• Sandra Miranda
Ana Estela
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Para rezar y rogar que nuestros hermanos en Chile se recuperen este desastre que acaba de azotarlos de manera tan terrible y horrosa.Sea cual sea nuestra religiòn oremos por todos aquellos que ahora no pueden mantener la esperanza de vivir...Por Nuestros Hermanos
Lleguè al lugar en donde me pidiò que nos vièramos, me habìa esmerado para verme guapa y elegante, habìa tardado horas en peinarme y maquillarme; esa tarde era calurosa por eso me puse un vestido ligero y blanco, me perfumè para la ocaciòn con una fragancia que el me habìa regalado. Captè las miradas de varios hombres con los que me crucè pero yo sòlo querìa que mi adorado tormento me encontrara hermosa, el era el ùnico. La tarde estaba muriendo, el sol parcìa sangrar cuando por fin lo vo atravesar la calle, tan hermoso como siempre me robò el aliento: era rubio, ojos de un intenso azul que contrastaba con el negro de su chaqueta de cuero, era muy alto, mi cabeza le llegaba al hombro a pesar de que yo tambìen soy alta, sus mùsculos, aunque escondidos eran un tanto visibles a esa distacia.Una sonrisa se extendiò por su rostro cuando me vio,oh Dios mio, esa era la sonrisa mas bella del mundo, tan....perfecta y angelical; no pude evitar sonreir con el,su estado de ànimo era contagioso. Mi pulso se acelerò cuando por fin estuvo frente a mi, auntomàticamente me abriò sus inmensos brazos para que me acomodara en su pecho y puediese tragarme entera. No lo dudè ni un momento.Ah, que intensas eran las emociones que me embargaron cuando nos fundimos en ese abrazo,el amor que le tenìa era aùn mas grande que antes aunque pareciera imposible, amor, deseo, admiraciòn,facinaciòn.....confuciòn y sobre todo ... pues todo, yo no era capaz de estar con el sin sentirme plena, dichosa y completamente feliz. Yo querìa morir en esos brazos, querìa vivir en sus labios y dormir en su pecho.Aquel abrazo sòlo podìa significar una cosa: me pedirìa que volvìeramos, me pedirìa que lo perdonara (aunque no habìa nada que perdonar), que me fuera vivir con el, o tal vez....que me casara cone el; intensa, intensa,intensa, asi era yo cuando pensaba en nuestro futuro juntos,todo serìa tan hermoso y especial...., me sobresaltè cuando sus labios encontraron mi oìdo y me susurrò. -Te ves estupenda- estremecì, que voz, que voz -Iguel que tu, sigues igual de guapo, incluso mejor-de pronto sus brazos se tensaron y me apartò de si, su expreciòn me desconcertò, su mandìbula estaba trabada de indeciciòn y sus ojos ya no eran felices. -¿Tienes una idea de por que te citè aqui? A pesar de su expreciòn seguì sonriendo. -No, pero ya sabes que me gustan las sorpresas- algo de lo que dije debiò alterarlo ya que negò con la cabeza furiosamente, pero luego se detuvo y me mirò horrorizado. -No creeràs que estamos aqui para...-vacilò mientras evaluaba mi rostro-regresar ¿o si? Me quedè en shock, entonces ....¿¡Que demonios hacìamos ahì!?,¿Cìal era el motivo de que llegara tan contento y luego se pusiera tan frìo?. Aùn aturdida logrè hablar. -No,..si...bueno si no es para eso ¿que es lo que quieres decirme?-le tomò un segundo responderme -Me voy con Elena a Inglaterra-pocas palabras y un resultado devastador, me caì en la pena y la vegûenza; pocas palabras y un dolor tan intenso...tan atroz....tan agudo que mi corazòn se detuvo. -¿¡Que!? No!- jadè en busca de aire peron no pude -¡Càlmate por favor! Entiende... yo...-trataba de explicarse pero mi dificultad para respirar no se lo permitìa-La amo, la amo mas que a nada y no.... ¿Habìa sentido dolor antes? No era nada comparado con lo que sentì cuando me dijo esas palabras, no era real,no...no podìa ser real. Lo ùltimo que recuerdo fue que me alejè de su lado ignorando sus palabras de disculpa, caminè hacia la calle tratando de huir del dolor; alguien qgritò "¡Cuidado!" seguido de un coro de gritos ahogados y dos ùltimos que alcancè a oir a pesar del caos de mi cabeza, el prime fue un "¡No!" y el segundo el de bocina del auto que estaba a escasa distancia de mi
Los amores matan
Autor: Sandra Miranda  391 Lecturas
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Su melodìa
Autor: Sandra Miranda  351 Lecturas
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Ya sabìa que era inutil pero àùn asì mire el reloj por dècima vez, el no iba a venir.¿Por que? No sabìa, (a decir verdad lo imaginaba) pero ya estaba acostumbrada a que casi siempre inventara una excusa para llegar tarde, o simplemente, por no haber llegado.Suspirè y me sentè en el suelo junto a la caja de zapatos en donde guardaba nuestras fotos de el ùltimo viaje a la playa, cuando las cosas eran mas sencillas y no habìa tanto dolor en cada una de sus palabras, mas ahora....Entendìa que mi trabajo me tenìa ocupada y que por eso se habìa molestado pero no entendìa que sus horarios tampoco eran compatibles con los mìos.Mientras esperaba que llamara o por obra de algùn milagro llegara se me hizo un nudo en la graganta y los ojos se me llenaron de làgrimas, yo siempre trataba de que lo hubiera discuciones entre nosotros que nos distanciaran mas pero a veces era inevitable.En parte era por nuestras formas de ser: el era muy hosco y frìo, involuntariamente ,claro, su seriedad era buena para ciertos asuntos pero a veces simplemente me sacaba de mis casillas.Yo era su polo opuesto, odiaba la seriedad con toda mi alma, y aunque sabìa que era importante en algunos momentos me parecìa totalmente innesesario estar serio todo el tiempo, para mi la vida era una sola y querìa disfrutarla cada minuto. Sin embargo habìa momentos en los que me daba cuenta que ser diferentes era lo que mas nos gustaba, el decirle que lo amaba era la cosa mas natural del mundo, todas las mañanas antes de irme al trabajo se lo recordaba; por su parte las demostraciones de afecto eran mas fìsicas que verbales, decìa que me querìa cuando me tomaba la mano, me abrazaba, me besaba con todas sus fuerzas... o simplemente cuendo me miraba a los ojos.El era el hielo para el fuego que habìa en mi.Llorè a làgrima suelta cuando lo comprendì: Yo lo amaba demasiado, por todo lo que el era y lo que no, no me importaba que a veces pareciera que estar juntos era una tonterìa, ser distintos nos habìa hecho ser uno solo, un solo ser, un solo corazòn. Para siempre.Me dirigì a la cocina pues las làgrimas eran bastantes como para limpìarmelas con el dorso de la mano,tras tomar una servileta me apoyè en la barra y me quedè viendo el atardecer por la ventana que daba al jardìn, mientras recordaba todos los momentos en los que nuestra relaciòn habìa visto la felicidad.El sonido del telèfono interrumpiò mis pensamientos, casi corrì para contestar.-¿Diga?-En verdad lo siento pero no podrè llegar temprano a la casa-el sonido de su voz profunda hizo que una làgrima mas se desbordara de mi ojo, adoraba el sonido de su voz, me encantaban sus hermosos ojos, me enloquecìa su sonrisa....-Tuve un compromiso.Suspirè, ya me habìa dado cuenta.-Si, lo se, està bien.Me conocìa tan bien que captò la tristeza de mi tono.-En verdad, desearìa haber llegado mas temprano pero...- de repente un horrible sonido hizo que alejara el telèfono de mi: un golpe espantoso, vidrios rompièndose, el chirrido de un coche el frenar...Habìa tenido un accidente.-¡JORGE!Nadie me respondiò simplemente escuchaba un jadeo forzoso.-¡JORGE POR FAVOR RESPONDE!-Ana..-suspirò-¡JORGE!Oì gritos amortiguados y el sonido de una sirena, pero a mi sòlo me importaba el jadeo al otro lado del telèfono.-¡Dime algo por favor, Jorge!-Ana...Te amo y simpre lo voy a hacer-su voz se hiba apagando.-¡No te despidas!¡No me dejes!Luego dijo sus ùltimas palabras.-La mento habèrtelo dicho tan tarde.Y colgò.Jorge muriò ese dìa despuès de colgar, el sufrimiento y el dolor que experimentè no tienen explicaciòn, mi amigo, mi compañero, mi vida... se habìa esfumado.Por eso dìle lo mucho que amas a esa persona que lo meresca, no esperes a que sea tarde.
Un dìa un angelito se le hacercò a Dios y se sentò junto a èl, mientras observaba en el bello estanque imàgenes diferentes de la tierra: una niña sonriendo, una señora fregando los pisos de su casa, unos niños viendo una pelìcula...en eso una serie de imàgenes sustituyeron las felices, esta vez eran horribles y terrorìficas: habìa disparos y gritos, explosiones, sangre por todas partes....El angelito se espantò tanto que se cubriò los ojos del miedo y comenzò a sollozar, Dios se percatò de ello y lo tomò en sus brazos para sentarlo en su regazo, el pequeño angel se quitò las manos de los ojos y se limitò a ver el rostro del Señor mientras se calmaba. Dios le limpiò las làgrimas con ternura y le preguntò:-¿Por que lloras angel mìo?-Por lo que pasa en la tierra, Señor.Dios suspirò y el estanque se tornò transparente de nuevo, el angel sabìa que nunca se debìan de cuestionar las decisiones de Dios pero no se pudo resistir.-¿Por que dejas que pase eso?¿Por que señor?¿Por que?-la angustia se hiba apoderando del pequeño-¡Si tu amas a todos!¡¿Por que?!Dios lo mirò sorprendido pero luego volviò a suspirar y una làgrima se deslizò por su hermoso rostro, el angelito alarmado limpiò la làgrima con uno se sus deditos.-No llores Señor-le suplicò.Dios le tomò la manita y le besò la palma.-Lo que me da tristeza es que los hombres tienen la respuesta delante de ellos- el angel lo mirò sin comprender-Son hermanos, pero se tratan como enemigos, la ùnica forma de que esto acabe es que finalmente lo entiendan.-Pero simpre te veo muy despreocupado.Dios sonriò.-Pero todas las noches lloro, lloro por los niños muertos, por las madres preocupadas, por los soldados heridos o capurados, por los animales muriendo, por los pobres por.....La lista de Dios siguiò y siguiò, el llora todas las noches por nosotros, y tu ¿Por que lloras?
Pasaron semanas mientras Edward pensaba en la pelea que habìa dejado como resultado un profundo dolor en el alma, antes, cuando no vèìa a Hannah era bastante triste, pero ahora era un suplicio, cada vez que cerraba los ojos se imaginaba su hermoso rostro detràs de los pàrpados. El sentir que ella seguramente estarìa con otro hacìa que los celos se apoderaran de el como fuego negro, el pensar que por su culpa ella estarìa sufriendo le hacìa querer morirse.Hannah estaba peor de lo que Edward se imaginaba, apenas comìa y dormìa, no salìa de la casa aunque sus padres le rogaban, su vida ya no tenìa sentido, sus sueños estaban marchitos, agonizando... como su corazòn. No queria que llegara la noche pues , cuando dormìa, soñaba con su amado, dejàndola sola.Pero un dìa Edward ya no pudo màs, sentìa que el corazòn estaba murièndosele poco a poco, amaba tanto a Hannah que no lo pensò dos veces y acudiò a su madre y le platicò todo lo que pasaba, a lo que ella simplemente respondìo.-Edward, eres mi hijo y te amo, asi que sòlo te dirè que el amor no se debe tomar a la ligera-lo mirò severamente y le preguntò-¿La amas?Edward suspirò y respondiò.-Madre, la amo mas que nada en el mundo, darìa mi vida por ella, darìa mi ser por esa mujer.Elizabeth simplemente se quitò su bello anillo de compromiso del dedo y se lo entregò, Edward lo entendiò de inmediato y lo tomò con rapidez, besò a su madre en la mejilla y se fue, dejàndola con làgrimas de felicidad en los ojos.Edward recorriò las calles de Chicago trotando, querìa llegar a ver a su amada, querìa postrarse frente a ella y pedirle matrimonio como Dios mandaba, añoraba estar con ella para siempre.Llegò a la casa de los Mcoy jadeando y algo mareado, sabìa que el padre de Hannah querìa matarlo por hacerle daño a su hija pero no le importò, nada le importaba mas que ella.Efectivamente, cunado tocò la puerta la señora Macoy lo mirò con cara de pocos amigos.-¿Què quiere señor Mansen?-Hablar con su hija, por supuesto.-Pues creo que no se va a poder puesto que mi hija tiene mejores cosas que hacer que estar contigo, chico imbècil.A Edward le habrìa causado poca gracia que la madre de Hannah le hablara de esa manera pero apenas y sintiò molestia.-Mire, vengo a pedirle matrimonio a su hija-al ver que la mujer abrìa la boca para responder la interrumpiò- Ya se que fui un imbècil, inepto, tonto y estùpido, pero por favor señora Mcoy dèjeme disculparme, yo quiero a su hija de verdad.Alice Mcoy vio que el muchacho hablaba en serio y asintiò con la cabeza.-Està en su habitaciòn.La mirada de agradecimiento que le dedicò Edward valiò mas que millones de gracias. El joves subiò al cuarto de Hannh y tocò la puerta.-Adelante- era la misma voz, tal angelical, tan bella.Cuando Edward entrò no pudo evitar sentir un nudo en la garganta, ahì estaba Hannah, estaba casi igual a como la recordaba, sòlo que ahora estaba pàlida y mas delgada, el fuego de su mirada se habìa apagado un poco pero era tan hermosa aùn. Hannah lo mirò con ojos como platos para luego recuperarse mirarlo con odio fingido.Edward ni siquiera dijo hola, simplemente se arrodillò a sus pies y comenzò a sollozar, la joven no daba crèdito a lo que veìa, jamàs habìa visto llorar a Edward, entre sollosos el muchacho se disculpò.-¡Por favor perdòname!¡Dime que perdonas a este imbècil y engreido tonto!¡Nunca quise hacerte daño y jamàs lo volverè a hacer!¡Pero por lo que mas quieras dèjame volver!.En ese momento Hannah se hechò a llorar con un gran sentimiento, se arrodillò junto a el y lo abrazò, oh ¡Cuànto lo amaba!¡Cuànto habìa esperado ese momento!, ambos jòvenes estaban tan perdida e incondicionalmente enamorados que se besaron con furia y con pasiòn, habìa fuego por todas partes, en cada lugar en donde ambos se tocaban sentìan una descarga elèctrica al corazòn, Hannah no podìa para de tocarle el rostro al hombre de su vida, y Edward no podìa para de acariciar su cabello , sus brazos.....Cuando ambos empezaron a jadear en busca de aire se separaron y se miraron a los ojos, ahora la muchacha volvìa a tener vida. Se miraron a los ojos por un rato hasta que Edward recordò que no sòlo estaba ahì para besarla.La ayudò a pararse y la abrazò mientras le decìa al oìdo.-Por favor, dime si ya no sientes lo mismo y lo entenderè, pero si aùn me quiere suèltalo.Hannh sonriò y habloò con el corazòn.-Simpre te he amado y simpre te amarè, no importa lo que pase y eso no cabiarà nunca.eso bastò para que Edward se separar de ella y se arrodillara de nuevo, la chica derramò una làgrima mas mientras daba gracias a Dios por ese momento.-Hannah Eloize Mcoy ¿Aceptarìas ser mi esposa?Hannh estaba tan emocionada que gritò la respuesta.-¡Si!Eso bastò para que Edward le pusiera el anillo y la besara otra vez, no sòlo besaba a su novia, si no que tambièn a su prometida. Casi toda la ciudad se enterò del suceso del año: La boda de los Mansen-Macoy, èsa fue una època llena de felicidad pero nada dura para simpre....Cierto dìa , a unas semanas de la boda Hannah tuvo que ir por su vestido de novia a New York con sus padres, Edward se quedarìa para terminar los preparativos, no sabìa que al despedirse lo hacìa para simpre. La peste española atacò a todo Chicago y se llevò muchas vidas; incluyendo a los padres de Edward y casi al propio Edward(Leer los libros de Crepùsculo).Mientras Hannh tuvo que quedarce en New York hasta que terminò la peste, cuando llegò a chicago, de inmediato comanzò a buscar frenèticamente a Edward ....Hasta que dio con la noticia que toda la familia Mansen habìa muerto.Querìa morirse, darse un balazo y acabar con la agonìa y el dolor, querìa morir para estar junto a el, pero algo se lo impidiò: estaba embarazada de Edwrad.Eso fue lo ùnico que la mantuvo con vida, su bebè, su pequeño Edward.Como siempre pasa en esta vida Hannah muriò a los sesenta años, su hijo tuvo otro hijo, ese hijo tuvo otro y èste ultimo tuvo una hija, la pequeña Janinne.Esta historia NO es de la utora de los libros de Crepùsculo, es un fanfic hecho por mi, espero que les haya gustado
Puede que yo sea la culpablePuede que debì callarme y no decir nadaPuede que simplemente deberìa haber pensado mejorPuede que tal vez tu estabas en lo correctoPueden haber pasado tantas cosasAmiga mìa Se que muchas veces te lastimèSe que en ocaciones fui cruelSe que habìa ratos de egoìsmoPero crèeme amiga mìa que lo sientoPero entiende que asi soyPero entiende que tratè de cambiar Probablemente tu estaràs feliz sin miProbablemente tu vida no serà un vacìoProbablemente encontraràs a alguien mas No importa si dejas de hablarmeNo importa si nunca vuelves a reir conmigoNo importa... Sòlo recuerda que yo simpre estuve a tu ladoYo fui quien te acompañòYo fui quien te apoyòAmiga mìa tu no eras o eres mi amigaEras o eres mi hermana Que Dios estè contigo
***Amiga mìa***
Autor: Sandra Miranda  407 Lecturas
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Miré el reluciente charco que se extendía delante de mi y me quede aún mas es shock, pensé que había un terremoto por la forma en que me agitaba y los dientes me castañeaban, pero oh sorpresa era yo la que temblaba con tanta violencia que mis ojos se desenfocaban continuamente. Miré de un lado a otro totalmente aterrada y sintiéndome....bueno no se como me sentía, todo era terrible, doloroso y confuso. Con los nervios todavía de punta me atreví a mirar el líquido caliente que se manchaba mis manos y sentí cómo las náuseas se apoderaban de mi, me levanté como pude y me limpié las manos en el césped que había junto a mi , pero ya era tarde la sangre estaba seca y sólo con agua se iría.Un extraño soido me salía de la garganta, un gemido de miedo pero mas fuerte, con cuidado a no tocar la sangre tomè mi linterna y salì corriendo de ahì, no me importaba la direccion si no ràpido que hiba alejando del lugar. Corrì y corrì por un tiempo que ya no tenìa sentido para mi, nada lo tenìa, sòlo huir de los recuerdos que me acechaban a cada paso que daba. Sin embargo llegò un momento en que mis mùsculos me reclemearon por haberlos utilizado mas de lo normal, demaciado, dèbil para sentarme simplemente me dejè caer en donde estaba y lo lamentè, al parecer habìa caìdo sobre una rama la cual incrustò en mi brazo derecho pero ni siquiera notè el dolor que esto me causò.El tiempo siguió pasando y, por fin pude notar que el lugar en donde la endemoniada rama se me habìa incrustado sangraba demaciado pero no pude moverme para ver que tan mal estaba la herida asì que sòlo pude constatar que estaba perdiendo mucha sangre cuando los pàrpados se sintieron tan pesados que no pude abrirlos una vez que se cerraron. Con la mente aùn bloqueada me esforcé por razonar que le habìa pasado a Ethan pero mis ideas eran borrosas y me llenaron de mas angustia; una pequeña parte de mi cerebro razonò que tal vez ya lo habìan encontrado y que estaba exagerando, tal vez si lo habìan encontrado pero si era asì, ¿de quièn era esa sangre? . La inconciencia me arrastrò a lo mas profundo de su obscuridad y no pude mas que dejarme ir, pero antes de perderme tuve una extraña sensación, como si algo o alguien me estuviera viendo desde lo lejos para luego sentir que unos brazos me tomaban con cuidado y me levantaran del suelo............  Despuès de eso el aturdimiento de mi mente fue lo punico que evitò que me volviese loca, despertè en el interior de una ambulancia con un par de doctores revisàndome con precisión, me preguntaron còmo me sentìa pero no respondì, no supe còmo. Mi madre gritò de miedo y alivio al verme, me abrazò con fuerza y me cubriò de besos, pero aùn asi no hice ni un sòlo movimiento.La policìa y los guardabosques siguieron buscàndolo pero no encontraron nada, sòlo el rastro de sangre que yo ya habìa encontrado. Nos interrogaron a todos pero llegaron a un punto de no retorno; Ethan estaba o desaparecido (secuestrado) o despedazado en algùn lugar del inmenso bosque. Yo...yo ni sabìa còmo me sentìa
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Hace Mucho.....
Autor: Sandra Miranda  658 Lecturas
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CAMBIOS
Autor: Sandra Miranda  1012 Lecturas
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Era el cumpleaños de una de las mas respetadas mujeres de la ciudad, y era su costumbre invitar a casi todo Chicago a su enorme mansiòn para celebrarlo.Las familias de Edward y Hannah estaban invitadas,y, aunque ambos no querìan asistir sus padres los obligaron a ir por que esa mujer siempre les habìa tratado bien.El dìa del evento la familia de Mansen llegò primero, todo era muy elegante y abrumador,la peor pesadilla de Edward. Estaba muy aburrido a pesar de que su madre casi lo habìa obligado a bailar con alguna que otra joven de la sala, bailar no era lo suyo, asi que prefiriò esconderse de ella un rato.-¿Por que la cara larga?- Edward conocìa esa voz asi que sonrio y se dio vuelta para saludar a Hannah, pero el saludo se le quedò atrapado en la garganta:estaba espectacular. Hannah siempre habìa sido guapa pero esa noche parecìa un angel.Su larga cabellera castaña le caìa en cascada por los hombros, su pequeño y delgado cuerpo estaba cubierto por un vestido azul marino que realzaba el verde de sus ojos, traia puestos unos aretes de perlas y un collar a juego. Casi toda la sala tenia los ojos puestos en ella lo cual ocasionò que se sonrojara.Edward se sentìa incapaz de hablar ya que su imponente belleza lo deslumbro, al verlo tan confundido y sin saludarla Hannah fruncìo el ceño.Para aclarar sus ideas Edawrd parpadeò un poco y por fin le salieron las palabras.-Hola Hannah-ante el saludo la chica suspiro y le sonriò-Te vez...-¿Còmo decirlo?- Muy hermosa.Hannah se puso aùn mas roja.-Gracias Edward, tu tambièn estas muy guapo y elegante.Ambos se quedaron callados y miraron hacia la pista de baile, las parejas danzaban con mucha gracia. Hannah se moria de ganas de que el chico que tenìa al lado la invitara a bailar y Edward por su parte no sabìa que hacer. Si invitaba a Hannah a bailar tendrìa que soportar aùn mas chismorreos de las mujeres del lugar pero si no lo hacia...-Disculpe señorita,¿Querria bailar conmigo?La voz masculina sobresalto a Edward, se trataba de un joven al cual no habìa visto nunca y el cual le tendìa una mano a Hannah en una clara invitaciòn a balilar,la chica se quedò sorprendida un momento y le dirijiò una mirada a Edward que èste no pudo decifrar,tras un largo momento suspirò y asintio con la cabeza tomando la mano que el joven le ofrecìa.Edward los vio marcharse con un sentimiento extraño en el pecho, una especie de ira hacia el chico que tomaba la mano de Hannah "Ridìculo" pensò mientras los vigilaba,"no son celos"se decìa"sòlo no quiero  que Hannah baile con un patàn". La pieza terminò y Hannah y el joven se separaron, el chico tenìa intenciones de volver al ataque Edward cruzò la abarrotada pista hasta llegar a ellos e interrumpiò lo que el conquistador estaba a punto de decir.-Si me disculpa me gustarìa tener el honor de bailar una pieza con la señorita.Hannah sonriò encantada, era exactamente lo que habìa esperado, el muchacho le tendiò la mano de Hannah de mala gana y se fue, Edward tomò la cintura de Hannah comenzò a bailar con ella, no era tan malo, Hannah por su parte estaba en las nubes, el paraìso mismo.Siguieron bailando en silencio ya que ambos tenìan diferentes razones para no abrir la boca:verguenza,orgullo.... Pero siguiero bailando por una misma razòn:No se queìan separar.Una vez que se cansaron de bailar se fueron al lado menos concurrido del jardìn y se sentaron en una de las bancas.Hannah fue la primera en hablar.-Gracias por salvarme de Marcus Fletcher.Edward sonriò-Fue un placer-se dio cuenta de que sus palabras tenian un doble sentido y rectifico-Quiero decir ,fue un placer verle la cara al muy creìdo.A Hannah se le reventò la burbuja de felicidad-¿Era sòlo por eso?-la frustraciòn le llegò casi al tope cuando vio la cara de Edward que reflejaba confunciòn-O sea que sòlo me salvaste para ver su cara.Oh, que situacìon tan incòmoda y para salir del atolladero Edward cometiò un gran error.Bueno, si..-comprendiò que habia metido la pata cuando unas silenciosas làgrimas surcaron el rostro de Hannah-¿Què te pasa?-¿Quete importa?!!!- estaba a punto de levantarse e irse pero Edawrd fue mas ràpido y la tomò de la mano-No te vayas!!-le suplicò,cuando la vio tan mal y tan desconsolada otro sentimiento se apoderò de el y con fuerza y determinaciòn la atrajo hacia si y la beso en los labios con suavidad, en cuando su boca tocò la de ella sintiò por primera vez ... amor
Edward y Hannah 2
Autor: Sandra Miranda  406 Lecturas
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Ellos....(Parte 2)
Autor: Sandra Miranda  798 Lecturas
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Magdalena se quedò mirando al horizonte con gesto resentido, el crepùsculo era tan bello que le daban ganas de llorar, pero aùn asi no podìa escribir ese poema que reflejara el amor que le tenìa a Daniel, nada era lo suficintemente bello como para ponerlo en el papel. Rayos.Magdalena suspirò con tristeza y siguiò tratando de encontrar un adjetivo lo suficientemente adecuado para lo que el amor de su vida representaba para ella, pero ¿Quièn podìa culparla? La voz en su cabeza coinsidìa en que los ojos de su amado eran demaciado hermosos como pra ser descritos, su voz era demaciado suave y dulce como para decribir su sonido con palabras.De repente una chispa de inteligencia se extendiò por su cabeza hasta sus dedos y empezò:  Mi amado es tan angelical y perfectoComo un bebè recièn nacidoSus ojos son como la mañana nubladaGris y heladaSu voz es como una rosa con espinasHermosa pero dolorosa cuando asi lo quiereSus brazos son como dos enredaderasFuertes y a veces estranguladoresSus piernas como dos pilares de màrmolDuras y fuertesSin embargo son sus sentimientos lo mejor y lo peorLo mejor por que es sinceroCual niño pequeñoEs protectorComo un leòn con su parejaPero lo malo nunca se queda atrasEs celosoComo ...No terminò de escrbir el poema pues habìa comprendido la dolorosa realidad:era celoso, demaciado, hasta el punto de que no la dejaba hablar con ningùn hombre que no fuera èl, eso no estaba nada bien, era molesto y embarazoso, pero ¡Ella lo amaba!."Si eso ya lo se" pensò en su cabeza"Me queda claro que tu lo amas  pero, ¿El a ti?" la voz de su cabeza habìa puesto el dedo en la llaga, "Estùpida" le espetò a la voz. 
El poema al amado
Autor: Sandra Miranda  784 Lecturas
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El noviazgo entre los retoños de la familia mansen y Mcoy fue breve pero muy dulce... al principio.Para los enamorados era lo mas hermoso que les pudiera haber pasado, la ilusiòn del primer amor y el resplandor de los ojos del amado, pero, aunque ambos se sentìan en las nubes el amor se fue apagando un pococ ya que el gran sueño de Edward siempre serìa ser parte del ejercito para proteger a su paìs de la guerra a pesar de que Hannah se oponìa terminantemente a que el amor de su vida se pusiera en peligro por , lo que segùn ella eran "causas sin sentido".Para el joven las cosas que mas le importaban eran:Sus padres, Hannah y el ejèrcito. Pero por mas que amara a la chica de los ojos azules no podìa dejar de pensar en la gloria de las fuerzas armadas. 
Edward y Hannah 3
Autor: Sandra Miranda  430 Lecturas
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A veces
Autor: Sandra Miranda  729 Lecturas
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Amo
Autor: Sandra Miranda  661 Lecturas
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