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para sentirme vivome asomé a mi propia muerteme contemplé fríotirado mi cuerpo a los ojos de mis queridosy sentí un dolor inmensoporque nadie lloró mi entierroy sentí un dolor inmensode saber con exactitud que nadie me quiso,de saber con exactitud, que nunca, nunca todavíahe estado... vivo. He subido escaleras que conducíanrigurosas y fieles, a ningún lado.Buscaba la cumbre de las cumbrespero ignoraba lo importante, la nada.Ahora estoy de vuelta de mi y de vos.Y en este vacío... curiosamente...estamos juntos, estamos salvados. No hay un ser humanopor ruin o malsanoa quien no debamosagradecer algo.A Jorge Videlamonstruoso tiranomuchas gracias le doypues me ha enseñadoa odiarlo de veras.Y cuando al fin mueradetrás de las rejasperdonaré sin olvidosal triste asesino.QEPD Yo te pido perdón, Dios mío, por construirme una imagen tuyatan rotundamente distintatan enteramente distantede Vos mismo.Yo te pido perdón, Dios mío,por darte vuelta la caraen el rostro cansado de mis hermanos cansadosde tantas injusticias, algunas de la cualesyo mismo he causado.Yo te pido perdón, Dios mío,porque mientras te pido perdón,me olvido que soy otro más de los oprimidosy que mi deber sagradoes liberarme junto a mis hermanos, donde Habitas.Yo te pido perdón, Dios mío,porque te ignoro en los que todavía pasan hambrey mi oración esquizofrénicase eleva al cielo en incienso inútily no aterriza en olorcito a comida en los platos vacíos.Yo te pido perdón, Dios mío,porque gasto palabras pero no gasto un cobrepara paliar el infierno artificial de la miseriaesa que hemos construido los humanossacrílegamente en tu nombre.Yo te pido perdón, Dios mío,por esta navidad que pasó y por todasdonde se tira la champaña y los fuegos artificialesy nos burlamos de Vos que Habitastan cerca nuestro, en el hermano hambriento y desamparado.Yo te pido perdón, Dios mío,por pedirte perdón y no mover un dedo por Vos.- En la cerradura de un sueño torpeinserté la llave de mi destinogiré con mi cuerpo entero creídoque lograría abrir el duro cofre. Dejé una misiva en un lindo sobreme declaré culpable y asesinopedí ser perdonado y ser divinoy que nunca más me faltase un cobre. Volví del sueño como quien se vuelveconfiando que las letras son leídaspor el buen angel de la buena suerte. Ya estoy contento con mi propia vidadespierto tranquilo y se que se puedepedirle al angel, lo que él sí...¡convida! Cuando miro tu cuerpo carameloy te noto por dentro tan vacíame muero todo entero de deseoaunque sufra con ello el alma míay en las noches oscuras del desvelono cierran nunca mis hondas heridassaberme de tu cuerpo prisionerosaberme que con vos se va mi vidapero no habrá mal que cien años durey con el tiempo serás toda olvidocuando mi corazón al fin se cureentonces sabrás cuánto te he queridoy con la pasión más grande que pudelo sabrás cuando yo... ¡ ya haya partido! Eres un ser humano. Un puente absurdo entre el silencio del pez y el canto del ave. Eres caída alta, entre el infierno que construyes y el paraíso que nunca alcanzas. Eres dos guerras mundiales para disimular tu constante vivir la guerra, en la que ahora mismo, te recreas y callas. Eres un ser humano. Ni la inocencia espiritual de los ángeles, ni la inocencia animal de los animales. Pudiste fingir un viaje a la luna, como una mujer finge un orgasmo, o pudiste haber llegado. Pero inexorable por tu egoísmo, morían como mueren ahora, de hambre en la tierra tus hermanos. Eres un ser humano. Todo cumple sus reglas, serpientes y palomas, mares y estrellas, y hasta el último volcán del planeta, que tus labios denominan Erebus. Todo cumple sus reglas, menos tú. Antes uno se salvaba, según épocas y lugares, de ser considerado humano, por sus otros iguales. Así... esclavo, mujer, judío, cristiano, musulmán, gitano, puto... o alguna otra condición, nos desafiliaba de otra verdaderamente humillante... ser humano. No hay más estereotipos discriminantes, estamos todos condenados a ser lo que somos, humanos, y humanos todos. ¿Qué será entonces de nosotros, cuando el Hijo de Dios, nos pregunte por sí mismo, encarnado en los pobres? Acaso yo le diga, como un Adán reincidente con toda su Eva adentro, la culpa es de ella... pero ella, seré también yo. ¿Qué será de mí? ... y nunca podré descifrar, Dios mío, sin tu ayuda, el aroma inderogable de las rosas. No sea así, no sea yo tan humano, no para siempre Preciosa mía. Tan íntima y extraña al mismo tiempo. Tan preciosa y tan mía. Y sin embargo distante, como el paraíso o el infierno. Preciosa mía. Mi rincón salvaje donde puedo ser libre de nuevo. Preciosa mía, mi honda. Mi más honda que los misterios del fuego, que nadie en la tierra comprende. Sabes, preciosa, ¿sabes?, cuando me canso de mi, quiero pensar en ti, hacerte cierta, sentirme pleno. Quiero quererte aunque nadie quiera que te quiera. Preciosa mía, hembra hermosa por voluntad unánime del universo. No temas, solitaria compañera, no temas. Yo conquistaré tu centro mismo y extenderé tus periferias. Alguien quizás se sume, importa mucho eso, cuando derrote tu soledad. No temas, ciega, no temas. Juntos veremos como asciende el humo de la maldad hasta oscurecer casi... de hollín el sol. Junto a vos, algunos brillaremos, encendidos, cuando arda tu verdad en el planeta. No temas. Es cierto que soy argentino apenas, pero... ¿acaso no ama Dios las paradojas? Alguna vez, ya lo verás ciega, construiremos contigo cárceles sinceras, cárceles al revés. Preciosa mía. ¡Justicia! mi razón de vivir, mi añorada, mi tan maltratada, mi ausente, mi deseada... mi amada Justicia preciosa. Cuando sea tuyo y vos seas mía, seré libre y vos serás cierta. Seré libre porque me convertiré para siempre en tu prisionero. Como fuiste mi cautiva en estos años de cobarde silencio. Preciosa justicia, fui cómplice del pan escaso en el hambre de los inocentes. Callé y tuve miedo. Fui tu carcelero y verdugo y casi tu asesino... porque lo fui en mis hermanos más débiles. Fui el que no habló cuando se oprimía al inocente. Pero ahora sólo temo ser indigno de vos para siempre, o sea, indigno de haber nacido y tener la panza llena y la boca muda. Para redimirme seguiré gritando siempre, aunque nadie escuche, que los niños pasan hambre y hambre fiera, en estos tiempos y en estos pueblos, donde vos estás... preciosa justicia... todavía apagada y todavía muerta. Una vez, entre tantas, de oscura esperaarrojé furioso en la cloaca mi alma enteray la cloaca desembocó en el ríoel río llegó a la mar. Esa vez, sin darme cuenta siquierame volví aquello que tantas veces quisieray sin darme cuenta, me hice mar de verasyo que en mi ignorancia, creía hacerme mierda. Atravesó el aroma de los jazminesy arañó el vidrio de mi ventana.Yo estaba del otro ladovarios siglos hacía que le esperaba.No quiso decir una sola palabraconozco esa timidez que las tumbas heridas callan.Me importa muy poco ser un mal poetaMe importa menos que me manden al neuropsiquiátrico.Esa alma bendita, desde algún rincón remoto,todavía hoy, como yo a ella, me sigue amando. Siempre algo se nos escapacorre desenfrenado o pasa muy lentamentepero nuestra mirada absurdajamás puede aprehenderlo.Ese algo, suspiro de un ángel furioso,nos trae todas las primaverasen una flor invisible.Que ese algo no seaesta amistad huérfana que me abre el pechoy desde mi corazón te reclama.Vamos, ¡derrota la cobardía!, muéstramecon el rígido odio del demonio cuando está muriendo,muéstrame... no sea la timidez tu derrotero...muéstrame... que a pesar mío, me estas queriendo. En la antesala de la alegríaalguien incendió el miedo.Vimos una puerta que se abríacaracol cuadrado, río inmóvil.Y atravesamos la puerta fríacomo quien mata la muerte.Del otro lado estaban mis heridas que al cicatrizar se volvían espejos.Y en esos espejos claros se veíael rostro imposible de Dios. Que el río puede esperarinmóvil y mudohasta que yo me zambullahasta que mis gritos sean palabraeso creía inútilmentey las aguas del río impacientes se fueronen otro río me sumergíy así he muertoen otras aguas que no sonaquellas que tanto améaquellas que nunca esperan. caballos antiguosde una guerra que no debieron perdercaballos antiguossiguen todavía surcando mi pielcaballos antiguoscabalgan no se que hondura de mi almacaballos antiguosse van ya para nunca más volver Hace muchos sueños que no te veoya tu silueta no se dibuja en mi horizontepor eso estoy triste de estar despiertoy me duele dormirme casi sin tu recuerdo.Has poblado de ilusionesmi destino callado y tristey me has abierto en la bocala necesidad del grito.Dibújame con tu siluetauna esperanza en el horizonte míoporque ya no me duele tanto tu ausenciapero empieza a dolerme la ausencia mía. Voy a ser sinceroyo quería solamenteprobarte el traseroy lo digo con calmavos buscabas algo másacaso mi almanos venció la oscuridadterminé dándote el culoy nunca jamásme entregaste el almael arma, el karmase enredó en el pijamay lo nuestro fue nulo.que ni quedó un versopara que se ría Pirulo. Entre los animales del pesebrehay un animal que parece no estarse trata del venenoso escorpiónque representa a los poderosos de la tierray todos los años, en cada navidadmuerde la boca del niño Diosy siempre, le inyecta su sucio venenopara que el niño Dios no pueda decirlo que de todos modos siempre dirá:tuve hambreme diste de comertuve sedme diste de beberestaba desnudoy me vestisteestaba presoy me visitasteCuando lo hiciste con el más pequeño de mis hermanos,conmigo lo hiciste. Y lo demás... Dios que probó el olvido, lo tiene bien olvidado. Así será, en la última Navidad. Con un niño Dios ya crecido, matando para siempre al escorpión. No te canses de gastar tus manoscon las piedras que nunca arrojarás.No te canses del perdón, que la vida es cortay es larga la eternidad y quizás exista.No te canses de entregar rosas y jazminespor cada vez que te hayan odiado mucho.Es tan hermoso perdonar, y es imposibletotalmente imposible vivir enojado.De tu jardín interior, extrae las mejores floresy bríndalas a tus peores adversarios.También ellos, son humanos. Para defender tus senostendría que estar matandocon un cuchillo afilado en mis dientesy ya ves, nena, nena de senos turgentesya ves que apenas, estoy muriendo.Para reconquistar tu entrepiernadía a día, minuto a minutotendría que sudar sangre mi camisetay ya ves, nena, nena de entrepierna sonrienteya ves que apenas, estoy sangrando por dentro.Para que me ames como yo debiera amartetendría que construir auténticos poemascon toda mi alma en mis dedos feosy ya ves, nena, nena del corazón hogueraya ves que apenas, me estoy quemando en este intentointento que nunca llega a poesíaintento que nunca llega... ni siquiera al verso. Tengo la pequeña certezaque la historia de la humanidades la historia del desencuentroentre el número siete y el color rojo.Seres ignorantes, en el mejor de los casos,o seres perversos, para ser más exactos,trazaron una enorme murallade un lado el siete, del otro el rojo.Pero la muralla es siete veces rojaallí la venganza, se llama victoria. Otros callan tu nombreque las palabras nunca alcanzana decirte con certeza.Otros destruyen tu cuerpoen el cuerpo a cuerpo del hermano débil.Otros prefieren alegrescallarte de verdad para siempre.Yo, que tantas veces fui otro,quiero animarme a ser el que soy, el tuyo...y te llamo poesía justa o justicia poéticay contigo quiero incendiar la nochequemándome contento.Contigo intento y nunca puedoser estrella. ¿será tan malo ser luciérnaga? Cuando los niños dialogan entre sí, en su aparente sinrazón, en sus visibles torpezas, están en realidad urdiendo un plan de vastísimas consecuencias, cuyo destino conciente es dominar a las masas... de adultos, claro, y someterlos a sus designios. Lo que acabo de revelar, quizás muchos no lo crean, pero será tarde cuando se den cuenta que efectivamente es así. Con el tiempo, ya lo verán, los niños dominarán el mundo. Pequeños zorros y pequeñísimas y astutas brujas, como decimos habitualmente, niños y niñas, muy pronto, amigos, nos guste o no, dominarán el mundo. Y nosotros... ¡merecido castigo! estaremos donde tendremos que estar... en geriátricos y tumbas. Puedo asegurarles que lo QUE digo es infalible, auténtico y ... ¿se dan cuenta, amigos , que es verdad? Porque estoy solo y aburrido, no se va a caer el mundo. Es una lástima. No sería la primera vez que un solitario aburrido derriba el mundo. Nos vendría tan bien a todos. Claro, hace falta talento para pegarle una patada en el culo del mundo y mirar como se desploma a pedazos. Si estuviese muy solo, si estuviese muy aburrido, si fuese verdaderamente sincero... quizás... el estruendo sería nuestra música y desde las ruinas... emergeríamos vos y yo. Lástima que el solitario aburrido que esto escribe, no esté tan solo, no esté tan aburrido, sino... otra sería la historia. Esta mañana despertécon una consigna en el almanunca más viviré en calmahasta lograr lo que soñé. Soñé liberarse oprimidosde cadenas que le impusierony se curaban los heridosde las afrentas que sufrieron. Soñé que recuperaban la antigua libertad perdiday se encendían mil llamasdonde quemaban las mentiras. Soñé que decían verdadesy el cielo los acompañaba.Soñé que olvidaban crueldadesy con alegría cantaban. Esta mañana desperté con una consigna en el almanunca más yo me dormiréhasta que este sueño se haga. Ya la piel de la locura oprime el suelo mudo. Y debajo de tus plantas tibias, sucias y únicas sueño un nuevo mundo. Descubrir una huella tuya rejuvenece el planeta tierra. O cambian mis ojos mirar de nuevo el suelo. Ni lo se, ni me importa tanto, saber que nunca podré dejar de adorar, la planta de tus pies. un perro rabiosoun animal descarnadamente hirienteun perro que recupera, feroz, el lobo que lleva dentroun perro rabiosoun perro promesa de morder hondo y fuerteun perro rabiosoun perro que pudiera comerte los órganos genitalesun perro rabiosoun perro sediento de mucha sangre y venenoun perro rabiosoun perroun perro rabiosoasí es la pobre víctima del actual sistemaun perro rabiosopero con los dientes de azúcar y con un bozal de acero. Que penaque dure tan poco el besoque dure tanto la muerte.Que penaque todas las flores se marchitenaunque las primaveras fuesen eternas.Que penaque alguna vez se apague el solpero quizá entonces, brillen nuestros versos.Que penasaber que debo morir, aunque no quieroque hermoso, si alguien, después de muerto, me leyera. Publiqué el poema... "Se ha muerto mi hijo"... que resume lo que mi gran amigo y tío... Rodolfo ... me dijo cuando había muerto su hijo... Mauricio. Ya me disculpé ante los amables lectores que lo comentaron, creyendo que la tragedia me había ocurrido a mi. También borré el poema, porque no quiero generar ese error, que de mi parte fue involuntario. El poema era el siguiente: Se ha muerto mi hijo. No puedo engañarme: mi hijo se está pudriendo y yo no puedo evitarlo. No soy como el padre eterno que toleró la muerte del suyo y ya ven, poco nuestro mundo ha cambiado. Yo no me aguanto seguir vivo, que sigamos todos vivos, que el mundo siga vivo y que mi hijo esté muerto. Eso no lo aguanto. Ahora la primavera me parece una burla de la naturaleza a nosotros los humanos. A mí me gustaba antes. Maldigo la hora maldita en que nací. Nací para morir primero. No nací para ver a mi hijo muerto. Nunca me gustaron las mentiras y no puedo engañarme. Ahora tampoco me gusta la verdad y no puedo engañarme. Amigos míos: mi hijo, mi hijo querido, la carne de mi carne que quería realizar sus sueños que quería vivir entre humanos... mi hijo... ¡ay!... se está pudriendo solito y abandonado y yo no puedo evitarlo. Como bailarina desnudaen una fiesta de ciegosdanza la verdadsin que nadie la vea.La verdad desnuda su sexose contorsiona y gimeaullidos de lobo en pleno deseo.Pero no la escuchanlos oídos más abiertosy se nos escapa la verdadentre discursos y rezos.La verdad es un niño hambrientoy miles de funcionariosrascando huevos.La verdad es el dolor de mi pueblola agonía de un Diosque ni vive ni muerey los explotadores sonrientesy los explotados sufriendo.La verdad es la verdad y sigue perdiendo. Si quieres ir al norteel camino más cortoes romper la brújula.Si quieres mirar tu rostroconsidera una supersticiónla tiranía de los espejos.Pero si quieres amarmecontradictoriamente te ordenoque no me destruyas. Atravesó la última puertala que se encuentra inderogablemente cerradasegún el rigor lógicode Occidente.Se sumergió en un tren curiosopoblado de nadie, pleno de silenciosaboreó con sus ojos la pradera de luz mimosa.Se hacía cada vez más niñomás elemental, más secreto.(El tren debió ser anterioral primer tren, de Manchester a Liverpool,todavía me pregunto ¿por qué un tren tan vacío y claro?)El viaje fue interrumpidovolví al hospitalescuché la lluvia afuerasabía de otras lluvias, que llueven por dentro En los países ricoslas hembras no quieren parir hijosy los machosno están interesados en engendrarlos.Me refiero al animal humano, claro.En los países pobreslas hembras que no pueden alimentarlosparen muchos hijosy los machos que tampocoparece que sí quieren y lo hacen!Me refieroal animal humano, claro.¿habrá otro animal, tan ni siquiera animalcomo nosotros? otra especie, contará nuestra historiaotra especie, contará nuestra histeria. La idea no es original mía, pero la relato a mi modo. Dicen que en realidad, los años que uno tiene, no son los que ya lleva gastados, sino los que le faltan por vivir. Válgame la horrible comparación, pero ocurre lo mismo con el dinero, ese elemento de tortura tan actual. Si me preguntan ¿cuánto dinero tenés? yo cuento lo que me queda por gastar y no lo que ya llevo gastado. ¿Se entiende? ... entonces no respondas tan fácilmente a la torpe pregunta ¿cuántos años tenés?... porque tener tener... es lo que aún no has vivido. Ojalá quieras en parte... gastar parte de esos años conmigo, ojalá nos sigamos leyendo en textale... Madre: un grito que viene no sé de dónde y que quiere decir todo aquello que siempre nos falta y sin embargo en nosotros está.Padre: el oído para un grito que nunca existió.Yo: esa cosa oscura que a pesar de todo quisiera alumbrar y nunca encuentra a quién.Madre, padre, yo... tres significados que buscan un significante y su misión es no encontrarlo jamás. A veces, los otros, están contentosy lucen una sonrisa exquisitaque justifica el universo.En sus bocas abiertas como un espejomiramos a través de ellos, nuestra alegría sin miedo.Pero otras, los otros, también llorany una lágrima suyabrota de nosotros mismospor los ojos de los otros.Lástima enorme, que muchas veces los otros,ríen en si mismos, lloran en si mismosy entonces los otros son simplemente los otrosy nosotros... nos quedamostan solostan sin reírtan sin llorartan sin otros para nosotros. Un cáliz encendido entre tus piernasno es lo único que te hace tan bellasino el fuego lento que destellasmujer honda, prisionera de estrellasa veces me pierdo entre tus esferasy otras, de mi mismo yo, quedo afueracontemplando tu ser hecho quimerame vuelvo al acecho de tus fronterasalgún día tu centro primaveraflorecerá en mi... ¡tu flor entera! Alguna vez le pregunté a mis heridasquien es el hombre que las lleva a todas partesquien es el hombre que las cubre y las escondequien es el hombre donde están guardadasquien es el hombre donde duelen tanto.Y mis heridas me respondieronel hombre no existeexistimos nosotraslas heridasporque el hombre, me dijeron,es apenas esa cicatriz que nunca alcanza. Se nos ha muerto una voz claraque rugía con la fuerza de tierra adentroy endulzaba con su melodía el viento.Se nos ha muerto Mercedes Sosamujer perseguida, mujer homenajeadaque supo del cachetazo cruely supo del aplauso fuerte.Se nos ha muerto una cantanteuna humanista, una americana.Hoy me parecesilencioso el canto, vacía la humanidadhoy me parecemás pequeña y más frágilla América milenaria.Mañana será otro día.Volverá su alma al cielo natal de los ángeles.Volverá su canto a engendrar otros cantos.Mañana estaré menos triste,pero hoy... ahora y aquí... tengo ganas de llorar. Nunca supe la vidapero lo disimulé tanto.Ahora mismo estoy ignorando.Ni haber sido la serpiente, ni tampoco la paloma.Apenas soy un ser humano.ni me arrastro por el suelo, ni echo a volar, creo.Pero intento el poema¿qué importa que salga mil veces derrotado? Perón retrasó un siglola conciencia del pueblo que cautivó.Perón retrasó un siglola verdadera hora del pueblo.Perón ... pero eso síal pueblo le dio minutos inolvidables.Ese cuerpo con sus manos cortadasno es el cuerpo de Perón.El verdadero cuerpo de Perónes el alma de un pueblo, con las manos cortadas. Hay instantes en que reconozco mi instinto,y vuelo sobre el tiempo, pesadillas de un demente arropándose en el miedo. Así los viajes son refugios para medir la sangre,o días en que se esparce el hastío flotando en parcelas imperfectasdel alma. Sin embargo percibo los primeros designios:esa mano hechizando al único hombre que miro su espejo,la mesa abandonada por el arrebato de la enajenación del hambre,y el cuerpo destrozado para que la victoria reconozca su propio límite. Cuando lo líquido de mi piel escapa, el pálido inventarioal que acudo en sitios como éste,me enardece,porque suena un humo triste ente los dedos,y fatigosamente lloro como repitiendo frases ajenas, sin destino ni perduración. Con los rastros de mi última sonrisa me concedo la tentación de ser otro. Guillermo Capece Bálsamo infalible y económicoQue cuesta lo que cada quien elijaEntre el polvo de este lugar y el mas cósmicoCuando no tener idea es una idea fija ...Rey de reyes que perdieron su tronoPor ser esclavos de su excesiva conquistaSi yo otra vez me auto coronoProclamo a viva voz que soy artista !..y no por consensos mayoritariosSino por como quien se decreta libreAsí que ya no hay critica que asuste...Pues cuando uno pasa de calvariosGana autoridad para determinar el calibreDel disparo que apunta a que el resto le guste.... Maravilladacon la mirada de un niño de puebloal saborear el misterio del eclipse Dejando dividido el resquebrajado tiempo de las mil esperasal saquear mi boca besada en el desorden Lila, su extraño nombre abreviado en el resplandor de un deseo,maquillada de estrella erranteen el carnaval de las heridascreyéndose mareafingiéndose fuegotornándose magiatornándose verboen el alucinado latir de la esperanza... Si pudieras resumirel eco de tu presenciaentre los destellos de un torrentevaciado en mis lágrimas...si pudieras resumir con tu vozla mudez de los pájarosque se abandonaron al cielo,seguramente arrancaríasel núcleo de mi falso nombrey lo harías viajar por el huracán de la palabra Si tan sólo lanzaras una bengalasobre la herrumbre de mi pechocuando los cristales y la vigiliase retratan de antiguas heridas...si pudieras llegar hasta aquícuando la madrugada arde en mis ojos y me pesa el ayer,seguramente una luz erizaráel desesperado pelaje de las sombrasiluminándolo todo dentro de mí Si pudieras florecermeen la prodigiosa nochecon cerrar tus párpadosy darme el signo de tu frente,seguramente emigraría mi pielhacia los lindes del sueño...... sueño brotado de la nada y la piedraconfundiendo en azar al destinotransformado en vos misma Sueño que si perpetuaras en vosla silueta de las gotaspara ungirte y ser lluviaseguramente la verdad beberácon tu boca en mi boca,su único milagro. Verde Federico:yo hubiera querido estar en el momento de los gritos,o de los silencios heroicos;en el momento de las espadas,cuando caíste en tu agua bajo lluvia,mientras los cerdos, enamorados de las banderas subterráneas,tomaban el sol de mediodía. (La soledad de las últimas habitaciones mortifican la memoria.Hay ventanas abiertas, y quedarán así en el invierno.Es raro,pero caen ahora hojas marchitasy me gustaría jugar con ellas.) Verde Federico:desparramo tus gitanos en la mesa,donde con Miguel y Manolo tomamos la sopa de la noche.Tu vestido queda ajado por los toros de la vida,y ni siquiera Nueva York te salva, Federico,porque estás próximo a morir,a caer bajo las balas levantadas a velocidad de la muerte,quizá por el mismo gitano moreno que en tu verso montaba a caballoy era el jinete más audaz de toda Andalucía. Duermescon una palabra entre los labios,con un ramo de hielo en cada mano,bajo las calles empedradas de "pájaros" nocturnos.Al fondo de la tumba llevas,una porción de magia, de manzanas de fiebre,de sábanas de lino. El viento te saluda,las tierras de Granada borran tu contorno,tu sonrisa mira los espejos de la vida.Y se refleja. Guillermo Capece Para un aprendiz de escritor, para un balbuceador profesional de poquedades, para un emisario de la nada que busca el oído de ninguno... susurrar un escrito cualquiera es un acto estúpido de magia mayor.-A ello me avoco brevemente, en esta segunda parte, que si la primera salió como el culo, no puede ser menos.-Lego a todo aquel que me lea, la alta erudición que nunca tuve, la perfecta forma escrita que jamás logré, y la alegría que ahora me embarga.-No esperes a mañana para escupir mi tumba. Estoy tácito como sujeto de este escrito aberrante. Tus insultos, tu admirable desprecio, los necesito, para saber que al menos, en la reprobación, estoy escribiendo. Hay algo, solamente una cosa importante, que me gustaría decir, y no se hacerlo bien, aunque lo intento. Bástame decirte por ahora, una cosa: es un lugar común de nuestros días, afirmar que Dios no existe. Te puedo asegurar que tengo la constancia plena de su existencia y por eso escribo. Doy testimonio que una vez miré que caía una estrella, corrí a la Biblia y leí... "Yo veía a Satanás caer como una estrella, antes que el mundo existiera"... Jesús, el Cristo.-Desde entonces... no supe que hacer, no supe otra cosa que hacer para lograr transmitir la experiencia... con palabras. Y ya lo ven, apenas si puedo balbucear este escrito torpe. Pero es verdad, y me consuelo saber que no miento. Alguien que me salve.Que me quite la angustia de no poseerme.Que me enseñe que los muros pesan más que las pobres palomasque vuelan en su alto.Quiero que mi soledad me conteste por vez primerapara quién estoy.Yo, que fui el francotirador inasiblesoy ahora el eco lejano de lo que fui.Me inundan las máscaras, el olor de los moribundos,el terror de encontrarme con ellos bebiendode la misma copa ácida su vino.Si vinieron a matarme, que me maten ya.Pero que no me hagan tragar el humo vacíoque siempre llevan en su rostro.Los odio porque una vez los amé.Teñidos de mariposas venían a tracionarme.Usurpaban cada hueco de mi corazón.No sé si quiero que alguien me salve.Los músicos con sus cántigas dirán el resto. Yo soy el que espera. Guillermo Capece Soy el camino de mí mismo y la desolación que se abraza a su senda,y tiembla, y borra las huellas para que no me persigan. Estoy vacío de esos animales etruscos que me regaló la partidade unos ojos girando al viento. No puedo confiar en los sueños porque alguien les pone un asesino dentro. Me acuno cuando no me veo pues la vergüenza tiene el ropaje largode los locos. Hoy es domingo, y he estado todo el día ausente. Guillermo Capece IYa oscureció la tierra.Difícil es tener tu boca apretada.Tu estatura cerca de mi rostro.Sí, yo se. Es difícil.Se le caen a uno las montañas.Los lagos se hacen charcos diminutos.Todo es difícil.Compartir la sonrisa con vos.O este barco que nos quitan.¡A partir! ¡A partir!¿Pero cómo?Si nuestras plantas penetran en recodos de clausura.Alguien saldrá a gritarnos nuevamente.Debemos tener cuidado. Salvarnos. Pero ahora fumemos en silencio. IIEn qué quedó esa idea transparente,ese cuerpo sobre el que juramos tantas cosas sencillas.Una ilimitada ausencia marcó las señasde tus grandes ojos.Quedarse solo y recordar al otro díalas sombras de los pumas,las desoladas bestias persiguiéndose,hundiéndose conmigo como una gran casa de celos,sumergiéndose,perdiéndose conmigo.Arriba de los cielos, más arriba,la mitad de tu cuerpo fulguraba.Quienes somos, sino aquello que fuimos,sino el pasado de iguales invasiones,de iguales lejanías. Guillermo Capece Querido hijo: Te pongo estas líneas para que sepas que te escribo. Así que si recibes esta carta es porque te llegó, si no, avísame y te la mando de nuevo. Te escribo despacio porque sé que no puedes leer deprisa. El otro día tu padre leyó que según las encuestas que la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos hemos mudado más lejos. La casa es preciosa; tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí ropa, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces, pero bueno... El tiempo aquí no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces. La primera vez durante 3 días y la segunda durante 4. Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con los botones puestos pesaría demasiado y el envío sería muy caro, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo. Al fin enterramos a tu abuelo; encontramos su cuerpo con lo de la mudanza. Estaba en el armario desde el día en que nos ganó jugando al escondite. Te cuento que el otro día hubo una explosión por el gas de la cocina y tu padre y yo salimos disparados por el aire cayendo fuera de la casa; ¡qué emoción!, Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en muchos años. El médico vino a la casa para ver si estabamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre ofreció comprarle el tubito. Hablando de tu padre, ¡qué orgullo!, te cuento que tiene nuevo trabajo y es superior a 500 personas, ya que está sobre ellos. Lo contrataron de cortacésped en el cementerio. Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, por fin dio a luz, pero como todavía no sé de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebe es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Se nos va a hacer muy raro llamar a su hija "Mamá". Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada, ella le dijo que sí, de 5 meses ya; pero ahí tu padre le preguntó que si ella estaba segura que era de ella. Dijo que sí. Moza de hierro tu hermana Pilar, qué orgullo, de tal palo tal astilla. Por cierto, que tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las noches a la esposa, porque es virgen. A quien nunca hemos visto más por acá es al tío Venancio, el que murió el año pasado. Tu perro Puky nos tiene preocupados, se empeña en perseguir a los coches que están parados. Aunque peor es lo de tu hermano Juancho. Cerró el coche y dejó las llaves adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos del coche. Bueno hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé. Resulta que la última familia de gallegos que vivió por aquí se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio. Si ves a Doña Remedios, dale saludos de mi parte; y si no la ves, mejor no le digas nada. Tu madre que te quiere. Josefa. P.D. Te iba a mandar 100 euros, pero resulta que ya cerré el sobre. ¿Y ahora que hago con esta soledad?¡Herrumbrarme!¿Gastarme a muerte en versos que no riman?Rimarme con las sombras del silencioPara que los demonios del tormento¡me sonrían!¿y cómo se vive en esta eternidad?¡un minutoQue se burla cual si fuese una centuria!Azules fracturados se destiñen,Diamantes que en mis manos de derriten¡por mi culpa!¿Do yace lo feliz, lo que antes era?¡AgonizaTras la pérgola falsaria de la duda!Y camina en la arena y se quema,Y camina en el desierto a la espera¡de la lluvia!¿Qué importa el mañana y su promesa?¡nada importa!La fuerte necedad de esta locuraNo acepta la soberbia de las rosas,Ya es mía la cadencia de estas horas¡también tuya!Danzaran las ganas que no duermen¡ni de noche!Con el humo del pucho que desgarro,llegarás, moraras aquí en mi pechoPorque yo así lo exijo, así lo quiero¡porque te amo!CEMENTO.-PROTEGIDOS DERECHOS DE AUTORCódigo: 1004266112209 Julia no sabía decidirse entre la terrina de quesos o el crepe relleno. Eso de entrada, pero como primer plato no estaba segura de pedir la trucha en dos salsas o el lomo con duxelle de champiniones. Después de todo, lo que más le interesaba en ese saloncito paquete, era jugar un poco y ver los colores de los platos servidos por mozos lánguidos, en uno de los cuales le pareció ver al muchacho de La Cantábrica en ese sueño que no había olvidado.-No será la primera vez que me asome a un espejo y vea las huellas de mi rostro- ironizó para sí mirándose al espejo donde también se reflejaba la figura de Sergio.Él la había invitado a almorzar para decirle ¿qué?. Si el barco se hundía -se dijo- ¿él querrá salvarlo? ¿Por qué no levantarme y dejarlo solo? ¿Para qué acepté la invitación?Sergio estaba distraído. Ella se apuró a pedir y el mozo anotó con diligencia pero con cierta rigidez. Esto la divirtió. Luego el muchacho anotó lo que Sergio le dictaba.-Me llamo Fabio- dijo el mozo- estoy a sus órdenes; que tengan un agradable almuerzo.Y, mientras el mozo se iba, ella volvió a jugar otra vez con el espejo en la pared: los ojos tristes de Julia; los labios quietos de Julia como si recién terminaran de crecer."Aquí pronto se instalará una mueca y no lo podré evitar", pensó. En el espejo se miraba las manos y el busto, pequeño pero todavía erguido."Pronto esto se terminará. Seré vieja," se dijo.Y añadió para sus adentro:"Estos juegos comienzan divertidos y terminan crueles." "¿Por qué tener esta visión partida de la vida?"Porque ella también amaba el sol que entraba, y los colores de la comida que ahora le servían, y estaba segura de que también podía amar al muchacho de chaleco negro, algo desgarbado pero de manos finas, que a cada momento quería ser cortés.Lo miró sin disimulo y él se dejó observar. Luego volvió a mirar en el espejo y lo vió reflejado sirviéndole el vino.Mientras le ofrecía el primer plato le pareció que las manos del muchacho danzaban sobre la mesa.-Me entristece el campo a la hora del crepúsculo- dijo ella antes de que Sergio le preguntara por qué lo decía.-Cuando era chica me daba miedo ir al circo- dijo sin oírlo - un caballo se volvió rabioso, ¿sabés?,y saltó de la pista a los palcos.-El caballo se volvió rabioso o loco -repitió- ¿nunca supiste de un animal loco?Él le tomó la mano e hizo un esfuerzo para escucharla pues en realidad estaba pensando que todas las mujeres tenían algo de estúpidas.Ella se levantó para ir al baño con la idea del caballo rabioso y en Sergio, tan lejano.Pasó por la pequeña salita vacía dispuesta para que los clientes jugaran al billar que le pareció de un amarillo intenso, y vió al mozo, apurado, pero atenta a ella. Julia sabía que auque él no lamirara decididamente, había despertado su interés.Cuando salió del baño lo vió otra vez, y un ardor le subió al pecho."Dios mío" -pensó- "no poder amarlo ahora sería un castigo."Al pasar por la salita de billares entró. Se ocultó en el momento que el muchacho pasaba nuevamente. Esta vez la miró. Ella lo llamó y le pidió café. Cuando regresó con el pedido la vió recostada contra la pared, y no pareció asombrarse. Estaba acostumbrado a las trangresiones de algunas clientas, y por eso fue que no le acercó el café sino que lo dejó sobre la mesa de billar y cerró el cortinado. Se quedó frente a ella. Julia vio que el cuerpo de él se recortaba frente a la luz, y lo abrazó humedeciéndole la cara con los labios. Las manos del muchacho resbalaron sobre el vestido de ella, y lo subió de a poco, mientras la llevaba hacia la mesa de billar. Comenzaron casi en silencio, con pequeños quejidos de ella, y el silencio de él.Pronto Julia sintió la sensación dentro del pecho que el caballo loco del circo repetía la escena del asalto hacia el público. Creyó que su corazón galopaba hacia la libertad.Más tarde,mientras arreglaba su maquillaje, se sintió poderosamente libre. Rápidamente busco dólares en su bolso y los dejó debajo de la tacita de café. Fabio que la observaba, rechazó el gesto.Tuvieron un breve dialogo:-Soy de Mendoza, tengo viñales, no necesito dinero- dijo el hombre ya fuera de su máscara de mozo.-¿Y por qué trabajás de mozo? -preguntó al instante Julia.-Soy el dueño del restorán, y a veces me entretengo en atender las mesas sólo para conocer mujeres como vos.Julia no supo si eso era un halago, y no respondió.-Tengo una cadena de restoranes en sociedad en Mendoza, y otro en Puerto Madero- dijo el muchacho algo desgarbado pero con cierto orgullo.-No sé qué pensarás de mí- susurró Julia.-Cuando uno hace estas cosas no piensa nada más que en el placer instantáneo -respondió seguro.Y se fue dejándole una sonrisa.Sin embargo ella sintió que esa rápida aventura no era ni mas ni menos que una mariposa detenida en mitad de su corazón, pero dispuesta a volar en cualquier momento, por ejemplo en cuanto Sergio la mirase y le indicara la comida.-Se enfrió el lomo.Ella balbuceó una disculpa dispuesta a no dejar volar esa mariposa. Iba a pasar la lengua por el interior de la copa de vino por segunda vez, cuando la orden de él la detuvo:-No hagas eso.-Eso es lo que me interesa hacer en este momento. Lo quiero hacer.-A veces parecés una chiquilina caprichosa. Mejor comete el lomo. Es un plato muy caro -y Sergio enlazó los ojos de ella con una dura mirada.-No lo quiero, está frío- protestó ella mientras apoyaba su lengua en el cristal de la copa.-Comete el lomo -repitió él. Con un soneto vengo a enamorartecon este cuarteto abro y me dirijo,ojalá que no salga tan prolijo,que digno de ti, logre encantarte. En este cuarteto el alma se me parte,no obstante yo sigo y no transijo,te lo juro ante un sacro crucifijo,que a Petrarca le robaré su arte. En el primer terceto me acomodopara decir que ya no habrá ni modo,porque olvidarte, vida, yo no puedo. Y en este terceto digo, aunque duela,pues tu desdén me da dolor de muela y transido de amor, asi me quedo. Te vi corriendo en el trivial caminoquebrado el corazón de horror y miedo, te vi los párpados cansados, tristes…y a tu dolor escribiendo.Lluvia derramóse en tu piel de polvo cual ósculo de agua en el desierto,una lágrima miraba entre las gotas…y tus párpados cayeron.Tu alma sufre las caricias muertasde aquellos que no están ya en tu sendero,gime un zorzal en tu voz dormida…gime por ellos.La estepa que morabas, agoníade ave remontando el turbio cielo,caló en la gris arena de tu alma…llantos, espectros.Impío ardor que ulcera el alma gotas de vida en la arteria del tormento,alejóse la huella de tu infancia hermosay de tus sueños.Aurora de la vida en la dulce primaveramarchóse hacia el crepúsculo imperfecto, Colgada la ilusión al sol poniente de tu invierno.Y semblantes que fumígenas deambulan,¡cuál estrofas en papiros sempiternos!remojábanse en las lágrimas copiosasde tus recuerdos. Bordeando el precipicio de las penas,líado en la garganta todo anhelo, soledades, añoranzas y suspiros…por quienes se fueron.Trocóse en mi la infausta intemperie, con sales de tu mengua en el siniestro,tu vista atormentada impenetrable…a mis silencios.Besos estallantes, por tu faz de diosa,de mi oráculo infernal se desprendieron,¡coro bruno y arisco que reclama!tus oídos sedientos.Garfios rojos en la mar se mezclan,azules que reencarnan púrpuras y negros,el sepia ha fenecido ante tu mármol…como yo lo ordeno.¿cuántas veces el grito del osario,reclama tu pasión con tono austero?¡mas yo robe tu pose del olimpopara mi imperio!Pues yo acaté la orden de la mística,y en tu regia luz ardí al son violento,en la flama, que echa luz y no se apaga,de tus plectros.Serena brisa danzando en las praderasbálsamo que alivia las heridas del guerrero¡la calma sosegada y mi refugio!tras el viento.Venerable efigie en el santuario mío,silueta de esta fe que hoy profesodestellando tus azules refulgentes entre el incienso.Menguando la quimera y el destinoel signo de la suerte hemos impuesto,¡la hormona exasperada también canta! en mi deseo.Tertulia montaraz entre las pielesque unidas revelaron los misterios,¡coito y desayuno en la montaña!¡amor malevo!.CEMENTO.-Protegidos derechos de autor.Código: 1002185547676 En la rama erizada y prudentearrastrando su honor busca amparoy entreteje un capullo mierderoa donde esconder su pudor de gusano;pero al beso, rigor de la púaque la espina le clava en los labiosse derrama en los suelos, cual lágrima,y sirve tan solo de abono a los pastos.Sacrificio mordaz que le impidesacudirse la culpa en las manos,porque dobla rodillas, rompe alascuando siente el tonelaje del pasado;no se tapan los huecos del almacon la imbécil sanción de un contrato:allí suelen pudrirse ya infectoslos cadáveres de sueños muy soñados.La vergüenza apostada en sus sienesle conmueve el talante de pánico,mas si vibra el deseo escondido¡le arrancar gemidos, deseos mojados!Pero cae, fenece, despiertaen la ruin soledad de su páramoy no puede secarse las lágrimasyaciendo a la sombra brutal de sus pánicos.Alla va, como un beso perdidoaleteando con rumbo extraviado,del sopor de algún muro invisibleal bello dolor de algún muro bastardo;del tenaz e impiadoso supliciode la marcha fugaz de los años,de las ganas, del semen y el flujoal rigor de tener que cumplir lo pactado.De la obtusa caricia en la frente,que bordada de lineas y encantosaun protege el cosmos sublimedo estallan mil versos por cada calvario,¡de esa simple caricia apagadadonde no hay humedades mojando al procaz sentimiento pechandopor ver como bailan querubes y diablos!Del romántico sitio perdidodonde no hay ni mentiras ni engaños,al blasón de lo obvio y lo lícitodo solo se ensueña hasta el canto del gallo,de la mísera etapa marcadapor las leyes del mundo tiránicoa los vuelos azules y libresque buscan descanso en un pecho, abrazados.De la tumba llamada esperanza,esa forma sutil de maltrato,a la horrenda certeza del tiempoque trae la muerte entre risa y sarcasmo,¿donde vas a dejar que los huesosse transformen en piedra y en barro?:¿mariposas que viven de sueñoso gusanos que realizan lo soñado? CEMENTO.- -Buenos días, papá- y era la tercera vez que lo repetía-; buenos días, papá-volvía a decir.Entonces saltaba de su cama, recorría el flaco pasillo, y se internaba en el baño.La ducha, el agua fría, no le daba la grata euforia que necesitaba. Entonces trataba de secarse con la amplia tohalla, y se envolvia en ella imaginando que era el maharajá de Kapurtala, y mientras orinaba en el bidet, pensaba en cómo pasar ese día,vigésimo de diciembre.Ese diciembre que le calcinaba los huesos, porque se presentaba caluroso y húmedo como ninguno, y ya podía ver que lo había jodido bastante al pelarle la espalda el sábado anterior,en la pileta de Ricardo.Volvió a tener ganas de orinar, pero eran ganas nada más, porque al enfrentarse con el bidet,un chorrito indeciso se asomó por su pijita. Se la metió dentro del calzoncillo, se miró al espejo, se hizo alguna íntima pregunta que no contestó, y salió para atravesar otra vez el pasillo.-Buenos días, papá- dijo esta vez con voz más firme. Y siguió hasta la cocina:el mate,el café,el té, el vino. EL VINO. El vino era lo que conformaba su paladar aquella mañana de diciembre. Y mientras saboreaba su aspereza, se le ocurrió pensar en el viejo, en la navidad que ya llegaba,en lo llagado de su espalda, en Leticia, (en la costosa Leticia) que todavía se negaba a todo, y por último en él. Aquí se sirvió otro vaso de vino. ¿Quién era él?Sí.Le gustaba vestir bien.Andar por el centro mostrando exactamente lo que se debe, y lo que no se debe dejarlo para Leticia (cuando se decidiera), o para Ricardo, siempre que mediara un golpe de teléfono. Y mientras tanto, ¿qué?. Ir al bowling, caminar hasta el puerto, o tomar sol en Saint Tropez,y soñar con ese viaje a Río en Carnavales que le había prometido Ricardo.Después... su vida estaba ocupada con tantos sueños...; quería navegar, irse, tal vez a Europa. Pero no por el hecho de conocer Europa. París, Roma,Milán, eran sin duda lindos lugares. Pero no era eso loque realmente importaba. El hecho substancial era viajar en barco; sí, en barco..., a semejanza de esos barcos que mamá le hacía a los ocho años, doblando con ternura la hoja de diario y dejándolo reposar en la bañera. Creía que el fondo del mar era blanco, y que las fuerzas de las olas tenían, exactamente, el ritmo que le fijaban sus pequeñas manos.Pero ahora había pasado tanto tiempo... -Buenos días, papá- dijo esta vez con bronca, mientras servía hasta el borde otro vaso de vino. -Buenos días, papá- gritó mientras pensaba decir cálidamente -queriendo deshacerse de ese raro remolino de angustia- buenos días, mamá... cómo estás hoy?, buena y linda como siempre, mamá; mi mamá. Aquí traje el papel para los barcos. Pero la memoria de las tardes encerradas en el baño, viendo viajar ilustres barcos a los que mamá bautizaba con extraños nombres, no conseguía atenuar la tristeza grande que sentía,ni su gastada melancolía actual. Él era un hombre simple, gozador delas cosas sencillas, amante de la naturaleza, leal para los amigos...; pero había cosas en lo íntimo de su vida que no entendía.No estaba claro para él por qué al pasar por la habitación del viejo debía saludarlo, siendo que siempre dormía, o, en el mejor de los casos, leía el diario, y no le contestaba. Jamás le contestaba, y había llegado a pensar que el viejo estaba sordo. Pero no. Algo golpeaba en su cabeza, y en el sentido literal de la palabra. Algo se doblaba y rompía cuando saludaba al viejo. No era importante que no lo oyera, o que lo oyera y no le contestara. Entonces,¿qué era lo que en rigor lo perturbaba? Aquella mañana lo había descubierto. Lo había descubierto en la cocina, mientras llenaba otra vez el vaso de vino. El lugar vacío al lado de la cama que ocupaba el viejo era la clave: el lugar que ocupaba mamá en vida. -Buenos días, papá- dijo esta vez entre sollozos.-Buenos días, hijo- dijo el padre apareciendo en el marco de la puerta.Y él se entregó a sus brazos y lo abrazaba, lo abrazaba, mientras pensaba en viajes lejanos y múltiples, en viajes claros y magníficos.-Buenos días,papá- y lo miró a los ojos llorando plenamente. -Buenos días, hijo- dijo el viejo casi con miedo, sin entender, -buenos días, hijo. Si el corazón se secacomo fruto abandonado en tiierra,si los sentimientos se hacen piedra,si todo es desierto y arena yertaen los espacios vacíos del alma...¿en qué quedará tu vida? El dolor no es suficiente excusapara dejar los campos sin siembra. Es preciso alimentar la luz de la lámpara vertiendo en ella el aceite que la sostenga.La lámpara del corazón necesita el aceite de la esperanza,el aliento de la ilusiónpara que arda su llamaen medio de las tinieblas amargas. E.G.M.
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Eduardo Fabio Asis
María Ester Rinaldi
Te dejo un cálido abrazo.