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¿Hasta cuándo los tigres que me habitancomerán de mi cuerpo?Yo que soñaba con caminos,acepto ahora las costumbres de fragmentaciones y de ecos. Ni siquiera los buenos mensajeros me eseñaron las rimas de la noche. Náufrago en el espejo,ya no espero. Juan Dichoso, changador de feria, vivía en el morro Babilonia en una casilla sin número Una noche entró al bar Veinte de Noviembre Bebió Cantó Bailó .Después se tiró al lago Rodrigo de Freitas y murió ahogado. Manuel Bandeira Porque no te dieron más que dos monedas, dos látigos en tu frente,tú creiste que estabas muerto,que tu destino era la seda lujosa de la muerte,y bebiste,cantaste, bailaste con ella, en escandalosa cita.Tal vez se amaron antes de la definitiva llamada.Tal vez hicieron juntos el solitario proyecto del camino hacia el lago,pero considerando lo otro:la pavorosa atracción de su voz de sirena que te llevaba al agua,apretadas las dos monedas en tu puño.En la marea angosta sumergiste tus pies.Tus ojos huecos como sombra por un momento se extrañaron.Pero ella te empujaba suavemente,y tu coraje de siempre rodócomo el cobre que apretabas."¿Nunca más veré la mañana?""¿Nunca más tendré la mirada de mis hijos?""¿Dónde está el sonido de la voz lejana de mi madre?""¿No hay entre mis fantasmas alguno que me salve?" Despojado,dijiste:"Me llamo Juan Dichoso,pero la dicha fue para mí un mantel cerradoen el antojo de los otros,y ahora , yo, Juan, empiezo a entregar la simpleza de mi nombre breve." pronto vendrá la nochey hace falta olvido pequeña aguja de cristalmi amorquiso izarse en el agua a veces un toque de sedasólo por eso pregunto a todos si el corazón duelepregunto, y dicen que sí:su mirada latente y rojay triste sangrando visiones. entro a una sala vacía:es el cuerpo de un animal vivienteque intuye su hallada borrasca rondan solitarios los mastines en ese instante la cosa sucede:en lo más inesperadoen el momento más salvaje de la sed-cuando nos bebemos el rostro-mi cabeza desmontada queda colgando entonces el poema claudicante se diluye. la soledad de quienestá vacío y no pide reparo la piel de tu boca cuando se agranda mi lengua sobre tus párpadosojos oscurosnegros incesantesdos voces mil vecesmi deseo sobre tu cuerpotu cuerpo como deseo pero no hay luzapenas un pequeño faroliluminael nudo de la sogala soga en la garganta Escribir al alba:"Mojados tus ojos en harina morada,siento el brevísimo rayo de luzsin que lastime la sonrisa prohibida,tu sonrisa que tiene la edad de tus piernasconcretas,de donde salen frascos de tiernos venenosque se beben a sí mismos. En las mañanas de verano me gusta mirar el mismo sueño:el alba de tus brazos natales,brindando esos cercanos momentosa mi cuerpo.Abrigo rojo aprendidoentre dos ilusiones,entre dos frentes desnudas,vuelto el amor hacia la gracia,las dudas muertas,y el júbilo vivo al amanecer." Nocheen que maullaron los célebres gatos de la victoria,noche enjaulada por el único poder de mi mano,noche en que el espacio se estiray se acomoda a la noche misma,noche en la que la quietud de los árboles perecía al borde del abismoy el abismo todo era la noche;noche en que las cavernas más oscuras,temerosas, se volvieron blancas,noche en que saludé tu cabeza por vez postreray tu cabeza no se volvió para rescatar los sentirescaídos al fondo ciego de la noche;noche en que los pobres violaban sus cuerpos con cerrojospara no morir de hambre;sucia noche estrellada.Desde mi noche provoco los ecos, te convoco:y entonces, parado en mitad de un estupor,soy un gran gato filosofante,de esos agudos, elementales, pero sabios gatos silvestres,que al pie de siniestros basuralesbuscan amores, noches y comida.Soy el maullido de un magnífico gato insolente,su espasmo de supremo goce,su celeste ojo nocturno,su vientre inmolado a la oscura Noche Bestial,entre noches eternas de basura. no se tu nombrepero tu mirada tiene la presenciade aquellos sentires presentes con un ramo de confesionesentro y salgode mis penas de sur a nortemodula el vientoel latido de mi confinado centro todo se aquietamientras el teclado del pianose disuelvey de tus dedos desconocidosbrota un escondido vértigo y eres tú que me llamas Quién marcó las estrellas para que fueran águilas en el espacio? Qué atributos tiene la parca lluviapara embeber la tierra que dejaron tus huellas? Por qué mi amor custodió una fe que ahora no poseo? Ramos de madera inquieta me dejaron unos ojos.Y una boca hablada me procura sensaciones pánicas de muerte,cuando doblo en una esquina,y el azar me traeotros alucinados ojosque me mirancomo si fueran mi pecado. El pasado me atasi dibujo el retorno de tu rostro,y vuelvo a él, impensadamente,para entregarme como ofrenda conmovida,como sueños trotando en las noches...,si dibujo el retorno de tu rostro,y siento que el pasado me ata. Giro alrededor de mi camino a Damasco.Qué cerca la medianoche, esa zona donde la palabra enloquece,y me convierte impensadamente en un mendigo. Acaso porque pueda morir solo, con los ojos llenos de síntesisentre mi corazón y su sombra,huyo hacia un puerto nunca tocado:mi camino a Damasco. La pobreza es otro sino, otra manera que no buscamos,un arrepentimiento primitivo porque todo existe y no existe. Mientras tanto envejecen la ropa que vestimosy el salario de cobre gastado en la penumbra. Alguien ingresó a mi cuerpo sin yo saberlo.Alguien dicta una sentencia.Me doy vuelta en la noche como un loco golpeándose el pechocreyendo que su pecho es el culpable. Es, mi camino a Damasco, el abrazo que yo habré perdido,la tremeda espera de la mirada primaria,el rincón de los párpados,ota vez el sueño. Quédate un momento conmigo. Tan sólo hasta que el sol aparezca.Soy culpable de vivir el terror perdurable de la oscuridad y tú lo espantas.Qué rutas de tumultuosos miedos habré heredado, qué posesiones me atraena través de locas ensoñaciones; quédate conmigo.Eres una flor nacida para el tacto.Siento la belleza de este día asustado por la culpa de otro día que no regresará.Por favor: quédate conmigo.El momento de escribir este poema, hasta que la mañana apoye en mí sus brazos y sienta el sol en mi cuerpo.Entonces, en el remolino del amanecer, en el penetrante amanecer,pasarás esa puerta. No ahora.Ahora pon tu mano en mi frente, mi frente en el agua, mi aguaen medio del mar.Tal vez otro día comprenda las mudanzas, los festejos de esas callessonando como cuernos de caza; ahora quédate conmigo.Y libérate de lo invisible, suave ser que me acompaña.Siento el vapor de lo oscuro; la vida es un pedazo de bala que pasa por mi boca, mi voz adolece; quédate conmigo...Escribo este poema y soy el que ama las olas mas temibles.Sobrellevo el milagro de lo imperfecto, de lo que yo mismo desconozco.Ahora es medianoche, y como quien se arroja en la tormenta,busco las huellas que alguien como yo ha nombrado.No iré sobre las piedras. No me lo pidas.Tan sólo es el lugar cobarde del amor. Quédate conmigo. Revisa mi ojos:algo se mueve dentro de ellos en enmarañada trama. Me siento separado de la tierra,con fuego en las pupilas.Acabo de matar a un hombre.No sé qué designio me guió,pero hubo una luz trágica en mi puño,una pasión insatisfecha,una pluma de ave tocando el fondo de mi garganta.Oír voces desatadas destinadas a uno,-atributos de poseído-bailando sobre palabras desesperadas.Oye,revisa mis ojos.Qué idioma debo hablar sino el de mis entrañas.Maté a un hombre. A Sebastián.No me arrepiento.Aquí está la sangre ineludible, el duro pozo.Fue una tropilla de angustias acosándome el pecho(tan investido de tiempo,de terror de hombre solo),y un momento pequeño en que apreté el gatillohasta la fiereza inflexible de la bala.Maté a un hombre.Mira ahora mi cuerpo lánguido lejos de algún paraíso. Mira la nieve caer sobre mis ojos.Me llamo Sebastián y mis ojos lloran. Vivo sin saber que la noche se ausenta cada vez que me invade como a un mar obligado en busca de su orilla. De los nardos, de lo más pesado de la memoria, de las australes sombras, hasta la parte más indefensa de mi corazón, la noche, con sus cruzas de aguas silvestres, levantó el verano, y fue polvo, fascinación de un rito inacabado y antiguo. Pienso en su encierro hasta que el alba regresa, en su impiedad con los hombres que mueren cuando refleja su reino entre múltiples estrellas, en sus ojos desbaratando mis ojos como dos grandes líneas de fuga. Ahora, ella baja nocturnamente, y me condena a jugadas tercamente hechas, a un final impredecible. Soy el camino de mí mismo y la desolación que se abraza a su senda, y tiembla, y borra las huellas para que no lo persigan. Estoy vacío de esos animales etruscos que me regaló la partida de unos ojosgirando al viento. No puedo confiar en los sueños porque alguien les pone un asesino dentro. Me acuno cuando no me veo pues la vergüenza tiene el ropaje largo de los locos. Hoy es domingo, y he estado todo el día ausente. Subyugan como el cansancio de los puertos estas despedidas, estos reencuentros, estas formas violáceas de la muerte. Si no fuera así, en el jardín de tu frente habría palomas bebiendo. en la madrugada cabalga la novia de la muerte nueve horas buscando el perfil del agua indecisa nueve horas en que los designios eran acequias de secretos pude morir pero ardí en mis ojosplagados de seres que cantaban maravillosas auroras ..ríen esas muchachas de aceitehechas para la tristeza y el tumultoAmalia e Inésllamándomesumisas siemprellamándome ..cómo acudir con mi soliloquio de penitente me sujeta la inexistencia de mi sangre aún así tengo la sensación marinera de los largos viajes. descifrar nombres es otro encantamiento que olvidotal vez unoel más recienteel más cuidadosurgecuandouna flor llovizname cubre como un lazoy me entrego caminanteal fríoa las laderas de mi cuerpoa las silenciosas memorias de tu sal. nadie sabrá nunca cómo es el mundo de los vivos entre todos los infiernos el viaje a mi interior es el primero vivo con la obsesión de los árboles que buscan su luz el que mira a través de tus ojos no es un ladrónsino el que robó tus ojos habito roces aviones que parten o nolucesrelámpagos en mitad de una cueva antes de convertirse en rito "la mitad de mi corazón es tuyo", dijiste o de los diablos, digo o de las sirenas terrestres aparece dime de una vez cerraré los ojos para dejar de soñar a un hombre colgado de las cuerdas más infames,por sus renunciamientos si corres por la senda no mires hacia atrásla estatua de salel muro de salte esperan Yo, que desconozco los rezos,siento que mi enemigo me atrapa.Son los ojos entornados del lobo, habitados por ondulaciones del mal. Es una trampa de la que no salgo, y sigo caminando,pero como en un cuadro envolvente,allá están otra vez las cuatro patas extranjeras, las patas sin límites del lobo.Sabiendo todo no logrará nada,ni la escarcha de mi sangre. ¿Cómo sollozar sin ser visto por sus ojos?No es feliz mi corazón en celda.Mi lobo sabe que dentro de mí hay personas que dictan las palabras, y sin remordimientos,trazará paisajes, para que antes de huír robe mi cadáver y lo transporte entre gente sedienta y misteriosa. Aún cansado está allí,con su silbo cruel e inútil,parecido a glicinas encendidas,como un pájaro pintado entre las sábanas,impotente para el vuelo, pero feroz en el color de su plumaje. Pregúntenme ahora qué deseo.Y diré que solamente la música de mi libertad, envolviéndome a mí, que soy lobo en voz baja,y que espera que mi cadáver caiga para devorarlo en desafío. "perdoname Majo", de un graffiti en las calles Carranza y Paraguay, de Buenos Aires. Majo, perdóname: la sombra de una rosa no es la rosa. (Me voy retirando, Majo: en la inmediaciones de mi alma un pájaro devora su altura.) En qué año nací, Majo? Hace un año? Acaso un mes? Soy un ciego en algún punto del paraíso. Contempla tú como nunca mi destino.Abárcame, hasta que se levante mi oscuridad y vuelva a ser el absurdo caminante que te esperaba:mi corazón en el pecho levemente en marcha:"bienvenida, Majo". No me compares con el aire, ni con el final de un cuento nunca leído a la luz del sol en plena noche,porque aire y sol son partes del universo,y yo estoy -hace apenas dos minutos- más allá de todo cosmos,viendo con ojos de ciego,nuestros cuerpos untados con aceites chinospara alejar el poderoso olor a la muerte. (Labio de la muerte, aléjate.) Así y todo, cuando apague este poema no sé qué quedará de tí.De mí, te dije que lloré sobre mis pies con mis ojos de viejohace apenas dos minutos. La vida es esto: un bodegón desierto donde hasta el vino es ausente; un gran tiempo que pasa entre caricias duras.El decapitado amor. Tú estuviste más allá, junto a los árboles que barrían mi montón de estigmas. Conoces la forma de decir adiós, un sábado en la pequeña tarde en que llovía. Yo conozco la zeta,última letra con la que escribo"zálvenme". en todas las esquinas hay palomas en todas las esquinas hay palabras pero yo quiero una que me preserve de la disolución de los párpados que me golpee el sexo como una flecha que me llame y no sea apacible y me arroje victoriosa hacia el ser que amo El armonioso paso de la noche une silencios.Un cuerpo espera quieto,mientras que en las paredesuna multitud de sombras dibuja el canto de los solos.Alguien está por morir en ese cuarto.Alguien que no tiene abrigo ni socorro.Nadie vió nunca tanta oscuridad,ni estuvo antes tan ciego para descifrar los penosos documentos de la muerte.El transitado cuerpo pide con su mirada,pero a su alrededor un temblor callado la recoge y pasa. Náufrago.Comido por el subsuelo de algún mar desconocido,cabalga como un barco hundido en mi sangre,una ciudad cuyo nombre es la hermosa majestad del hechizo. Comprendo que todo se fue.De la manera gris de la aventura, la luna y su oscuro mérito partieron:tu íntima forma de alegría,una risa a menudo sombra. Y no salimos a habitar el aire.Otra vez las copas se llenaron de enmudecidos labios,y tu voz quedó en un reino donde las siestas eran preludios de todos los escándalos.Desnudo,sabiendo que existe el desamparo al borde de tus párpados,viéndome a mí mismo transitar las calles enmarañadas de árboles y casas,como si las puertas se hubieran cerrado al unísono,y sólo quedaran copias de lo que fueron;desnudo y náufrago trato de abrazar la necesidad de una bocay sus nocturnos ecos.Y soy un cerrado lecho de arena donde convergen los reproches y todos los recuerdos. Cielo de medianoche; es invierno, y todo apresura mi duelo. que quede la palabra desnuda la que sirve sólo ésa la que vive ésa sólo la palabra que tiemble el corazón y que no sea escudo que surja de la noche o de la mañana plena que no sea fugaz la palabra que salte de la boca y DIGA la única que no pronuncie soy sino somos la gozosa que salga de la soledad y se proyecte que no se aferre a los casos y que sea fiel a las cosas decir alma decir pupilas párpados mirada una palabra que haga bien que te nombre que en el curso de su vidase bañe en el río tres veceso ningunay salga impecablepura y cierta:AMOR y si me llamas transgrediendo todas las leyes de la lógica moriré porque hacen falta más recursos para saciar mi sed de instinto ese hombre que brama de miedo soy yo me extingo cada día se caen mis trajes camino desnudo porque he roto el famoso cristal y maldije su marco sin un por qué ese hombre no se aquieta siembra su violínmientras la intemperiecae en el olfato de los gatosrecorre su cansancioy pronuncia una palabra sin ecoque dura para siempre Tomando una copa de vino me marchito. Esta espera -¿cuánto hace que espero?- aprieta mi corazón que apura sus latidos. Otra copa de vino en soledad,algunos cigarrillos,y me parto en dos, me sueño, me amo a mí mismo, tristemente, sin poder amarte porque estás lejos, y aún en presencia estás lejano. Quiero morirme de a poco, como me estoy muriendo ahora. Me sirvo más vino; la tristeza se anuda a mis recuerdos; el estómago es una bolsa de amor, el cerebro dejó de pensar, pero siente:creo quevoy a morirme,y eso importa poco. En mi sepulcrouna carta incesante.La abro. (Ahora que ya es tarde,tú dices que me amas.) Oye : da unos pasos.Dos o tres, los que puedas. Apuñala mi sepulcro,y baja,y bebe conmigo, ardiendo,tanto sabor amargo. se busca un lugar donde el humo sea recuerdo; el sabor, muchas horas en la vida; se busca un principio para la libertad y la risa.se buscanpequeñosbálsamostardíos. I La luz de la lámpara aúlla su haz sobre mi duelo. Cada hoja de mi libro no es más que un soplo, y no las letras del poeta. Vuelvo enseguida a mi espanto. Vana faena, porque él, nunca abandonó mi carne. II Iré en busca de razones de mi yo deshabitado, sin anuncios. ¿Quién es el ladrón? ¿Quién el canalla?Pero ¿quién es el que ama,el que manifiesta y no encuentra?(Si pudiera entenderque el amor es sólo una construcción de la soledad.)Doblo mi corazón sobre mi mano,manejo nubes, las lluvias y los llantos.Cae en los adoquines un viento noble y triste.Unos perros ladran. Yo camino hacia el apenas. Anochece otra vez. No me pregunten cómo hago para vivir entre muertos que compiten por un trozo de camino. Sólo quiero decir que estoy un poco loco, que mi cerebro está loco, que ni siquiera los músicos de violín me salvan de repetir y repetir los crímenes que cometo a la medianoche, cuando los duendes danzan. Yo erguido pero trastocado, más pequeño que mi fatiga, y aún más: con mi viejo abrazo triste que sólo una virtud detiene: cuando se prenden los océanos y las casas se despiden lentamente del puerto,y oigo tu voz. Poco a poco tu cuerpo y mi cuerpo se tocan, se trocan, se recuerdan. Entonces le digo adiós a tu ausencia. Tranquilamente navegamos, tú sin mayor amor, sólo una estrella, no la noche a que aspiro. (Mi miedo trepa y baja en un juego que sólo mi corazón entiende.) Pero no vengo a maldecir ni a maldecirme. Quiero apenas un poco de los grandes senderos. Estoy desterrado. Ocúltame. Yo fui el que robó arrebatos y cópulas,y en el fondo de tu nombre lloró tu rostro mío. llueve. el día atardece, marchito. mi soledad se inflama. quiero ser viento, pero me hermano con la roca; soy algo de fuego y lluvia. piso la tierra y mi culpa al mismo tiempo. las nubes se unen. deseo el olvido perdurable como una gran amnesia cubriéndome el alma. hoy soy agua que siempre muere ahogada. Ah, ni tu vida ni tu hermosa muerte,sed de sal y dolido pensamiento,podrán borrar lo que en el alma siento,más cercano a mi mismo que tu suerte. Ahora que descansas toda inerte,que lloras sobre el agua y sobre el viento,iré a ti, y con suave movimiento,he de sacarte de ese sueño fuerte. Y te diré despacio y quedamente:no me viste señero, duro, ardientea solas con el alma dolorida? Y de repente el corazón vencido,vacío de impiedad y estremecido,ha de volcarse al fondo de tu vida. G.C.NOTA: el proximo 25 de octubre se cumplirán75 años de su muerte, en Mar del Plata. Tus ojos, celestemente, me miran. Daría mi casa, mi luna, mi pan, por tenerlos en el espacio de mi pecho cada día.Pero sólo hoy acuden como ráfaga que detiene mi tiempo. ¿Me mirarán otra vez celestemente o sólo hoy están cantando ? en el muro una despedida "sed de amparo cada noche" pero no hay respuestanadie escribe al lado debajoencima ni borra lo escrito en mis sueños amparo para mis huesos amparo el arlequín ríe no comprende lo antiguo de la queja. corre lo gris del día la libertad no se vive el parque suma lo infinito a tu pena y aún no te ha ocurrido nada pero todo sucede porque abandonaste tu aliento entre hojas asustadas y no quieres volverte avanza este viejo díay tampoco cumpliste hoycon tu deseo de besarlo. empujar una puerta(crèdulo yo)ahora que tu silvestre manerade oír el acecho de la lluviadeviene en rechazo a mis ofrendas cavo al pie de un árbolgrandes nubes pobladas para que la mañana substraigaalgo de agua de mi rostro empujar una puertabuscando no sé qué designioscomo si estuviera dentro de una copa de cristalmirando infinitos abrir una puertaatesorando gestosque no se repetiránaliados a antiguas aventurassoplando tras la hierbalos secretos de frío ahora que sé que no hay nadiedetrás de la puerta yazgo como alucinado pero el alucinado no parteinvoca culpas rebeldíassubsiste en el negado corazón,detrás de la puertasostiene quemay ama los secretos del frío Piedrita blanca, guijarrito, cómo estás, mi vulnerable piedrecita? ¿Cómo estás? Voy a curar tu hambre.Trae ese cuchillo, por favor. Ése, el más filoso,el de punta más aguda.Te lo hundiré en tu último deseo para que respiresdesoladotu inmediata muerte. he cultivado la flor más difícilgolpeban sus pétalos y no quise oírlosentonces me adueñaba de todos los silenciosahora soy el que en vano busca algún deseo:acercarme a tu boca y beberla como a un vino sexualporque soy el amante pobre que recibe caricias prestadasque corre con su angosto perro hacia un sueño plateadono me arrepiento de callar en cada poemade enterrar mis pies en humedales,pero todo el que tenga amor en su mano izquierda y fuerza para darlodeje resplandoressoles finosalgunas abejas libadorassobre la vegetación que lentamente me cubreasí estaré feliz de tener mucho: lo delicado de tus aguas que me ciñeny lo que no se atenúa con las sombras: tu belleza perdida yo las amé con ventura celeste Para tu paladar de gato de angora he cazado los peces más finos,y frutos de nombres extraños hicieron fiesta en tu boca. Para tu boca preparé los besos más antiguos que se hicieron nuevos en tu arte de besar. En tus pies he calzado flores griegasque delicados enanos fabricaron con extrema dulzura. Licores libres han pasado por tu garganta en noches navideñas. Para tí los mismos enanos tradujeron los versos más hermosos de Horacio,y tú lo celebraste. Mi sexo enamoró tu sexo en largas noches donde tu cuerpo fulgíacomo cardúmenes en el nido del mar. Alguna profecía mal iluminada me avisó que te ibas a hundir entre rocas amarillasen un ascender y descender de montañas. Ahora,alas, en una tarde,me llevarán donde tú lavas tu traje infinito de espumas. no busco casani un lugarcitoni piedras preciosasni distrito ni tropas caminé seis horaspara palpar un rostroy ni siquiera eso alcanzó sostener mis manosduró seis mesestres añostres vidasen el afán de buscar una orillay encontrar sólo la mirada empotrada del silencio Siempre habrá una gota de separación cuando la lluvia moje los árboles y el campo esté tan lejos,como ese pájaro suicida que canta por sus ojos el poema y se pierde en la palabra vagabunda.Entonces, debajo de la piel, algo nos desangra y es una manera de ir envejeciendo.La lluvia estará sola sin otro recuerdo que su propio espejismo,como una fogata de memorias que se consume sin saberlo. Así,tú y yo, hemos de andar todos los caminos,pero juntos, sin abandonos, invadidos por la dulzura extrema de tus ojos. Yo,el que duerme por tus ojos,el que recita sólo las estrofas aquellasaprendidas en remotos momentos:ese romance que tuvimos con el preciado vino azul; yo,porque ahora estás hecho de memorias,vengo a tu sombra y digo:no lloraré;la fiesta ha terminado.Nada vale la penasi estas tan lejos y perdido,tiritando, bajo los capiteles de la nocheo en los arcos claros de la mañana.Dame la libertad.La necesito.Para construírte cercano a míbusqué la tierra más desierta.Todos los misterios del mundo son inciertoscuando tu recuerdo llama. Como miel, maná recién caído del cielo, frutas con formas ridículaspara llegar al límite de tu corazón lujoso,pero no puedo. Quiero estar cerca de tíy a la vez lejano. Ahora una definitiva forma nos envuelve;nos sostiene el náufrago que estos versos me dicta. Guillermo Capece I Un hombre que consuma ratasno es digno de cualquier miradapero ese hombre que consume ratasno ha sido besado nunca en la noche II Dos palomas en vuelo dispuestas a dejarun pequeño cangrejo entre los labios de un ser que amó y sigue amando.Pero los labios están tiznados casi ausentesy miran, cómo el evanescente volar de las palomashuye hacia otro fuego IIIAh, la Ausencia me mata me mata este cuerpo: una pequeña avellana que riza tu pelo lloroso; cientos de águilas con sus alas maltrechas persiguen tu aliento entre las espesas tierras del mar.Yo amé tu sexo envidiado por los labios de dementes desgarradosque se juntaban en la calle para aumentar el placer de verlo como a un vaso de licor bebido a la hora de la sed infame.Sólo las águilas comprendían mi acto de desesperada lujuria,mi deseo endemoniado partido en mis carnes en penumbras.Ellas compartían conmigo como en un acto de fiebreel calor de libar el aire de tus brazos peregrinosque sólo sirvieron para trizar las penas de unos cuantos díasy poder amarnos.Ahora es vacío.Desnudo, cierro los ojos de mis ojosmuerdo otra sangre antes de que los maleficios crien escorpiones en tus hombros; canciones insolentes se expanden en mi boca;un hombre en un bar corre sobre el teclado de un piano como si huyera de sí mismo.Yo me dedico a mirar ardorosamenteel tiempo que pasa. Guillermo Capece Reapareces como una paloma confusa,y me traes los años pasados para que estén conmigo. Nos vemos. No nos vemos. Nos miramos en todos los frentes;dicho en otras palabras: ¿reencuentro?Sólo en el mapa de la memoria. Cómo ahora se queja se aleja mi cuerpo,se queja bajo una baranda de frío. Alguna vez, si nos encontrásemos en mitad de una habitaciónfina como un hilo,te diré cómo sucedieron las cosas. Guillermo Capece , ¿Qué derrota antigua, impidió nuestro encuentro? Nuestras vidas se parecen a la noche de Cartago, que Roma nunca entendió. Te amé como no se debe que es el único modo de amar. Ya no importa que la lluvia cae incesante sobre mi suelo sin ninguna flor. Guardo en mi memoria el árbol en cuya sombra nos recostamos para hacer la paz. Juro por los dioses que no existen que te amaré de Norte a Sur. Aunque habites el Oeste sangrante y yo te susurre amor desde Este, mi ser. Ven.Atrévete a cruzar el río que sacude,y trae contigo las cuentas de agua de colorescon las que jugábamos al alba.Ponte el hábito de humo que lucías echado en el follaje de bosques en la lluvia. Yo elijo octubre para que vengas,porque en octubre las mariposas maduraspara obsequiarte estarán listashasta que el aire las atrape,y las transforme en un sola palabra,hasta que en mis ojossiga cayendo la avidez del instinto,y se hayan limpiado o node sus maravillosas visiones. Ven, bajo el castigo que nadie percibe,pero tú sí, porque el castigo te conocecomo alguien que ha pactado en secreto. Cumple entonces con el cometido.Saca ese cuchillo de las doce,y con dulzura pero con impiedad,clávalo allí,donde mis audacias fueron múltiples,donde tengo más dolor que corazón,y despliega mi cuerpo prontamenteen el momento más anónimo del amor. Guillermo Capece En realidad los suicidas tienen razón, pero están equivocados. Tienen razón porque los problemas terminan con la muerte. Están equivocados porque los problemas no se solucionan con ella, es más, perviven… como una voz ultramarina que buscara una sirena… no dejaría de ser una voz, acaso poética, pero sin oídos que la escuchen.- El suicidio es suprimir mi yo en el mundo, porque no se pudo suprimir el mundo que me oprime. Tiene la dignidad del coraje absoluto, o de la cobardía absoluta, pero eso sí, no caben dudas, es el único absoluto absolutísimo que un ser humano puede brindar.- El velorio de los suicidas, es una ceremonia auténticamente horrible. Parece una cita de culpables, un hazme-llorar donde las lágrimas no son de dolor, sino también de culpa, de impotencia, de rabia. El velorio es algo que quizás acompañó al suicida, en su imaginación, como una de esas satisfacciones humanas que muy pocos, sólo los suicidas, pueden darse.- Pero no quiero hacer una apología. El suicidio termina en un fracaso, después del triunfo aparente, ¿por qué?, porque el tiempo, nos hace olvidarnos del suicida… de él y de la forma en que murió. En eso, los suicidas se parecen a todos los que moriremos de muerte natural. Ya ven, no hay trampas que valgan frente a ese destino que tenemos todos: el olvido. Ah… me voy a suicidar un poco (voy a dormir unas horas) y cuando resucite… leeré sus numerosos comentarios.- Chau! P.D: publicar para que nadie comente nada, acaso sea, suicidarse de veras. Salud! Esa noche era distinta. Howard, estaba solo… completamente. Quería acción, sentirse otro. Más bien, quería ser otra, o … sinceramente, quería ser la que era, puta, puta, muy puta, siquiera por una noche.- Ya no tenía la mirada atenta de mamá, que le encontraba ropa interior femenina en los lugares más insólitos, y le amonestaba… “Howard, eres un hombre” “Howard, basta de jugar a la nena, sino le digo todo a papá”. Quizás esa noche, después de todo, Howard no estaba solo, al contrario, Howard estaba consigo mismo, con “Helen”. Ese era el personaje que a Howard en realidad lo acompañaba. Su otra parte. Mejor dicho, su parte verdadera, él era ella, él era Helen.- Vistió sus diminutas ropitas interiores, en su cuerpito que ya disfrutaba plenamente. Ceñida de sedas y topacio, de chanel nº 5 y tacos altos. Venía el mejor momento. Atravesar el umbral de la puerta, y … por primera vez, salir al mundo, siendo la que es, siendo la que soy, se dijo, con aire de triunfo.- Las primeras miradas, lejos de ser censurantes, fueron agradablemente curiosas. La peluca rubia iluminaba la noche oscura. Un niño de la calle le lanzó un silbido sensual, ella siguió sin hacerle caso, no le gustaban los niños. Quería hombres, hombres recios y tiernos, hombres maduros y deseosos… de su cuerpo depilado, de su alma desnuda.- En la esquina, detenida frente a un semáforo, la abordó un transeúnte… “ven conmigo nena esta noche… tengo mi auto a media cuadra… acompáñame”…Con ese hombre, solamente con ese hombre, ella… toda tabú, no hubiera aceptado jamás. Era el papá de Howard, que acaso deseó a Helen, secretamente… siempre.- Esa noche no era distinta. Era la misma noche de siempre, con la luna vestida de luna.- Cada mañana tengo la vida reconstruida. desde que compartimos la ternura y la alcoba.Nuestro espejo, me devuelve tu imagen, de senos turgentes.y el reflejo de tu sonrisa diafana, como la vida misma.Me contemplo en tu mirar, y la calma me habita.Estas en las delicias de mis horas, dias,..y me convocan a inventar un futuro a tu lado.Nuestras soledades encontraron su destino.el olvido emigro.nuevamente sale a la caza de otro ser perdido. No vuelvas a caminarpor la senda en que perdistetus mejores ilusiones.Aquello ya pasó. No vuelvas a la misma puertaque te adentró engañadoen los besos traicioneros.Aquello ya pasó. No vuelvas a creer sofismas huerosde teorías cerradas en el aire.Aquello ya pasó. Los errores del pasadoallá quedaron,no volvamos a pisar el mismo polvode los caminos perdidos. (de "La caza del viento") Enrique González Matas En la vida debemos darnos el valor y el respeto con eso no me refiero a las personas gay si no aquellas personas que no toleran dicha personalidad, porque ofender a un ser igual a ti? Porque humillar a una persona que tiene tus mismos derechos? La cuestión no es apoyar lo que ellos hagan si no , brindar nuestra solidaridad y obtener los beneficios positivos que nos pueda ofrecer ese tipo de personas y agregarlos a mi vida y los malos , solo debemos botarlo y olvidarnos de que esa persona comparte otras creencias que yo . Porque debemos ofender a una persona que llego a este mundo sin preferencia sexual , así como tu sientes algo por tu sexo opuesto otros lo sienten con su mismo sexo .si cada ser humano hace esta dinámica puedo prometer que en el mundo haya paz pero cada cabeza es un mundo y hay personas que no se pueden manejar .
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martin yuri callisaya miranda
saludos
Hoz Leudnadez
Silvia Ins Mazziotti
Seelvy
Niain
A veces me faltan pulmones para respirarlos...
Gracias por el último detalle, muchas gracias
Annita
Muy alegre de verte por mis lares.
Afectuoso abrazo
Guillermo Capece
Guillermo Capece
eres tan bella como en la fotografia?
Miel
Miel
Estoy paseando por tus textos y noto, con alegría y gratitud, tu loable entusiasmo por publicar la poesía de nuestros valores latinoamericanos. Va un gran saludo y mi promesa de pasar a leerlos con calma con la dedicacion que se merecen. A raíz de tu mención a la gran poeta, estoy dedicada al estudio de Alejandra Pizarnik con mayor profundidad
Muchas gracias por compartir tus conocimientos con nosotros. Me complace mucho saber quecontamos con un amigo cuya vasta cultura literaria nos motiva y orienta hacia algo nuevo cada días.
Y sí, hay que tener mucho cuidado con los adjetivos. Pueden enriquecer inmensamente, pero mal utilizados puden matar, como expresa Huidobro. Hay un pequeño fragmento de Carpentier sobre los adjetivos, veré si lo puedo encontrar.
Un abrazo muy cordial,
Miel
Francisco Perez