las nubes “Ahora comprendía el significado de aquellas palabras.Después de los protocolos, los visitantes fueron agasajados con  abundantes alimentos y bebidas de nuestra tierra. Al finalizar uno de aquellos pantagruélicos asados  Amaru reveló el verdadero motivo de su viaje al Wallmapu.-Queridos Weichafes, necesitamos llevar agua y verduras a nuestra gente, una sequía como nunca se vio en el pasado azota nuestros campos, donde ayer hubo sembradíos de maíz  como ríos de oro hoy día sólo son morada de reptiles y arañas hambrientas.Nuestro pueblo está sufriendo necesidad y desesperación, como príncipe de los nazcas debí tomar una decisión: recurrir a la antigua costumbre de viajar a las tierras mas lejanas para  comerciar u ofrecer nuestro trabajo.Y de ese modo, obtener el sustento. Hermanos mapuches requerimos de una parte de  vuestras cosechas, ofrecemos nuestro ingenio para construir pozos y multiplicar el agua. No tenemos otra riqueza que ofrecer. -No tienen por que rogarnos les interrumpió Ancalaf  con audacia pero también por respeto a su dignidad. Hombres tan valiosos a los ojos de Tunupa no deben implorar lo que por eterna amistad debemos facilitar. Trabajaremos en conjunto hermanos para duplicar lo que producen nuestras tierras, buscaremos los afluentes, las semillas y los hombres. Con la ayuda de sus dioses y nuestros espíritus antes de lo esperado estaremos compartiendo lo que la naturaleza nos brinda con generosidad. Ahora que continúe la fiesta.Esa noche la celebración se extendió hasta la madrugada o hasta que los comensales cayeron exhaustos de tanto beber Ancalaf se sentía complacido por cooperar con  estos amautas o sabios del desierto, pero en el fondo de su corazón había inquietud ¿Cómo podrían doblar las cosechas, ni siquiera podían estar seguro de que las pestes no atacarían los sembradíos este año?,  ¿Si  fuera un año seco  cómo se podría conseguir una mayor cantidad de agua?, y por el contrario, ¿si fuera un año lluvioso cómo se podrían controlar los cauces de los ríos? .Los nazcas se quedaron un tiempo  a vivir con los mapuches, su alegría de vivir acompañaba  cada uno de los quehaceres, incluso en los momentos más agotadores,  a las mujeres las seguían cuando iban a lavar la ropa,  haciendo sonar sus antaras de greda de prodigiosas escalas cromáticas, alegraban también a los hombres, repicando sus tambores,  quenas y bombos, finamente decorados.,  cuando estos disputaban sus encuentros de palín o sus salvajes embestidas de linao.Colqui estaba fascinado con los visitantes además de ser amigables y sumamente educados, algunos de los más jóvenes buscaban su compañía y le enseñaban  a tocar sus  zampoñas, los mayores en cambio, no paraban de contar historias de su país que, invierno y verano,  siempre se hallaba cubierto de nubes por las mañanas  para luego despejarse calurosa y azul como el mar.-Si su País siempre se halla cubierto de nubes como harán para ubicarse  si por alguna razón arriban a él antes del mediodía preguntóColqui inocentemente-Ese es un secreto le respondió Amaru con una sonrisa socarrona -Pero-Algún a lo mejor te lo cuento. . . algún día  Hasta que llegó el período de siembra al comenzar la primavera. Los nazcas trabajaron, codo a codo, con los campesinos mapuches, de hecho, eran los primeros en levantarse y los últimos en  volver a la ruca. Quizás como un tributo a su hospedaje trataron de explorar nuevos cultivos y formas de arar la tierra, de hecho,  por medio de la aleación de distintos metales, mejoraron las herramientas y crearon un estilo de trabajo, llamado Mita que mejoró  la producción de todos los tipos de papas que se explotaban en las zonas abajinas, sin embargo, las lluvias no llegaban y los copiosos ríos que provenían de los territorios pehuenches no alcanzaban para regar los sembrados que, temporalmente, debían abastecer las necesidades de dos pueblos numerosos.La preocupación se extendió por las comunidades , al parecer la sequía  que afectaba al mundo, desde los desiertos y  sierras peruanas hasta los Valles de Quillota y Ligua, también  amenazaba al Wallmapu, no faltó quien propuso sacrificar animales y enemigos, pero Ancalaf , se opuso tenazmente, los más no se cansaban de repetir que lo preciso era hacer nuevas rogativas a los espíritus , pero el tiempo se agotaba y se hacía necesario tomar una decisión: -Hay que orar, hacer rogativas a los espíritus del aire y de las tormentas dijo en tono casi suplicante uno de los más ancianos.-Nuestras ancianas y mujeres han orado hasta quedar roncas replicó otro más joven ¿Parece que nuestros dioses se están quedando sordos?-No blasmefes le espetó Colo Colo el más sabio de la raza.-Pero  ya es tiempo de que precipite alcanzó a decir, casi con insolencia,  el joven Lincoyan  -Eso no quiere decir que nuestros Dioses no hayan abandonado-Si me permiten una opinión interrumpió el Jefe Nasca …. . . -Se que no está permitido que un extranjero intervenga en sus cahuines mas importantes, pero conociendo la inteligencia de su pueblo se que valorarán mi planteamiento después de escucharlo.En las tierras nazcas hemos vivido durante miles de años, allá el desierto es un océano de arena tan vasto como la inmensidad de la noche y sin embargo hemos sobrevivido gracias a la benevolencia del sol, nuestro padre y de su sangre dorada, el oro, el oro nos ha permitido revestir nuestras casas con planchas de este metal  que desvia la energía magnética que produce los terremotos y los volcanes. Una historia que contaban mis abuelos dice que hace muchos años hubo una sequía tan brutal como la actual por lo que  nuestros umus o sacerdotes oraron durante semanas hasta que apareció en el sueño de nuestro Villac superior o sumo sacerdote el lugar preciso donde encontraríamos la solución: en aquel sueño un ser celestial le indicó un  bosque de cactus, que todos conocíamos por su aridez excepcional, junto al cual, ahora, prodigiosamente,  se extendía un río de  caudal inagotable. Días después,  al llegar a este sitio el sumo sacerdote, en ves de hallar el río, encontró el plano de un gran pozo en forma de caracol. que recogería las aguas subterráneas y las utilizaría para irrigar nuestros vergeles atenazados de sequedad .Los mejores ingenieros nazcas copiaron cada no de los detalles de los pozos caracol y los pusieron en funcionamiento por mil años. Esa tecnología ha sido casi olvidada por nuestros  artífices.La desidia  ha permitido que los pozos se sequen o cubran de malezas, es por ello que en los últimas siglos hemos debido ofrecer, nuevamente, nuestro trabajo por el mundo.-¡ Nos estás proponiendo? Intentó preguntar el Papá de Colqui con incredulidad-Si,  claro que sí, respondió  con firmeza AmaruY los hombres se pusieron a trabajar, cavaron pozos de casi seis metros de profundidad hasta que alcanzaron cursos, subterráneos, aguas que provendrían desde los estómagos de los volcanes y las ballenas.El cauce estuvo listo en menos de dos semanas, pero justo cuando debían iniciar el regadío de los campos ocurrió un traspié inesperado: una pequeña  roca, casi un guirrajo insignificante, había caído  en el orificio que regulaba el paso de las aguas. Era prácticamente  imposible removerla, no por su peso, sino por la posición, ya que para quitarla debía introducirse algún hombre que fuera muy, pero muy  pequeño;  valeroso ya que al removerla se desatarían las aguas contenidas. Un leve error podía significar la muerte y, al parecer nadie estaba dispuesto a correr este riesgo, por lo demás tampoco era visible un guerrero mapuche o nazca que poseyera el físico que requería la tarea.Ancalaf preguntó con voz imperiosa si había algún voluntario, el silencio de todos pareció reflejar que el esfuerzo de tantos cientos sería vano y estaría coronado por el fracaso.-Papá aparte de mí no creo que haya otro voluntario dijo Colqui dando tímidamente un paso adelante.Hijo no es necesario murmuró El werkén casi con horror-Pero no hay otra persona  y un cona es una cona aunque sea pequeño.Colqui fue entonces hacia la boca y encomendándose al pillán de su abuelo Pali bajo atado de dos gruesas cuerdas y con un martillo de cobre colgando de su cintura.Bajó al primer nivel del pozo, dándose cuenta de que se hallaba muy lejos de sus brazos la piedra que debía removerDespués bajo al segundo nivel pero aún estaba muy distante Más abajo, dijo con resolución Descendió al tercer nivel del pozo sin lograr aún tocar la piedra Es demasiado peligroso musitó Los  veinticinco hombres que sostenían al pequeño dudaron en seguir introduciéndolo en un lugar tan peligroso, -Ya casi la tocó No lo bajen más gritó Ancalaf con el rostro desencajado y pálido como un puñal de hielo.-Más la estoy rozando.- . . .Colqui se estiraba con todas sus fuerzas pero no podía sacar la piedra colocada en un lugar tan difícil, entonces recordó una posición reptiliana que le había enseñado el Abuelo, cuando quieras saltar más lejos encoge tus piernas y captura la energía por un segundo. Así lo hizo Colqui y de ese modo, pudo quitar la piedra con sus manos, ni siquiera utilizó el hacha. Los hombres que lo sostenían también lograron alzarlo sano y salvo. El werkén corrió a abrazar a su hijo y con rostro empapado de  lágrimas le musitó al oído: Ningún Padre ha estado más orgulloso de su hijoY así se regaron las tierras mapuches, germinaron frutos y verduras en plenitud, asegurándose el alimento para dos pueblos hermanos, gracias a la genialidad de los nazcas y al valor legendario de un niño mapuche. Luego de cargar una enorme provisión de productos los nazcas subieron a sus medusas voladoras y comenzaron a emprender el camino de regreso. Antes de despedir a Amaru Pali no pudo aguantar las ganas de hacerle una pregunta  ¿Cómo se guían para llegar a su tierra si siempre se halla cubierta de nubes? Este es un secreto Que nunca debes contar mi niño,   susurró  Amaru con una sonrisa de orgullo : Hemos dibujado enormes figuras en  el desierto, algún día te llevaré a verlas le alcanzó a gritar mientras su nave voladora de mil colores se confundía entre los lienzos infinitos de un sorpresivo arco iris otoñal.          
   LA CAVERNA MISTERIOSAUn piquete de niños subió la ladera del cerro Ñielol e ingresó a su  caverna ancestral  como un reguero de hormigas, bulliciosas y alegres. Ni siquiera avisaron a sus padres, que  a esa hora dormían bajo el efecto de los enormes cántaros de muday que habían bebido durante tres días seguidos. La mezcla de chicha de maíz y carne de guanaco podía tener resultados prodigiosos: diez mil adultos que horas antes cantaban , reían o se enfrentaban a golpes en numerosas grescas y cahuines ahora dormitaban en un silencio espectral que , apenas era quebrantado, de ves en cuando, por el débil trinar de una ave migratoria.Millaray, la pequeña hija de la tercera  esposa del  Tío Colo Colo,   siempre dispuesta a involucrarse en todo tipo de  enredos no dudo, en ser la primera en entrar al antiguo socavón de la roca.-Metámonos no más, que tanto miedo, ¡el que  tenga miedo que se queda afuera, yo no le tengo susto a un par de chunchos desplumados!-Pero que dirían nuestras ñañas si las desobedecemos  preguntó Guacolda, un poco más temerosa. . . .Siempre nos han dicho que en la caverna se escuchan voces extrañas. ¿Qué voces ni que nada replicó Millaray,  deben ser los chunchos o esos asquerosos murciélagos con caras de  chonchón -Podríamos avisarles primero dijo Guacolda que ya sus cortos ocho años, dejaba traslucir la personalidad queaños después la transformaría en mujer de un gran longo mapuche. -Después les avisamos ¡Cuándo se les pase el hachazo! terció graciosamente  el primo de Pali.A pesar de la oscuridad la hilera de niños cruzó decididamente el umbral de la montaña abierta y se introdujo en aquel  mundo de sombras y estalactitas. Sólo Guacolda  se quedo afuera como si presintiera un peligro real y palpable .De pronto. Desde  un vértice invisible se apareció volando lentamente un chuncho de  relampagueantes alas azules-¿Por qué vienen a perturbar la quietud de esta cueva preguntó el ave con voz airada-Por que somos mapuches y no le tememos a la oscuridad respondió Millaray -En las tinieblas habitan las sombras y hasta los guerreros mas valerosos se atemorizan ante una silueta fantasmal, más aún ustedes que ni siquiera son guerreros masculló con desprecio el chuncho.No somos guerreros; pero algún día lo seremos dijo el primo mientras  buscaba con sus manos una piedra para arrojarle al pájaro de mal presagio.El ave mágica desapareció pero entonces sobre  la  roca apenas iluminada por el último rayo de luz exterior comenzó a dibujarse el contorno de una figura, luego apareció otra y otra,  de pronto las figuras  se multiplicaron hasta el infinito, iniciando, al mismo tiempo, una cadena de movimientos y gritos atronadores lo que inundó de temor a los niños... Repentinamente la cueva se iluminó con el fuego crepitante de cien antorchas, dejando entrever que los ruidos eran parte de un  frenético baile ritual en torno a una gran hoguera, ante sus ojos, aparecieron veinticinco familias de hombres y mujeres con rasgos simiescos que danzaban cadenciosamente  un ritmo salvaje. Los hombres monos o neandertales, como serían llamados milenios después, detuvieron su baile al ver a los niños.El neandertal que por su corpulencia y vestiduras parecía ser el líder se dirigió a los recién llegados con una voz metálica muy sonora, pero utilizando un idioma, ligeramente comprensible.Buenos días queridos visitantes es un honor ver un rostro humano después de varios siglos de soledadLos niños se sintieron aliviados al escuchar la calurosa  bienvenida del Neandertal que, aparatosamente, les invitó a conocer su desconocida ciudad subterránea. Por favor vengan a conocer nuestra urbe, la más bella y espaciosa concentración arquitectónica de todo el mundo oculto. Aquí hemos vivido y proliferado desde hace 28.000 años Ante los ojos de los pequeños se presentó la más increíble y maravillosa imagen, la ciudad estaba emplazada sobre un lago de aguas turquesas, se podía acceder a ella por seis enormes calzadas de piedras labradas, tapizadas por pétalos de flores y bordeada por una interminable sucesión de jardines pobladas de verduras y flores con   colores y aromas  indescriptibles. En el centro de Masma, como llamaban a su ciudad los Neandertal,  se alzaba un terraplén ovalado de tonalidades ocres donde se dejaban ver cientos de  hogares, iluminados por un sol interior que desplegaba  una energía, similar a un vapor que transformaba la noche en día. Las casas  de los Neandertales eran enormes árboles que en su interior  podían contener hasta diez personas por nivel además de numerosos muebles y artefactos. Las casas-árboles crecían de acuerdo a modificaciones biológicas aplicadas a la celulosa de los vegetales, de ese modo, podían albergar a distintas generaciones de neandertales, elevándose a veces hasta los doscientos cincuenta metros ya que los hombres mono podían vivir hasta mil quinientos años. El oxígeno, vital también para su civilización,  lo obtenían de los cráteres de los volcanes o  a través de    de sistemas de tubos  conectados a las raíces de determinadas plantas que crecían secretamente en lo más profundo de  la selva mapuche. Muchos habitantes de la ciudad Masma se acercaron a recibir a los niños, a su paso encendían lámparas y liberaban miríadas de mariposas de múltiples tonalidades.Los amables neandertal invitaron a los niños a comer de lo que dijeron eran  sus alimentos  que resultaron ser frutos de la tierra  jugosos y sabrosos como la más delicada ambrosia, los pequeños  comieron  hasta la saciedad probando cada uno de los mil manjares que sus  nuevos amigos iban depositando a su paso. Luego los invitaron a descansar en sus jardines repletos  de rosas blancas y  madreselvas crecidas por la acción de una clorofila intrasolar. Después de horas de jugar  y retozar  hasta el cansancio Millaray notó algo que le llamó la atención: Los Masmas no habían tocado ninguna de las comidas y bebidas  que les habían servido, parecía que no tenían hambre  o que no eran  sus verdaderos alimentos.La valerosa niña sintió un temor que le recorría la espalda como una lanza de hielo, a pesar de eso se armó de valor y formuló la interrogante al que actuaba como  Jefe: Gran Señor ¿Puedo hacerle una pregunta? ¿No los he visto comer nada de lo que nosotros hemos consumido?   Entonces la cara del amable jefe Neandertal cambió completamente :sus gruesos arcos superciliares se arquearon  hasta formar un cáliz de furia.¿Ni lo verás jamás  porque nosotros no comemos esa basura ?  respondió  con voz de trueno.Esa es la escoria que le damos  los animales de engorda  que capturamos en el bosque, muchos de los animales que ustedes dan por perdidos, despeñados o devorados por el manque  son el verdadero alimento, pero como se darán cuenta  las presas que más deseamos son los humanos, la carne tibia,  crujiente y fresca de los niños del Wallmapu.En ese momento hizo una seña para que los acompañaban nos cogieran  y llevaran a la hoguera en que estaban bailando a la entrada de la cueva.Iban a rodear a los niños, que lloraban y gritaban de desesperación,   cuando desde  la entrada de la cueva aparecieron, a lo menos, cien guerreros adultos con mazas  y boleadoras. Eran los adultos de  la comunidad que alertados por Guacolda se habían despertado y acudían a salvar a sus hijos de las garras de las sombras. El inmenso ruido que provocaron los guerreros con sus gritos y cantos de batalla llenó de temor a las sombras que inmediatamente se disolvieron como nubes de polvo en un gran temporal.Los pequeños se abrazaban a los regazos de sus madres y juraban que jamás volverían a desobedecerles.  Cuando  comenzaron a relatar la increíble historia Los adultos  se reían y comentaban  entre sí:-Las cosas que inventan los niños, los fuimos a buscar porque Guacolda estaba muy asustada y no paraba de llorar- Si respondía otro, mi hijo no para de hablar de una ciudad maravillosa habitada por hombres- monos que los querían -No habrán estado chupando el muday estos pinganillas -No son cosas que inventan los niños de tanto escuchar los cuentos de viejas.                         
        LA MINGA DE LAS TONINAS   En nuestros brazos está la firmeza de las montañas La insistencia del viento  y la rudeza del mar En nuestro corazón anidan los deseos de los pillanes Y laten con fuerza de volcanes las historias de serpientes y chamanes En nuestros ojos está la vista de los manques y la rapidez de los abejorros Sobre nuestra mirada nada se oculta ni las nubes ni los sueños   Este hogar llegará a su destino Porque es fruto de amor sincero Aunque todos los mapuches deban titar y tirar . . . Hasta el cansancio Porque es fruto de amor sincero   Nada nos detendrá Porque es fruto de amor sincero Ni el acantilado o el lodazal Porque es fruto de amor sincero Cruzaremos los cerros y el mar Porque es fruto de amor sincero Porque es fruto de amor sincero Porque es fruto de amor sincero   En cada envión de fuerza, cuando las cuerdas y los músculos de animales y hombres se tensaban al máximo, confluían la energía y la fe, el canto letárgico y los sonidos de la naturaleza, derramando sobre el wallmapu una invasión de poesía traducida en acción, una exhortación a la existencia reflejada en el trabajo y el compañerismo. Era la minga, una de las más antiguas costumbres de la gente de aquel entonces, creada originalmente por los  sabios williches del sur, había sido adoptada, desde tiempos inmemoriales por los distintos pueblos  de los cuatro puntos cardinales de la tierra... Consistía en aunar esfuerzos para alcanzar un objetivo común,  por ejemplo:cuando una pareja deseaba unir sus vidas en matrimonio o una familia necesitaba cambiar de lugar su casa, las comunidades llamaban a sus hombres para ayudar en la tarea colectiva  recolectando, trabajando una tierra, desmalezando un bosque o transportando una ruka por tierra o a través de océanos y lagos. En esta oportunidad se trataba de trasladar la ruka de  dos jóvenes recién casados, provenientes de un valle lejano, que querían empezar su vida familiar en un isla que se  ubicaba en la desembocadura del mar , donde  esperaban explotar una vasta extensión de sembradíos de calabazas y papas. La entereza de los novios y una hermosa historia de amor habían movilizado los esfuerzos de la totalidad del los hombres del Lago Budi, tampoco era un esfuerzo que no encerrara una deliciosa recompensa. Al final de las mingas, las familias favorecidas ofrecían una enorme fiesta donde se asaban prodigiosas cantidades de carne de huemul y guanacos salvajes,  bien regadas por interminables cuencos de chicha de  maíz , celebraciones que podían durar horas, días o semanas.Pero ahora la faena no sería fácil: En primer lugar había que mover la ruka por un vasto territorio abrupto de bosques y quebradas,  para ello se tendrían que derribar cientos de árboles sobre cuyos troncos recortados y encerados con miel  se deslizaría la vivienda de tres toneladas luego deberían arrojarla al mar para ser tirada por , a lo menos, seis barcazas que seguirían técnicas ancestrales de navegación,. Sólo contaban con la experiencia de sus ancianos, la voluntad  de sus conas y el apoyo de los enormes guanacos domesticados. Sería una hazaña que involucraría tanto al saber como al destino. Donde cualquier falla podría significar una tragedia. La minga se inició con el talado de treinta araucarias milenarias y ciento diecinueve arbustos menores, las hachas de pedernal y los mazos reforzados trabajaron hasta que las primeras estrellas  tachonaron el vasto piélago del universo. Tres días después se pudo comenzar a mover la ruka, se debieron emplear ciento cuarenta guanacos adultos enjaezados y alimentados antes del amanecer.El viaje por las explanadas y las praderas fue relativamente fácil, incluso cómodo para los mingueros que no dejaban de cantar y sonreír mientras conducían a sus nobles anímales. Al bajar una cuesta pedregosa y resquebrajada que separaba la planicie  del último tramo de las tierras bajas que circundaban la playa, el terreno abrupto de selva húmeda, salpicado de enormes lajas fue excepcionalmente dificultoso, cada minguero debió cubrir con improvisadas botas de hojas de helecho las patas de los animales que se hallaban enrojecidas por los constantes golpes. Finalmente ahí estaba el océano  y las barcazas que realizarían la hazaña de trasladar una ruca sobre un mar de olas embravecidas     Colqui se hallaba en la segunda barcaza junto a su padre -Utilicen todas las cuerdas vociferó Leftraru Ancalaf,  ahora lancen las piedras al agua para que sirvan de lastre. La maniobra  resultó sumamente embarazosa la ruka que llevaba gran cantidad de muebles y artefactos en su interior estuvo a punto de desarmarse, de ocurrir aquello el curso torrentoso del río la destruiría en pocos minutos. -Vuelvan a amarrar  los puntales, cuando estén bien amarradas volveremos a iniciar el movimiento -Pero papito musitó Colqui en tono de súplica las cuerdas están mojadas -Vuelvan a amarrarlos recalcó Leftraru  que se notaba extremadamente nervioso La ruka no se movía, parecía anclada por una montaña de sargazos invisibles y malévolos Finalmente se movió pero una de sus paredes comenzó a inclinarse peligrosamente -No es posible murmuró Leftraru, pero no dejó que nadie, salvo su hijo escuchara su pensamiento -Que diez hombres vayan a sostener ese muro -¡Papá! -¡Fuerza! :::::::: -¡Fuerza! En nuestros brazos está la firmeza de las montañas La insistencia del viento  y la rudeza del mar En nuestro corazón anidan los deseos de los pillanes Y laten con fuerza de volcanes las historias de serpientes y chamanes En nuestros ojos está la vista de los manques y la rapidez de los abejorros Sobre nuestra mirada nada se oculta ni las nubes ni los sueños     ¡Fuerza ¡ Este hogar llegará a su destino Porque es fruto de amor sincero Aunque todos los mapuches deban titar y tirar Hasta el cansancio Porque es fruto de amor sincero   ¡Fuerza ¡ Nada nos detendrá Porque es fruto de amor sincero Ni el acantilado o el lodazal Porque es fruto de amor sincero Cruzaremos los cerros y el mar Porque es fruto de amor sincero Porque es fruto de amor sincero Porque es fruto de amor sincero   -Pillanes del cielo y de la Tierra, no dejen que la ruca se siga inclinando, musitó Ancalaf con voz entrecortada -Por favor se los ruego el amor de  estos jóvenes no merece iniciarse con tan sombrío presagio Los hombres ya no podían seguir sosteniendo los gruesos maderos con los que trataban de impulsar la ruca. Era obvio que esta era una batalla perdida. De pronto una convulsión de nubes se arremolinó sobre las cabezas de los mingueros, agitando violentamente la superficie del mar con portentosas ráfagas de viento ,  atemorizados y confusos creyeron que se trataba de una terrible tormenta que se disponía a caer con inestimable poder ,  sorpresivamente de la misteriosa bruma salieron flotando una decena de toninas overas, los tiernos y juguetones delfines del sur del mundo que comenzaron a danzar sobre las olas. Los delfines agrupados en tríos, se  deslizaron bajo la ruca y tomaron los cuatro extremos de la vivienda, soportando sobre sus cuerpos la pesada carga que no  podían sobrellevar los mingueros. Las toninas arrastraron la ruca hasta dejarla en la isla, luego se devolvieron ordenadamente como si siguieran un plan, cuidadosamente elaborado,  los marineros mapuches trataron  de detenerlas para agradecerles este gesto extraordinario pero se despidieron grácil mente,  moviendo sus aletas a la distancia, Les oyeron  decir que debían seguir su camino porque  ansiaban reunirse con una familia de sus primos, los delfines narices de botella, que a esta hora ya debían estar surcando los mares australes. Aún atónitos pero felices  los bingueros del Lago Budi desembarcaron en la ínsula, tres horas o cuatro horas después estaban todos reunidos frente a un enorme curanto cubierto con hojas de nalca y piedras calientes que habían preparado las mujeres de la familia de la novia  los hombres bebieron y comieron hasta hartarse mientras contaban historias y exageraban hasta el infinito la prodigiosa ayuda que mañana contarían a sus esposas e hijos. Relatos que serían conocidos por generaciones a través de los años y los siglos. Un hombre y una mujer de la gente de la tierra podían ahora empezar  sus vidas  con gratitud y esperanza. La luna que ya comenzaba a clarear en el firmamento era un signo inequívoco de que el orden de las cosas seguiría su curso inalterable en la patagonia fantástica. Finalmente al caer la noche  Leftraru , se quedó mirando a Colqui y, aunque ya era un hombre de 11 años, abrazó a su hijo y lo besó en la frente  mientras dormía como si soñará en el lejano día en que éste se uniría a una joven y bella princesa mapuche  buscando una isla encantada.                            
    EL ÚLTIMO RUGIDO   Se hizo un largo silencio  cuando la Machi del cuel de Purén, dejó  a un costado el cultrún que estaba tocando desde hacía horas y miró a la asamblea con un dejo de preocupación, casi matizado de  incredulidad: ¿Quienes son los hombres que marcharan en busca del puma? Preguntó la anciana ¡Los que estamos ante ti! respondieron al unísono los 25 mocetones que la rodeaban ceremonialmente. Deberán tener cuidado, mucho cuidado sentenció con  inquieto  metal de preocupación en la voz. Este Pangui de las nieves, es un devorador de hombres, un asesino poderoso,  pero también es una naturaleza mágica, posee la protección de los pillanes, por ello durante cien años ha rehuido las flechas de los cazadores. No temas venerada curandera, como werkén de la comunidad he seleccionado a los mejores hombres, los más valerosos e inteligentes intervino el padre de Colqui tratando de impedir que el temor se apoderara de sus guerreros. No dudo de tu decisión querido Ancalaf respondió la Machi, que a pesar de su completa ceguera parecía reconocer a los hombres por la voz de su corazón. ¿Por qué se han empeñado en capturarlo? Será nuestra ofrenda a los pillanes, deseamos su favor antes de que el invierno caiga con toda su fuerza  sobre nuestra comunidad ¿Será ese el deseo de los pillanes? volvió a preguntar la Machi con tono inquisitivo   Así lo creemos terminó de decir el padre de Colqui    Si van a ir en busca de ese monstruo deben saber que los espíritus no toleran que un ser de su antigüedad sea cazado como una bestia ruin y salvaje, quienes lo persigan deberán dar muestras de un alma pura que respetará la ancianidad y no faenarán su carne  sin ofrecerla antes a las estrellas de los cuatro puntos cardinales y no olviden  . . . .Permítanle un último deseo, eso aplacará la furia de los altísimos . Antes de ponerse de pie y salir de la ruka la poderosa hechicera del Lago Budi tuvo un gesto inesperado que probablemente puso más nerviosos a los aguerridos conas, pero  que, como una mujer que había sido madre de 32 hijos no pudo evitar.Se acercó a cada uno de los escogidos y entrelazó sus manos con las de ella como si quisiera transmitirles un conjuro protector Hijos míos les ruego que tomen las mayores precauciones. En los momentos en que los hombres se pusieron de pie y comenzaron a salir de la ruca Colqui  que se hallaba pegado a los muros de la vivienda escuchando la conversación corrió donde estaba su Padre y le imploró que lo dejara participar de la expedición -Y quién va a cuidar a la mamá inquirió el Padre con timbre desganado -Mis hermanos menores -Pero apenas tienen  seis y siete años. -¡Ya son grandes! Han demostrado que pueden defender a la mamá de moscardones y arañas El Padre de Colqui sonrió con ternura a su hijo y le respondió: ¿Qué gano con decirte que no?¡ igual lo vas a hacer! Ya anda a despedirte de tu madre. Y dile que no se preocupe, no te voy a despegar los ojos de encima terminó de decir con la más amplia satisfacción Antes del anochecer los valerosos hombres de la tierra salieron de la aldea en dirección a las cumbres nevadas, allí esperaban encontrar al puma depredador  que serviría para consagrar el inicio de la temporada de caza.Si no lograban  capturar a un animal de estas características los espíritus del Wallmapu serían inflexibles. El hambre como siempre acechaba y los padres de familia tenían la obligación de arriesgar sus vidas en pro de alimentar a su prole. Ascendieron y descendieron tres cerros antes de divisar, por primera vez,  al puma oculto tras un gran matorral junto al cual se desbordaba un estero de cauce estrecho.Las tácticas tradicionales de caza del pueblo mapuche, consistían en sacar a la bestia de su escondite para empujarlo hacia un curso de agua, poco profundo, donde generalmente los felinos se mostraban torpes y en su desesperación, cometían graves errores que propiciaban su captura. Por tanto esta oportunidad  se presentaba como muy auspiciosa, por lo que los guerreros henchidos de valor, no dudaron en descender lentamente hacia el riachuelo. ¡Dividámonos en dos grupos! Susurró nerviosamente Ancalaf . . . Los Colipí bajen por el lodazal y traten de rodearlo, los Huentequeo y los LLaitul sígannos. Los distintos grupos se desplazaron suavemente por la hierba mojada por el rocío matutino, tratando de evitar hasta el más mínimo sonido que alertase al cuadrúpedo que parecía aún dormido. El menor de los Colipí, de tan sólo 11 años, se adelantó temerariamente, incluso, más que su padre y sus hermanos mayores, y  levantó su lanza  a menos de cinco metros de la presa, iba a clavársela en medio de la frente cuando el  puma lanzando un rugido atronador que estremeció al bosque e hizo huir bandadas de pájaros, lo dejó paralizado y temblando desde la frente a la punta de los pies. Todos huyeron despavoridos pero el werkén antes de huir arrojó su coligue desde más de 20 metros, sobre el animal enfurecido, distrayéndolo del niño que aún no atinaba a esconderse. La punta afilada del arma rozó la cara del puma, haciéndolo retroceder por un instante, lo que dio el tiempo necesario para que el Papá de Colqui rescatara al pequeño de una muerte segura. Durante el resto del día,  los férreos mapuches intentaron doblegar al puma en no menos de tres oportunidades, pero cada vez que intentaban a acercársele los repelía con su rugido aterrador que hacía retumbar el bosque desde el cielo hasta las rocas de granito.  Al caer la tarde los guerreros volvieron a reunirse en una hondonada lejana del arroyo, ahí comentaron lo sucedido. El Lonco Colipí fue el primero en hablar: Ancalaf, hijo del venerable Abuelo Pali,  descendientes de tantas generaciones   dignas de pehuenches y mapuches, antes de discutir cualquier estrategia te agradezco el haber salvado la vida de mi hijo, luz de estos ojos y alegría de mi hogar. Lo digo ante ti  y delante de tu hijo para que el orgullo por los actos de su padre  lo acompañe hasta el fin de sus días. Entonces el feroz  combatiente del Linaje de los Colipí, curtido en mil malones y batallas, saltándose las elaboradas reglas del protocolo mapuche, se abrazó a Ancalaf y lo besó como a un hermano. Ancalaf, aún emocionado por la reacción del Lonco, habló con una voz quebrada de emoción, pero con un pensamiento firme Nuestra Machi como siempre tenía la razón, este Pangui es un gigante devorador, astuto y voraz, estoy seguro de que nos detectó antes de que llegáramos al riachuelo, su sentido del olfato sumamente desarrollado puede percibirnos aún en medio de la más tupida selva, para cazarlo deberemos estar más atentos que el manque y  ser más bravos que el quique. Creo que esta noche ni siquiera debemos encender fogatas ni delatar nuestra posición de ninguna forma. Nos mantendremos unidos y con una  guardia todo el tiempo, mañana reanudaremos la búsqueda y con el favor de los espíritus lo estaremos descuerando antes de que vuelvan a brillar las estrellas. Al siguiente día los hombres cansados y adoloridos por una noche de incomodidad y frío, perdieron mucho tiempo y tardaron varias horas en volver a observar al animal, ya era tarde cuando luego de perseguirlo por un largo trecho , lograron cercarlo al borde de una quebrada  el animal no pudo descender el acantilado, el Pangui tan cansado  como sus acosadores, intentó una maniobra desesperada  subiéndose a un montículo de rocas desde donde rugía y movía su cuerpo amenazadoramente, Los mapuches comenzaron a arrojarle piedras y a golpearlo con macanas , incluso Colqui y el pequeño Colipí le acertaron varios tiros con sus boleadoras de cuero de guanaco. Cuando creían que estaba a punto de desfallecer  volvió a saltar del otero y huyó furioso y malherido, internándose en el corazón de la selva cordillerana. Cansados y hambrientos los guerreros de la tierra reiniciaron la  cacería al amanecer, pero el animal parecía estar siempre un paso delante de sus perseguidores. Había que tomar una decisión: Ancalaf pensó que los hombres ya no podían más y que deberían regresar al aillerehue con las manos vacías.  Acongojado, dejó caer la lanza, se sentó en  el suelo con las piernas cruzadas y se tapó la vista con las manos como si no quisiese ser testigo de la decisión que el mismo debía tomar. Colqui que comprendía la  tristeza de su padre, quiso acompañarlo  y  se acercó a él  sin hacer el menor ruido, entreteniéndose con una pequeña culebra que pululaba entre las piedras buscando un tibio rayo de sol. ¡Colqui, me has dado una idea! Dijo el Werkén poniéndose de pie. Iremos a hablar con las grandes culebras de la selva, las culebras cambian su piel frecuentemente, usaremos estas caparazones silenciosas para acercarnos al puma sin que advierta nuestros pasos y cuando estemos cerca…. terminó de decir con una sonrisa iluminada por mil colores. El werkén dejó a un grupo custodiando el lugar donde se ocultaba el felino y se encaminó junto a los otros para ir en busca de las hijas de Cai Cai y Tren Tren, las buscaron en las junglas hasta encontrar a una numerosa familia de éstas bebiendo el sumo del fruto del copihue, su néctar preferido.       Las culebras del bosque se compadecieron de los hombres del wallmapu y les       Indicaron inmediatamente donde podían encontrar cientos de estas pieles en desuso,       Los guerreros, trabajaron durante horas, fabricando enormes vestimentas de piel de culebra con los cuales se cubrieron, y ya preparados y armados hasta los dientes comenzaron a deslizarse hacia una caverna donde había buscado refugio el puma. El plan funcionó a la perfección: el animal ni siquiera se dio cuenta de los guerreros que se acercaban hasta verse rodeado por media docena de hombres que lo acosaban con antorchas y flechas con punta de pedernal. El puma salió de la cueva desesperadamente, cayendo por una ladera que iba a dar directamente a las aguas de un pequeño lago que se entendía en torno a unos cañaverales. Los hombres bajaron a toda velocidad arrojándole piedras y macanas, el animal trató de escapar pero las heridas de la caída y los golpes que le propinaban a cada momento lo hicieron detenerse en una horilla del humedal. Los cazadores al verlo cercado y al borde de la muerte quisieron hablarle  con el lenguaje sagrado que compartían los hombres y animales del universo mapundungún: Colipí el poeta de la comunidad  tuvo el honor de dirigir el discurso: -Venerado León de la Cordillera, tu vida se extinguirá en estas manos; pero quiero que sepas que en nuestros corazones tu espíritu indomable  seguirá existiendo.  Donde no existe el odio, tampoco puede existir la muerte o el olvido.  -Tengo un último deseo dijo el puma con voz engargolada -Puedes pedir lo que quieras respondió Colipí -Quiero escuchar mi último rugido. -Hazlo -El animal aspiró una  inmensa bocanada de aire y con las últimas fuerzas de sus pulmones lanzó un rugido que estremeció el vientre del mar y el estómago de las montañas. Luego de eso los conas más aguerridos lanzaron sus lanzas hasta que el gigantesco puma dejo de moverse y murió Los hombres construyeron una cama de troncos y sobre ella lo subieron a pesar de su gran peso. Se sentían extenuados, pero felices. Este sería un invierno de gran prosperidad.                     
        EL ÁRBOL DE LOS CHINGUES   Una miríada de nubes negras y amenazantes se arremolinaba en el cielo como una fiera al acecho cuando Colqui bajó al sendero junto a sus dos compañeros de juegos. Habían estado toda la tarde atrapando lagartijas y robando huevos de codorniz en el pie de monte que se extendía junto a los cerros de la Cordillera de Nahuelbuta.  -Va a llover dijo algo inquieto el pequeño Colo Colo -Mansa novedad, ¡Es invierno! replicó Manque con desgano. Si cayeran piedras debería darte susto cabro chico -Pero mi abuelo dijo que esta podía ser una lluvia terrible, un temporal - Los viejos dicen puras cabezas de pescado, no hay que hacerles mucho caso -El que está hablando tonterías eres tú terció Colqui Mi Abuelo habría dicho lo mismo. Él sabía escuchar el lenguaje de las tormentas. -Pero tú Abuelo está muerto ahora no te va a decir nada. Colqui no respondió el insulto de Manque, había aprendido de su Abuelo que cuando alguien te ofende es mejor guardar silencio hasta que el ofensor se calme, reflexione y busque la forma de reparar el daño. Por lo demás, Colqui sabía que el Abuelo Pali no estaba muerto. Desde que se había marchado a la eternidad cantando sobre el lomo del gran pez dorado. Su abuelo siempre le acompañaba, especialmente en los momentos difíciles, cuando el temor cubre la imaginación con un denso manto de desesperanza. Deberían haber bajado inmediatamente a la aldea antes de que cayera la noche, estaban a menos de doscientas medidas de la primera choza, pero siguieron jugando; Manque propuso que derribaran a pedradas los enormes hormigueros que estos insectos habían levantado junto a unos  troncos viejos del lugar y todos se pusieron manos a la obra, felices y despreocupados de la hora, incluso Colqui, que le había jurado y rejurado a su Padre que no tardaría en volver. Antes de que el sol desdibujara su último rayo de luz, ya estaba lloviendo con inusitada fuerza.Todo el Wallmapu se había cubierto de una oscuridad tormentosa e inquietante. Los   tres niños corrieron aterrorizados por los violentos relámpagos, en especial, por el horroroso ruido que les precedía, ¡Trarcas!  Como los  llamaban los antiguos. Buscaron el camino de regreso, pero la lluvia que les mojaba la cara y el miedo les impidió darse cuenta de que estaban a un paso de la seguridad y la tibieza de las chozas familiares. Comenzaron a gritar pidiendo auxilio, pero el ruido del aguacero impedía que sus padres, que a esa hora, ya debían estar preocupados; los escucharan y vinieran a rescatarlos. Colqui trató de tranquilizarse y pensar en qué le recomendaría su Abuelo ante una situación tan aterradora: ¡Busca el árbol de los chingues! le habría dicho con una sonrisa cariñosa. Donde los chingues cavan sus cuevas y se guarecen de los grandes temporales, ese es el árbol que resistirá cualquier embate de la naturaleza, por algo los zorrillos araucanos que son tan débiles, en apariencia,  resisten los desastres que se llevan a otros animales que parecen tan poderosos. Colqui les comunicó a sus amigos lo que decía su Abuelo  cuando ocurrían estas lluvias y, a tientas, los pequeños mapuches se acercaron a un par de árboles de Chingues que estaban frente a sus narices y se introdujeron al interior de estos gigantes de madera noble. Sus troncos eran tan espaciosos que en su interior podía guarecerse una familia mapuche completa, es decir, noventaicinco niños y cincuenta adultos con sus respectivas provisiones. La lluvia no amainaba, por el contrario; parecía hacerse más intensa en cuanto avanzaba la noche, por lo que los niños, incluido Manque,  mojados y muertos de frío no hacían más que temblar y llorar dentro del árbol. Ya  debía ser casi  la medianoche cuando un par de familias de chingues salieron de sus pequeñas cavernas y vinieron a acompañar a los niños en un gesto de hermandad. Zorrillos y mapuches se  reunieron en un tierno abrazo, adheridos como la hiedra a la roca, quizás pensando que así sentirían menos frío, quizás creyendo que iban a morir. De pronto Colqui sintió que estaba flotando suavemente en una burbuja de cristal, afuera la lluvia arreciaba e inundaba los campos de sembradío, cercando  los poblados y las montañas. Colqui y sus amigos, animales y humanos, se hallaban a salvo, de tanta destrucción, deslizándose sobre un mar de nubes blancas como la nieve. La diamantina burbuja de cristal pasó por sobre la comunidad mapuche y, a través, de  sus muros transparentes los niños saludaron a sus padres y les enviaron besos para que estuvieran tranquilos y conservaran la fe en los bondadosos pillanes ya que la fuerza de sus espíritus mantendría intacto el equilibrio del universo mapuche. En un momento determinado, la burbuja se detuvo sobre una araucaria, se abrió una puerta invisible y los niños bajaron a la tierra, deslizándose por las ramas que se alargaban como los brazos de una madre, frente a ellos se extendía una pradera infinita. Pródiga  de frutos silvestres, zapallos dulces y hierbas aromáticas, delicadas como la seda. Los niños y los animales corrieron y comieron  hasta hartarse, probando cada una de las exquisiteces. Continuaba la lluvia, pero ahora las gotas eran tibias y  levemente refrescantes como una bebida a la hora del crepúsculo. La noche se desplegaba en toda su vastedad aquí se podían observar a simple vista los planetas del sistema solar y sus órbitas, las galaxias espirales, la superficie del sol y sus explosiones internas, las estrellas cuya luminosidad extinguida hace miles de años era una viajera incansable del tiempo y del espacio, los cometas y sus colas. Uno de aquellos pasó junto a los niños y los subió sobre su lomo incandescente, otro que venía más atrás recogió a los zorrillos que también querían volar y reír hasta cansarse. Primero se bajaron en el Sol  y recorrieron en barcazas de oro macizo, sus océanos dorados e hirvientes sin sentir un asomo de calor o sofocación, luego continuaron su viaje por Mercurio y Venus, hasta descender en Marte, rojo como una espada de cobre. Manque se lanzó en piquero sobre Júpiter y descubrió que éste era casi translúcido como una tela de fibra vegetal, luego Colqui  y sus amigos rodaron por los anillos de Saturno que estaban compuestos por decenas de miles de planetas mullidos como pelotas de algodón, sin alejarse hasta no saltar, de uno en uno, sobre  los veintitrés satélites naturales que lo resguardan. -Colqui, Colqui gritó Manque a su amigo, perdóname nunca quise decir que el Abuelo Pali estaba equivocado, Tampoco  lo estaba tu Abuelo, Pequeño Colo Colo; ésta en verdad sería una lluvia excepcional. -No te preocupes amigo le respondió Colqui sólo sigue corriendo -Manque no alcanzó a replicar y mientras corrían sobre la cola del cometa en viaje alcanzaron a divisar las azuladas montañas de Neptuno, en espacial a su octava luna donde aprovecharon  de saludar a sus millones de habitantes, gobernados por príncipes virtuosos y sabios. Finalmente visitaron Urano con su superficie fría y calcárea,  en los confines del Sistema solar, donde sólo las  primitivas mariposas gigantes y los cormoranes más desarrollados podían arribar. ¡Colqui! ¡Manque! ¡Pequeño Colo Colo! ¿Donde están? escucharon los niños que gritaban algunos adultos -Papá, Papá aquí estamos dentro del árbol. El Werkén se acercó a su hijo y lo abrazó junto a Manque y Colo Colo ¿y estos amigos?  Preguntó el Papá  por los 9 zorrillos que se arrimaban tiernamente a las piernas de los niños. El enorme vientre del dios de la lluvia ya parecía vacío y la lluvia declinaba lentamente como el recuerdo de una pesadilla, lejana y derrotada. -Ay que nos dan preocupaciones estos niños murmuró aliviada la mamá de Colqui que aunque se veía molesta no podía contener una lágrima de alegría.                                   
UNA TARDE DE PASEO EN DALCAEstaba nublado cuando iniciaron el viaje a las tierras lafquenches del tío Lincoyán. Visitar la costa, jugar con sus primos,  mariscar en las rocas y pasear en dalca eran  perspectivas irresistibles para el pequeño Colqui; pero tres días de viaje, montado sobre el lomo de un  guanaco poco conversador y hambriento,  podían desilusionar a cualquiera, incluso a un viajero tan alegre y  entusiasta como el Abuelo Pali que cabalgando junto a él, cantaba y tocaba la pifilca mientras atravesaba las densas selvas de helechos y arbustos cubiertos de espinas. .Por lo menos el clima fue benigno para los Ancalaf, apenas una llovizna leve y algo de viento helado habían matizado la inmensidad esmeralda de los valles abruptos que serpenteaban  los acantilados.-¡Esto no es nada Colqui! aseguraba el Abuelo a su nieto con una sonrisa socarrona- Cuando yo tenía que venir con mis Padres, casi de tu misma edad,  había que sortear a pie  los precipicios más peligrosos y cruzar los ríos  nadando, en aquel tiempo, aún los mapuches no habían domesticado a los guanacos ni se comunicaban con los delfines. -No le creo, usted apenas sabe nadar.-¿Qué no sé nadar? ¡Tú no conoces a tú Abuelo! en una de aquellas oportunidades siguiendo a mi familia a un guillatún  debí cruzar siete ríos torrentosos y sus afluentes. . .y todo lo hice en menos de un hora.- Abuelo eres muy exagerado.- ¿Yo, Exagerado? ¿Te conté cuando debí cruzar una isla atestada de serpientes venenosas volando sobre la espalda emplumada  de una parina gigante.El tío Lincoyán los recibió a la entrada de la comunidad, junto a su numerosa familia que vestía ropas de fiesta y  vistosos adornos de plata. Tres años sin verse eran una eternidad para los hermanos y padres del "Linco" que también, apenas podían ocultar su emoción.El tío no había emigrado a la costa por un deseo de aventura, el amor de una bella lafquenche-huilliche y las ganancias prometidas por el comercio del cochayuyo fueron las  verdaderas razones.La familia completa se reunió en torno a un descomunal curanto, las "piedras calientes" fueron la excusa perfecta para que los adultos conversaran, recordaran  y bebieran una prodigiosa ración de muday; Colqui por su parte, no paraba de correr detrás de sus primos, en especial de los más pequeños,  que lo incitaban a perseguir una lagartija  que se escurría entre los árboles del lugar, Pangui, el mayor de sus primos, sin embargo; tenía otras intenciones: -Ya se están curando los viejos, sentenció  Pangui con  firmeza, en un rato más ni de su nombre se van a acordar.- De seguro van a dormir toda la tarde recalcó Colqui- ¡Ahí aprovechamos!-¿Aprovecharnos de qué? - ¡De tomar Muday, de qué voy a estar hablando! - Pero tú Papá se puede enojar y para que te digo el mío-¡Que se van a dar cuenta!, a la hora que despierten de la siesta, con el manso "hachazo", no van a tener idea  si el cántaro estaba lleno o vacío Pali no estaba muy seguro de la idea de Pangui, es más, se hallaba sorprendido por el razonamiento de su primo, al que consideraba un tanto insolente en su intención de engañar a sus mayores. A pesar de ello, se impuso, el calor de la aventura y antes de que estuvieran totalmente dormidos, Pangui logró arrebatarles un cántaro de la embriagante chicha de maíz. El muday tenía un sabor sumamente dulce, con un ligero grado alcohólico  que no fue del gusto de Colqui, , sin embargo; no pudo rechazar la oferta de su primo ni tampoco  la sorpresa de observar como éste, un niño de apenas once años,  tomaba tres medidas completas del brebaje de un solo sorbo.-Oiga primo, perdone que se lo diga pero a mi me da la impresión de que no es la primera vez que le saca muday al Tío.-Siempre se queda dormido con el cántaro en la mano, Yo voy y se lo quito para que no se le vaya a derramar en el chamanto nuevo, lo hago para que mi mamá no tenga que lavar tanto respondió con una sonrisa burlesca. . .Además estoy cuidando a mi Papá, así no toma tanto. Yo lo ayudo. Bebieron tres o cuatro sorbos más,  antes de dejar botado el cántaro de greda vacío, debajo de un sauce.-Ahora vamos a dar un paseo en dalca, así disimulamos la "curadera", cuando desembarquemos ya se habrán olvidado de la vasija y estarán dándole a otra. Una dalca era una embarcación liviana, apropiada para navegar por los canales chilotes, la usaban los pescadores de los pueblos ubicados al sur del Wallmapu, en los archipiélagos  llamados Chiloé, Guaitecas y de los Chonos. Su invención se atribuye a  los chonos, los que le habrán enseñado a construirla a sus vecinos huilliches. Consistía en tres tablones de alerce o de ciprés que se cortaban de un largo apropiado a la capacidad que requeriría la embarcación, normalmente medía hasta diez metros de largo con una capacidad de doce tripulantes. Era impulsada por remos y cuando le era favorable el viento se ayudaban levantando un palo con una vela hecha generalmente con cuero de lobo marino. Los tablones eran curvados con agua y con fuego hasta darle la forma que requerían el tablón de la quilla y los dos laterales.A la tabla se le hacían perforaciones cada cierta distancia empleando estacas calientes. Luego éstas se cosían utilizando  una fibra filamentosa que se obtenía al golpear la quila, una especie de bambú muy abundante en toda la región. Esta fibra era muy firme y  resistente al agua Finalmente los hoyos y las uniones se calafateaban con una mezcla de raíces, hojas de tiaca y estopa de alerce.No pasaron más de un par de minutos cuando las quietas aguas del bordemar comenzaron a arremolinarse envolviendo a la frágil embarcación y  a sus noveles marineros.¡Colqui¡, ¡Colqui¡¡despierta¡, ¡¡algo está ocurriendo¡¡ gritó desesperado Pangui mientras trataba de controlar los remos.Colqui que apenas podía abrir los ojos trató de levantarse pero incapaz de sostenerse, volvió a caer tendido sobre la cubierta, esta vez completamente dormido.Cuando despertó, Pangui agitaba los brazos y alzaba la voz tratando de que lo escuchara el vigía de un enorme navío que pasaba junto a ellos.Un momento después, el gran barco detuvo su marcha para que los "náufragos" fueran rescatados.El que parecía ser el capitán, un recio mocetón chono,  los recibió en la proa, sin dejar de expresar su asombro por la valentía de los jóvenes.¿Cómo se les ocurrió navegar con este clima? No saben que el viento Puelche se  ha tragado a decenas de barcos.¿El viento Puelche? Preguntó Colqui ¿Dónde Estamos?¿Dónde están? En el Estrecho traicionero, donde se reúnen las corrientes de  los siete mares respondió el capitán con  una carcajada atronadora.       Petrificados de temor ninguno de los dos hizo nuevas preguntas.El capitán entonces sintió pena por los niños perdidos y luego de abrigarlos con gruesos chamantos de lana chilota,  los abrazó con la ternura de un Padre que cobija a sus hijos.¿Sus Padres no saben que están perdidos? No recién estábamos junto a ellos, pero aprovechamos un momento en que se quedaron dormidos para subirnos a la Dalca y navegar por la orilla. No sé en qué momento nos adentramos al mar en tamaña lejanía.No deben volver a desobedecer. Tienen suerte somos gente de bien, pescadores chonos que recorrimos los canales del sur en busca de alimento para nuestros hijos y también para los hijos del mar.¿Los hijos del mar? dijo Colqui con curiosidad. En los mares habitan infinitos seres, espíritus del bien  y del mal, recalcó el capitán  casualmente estamos esperando a unos caballos marinos.¿Caballos marinos? Preguntaron ambos, casi al unísonoLos caballos marinos son animales mágicos que utilizan los  hechiceros chilotes. Se dice que son similares a los caballos normales, pero mucho más grandes y musculosos; sus crines son dorados como el oro, el hocico es más largo  y las patas tienen forma de aletas,  sobre su lomo pueden llegar a cargar hasta trece brujos  quienes lo usan para subirse al Caleuche o bajar al fondo del mar. Viven en las profundidades, frente a la costa occidental del archipiélago de Chiloé. Se alimentan de algas marinas, preferentemente de luche y cochayuyo, a veces también beben los jugos que secretan los pulpos, eso explica su color verdoso azulado.Sólo los brujos pueden ver los caballos marinos, y por eso son ellos quienes disfrutan de sus viajes. Cuando requieren uno de estos corceles, se acercan a la orilla del mar y dan cuatro silbidos. Solo eso basta para que aparezca un caballo de mar, al que el hechicero  se apura a lacear con una cuerda hecha de sargazo, la que también sirve como rienda. Estos animales mágicos, sin embargo, no viven mucho tiempo, dejan de existir en los años bisiestos y   se cuenta que cuando mueren se transforman en una sustancia viscosa que luego se disuelve lentamente  en el océano.. . . Pero usted dijo que solo los hechiceros,  alcanzó a balbucear Colqui -Y quién te dijo que yo no era uno de ellos remató el Capitán mientras sus ojos adquirían un color rojo intenso como el  capullo del copihue.¡No teman!, los  hechiceros chilotes jamás les hacen daño  a los  niños,. . . menos a unos que están arrepentidos de sus travesuras.  Terminó decir entre risas. En ese momento silbó cuatro veces hasta que bajo la espuma del mar apareció un inmenso caballo verde de aspecto salvaje y ojos carmesí. EL Animal con su aliento mágico hizo descender  a los niños del Caleuche  mientras el bondadoso brujo los despedía levantando su mano derecha en señal de despedida. -Adiós  mis amigos y no vuelvan a salir a navegar sin sus padres. Colqui y Pangui no alcanzaron a despedirse del capitán,  aferrados a la crin del animal se sumergieron suavemente bajo las olas, observando de reojo a los delfines y congrios que acompañaban en su ruta a los magníficos caballos embrujados. Recorrieron profundidades abismales y llanuras inmensas, conversaron con cardúmenes de peces que  decían provenir de mares lejanos  e  incluso visitaron ciudades submarinas, donde hombres, tortugas  y ballenas convivían pacíficamente, resolviendo sus disputas mediante torneos de fuerza e inteligenciaUn momento después Colqui y Pangui despertaron en la playa y como si todo hubiese sido un sueño  notaron que sólo habían transcurrido un par de horas, quizás no más de una hora.¡Pangui! ¡Colqui! ¿Dónde se habrán metido estos cabros de porquería? Escucharon decir al Abuelo y por el tono de su voz  decidieron que lo mejor era responder inmediatamente:-Aquí estamos Abuelo, en la dalca del Tío.- No les han dicho que no se vayan a meter ahí, el mar es traicionero y se puede arremolinar en cualquier momento.Ambos niños se miraron y antes de partir corriendo donde el Abuelo Pangui miró de soslayo a Colqui y le preguntó: •-         ¿Fue un sueño no es cierto?Sí fue un sueño  respondió Colqui mientras apretaba entre sus pequeños dedos una diminuta alga enroscada como un lazo de sargazos.                  
 LAS CUATRO PRUEBAS DEL CAMPEÓNLa vasta extensión del wallmapu, desde sus fronteras marítimas hasta las cumbres nevadas, se poblaba de espectadores cuando se desarrollaban sus  famosas fiestas anuales de la estación invernal. Miles de mapuches  y extranjeros, enmascarados y vestidos para la ocasión invadían de risas y colores las explanadas de las montañas y los valles circundantes. Bebían cántaros desbordantes de muday  y chapul doc. , comían carnes de animales salvajes y festejaban hasta el amanecer para descansar un par de horas antes de reiniciar las celebraciones. El festival de invierno era la festividad más importante del universo mapudungún, podían asistir a él hombres y animales aliados, de hecho, una delegación completa de  quinientos treinta milodontes y sus familias,  habían realizado el largo viaje desde las cavernas sureñas a los campos de araucarias, también llegaban, llamas y alpacas del norte., las nobles viscachas, las parinas viajeras,  los búhos sabios  y los graciosos chungungos que divertían a los niños  mapuches con sus interminables historias de hazañas fangosas, sólo estaban prohibidos los camahuetos por su carácter primitivo, los feroces ictiosauros y todos los seres vivos que comerciaran o se relacionaran con brujos maléficos que hubiesen hecho daño a un hombre o mujer del pueblo de la tierra. Existían dos niveles de competencias: una ritual, sagrada, reservada para los adultos, en la cual los distintos pueblos mapuches presentaban a sus máximos exponentes, verdaderos gigantes de musculatura desarrollada y perspicaz astucia, hombres o mujeres que habían destacado en la guerra o en la paz y otra planificada para los jóvenes, donde los pequeños peñis podían desafiarse en inteligencia y bravura.Colqui no había sido seleccionado para los juegos del festival, su bravura era ya señera entre los de su edad, pero su baja estatura y modales educados, hicieron dudar a los ancianos de la comunidad, que finalmente se inclinaron por Caupolicán , un mocetón fuerte como un puma y alto como una dos varas de coligue. Triste por la decisión de las autoridades, Colqui se encerró durante horas en la ruca de sus padres y sólo salió de ésta cuando el Abuelo Pali lo vino a buscar.-¿Por qué no me defendiste ante los otros caciques Abuelo Pali? Preguntó Colqui contrariado-A lo mejor, porque yo también pienso que aún eres muy pequeño para disputar los torneos de fuerza- Pero tú me conoces, sabes que soy el mejor de los futuros guerreros. -Eso no lo puede decir tu Abuelo-¿Por qué no? - Porque soy tu Abuelo, te amo como amo a tu Padre y para mí siempre serás el mejor ¡¡aunque no lo seas! Terminó de  decir el Abuelo con  su amplia sonrisa desdentada.  Al llegar a la cancha, una música de kultrunes y pifilkas invadió el ambiente con la armonía difusa de miles de instrumentos. A lo largo y ancho de recinto, un millón, quizás, dos millones de espectadores rodeaban el campo de juegos haciendo un ruido vociferarte y espantoso.Antes de iniciar las competencias, Maqui Rayén Quintremán, la gran Maqui machi del pueblo mapuche  se dirigió al centro de la vasta extensión de tierra y con una rama de canelo en su mano derecha, agradeció a los espíritus protectores por la salud y  felicidad de su pueblo e  imploró que ésta se mantuviera por otros mil años. La oración, seguida con un silencio inconmovible, fue escuchada por hombres y animales tomados de las manos.Las acciones se iniciaron con una larga nota de trutruca  a la que siguió una flecha ardiente lanzada al vacío.Cuatro niños en representación de las distintas nacionalidades mapuches salieron a la cancha. Caupolicán llevaba la bandera mapuche desplegada entre ambas manos como si poseyera  el más preciado tesoro.La primera prueba consistía en arrojar la piedra con boleadora, le correspondió  iniciar  los juegos al competidor lafquenche quien arrojó la piedra a una distancia de cincuenta lanzas, luego lo hizo el huilliche a sesentaiseis lanzas, después lanzó el pehuenche  a setentaicinco y por último, Caupolicán que tomando una fuerza desconocida arrojó el enorme guijarro de tres kilogramos a una distancia de cien metros. La multitud no paraba de celebrar y vociferar el nombre de Caupolicán  hasta que observó consternada como el adalid mapuche caía al suelo bajo los efectos de un severo desgarro muscular. Se hicieron todos los esfuerzos; pero el lanzador estrella del pueblo de la tierra no pudo recuperarse. Los ancianos no tuvieron otra opción, Colqui fue nombrado como el nuevo cona representante de la nación. Henchido de orgullo, el pequeño guerrero corrió hacia los competidores y saltando en el aire tomó la insignia de la estrella solitaria que le traspasó, entre lágrimas, el joven Caupolicán.  La siguiente prueba consistía en enlazar y montar un guanaco salvaje, esta prueba resultaba particularmente difícil para los noveles campeones, un guanaco es un camélido que puede superar los dos metros de estatura, más aún se trataba de un animal no domesticado que previamente era emborrachado con chicha de algarrobo para aumentar su cólera y por tanto la dificultad de la domadura. El Lafquenche trató de rodear al guanaco, durante tres minutos corrió en torno a él agitando sus brazos frenéticamente, quiso lanzarle el lazo en dos oportunidades, pero el animal finalmente lo escupió y lanzó a más de cuatro metros con un golpe de su poderosa cadera. El huilliche intentó subirse a él, de un saltó se montó sobre  la espalda del guanaco, aferrándose fuertemente a su cuerpo lanudo; sin embargo el animal que por un momento pareció obedecer a su joven amo, de pronto comenzó a saltar hasta derribar al improvisado jinete que cayó violentamente sobre la tierra. El niño pehuenche, astuto como todo montañés, rodeó al animal lentamente, sin mover el lazo, incluso, entonó una canción de suave melodía como si intentara adormecer al embriagado cuadrúpedo. En un momento determinado intento avanzar a tomar al animal por el cuello, más el guanaco advirtió la jugada y con un rápido movimiento de cabeza arrojó al suelo. El joven pehuenche se puso de pie y aunque estaba un tanto mareado por el golpe volvió a tomar la iniciativa, arrojando sobre el guanaco el lazo y corriendo hacia él en ademán de montarlo y profiriendo los más obscenos improperios, esta vez el animal lo intentó embestir  con instinto brutal y al pequeño pehuenche no le quedó más que correr  y llamar a gritos a su madre mientras el público se apretujaba de la risa.  Finalmente le correspondió el turno a Colqui que recordó lo que una vez le había dicho su Abuelo:"Nunca le demuestres temor a un animal, míralo a los ojos con tranquilidad, háblale con el lenguaje del corazón; así el se dará cuenta de que no eres su enemigo."Colqui avanzó lentamente hacia el guanaco, éste que ya se notaba muy cansado ni siquiera le prodigó un gesto agresivo. A una distancia prudente hizo no lo que nadie había hecho, se sentó frente al animal y le habló con voz tenue. El animal finalmente se tendió junto al pequeño y éste deslizó suavemente el lazo sobre el cuello del camello amerindio, finalmente, como si estuvieran jugando montó sobre su lomo y siguieron conversando en medio de una ovación atronadora del público.La tercera prueba tenía un significado especial para Colqui: Consistía en nadar de una orilla a otra  el Lago Calafquén que se ubicaba a pocos metros de la enorme cancha de juegos, años atrás el pequeño campeón mapuche había estado a punto de morir en sus aguas si no hubiera sido por los brazos de su padre y el apoyo de una serpiente prodigiosa que luego del descomunal esfuerzo paterno los había acercado  a los pastizales que bordean el inmenso espacio lacustre. Desde ese momento Colqui había  aprendido a dominar con la mayor destreza la natación, perfeccionando hasta el cansancio los movimientos de sus piernas y el ritmo de su respiración. Pese a todo, nunca había intentado hacerlo en el Calafquén y un temor atávico e infantil le hacia evitar el reencuentro con el venerable lago.Al iniciar la  prueba, los cuatro jóvenes estaban sumamente tensos, Colqui que tenía tan sólo diez años parecía a punto de desfallecer. En un comienzo los cuatro competidores nadaban casi al mismo ritmo, sin embargo Colqui puso en práctica un estilo que jamás había sido ejercitado: se trataba de nadar, tocando apenas con la yema de los dedos el agua, impulsando el cuerpo hacia delante con el  abdomen. Esa forma de nadar se la había enseñado un delfín vagabundo con el cual había conversado tiempo después de su accidente en el lago."Debes  aprender a nadar como nosotros, los delfines no tenemos brazos ni piernas, nos movemos por la naturaleza física de nuestros cuerpos y sobretodo, por la fuerza y alegría de nuestro corazón. Es algo que no reside en la fuerza sino en la disposición."Más que nadar Colqui volaba, se deslizaba con su torso sin estremecer innecesariamente el agua, los otros perdían energía y tiempo levantando y sumergiendo sus brazos que debían luchar contra las barreras burbujas que ellos mismos levantaban involuntariamente. Colqui voló sobre el mar, sus contendores fatigados y derrotados vieron con asombro como el pequeño guerrero mapuche llegó a la orilla opuesta, antes que ellos, exhausto; pero vencedor.La última prueba era la decisiva. Los cuatro campeones estaban cansados y los resultados anteriores no aseguraban el triunfo de ninguno de los competidores que ahora debían demostrar ingenio. La cuarta prueba consistía en subir un altísimo, árbol, antiguo y sagrado, que por los filamentos de su tronco, es prácticamente inabordable, incluso para los recolectores de piñones más avezados.  La prueba tenía una diferencia se podía utilizar cualquier artefacto  o  equipamiento  para realizar la ascensión. Sólo estaba prohibida la ayuda de  animales naturales o mágicos, la acción  de brujos o conjuros o la actitud tramposa de requerir a otros hombres libres o conspiradores. El lafquenche subió con el apoyo de una rama especialmente diseñada para la ocasión, la cual trató de apuntalarla al follaje del árbol mediante un mecanismo de puntas embadurnadas en pegamento vegetal. Cuando estaba en medio de la ascensión, la rama se quebró y el  lafquenche cayó casi de bruces sobre la tierra. Desconsolado por su fracaso, abandonó la justa sin saber la suerte de sus oponentes, en una actitud que molestó al público por su falta de respeto al ganador.El fornido mocetón huilliche dudó por unos instantes, luego retrocedió una gran distancia y  comenzó a tomar vuelo, pretendió saltar de un solo envión hasta la cima del pehuén. Su esfuerzo fue colosal aunque inútil, pudo levantarse sobre las cabezas de todos los presentes, incluso alcanzó a elevarse por sobre las diez lanzas de alto; pero finalmente cayó demostrando que ninguna fuerza humana podría someter a la altura orgullosa del pehuén.El  joven pehuenche declinó participar en la prueba, reconoció su incapacidad para subir este árbol y con ello demostró, nuevamente, la sabiduría y  prudencia que le habían enseñado sus mayores en la quietud de las montañas cordilleranas. Colqui sintió que una espada de hielo recorría su espalda. No podré subirlo se dijo a sí mismo  en el instante en que debía comenzar su participación. Quizás fue un destello benevolente de los dioses o una casualidad cuando recordó como su abuelo en una conversación que habían tenido hacía ya varios años le había comentado que en su niñez había observado a unos recolectores subirse al pehuén con una cuerda rodeando al árbol y apoyando los pies de tal forma que no se lastimaban las pantorrillas y al mismo tiempo que los filamentos del tronco servían de base para levantar un pie tras otro como un insecto escalador,  mecánicamente hábil y maravilloso.  En el momento  en  que Colqui pidió una cuerda, el Abuelo comenzó a sonreír y no pudo ocultar la emoción cuando su nieto comenzó a escalar hasta llegar a la cima del árbol y desde allí saludarlo con la mano.    El enorme campo de juegos fue invadido por miles de espectadores que vitoreaban el nombre, subido al lomo de un enorme puma, Colqui fue paseado como el más grande campeón juvenil del Wallmapu, el superatleta que todos querían admirar,  aunque su alegría no estuvo completa hasta correr a  abrazar a su abuelo Pali que se entrelazó con él, por un breve momento, que pareció tan eterno como la  verdadera felicidad...    
 A LA CAZA DEL CAMAHUETO GIGANTELos bosques de araucarias del alto Bío Bío, cubiertos por la nieve del invierno cordillerano, apenas dejaban ver sus altas copas, extendidas sobre la inmensidad del bosque milenario, cuando  se  divisaron  las siluetas de siete guerreros mapuches que avanzaban sigilosamente entre la densa niebla matutina.-Quizás es demasiado tarde para ver a una de estas bestias, deben salir a merodear durante la noche susurró Calfucura, rompiendo el silencio de la avanzada.-Estos animales son distintos respondió secamente Leftaru - Pero sería mejor buscarlos en la noche, el brillo de su cuerno nos podría ser de gran ayuda.insistió el joven cona proveniente del Lago Calafquén.-La noche siempre es oscura para ellos y para nosotros.- Los que le han visto dicen que son casi ciegos, ¿Qué piensas tú?Leftaru no respondió y llevándose el índice a los labios le solicitó  mantenerse en absoluto silencio. . .Parece que escuché algo.Muy pocos en la comunidad estaban de acuerdo con esta expedición: desde tiempos inmemoriales se sabía que los camahuetos eran animales salvajes de mucho poder. Según los antiguos, nacían a partir de un trozo de cuerno de camahueto muerto  enterrado, a propósito, en las montañas más escarpadas. Se desarrollaban lentamente bajo la tierra o en lagunas profundas y tenebrosas; después de veinticinco años surgían espontáneamente de sus madrigueras subterráneas, envueltos en una nube de polvo  mágico. Eran una mixtura de ternero y búfalo,  con tres cuernos en la cabeza. La verdadera fuente de su prodigio estaba en el cuerno central que era muy preciado entre los conocedores de la magia, porque servía para elaborar pociones y conjuros. También se aprovechaba su carne que según decían fortalecía a los hombres débiles o enfermos y su sangre negra, que al beberse hervida, otorgaba una fuerza extraordinaria a los jóvenes o tornaba valerosos a los cobardes; incluso, las mujeres codiciaban su pelaje bellísimo, con el cual se podían confeccionar los trajes más finos y abrigadores. Estos seres eran el misterio más recóndito del universo mapuche, emergían de la tierra las noches tormentosas, y desde ese momento sus naturalezas primitivas sentían el incontenible deseo de galopar velozmente hacia el mar, guiados por un enigmático instinto, con brutal fuerza y espíritu indomable, arrasaban con todo por delante. En su carrera hacia el océano, causaban los más violentos sismos y derrumbes. Estimándose que el origen de  todos los caudalosos ríos y acantilados estaba en el choque de su cuerno con el suelo, surcando la tierra como un arado colosal e indiferente.El abuelo estaba molesto con Leftaru, Pali, su nieto, el pequeño guerrero de diez años no debía ser parte de los cazadores. Pero Leftaru se mantuvo inconmovible.-Pali algún día será el líder de la comunidad decía con los ojos iluminados de orgullo, debe aprender a enfrentar estos peligros. . . y quizás algunos peores.-¿Y si le ocurre algo?-Si le ocurre algo, significará que no era el indicado para dirigir a sus hermanos de raza. Pero el abuelo no podía estar tranquilo, recordaba que en sus niñez sus padres le habían confidenciado que el camahueto era prácticamente invencible y que sólo un brujo, un hechicero con poderes sobrenaturales podía domarlo utilizando un lazo de sargazos y cortarle el cuerno con un cuchillo de pedernal volcánico. Los antiguos siempre habían invocado a estos señores del inframundo para derrotar a los camahuetos.      Sin embargo, Leftaru estaba decidido a capturar a uno de estos animales, más aún, no buscaba a cualquiera de ellos, sino al  macho líder de la manada, el camahueto gigante. No lo hacía por razones espirituales o de orgullo personal, en realidad,  lo impulsaba el sentido práctico: los novecientos kilos de carne que se podrían obtener de su cuerpo faenado serían la salvación para su  comunidad, amenazada por un invierno interminable.Pero la bestia era escurridiza y siempre estaba atenta a los movimientos humanos.Leftaru no pudo avizorarla ese día ni tampoco los tres días siguientes. El cuarto día fue diferente. Era la hora de atardecer cuando se toparon frente a frente con el gran macho, éste se había alejado de la manada y parecía tan sorprendido como sus celadores cuando se enfrentó a ellos. Arrójenle las lanzas alcanzó a gritar Leftaru Calfucura y su hermano Antinao lanzaron sus jabalinas de coligue, acertando en los cuartos traseros del camahueto pero este apenas se conmovió.Leftaru corrió cuarenta y cinco metros antes de arrojar su lanza con todas sus fuerzas la que cayó en el cuello del cuadrúpedo que pese a todo no cayó.El animal corrió a ocultarse en un lecho de helechos de hojas inmensas pero su enorme cuerpo se lo impidió y cayó en una hondonada cenagosa mientras la manada de casi mil camahuetos observaban paralogizados. Los guerreros rodearon al animal y luego de agotar sus lanzas, cargaron sus boleadoras, dejando caer sobre él una atronadora lluvia de piedras, cubierto de sangre y moretones el camahueto pareció colapsar cuando los mapuches le golpeaban con enormes mazas, hasta que en un momento determinado el camahueto salió de su madriguera mortal y saltando sobre las cabezas de los cazadores embistió contra ellos con una fuerza increíble, espantados los hombres huyeron, corriendo  a toda velocidad , el único que se quedó fue Leftaru que recogiendo una enorme piedra filosa se  la tiró a los ojos del camahueto que por un momento se detuvo confundido y cegado. Pali que no había intervenido en el ataque comenzó a llorar y a clamar a gritos-Papito Papito, regresa ese animal es demasiado grande, te va a matar.Leftaru que parecía tan anonadado como el camahueto, corrió en busca de su hijo y ambos se ocultaron detrás de unos cipreses de vastas dimensiones. Esperaron hasta que anocheciera para intentar huir; pero un búho bondadoso les advirtió que el camahueto aún merodeaba por el lugar.-Ustedes no respetan las leyes del bosque, Su osadía puede ser su peor enemigo dijo con tono de reproche  la prodigiosa ave, famosa por su sabiduría.- No nos impulsa la arrogancia, replicó Leftaru, mi comunidad está pasando  por una crisis, necesitamos la carne del camahueto gigante para enfrentar el invierno.-Entonces deben implorar el favor de los espíritus-¿Cómo?- Deberías saberlo Leftaru, tal vez  si duermen un poco e intentan relajarse tendré tiempo para viajar a la caverna de un brujo y preguntar como se puede derrotar a este animal.-Mi padre dijo que había una forma- ¡Duerme Leftaru!, tú y tu Pali deben descansar yo les traeré la respuesta. . .Si es que la hay.-Padre e hijo durmieron plácidamente ocultos en la oscuridad protectora de la noche.   Despertaron con la primera luz del alba, el búho no estaba junto a ellos; pero en la mano derecha de Leftaru había una soga de sargazo verde, fuerte como un látigo. Durante  el sueño, una voz cálida y amistosa le había confiado los detalles de su obsequio.Este trozo de sargazo es tu vida y la vida de tu hijo, debes enlazarlo sobre el cuello  del camahueto al mismo tiempo que le clavas la lanza. No hay una segunda oportunidad,  lo harás cuando hayas vencido el temor. Es imposible le respondió Leftaru a la voz ¿Cómo voy a arrojarle la lanza al mismo tiempo que lo estrangulo con el lazo?Nada es imposible. Le confidenció la voz. Para el amor no existe el temor ni la duda y nunca  habrá un amor más fuerte que el de un padre a su hijo.Leftaru salió a la explanada para provocar la atención del camahueto gigante, éste casi de inmediato comenzó a correr destruyendo todo a su paso con su cuerno afilado. Leftaru sintió que le temblaban las piernas cuando el animal se acercaba haciendo el ruido de una jauría de leones. -Aléjate Pali, aléjate.-No te voy a dejar PapáJusto en el momento en que la bestia caía sobre el pequeño y su padre ambos saltaron, cayendo sobre una acequia que corría junto a unos frondosos coihües, escondidos tras sus troncos observaron como el monstruo chocaba contra unas piedras, haciéndolas retumbar con horrísono. -No es posible, está más allá de nuestras fuerzas.- No te desalientes Papá debe tener un punto débil señaló Pali mientras acariciaba los brazos de su Padre.Entonces el animal comenzó a olfatearlos en el aire y se acercó a los árboles para sacar de su refugio a los humanos que intentaban cazarlo Leftaru y Pali se vieron forzados a correr a campo abierto mientras el animal corría tras ellos con toda su furia. Se arrojaron al suelo cuando estaba a punto de darles alcance y  el camahueto saltó sobre sus cabezas pasando de largo y cayendo de bruces en una hondonada. Por un momento se sintieron a salvo pero el animal tenía una fuerza increíble y de un solo envión se volvió a poner de pie  para ir en busca de sus víctimas. Leftaru creyó desfallecer  cuando vio que su hijo se subía a su espalda gritando-¡Ahora Papá con todas las fuerzas de los antepasados mapuches!.  - El camahueto venía acercándose con los ojos inyectados de sangre  y babeando cuando Pali arrojó la lanza de su Padre en el mismo instante en que éste enlazaba al gigante que cayó sobre la tierra en un torbellino de silencioso estertor. Leftaru ya comenzaba a separar la piel del animal muerto cuando una partida de cazadores encabezados por el Abuelo llegaba para apoyar a los cazadores solitarios. A la mañana siguiente una sinfonía de kultrunes alegres recibió a los guerreros victoriosos, mientras una mujer de cabello negro al borde del lago Budi esperaba en silencio a los dos amores de su vida.-Un día de estos ustedes dos me van a matar de un susto -Leftaru que traía a Pali sobre sus hombres no atinó a decir nada y ante sus pies dejó la más maravillosa piel de camahueto  ¡Vas a ser la mujer más elegante de la tierra mapuche!  
EL MURO DE LOS CAMAHUETOS Recostado sobre  la explanada de una  poderosa roca ígnea descansaba el líder de la manada.El camahueto parecía dormido pero la tensión de sus músculos laterales, ligeramente inclinados sobre la armadura primitiva de su cuello anteosaúrico, demostraba que estaba atento, muy atento. Quizás por esto, lanzó un bramido corto y amenazante, cuando detectó que algo se movía entre la hierba.-Ahí está dijo  Leftaru Ancalaf, parece que nos estuviera mirando.- Sí, pero no puede hacerlo, a esta distancia los camahuetos son prácticamente ciegos respondió su hermano.- No hay que descuidarse peñi, Estos animales poseen prodigios que el hombre no conoce.  El líder de la comunidad y otros cuatro guerreros intentaron dar un rodeo al volcán para tener una idea más precisa de la cantidad de camahuetos que formaban esta manada, más el animal alertado por los sonidos de los cuerpos que se arrastraban se levantó, y volvió a estremecer la quietud de la tarde  con  su  bramar salvaje.No se muevan, no hagan ningún movimiento... Si se mantienen en quietos y en absoluto silencio no podrá saber donde estamos  recalcó entonces el werkén para calmar a los hombres que se habían paralizado por el temor. Los camahuetos eran animales extraños al Wallmapu, provenían de islas lejanas, donde sólo los chonos y otras tribus pescadoras y recolectoras  del sur conocían sus orígenes y costumbres, no hablaban, se alimentaban de guanacos y chungungos y eran quizás el único depredador que conocían los feroces pumas de la montaña, mitad toros, mitad rinocerontes, de su cabeza brotaban tres cuernos: uno muy fuerte  enfrente de la nariz y uno a cada lado de la cara.Su cuerpo excepcionalmente fornido estaba revestido por tres tipos de corazas que lo hacían prácticamente invencible. Para algunos hombres los camahuetos eran unos seres mágicos, revestidos de la fuerza de los espíritus, para  otros, no eran más que monstruos arcaicos e ignorantes que destruirían a su paso los sembradíos y dejarían en la miseria al pueblo mapuche. Ancalaf estaba entre ambas posiciones. Sólo al caer los el werkén y sus hombres pudieron moverse y esperar el amanecer para contemplar la verdadera dimensión de los visitantes desconocidos. Apenas contuvieron la respiración cuando observaron a la pradera que bordeaba el volcán poblada por  a lo menos dos mil camahuetos. Transcurrieron dos días en los cuales los mapuches discutieron arduamente la situación, no podían derrotar a los invasores, ni siquiera ahuyentarlos, pues, si se ponían en fuga lo más probable es que atravesaran el valle pisoteando los cultivos de maíz e incluso, arrasando las comunidades y poniendo en peligro a las familias. Había que tomar una decisión., Aprovechando la hora del mediodía cuando los animales parecían descansar Ancalaf se subió por la ladera y logró espiar los con tranquilidad. Los camahuetos eran gigantes admirables, a pesar de su aspecto temible, se reunían en grupos pequeños que parecían constituir núcleos con lazos de parentesco y a pesar de su fama de devoradores de pumas, también eran vegetarianos y por lo que se podía apreciar, en estos momentos se hallaban más preocupados de pastar  que de buscar presas y desgarrar su carne. El jefe mapuche decidió volver a su comunidad, no sin antes advertir a sus hombres que no alarmaran a la gente haciendo comentarios sobre el número o la supuesta violencia de los camahuetos Al volver a la mañana siguiente lo recibió su familia con la más profunda alegría.-Menos mal que volvieron ya estábamos comenzando a preocuparnos  le dijo Fresia con los ojos empapados de lágrimas.- yo no estaba preocupado terció Palí estaba seguro que volverías sano y salvo Papá.-Es que andaban diciendo que escucharon un estampido de camahuetos en el bosque.Uno que otro animal, nada importante mujer, trató de disimular LeftaruPero su mujer que lo conocía demasiado volvió a inquirir¿Estás seguro?  Muy seguro, lo dice tu marido recalcó Leftaru regalándole una sonrisa a su esposa.  Dos veces volvió el werkén a la montaña para seguir observando a los camahuetos, le hubiese gustado estudiar detenidamente a estos  nobles animales pero sabía que las lluvias se acercaban y que al comenzar una tormenta los camahuetos se ponían en movimiento, destruyendo todo lo que se atravesara en su camino con sus enormes pezuñas unguladas. -Hay que construir un muro pensó, no sé como lo haremos, pero debemos hacerlo. Se lo diré a los hombres inmediatamente. Los que estén de acuerdo conmigo me acompañaránReunieron distintos materiales maderas,  paja, arenisca, nada parecía ser lo suficientemente resistente para contener una jauría de camahuetos escapando del invierno. Cada uno de estos podía llegar a pesar una tonelada y solo una materia nueva e indestructible sería la adecuada. Estaba sentado sobre unos  montículos de guijarros cuando recordó la vez en que Pali le acompañado para cazar un zorro a las orillas del volcán. Mientras esperaban al escurridizo y astuto culpeo, su hijo se había entretenido mezclando piedrecillas con arena negra, la cual con el paso de las horas se había endurecido de tal manera que Pali logró con un trozo de este lodo tumbar al zorro antes que las flechas le atravesaran el lomo.Pali le había llamado barro negro.Leftaru fue en busca de su hijo quien le mostró el lugar exacto de su hallazgo y la cantidad inmensa de ese material que se podía obtener de aquella cantera natural.La arena negra del volcán era la solución, sería el pegamento que uniría las rocas y formaría un muro, que levantado a cada lado del sendero, permitiría que los camahuetos emigraran hacia el norte; sin pasar a llevar  pasaran los sembradíos del Wallmapu.Leftaru reclutó a miles de trabajadores y auxiliares para realizar la empresa.  El sonido de reunión  fue presagiado por una sinfonía ceremonial  de kultrunes y trutrucas elevadas al viento. Luego, partidas de búhos mágicos  y chucaos se dirigieron  a los cuatro puntos cardinales del territorio mapuche, para comunicar a hombres y animales la necesidad de unir fuerzas. Acudieron al llamado: lafquenches y tehuelches, conas y hechiceros,  milodontes y  elefantes lanudos. Una semana después, justo cuando comenzaban las lluvias, el muro estaba terminado. En ese momento Leftaru elevó su mirada al cielo y junto a sus hombres espero  la estampida  en un recodo del camino. Los cien mil camahuetos comenzaron a correr de manera frenética, un horrísono de ejércitos en batalla desesperada se apoderó del valle, mientras una alta nube de polvo se confundía con las nubes. Leftaru apenas podía escuchar sus oraciones cuando vio que se acercaban los camahuetos, los cuerpos de los animales colisionaron una y otra vez contra los muros que parecían estremecerse por el peso de los fantásticos animales, antes de una hora todo había concluido los muros habían resistido y la gran manada de animales reposaba junto a las márgenes de un río septentrional, al otro margen del mundo mapuche. Como peregrinos que han terminado su largo viaje Leftaru y sus obreros se arrodillaron para agradecer al pillán las bendiciones de aquel día.          
     LA CAPA MÁGICAColqui no podía creer lo que estaba viendo por eso fue corriendo en busca de su abuelo y lo trajo de la mano para que contemplara la  particular escena.Los  veinte jugadores del equipo se habían acercado al cementerio que se ubicaba al lado de la cancha y allí, en medio de las tumbas de los antepasados; bebían y  elevaban plegarias en honor a los fallecidos.-¿Nunca lo habías visto? preguntó el Abuelo algo sorprendido.-¡Nunca!, ni siquiera sabía que había un cementerio junto a la cancha.-Es que los que están allí enterrados no son mapuches comunes y corrientes, ellos fueron los hermanos Melinao, los más grandes jugadores de palín que haya producido el wallmapu, se supone que tenían un secreto. Un misterio que sólo conocían los antiguos hechiceros de nuestro pueblo y que los hacía verdaderamente invencibles en el juego.El Abuelo iba a explicar lo que decía la gente sobre el juego espectacular de los hermanos Levinao, pero debió interrumpir su relato al ver que la verdadera marea humana que acompañaba a los jugadores comenzaba a dirigirse a los cerros que circundaban la explanada para ver el inicio del encuentro deportivo más esperado de los últimos tiempos.En un campo de por lo menos 250 metros de largo por 30 de ancho, estaban a punto de enfrentarse las selección del pueblo mapuche  contra la  tehuelche en la final mundial de Palín, el terreno cenagoso y deshecho por una inclemente lluvia hacían prever un partido largo y difícil donde el resultado estaría determinado más por la estrategia que por los méritos, estrictamente  competitivos de los contrincantes.  Los tehuelches tenían a su favor   sus desmesuradas estaturas y  la poderosa musculatura de sus  cuerpos que untaban con grasa de ballena, los mapuches sólo disponían de su astucia y de  feroces palínes de roble.  Junto a la planicie en las faldas de las cumbres cordilleranas observaban ansiosos unos cien mil espectadores, entre animales y hombres de los más alejados rincones, era tal la expectación, que  cientos  de yaganes  y alakalufes habían desafiado los canales y las selvas más australes para estar presentes en esta junta memorable, junto a ellos esperaban la contienda guanacos y gliptodontes, milodontes y huemules que asistían con sus familias completas.  Colqui  tenía una razón especial para estar nervioso: Su Padre,  el Werkén Leftaru Ancalaf, integraba el equpo mapuche y no era un jugador cualquiera, llevaba la insignia de  capitán. -No te preocupes Colqui le susurró el Abuelo al oído mi hijo es uno de los mejores jugadores que han existido. Un día le van rendir honores como a los Levinao.  Un cóndor de dimensiones colosales pasó volando por tercera vez sobre el terreno de juego, ésta fue la señal de que debían comenzar las acciones.Los Tehuelches comenzaron lanzando el balón sobre el campo contrario con una fuerza que parecía romper el balón, envueltos en las  pieles de los guanacos que cazaban parecían espectros fantasmales que avanzaban sobre la tierra mojada, levantando en chorro el agua de los charcos. Los mapuches respondieron el primer ataque  replegándose en una posición de montaña invertida que hizo caer a sus costados  a los gigantes patagónicos. Concientes del fracaso de su primera embestida, los tehuelches comenzaron a frenar sus asaltos y trataron de retener la pelota para esperar un descuido del adversario y penetrar en el campo rival con un plan más elaborado. No les resultó fácil los mapuches cambiaban una y otra vez de posición y siempre lograban engañar a sus oponentes, sólo al caer de la tarde la fuerza de los tehuelches terminó por imponerse a los mapuches, un jugador fatigado hasta el límite, cayó y dejó un claro en la retaguardia mapuche por donde ingresaron tres jugadores sureños, el primer tanto lo lograron los tehuelches a la luz del crepúsculo. como el partido se jugaba a los siete derrotas del contrario, el partido debió extenderse hasta el día siguiente.El segundo día comenzó con malos presagios para el equipo mapuche, a pesar de las instrucciones que por más de una hora impartió antes del partido el werkén Ankalaf los mapuches apenas resistieron un par de minutos el primer embate de los patagónicos , uno de los hombres de mayor talla logró ingresar al terreno mapuche y con un terrible golpe de su palín lanzó el balón desde más de 50 metros, logrando atravesar la marca de victoria. En ese momento Leftraru lanzó un gritó que atravesó ambas laderas del valle longitudinal ¡Hermanos resistan, pongan su corazón junto al de nuestros antepasados y resistan!.Ese gesto, al borde de la desesperación pareció darle nuevos bríos a los hombres del pueblo de la tierra  que en una reacción memorable resistieron durante el resto el día los cada vez más salvajes y violentos embates de los enemigos.Con la llegada de la noche, ambos equipos se retiraron nuevamente a sus respectivos campamentos, mientas los tehuelches dormitaban en sus toldos, el elenco mapuche, que usualmente no solía ni siquiera visitar a sus familias durante estas contiendas,  aprovechó la oscuridad para ir a sus rucas y abrazar a sus esposas e hijos. Leftaru besó durante varios  minutos a Guacolda y luego con sus brazos cubiertos de moretones y llagas, entrelazó a sus dos hijos. Colqui, un poco avergonzado, comprendió que Papá estaba extenuado y quizás deseoso de que el partido terminara. Los cuatro se quedaron dormidos  sobre una tersa suave piel de pudú.El tercer día transcurrió como una pesadilla interminable, en un momento  de la tarde un jugador tehuelche saltó sobre la inexpugnable formación de los mapuches, uno de los  jugadores más fuertes de la veintena mapuche  el lafquenche Quintremán trató de tomarle de una pierna, pero la potencia del tehuelche le permitió zafarse y llevar la pelota nuevamente hasta la marca de la victoria.El cuarto, quinto y sexto día no variaron la situación, a pesar de sus mayores esfuerzos, los jugadores mapuches no lograban contener a los gigantes patagónicos y se creyó necesario tomar una decisión: Los caciques de nuestro pueblo solicitaron una reunión con Leftaru  y en el estilo directo de los mapuches, uno de ellos se dirigió a su mente y a su corazón:-Supremo Werkén, somos testigos del valor y la destreza que han desplegado, pero... hay que aceptarlo, el campeonato mundial de palín será para el equipo tehuelche; un hombre normal no puede competir contra un extraordinario y sea cual sea nuestra disposición, en esta oportunidad, la fuerza ha sobrepasado a la inteligencia.Leftaru permaneció en silencio como si su mente divagara en otro lugar del universo, por lo que otro cacique reiteró la opinión-Debemos retirarnos y dar por ganadores a los tehuelches.Leftaru  se mantuvo en silencio.-Por lo demás hay otra causa en las montañas aledañas el público comienza a impacientarse, la chicha y las pendencias se han extendido antes y después de los partidos ya se han enfrentado hombres contra milodontes y los tigres dientes de sable, partidarios de los tehuelches han amenazado con devorar mujeres y niños mapuches.  El semblante de Leftaru se contrajo por un momento  hasta que pudo articular una respuesta digna de un mapuche:-Hermanos les doy las gracias, pero así como en la guerra, también en el palín debemos demostrar dignidad y creo que vamos a culminar el juego en la marca de la séptima victoria.-Pero igual seremos derrotados.-¡No necesariamente! dijo un hombre que estaba sentado en una de las últimas filas.Era el Abuelo de Colqui que con voz firme pidió que lo escuchara la asamblea.Antes de que comenzara el juego le expliqué a mi nieto,  la tradición de visitar a nuestros antepasados, en especial a los Levinao que fueron los jugadores más diestros  y  famosos del Wallmapu.Se dice que vencieron a todos los pueblos de la tierra. . . .incluso , a los tehuelches -¿Qué tiene que ver eso, ahora vamos a vencerlos con historias del pasado? Intervino con impaciencia uno de los caciques más jóvenes -Si tienes el respeto de escuchar a un anciano te explicaré:_ Se decía en ese tiempo que los Levinao tenían un secreto, sus capas rojas eran teñidas con un copihue especial que sólo crece en el Cerro Ñielol, esto era los que les daba un poder especial frente a sus adversarios, pero hay más el equipo debe estar integrado, a lo menos, por un  niño, de hecho, los Levinao, no tenían más de diez años cuando comenzaron a vestir sus capas mágicas.  Nadie dudó en el nombre del único niño que había demostrado un valor sin par. Colqui debía vestir mañana la capa y darle el triunfo.Por un momento el mismo Leftaru pensó que toda esta historia no era más que una leyenda absurda ; pero la sabiduría de los ancianos y la bondad de  la magia benigna terminaron por convencer al Werkén. Colqui aceptó de inmediato la misión y se fue a dormir para tener las  fuerzas necesarias  al día siguiente. Un Chuncho de vuelo maravilloso recibió verbalmente las instrucciones de ir durante la noche  a conversar con la machi de Ñielol para que ésta recogiera el líquido prodigioso de l copíhue . recién al despuntar el alba el ave sagrada trajo en su pico una bolsa con el colorante , en pocos minutos las capas de todos los jugadores fueron embadurnadas de  esta preciosa sangre vegetal, especialmente la de Colqui que ahora debía acompañar a su Padre.Cuando el elenco mapuche salió a la cancha encabezado por un niño y vistiendo vistosas vestimentas rojas los tehuelches se burlaron ruidosamente.El séptimo día comenzó prácticamente igual para los mapuches que apenas lograban resistir los ataques de los patagónicos. Habían perdido toda esperanza cuando Colqui intentó ir tras un balón, en ese momento, sintió que sus piernas se despegaban del suelo y con un salto de por lo menos tres metros sobrepasó las cabezas de los rivales y cayó sobre su campo llevando la pelota con el palín hasta la línea de marca.Miles de voces en mapudungun estremecieron los cerros que rodeaban la cancha cuando esto se repitió por segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta vez, al final de la tarde Colqui volvió a saltar sobre sus oponentes y dio un pase a su Padre que con gran seguridad y precisión lanzó el séptimo golpe que traspasó la línea de marca.  Un puñado de lágrimas de emoción se mezclaron con la lluvia que comenzaba a caer sobre la selva ancestral El Juego había terminado el campeonato mundial de Palín era para el Pueblo Mapuche, esta vez y para siempre, la sabiduría y la inteligencia se impondrían a la fuerza.                                
    LA MIRADA DEL ALICANTONadie pudo comprender el idioma que utilizaban esos hombres cuando se presentaron sorpresivamente ante el Consejo de Ancianos. Eran extranjeros, decían ser Lickan- Antay o  Atacameños y su lenguaje, una mezcla ininteligible de sonidos y cánticos que ellos denominaban Kunza; pero aún ante esta dificultad, sus gestos desmedidos, sus cuerpos fatigados, el ceño y la mirada extraviada de sus ojos hacían perfectamente comprensible que aquella gente estaba al borde de la desesperación. El Papá de Colqui como Werkén supremo de la comunidad propuso a los Venerables llamar a su hermano Lincoyán para que hiciera de traductor. Lincoyán era el mayor viajero y políglota del Wallmapu. Lincoyán Ancalaf, durante su juventud, había recorrido cientos de lugares y por tanto, conocía a la perfección las lenguas de los hombres y de los animales; aunque de carácter, a veces  solitario y taciturno,  su compañía era apreciada por  todos, en especial, por los niños  que como Colqui, pasaban horas y horas escuchando embelezados los relatos que hacía de sus aventuras por el mundo. Por eso, apenas lo vio pasar, Colqui quiso tomar la mano de su Tío, pero como venía  caminando con su Padre, ambos con el  rostro trémulo no se atrevió ni siquiera a saludarlo.Los extranjeros provenían  de Lasana, un Pueblo atacameño de gran importancia, situado en el altiplano.Habían atravesado grandes salares, cabalgando  día y noche sobre sus llamas, para llegar al  territorio de los guerreros indómitos.Su comunidad pasaba por una terrible hambruna, la sequía había destruido las cosechas y las madres  no tenían como alimentar a sus hijos, cuarenta rogativas y sacrificios ceremoniales de llamas no habían logrado aplicar la  inexplicable molestia de los dioses y la única solución era comprar una reserva de maíz a los Almacenes Reales de Tiwanaku. Los emperadores de las altas cumbres  habían prometido enormes cantidades de alimentos; pero este debía ser pagado mediante una alta suma de oro y los atacameños no podían la cantidad requerida del metal precioso. Su única esperanza se reducía al Alicanto, una  poderosa ave  mágica, cuyos poderes habían sido otorgados por los espíritus, se alimenta de oro y plata y su plumaje brillante y hermoso es de color dorado o plateado, según el metal que ingiera durante el prodigio. Este animal conoce el lugar exacto de los yacimientos mineros y nadie mejor que él puede guiar a los hombres a la riqueza. Al finalizar la traducción El Papá de Colqui se levantó y tan perplejo como todos preguntó:-¿Alguien ha escuchado algo así? ¡Puede ser sólo una leyenda!-Yo lo he escuchado y no sólo lo he escuchado, interrumpió con voz atronadora Colipí el más anciano y sabio de los mapuches.El Alicanto existe, verlo es algo muy raro ya que el Alicanto es un ave de  otros parajes,  no de nuestra tierra, pero el Alicanto existe,  excepcionalmente aparece en cualquier lugar, a veces sin que el mapuche se lo proponga.; Pero hay algo que deben saber, este ser puede hurgar en el corazón de los  hombres y ver si eres  digno de su tesoro, si detecta que los hombres que lo persiguen  son de malas intenciones el ave los precipitará en un barranco o los hará morir de frío o de sed, así es que tengan cuidado y piensen bien lo que buscan.Al día siguiente una expedición de los mejores hombres del Wallmapu  se ofreció para acompañar a los atacameños. Colqui era tan sólo un niño pero a pesar de los ruegos de su madre insistió tanto que el Werkén aceptó llevarlo.Lo buscaron durante tres días; pero no encontraron ninguna huella de su paso. Recién al cuarto día descubrieron en medio de la selva un par de rastros que como rayos de sol resaltaban entre los helechos mojados. Se acercaron bastante al animal que no huyó ante la presencia humana, sin embargo el cansancio y el terreno demasiado accidentado, hizo que el Werkén  ordenara que todos los hombres descansaran  y que reiniciaran mañana la búsqueda. Amanecía, cuando Colqui despertó sobresaltado por algunos sonidos soterrados que salían de la improvisada choza de nalcas que habían construido los atacameños para pasar la noche. Tres de los ocho expedicionarios atacameños se habían puesto de acuerdo durante la noche para coger por sorpresa a sus compañeros y amarrarlos con sogas de cáñamo, luego de amordazarlos y drogarlos.Los conspiradores habían actuado con mucha cautela, por lo sin  ningún asomo de nerviosismo, montaron en sus llamas y emprendieron la búsqueda del Alicanto. Todo el tesoro será nuestro decían en voz baja los traidores, mientras sonreían con el corazón palpitante de ambición.El Líder de los traidores ordenó que enfilaran hacia un bosque muy tupido donde habían visto ocultarse al animal sagrado.El Alicanto no tardó en dejarse ver nuevamente, los tres hombres al advertir su presencia, bajaron de sus cabalgaduras y  corrieron a pie para alcanzarlo. El Alicanto también comenzó a  moverse y lo hizo con tal velocidad que  sus perseguidores pronto se sintieron agotados, en un último intento los tres hombres rodearon  y  saltaron al mismo tiempo, tratando de atraparlo con sus manos sin darse cuenta que el animal los había conducido hasta el borde de un  barranco. Allí encontraron la muerte aquellos que habían traicionado a sus hermanos de etnia.Colqui había avisado a los adultos, los cuales  alcanzaron a  desatar a los atacameños que estaban a punto de perecer asfixiados. Se esforzaron por llegar al lugar donde agonizaban los extranjeros dando desgarradores gritos de dolor, pero ya era tarde los hombres yacían muertos, mientras sobre la copa de una araucaria cercana se hallaba posado el Alicanto, Los mapuches se detuvieron paralizados de temor ante  la colosal ave de de metálico.El Werkén se arrodilló y entendiendo sus manos dijo lo siguiente:Poderoso animal ten piedad de nosotros, somos guerreros de dos pueblos hermanos que buscamos la bondad de tu don para encontrar porque necesitamos riqueza para pagar el alimento de nuestros hijos.El animal entonces desplegó sus alas y bajó del árbol volando lentamente  hacia los mapuches,.al tocar con sus garras la tierra se acercó lentamente al Werkén Ancalaf como si quisiera escudriñar en sus ojos la verdad de su corazón.El Papá de Colqui sintió temor y aunque no lo demostró volvió a dirigirse al ave con voz implorante.Alicanto mírame a los ojos y dime si quisiera hacerte daño vendría  hasta ti trayendo a mi hijo. El animal entonces movió su cuello y miró fijamente a Colqui quien se acercó cuidadosamente hasta abrazar a su padre.De pronto el Ave desapareció en una nube de infinitos colores y al disolverse ésta dejó al descubierto un filón de oro  con el cual se podían llenar, por lo menos, 18 sacos  del metal precioso.Los guerreros de ambos pueblos se tomaron de las manos y lloraron de alegría durante varios minutos, luego cargaron sobre sus animales el precioso regalo de los dioses  y volvieron antes del tercer día a la aldea. Los Atacameños partieron a la mañana siguiente y aunque no se volvió a tener noticias de ellos, los mapuches  sabían  que  los espíritus de las montañas protegerían a esos viajeros y les darían la fortuna de ver a sus hijos crecer sanos y felices.                  
      JUAN FERNANDEZ MURIÓ EN QUILLOTA LUEGO DE DESCUBRIR AUSTRALIA Y NUEVA ZELANDA   Los historiadores no dudan en registrar que el navegante español Juan Fernández descubrió casualmente, en 1574, el archipiélago chileno que hoy lleva su nombre, al alejarse de la costa del Pacífico para eludir los vientos contrarios. De paso acortó a treinta días el trayecto Callao-Valparaíso que, apegado a la costa, demoraba unos tres meses. Una hazaña para la época. Como todos los grandes descubridores del siglo 16 , la biografía  de Juan Fernández es una pintura con luces y sombras: no se sabe exactamente donde nació, algunos lo consideran lusitano( portugués) otros español, En 1532 se habría unido a la hueste de Francisco Pizarro e incluso habría participado en la famosa entrevista de Cajamarca donde el Inca Atahualpa fue capturado por los conquistadores. Lo que si está claro, es que se encontraba establecido en Chile desde el año 1550, habiendo llegado al país a los 22 años de edad.Sin embargo, existe una polémica aún no cerrada en cuanto a que, en la misma época, Juan Fernández exploró por primera vez las costas de Australia y Nueva Zelanda, anticipándose a los registros oficiales. O sea, treinta y tres años antes de que el navegante portugués Pedro Fernández de Quiros, reconocido oficialmente como el descubridor de Australia y Nueva Zelanda . El piloto lusitano pidió al rey Felipe III en 1610 la concesión de gobernar esa "Terra Australis", nombre dado por los navegantes que la vislumbraron y que propuso llamar "Australia del Espíritu Santo".El probable viaje de Juan Fernández a Oceanía, ocasión en la cual habría descubierto Australia y Nueva Zelanda se basa en un documento que, presentó a SMC, Felipe Segundo el Licenciado Juan Luis de Arias, alrededor del año 1615, " Proponiendo conquistar las tierras que había descubierto el piloto Juan Fernández, luego de haber navegado durante un mes desde las costas de Chile hacia el oeste, habiendo sido el mismo que antes había reducido a sólo 30 días de viaje la navegación entre Lima y la costa central de Chile":En cuanto a las referencias de las mencionadas tierras descubiertas por Juan Fernández, se hace saber que de acuerdo al relato  existente se trataba de un suelo montañoso, fértil y poblado por gente blanca ( Nueva Zelanda y los Maoríes), de ríos torrentosos y que contaban con todos los frutos necesarios para subsistir. Dicho antecedente habría sido el resultado, según don José Toribio Medina, del informe que presentó Juan Fernández a su regreso al Cuartel Maestre del Ejército Pedro Cortés, acompañado de un croquis de las tierras que había explorado, quien lo llevó a España y lo informó personalmente  a su majestad  el Rey Historiadores extranjeros de conocido prestigio, como Dalrymple y Burney entre otros, indican que Juan Fernández fue el descubridor de Nueva Zelanda y distintos europeos creen que incluso visitó Australia, basándose en el documento de Arias y las descripciones del terreno y de los ríos, aparte que indican el año de 1576 como fecha de la expedición, lo cual es coincidente. A este último respecto, don Francisco Antonio Encina en su conocida y prestigiosa obra "Historia de Chile", junto con confirmar lo anterior, agrega que en aquel entonces Juan Jufré solicitó al gobernador de Chile, Melchor Bravo de Saravia, una licencia para descubrir otras islas del mar del Sur, a comienzos del año 1575, refiriéndose al archipiélago que Juan Fernández había hallado, en el afán de servir de pretexto para navegar más hacia el oeste y así obtener la autorización del virrey del Perú para alcanzar las grandes islas continentes que se encontraban más hacia occidente.  Sobre el caso, cabe tener presente que otros navegantes españoles, al tenor de los relatos anteriores, ya habían ubicado no sólo las islas Salomón, sino también Nueva Guinea y otras ínsulas, las cuales creían pertenecer al continente de la "Terra Australis Incógnita", pródigo en frutos de la tierra. Finalmente hay algo que debe destacarse: Juan Fernández, el gran navegante y descubridor, aún no completamente reconocido, murió en Quillota, específicamente en Rautén) en 1599.Lugar que escogió para vivir sus últimos días.  
    ROMEO MURGA, EL POETA ADOLESCENTESiempre es dolorosa la muerte de un hombre, es una vida que pierde lo que era y lo que pudo ser, pero es doblemente doloroso cuando el que muere es un joven en la flor de la vida y quizás lo es aún más, cuando el fallecido es un artista, un  poeta,  un creador de sueños  que perdieron sus alas antes de emprender el vuelo. Este podría ser el epílogo para la breve vida de Romeo Murga quien estuvo a punto de transformarse en uno de los más grandes y prolíficos escritores de Chile. Romeo Murga nació en Copiapó, el 18 de junio de 1904, cuidado por su madre y su hermana mayor, Berta, creció en un ambiente ordenado y de buenas costumbres, estudió en el Liceo Alemán de Copiapó, para luego en marzo de 1920 trasladarse a Santiago, donde comenzó sus estudios de pedagogía en francés. Por aquel entonces, el viejo edificio del Instituto Pedagógico era el hervidero poético de nuestro país y en sus pasillos discutían sobre estética y arte, decenas de jóvenes entre los cuales destacaban Rubén Azócar, Pablo Neruda, Eugenio González y Víctor Barberis. En una época en que se creía que las ideologías y las revoluciones transformarían a los hombres para construir un futuro mejor, el valor de la poesía parecía incalculable. Pero Romeo Murga era silencioso, de conversación tranquila y trato afable. Como lo describe Neruda, su compañero de pensión y de pobreza, en uno de sus poemas, años después:"Un niño solitario y dormido, atravesando en silencio las piezas anochecidas".Murga pronto empezó a publicar sus primeros versos en revistas de la época, sobretodo en Claridad, en Educación y Cultura y en Zig-Zag, no sólo poemas, sino también traducciones de autores franceses y criticas literarias. Se tituló de Profesor de Estado en la asignatura de francés y es nombrado Profesor del Liceo de Quillota  (Actual Liceo Santiago Escuti Orrego) en 1924. Uno de sus alumnos fue el futuro poeta y novelista Luis Enrique Délano y su Rector  el también escritor Darío Cavada. Este profesor poeta, alto, delgado, de rostro moreno pálido y  ojos verdes, vivía más  que para la pedagogía, para el amor y los libros. Otro de sus mejores alumnos, Elías Ugarte Figueroa,  lo describirá de la siguiente manera: "Un visitante de un planeta de sueños que sólo ha descendido a la tierra para caminar con los ojos vendados o perdidos" En Quillota empieza ya a sentirse enfermo de tuberculosis, la enfermedad clásica de los poetas a comienzos del siglo 20. Viaja, cuidado por su familia, a San Bernardo. De esa época es uno de sus últimos poemas, en donde dice: "Mi madre está diciendo que me muero de fiebre. No es verdad. Voy viajando por ciudades remotas. Quizás dentro de poco mi espíritu se quiebre por este mar donde llevo mis alas rotas". Romeo Murga, copiapino de nacimiento; pero quillotano por adopción, muere el 22 de mayo de 1925, cuando aún no había cumplido los 21 años.  En 1946,  quizás simbólicamente, 21 años después de su fallecimiento, se hermana retomará la publicación  de sus poemas.  Si bien, en su tiempo, su muerte no fue dimensionada cabalmente, las actuales  generaciones de escritores han valorado y redescubierto al poeta- niño que amaba el silencio. El también poeta Angel Cruchaga,  en uno de sus libros le dedicará quizás el más hermoso, sensible y melancólico recuerdo: "Aquí vino a morir Romeo Murga, pálido joven de cristal herido, Aquí oyó un horizonte de pájaros creando la mañana; y entre sus manos la canción caía como cálida esencia derramada".  
  MICHIMALONCO, FUNDADOR DE NUESTRA NACIONALIDAD.En las diversas encuestas que se están realizando para determinar los grandes hombres que ha producido nuestro país, no aparecen muchos indígenas, ni siquiera mestizos. Esto no debe extrañarnos, ya que es de conocimiento público, que el chileno está recién descubriendo la riqueza histórica, la cultura y el legado de voluntad y heroísmo que han dejado los pueblos originarios en la psicología colectiva de nuestra sociedad. Como un pequeño grano de arena, voy a referirme a Michimalonco, el cacique mapuche del valle de Aconcagua que inició la primera rebelión contra la dominación española y que bien puede ser considerado uno de los fundadores de nuestra nacionalidad. Michimalonco, nació alrededor del año 1500.Junto a su hermano Trangolongo, eran los caciques principales de la región central de Chile. Sólo recibían órdenes de Quilacanta el príncipe Inca, que gobernaba desde Quillota. Según los cronistas de la época, fue educado en la ciudad del Cuzco, capital del Imperio Peruano.  Deseoso de expulsar a los peninsulares, acogió en sus dominios a Gonzalo Calvo Barrientos, el primer español que pisó tierra chilena, huyendo de sus compatriotas;  éste le retribuyó, aportándole  valiosos conocimientos militares y estratégicos. Apoyándose en estas experiencias y habiendo reunido un ejército de casi 10.000 guerreros,  encabezó contra la recién fundada ciudad de Santiago del Nuevo Extremo, un asalto el 11 de septiembre de 1541.Derrotado por la fiereza de sus defensores, en especial, de Doña Inés de Suárez, Michimalonco cruzó la Cordillera de los Andes, buscando refugio en Cuyo, todavía en poder de los incas. Empobrecido y desencantado de su causa, reunió a sus antiguos compañeros de lucha y los convenció a vivir en paz con los españoles, en aquella oportunidad les dijo: "Ya sabemos que cuanto son de bravos  y valientes en la guerra, son de mansos y afables en la paz". Regresó a Chile en 1549, se presentó ante Pedro de Valdivia y solemnemente, le juró lealtad a su antiguo enemigo. Según Mariño de Lobera, sus palabras fueron acompañadas de 200 libras de oro, muy fino, y gran cantidad de ganado. Valdivia correspondió con agradecimiento los obsequios de Michimalonco, aceptando de buen grado su ofrecimiento de servicio,  siempre que el pueblo araucano no se opusiera a la acción evangelizadora de los misioneros, se sometiera al régimen de las encomiendas y contribuyera con mano de obra a la explotación de los yacimientos auríferos. Todas las exigencias fueron aceptadas por Michimalonco, estableciendo el primer acuerdo de paz entre los conquistadores y el pueblo mapuche. A finales de 1549, Valdivia lo  nombró comandante del cuerpo de tropas auxiliares araucanas. Ambos combatieron en la Batalla de Andalién, en el lugar donde se alza hoy la ciudad de Concepción, donde fue derrotado el cacique Ainavillo junto a varios miles de guerreros. Algunos españoles, temerosos de que Michimalonco los traicionara y liderara junto a Ainavillo, una rebelión general desde el río Aconcagua a la Araucanía, lo asesinaron, probablemente durante una expedición de reconocimiento que había ordenado el gobernador Valdivia a Jerónimo de Alderete, en la primavera de 1550.La gran mayoría de los historiadores está de acuerdo en que el crimen de Michimalonco no tuvo fundamento lógico. Michimalonco no era un traidor, consideraba que la resistencia al invasor español constituía un suicidio y que lo  esencial era preservar la vida de su pueblo. Don Pedro de Valdivia y el toqui Michimalonco, terminaron de manera muy similar. Ambos pagaron con su vida lo que esperaban, pero ellos fueron los fundadores, quienes establecieron las bases sobre las cuales surgiría más tarde una nueva nación. Su gran mérito consiste en haberla soñado.  
     LAUTARO YANKAS Y EL LICEO DE QUILLOTAEn innumerables entrevistas, foros académicos, discursos e incluso en conversaciones informales, el gran escritor y Premio Latinoamericano de Literatura Lautaro Yankas siempre recordó su paso por Quillota, específicamente por el Liceo de Hombres (hoy Santiago Escuti Orrego) donde fue profesor de Artes. Lautaro Yankas, cuyo verdadero nombre era Manuel Soto Morales, nació en Talca, el 6 de mayo de 1902, estudió en la escuela Superior de Hombres de Talca y en la Escuela Normal de Curicó, titulándose en 1917 como Profesor Normalista en Dibujo y Caligrafía.En 1919 se trasladó a Santiago donde labora como Profesor e Inspector en el Liceo Valentín Letelier. Más tarde estudió en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile desde donde egresó en 1924 como Profesor de Artes Plásticas. Este prolífico escritor publicó más de 30 libros, en géneros tan disímiles como el ensayo, la novela y el cuento. Su principal temática fue la vida del pueblo mapuche, descrita sin sentimentalismos ni visiones ideológicas, en las páginas de sus libros hay una ambientación magistral de la vida de "frontera" con patrones "déspotas", indígenas "ladrones", mujeres "rebajadas" en su condición de tales, comerciantes "inescrupulosos", autoridades "venales", violentos conflictos por tierras y ganado y todos los sentimientos, acciones y pasiones que conforman la verdadera urdimbre de la existencia humana. Aunque para algunos, la suya fue una literatura costumbrista, alejada de los parámetros radicales y de protesta que han denunciado la tragedia de nuestro pueblo originario. Lautaro Yankas es y será  un icono de la literatura indigenista en todo el continente. Quizás en aquello resida el mayor valor de su trabajo, sus novelas eran literatura de verdad, no manifiestos ni declaraciones políticas. Entre sus libros podemos destacar: La bestia hombre (1924), La risa del Pillán ((1927), Flor Lumao (1931), El cazador de pumas (1947), el último toqui (1950),La literatura chilena de contenido social ( 1953), el vado de la noche (1954, su obra maestra), las furias y las vírgenes ( 1962), Doña Catalina , un reino para la Quintrala (1972) y Quien es quien en las letras chilenas( 1985) escrita cuando el escritor tenía más de ochenta años.  Lautaro Yankas murió en 1990, a la venerable edad de 88 años. Aunque no recibió el Premio Nacional de Literatura, durante su  vida obtuvo los siguientes reconocimientos: Premio de Cuento diario La Nación (1924), Premio de Cuento revista Zigzag (1925), Premio Ensayo en los Séptimos Juegos Florales de Valparaíso (1934), Premio Ensayo de la revista argentina Histonium (1949) y Premio Latinoamericano de Literatura por su novela el Vado de la Noche (1954).Lautaro Yankas vivió un episodio importante de su vida humana y profesional en Quillota. Los quillotanos nos deberíamos sentir orgullosos de esto, leyendo sus obras, rescataríamos para las futuras generaciones la memoria de un gran profesor y escritor nacional que una vez dijo refiriéndose a sus años de juventud: "Muchos de esos sueños se desvanecieron antes de llegar a la conciencia, otros tomaron el camino del verso o la prosa, donde la fantasía y el mito ahogaban el sentimiento y la idea. La brega por la existencia material se compartía con la pugna literaria, yo no padecía un desdoblamiento sino que me proyectaba desde el fondo de mi ser". 
  MICHIMALONCO, FUNDADOR DE NUESTRA NACIONALIDAD.En las diversas encuestas que se están realizando para determinar los grandes hombres que ha producido nuestro país, no aparecen muchos indígenas, ni siquiera mestizos. Esto no debe extrañarnos, ya que es de conocimiento público, que el chileno está recién descubriendo la riqueza histórica, la cultura y el legado de voluntad y heroísmo que han dejado los pueblos originarios en la psicología colectiva de nuestra sociedad. Como un pequeño grano de arena, voy a referirme a Michimalonco, el cacique mapuche del valle de Aconcagua que inició la primera rebelión contra la dominación española y que bien puede ser considerado uno de los fundadores de nuestra nacionalidad. Michimalonco, nació alrededor del año 1500.Junto a su hermano Trangolongo, eran los caciques principales de la región central de Chile. Sólo recibían órdenes de Quilacanta el príncipe Inca, que gobernaba desde Quillota. Según los cronistas de la época, fue educado en la ciudad del Cuzco, capital del Imperio Peruano.  Deseoso de expulsar a los peninsulares, acogió en sus dominios a Gonzalo Calvo Barrientos, el primer español que pisó tierra chilena, huyendo de sus compatriotas;  éste le retribuyó, aportándole  valiosos conocimientos militares y estratégicos. Apoyándose en estas experiencias y habiendo reunido un ejército de casi 10.000 guerreros,  encabezó contra la recién fundada ciudad de Santiago del Nuevo Extremo, un asalto el 11 de septiembre de 1541.Derrotado por la fiereza de sus defensores, en especial, de Doña Inés de Suárez, Michimalonco cruzó la Cordillera de los Andes, buscando refugio en Cuyo, todavía en poder de los incas. Empobrecido y desencantado de su causa, reunió a sus antiguos compañeros de lucha y los convenció a vivir en paz con los españoles, en aquella oportunidad les dijo: "Ya sabemos que cuanto son de bravos  y valientes en la guerra, son de mansos y afables en la paz". Regresó a Chile en 1549, se presentó ante Pedro de Valdivia y solemnemente, le juró lealtad a su antiguo enemigo. Según Mariño de Lobera, sus palabras fueron acompañadas de 200 libras de oro, muy fino, y gran cantidad de ganado. Valdivia correspondió con agradecimiento los obsequios de Michimalonco, aceptando de buen grado su ofrecimiento de servicio,  siempre que el pueblo araucano no se opusiera a la acción evangelizadora de los misioneros, se sometiera al régimen de las encomiendas y contribuyera con mano de obra a la explotación de los yacimientos auríferos. Todas las exigencias fueron aceptadas por Michimalonco, estableciendo el primer acuerdo de paz entre los conquistadores y el pueblo mapuche. A finales de 1549, Valdivia lo  nombró comandante del cuerpo de tropas auxiliares araucanas. Ambos combatieron en la Batalla de Andalién, en el lugar donde se alza hoy la ciudad de Concepción, donde fue derrotado el cacique Ainavillo junto a varios miles de guerreros. Algunos españoles, temerosos de que Michimalonco los traicionara y liderara junto a Ainavillo, una rebelión general desde el río Aconcagua a la Araucanía, lo asesinaron, probablemente durante una expedición de reconocimiento que había ordenado el gobernador Valdivia a Jerónimo de Alderete, en la primavera de 1550.La gran mayoría de los historiadores está de acuerdo en que el crimen de Michimalonco no tuvo fundamento lógico. Michimalonco no era un traidor, consideraba que la resistencia al invasor español constituía un suicidio y que lo  esencial era preservar la vida de su pueblo. Don Pedro de Valdivia y el toqui Michimalonco, terminaron de manera muy similar. Ambos pagaron con su vida lo que esperaban, pero ellos fueron los fundadores, quienes establecieron las bases sobre las cuales surgiría más tarde una nueva nación. Su gran mérito consiste en haberla soñado.  
      JOEL ROBERT POINSETT, OTRO NORTEAMERICANO EN NUESTRA HISTORIA Yo no sé si es para reír o llorar; pero mientras más hurgamos en la historia de nuestro país, más importante parece haber sido el aporte de los extranjeros, especialmente de los norteamericanos que con su voluntad,  sagacidad e  ingenio; contribuyeron en  algo más que un grano de arena a la libertad de nuestra patria. Uno de los norteamericanos más notables en la independencia de Chile fue Joel Robert Poinsett. Cuando la redacción de la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos, hecha por Jefferson, estaba aún fresca, nació en Charleston, Carolina del Sur, el 2 de marzo de 1779, Joel Robert Poinsett. De  Familia aristocrática y educado en Europa, se desempeñó brillantemente como diplomático en Francia y Rusia. Reconociendo su extraordinaria capacidad, el gobierno de los Estados Unidos, deseoso de dar apoyo al movimiento emancipador de la América del Sur, envió a Poinsett a Chile. Llegó a Santiago el 29 de diciembre de 1811.Siendo el primer agente consular de una nación que reconocía la independencia de nuestro país. Hizo gestiones especiales para la compra de armamento que por su intermedio la Junta de Gobierno había encargado al país del norte, armas que fueron fundamentales para el bando patriota durante los inicios de la Patria Vieja.  Poinsett asumió prácticamente la posición de general del Ejército Patriota, siendo uno de los primeros norteamericanos  que entregaron sus servicios a favor de los republicanos de Sudamérica en su guerra de independencia contra España. Muchos oficiales patriotas  aprovechaban sus vastos conocimientos para estudiar las posiciones del enemigo y preparar planos topográficos de las líneas de combate, llegando, incluso, a arriesgar su vida en las vecindades de Talcahuano y Chillán. Cabalgando junto a Carrera, cruzó el río Maule, venciendo a los españoles en San Carlos el 14 de mayo de 1813. Así quedó el ejército chileno dueño del territorio hasta las orillas del río Ñuble. En compañía de los próceres José Miguel Carrera, Fray Camilo Henríquez, Manuel de Salas y otros, redactó el primer Código Constitucional de  las Provincias de Chile y también gracias a su influencia, fue posible traer desde los Estados Unidos la imprenta donde se publicó el primer periódico nacional, " La Aurora de Chile".Creyendo concluida su misión en Chile, Poinsett viajó a Buenos Aires y de allá salió para los Estados Unidos, en los primeros días de septiembre de 1814.Pero su salida de Chile no marcó el fin de sus actividades a favor de esta República y de hecho, continuó apoyando a  la causa patriota, especialmente a los hermanos Carrera, con los cuales había forjado una sólida amistad.Después fue embajador en México, hizo importantes aportes a la Botánica, fundó una Academia de Bellas Artes en su ciudad natal y contribuyó a la formación del Instituto Smithsoniano (el más importante de Norteamérica). A pesar de una ausencia de más de 35 años, Poinsett no olvidó nunca a Chile.Falleció el 12 de diciembre de 1851, en Statesburg, Carolina del Sur, después de una vida dedicada a su patria y a los ideales democráticos.Por si alguien, en algún momento, dudó de su amor a Chile no está de más recordar las palabras que pronunció a favor de Chile ya transformado en  integrante del Congreso de los Estados Unidos: " Hago resaltar la justicia de su revolución, animada por los sufrimientos morales y materiales del pueblo chileno, pueblo que finalmente venció a su enemigo imperial, porque su movimiento libertador no se esgrimía a partir cuestiones de derecho abstracto, sino de causas tan radicales y ciertas como el amor a la tierra, a las  tradiciones y a las formas de ser, saber y creer que los hacen únicos e irrepetibles"    
    JUAN BOHÓN, EL PRIMER ALEMÁN QUE PASÓ POR QUILLOTAEra el año 1543, ya habían transcurridos tres años de la fundación de la ciudad de Santiago y podía decirse que el Conquistador Valdivia  y sus compañeros apenas habían conseguido vivir en paz en las regiones del Mapocho y Aconcagua; apenas, porque las huestes del porfiado Michimalonco, aunque retiradas y errabundas por las serranías  y bosques de Huechuraba, de Lampa, de Quillota  y de La Ligua, se encontraban listas para caer sobre los conquistadores al menor de sus descuidos. En ese instante llegó la noticia de que los indios de Copiapó  habían asaltado  a la tripulación de un patache que imprudentemente  había desembarcado en dicho "puerto". Este pequeño buque venía del Perú trayendo "socorros" para la colonia de Chile, sus únicos tres sobrevivientes habían hecho rumbo al Sur, en demanda de  Valparaíso. Junto con las órdenes para que se buscara el barco, que navegaba perdido, y se le socorriera, Valdivia, consideró impostergable la fundación de un fuerte  y ciudad en la región nortina, disponiendo lo necesario para llevar a efecto tan delicada misión. Eligió para ello a uno de sus mejores capitanes, el alemán Juan Bohón, quién partiría acompañado por un destacamento de 20 soldados. Bohón era un lansquenete, un soldado mercenario al servicio del Emperador Carlos V, estos guerreros germanos eran muy apreciados en las guerras renacentistas europeas y su presencia en la conquista de América, fue notoria desde el primer momento. El capitán teutón y los suyos salieron de Santiago allá por el mes de enero o febrero de 1544 y avanzaron paulatina y concienzudamente por los valles de Quillota, Aconcagua y La Ligua, a través de cuyas serranías persiguieron con tenacidad a los naturales" haciendo de ellos escarmiento"; y tan bien lo hicieron; que a los dos o tres meses de correrías" se vieron en paz esos territorios y los indios nos sirvieron". No ha sido posible establecer la fecha  en que fue  fundado el fuerte que había solicitado Valdivia (la primitiva ciudad de la Serena), pero se cree que ello debió ocurrir entre los meses de mayo  y junio de 1544.Conocidas las antecedentes de la primera fundación de La Serena, es fácil suponer que la vida que llevaron sus fundadores no fue placentera, pues no tenían indios de servicio para los trabajos agrícolas y todo su tiempo debían emplearlo en ejercer la vigilancia de la región; En 1548, Francisco de Villagra que gobernaba interinamente a Chile (Pedro de Valdivia  no se encontraba en Chile) ordenó a Juan Bohón que partiera a Copiapó con unos treinta soldados que se habían reunido allí para poner paz a los indios del norte que parecían estar organizando una gran rebelión. Salió Bohón de la Serena y mientras recorría los campos y "reguas" de Copiapó, fue asaltado su campamento una noche de fines de noviembre  por un numeroso ejército de indios" y allí murió Juán Bohón con veintisiete hombres de a pie y de a caballo". No estaba equivocado  Villagra una sublevación general de los indios se abatió sobre la ciudad de la Serena, sus cuarenta y cuatro habitantes, hombres, mujeres y niños, fueron horriblemente masacrados; en seguida la ciudad fue incendiada y destruida hasta sus cimientos; Sin embargo el esfuerzo de Bohón no fue en vano, poco tiempo después se volvió a fundar la ciudad que cumplió una tarea invaluable para la supervivencia de nuestra nación. Prácticamente olvidado por la historia, este soldado alemán que se unió a la Conquista de nuestro país por un sueldo, fundó la segunda ciudad del territorio, en un lugar estratégico que aseguraba el aprovisionamiento y la seguridad de los primeros habitantes españoles del norte de Chile y de paso, se transformó en  el primer alemán que pasó por Quillota en el siglo 16.     
    JUAN BOHÓN, EL PRIMER ALEMÁN QUE PASÓ POR QUILLOTAEra el año 1543, ya habían transcurridos tres años de la fundación de la ciudad de Santiago y podía decirse que el Conquistador Valdivia  y sus compañeros apenas habían conseguido vivir en paz en las regiones del Mapocho y Aconcagua; apenas, porque las huestes del porfiado Michimalonco, aunque retiradas y errabundas por las serranías  y bosques de Huechuraba, de Lampa, de Quillota  y de La Ligua, se encontraban listas para caer sobre los conquistadores al menor de sus descuidos. En ese instante llegó la noticia de que los indios de Copiapó  habían asaltado  a la tripulación de un patache que imprudentemente  había desembarcado en dicho "puerto". Este pequeño buque venía del Perú trayendo "socorros" para la colonia de Chile, sus únicos tres sobrevivientes habían hecho rumbo al Sur, en demanda de  Valparaíso. Junto con las órdenes para que se buscara el barco, que navegaba perdido, y se le socorriera, Valdivia, consideró impostergable la fundación de un fuerte  y ciudad en la región nortina, disponiendo lo necesario para llevar a efecto tan delicada misión. Eligió para ello a uno de sus mejores capitanes, el alemán Juan Bohón, quién partiría acompañado por un destacamento de 20 soldados. Bohón era un lansquenete, un soldado mercenario al servicio del Emperador Carlos V, estos guerreros germanos eran muy apreciados en las guerras renacentistas europeas y su presencia en la conquista de América, fue notoria desde el primer momento. El capitán teutón y los suyos salieron de Santiago allá por el mes de enero o febrero de 1544 y avanzaron paulatina y concienzudamente por los valles de Quillota, Aconcagua y La Ligua, a través de cuyas serranías persiguieron con tenacidad a los naturales" haciendo de ellos escarmiento"; y tan bien lo hicieron; que a los dos o tres meses de correrías" se vieron en paz esos territorios y los indios nos sirvieron". No ha sido posible establecer la fecha  en que fue  fundado el fuerte que había solicitado Valdivia (la primitiva ciudad de la Serena), pero se cree que ello debió ocurrir entre los meses de mayo  y junio de 1544.Conocidas las antecedentes de la primera fundación de La Serena, es fácil suponer que la vida que llevaron sus fundadores no fue placentera, pues no tenían indios de servicio para los trabajos agrícolas y todo su tiempo debían emplearlo en ejercer la vigilancia de la región; En 1548, Francisco de Villagra que gobernaba interinamente a Chile (Pedro de Valdivia  no se encontraba en Chile) ordenó a Juan Bohón que partiera a Copiapó con unos treinta soldados que se habían reunido allí para poner paz a los indios del norte que parecían estar organizando una gran rebelión. Salió Bohón de la Serena y mientras recorría los campos y "reguas" de Copiapó, fue asaltado su campamento una noche de fines de noviembre  por un numeroso ejército de indios" y allí murió Juán Bohón con veintisiete hombres de a pie y de a caballo". No estaba equivocado  Villagra una sublevación general de los indios se abatió sobre la ciudad de la Serena, sus cuarenta y cuatro habitantes, hombres, mujeres y niños, fueron horriblemente masacrados; en seguida la ciudad fue incendiada y destruida hasta sus cimientos; Sin embargo el esfuerzo de Bohón no fue en vano, poco tiempo después se volvió a fundar la ciudad que cumplió una tarea invaluable para la supervivencia de nuestra nación. Prácticamente olvidado por la historia, este soldado alemán que se unió a la Conquista de nuestro país por un sueldo, fundó la segunda ciudad del territorio, en un lugar estratégico que aseguraba el aprovisionamiento y la seguridad de los primeros habitantes españoles del norte de Chile y de paso, se transformó en  el primer alemán que pasó por Quillota en el siglo 16.     
  JUAN BOHÓN, EL PRIMER ALEMÁN QUE PASÓ POR QUILLOTAEra el año 1543, ya habían transcurridos tres años de la fundación de la ciudad de Santiago y podía decirse que el Conquistador Valdivia  y sus compañeros apenas habían conseguido vivir en paz en las regiones del Mapocho y Aconcagua; apenas, porque las huestes del porfiado Michimalonco, aunque retiradas y errabundas por las serranías  y bosques de Huechuraba, de Lampa, de Quillota  y de La Ligua, se encontraban listas para caer sobre los conquistadores al menor de sus descuidos. En ese instante llegó la noticia de que los indios de Copiapó  habían asaltado  a la tripulación de un patache que imprudentemente  había desembarcado en dicho "puerto". Este pequeño buque venía del Perú trayendo "socorros" para la colonia de Chile, sus únicos tres sobrevivientes habían hecho rumbo al Sur, en demanda de  Valparaíso. Junto con las órdenes para que se buscara el barco, que navegaba perdido, y se le socorriera, Valdivia, consideró impostergable la fundación de un fuerte  y ciudad en la región nortina, disponiendo lo necesario para llevar a efecto tan delicada misión. Eligió para ello a uno de sus mejores capitanes, el alemán Juan Bohón, quién partiría acompañado por un destacamento de 20 soldados. Bohón era un lansquenete, un soldado mercenario al servicio del Emperador Carlos V, estos guerreros germanos eran muy apreciados en las guerras renacentistas europeas y su presencia en la conquista de América, fue notoria desde el primer momento. El capitán teutón y los suyos salieron de Santiago allá por el mes de enero o febrero de 1544 y avanzaron paulatina y concienzudamente por los valles de Quillota, Aconcagua y La Ligua, a través de cuyas serranías persiguieron con tenacidad a los naturales" haciendo de ellos escarmiento"; y tan bien lo hicieron; que a los dos o tres meses de correrías" se vieron en paz esos territorios y los indios nos sirvieron". No ha sido posible establecer la fecha  en que fue  fundado el fuerte que había solicitado Valdivia (la primitiva ciudad de la Serena), pero se cree que ello debió ocurrir entre los meses de mayo  y junio de 1544.Conocidas las antecedentes de la primera fundación de La Serena, es fácil suponer que la vida que llevaron sus fundadores no fue placentera, pues no tenían indios de servicio para los trabajos agrícolas y todo su tiempo debían emplearlo en ejercer la vigilancia de la región; En 1548, Francisco de Villagra que gobernaba interinamente a Chile (Pedro de Valdivia  no se encontraba en Chile) ordenó a Juan Bohón que partiera a Copiapó con unos treinta soldados que se habían reunido allí para poner paz a los indios del norte que parecían estar organizando una gran rebelión. Salió Bohón de la Serena y mientras recorría los campos y "reguas" de Copiapó, fue asaltado su campamento una noche de fines de noviembre  por un numeroso ejército de indios" y allí murió Juán Bohón con veintisiete hombres de a pie y de a caballo". No estaba equivocado  Villagra una sublevación general de los indios se abatió sobre la ciudad de la Serena, sus cuarenta y cuatro habitantes, hombres, mujeres y niños, fueron horriblemente masacrados; en seguida la ciudad fue incendiada y destruida hasta sus cimientos; Sin embargo el esfuerzo de Bohón no fue en vano, poco tiempo después se volvió a fundar la ciudad que cumplió una tarea invaluable para la supervivencia de nuestra nación. Prácticamente olvidado por la historia, este soldado alemán que se unió a la Conquista de nuestro país por un sueldo, fundó la segunda ciudad del territorio, en un lugar estratégico que aseguraba el aprovisionamiento y la seguridad de los primeros habitantes españoles del norte de Chile y de paso, se transformó en  el primer alemán que pasó por Quillota en el siglo 16.     
     JORGE BEAUCHEF, EL HÚSAR DE NAPOLEÓNLas Guerras napoleónicas fueron una serie de conflictos militares que tuvieron lugar durante el tiempo en que Napoleón Bonaparte gobernó Francia, involucraron a por lo menos 25 reinos, imperios y coaliciones, que  en su afán de ambición y poder, desangraron a millones de seres humanos, extendiéndose, desde el final de Tratado de Amiéns en 1803 hasta 1815 (Waterloo).Una de las tropas más leales y famosas de la Grande Armeé del Emperador francés fueron los regimientos de húsares. Los húsares eran la caballería ligera, los ojos y oídos del ejército de Napoleón, ya que se usaban como exploradores y como pantalla para el contingente terrestre, manteniendo informados a los comandantes de los movimientos enemigos, al tiempo que impedían a éste obtener la valiosa información de inteligencia. Lo interesante es que uno de estos húsares, Jorge Beauchef, después de luchar durante años en Europa se unió al ejército chileno y luchó por la independencia nacional, más aún, fue la  principal autoridad militar de Quillota en uno de los momentos estelares de nuestra emancipación, Jorge Beauchef Isnel, Nació en Francia en 1787, en el pueblo de Le Puy en Velay, Departamento del Alto Loira. A los 18 años ingresó en la Armada Francesa, participando en las campañas de 1805 y cayendo prisionero de los españoles en 1808. Cuando escapó, huyó hacia Estados Unidos, donde fue invitado por las Provincias Unidas del Río de la Plata para ayudar en el Ejército de los Andes, no alcanzó a ayudar en esa tarea, por lo cual cruzó hacia Chile., incorporándose a su ejército. Participó el 6 de Diciembre de 1817 en el ataque a la fortaleza de Talcahuano como Segundo Comandante del Regimiento No 1 de Línea. Su mayor gloria la obtuvo cuando materializó el audaz plan de Lord Cochrane para la toma de Corral  y Valdivia, donde en una acción relámpago con 250 hombres desalojó sucesivamente de la inexpugnable fortaleza a los españoles que resguardaban los fuertes Del Inglés, San Carlos, Amargos, Chorocamoyo y Corral. Ante el abandono de las fuerzas de Mancera, Carbonero el Piojo y Niebla, con sus soldados tomó posesión de ellos.  Posteriormente se apoderó de la ciudad de  Valdivia, integrándola oficialmente al territorio de Chile. Luego en persecución de los españoles que huían hacia Osorno, los derrotó en la Batalla de la Hacienda El Toro el 3 de marzo de 1820. Fue jefe de las tropas independentistas en la batalla de Mocopulli, intento fallido de anexión de Chiloé en 1824.  Luego el 14 de enero de 1826, en la campaña final para la liberación de Chiloé, con su Batallón No8 derrota completamente a las últimas fuerzas realistas en el Combate de Bellavista. En una de sus últimas actuaciones militares participó en la campaña contra la terrible banda de los Bandoleros Pincheira. Finalmente en 1828, se acogió a retiro aquejado por una dolorosa enfermedad.En 1831, regresa a Francia con su esposa, la dama chilena Teresa Manso, allí permanece dos años antes de volver a Chile. Muere en Santiago, el 10 de junio de 1840, a los 53 años de edad, en su casa de Merced con Miraflores. Hay  un dato que las reseñas históricas y militares casi siempre dejan de lado: Beauchef, antes de emprender la campaña de liberación de Chiloé, ya con el grado de Coronel de nuestro Ejército,  se acantonó con sus tropas en nuestra ciudad, donde fue nombrado Comandante  General de Armas de Quillota (Gobernador) durante el Gobierno de Francisco Antonio Pinto. Beauchef envió y recibió órdenes en nuestra ciudad. El Archivo Histórico de Quillota guarda los documentos originales de este oficial que después  arriesgar su vida por los ideales de la libertad y la igualdad, combatió por la bandera de la estrella solitaria, el emblema sagrado de  la tierra que lo acogió con los brazos abiertos hasta el último día de su existencia.      
 CALVINO Y LA OBRA PRESBITERIANA El 10 de julio de 1509, hace exactamente 500 años, nació en Picardía,  Francia, Juan Calvino, (Jean Cauvin en su tierra natal); considerado uno de los padres de la Reforma Protestante y uno de los teólogos cristianos más importantes de todos los tiempos. Calvino no sólo fue un religioso e  intelectual brillante, luego de viajar durante años por Europa, evitando a  las autoridades eclesiásticas, mientras, estudiaba, escribía y disertaba a partir de la Biblia y de su interpretación de  la tradición cristiana, publicó en 1536 un conciso y provocativo trabajo que le situó en la vanguardia del protestantismo como pensador y predicador. Las ideas de Calvino eran simples y directas, deseaba piedad sincera y disciplina en la religión. Durante el mismo año visitó Ginebra camino de Estrasburgo y fue invitado por Guillermo Farel(Otro importante líder de la Reforma) a participar en el movimiento reformista de la ciudad.Calvino permaneció en Ginebra con Farel hasta 1538 cuando la ciudad votó contra Farel y los dos fueron invitados a marcharse. Calvino concluyó su interrumpido viaje a Estrasburgo y participó en la vida religiosa de esa ciudad hasta septiembre de 1541. Durante su estancia en Estrasburgo, Calvino se casó con Idelette de Bure, con quién tuvo un hijo que falleció en la infancia. A finales de 1541, los ginebrinos convencieron a Calvino para que regresara y les dirigiera de nuevo en la reforma de la Iglesia. Permaneció en esa ciudad el resto de su vida. Su esposa murió en 1549, y no se volvió a casar. Aunque recibió casa y salario del gobierno, no tuvo cargo oficial y no se hizo ciudadano de Ginebra hasta 1559.A pesar de su doctrina inflexible, que no aceptaba ningún tipo de  herejía o libertinaje,  como gobernante (en la realidad el gobernó Ginebra durante más de 20 años) Calvino se propuso mejorar la vida de los habitantes de la ciudad de muchas formas. Defendió la creación de hospitales, alcantarillado, barandillas protectoras en los pisos altos para evitar que los niños se cayeran, atención especial para los pobres y los enfermos y la introducción de nuevas industrias. Promocionó el uso del francés en las iglesias, y contribuyó de forma muy personal a su formación como lengua moderna con sus escritos en lengua vernácula. Calvino nunca gozó de buena salud; sufría asma crónica y catarro. Estuvo muy delicado a causa del violento ataque de fiebre cuartana en 1558. Murió el 27 de mayo de 1564 y fue enterrado en una sepultura anónima en Ginebra. La influencia del calvinismo en Chile ha sido fecunda y duradera, extranjeros y nacionales que participaron  activamente en la historia de nuestro país, abrazaron las ideas de la iglesia presbiteriana ( seguidora de las ideas de Calvino) Roberts Poinsett, David Trumbull, José Ibáñez Guzmán, el primer pastor presbiteriano chileno y otros miles de hombres y mujeres notables, sin olvidar que personajes tan disímiles como  José Estanislao Linch,( Abuelo de Patricio Linch), el destacado empresarioWilliam Wheelwright, Lord Cochrane y María Graham también eran evangélicos.En distintos lugares del mundo y, por supuesto, también en nuestro país, se ha conmemorado por estos días el quinto centenario del nacimiento de Juan Calvino, que en una oportunidad, frente a hombre armados que venían a provocarlo, dijo las siguientes palabras: "Pueden quebrar estas manos, pueden cortar estos brazos, pueden tomar mi vida, mi sangre es vuestra, pueden derramarla; pero nunca me forzarán a dar las cosas santas al profano y deshonrar esta mesa de mi Dios".   
     LAS HIERBAS DE LA VIDAUna densa nube de vapor medicinal envolvía el interior de la ruka cuando la machi le dijo a la madre de Colqui que el Abuelo Pali estaba muy grave.-¡Va a morir! sentenció la anciana hechicera  y su voz se filtró por entre las pajas de la techumbre como el silbido del viento en el invierno.-¿No hay medicina que lo pueda curar venerada machi? Preguntó la madre de Colqui con los ojos empapados de lágrimas.-No la hay mujer, ni aquí ni en ningún lugar de nuestro mundo araucano, salvo que. . .-¿Salvo qué?-Salvo que alguien  fuera en busca de la Sanuwe Kachu, la hierba sagrada que crece junto a los ríos; pero es imposible ir en su busca, sólo la he visto crecer en abundancia   en los márgenes de la laguna congelada que está  junto al volcán Ll.aima.-No está tan lejos aseveró la madre de Colqui-No está tan lejos, pero para  llegar a sus laderas  se deben sortear innumerables peligros:Pumas devoradores de hombres, serpientes gigantes y aves rapaces, ningún hombre , en su sano juicio, se atrevería desafiar la selva.Esa noche Colqui no pudo conciliar el sueño, su pequeño cuerpo de nueve años daba vueltas y vueltas en la cama hasta que llegó el amanecer. Finalmente al despuntar el alba tomó una decisión: ¡Debo ir a buscarla! se dijo resueltamente.Debo ir a buscar la Sanuwe Kachu, sólo la Sanuwe Kachu salvará a mi Abuelo, entonces dejó unas marcas a sus padres en señal de que pronto volvería, y sin que nadie alcanzara a despertarse  tomó las cosas que había dejado guardadas en un recipiente de estomago de  guanaco   y caminó hasta que la aldea se perdió de vista. Caminó y caminó descansando donde podía  o hasta donde sus fuerzas le permitían seguir adelante. Al mediodía, cuando ya podía divisar, las dos fumarolas de la majestuosa montaña cubierta de glaciares, buscó reposo bajo la sombra de una frondosa pewen que se alzaba junto a una roca de basalto, al despertar trató de ponerse de pie inmediatamente; pero una serpiente lo rodeaba completamente.Colqui le dijo serpiente, que parecía estarlo esperando ¿sabes que soy la muerte que asfixia ?-Debo ir en busca de medicinas para mi Abuelo-Si te mato no podrás llevar ninguna medicina-Tú lo has dicho serpiente  si me matas respondió Colqui desafiante mientras empuñaba una afilada piedra.-La serpiente lo miró detenidamente y volvió a preguntar:-Dime pequeño ¿hay algo más fuerte que yo, que pueda atrapar a sus víctimas, quitarles la respiración o morderlos hasta matarlos?. Si me lo muestras te perdonaré la vida.Entonces Colqui recordó el nudo que le había enseñado su Abuelo  y desatando rápidamente el trariwe de lana de su cintura, se lo lanzó, atrapando a la serpiente por la cabeza dejándola completamente inmovilizada.Después de un instante Colqui desató a la serpiente y ésta, al quedar libre cumplió su promesa, no sin antes  ofrecerle unos sabrosos huevos de perdiz para que se alimentara durante el viaje.Colqui siguió caminando hasta que la tarde cayó sobre los pantanos, buscaba un refugio seguro donde pasar la noche cuando un puma que bajaba por las quebradas del volcán se interpuso en su camino, trató de esquivarlo corriendo por entre los árboles del bosque húmedo; pero el león de la Cordillera es un animal poderoso y astuto que lo acorraló entrelos charcos que orillaban el río y el pié de plano de la montaña.•-         Estoy hambriento Colqui dijo el Puma dejando ver sus colmillos babeantes. Tú podrías  ser mi almuerzo de hoy recalcó  con un rugido.Colqui sintió miedo y un temblor frío le recorrió el cuerpo como una espada de hielo, pero en ese momento recordó las palabras que siempre decía el Abuelo cuando iban al sotobosque  a cazar animales salvajes: El miedo es lo que nos impide pensar, cuando sientas miedo no pienses en él, es más, nunca tengas miedo, pues éste no te permitirádiscernir en los caminos para escapar de aquello que verdaderamente nos aterroriza.El Puma le mostró sus garras y rugiendo con voz atronadora preguntó:¿Quién puede rugir más fuerte que yo?Colqui no sabía que responder y temblaba ante la idea de ser devorado por un león de la Cordillera.¿No me escuchaste, dime quién puede rugir más fuerte que yo?De pronto el rostro de Colqui se iluminó  y rememorando lo que había visto hacer a los ancianos  gritó con todas sus fuerzas  en dirección a la montaña, de tal modo que el eco quese produjo multiplicó cien veces la potencia de su voz, rebotando contra los riscos de las alturas.El Puma atemorizado por el grito, bajo la cabeza  y se mostró sumiso ante la presencia del niño.-Pídeme lo quieras, pequeño Cacique, yo te protegeré de todas las otras fieras de la selva, junto a mí estarás seguro día y noche.Sólo quiero que me acompañes hasta laguna congelada del del volcán Llaima.-¿Quieres ir a la laguna congelada del volcán Llaima? preguntó el Puma abriendo desmesuradamente los ojos ¿ No sabes que ahí el suelo tiene vida  y en cualquier momento sus ríos de sangre ardiente   te pueden quemar como un incendio abrazador?-Sí le respondió Colqui entristecido, es la única forma de traer de traer una hierba medicinal que puede salvar la vida de mi Abuelo.El  rey de la selva araucana resguardó a Colqui durante un largo trecho. A su paso  Guanacos,pudúes, zorros de pelaje rojizo y vizcachas se agolpaban y murmuraban sobre la mansedumbre de la fiera  que caminaba junto al niño, al oír que el pequeño guerrero iba en busca de la Sanuwe Kachu que crecía en un pantano , en los faldeos al otro lado del volcán Llaima sentían piedad por él y le deseaban suerte.Colqui se separó de su amigo justo a los pies del volcán , sobre una especie de plataforma , al levantar la vista, sus ojos no pudieron alcanzar la cima de la gran montaña y un sentimiento de derrota e impotencia se apoderó de su alma , envolviéndola en una tiniebla gris.Pensó en su Abuelo, en sus hermanos que ya lo consideraban un hombre y en sus padres que a esa hora se encontrarían preocupados y temerosos de su destino. Trató de ascender pero el farellón rocoso era un muro pétreo imposible de escalar, pese a todo siguió intentándolo hasta que uno de sus pies resbaló en un trozo de enquisto negro, perdiendo el equilibrio y cayendo libremente a través del aire. Colqui creyó en ese momento que iba a morir y sus últimos pensamientos fueron para su madre, a la cual le daría una tristeza infinita.Caía en línea recta hacia el río cuando prodigiosamente un ave de gran tamaño interrumpió su accidental vuelo, el ave una Mañke que extendía sus alas vigorosamente, lo sujetó con sus garras, asiéndolo violentamente por la manta como una presa arrebatada para siempre de su hogar. Colqui no tuvo tiempo para alegrarse de su providencial salvada , sabía que la Mañke también era un animal , un devorador y carroñero de las altas cumbres que lo llevaba para dar alimento a sus hijos, en los nidos de las nieves eternas. Comenzó a gritar y patalear, como si quisiera asustar al Cóndor, de ese modo pensó, por lo menos el gigantesco animal lo soltaría y terminaría golpeándose contra las rocas y no despedazado por los picos de una camada de cóndores jóvenes y hambrientos.Pero la Mañke no lo dejó libre, aunque para sorpresa de Colqui aterrizó suavemente en un rellano verde de las montañas.-¿Tú eres el niño que viene a buscar hierbas medicinales para su Abuelo?-¿ Quién te lo ha dicho? Preguntó atemorizado Colqui- ¡Nadie me lo ha dicho!.Yo no necesito preguntar para saber las cosas, lo he oído de unos killkill que conversaban sobre las ramas de una araucaria envejecida.•-         Pierdes tu tiempo niño, dijo la Mañke, con un timbre de voz devastado. Uno de mis•-           polluelos está enfermo y ninguna medicina parece sanarlo, con mi mirada he escudriñado  cada uno de los rincones de la selva; sin encontrar bebida o hierba aromática que le devuelva el vigor de la vida.-¿Has probado con la Sanuwe Kachu? La machi de nuestro Longo dice que es una hierba que puede curar cualquier enfermedad.-¿Dónde está esa hierba? Preguntó la Mañke como si por un momento recobrara sus esperanzas.Nuestra machi que hay gran cantidad en los bordes del la laguna congelada del volcán Llaima, en busca de ella iba, cuando perdí el equilibrio y tú me salvaste.Sube a mi espalda dijo la Mañke, iremos a ese lugar  y traeremos medicinas para mi hijo y para tu Abuelo. Colqui subió al lomo de la majestuosa ave ancestral de los Andes, que desplegó sus alas y comenzó a volar, inmediatamente una sensación maravillosa lo invadió por completo, desde la altura los follajes de los árboles, las nubes entrelazadas de vapores, el rumor poderoso del viento y las bandadas de torcazas, zorzales y bandurrias que se desplazaban por el cielo , tendieron sobre él una visión de lo que sólo en sus sueños podía conocer.La Mañke descendió en la laguna congelada que cubría de blanco una de las  laderas delvolcán y junto a Colqui comenzó a buscar en las cercanías, descubrieron muchas flores, arbustos y hierbas desconocidas del mawidantu, el copihue rojo, la quila, el quillay; como no estaba entre las flores , buscaron en los pastos y las plantas de esteros y charcos, el poleo, el toronjil y  la sietevenas, hasta que llegaron a la Sanuwe Kachu, una planta que luego sería conocida como la sanguinaria. La medicina salvó la vida del futuro Cóndor y la Mañke en agradecimiento trajo de vuelta a Colqui que fue recibido como un héroe a laentrada de su aldea. El Abuelo de Colqui bebió de la infusión que le preparó la machi en base a la misteriosa hierba, tras lo cual comenzó a mejorar y con el pasar de los días ya pudo ponerse de pie y volver a jugar con su nieto, quién pese a no tener más de diez años, desde esa fecha comenzó a ser respetado con los honores propios de un hombre, de un toqui valeroso e inteligente, es decir, como un futuro guerrero araucano.     -        -  
      EL GRAN PEZ DORADO Colqui contemplaba absorto  su rostro, reflejado en las transparentes aguas del   lago, cuando escuchó el estruendo del primer rayo que cayó sobre las montañas nevadas.-Es el Invierno que ha llegado temprano dijo su Abuelo, este va a ser un invierno crudo, muy crudo, recalcó con voz mortecina.Colqui no había conocido demasiados inviernos pero se daba cuenta de que los mayores estaban preocupados. Dos noches atrás, el werquén supremo de la comunidad rukañanco  había reunido a  los lonkos de los cuatro puntos cardinales para comunicarles una grave noticia que no fue transmitida a los niños, desde ese momento los hombres aseguraban las chozas con una doble capa de paja, mientras las mujeres acumulaban yerbas medicinales y recogían apresuradamente semillas de pehuén y frutos silvestres.Al anochecer, la intensa lluvia se transformó en tormenta, invadiendo la oscuridad como una atronadora jauría de pumas que remecía hasta sus raíces las araucarias más antiguas y fuertes. Colqui despertó aterrorizado por el sonido del viento que parecía levantar la ruka en el aire. Sus  padres cansados por el esfuerzo y la tensión de las horas previas se habían quedado dormidos y no se atrevía a despertarlos. ¿Qué va decir papá, pensaba, si su hijo, el futuro guerrero de la familia Ancalaf tiembla por un temporal de granizos? En eso estaba cuando sintió en su mano la  nervadura áspera y tibia de la mano de su Abuelo.-¡No es vergonzoso temerle a una tormenta, más cuando ésta no es una cualquiera: Es la madre de las lluvias, debió enviarla la gran serpiente!-¿Por qué dices eso Abuelo?- Lo sé, hubo una igual cuando yo era niño como tú, hace ya casi un siglo, recuerdo que  mis padres me arroparon en una piel de milodón y huimos por la quebrada rocosa, tal como tendremos que hacerlo esta noche o mañana. No te preocupes nos protegerá el gran pez dorado.-¿El gran pez dorado?-Es un amigo, un enviado del Pillán que protege al pueblo mapuche, - Nunca lo había escuchado-Pero ¿que les enseñan a sus hijos los padres de hoy? se preguntó el Abuelo con un aire de sorpresa mezclado con ternura.-  Desde el comienzo de los tiempos, en caso de catástrofe, los espíritus del cielo nos envían protectores, el pueblo mapuche nunca estará solo porque respeta a sus antepasados y al corazón de la tierra que es la morada eterna de los seres superiores, de todos los padres ancestrales, hombres o animales, lajas o árboles. El pez dorado tiene el cuerpo de una ballena; pero con la delicadeza de un delfín, a ambos lados de su cuerpo posee unas aletas que se mueven lentamente y sobre su lomo que es del tamaño de un campo de chueca, le crece un pelaje suave y caluroso que da abrigo a los enfermos y permite descansar a los fatigados. Tiene el aspecto de una bestia del mar, sin embargo, es un espíritu benigno y amistoso, porque además habla y canta.-¿Canta? volvió a preguntar Colqui con un dejo de incredulidad Canta como todas las ballenas, ¿no sabes que las ballenas cantan cuando surcan los océanos en grandes manadas y que a través del mar pueden conversar con sus pares desde un confín a otro del mundo?--¿Conversaste con él?Claro que conversé con Él, me dijo que estuviera tranquilo y que siempre confiara en los espíritus protectores.¿Cómo era su voz?No la recuerdo exactamente, pero era tan dulce que mi hermano menor, recién la que arreciaba en ese momento, por el contrario, aumentaba a cada minuto; pero Colqui, embelesado por el relato de su Abuelo se quedo dormido y descansó tranquilamente un par horas.Al amanecer, los hombres de la tribu se despertaron bruscamente, los árboles del bosque que cubría las laderas del río Budi emitían ruidos sombríos y aterradores que hacían presagiar lo peor. Leftraru Ancalaf, padre de Colqui, werkén mayor de la comunidad,  ordenó reunirse a los hombres en torno al único fuego que aún se mantenía al interior de una ruka  y luego de una breve conversación casi inaudible por el ruido  de la lluvia, seleccionó a los tres conas más aguerridos e inteligentes, para que fueran a investigar la situación, el resto de la mañana transcurrió en una nerviosa espera hasta que los mocetones regresaron, aunque con noticias aún más preocupantes. La montaña se había transformado en un inmenso lodazal que amenazaba con caer, junto a una  desmesurada cantidad troncos petrificados y piedras que se hallaban acumuladas desde épocas prehistóricas. La vida de la comunidad del lago Budi y de todo el Wallmapu  se hallaba en peligro extremo y escapar hacia la ribera opuesta era imposible en las condiciones actuales, más aún con una considerable cantidad de niños y ancianos. El Werkén se quedó en silencio por un momento, como si buscara una respuesta lógica y precisa ante la gravedad de la situación. Pero esa respuesta no existía y sólo quedaba confiar en los espíritus que sofocarían las fuerzas naturales del diluvio o aplacarían la energía maléfica de la  descomunal culebra hechizadora.-Vamos a resistir, no nos moveremos de aquí, pase lo que pase, mantendremos nuestra posición y esperaremos la bondad de los padres ancestrales que jamás nos han abandonado.   Las mujeres estallaron en sollozos y corrieron en busca de sus hijos pequeños, los hombres se agruparon en torno a su werquén  y preguntaron si podían hacer algo para apoyar la resistencia de la comunidad. Leftraru Ancalaf, aunque se notaba tan desesperado como sus guerreros,  sacó fuerzas de flaqueza y les respondió con voz fuerte y clara:-No es mucho lo que podemos hacer, pero creo que si intentamos construir unas fosas profundas para reunir allí la mayor cantidad de alimentos y protegerlos de la lluvia con un techo de piedras sería algo bastante provechoso para el día de mañana, cuando esta tormenta haya regresado al estómago de la gran serpiente.Nadie sabía si existiría el día de mañana para nuestra tribu, pero mantener ocupados a los hombres parecía lo más adecuado  y de acuerdo a ello, los hombres construyeron tres  improvisadas cavernas artificiales donde ocultaron el grano, las verduras, algunos cereales y, por supuesto, la espumante chicha.Al anochecer lejos de calmarse la tormenta parecía incrementar su violencia y los primeras ramas de árboles y malezas comenzaron a rodar por  el declive de la colina, luego se escuchó el crujir de los troncos de árboles que agonizaban lanzando su último grito de dolor, organismos vivos y extintos, se reunieron en una gigantesca y terrorífica avalancha que no ocultó su fiereza al desbordarse como la lava de un volcán en erupción. Los gritos de las mujeres y los llantos de los niños  se entremezclaron con las voces de mando de los lonkos que trataban de organizar la salida de las rukas hacia algún claro que en medio de la niebla y el temporal se hacían imperceptibles e inalcanzables. La ola violenta y mortífera cayó antes de que las familias alcanzaran las salidas de sus hogares, por un momento todo fue silencio y quietud en lo que antes había sido vocerío y temor. Un sopor suave invadió el universo como si toda la vida transcurriera en una leve  y translúcida burbuja de agua dulce.Colqui no recuerda exactamente lo que ocurrió en ese instante, pero si recuerda que medio de la inmensidad verde apareció el gran pez, primero fue algo así como una nube que se acercaba lentamente, hasta que distinguió nítidamente sus contornos. Era tal como la había descrito su Abuelo, grande   poderosa, cálido y acogedora como sólo puede ser la mano de dios. Sobre su lomo se hallaba sana y salva casi  toda la comunidad del Lago Budi y sus alrededores. Los niños dormían o tomaban pecho de sus madres, las ancianas se abrazaban a sus esposos y los guerreros se aferraban a sus lanzas y macanas, con el corazón aherrojado de éxtasis ante tanta belleza y quietud. Colqui aunque ya no era un niño también se quedó dormido en el regazo de su madre junto a sus hermanos.Al despuntar el Alba, la tormenta se había calmado, el gran diluvio forjado en la mente y las vísceras de la serpiente enemiga del pueblo mapuche había sido derrotada por la fe del pueblo mapuche, que inmediatamente reconstruía sus rukas y recuperaba su pertenencias.  El Padre  de Colqui se movía de un lado a otro, impartiendo instrucciones y  consejos, orgulloso y sonriente por la decisión que había permitido salvar íntegramente las cosechas. Sólo faltaba el abuelo, que había desaparecido para siempre. Algunos decían que lo habían visto con sus últimas fuerzas subir al lomo del gran pez a una madre y sus dos hijos que se habían separado accidentalmente y que luego, cuando la ballena- espíritu nos dejó  a todos en la ribera opuesta  del lago, el iba sobre ella hablando y cantando en su mismo idioma  cetáceo. Colqui, cuando pensó en esto, sintió que un nudo se le atragantaba en la garganta, pero pronto este dolor se convirtió en orgullo, especialmente cuando los hombres de la comunidad levantaron y tallaron a golpes de hacha un árbol ceremonial en recuerdo de  su abuelo para que nadie, por los siglos de los siglos, olvidara su valor, su sabiduría y su fe.                          

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