Aun te recuerdo Desaparece ya Asáltame muda Déjame ciego Reclamo sordo   Aun te deseo Perdido paseo Laberinto mental Conciencia eterna Esencia perene Contigo en medio   Déjame en paz Quiero existir Después de ti Vivir o morir Indiferente, sí.   Mundo onírico Espejo roto Cuatrocientas imágenes Otras cuatrocientas más Todas son tú Todas excepto yo   Aun te recuerdo A mi pesar A mi suerte A mi destino A mis sentimientos A mi entendimiento A mi amar A mi muerte A mi capricho A todo ¿Cómo se sigue viviendo después de ti?   Vivir, morir, tal vez… ¿despertar? Vivir, o no Morir en tus brazos Me da igual la decisión   Contigo todo fue hacia adelante Y tuve que regresar mi avance Por decisión y riesgo propio Por azar y capricho ajeno   He vivido He muerto Me he transfigurado He regresado Por todo y nada Y una oportunidad más   Vivir o no Morir en tus brazos Me da igual la decisión   Perder, ganar, lograr triunfar.

Que posees mis deseos y no estás en ellos privando mi fuego interno de miedo Tú me obligas a competir, brindas necesidad, fingir ser amiga, morir. Para ti soy padre pues mi ser arde tu cuerpo contempla mas no se acerca No puedo esperar pubis agraciado ajeno cualquiera solo mi llegada Te maldigo Quizá ignorando atraes tu nido a mi deseándolo.

Abriré la puerta Detrás de ella nada El todo, la verdad, el Nirvana Aquí hace frío La llave escondida ¿Poderosa salida o Majestuosa entrada? Al conocimiento arcano Al conocimiento profano ¿Ambos serán encontrados? “Esa puerta contiene el Saber” Dicen filósofos “Esa puerta contiene la Alquimia” Dicen científicos “Esa puerta contiene el Arte” Dicen juglares, bufones y gente así de lúcida Arjé, dasein, mónada El todo y el uno Mas estoy seguro Después de haber entrado Comprenderé futuro, presente y pasado Como una unidad en la diversidad Como la realidad de la fantasía Como la fantasía que es la realidad Compondré un poema Abriré la puerta

Mantén tu corazón roto No vuelvas a entregarlo Si no supe manejarlo De los demás espera poco   Piensa que es garantía Lo menos por la nada Si algún enamorado espía En el velo nada encontraría   Déjalo hecho pedazos La imagen en trazos Que reciban retazos Nadie siga tus pasos   Nada de alquimia Non igne Natura Evita renovar Se destruirá   Es lo mejor Dejarlo arruinado Para cuidarlo Del otro

Éramos infinitos Tu, yo Siempre creyendo Odio íntimo Amor excelso Solíamos fundirnos Mas desesperar Confundió sino Pereció sentimiento Éramos infinitos Lo seguimos siendo Separados, funesto Mejor muerto Liberación, trascender Juntos, siendo

“El Estado fue creado para ustedes. El Estado son ustedes. Nadie más se encuentra fuera, todos estamos cobijados por la magnanimidad de su protección. Hemos decidido vivir en democracia, que permitirá un mejor porvenir para los hijos de esta, nuestra creación determinante. Por tanto, cualquier afrenta al Estado se considera una afrenta a cada uno de sus hijos, porque nosotros somos el Estado, y el mismo vive en…” El gobernador tenía los ojos desorbitados, cada palabra que profería aumentaba el tono de un discurso sumamente cuidado desde días antes. Toda su carrera política dependía de la efectividad de su peroración y del impacto de la misma en los gobernados, que se encontraban en suma cansados evitando el desencadenamiento de una guerra civil entre el sector más radical y el más conservador. Tenía conocimiento que si lograba persuadir al grueso del populacho de su postura, no existiría revolución alguna o por lo menos no pasaría de una simple y llana sedición.   Estaba a punto de concluir y referir que el propio Estado necesita en ese momento de sus hijos para lograr ir todos al unísono cuando el ruido sordo de un disparo que impactó en su ojo izquierdo cortó abruptamente su perlocución. Cual hormigas cuyo hogar ha sido destruido, los asistentes al mitin corrían como si hubieran perdido la capacidad de razonar. Los noticieros principales reportaban en tiempo real el lamentable suceso, los miembros del estado mayor presidencial usaban sus teléfonos inteligentes para hablar entre sí, ubicar el punto ciego en el que se encontraba el tirador. Temían precisamente eso, que alguien disparara mientras el discurso se pronunciaba y su temor, como es común en la vida, se hizo patente. Al estar por caer solo podía recordar que estaba fallando como señuelo y el no acabar el discurso pondría en aprietos al verdadero líder, quien estaba observando toda la escena desde un edificio contiguo a la plaza del centro de la ciudad a pocas cuadras  de donde ahora su doble moría. Alarmado, el gobernador se dirigió a la salida de emergencia junto con lo principal de su gabinete sin mirar hacia atrás y pensando en cómo explicaría el uso de un doble para discursos, las preguntas de la prensa acerca del porqué de su miedo a dar la cara a la gente y la eventual caída de los intereses del partido que representaba al verse desmoronar la imagen del máximo dirigente del estado.   Mientras tanto, encima de una de las azoteas cercanas al lugar del discurso el francotirador informa que ha cumplido con el objetivo “A” y que espera nuevas órdenes, lo único que escuchó después de su informe fue un “enorgullécenos”, quedando desconcertado por el uso de esa palabra. Guardó con calma sus pertenencias en un portafolio, se puso un saco azul que tenía colgado en un tendedero de la azotea y se ajustó el nudo de su elegante corbata, volviéndose a colocar el gafete de miembro del estado mayor presidencial. Pensó en su familia, en la seguridad económica que les estaba brindando por terminar con la vida de un pseudo político sin importancia. Cuando recordó su prioridad, su objetivo principal, tomó sus cosas y empezó a bajar las escaleras del hotel.   Fue una mañana muy pesada para el jefe de los agentes especiales que tienen por objeto el cuidado de la máxima autoridad en el Estado y el disparo hacia el doble del gobernador acentuaba más esa sensación de malestar que pesaba sobre su cabeza. No era correcto participar en una conspiración organizada por quien sabe qué personaje de la alta esfera política del país. El solo recibir órdenes de una voz extraña que proveía mágicamente de todo cuando recibía la llamada del teléfono celular era en suma extraño, y más aún que de repente todo lo que había previsto y de lo cual le había informado se estaba cumpliendo al pie de la letra. Esa sensación de vacío se incrementaba a medida que estaba bajando por las escaleras dirigiéndose al verdadero gobernador.   El cuarto 07 del hotel Imperial por lo general había albergado familias de turistas, jóvenes enamorados en su luna de miel y parejas de adultos mayores que pedían tan solo un poco de tranquilidad, pero el cuadro que se presentaba este día era harto distinto. El jefe de seguridad, el agente del estado mayor que previamente había disparado al doble y el propio gobernador se encontraban en esa habitación. Un ambiente de tensión se dejaba sentir en el aire, que podía cortar cualquier cosa con solo articular un sonido. El agente fue el primero en hablar. – Señor gobernador, han inmolado su investidura, tenemos que irnos, tienen el cuerpo de su doble, lo reportaremos estable a usted, y en un par de días podrá regresar a la labor política con un parche en el ojo, en lo que podemos inventar que la herida es superficial y que solo lo usará por algún tiempo -. El jefe de seguridad asintió y dijo – el muchacho tiene razón, si los terroristas siguen en este lugar es probable que conozcan su ubicación en este momento – detuvo abruptamente su idea cuando vio que su subalterno tenía un detonador en su mano- . ¿Qué haces imbécil? Eso no era parte del plan – Atónito, el agente lo observó y no hizo nada más que soltar el dedo del detonador. Sólo se escuchó un chasquido, nada más. El jefe le lanzó un puñetazo al joven, dejándolo inconsciente y cayendo boca arriba. Entonces le dijo al gobernador – vámonos señor, aquí es muy peligroso – entonces escuchó sonar su teléfono con el timbre especial con que recibía llamadas del hombre que lo había llevado hasta ese punto ¿valdría la pena tanto, para empezar de nuevo?  Entonces tomó el teléfono y  contestó, solo que al voltear a ver al gobernador, este tenía también un teléfono en su mano y pegado a su oreja, como si hubiera marcado un número. Lo único que alcanzó a escuchar fue – agradezco tus servicios, empezar de nuevo es algo a lo que todo hombre tiene derecho, y tú me lo acabas de permitir-. Entonces el gobernador sacó una pistola que tenía escondida en su pantorrilla y le disparó en la cabeza al hombre. Una sonrisa se dibujaba en su rostro, la sonrisa de quien logra una segunda oportunidad, la sonrisa del cinismo, del político aplicado.

En la escuela “E” (el nombre es lo de menos, puede ser cualquier institución) los profesores realmente se preocupan por sus alumnos. Preparan su clase con un año de anticipación, dicen que es mejor prever el conocimiento a proveer el conocimiento, así se preocupan más en dirigir la educación de las masas y sostener su nivel de vida que en formar realmente seres pensantes. Los profesores también están muy enfocados en hacer divertidas sus clases, tienen la firme convicción que si una clase no es divertida, el alumno por ende no se entretendrá (nótese que lo que menos importa aquí es el aprendizaje). Asimismo cuidan mucho la evaluación de lo que ellos juzgan es “lo más apropiado” para aprender, como los mitos que se pretenden llamar historia o la manera supuestamente culta en que alguien con el mínimo de educación se debe expresar. E inclusive los profesores son tan comprometidos que siempre están en el salón de clase, independientemente el alumno comprenda o no, deben estar ahí porque la imagen es lo que cuenta, nada más, nada menos. Así, mientras un maestro demuestre a sus pares el conocimiento que tiene, es innecesario que a su vez lo haga con sus alumnos, por eso los profesores están enfrascados en arduos debates sobre la utilidad de un determinado verbo en las habilidades que se pueden generar en los estudiantes. Este rubro es de suma importancia ya que pone en evidencia la falta de perspicacia en el maestro para elegir el verbo adecuado al momento de dar su clase, una vez hecho esto se procede a elaborar largos y extensos documentos en los cuales se habla acerca de la importancia del verbo elegido, estos papeles son de diversa índole, por mencionar algunos: planeación, programa, cronograma, manual, encuadre, todos ellos sumamente trascedentes para la buena imagen del maestro.   Por su parte los alumnos tienen una vida estudiantil muy ligera. El ser presionados no ayuda para nada, por lo cual la diversión dentro y fuera de la escuela es imprescindible. Los trabajos y tareas se les deben pedir con semanas de anticipación y de uno por uno ya que todo exceso es malo. Si por algún motivo necesitan salir a atender sus necesidades fisiológicas, desde luego que pueden hacerlo, nadie quiere tener una vida difícil y si a ellos se les puede dar esa facilidad que casi nadie tiene (ni tendrá), mucho mejor. De repente los alumnos escuchan palabras como examen, ejercicio, resumen, trabajo, proyecto, pero están lo suficientemente ocupados en parecer interesantes e inteligentes entre ellos y también ante el maestro. Para ellos lo transcendente es la permisión del profesor y no tanto la habilidad del mismo para desenvolverse como tal. En ocasiones escuchan que se les dice que deben tener más carácter, pero es un término ajeno para ellos, creen que teniendo sus objetos materiales, emulando a sus artistas favoritos y manipulando a los adultos para obtener lo que quieren es más que suficiente para triunfar en la vida con el mínimo de esfuerzo. Sus necesidades en su mayoría están satisfechas, por tanto el aprender o no algo nuevo no está en su agenda diaria. El profesor está para servirles, los adultos están para servirles.   La dirección por su parte exige lo mejor de los maestros. Cada año escolar los mandan a cursos importantes para que mejoren la apariencia en que se conducen ante sus alumnos. No se les pide tanto a los profesores, baste que indiquen que dominan una rama del conocimiento para que ipso facto se les asigne esa materia y todas las demás relacionadas (o que no lo sean tanto). Lo único que se les requiere a los maestros es que tengan una excelente actitud, podrían no saber mucho sobre la asignatura que dicen imparten, o sobre habilidades docentes para elegir verbos, pero si no cuentan con una buena actitud no durarán mucho. No se considera una paradoja que los maestros exijan conocimiento de sus alumnos si a aquellos lo único que se les pide es que tengan buena disposición, al final el maestro es un adulto hecho y el alumno apenas está en desarrollo. ¿Qué más da si no se les pide lo suficiente? Al final a quien se le dificultará la vida será a ellos. El informe termina aquí. Este documento se encontró en las ruinas de una escuela en la ciudad y puerto de Tampico, Tamaulipas. Aún no está claro si se trata de una sátira de la educación en México o si es un documento oficial, tiene papel membretado de la Secretaría de Educación Pública, lo cual no indica mucho, ¿quién no juega en el servicio público?

  Los Antiguos Creadores se encontraban en un dilema. Debían destruir uno de los universos que habían diseñado. – Estamos cansados, siempre nos encontramos en un vaivén destructivo, ¿en qué momento estaremos de acuerdo en la perpetuidad de nuestra creación?- inquirió con evidente molestia Uno de los Cuatro. -¿Perpetuidad? Hablas como si fueras una de nuestras creaciones. Los Forjados no han mostrado lo que se necesita para continuar existiendo. Yo te preguntaría a ti: Si para destruir universos fuimos creados, ¿por qué debe llevarnos al hastío nuestra labor?- Contestó quien parecía el líder de ese grupo, los demás permanecieron en silencio, no es muy común que los Antiguos se contradigan entre sí, después de convivir tanto tiempo como los encargados de  ejecutar los designios de los Superiores.   No se deben hacer preguntas, solo desarrollar un cataclismo lo suficientemente poderoso como para extinguir todo atisbo de vida y empezar de nuevo. Sin embargo estaban ante una disyuntiva, en esta ocasión se les permitió decidir sobre la extinción de la creación. Ante la falta de argumentos entre ellos, porque ¿acaso quien está acostumbrado a obedecer no fallaría al permitírsele cuestionar? decidieron discutir entre ellos para tomar una decisión.   Y decidieron. Consideraron que lo más prudente era una plaga que enfermara a todos quienes vivieran en el planeta Tierra. Y así fue, se desató la plaga, al poco tiempo, en cuestión de meses todos los seres humanos se encontraban en una situación deplorable, la Organización Mundial de la Salud no pudo contener la pandemia que terminó azotando todo el orbe. Los intentos de los gobiernos de los países eran infructuosos, quienes se enfermaban padecían síntomas parecidos al cáncer, la lepra y la tuberculosis. Nadie estaba a salvo de ese mal, al que llamaron Enfermedad de Dios, sin embargo había un pequeño sector de la población que al poco tiempo logró presentar inmunidad ante le enfermedad divina, inclusive se dice que en una ciudad esta patología se presentó en forma de una ceguera blanca que después de un tiempo cesó para pasar al siguiente nivel y quitar la vida de un paro cardiaco a los otrora ciegos.   Desesperados porque todo el universo estaba en vías de extinguirse excepto por el tercer planeta del sistema solar, enviaron una nueva calamidad: esta vez el agua se agotaría. Dos tercios de la población total de seres humanos durante la segunda década del siglo XXI fueron exterminados a causa de la Enfermedad de Dios. El resto de la población mundial agonizaba por una sequía que evitaba consumir el agua, independientemente del proceso de purificación a utilizar, desde el más natural hasta el más sofisticado, todo fallaba y llegó un momento donde la humanidad dejó de utilizar la moneda y cambiaban bienes que en otras épocas se considerarían imprescindibles por ínfimas cantidades de agua potable. El planeta tierra era casi un desierto, pero aun así hubo seres humanos que lograron sobreponerse a este cataclismo, aunque existía un hombre que se consideraba el último sobre la tierra y al llegar a un pozo en medio de un desierto decidió irse a través del infame agujero en vez de continuar con su vida al darse cuenta que era solo una madriguera.   Los antiguos eran seres que carecían de paciencia, todo lo que deseaban se cumplía inmediatamente y en este caso la raza humana pese a sus dos anteriores intentos no se desvanecía. Y así idearon afectar la habilidad de procear en los hombres, y no se registraron nacimientos durante mucho tiempo. Extenuados, algunos con la enfermedad de Dios, otros sin encontrar agua y todos sin tener descendencia (y en parte agradecían que así fuera), la raza humana terminó reduciéndose a un pequeño poblado al norte de África. Reconozcamos la ironía que donde se piensa que la humanidad surgió será la tumba del último reducto del hombre.   Con un sentimiento de satisfacción se encontraban los Antiguos observando cómo se extinguía la creación de sus otrora sucesores. Y de repente se registró un nacimiento, una niña. Entre tanta podredumbre surgía una esperanza, meses después nació un niño. La humanidad podía encontrar la forma de resurgir de las cenizas cual Fénix. Se dio una celebración como antes que llegara la enfermedad de Dios no se había visto antes. Los Antiguos estaban sumamente ofendidos, ¿Cómo una raza inferior podría ir contra sus designios y además crear vida cuando toda esperanza estaba perdida? Los Antiguos eran renuentes a creer que sus designios se incumplieran, cuando recordaron que sus predecesores habían dotado de libre albedrío a su creación. Y eligieron romper el eje de la Tierra que permitía la rotación y con ella los cambios de estación y de clima que determinaban la existencia de alimento para los hombres para que eventualmente murieran a consecuencia de la desestabilización de los polos, con la explosión de un volcán, un tsunami o un terremoto, daba igual pero lo importante era empezar de nuevo su creación. Los hombres nunca aprendieron, guerra tras guerra desde su creación, el invento de un pueblo elegido por el Supremo Creador, la manipulación de las masas por medio del consumo y el reducir el pensamiento del ser humano hasta llegar a ser un simple elemento más de un engranaje. Pero eso no había sido la mayor ofensa, esta se dio al momento de la llegada de un supuesto enviado de Dios por segunda ocasión, eso colmó el plato. Ahora solo restaba esperar qué destruiría a esa pequeña población, la tierra, el fuego, el agua o el aire.   - Deteneos – Se escuchó una voz desde las estrellas. Los Cuatro, aturdidos, pararon todo cataclismo. – Yo autoricé que lo dotaran de libre albedrío, ustedes no pueden decidir sobre ellos; y si lo intentan, como se han dado cuenta, de alguna forma pasará algo que provoque la continuidad de esta raza. Es así porque yo lo dispuse. No pueden decidir sobre ellos, me pertenecen-. Y la voz se difuminó. Los Antiguos se quedaron aturdidos, en los otros universos pocas veces el Supremo Creador se aparece ante los Cuatro que Mandan.   Así, los seres humanos que restaban observaron que el volcán cerca de su pequeña aldea detenía sus ebulliciones. De una renovación en fuego, tenían ahora su segunda oportunidad para hacerlo bien. Mientras estaban en estas cavilaciones, la tribu aledaña a ellos se preparaba para invadirlos y quitarles sus recursos.

 La bifurcación en el bosque se abría frente a él. Largo tiempo pasó para percatarse que las decisiones trascendentes se toman en un instante. El caballero dejó de enfrascarse en insulsa dialéctica a título particular, decidió ir por el camino de la izquierda. Encontrar su hija era más difícil de lo que se había propuesto desde hacía tiempo. No concebía la idea de estar lejos de ella y no claudicaría hasta encontrarla. El mago que lo acompañaba pensaba de la misma forma y no dejaría solo al caballero hasta que lograra su propósito.   Ambos fueron sorprendidos al inicio del camino por una legión de espectros. Se sabían perdidos ya que la fuerza bruta y la magia blanca poco podían hacer contra los engendros de la oscuridad que los acechaban, además el desgaste emocional del que eran objeto los empujaba al agotamiento físico. La vida es un suspiro y con ellos empezaba a concluir la exhalación. –Si este es el fin, debo confesarte algo-, dijo el mago al caballero quien, intrigado, inquirió al primero sobre la información que tenía oculta, y el mago dijo:   “Tú hace años decidiste iniciar esta búsqueda, como el hombre más sabio del reino me vi en la obligación de acompañarte para que mínimo tuvieras el apoyo del Conocimiento Blanco. Enmudecí en muchas ocasiones, miraba hacia otro lado cuando torturabas a los prisioneros para que informaran lo poco o mucho que sabían, las aldeas que ordenaste quemar cuando nadie decía algo que te convenciera de que no eran cómplices de los captores. Nunca objeté tus métodos, antes bien evité que se volvieran en tu contra si no, ¿cómo puedes explicar que en todo momento hayas salido invicto? Claro que tenías mi protección. El sello que tienes en tu armadura te protege de cualquier mal, pero ahora debo pagar un alto precio por utilizar la magia blanca para propósitos negativos, y en este momento es cuando me pregunto, ¿valió la pena? Todo lo que ha pasado, lo que he visto, toda la infamia, la injusticia, las lamentaciones, todo maldita sea, todo. No puedo seguir con esto, discúlpame.”   El caballero lo dejó de escuchar, siempre el mismo argumento. ¿Era necesario escuchar eso? Él sabía que al tercer día de su muerte regresaría en otra vida para continuar su labor inacabada, nada puede ir contra esa ley universal. Así que se arrojó y luchó contra los espectros como si fuera la última vez. Contra lo que se hubiera pensado, logró vencer a la legión que los estaba acechando. Se levantó victorioso una vez más, pero el mago ya no estaba.   Desesperado, el caballero lo buscó mientras pensaba lo curioso de su situación: una doble pesquisa. En ningún lugar del bosque se encontraba el mago así que decidió continuar con la búsqueda de su hija. Observó el mapa que tenían y el siguiente destino era la montaña más alta después del bosque. A lo lejos se podía divisar el nuevo punto de su itinerario y se trasladó al mismo. Al llegar a la cima de la montaña podía observar la magnanimidad del reino, lo que había dejado atrás y lo que le esperaba por delante. Al mirar hacia abajo observó que el sello que le había trazado el mago se empezó a borrar y mientras se difuminaba, la imagen de su hija frente a él empezaba a ser más clara, extinguiéndose el sello, su hija apareció.   El caballero no lo podía creer, toda su búsqueda terminaba en la montaña más alta. Corrió a abrazar a su hija cuando se escuchó la risa del mago como un taladro que pasa a través de una cien a otra. Por más que dirigía su vista a cuanto lugar estaba visible desde la montaña, el mago no estaba, físicamente por lo menos. Y al ver de nuevo a su hija, esta le dijo – Padre, debo dejarte, no puedo creer todo lo que has hecho y sobretodo argumentando que en mi nombre toda esa gente perdería la vida, los inocentes, los culpables y los que no tenían nada que ver, todos muertos-. El caballero la miró atónito, y antes que él pudiera preguntar, su hija continuó con la explicación: - Siempre estuve ahí, claro que nadie te iba a dar indicaciones sobre mi paradero, puesto que estaba contigo en todo momento, viendo de lo que eras capaz. El sello de tu armadura evitaba que me pudieras observar y ahora que se ha borrado y acabó tu búsqueda debo partir. Adiós padre-. Y la joven señorita se difuminó en la ventisca que empezó a azoar la montaña. El caballero profirió un grito y maldijo al hechicero, su enemigo siempre a su lado, emulando una preocupación falsa, estaba absorto en sus pensamientos cuando apareció el infame hechicero, el caballero blandió la espada, se disponía a luchar por última vez, si así fuera. Pero no alcanzó a defenderse, el mago abrió un portal en el cielo que absorbió al caballero, mientras a cientos de kilómetros de ahí una mujer de nombre María estaba por entrar a una cueva guiada por un niño, esperando encontrar ahí a su padre, el caballero del reino que presumía muerto.

Julián necesitaba urgentemente salir del laberinto. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que entró al mismo y lo único que había conseguido era la compañía de una mujer, Eleonora era su nombre. La encontró convaleciendo al final de uno de los caminos sinuosos que estaban en la sección de cristal. Desde entonces Eleonora se había vuelto su amiga, tan solo eso, porque para Julián no existía nada más que el salir del encerramiento al que había sido confinado. No podía pensar otra cosa, ni siquiera el ver en su compañera a alguien de quien pudiera sentir algo mucho más fuerte que una simple amistad.   Sin embargo, algo dejaba perplejo a nuestro amigo, pareciera que Eleonora no desesperase nunca, y si no fuera porque nunca la había perdido de vista juraría que pasado el tiempo ya se trataba de otra mujer. Su semblante cuando la conoció, de desesperación, cambió de forma significativa. Pareciera que se había convertido en una persona que encontró lo que quería o si no, mínimo alguien que  tiene todo lo que necesita. En los pocos momentos de lucidez de Julián dichas cavilaciones eran las que lograban que no cayera en la locura.   Por su parte Eleonora veía en Julián el ímpetu y el tesón en salir avante de la difícil situación en que se encontraba. Ella había perdido la noción del tiempo y el espacio, por lo tanto ni recordaba cómo había llegado ahí ni le incomodaba el caminar continuamente durante las últimas semanas al lado del hombre que la había rescatado, pero ¿de qué? tampoco podía recordarlo, solo haber estado en un gran estanque lleno de agua prístina, cada vez que intentaba ir atrás en el recuerdo su mente se ennegrecía y regresaba inmediatamente a la realidad. Aun así ella tenía la leve impresión que Julián le ayudaría a realizar algo.   Así nuestros personajes vagaron aún más tiempo en el laberinto hasta que llegaron a una etapa donde caían muchas goteras y el piso se encontraba sumamente encharcado. Julián le pidió a Eleonora que la esperase en el inicio de la nueva sección mientras el continuaba explorando. En tanto se dividían nuestros personajes, Eleonora siguió una pequeña luz azul que al parecer se movía frente a ella, empezó a acelerar el paso al compás de aquello que en ese momento era su microcosmos cuando de repente tropezó y cayó a un estanque de aparente poca hondura pero al estar todo su cuerpo en el mismo, la profundidad resultó mayor de lo esperado y terminó por hundirse mientras la luz se desvanecía, como se desvanecen los sueños.   Julián regresó al lugar con noticias sobre un nuevo camino a seguir que llevaba a una gran compuerta que tenía grabada la siguiente frase: “qui huc intrasti omissa spe”, desconocía su verdadero significado pero creía firmemente que no podría ser peor que el laberinto en que se encontraban. Sorprendiose Julián de no haber encontrado a su compañera. Empezó a buscarla hasta perder la esperanza, cuando de repente la vio del otro lado de un pequeño estanque. Lo que presenció era algo que fácilmente se podría atribuir a la locura, falta de lucidez inclusive por el exceso de tiempo en su estadía en el intrincado laberinto. Era Eleonora pero ahora su apariencia física era tal cual él la conoció, pero le asombró más el tono azulado de su cabello y la desnudez que cubría su cuerpo. – Ven Julián ayúdame a existir -. Julián se quedó sin habla, la belleza de su otrora compañera evitaba que pudiera siquiera articular palabra alguna. Solo  dio un paso al frente y cayó al estanque, pero al estar en el mismo sintió que era más profundo de lo que parecía, nadó para regresar a la superficie pero ésta se alejaba cada vez más, desesperado gritó el nombre de Eleonora, sordamente ahogado por el agua que empezaba a llenar su cuerpo intempestivamente. Lo último que vio fue la silueta de su compañera asomada desde el exterior del estaque con una ligera sonrisa, como si ahora hubiera comprendido su propósito y la salida de su laberinto interior.

El rey nocturno estaba muy preocupado. La aurora se agotaría pronto y no había rastros de la princesa del crepúsculo. Enamorada como estaba del amanecer quería presenciarlo aunque eso representara su desaparición indeterminada. Su reino no era de este mundo, se encontraba en la luna, escondido dentro de un cráter estaba el castillo celestial. Debido a ello desconocían muchas cuestiones humanas que en poco o nada interesaban a los reguladores de los astros. Sin embargo muy en su interior sabía que no eran ajenos a los sentimientos de la raza humana, tan es así que la princesa no regresaba y el tiempo lo consumía en ansiedad.   La función del rey era sencilla, velar por el perpetuo movimiento de la luna alrededor del planeta tierra, la función de la princesa, simplemente salir antes del sol en el amanecer y después del sol en el atardecer. Así había sido por millones de eones, desde antes que siquiera existiera vida humana (o cualquier otro tipo de vida inteligente) en la tierra. Esa obsesión de la princesa por presenciar al sol en magnitud dejaba desolado a todos los cortesanos del castillo de los cielos. –Nuestro reino no es de este mundo ni dimensión, deberíamos dejar esta farsa y retirarnos al descaso que representa el exilio- se decía el rey para sus adentros cuando vislumbró la silueta de su hija en el horizonte aquella mañana.   El sol estaba saliendo. El soberano le tenía un miedo inexplicable al astro rey, no quería dar un solo paso al frente, pese a ser su hija quien estaba huyendo y viendo arriesgada su vida. Ordenó a los caballeros supernova la recogieran. Prestos, los seres recios pero de facciones delicadas volaron hacia ella, solo que fueron consumidos por la conjunción de los rayos de sol combinados con la presencia de la princesa. El rey temeroso envió al duque Eclipse para que recuperara a lo más valioso que tenía en su vida.  El duque se trasladó corriendo aprovechando la estancia de las sombras emanadas por el rey, solo que al quedar en el punto medio entre el sol y el soberano, Eclipse se desvaneció. Al parecer no quedaba esperanza, aunque los caballeros supernova y el duque Eclipse habían desaparecido, el rey sabía que regresarían con la noche, esa no era la preocupación mayor, lo que realmente lo consternaba era que la princesa se consumiese por el sol, lo que provocaría que dejara de existir crepúsculo definitivamente, y traería como consecuencia cambios bruscos en el día y la noche, afectando negativamente la vida en el planeta tierra y la eventual destrucción de la luna.   Pareciera que no le quedaba otra opción que arriesgar su propia integridad en pro de la conservación de lo que más amaba en el mundo, cuando de repente la princesa tropezó, cayó de bruces al suelo. Esto precipitó la inmediatez en el avance del sol, se había enamorado de la princesa y no podía concebir ya una vida sin ella. Quería consumirla en llamas, como también los seres humanos quieren consumirse y fundirse con su ser amado. Pero ahora la princesa temía, no tenía idea de que un poco de seducción pondría de esa forma al Rey Sol. Entonces pasó lo que nadie en el castillo celestial se pudo haber imaginado, el Rey Nocturno se transformó en estrella y fue por su princesa hija adorada. Llegó hacía ella a la velocidad de la luz y la regresó al castillo con la misma rapidez. El Rey Sol, furibundo dejó ver las manchas que adornaban su rostro y maldijo al rey de la noche: ya nadie más podría salir mientras su presencia adornara el lado opuesto de la luna, la cual perdería su resplandor y sólo reflejaría el iridiscente rayo de luz que desde el centro del sistema solar alcanzase a llegar, además…   Y la pequeña niña despertó entusiasmada y a la vez en estado de preocupación. Su sueño esta vez había sido tan vívido, no podía creer todo lo que había pasado. Se levantó de su cama como quien recuerda un compromiso importante, se dirigió a la ventana y observó, observó una luna con un esplendor tenue, casi como un reflejo.

Dentro de mares y océanos, En las orillas del tártaro, En las profundidades del llanto, Al retirarlo de mis manos.   Vacilé al encontrarte Dudé que existieras No pude olvidarte Quise que murieras Preferí entonces inventarte   Mirando al alba encendida Sin concebir la vía Para volverte siempre querida Mi mente te tenía   Pero aún imaginando No tuve capacidad Para estar diseñando Toda tu magnanimidad Aún vivo soñando     Tu sonrisa hermosa Opaca cualquier rosa Y me hace pensar Como tu corazón tomar   Lejos de mí estás Fuera de mí jamás Cerca de mi alma Dentro de la calma   Tu nombre quiero abrazar Tu risa poder acariciar Tu cuerpo natural observar Y tu sonrisa venerar.

Detrás de la ventana puedo observar otra realidad de luz, tinieblas, oscuridad y miedo al mañana.   Detrás de la ventana tengo frente la verdad el conocimiento y austeridad esta, su hermana ideal.   Detrás de la ventana con vista aún cansada idealizo la entrega total de un amor terminal.   Detrás de la ventana de ojos del alma mi esperanza centrada está en que todo cambiará.

Dentro de mares y océanos, En las orillas del tártaro, En las profundidades del llanto, Al retirarlo de mis manos.   Vacilé al encontrarte Dudé que existieras No pude olvidarte Quise que murieras Preferí entonces inventarte   Mirando al alba encendida Sin concebir la vía Para volverte siempre querida Mi mente te tenía   Pero aún imaginando No tuve capacidad Para estar diseñando Toda tu magnanimidad Aún vivo soñando     Tu sonrisa hermosa Opaca cualquier rosa Y me hace pensar Como tu corazón tomar   Lejos de mí estás Fuera de mí jamás Cerca de mi alma Dentro de la calma   Tu nombre quiero abrazar Tu risa poder acariciar Tu cuerpo natural observar Y tu sonrisa venerar.

  Te veo y siento tranquilidad Recuerdo lo mejor de tu presencia No me hace más daño tu esencia Solo un ser humano más en la inmensidad   Una sonrisa se dibuja en mi rostro Para verte ya no doblo el torso Permanezco incólume, no miro a tu dorso La insignificancia de acercarte, ya soy otro.   De haber querido permanecer contigo, De proclamarme tu incondicional amigo De pensar en convertirme en tu enemigo De creer que estarías una vida conmigo Ahora solo siento un intenso frío.   Existen destinos peores que la muerte Hay presagios que duelen al verse Horrores que hacen a la humanidad estremecerse Pero no hay nada más horrible que no tenerte.   Debes creerme, no te odiaría jamás Quien amé como nadie no lo merece, Tampoco puedo evitarlo, el sentimiento perece Pero no por esto mi alma se ennegrece.

  Quiero olvidarme de mí mismo, Fundirme con el otro Ser víctima de un hechizo Mi tiempo percibir corto Elevarme del piso.   Necesito saber que estoy vivo Tener los sentimientos de alguien Sentir felicidad cuando la miro Dejar pretender no importarme nadie Centrar mi existencia en suspiros   Podría ignorar la emoción Pensar, pensar sin corazón Pero cuento con una razón Que me exige atención En buscar en otro afección   Quiero sufrir siendo feliz Quiero ganar perdiendo Quiero soñar despierto Quiero odiar amando Quiero amar estando.

Tú que siempre estás ahí Sin preguntar, sin nada pedir Tú que nunca haces sufrir, Sin juzgar porque caí.   A ti que sabes escuchar, De manera pasiva, sin cuestionar, Que entiendes lo que hablo Sin juzgar mis actos.   En ti encuentro la calma Cuando pierdo la serenidad Detienes mi drama Inicias mi tranquilidad.   A ti que te quiero Y sabes mis secretos Aceptas que no soy perfecto Como yo entiendo tus miedos.   Tú mi amiga querida Que sabes sanar mis heridas Ni siquiera nuestra eventual distancia Podría quitarte esa gracia.

Abriste una herida Me despertaste a la vida Siendo mi hermosa pretendida De mi felicidad la medida   Tan bella como una supernova La estrella matutina que asoma O el ocaso que asola Reanimaste mi persona   Me Iniciaste en tus misterios Seré el aprendiz eterno Sometido a tu hermoso ministerio Evitando un conocimiento yermo   Sé que puedes recuperarme Que puedo mi alma entregarte Solo debes abrazarme Jamás me atreveré a dejarte

Vas a traer la ilusión Únicamente a mi corazón Entregado a tu recuerdo Llorando por permanecer cuerdo Vengo a pedir tu regreso Esperando liberes este preso   Para volver a tenerte Obligándome a pretenderte                                             Razonando el quererte   Fantaseo tal vez en tu presencia Afirmando que respiro tu esencia Voy añorando tu complacencia Objetando mi dolencia Recordando tu perpetua ausencia

Hoy todo es más gris que ayer Concluyó la fiesta del alma He dejado de ser   Has llegado a mi vida Y he presenciado tu huida Dejar de vivir no quiero Dejaría también el deseo   Ahora más te pienso Habiéndote ido de nuestro cielo Dejaste un corazón tenso Y cambiaste esperanza por miedo Aumentando en mí el celo   Y te busco sin encontrarte Solo logra desesperarme Que dejes de amarme Y no poder contemplarte   Mañana todo será a color Regresarás y retirarás el dolor Cambiándolo por amor.

 Y de repente apareció, en plenitud como siempre. De esas personas que dejas de ver y cuando reencuentras se mantienen incólumes, como el primer día en que las conociste. Ella vestía algo tan sencillo como jeans y un polo verde, el vestía el uniforme de su trabajo: pantalones negros y camisa de manga corta blanca, cualquier observador ajeno a la situación hubiera pensado que se trataba de dos seres humanos más en la inmensidad de un centro comercial. Pero el microcosmos de ellos empezó a llenarse de color. Desde luego él no veía a cualquier persona, la estaba observando a ella, a su amor perdido por incapacidad de luchar por lo único que vale la pena en esta vida: aquella mujer de quien sabes  estará allí en las buenas y en las malas. Y en el caso de nuestro amigo, esa mujer estaba fuera de la tienda de electrodomésticos, como si esperara algo.   Él, apresurado, bajó las escaleras eléctricas para poder saludarla, decirle cuanto la extrañaba, que el sol se apagó desde el día en que ella le dijo que la olvidara, que se merecían otra oportunidad después de sufrir tanto esperando el uno por el otro. Bajando un escalón tras otro, con esa avidez que implica el encuentro súbito con aquello que nos puede mantener con un poco más de vida, de repente llegó hasta el aparador donde estaba su amada.   Ella estaba congelada, tanto tiempo, la misma ciudad y ninguno de ellos había coincidido. La colateralidad del encuentro: tiempo, persona y lugar los había bendecido a ellos al fin. Por lo menos en ese momento. Pensaba lo tonta que fue al dejar ir al hombre que mejor la había tratado en su vida, que en ocasiones las decisiones que tomamos resuenan en la eternidad, y la que había tomado ella aún le taladraba la conciencia, por lo menos en ocasiones.   Cuando él estaba a tres pasos de la felicidad hecha ser humano, pronunció su nombre, un nombre que no viene al caso mencionar, que tal vez para él es tan sacrosanto que ni siquiera podemos imaginar el decirlo, similar al oculto nombre de Dios que solo unos pocos lo saben. Ella había bajado la vista mientras se acercaba él y cuando lo tuvo frente a sí no le quedo más que mirarlo fijamente a los ojos y darse cuenta que el universo se encontraba allí, que no requería mirar hacia ningún otro lado o pensar en nada más que no fuera en la persona que tenía, después de mucho tiempo, junto a ella.   Y entonces ambos se acercaron lo suficiente como para fundirse en un abrazo cuando de la tienda salió un joven de la edad de ella, diciendo –aquí no está lo que buscamos, vámonos amor-. Él se quedó cuasi catatónico, lamentaba no haber tenido en el momento indicado para decirle que el orgullo en el amor es el peor de los males, y lamentaba también no haber buscado la oportunidad de defender su amor. Ella internamente se decía que el pobre nunca había podido rehacer su vida cuando súbitamente vio llegar detrás de él una mujer madura, que lo tomó del brazo y le dijo - ¿Qué haces parado aquí? Esa muchacha se te queda viendo raro porque ha de pensar que estás loco al no moverte, deja pasar a las demás personas, vámonos amor.   Entonces los dos se retiraron, cada quien por su lado con su respectiva pareja. Pensando en lo irónica que puede ser  la vida en sociedad, en que los sueños se deben defender con todo lo que está a disposición (y lo que no está también). Pensando inclusive en lo fuera de alcance en que se puede estar de la otra persona. Y en la utilización de la misma palabra por parte de quienes ahora son esos terceros que deben ser ajenos a todo daño causado por decisiones que no se tomaron en su momento.

  Te he perdido. Quiero encontrarte en algún lugar del mundo, te busco por todos lados. Te pierdo estando frente a mí, cuando te retiras, cuando me dejas de hablar. Te encuentro solo para volverte a perder y darme cuenta que solo tú puedes tomar todo lo que queda de mí y darle algo   de significado, aunque éste sea momentáneo, menos quiero pensar que sea falaz. Te perdí como se pierde aquello que más valoras. Te quiero volver a encontrar pero al mismo tiempo me da miedo. Temo que te pueda volver a perder y encontrarte donde sea menos a mí lado.   A todo lo anterior existe una excepción: te tengo en mis sentimientos. Esto implica tenerte y no tenerte, pero es mejor que perderte para siempre. Creo que he perdido alguna parte importante de mi vida, pero también recupero algo de cordura. Permanecer aquí pensando todo el tiempo en ti me hace recordar que es vivir, pero también el sufrimiento que conlleva. No sé porque el amor lleva aparejado tanto dolor, tantas exigencias para alguien que, igual de humano que tú, solo puede dar lo mismo que le entregas. Si le llenas las manos de amor, desde luego que será lo que te dará a cambio, desde luego después de un poco de sufrimiento que conlleva. No hay que olvidar que para amar debes sufrir, y siempre es solo un poco, a cambio de algo tan valioso como el amor ¿Quién no estaría dispuesto a arriesgarlo todo? Familia, trabajo, salud, economía, todo se vuelve polvo al lado del sentimiento más sublime que puedas tener hacia alguien. No hay necesidad de nada más si tienes a esa persona, por la cual siempre estarás.   Nadie está obligado a lo imposible, hay que recordar. Entonces es muy aventurado decir que estarás siempre para alguien, pero la emoción te eleva tanto que es a lo que te comprometes, como si nuestra endeble calidad de seres humanos nos pudiera facilitar cumplir con tal promesa, si bien es cierto que somos hechos a imagen y semejanza de Dios no menos cierto es que somos efímeros, contingentes y que dejaremos de estar. Pero es una de las minúsculas precariedades del efecto del amor. No se puede evitar el arte de las promesas cuando todo tu mundo descansa en alguien que ejemplifica lo mejor posible la perfección divina, aunque solo desde el particular punto de vista de una persona.   ¿Debe ser correspondido? Qué importa, lo realmente necesario es fundirte con el depositario de tu amor, tenerla o tenerlo en todo momento, sin dudar nunca que él o ella siente lo mismo, porque desde luego así es. Los celos no surgen por eso, éstos se dan como una respuesta natural ante el peligro que se siente por la puesta en riesgo de lo más importante para la vida de alguien.   Mientras tanto, detrás de la cámara  de Gesell el profesor Hernández comentaba con sus alumnos de psicología criminal. – Este es un caso grave de obsesión compulsiva, como pueden observar el paciente-reo demuestra signos de demencia combinados con ansiedad, perdió el contacto con el mundo real, como medio de defensa por el delito que cometió- Entonces Pedro Romero preguntó -¿Pero maestro, su delirio se basa únicamente en el amor? ¿Por qué no alude a algo más?- Con mirada desdeñosa el profesor se retiró los lentes que cubrían apenas sus ojos cafés, como pretendiendo acentuar la gravedad de sus palabras con ello –Joven Romero, usted no entiende nada, así queda una persona que nunca materializó un amor imposible pese a haberlo arriesgado todo.

Te veo en los ojos de mis hermanos, Te siento en el viento que va a mi paso, Te escucho en la risa del niño y también en su llanto, Te saboreo en la fruta más dulce del llano,Te huelo en el aroma de las flores de verano.En todo lo anterior te encuentro,Porque la distancia y cualquier otro escolloSe reducen a cenizas cuando estoy a tu lado.

¿Qué encontraré afuera? Tengo miedo. Algunos se escuchan tan preocupados, angustiados, otros felices y tranquilos, me gustaría ser de los segundos, pero después de ser de los primeros, así valoraría el verdadero estado del arte en los buenos sentimientos. En ocasiones me pregunto si llegaré alto, si podré lograr todas las proezas que he escuchado de los demás o si, por otra parte, no pasaré del intento.Me inquieta llegar a amar algo o alguien. No sabría que hacer o decir si llegase a pasar. Todo indica que eso podría ser el mayor riesgo de todo lo que pueda vivir. Porque si se ama también se debe sacrificar algo: tiempo, esfuerzo, voluntad. ¿En serio serpa tan hermoso el amor que muchos por él son capaces de fundirse con el otro?En una ocasión escuché a dos enamorados. Él le prometía a ella que siempre la querría (tal vez para el esto es sinónimo de amar) y ella solo se limitó a contestar que duraría lo que tendría que durar; aunque sentí que ella lo mencionó con inseguridad, de aquella que provoca evocar palabras de dientes para afuera, pero él lo sintió como si le hubieran clavado una daga de hielo. Lo noté por lo que contestó: -de ser así está bien pero yo te seguiré queriendo-. Ella tenía miedo de amar, el de perderla a ella por tener miedo al amor. Y aun así eran felices. Pasaron muchos días cuando los volví a oír, se decían lo mismo y se escuchaba que chocaban sus labios entre sí. Ese ruido me gustaba, sonaba mejor que los vehículos que de repente pasaban por aquí o los niños con su algarabía y su juego.De repente dejaron de venir, esos amantes tan tiernos, el tan prometedor, ella tan inquieta, el con su voz madura, fuerte, que se doblaba cada vez que le decía que la querría por siempre, ella con su voz débil tierna y dubitativa. Espero y lo suyo se haya consumado  y llegado a buen término.Creo que de lo más seguro que estoy es que tengo miedo de amar. Aunque también llegará el día en que... ¡No¡ ¡Está pasando¡ La crisálida se rompe, es hora de salir al mundo. Pasar de la potencia al acto duele. ¡Ay¡ Mirad, allá se ven los árboles sobre los cuales cantan los pájaros, acullá el lugar donde los enamorados conversaban. Un momento, ahí están, él se ve tan feliz, ella tan ilusionada, pese a ser tan noche, ambos están en plenitud. ¿Qué le pasa a él? Tiene una venda en la boca y en el brazo, ella lo abraza. Si tan solo pudiera terminar de romperse esto y llegar a observar mejor, abriré mis alas, sí, lo haré, creo que si el capullo se empieza a romper es porque ya es tiempo.Haré un poco de fuerza para destruirlo, una vez escuché que debía esperar un poco, pero ¿Y si no vuelven? ¿Y si no puedo experimentar de cerca lo que es el amor? Me debo arriesgar. Quebraré este capullo. Acepto que me he enamorado del amor. Aceptaré también las consecuencias. Por ser testigo del amor yo... saldré del interior.

HISTORIA DE UN AMOR IMPOSIBLE(RÉPLICA)Querido amigo:Lamento tanto decirte que no puedo hacer lo que me pides. Suena (y se lee) tan complejo lo que me propones que considero me rebasaría la narrativa y la intención para poder comunicar un sentimiento tan grande como el que planteas en tu carta. Te voy a explicar mis motivos, solo no quiero perder tu amistad porque es algo que valoro como no tienes una idea, sé comprensivo.Primeramente es enternecedor que ambos quieran compartir su vida con el otro y que no les sea posible, en este punto coincido contigo. También estoy de acuerdo que ambos piensen el uno en el otro y que de repente él o ella, da igual, al ver a su ser amado sienta que no existe nadie más y todo entra en pausa. En lo que no estoy de acuerdo es en esas implicaciones morales que refieres, el amor no es algo amoral si creo que bien entiendo el problema tal cual lo planteas. No sería quién para reprochar a nadie que ame o sienta un afecto inmenso hacia otra persona, no soy ni seré fariseo pero tampoco puedo evitar pensar que debe haber límites en nuestros sentimientos, no siempre hay que guiarnos por ellos, debemos ser racionales también, y quién mejor que tú para que lo comprendas, eres la persona más racional que he conocido. En ocasiones pienso que eres incapaz de sentir algo por alguien, aunque recuerdo que eres un ser humano y por lo tanto debes tener un sentimiento escondido en lo recóndito de tu ser.Estoy de acuerdo en las bondades de escribir una historia así, pero de hacerlo me cuestionaría mucho hacia donde estaría llevando a mis personajes. Porque ellos nunca van a ser felices y lo sabré desde un principio, por lo que no habrá una motivación real de mi parte en seguir narrando puesto que ya sé que va a pasar con ellos. Me orillarías a recordar que en todo momento se trata de  un amor imposible y la verdad estoy harta de pensar en todo aquello que se no se puede materializar. Es casi una obligación moral que permita que se encuentren juntos, o por lo menos así lo visualizo. Manejas muchas situaciones hipotéticas en tu historia pero ninguna me convence, el matrimonio considero que es la forma en que culmina la cuestión afectiva, es lo máximo a lo que puede llegar una pareja, justificar lo injustificable es algo que no me compete, ni a mí ni a nadie y sobre mantener un estado de confort, táchame de idealista si quieres pero si realmente amas a alguien debes tener la suficiente fuerza de voluntad como para hacer un lado cualquier obstáculo y salvar cualquier escollo que pueda salir en el camino, por amor se goza pero también se sufre mucho.No obstante lo anterior, te comprendo. Te he visto últimamente muy pensativo, algo triste y con la mirada perdida en la nada. Te he preguntado si te pasa algo y solo me evades. Me gustaría saber porque, en vez de pedirme escribir una historia tan patética como la que propones deberías decirme que es lo que te está pasando. Sabes que soy tu amiga y siempre estaré para ti. Me es muy difícil poder interpretar lo que piensas, por eso siempre es más fácil hablar. Dime por favor quien te ha hecho daño o porque consideras que el amor es imposible, te puedo asegurar que si hay voluntad de llevar algo a cabo  no existe poder sobre la tierra que evite que dos personas que se amen estén juntas, al final de todo.Para nada me siento implicada en lo que mencionas. Sería un halago que tu carta realmente fuera dedicada a mí. Porque yo también pienso en ocasiones que, de ser mi realidad otra, tu serías la persona indicada. Solo no me malinterpretes, es una hipótesis, un supuesto, un ideal. Lo que pasa entre nosotros no es más que una de esas amistades que poco se tienen, y cuando lo logras debes preocuparte por conservarla, no dejarla atrás. No te sientas mal por las implicaciones morales a que haces referencia, todos hemos pasado por ellas en más de una ocasión, entendiendo el concepto que manejas como un sentimiento sin consumar, del que no se le ha participado a nadie.Por último, querido amigo, no estoy de acuerdo con los finales abiertos. Entiendo que sea un regalo para el lector, produciendo que interprete como él decida la forma en que concluirá la historia. Solo que debemos tener cuidado en no interpretar aquello que nunca fue intención del escritor. En este caso no me es posible tampoco omitir decirte que en persona deberé tratar este asunto contigo.

Hoy fue el día en que terminó la fortaleza aparente. De repente todo se empezó a revertir, la ecuanimidad, la resistencia, la resiliencia se transmutaron en desgaste, cansancio y quiebre. Lloré, duele reconocerlo, pero más dolió mientras lo hice. Simplemente un hombre no debe llorar por motivo alguno. Cortázar refiere en "Instrucciones para llorar" como debe hacerlo un niño, una mujer, pero nunca da a entender cómo lo hace un hombre; simplemente no se contempla ese supuesto.Después de tanto disimular que todo iba bien, se corrió el velo de Isis. Lo que observé fue la  realidad del ser humano, y cómo puede hacer de su perdición el desespero de sus hermanos. No me preocupa haber hecho lo que hice, me preocupa realmente que por tanto tiempo haya estado guardado el sentimiento y que no lo dejara fluir. Una máscara de tranquilidad ocultaba una tormenta que en cualquier momento se iba a desbordar, como lo hizo. No quiero que te sientas culpable, realmente el sentimiento lo tengo yo hacia ti, no  has puesto mucho de tu parte para que me sienta así, en serio, solo has sido tú. Con tus defectos y virtudes, con tu sonrisa hermosa que me hace creer de nuevo en todo, con tu forma de ser que hechiza y que levanta y hace que vuelva a caer, como si a cada momento fuera un Ícaro que después de elevarse hasta el cielo y desplomarse, recobrara nuevas fuerzas y lo volviera a hacer, sin importarle los efectos que tendrá la caída en él. O bien, como un Prometeo al que le es roído el corazón por los buitres y se regenera a cada momento, por la misma llama que se había encargado de llevar a los hombres.En serio, no me preocupa haberme quebrado. Por un momento recordé mi calidad de ser humano. Si eso es justificable o no, debo admitir no meterme en ese tema. Porque de repente es necesario dejarse llevar, desgarrarse la garganta y ahogar el silencio en un grito, junto con las lágrimas que descienden por los pómulos de las mejillas, llegan a las comisuras de los labios y son saboreadas, otras caen al suelo sordamente, esto si se está de pie o sentado porque si uno está acostado las lágrimas caen en los oídos y empiezan a formar una pequeña alberca auricular que detiene el sonido, además que los ojos se lubrican y de repente uno recuerda que todo duele, todo.Por otra parte, paralelo al malestar físico, está el malestar anímico. El segundo más difícil de llevar que el primero puesto que las lágrimas realmente no duelen, lo que si afecta es el recuerdo constante del porque se está llorando y lamentándose por esa situación. Me lastima más estarte recordando mientras lloro, pero al mismo tiempo no me duele tanto como el saber que ya no te podré recuperar, si es que realmente alguna vez te tuve, porque lo que se tiene y se pierde duele, pero duele más aquello que no se tuvo, se esperaba tener y sin embargo se perdió. Tu recuerdo sin embargo aparece incólume, inerte, no puedo creer que no se haya visto afectado, continúa.  No obstante entristece que ahí permanezca porque es lo que está produciendo mi muerte moral, simbólica. Es difícil estar vivo físicamente pero sentirse desterrado del aspecto sentimental, no es algo que le desee a nadie. Todo lo anterior es producto del llamado malestar anímico, la enfermedad del alma que pase lo que pase continúa ahí y lastima y afecta, pero tampoco quiero dejar porque es lo que me aferra a tu sentimiento, únicamente eso.He llorado, lo reconozco. No como se hace apología de un delito, ni como se acepta un problema grave, ni lo confronto como un mal necesario. Más bien lo admito como se admite un día nublado, la belleza de una costa en pleno atardecer o un dulce beso en la mejilla. Es algo con lo que debo vivir, la realidad de que por un momento en mi vida me quebré en llanto, y fue por ti.Entonces cuando terminó de hablar ella lo observó, atónita. Tal vez pensaba que no se presentaría ante ella, que él nunca volvería. -Creí que había barrido el suelo con él.- Pensó, -estuve segura de que no regresaría, por su bien, por el mío-. Sin embargo cuando existe un sentimiento tan grande que se ha cultivado por algo de tiempo, es difícil que se desvanezca, como difícil es que se retire el recuerdo del llanto.Y en ese lugar, donde menos esperaban encontrarse, una plaza pública, estaban a punto de decirse lo que el uno iba a hacer con el otro. Desde temprana mañana había concluido lo de ellos, y ya entrada la noche, cuando no se puede dormir y se decide salir a caminar, a veces, solo a veces. La gente se encuentra. Y acepta su dolor. Y comprende. Y olvida. Y llora.

-Te debo dejar-. Le espetó a ella intempestivamente, como una bestia de carga que de repente es liberada y embiste lo que se encuentre a su paso. Un intento de ojo lloroso pasó por su mente, pero lo bloqueó. Había tomado una decisión, y cuando un hombre toma una decisión y está convencido de la misma, no hay poder alguno que logre quitar de su mente el transitar por un camino. Dios no está interesado en revocar el regalo del libre albedrío que utilizó para los hombres y Legión no pretende crear caos donde de suyo ya existe.-Tú me prometiste que estarías conmigo siempre- Rebatió ella, con la característica emotividad con que alguien podría contestar algo así. -En serio, dijiste que nunca me abandonarías y que cuidarías de mí como yo lo he hecho contigo-. Pero el no cedió y empezó a exponerle la situación por la que la debía dejar, ella no dejó de llorar y el no paró de regularse así mismo sobre su comportamiento, ecuánime como siempre. Se empezaron a ver el uno al otro, como en un duelo con armas de fuego, donde el primero en herir sería quien tome la iniciativa de disparar. Finalmente él cedió - en serio, yo no quiero esto, pero tampoco quiero tenerte y no tenerte, es muy difícil para mí verte todos los días y no abrazarte, no besarte, no sentirte junto conmigo. Muere y renace el sentimiento que tengo hacia ti cada día y me es imposible evitarlo. Simplemente no puedo.- Y ella reviró -entonces si no quieres esto, supera las contradicciones, las paradojas, los estancos. Sabíamos que sería difícil, pero ambos decidimos estar el uno para el otro. Nunca nos obligamos a nada y asumimos un riesgo que solo por amor, cariño o como quieras llamarle se puede asumir.Él se quedó pensativo, estaba pasando lo que temía, que una persona que otrora era tan libre, de repente su consciencia y capacidad de sentir se viera reducida ante la abrupta declaración de una despedida indefinida. ¿Lamentarme por amarla? se preguntó, -no debo, creo que eso es lo único de lo que alguien no se podría arrepentir, por querer, no, por amar a una mujer, y una mujer como ella, tan hermosa, tan inocente y tan madura a la vez. Por su parte ella se sorprendía de escuchar tres ácidas palabras de quien ocupaba su mente todo el tiempo y a quien había decidido entregaría su vida si fuere necesario, había arriesgado sin perder hasta ese momento, pero continuamente se preguntaba cuando llegaría el momento en que dejaría de tener suerte. Y empezó a analizar la declaración, -si debe, entonces no está seguro de lo que realmente quiere hacer, solo es una obligación que él siente hacia mí, que me debe dejar, por lo tanto realmente no es su voluntad dejarme-.Y ella le contestó: -mira, si no estás seguro de lo que sientes y haces lo mismo con todas las mujeres que conoces, adelante, no seré la primera ni la última que cae con las palabras de alguien que se dice hombre-. Él se empezó a molestar, le dijo que nadie le había llegado tanto al corazón, a los sentimientos, como ella y que si pensaba que así era con todos que de ahí en adelante así sería. Pero que realmente nunca la podría olvidar. Un amor lleno de inocencia, desinterés y pureza es algo que simplemente no se puede hacer un lado, ni tampoco se debe, sea cual sea la situación que prive para ambos, la cual se expondrá a continuación.Entonces alguien tocó la puerta. Los pupitres del salón de clase empezaron a brillar ante el surgimiento de la luz que provenía de afuera. -Maestro, tiene que venir, empezará la junta con dirección- le indicó el prefecto. -En un momento Esteban, ya casi termino la tutoría. Se retiró el asistente educativo universitario, como ahora pretenden llamar a los personajes que van surgiendo en el argot pedagógico, en vez de denominar a todo por su nombre y solo decirle "vigilante sin uniforme".-¿Ves por qué es difícil? Si no me hubiera contenido en abrazarte antes de decirte esto tal vez ya ni seguiríamos aquí. En serio que...- Y ella lo besó, como si después de ese beso nada fuera a seguir igual, ni para bien ni para mal. El correspondió el beso y la abrazó como si fuera a diluirse en cualquier momento. Y los dos, solos en ese momento, maestro y alumna, lamentándose, maravillándose, enterneciéndose el uno del otro. Pero sobretodo, permaneciendo juntos.

María resentía la falta de su padre. Deseaba que el estuviera aún junto con ella, sin embargo no se podía, era imposible le decía la mayoría de sus conocidos. Cuando alguien muere se va para siempre y eso no se puede cambiar. Aunque María tenía fe en que si se pudiera, en ocasiones la fe es peligrosa porque hace que te muevas en cualquier terreno con la única y férrea esperanza que no va a pasar nada.Y fue un día en que se encontró con un niño, de unos 6 años desaliñado, descuidado y de apariencia famélica; el infante le dijo que si buscaba en la cueva del fénix podría ver a su padre por fin. María se llenó de júbilo, al fin encontró alguien que le diera una indicación que no fuera lo común, tan solo eso la alegraba. Pensó que lo correcto sería ignorar a ese joven harapiento que tal vez solo estuviera jugando con ella, pero también fue tentada a dirigirse a la famosa cueva. Vería a su padre, se reencontrarían y por fin le diría todo aquello que nunca dijo.Caminó. En serio lo hizo. Relatar el largo y sinuoso trayecto, las personas que conoció y todo a quien tuvo que traicionar provocaría que nos saliéramos del tema de qué fue lo que encontró en el lugar que se le había dicho. La prioridad aquí es resaltar lo que le pasó a María y si esto la hizo desdichada o no, esa será reflexión del sabio lector.Entró por fin a la cueva, el camino le había tomado años pero lo logró al fin. En ocasiones veía al pequeño niño con la misma edad, incólume ante el paso del tiempo. Pero él no le dirigía palabra alguna. María pensaba que le había dado todas las indicaciones posibles y que cualquier comentario estaba de más. Empezó a recorrer la cueva y vio una inscripción grabada al final: igne natura renovatur integra, ella desconocía desde luego el latín, al observar hacia debajo de la inscripción estaba una pequeña palanca, la jaló. El fuego empezó a abrirse paso en toda la cueva del fénix. El pequeño niño reía, había hecho su acción del día por fin, María se reuniría con su padre, a consecuencia de una renovación en el fuego.F. J. R. BLANCO

Realmente, ¿quién eres tú para fijarte en mi? ¿Qué puedo yo tener de extraordinario para  ocupar todo el día en tu pensamiento? Soy un ser humano común y tal vez muy corriente. Cometo errores como todos, aciertos como todos y de repente me da por hacer como si los errores fueran mayores para hacerme pequeño ante los demás. Uso mi razón de forma esporádica, como el resto de la humanidad y me la paso soñando despierto más de una ocasión, igual que los demás.Puedes decir que te cautiva mi forma de ser, pero siendo francos, soy una reproducción de la reproducción de los demás, un espejo que refleja la sociedad que está a su lado. Tengo una máscara puesta de fortaleza pero me quiebro ante el primer embate. Como un castillo de naipes cubierto por un biombo de cristal color negro para disimular su alta resistencia, pero si pones atención y empleas un martillo lo suficientemente débil, se puede quebrar, como me quiebro cuando pienso en ti y recuerdo que también me piensas. Créeme que no hay nada más que me deshaga en esta vida que eso que por primera vez alguien piensa en mí al mismo tiempo que yo en ella, eso es un prodigio de Dios, si es que permitiera que una situación como la nuestra se  pudiera dar.Y no es falta de autoestima, es solo que soy más ordinario que un día soleado en verano. Todo lo opuesto a ti, que te sales de lo común, de lo habitual como ese trébol de cuatro hojas imposible de encontrar y que de repente aparece justo cuando pensabas que era imposible y abandonarías la búsqueda. No creo que sea la realidad la que estoy sintiendo, tal vez es solo un sueño donde por fin encontré el verdadero amor y me niego a despertar. Me niego a creer que una mujer así pueda ver algo en mí o que simplemente pueda existir.No me sorprende para nada que te puedas fijar en mí, lo que realmente me deja en pausa es que habiendo tantos hombres con muchas más cualidades que yo, no les prestes atención y decidas estar conmigo. ¿Te pediría que te alejaras de mí con todo esto? Para nada, la poca luz que brilla en mi vida eres tú, y aunque suene como a cliché no quiero estar más a oscuras. Si el principio de la alquimia del intercambio de equivalencia es real, entonces gano mucho con tu amor, aunque también perdería mucho a cambio, casi toda mi vida, todo mi ser. ¿Estaré tan mal en arriesgarlo todo por ti? El término amor si existirá o solo se empleará cuando sea socialmente aceptado, cuando sea paralelo a los escrúpulos de los demás. Que tristeza con esto, las leyes no pueden mandar en los sentimientos de los demás, pero lo pretenden por guardar apariencias.Mi vida futura contigo pasa en un instante, es efímero observar una salida clandestina allá, por ese otro lugar un beso, un abrazo, aquí una conjura de cuerpos como ninguna otra. Tu paciente, demostrando toda la entereza en una mujer de tu edad, yo disimulándolo todo. ¿En serio porque te fijaste en mí? Creo que eso es lo más sorprendente, no, lo más sorprendente es que yo también te corresponda. Por encima de todo, por encima de todos.

Entonces pasó ella, todo se empezó a detener, como en esas películas de ciencia ficción cuando el protagonista observa lo que pasa en cámara lenta. De repente una pared evita la continuidad en la contemplación. Por el día de hoy fue todo, mejor suerte para la próxima, sea día, semana, mes o año (espero no llegar a tanto). De vuelta a la rutina, que no lo es tanto cuando la puedo ver, todo regresa a su curso, el ruido, la algarabía, la juerga. Me pregunto cuánto tiempo más estaré en esta situación, cuánto tiempo más a la expectativa, cuanto más entregado en pensamiento a un ideal que pareciera imposible. Entonces me llama, recibo una llamada suya, no puede ser, hora de comportarme como hombre. -¿Hola, cómo estás?-, dice ella con la voz entrecortada. -Bien amor ¿y tú?-, una conversación como cualquier otra al parecer. -Bien, gracias, nada más decirte que te espero hoy en la tarde, llegarás temprano, ¿verdad? Ese trabajo siempre te mantiene desatendido, me he dado cuenta que últimamente andas como perdido-. Si, tienes razón, pero prometo estar a tiempo. Entonces, por algún motivo extraño, ella vuelve a pasar, una mirada, se intercambia conmigo, se pierde en la nada y vuelve su vista hacia el frente. Como si fuese una persona más dentro de ese mar de gente. En apariencia me veo normal, pero estoy derrotado por dentro. ¿Qué pasa? ¿Dije algo indebido? ¿Me excedí en algún comentario? Sin manera de preguntárselo o tal vez, solo tal vez, esté dejando lo mejor para cuando la vea en otra ocasión, si eso debe de ser. Mientras tanto debo dejar de pensar en ella, me intoxica, me llena de esperanza pero al mismo tiempo me vacía de la misma. Ella no se lo merece, no se merece que esté así por otra persona, pero siendo honestos ¿a quién no le ha pasado algo similar?F. J. R. Blanco.

Sentados en una banca, bajo un sol a punto de fenecer se encuentran los dos, con una triste estatua de Fray Andrés de Olmos como testigo, y detrás suyo el inicio del puente Tampico. Ambos visten ropa deportiva, han caminado mucho y están cansados, sentados con las piernas cruzadas observan el horizonte del lado opuesto del atardecer, como si quisieran que no llegara ese momento en que se da la noche. Él se lamenta, ella está perdida en sus pensamientos. Él le pasa el brazo por encima de la espalda, con un gesto de amistad y altruismo para un tercer observador, pero para nuestro amigo se trata del gesto de amor más grande que en su corta vida de adolescente ha hecho.-No pienses en él- le dice con tono suave, afectuoso, aunque para él se trate de una forma de organizar su vida y conseguirla a ella. -Es que no puedo, no es el súper chavo pero lo quiero mucho- dijo ella con tono de lamento. - Pues tú no eres la súper chava, pero mira como estoy por ti- pensó nuestro hombre en potencia, desde luego lo pensó ni como imaginar que lo pudiese llegar a decir, todavía no, será mejor esperar el momento correcto. -Es que él no me apoya, se burla de mi problema con el alcohol- si estimado lector, una adolescente lamentándose como un adulto sobre su problema etílico. Entonces ella quebró en llanto, su tez blanca empezó a transmutarse en rosa, un rosa pálido, bello pero también doloroso para su mejor amigo. Entonces él la abraza, y también llorando le dice:Puede que no sea la mejor persona del mundo, que hasta el día de hoy mi mayor logro académico haya sido un 70 en álgebra, que lo más lindo que me hayan dicho ha sido "eres buena onda" o que me puedo sentir dueño del mundo con cincuenta pesos en el bolsillo. Pero sí te quiero asegurar que siempre que llores estaré ahí por ti, que espero y se repongan las cosas con tu novio porque mereces lo mejor de este mundo y si para ti es él, adelante, fúndete con él y llévalo todo hasta el final. Que si bien te merece, comprenderá lo mucho que vales. Por mi parte te prometo ser el bastón en tu camino y la sombrilla que te proteja tanto del sol como de la lluvia, de aquí hasta el fin de mis días porque yo...¿Porque yo que? Preguntó ella con un tono que rayaba entre la esperanza y el desespero. Porque yo soy tu mejor amigo y entonces lloró y la abrazó por completo, sentados, el uno junto al otro, abrazados con el atardecer por consumarse y la figura con su imponente aire de clérigo, solemne, desinteresada.F. J. R. Blanco.

Querida Amiga:Por favor, escribe la historia de un amor imposible. Donde él la ame a ella en silencio o viceversa, es lo de menos. Lo importante es que uno sienta algo por el otro tan intenso que nisiquiera se atreva a expresarlo y que sienta comprometida toda su vida de tan siquiera pensar en hacérselo saber. Agrega que ambos tengan con quien compartir su vida pero que sientan que no les es suficiente y que tal vez podrían encontrar eso en el otro, pero que por guardar apariencias sigan igual y se convenzan que hacen lo correcto. No omitas mencionar que uno de ellos piense en el otro todo el tiempo y que cuando la o lo vea sienta que camina sobre nubes yque lo demás está en pausa, se detiene, que sienta mariposas o cualquier otro bicho en el estómago cuando vea pasar a quien posee toda su atención, que recuerde que está vivo como hacía tiempo no se ha sentido.Las implicaciones morales pueden sonar interesantes, amar a alguien en silencio puede enaltecer a alguien o condenarlo al cadalso, lo primero si se encuentra solo sin nadie más, lo segundo si, teniendo a alguien se fija en otra persona. Por favor no le realices ningún reproche, aunque tampoco justifiques su conducta, en esa historia hay que procurar ser objetivos dentro de la subjetividad porque nadie está exento de que le pase lo mismo. Por más fariseos que aparentemos ser todos tenemos las mismas aptitudes y las mismas limitantes.Las bondades de escribir una historia así son inimaginables y te permitirán creatividad. Cualquiera puede ser personaje ¿quién está exento de ello? Puedes elegir tanto a un grupo de pordioseros como a los integrantes de una empresa, profesionistas exitosos o gente sin quehacer. La condición de los sujetos es lo de menos, enfócate en su problemática. Mas nunca, nunca, nunca, permitas que terminen estando juntos, es un amor imposible recuérdalo siempre, puedes mencionar que salen juntos, que él sea caballeroso con ella y que ella también permita esa atención. Inclusive te autorizo que piensen en la posibilidad de estar juntos pero que no lo materialicen, que prefieran estar cómodos en su situación actual por costumbre,por necesidad, por infravalorarse pero, reitero, no pueden terminar unidos, es la historia de un amor imposible, recuérdalo.Sobre este último tópico debo abundar. Puede sonar tentador y lo reconozco pensar que al final del día el amor se impone, ¿pero no crees que será mejor permanecer en la misma situación?Y si aceptamos mi anterior aserto, ¿se impone con respecto a qué? Imaginemos que él se encuentra unido en matrimonio con otra persona que en un origen consideró la apropiada, luego conoce a otra a quien él piensa comienza a amar ¿Cómo se impondrá el amor? Ahora imaginemos que tienen hijos ¿Qué pesaría más: el egoísmo o la virtud? Bien, pensemos en que ella tiene también una relación y decide seguir con ella por la continuidad en el estado de confort ¿habría que reprocharle algo? ¿Quién, con este posmodernismo seductor no desearía seguir igual? Por eso te menciono amiga, no lo relates en tu historia, no te metas en problemas que te orillen a justificar lo injustificable, una real historia de un amor imposible, si no incluye alguno de los elementos que te hago referencia no lo puede ser.Ahora bien, quiero hacerte una aclaración, no te sientas implicada en lo que refiero en este documento. Sólo son lineamientos, consejos, para hacer una historia que le guste a todo aquelque haya sentido algo similar. Desde luego no es para gente perfecta que siempre ha tenido su amor correspondido, envejeció con esa persona y murió al año de haber muerto el otro por que no concebía un mundo sin él. Está bien, en este último caso ni siquiera lo leerían, ya están muertos pero sabes a lo que me refiero.Con justa razón me puedes decir que por que no la escribo yo, pero no sería imparcial. Me sentiría tentado a escribir un final feliz y no lo quiero. O más bien concibo como final feliz queambos terminen juntos y se sientan plenos el uno con el otro. No caigas en la misma tentación, estoy seguro que no lo harás por que la forma de ver la vida que tienes es distinta a la mía y llevarás a buen término la historia que te propongo. Tampoco me quiero atrever a escribirla, se podría pensar que pasé o estoy pasando por algo similar y no quiero más conflictos morales.Por último, ten por seguro que dependiendo la forma que trates la problemática expuesta será también la solución que propongas a tus personajes. Lo más que puedo hacer sin restarteneutralidad en la historia que estás a punto de hacer es recomendarte una de muchísimas formas de concluirla: tal vez pueda terminar donde él tome la decisión de darle a ella las indicaciones que escriba una historia de un amor imposible, dejando un final abierto sobre la impresión causada en su amada sobre este respecto.Saludos.F. J. R. Blanco. 

En una soleada tarde de verano se encontraban los dos hablando en un restauran cualquiera de de banalidades, cuestiones sin importancia. Ella mencionaba aspectos de su vida que el desconocía, por lo cual estaba atento a lo que mencionaba, mostrando todo el interés del mundo en quien en ese momento parecía  ser la única persona en el mismo. De repente es bruscamente interrumpida. -No te lo tomes personal, pero empiezo a sentir algo por ti- Ella empezó a recogerse su cabello, que dejaba caer una cola por el hombro izquierdo y un mechón que de repente le tapaba el ojo del mismo lado, lo cual la hacía verse cada vez más interesante. -¿Por qué me dices eso?- Dijo ella sorprendida. -Porque lo siento, pero no quiero que te lo tomes personal, háblame como siempre, mírame como siempre, solo quiero que lo sepas- aseveró el, con una mirada que podía hacer que cualquier persona viera el universo en sus ojos.¿Pero cómo no quieres que me lo tome personal si es un sentimiento que estás teniendo la confianza en decirme? -replicó con suma extrañeza, como si lo que se le acabara de decir fuera de lo más extraordinario. -Porque realmente no has hecho nada para que yo me sienta así,verás en mi mente te llevo en todo momento, tu puedes ser cualquier persona para las señoras que se encuentran frente a nuestra mesa, yo puedo ser nadie para la mesera que nos viene a atender, pero para mí tu eres la persona más importante en este mundo y por lo menos en este momento solo existes tú para mí. Pero te repito, no has hecho nada más que ser tu misma, en todo caso quien pudiera estar mal soy yo, al parecerme fuera de lo común un ser humano por demás ordinario. Y te repito, no pretendo que hagas nada, solo quiero que lo sepas.-Consternada ella empezó a reír. -En serio, que divertido eres, nunca pensé que fueras tan gracioso-. Él se quedó atónito, -¿Cómo puede ser que me equipare a un payaso si es una de las cosas más serias que he considerado en mi vida? Pensó y se le quedó mirando a sus ojos,mientras ella seguía jugando con su mechón de cabello que iba y venía a lo largo de su rostro, como uno de esos prodigios de Dios que uno puede observar solo una vez en la vida. -Mira, si lo que me dices fuera cierto, en serio sería personal porque guardas un sentimiento hacia mí, por lo que me siento implicada por supuesto.- Él se queda sorprendido y haciendo gala de su perspicacia le contesta: -Me hace sentir tan bien que te sientas implicada porque significaque te sientes responsable de mis sentimientos, pero te repito, no has hecho algo tan significativo, verás yo empecé a tener una lucha interna por decidirme si me gustarías o no, cuando me decidí por lo primero entonces mi idea fue dirigida hacia la forma en que lo trataría, si sería un amor en silencio o pediría consejo a alguien, ya decidiendo el amor en silencio opté por buscarte, sin encontrarte en ningún lado por más que buscaba, y cuando te encontraba teevitaba, para negar a mí mismo una felicidad en potencia que tal vez nunca se vuelva acto. Después que pese a mis intentos te encontraba, te empezaba a ver en todos lados, me decías que te gustaba un cierto tipo de música, que a donde quiera que iba escuchaba, que te gustaba un olor de perfume que de repente ubicada a donde fuera, e inclusive veía problemas legales en todos lados para recordarte. Fue cuando tomé una decisión más, empezar a invitarte a salir sin medir las consecuencias, sin pensar en que me enamoraría más al tratarte fuera del ambiente laboral. Y ahora estoy aquí explicándote algo que tal vez si fuera un adolescente pensaría en decirlo.Ella cambió su semblante. Un aire de seriedad la rodeaba, meditabunda empezó a observarlo, sus reacciones, su rostro, él también tenía un aire reflexivo después de haberse desahogado, como quien da una buena noticia pero desconoce si la otra persona la tomaría como tal. Se empezaron a observar el uno al otro, en silencio, como pensando lo que seguirá después, que harán con ese sentimiento que ella también empieza a tener.-Entiendo porque veas que no es algo personal y que tus sentimientos son eso, tuyos, y no pienso cambiarlos. Tampoco puedo aceptar responsabilidad porque bien lo dices todo ha sido idea tuya, creaste un microcosmos donde yo soy el centro y sin yo saberlo, sin saber que soy reina donde ni siquiera lo imaginaba, sin saber que soy la magnificencia en ese pequeño mundo tuyo. Pero realmente, ¿qué papel he jugado en eso?, tu creación mental. Te advierto que te puedes desilusionar, no soy quien parezco y las personas más allegadas a mí me huyen porque me temen. Pero además ¿no pretendes que haga nada? Entonces no haré nada, me quedaré almargen. Y al decir esto un halo de tristeza se dibujó en su rostro, como el de alguien que no cree que sea posible ser feliz.Él se quedó atónito, esperaba cualquier respuesta, pero no estaba preparado para recibir cualquier respuesta. La tomó de la mano y la miró a los ojos. Se quedaron segundos así, claro para las demás personas, para ellos parecían eones, ella intentó retirar su mano pero él no la dejó. Acercó sus labios a los de ella y la besó. Entonces se detuvo todo a su alrededor, por lo menos ese instante, dejó de ser personal y el problema se empezó a compartir.F.J.R. Blanco.

Carmen era víctima de la mala alimentación. Buscaba una forma de resolver su problemática indefinida por el tiempo. Resuelta, se disponía a robar. -Será fácil- se decía, -sólo una pieza de pan para poder comer hoy-. Ya tenía todo visualizado completamente. Entraría a la panadería, le pediría a la empleada un pastel de esos que tienen en exhibición y cuando se diera la vuelta para ir a la bodega, saldría corriendo con el pedazo de pan como liebre perseguida por un leopardo. Fácil, en serio, tanto que ni la desnutrición que padecía le podía afectar su conciencia y buen juicio, el plan era infalible y lo empezaba a llevar a cabo con perfecta ejecución.Entró al expendio de pan, saludó gustosamente a la vendedora, le pidió el pastel más grande que tenían en venta, la empleada la miró atónita, ¿Cómo una persona tan andrajosa podría atreverse a pedir tal cosa? En fin, la última vez que pensó lo mismo su patrón le llamó fuertemente la atención porque no le quiso vender al millonario del pueblo quien ese día había ido con sus peores ropas. No, se dijo ella, no me pasará lo mismo. Entonces fue hasta el fondo de la tienda para poder traer aquello que con tanta insistencia se le pedía. Carmen entonces tomó el primer pan que vio, un bolillo, cuando estaba por salir observó que por un lado de la puerta estaba uno de esos pastelitos que su madre le compraba cuando era una niña, cuando aún vivían sus padres y ella era feliz, no una adolescente a punto de desvanecerse por no comer. Entonces volteó para ver a la empleada, apenas empezaba a entrar a la bodega, tenía el tiempo suficiente.Rápidamente tomó el pastelito cuando observó a un lado de ella el congelador, empezó a imaginarse lo placentero que sería acompañar esos manjares con un poco de leche, por lo quevolvió a voltear y la empleada apenas había entrado a la bodega. Abrió el refrigerador y vio varios galones, medios galones, litros y presentaciones infantiles. Tomó un litro de leche, pensando en que igual no podría sostener por mucho tiempo un galón puesto que al carecer ella de nevera lo más seguro sería que la leche se agriara. Una vez con el bolillo, el pastelito y el litro de leche, se disponía a salir cuando entra un hombre de aproximadamente unos 40años a la tienda, la saluda con gusto, ¿quién no saluda con gusto los domingos por la mañana? Ella contesta el saludo pero se empieza a preocupar, ¿Qué diría el señor si saliera en ese momento? ¿Sería el dueño? ¿Le pediría la nota de pago antes de salir? Esa variable no fue contemplada en su plan, no le quedó más que responder el saludo y recibió una pregunta que la aturdió mas ¿Dónde está Josefina? ¿Siempre es lo mismo, cuando llego no está ella, usted la ha visto? Carmen le contesta que no, luego empieza a idear una forma de saber si esa persona era solo un cliente más o el dueño, le comenta que fue a la bodega por un pastel de los que tienen en exhibición. El señor se queda pensando, y por fin dice que regresa luego, y se va musitando cosas sobre el matrimonio y lo difícil que es cuando ambos trabajan.Fue un respiro para Carmen, no se trataba del jefe, pero debía apresurarse, cuando de repente escucha un grito: -señora no tengo más del que se encuentra en exhibición, ¿desea algún otro como el que está al lado del que me pidió, que es de chocolate? Entonces Carmen le contesta que sí, a lo cual sale Josefina con el pastel inmediatamente. Carmen se preocupa. La falta de alimento no la deja pensar con claridad y lo que está por hacer se publica al día siguiente en los periódicos como el obituario de la empleada de la panadería que aún no le decía a su esposo que estaba embarazada.Todos en el pueblo buscan a Carmen, la buscan ahora que cometió un crimen, no antes que estaba desamparada y con hambre. El pueblo se hace responsable de sus errores y persigue a la causante de la extinción de una familia que eventualmente iba a crecer. Solo que cometen el error más grande, olvidan que ellos crearon el problema del cual ahora se lamentan. F.J.R. Blanco.