• José Orero De Julián
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En la tierra busco al aire...en el aire busco al sol...en el sol busco al fuego...en el fuego busco amor...en el agua busco vida...en la vida busco a Dios..en Dios busco lo eterno...en lo eterno busco a vos. 
¿De Smut es, en realidad, un amigo desinteresado? Digamos que De Smut es francés; o digamos que De Smut es belga; o digamos que De Smut es neerlandés; o, por qué no, digamos que De Smut es monegasco. Lo que afirmo es que De Smut es un flamenco al que le gustan las granadinas. Pero resulta que estamos en Madrid y hace muy pocos años que el alcalde Carlos Arias Navarro ha inaugurado el Teleférico. Uno de los primeros años de los 70. Año transitorio en este espacio de tiempo que divide la vida entre ser amigo a aparentar ser amigo; o en otras palabras más claras tener intereses ocultos o no tener intereses ocultos en esto de ser amigos. Un buen barómetro para medir los grados de amistad es, por ejemplo, estar ligando con dos chavalas estadounidenses. Por ejemplo. ¿Qué busca De Smut? ¿Qué busco yo? ¿Pensamos o no pensamos en lo mismo De Smut y yo ante las dos chavalas de Norteamérica? Quienes pasean por Pintor Rosales lo ven. La realidad es que no. Y es que, en todo esto, no es lo mismo lo que piensa De Smut que lo que sueño yo. Entre sus búsquedas y mis sueños existe un abismo de distancia. De Smut, confirmado está, no busca ligar con ellas sino trajinárselas. Entre mis sueños y las ganas de trajinar de De Smut hay un abismo. El abismo que separa a lo infantil de lo neurótico. Quizás es que De Smut no sabe ser niño en estas ocasiones. O no ha leído nunca "Peter Pan y el País de Nunca Jamás" o, si lo ha leído, no ha comprendido ni la mitad de la mitad. Punto y aparte. La verdad es que hay dos maneras muy diferentes, y hasta opuestas, para ligar con chicas extranjeras o nacionales porque, en esto del ligar da lo mismo lo mismo da, salvo que no te gusten las chavalas. Las dos maneras son ligar a lo infantil o ligar a lo desesperado. Con De Smut siempre sucede lo mismo: su desesperación por trajinar le lleva a continuos fracasos. La desesperación de De Smut ha sucedido una gran cantidad de veces. Y nada. Que no aprende. Se nota siemrpe en sus miradas y, claro está, ellas lo descubren rápidamente. En cuanto a mí estoy en silencio, callado, pensando en qué cuento será el mejor para ser narrado a las dos estadounidenses; porque he aprendido que "una extranjera, o una española porque al fin y al cabo da lo mismo, es feliz cuando un niño es grande". Después de concentrarme en varias ideas diferentes, y mientras De Smut se desespera por llevárselas a la cama, mi Musa me enciende la chispa y entonces voy y les narro el cuento de la gran cantidad de brujas que aparecen, cuando cae la tarde, por los jardines. De Smut no entiende nada pero ellas lo han entendido todo. Y sonrío cuando De Smut se levanta y le señala a una de ella -la otra es la que más me gusta a mí- una palabra de su pequeño diccionario español-inglés e inglés-español que siempre lleva encima porque improvisar, lo que es improvisar, le cuesta más que arrancar a una moto gripada. Así que lo que intenta hacer con ellas lo va a tener que intentar el siglo que viene...Lo que De Smut consigue, solamente, es que le den la dirección postal. Como yo no estoy por la labor me reservo la mía y sigo contando la historia de las brujas. Así que es imposible que yo reciba una carta de la que más me gusta de las dos. No importa. Ella busca contactar conmigo escribiendon a De Smut pero De Smut, por envidias y celos infundados, no me deja leer la carta porque la que está más buena de las dos pregunta por mí y cuál es mi dirección postal. De Smut no se lo dice...  con lo cual me quita un peso de encima porque, al no poder leer esa carta, tengo la enorme dicha de seguir soñando mientras De Smut se desespera cada vez más. Ya le ha ocurrido otras mcuhas veces más cuando sale conmigo a ligar chavalas extranjeras. Y también españolas dicho sea de paso.  ¿Qué le pasaba a De Smut? Que su desesperación le hizo fracasar ante ellas. Varias veces le había sucedido ya pero él venga a insistir con más tozudez que un burro conquense en plena Gran Vía de Madrid intentando entrar en Pasapoga. Yo no entiendo qué les sucede a todos estos comunistas "de toda la vida" intentando y esforzándose hasta los límites del ridículo por llevarse a las camas a las chavalas estadounidenses norteamericanas. ¿No es la URSS enemigo implacable de los EEUU? ¿No es una máxima de todos estos comunistas "de toda la vida" odiar a las imperialistas? ¿No será que el marxismo sólo es un puro cuento de Don Carlos para que estemos todos el santo día hablando de politicastros y cuando digo politicastros sé muy bien lo que digo? ¿Cómo puede ser que los comunistas "de toda la vida" se desesperen porque las imperialistas de los Estados Unidos no les hagan ni puñetero caso? ¿Será que les fallan las neuronas a los comunistas "de toda la vida"? Enigmas dignos de ser llevados a Radio Televisión Española, la número 1, por ver si alguien lo sabe explicar de manera convincente. Supongo que lo que sucede es que no es lo mismo saber que existen las checas que vivir dentro de alguna de ellas. Yo me entiendo lo que digo.Así que a De Smut le tuve que explicar que Brujas es una ciudad de Bélgica y que por eso conté el cuento de las brujas de los rosales para hacer que las dos estadounidenses tomaran confianza conmigo y sonrieran de vez en cuando. Asï se puede ligar con ellas aunque De Smut resulte ser tan incrédulo. Se puede guardar aquella carta donde mejor le quepa porque a lo mejor la próxima carta que reciba sea de Papá Noel pero escrita por un niño dominicano. Por ejemplo. Quizás por eso, por sus fracasos ante las estadounidenses siempre lleve, De Smut, su izquierda unida a los riñones... al jerez por supuesto...Yo me pregunto tiempos después: ¿le habría gustado o no le habría gustado a mi amiguete y colega de venturas y desventuras llamado De Smut ligar con la chavalilla patinadora del Paseo de Coches del Retiro de Madrid? Hablo del lugar en que antaño rugían los leones. Parece ser que sí, que le hubiese gustado llevarse a la cama a la chavalilla patinadora del Paseo de Coches del Retiro de Madrid pero que la vio tan buena y de tal calibre que... ya se sabe... la lucha de clases se lo impide a los comunistas "de toda la vida". Supongo que alguien está sonriendo en Valladolid. De Madrid al cielo, De Smut. De Madrid al cielo. Claro que sí. Pero para eso, para ligar con chavalillas tan buenas y de tal calibre no se puede seguir con la eterna canción del "go home" porque, está más claro que el agua, que ese tipo de chavalillas no están por la labor de renunciar a sus pasiones (el patinaje por ejemplo) para ligar con un desesperado por muy "rojillo" que sea. De Madrid al cielo mientras en el Paseo del Pintor Rosales siguen naciendo las primaveras y todavía hay algunos que hacen el primavera con las chicas estadounidenses o nacionales. ¡Qué aire más levantisco mece a las edades de los hombres cuando aparecen ante sus ojos chavalas de tan buen ver que sólo se las imaginan con el pensamiento pero jamás son capaces de soñar con ellas! Y así no. Sin soñarlas no se las puede ligar. Implicaciones de la ética en el arte de los ligues. Tal vez esa sea la diferencia que existe entre ligarlas y llevárselas a la cama; entre mi manera de ser y la manera de desear de De Smut.Cierro mi Diario con una sonrisa. El perianto (o periantio) es el conunto formado por el cáliz y la corola de una flor, que rodean los estambres y el pistilo y que también se puede llamar perigonio. Pues eso. Que recordando al perigonio me acuerdo del cuento de las brujas de los rosales.             
Autor: DieselNombre: José y Liliana.Apellidos: Orero de Julian y Del Castillo Rojas.Nacionalidad: España.     
Te he nombrado Princesa de mis sueño encendido;ese misterio escondidoque en mi mente nunca cesa. Si el tiempo va y ya cesayo sigo, como perdido, por el camino extendidode tu boca como fresa.  He visto siempre en los mundosa muchos quedarse mudosante esta difícil empresa. Pero entiendo que los nudosaprietan a los iracundossin evitar mi promesa.    
A Pobrerete le despertó el sonido del reloj de la torre vecina; aquella torre donde Pobrerete siempre jugaba imaginando que era un animal en peligro de extinción. Era un animal desconocido y él lo llamaba solamente "Cocomocho". Pobrerete era "Cocomocho" cuando se entretenía, horas enteras, en jugar a descubrir misterios...- Soy pobre, muy pobre, demasiado pobre diría yo, pero más feliz que todos ellos juntos.  El reloj de la torre terminó de dar las diez campanadas de la mañana. - Bueno. Es hora de levantarse y darse una vuelta por el mercado a ver qué es lo que puede caer hoy. Sé que lo único que tengo es mi imaginación pero con la imaginación también se puede vivir; aunque sea de lo que me dan las mujeres por contarles historias imposibles. Lo que más me gusta es el melón. A ver si hoy tengo suerte y cae un buen melón de esos que dicen de Villaconejos que no sé donde está pero que están de miedo. - ¡Pobrerete! ¡Eh, Pobrerete! ¡Sal ya a la calle! Pobrerete se asomó a la desvencijada ventana de su pequeña chabola. - ¡Pero chavala! ¿Es que tus padres no te han prohibido volver a salir conmigo?- Sí. Pero yo soy más lista que ellos. Ni se van a enterar.- ¿Y no te da miedo que se enfaden un día y te envíen a Oxford con tus tíos?- ¡Que te digo que esta vez no se van a enterar! Cuando Marilina se empeñaba en conseguir algo era imposible evitarlo así que Pobrerete, que a decir verdad se entusiasmaba cuando la guapa Marilina venía a buscarle, cogió un mendrugo de pan, se lo metió en el bolsillo derecho de su pantalón y salíó de la chabola sin que su madre, Robustiana, que estaba lavando ropa en la parte trasera del hogar, se diese cuenta. Cuando salió a la calle se quedó mirando totalmente pasmado. - ¿Qué te pasa, Pobrerete? ¿Nunca me habías visto vestida de hada madrina?- Pues no... pero la verdad es que estás más guapa que nunca me podía yo imaginar...- Pues deja de imaginar tanto y vámonos antes de que nos vean.- ¿A dónde? - A la fiesta de disfraces de mi amigo "El Tontorro".- ¿Tú tienes un amigo que se llama "El Tontorro"?- Es la mejor manera que tengo para describirlo. - Debe ser muy millonario ese tal "Tontorro".- Sí. Es millonario pero menos que yo. - Está bien. Tú haces perfectamente de hada madrina pero yo...- Tú haces perfectamente de pobre donde no caerse muerto.- Pero no voy disfrazado. - Pero nadie de mis amigos y amigas se va a dar cuenta. Pensarán que eres un poco extraño por ir vestido de pobre pero nada más.  Pobrerete se acercó a Marilina y, sacando el mendrugo de pan del bolsillo derecho de su pantalón, lo partió en dos mitades y le ofreció una a ella.- Te advierto que sólo me lo como porque me lo das tú porque esto de comer pan duro si que es un verdadero sacrificio.- Para mí poder comer pan duro es lo que más me gusta... bueno... lo segundo que más me gusta...- ¿Y qué es lo que más te gusta de comer en lugar de pan duro?- ¡Melón! ¡Uno de esos grandes melones que me regalan las mujeres del mercado!- ¿De verdad me lo estás diciendo?- Reconozco que me los regalan porque están ya pasados y nadie los va a comprar pero... ¡son de Villaconejos! - ¿Te regalan melones de Villaconejos ya pasados?- Sí. Es como mi ropa. Ropa pasada de tanto que la lava mi madre para que me dure temporadas enteras.- Pobrerete. ¿Eres feliz?- No te lo vas a creer. - Yo puedo creerme todo lo que me digas porque no eres tan mentiroso como los demás.- Entonces te diré que sí.- ¿Que me acompañas a la fiesta de disfraces de la casa de "El Tontorro"?- No. Que soy feliz aunque nunca haya estado en ninguna de esas fiestas.  Marilina terminó de comerse el medio mendrugo de pan duro cuando ya hacía varios minutos que Pobrerete se había devorado el suyo.  - Ya está, Pobrerete. ¡Vamos!- Que no... que no, Marilina... que yo no deseo para nada ir a una fiesta de disfraces y menos a la casa de un tontorro. - Yo no tengo la culpa de que sea un tontorro y tú tampoco así que vamos... Marilina cogió de la mano a Pobrerete y, a pesar de la resistencia de éste, lo arrastró hasta donde se encontraba, esperándola, Pablo... - Señorita... ya se está haciendo tarde... y no comprendo cómo he podido hacerla caso y venir hasta este arrabal. - No te preocupes, Pablo. Nadie se va a enterar.- ¿Comprende que me estoy jugando mi oficio?- ¡Chispas! ¡¡Vaya Mercedes!! ¡¡¡Está guay del todo!!!- Calla Pobrerete y entra.- ¿Este vagabundo va a entrar en el Mercedes de su padre, señorita? ¡Si se entera Don Augusto si que pierdo mi trabajo para siempre!- Pues esto es lo que hay, Pablo... o  nos llevas en el coche hasta La Moraleja o me voy con él andando aunque llegue a la hora que canta el gallo.- ¿Y si se entera su padre, señorita?- Mi padre no se va a enterar si tú no te chivas.- ¿Y si me pregunta dónde ha estado usted todo el día?- Muy fácil. En la fiesta de la casa de "El Tontorro".- ¡Como se entere de que le llama "El Tontorro" en lugar de Juan Antonio vamos a tener un gran disgusto! ¡Su padre y Don Augusto son socios y amigos desde la más tierna infancia!- Cada uno es cada uno y yo soy así y punto. ¡Vamos a La Moraleja!- Verás Marilina... yo es que de moralejas ya tengo bastantes con las que me suelta mi mamá cuando me pierde de vista durante el día entero y regreso lleno de mugre por todas partes.- No digas más tonterías. Con la mugre pareces un verdadero pobre. Va a ser el disfraz más original de todos. ¡Vamos para adentro! Una vez que Marilina consigue que entre Pobrerete en el lujoso Mercedes da la tajante orden. - ¡A la Moraleja, Pablo! ¡A casa del "Tontorro"!- Señorita Marilina. Se llama Juan Antonio y un día se va a enfadar...- Vamos a ver, Pablo... si tú conocieses a un verdadero tonto... ¿como le llamarías?- ¡"El Tontorro" sin duda alguna! Esto... por favor, señorita... no me haga decir lo que siento... y no quiero problemas con Don Augusto. ¿A dónde vamos?- A la Calle Espliego de La  Moraleja. No hay pérdida alguna. La casa de "El Tontorro" es la más lujosa de todas. Hasta tiene un par de leones en la puerta. Pobrerete comenzó a temblar y a querer salir del Mercedes. - ¿Un par de leones? ¡Ni hablar! ¡¡No quiero morir siendo tan niño!! ¡¡¡No me interesa para nada ir al limbo de los inocentes todavía!!! Quiero tener la grata oportunidad de seguir robando peras.- ¿Eres un robaperas, Pobrete?- Reconozco que sí. Soy un robaperas cuando tengo hambre y me canso de los melones.- ¡Se acabó¡ ¡Se acabó de robar peras! ¡Desde mañana mismo ordeno a mi tata Panchita a que te envíe un kilo de peras cada día!- Pues muchas gracias pero tengo prisa... Pobrerete ya estaba abriendo la puerta del lujoso Mercedes cuando Marilina volvió a cogerle por la manga de la descolorida camisa. - ¡¡Que te he dicho que me acompañes a la fiesta!!- ¡¡Que te he dicho que me dan miedo los leones!! Yo no he nacido para ir de safaris. - ¿Pero no te das cuenta de que me refiero a dos leones de piedra?- Bueno. Si son de piedra es otra cosa, pero... que no... que no me veo yo ligando en una fiesta de niños pijos. - Es que no vas a tener que ligar con ninguna de ellas.- O sea que me estás dando la razón. - No vas a ligar con ninguna de ella mientras yo esté viva. Pobrerete no entendió la frase pero se dio por vencido... - Está bien. Me voy a aburrir como una ostra pero lo haré por ti. - ¡Venga, Pablo, mete ya el acelerador!  El chofer Pablo, que estaba temeroso de que alguna banda de pillastres les asaltara, cumplió de inmediato la orden y el lujoso Mercedes voló en dirección oeste.  - Te prometo, Marilina, que me da mucha vergüenza...- ¿Desde cuándo tienes tú vergüenza, Pobrerete?- Que yo recuerde... ¡desde que nací! Aquella contestación hizo reír a Marilina.  - ¿Ves cómo eres muy gracioso?- Eso es el mejor piropo que me han dicho nunca. - Nunca es demasiado tiempo, chaval. - Pues entonces diré que jamás me lo han dicho.- Pero el jamás no existe, chaval. - Entonces prefiero guardar silencio. - Eso es. Callado eres más guapo todavía. - Todavía estoy pensando en volver hacia atrás. - ¡Hacia atrás nunca, chaval!- Está bien. De momento lo pensaré bien. - ¡Tú no piensas mientras yo esté presente! Pobrerete decidió no comenzar una discusión interminable pero cuando llegaron a la lujosa mansión de los padres de "El Tontorro" se asustó más que un conejo en un campo de tiro del ejército de artillería.  - ¡¡No!! ¡¡Ahí no entro  yo, Marilina!!- Que no seas bobo. Que vas muy bien disfrazado.- Te repito que no es un disfraz sino que soy pobre de verdad. - Por eso es mejor todavía que ir disfrazado de mentira. - Pues yo miento algunas veces...- Pero estoy segura de que son mentiras piadosas.- Si tú lo crees...- ¡Nada de nada! ¡Tú entras en la fiesta conmigo!- Pero... si es que nadie me ha enviado una invitación...- Pero es más divertido así. - ¿Se puede entrar sin invitación a vuestras fiestas?- Cuando es un asunto de extrema necesidad... pues sí...- Es que lo mío no es de extrema necesidad sino un imposible. - ¡Entrando conmigo nada es imposible en esta vida!- Ah, bueno, si tú lo dices...- Punto y final a la discusión. ¡Vamos para adentro!- ¡Es que me van a echar nada más que me vean entrar!- ¿Quién?- El tontorro ese. - ¿Pero no ves que sólo es un tontorro?- Está bien. No entro ahí porque como se entere tu padre te envía al Congo Belga de misionera de los pobres. - Mi padre no se va ni a enterar porque está de negocios en Zimbabue. - ¿En Zimbabue? ¿Qué Banco es ese?- Zimbabue no es ningún Banco pero mi padre está poniéndose las botas. - ¡Atiza! ¡No sabía que tu padre es un militar!- No es un militar. Está en un banquete. - Ya decía yo que Zimbabue me sonaba a Banco. - Un banquete no es un Banco pequeño sino una fiesta, Pobrerete. - ¿De verdad que no se va a enterar tu padre?- Mi padre no sabe ni el día exacto en que nací. - ¿Y si se entera tu madre?- Mi madre está en un té en honor de los pobres. - Pues entonces dale las gracias de mi parte y en nombre de todos mis colegas pero ahí no entro.- ¿Y si te cuento que mi madre tampoco se va a enterar?- ¿Y tu conciencia? ¿No se va a enterar tu conciencia?- ¡Pues no! ¡Yo duermo siempre con mi conciencia tranquila!- Pues eso ya es dormir con alguien pero yo...- Me parece que esto no va a terminar nunca como sigamos así. ¡Vamos para adentro!- Pero luego no te quejes de que murmuren de mí. - Cuanto más murmuren de ti mejor que mejor. - ¿Mejor que mejor?- ¡Sí! ¡Mejor que mejor! - A las chicas no hay quien las entienda... Convencido a pesar de que había puesto toda clase de argumentos para no acudir, a Pobrerete no le quedó más remedio que entrar en la lujosa mansión donde la fiesta ya habia comenzado. - ¡Ven! ¡Te presento a Cristobalín!- ¿Y este tipo de qué va disfrazado?- ¡Yo voy de "Titanomyrma lubei"!- ¡Ostras! ¿Qué clase de bicho es ese?- ¡Va de hormiga gigante! Lo que pasa es que es el empollón del International College of Spain y sabe un mogollón de Latín. - ¿Y le gusta hablar así para que nadie le entienda o porque es un defecto del lenguaje? Menos  mal que yo no voy a ese cole porque terminaría tonto del todo.  Marilina no pudo aguantarse la risa. - ¿Y de qué vas tú?- ¡De pobre! ¡Él va disfrazado de pobre! - Pero si yo...- ¡Cállate, por favor! ¡Vas disfrazado de pobre y todos lo han visto!- ¡Dios mío! ¿Y ahora que hago?- Compórtate como un pobre. Pobrerete tomó la frase al pie de la letra y comenzó a comer de todo lo que había sobre la mesa.  - ¡Qué bien hace de pobre ese chaval!- ¡Mejor que tú de "Titanomyrma lubei"!- De verdad que parece un pobre de verdad. - Y de verdad que tú pareces una hormiga a su lado por muy gigante que seas. Además con él se puede bailar a gusto pero contigo, con tantas patas y antenas, difícil lo veo.- Pero... ¡si está lleno de lamparones!- Por eso tiene más luces que tú, Cristobalín. - ¡¡Haz el favor de llamarme Cristobalito!!- ¡Cristobalín! ¡Cristobalín! ¡Y Cristobalín! Si hubieses descubierto algo importante hasta te podría llamar Cristóbal pero como no es verdad no merece la pena seguir hablando contigo.  Marilina se acercó a la mesa donde Pobrerete seguía dándose un verdadero festín.  - ¿Quieres más o ya tienes bastante?- Para ser la primera y la última vez que acudo a una fiesta de tan alta clase social... ¿todavía puedo seguir comiendo?- ¿Eso es una pregunta?- Eso es una necesidad. - Sigue comiendo pero te pierdes algo muy interesante que va a comenzar. - ¿Algo interesante que va a comenzar?- Sí. La hormiga gigante quiere bailar claqué para hacer más emocionante la reunión. - ¿Es que una hormiga gigante puede bailar claqué? ¿También se aprende eso en ese cole?- Se llama International College of Spain.- ¡Con lo fácil que es decir Colegio Internacional de España!- ¿Quién te ha enseñado a traducir del inglés al español?- Es que hay que ser muy tonto del todo para no saberlo. - ¡Eres más inteligente de lo que pareces!- ¿Parezco tonto?- No. Pareces más listo que Don Alfredo...- ¿Más listo que Di Stéfano?- Pero... ¿qué dices?... ¿quién es Di Stéfano?...- ¡Pues Don Alfredo, Marilina, Don Alfredo!- ¡Don Alfredo es el Jefe de Estudios del Colegio Internacional de España!- ¡Atiza! Es la primera vez que escucho que Di Stéfano se dedica a la enseñanza.- ¿Es que has comido tanto que te ha sentado mal o es que yo estoy más perdida que una bruja sin escoba? - ¡Tú nunca serías una bruja! ¡Tú sólo puedes ser una hada madrina! ¡Pero Di Stéfano es Don Alfredo!- ¡Que no, Pobrerete, que Don Alfredo se apellida García!- ¿Es que se ha nacionalizado español y ha cambiado su apellido?- ¡Venga! ¡Vamos! ¡Termina ese sanduche que va a comenzar la función!- Pero... ¿de verdad que una hormiga gigante puede bailar claqué? - Lo hace mejor que Fred Astaire.  La verdad es que ver a Cristobalín bailando claqué con tantas patas y antenas fue una gozada para Pobrerete.  - ¿Qué te ha parecido, so pobre?- Lo has hecho mejor que Teresa de Calcuta en medio de un campamento de batusis, Cristobalín. - ¿Y tú cómo te llamas si se puede saber?- Prefiero que me llames "Cocomocho" y así repartirnos el ridículo entre los dos. - ¿Siempre eres así de generoso?- Cuando me lo paso en grande lo soy más. Por ejemplo cuando veo a alguien bailando una danza africana.  - ¡¡He bailado claqué!!- Pues yo creía que estabas bailando una conga y como el Congo está en África pues me ha entrado la risa y por eso llámame "Cocomocho" para que no te sientas tan ridículo.  Marilina se acercó a los dos... - ¡Vamos! ¡Dejad de hablar tanto porque van a dar el premio al mejor disfraz!- Seguro que lo gana esta hormiga gigante...- ¡Siempre he sido yo el ganador y esta vez no va a ser una excepción!- ¡No cantes victoria antes de tiempo, Cristobalín! ¡No he visto jamás un disfraz tan completo como el de este pobre!- Pero... Don Alfredo... ¡si sólo es un disfraz de pobre!- ¡Pues parece un pobre de verdad y él es el que gana el Primer Premio este año! - Oiga, Don Alfredo... ¿en qué consiste el Primer Premio?- En bailar con la más guapa de todas...- ¡No! ¡¡Eso sí que no!! Si se entera el padre de Marilina me envía a Somalia...- ¿Bailas o no bailas conmigo?- Si tanto empeño pones... pero yo no sé nada de bailes de salón...- ¡Tú imagina que sólo es un sueño y deja que yo te guíe!- Es que...- ¿Qué pasa ahora?- ¡¡Que no quiero terminar en Somalia!! Pero Pobrerete no bailó con Marilina una sola vez sino cuantas veces quiso su hada madrina.  FIN    
La trompa de Eustaquio rompió la calma de la aldea. Una especie de letargo prolongado retumbó en el caracol de la huerta, en el estribo de la mula, en el yunque del platero y en el martillo del albañil. Toda la aldea despertó de su larga somnolencia y un estruendo de palabras convirtió el anterior silencio en una borrasca de protestas. La trompa de Eustaquio siguió sonando mientras el zorrillo pardo escapaba con la gallina entre sus fauces. 
Me da igual que sea 13 martes o 13 miércoles o cualquier otro día 13 de la semana porque ni soy supersticioso ni jamás creeré en las supersticiones. Estoy ante el teclado pensando: "Trece momentos de nuestras vidas pueden ser sólo trece momentos sin importancia o pueden ser trece momentos trascendentales". Es mi propio pensamiento. No consulto a ningún filósofo supersticioso para declarar esta frase como una simple expresión nacida en esta noche de un 13 cualquiera. También podría haber dicho lo siguiente: "Trece isntantes de cada minuto pueden ser trece instantes de cada pensamiento". ¿Por qué he pensado esto?. Se lo preguntará quizás más de uno o más de una de esos seres humanos escépticos por naturaleza o escépticos por experiencias. Pues no. No es producto de un escepticismo. Es producto solamente de un pensamiento mental claro y conciso. Trece instantes son trece momentos y trece momentos son trece partes alícuotas del tiempo que podemos medirlo, precisamente y con total precisión, a través de los minutos que nos pasamos escribiendo ante una pantalla que es la materia física que sirve de juez de testigo de que estoy escribiendo a través de mi Espíritu. Ningún libro abierto donde esté leyendo. Ningún cuaderno abierto donde esté escribiendo. Simplemente escribo a través de mi Espiritu Cristiano. Por eso, por la misma magnitud de mi pensamiento a través de Él, podría haber escrito algo totalmente diferente, como: "Trece secuencias de un día 13 cualquiera pueden ser 13 secuencias tan diferentes como son mi pensamiento propio y el propio pensamiento de cada lector y lectora que esté leyendo esta amplia reflexión". Sí. Hoy es el mismo día 13 cualquiera para todos nosotros, pero como la relación con Jesucristo es solamente individual y personal de cada ser humano con el que cree en Él es por lo que lo que escribo no era lo que estabas esperando. Quizás, a ver si acierto ahora, estabas queriendo que yo escribiera esto: "Trece momentos de gozo son trece momentos de alegría". ¿Está mejor así?. Posiblemente sí. Pero seguramente que cada uno de vosotros y cada una de vosotras, si no sois Creyentes, estéis entendiéndome mal. Porque este 13 cualquiera yo escribo sobre el gozo y la felicidad cristiana. Y... ¿sabéis algo importante?... no me da ningún miedo decirlo... aunque alguno de vosotros o alguna de vosotras me rechacéis mi pensamiento, por eso, en este día 13 cualquiera de cada uno de nosotros. Podría complaceros escribiendo: "Trece impulsos de desenfreno son trece impulsos de placer". Pero no. No es ese mi pensamiento. Ese es el pensamiento de alguno de vosotros y alguna de vosotras. Porque el placer de este día 13 cualquiera (no soy supersticioso Gracias a Dios) para mí el desenfreno es un errático proceder. Dejemos a un lado, de momento, a Jesucristo y hablemos de lo que es un errático proceder en un día 13 cualquiera. Un errático proceder en un día 13 cualquiera como es el de esta noche en que estoy escribiendo será mañana mismo, mañana mismo día 14, una consecuencia fatal para vuestra falsa felicidad. Sí. Podéis reír a carcajadas de lo que pensamos los creyentes de Jesucristo... pero en un día 13 cualquiera, sin ninguna clase de prejuicios ni de supersticiones os escribo defintivamente esto: "Hoy, un trece cualquiera, he aprendido al menos trece cosas nuevas más". Ahora sí. Ahora quizás ya me estéis comprendiendo. Buenas noches y mañana nos veremos y nos sentiremos a través de la pantalla de la computadora... pero yo tengo la seguridad de que Dios me estará de nuevo cuidando y haciéndome feliz. ¿Eres tú capaz de decir y sentir lo mismo?. Por eso, para despedirme ya, en este día 13 cualquiera que no me importa si es martes o miércoles o cualquier día de la semana os envío la siempre penúltima frase de mi pensamiento (permitidme por favor que la última me la quedo yo, y no soy egoista, para vivir mi propio Sueño nocturno): "Dormid tal como querráis cualquiera de vosotros o vosotras pero para mí la única forma de dormir en paz es solamente con Ella"... aunque algunos pocos o algunos mcuhos (que no es cuestión de cantidad sino de calidad la Verdad de esta Vida) no esteis de acuerdo conmigo. Hasta mañana si Dios quiere. Dejo de reflexionar porque me espera un pequeño y sencillo café con agua para meditar antes de ir a dormir. Os prometo que, al mirar a las estrellas, pensaré en cada uno de vosotros o vostoras, en cómo sois, en cómo pensáis y en como acertáis u os equivocáis. Y es que, al final, a través del Espíritu Santo, siempre soy así de humano nada más.
"Si de un plano convergente pasamos a un plano divergente el punto concéntrico se convierte en un punto excéntrico"
No valemos lo que somos. Valemos lo que existimos. 
Si es verdad todo lo que somosla vida es mucho más que una presencia.Si es cierto lo que dice la ciencianos quedamos más que romossi sólo somos experiencia. Caminando siempre sobre los lomosdel caballo de la existenciasi es verdad todo lo que somosdebe haber mucha más esencia.
 Buenos días a todos vosotros niños y niñas del mundo:Tenéis que saber que detrás de un niño aparentemente feliz puede haber un niño que sufre de maltrato. Nadie sabe lo que puede sufrir un niño cuando llega a su casa. ¿Sabéis que por ser un niño o una niña tenéis derechos y que todos tenemos que respetarlos y cumplirlos para que crezcáis sanos y felices?. Si te ocurren casos de maltrato a ti o a otro niño o niña que conozcas, puedes y debes denunciarlo, que quiere decir que puedes y debes contárselo a una persona mayor en la cual confíes plenamente.Contarlo no es chivarse. Eso de que es chivarse os lo dicen quienes quieren seguir abusando y maltratando. Contarlo es igual a denunciarlo que significa que debes decir y contar lo que te ocurre a esa persona mayor que puede ayudarte y así te libera de esa situación. Nunca te lo calles. Por contarlo y decirlo a una persona mayor no eres un chivato como te dicen los abusones para seguir abusando de ti o de otros niños o niñas que conozcas. No eres un chivato; sino un niño o una niña que está ejerciendo el derecho a vivir libre y feliz. Así que no hagas acaso a esos malvados que dicen que eres un chivato o una chivata porque te quieren engañar. Ya ha llegado la hora de hacer justicia y pararles definitivamente a esos niños y niñas malvados. Cuéntale a una persona mayor, sin ninguna clase de miedo, lo que te está ocurriendo o le está ocurriendo a un niño o una niña que conozcas.Tú me preguntarás, ¿qué es el maltrato a un niño o a una niña?. Es muy fácil de saberlo. Es cuando las personas hacen cosas que te dañan o te impiden disfrutar de los derechos que tienes para ser feliz. Eso es el maltrato. Y debes saber cuáles son tus derechos y cuáles son los maltratos que van en contra de tus derechos. Hay diversas clases de maltratos.Están los maltratos físicos y psíquicos que es cuando a un niño o a una niña le pegan, le insultan, le amenazan o le castigan sin motivo y también es cuando otros niños no quieren jugar nunca con él o con ella y los dejan de lado, les ponen motes o se meten con ellos haciendo que lo pasen mal. No permitas que suceda eso. Si conoces algún caso simplemente díselo a una persona mayor en quien tengas confianzas o a las autoridades o a la policía. Insisto en que eres un chivato o una chivata como dicen los que quieren que estés callado o callada para seguir ellos haciendo la maldad. No eres un chivato o una chivata. Eres sólo un niño o una niña que está haciendo justicia.El abandono también es otra clase de maltrato. Es cuando las personas responsables de un niño o una niña no le dan buenos alimentos, ni ropas adecuadas y no cuidan de su higiene ni de su descanso; no le llevan nunca al médico ni se preocupan de que vaya al colegio bien descansado y con lo necesario. Denuncia, sin miedo, si sabes algún caso en que esté ocurriendo esto.Otro maltrato es el abuso sexual. El abuso sexual es muy grave cuando se hace con un niño o una niña. Pon mucha atención a lo siguiente: El abuso sexual es cuando un adulto sea quien sea (que puede desde cualquier persona hasta el padre o el tío o algún pariente o incluso el cura del barrio) le hacen algo que él o ella no quieren; como besos o tocamientos raros. También puede ser que les ofrezcan dinero o juguetes a cambios de abusar sexualmente de ellos o de ellas o dejar que les hagan algo indebido en el aspecto sexual. NO LO DUDES. AVISA URGENTEMENTE A ALGUNA PERSONA MAYOR DE TU CONFIANZA, A LAS AUTORIDADES O A LA POLICÍA. La explotación laboral también es un maltrato. NINGÚN NIÑO O NIÑA DEBE EESTAR TRABAJANDO SINO ESTUDIANDO Y JUGANDO. TRABAJAR SÓLO ES UN ASUNTO DE PERSONAS MAYORES Y LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS NO SON PERSONAS MAYORES TODAVÍA. Este maltrato e cuando a un niño o una niña le obligan a la fuerza a realizar de forma continua trabajos que son propios de personas mayores, y por eso no tienen tiempo para juSe llagar o para estar con otros niños ni tiempo para acudir a la escuela. DENÚNCIALO SI CONOCES ALGÚN CASO. Hay también un maltrato que se llama Institucional. Os lo voy a explicar con palabras sencillas para que lo podáis comprender con facilidad. Es cuando a un niño o niña no le tratan bien los profesores o cuando van en sillas de ruedas y no existen rampas para entrar en los sitios. Es también cuando le tienen que operar de manera urgente peri los médicos retrasan su fecha de operación porque hay mucha lista de espera. Eso es un maltrato al niño o la niña que tiene que ser operado urgentemente. O cuando estás ingresado en el hospital y sus padres no les pueden acompañar porque no hay espacio en la habitación. Eso es también un maltrato al niño o la niña. Y hayo otra forma de maltrato que se llama "bulling". No te asustes si no entiendes inglés. Te lo voy a traducir al español de forma muy sencilla. Se llama "bulling" a los insultos, empujones o golpes o amenazas que recibe un niño o una niña por parte de otra persona aunque sea una persona mayor u otro niño o niña. Y también es "bulling" cuando a un niño o una niña le persiguen, le roban o le hacen daño otros niños en el colegio, en la calle o en otros sitios. NO LO DUDES NI POR UN MOMENTO. SI CONOCES ALGÚN CASO DE "BULLING" DENÚNCIALO YA. NO ERES UN CHIVATO. ESO ES LO QUE QUIEREN QUE CREAS LOS MALVADOS QUE HACEN EL "BULLING" Y QUE SON SÓLO UNOS COBARDES. TÚ DENÚNCIALO PORQUE ASÍ ESTÁS HACIENDO UN CASO DE JUSTICIA.SI CONOCES A ALGÚN CASO DE NIÑO O NIÑA QUE ESTÁ SUFRIENDO POR CULPA DE ALGUNAS DE ESTAS SITUACIONES QUE TE HE EXPLICADO NO TE LO CALLES. DENÚNCIALO RÁPIDAMENTE ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE. DÍSELO A ALGUNA PERSONA MAYOR EN QUIEN TENGAS TOTAL CONFIANZA, SEA U N HOMBRE O UNA MUJER, Y CUÉNTALE TODO LO QUE ESTÁ PASANDO PORQUE NO ERES UN CHIVATO SINO UN HÉROE QUE ESTÁ HACIENDO JUSTICIA.Saludos de vuestro amigo DIESEL.
Historia de "Thaler" (Novela) -Capítulo 7- 17 de octubre de 1908. Casino Hustler de Redondo Beach Boulevard en Los Ángeles de California, Estados Unidos.- ¡Buenos días, Tom! ¿Cómo están las máquinas ahora?- Sabes bien, John Mac Heroe, que desde que Charles Fy me vendió su lote de "Libertys Bells" nunca he hecho trampas con las máquinas tragaperras. John Mac Heroe se enfadó de verdad y se dirigió al asustado Tom Ozú con el dedo índice de su mano derecha y el dedo pulgar de la misma mano levantado apuntándole como si estuviera a punto de disparar una pistola.- ¡¡Escucha bien, Ozú!! O me llevo un buen lote de monedas o ¡bang! ¡bang! ¡bang! un mugroso menos en la ciudad. Pero Tom Ozú se envalentonó... - ¡¡Yo me ducho todos los días y no como otros que se duchan solamente una vez al año!!- ¿Te estás refiriendo a mí, carroñero?- Me estoy refiriendo a esos multimillonarios que vaya Dios a saber cómo han conseguido sus fortunas. - ¿Sabes lo que te digo, Tom? ¡¡Que como se me inflen las narices tu casino arde por los cuatro costados!!- ¿A quién vas a contratar para eso? ¿Al mismo de siempre? - ¿Te estás refiriendo a mi amigo Mickey Chen? - A ese mismo. ¡Vaya amigos que tienes, John! Ya digo yo que tiene aspecto de "mandao" ese boxeador del peso pluma que sólo es un mediocre.- ¿Y yo? ¿También soy yo un mediocre, Tom Ozú? - Tú no eres mediocre, Mac Heroe... tú eres absurdo...- ¡¡Si eres hombre de verdad levántate del sillón y dímelo a la cara!!Tom Ozú se levantó del sillón y se encaró con John Mac Heroe. - ¡Tú eres absurdo! ¡¡Tú sólo eres absurdo!! ¡¡¡Tú sólo eres muy absurdo!!!John Mac Heroe empujó violentamente hacia atrás a Tom Ozú quien cayó de espaldas sobre su sillón, con tan mala fortuna que éste se fue abajo y Ozú rodó por el suelo hasta que pudo agarrar un tampón que había caído de la mesa y se levantó encorajinado del todo.- ¡¡Te voy a estampillar la frente como si fuera un sello de correos!!- ¡Hazlo si te atreves, poco hombre!Tom Ozú se lanzó contra John Mac Heroe y le estampó el tampón en la frente, dejando grabado en ella el escudo de Los Ángeles de California: "City of Los Ángeles. Founded 1781".- ¡Ya vas bien aviado, John! Ahora nadie que te vea de frente puede dudar de que eres angelino de pura cepa. John Mac Heroe, debido al intenso dolor de cabeza que le produjo el tampón estampado en su frente, comenzó a dar vueltas, completamente mareado, alrededor de sí mimo y, tanteando como pudo, trastabilleando como un pelele, se agarró por fin a una  "Liberty Bell" último modelo. - ¡Jajaja! ¡Salvado por la Campana de la Libertad!- ¡Después de que me llene los bolsillos de tu asquerosa calderilla, ya hablaremos tú y yo, Tom Ozú, que te crees más gracioso que el inimitable Grok!- ¡De momento dedícate a lanzar bravatas porque aquí no hay más ni mejor payaso que tú! - Cuando haya terminado con todas tus reservas, so carroñero, por supuesto que también acabaré contigo. ¡Y ahora déjame en paz y espera la guerra! ¡¡Voy a dejarte en la bancarrota!!El multimillonario John Mac Heroe sacó a "Thaler" del bolsillo derecho de su pantalón y lo introdujo en la "Liberty Bell"...- ¡Vamos, "Thaler", sé bueno con tu papi!Pero la máquina no soltó ninguna moneda y "Thaler" quedó sin aparecer, lo cual encorajinó aún más a Mac Heroe quien propinó un meneo a la máquina que por poco la desvencija. - ¡¡Papi te va a hacer papilla, "Thaler"!!Los pocos clientes que había en el Casino comenzaron a alertarse... por lo que tuvo que volver a intervenir Ozú...- ¡Haz el favor, John Mac Heroe, de jugar en silencio y de no aporrear a la máquina!- ¡¡Voy a aporrear a la máquina todo lo que me salga de los cataplines y, por supuesto, luego te voy a aporrear a ti mismo!! ¡¡Lo del tampón no lo he olvidado!!En esos momentos "Thaler" apareció en la cajilla de las monedas y John Mac Henoe lo atrapó con lágrimas en los ojos.- ¿Eres tan avariento que lloras de alegría por recuperar un sólo dólar?- Yo lloro de alegría por un dólar pero todos los aquí presentes van a llorar de pena por ti dentro de menos que canta un gallo.- ¡No me digas que eres tan gallo como para amenazarme de esa cruel manera! ¡Mira como lloro, Mac Heroe! ¡Ja, ja y ja!Mac Heroe volvió a meter a "Thaler" por la ranura mientras exclamaba feliz...- ¡¡Entró, entró, la moneda entró!!Mas ni "Thaler" ni ninguna otra moneda de dólar salió de la máquina, lo cual puso más nervioso al multimillonario que, ahora, se enzarzó a dar patadas a la máquina mientras todos los clientes se lanzaron en tromba hacia la calle atropellándose los unos con los otros y callendo todos al suelo, rodando de manera anárquica y gateando, los que podían arrastrarse con más comodidad, hacia la puerta de salida. Ozú, que veía cómo el negocio se le hundía por culpa de aquel violento, se acercó al multimillonario John Mac Heroe y le propinó una fuerte patada en el trasero. - ¿Te ha gustado, John? John Mac Heroe se volvió lleno de rabia...- ¡A que no te atreves a darme otra!- ¡Ponte de espaldas y ya veremos si soy capaz o no soy capaz!John Mac Heroe volvió a ponerse frente a la "Liberty Bell" y Tom Mozuh le arreó, ahora, una patada el doble de potente que la anterior. - ¡¡¡Ayayay!!!Acompañando al grito de dolor, John Mac Heroe propinó tal puñetazo a la máquina tragaperras que un gran montón de dólares salió expulsado por el cajetín de tal manera que el suelo se llenó de monedas y toda la clientela del casino volvió atrás armándose una verdadera pelea multitudinaria por conseguir los dólares. Aquello era lo más parecido a una batalla campal mientras el avariento multimillonario John Mac Heroe buscaba, desesperado y gateando por el suelo, a "Thaler". - ¡Mi dólar! ¡¡Que aparezca mi dólar!! ¡¡¡Que aparezca mi dólar o degüello vivo a alguien!!! Tom Ozú agarró por el cuello a John Mac Heroe y lo puso de nuevo en pie mientras le hablaba con ira contenida.- ¡Escucha bien payaso! ¡Entró, entró! ¡Claro que entró, Mac Heroe! ¡¡Pero estoy ya harto de tus bravuconadas!! ¡¡Haz el favor de marcharte de mi casino y no vuelvas hasta que  no sea el año 5.000 después de Jesucristo!!John Mac Heroe propinó un cabezazo en las narices de Tom Ozú y, cuando ya iba a suceder una pelea a muerte entre ambos mientras la sangre comenzaba a surgir de aquellas narices rotas, de la "Liberty Bell" volvió a salir otra gran riada de monedas; lo cual sirvió para que todos los clientes volviesen a lanzarse a por ellas y, arrollando en su estampida tanto a Mac Heroe como a Ozú, todos y todas acabaron por el suelo buscando ávidamente las monedas. Alguien pisó la mano de Mac Heroe cuando este descubrió a su amado "Thaler" y estaba dispuesto a agarrarlo.- ¡¡¡Augggg!!! ¿Quién ha sido el imbécil?Tom Ozú se apoderó de aquel extraño dólar y se lo guardó en el bolsillo de su camiseta veraniega de mangas cortas.- ¡¡¡Vuelvo a insistir!!! ¿Quién ha sido el imbécil?Pero ya nadie hizo caso ni a las quejas de Mac Heroe ni a la desolación de Ozú...- ¡Te dije que antes de que me fuera de tu asqueroso casino hablaríamos los dos de manera muy personal!.- Pues ya ves que ahora no hay nadie presente, John.- ¡Escúchame bien, Tom! ¡Te doy mi palabra de multimillonario de que mañana tu asqueroso casino va a arder por los cuatro costados!- ¿Debido a la intervención del asqueroso Mickey Chen?- Quizás sí... quizás no... Y con aquella enigmática respuesta, el avaro multimillonario del petróleo de California, aquel tal John Mac Heroe para el cual la vida siempre se simplificaba en un "¡Entró, entró!", salió del casino de Tom Ozú quien, sentado de nuevo en su sillón, miraba sorprendido a "Thaler" mientras con la mano izquierda aplicaba un pañuelo a sus sangrantes narices.- ¡Bienvenido, "Thaler"! Al parecer debes de tener una buena historia...                       
Creatividad en la calle. Lúkacs escribió: "No lo saben, pero lo hacen". Efectivamente no saben escribir por ejemplo, sobre un sol pintado en un mural algo como simplemente "Tú". Algo tan elemental para el amor. Pero para ellos el espacio público es una nausea que se vomitan hacia ellos mismos. Yo puedo escribir, como si de un grafitero fuera: "Sal que te quiero azúcar". Algo tan elemental también para el amor. Y en las paredes blancas de mi alma (por que jamás mancharía la pared blanca del patio de mi vecino) algo así como un grafiti colgado en el aire: "Blanca vida para amarla". Algo tan fundamentalmente, también, para el amor. Pero ¿qué saben del amor los grafiteros que se limitan a pintar "Juan por Rosi" o "Rosi por Alberto"... que son maneras de psicología callejera simplemente infantil nada más?. Para entender la Creatividad en la calle es necesario ser universal y no limitarse a vivir debajo de las sombras de lo suburbano de un barrio cualquiera. No. Mis grafitis de la pantalla de la computadora salen a la calle en plena luz del Sol ("Por la Existencia Vivo", "Doy sólo lo que soy" o "Soy solo mi yo") que, al llegar la noche se convierten en "Vivo por la Existencia", "Lo que doy es sólo yo" y "Mi yo siempre eres Luna"). Simplemente como ejemplos relativos nada más.Porque lo absoluto de la psicología de las calles está en el viento que mueve las hojas, en las hojas de un cuaderno que alguien dejó olvidado sobre la barra de un bar, en las hojas de las puertas que se abren y se cierran para recibir a los amigos y a las amigas, en las hojas de las cuchillas de afeitar que se oxidan con el tiempo, en las hojas de la espada que se doblan por la muerte, en las hojas de la guadañas de los campesinos que se quedaron abandonadas cuando tuvieron que emigrar a esas calles de la gran ciudad, en las hojas del calendario que sigue avanzando en el lento caminar de los segundos... pero no... no es psicología callejera el underground nocturno de las pintadas con sprays en las blancas paredes de los patios de los vecinos.Yo puedo inventarme un grafiti que diga "Silver Tip Boy" que en español es "Muchacho de Punta de Plata" bajo la luz plateada de la Luna mientras sólo soy un muchacho en la punta del extremo de la cuerda que dirige Dios desde las alturas. Y mirar las calles urbanitas para escribir en mi mente: "Miro pero comprendo". Y es que la verdadera psicología de las calles no es el underground sino comprender a la prostituta de la esquina que han garabateado los del underground con una palabra obscena referida a su oficio, comprender al mendigo que pide comida sentado contra la pared ensuciada por los del underground con una palabra de desprecio a su pobreza, comprender al niño abandonado que llora junto al cierre metálico de los grandes almacenes donde ha perdido su rumbo mientras los del underground han escrito una palabra burlándose de su necesidad. Yo, en cambio puedo escribir el siguiente grafiti dentro del corazón de ellos: "te regalo una flor, una sonrisa y un poco de compañía". Eso sí, para mí, amiga Francesca, la verdadera creatividad de la calle es la aprendida del ejemplo que me da mi camino que es el mismo que camina Jesucristo. Yo nunca seré como tu Eltono porque mi tono es mucho más suave y silencioso. Mi tono pertenece a la verdadera creatividad de la calle cuando escribo con mi voz: "Te llamo a la Luz". La técnica que dice Eltono que desarrolló es la técnica del agravio a la verdadera filosofía urbanita. Quedaos muuriendo con Gyorgy Lúkacs en las tierras subterráneas que yo escribo mis grafitis en las superficies visibles y por eso puedo escribir en mi pantalla de la computadora: "Parece que la vida existe". Si Eltono puso manchas en las paredes yo no pongo nunca manchas a mi corazón que es donde escribo, en realidad, estos grafitis que traslado a la pantalla de la computadora para que se lea en el universo de las mentes de mis lectores: "Tú existes porque yo existo", "Somos dos pero nunca tres" y "A veces hasta sobrevivo"...No sé si alguien habrá comprendido esta mi forma de entender la psicología de la creatividad de la calle, pero en cualquiera de todas ellas por las que pasé, dejé un jirón de frases envueltas en las nubes de la esperanza. Y, sin embargo, ya ves, amiga Francesca, tus ídolos del underground no tuvieron nunca ninguna esperanza más que manchar paredes, muros, tapias y alguna que otra puerta metálica de algún humilde propietario de una tienda de ultramarinos que sólo tiene ganas de alejarse... para no tener que gritar justicia... y ya ves, amiga Francesca, hasta de la justicia puedo escribir el siguiente grafiti: "Eres la que no existes"... ¿Sabes ya lo que es mi psicología de la creatividad de la calle?. No está publicada en lujosos tomos, a todo color, de la Editorial Blume, pero me sobra la oportunidad de poder escribir: "Publico en mi corazón y el tuyo". Quizás de tanto querer saber lo que es la psicologia del arte undeground hayas perdido el norte... pero insisto otra vez más, y con esto me despido, que tengo mi propia brújula entre mis manos: Dios me la ha regalado.
He llegado, invitado por mi amigo Juan Andrés de Oñate Martín-Santos, un descendiente directo de aquel Juan de Oñate y Salazar que invadió y colonizó todo este territorio ubicado entre Río Grande y las mesas de los hopi, a la reserva del Bosque Redondo. Aquí es donde habitan 109 comunidades de indios navajo. Un total de unos 210.000 miembros donde predomina la población de menores de 24 años de edad. El lenguaje navajo es el atabasco, el mismo de sus vecinos los apaches y que está emparentado lingüísticamente con el de las tribus de cazadores y pescadores del noroeste de Canadá y del interior de Alaska. Así que Juan Andrés de Oñate Martín-Santos, gran conocedor atabasco, me sirve de traductor mientras hablo con el actual presidente electo de los pueblos navajo, un tal Ben Shelly.  - Escucha, Diesel, el atabasco no es tan difícil de entender...- ¡Sobre todo si un jefe navajo como yo sabe hablar perfectamente en español! Ante la sorpresa y estupefacción de Juan Andrés a mï me entran las ganas de reír pero me aguanto para que no se sienta todavía peor... - Señor Shelly... ¿cómo es posible que exista esa relación lingüísta entre pueblos tan lejanos geográficamente?- Muy fácil, Diesel, lo que sucede es que diversos grupos de cazadores canadienses migraron hacia el sur hace unos mil años.- ¿Y cómo pudieron llevar a cabo tan gran travesía?- También muy fácil, Diesel, probablemente fueron mucho más lentos de lo que creen los historiadores clásicos, porque no llegaron a estas tierras hasta el Siglo XVI, casi al mismo tiempo que Coronado y otros exploradores compatriotas tuyos.  Interviene, ahora, mi amigo Juan Andrés muy orgulloso... - Se está refiriendo, sobre todo, a mi ilustre antepasado Don Juan de Oñate y Salazar, que era español pero había nacido en Pánuco, en el estado mexicano de Zacatecas, allá por 1550, pero que volvió a España y murió, en Sevilla, el 3 de junio de 1626. Soy excelente para memorizar fechas y números de teléfonos.- Lo he comprobado lo suficente, amigo Juanito, muy bueno para las fechas y los números pero muy lento para entender de chavalas. Lo digo por la guapa que nos está mirando desde hace algún rato y que es hija de Ben Shelly... - Es que yo nací bastante cansado.- Por eso te pasa lo que te pasa... pero hablando de pasadas y de pasados... ¿qué hizo de meritorio para pasar a la Historia tu antepasado Juan de Oñate y Salazar?- Que fue un explorador y colonizador novohispano, muy recordado entre los navajo por haber sido gobernador colonial de la provincia de Nuevo México en el virreinato de la Nueva España, haber participado en las primeras expediciones de exploración en el Suroeste de Estados Unidos y ser el fundador de varios asentamientos en la región.  El tema me empieza a interesar mientras tomo el café negro servido por la hija más guapa de Ben Shelly; la jovencita que no hace más que sonreír. Para dejar de fijarme en ella vuelvo a retomar el diálogo con el jefe electo de los navajo, que hay que diferenciarlos de los apaches y de los comanches porque no son lo mismo sino muy diferentes. Ben Shelly me dirige la palabra. - Mucho antes que el Séptimo de Caballería cabalgó por estas tierras tu compatriota, nacido en América, Juan de Oñate y Salazar. Esto sucedió en el Siglo XVI y por eso se puede decir y confirmar que aquel Oñate fue el último conquistador español de las Américas, tierras donde nació. Pero alguien muy especial fue Francisco.- ¿Francisco de Asís estuvo por estas tierras?- ¡Mira que eres bruto, Juan Andrés! ¡Está hablando de Francisco Vázquez Coronado! Pero hablarte a ti de algo que no sea de fútbol es como intentar que un burro toque, con una flauta, la Quinta Sinfonía de Beethoven. ¡Ni aún de suerte sacarías una sola nota, Juanito! A ti te sacan del tema de Potele y te pierdes más que un marisco en el Desierto del Gobi.- No discutan por culpa de un jefe navajo pero, efectivamente, me refiero a Francisco Vázquez Coronado... ya que fue el primero que nos llamó "Indios Apaches de Navajó", en 1540. De ahí proviene nuestro actual nombre de navajos para diferenciarnos de los apaches y los comanches. La guapísima hija de Ben Shelly me sigue sonriendo... - ¡Nada de enamorarse de ella! ¿Entendido?- Entendido, gran jefe navajo, nada de enamorarse de ella pero no era necesario el aviso. ¿Podría, sin embargo, servirme un poco más de café? Ella, sin dejar de sonreírme, me sirve otro café negro ante la envidia de Juan Andrés. - No seas envidioso, Juanito... cada mochuelo a su olivo... y tú bastante tienes ya con cuidar del tuyo que es la única herencia que te dejó tu difunto padre y de lo cual yo, desde luego, no tengo ninguna culpa. Si sólo te dejaron un olivo como herencia será por algo de la mala querencia... pero eso a mí no me interesa ni saberlo ni comentarlo.- Es que yo...- ¡Pues lo siento! -interviene Ben Shelly- ¡El café se ha acabado y si quieres tomar café vete a tu querida Gran Vía de Madrid porque me han contado que por allí hay muy buenos lugares para ligar con chicas en edad de merecer o en edad de ofrecimientos dinerarios a cambio de servicios urgentes! Yo no puedo aguantar la risa... - ¡Jajaja, Juanito! ¡Te prometo que yo no le he dicho nada!- ¿Y cómo puede saberlo entonces?- No se mosquee con Diesel, Don Juan de poca monta, porque lo he adivinado al observar las miradas que lanza a la más guapa de mis hijas. Le advierto que ninguna chavala de los navajo se dedica a los servicios de urgencia a cambio de dinero asi que ya puede usted entender mejor de qué va nuestra Historia como muy bien le hace saber su amigo Diesel. Esto no es Jauja sino mucho mejor que Jauja... ¿me está entendiendo usted?...- ¡Escucha bien, Juanito! Estoy harto de que últimamente desconfíes tanto de mí por culpa de algunas como Ana y otras similares a Ana. Yo no le he contado nada pero lo sabe porque a los que son como tú se les nota en la mirada, así que si no quieres más aventuras sanas conmigo puedes largarte con viento fresco a nuestro querido Madrid y a tu amada zona de La Ballesta donde muchas de las que hacen "la calle" hablan tan mal de mí porque no las hago caso ya que no me gasto ni un céntimo por sus servicios de urgencia. Yo he llegado hasta aquí porque estoy intentando saber qué ocurrió con los navajo para tener que estar viviendo en la Reserva del Bosque Redondo y no estoy interesado en temas de dormir con ninguna pagando dinero. O sigues en plan sano conmigo o ya puedes largarte a La Ballesta y sus alrededores.  - Tu amigo Juanito no me gusta ni un pelo -dijo la chavalilla.- Ya lo sabes, Don Juan. No le gustas ni un pelo... así que vuelve para Madrid y escribe, si quieres, "Las Grandes y Maravillosas Historias de Las Dos Vallecas" para ver si te ganas "El Planeta" y, de repente, te haces más famoso que tu amigo "El Poli" Díaz. Algo así como el gordo "Pukateka" que conocí en Quito y que al parecer triunfó en la radio aunque ya nadie se acuerde ni de donde vino ni hacia donde llegó. ¿Me comprendes o no me comprendes? A partir de ahora tú a lo tuyo y yo a lo mío y todos felices comiendo perdices y contentos pero no en los conventos. Mi amigo se levanta enfadado y comienza a caminar...- ¡Si coges un caballo llegarás antes, Juanito! - ¡¡Los caballos son sagrados!! -grita Ben Shelly. Intervengo en favor de Juan Andrés que ya está arrepentido de haber venido hasta aquí...- Señor Shelly, como dijo mi compatriota y también famoso escritor Francisco de Quevedo, "no se debe mostrar la verdad desnuda, sino en camisa". ¿Por qué no hace una excepción y le ofrece un caballo a Oñate si promete devolverlo después? - Está bien. Que coja una mula parda y que se largue de aquí ese pardillo de Juanito. Como es tan pardillo lo único que le ofrezco es una mula parda para que aprenda a montar como Dios manda. Juan Andrés de Oñate Martín-Santos no tiene más remedio que alejarse subido en la mula parda y ante la amenaza de las feroces miradas de algunos guerreros navajo allí presentes.- ¿Y esas miradas de rechazo qué quieren decir, Señor Shelly?   - Los grandes y feroces guerreros del pueblo navajo no están dispuestos a que nadie venga a romper sus viejas tradiciones de fidelidad a una sola mujer por toda la vida.- ¿Y cómo sabe el dicho popular de lo de la mula parda?- Porque hoy en día las noticias no corren sino que vuelan... y por eso los navajo sabemos que significa ser bruto, ser cerril, ser poco inteligente.... sobre todo en el trato con las mujeres...- Hábleme de sus tradiciones...- Tenemos muchas pero quizás la más rara y curiosa sea la de las pinturas de arena.- Curioso. Muy curioso. - No cortes mi conversación amistosa, Diesel, no vaya a ser que tú también tengas que escapar de aquí montado en un burro en lugar de un caballo.  Guardo silencio y sigo escuchando... - Las pinturas de arena son, probablemente, la manifestación artística del pueblo navajo más admirada universalmente. Su función es marcadamente religiosa y ritual: el hombre de la medicina las usa para potenciar o catalizar sus sustancias curativas. Se realizan sobre el mismo suelo y de una manera individualizada para cada persona y alteración. - ¿Y para qué sirve toda esa tontera? Como Ben Shelly no sabe lo que significa tontera y cree que es un piropo ecuatoriano no me hace nada desagradable, como sería darme un corte de mangas tal vez, y sonriendo continúa explicando mientras que parece haber entrado en una extraña especie de trance espirituoso. - Durante la ceremonia el "paciente" se sienta sobre la pintura mirando hacia el este, hacia el sol que nace. El chamán le aplica la arena de pintura sobre la piel, siguiendo una fórmula previamente prescrita, mientras entona cánticos y letanías que canalizan las fuerzas de todo el pueblo para la curación de las heridas o enfermedad. Una vez concluído el ritual, la pintura se borra y la arena sobrante se guarda en un recipiente. Éste, generalmente, se entierra al norte del hogan, la vivienda del "paciente", para protegerla de la contaminación. El presidente electo de los navajos parece volver del trance mientras su hija más guapa me sigue sonriendo... - Esto, Señor Shelly, no piense mal de mí porque es ella la que me sonríe pero yo me aguanto las ganas...- ¿Ganas de qué, pequeño amigo?- Ganas de devolverle las sonrisas pero yo me aguanto... porque a lo que he venido aquí es para saber por qué viven ustedes en la Reserva de Bosque Redondo.- Te equivocas, Diesel, porque estás un poco desorientado. No estamos en Nuevo México sino en Arizona. Lo de la Reserva del Bosque Redondo es ya solamente una pesadilla para todo el pueblo navajo pero hemos podido olvidarla. Durante cuatro largos años permanecimos allí presos, mientras los oficales gubernamentales intentaron reconvertirnos en agricultores. Sin embargo, no todos los navajos participaron en esta larga marcha: muchos fueron vendidos como esclavos y otros se refugiaron en lugares inaccesibles, como el Gran Cañón del Colorado. Los relatos de la época sobre la permanencia en Bosque Redondo están saturados de desesperación. No quiero ni deseo hablarte de nada de ello. Esto no es Bosque Redondo, Diesel, sino una pequeña reserva en nuestro antiguo territorio de Arizona. Pero me duele mucho hablar de eso... Es por eso por lo que prefiero hablar de otro tema más agradable.  - Esto, Señor Shelly, ¿podría aprovechar su amistad para pedirle un favor?- Pide lo que sea y te será concedido si es ético y moral. - ¿Podría ir al Cañón de Chelly con su guapa hija haciendo de cicerone?- ¡Qué es eso de hacer de cicerone, insolente, deslenguado, inmoral!- ¡Que no, Gran Jefe navajo, que no es nada malo! No se enfade conmigo porque hacer de cicerone sólo consiste en explicar lo que uno ve pero no lo entiende. - Está bien, amigo Diesel, pero vuelve antes de una hora o tendrás que casarte con ella.  ¿Qué se habrá pensado este gran jefe navajo sobre mis formas y maneras de actuar? ¿Qué clase de persona cree que soy? - ¡Escuche bien, Gran Jefe Ben, yo no soy de esos que se pierden, como ese tal Juanito, por culpa de un par de ojos o una agradable sonrisa de cualquier chavala! Tengo mi propia escala de valores y, por si no lo sabe, estoy casado y soy totalmente fiel a mi esposa. No crea que está hablando con un novato en esto de vivir aventuras humanas pero sé controlar las situaciones. - Entonces, corrijo. Si no vuelves con ella dentro de un año mando a todos mis fieros guerreros para que te encuentren y te corten la cabellera. - Eso está mejor dicho, Gran Jefe navajo. Ya nos entendemos mejor. - ¿No te dan miedo mis fieros guerreros navajos?- No me haga reír, Ben Shelly. Usted, al parecer, ha visto muchas películas del Oeste.- Reconozco que es verdad, amigo. Es una de las pocas distracciones que tenemos por aquí. Y aprovechando que el presidente electo de los navajos se queda asombrado ante mi valiente respuesta le permite a "Pluma Ligera", que es la más guapa de sus hijas, para que me sirva de guía en mi visita al Cañón de Chelly montando, los dos, en tan robustos caballos blancos que parezco Santiago el Mayor acompañado del Arcángel San Gabriel pero en femenino. - Quiero contarte algo, Diesel... -me susurra al oído "Pluma Ligera" cuando llegamos al punto de encuentro de este gran cañón. - Cuenta, cuenta... pero no te acerques demasiado... porque es mejor mantener las distancias... Ella mantiene la distancia que yo le aconsejo guardar entre los dos mientras habla... - Has de saber que hace más de dos mil años los indios norteamericanos asocian la palabra "hogar" al Cañón de Chelly. Sus paredes verticales albergaron inicialmente a bandas aisladas de cazadores y, más tarde, a la floreciente civilización Anasazi. Finalmente los navajo se instalaron en sus riscos y cortantes: sus granjas y sus hogans se reparten por el cañón desde hace generaciones. Éste es el principal hogar navajo y su importsancia supera a la de un simple monumento; pero... ¿cómo es ella?...- ¿Quién?- Tu chavala. - La chavala más guay que he conocido y conozco. Un verdadero monumento vivo pero, además, la más buena persona que he conocido y conozco. - Qué lástima... porque me gustas mucho...- ¿Por mi forma de ser?- Por tu forma en todos los sentidos.- Regresemos, "Flecha Ligera", porque tengo que devolverte a tu padre completamente sana y salva del ataque de algún apache o comanche.- Regresemos... Efectivamente, Chelly es mucho más que el emplazamiento de las viviendas colgantes Anasazi o que un mosaico de huertos y melocotoneros: es un lugar poderoso, saturado de leyendas y tradiciones. Todo él es una página aún legible de su historia. Además, consultada la Base de Datos de mi Memoria, descubro que se conoce como Anasazi a una cultura prehistórica del Suroeste de Estados Unidos cuyo desarrollo comprende varias fases sucesivas. "Basket Makers" o "Cesteros" entre los años 100 antes de Jesucristo y 700 después de Jesucristo; fase Pueblo y, en su apogeo, Gran Pueblo, con los grandes conjuntos de Pueblo Bonito o Mesa Verde a cuyo grupo de tribus pertenecen las de los navajo. He de añadir, mientras termino de regresar con "Pluma Ligera", que Mesa Verde es una meseta de Estados Unidos, en Colorado, en donde se encuentran restos de la cultura pueblo en su época de apogeo (desde el año 1000 hasta el año 1300 después de Jesucristo) conservados en un parque nacional (patrimonio de la humanidad desde 1978) y un museo arqueológico. Por su parte, y ya una vez llegados hasta la presencia de Ben Shelly y devuelta "Flecha Ligera" a su hogar, tengo que decir que Pueblo Bonito es un sitio arqueológico de Estados Unidos, en la región de Chaco Canyon (Nuevo México) con imponentes ruinas de una ciudad precolombina construída durante la secuencia cultural Anasazi, y abandonada hacia el año 1300 después de Jesucristo. - ¿Volverás algún día por aquí, extranjero?  - Ha sido un placer, "Flecha Ligera", pero tengo mi propio Destino bien marcado en mi alma. Eso sólo lo sabe Dios, pero si vuelvo será con Ella a mi lado.  
Vamos, primero, con la falsa pista de Raúl del Pozo: "Algunos escriben porque es su oficio, otros por encargo, convencidos de que ésta es una profesión que hay que dejarla a tiempo. Un día descubren que el ego es despreciable, la vanidad signo de estereosclerosis y uno de los métodos secretos en deporte, en política, en la escritura y en la vida en general. También se agota ese narcisismo de tertulia. En la del Gijón a la que yo asistía, llegamos al acuerdo tácito de que no se hicieran elogios ni desaires de los escritores presentes, partiendo de la base de que el elogio al otro enfurece y la crítica produce verdadero placer.Esa táctica hoy resulta inútil porque el oficio de escribir es un acto público, casi como el de orador, y más expuesto que nunca a la reprobación o al palmoteo. Antes, a los columnistas no los pateaban hasta que estrenaban una comedia; ahora te pueden patear una columna 10 minutos después de ser publicada en el infinito "saloon" de las redes. Como escribió Pla, en cuanto uno se pone a escribir para el público entra en la categoría de injustificable, de proscrito, y estás más expuesto que nunca a la reprobación. De mí están diciendo algunos colegas que me he convertido en el portavoz de Bárcenas. Me parece que olvidan que uno de los placeres de esta profesión es meter al asesino en el escritorio de "Primera plana", que traducido a nuestros días sería cometer un delito para que te encierren y lograr grandes historias en Soto del Real.Yo he visto cómo Yale recibía en Barajas a Ironside en una silla de ruedas, cómo Tico Medina se disfrazaba de mendigo para poder hablar con Indira Gandhi o cómo Julio Camarero se colaba en el corredor de la muerte para entrevistar al asesino de la luz roja que iban a ejecutar. Ese estilo de periodismo ya no se lleva, pero es eterna la lucha de éticas que se refleja en la película "La falsa pista", donde se dice que hay dos tipos de escritores: uno que está cavando la tierra, abajo en el hoyo; por encima de él hay otro hombre también periodista echando la tierra hacia abajo. "Entre ambos siempre hay un duelo, la lucha del tercer poder del Estado que nunca acaba".Siempre se ha escrito al servicio de alguien, sin saberlo o sabiéndolo, como Aretino, que le dijo a uno de los áulicos de palacio: "Si estos 400 escudos se me concedieran para toda la vida yo pregonaría la fama de nuestro rey". El glorioso autor de los "Sonetos lujuriosos" estaba harto de colocar sus sátiras venenosas al pie de la estatua de Pasquino. La objetividad nunca fue cualidad del mercenario, del cortesano o del periodista, del que hace recados del poder". Y ahora voy yo. Ahora me toca a mí y quien venga detrás que mire para otro lado de la página o que se entretenga en hacer pajaritas con el papel del water mientras lee, cómodamente sentado, mi texto. A Raúl del Pozo se le ha olvidado ¡porromponpón y pon el porrón! citar a un porrón de periodistas que pertenecen a otros dos tipos muy bien cualificados y calificados en los exámenes de junio gracias a sus "queridos papás y mamás que les estarán escuchando": los que hacen la pelota y los que no saben qué hacer. Los que hacen la pelota siempre están peloteando más que los pelotaris filipinos de Manoli o de Manila (de las dos clases los hay) y los que no saben qué hacer (porque ya aprobaron todas las asignaturas en junio gracias a "papá" y a "mamá") siempre acuden a todas las invitaciones de presentación de cualquier libro con tal de hacer acto de presencia y lograr méritos suficientes para convertirse en periodistas que hacen la pelota... o sea, lo suficientemente cotillas como para salir en la tele aunque sean más feos que "Míster Propper". Entre los que ya son pelotas y los que aspiran a ser pelotas haciendo de cotillas podemos incluir a un cierto porcentaje (digamos que el 15 por ciento por no decir 16 por ciento para que no me llamen exagerado o 14 por cierto para que no me llamen cortado) de periodistas "palustres" a lo vicario magro de la Santa Universidad Complutense de Madrid y otros villorrios como la ubicada en Cantimpalos y en donde abundan los chorizos que sacan, entre tajada y tajada, el curso de Ph supergenial. Los "palustres" a lo vicario magro, con anuencia del Santo Padre de las Letras que quizás sea el director de El País o el director de El Mundo (por lo mucho que molan), aspiran a publicar al menos un pie de página de alguna fotografía de cachalotes comiendo boquerones en vinagre en Casa Mingo algún que otro domingo, en el Natural Geographic por aquello de dárselas de listos con las listas que les engañan vendiéndoles noticias "basura" sobre lo que le ha dicho la vecina de la Pantoja al taxista o al taxidermista de Paquirrín a cambio de que las inviten a alguna hamburguesa o a comer "pastiches" de macarrones con setas a ser posible no tan venenosas como lo que les cuentan a estos ingenuos "palustres". El caso es sobrevivir... pero hay muchos de esta clase de periodistas "trepas" que se convierten hasta en marineros por la barriada de Chueca y por dejar en bien lugar a los que cantan lo de Asunción, Asunción, que ya te lo decíamos nosotros y nosotras que ese niño que ha sacado el título gracias a su papá y a usted que a lo mejor es su mamá o su mamá es otra pues que terminará de marinero porque ni fuma, ni bebe, ni juega al balón. Rienzi, que sabía tanto de periodismo que era todo un as dentro del AS, sabía que "En los deportes, prever lo que puede ocurrir es casi tan importante como lo que realmente ocurre", que se lo había contado el periodista deportivo Bob Costas al que algunos, con envidia, le llaman Bobo de las Costas porque en este oficio la envidia es la que sobresale como punta del iceberg de la comunicación insocial.  Algunos están buscando "víctimarios" por Alcalá de Henares o Alcalá de Guadaira pero no tienen ni idea de que el famoso Alcalá Galiano dejó dicho que "Lo que puedo decir y digo, con la más estricta verdad es que, durante el curso de esta relación, cuya única causa de interrupción han sido esos puritanos a quienes he dedicado mis horas en exclusiva durante tanto tiempo, desde cualquier punto de vista, tanto intelectual como moral, no tengo razones sino para felicitarme por la amistad que he hecho con usted; y en cuanto a la función de esta situación particular en cuestión, nunca he oído, ni espero oir de nadie que, según mi criterio, esté tan cualificado y dispuesto para competir con usted". Dicho en tiempos de revueltas garbanceras político-cómicas sobre los cortesanos y por supuesto que sobre los cortesanos sabía también mucho un tal Castiglione.  Los periodistas pelotaris de Manoli o de Manila (de las dos clases hay) es como si tuvieran la fiebre amarilla del amarillismo profesional tirando algo así como a naranja con limón o a limonada con más vitaminas que las anfetas que se introducen a escondidas; pero resulta que, quizás por eso mismo, padecen mucho de avitaminosis cuando están con las gallinas del corral que les toca a cada uno de ellos. Quizás en Corralejo también lo sepan mientras las canarias están en la pelu o viendo una peli en medio de un silencio absoluto roto solamente por una carcajada justo cuando el bueno mata al malo.  Los periodistas que no saben qué hacer se quedan mirando, con la boca abierta, y por eso les entran las moscas y el moscatel hasta por los colmillos durante las fiestorras a las que acuden para ver si pescan algo y poder escribir sabrosos cotilleos sobre los desaparecidos de Afganistán aunque sea solo para decir que saben algo más que comer calamares en su tinta. Algunos de ellos tienen la ocasión propicia de sacar alguna fotografía sobre chompas de cuero en ofertas de rebajas y en cueros para salir en las revistas "rosas". ¡Y es que en actual mundo de la Fotografía se han colado periodistas con la Canon en la mano! ¡Dios mío! ¡Que vistas más panorámicas que se ven desde el tejadillo de El Ventorrillo! Supongo que algunos lectores o lectoras, o lectores y lectoras al mismo tiempo, se estarán preguntando de qué panorámicas hablo y es que desconocen que conozco La Costera de haber estado por algún tiempo entre los costaneros subiendo y bajando la costanilla. Continuará después de que cene algo porque esto de escribir da muchas ganas de comer... y como ya he comido/cenado Gracias a Dios (aunque por ello lloren como magdalenas los envidiosos de las ideologías ateas con lágrimas de cocodrilo por supuesto y se va el caimán se va el caimán camino de la carretera) pues "prosigamus". ¡Prosigamus dijo Erasmus, el de Rotterdam y no el anónimo efebo de Nerón que no pasó a la Historia porque Nerón no era holandés! Quizás mi colega del pozo, por aquello de que se llama Raúl y que por lo tanto quizás sea fanático seguidor de Raúl González "El Siete", ha abierto el grifo de los muchos grilletes que no se callan durante toda la noche como Pepitos Grillos atacando a nuestras conciencias y por eso, hablando de "El Siete" (no los del tendido de la Plaza de las Ventas sino de los entendidos del Manzanares) se pasan todo el partido hablando mal de Raúl porque come merengues y no duerme sobre colchones. Bueno sería que tanto "cri-crí" sociata del cotilleo universal sirviera para que los de la Universal Pictures (Pictures aunque ultimamente parezcan Picutres) me propusieran la Gran Idea de llevar al cine en multicolor alguna de mis obras mientras Dios me sigue ayudando en esto de salir adelante.  Lo que me diferencia de mi colega Del Pozo es que él es de columna fija y yo soy de columna de Hércules por lo que tengo que resistir para que me llamen cronista. Por eso yo es que siempre estoy obligado a lanzarme al vacío pero con la red puesta y por eso la película podría ser mi novela "La Red" que está buena de verdad. Quizás por eso escribí "La Red" para darle envidia al Almodóvar por mi excelente gusto al elegir a las "protas" para gusto y delicia de los que somos normales. Volviendo a lo de las columnas diarias a lo mejor resulta que para que te den una oportunidad tienes que vestirte de lagarterana o de "El Lagartijo" quien, en una de sus tardes gloriosas, brindó las dos orejas y el rabo, que había cortado a un pastueño, a una señorita desconocida entonces pero que algunos dicen, ahora, que era La Maja Desnuda de Goya. O a lo mejor es mejor que no alcance yo la fama no vaya a ser que se muera de envidia mi concuñado Antonio y, claro está, no quiero tener problemas de conciencia con los queridos de su querida iglesia y es mejor seguir siendo solamente uno del montón nada más... porque morirse de envidia puede ser muy doloroso y yo de Dolores paso del todo y no se la deseo a nadie no vayan a confundirme con Fu Manchú como hace mi cuñado Diego cuando se despista y me toma por quien no soy mientras quien sí que lo es se hace el sordo, el mudo, el ciego y, sobre todo, el santo varón. Pero olvidemos ya las vainas y sigamos con lo nuestro... Ahora me da por recordar y cantar lo de mejor era cuando yo me creía que tú también me querías pero ahora veo que no y seguir con lo de Carmen se marchó con otro y Bertín se quedó haciendo pío pío piopapío papío pio pio piopapío papá. Que no se enfade Osborne porque Terry, aunque es más feo, se la ha quitado aunque, en honor de la verdad, nadie sabe de qué Carmen estoy hablando yo y es que uno alucina con tantas Cármenes como hay en "Made in Spain" y en "Spain is different". En realidad sólo son peleas entre universitarios ingleses o tal vez españoles a la inglesa que es un plato que nunca me ha gustado jamás porque forma parte del menú Oxford versus Cambridge y a mí esos mejunjes y esas mezclas extrañas no forman parte de mi dieta. Ahora resulta que, hablando de Andalucía, hasta los elefantes saben tocar las castañuelas, que es lo más alucinante que he visto yo aunque lo supera eso de que hay por hay suelto una hormiga que baila claqué disfrazado de motorista. Y es que ya lo decía Félix Rodríguez de la Fuente: "a los animales también hay que quererlos". Cosas de periodistas pelotas y periodistas que no saben qué hacer como el sastrecillo valiente que es un cuentista nada más. Aviso a los navegantes: tirar tomates contra tu propio chalé madrileño, don Juan Antonio, es dejarlo perdío del tó. Algo así como un pifostio más grave (que sea leve su falangitis don Juan Antonio) que lo que sucedió en la época de Esquilache. ¡Buen tabaco fumen todos ustedes, los de los suculentos sueldos y las opíparas herencias de las alforjas vacías! Para hablar de burros ya hemos hablado bastante. Si no se lo creen pregunten lo de la pipa al Inspector Dan. Quien no lo entienda que consulte "El Alcázar" y las bases ideológicas de Don Blas... Piñar por supuesto... y en cuento a fumar las pipas de la paz les recomiendo que compren picadura selecta pero no se piquen ustedes tanto porque yo es que ya paso de tó, de tó y de tó. 
 Una idea es siempre el inicio de una persona. 
Historia de "Thaler" (Novela) -Capítulo 8- 17 de octubre de 1908. Restaurante Asborne de la Avenida Century City de Los Ángeles de California, Estados Unidos. - ¡Buen día, Jim Asborn! ¿Es ya la hora de comer?- Sabes muy bien que es ya la hora de comer pero acaba de empezar y no tenemos todo lo que incluye la Carta del Menú, Tom Ozú. - ¡¡Pero yo tengo un hambre canina y estoy que muerdo!! Tom Mozuh echó mano a las chocolatinas que servían como atención para los invitados especiales y se metió dos, al mismo tiempo y de repente, en la boca. - ¡Escucha bien, Tom Ozú! ¡¡Esas chocolatinas están ahí solamente para los invitados especiales y tú no tienes nada de especial que yo vea!!- ¿Yo no tengo nada de especial Jim Asborn? ¡Tengo la boca llena de chocolatinas pero espera a que haya engullido las dos que estoy devorando y verás si tengo o no tengo algo de especial!- ¡No quiero peleas contigo, Tom... así que ya que tienes tan poca vergüenza como para comerte dos de mis chocolatinas sin mi permiso... sigue sin  tener la más mínima norma de educación y siéntate en algún lugar donde seas lo mínimamente visible para mi selecta clientela! Pero ante el asombro de todos los clientes y todas las clientas que ya estaban comenzando a almorzar, Tom Ozú se sentó ante la mesa central del Restaurante mientras mascaba ruidosamente las chocolatinas que se le habían pegado a los dientes y se metía los dedos en la boca para despegarlas de su picada dentadura. Cuando sacaba el dedo se lo quedaba mirando y se lo limpiaba en la pernera derecha de su pantalón. - ¡¡Jesús, que hombre más grosero!!- No se enoje conmigo, Señorita Martina, porque como han visto todos y todas no ha sido mi culpa y yo no le he invitado.- Sé que no tienes la culpa, Jim Asborn, pero como siga la cosa así o es él o soy yo porque los dos no podemos vivir en el mismo sitio. - ¿Es que le piensa matar?- ¡Matar es poco! ¡Le pienso estrangular yo misma y con mis propias manos!   Tom Ozú terminó de engullir las dos chocolatinas, se metió los dedos hasta la garganta y soltó un ruidoso eructo. - ¿Pero usted es un ser humano o un cochino, con perdón de los cerdos que tanto abundan por estas comarcas? Tom Ozú pudo recuperar el habla y, con los picados dientes manchados de restos de chocolate, se dirigió a la citada señorita de los brazos tan musculosos. - ¡Perdone usted, Reina Martina! ¡No sabía yo que hubiese por estas comarcas lilas como usted!- ¿Eso es un piropo o una más de sus faltas de educación, zopenco? Antes de que Tom Ozú siguiera provocando a la señorita de la mesa de al lado, intervino Jim Asborn.  - ¡Ya has tragado demasiado, Tom, así que ya puedes largarte con viento fresco!Tom Ozú soltó otro ruidoso eructo antes de poder hablar con naturalidad.- ¡Repito que tengo algo tan interesante que hoy me darás de comer como si yo fuera un obispo episcopaliano y esto fuera Canterbury! Siempre, claro está, que a esta musculosa señorita no se le ocurra lo contrario.- ¿Qué es eso tan interesante que tienes, Tom? Que yo sepa tu personalidad tiene menos importancia que un pato botijo dentro de una palangana. - Espera un momento a que termine de digerir y te lo enseño...- ¡Pero que maleducado es este bruto, Jim!- ¡Calma, Señorita! ¿Desea que le sirva un martini, Martina? Lo tengo blanco.- ¿Usted también con chirigotas, Jim? ¡Siempre creí que los Asborn eran hombres elegantes!- Me refiero al martini y no a mi corazón... pues estoy casado y bien casado...- ¿Pero esto qué es? ¿En qué se está convirtiendo esta ciudad?- ¡Calla y enséñamelo, Tom! Tom Ozú se levantó de la silla y dirigió su mano derecha hacia el pantalón... - ¡¡Ten mucho cuidado con lo que haces, Tom, o te doy tal tortazo que te dejo la cara más plana que el encéfalo de una liendre!!- ¡Señor Asborn! ¡No escandalice más a su selecta clientela! Sólo estoy buscando esto... Tom Ozú sacó a "Thaler" de su bolsillo, mientras que Jim Asborn quedó boquiabierto... - ¿Qué me puedes servir por este dólar?- ¿Puedo verlo más de cerca?- Tómalo entre tus manos pero espero que sirva para un buen menú completo. Jim Asborn vio la moneda y se fijó en el extraño reflejo de la mirada de Abraham Lincoln antes de explotar en una risita nerviosa. - ¡Ja! ¡¡Jaja!! ¡¡¡Jajaja!!!- ¿Qué te sucede, Jim Asborn? ¿Te has quedado flipado del todo?- ¡Escúchame bien, Tom Ozú! ¡Ya has hecho muchas tonterías en mi local así que, si te portas como un caballero, sólo puedo servirte, por este dólar, una sopa de crema con fideos, mucho más crema que fideos por cierto!- ¿Te estás quedando conmigo, Jim? ¡¡Te estoy ofreciendo a "Thaler"!!- Es la primera vez en mi vida que sé que Abraham Lincoln se llamara exactamente Abraham Thaler Lincoln. ¿Quién te ha contado esa trola?- ¡¡Dejemos ya las tonteras, señor Asborn y hablemos como caballeros!!- Yo puedo ser un caballero pero tú no pasas de se un tahur más mentiroso que un vendedor de jarabes medicinales.- ¡Te estoy diciendo, Jim, que "Thaler" vale más que un simple plato de crema con unos pocos fideos mochos!- Está bien, Tom. Al fin y al cabo es un dólar, muy extraño por cierto, pero un dólar. Jim Asborn se guardó el dolar en el bolsillo derecho de su americana de color azul marino. - ¿Entonces?- Entonces haz el favor de sentarte y guardar silencio mientras te sirven un plato lleno de caldo con garbanzos... un poco duros por cierto... pero garbanzos al fin y al cabo... acompañados de habichuelas.- ¿No puedes incluir un par de pedazos de conejo?- Está bien. Le incluiré un par de pedazos de conejo y pan.- ¿Y nada de beber?- Solamente agua y vas que chutas. Tom Ozú soltó otro eructo que volvió a molestar a Martina... - ¿Es que es usted tan cochino que no sabe que cuando estamos comiendo los eructos son propios de salvajes sin costumbres?- Lo siento... es un mal estomacal que arrastro de la infancia.-¡¡Como me levante de la silla le cojo de los pocos pelos que tiene y le arrastro hasta sacarlo a la calle, escoria humana!!- Pues ha de saber usted que para los musulmanes eructar en la comida es señal de regocijo, satisfacción y buenas costumbres.- Pero aquí estamos entre personas... - ¿Es que los musulmanes no son personas, Señorita Martina?- Estoy hablando de personas civilizadas y, por lo que yo sé, los musulmanes tienen poco de civilizados por la forma de eructar cuando comen y por la forma de tratar a las damas cuando se les antoja y de la forma que se les antoja.- Está bien. Lo acepto. Pero tengo antojo de almorzar la garbanzada con habichuelas.- Para que veas que soy mucho más generoso que tú te voy a mandar servir de primero una sopa de fideos con crema bien espesa y de segundo un buen plato de judías con chorizo más pan.- ¿Y de postre?- ¡De postre te levantas como puedas, te largas y no vuelves más por aquí, pordiosero! ¡Por muchas riquezas que hayas acumulado haciendo trampas con tus máquinas tragamonedas ni tienes clase ni tienes estilo para comer en mi lujoso local!- ¡Muy bien dicho, Señor Asborn! ¡A este bicharraco hay que cortarle las alas!- Señorita... si yo soy un bicharraco ustes es una lechuza...- ¡¡No quiero más broncas en mi restaurante!! ¡Cállate, Tom! Ya viene la sopa de fideos. Come en silencio y que te sienta bien, Tom. - Y si no me da la real gana de callarme mientras como...- ¿Pero es que no puede usted estarse callado de una vez por todas? Ha de saber, maleducado, que nunca se debe hablar con la boca llena. - Señorita... yo me callaré cuando usted deje de lanzarme esas miradas...- ¿Pero usted cree que me deslumbra?- Tanto como deslumbrarle pues no... pero no la necesito...- ¡A este tipo le suelto yo un par de guantazos seguidos! Martina se levantó con intenciones de lanzarse contra el asustado Tom Ozú, pero Jim Asborn estuvo atento y le puso una zancadilla, con tan mala fortuna que ella cayó sobre el desdichado Tom Ozú mientras comenzó a mover sus musculosos brazos como si fueran aspas de molino de viento alcanzando la cara de éste, el cual ya no sabía como parar aquella serie de bofetadas que no parecían tener final alguno. - ¡¡Quítamela de encima, Jim, o no vuelvo a comer nunca más en mi vida!! Con grandes esfuerzos, Jim Asborn consiguió calmar a Martina y, gracias a Dios, logró hacer que se sentara de nuevo en su silla.  - ¡¡Ya está bien!! ¡¡Este es un local muy serio!! Una vez calmada la tempestad, Tom Ozú pudo ver ante sus ojos una buena sopa de fideos con crema de harina y, con gran ansiedad, comenzó a meterse cucharadas dentro de la boca mientras sorbía de tal manera que volvió a encrespar los nervios de Martina. - Pero... ¿se puede saber en qué granja le han enseñado a comer a usted? Tom Ozú no pudo responder porque, en ese momento y debido a su ansiedad, se le fue una cucharada por las fosas nasales y levantándose como un autómata, chorreó lo que le salía de la nariz sobre el bistec que la Señorita Martina estaba dispuesta a cortar con el cuchillo y el tenedor. - ¡¡Cerdo!! Martina soltó los cubiertos y le agarró del cuello a Tom mientras se esforzaba por poder estrangularle mientras éste resistía tenazmente sujetando con sus manos los forzudos y musculosos brazos de ella.  - ¡Que lo va  a estrangular, Señorita Martina!- ¡Eso es lo que estoy intentando hacer, Señor Asborn, pero el muy gorrino opone más resistencia que un numantino!- ¿Qué es un numantino?- Cosas de Historia, Señor Asborn, cosas de Historia de España.  Jim Asborn, con grandes esfuerzos prolongados, consiguió al final, tras un par de minutos en que Tom Ozú ya se consideraba muerto del todo y había cerrado los ojos y sacado la lengua, rescatarle de las garras que le estaban estrangulando.  - Gracias, Jim. Pensé que esto ya no se lo podría contar a mis bisnietos. - Comos sigas así, Tom Ozú, no se lo vas a poder contar ni a tus bisnietos, ni a tus nietos y ni tan siquiera a tus hijos. - Por un momento pensé que estaba muerto y me veía con Dante de aventuras por el Infierno.- Déjate ya de aventuras, Tom, y sigue comiendo pero no vuelvas a provocar a ninguna fiera. - ¿Me está usted llamando animala, Señor Asborn?- ¡No... no... no... Señorita Martina! ¡Es sólo una metáfora!- Pues cuando quiera usted ser poeta busque otra figura más romántica para definirme, Señor Asborn. - ¿Podría ser caballito del diablo?- ¿Eso qué es?- Solamente libélula nada más pero en metáfora. - Está bien. Acepto esa figura por lo que tiene de original. Ahora haga que me cambien el bistec por una costilla de cerdo mejorando lo aquí presente.- ¡Oiga, madama, que yo ahora estoy callado! - Más le vale a usted y a sus costillas. Mientras el bistec fue sustituído por unas costillas de cerdo, Tom Ozú siguió comiendo su sopa y sorbiendo con gran ansiedad cuando la guapa mesera le sirvió ya el plato de judías con chorizo y una gran rebanada de pan de centeno. Tom comía con voracidad; como un ogro. La ansiedad de Ozú era tan grande que comía cucharadas enormes de judías mientras mordía el pan de centeno como un verdadero burro hasta que, de repente, en una de dichas cucharadas acompañadas de mordiscos al pan, todo se le quedö como formando una pelota en la garganta; así que, al no poder respirar, los ojos se le llenaron de lágrimas intentando tragar... - ¿Qué le sucede ahora, marrano? ¿Por qué llora tanto? ¿Por no saber comportarse delante de las personas distinguidas? Eso o se aprende en la infancia o no se aprende nunca.  Tom Ozú no pudo replicar a la Señorita Martina y, en su desesperación, se levantó haciendo gestos que nadie entendía, hasta que se lanzö contra la sorprendida Martina que no pudo reaccionar a tiempo y ante el abrazo desesperado de él comenzó a atizarle fuertes puñetazos en el pecho mientras el rostro de Tom se ponía cada vez más morado y no podía articular palabra alguna sino expresiones guturales de desesperación. - ¡¡¡Agg!!! ¡¡¡Agggg!!! ¡¡¡Agggggggg!!! Martina, viendo que no conseguía librarse de Tom, le propinó un golpe de karate en los riñones, pero no consiguió otra cosa más que Tom volviera a soltar una expresión gutural más elevada y que siguiera cada vez con la cara más morada e inclinara más el cuerpo contra ella. - ¡¡¡Agggggggggg!!! Jim Asborn, viendo que Tom Ozú estaba a punto de morir asfixiado y aporreado por Martina, se acercó todo lo más rápido que pudo y descargó un fuerte puñetazo en la espalda del moribundo... con lo cual consiguió que éste expulsara por la boca todo lo que tenía atragantado y que fue a parar al lujoso vestido de fiesta de la Señorita Martina quien, más encorajinada que nunca, comenzó a dar manotazos al aire viendo su vestido totalmente estropeado... - ¡¡¡Como me apellido Atilava, y soy nacida en Hungría, que a este tipo lo remato definitivamente!!! Tom Ozú pudo, al fin, hablar mientras seguía ligeramente aferrado al cuerpo de ella... - Pero... ¿es usted de verdad la famosa diseñadora de moda femenina, de origen húngaro, y que lleva ya viviendo quinientos años en esta ciudad de Los Ángeles de California?- ¡¡Descarado!! ¡¡Sinvergüenza!! ¡¡Gamberro!! ¿Me está llamando antigualla?- Retiro lo de que está viviendo ya desde hace quinientos años por lo de que está viviendo ya desde hace cuatrocientos noventa y nueve años pero no rebajo ni uno más. El bofetón que recibió de la famosa diseñadora de ropa femenina fue de los que hacen época en la historia de una ciudad como los Ángeles de California pues sonó en todo el restaurante y resonó más allá de la puerta del restaurante... - ¡¡¡Ayayayyyyyyyy!!! Pero la fuerza descargada por la forzuda y musculosa Martina Atilava, nacida en Hungria pero residente en Los Ángeles de California, hizo que ésta perdiera el equilibrio en el mismo instante en que Jim Asborn acudía en auxilio de Tom Ozú y los tres rodaron por el suelo hasta que, a gatas, pudieron ponerse en pie y, mientras la Señorita Martina se marchó del restaurante sin pagar lo por ella consumido, Jim agarró por las solapas a Tom mientras le recriminaba... - ¡¡Por tu culpa se ha ido sin pagar todo lo que ha estado bebiendo y comiendo así que ahora lo vas a hacer tú!!- Deja de zarandearme, Jim, y hablemos como dos buenos parientes ante el suculento reparto de una herencia.  Jim dejó de sujetar por las solapas a Tom. - ¿Tú me vas a pagar o no me vas a pagar?- ¿Tú me vas a pegar o no me vas a pegar?- Yo no te pego si tú si me pegas... esto... quiero decir que yo no te pago si té me pegas... esto... - Tranquilo, Jim, tranquilo... lo que me estás queriendo hacer que entienda es que tú no me pegas si yo no te pago... esto... no... que si yo no te pago tú no me pegas... no... no...- ¡¡Ya está bien!! ¿Me pagas o no me pagas?- Siento decirte, con todo gran dolor de mi alma, dejando aparte el dolor que tengo repartido por todo mi cuerpo, que sólo tenía a "Thaler"... sólo tenía a "Thaler"... sólo tenía a "Thaler"... Tom Ozú comenzó a gimotear... hasta ablandarle el corazón a Jim Asborn... - Como dijo Epicuro, el que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea sueño del mundo; en este caso de las máquinas tragamonedas.- Sí... snif... snif... snif...- Está bien Tom, deja ya de gimotear como un huerfanito recién abandonado en la puerta de un condestable... como sucede en muchas novelas francesas...- Sí.. snif... snif... snif...- Comprendo que ya llevas bastante. Me quedo con tu dólar pero nunca jamás te quiero volver a ver dentro de mi restaurante ni fuera de mi restaurante. - ¿Me estás insinuando que nunca jamás vamos a volver a vernos en esta vida?- Ni en esta vida ni en la otra... Tom abrazó a Jim... - Gracias... gracias Jim... mil veces gracias... me has salvado de esa húngara que para mí se comporta como un búfalo en época de celos.  Jim Asborn apartó el abrazo de Tom Ozú con unas manotadas.  - Como se entere de que la has llamado búfalo entonces te mata de verdad.  Tom volvió a abrazar a Jim... - Gracias... gracias Jim... mil veces gracias... me aconsejas muy bien aconsejado porque, la verdad sea dicha, viéndola sentada es como ver a Sitting Bull en persona... Jim Asborn volvió a separarse del abrazo de Tom Ozú a manotazos... - ¡Que no se entere, Tom, de que la acabas de llamar Toro Sentado!! Tom Ozú miró su reloj y decidió que ya era hora de volver a su negocio. Y mientras salía a toda prisa del Restaurante Asborn soltando una retahíla de pedos por culpa de las judías mal digeridas, Jim sacó el dólar de su bolsillo y se quedó mirando fijamente a la moneda.  - Está bien, "Thaler", creo que ha llegado la hora de comprarme un buen par de zapatos.   
Hoy es catorce de mayo. Las flores siguen creciendo. Todas las aguas caídas empiezan a hacer surgir manantiales en el desierto. Ya no tenemos sequedad en las gargantas y los pájaros pueden volar libremente para llegar a las fuentes a beber sin miedo alguno. Los tigres de papel se me convierten en palabras como paz, serenidad y armonía. Esta noche el cielo está brilando entre las nubes pardas y los cerros verdes (y vuelve otra vez mi memoria a la infancia de aquel periodista soñador que quiso ser periodista y lo consiguió). Hora de pensar en las flores que siguen creciendo. Mañana, posiblemente, las amapolas silvestres sean más libres todavía. Me refiero a esa clase de mujeres que están pasando la vergüenza de soportar el oprobio de sus señores. Bueno. Hoy es un catorce de mayo y mañana, sin equívoco alguno, seguiremos caminando hacia la meta. Esto no es ciclismo ya. Esto es sólo un pasear por la Bohemia. Sí. La Plaza de la Bohemia donde las palomas ya se estan durmiendo. Y nosotros seguimos todavía más libres que nunca dejándo palabras... palabras... en el tintero de las fantasías. Quizás algunos se creen que los Cristianos no sabemos reír. Y mira que son ignorantes. Los Cristianos también sabemos reír... pero de cosas tan sencillas como de ver a las pájaros beber de las fuentes y a las palomas dormir en los nidos. Y es que hoy, catorce de mayo de 2010, ya empieza también a ser historia. Como son casi exactamente las 9,40 de la noche en mi Timberland... pues sólo faltan únicamente 2 horas con 20 minutos para ser historia. Y me quedo pensando en cierta historia de beso... que no digo donde fue... pero que me hizo ver las estrellas... en fin... que la vida es así como dijo un sabio y si no lo dijo ningún sabio lo dijo alguien que no era sabio pero lo parecía.
Érase una vez una soledad tan grande que se convirtió en noche. Y entonces fue cuando nació la luna...Alba se encontraba en el mismo lindero en que había convivido toda su vida con la sensación de ser la primera causa de su propio drama. ¿Y la careta de las alegrías?. ¿Dónde estaba su famosa careta de la felicidad?. Alba no sabía responderse a sí misma cuál era la ansiada meta de sus perspectivas. Sentía el amor ausente. Y entonces nació la luna...El transcurso de los momentos de su soledad la iba dejando a un lado de la existencia. Alba veía cómo se diluía entre las sábanas del silencio. Y entonces fue cuando nació la luna...- ¡Alba!. ¡Acúname entre los sueños de tus brazos de olvido!. Alba miró al cielo. Allí estaba, temblando en medio de la noche, el pájaro azul de sus deseos. - ¡Alba!. ¡Ábreme el corazón de tus desdichas para poder anidar en tus pupilas!.A Alba le entraron los rayos del vértigo y sus ojos se volvieron tan azules como el planeta por donde sobrevolaban las ondas del mar.Salió Alba de su desencuentro y encontró cobijo en el aire. Volaba por encima de cualquier principio material. Ahora Alba se había convertido en dicha. Y entonces fue cuando nació la luna...
El Diccionario de la Academia, en su 14 edición, decía: "Perico el de los palotes. Personaje proverbial. Persona indeterminada, un sujeto cualquiera"...Don Sebastián de Covarrubias escribe en su Tesoro "Perico el de los palotes: un bobo que tañía un tambor con dos palotes. El que se afrenta de que lo traten indecentemente, suele decir: "Sí, que no soy yo Perico el de los palotes".Cejador, en su Fraseología o Estilística Castellana (tomo III, pág. 299), dice que el nombre que comentamos "acaso alude al niño que aprende a escribir y está aún en los palotes, o a las muletas del Cojuelo. También se llamó así al diablo".Cejador copia dos citas de Quevedo:Periquito el de los palotes;Si no tienes cuartos,Que dame doblones.
 Reír es mucho más serio que llorar. 
No me chilles que no soy una tapia. (Dedicado de manera muy especial al señor gif).
Historia de "Thaler" (Novela) -Capítulo 9- 17 de octubre de 1908. Sección de Caballeros de la zapatería Carmelo de la calle Sacramento en Los Ángeles de California, Estados Unidos.- ¡Buenos días, Dennis!- Por favor, Señor Asborn, no me tutee en público y llámeme Señor Raton. No está bien visto por la sociedad que todo un señor propietario del mejor restaurante de la ciudad se tutee con un pobre empleado de banca que ha terminado por ser un pobre empleado de zapatería. Las clases sociales son las clases sociales y debemos respetarlas. - ¡No me andes con zarandajas, Dennis! ¡¡Venga ese abrazo!!Sin poder poner resistencia alguna, Dennis Raton se vio abrazado por Jim Asborn. Era como el abrazo de un oso y a Dennis se le cortó la respiración pero pudo quejarse a duras penas.- Señor Asborn... que yo... lo que pasa... es que yo...El aliento a cebolla cruda atormentó el fino don de percibir las fragancias de la pituitaria de Jim, quien apartó rápìdamente el fornido abrazo. - ¡¡Pero hijo de tu padre y de tu madre, qué peste echas!!Recobrado el aliento, Dennis Raton pudo hablar con libertad...- Ya le dije, Señor Asborn, que las clases sociales son las clases sociales. Yo, como sólo soy un pobre empleado de banca que ha terminado por ser un pobre empleado de zapatería nada más que he podido comer pan con cebolla cruda. - ¡No me vengas ahora a soltar una perorata marxiana!- No soy marxiano sino marxista. - ¡Bobadas, Dennis, bobadas! ¡Sois más raros que un perro con escarlatina! ¡¡Venga otro abrazo!!Este segundo abrazo fue todavía más violento que el primero y el tufo a cebolla que salía de la boca de Dennis azotó con más fuerza la fina pituitaria de Jim quien se zafó rápidamente del empleado de la zapatería. - ¡¡Dios mío, que olor a cloaca!! - Ya le dije, Señor Asborn, que las clases sociales son las clases sociales y que una vez que se desate la lucha de clases... esto... yo... en fin... no sé lo que sigue...- O sea, que os lo enseñan para que lo aprendáis de memorieta... ¿no es eso?- Esto... sí... Señor Asborn...Jim Asborn enganchó la oreja izquierda de Dennis Raton y la retorció con violencia. - ¡Ay, ay y ay! !Que me deja sin oreja, Señor Asborn!El aludido soltó la ya enrojecida oreja izquierda de su víctima.- No sólo debería cortarte las dos orejas...- No siga, por favor, Señor Asborn, que nos están escuchando las mujeres al otro lado de la estantería.- ¿Tienes miedo de las feministas?- Miedo no. Lo que les tengo a las feministas es pavor, terror, pánico y mucho más. - ¿Pero no son también marxianas?- ¡Marxistas, Señor Asborn, marxistas!Una de las aludidas golpeó duramente la estantería que separaba a la Sección de Caballeros de la Sección de Damas, mientras les interpeló violentamente.- ¡¡Todos los hombres deberíais ser castrados!!Dennis Raton protestó...- Yo no, señorita o señora, porque yo soy marxiano... esto... no... yo soy proletario...- ¡¡Tú el primero de todos!!Voló una zapato de mujer por encima de la estantería y dio, con su alto tacón de aguja, en la frente despejada de Dennis produciéndole un corte del cual comenzó a manar un hilillo de sangre...- ¡Ay, ay y ay! ¿Cómo puede hacerme esto a mí una camarada de lucha obrera?La del otro lado de la estantería siguió amenazando... - ¡¡Obrerucho!! ¡¡Como salte la barricada te vas a enterar de lo que es la lucha obrera de verdad!!El acaudalado y fino aristócrata Jim Asborn tuvo que intervenir para evitar males mayores. - ¡Calma, calma, cada uno en su lugar y tengamos todos la fiesta en paz!Pero la feminista, antes de callarse, soltó una última amenaza.- ¡¡Ya llegará el 1 de mayo del año que viene y se van a enterar ustedes los señoritos de este país!!Jim Asborn y Dennis Raton guardaron silencio por ver como terminaba la perorata de la exaltada feminista. - ¡¡Todos los hombres vais a ser colgados de las farolas de Los Ángeles de California para que sirváis para algo a ver si así teneís un poco más de luz en el cerebro!!- ¿Los obreruchos también?- Los obreruchos los primeros, sarnoso. Sólo sois unos machistas más machistas que los marquesitos como ese tal Jim Asborn. - ¡Haz el favor de no provocarla otra vez, Dennis y devuélvele el zapato o asalta la estantería y nos muele a palos!Dennis Raton lanzó el zapato por encima de la estantería y fue a caer sobre la cabeza casi rapada de la feminista.- ¡Ay, ay y ay! ¿Quién ha sido el gracioso de los dos?- Por la Virgen de los Remedios, Jim, no me delates.Jim Asborn prefirió guardar silencio...- ¡Cuando me entere quien ha sido el que me ha dado con mi propio zapato en la cabeza va a saber lo que es el suplicio de los tontos útiles! ¡¡Tontos!! ¡¡¡Más que tontos los dos!!!Totalmente cohibidos y temiendo que la enfurecida feminista hiciese acto de presencia, Jim y Dennis guardaban silencio abrazados el uno al otro como dos colegas a punto de ser fusilados. - ¡Jesús que peste a cebolla sueltas, Dennis!- Pues le advierto, señor Asborn, que es excelente para tener buena sangre.- Está bien. Será muy bueno para la sangre porque ha dejado de salir de tu frente pero de eso podremos hablar en otro momento. ¡Me parece que se ha ido de la tienda!Ambos se separaron nuevamente y hablaron en voz muy baja.- Espere un momento, Señor Asborn, que lo voy a confirmar...- Ten mucho cuidado, Dennis, porque debe ser mastodóntica...- Vamos a ver si es cierto...- Que tengas mucho cuidado, Dennis, que puede ser mastodóntica.Dennis Raton en un acto de heroismo civil habló en alto.- ¡Señora mastodonte! ¿Está usted ahí, señora mastodonte?Al no recibir contestación alguna ambos respiraron profundamente y se sentaron en el largo banquillo que servía para que los clientes se probaran los zapatos. - Bueno... pues usted dirá Señor Asborn... - ¿Cómo que yo diré? ¿No es esto una zapatería, atontado?- Pues si. Da la casualidad que esto es una zapatería, engreído. - Mal empezamos, Dennis, mal empezamos la tarde...- Que yo lo que quiero decir es que a qué cuento ha venido usted aquí. - ¡Pero leches! ¿No es esto una zapatería? No me hagas volver a repetirlo.- Entonces supongo que...- No he visto un dependiente más tonto que tú. ¡Por supuesto que vengo a comprar un buen par de zapatos! Llega ya pronto el invierno y necesito abrigarme bien los pies.Dennis Raton se levantó como un rayo y al desequilibrarse el banquillo Jim Asborn dio con su trasero en el suelo.- ¡Ay! - Perdone, Señor Asborn, pero han sido los nervios. Dennis Raton ayudó a levantarse del suelo a Jim Asborn y comenzó a cepillarle, con sus manos, las perneras del flamante traje del rico cliente.- ¿Puedes estarte ya quieto, atontado del todo?- Bueno... pero no se enfade...Jim Asborn se sentó cómodamente en el banquillo destinado a los clientes.- ¡Repito que quiero unos buenos zapatos para abrirgarme bien los pies!Denis Raton se colocó en cuclillas delante de Jim Asborn y le indicó que se quitara los que llevaba puestos. Una vez que Jim se los quitó el tufo de olor a queso rancio echó para atrás a Dennis quien, en medio de un fuerte mareo, cayó de espaldas. - ¿Pero qué te pasa ahora, inútil?Dennis Raton contestó mientras se tapaba la nariz con su mano derecha. - Que hablando de abrigarse los pies... ¡Madre Santísima la peste que echan sus pinreles!- ¿Qué es eso de mis pinreles?- Una palabra que aprendí de una tribu de gitanos. - ¿Estás diciendo que huelen mal mis pies?- Mal no, Señor Asborn. ¡¡Huelen muy mal!!- ¡¡Haz el favor de hablar sin taparte las narices porque resuena en la tienda y se van a enterar las señoritas que puedan entrar de imprevisto!!Dennis se destapó la nariz pero no pudo aguantar por mucho tiempo en cuclillas soportando aquel tremendo olor a queso podrido. - ¡Dígame que número gasta y veré que encuentro! Pero, por favor, sea rápido porque está comenzando a oler toda la tienda a queso podrido y como venga Don Carmelo me va a echar la culpa a mí. Mientras piensa qué clase de zapatos quiere disculpe que rocíe la atmósfera de este local con un mucho de perfume de ambientador. Mientras Jim Asborn se concentraba en pensar lo que quería comprar, Dennis Raton alcanzó el bote del perfume ambientador y roció todo el local; lo cual hizo que el señorito estornudara como un descosido. - ¡Atchiss! ¡¡Atchissss!! ¡¡¡Atchissssssss!!! - ¡Jesús! ¡¡Jesús!! ¡¡¡Jesús!!!- ¡¡No me resulta gracioso, zapatones!!- Si yo soy un zapatones cuando sólo calzo un 42... ¿qué es usted que calza, por lo que veo, al menos un 50? - No me refiero a los pies sino a esa mierda que has echado en el aire. ¡Vaya olor más insoportable!- ¡A grandes males peores remedios! Además, debería usted saber, Señor Asborn, que el ambientador es un aparato que sirve para desodorizar y perfumar locales cerrados. La función del ambientador es la de rodear a una persona, situación, etcétera, de notas evocadoras de algún medio social, época o lugar determinado y como estamos en Los Ángeles de California nada mejor que un aroma celestial con sabor a naranja.- ¡Puagg! ¡¡Puagggg!! ¡¡¡Puagggggggg!!! - ¿Qué le sucede ahora, Señor Asborn? - ¡¡No soporto el sabor a naranja desde que me caí de un naranjo cuando era niño!!- Eso debe haber sido hace, por lo menos, una centuria... ¿no es cierto?- ¡No puedo ni recordarlo!- Entonces quizás haya sido hace dos centurias exactas... porque...- ¡¡Porque ya basta de bacilarme, Dennis Raton!!- Pues me falta añadir que hay que destacar que la clave y la esencia del ambientador, Señor Asborn, es el perfume... - ¿Me quito o no me quito los calcetines?Dennis Raton reaccionó como si le hubiera picado una avispa y corrió otra vez al lugar donde estaba sentado Jim.- ¡¡No!! ¡¡Por caridad!! ¡¡No se quite los calcetines, Señor Asborn!! - Pues atiéndeme ya y deja de hacer el gilipuertas. - Eso... eso.. abriré la puerta para que podamos respirar...- ¡Haz el favor de buscarme un par de la talla 50 y deja de hacer el gil con la puerta!- Perdone, Señor Asborn, pero es necesario sobrevivir.Dennis Raton dejó abierta la puerta de la zapatería y volvió a atender al ya irritado Jim Asborn.- Primero permita que compruebe si tiene usted los pinreles planos o no tiene usted los pinreles planos.- Pies. Tengo pies y no pinreles.- Pues parecen dos aeroplanos completos pero a los que les huelen las alas.- ¡Escucha, Dennis! Si no dejas de reírte de mis pies al final vas a reirte de tus narices.- ¡¡Calma, Señor Asborn!! ¡No quisera yo que mis narices aumentaran de tamaño! Pero... permita que compruebe si tiene o no tiene los pies planos. Cuando Jim Asborn sintió los dedos de las manos de Dennis Raton en las plantas de sus pies le atacó un verdadero ataque de risa.- ¡Jajaja! ¡¡Jajajajaja!! ¡¡¡Jajajajajajajajajaja!!!La risa tonta de Jim era contagiosa para Dennis...- ¡Jajaja! ¡¡Jajajajaja!! ¡¡¡Jajajajajajajajajaja!!!- ¡Jajaja! ¡¡Jajajajaja!! ¡¡¡Jajajajajajajajajaja!!!- ¡Jajaja! ¡¡Jajajajaja!! ¡¡¡Jajajajajajajajajaja!!!- ¡Jajaja! ¡¡Jajajajaja!! ¡¡¡Jajajajajajajajajaja!!!Ambos quedaron con la risa congelada cuando vieron aparecer la enorme y gorda figura de un hombre que se encontraba en la puerta y que, con los brazos en cruz, bramó mientras le temblaba el bigote...- ¡¡¡Qué pasa aquí!!!El primero que pudo reaccionar, por la cuenta que le tenía, fue Dennis Raton. - ¡¡Pedón, Don Antonio!!... no... no... ¡¡Pedón, Señor Carmelo!!... no... no... perdone usted...- ¡¡¡Ni pedón ni pedones!!! ¡¡¡Qué pasa aquí!!!- Le prometo que lo tengo todo controlado. Aquí no pasa nada de nada así que vaya usted tranquilo a almorzar su magro de cerdo de todos los días.A Jim Asborn aquello de magro de cerdo de todos los días le volvió a producir un ataque de risa pero esta vez algo sostenido para no producir la ira en aquel voluminoso personaje.- ¡¡¡Ja... Ja... Ja... Jaja... Jaja... Jaja... Jajaja... Jajaja... Jajaja!!!- Por favor, Jim, que tengo mujer y cinco hijas. Jim Asborn, por hacer un favor a Dennis Raton, se contuvo el ataque; lo cual fue aprovechado por Don Antonio Carmelo para seguir amenazante...- ¡¡¡Que sea la última vez que ocurre porque resulta que desde la calle esto parece una tienda de venta de chisteras en lugar de una tienda de venta de zapatos!!!Al decir esto se le hincharon las venas del cuello mientras su cara se ponía roja como un semáforo; lo cual hizo que Jim Asborn no pudiera aguantarse más. - ¡¡¡Jajajajajajajajajajajaja!!!- ¡Por favor, Jim, que tengo mujer y cinco hijas! ¡Pedón, Don Antonio!No pudiendo contenerse más, Dennis Raton se tapó la boca para no soltar la carcajada con lo cual emitió un sonido gutural.- Hummmm... Hummmm... Hummmm...- ¡¡¡Como vuelva yo por aquí y vea otra escena similar a esta quedas despedido, Dennis!!!Dennis Raton tragó saliva...- Esto... ¡glub!... pedón, Don Antonio...- ¡¡¡Señor Carmelo!!! ¡¡¡Soy el Señor Carmelo!!!- Por cierto, Señor Carmelo... ¿le ofrezco un caramelo a este distinguido caballero a ver si así se le pasa la risa?- ¡¡¡Para eso están en la repisa, so burro!!!Dennis Raton se incorporó y asió el tarro que, resbalando, se estrelló contra el suelo explotando y saliendo todos los caramelos despedidos en todas las direcciones. Uno de ellos le pegó en el ojo derecho a Don Antonio; lo cual volvió a producir un ataque de risa a Jim. - ¡Jajaja! ¡¡Jajajajaja!! ¡¡¡Jajajajajajajajajaja!!!- ¡¡¡Ya estamos!!! Pero Don Antonio optó mejor por irse a comer el magro de cerdo y se marchó dando un portazo con tal mala fortuna que rompió el cristal en mil pedazos.- No se preocupe usted, Don Antonio, que yo, con mi proverbial diligencia de vendedor especializado le juro que pondré en su lugar un cartón con dibujos a todo color y verá qué mona queda la entrada con una pandilla de monos a todo color, pero no se mosquee con el Señor Asborn tanto porque es tonto.Don Antonio Carmelo ni se dignó contestar y con el rostro ahora de color verdoso se marchó a tranquilizarse comiendo el magro de cerdo.- Señor Asborn... ¿se le ha pasado ya?- ¿Se ha ido ya ese gorila con bigote?- Pues sí. De momento tenemos tiempo suficiente como para volver al tema. Dennis volvió a acuclillarse frente a Jim y al intentar, nuevamente, comprobar si éste tenía los pies planos o no tenía los pies planos, volvió a producir las carcajadas del Señor Asborn. - ¡Jajaja! ¡¡Jajajajaja!! ¡¡¡Jajajajajajajajajaja!!!Mas esta vez, Jim se echó violentamente hacia atrás y su cabeza chocó contra la estantería de madera que tenía detrás de su espalda, la cual, después de unos diez segundos de bamboleo, cayó estrepitosamente, con toda su mercadería de zapatos, zapatillas, botines y botas, sobre los cuerpos de Jim y Dennis que quedaron atrapados por ella y semiocultos ante aquella cantidad de material de zapatería sobre ellos. El primero que pudo levantarse del suelo saliendo de aquel laberinto de calzados, pero magullado por el golpe de la estantería de madera, fue Jim Asborn completamente mareado. - ¿Qué pasa? ¿Qué sucede? ¿Qué ocurre?- ¡No se haga usted el disimulado y sáqueme de aquí, Señor Asborn!Jim comenzó a estirar del brazo izquierdo de Dennis hasta que le sacó de la opresión de la estantería pero estuvo a punto de separarle el brazo del resto de su cuerpo. - ¡¡¡Augggg!!! ¡¡Que me arranca todo el miembro, Señor Asborn!!- ¿Todo el miembro?- Me refiero al miembro superior izquierdo. Una vez también en pie Dennis Raton quedó desolado al ver la cantidad de material de calzado desparramado por el suelo; mientras Jim Asborn estaba como en otro mundo hasta que Dennis Raton le dio una colleja que le hizo volver a la realidad.- ¿Ya sabe qué pasa, qué sucede y qué ocurre, palomino atontado?- Ya. Ya basta, Dennis. Se me ocurre que mientras tú colocas todo en su sitio yo podría encender un cigarrillo. - ¡¡¡No, Señor Asborn!!! Está bien que quiera fumar pero hágalo en la calle porque si al final arde la tienda entonces... ¿qué hago con mi mujer y mis cinco hijas?- ¿Quemarlas vivas?Dennis le dio otra colleja a Jim...- No es mala idea... pero no me sirve...- ¿Por qué no te sirve, pelanas?- No por falta de ganas... pero ellas son capaces de quemarme a mí vivo si se enteran de que hemos quemado la tienda... haga el favor de ayudarme a subir la estantería.Jim ayudó a Dennis en esta labor pero se negó en rotundo a ayudarle en lo de colocar todos los zapatos, las zapatillas, los botines y las botas en sus lugares adecuados. - Como la tarea te va a durar unos quince minutos yo me voy a la puerta y enciendo un cigarrillo. Jim Asborn, que era de los hombres que cumplen su palabra, se dispuso a hacerlo pero, antes de eso, le dio tres collejas a Dennis.- Es usted un tramposo, Señor Asborn.- ¿Por dejarle sólo ante el peligro?- No. Porque usted ma ha dado tres collejas y yo sólo le dí dos a usted. - Las clases sociales Dennis, no olvides lo de las clases sociales... Y ante la sopresa de Dennis Raton que no acertaba a saber qué relación había en lo de las collejas con las clases sociales, el señorito Jim Asborn salió a la puerta de la calle, sacó un cigarrillo, lo encendió y comenzó a fumar ante la desesperación del empleado de la zapatería que se volvía medio loco mientras iba colocando cada par de zapatos en su respectivo lugar. - ¡Ya puede usted dejar de fumar y venir de nuevo al banquillo, Señor Asborn!- Espero que no sea el banquillo de los acusados, acusica.- Yo no soy como usted cree que soy.- De acuerdo. Los ladrones somos gente honrada.Dennis eligió el primer par de botas que encontró al alcance de sus manos.- Empecemos por este lindo par de botas. ¡Son perfectas para un caballero como usted!- ¿Perfectas para montar?- Si se refiere a caballerías por supuesto que sí.Jim se sentó, complacido y sonriente, en el banquillo y Dennis comenzó con la labor de hacer entrar la bota izquierda en el pie izquierdo del Señor Asborn.- ¿Por qué empiezas con la bota izquierda y no con la derecha?- Perdone, señorito, pero es que soy zurdo.Aquello le hizo gracia a Jim pero, al comprobar el dolor que le entraba ya que la bota era un par de números más pequeños que su pie, estiró la pierna y le arreó tal patada en el estómago a Dennis que este volvió a caer de espaldas y sin poder respirar por unos breves segundos.- Perdona, Dennis, ha sido solamente un reflejo inconsciente. - ¡¡¡Ufff... ufff... ufff!!! ¡No vuelva a hacer eso, señorito, porque me acaba dejar sin resuello!- ¡Vaya cara de tonto que se te ha quedado, Dennis!Aquello de tonto no lo pudo soportar Dennis quien, cogiendo la bota derecha la estampó en las narices de Jim...- ¡¡¡Ufff... ufff... ufff! ¿Qué has hecho, sapo?- Devolver golpe por golpe y ahora, usted, antes de que la sangre llegue al río, dedíquese a limpiarse las narices y a probarse números porque yo me voy a la estantería del fondo a buscar algo apropiado. Y Dennis Raton se dirigió hacia el fondo de la tienda.- ¡¡Te vas a acordar de quien fue tu padre!!A la amenza del Señor Asborn le siguió la acción de éste arrojando la citada bota derecha contra el empleado Raton quien recibió en la espalda tal golpe que se estrelló de bruces contra la estantería de dicho fondo. Aquello no lo podía permitir el orgullo de Dennis quien, agarrando una zapatilla, la lanzó contra el desprevenido Jim el cual la recibió en su propia boca.- ¡Para que sepas lo que es el sabor a esparto!- ¡Esta insolencia no va a quedar así! ¡Si de espartanos hablamos acabas de declararme la guerra!Comenzó una desenfrenada y alocada batalla sin descanso en la que Jim Asborn lanzaba todos los calzados que encontraba contra Dennis Raton pero esté no se quedaba a la zaga y hacia lo mismo contra el señorito. Al final, la estampa era como si se hubiera celebrado allí la Batalla de Trafalgar pero en versión zapatera. Los dos terminaron exhaustos y con sus rostros llenos de moretones y arañazos producidos por aquella terrible mansalva de zapatazos, zaptaillazos, botinazos y botazos.- Me voy, obrerucho.- ¿Y no va a comprar nada después de todo?Jim Asborn se compadeció de Dennis Ralston y sacó a "Thaler" de su bolsillo...- ¡Toma este dólar! ¡Quizás esto te consuele!Jim arrojó a "Thaler" y Dennis lo atrapó sin dejarlo caer al suelo; pero al atrapar la moneda le entró como una ira irrefrenable.- ¡No! ¡Nada de seguir pelando contra mí, Dennis! ¡Si quieres zurrártela de nuevo enfrentate a tu suegra!Jim Asborn, tras decir esto, cogió su sombrero cordobés que había dejado en el perchero al iniciar su visita a la "Zapatería Carmelo" y se marchó de la tienda. Dennis Raton, al ver el pandemonium en que se había convertido el suelo donde se encontraban, desperdigadas de forma totalmente anárquica, todas las existencias de la Sección de Caballeros, se acercó al mostrador, sacó una de las hojas de Notas de Ventas y escribió con un lapicero...- Don Antonio, o señor Carmelo o como quiera y desee que le llame, he de ponerle en aviso que me despido yo mismo diez minutos antes de que me despida usted. Aproveche el tiempo para arreglar toda la tienda y así hace usted algo de provecho en su vida.Y palpándose los moratones y los rasguños de la cara, también él se fue de la tienda camino de su hogar.                       
Misterio es todo aquello que vive de alquiler en nuestra memoria.  
Jiménez es vago. Muy vago. Lo que más le gusta a Jiménez es ver pasar la vida por delante de sus ojos y, cuando llega la noche, oir entonar hermosos conciertos a los lunáticos grillos de su pensamiento. Jiménez es tan vago como el tiempo de ocio le permite; pero Jiménez es vendedor de libros a comisión y todas las mañanas, con los tambores del amanecer en sus ojos, el inhumano despertar le toca la diana de la rutina. Y entonces el hermoso concierto de los lunáticos grillos se torna pesadilla. Una pesadilla que se enrosca en su cerebro convirtiéndole en esclavo de esa humanidad que deambula por las calles cuando el sol, la lluvia o el viento, convierten cada día en una galera repleta de soledades: las soledades que Jiménez transporta dentro de su portafolios. Es como si cada uno de sus catálogos fuese un rival de su felicidad.Cuando Jiménez se levanta (sonámbulo de transformaciones), nunca se reconoce a sí mismo. Halla en el espejo una cara transmutada y su escaso cabello le proporciona el discurrir de cada fecha. Por eso apaga la luz para lavarse. Es entonces cuando todos los artilugios del lavabo se encolerizan contra él. Para Jiménez el jabón es la cadena que le sujeta a la decepción; la maquinilla de afeitar es el eslabón que le une a su desesperanza: el cepillo de dientes es la maquinaria que le destruye sus ideas; la colonia es el vapor de sus ilusiones (esfumadas a través de sus falsos idilios con las flores); el peine... !ah, el peine!... el peine es la guadaña de sus ancestrales raíces de sueños...Todos los artilugios del lavabo se encolerizan contra él porque Jiménez solo ama sus perfiles y no le inspiran hermosos conciertos. Al peine le gustaría ser el arpegio de sus baladas; a la colonia la letra de una bella canción; al cepillo de dientes un recital de sinfonías; a la maquinilla de afeitar un desfile de poemas y al jabón un suave preludio de violines... Sin embargo son los lunáticos grillos de su pensamiento los únicos amores de Jiménez. Los lunáticos grillos de su pensamiento y esa vecina de la que anda tan enamorado que todos los días, al alborear la mañana, es la primera cliente potencial que visita. Jiménez intenta siempre mostrarle sus catálogos pero ella nunca le deja traspasar el umbral de la puerta, alegando siempre la misma frase entre sonrisas: "Ahora no... quizás cuando vuelva mi esposo". Ella sabe que Jiménez la ama y juega a despertarle celos. Por eso Jiménez anda siempre mustio y cabizbajo. Cuando se dirige a los transeúntes nunca les mira a los ojos, sino a la boca y, salvo aquella muchachita a la que vendió "Historia del Arte Precolombino", no ha conseguido ninguna otra victoria. Hace ya un mes (ayer exactamente) que Jiménez encontró este su primer trabajo y hace ya un mes (ayer exactamente) que Jiménez pulsa el timbre de la casa de su vecina con la ilusión de penetrar en la vivienda. Ella siempre le recibe con la sonrisa en los labios y es por eso por lo que Jiménez siempre mira a la boca de sus hipotéticas víctimas. Jiménez quisiera traspasar los labios de su vecina pero ella sólo sonríe y le niega sus pretensiones. Es un juego en donde siempre sale perdedor y ella victoriosa. Por eso, hace una semana, cuando aquella muchachita le compró la "Historia del Arte Precolombino", Jiménez pensó que la vecina también sería su presa; pero hace ya una semana de aquello y Jiménez sigue perdiendo todas las batallas y lavándose, día tras día, con las luces apagadas.Anoche, sin embargo, sucedió el milagro.- ¿Podría pasar un momento? - y Jiménez desplegó su catálogo. - Adelante.- ¿Es que está su esposo?.- No. Pero puedes pasar tranquilamente.A Jiménez le pareció que las puertas de la gloria se le abrían de par en par; sin embargo, los pies no le respondían a la llamada. Quedó mirando la sonrisa de ella mientras la puerta se deslizaba suavemente, impulsada por el brazo izquierdo de la mujer. El se atrevió a seguirla hasta el salón.- !Siéntate... hombre... siéntate!. - No... por favor... usted primero.Ella se sentó en el amplio sofá. El intentó hacerlo frente a ella.- No. Aquí mismo. Junto a mí. ¿No me quieres enseñar el catálogo?. Pues aquí... junto a mí. Jiménez se sentó al lado de ella.- Mire... aquí tengo esto que le puede interesar. Es la "Historia del Arte Precolombino". - Pues sí... me interesa bastante. Hacía tiempo que andaba buscando la oportunidad de tener algo así. pero, por favor, explícame un poco la obra y deja de llamarme de usted. ¿Soy acaso vieja?.A él se le subieron los colores a la cara mientras los nervios le atenazaban su voz cuando la mujer se le acercó aún más. Pero Jiménez reaccionó y comenzó su lección de siempre.- Los indios fueron maestros en el arte de la cerámica tanto en las formas...- ¿A ti también te gustan las formas?.- ... como en la ornamentación de los cuerpos. - ¿Desnudos?.Jiménez se controló.- La cerámica india nos es conocida a través de algunos objetos...Ella le enseñó, disimuladamente, los pechos.- ¿Como éstos?.Jiménez, con la vista turbada y el acento tembloroso, continuó.- Signos diferenciales de la decoración precolombina son las escaseces de líneas curvas...Ella se puso de pie.- ¿Yo también te parezco escasa?.Jiménez quedó hundido en el sofá. El catálogo escapó de sus manos. La cara, falta de color, le hacía parecer un cadáver. Las piernas le temblaban...Ella se le acercó.- ¿Qué te ocurre?.- !El corazón... el corazón...!. - Ven conmigo -le musitó la mujer junto al oído- Verás como se te pasa.Ella se lo llevó a la alcoba y lo tendió en la cama. Repentinamente comenzó a desnudarle. Jiménez parecía un animal en el matadero, apunto de ser degollado. Cada prenda que perdía era un milenio de esperanzas. Cada parte desnuda de su cuerpo era un siglo de ilusiones. Cada movimiento de ella, una década de sueños. Quiso articular palabras pero buscó en su interior y sólo halló un vacío que le asolaba. Y mientras la boca de la mujer penetraba en sus sentidos, parecía que la existencia le agotaba sus imaginaciones. Buscó una excusa para ocultar su propia presencia allí y... sin embargo... los besos de ella le hacían abrir los ojos a un nuevo día. A ese día soñado en que reconquistaba, bajo su piel lúcida, un nuevo vendedor de ilusiones. Ya no eran los libros los que le atormentaban sino que quiso amarrar aquella especie de locura y en su desesperado amanecer sentía que sus falsos idilios con las flores dejaban entrever realidades enteras... que no se esfumaban a través de las ventanas... que no se escondían en su oscuro pensamiento...Cuando ella se desnudó, aquel oscuro pensamiento quedó convertido en un sueño de carne y hueso. Por interés y placer lo recibió sin saber qué era el amor, pero dejó de atormentarse por su dolor y reconoció que era una nueva música para su cuerpo. Pensó que actuaba como un ladrón, pero en aquel duelo de semillas germinaba más la pasión que la cobardía. Sintió cómo el corazón se abría para recibir nuevas instrucciones. el pólen del amor penetraba entre sus células. No supo, hasta entonces, que ella cabalgaba como crecida flor en su interior, perfumando la estancia y llenando su vacío.- Te quiero hasta la Nada más absoluta -exclamó Jiménez- Te quiero y deseo que traspases mi existencia de formas precolombinas. - No te preocupes. Quiero que sepas que hay más estrellas que luces. - Sigue llenando las monótonas canciones de mi edad y empújame hasta el hálito plateado de tu aureola.- Olvida que fuiste lamento. Olvida que fuiste la vagancia de la Nada. No me quieras hasta esa Nada absoluta que te asola. Ámame y no pretendas poseer las sombras de mi impacto. Deseo que alcances todo mi cuerpo para vivirlo. - Siempre... Siempre... Siempre...Ella continuó con sus movimientos.- Si mis pensamientos tuvieran alas, entrarían a formar parte de tu aroma. He soñado tantas veces con poseerte que podría ser el pájaro que canta tus amaneceres y podría cobijarme en todos los rincones de tu cuerpo. - Sigue... cobíjate en esos mis amaneceres de hembra. Piensa que mi cuerpo es tu nido. - Quisiera anidar para siempre en tu imagen... en esa imagen que todos los vecinos queremos atrapar para saber quien eres de verdad. - Yo soy la estrella de todas tus noches y no te abandono dutante el día porque me fundo con el Sol. - Por eso me gustaría ser tu trovador y dejar de repetir tantas canciones de olvidos que dejan impasibles a los deambulantes verdugos de mi rutina.Luego se hizo el silencio y sólo se escuchó el rumor de las respiraciones de aquellos dos cuerpos que se amaban.Jiménez acariciaba la cara de aquella hermosa hembra cuando, repentinamente, apareció el otro.- ¡No! -exclamó ella. No hubo más contestación que una pistola apuntándoles.- ¡No! -repitió ella. Pero en los ojos del otro sólo había violencia mientras avanzaba. - ¡No! - volvió a exclamar ella. Ya era tarde. La pistola estaba frente al corazón de Jiménez. - ¡No... al corazón no!. !No le dispares al corazón!. !Bang, bang, bang, bang, bang!. Fueron cinco disparos certeros. El primero le liberó de su decepción. El segundo le liberó de su desesperanza. El tercero le liberó de sus ideas. El cuarto le liberó de sus ilusiones. El quinto le liberó de sus sueños. Hoy era un día muy caluroso. Jiménez se desplomó sobre la acera después de haber vuelto a perder la batalla de todos los días. Pero esta vez era algo más que la batalla... ¿Había perdido la guerra?.Los transeúntes quisieron reanimarle.. pero Jiménez ya no existía. El paro cardíaco era irreversible y mortal. Nunca más volverá a apagar las luces para lavarse, pero los perfiles de los artilugios del lavabo se le convirtieron en silueta femenina llena de floridos amaneceres. No. No había perdido la guerra. Había sabido salir al Sol y morir bajo sus rayos. Por eso Jiménez había, por fin, triunfado. Lo demás sólo era un sueño del cual había aprendido a salir emergente y pleno de conciencia. 
María Molina de Segura y De la Fuente abrió los ojos. La luz de la mañana le hizo parpadear durante veinte segundos. Ahora intentaba saber dóde se encontraba y qué hacía allí.  Sólo podía recordar que la noche anterior había conocido a Pedro Laín Gago García de la Concha y que había tomado unas cuantas copas con él en la discoteca "Cerebro"; pero su cerebro era, en estos momentos, un laberinto cretense de imágenes borrosas e inconexas. Solamente una frase se le había quedado grabada de manera fija y persistente...  - Eres la mujer más atrayente que he conocido en mi vida. Aquello de ser la mujer más atrayente para un total desconocido era lo que no podía comprender porque, que ella recordara y supiera, en "Cerebro"  no hablaron de ningún tema de carácter personal o íntimo. - No recuerdo nada, no comprendo nada... -musitó para sus adentros. Intentaba recordar los rasgos físicos de aquel hombre desconocido con quien había estado hablando y tomando copas la noche anterior en la discoteca "Cerebro". Se levantó cubriéndose con una bata que encontró tirada en el suelo, junto a la cama, y se dirigió al espejo. - ¿Esa soy yo?  Descubrió que era mucho más guapa de rostro y que tenía un cuerpo mucho más atractivo de lo que ella misma había pensado... - Por más que me concentro no puedo recordar... pero no tengo ninguna clase de miedo porque soy una mujer del siglo XX y vivo en Madrid. Abrió el cajón superior del velador y encontró una nota escrita a mano. Leyó pausadamente y controlando el ritmo de las palpitaciones de su corazón. - "Acude a la Puerta del Sol cuando sean las doce del mediodía en punto. No te retrases. Te estaré esperando. No te vas a arrepentir". Ella ya estaba arrepentida de aquella situación tan anómala. Quiso pensar que aquello sólo era un mal sueño; sin embargo la realidad era incuestionable y no había lugar para ninguna clase de dudas. Se encontraba en la habitación de un hotel y no sabía nada más de aquel asunto. La frase volvió a resonar dentro de su cerebro.    - Eres la mujer más atrayente que he conocido en mi vida.  Ni tan siquiera intentando reconocer la voz que lo había dicho podía sacarla de aquella confusión. Lo mejor era no hacer caso de la nota que, por supuesto, no venía firmada por nadie y podía haber sido escrita por un hombre o por una mujer. Quizás todo aquello era algún asunto misterioso que, aunque ella no lo podía entender ni comprender, le estaba rodeando con sus tentáculos. Se imaginó agarrada por un pulpo monstruoso y le entraron ganas de gritar pero, sin embargo, sólo pudo exclamar en voz muy baja... - Si me están intentando volver loca no lo voy a permitir. No tengo ninguna clase de miedo porque repito que soy una mujer del siglo XX y vivo en Madrid.  Decidió entrar en la ducha y darse un baño que le pudiera despejar aquella especie de somnolencia mental que le impedía recordar lo sucedido después de haber tomado copas con el extraño Pedro Laín Gago García de la Concha, del cual sólo sabía que le había jurado que era marqués. Marqués de Lozoya o algo parecido. Quizás Marqués de Lozoya, o Marqués de Saboya, o Marqués de Goya, o cualquier otro marquesado terminado en Oya. ¿Marqués de La Joya? Imposible acertar con total precisión. Estaba segura de que el baño le haría despejar su mente y recordar. Así que se quitó la bata y se introdujo en la ducha cerrando la puerta metálica con el pestillo.    Fue entonces, mientras el baño le estaba haciendo clarificar sus ideas, cuando escuchó el ruido. Era como si alguien, en zapatillas, estuviera andando dentro de la habitación. Alguien que, por pura deducción lógica, estaba buscando alguna cosa que ella no podía recordar. Cerró el grifo del agua y decidió guardar silencio y permanecer alerta por si aquella persona, hombre o mujer, decidiera forzar la puerta metálica del baño. Estaba dispuesta a defenderse, con todas sus energías, concentrando su mente como había aprendido en las clases de artes marciales a las que había acudido y donde había aprendido tanto de Moll Peces.  ¿Qué habría sido de Moll Peces y los demás chicos y chicas del gimnasio? Intentaba solamente concentrarse en eso para evitar pensar en lo que estaba viviendo. Sin embargo aquella persona, hombre o mujer, no había hecho ninguna intención de forzar la puerta de la ducha. No sucedió nada de lo que estaba temiendo y, pocos minutos depués, el ruido de las zapatillas se perdía por el largo pasillo.  Ella se puso la bata y salió de la ducha. Se dirigió hacia el velador. Alguien había estado buscando algo en los cajones. Y, efectivamente, la nota escrita había desaparecido. ¿Qué era todo aquello? ¿Qué significado podría tener que aquel extraño personaje, hombre o mujer, le escribiera una nota para luego llevársela a escondidas? No le hizo ninguna gracia aquel asunto pero pudo memorizarla... - "Acude a la Puerta del Sol cuando sean las doce del mediodía en punto. No te retrases. Te estaré esperando.  No te vas a arrepentir". ¿En la Puerta del Sol? ¿En qué lugar de la Puerta del Sol? Supuso que quien la había citado allí estaría bien atento o bien atenta, fuese hombre o fuese mujer, para encontrarla a ella. En realidad era tan guapa de rostro y tenía un cuerpo tan atractivo que cualquiera que la hubiera visto alguna vez no la podría olvidar jamás. Así que, ya que estaba en el hotel y que el dinero no había desaparecido de su bolso, decidió bajar al restaurante y desayunar tras vestirse de manera adecuada para acudir a una cita personal. Sabía que era imposible que pasara desapercibida para los demás pero lo intentaría porque quería evitar perder la concentración en aquel misterioso asunto.  - Está bien, me concentraré lo suficiente como para no aparentar que estoy más nerviosa que una cordera a punto de ser degollada viva -volvió a musitar para sus adentros. Aquella imagen de cordera a punto de ser degollada viva la hizo temblar desde la cabeza hasta los pies así que, después de vestirse terriblemente sexy, sacó un cigarrillo de su bolso, lo encendió y empezó a pensar mientras fumaba... El ruido de las zapatillas alejándose por el pasillo la hizo despertar de su ensimismamiento... - ¿Quién anda ahí? Pero no se atrevió a salir al pasillo no por miedo sino por precaución. Si alguien la estaba buscando y si alguien la estaba vigilando, ambas cosas a la vez, es que debería haber algún motivo lo suficientemente serio e importante como para enfrentar aquello con total naturalidad. Pensando de esta manera, apagó el cigarrillo en el cenicero una vez que el ruido de las zapatillas había cesado por completo. Entonces, al descubrir la fosforera publicitaria de del hotel, supo que se encontraba en el Capitol de Madrid. Después se levantó, abrió la puerta, miró hacia ambos lados del largo pasillo y decidió ya bajar a desayunar cuando descubrió la llave puesta en la parte exterior del pomo y, al mirar de frente, supo que el número de la habitación era el 365. La mente de María, siempre tan dada a pensar super aventuras imaginarias desde que era solamente una niña, giró en torno a aquel 365. ¿Era posible que el número de la habitación era el 365 por simple casualidad o tenía algún significado oculto? Ella era de las personas que no creían en las casualidades cuando se unían varias cuestiones misteriosas como las que estaba viviendo. Podría ser, y así se lo imaginó ella, que aquel número 365, los días de un año normal, era una especie de clave... algo así como si alguien le estuviera haciendo saber que hacía exactamente un año habría sucedido algún acontecimiento extraordinario. Pero por más que pensó y dio vueltas a su memoria no recordó nada interesante que hubiese sucedido hacía exactamente un año. Como no podía descubrir lo que era se decidió, ya valientemente, a bajar al restaurante del Hotel Capitol de Madrid para desayunar ajena a todo lo demás y a todos los demás. Esta era su clásica costumbre de reaccionar cuando algo no lo comprendía del todo. Y así iba pensando mientras caminaba despacio, presta a defenderse si alguien, hombre o mujer, aparecía frente a ella con un cuchillo en la mano. - Dios mío, qué tonterías estoy pensando -habló para ella misma cuando una pareja de ancianos la dejaron el paso libre mirándola con sorpresa al escucharla razonar a solas.  Cuando María Molina de Segura y De la Fuente entró en el restaurante del Hotel Capitol de Madrid, se dio cuenta de que todos los hombres y mujeres que ya se encontraban allí la miraron con admiración pero ella no le dio importancia al asunto y se sentó ante una de las mesas del último rincón. Se le acercó un camarero y le pidió un desayuno de la casa mientras que, de manera silenciosa, un joven muy atractivo entró en el restaurante, miró para todos los lados y fue a sentarse ante a la mesa que estaba al lado de la suya.  - Buenos días, señorita.- Oiga, joven... ¿cómo sabe que yo estoy soltera?- Por intuición.- Debe ser por algo más que por intuición. - Digamos entonces que por pura deducción.- ¿Pura deducción? ¿Qué clase de deducción es esa en términos comprensibles?- Aunque soy todavía muy joven he aprendido a leer en los rostros humanos. El suyo es tan dulce y bonito, además de atractivo y agradable, que es imposible que usted esté ya casada.- Nunca había yo escuchado jamás una definición de tal manera. ¿De verdad crees que estoy soltera?- ¿Puedo sentarme a tu lado? Perdona que te tutee pero tú eres todavía algo más joven que yo. Quizás podamos tener una charla muy interesante. Como el joven, además de atractivo y agradable, parecía interesante y no como la gran mayoría de jóvenes que había conocido, no puso reparo alguno. - Desayunemos juntos, por favor, pero no soporto a los machistas... - ¿Tú crees que yo soy un machista porque admiro la belleza femenina?- Mirándote bien a los ojos se da una cuenta de que no.  El joven se cambió de mesa y se sentó frente a ella.  - Te repito, a pesar de todo, que no puedo soportar a los machistas...- Te repito que yo no lo soy. Tal vez vayas tan bien vestida y arreglada porque tienes alguna cita con uno de esos machistas a los que no puedes soportar. Sintió como si la hubiesen abofeteado. Aquel joven parecía conocerla mucho mejor que ella a sí misma.  - Está bien, si tú lo prefieres de esa manera no hay ningún inconveniente en deducir que es cierto. - Pero como resulta que yo no soy igual que ellos no existe ningún peligro conmigo.  Aquella salida la hizo sonreír mientras dudaba en descubrir si aquel joven tan atractivo y de sonrisa tan agradable era verdaderamente un hombre normal o quizás era uno de esos muchos pícaros buscones de la ciudad de Madrid que siempre sacan tajada de cualquier oportunidad que se le pone a tiro.  - No pienses eso de mí...- ¿Es posible que hayas podido leer mi pensamiento?- Te repito que he aprendido a leer en los rostros humanos. Es la mejor manera de saber lo que piensan de mí. - Entonces... ¿puedo saber cómo te llamas? Todavía me eres un completo desconocido.- ¿Crees que puede existir la suficiente confianza entre nosotros dos para que lo sepas?- Supongo que sí.- No intento ganarme tu confianza sino solamente tu interés.  Ella volvió a pensar que podría ser demasiado engreído al hablar de esa manera.  - No, amiga, no es eso. Me llamo Ángel. - ¿Solamente Ángel?- Solamente Ángel. El joven le tendió su mano derecha y cuando ella la estrechó con la suya sintió una profunda corriente de calor muy agradable que le recorrió por todo su cuerpo.  - ¿De verdad solamente eres un Ángel?- De verdad que solamente soy un Ángel cualquiera.- ¿Qué clase de Ángel?- Uno de barrio humilde nada más. Por eso quizás no te interese hablar conmigo ni mucho menos tener mi amistad. Si quieres me voy.  El joven hizo ademán de levantarse pero ella volvió a sujetarle la mano. - No te vayas. Yo me llamo María. - No me digas más. Seguro que no eres madrileña.- ¿Por qué deduces eso?- Porque si fueses madrileña no mirarías todo lo que te rodea como si fuese la primera vez que lo ves. - Imposible que, en tan pocos minutos que me conoces, sepas capaz de notar todas esas sensaciones que siento.  El separó su mano de ella y se sentó con mayor comodidad... - Las sensaciones se pueden transmitir simplemente con rozar la piel de otro ser humano incluso aunque sólo sea con la imaginación y por pura y sana fantasía. - !Oye! ¿No vas demasiado deprisa?- Me refiero solamente a poder haber tenido la oportunidad de sentir tu mano en la mía. Lo demás sólo son suposiciones tuyas pero ajenas a mis verdaderos intereses.- ¿A qué te dedicas? Me está entrando la curiosidad por saber quién eres de verdad. - En verdad. Se debe decir en verdad.- En verdad o de verdad... ¿a qué te dedicas? En aquel momento la conversación quedó cortada cuando apareció el camarero. Acudió con los dos desayunos de la casa y ambos guardaron silencio intentando interpretarse de manera mutua con las miradas. Fue él quien rompió la tensión cuando el camarero les volvió a dejar a solas.  - En verdad me dedico a buscar oportunidades... A María fue como si se le derribase todo un castillo de naipes. Ahora resultaba que aquel joven tan atractivo y de sonrisa tan agradable sólo era uno de esos pillos que, sacando provecho de la ingenuidad de jovencitas tan guapas y atractivas como ella con un par de frases más o menos interesantes, buscaban la oportunidad de vivir a costa de ellas bebiendo y comiendo gratis.  - Tampoco es eso...- Pero... ¿se puede saber cómo descubres lo que pienso?- Porque dudas.- ¿Y tú? ¿No dudas tú acerca de mi persona?- Pues no. Si dudase de ti no me habría acercado tanto. Me hubiese limitado a observarte de lejos nada más. Ella volvió a sentirse cómoda con él y se decidió a atacar de frente... - ¿Conoces a un tal Pedro Laín Gago García de la Concha?- No creo que nadie se llame así.- Entonces... ¿me han dado un nombre falso?- Lo de Pedro puede ser verdad pero te han dado unos apellidos completamente falsos. Conozco aun tal Pedro Ladrón de Vergara Gangotena y quizás sea él.- ¿Y quién me dice a mí que no eres tú mismo? La conversación comenzaba a ponerse tensa entre los dos. - Si yo fuera Ladrón no estaría aquí hablando contigo. Sería demasidado estúpido asaltarte delante de tanto público. Aprovecharía mi oportunidad en alguna callejuela estrecha y por la noche. - Eso no me lo creo. Me han dicho que los mejores ladrones son los que actúan directamente y de frente a sus posibles víctimas sin importarle que haya gente o no haya gente.- Te voy a contar algo muy personal. A mí no me interesa para nada la gente pero respeto a las personas y aquí estamos rodeados de personas y no de gente. Por eso no buscaría un lugar como éste para darte un atraco.- No es nada contra ti pero sigo teniendo dudas. Eres demasiado noble y sincero como para ser cierto. - ¿Se puede saber por qué  estás tanto a la defensiva? Te afirmo que yo no soy Ladrón.- Como comprenderás no puedo actuar de otra manera ante un desconocido que, de repente, entra en mi vida como si me conociera desde siempre aunque es la primera vez que yo le veo en mi vida. - Pues no hiciste lo mismo con ese tal Pedro... Ella sintió unas ganas enormes de abofetarle pero decidió mantener la calma y seguir hablando con serenidad.  - ¿Conoces bien todo Madrid?- Me he criado siempre en esta ciudad y no tiene secretos para mí. Conozco lo suficiente para poder moverme por cualquier barrio de ella, sea cual sea el barrio y sean como sean la clase de los que viven en cada barrio.-Me refiero a las personas y no a las gentes. A mí sólo me atraen las personas... educadas y con cultura por supuesto...- Esas son también mis preferencias pero tengo que vivir también entre las gentes quizás por haber nacido y haberme criado muy cerca de ellas. Tú has debido tener mucha más fortuna. que yo y que todos los que son solamente gentes.- Entonces... ¿puedo hacerte una pregunta muy personal?- Soy Ángel. - No. No me refiero a ti. - ¿De quién tienes miedo?- ¿Como puedes saber que tengo miedo?- Porque si sospechas de mí es porque tienes miedo de alguien y hasta es posible que sigas pensando que soy yo. María quedó, por unos segundos, dudando... pero se atrevió... - ¿Qué sucedió en Madrid hace exactamente un año?- Alguien robó algo muy valioso. Ella no recordaba nada de dicho robo pero siguió preguntando intentando hilvanar algo que tuviese sentido...  - ¿Quién es un tal Marqués de Lozoya, o Marqués de Saboya, o Marqués de Goya, o quizás Marques de La Joya? El joven se levantó de su asiento... - Ese es el problema. Le tendió su mano derecha como señal de despedida, el agradable calor volvió a recorrer todo el cuerpo de ella por unos breves segundos y después Ángel sacó un billete de mil que dejó sobre la mesa.  - Para que no sigas creyendo que yo soy un Ladrón que asalta a jovencitas muy guapas y con cuerpos tan atractivos que a veces se meten en complicaciones y jaleos peligrosos sin darse ni cuenta de lo que hacen yo pago los dos desayunos completos y si nos volvemos a ver ya tendrás la oportunidad de devolverme lo que sobre.- Pero...- Adiós, María. No le digas absolutamente a nadie que me has conocido ni que has hablado conmigo. Y el joven desapareció de la misma manera en que había aparecido en la vida de ella. - ¿Le sucede algo, señorita? -era el camarero.- Nada. ¿Por qué? - Tengo que decirla que está usted detenida.- ¿Detenida? ¿Por qué estoy yo detenida?- ¡Jajaja! No me refiero a que la estoy deteniendo por alguna fechoría cometida por usted, sino que hace ya unos largos minutos que no reacciona. Entonces ella volvió a la realidad y cogió el billete. - Cóbrese los dos desayunos y deme todo el vuelto completo. - ¡No pensará que yo soy un ladrón!- Mirando de frente a las personas se descubren muchas cosas interesantes de ellas.  El camarero, abochornado y para evitar que los demás se enteraran de la conversación, cogió el billete que le tendía María, se marchó y, a los pocos segundos, volvió con el cambio completo.  - Perdone usted, pero es dinero ajeno...- Demasiada sinceridad, señorita.- Demasiada verdad, caballero.  María introdujo todo el dinero en su bolso, se levantó de la silla y, ante las miradas expectantes de todos los comensales, salió decididamente a la calle.  Anduvo un par de horas por los comercios de la Gran Vía de Madrid, hizo alguna que otra pequeña compra de artículos de belleza femenina, entró en el edificio de la Telefónica, consultó la Guía de Madrid y se dirigió, por último, hacia la Puerta del Sol donde quedó aguardando en la puerta de "La Mallorquina" hasta que se le acercó un hombre de ya muy avanzada edad pero muy pulcro en su vestir.  - ¡Hola, María! Veo que eres puntual. ¿No me das un beso?- ¿Quién es usted? ¡Me está confundiendo con una cualquiera! ¡Yo no doy besos a nigún desconocido!- En "Cerebro" no fuiste tan retraída... Ella se dio cuenta de que estaba ante Pedro, pero quiso confirmarlo. - ¿Usted es Pedro?- Exacto, preciosa, soy Pedro y dejaste una huella imborrable en mi corazón. - Demasiado irónico para ser verdad. - Soy Pedro. Te juro que soy Pedro.- Pero usted no se llama Pedro Laín Gago García de la Concha.- ¿Cómo sabes eso, muñeca?- He consultado la Guía Telefónica de Madrid. - ¿Y quién te ha dicho a ti, bombón, que yo soy madrileño o que vivo en Madrid?- Su forma de hablar...- ¿Qué sucede con mi forma de hablar?- Ahora me doy cuenta de que tiene un fuerte acento catalán. - ¿Ahora te das cuenta de eso o estás jugando conmigo?- He estado toda la mañana intentando descubrirlo pero ahora ya sé que es usted catalán. - Está bien. De acuerdo. Soy catalán aunque vivo en Madrid. Tú tampoco eres madrileña.- Soy de Andalucía aunque vivo en Madrid. Pero no me aprovecho de los ingenuos.  El hombre pensó que era demasiado arriesgado seguir hablando con ella delante de tanto bullicio de personas a su alrededor.  - ¿Te apetece un vermú como aperitivo antes de comer?- Me encanta tomar un vermú antes de comer pero... ¿quién le ha dicho que yo estoy deseando comer con usted?- No te hagas ahora la interesante. Te dije que si acudías a esta cita no te ibas a arrepentir. - ¡La nota! ¡Ah sí, la nota! ¡Se me estaba olvidando! ¿La escribió usted mismo?- ¿Por qué lo dudas?- Parecía letra de mujer.- Yo soy así de interesante... Apoyado en la barandilla de hierro del Metro de la Puerta del Sol, junto al quiosco de prensa, alguien ocultaba su rostro tras un periódico, mientras María y Pedro seguían hablando... - De verdad que parece muy interesante... - Entonces te invito a la Cafetería Niza porque tú y yo tenemos que hablar. Después veremos si comemos juntos o no.- ¡Así que fue usted quien me llevó al Hotel Capitol y dejó la nota escrita en el primer cajón del velador!- Exacto. Fue muy fácil pero no te preocupes por eso porque no tuvimos ningún contacto sexual en la cama. - Acepto su invitación pero espero que me aclare todo este asunto.- Eso depende solamente de ti, guapa.  A María le molestaba mucho todo aquello de guapa, preciosa, muñeca y otros adjetivos calificativos de carácter más bien machista, pero se contuvo... - ¿Solamente de mí?- Sí. No hay nadie más. - De verdad que no entiendo nada. - Escucha, nena, aquí no es el lugar adecuado para explicártelo.- ¿Tiene usted miedo de la gente?- No es eso... pero en la Cafetería Niza estoy seguro de que lo entenderás todo por el bien de los dos, muñeca.  Ella ya estaba harta de todos aquellos adjetivos calificativos que él le dedicaba como si fuera un gángster de película o tomando la pose de un Humphrey Bogard ante una de sus conquistas femeninas y no se aguantó por más tiempo... - ¿Podría usted hacer un esfuerzo humano y dejar de hablar conmigo como si yo fuera una niña pija en lugar de una joven mujer que de pija no tiene ni el nombre?- Acepto esa reclamación. La trataré como a una dama pero vámonos ya de aquí.- ¿Es que estamos en peligro?- Puede ser que sí o puede ser que no...- De verdad que es usted más misterioso que Al Pacino haciendo de Padrino. - Jajaja. Confía en mí. No te va a suceder nada malo mientras yo te esté protegiendo.  Iba a decirle que ya era el segundo hombre que se ofrecía a protegerla esa mañana pero pensó en que Ángel la había advertido de que no dijera a nadie que le había conocido o que había estado hablando con él; así que decidió guardar silencio mientras caminaban. - ¿Quieres un cigarrillo?- Bueno... pero no estoy nerviosa...- Pues yo creo que estás demasiado pensativa. ¿Estás queriendo ocultarme algo? Pedro sacó el paquete de cigarrillos, le ofreció uno a ella y luego se lo encendió antes de hacerlo con el suyo. - Madrid es una gran ciudad, preciosa. - Le repito que sobran los adjetivos calificativos cuando se dicen sin sentirlos, Don Pedro.- Se me escapó sin querer... jejeje... pero Madrid es una gran ciudad...- Una gran ciudad... ¿para qué?- Digamos que, por ejemplo, para hacer fortuna.  Ella observó que los cigarrillos que estaban fumando eran, efectivamente, dos "fortunas". - Eso es del todo normal.- Y todo será normal si eres sincera conmigo. Te repito que mientras yo esté a tu lado y tú estés al lado mío nada dañino te puede suceder. - ¿Otro Ángel salvador? -musitó María.- ¿Cómo has dicho? María dio gracias al cielo al descubrir que él no lo había escuchado con claridad.  - Sólo estaba pensando...- No pienses tanto, chavala, no pienses tanto. Lo importante, ahora, es no pensar mucho sino ser prácticos y entrar en acción.- ¿Qué tengo que hacer?- Dentro de la cafetería te lo cuento aunque creo que ya lo sabes. - Le prometo a usted que no sé nada de lo que sea todo este asunto.- El asunto déjalo solamente en mis manos... ¿vale?...- Vale.  Llegaron a la Cafetería Niza de Madrid sin darse cuenta de que el hombre del periódico entró detrás de ellos y se sentó a una distancia prudencial para verles sin ser visto mientrra Pedro, con un aire de prepotencia machista, reclamaba con el dedo índice de su mano derecha la presencia de la camarera. - ¡Chist! ¡Chist! ¡Chist! ¿Nos vas a atender ya o tienes todavía que despertarte?- No creo que esa sea una manera de portarse como un caballero.- En estos ambientes es mejor saber quien manda y quien obedece.- Una interpretación de la vida que me desagrada por completo.- No estoy contigo para agradarte por muy guapa y sexy que seas.- Ya lo estoy comprobando. No hace falta que se esfuerce demasiado para resultar desagradable. La camarera acudió solícita... - Un vermú para mí y otro vermú para esta preciosidad.- Cada vez que habla peor me cae usted, Don Pedro.- Pero... ¿no eres de las que rechazan el machismo?- Una cosa es ser machista y otra cosa es ser caballero o, por lo meno, bien educado. - ¿Porque primero he dicho que me sirva a mí y después te sirva a ti? Creía que eras una feminista convencida.- Y yo creí, por un momento, que usted sabía conversar con una chavala. Me decepciona por completo, Don Pedro. En esos momentos volvió la camarera con los dos vermús y un plato lleno de aceitunas. - ¿Te gustan las aceitunas, preciosa?- Sí. Cuando las contemplo de cerca me recuerdan siempre a un laberinto...- Jajaja. ¿Te refieres al laberinto de las aceitunas de Eduardo Mendoza?- A eso mismo. Me traen recuerdos de Jaén. - Hay quien dice de Jaén que no es tierra andaluza. - Será tal vez porque es provincia de emigrantes...- No, no y no. Nada de ponerse nostálgicos ahora porque se nos puede escapar el negocio de las manos por culpa de la debilidad de carácter. ¿Creciste en Andalucía pero viviste en Barcelona?- Se equivoca usted en la mitad. - Como siempre. No tengo remedio con las mujeres jovencitas. Siempre me quedo en la mitad. - Crecí en Andalucía pero vivo en Madrid. - Pues yo te puedo sacar de este laberinto si colaboras conmigo. - Es mi gran deseo ser una colaboradora como corresponsal o enviada especial. Para eso estoy estudiando.- Perfecto. Ahora tienes la oportunidad de ser una colaboradora muy especial. Comprende que es una ocasión que sólo se te presenta una vez en la vida.  Ella no entendía lo que Don Pedro le estaba pidiendo que comprendiera y cambió la dirección del diálogo... - ¿Cuál es su verdadero nombre?- Si cumples bien con tu labor no habrá problema en que lo sepas siempre que mes seas fiel para siempre.- ¿Qué sucede? ¿Algo inmoral?- Según sea el punto de vista con que lo mires. - ¿Me asegura que no habrá ningún tipo de peligro para mí?- Si haces todo lo que te ordene no tendrás ningún problema.- Lo que sucede es que no me gusta ni la forma ni la manera que tiene usted de dar órdenes. - ¿Te recuerdo a alguien?- Sí. A un tal Luis Caballero Mayor De la Madrid al que tuve que soportar durante algún tiempo hasta que un amigo me lo quitó de encima diciéndole unas cuantas verdades. Se llamaba simplemente Pepe pero nunca le podré olvidar.- ¿Tanto favor te hizo?- Desde el lado bueno de la palabra me hizo un gran favor. Nunca le he olvidado. Tenía una manera muy especial de ser y tenía una manera muy especial de hacer las cosas. En cierto modo fue como mi Ángel salvador.- ¿Quién? ¿Luis o Pepe?- Me estoy refiriendo a Pepe. Muy noble. Demasiado noble. Quizás yo no le pagué con la misma moneda...- Ese tal Pepe debe ser uno de esos pardillos que no sabe ni conoce nada de chavalas y por eso no sabe que las más interesantes son las que más te traicionan.- Todo lo contrario. Pepe sabía de chavalas más y mejor que los hombres como usted creen. Me gustaría saber que no ha cambiado.- Todos los hombres cambiamos. Las mujeres sois las culpables de eso. - Estoy segura de que Pepe no piensa jamás de esa manera. No soy la única mujer que desea que no haya cambiado. No era ningún adulador y por eso era tan facil quererle o incluso amarle.- Pero yo soy diferente a todos los aduladores que te hayan intentado ligar. Yo solo te necesito para trabajar y no para tontear contigo. Si tenemos bien claro esta diferencia no habrá problemas entre nosotros. - Ya veremos. Me conformo con saber sólo su nombre... al menos de momento...- Al menos de momento no tienes por qué saber más que mi nombre como yo sólo sé de ti tu nombre nada más. ¿Entendido?- Entendido. ¿Qué tengo que hacer?- Mira preciosa, está muy bien que charlemos amistosamente y me cuentes toda tu vida como si yo fuera tu confesor, pero no soy ningún jesuíta ni tengo la paciencia de un cura párroco, así que dime dónde está.   - ¿Dónde está quién?- Desde luego que no me estoy refiriendo a ese tal Pepe así que no te hagas la tonta más de lo que eres. Conmigo no te sirve. Las mujeres como tú me son solamente indiferentes por muy interesantes que seáis. Os considero demasiado listas pero no me interesa conoceros a fondo. Dime donte está. - Pero... ¡es que no sé a quién se está refiriendo! Pedro terminó su vermú y metió sus mano derecha debajo de la mesa. - Escucha, preciosa. Tengo una pistola debajo de la mesa y te estoy apuntando directamente al estómago. Si no me dices donde está antes de que termine de contar hasta diez te elimino de un solo disparo. No me importa la gente para nada y puedo escapar rápidamente antes de que nadie pueda reaccionar. Así que dime donde está antes de que me cabrees demasiado.  Ella se dio cuenta, entonces, de que estaba charlando amistosamente con una especie de asesino implacable, frío y calculador, que quizás no sería la primera vez que había cometido un crimen con total impavidez y a sangre fría. - Pero... ¿qué está usted buscando? ¡No tengo ni la más remota idea de qué me está pidiendo que le diga!- Baja la voz. - Repito que no sé a lo que se está usted refiriendo.- Voy a contar hasta diez y espero que seas lo suficientemente inteligente para decirme dónde está.  A ella le dio un vuelco el corazón... - Entonces... ¿usted se llama Pedro Ladrón de Vergara Gangotena? Al hombre se le notó la sorpresa en el rostro... - ¿Cómo sabes tú eso, desdichada? Ella se dio cuenta de que acababa de cometer una terrible equivocación y prefirió no decir nada más.  - ¿Quién te ha dicho mi nombre completo? Dime donde está lo que busco y dime quién te ha dicho mi nombre con sus apellidos. Voy a comenzar a contar hasta diez.  Pero, antes de que comenzara con la cuenta, el joven que ocultaba su rostro tras el periódico se levantó de su silla y dando una patada de karate en las costillas de Pedro derribó a este y le hizo rodar por los suelos mientras la pistola resbalaba hasta varios metros de distancia. El joven levantó con una sola mano al asustado Pedro... - Perdón caballero conocedor de la psicología femenina... ¿está buscando esto? Ángel mostró, con su mano izquierda, la joya que llevaba envuelta en su pañuelo mientras que el sorprendido Pedro era detenido por un par de gigantescos y forzudos policías de paisano. - ¡Por fin caiste en tu propia trampa, Ladrón! ¡Vamos, Pedro, sonríe un poco para estar menos feo en las fotografías de la Prensa! Esta vez te has equivocado del todo y tenemos pruebas y testigos suficientes para que te caiga un total de cuarenta años de presidio por las veces que has asesinado a personas inocentes. Con la edad que tienes pronto vas a morir podrido en la cárcel. El joven atractivo y de sonrisa tan agradable, después de entregar la joya a uno de los dos policías, levantó la silla derribada y se sentó frente a Maria.  - Es una lástima que se vaya sin pagar su vermú pero no es la primera vez que lo hace. - ¿Toma vermús gratis a costa de chicas tan ingenuas como yo?- Eso. Y mata a sangre fría y con premeditación.- ¿Cómo lo has conseguido sin que se diera ni cuenta?- Él no me conoce de nada pero yo le conozco bastante. No fue nada difícil ver lo sucedido en la discoteca "Cerebro", observar que echaba en el contenido de tus copas unos somníferos, seguir su auto con mi viejo cacharro, descubrir que el recepcionista del Hotel Capitol era uno de sus secuaces, y que el 365 era, exactamente, la señal de que hace un año se había cometido el robo de esta joya valorada en varios millones de dólares. Cuando conseguí que el recepcionista lo confesara me fue muy fácil introducirme en la habitación 366, esperar a que te dieras el baño y aprovechar la ocasión para buscar la nota y la joya. - Él me juró que no había tenido relaciones sexuales conmigo. - Y es cierto. No le gustan las mujeres bellas, hermosas, atractivas y sexys.- ¿Es homosexual?- No. Sólo es que os tiene miedo, pavor y pánico cuando, además, sois inteligentes.- ¿Y la joya? ¿Dónde estaba la joya?- Tuvo la ocurrencia de guardarla debajo de tu almohada. - ¡No me digas que he estado durmiendo encima de un buen montón de dólares!- Calcula más de dos millones... algo más de dos millones...- ¿Tres millones de dólares?- Cuatro. Cuatro millones.- ¿Y ahora?- Ahora... adiós, María...- Entonces...- Entonces no digas a nadie que me conoces ni que has estado hablando conmigo. No he cambiado nunca, María, pero no se lo digas a nadie.- ¿Pepe?  Ángel puso su dedo índice de la mano derecha sobre los labios de María para que no siguiera hablando demasiado y se alejó de la misma manera imprevista en que había llegado.     FIN.
Misterio es todo aquello que vive de alquiler en nuestra memoria. 
El ruido comenzó a oírse muy levemente, tan levemente como un carraspeo imperceptible entonces para los oídos de Rudy Sal Azar que, además, se encontraba en un profundo estado de agitación nerviosa después de una agotadora jornada en la que había liquidado los bienes de un buen número de convecinos deudores y en su pesado sueño había visto a su propio esqueleto después de haber sido devorado canibalísticamente todo su cuerpo por aquella turba de vecinos que se consideraban víctimas de su usura. Y es que Rudy Sal Azar era la imagen viva del mismísimo usurero "shakesperiano" Shylock de El mercader de Venecia. Su "shylocking" era famosamente temido en toda la barriada del West Bromwich londinense. Quizás sólo fuese una imaginación nerviosa de Rudy... pero no... sus oídos no lo captaban porque estaban todavía agitados por el pesado sueño del esqueleto, pero los ruidos eran reales. Rudy se removió agitadamente en la cama y abrió despavorido los ojos. - !Agua!. !Necesito agua!Rudy se incorporó temblando y sudoroso sobre la cama y sintió frío. Aún recordaba el sueño de su propio esqueleto una vez devorado su cuerpo por la turba de los vecinos caníbales. Puso la mano en el conmutador y !clic!... !no funcionaba la luz!... !alguien o algo había destruido la luz de su mansión!. Se sintió terriblemente encolerizado- !Diablos!. !Ya se fundió el bombillo!. Puso las plantas de sus pies sobre las baldosas del suelo y éste estaba totalmente frío. Sintió que se congelaba por un instante. La lluvia repiqueteba sobre los cristales de la ventana de la habitación y hacía casi imperceptible el ruido que venía de más allá de la puerta.- !Por Satanás!. !Qué frío está el suelo!. Y es que la humedad entraba por todas partes de la rica pero viejísima mansión de madera del usurero Rudy. Entonces pensó que se había dejado abiertas las ventanas del piso de abajo, metió sus pies en las mullidas zapatillas de fieltro y comenzó a tener ganas de orinar. Tropezando con los muebles, fue tanteando las húmedas paredes hasta que llegó a la puertecilla del baño. Allí orinó y defecó angustiosamente pues la pesadilla de la visión de su propio esqueleto no desaparecía de su mente. El cerebro parecía estallarle. !Era la fiebre!. - !Atchisss!. !Menudo resfriado he pillado!. !Espero que no tenga fiebre aftosa!. Terminó de orinar y defecar, se subió los pantalones, se abrochó la bragueta y volvió a rememorar a su propio esqueleto. Un tictac nervioso recorrió todo su cuerpo. - ¿Qué se creen esos andrajosos?. ¿Que el viejo Rudy se va a acobardar?. !Nada de eso!. !Si quieren recuperar sus bienes van a tener que pagarme con una libra de carne lo más cercana a sus corazones!. !Soy Shylock, si señor, a mucha honra, Shylock el justiciero redivivo!. Fue entonces, cuando salía ya del baño, con el frío calándole los huesos, cuando comenzó a discernir el ruido que provenía del otro lado de la puerta de la habitación. Primero lo oyó como un murmullo lejano pero poco a poco el murmullo fue aumentando y pasó a ser estruendoso. !La turba!. !La turba de vecinos venía a por él!. !A robarles sus tesoros de monedas guardadas bajo la cama y a comérselo vivo hasta convertirlo en esqueleto!. !Pero Rudy Sal Azar no estaba dispuesto a dejarse robar y a dejarse devorar por aquel atajo de harapientos vecinos!.Rápidamente tomó la escopeta y la cargó de cartuchos. El ruido detrás de la puerta era ya espantoso. Ésta estaba a punto de ceder. Entonces fue cuando Rudy abrió tempestuosamente la puerta y disparó en las tinieblas. Fue lo último que hizo en vida el viejo usurero Rudy Sal Azar. Una multitud increible de insectos carnívoros se abalanzaron sobre él y comenzaron a morder todo su cuerpo. Eran millones y millones de alados insectos y en pocos segundos aquella marabunta convirtió el cuerpo de Rudy en un esqueleto que yacía sobre las baldosas de la habitación.
¿Qué fue lo de Denis?. Ansias de libertad como cantaban Ana Belén y Víctor Manuel. Nos habíamos liberado de Gimi... y Califa y Fantini todavía me eran fieles. Así que lo de Denis no fue más que "un sencillo dos por tres y unos cuántos más que me llevo sin que nadie se de cuenta". Que aparecían muchas estampitas de Flores pero no encontrábamos, por ningún lado, a los famosos centrocampistas Clemente e Igartua. Así que recurrimos al famoso "dos por tres y unos cuántos más que me llevo sin que nadie se de cuenta". Nada más. Nada más que acabar con las trampas de los sobres abiertos para manipular el azar a su antojo. Nada más. Nada más que acabar con la tiranía de Gimi. Nada más. Nada más que poder jugar con la libertad a todos iguales. Nada más. Sólo Califa y Fantini sabrán porque traicionaron a aquella razonable forma de liberarnos. Nada más. Que llega ya la noche y hay que sentir en el corazón la verdad del sentimiento.
El agnosticismo mundano es la forma y manera de ser más tonta que he podido ver en muchos. Mas de uno va haciendo el ridículo por la vida. Como dijo Clarence Darrow, en el Estado de Tennesse, en 1925: "No pretendo saber mucho de muchos hombres ignorantes que están seguros de decir que son agnósticos". No he visto mayor ignorancia que la de todos esos hombres juntos y unidos gracias a tal necedad. El problema que tienen todos ellos es que no son inteligentes.     
Lejos del mundanal laberintoInventado por los poderososTenemos ese instintoEn que somos algo distintoRazonando en los repososTan raudos y silenciososUna vez que hemos previstoRazones en los misteriososAndares por este recinto.          
Ya puede decir Pellegrini que "el Barcelona es el mejor equipo del Mundo" y ya puede decir Pep Guardioa 1ue "el mejor equipo del Mundo es el Real Madrid" (que no hacen más que hacerse la "pelota" el uno al otro y también el de más allá). !Pues no estoy de acuerdo con ninguno de los tres!. El mejor equipo del Mundo es mi Athletic Club de Bilbao que ha dado tantos jugadores a la Selección Nacional Española que ya ni recuerdo el número total de ellos. Celebramos títulos de "uvas a peras" pero nunca seremos "el canto del cisne" como les pasa a muchos otros. Que siemrpe estamos aquí, en la Primera División Española porque somos más fuertes que toda la Acorazada Brunete en completo. "Chanquete" y el Verano Azul. Eso. A comer "chanquetes" en Málaga y a pasar el Verano Azul en San Pedro del Pinatar. Que sí. Que en San Pedro del Pinatar me olvidé de "Cortilandia" y pegué algún "corte" que otro a más de uno y más de dos. Se acabaron ya los veranos con la Soledad. la Soledad estaba muy buena, por cierto, pero sólo para meditar... que no me pasé de la raya con la Soledad y siempre tuve recursos para enrollarme de vez en cuando con alguna.La Barca de Caronte navega por la Laguna Estigia según dicen los "zombis" vivientes pero a mí lo único que me importa es pasear con mi chavala por San Pedro del Pinatar. Tiempos no tan lejanos por cierto. Y ¿qué hay de la actualidad de hoy?. Sólo toros "borregos" en la Feria de San Isidro de Madrid, que se creen superiores a los "macarras" de Lavapiés cuando sólo son "modelitos de pasarela" en paños menores nada más. !Vaya ridiculez!. En fin, como dice Carlos, que está muy informado de lo que está sucediendo en la Plaza de Las Ventas, "esto es soporífero". !Para ventas estamos todos!. Será para quienes quieren vender porque lo que es yo hago un "giro copernicano" que acabo de montarme en esta lucha de barro/barrio que es más barriobajera que la "épica de Sastre" (un tal Sastre de la Complutense de Madrid venga con flores y flores y más flores que parecía todo un floripondio completo). Recuerdo a Rafa dicéndome "mira,coje la vereda que baja por las cercanías de Las Casas Colgadas y por debajo del Puente de San Antón y la besas sin que te vea nadie". "Ya lo sé, Rafa, gracias pero ya lo sé, que me conozco muy bien las calles y los paseos de Cuenca por donde se puede besar a gusto sin ser observados por Emiliano, Bonifacio y Máximo". Rodríguez sigue intentando que levante el Levante pero el viento del levante nos levanta a todos y todas y nos traslada a través del espacio y del tiempo hasta la Plaza de Colón de mmadrid. Alguien se quiere colar pero la policía le ha echado el guante. Y es que es "Timberland" una máquina que me ha regalado mi hija mayor y que es un "Timberland" que nunca me decepciona y lo ve todo. Así que miro la hora, once y veintitrés de la mañana, y atravieso el espacio aéreo imaginario pero real para desaparecer de la vista de "Los Tres Cerditos" e irme al País del Nunca Jamás. !Miren que primera pregunta le ha hecho Olga Viza a Jacobo Sanz!: "¿Vas a enlazar dos momentos enteros?. No leo la respuesta. No me es necesario ni me interesa. Yo, con mi "Timberland" enlazo, fácilmente, no solo dos momentos de interés personal sino a veces hasta tres o cuatro o más de golpe. Que para mí el tiempo no tiene importancia alguna y estoy acostumbrado a ello. Por aquí hace hoy un sol que achicharra. Estamos a más de 20 grados centígrados... pero en esta mi pequeña esquina número 5 (cosas de misterio y secreto esto de la esquina número 5) hace un tiempo bien fresquito que ni "Frascuelo", el famoso ex torero, se lo hubiese podido imaginar. Desde el "bar deportivo", de donde vengo, he sabido que Cesc Fábregas (como está haciendo desde hace un porrón de años yas) duda entre fichar por el Barcelona, fichar por el Madrid o quedarse quieto y parado en el Chelsea. !Y es que en mi vida jamás he visto a un jugador tan "dudoso" como este Cesc Fábregas que no sabe si tirar para adelante, si tirar para atrás o si quedarse completamente "cortado" en el Chelsea. !Y a mí no me importa en absoluto que haga lo que quiera el famoso Cesc Fábregas!. ¿Saben por qué?. Porque estoy viendo noticias que me llegan desde Australia. "Ya saben que Hewitt está a punto de retirarse del tenis, que Casey Stoner no va a ganar este año ningún GP de Motos (ni tan siquiera el GP de Malaysia que se escribe Malaysia ahopra y no Malasia como siempre ha sido en buen castellano cervantino) y que Chris Evans ha ganado la séptima etapa y va el segundo en la general y no me interesa para nada saber de que Competición ciclista se trata porque yo ahora paso del Ciclismo y me entero de que un tal holandés llamado Clarence Seedorf nos quiere dar clases de fútbol por televisión a los españoles. ¿pero quién se ha creído que es ese "orangino?., ¿Acaso no sabe que los españoles conocemos la "Orangina" desde hace un "puñao así de grande" de tiempo. Que pasa el tiempo volando y tengo que pasar a otro tema. Así que termino con una de chavalas guapas de verdad. Y me refiero al nuevo descubrimiento del tenis femenino. Una tal Aravana Renzai (!claro que sé que hubo un Renzai iraní que jugó al tenis!). Bueno, pues adiós que va a comenzar la batalla en Madrid. La Aravana Renzai es de armas tomar y le va a dar "para el pelo" a la Venus que los estadounidenses van a "caerse ya del nido"!. !Por que sí!. !Porque está mucho más buena la Aravana Renzai que la Venus Williams tanto en fotografía como al natural!. !Me voy a otro tema!. Adiós. Que la pelea va a ser de órdago...
 Historia de "Thaler" (Novela) -Capítulo 10-17 de octubre de 1908. Domicilio privado del matrimonio Dennis Raton y Margaret Smithson, en la calle Alameda de San Francisco de Los Ángeles, Estados Unidos. - ¡Arriba las manos, forastera!Margaret Smithson, que se encontraba friendo un par de huevos en la sartén, al sentir que alguien la agarraba por detrás, a la altura de su cintura, se volvió inmediatamente y estampó la sartén en la cabeza de Dennis Raton mientras los huevos a medio freír resbalaban por el rostro de éste.- ¡Pero mujer, que me fríes vivo!- ¡Dios mío! ¡Perdona Dennis!- ¡Es lo que me faltaba para completar el día!Ella entonces, al empezar a limpiarle las manchas de los huevos con una servilleta mojada, se fijó en la cantidad de arañazos que tenía el rostro de su esposo. - Pero... ¿de dónde vienes, Adán? Parece como si hubieses estado en una pelea de gallos contra gallinas... ¡Jajaja!- No te rías de mis desgracias, Evita...- Evita acercarte otra vez a mí de esa manera. Imagínate que si en vez de haber tenido una sartén en la mano hubiese tenido una olla de hierro. Te hubiese convertido en fiambre... - Dejemos el asunto así. - ¡De eso nada! ¡Ven acá, Adán de los adanes!Margaret Smithson agarró a Dennis Raton por el cuello y, acercándose al pilón de fregar que estaba lleno de agua, metió la cabeza de su esposo durante unos segundos...- ¡Agh! ¡Aagghh! ¡Aaaggghhh! Que... que... que... Ella le sacó la cabeza fuera del agua.- ¿Qué?- Que... que... que...- ¿Puedes decirme ya qué?- Que... que... que...Margaret volvió a meter la cabeza de Dennis otra vez en el agua del pilón de la cocina...- ¡Agh! ¡Aagghh! ¡Aaaggghhh! Que... que... que... Ella volvió a sacar la cabeza de él del agua del pilón. - ¿Se puede saber qué?- Que... que... que...La esposa de Dennis Raton volvió a repetir la maniobra...- ¡Agh! ¡Aagghh! ¡Aaaggghhh! Que... que... que...Cansada de todo el juego ella volvió a sacar fuera del agua la cabeza de su esposo. - ¿Qué te pasa?- Que... que... que... - ¡Pero qué!- ¡¡¡Que me asfixias!!! En esos momentos, asustada por lo que pudo haber sucedido, Margaret Smithson dio un paso atrás con la fatalidad de que pisó una cáscara de plátano que se encontraba en el suelo y se dio todo un costalazo cayendo sentada sobre su trasero.- ¡¡Mi trasero!! ¡¡Mi trasero!! ¡¡No puedo mover mi trasero!!Dennis Raton, aprovechando la ocasión, quiso salir de estampida pero, todavía amodorrado por el suplicio del pilón de agua, tropezó con el cuerpo de Margaret y cayó de bruces contra el suelo de la cocina.- ¡¡Mis narices!! ¡¡Mis narices!! ¡¡No puedo saber dónde están mis narices!!Margareth Smithson pudo, al fin, intentar levantarse apoyándose en uno de los cajones, semiabierto, del mueble de los utensilios mas... al tirar hacia ella... el cajón salió despedido y todo su contenido cayó encima de ella que volvió a derrumbarse en el suelo, lo cual hizo mucha gracia a Dennis Raton. - ¡¡Jajajajaja!! ¡Pareces un mostrador de un comercio de vajilla casera! - ¿De verdad parezco un mostrador de un comercio de vajilla casera?Al ver que ella había agarrado un cuchillo de cortar carnes y embutidos, Dennis palideció de repente. - ¡Por todos tus pariente vivos, Margaret, era solamente una broma!- ¡Déjate de bromas porque voy en serio!- ¡¡Dios mío!! ¡¡¡Ten piedad de mí!!!- ¿Qué piedad ni qué narices? ¿Puedes hacer el favor de ayudarme a levantarme del suelo?- ¡Espera a que lo consiga yo!- ¡¡Date prisa que se me acaba la paciencia!!Ante la cada vez más furibunda Margaret Smithson, Dennis Raton, aguantando el dolor de sus narices, pudo ponerse en pie. - ¡¡¡Narices!!!- ¿Te niegas a ayudarme para poder levantarme?- ¡¡¡No!!! Pregunto que dónde están mis narices.- Tus narices bien visibles están por lo que se han hinchado pero cuando te coja de desorejo vivo.- ¡¡¡No, Margaret!!! ¿No ves que las necesito para poder sujetar mis gafas cuando leo el periódico?- ¡¡¡O me ayudas a levantarme o mañana sales en la prensa!!!- ¿Como víctima de un accidente casero?- ¡¡¡Exacto!!!El vecino de la casa de al lado dio unos fuertes golpes en la pared y se escuchó su ronca voz gritando...- ¡¡¡Ya está bien, señores o lo que sean!!! ¡¡¡Si quieren seguir peleando vayan al Zoológico de Nueva York donde admiten animales de toda clase!!!- ¡¡¡Usted quién se ha creído que es!!!- ¡¡¡Escuche bien, Señor Raton!!! ¡¡¡O dejan de pelear en voz tan alta o llamo a los del Servicio de Animales para el Zoológico!!! ¡¡¡Al menos tengan la educación de pelear en voz baja y sin armar tanto ruido!!! ¡¡¡Ustedes no dejan comer con gusto a nadie!!! - ¡¡¡Pues vaya usted también a Nueva York a comerse unos buenos congrios que falta le hace por lo delgaducho que son usted y su señora esposa!!!- ¡¡¡Si sigue así la cosa ahora mismo voy a cantarle las cuarenta en bastos!!!Margaret Smithson calmó a Dennis Raton...- Lleva razón el vecino. Ayúdame a levantarme y charlemos como dos buenos enamorados.Una vez en pie los dos, Margaret Smithson hizo que Dennis Raton se sentara ante la mesa de la cocina y frente a ella.- Vamos a ver... hoy es día de paga... ¿cuánto has traído a casa?- Es que no te lo vas a creer...- ¡Te han subido la paga! ¿Es eso, verdad?- Eso es lo que ando buscando desde hace diez años...- Exactamente desde que nos casamos... pero... ¿a que es verdad que te han subido la paga mensual?- Es que no te lo vas a creer...- ¿Cuánto? ¿Cuánto te han pagado?- Me da un poco vergüenza decirlo...- ¡Venga, no seas tímido! ¡Seguro que lo que te han subido te lo mereces!- Pues sí. Me merezco lo que me han pegado... digo... pagado...- Por lo menos te han duplicado el sueldo. Dime que sí.- Sí... sí... sí pudiera ser verdad... Dennis Raton sacó a "Thaler" de su bolsillo...- ¡Toma, Margaret! ¿Qué te parece? ¿Verdad que es lindo?Margaret Smithson cogió el dólar con su mano diestra y se le quedó mirando fijamente...- ¿Es una broma, verdad?- Es un dólar, querida esposa.- Ya veo que es un dólar... pero supongo que será que te lo has encontrado tirado en alguna sucia calle de esta hermosa ciudad. ¿Y la paga? ¿Dónde está la paga?- Es que no te lo vas a creer...Margaret Smithson se guardó el dólar en su faldriquera mientras se levantó amenazante y se dirigió a su esposo...- ¡Sucio! ¡Eres más mentiroso que Edwin Porter dirigiendo películas de miedo! ¡¡Suelta la pasta gansa!!- ¡¡No seas gansa por primera vez en tu vida y escucha!!- ¿Que yo soy gansa? ¡¡Repítelo si te atreves!!- ¡¡No eres una gansa pero te estás portando peor que una oca salvaje!!El tortazo que le atizó Margaret a Dennis hizo que este cayera de la silla y arrastrara en su caída el jarrón lleno de agua que siempre estaba sobre la mesa y que, al caer al suelo, estalló en mil pedazos, salpicando la cara de Margaret.- ¡¡Mi maquillaje!! ¡¡¡Has estropeado mi maquillaje!!!De nuevo unos fuertes golpes sonaron en la pared.- ¡¡¡O dejan ustedes las broncas para otro día más propicio o reúno a todos los vecinos y los colgamos vivos!!!Dennis Raton y Margaret Smithson se sintieron abochornados y volvieron a sentarse cada uno en su silla.- De verdad, Dennis. Saca todo lo que te han pagado.- Solamente me han pagado un dólar... y gracias a Dios que me han pagado un dólar...- ¿Me estás queriendo decir que te han dado la liquidación?- Te estoy intentando explicar que casi me liquidan.- Pues yo estoy ahora dispuesta a liquidarte del todo.- Espera... espera... que eso no es lo peor...- ¿Qué es lo peor?- Que yo mismo me he despedido de la zapatería de Don Antonio.- ¿Me estás diciendo que tú mismo te has despedido de la Zapatería Carmelo?- Yo mismo... pero con la ayuda de Asborn...- O sea.... que has estado bebiendo coñac de importación hasta que has perdido el sentido y no has sabido lo que hacías...- Algo parecido pero sin coñac...- ¡¡¡Ahora mismo te liquido ipso facto!!!Dennis Raton pudo escapar saltando por la ventana de la cocina que, al ser un piso bajo, estaba a la altura del suelo del jardín y, saltando la valla de éste, se perdió por las calles de Los Ángeles de California mientras Margaret Smithson se consolaba a sí misma...- Está bien. Me sirve para ir a la peluquería y arreglarme bien para la cita con mi admirado y admirador Clark.                     
Nadie tiene ninguna clase de derecho para hacer callar a quienes tenemos conciencia basada en la ética humana y la moral de Jesucristo. 
Extraño ha comenzado el día de hoy. Sí. Bastante extraño. Por primera vez, en dos largos años que desayuno en el Studio 3, la silla de Damián estaba vacía. Siempre ha estado aquí Damián a eso de las 10 de la mañana. Aquí sentado. Mirando hacia la Nada y sonriendo siempre al vacío de sus misteriosos pensamientos. Dicen que ha estado así desde siempre; pero yo no sé qué es siempre cuando los demás se refieren a Damián. Nadie sabe nada del Mundo de Damián. Así. Mundo con mayúsculas. Un Mundo donde Damián siempre movía la cabeza de un lado para otro como sacudiéndose moscas imaginarias.Y hablo ya en pasado de Damián porque poco después de las 10 llegó la noticia. Damián ha muerto. Las enigmáticas sonrisas de Damián, las que iban destinadas al vacío de sus metafóricos y misteriosos pensamientos, ya no estarán más veces presentes en el Studio 3. Y hoy este café con leche me parece un poco amargo. A mí que siempre me gusta bastante dulce.Un niño de muy corta edad se ha sentado, ahora, en la silla que siempre estaba reservada para Damián. Este niño también sonríe... aunque las sonrisas del niño están dirigidas a un mundo mágico pero real. Y ahora no puedo hacer otra cosa sino imaginarme que el viejo Damián sonreía siempre como un niño. ¿El Mundo de los vacíos de Damián no estaba tan hueco cómo creían muchos?. ¿A qué cosas sonreía Damián?. Nunca lo sabremos con exactitud. Lo único que sabemos, hoy, es que las sonrisas de Damián se fueron hacia el infinito. Quisiera poder seguir escribiendo algo más hoy en mi Diario... pero no puedo... porque un par de lágrimas brotan de lo hondo de mi corazón. Y es que recuerdo a Damián sonriendo, sentado a mi lado, sin saber nada de mi existencia pero abarcando todo su Mundo de misterios inescrutables. Siento un poco ganas de llorar ahora que el café me está sabiendo amargo. Cierro la página de este mi querido Diario poniendo un punto. No es un punto final. Tampoco es un punto y seguido. Sólo es un punto al que voy a agregarle otros dos más. Para convertirlo en puntos suspensivos como suspensivas fueron las sonrisas del viejo Damián. Suspensivas en el aire de la vida...Nota para Damián: Nunca me conociste. Yo a ti intenté conocerte y he llegado a hacerlo ahora que no estás aquí. Esta noche te escribiré una carta porque sé que allí donde quiera que estés la sabrás leer. Carta sin luto alguno. Sólo adornada con un ramo de olivo sin paloma. La paloma tampoco está ya aquí. Te la llevaste tú con tus inescrutables e intrincados pensamientos.
Amor que floranacen con las dos luceses ya la aurora----------------------Rosa rosadatus ojos ya me lucenen la almohada----------------------Una amapolaen tu fina miradatodo corola----------------------Seno de floresson dos claros momentos entre clamores----------------------Cuerpo y jazmínentre estas dos manosque no serán fin---------------------Tierna tu rosade rabios bien rojosmi boca posa--------------------Tiembla la ramadel verde limonerosobre la cama--------------------Una orquídeavibra en este tu pechocomo una idea---------------------Entre el rayode los dos girasolespasa ya mayo---------------------se abre la rosade este sueño ovaladoy cara hermosa
Amor que floranacen con las dos luceses ya la aurora----------------------Rosa rosadatus ojos ya me lucenen la almohada----------------------Una amapolaen tu fina miradatodo corola----------------------Seno de floresson dos claros momentos entre clamores----------------------Cuerpo y jazmínentre estas dos manosque no serán fin---------------------Tierna tu rosade rabios bien rojosmi boca posa--------------------Tiembla la ramadel verde limonerosobre la cama--------------------Una orquídeavibra en este tu pechocomo una idea---------------------Entre el rayode los dos girasolespasa ya mayo---------------------se abre la rosade este sueño ovaladoy cara hermosa
No sé qué pensaría La Princesa de toda aquella historia pero, según me la iba contando Gimilio, a mí me parecía sorprendente, maravillosa, increíble, propia solamente de un héroe como él.  - ... y entonces llegamos ante la cueva y, dando una voz de mando, todos me siguieron... - ¿Os metistéis todos dentro de la cueva, Gimilio?- Así es Giuseppe. Todos me siguieron porque todos tenían miedo menos yo. - ¡Vaya tío! ¡Qué valiente eres, Gimilio!- ¿Quieres que te lo cuente o vas a cortarme otra vez el rollo?- Quiero que me lo cuentes, pero...- Pero... ¿qué te pasa, Giuseppe?- Que yo, cuando sea mayor, voy a ser de esos valientes que se meten en las cuevas. - ¿Tú vas a ser más valiente que yo?- ¡Imposible! ¡Más valiente que tú no hay nadie, Gimilio!- Pues entonces escucha y calla... Guardé silencio pensando qué diría La Princesa de toda aquella historia de valientes o cobardes y si comprendía bien mi afición por escribir poesías y soñar continuamente...  - ¿Qué hicísteis dentro de la cueva? Entonces Gimilio puso cara de interesante y subió el tono de su voz para intentar deslumbrarme todavía más... o quizás estaba intentando deslumbrar más a La Princesa que nos escuchaba pero no intervenía en nuestra conversación.  - ¡¡Dentro de la cueva todo era oscuro, sucio, fangoso y lo peor eran las ratas que pasaban rozando nuestros pies y, sobre todo, aquellas gotas de sangre que surgían de las paredes!! Miré a La Princesa intentando descubrir qué efecto hacían las palabras de Gimilio en su ánimo; pero ella seguía comiendo su bocadillo y, de vez en cuando, miraba hacia el cielo desde el pequeño montículo donde los tres estábamos sentados. Yo no sabía qué decir porque no le podía contar una aventura tan valiente como la de Gimilio que, poniendo cada vez más énfasis en sus palabras, seguía narrando... - ¡¡En medio de las tinieblas, las ratas y la sangre, varios vampiros volaron por encima de nuestras cabezas!!- ¡Jó qué tío! ¡Nadie es capaz de ser tan valiente!- ¡No me interrumpas, Giuseppe! ¡¡La verdad es que todos estaban cagados de miedo y yo era el único que se mantenía firme, tranquilo, sereno, dominando la situación!!- Claro... como eres el capitán... Volví a mirar a La Princesa, pero ella seguía comiendo su bocadillo y no decía nada. Miraba fijamente a Gimilio siguiendo la historia totalmente concentrada mientras yo era como un cero a la izquierda, un convidado de piedra, el chico invisible... - ¡¡Y entonces fue cuando vimos a aquel hombre!! Por fin La Princesa, sentada entre los dos, dijo algo. - ¿Vísteis a un hombre? Gimilio vio la oportunidad que tanto esperaba... - ¡¡Sí!! Aquel sí tan rotundo retumbó en mi cerebro hundiéndome todavía más ante ella. - ¡¡Se lanzó contra nosotros pero le derribé de un puñetazo en la mandíbula y huyó perdiéndose en la oscuridad!! La Princesa no volvió a decir nada pero a mí me pareció una proeza como las de "El Capitán Trueno".  - ¿Tú solo contra un hombre?- ¡Yo solo contra un hombre, Giuseppe! ¡¡Y creo que nunca jamás se le ocurrirá a ese hombre volver a la cueva después de la que le di!! Me asombraba, cada vez más, aquella valentía propia de "El Capitán Trueno" y quedé a la espera de que Gimilio siguiera contando... - ¡Entonces fue cuando Sarko se puso a llorar como un mariquita; Corco y Verdi decidieron que ya no querían seguir adelante; Lanza se lo estaba pensando mientras temblaba desde la cabeza a los pies... asi que les dejé a todos para seguir yo solo hacia adelante y llegué hasta el final de la cueva!- ¿Conseguiste llegar tú solo hasta el final de la cueva?- No lo pongas ni en duda, Giuseppe. - Lo que pasa es que es demasiado increíble. - ¿Te interesa saber qué había al final de la cueva?- A mí si me interesa saberlo -intervino de nuevo La Princesa. - ¿Y a tí, Giuseppe? ¿Te interesa saber lo que había al final de la cueva?- Supongo que me tiene que interesar...   Pude observar una pequeña sonrisa en los labios de La Princesa, muy entusiasmada en la narración de Gimilio.  - ¿Te interesa o no te interesa? Otra vez miré hacia el rostro de La Princesa pero ahora ni dijo nada ni tampoco sonrió... - No lo sé, Gimilio, no lo sé. - ¿Y tú quieres ser un gran capitán como yo? Era la ocasión para deslumbrar a La Princesa pero no dije nada... - Está bien. ¿Sabes lo que había al final de la cueva?- Supongo que una pared. - ¡¡Había un montón de esqueletos humanos!!- ¿Y fuiste capaz de aguantar sin salir corriendo?- ¡Eso sólo lo hacen los cobardes como Sarko y los que no tienen suficientes agallas como Corco, Verdi y Lanza! ¿Tú qué habrías hecho, Giuseppe? Otra vez se presentaba la ocasión de deslumbrar a La Princesa pero volví a no decir nada...  - ¡¡Al final volví con una calavera entre mis manos y todos los demás huyeron despavoridos!!- ¿Y qué hiciste después?- ¿Quieres saber lo que hice después, Giuseppe?- Bueno, en realidad no hace falta que nos lo cuentes. Supongo que la calavera la tienes en tu habitación como demostración de que eres tan grande como "El Capitán Trueno". - ¡¡Rayos y truenos!! ¿No quieres saber lo que hice después?- Yo estoy cansada y me marcho  La Princesa había terminado de comer su bocadillo, se levantó y se marchó dejándonos a los dos solos.  - Has quedado muy mal delante de La Princesa, Giuseppe.- Es que no soy tan famoso entre las chicas del barrio como lo eres tú. - ¡¡Pero La Princesa es especial!- No es necesario que lo digas tan alto. Todos los de la barriada lo sabemos. - ¿Tú también crees que es especial?- Ya lo sé, Gimilio, ya sé que es especial y que no la volveremos a ver si Dios no quiere. - ¡¡Jajajajaja!! ¿Tú crees que Dios quiere o no quiere que la volvamos a ver?- Yo creo que Dios es quien decide...  Gimilio se puso muy nervioso, sacó un par de cigarrillos de la marca "Celtas", me ofreció uno a mi. Como le temblaba el pulso tuve que cogerlo con cuidado de que no cayera al suelo, saqué mi encendedor, le di fuego a Gimilio y luego encendí el mío.  - ¿Eres capaz de fumar, Giuseppe?- Supongo que forma parte del ritual para ser un gran capitán.  - Pues supones bien.  Observé atentamente la manera que tenía Gimilio para fumar y me atreví a decirlo... - No fumas bien, Gimilio.  Él se enfureció por unos segundos...  - ¿Cómo es eso de que no fumo bien?- Cuando das las caladas expulsas el humo por las narices. - ¡Eso es lo que hacen los hombres!- Eso es lo que hacen los hombres que aparentan que lo son.  Se enfureció más todavía...- ¡¡Escucha, Giuseppe, no quiero razonar contigo!! ¿De acuerdo? Gimilio cogió su carabina de aire comprimido, que siempre llevaba un balín preparado en su interior, y se puso en pie.  - ¡La Princesa estará de acuerdo conmigo!- ¿Te refieres a matar gorriones inocentes e indefensos?  Vi que Gimilio apretaba las mandíbulas. Era lo más parecido a uno de esos hombres de Cromagnon que yo había visto en los libros de Ciencias Naturales... - ¡¡Tú no entiendes nada de chicas, Giuseppe!!- Tal vez... tal vez no entiendo nada de tus historias para conquistarlas... - Entonces... ¿sigo o no sigo siendo el capitán?- Supongo que sí. - ¡Pues avisa a Bini y a Mini porque mañana nos vamos los cuatro a la cueva! ¡Os quiero demostrar que puedo repetir la aventura! - Volvísteis todos sanos y salvos y eso quiere decir que es fácil. Gimilio. - Pero... ¿todavía no te has enterado de la zurra que le dimos a los gitanos?- Pues Sarko me ha dicho que corristéis todos como conejos asustados por las vías del tren cuando os lanzaron la drea...- ¡¡Sarko es tan mentiroso como cobarde!! ¿A quién le crees? ¿A Sarko o a mí?- Yo sólo creo que un valiente no mata gorriones inocentes e indefensos sino que los defiende porque para eso es un valiente. Volvió a enfrecerse más todavía...  - ¡¡Tú sólo haz lo que te ordeno!! ¡¡Avisa a Bini y a Mini porque mañana vamos a ver quien se atreve a entrar en la cueva y llegar hasta el final!!- ¿Y vamos a traernos cuatro calaveras como trofeos de caza o como botín de guerra?  De repente se calmó ante mi ironía y bajo el tono de su voz. - Si sois capaces de hacerlo... - Supongo que Bini y Mini podrán hacerlo... - ¿Y tú, Giuseppe? ¿Tú serás capaz de coger una calavera?- Supongo que sí...- No me valen las suposiciones sino las decisiones. - Entonces deja que Dios lo decida. - ¡Contigo no se puede dialogar, Giuseppe! - ¿Es por eso por lo que no sirvo para ser como "El Capitán Trueno"? Gimilio no contestó nada, lanzó la colilla al suelo y se alejó de mi lado mientras yo terminaba de fumar observando el vuelo rasante de los gorriones hasta que, cansado de ver cómo el tiempo se me disipaba entre sueños, apagué la colilla, me la guardé en uno de mis bolsillos para tirarla donde viera un lugar propicio para hacerlo, me levanté y me dirigí hacia la casa. La noche ya empezaba a cubrir toda la ciudad. - Hola, Giuseppe... Cuando vi a La Princesa delante de mí di un respingo... - ¿Te asustas de verme?- No. Lo que pasa es que cada día estás más guapa.  Vi a La Princesa sonreír por segunda vez aquel día... - Ven conmigo -dijo ella.  Me tomó de la mano, me hizo seguirla por las escaleras hasta llegar a la azotea y allí me pidiío que me sentara en el alféizar con los pies colgando sobre el vacío. Después ella se sentó a mi lado. - ¿No tienes miedo, Princesa?- Yo no. Espero que tú tampoco.  - Por supuesto que no. Mañana mismo demostraré a todos los de la barriada que soy capaz de entrar en la cueva. - Es que yo no quiero que entres. - No puedo evitarlo, Princesa. Si Gimilio lo ha hecho yo puedo hacerlo también. - ¿Estás seguro de que Gimilio llegó hasta el final de la cueva?- Lo dice la calavera que tiene en su habitación. - ¿La has visto tú?- No. Pero dicen que es cierto...- ¿Quiénes dicen que es cierto?- Todos los de la barriada. - Todos los que se lo creen.  - ¿Tú dudas de Gimilio?- Yo lo que quiero es enseñarte otra cosa bien diferente a una calavera. - ¿Hay algo más importante que tener una calavera en tu habitación?- Por ejemplo ver volar a los gorriones... Me quedé mirando fijamente a los ojos de La Princesa. Había en ellos un brillo diferente a todos los demás ojos de las chicas de la barriada. Algo así como si estuviera emocionada.  - ¿Los gorriones? ¿Has dicho los gorriones? Ella me hizo una señal para que guardara silencio mientras los contemplábamos volar entre los tejadillos y, después de varios minutos, volvió a decir algo que me llegó hasta lo más profundo de mi corazón.  - Son felices porque son libres.  Yo no sabía qué decir... - ¿Qué puedes contarme tú sobre los gorriones? No sé por qué razón perdí el miedo de hablar abiertamente con ella y, por primera vez en mi vida, me sentí más poderoso que Gimilio cuando comencé a hablar... - No sé cuándo, ni cómo ni tampoco porqué, pero llegará una noche en que te pediré que me recites, con tu voz melodiosa melodiada por la atmósfera del íntimo suspiro, la última poesía del álbum de la vida... y entonces, oyendo en mi interna concepción de la existencia tus palabras convertidas en esencia, me iré deslizando lenta lenta lentamente, muy lentamente, por el campo del trigal que con tanto amor regamos con las lágrimas, y te pediriré que no llores sino que sonrías mientras me marcho con el equipaje de todos los momentos vividos junto a tí. Y entre las últimas sílabas de los últimos versos me introduciré en el oscuro túnel de la luz final y allí, una vez llegado al límite de lo desconocido, me sentaré junto a los gorriones para esperar... esperar... esperar a que tú vuelvas para juntos reiniciar la búsqueda de lo infinito. No sé cuando, ni cómo ni tampoco porqué, pero llegará una noche en que te pediré que me acaricies para poder iniciar tan largo viaje...- Eso vale muchísimo más que tener una calavera en tu habitación, Giuseppe. - ¿Quieres decir que soy valiente sin tener que buscar calaveras humanas?- Quiero decir que estoy segura de que Gimilio no tiene una calavera de verdad en su habitación. Te aseguro que es una de plástico. Las venden perfectas en las farmacias. - ¿Y lo de la zurra a los gitanos? ¿Qué me dices de lo de la zurra que le dieron a los gitanos?- Que es también mentira. Es muy fácil ponerse de acuerdo con ellos dándole una propina. Me enamora lo ingenuo que eres. - ¿Pones en duda que Gimilio llegó hasta el final de la cueva?- No sólo lo pongo en duda sino que afirmo que no llegó hasta el final de la cueva. Lo necesita decir para hacerse como "El Capitán Trueno" ante los demás. - Gimilio es el gran capitán de todos pero te advierto que yo juego al fútbol mucho mejor que él. - ¿Y a quién hacen caso los de la barriada cuando jugáis al fútbol? La volví a mirar a los ojos y me dejó sin respiración cuando, de repente, acarició mi rostro.  - Me tengo que ir, capitán. - ¿Yo soy tu capitán?- Sí. Espero que sí. Mañana se me acaban las vacaciones de verano y me vuelvo a América. Toma esto.  Sacó un papel del bolsillo trasero de su pantaloncito corto y me lo entregó. Era su dirección en América mientras, de manera instintiva, la abracé fuertemente contra mí.  - No quiero que lo sepa absolutamente nadie -continuó diciendo ella. - ¿Quieres que te escriba? - Sí. Pero no para decirme que fuiste capaz de entrar en la cueva, que llegaste hasta el final de ella y que tienes una calavera humana en tu habitación para demostrarlo. - ¿Es que no es de chicos valientes hacer tales cosas?- ¿Tienes que demostrar que eres valiente para serlo? Me quedé pensativo, con los pies colgando en el vacío, mientras ella se levantó y desapareció de mi vista. Me prometí a mí mismo que le escribiría todas las semanas pro lo menos una carta o dos sin ninguna clase de dudas y que en ellas le pediría que se casara conmigo.  - ¡¡Te escribiré, Princesa!! ¡¡Porque quiero casarme contigo!! Sólo escuché su dulce y melodiosa voz llegando ya desde lejos... - Espero que seas valiente... No pude dormir durante toda la noche. Veía su rostro más dulce que nunca y sus ojos más radiantes y a la vez más profundos dentro de mi imaginación. Miré el reloj varias veces y entonces fue como si ella estuviera allí mismo, a mi lado, acariciándome otra vez el rostro. Hasta que el piar de los gorriones en el alféizar de la ventana pidiéndome que les diera de comer me hizo volver del sueño. Decidí desayunar más rápido que nunca para poder darles migas de pan a los gorriones y cumplir con lo pactado. Encontré a Bini y a Mini jugando, en el bulevar, a las canicas. Los dos parecían temblar cuando les conté que teníamos que ir con Gimilio a la cueva.  - ¿Es cierto eso? -dijo Bini. - Tan cierto como que si no acudís no seréis jamás verdaderos capitanes. - ¿Y quién dice que tenemos miedo? -intervino Mini. - Se os nota demasiado. Le tenéis miedo a Gimilio. - ¿Tú no le tienes miedo? -me preguntó Bini. - Ni tan siquiera le tengo ya respeto.   No les pude explicar nada más porque en esos momentos llegó Gimilio. Llegaba algo tarde a la cita y venía como pensando... - ¿De verdad estáis dispuestos a entrar en la cueva y llegar hasta el final? Bini y Mini no podían articular palabra alguna.  - Quizás es que le tienen miedo a los gitanos...  Gimilio no esperó aquella salida mía pero reaccionó a tiempo... - ¿Crees que los gitanos no son peligrosos?- Algunas veces no, Gimilio.- ¿Qué sabes tú de los gitanos?- Que cuando alguno se me pone tonto le breo. - ¿Tú también les breas, Giuseppe?- Cuando alguno que otro se me pone tonto... pero hablando de tontos...- ¡Espera! ¡Espera! ¡Si eres capaz de entrar en la cueva e ir hasta el final después hablamos! No dije nada cuando los cuatro nos pusimos en camino sin que nadie hablara ni media palabra hasta que Gimilio decidió acabar con el silencio... - ¡¡¡Os advierto que os puede arrollar la locomotora del tren!! Gemilio lo tenía todo previsto en cuanrto a lo del tren porque en esos momentos, y sin previo aviso, la locomotora, arrastrando una larga fila de vagones, se nos echó encima. Los cuatro salimos disparados hacia la dirección que se nos ocurrió de imprevisto para salvar la vida.  - ¿Sabéis lo que os digo? -rugió Gimilio una vez reunidos otra vez los cuatro.  Bini y Mini no comprendían nada... - ¡¡Que no vamos a ir a la cueva!! Entonces fue cuando me di cuenta, sin duda de ninguna clase, de que Gimilio era un mentiroso y regresé a mi casa dispuesto a escribirle ya mi primera carta de amor a La Princesa. Era el final del verano. Encendí la radio. Sonaba El Dúo Dinámico...  -  El final del verano llegó, y tú partirás. Yo no sé hasta cuándo, este amor recordarás. Pero sé que en mis brazos, yo  te tuve ayer, eso sí que nunca, nunca yo olvidaré. Dime dime dime dime amor dime dime que es verdad lo que sientes en tu corazón si es amor en realidad. Nunca nunca nunca nunca más sentiré tanta emoción como cuando a ti te conocí y el verano nos unió. El final del verano llegó, y tú partirás. Yo no sé hasta cuándo, este amor recordarás. Pero sé que en mis brazos, yo  te tuve ayer, eso sí que nunca, nunca yo olvidaré, nunca yo olvidaré. Apagué la radio y escribí soñando que volvía a tener en mis brazos a La Princesa. Era algo tan real que me quedé imaginándomela mientras escribía. Me salió un poema completo...  - Te amo, princesa de todos los atardeceresfloridos en diáfanas sílabas del verbo;niña elevada a la última potencia femeninade los infinitos placeres y el silencio.Volando mariposas en todos tus sueños, beso ligero y profundo como espuma de un poema,eres tú la esencia penetrada de eróticos perfumesen el ámbito enigmático de tus años placenteros.Niña corpórea de atardeceres azules y rosadosque como violeta te transformas en pensamiento puroy tus labios ansiados se funden en mujer anaranjadacomo hembra del viento, del fuego y de la tarde calma.Hembra del sueño prendido en el viril y etéro solsticioque madura las uvas del néctar generosoy embriagas de juego eterno y fantasíatraspasando los límites del delirio con tus besos.Todo tu recuerdo de infancia y de sonetosolo es el polvo de lo efímero y pasado.Tú eres ahora, estructura indiana y primitiva,una transformación de mi Sueño en utópica realidad.Niña primaria que con bravas primaveraste fundes en hembra de triple condición:compañera, amiga y amante sin fronterasy firme principio de vínculo amoroso.En el lecho rotundo de todo el universome entregas tu cuerpo en acto de locurapara ser la historia de toda mi existenciaresumida en tu esencia de hembra y de mujer.Sueño blanco en forma de caricia es tu sonrisadespués de haberte penetrado de poesíay todo lo que soy, siento y conozco,va más allá de lo infinito en tu presenciaEterna amante que más allá de las fronterasen la selva virgen del mundo y de la imagenme ofreces el jugo del placer sinceroen tu sensual esencia de esposa y de verdad.Y a fuerza de ser sinceramente hermosay fiel a todo el proyecto de ambos mundosme entregas tu alma y elevas tu alegríapara ser infinita en los íntimos encuentros.El amor nos une con todo el libertinaje de dos seres primitivos sin historiay convierte nuestro tiempo de lecho florecidoen besos tuyos y mi abrazo a tu cuerpo celestial.Tú, niña hembra hecha mujer corpórea,esperma literario de fiebre y de expresiones,con miles de orgásmiscos viajes te corresla Via Láctea de toda mi poesía.Y en salvaje compromiso de pacto y de promesatu música enervante vibra de emocionesen el hondo y profundo sentido que te engendracomo diosa reinante del verbo amar y mi palabra. Terminé de escribir cuando la luz de la primera hora de la tarde me anunciaba que más allá de la cueva estaba el amor.     
Muchos años después de que Caperucita se salvara de las garras del lobo, tuvo éste un hijito que quería estudiar con los niños y niñas del País de las Fantasías. El lobito había vivido siempre en en la espesura del Monte Skyline y no quería ser como su padre. - ¿Qué te sucede, hijito?- Que no quiero ser como tú. Que quiero ir a la escuela para jugar con los niños y las niñas y que no me tengan miedo. - Eso es imposible. Tú tienes que ser un lobo feroz como yo y tus hermanos - Siempre tienes que obligarme a ser como no quiero ser...- ¿No es maravilloso que todos los niños y niñas te tengan miedo?- ¡No, no y no! No tengo dudas de que quiero ser un lobito bueno.  Entonces el Lobo Feroz tenía 67 años de edad y Caperucita se había convertido en una mujer feliz dando clases en la Escuela de Mil Cuentos, un lugar donde los niños y las niñas siempre querían decir lo que querían decir; porque Caperucita les enseñaba a no ser mentirosos.  - ¡Que te repito que tú tienes que ser un lobo tan feroz como lo soy y lo son tus hermanos!- Y yo te digo que no quiero dar miedo a nadie. - ¡Pues eso va en contra de nuestra naturaleza!- Yo quiero aprender cosas que tú no sabes enseñar...- ¿Qué cosas?- Amar sin tener que engañar a nadie. - Eso no es propio de lobos. - Alguna vez tienen que cambiar las cosas y, para eso, tengo que ir a la escuela y demostrar que los lobitos no tenemos por qué ser malos. - Hace 30 años que estoy deseando cumplir venganza contra Caperucita y los que la ayudaron a salir viva.- Hace 30 años yo todavía no había nacido... así que esas cosas no me interesan...- ¡Vas a ser la vergüenza de toda la familia!- ¿Por querer ser compañero y amigo de los niños y las niñas de la Escuela de Mil Cuentos?- En todos los cuentos los lobos somos malos. - Te equivocas, papá, te equivocas. - ¿Así que no quieres ser un lobo feroz como todos tus antepasados?- ¡No, no y no! Quiero ser como el lobo de Nadia, Ester y Cristina.- ¿Y quiénes son esas si se puede saber?- Amigas de los niños y las niñas y amigas de los lobitos buenos...- ¡Te repito que no existen los lobitos buenos!- Si me dejas ir a la escuela te demostraré que sí pueden existir. - Está bien. Vas a ir a la escuela y te darás cuenta por ti mismo de que eso es imposible. Así que no vuelvas llorando a casa. El lobito bueno cogió la mochila y se encaminó hacia la escuela. Era un día de invierno y el viaje era duro así que el lobito bueno pensó... - ¿Por qué no puedo ir en tren? Dicho y hecho. Salió del camino de tierra y llegó hasta la estación.- Quiero un billete para la Escuela de Mil Cuentos- Lo siento A los lobitos no les puedo dar billete. Vuélvete a tu casa y deja la fiesta en paz- ¿Es que hay fiesta hoy e la Escuela?- Exacto. Hoy se celebra el Primer Aniversario de su Fudación.- Entonces con mayor motivo me tiene usted que dar ese billete.- A los lobos no les vendo billetes. Los lobos no son sociables.-¿Quién le ha dicho eso a usted?- Todos los sabemos. Sois mala gente por naturaleza.- Pues aquí veo anunciado que los menores de edad tenemos derecho a viajar a la Escuela gratis.- Eso sólo es para los niños.- Aquí solo dice menores de edad y no dice que sólo para los niños. El vendedor de los billetes no pudo evitarlo...- Está bien. Aquí tienes el billete pero no puedes viajar dentro de los vagones.- Tengo el msmo derecho que cualquier otro ser.- Tú no. - Yo soy un ser.- Bueno. Viaja en el tren pero al lado del maquinista y mucho ojo con hacer alguna travesura. No me fío de los lobos auque sean tan pequeños como tú. El maquinista, que se llevó un buen susto, le miró de reojo.  - ¿Qué hace un lobo como tú en un lugar como éste?- No soy un lobo sino que soy un lobito. - ¿Y qué diferencia hay entre un lobo y un lobito?- Que algunos lobitos no somos malos sino que somos buenos. - ¡Imposible! ¡Del todo imposible! ¿A dónde vas?- A la Escuela de Mil Cuentos. - ¡No me lo creo! - Pero es verdad. ¿Quiere que le cante una canción para demostrárselo?- Está bien, lobito. Siéntate a mi lado pero ni se te ocurra tocar nada. - ¿Canto o no canto?- Canta pero como vea que haces algo malo te tiro por un puente abajo.  El lobito bueno comenzó a cantar... - Cinco lobitos tiene la loba, cinco lobitos detrás de la escoba. Cinco parió y cinco crió y a todos ellos tetita les dió. Cinco lobitos tiene la loba, blancos y negros detrás de la escoba. Al maquinista, que era ya muy viejo, se le humedecieron los ojos. - ¿Está usted llorando, señor maquinista?- Sí. Un poco. - ¿Por qué?- Por pensar que te harás mayor y serás tan malo como todos los lobos. - ¡Vaya tabarra con todo eso de que los lobos somos malos! ¿Quiere que le cante otra canción para demostrarle que se equivoca? El maquinista se restregó la nariz con su brazo derecho.  - Pero... ¿de verdad está usted llorando, señor maquinista?- Es que no puedo dejar de pensarlo...- Escuche como canto y verá cómo deja de llorar para siempre.- Vamos a ver si es cierto. Te permito que sigas cantando.- ¿Es que para cantar hay que pedir permiso a los mayores?- Es la ley. - Pues esa ley no me gusta. Así que voy a cantar. - Pero no me hagas llorar otra vez... - De acuerdo, señor maquinista.  Y el lobito bueno volvió a cantar... - Palmas Pamiltas higos y castañitas azúcar y turrón, qué rica colección. Palmas Palmitas naranjas y limones para los demás. Agáchate y vuélvete a agachar que las señoritas van a pasar.   El maquinista ahora lloraba más que antes.  - Qué manía tienen ustedes con llorar cuando canta un menor de edad que sólo quiere jugar con sus amigos y sus amigas. - Perdona, lobito... pero es que... - ¿Y ahora qué pasa?- Que te harás mayor y dejarás de ser bueno.- ¿Pero quién le ha dicho a los señores mayores que los lobitos buenos nos hacemos malos?- Es la Ley. - ¿Qué Ley?- La de las autoridades políticas. - ¡Déjese de tonterías! ¡La única Ley que vale es la de Dios! ¿Puedo cantar otra vez antes de llegar a la Escuela?- Si quieres... - Pero deje de llorar, por favor. - Es que estoy pensando... - ¿Pensando a estas horas de la mañana? Yo creo que para pensar está la noche. - Siento lástima de ti. ¿De verrdad tienes cuatro hermanitos?- De verdad de la de verdad. Y de verdad que no quiero ser como ellos y por eso me he ido de casa. - ¿Y de qué vas a vivir sin la ayuda de tus padres y tus cuatro hermnaitos?- Iré todos los dás al Mercado de Frutas y Verduras a ver si me dan las sobras que nadie quiere.  Al maquinsita se le volvieorn a llenar los ojos de lágrimas... - ¿Otra vez llorando? ¿Es que es pecado comer frutas y verduras que nadie quioere?- Lo que pasa es que no sé dónde vas a vivir... - No se preocupe por eso señor mayor. Supongo que la señorita será buena y me dejará vivir en la Escuela de Mil Cuentos si Dios quiere. Le advierto que soy un buen guardián y sé cuidar de las ovejas. - ¡¡No me lo creo!! - ¿Es que es usted escéptico?- ¡Agnóstico! ¡¡Soy agnóstico!!- ¿Y eso tan raro qué es?- No te lo puedo explicar. - Entonces deje de ser tan raro porque no le comprendo ni aunque me lo diga en latín.- Canta ya, lobito, que estamos llegando a la estación.  El lobito bueno volvió a cantar... - El patio de mi casa es particular; cuando llueve se moja como los demás. Agáchate y vuñevete a agachar, que los agachaditos saben bien jugar. Hache, i, jota, ka, ele, elle, eme, a. Que si tú no me quieres otra niña me querrá. Otra vez brillaron los ojos del maquinsita.  - Pero ¿esto qué es?.- Esto es la estación, lobito. Ya hemos llegado. ¿Dónde has aprendido tantas canciones infantiles?- Porque soy muy pequeño y he aprendido a escuchar. - Que tengas suerte.- No creo en la suerte sino en Dios pero como usted es tan raro que se llama agónico pues... - ¡No! ¡No se dice agónico! ¡Se dice agnóstico!- Bueno... lo que sea... pero de verdad que es más raro que un ovejo morado.- ¿Morado? ¿Existe algún ovejo morado?- Eso dice mi abuela materna. Señor mayor... ¿puedo darle un beso de despedida? Ante la ingenuidad de aquel lobito que parecía tan bueno el maquinsita puso su mejilla derecha y el lobito, después de darle un beso cariñoso, se despidió de él.  - ¡Vaya usted con Dios, señor mayor!- Siento de verdad mucha pena al pensar que te harás mayor y te convertirás en un lobo malo. - Dale con el dale que te dale... que le estoy diciendo a usted que nunca voy a ser un lobo malo porque no voy a crecer y no me voy a ahcer mayor jamás de los jamases y de los jamases.   El lobito bajó a la estación y entonces se produjo unm gran alboroto conn todos los señores y señoras intentando esconderse donde mejor podían. - ¡¡Un lobo!! ¡¡Hay un lobo en la estación!!- ¡Jesús que gente! ¿Es que no están viendo que soy un menor de edad? Una señorona llena de joyas por todos los lados gritó todo lo que pudo. - ¡¡¡Que avisen a la Guardia Civil!!! ¡¡¡Que avisen a la Guardia Civil!!!- ¡Jeús que gente! ¿Estará loca de verdad o sólo de momento?  La señorona llena de joyas por todos los lados se metió en la Oficina de Correos.  - ¡¡¡Avisen a la Guardia Civil!!! ¡¡¡Avisen a la Guardia Civil!!! El empleado de la Oficina de Correos salió, asustado, para poder atenderla.  - ¿Qué le sucede, Señora de Demetrio? ¿Le han robado alguna de sus muchas joyas?- ¡¡¡Un lobo!!! ¡¡¡Un lobo!!!- ¿Un lobo le ha robado alguna joya? Aprovechando el desconcierto general el lobito bueno salió de la estación y vio el letrero indicando la entrada a la Escuela de Mil Cuento.  - Menos mal que sé leer.  Sin pensarlo dos veces, el lobito echó una rápìda carrera y lentró en la Escuela de Mil Cuentos. Todos los niños y niñas, al verle entrar sin llamar a la puerta, se dieron un tremendo susto y fueron a cobijarse en las faldas de la Señorita Paz.  - ¡Un lobo! ¡Un lobo que nos quiere comer!- Tranquilo, Jaimito, tranquilo.- Pero Señorita Paz... ¡¡es un lobo!!- Cállate ya, Jaimito que esto lo arreglo yo. ¿Quién eres tú y a qué has venido a esta Escuela?- Yo no soy ningún lobo.  Aquella hizo reír a todos los niños y niñas escepto a Jaimito que comenzó a tenerle envidia porque era más chistoso que él.  - ¡¡¡Eres un lobo!!! ¡¡¡Eres un lobo malo y vete de aquí antes de que se lo diga a mi papá que es el mejor cazador que hay en el pueblo!!!- Y dale con que soy un lobo... que repito que no soy un lobo...- ¿Entonces qué eres?- Solamente un lobito nada más. - ¡¡¡Que le echen fuera de la Escuela!!! ¡¡¡Señorita Paz échele de aquí o me chivo a mi papá!!! - Espera, Jaimito y no seas tan envidioso... ¿por qué no le damos una oportunidad?- ¡¡Eso, eso, Señorita Paz!! - Tienes muy buen corazón Isabelita. Pero es justo que le demos una oportunidad. ¿Quién eres de verdad y qué vienes a hacer aquí?- Soy un lobito, sé leer y quiero vivir con los niños y las niñas de esta Escuela. - ¡¡¡Imposible!!! ¡¡¡Vete de aquí antes de que se lo diga a mi papá!!!- ¡Jesús, que niño más repelente! ¿No estoy diciendo que sólo vengo a vivir aquí? Traigo hasta la mochila. - Me parece que está diciendo la verdad, Señorita Paz. - Está bien, Isabelita, vamos a hacerle una prueba. Sentaos todos en vuestras sillas y tú, lobito, ven aquí.  Todos se sentaron con cierto temor excepto la valiente Isabelita que le dedicó una sonrisa al lobito mientra éste se dirigió hacia el estrado.  - ¿Cómo te llamas?- Me llamo lobito y, según he escuchado, usted es la Señorita Paz. - ¡¡¡No le haga caso, Señorita Paz!!! ¡¡¡Nos quiere engañar a todos para comerse nuestros bocadillos!!! - ¿Por qué es tan mal pesado ese tal Jaimito, Señorita Paz?- Lleva razón Lobito. Tenemos que darle una oportunidad. - Está bien Isabelita. Vamos a darle una oportunidad. - Menos mal que ya tengo una amiga.  Isabelita volvió a sonreirle al lobito bueno pero la Señorita Paz comenzó con la prueba.  - Vamos a ver, Lobito. ¿Qué sabes hacer?- Contar hasta diez. - ¿Solamenete sabes contar hasta diez?- Bueno. Si se trata de contar... también sé contar cuentos...  - ¡¡¡Eso es mentira, Señorita Paz!!! - Pero... ¿se puede saber qué le pasa a este tal Jaimito?- Nada, Lobito. Que te tiene envidia porque eres lmás guapo y simpático que él. - ¡Ya estña bien, Isabelita! Dejad de disuctir los dos como siempre y dejemos que nos cuente un cuento. - ¿Empiezo ya?- Puedes empezar, Lobito.  Lobito se lanzó en picado... Pedrín creció en un mundo infame donde todos se burlaban de su incapacidad física. Sí. Pedrín era un niño inválido. Él deseaba sólo una oportunidad; una sola oportunidad para poder jugar. Absolutamente nadie de los feroces niños de su barrio sentía ninguna clase de compasión por él. -¡¡¡Fuera de aquí, inútil!!! – coreaban todos, al unísono, bajo las consignas que les daba el despótico Emiliano.Pedrín sólo quería jugar una vez, una sola vez, a aquello llamado futbolín. Él sabía que su invalidez le impedía jugar al fútbol como los demás. Sólo pedía una oportunidad, una sola oportunidad para poder jugar al futbolín en aquel hediondo bar donde los hombres adultos se emborrachaban y, al salir de la barra, dando trompicones, daban patadas a la silla de ruedas de Pedrín. Todo aquello, mientras la silla iba de un lado a otro totalmente descontrolada, producía heridas en el corazón de Pedrín. -¡¡¡Pedrín es un llorón!!!. ¡¡¡Pedrín es un llorón!!!. – repetían una y mil veces todos los niños del barrio siempre siguiendo las consignas de Emiliano “El Guapo”, llamado así por su fama de Conquistador de chicas. Bueno. Conquistador de todas menos de una que resultaba ser la más bella de todas. Y es “que Mayka” no le hacía ni el más mínimo caso a aquel “guaperas”. Era por eso por lo que Emiliano elegía al pobre Pedrín para desahogar su impotencia. Y es que Pedrín era realmente pobre, muy pobre. Pedrín vivía en una humilde chabola con su abuelita Doña Teresa, ya que sus padres habían muerto en el mismo accidente automovilístico que a él le había convertido en un lisiado, la cual zurcía una y mil veces el pobre pantalón descolorido de Pedrín mientras Emiliano “El Guapo” se jactaba de vestir los “blue jeans” de las mejores marcas; comprados, por supuesto, en el mercadilllo de los mercaderes que acudían al barrio de Bellavista todos los veranos.…El caso era no dejar vivir en paz ni al pobre Pedrín ni a su abuelita Doña Teresa, a la que siempre menospreciaban aquella pandilla de verduleros y arrabaleros dirigidos siempre por “El Guapo” Emiliano que se jactaba de ligar a las mejores chavalas del barrio excepto, por supuesto, a la más bella de todas.Efectivamente, a pesar de los múltiples esfuerzos que hacía por conquistarla, “Maika pasaba olímpicamente de aquel o cualquier otro “donjuan” e iba, todas las tardes, a casa de Pedrín a jugar, largamente con él, al juego de las preguntas y respuestas…-¿Qué es el cielo? – le decía Pedrín que, además de inválido, era ciego.-El cielo es el lugar por donde vuelan los pájaros más bellos que puedas imaginarte. -Yo no puedo imaginar la belleza.…- ¿Por qué? ¿Qué sabes tú de la belleza?. -Yo sólo sé que además de llorón me dicen El Feo de Bellavista.Y es que en el barrio de Bellavista, el “guaperas” Emiliano era tan despótico que jugaba con las palabras para mofarse incluso de la ceguera de Pedrín. Y así pasaban los dias de aquel tiempo en que las golondrinas hacían sus nidos en las tejas de la casa de la abuelita de Pedrín.-¿Cómo son las golondrinas? – le preguntaba Pedrín a la bellísima “Mayka”. -Las golonndrinas son pájaros libres. -Yo no sé lo que es la libertad…-¿Qué sabes tú de la libertad?. -Cómo puedo ser libre si siempre tengo que estar sentado en esta silla de ruedas...…-¿Qué es lo que más deseas en este mundo, Pedrín?.-Jugar una partida de futbolín.Al día siguiente la bellísima “Mayka” despues de haber dicho otra vez que no a las insinuaciones del “guaperas” Emiliano, se presentó en casa de la abuelita con una enorme caja en sus manos. -¡Pedrín!. ¡Toca esto!. ¡Te lo he traído para ti!. -¿Qué es? –dijo Pedrín tocando la enorme caja de cartón. -Un futbolín para ti. - Muchas gracias “Mayka”… pero no me va a servir porque no tengo con quien jugar. -Tienes a tu abuelita…-Mi abuelita sufre de artrosis en las muñecas y no puede manejar un futbolín. -¡Entonces juega conmigo!. “Mayka” abrió la caja y montó el futbolín en medio de la humilde sala. -¡Ya está! ¡Vamos a jugar, Pedrín!. -Yo soy ciego. -No importa. Mueve las barras como quieras y verás cómo sí puedes jugar.…Era un día del frío invierno cuando las golondrinas ya se habían ido del tejado y Pedrín, jugnaod al futbolín con Mayka, sonrió por primera vez en su vida antes de cerrar los ojos y morir… Todos los niño y niñas de la Escuela Mil Cuentos se quedaron mudos y callados. Sólo Isabelita rompió el silencio y aplaudió como nunca lo había hecho en su vida.  - ¡¡Magnífico, Lobito!! ¡¡Es el mejor cuento que he oído en mi vida!! ¡¡Eres un verdadero genio!! Ante el revuelo que se armó entre todos los que aplaudían abrazando a Lobito y las protestas y lloriqueos de Jaimito, la Señorita Paz tuvo que imponer el orden.  - ¡Basta ya! ¡Un poco de orden! ¿Quién te ha enseñado ese cuento, Lobito?- Me lo acabo de inventar ahora mismo.  Un ¡oooohhhh! de sorpresa general salió de la garganta de todos los niños y niñas.  - ¿Te lo acabas de inventar ahora mismo?- Sí. Pero puede ser verdad... - ¿Puede ser verdad?- Puede que en alguna parte del mundo sea verdad. La verdad no sólo es lo que conocemos, También la verdad es lo que no llegamos nunca a conocer pero existe.  - ¿Quién te ha enseñado a pensar así?- Dios. Me ha enseñado Dios porque yo no soy un agónico.  Todos los niños y niñas, excepto Jaimito, soltaron unas grandes carcajadas cuando escucharon aquello de agónico, mientras la Señorita Paz seguía preguntando. - ¿Sabes tú lo que es es agónico?- Sí. Ser tan raro como algunas personas mayores.  Ahora fue la Señorita Paz la que se partió de risa antes de explicar...  - No son agónicos, Lobito. Son agnósticos. - ¿Y eso qué es?- Una cosa que les pasa a muchas personas mayores y hablando de mayores... ¿tú quieres quedarte a vivir con nosotros?- A eso he venido y por eso he dejado mi hogar. - ¿Y qué va a pasar cuando te hagas mayor? Jaimito gritó en voz muy alta.  - ¡¡¡Cuando sea mayor mi padre lo va a matar porque para eso es el Alcalde y el mejor cazador del pueblo! Lobito no pudo hacer otra cosa más que sonreír...  - ¿Qué opinas, Lobito?- Que Jaimito se cuela del todo porque no sabe que yo no voy a dejar de ser nunca un lobito. - ¿No te vas a hacer nunca mayor?- Eso es, Señorita Paz. Nunca jamás de los jamases de todos los jamases voy a ser mayor. - ¿Y dónde vas a vivir mientras estés con nosotros?- Supongo que habrá aquí un cuarto para la leña...- ¿Quieres vivir en la leñera de la Escuela?- ¡¡Eso jamás!! - ¿Por qué dices eso, Isabelita?- Lobito se viene a vivir conmigo. Yo le explicaré a mis padres que como soy hija única necesito un amigo con quien jugar. Tengo un futbolín en casa. Y así fue como Lobito se quedó a vivir en el pueblo y fue el mejor compañero de todos los niños y niñas de la Escuela de Mil Cuentos. Jaimito llegó a ser su mejor amigo.    
El escenario es un espacio vacío y sin mobiliario alguno. Andrés.- ¿Estoy solo? No, Estoy al lado de un gato que ahora está lamiendo el piso en algún lugar.  (Entran en escena La Madre y La Abuela) La Madre.- Estás muy solo Andrés... y yo me voy de viaje. ¿Quieres venir conmigo?La Abuela.- ¡Mis pastillas! ¿Dónde están mis pastillas?Andrés (En voz muy alta).- ¡¡Las pastillas!! ¡¡Las pastillas de la abuela!! ¡¡Hoy parece que todos estamos dementes!!La Madre.- Baja la voz, por favor, Andrés. Andrés.- Lamento  haber gritado, mamá... pero ya no hay pastillas y salen de mi vida sin haberme podido comprender. La Madre.- ¿Qué dices? ¿Nosotras qué somos? ¿No te comprendemos nosotras?Andrés.- Me refiero a las otras. A las que entran y salen de mi vida sin haberme podido comprender. La Madre.- ¿Qué clase de mujeres son esas?Andrés.- Las que se reconocen en Dios, en la noche, en mi blancura. La Abuela.- ¡Mis pastillas! ¡Sin mis pastillas no puedo viajar!La Madre.- ¡Vámonos sin pastillas! ¡Los viajes no necesitan más que ilusión! (Se van La Madre y La Abuela) Andrés.- Me quedo solo. Cada vez más solo. Con el gato. No hay nadie más que el gato arañando algún lugar del piso y yo.  (Entra La Mujer I) Mujer I.- Hola Andrés... ¿me llamabas?Andrés.- Te he llamado muchas veces. ¿Por qué tardaste tanto en llegar?Mujer I.- Si vas a reñirme me voy... (La Mujer I hace ademán de irse) Andrés.- ¡Espera! No te vayas sin decirme algo. Estoy cansado de sentir sólo las uñas del gato. ¡Mira mis manos!Mujer I.- No puedo, Tengo miedo. Esas manos van contra mí. ¡¡Contra mí!! (La Mujer I se marcha corriendo) Andrés.- Se ha ido... estoy de nuevo solo... solo con el gato... (Entra de nuevo La Abuela) La Abuela.- ¡Vienen las lluvias y con las lluvias necesito las pastillas para poder viajar! Andrés.- ¿Cómo puedo decirle a esta pobre anciana que yo no puedo vivir con Soledad? La Abuela.- ¿Soledad? ¿Has dicho Soledad?Andrés.- Sí. He dicho que no puedo vivir con Soledad. La Abuela.- ¡Ay, Andresito! Llegará un día en que tú también tendrás que morir y estarás ante el Juez Eterno. Es entonces cuando sabrás muy bien qué es la Soledad.  (Entra La Madre en escena) Andrés.- ¡Mamá! ¿Es cierto que para salvarse es necesario vivir con Soledad?La Madre.- No te entiendo, Andrés. Llueve mucho. Para poder viajar es necesario que llueva.  (Se marchan La Madre y La Abuela) Andrés.- Imposible hacerse entender. Estoy solo. Mi abuela, tal vez porque es muy vieja, no puede o no quiere escucharme. Mi madre no consigue ver lo que yo veo. Y mi padre nunca está aquí.  (Regresa La Mujer I) Mujer I.- Ya estoy aquí de nuevo, Andrés. Ahora no tengo miedo de ti. Mira. Puedo saltar, llorar, gritar, jugar, dormir... (La Mujer I se tumba en el suelo) Andrés.- Está lloviendo, Mujer... ¿por qué duermes?Mujer I.- No duermo. Esto sólo es un sueño. Andrés.- No sueñas. Estás dormida pero no lo puedes ver. Mujer I (poniéndose en pie).- ¿Oyes a esos gallos? ¡Qué locos! ¡Van a despertar a toda la casa! Andrés.- ¡Qué ingenua eres! No está amaneciendo. No cantan los gallos. No puedes entender que estás ciega. Mujer I.- ¿Y tu mamá? ¿Y tu abuelita? ¿Dónde están?Andrés.- Mi mamá viaja mucho para no ver la luz de la realidad. Sigue con la ilusión de creer que el mundo está muy cerca de ella. Mujer I.- Pero tu abuelita es distinta...Andrés.- Mi abuela hace demasiado tiempo que murió pero ella no lo sabe, no lo quiere saber y sigue buscando sus píldoras. Mujer I.- ¿Para qué necesita píldoras una mujer tan anciana?Andrés.- Para estar un poco más con Dios. Ella dice que vivir con Dios es vivir mucho y vivir mucho sin Dios es no vivir nada. Mujer I.- ¿Y qué dices tú sobre Dios y la vida? (Entra en escena El Gato) Gato.- No está solo. Yo estoy siempre con él. Él no dice nada. Yo tengo mucha sed y por eso araño el piso. Para encontrar agua. En esta familia todos tenemos mucha sed aunque la sed solamente sea un sueño más. Mujer I.- ¡No, Andrés! ¡No sigas escuchando al gato en el interior de tu corazón! ¡Canta! ¡Canta conmigo!Andrés.- No puedo. No tengo voz. Por eso sólo estoy fuera de juego.Mujer I.- ¿No tienes libros?Andrés.- No tengo libros. Ni piso. Ni madre. Ni mujeres...Mujer I.- Me tienes a mí. Andrés.- ¿Y tú quién eres en verdad?Mujer I.- Me llamo Soledad. Andrés.- ¿Lo ves? Estoy solo, abandonado con Soledad. Mujer I.- ¿Me necesitas?Andrés.- No lo sé. Mujer I.- Si me necesitas... ¡¡grítalo!!Andrés.- ¡¡Te necesito!!Mujer I.- ¡¡Jajajajaja!! (La Mujer I se va) Gato.- No, Andrés. No necesitas a la Soledad. Me necesitas a mí. Andrés.- Quizás tengas razón. Posiblemente no necesito nada más que el sueño de un gato con sed. Gato.- Entonces cierra la casa y quédate dentro el ella. Conmigo. Sólo conmigo. Andrés.- No. ¡Me voy!Gato.- ¿A dónde vas, Andrés?Andrés.- Al colegio. Gato.- ¿A morir un poco más?Andrés.- Si empezar a vivir es empezar a morir me voy al colegio a morir un poco más... pero con dignidad.Gato.- Andrés... no me dejes solo...Andrés.- Te puedes ir si quieres. Tú al menos tienes libertad. Gato.- No. No me iré. Tengo sed. Y tú también. Así que no tendrás valor para salir por esa puerta.  (Entra La Mujer II) Mujer II.- Hola, Andrés. Sé que me llamas. Estoy aquí y contigo. Andrés.- No puede ser cierto. Yo estoy loco. Mujer II.- No estás loco. Estoy a tu lado. Yo y muchos más. Andrés.- ¿Soñadores como yo?Mujer II.- Algo más que soñadores. Somos los que queremos sentir cosas importantes en lugar de Soledad. Andrés.- ¿Tú no eres como ella?Mujer II.- ¿Como quién?Andrés.- Como la otra. La Soledad que inventa cantos de gallos porque no sabe despertar. Mujer II.- No. No soy como la de tu ayer. Yo soy mujer de hoy y mujer de mañana. Andrés.- ¿No eres Soledad?Mujer II.- No. Andrés.- Entonces... ¿cómo te llamas?Mujer II.- Me llaman de muchas maneras diferentes. Muchos me dicen Esperanza. En realidad ese es mi sobrenombre. Andrés.- ¿Y el verdadero?Mujer II.- Pónmelo tú. Patricia. Pamela. Lucía. Carolina. No sé. Algún nombre concreto que rime bien con el mañana. Andres.- ¿Puede ser Diana?Mujer II.- Puede ser Diana. Andrés.- ¿Y también vas al colegio?Mujer II.- Sí. También voy al colegio. Para aprender a desterrar a Soledad. Andrés.- ¿Para aprender algo más que a vivir en silencio?Mujer II.- Sí. Para aprender a vivir con los sonidos.  (Entra un grupo de jóvenes haciendo bulla) Andrés.- ¿Quiénes son todos estos?Mujer II.- Tus compañeros de la realidad. Ese sueño que se convierte en compañía. Joven I.- Yo soy Nicolás. Tengo siempre mucho sueño pero sé lo que es el despertar. Andrés.- ¿Por eso vas al colegio?Joven I.- Creo que sí. Creo que allí puedo sentir algo diferente. Joven II.- Yo soy Patricia. Voy al colegio para poder vivir algo más que la muerte. Joven III.- Y yo soy Diego. Andrés.- ¿Y tú para qué vas al colegio?Joven III.- Para acompañarte. Andrés.- Pero yo estoy siempre solo. Joven III.- También pensaba yo antes eso mismo. Andrés.- ¿Ahora no?Joven III.- Ahora estás tú. Ahora hay un porqué para poder viajar.Mujer II.- Bien. Todos juntos podemos creer en algo más que en Soledad. Andrés.- ¿Estáis seguros de que se puede ser así?Mujer II.- Seguros. Andrés.- Entonces vámonos. Empecemos por ir al colegio. Después ya tendremos algún lugar más importante que este espacio vacío. Mujer II.- Sí, Andrés. Después podremos vivir en un espacio lleno de materia y de luz  y de algunos sonidos más positivos que el de las uñas de un gato con sed arañando el piso.  (Entra en esos momentos La Madre) La Madre.- Andrés... ¡¡te necesito!!Andrés.- ¿No estabas de viaje?La Madre.- Sí. Pero llueve demasiado y además aprendí a sentir que te necesito. Andrés.- ¿Y la abuela? ¿No tienes a la abuela para hacerte compañía?La Madre.- Murió. No tenía pastillas y murió hace ya mucho tiempo. Mujer II.- ¿Es usted la madre de Andrés?La Madre.- Sí. Soy su madre. Mujer II.- Y necesita a su hijo. Lo comprendo. Pero también Andrés necesita mucho más. La Madre.- Lo sé. Lo comprendo. Con la Soledad no era feliz. Mujer II.- Entonces... comprenderá también por qué se viene conmigo y con los demás. La Madre.- ¿A dónde os lleváis a mi hijo?Andrés.- Al colegio. Para no estar ya nunca más fuera de juego. La Madre.- Te refieres a tu padre, ¿verdad?Andrés.- A mi padre, a ti, a la abuela, al gato con sed. La Madre.- Andrés... me encontré con tu padre al salir de casa. Él quiere volver y recomenzar. Andrés.- Está bien. Cuando vuelva del colegio ya podremos hablar. La Madre.- yo también lo necesito, Andrés. Andrés.- Posiblemente sea cierto. Es muy probable que empezar a vivir no sea empezar a morir aunque lo parezca.La Madre.- Ahora sí te entiendo, hijo mío. Andrés.- Me voy, mamá...La Madre.- ¿Y no volverás?Andrés.- Más tarde, cuando en el colegio haya podido crecer con dignidad. La Madre.- Tu padre y yo te estaremos esperando...Andrés.- De acuerdo. Mientras estoy en el colegio podréis ir llenando todo este espacio vacío. La Madre.- Te lo prometo, Andrés. Lo llenaremos de espejos para poder todos conocernos mejor. Mujer II.- Vamos, Andrés. Se hace tarde.  (Salen todos los jóvenes y Andrés del escenario) La Madre (monólogo).- Llevas razón, hijo mío. Tu padre y yo lo hemos comprendido ya. Sé que cuando vuelvas del colegio vendrás con tu propia voz consolidada y te sabremos escuchar porque hemos entendido que te necesitamos.  (Entran La Mujer I y El Gato) Mujer I.- ¿Y su hijo?La Madre.- Ya no te necesita, Soledad. Mujer I.- ¿Es que ha encontrado otra mujer mejor que yo?La Madre.- Ha encontrado otra mujer que le ofrece compañía y espero que yo también haya encontrado algo más que la vana ilusión de viajar con lluvia. Gato.- Pero... ¿y yo?... ¡tengo sed!...La Madre.- en esta casa ya no tienes lugar. Puedes viajar tú en mi lugar. Para eso eres libre. Gato.- ¿Viajar? ¿A dónde? ¿Con quién?La Madre.- A donde quieras y con quien quieras; pero vete con la Soledad de esta casa. Yo estaré muy ocupada en rellenar este vacío con espejos para reconocernos y con muchas otras cosas más que estén relacionadas con la sensibilidad humana. Tú eres libre pero solo eres un gato con sed y no lo puedes comprender. Mujer I.- ¡Vámonos, Gato! Esta familia ya no nos necesita. Tu puesto lo ocupará el padre de Andrés. Mi puesto lo ocupará la madre de Andrés. Y, por encima de todo, Andrés volverá con una voz propia y lleno de compañía. Gato.- ¿Moriré?Mujer I.- Tú y yo moriremos. La Madre.- Es necesario que muráis ya. Será señal de que mi hijo ya no tendrá sed, ya no estará solo y cuando vuelva del colegio le esperarán un padre y una madre con ansias de hablar con él y de oír su voz. Mujer I.- No olvide, señoraa, llenar también la casa de libros. Gato.- Y de música y de alegría... pero sobre todo de agua... (La Mujer I y El Gato se tumban en el suelo y mueren) La Madre.- Hijo mío... ya no estarás nunca solo. Tu Soledad ha muerto. Y también ha muerto tu Sed. Aprende muchas cosas para poder contarlas. Ya tienes quienes te escuchan. Empezar a vivir es empezar a morir pero empezar a morir es empezar a existir. Ahora sí que lo he aprendido.   (Se baja el telón) FIN   

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