• Joaquin Sariego
logico
-
  • País: Chile
 
Como la brisa que la sangre oreasobre el oscuro campo de batalla,cargada de perfumes y armoníasen el silencio de la noche vaga;símbolo del dolor y la ternura,del bardo inglés en el horrible drama,la dulce Ofelia, la razón perdidacogiendo flores y cantando pasa.
Rima VI, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  100 Lecturas
Del salón en el ángulo oscuro,de su dueño tal vez olvidada,silenciosa y cubierta de polvoveíase el arpa.¡Cuánta nota dormía en sus cuerdascomo el pájaro duerme en la ramaesperando la mano de nieveque sabe arrancarlas!¡Ay! -pensé-, ¡Cuántas veces el genioasí duerme en el fondo del alma,y una voz, como Lázaro, esperaque le diga: “Levántate y anda”!
Rima VII, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  124 Lecturas
Olas gigantes que os rompéis bramando en las playas desiertas y remotas, envuelto entre la sábana de espumas, ¡llevadme con vosotras! Ráfagas de huracán que arrebatáis del alto bosque las marchitas hojas, arrastrado en el ciego torbellino, ¡llevadme con vosotras! Nube de tempestad que rompe el rayo y en fuego ornáis las sangrientas orlas, arrebatado entre la niebla oscura, ¡llevadme con vosotras!. Llevadme, por piedad, a donde el vértigo con la razón me arranque la memoria. ¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme con mi dolor a solas!.
Rima LII, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  112 Lecturas
Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán. Pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres... ¡esas... no volverán!. Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde aún más hermosas sus flores se abrirán. Pero aquellas, cuajadas de rocío cuyas gotas mirábamos temblar y caer como lágrimas del día... ¡esas... no volverán! Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará. 
Rima LIII, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  107 Lecturas
Hoy como ayer, mañana como hoy, ¡y siempre igual! Un cielo gris, un horizonte eterno y andar... andar. Moviéndose a compás, como una estúpida máquina, el corazón. La torpe inteligencia del cerebro, dormida en un rincón. El alma, que ambiciona un paraíso, buscándole sin fe, fatiga sin objeto, ola que rueda ignorando por qué. Voz que, incesante, con el mismo tono, canta el mismo cantar, gota de agua monótona que cae y cae, sin cesar. Así van deslizándose los días, unos de otros en pos; hoy lo mismo que ayer...; y todos ellos, sin gozo ni dolor. ¡Ay, a veces me acuerdo suspirando del antiguo sufrir! Amargo es el dolor, ¡pero siquiera padecer es vivir!
Rima LVI, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  144 Lecturas
Este armazón de huesos y pellejos, de pasear una cabeza loca se halla cansado al fin, y no lo extraño, pues, aunque es la verdad que no soy viejo, de la parte de vida que me toca en la vida del mundo, por mi daño he hecho un uso tal, que juraría que he condensado un siglo en cada día. Así, aunque ahora muriera, no podría decir que no he vivido; que el sayo, al parecer nuevo por fuera, conozco que por dentro ha envejecido. Ha envejecido, sí, ¡pese a mi estrella! Harto lo dice ya mi afán doliente, que hay dolor que al pasar, su horrible huella graba en el corazón, si no en la frente.
Rima LVII, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  106 Lecturas
Los invisibles átomos del aireen derredor palpitan y se inflamanel cielo se deshace en rayos de orola tierra se estremece alborozada.Oigo flotando en olas de armoníarumor de besos y batir de alas,mis párpados se cierran...¿Qué sucede?¿Dime?... ¡Silencio!... ¿Es el amor que pasa?
Rima X, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  115 Lecturas
—Yo soy ardiente, yo soy morena,yo soy el símbolo de la pasión,de ansia de goces mi alma está llena.¿A mí me buscas?—No es a ti, no.—Mi frente es pálida, mis trenzas de oro:puedo brindarte dichas sin fin,yo de ternuras guardo un tesoro.¿A mí me llamas?—No, no es a ti.—Yo soy un sueño, un imposible,vano fantasma de niebla y luz;soy incorpórea, soy intangible:no puedo amarte.—¡Oh ven, ven tú!
Rima XI, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  117 Lecturas
Tu pupila es azul, y cuando ríes,su claridad suave me recuerdael trémulo fulgor de la mañanaque en el mar se refleja.Tu pupila es azul, y cuando lloras,las transparentes lágrimas en ellase me figuran gotas de rocíosobre una violeta.Tu pupila es azul, y si en su fondocomo un punto de luz radia una ideame parece, en el cielo de la tarde,¡una perdida estrella!
Si al mecer las azules campanillasde tu balcón,crees que suspirando pasa el vientomurmurador,sabe que, oculto entre las verdes hojas,suspiro yo.Si al resonar confuso a tus espaldasvago rumor,crees que por tu nombre te ha llamadolejana voz,sabe que, entre las sombras que te cercante llamo yo.Si se turba medroso en la alta nochetu corazón,al sentir en tus labios un alientoabrasador,sabe que, aunque invisible, al lado tuyorespiro yo.
Al ver mis horas de fiebre e insomnio lentas pasar, a la orilla de mi lecho, ¿quién se sentará? Cuando la trémula mano tienda, próximo a expirar, buscando una mano amiga, ¿quién la estrechará? Cuando la muerte vidríe de mis ojos el cristal, mis párpados aún abiertos, ¿quién los cerrará? Cuando la campana suene (si suena en mi funeral) una oración, al oírla, ¿quién murmurará? Cuando mis pálidos restos oprima la tierra ya, sobre la olvidada fosa, ¿quién vendrá a llorar? ¿Quién en fin, al otro día, cuando el sol vuelva a brillar, de que pasé por el mundo quién se acordará?
Rima LXI, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  131 Lecturas
Espíritu sin nombre,indefinible esencia,yo vivo con la vidasin formas de la idea.Yo nado en el vacíodel sol tiemblo en la hoguerapalpito entre las sombrasy floto con las nieblas.Yo soy el fleco de orode la lejana estrella,yo soy de la alta lunala luz tibia y serena.Yo soy la ardiente nubeque en el ocaso ondea;yo soy del astro errantela luminosa estela.Yo soy nieve en las cumbres,soy fuego en las arenas,azul onda en los maresy espuma en las riberas.En el laúd soy nota,perfume en la violeta,fugas llama en las tumbasy en las ruinas hiedra.Yo atrueno en el torrente,y silbo en la centellay ciego en el relámpagoy rujo en la tormenta.Yo río en los alcoressusurro en la alta yerba,suspiro en la onda puray lloro en la hoja seca.Yo ondulo con los átomosdel humo que se elevay al cielo lento subeen espiral inmensa.Yo, en los dorados hilosque los insectos cuelganme mezclo entre los árbolesen la ardorosa siesta.Yo corro tras las ninfasque en la corriente frescadel cristalino arroyodesnudas juguetean.Yo, en bosque de corales,que alfombran blancas perlas,persigo en el océanolas náyades ligeras.Yo, en las cavernas cóncavas,do el sol nunca penetra,mezclándome a los gromoscontemplo sus riquezas.Yo busco de los sigloslas ya borradas huellas,y sé de esos imperiosde que ni el nombre queda.Yo sigo en raudo vértigolos mundos que voltean,y mi pupila abarcala creación entera.Yo sé de esas regionesa do rumor no llega,y donde informes astrosde vida un soplo esperan.Yo soy sobre el abismoel puente que atraviesa;yo soy la ignota escalaque el cielo une a la tierra.Yo soy el invisibleanillo que sujetael mundo de la formaal mundo de la idea.Yo soy, en fin, ese espíritu,desconocida esencia,perfume misteriosode que es vaso el poeta.
Rima V, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  130 Lecturas
Cuando miro el azul horizonteperderse a lo lejosa través de una gasa de polvodorado e inquieto,me parece posible arrancarmedel mísero suelo,y flotar con la niebla doradaen átomos levescual ella deshecho.Cuando miro de noche en el fondoobscuro del cielolas estrellas temblar, como ardientespupilas de fuego,me parece posible a do brillansubir en un vuelo,y anegarme en su luz, y con ellaen lumbre encendidofundirme en un besoEn el mar de la duda en que bogoni aún sé lo que creo:¡Sin embargo, estas ansias me dicenque yo llevo algodivino aquí dentro!
Rima VIII, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  101 Lecturas
Porque son, niña, tus ojosverdes como el mar, te quejas;verdes los tienen las náyades,verdes los tuvo Minerva,y verdes son las pupilasde las hourís del Profeta.El verde es gala y ornatodel bosque en la primavera;entre sus siete coloresbrillante el Iris lo ostenta,las esmeraldas son verdes;verde el color del que espera,y las ondas del océanoy el laurel de los poetas.Es tu mejilla tempranarosa de escarcha cubierta,en que el carmín de los pétalosse ve al través de las perlas.Y sin embargo,sé que te quejasporque tus ojoscrees que la afean,pues no lo creas.Que parecen sus pupilashúmedas, verdes e inquietas,tempranas hojas de almendroque al soplo del aire tiemblan.Es tu boca de rubíespurpúrea granada abiertaque en el estío convidaa apagar la sed con ella,Y sin embargo,sé que te quejasporque tus ojoscrees que la afean,pues no lo creas.Que parecen, si enojadatus pupilas centellean,las olas del mar que rompenen las cantábricas peñas.Es tu frente que corona,crespo el oro en ancha trenza,nevada cumbre en que el díasu postrera luz refleja.Y sin embargo,sé que te quejasporque tus ojoscrees que la afean:pues no lo creas.Que entre las rubias pestañas,junto a las sienes semejanbroches de esmeralda y oroque un blanco armiño sujetan.Porque son, niña, tus ojosverdes como el mar te quejas;quizás, si negros o azulesse tornasen, lo sintieras.
Rima XII, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  112 Lecturas
Hoy la tierra y los cielos me sonríen;hoy llega al fondo de mi alma el sol;hoy la he visto.., la he visto y me ha mirado...¡Hoy creo en Dios!
Fatigada del baile,encendido el color, breve el aliento,apoyada en mi brazo,del salón se detuvo en un extremo.Entre la leve gasaque levantaba el palpitante seno,una flor se mecíaen compasado y dulce movimiento.Como cuna de nácarque empuja al mar y que acaricia el céfirotal vez allí dormíaal soplo de sus labios entreabiertos.¡Oh! ¡Quién así, pensaba,dejar pudiera deslizarse el tiempo!¡Oh, si las flores duermen,qué dulcísimo sueño!
Te vi un punto, y, flotando ante mis ojos,la imagen de tus ojos se quedó,como la mancha oscura, orlada en el fuego,que flota y ciega si se mira al sol.Adondequiera que la vista clavo,torno a ver tus pupilas llamear;mas no te encuentro a ti; que es tu mirada:unos ojos, los tuyos, nada más.De mi alcoba en el ángulo los mirodesasidos fantásticos lucir;cuando duermo los siento que se ciernende par en par abiertos sobre mí.Yo sé que hay fuegos fatuos que en la nochellevan al caminante a perecer:yo me siento arrastrado por tus ojospero a dónde me arrastran, no lo sé.
Cendal flotante de leve bruma,rizada cinta de blanca espuma,rumor sonorode arpa de oro,beso del aura, onda de luz,eso eres tú.Tú, sombra aérea que cuantas vecesvoy a tocarte, te desvanecescomo la llama, como el sonido,como la niebla, como un gemidodel lago azul.En mar sin playas onda sonante,en el vacío cometa errante,largo lamento.del ronco viento,ansia perpetua de algo mejor,Eso soy yo.¡Yo, que a tus ojos, en mi agoníalos ojos vuelvo de noche y díayo, que incansable como dementetras una sombra, tras la hija ardientede una visión!
Rima XV, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  65 Lecturas
Cuando sobre el pecho inclinasla melancólica frente,una azucena tronchadame pareces.Porque al darte la pureza,de que es símbolo celeste,como a ella te hizo Diosde oro y de nieve.
Por una mirada, un mundo,por una sonrisa, un cielo,por un beso... ¡yo no séque te diera por un beso!
Dos rojas lenguas de fuegoque a un mismo tronco enlazadasse aproximan, y al besarseforman una sola llama.Dos notas que del laúda un tiempo la mano arranca,y en el espacio se encuentrany armoniosas se abrazan.Dos olas que vienen juntasa morir sobre una playay que al romper se coronancon un penacho de plata.Dos jirones de vaporque del lago se levantan,y al reunirse en el cieloforman una nube blanca.Dos ideas que al par brotan,dos besos que a un tiempo estallan,dos ecos que se confunden,eso son nuestras dos almas.
Cuando en la noche te envuelvenlas alas de tul del sueñoy tus tendidas pestañassemejan arcos de ébano,por escuchar los latidosde tu corazón inquietoy reclinar tu dormidacabeza sobre mi pecho,diera, alma mía,cuanto poseo,la luz, el airey el pensamiento!cuando se clavan tus ojosen un invisible objetoy tus labios iluminade una sonrisa el reflejo,por leer sobre tu frenteel callado pensamientoque pasa como la nubedel mar sobre el ancho espejo,diera, alma mía,cuanto deseo,la fama, el oro,la gloria, el genio!Cuando enmudece tu lenguay se apresura tu alientoy tus mejillas se enciendeny entornas tus ojos negros,por ver entre sus pestañasbrillar con húmedo fuegola ardiente chispa que brotadel volcán de los deseos,diera, alma mía,por cuanto espero,la fe, el espíritu,la tierra, el cielo.
Voy contra mi interés al confesarlo;no obstante, amada mía,pienso cual tú que una oda solo es buenade un billete del banco al dorso escrita.No faltará algún necio que al oírlose haga cruces y diga:Mujer al fin del siglo diez y nuevematerial y prosaica... ¡Boberías!¡Voces que hacen correr cuatro poetasque en invierno se embozan con la lira!¡Ladridos de los perros a la luna!Tú sabes y yo se que en esta vida,con genio es muy contado el que la escribe,y con oro cualquiera hace poesía.
Voy contra mi interés al confesarlo;no obstante, amada mía,pienso cual tú que una oda solo es buenade un billete del banco al dorso escrita.No faltará algún necio que al oírlose haga cruces y diga:Mujer al fin del siglo diez y nuevematerial y prosaica... ¡Boberías!¡Voces que hacen correr cuatro poetasque en invierno se embozan con la lira!¡Ladridos de los perros a la luna!Tú sabes y yo se que en esta vida,con genio es muy contado el que la escribe,y con oro cualquiera hace poesía.
Cuando entre la sombra oscuraperdida una voz murmuraturbando su triste calma,si en el fondo de mi almala oigo dulce resonar,dime: ¿es que el viento en sus girosse queja, o que tus suspirosme hablan de amor al pasar?Cuando el sol en mi ventanarojo brilla a la mañanay mi amor tu sombra evoca,si en mi boca de otra bocasentir creo la impresión,dime: ¿es que ciego deliro,o que un beso en un suspirome envía tu corazón?Y en el luminoso díay en la alta noche sombría,si en todo cuanto rodeaal alma que te deseate creo sentir y ver,dime: ¿es que toco y respirosoñando, o que en un suspirome das tu aliento a beber?
Sobre la falda teníael libro abierto,en mi mejilla tocabansus rizos negros:no veíamos las letrasninguno, creo,mas guardábamos entramboshondo silencio.¿Cuánto duró? Ni aun entoncespude saberlo;sólo sé que no se oíamás que el aliento,que apresurado escapabadel labio seco.Sólo sé que nos volvimoslos dos a un tiempoy nuestros ojos se hallarony sonó un beso.Creación de Dante era el libro,era su Infierno.Cuando a él bajamos los ojosyo dije trémulo:¿Comprendes ya que un poemacabe en un verso?Y ella respondió encendida:¡Ya lo comprendo!
Asomaba a sus ojos una lágrimay a mis labios una frase de perdón...habló el orgullo y se enjugó su llanto,y la frase en mis labios expiró.Yo voy por un camino, ella por otro;pero al pensar en nuestro mutuo amor,yo digo aún: "¿Por que callé aquél día?"y ella dirá. "¿Por qué no lloré yo?"
Pasaba arrolladora en su hermosuray el paso le dejé,ni aun mirarla me volví, y no obstantealgo en mi oído murmuró “Esa es”.¿Quién reunió la tarde a la mañana?Lo ignoro; sólo séque en una breve noche de veranose unieron los crepúsculos y ... “fue”.
Es cuestión de palabras, y, no obstante,ni tú ni yo jamás,después de lo pasado, convendremosen quién la culpa está.¡Lástima que el amor un diccionariono tenga dónde hallarcuándo el orgullo es simplemente orgulloy cuándo es dignidad!
Cruza callada y son sus movimientossilenciosa armonía;suenan sus pasos, y al sonar recuerdandel himno alado la cadencia rítmica.Los entreabre, aquellos ojostan claros como el día,y la tierra y el cielo, cuando abarcan,arden con nueva luz en sus pupilas.Ríe, y su carcajada tiene notasdel agua fugitiva;llora, y es cada lágrima un poemade ternura infinita.Ella tiene la luz, tiene el perfume,el color y la línea,la forma, engendradora de deseos,la expresión, fuente eterna de poesía.¿Que es estúpida?... ¡Bah!, mientras, callandoguarde obscuro el enigma,siempre valdrá, a mi ver, lo que ella callamás que lo que cualquiera otra me lo diga.
No me admiró tu olvido! Aunque de un día,me admiró tu cariño mucho más;porque lo que hay en mí que vale algoeso... ¡ni lo pudiste sospechar!.
Si de nuestros agravios en un librose escribiese la historia,y se borrase en nuestras almas cuantose borrase en sus hojas;te quiero tanto aún; dejó en mi pechotu amor huellas tan hondas,que sólo con que tú borrases una,¡las borraba yo todas!
¿A qué me lo decís? Lo sé: es mudable,es altanera y vana y caprichosa;antes que el sentimiento de su alma,brotará el agua de la estéril roca.Sé que en su corazón, nido de sierpes,no hay una fibra que al amor responda;que es una estatua inanimada..., pero...¡es tan hermosa!
Tú eras el huracán y yo la altatorre que desafía su poder:¡tenías que estrellarte o que abatirme!¡No pudo ser!Tú eras el océano y yo la enhiestaroca que firme aguarda su vaivén:¡tenías que romperte o que arrancarme! ...¡No pudo ser!Hermosa tú, yo altivo; acostumbradosel uno a arrollar, el otro a no ceder:la senda estrecha, inevitable el choque ...¡No pudo ser!
Cuando me lo contaron sentí el fríode una hoja de acero en las entrañas,me apoyé contra el muro, y un instantela conciencia perdí de donde estaba.Cayó sobre mi espíritu la noche,en ira y en piedad se anegó el alma,¡Y entonces comprendi por qué se llora,Y entonces comprendi por qué se mata!Pasó la nube de dolor..., con penalogré balbucear breves palabras...¿Quién me dio la noticia?... Un fiel amigo¡Me hacia un gran favor!... Le di las gracias.
Antes que tú me moriré: escondidoen las entrañas yael hierro llevo con que abrió tu manola ancha herida mortal.Antes que tú me moriré: y mi espíritu,en su empeño tenaz,sentándose a las puertas de la muerte,allí te esperará.Con las horas los días, con los díaslos años volarán,y a aquella puerta llamarás al cabo...¿Quién deja de llamar?Entonces que tu culpa y tus despojosla tierra guardará,lavándote en las ondas de la muertecomo en otro Jordán.Allí, donde el murmullo de la vidatemblando a morir va,como la ola que a la playa vienesilenciosa a expirar.Allí donde el sepulcro que se cierraabre una eternidad...¡Todo lo que los dos hemos calladolo tenemos que hablar!
¡Dios sabe cuántas veces,con paso perezoso,hemos vagado juntosbajo los altos olmosque de su casa prestanmisterio y sombra al pórtico!Y ayer... un año apenas,pasando como un soplocon qué exquisita graciacon qué admirable aplomo,me dijo al presentarnosun amigo oficioso:“Creo que alguna partehe visto a usted” ¡Ah, bobosque sois de los salonescomadres de buen tono,y andáis por allí a cazade galantes embrollos.¡Qué historía habéis perdido!¡Qué manjar tan sabroso!para ser devorado“soto voce” en un corro,detrás de abanicode plumas de oro!¡Discreta y casta luna,copudos y altos olmos,paredes de su casa,umbrales de su pórtico,callad, y que en secretono salga con vosotros!Callad; que por mi partelo he vivido todo:y ella..., ella..., ¡no hay máscarasemejante a su rostro!
Rima XL, Becquer
Autor: Joaquin Sariego  70 Lecturas
Dejé la luz a un lado, y en el bordede la revuelta cama me senté,Mudo, sombrío, la pupila inmóvilclavada en la pared.¿Qué tiempo estuve así? No sé: al dejarmela embriaguez horrible de dolor,expiraba la luz y en mis balconesreía el sol.Ni sé tampoco en tan terribles horasen qué pensaba o que pasó por mí;solo recuerdo que lloré y maldije,y que en aquella noche envejecí.
Como en un libro abiertoleo de tus pupilas en el fondo;¿a qué fingir el labiorisas que se desmienten con los ojos?¡Llora! No te avergüencesde confesar que me quisiste un poco.¡Llora! Nadie nos mira!Ya ves: soy un hombre... ¡y también lloro!
En la clave del arco ruinosocuyas piedras el tiempo enrojeció,obra de un cincel rudo campeabael gótico blasón.Penacho de su yelmo de granito,la yedra que colgaba en derredordaba sombra al escudo en que una manotenía un corazón.A contemplarle en la desierta plazanos paramos los dos:Y, “ése, me dijo, es el cabal emblemade mi constante amor”.¡Ay!, y es verdad lo que me dijo entonces:Verdad que el corazónlo llevará en la mano..., en cualquier parte....pero en el pecho, no.

Seguir al autor

Sigue los pasos de este autor siendo notificado de todas sus publicaciones.
Lecturas Totales20710
Textos Publicados118
Total de Comentarios recibidos92
Visitas al perfil4924
Amigos17

Seguidores

Sin suscriptores

Amigos

17 amigo(s)
Beto Brom
Brenda Morales Chang
juan carlos reyes cruz
Silvana Chavez
Elvia    Gonzalez
lorena rioseco palacios
Marìa Vallejo D.-
Daih
...
Stella
jesus.bardon.11
Cristofer G
BRISA_
María Ester Rinaldi
Filiberto Oliveros
Juan Pablo
Ana Maria
   
 
logico

Información de Contacto

Chile
-
www.facebook.com/joaquin.sariego.ipinza.1/

Amigos

Las conexiones de logico

  Eitan10
  Brenda Chang
  JCRC
  silvana c
  elvia
  Lorena Rioseco Palacios
  MAVDADU
  Daih
  nada
  Maris
 
<< Inicio < Ant. [1] 2 Próx. > Fin >>