• Edgar Tarazona Angel
UBASTET
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  • País: Colombia
 
  Penélope es la esposa de ULISES, héroe griego en la guerra de Troya y personaje principal de la ODISEA, es más, también se le conoce como Odiseo. De esta obra hablaré en varios capítulos y me remito a la dama que es tema de este artículo y siempre ponen como ejemplo y símbolo de la esposa fiel, que nunca pierde la fe en el regreso de su marido. Piensen en lo que pasó esta dama si su querido esposo salió para la guerra de Troya y esta duró diez años; luego en el regreso sucedieron muchas aventuras que componen la Odisea y esta dura otros diez años; total, veinte años soportando una manada de vividores que deseaban conquistarla para lo que sabemos  y se instalaban en su casa a beber y comer. No quiero pensar de donde hijuemadres sacaba tanta plata para el mercado pero la literatura es así y en la mitología todo puede suceder. Como nunca perdió la fe en el regreso de Ulises y como todos los pretendientes eran de alta alcurnia (eso que también llaman de sangre azul) no podía sacarlos a los totazos y echarles los perros, de manera que se ingenio la siguiente artimaña: les comunicó  que cuando terminara un tejido muy hermoso que tenía en mente, y estaba destinado a ser el sudario de su suegro Laertes; escogería al afortunado a quien daría su mano y el resto de su cuerpo, muy lindo, por cierto. Pero ella tejía durante el día y desbarataba por la noche, de manera que era el cuento de nunca acabar. Esta estratagema la utilizó Gabo en Cien años de soledad con Amaranta y Pietro Crespi, para no casarse con él, lean muchachos. Imagínense un poco de sinvergüenzas bebiendo y comiendo todos los días y echando chistes pendejos y peleando por la señora de la casa. Y no crean que bebían juguitos y gaseosa, nada de eso, puros vinos finos. Como todas buenas las de las leyendas, Penélope era muy hermosa. Solo son feas las malas de estos cuentos. Y cómo serían de pendejos que se comieron el cuento del tejido y todos los días miraban a ver cuánto avanzaba y nada, seguía en el mismo mono,  punto y cadeneta (esos son los nombres de las puntadas según me dice una señora experta). Lo cierto es que pasaron dos décadas cuando llegó Ulises disfrazado y… aquí no termina la historia, que sigue en el siguiente capítulo como en las telenovelas.
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EL PINTOR
Autor: Edgar Tarazona Angel  472 Lecturas
  Esta es la historia de un muchacho del pueblo llamado Jesús Gutiérrez o algún apellido parecido; recuerdo el nombre y el suceso, nada más. Como la mayoría de habitantes era fervoroso creyente y lector de los cuatro evangelios. Sin ganas de ofender, este libro sagrado trajo sucesos dignos de recordar porque algunos seguían al pie de la letra sus palabras… o las mal interpretaban de acuerdo a su análisis personal. A este joven le impactó el pasaje de Jesucristo caminando sobre las aguas y, como el cura siempre repetía que todo era asunto de fe, decidió hacer el intento poniéndose en manos del Padre Eterno. Lo que ocurre a la mayoría de creyentes es que, a pesar de mucha fe, siempre hay un poco  de duda, nuestro Jesús quiso ayudarse en su milagro personal con dos globos atados a sus pies y, el día escogido para su demostración, invitó a todo el pueblo a la piscina del pueblo vecino. Como era conocido por sus locuras, una buena cantidad de vecinos acudieron por curiosidad por ver si de pronto le resultaba. El hombrecito apareció vestido con una túnica de esas que le ponían a los santos en Semana Santa y se hizo el silencio. Sacó de su mochila dos globos que al inflarlos a punta de soplo resultaron enormes y con un ayudante, que había llevado para la ocasión, ató uno a cada pie. Luego avanzó con aire marcial hasta la orilla de la piscina y soltó un corto sermón donde la frase que más se escuchaba era “hombres de poca fe”; metió un pie en el agua y, por supuesto, el globo flotó, entonces metió el otro pie y… sucedió lo que debía suceder.los dos globos flotaban sobre la superficie del agua mientras el cuerpo de Jesús descendió en medio de la risa de los espectadores. Ustedes imaginen la escena. Los globos flotando y Jesús bajo el agua retorciéndose para salir. El ayudante improvisado empezó a gritar al notar los esfuerzos de Jesús bajo el agua por soltarse porque, además, no sabía nadar. Algunos viendo que el asunto iba en serio se arrojaron al agua y lo sacaron entre aplausos y risas. El pobre joven tosía para evacuar el agua de su cuerpo y lloraba por la sensación de ridículo que había hecho. Pero todo no es malo, a partir de ese día lo apodaron Moisés, que como todos saben, significa salvado de las aguas.
El mendigo leproso y sifilítico, por razones inexplicables de la vida, consiguió una amante joven, hermosa, intelectual y millonaria.Una noche la bella, en medio del llanto, le juró que lo amaba sin ninguna condición y el desgraciado no le creyó.
INCREDULO
Autor: Edgar Tarazona Angel  471 Lecturas
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Se desliza el tiempoEntre las hilachas absurdasDe mis deseos añejosTejiendo filigranas intrincadasCon dibujos abstractosDe sueños lejanosQue ya no deseoY siento remotos, distantes,Tremendamente lejosEspejismos viejosQue me hicieron dañoY que ya no quiero. Salieron los demoniosDe mi pensamientoY, en mi corazónSólo quedan ruinasDe aquellos palaciosY cenizas frías de muchas hogueras Que fueron pasiones...No del corazónSi no de la cabezaQue vuela ligeraY en algún momentoVuelve y queda quieta... muy quieta.
ESPEJISMOS
Autor: Edgar Tarazona Angel  468 Lecturas
    La terrible madre monstruo observó con todo el amor materno, del que es capaz una de su género, a su engendro bebé; lo acunó lentamente entre sus tentáculos, lo cubrió de besos nauseabundos, le musitó gruñidos tiernos en los receptáculos auditivos y lo devoró sin afanes con mucho cariño. Edgar Tarazona Angel www.larmarcialtda.com   
  Siempre hablo de mi pueblo natal porque allí pasaba de todo, o mejor, lo que ocurría lo relacionaban con algún pasaje bíblico como este de la pesca milagrosa. Ese que narra la inútil labor de Pedro y otros pescadores que pasan el día en el lago sin lograr pescar nada y llega Jesús y les dice que arrojen las redes al agua una vez más y estas salen repletas de peces. En los días en que el párroco organizaba bazares (para mis lectores de otros países son reuniones sociales con venta de víveres, licores, reinados de belleza y juegos permitidos para recoger dineros para la parroquia. Pues esas señoras piadosas y colaboradoras inventaron una forma de sacarles las monedas a los niños con el juego de “La pesca milagrosa” que consistía en lo siguiente: En el segundo piso de la casa parroquial se instalaban varias señoras con pequeños obsequios  envueltos en papel de regalo. Abajo estábamos los niños con las monedas en la mano, haciendo una fila bien ordenada por otra señora; entonces, atada de una cuerda bajaba una canasta donde uno depositaba sus moneditas y el canasto subía nuevamente; allí arriba las damas contaban las monedas y según la cantidad enviaban de regreso un regalo. Yo no era de los niños ricos y siempre mi regalo sorpresa era de los mejores. Para mí, en mis cortos años, eso era milagroso. Ahora, muchos años después, saco la conclusión que el milagro se debía a que mi familia era de las mayores colaboradoras con el cura pero, en esa época, cada vez que se realizaban estas festividades yo era feliz en “La pesca milagrosa” con un yoyo, un carrito o un pito para desesperar a los mayores.
LOS ACOMPLEJADOS Uno de mis compañeros de infancia desapareció del entorno, no porque le ocurriera nada malo, para nada, lo que ocurrió fue que su familia se trasladó a la capital y, se supone, les fue extraordinariamente bien porque jamás regresaron al pueblo. Pasaron los años y, como dicen las señoras y los viejos, “el mundo es un pañuelo”, para indicar el tamaño, y volvimos a tener noticias de nuestros ex vecinos. Comprobamos que lograron éxitos en todo lo que se propusieron y mi amigo era un exitoso arquitecto. Creo que a todos nos dio eso que llaman envidia. Como las conversaciones giraban en torno a la susodicha familia y cada vez nos sentíamos más molestos al escuchar de los grandes logros alcanzados, esperábamos qué, en algún momento, se escuchara algo negativo sobre ellos y en especial sobre él, para consuelo de nosotros, los conformistas mediocres. El momento pareció llegar cuando una señora, de esas chismosas de campeonato, trajo una noticia bomba que soltó con gran alegría: -         ¡Oigan todos, quien ve a Ricardo y a su familia, tan engreídos y supe de buena fuente que tienen muchos complejos! -         No hay dicha completa –dijo una de las envidiosas- Bendito sea Dios. La alegría duró hasta la noche, cuando uno de los esposos - que trabajaba en la capital- explicó el asunto: -         ¡Pues claro que tienen muchos complejos, esa es su fortuna, diseñan, construyen y venden complejos habitacionales!  
  En Colombia hay unos productos dulces deliciosos que llevan por nombre Alegría, son muy comunes en la costa Caribe y algunas regiones de clima caliente. La base de estos productos es la panela y el coco, pero se encuentran de diferentes sabores agregados como limón, piña y canela. Para los aficionados al dulce son deliciosos. Por lo general son vendedoras negras las que ofrecen por las calles este producto y lo llevan en grandes platones sobre la cabeza en un equilibrio increíble. Pero esta historia tiene como protagonista a un hombre que sobrevivía vendiendo Alegrías en una ciudad de la Costa colombiana. Lo conocí en uno de mis viajes al mar y nos hicimos amigos. Me contaba de su difunta esposa que era quien tenía el oficio de vender los dulces pero, como había niños que mantener y él no conseguía trabajo, pues se dedicó al oficio que tenía su señora a la que recordaba todos los días porque fue el amor de su vida.  Decía que la venta dejaba para comer en época de temporada turística y pasando esta era muy difícil conseguir el sustento para sus seis hijos, el mayor de los cuales contaba con diez años y vendía empanadas que le suministraba una vecina; la misma que le daba a él las alegrías y les tenía arrendada una pieza donde se amontonaban en las noches. El recuerdo de su mujer lo atormentaba a diario y poco a poco el hombre se sumió en una depresión profunda que no pudo superar. Una noche lluviosa, después de escuchar la canción Alfonsina y el mar, le dijo llorando a sus hijos que iba a emprender un viaje pero que la dueña de casa los cuidaría mientras retornaba. Los besó y se despidió para siempre. Algunos playeros lo vieron pasar con su tristeza y sus lágrimas rumbo al mar. Para ellos no era raro que alguien se metiera en el agua por eso lo dejaron con su tristeza y sus lágrimas entrar al mar… y nunca más se volvió a saber de él. Edgar Tarazona Angel
- Corran todas, viene el monstruo.Por donde pudieron escaparon del depredador más salvaje que podían imaginarse. Unos corrieron a esconderse debajo de las hojas, otros debajo de un tronco seco y los más, entre los leños amontonados en un lejano rincón del bosque tropical.Vieron pasar el lince, un ocelote, un zorro... no les  temían. Su apetito voraz no coincidia con el sabor de sus cuerpos. Entonces salieron lentamente de sus escondites en busca de comida, esas hojas tiernas de las hortalizas que calmaban su apetito desordenado.Como ocurría siempre, al rato sonó la voz de alarma:- El enemigo, el enemigo... y todos salieron en estampida.Venían de nuevo las gallinas y esos monstruos son mortales cuando uno es un humilde gusano 
Como siempre, advierto que los personajes están basados en personas reales  de un pueblo que también existe y donde pasé mis primeros diez años de vida. Lo digo porque algunos lectores piensan que me burlo del libro sagrado pero es una coincidencia; en dicho pueblo, muy católico por cierto, la mayoría de sus habitantes tenían nombres bíblicos… o, por alguna razón anecdótica, los apodaban con nombres del libro sagrado; es el caso de Judas, Caín, Barrabás y otros. Don Elías carrillo ganaba su diario vivir conduciendo un camioncito y transportando los productos de la agricultura pueblerina hasta la capital. Por supuesto que también lo ocupaban para los trasteos y los paseos de olla. En el bendito poblado estaban pendientes de cualquier circunstancia para acomodarla a un pasaje de la Biblia y eso mismo ocurrió con don Elías. Para colmo el mejor amigo de este señor se llamaba Eliseo, lo mismo que en Reyes 2 (1,12), lean muchachos para que vean que no digo mentiras. Uno de tantos días llevaron un viaje de legumbres a la capital y, de regreso al pueblo, se estrellaron contra unos burros sin dueño que correteaban por la carretera y el carro se incendio. Parecido al pasaje bíblico Elías se fue en llamas con burros y todo pero su compadre Eliseo se salvó para contar la historia. Aseguro que todo esto es la purita verdad.
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DESCORAZONADO
Autor: Edgar Tarazona Angel  455 Lecturas
Una luciérnaga macho volaba sin rumbo en una cálida noche del trópico buscando una hembra en celo para satisfacer sus ansias pasionales.Sentada en una banca del parque una hembra humana exhalaba efluvios inequívocos de luciérnaga hembra que lo embriagaron. El no lo sabía pero era el perfume de moda.Observó como arrojaba al piso lo que él creyó que era una hembra de su especie y se arrojó sobre ella para poseerla.En sus últimos estertores sintió como ardían sus entrañas, quemadas íntegramente por la brasa de la colilla del cigarrillo que confundió con una amante.
A todos los colegas escritores de TEXTALE les invito a ver, leer, comentar y publicar en MOLINO DE LETRAS, la nueva revista literaria internacional en lengua española que aparecerá a partir del primero de febrero de 2010.Todos están invitados y si quieren saber las condiciones para publicar pueden escribir a revista.molinodeletras@gmail.comel link de la revista es www.molinodeletras.net 
INVITACION
Autor: Edgar Tarazona Angel  453 Lecturas
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  En el pueblo de estas historias llamábamos la ley a la policía. Por la época de mis vivencias solo eran cuatro o cinco uniformados y bastaban para mantener el orden en la población; lo único que alteraba la tranquilidad eran riñas de borrachos los días de mercados con heridos por armas blancas o física botella. El otro delito que ameritaba la presencia de la fuerza pública era el abigeato. Hoy poco se escucha esta palabra y significa que alguien roba del corral ajeno algún animal, ya se trate de gallinas, pavos, cerdos, ovejas o ganado mayor como vacas o caballos. Casi siempre los abigeos eran campesinos pobres que llevados por la necesidad hurtaban de algún vecino una gallina para echar al sancocho; pero también llegaban de otros lugares ladrones más codiciosos que llegaban en las noches con un camión y subían cuantas reses podían del potrero de un rico del pueblo. Pero este no es el tema. Son las tablas de la ley, y no me refiero a las que entregó Dios a Moisés en el monte Sinaí, para nada, me refiero a unas tablas de verdad, de madera. Consistían en unos listones de un metro de largo por seis o siete centímetros de ancho, en buena madera, que tenían los policías y cumplían una misión castigadora. Borracho escandaloso o que golpeara a su mujer o, en muchos casos, se resistiera a la detención por parte de los uniformados era llevado a la comisaría, lo ponían en cuatro patas y le aplicaban tantos tablazos según dijera el comandante y dependían del estado de ánimo de este uniformado. Las tablas de la ley hicieron historia y en la iglesia, cuando el sacerdote, en uno de sus sermones recordaba el pasaje bíblico, todos los feligreses reían por lo bajo con disimulo. Una vez alguien soltó una sonora carcajada y el cura le mandó aplicar el castigo de las tablas.
El sábado 29 de septiembre el día transcurrió como todos los demás. Mi hermana Teresa estaba de cumpleaños y ya la había felicitado por facebook. Pasada la una de la tarde respondí una llamada de mi hermano Rodrigo que me dijo escuetamente: hermano, nuestra madre falleció hace unos minutos. La verdad no sé qué sentí, creo que no reaccioné durante unos minutos y después me entró un temblor de manos increíble. Por alguna razón de la naturaleza tengo dos limitaciones y la más dolorosa es que no puedo llorar; desconozco la causa pero desde hace once años las lágrimas no brotan como debe ser, los ojos se humedecen y nada más. Envidié esta capacidad en la mayoría de seres humanos porque deseaba con todas las fuerzas de mis emociones y sentimientos desahogar en llanto el dolor lacerante que sentía… pero no pude. La otra limitación no viene al caso. Soy el mayor de once hermanos, pero para todo el mundo contamos nueve, de los cuales uno se marchó de este mundo hace doce años y quedamos sin el amor de madre ocho: tres mujeres y cinco hombres que recibimos como herencia de esa mujer valerosa y ejemplar las mejores enseñanzas y su coraje para enfrentar los problemas diarios de la vida. Cada quien habla de su propia madre adornándola con todas las cualidades del mundo y la convierten en un ángel del señor venida al mundo a redimir pecados y salvar almas. Mi madre en vida se llamó María Teresa Angel Baquero y traía el ángel en su nombre, lo demás fueron cualidades y defectos humanos, más de las primeras que de los segundos. Durante largos años fue educadora en primaria y sus alumnos sobrevivientes la recuerdan como una persona bondadosa pero estricta; dicen que todo lo que recibieron de mi madre, incluyendo reglazos, les sirvió para toda la vida y conservan su recuerdo como ejemplo para sus hijos. Mi madrecita, en medio de su buen humor tenía un carácter indomable que permitió a la familia Tarazona Angel sobrevivir a las perores épocas familiares. Es posible que en algunas oportunidades haya tenido que doblegarse ante las adversidades y refugiarse en el llanto pero en la mayoría de problemas pudo salir adelante con sus nueve niños. Mi padre fue un buen hombre pero no quiero hablar de él en este artículo. Mi querido viejo dejó este mundo en 1980 y lo amamos pero hoy dedico estas palabras a la mujer que me trajo a este mundo. A mi madre le heredé sobre todas las cosas la capacidad de tomar decisiones y afrontar las calamidades; también el cumplimiento en mis obligaciones y las citas. En un país en el cual todo se deja para lo último, ella pagaba los recibos el mismo día que llegaban y exageraba el cumplimiento. Era religiosa sin rayar en la beatería y oraba a su manera y hasta peleaba con Dios de vez en cuando como vocera de los más necesitados. Otra de sus virtudes era hacer la caridad a personas y familias de escasos recursos teniendo en cuenta, en lo posible, que no se enteraran de donde salían los víveres o el dinero. Hoy me duele todo pero tengo los recuerdos de una madre cariñosa y tierna que me dejó innumerables enseñanzas y ejemplo de vida. Como quiera que sea el otro lado de la muerte ella debe estar en el mejor lugar posible destinado a los bienaventurados, se lo merece por todos los méritos acumulados en sus noventa y dos años de existencia terrenal. Hoy, a pesar de la tristeza y la confusión de emociones y sentimientos que me embargan estoy seguro de que mi querida madre descansó en paz y dejó una hermosa y duradera huella en sus hijos, nietos, biznietos y demás familia, amén de la  cantidad de niños que recibieron sus enseñanzas y la recuerdan con amor. Que Dios la tenga en el mejor de los sitios destinado a los justos y que sus bendiciones nos alcancen a los que estamos en este mundo. Yo la recordaré con mucho amor porque al final del tiempo ya ella con muchos años y yo también, cuando conversábamos sobre algunos temas parecíamos más dos amigos que madre e hijo. Demasiadas anécdotas quedan en la memoria y otras ya se han borrado con el paso de los años pero para mi el recuerdo que llevo hasta el último de mis días es el de una mujer recta, valerosa y digna. Espero que en mis más tristes su imagen y su recuerdo sean el bálsamo que alivie mis penas, como fueron en vida sus palabras y sus caricias maternales. Madre, te amo y eso basta. QEPD Edgar Tarazona Angel
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AMOR DE RATAS
Autor: Edgar Tarazona Angel  445 Lecturas
   Este muchacho tiene un espacio muy destacado en la mitología por todo lo que hizo, pero también por las circunstancias que rodearon su nacimiento. El rey Acrisio de Argos fue al oráculo, como hacían todos los griegos, y éste le dijo que su destino era morir a manos de su nieto. Esto que le dicen y el cucho mando encerrar a su hija única Dánae en un sitio que no ha dejado poner de acuerdo a los historiadores, unos dicen que en una torre de bronce y otros un subterráneo; como sea el sitio tenía una ventanita para que le entrara el aire y el sol a la linda chica y esto con el fin de que no conociera ningún tumba locas que la enamorara y le llenara de huesitos la barriga.Pues el asunto es que nuestro padre Zeus pasó un día y la vio y se llenó de ganas de conocerla y de todo lo demás y como no había manera de entrar ni de convencer al celoso padre esperó que la muchacha estuviera desnuda bronceándose y el mañoso Zeus se transformó en una lluvia de oro y cayó sobre ella dejándola embarazada. Eso dice el cuento pero lo que más me impacta es que este fue un polvo de oro, no un polvo como los demás, no señor. Y no crean que todo pasó y listo, algunas lenguas viperinas culpan del embarazo a Preto, hermano del rey pero lo cierto del caso es que nació Perseo y su abuelo no se comió el cuento del embarazo celestial.Y ¨¡qué hizo el maldito viejo? Pues mandó construir un enorme cajón donde metió a su hija Dánae y su nieto Perseo y los mandó arrojar al mar. Como Zeus sabía todo lo que sucedía en el Olimpo y sus alrededores, le pidió a su hermanito Poseidón que mantuviera el mar en calma para que los náufragos pudieran encallar en la costa y así fue que las tranquilas olas los depositaron en una playa de la isla de Sérifos gobernada por Policdetes y su hermano Dictis que recogieron a la madre y el niño y los criaron como si fueran de su familia.  Más tarde, Polidectes se enamoró de Dánae. Pensando que el joven Perseo podía ser un estorbo para sus planes, intentó librarse de él mediante una estratagema: hizo creer a todo el mundo que pretendía conquistar a la princesa Hipodamía y pidió a los habitantes de la isla que le entregase un regalo cada uno como presente, para poder ofrecerlo a su vez a la princesa. Perseo dijo que no pondría reparos para entregar cualquier cosa: incluso si hubiera de ser la cabeza de Medusa, que era una de las tres Gorgonas y podía convertir en piedra a los hombres sólo con la mirada. Polidectes aceptó como regalos los caballos de otros habitantes de la isla, pero no aceptó los de Perseo, y le mandó que le trajese la cabeza de la Gorgona que le había prometido
  Fingió su muerte para ver la reacción de sus allegados. Familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y todos los que tuvieran algún contacto con su vida. Observó sus comportamientos por un orificio en un cuadro. El cuerpo duplicado en cera era perfecto y con un micrófono dentro del ataúd escuchó los comentarios acerca de su muerte repentina. Lloró de desilusión al comprobar que el único ser, de veras triste y conmovido por su deceso, era su fiel perro labrador.
  (Versión mía de una leyenda colombiana) Cuentan los muiscas, una tribu de la familia indígena Chibcha, que algún día, cuando menos lo esperaban, apareció por el punto donde sale el sol un venerable anciano de piel blanca y larga barba, cubierto por una túnica que le daba hasta los pies y se sostenía con un largo palo para apoyarse al andar; este señor se llamaba Bochica. Al ver que los indígenas no tenían oficios conocidos, y vivían muy mal, les enseñó muchas cosas como la cerámica, orfebrería, cestería, a tejer mantas de algodón, cultivar la tierra, la minería en las minas de sal  y a construir sus chozas. Los muiscas aprendieron todo y lo pusieron en práctica. Así fue como progresaron y comerciaban con otras tribus por medio del trueque.   Al ver Bochica que los indígenas habían aprendido muy bien todos los oficios,  se marchó a otras tierras. Y cuando el anciano se fue apareció una mujer que enseñó otras cosas pero, estas eran malas. Por ejemplo les explicó cómo fabricar la chicha y todos empezaron a emborracharse, pelear y se volvieron perezosos y descuidados. Las sementeras no producían, los telares quedaron con mantas a medio hacer, las ollas de barro no se cocinaron y así todo se descuidó y las familias se separaron. Cuando los dioses vieron estos desordenes decidieron castigarlos; así fue que un gran diluvio cayó sobre la meseta y la inundó causando muchos estragos; los indios sobrevivientes que subieron a las montañas vieron a sus pies una enorme laguna y nada de sus chozas ni sementeras. Entonces lloraron y rogaron al cielo porque les quitara el castigo. Entonces, sobre un arco iris apareció Bochica, su anciano protector y al ver lo sucedido, con su bastón rompió las rocas para que salieran las aguas y fue así como se formó el famoso SALTO DE TEQUENDAMA. Dicen los ancianos que a la mala mujer en castigo la convirtió en lechuza y la condenó a no poder salir de día, por eso esta ave es un animal nocturno y su voz es como un lamento. LÉXICO: ü Salto de Tequendama: cascada cercana a Bogotá, DC, Colombia ü Bochica: dios benefactor de los muiscas ü Muiscas, tribu de la familia Chibcha que habitó la Sabana de Bogotá ü Chicha: bebida fermentada que se fabrica con maíz ü Cerámica: arte basado en el barro o arcilla ü Orfebrería: arte de trabajar el oro ü Cestería: elaboración de canastos ü Chibchacum: dios creador para los muiscas, en algunas versiones él fue quien inundó la sabana. Edgar Tarazona Angel
  Algunos dicen que era el muchacho más lindo del Olimpo pero, hay quienes opinan que era Narciso, dejo a este para otro relato y sigo con Ganimedes que de la noche a la mañana, como dicen los abuelos, se convirtió en el barman de los dioses, algo así como Moe el de los Simpson pero no servía cualquier trago, era el trago divino, llamado Néctar o ambrosía. El asunto es que este chico estaba un día recostado en un prado muy verde mirando nubes (o fumando marihuana, que se yo) cuando pasó don Zeus en forma de águila y, ya en otros artículos les conté como era de perro este viejito, lo vió y se enamoró del jovencito. Así como lo oyen, esos griegos no eran como la gente de hoy en día que se escandaliza por todo, no señor, eso le daban parejo con hombres y mujeres y listo pollo. Pues mi señor Zeus bajó sobre el chico y se lo llevó en las garras y al notar el miedo le dijo que tranquilo, que no era tal águila sino el patrón del Olimpo en forma de pájaro y como tenía alborotado el suyo pues lo llevaba a hacer lo que sabemos. Seguro al viejo le quedó gustando porque lo nombró copero mayor del Olimpo para que sirviera las bebidas a todos los habitantes de ese paraíso pero que en la cama solo con él. Yo creo que Diomedes Díaz es descendiente directo de este dios porque le daba parejo con cuanta vieja se le atravesara y faltan datos para saber si el cantante también tuvo por ahí sus Ganimedes. No es mucho lo que los libros agregan sobre el amante de Zeus pero de algo estoy seguro y es que no tuvieron hijos. Edgar Tarazona Angel  
El señor Próspero Hernández, uno de los más ricos de mi pueblo era, además de ganadero, un gran aficionado a las riñas de gallos y tenía su propio corral de estos animales, que se entrenan para enfrentarse a muerte en una lucha de igual a igual. Este mal llamado deporte es muy popular en algunas regiones de Colombia y países de centro América y el Caribe. Los gallos de pelea son de una raza especial de gallináceas y prácticamente no tienen carne que comerles, son puro músculo, fuerza, destreza y coraje para atacar y defenderse. Para evitar que el contrincante pueda agarrarlos de la cresta se les recorta, y por lo mismo se les afeita el pescuezo y los muslos; no es una costumbre que se practica en todas partes pero si en mi pueblo; su alimentación se basa en carne y alimentos ricos en proteínas. Cada día su entrenador los pone a correr y atacar un señuelo fabricado con plumas para que semeje otro gallo. El día de la riña son llevados en jaulas especiales y se meten en unos compartimentos en espera de la hora de su turno de combatir, como los gladiadores romanos. No quiero extenderme en detalles pero para que sus patadas sean más efectivas, sobre las espuelas naturales se les calzan otras de marfil o de acero, esto con el fin de convertirlas en puñales mortales. La gallera de mi poblado se construyó como las plazas de toros, de forma circular, con graderías alrededor del círculo de muerte que tiene unos cinco metros de diámetro. Un juez de campo se ubica en el centro de la arena con los gallos de turno bajo sus brazos, uno a cada lado; grita el nombre del animal, sus características, record de peleas, nombre del dueño, lugar de procedencia… y comienza la batalla. Por lo general no hay empate y uno de los animales queda muerto en la arena. La pelea se da entre gritos de los asistentes, groserías de todos los calibres, insultos al contrincante, silbatinas y hasta tiros al aire. Algunas veces no son al aire sino a la humanidad de uno de los asistentes y, otras veces, ni se sabe quien disparó. Las riñas entre los asistentes al espectáculo son frecuentes porque las apuestas se hacen de palabra y alguno niega haber apostado cuando su escogido pierde. Hay gallos que llegan precedidos de gran fama y son los favoritos en las apuestas, sin dinero por medio no hay riñas y el monto depende de la fama de los contrincantes. Muchos galleros han perdido su fortuna, su mujer y hasta la vida por estas apuestas. La literatura lo cuenta mejor que yo y esta es una anécdota. Me dejé llevar de los recuerdos juveniles, cuando con dos amigos nos colábamos en las galleras y terminábamos roncos de tanto gritar. Parece que le dábamos suerte a algunos galleros y para que respaldáramos a su plumífero nos daban cerveza y trago; don Próspero era uno de estos y nos llamaba a su mesa entre una riña y otra. Olvidaba decir que la finca donde criaba sus gallos recibía el  nombre de San Pedro y el último día que asistimos a una riña con mis amigos, un gallo de don Próspero defendía su invicto de 20 peleas contra el de su rival eterno del pueblo vecino. La mejor pelea se deja para el final, cuando los ánimos están al máximo y la mayoría de asistentes borrachos. Por cuestiones fisiológicas al hombre le entraron ganas de orinar en medio de la pelea y cuando su galle llevaba las de perder. La gritería era ensordecedora y cada grupo animaba a uno u otro contendiente. En un segundo el gallo saraviado se levanto en el aire y bajó las dos patas sobre el giro de don Próspero clavándole las espuelas en una estocada mortal. Su dueño se desangraba sobre las baldosas del baño, en ese mismo momento, apuñaleado por un desconocido que huyó sin que nadie se diera cuenta y el gallo de San Pedro y su dueño se despidieron de este mundo en la gallera que presenció tantos triunfos. Después se armó una batalla campal entre los galleros de los diferentes municipios y hubo otros tres muertos. Jamás volví a pisar el terreno de estos sitios de sangre y muerte
Muchos ojos, El cielo diurno y diáfano Salpicado de ovejas Algunos ríos; Lagunitas espejos, Pedazos de mares Y océanos; La sangre real Y el corazón De muchos políticos colombianos.    
  A veces siento Que se me acabaron las palabras, Y un huracán de emociones Barrió con todas ellas, Sobre todo con las necesarias Para expresar lo que un día sentí Y ya no siento. Todo empieza y acaba Es efímero como la arena Que se transforma en estatua Y en unos días la brisa, el viento, El agua y una que otra lágrima Se llevan lo que fue arte. Así se fueron sin alas de recuerdo Muchos sueños dorados Que ya no estarán para nadie Y no causaran pena ni gloria Por los siglos de los siglos Que dure el amor en el planeta.   Y yo esté en la memoria de alguien. Edgar Tarazona Angel http://solopoemaset.blogspot.com  
En la mitología griega Atenea, también llamada Palas Atenea es una diosa que preside varias actividades como la guerra, la sabiduría, las artes, la justicia (hay otra diosa también para esta rama) y otras entretenciones de los griegos pero lo que más la distingue es la sabiduría y yo creo que esto se debe a su nacimiento, muy curioso y único en la historia como ya les voy a contar.  Esta señorita es una de las principales divinidades del panteón griego y una de los doce dioses olímpicos que ya les conté en otro artículo cuales fueron. En este blog que es más de chisme que de historia quiero contar lo de señorita y lo de su nacimiento. Dicen los griegos antiguos, y después nadie dijo lo contrario, que esta diosa salió de la cabeza de Zeus completamente armada y me explico no armada como todos los niños que nacen con una cabeza, un tronco, dos brazos y dos piernitas, ninguno viene como un rompecabezas para armar. Noooo, esta nació con todo lo de cualquier niña normal más casco, coraza, escudo y espada, ¿Cómo la ven? Este parto recibe el nombre de Partenogenético y se produjo porque Zeus, su padre la concibió solito, eso dicen pero no es cierto. El asunto es así, la mujer legítima fue Hera y esta se la llevaban los diablos de los celos por cualquier culicagada que Zeus mirara y no se si recuerdan que el cucho era un Don Juan el terrible; pues un día le echó el ojo a Metis que era una nena de lo mejorcito del barrio  y ella le dijo que bueno y se fueron para un motel y allí estaban cuando el guachimán les avisó que había llegado la mujer propia en una emberracada la tenaz. Zeus ni corto ni perezoso convirtió a Metis en una mosca y se la comió y la historia no dice si ya se la había comido antes de transformarla, porque una cosa es comérsela por abajo y otra por arriba, digo yo. Lo que dice la historia es que el cucho quedó embarazado y cuando pasó el tiempo le salió por la frente Atenea con todos los juguetes… rarito el cuento pero Hera su mujer tuvo que comerle y el resto de la humanidad también. Ah, y fue la hija favorita de Zeus que tuvo hijos por todas partes como Diomedes Diaz. Esa es una parte de lo que dije al comienzo y ahora les cuento lo de señorita. Jamás se casó o tuvo amantes, manteniendo una virginidad perpetua sin saber por qué; tal vez su papá le dijo que un parto era muy doloroso y la niña le cogió miedo a que la cogieran, como dicen en algunos lugares. Era imbatible en la guerra y ni su medio hermano  Ares pudo derrotarla y este era el dios de la guerra. Fue patrona de varias ciudades pero se volvió más conocida como protectora de Atenas y de toda la región del Ática. También protegió a muchos héroes y por ahora los dejo porque me acordé que no les he contado la historia de Ares o Marte como lo llaman los romanos, el dios de la guerra y de los malandrines. Creo que también es el dios de todos los matones y los que ejercen el bulling. http://mitologiagriegaconhumor.blogspot.com
  Mucho se nombra a Edipo y casi nadie sabe quién es, lo que más se oye es el complejo de Edipo y como me gusta colaborar para resolver dudas aquí va la historia de este héroe. Mucha atención: El rey de Tebas llamado Layo, estaba casado con Yocasta y tenían todo lo que una pareja desea como palacios, oro, joyas, fincas… hagan de cuenta un político o un traqueto colombianos pero en Grecia antes de Cristo, y no me pregunten la fecha porque esa si se me olvidó. El asunto es que el rey quería tener un hijo y le bregaba al asunto con su mujer pero nada de nada, pasaban noches enteras dándole al asunto y ella no quedaba embarazada. Layo, como buen griego, creía en el Oráculo, que era un adivino que se las sabía todas, y le preguntó qué pasaba; este le respondió que mejor dejara ese deseo porque si llegara a tener un hijo, ese mismo muchacho lo mataría. Con esta razón tan verraca a Layo se le quitaron las ganas de ser padre y hasta las de fornicar con Yocasta, que entre otras cosas era una mamacita de esas de calendario. Pero cuando a una mujer se le mete algo en la cabeza es más fácil quitarle la cabeza que la cosa y, como el tipo le volteaba el rabo para no determinarla en la cama, la bendita se consiguió un afrodisiaco que levantaba hasta muertos y se pueden imaginar el resto… De esa maratón de catre doña Yocasta quedó muy cansada pero con cara de satisfacción y esperando bebé; cuando este nació su padre, el del niño no el de ella, pensó en matarlo pero no se atrevió. Mandó un soldado que lo colgara de un árbol por los pies para que lo devoraran las fieras del bosque. Como se puede suponer el peladito chillo como un marrano en el matadero y un pastor que lo escuchó lo llevó a su casa, lo curó y lo crió. Le puso de nombre EDIPO que significa pies hinchados ¿Cómo la ven? Pasado un tiempo el pastor recordó que el rey de Corinto llamado Pólibo y su esposa Mérope también deseaban un hijo y no podían, entonces lo llevó donde la pareja real que lo adoptó con mucha alegría. Y no se si le dieron recompensa al pastor, supongo que si. Edipo creció convencido que Pólibo y Mérope eran sus padres pero en la escuela de su época un muchachito de esos fastidiosos lo envenenó con el cuento de que esos no eran su padre y madre y que él era un recogido. Tanto jodió que Edipo fue al Oráculo y este le dijo que su destino era matar a su padre y casarse con su madre; y como estaba convencido de que sus padres eran quienes lo habían criado huyó de Corinto para que no se cumpliera la profecía. No sé si había maletas en esa época pero supongo que en alguna parte empacó sus trastos y salió de noche y a escondidas para no regresar jamás; como no había transporte masivo ni taxis pues le tocó a pura pata y por el camino un carro de esos tirados por caballos le machuco una pata y Edipo se agarró a madrazos con el chofer y de las palabras pasaron a los hechos, como los fanáticos del fútbol de hoy, hasta que el conductor cayó muerto por arma blanca… bueno, hasta aquí no va nada raro, pero siéntense bien en sus sillas que viene lo bueno, el muerto era nada más y nada menos que Layo, el verdadero papá de Edipo que iba en busca del Oráculo para que le diera un remedio para una plaga que los tenía jodidos en Tebas. Como es suficiente por hoy, dejo el resto para el próximo artículo que va a estar mejor, se los aseguro. Edgar Tarazona Angel
   Su mirada era dulce, sus manos acariciadoras, sus palabras amorosas y todo expresaba amor. Por todo esto no pudo explicarse el dolor agudo que produjo el puñal que penetró en su corazón.
  Cuando tengo tiempo y espacio para meditar me da por pensar en muchas situaciones, para mí y otras personas. Anoche el sueño me abandonó y la mente empezó a divagar por muchos campos y, de pronto, me entro una rasquiña, piquiña, comezón o como se llame a esa molesta sensación que requiere rascarse de inmediato y que, por lo general en las noches, da en medio de la espalda donde la mano no alcanza. Por fortuna alguien inventó unas rascaderas que permiten aliviarse de esa molestia. Como no volví a dormir y basado en la rasquiña, que acababa de solucionar, me dio por imaginar situaciones en las cuales se hace imposible rascarse y se me vino la imagen de un astronauta, fuera de la nave y enfundado en ese traje a prueba de todo en el espacio vacío y con una picazón de los mil demonios. Lo visualicé con una pequeña piquiña en la nariz y el pobre hombre pasando la mano enguantada por el frente del casco protector tratando de aliviar la molestia y, como los males no llegan solos, de pronto sintió la comezón en la entrepierna, en la ingle para ser más exactos, y que en Colombia nos da con frecuencia a los varones, y eso dio nacimiento al raskinbol, (eso lo entienden mis lectores nacionales). Seguí pensando en mi astronauta imaginario, vestido con su indumentaria espacial y con deseos de rascarse por todas partes con la imposibilidad de hacerlo. Sentí en mi la desesperación del pobre hombre y empecé a rasguñar cada sitio donde sentía el picor pensando que eso no lo podía realizar el hombre del espacio. Al final le dediqué mis rasguños y lo dejé en la incómoda situación que me llegó a la mente. Ojalá, en la realidad, eso no ocurra.
  Compré el periódico Q’ HUBO de Antioquia y me asombró ver las estadísticas del día de la madre 2014. A pesar de ser un periódico amarillista las estadísticas están basadas en la realidad: 17 muertos y 1021 riñas entre la noche del sábado y el domingo de la madre. Las causas las da la misma policía; excesivo consumo de licor, reencuentro de familiares  que tienen resentimientos del pasado y arreglo de cuentas viejas por enemigos que se atraviesan en la fiesta. Estas cifras me hicieron viajar mentalmente al pasado y en mis recuerdos aparecieron celebraciones con sangre entre hermanos y familiares; también anécdotas curiosas y no por eso menos penosas porque muchos hijos confunden la celebración del día de su mamá con un motivo para bailar y emborracharse y eso me comprueba que las costumbres se mantienen y si quitamos la tecnología, son una repetición del pasado. Recuerdo una familia Méndez de Fontibón. La señora Lucrecia tuvo diez hijos de los cuales ocho fueron mis alumnos; por esta razón me invitaban a algunas de sus reuniones familiares y puedo dar constancia de lo que sucedía. Desde el día anterior empezaban los preparativos de la parranda y lo primero que llegaba a la casa era la cerveza y el trago. Como la casa era grande seis de los hijos vivían con doña Lucrecia con sus cónyuges e hijos y empezaban a beber para alegrarle la vida a la viejita. Yo aparecía el domingo con un regalo para ella. Los hijos le regalaban ollas, planchas, cubiertos y todos los artículos necesarios para el hogar pero no para ella. Durante la mañana terminaban de llegar los que podías y a beber se dijo, hombres y mujeres. Mientras tanto la señora se afanaba en la cocina preparando comida para treinta o más personas ayudada, por ratos por alguna de sus hijas o nueras. Todo transcurría entre risas y música hasta la una o dos de la tarde cuando llegaba la hora de almorzar y en este preciso momento empezaban los disgustos. A uno le sirvieron más, a mi no me gusta esta presa de gallina, su hijo le sacó la lengua a mi hija, su china mugrosa le jaló el pelo a la mía, etc. etc. De las palabras airadas pasaban a los insultos, luego empujones y cada mujer defendía a su marido e hijos y eso terminaba, casi siempre, en una batalla campal con presencia de los vecinos y la policía. No sé cuánto han cambiado las cosas en materia de obsequios a la mamá; pero era corriente que le llevaran en su día artículos para la casa y se olvidaran que la agasajada era ella. Hoy, en la modernidad, es común obsequiarle un celular y, pienso yo, no es tanto por amor sino que facilita la comunicación con ese ser querido que nos trajo al mundo y nos evita viajar a verla, digo yo. Lo que no entiendo es porque en esta celebración hay que tomar licor si la mayoría de madres son abstemias. Ellas son felices rodeadas de sus hijos y nietos y no creo que verlos borrachos y peleando sea el mayor regalo. Con el paso de los años el comercio se entromete más y más y ya no es un día sino el mes de las madres. Muchos pensamos que son todos los días los que se les deben dedicar. No es solo la presencia física porque muchos hijos que están a diario con ellas solo sirven para amargarles la vida, es la preocupación por su bienestar y evitar los actos que les molestan. Mi madre decía que el mejor y mayor regalo que se le podía hacer era el buen comportamiento de sus hijos y nietos. Estoy seguro de que es el deseo de la mayoría de las madres del planeta tierra. Al comienzo del artículo me referí a los muertos y riñas del 2014, pero sumando 2012, 2013 y 2014 son 44 los muertos en esta celebración y más de 3000 peleas. Qué tristeza. No les den nada material pero tampoco disgustos. Pienso que siente una madre en su día viendo a su hijo muerto y, ojala, por mano de otro de sus retoños. Nada de serenatas, nada de flores, nada de fiestas y nada de violencia. Edgar Tarazona Angel
Ustedes ya la conocen, es uno de mis personajes que saqué de la realidad: “La Trasgiversadora”; en una de sus charlas pedagógicas con los papás de los chicos de la escuela les decía:“Miren señores, ustedes son unos desconsiderados con sus esposas y eso debe cambiar; ellas se la pasan todo el día déle que déle a los oficios de la casa sin descansar, todos los días sin descanso o si acaso los domingos y ustedes ¿qué hacen?, pues llegan del trabajo a comer después a tener relaciones con ellas sin pensar que pueden estar cansadas y sin ganas de que las jodan.Si ustedes ven las noticias pueden ver que el gobierno está en una campaña de sexo seguro y eso beneficia a sus esposas lo mismo que el sexo oral y ustedes dirán ¿qué demonios es el sexo oral?, pues se lo digo, no es que lleguen a darle al asunto así como así, no señores, el sexo oral significa que deben hablar mucho con sus señoras antes de aquello.Y ¿sexo seguro?, pues es una idea hasta donde entiendo para aliviarle el trabajo a sus mujeres y consiste en los siguiente: en vez de fastidiarlas cuando están cansadas pues ustedes los hombres pueden ir a una casa de esas de genocidio (por decir lenocinio), le pagan a una de esas muchachas y seguro tienen sexo…”
SEXO SEGURO
Autor: Edgar Tarazona Angel  428 Lecturas
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Despertó después de unas dos horas de sueño intranquilo y con pesadillas; sentía frio y su cuerpo estaba cubierto de sudor, arrojó la sábana a un lado y se acercó a la ventana para observar el amanecer frio, nublado y lluvioso, con esa lluvia que es casi una brisa pero empapa todo y cala hasta la osamenta. Ella se marchó hace tres horas después de una larga noche de amor y pasión desaforada. El licor los había desinhibido y ensayaron todas las posibilidades del erotismo de pareja hasta quedar rendidos; eso pocas veces ocurría y él sospechó de inmediato que, en las largas ausencias de ella, uno o varios amantes le enseñaron lo que practicó con él esa noche desaforada. Lo confirmó cuando al calor de los tragos y la pasión ella entre gemidos soltó dos o tres nombres masculinos. Lleno de celos decidió, sin consultarla, que este era el adiós definitivo. Se separaron en el pasado varias veces y siempre se reconciliaron, igual que en esta ocasión cuando la mujer regresó llorosa, arrepentida y llena de promesas que él sabía no se cumplirían. Hoy, todo era diferente; era una partida sin retorno, una separación sin palabras. Las lágrimas brotaron en silencio porque, por encima de todas las circunstancias y conveniencia la amaba. Recordó en poco tiempo todos los años de su relación, se puso el pantalón sin calzoncillos y pensó mientras respiraba hondo y miraba por la ventana la claridad del sol matutino filtrándose por entre la niebla y el rocío mañanero ¿Ahora, qué demonios hago con el cadáver? Edgar Tarazona Angel
  Erase una niña rica y hermosa que vivía con sus padres en una mansión. Para celebrar sus quince años contrataron el mejor salón de la ciudad y dos excelentes orquestas; por supuesto, la mejor casa de banquetes se hizo cargo de la fiesta a la que invitaron a las niñas de la alta sociedad menos a Requilda, la envidiosa del colegio, hija de Temilda, una señora con fama de bruja que, para vengarse del desaire preparó un bebedizo que hizo entrar a Iris, nuestra heroína, en estado cataléptico durante diez largos años. Eso dijo en la audiencia de imputación de cargos. Olvidaba decir de Iris que era la mata de la pereza y se decía que hasta se dormía en medio de una balacera. Pues sus padres habían concertado boda con Prudencio, muchacho bobalicón pero hijo de multimillonarios, que aceptó esperar el tiempo necesario, con tal de ser su esposo y unir las dos fortunas. Pasada la década y con la presencia del joven y los padres de ambos, la joven de veinticinco años abrió los ojos, se desperezó, bostezó y acomodándose nuevamente en posición fetal les dijo que la dejaran dormir otro rato. Edgar Tarazona Angel
El hombre no se explicaba la terquedad de su mujer celosa obsesionada por “la otra”. El fantasma de una mujer diferente a ella en la vida de su marido le quitaba a ella la paz, el sueño y el apetito. Su celotipia la obligaba a llamarlo a toda hora, revisarle los bolsillos cuando estaba dormido, mirar los mensajes en los celulares y revisar con lupa los recibos del teléfono de la casa y la oficina para descubrir llamadas sospechosas a ese ser misterioso que nominaba como “la otra”. Su marido se limitaba a sonreír ante los ataques verbales y pensaba, no sé porque sufre por la otra, si no hay otra, desde que nos casamos siempre la traiciono con  la misma.    
LA OTRA
Autor: Edgar Tarazona Angel  423 Lecturas
Haceunas semanas escribí: ¿perdón, que puedo comer? Y la respuesta de los lectoresme tiene contento y asombrado; ha pasado a ser el artículo más leído en estemes. Pues mis meditaciones siguieron y en conversaciones con mis amigos yconocidos toqué otro punto que es tema de diálogos entre los pensionados ypersonas de la llamada tercera edad: las dolencias, achaques  y enfermedades; no quiero decir en qué sediferencian unas de otras, pero lo cierto es que las personas mayores (yalgunas menores) se quejan de alguna de ellas.Escuchabalas charlas como el famoso invitado de piedra, o sea sin decir ni pio. Unohablaba de hemorroides, otro de úlceras, aquel de diabetes, ella deosteoporosis, la otra de problemas de colon  y así todos se expandían describiendo unacantidad de porquerías que me ponían el estómago revuelto. Cambiaba de grupospero el eje de las conversaciones siempre recaía en médicos, especialistas,hospitales, clínicas, medicinas, drogas, tratamientos, terapias y otraspalabrotas de grueso calibre, algunas de las cuales no alcanzaba a entender ycon disimulo escribía en mi agenda para buscarlas luego en mi diccionario de laReal Academia Española.Entréa grupos de pensionados de todas las empresas y la visión global era similar.Los más progresistas se dedicaban a componer el país en discusionesinterminables sazonadas con el consumo de la píldora o las gotas. Me metí enbillares y canchas de tejo por ver si daba con un oasis donde pudiera compartiralgo relacionado con mis intereses. En estos sitios todo está adobado con licory cigarrillos, elementos que no utilizo. En los casinos encontré la nuevaadicción de los jubilados: el juego... pero siempre, en todos los sitios veía alcandidato a viejo consumiendo fármacos para alguna dolencia y me asombraba vercomo los pasaban con cerveza, aguardiente o en el mejor de los casos con cafénegro sin azúcar; ¿no le sabe muy amargo don Pacho?, preguntaba,  "Mijo, es que tengo el azúcar muy alto yolvide el endulzante que me dieron en la EPS"Enlas cafeterías se reúnen a diario grupos de tres, cuatro o cinco seudo viejitosa tomar café o gaseosa y hablar pendejadas. Intenté entablar amistad conalgunos de esos pequeños grupos y pronto salí corriendo. Después de los temasde rigor: política, deportes y mujeres, pasan a comentar sus achaques, losmédicos que los están auscultando, los especialistas, los exámenes clínicos ylos medicamentos que deben tomar con dosis, horarios y componentes de cadadroga. Tienen mala memoria para muchas cosas pero no para las medicinas, no mejoda, todos parecen graduados en farmacia y discuten sobre la efectividad decada remedio porque dependiendo de su EPS o IPS, el nombre de las medicinascambia, pero como se saben de memoria los ingredientes que las componen porunos miligramos de más o de menos arman una discusión bizantina.Depronto notan mi presencia y me interrogan a sangre fría: "¿Bueno compañerito,por qué tan callado? Díganos su Seguro Social y su historia Clínica. Pues parano quedarme atrás hablo del asma que me acompañó doce años cuando niño, de laoperación de hernia inguinal en 1970, de algunas calzas en mis muelas y de unesguince que tuve cuando jugaba fútbol en el colegio. Me miran acusadores y meespetan a mansalva: "No se haga el pendejo, estamos hablando del presente"...paso saliva, me humedezco los labios con la lengua y me atrevo a decir que devez en cuando tomo una o dos aspirinas... ah, y cuando tomaba licor hace añospara la resaca tomaba una o dos tabletas de Alka Seltzer, digo con gestotriunfal. Su mirada indica que esperaban algo truculento y como no tengo de queufanarme en materia de enfermedades y todo lo que ellos manejan con tantapropiedad, me ignoran de manera olímpica...  prefiero irme a casita y refugiarme en mislibros, mis pinceles  y mi música.Asolas pienso con velocidad en todo lo que me ha ocurrido en más de seis décadasde vida y encuentro accidentes, caídas, esguinces, patadas, botellazos,resbalones y todo el pandemónium que puede sucederle a un muchacho hiperactivoo a un adulto que practica deportes de diferentes disciplinas y en sus ratoslibres se mete en lo que no le importa. Todo ha sido curado con algunos puntosde sutura, algunas inyecciones y fisioterapia, pero enfermedad, así como paradecir que se pueda llamar crónica no encontré nada. Me arme de esta informacióny en un fin de semana Salí a enfrentarme con los grupos de pensionados adictosa los medicamentos, los centros de salud, las droguerías y todo eso que yacomente. A las primeras de cambio me sacaron de la conversación. No tenía nadagrave, crónico, de especialistas o con peligro de infarto fulminante. Salí conel rabo entre las piernas a documentarme.Meinvente drogadicción, alcoholismo, ludopatía, hipertensión, pre infartos, una odos gonorreas y hasta adicción al sexo. ¡Eureka!, la atención quedó centrada enmi humilde persona y como tengo una imaginación desbordada, conté con tododetalle los síntomas y evolución de las enfermedades según me habíadocumentado; como en las enciclopedias y en internet todo viene acompañado defotografías el asunto marcho perfectamente hasta que llegó la pregunta que nohabía previsto: ¿Qué medicinas le recetaron para sus males, compañero?Ahífue el despelote porque yo decía que el bencetazil era para la úlcera gástrica,el sindenafil para la tensión arterial, el captopril para la anemia, elibuprofeno para la garganta y así todo ante la mirada burlona de los cuchos,todos ellos si, como lo dije antes, expertos en medicinas para todos losachaques del género humano. Con todo respeto me dijeron que fuera a burlarme demi madrecita y salí mas cariacontecido que en otras ocasiones. Por el caminorecordé a mis amigos muertos que en su momento merecieron alguno de misartículos y estoy decidido a buscar alguna enfermedad, por diminuta que sea,para lucirme ante las personas de mi edad...Pedícita con el médico general y le dije que unos lunares y verrugas cambiaron detamaño y de color en el último año, me reviso y me dijo que no veía nadaextraño pero ordenó unos exámenes de rutina para comprobar mi estado de salud.A los ocho días regresé con los resultados y me pregunto que si fumaba, tomabalicor trasnochaba, fornicaba, etc. Al decirle que no a todas las preguntas medijo que si me gustaba el brócoli y le respondí que me encantaba, sonrió bonachóny me prohibió el consumo de brócoli y me remitió al Dermatólogo.  Por fin iba yo a conocer un especialista. Pasarontres largos meses antes de que hubiera un espacio en la agenda de dichoprofesional que me resultó doctora, joven y muy bonita. Me revisó y decretó quetodos mis lunares y esas otras cosas no revestían ninguna gravedad. Le pedí,por favor, que me hiciera una operación aunque fuera chiquita y en medio de unadeslumbrante sonrisa me dijo que volviera a mi EPS  a que me programaran de nuevo otra cita. Comoesto es la historia de nunca acabar, me resigné a esperar a la señora muertepara cuando me tenga programado y me consuelo pensando que seré un cadáver muysaludable. http://edgarosiris310.blogspot.comhttp://chistedgarygustavo.blogspot.com
  Las últimas noticias sobre nutrición, alimentación y salud son alarmantes; a la ya larga lista de sustancias cancerígenas ahora agregan las carnes rojas, los embutidos y alimentos en conserva, o sea la mayoría de alimentos que aportan proteínas al organismo. Esto ha desatado una enorme cantidad de comentarios en pro y contra del anuncio. Si a esto agregamos  las bebidas carbonatadas, la comida chatarra, las sardinas, el atún, que vienen en lata, nos vemos restringidos a pensar qué demonios podemos comer que no tenga el fantasma terrible del cáncer. En mi familia, salvo un 0,1 por ciento somos carnívoros y la noticia nos pegó fuerte. La principal característica de mi numerosa familia es la longevidad y varios miembros han superado la barrera de los cien años… sin cáncer y otras cosas con las cuales la naturaleza se hace presente cuando abusamos de ella. Y estos augurios tan tenebrosos me devolvieron en el tiempo a mediados del siglo veinte (XX para los romanos). Crecí en un momento de la humanidad colombiana en que las gallinas y los pollos crecían en completa libertad en los solares de las casas y en los campos, nada de galpones o de alimentos concentrados. La carne la vendía un señor con la bata salpicada de sangre que pesaba la porción en una balanza oxidada y la envolvía en papel periódico; recibía la plata con las manos ensangrentadas y contaba las monedas de las vueltas sin el menor recato con esas mismas manos con las que manipulaba la carne. La leche llegaba a las casas directamente del campo entre una cantina y en burro. Por lo general un muchacho campesino o una señora, pasaban por las casas donde tenían la contrata y la muchacha del servicio (que hoy es una especia extinguida) salía con la jarra u olleta a recibir el blanco líquido que era medido con un jarro de latón de dudosa higiene. Era una sola clase de leche; nada de descremada, deslactosada, pasteurizada, esos nombres ni se conocían. Al hervirla se formaba una nata espesa y cremosa que se convertía después en mantequilla. No quiero enumerar uno por uno las delicias poco higiénicas de mi lejano pasado pero quiero contar que en las tiendas se exponía una cochinada que hoy si me da asco pero en esos tiempos me parecía una delicia. No sé si alguno de mis lectores conoce el famoso BOFE, que es ni más ni menos que los pulmones de la vaca que se cortaban en delgadas rebanadas y se colgaban de un alambre a secar. Ahora pienso cuantas moscas se cagaron en el dichoso bofe, cuantos ratones merendaron a su gusto y sin contar cucarachas y otros bichos. Los señores borrachines de turno eran felices masticando este delicioso manjar y, para que les digo mentiras, a los pelados también nos gustaba. En las plazas de mercado los días de mercado se expendía la deliciosa fritanga que, para los que desconocen el nombre, es la carne del cerdo con todas su partes o sea, hígado, riñones, asaduras, chicharrón, morcilla, huesos, etc. Que vendían unas señoras de cintura respetable con una sonrisa que invitaba a masticar cada pedazo mientas la grasa le resbalaba a uno por los cachetes. Ni que decir que no usaban guantes, gorro o tapabocas y contaban la plata con las mismas manos que manipulaban los alimentos… y que yo recuerde, en mi pueblo nadie se murió de cáncer. Quiero dejar constancia de que comí de todo eso y mucho más, que estoy cerca de los setenta años y gozo de completa salud y no voy a dejar de comer lo que me gusta porque en las noticias decidieron que la mayoría de alimentos NATURALES son cancerígenos. Eso me lleva a pensar que es una forma solapada de anunciar todos esos productos que proliferan en la TV y que ofrecen vida y milagros y, a propósito, son carísimos. He tenido que asistir a entierros de vegetarianos, veganos y personas que si cuidan su salud mucho menores que yo. Cuando me llegue la hora. Me iré satisfecho de este mundo porque ya lo dijo el refrán popular: “Barriga llena, corazón contento”. Quiero dejar constancia que esto no compromete a nadie de mi familia y es mi pensamiento personal, jajajajajajajajaja. Edgar Tarazona Angel

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