Le temo al génesis de cada noche, A sus brisas y a tantas sombras, Porque Retraen sus pérfidos recuerdos, Sus voces, sus risas, trepan los techados, Penetran las rendijas, se asoman, Su Cuerpo cimbreante, aun vive, Y agita la cancela del deseo, Maldecir es infructuoso, Siempre término gimiendo, Acurrucado o huyendo, Preguntándome por que te perdí, Por que te sigo queriendo, La alborada me alivia, Me pierdo en la monotonía, Pero se, retornaras, Cuando se apague otro día…