• María Ester Rinaldi
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  • País: Argentina
 
  Te confieso mi miedo. Es algo que palpita adentro mío, Al ritmo acelerado de mi corazón. Si existe en nosotros una fuente desde donde brota la vida Que alimenta cada órgano de nuestro cuerpo Allí, en esa fuente invisible a nuestros ojos, Y ajena a nuestra voluntad, allí está mi miedo.   Porque lo presiento callado, Como si quisiera esconderse de sí mismo. Pero existiendo. No sé si lo comprendes. Es difícil definirlo. Tan difícil como pretender medir la inmensidad misma De este amor. Tan difícil como pretender alcanzar la felicidad perfecta.   Pero el amor y la felicidad se sienten en la piel. En los ojos. En nuestras manos. En cambio, este miedo escapa a toda percepción. Se diluye en mí y desaparece para volver a aparecer En el centro exacto de mi alma. O en el fondo mismo de mi idiosincrasia.   Pero te quiero más allá de este miedo. Más allá de todo lo que no comprendo. Te quiero. Y es lo único que me importa ahora.  
No quiero que sientas mi tristeza No quiero que llegue a vos, que te inunde De amargura los ojos, y tu risa se apague.   No quiero condenarte al castigo De mis noches eternas de soledad, no quiero Que te sientas cansado y tu piel se desgaste. No quiero que sufras mi tristeza, mi desesperación Mi angustia, mi agonía secreta. No quiero que mi dolor te alcance…   Amor, quiero saberte feliz Despreocupado, alegre, inspirado… Vacías De pesares tus manos. Quiero verte reír Multiplicándote en sueños, en fantasías En utopías de soles, de amores compartidos…   Déjame que sufra por vos… Toma mi vida.    
¿Por qué te escondes? Viajero, no huyas de mí. Entrégate a mis brazos dócilmente… Cierra los ojos al mundo y abandónate en mí Refúgiate en mí; te espero… Te deseo, viajero, no te niegues…
  De qué lejano mundo te avienes a mi alcoba   Nocturno pasajero de la niebla de mayo,   Acaso porque has visto que sola me encontraba   Creíste que era presa fácil de tu descaro?
  Tú me perteneces Como la brisa que se aferra al viento Como el agua que alimenta al mar Como el vuelo que impulsa al ave Como la rosa le  corresponde  al  rosal   Tú me perteneces Y no existirá nada ni nadie capaz  De alejarte de mi, de separarme de ti.  De opacar este amor,  de vaciar mi sentir.    Tú me perteneces  Y ya no habrá lágrimas, no habrá  silencios  Se alejará el dolor…no sentiremos miedo.  
Amigas, Filiberto nos nombró a las tres en uno de sus bellos sonetos....Estoy segura que le gustará leer sus comentarios...Un saludo cariñoso para ambas.Las quiero mucho:María Ester.       
Anoche estuve cerca de tu amor desbocado Y sentí alas de brisas que rozaban mi cara. El fuego iba quemando adentro de mi alma Pero tu risa amada aliviaba mis ansias.   Hubieron mil palabras que debieron callarse Caricias que se dieron y no fueron tocadas Perfumes que quedaron perdidos en el alba Canciones escuchadas con sus sones y ecos Y besos esperados que no fueron besados.   Mensajes apurados que se fueron perdiendo De frases amorosas, de recuerdos prestados De historias que vivieron dolores y pecados…  Las letras se dibujan de tus manos inquietas Y me cantan locuras que agigantan la espera.   Los silencios se alargan, con espacios ajenos De amores angustiados de vidas paralelas De un amor asentado en columnas de barro Pero que se construye con palabras macizas Con sueños alocados que vuelan como pájaros… Con instantes de gloria, de ansiedad compartida.   Y de llantos sublimes en los ojos amados.
 Escribir es un don que te ha sido otorgado.Escribir con el alma, con el corazón hablando.Con la palabra sacra que surge de tu espíritu. Si escribes  hazte cargo de tu decir austeroSé fiel a tu legado, no fingas hidalguías, valores,Compromisos… que luego has de mutarlos. La palabra es un símbolo de respeto y honorEscribir es un arte que resume idealismosla elevación del alma en su expresión divina. Si no logras la esencia de plasmar tus verdadessi escribes por el único fin de la victoriay no importan el goce, el deleite o la rosa… Calla el sueño de gloria, no alimentes al vulgo.Guárdate tu locura… tu inspiración, tu estroen alforjas cerradas, donde el basto no azote. Y escribe cuando sientas la beatitud de hacerlo.
Es gordita, de cabello corto y castaño. Piel blanca, ojos oscuros e inquietos. Apenas cruza la puerta, me busca con la mirada… Cuando me ve, detrás del mostrador Respira aliviada. Se acerca hasta mí, arrastrando los pies. -¿Me da esto? y me muestra las cajas vacías. Entonces, como siempre, como si fuera un rito, un acuerdo entre las dos me pide un vaso con agua fresca. Inmediatamente, abre una de las cajas extrae una pastilla y se la lleva a la boca. Me mira y sus ojos se clavan en los míos. -¿Me toma la presión? Se acerca a la ventanilla y extiende su brazo Mientras le acomodo el  bracero con mucho cuidado, como si fuera una niña ella vuelve a mirarme. No son ojos de loca, no veo en ellos extravío son ojos tristes. ojos cansados que piden amor. Se aleja, camina hasta la puerta… Entonces, como si recordara algo, se detiene. -¿Me puede pesar? La tomo de los brazos y la ayudo a subir. La sostengo con cuidado, porque a veces se marea. Le tiembla  el cuerpo… -¿Estoy más flaca? –Estás linda, le contesto. Sonríe…no lo hace a menudo, pero su risa corta me llega al corazón . La acompaño hasta la puerta, y la miro alejarse… se va con paso lento, arrastrando las piernas.   Se llama Mirta. Cada vez que ella viene, aliviano mis penas.      
MIRTA.
Autor: María Ester Rinaldi  332 Lecturas
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EL BIOTERIO.
Autor: María Ester Rinaldi  881 Lecturas
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    El amor ideal es un halo de aire fresco que aparece en nuestras vidas así como así, renovando el esquematizado sentimiento  que está enquistado en nuestro ser, que no por eso deja de ser menos valioso, sólo que de tanto estar se hace cotidiano y aburrido, sin aristas sobresalientes… El amor que de pronto explota y nos hace vibrar porque una palabra, un gesto, un verso que no era para nosotros, nos convulsiona, nos hace sentir todo aquello que quedó en un tiempo cristalizado, ese amor nos renueva, nos pinta estrellas de colores, fantasías acaso infantiles, pero apasionadas…   Creemos sentir que estamos vivos, sin saber que siempre lo estuvimos.  Creemos que podemos ver el amanecer, el ocaso, el cosmos... por primera vez, sin saber que lo estamos viendo a diario…  Agotamos sensaciones nuevas, idealizamos placeres que siempre existieron y experimentamos, pero que ya olvidamos…  Confiamos en esa palabra nueva, cautivante que nos envuelve con su espejismo de promesas eternas, sin recordar que ya las escuchamos anteriormente.   Sabemos de antemano que es nada más que un rayo de luz que se apagará cuando el sol asome en la mañana, pero aún así, creemos.  Buscamos el halago, la frase que enamora, una flor, una canción… Y no recordamos que todo eso ya nos lo han dado…  Qué cosas diferentes puede darte, quién tiene a su vez, una historia igual a la tuya? Por qué debería ser distinto? Qué puede ofrecerle a quién comparte su historia? Algo, tal vez, diferente de lo que te ofrece a ti?   El amor ideal no existe más que en tu imaginación, amiga mía. No lo busques en el lugar equivocado… No dejes que te usen o te lastimen. Mira a tu alrededor…Después de todo, él  está con vos desde el principio… y sabes que al menos, nunca te defraudará…      
  Yo te cuidaré, amor, te colmaré de placeres infinitos. De noches anhelantes, seré tu musa, tu ángel, tu remanso. Haré de ti el hombre más feliz, perseguiré tus miedos Calmaré la furia que a veces te acorrala, seré tu bálsamo Secaré de tus ojos las lágrimas que del ayer quedaron.   No dejaré que sufras. Aliviaré tu dolor, beberé tu tristeza. Haré mía tus viejas heridas, laceraré por tí mis manos. Y abriré mis venas para sanar tus culpas. Te donaré mi sangre. Extenderé mis alas y cubriré tu  sueño. Y allí estaré. Allí donde tú estés. Donde quiera que estés, amado. Desde el inicio del alba hasta el anochecer. Siempre a tu lado.
Búscame en la calle, en una niña. En un pájaro, en una estrella, en una fruta. En cualquier cosa que quieras. En el silencio. En lo más hondo de ti. Búscame en tus sueños. En tu infancia. En cada día de tus días.   Búscame en tus versos. En la historia que escribes. En el amanecer compartido que esconde tú secreto.   Búscame en el sol que te acaricia. En el café que bebes. En el día que inicias. En un perfume. En una hoja de papel. En una lágrima.   En una mirada  ajena. En un beso que no es de nadie. En la película que amas. En tu canción favorita.   Búscame donde quieras. En el teclado oscuro. En cualquier poesía que hilvane mis recuerdos. En tu más profundo sentir. En tu alma misma.   Me encontrarás esperándote, amor. Anhelante y ansiosa. Desbordante de sueños. Desmedida.  
AMOR IDEAL.
Autor: María Ester Rinaldi  705 Lecturas
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          Quieres saber si te amo…te diré           Te amo desde el inicio de la vida           no me preguntes por qué ni como           Solo sucedió… Te amo y este amor           Destronará tus miedos, te dará más  confianza           Iluminará tus noches. Te quitará las  dudas.             Te amo sin saber, sin haberte tocado.           Amo tu voz que no escuché           Amo tus ojos, tu risa, tu locura…           Amo el anochecer que no vivimos           el calor de la almohada que no entibiaste           Amo los lugares que no conocimos           la caricia que no sentí.           Los besos que no me diste             Y aún así te amo.  
Unamos nuestras voces por un mundo mejor Por la Paz en la tierra, para que se rompan los muros que rodean el corazon del hombre. Por el hambre que anida en el vientre de un niño Por los que no tienen casa, por los desamparados Por los niños del norte de todos olvidados porque tengan su escuela, su cama, su calzado. porque puedan jugar, comer, tener su casa. el pan en la mesa, tomar la leche a diario… Por los niños que caminan en el suelo descalzos Por aquellos abuelos que están solos y enfermos que nadie los visita, por favor, hagamos algo!!!   Por tantas injusticias sin castigo, sin condenas. Porque no hay nadie que pague el crimen y el abuso,Por las aguas contaminadas, por los peces que mueren. Por los campos quemados y la cosecha rala. Por los gobernantes que se roban la plata por aquellas mujeres que venden su cuerpo caminando la noche, prostituidas y abusadas.   Por aquellos maestros rurales, verdaderos héroes de un país donde la cultura para muchos es pecado. Para que no existan hospitales sin camas, por los desamparados, por los que no tienen nada Por los que tienen mucho, pero no tienen alma. Para que no haya mas muertes en vano, Para que todos podamos vivir en Paz…¡Hagamos algo!        
  Fuerzas extrañas que gimen me remueven las vísceras del hueco del estómago. Yo las siento agitarse en un continuo Movimiento de espasmos… Son deformes Asimétricas, finas… tienen garras. Todo lo despedazan, lo devoran. Fagocitan su angustia y se diluyen Hacia el espacio sináptico. Y afloran. Crueles y desmedidas. Y así fluyen. Desbordadas de hiel. De llantos idos. De rencores mezquinos y olvidados. De recuerdos sacados de la Historia…   Donde viejas heridas aún me duelen.  
CATARSIS.
Autor: María Ester Rinaldi  1354 Lecturas
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Me he dejado engañar una vez más Tu egolatría es oscura, inacabable… Eres cambiante como el tiempo en otoño Inconstante en tus dichos. Anhelante.   Qué voy a hacer contigo, amor?   Desesperado por  socavar el alma Te veo entre fantásticos relatos… La vida no es un cuento de hidalguía. El alma no se vende, la palabra Se lleva en el acento, en cada línea En el sentir del noble caballero En el verso sagrado de Esperanto…   No mutemos la gloria de escribir Con el innoble proceder del vulgo. No ejerzamos un rol subliminal Si nuestro corazón es un desierto. De qué nos vale cantarle alegorías Al amor…al hombre…al Universo… Si adentro nuestro se agita un anticristo Que devora el alma del que ha muerto.  
  Un día nos damos cuenta que la vida cambia. O tal vez sucede que cambiamos nosotros. Sentimos que los años pesan… Que el cuerpo se cansa.   Todo está adentro nuestro, es una consecuencia orgánica… Nuestros pobres órganos trabajan ininterrumpidamente en quién sabe qué condiciones de avanzado desgaste.   Siempre la misma rutina. Bombeando sangre, filtrando líquidos, procesando alimentos, elaborando enzimas. Y nosotros ajenos a ese incansable trabajo.   Todo  ocurre independiente de nuestra voluntad. Y no nos damos cuenta que llevamos adentro una máquina que ni siquiera nos pertenece, porque no podemos repararla. Tampoco podemos prever cuando está por romperse.   De pronto, un engranaje se traba. Y todo se complica. La máquina perfecta se convierte en una inútil y molesta nave sin timón que navega errante en la corriente sin regreso de la vida.   Y todo se pudre. Ya no somos humanos. Somos muñecos de trapo sin autonomía. Una masa informe que se desintegra de a poco, sin darnos cuenta, sin saberlo. Somos, finalmente, una molestia para la vida.
  ¿Sirve de algo soñar con lo que fuimos? A veces despierta en mí aquella chiquilina, es una niña que conozco muy bien.   La tengo adentro mío y la siento tan viva que a ratos me parece que regresa hasta mí.   ¿Dónde estás? Sabes… ¡Te extraño tanto! Sos como una  nostalgia con sabor a colegio a infancia de muñecas…de sueños…qué se yo…   Te quiero, chiquilina, te envidio la frescura la risa que no vuelve, tener una ilusión.   Te pido que te quedes para siempre en el tiempo niña de grandes ojos, te espera un gran dolor…    
CHIQUILINA
Autor: María Ester Rinaldi  429 Lecturas
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