Oct 18, 2019 Mar 06, 2019 Feb 01, 2019 Jan 30, 2019 Oct 15, 2018 Jul 06, 2018 Jun 29, 2018 Oct 16, 2017 Oct 03, 2017 Oct 01, 2017 Sep 30, 2017 Apr 04, 2017 Mar 30, 2017 Mar 29, 2017 Jul 28, 2014 Sep 29, 2013 << Inicio < Ant.
[1]
2
3
4
5
6
...
87
Próx. >
Fin >> |
Castillo de San Felipe, el fuerte de Cartagena, Sobre el cerro de San Lázaro Cinco siglos, nos contemplan. Hombres de Africa, traídos, a cortar y tallar piedra, duro trabajo de esclavo, que al hispano, se doblega. Estrategia de emplarzarlo como eterno centinela, Promontorio desde donde, día y noche se está alerta Para repeler ataques de los piratas que acechan. No dudan en avanzar aunque es vana su insistencia, A su tierra volverán con el rabo entre las piernas. Maldicen, al ser vencidos. Sin botín y sin sus naves Solo maldecir, les queda. Castillo de San Felipe, de Las Indias, Cartagena, declarado monumento, es de la tierra, un emblema. Protegido y conservado para las generaciones nuevas. Desempolvando unos libros, de hojas cuarteadas de tiempo, escalofriantes relatos, estremecen mi alma y cuerpo. Concentrada la atención, no puedo dejar de leerlos. Al momento del descanso, atrapan el pensamiento Se presentan ante mi, gente que no conocí extraños rostros siniestros,que en mi vida jamás vi. Un fornido encapuchado, vestido todo de negro, empuña un hacha filosa, para dar cuenta de un reo. Serena y fría arrogancia, junto al obediente empeño, logran que de un solo golpe, la vida, abandone el cuerpo. Una cabeza que cae, desde el tajo, rueda al cesto, se topa con otras varias y hace un sonido funesto Sangre fresca, sale a chorros del atormentado cuello que en espasmos, se sacude, con un arresto de nervios y finalmente, se aquieta hasta quedar frío y yerto. Siento que me paraliza. No puedo dejar de verlo. El horror que me subyuga, hipnotiza, como el fuego y no puedo sustraerme del morbo de seguir viendo. El sol, con sus rayos de oro, quiere hacerme despertar, cierro con fuerza los ojos y me cubro un poco más. El viento toca a mi puerta para invitarme a jugar, siempre enreda mi cabello. No lo dejaré pasar. El tiempo pasa de largo sin siquiera saludar Como yo no tengo apuro lo dejo, al tiempo, pasar. La lluvia, convoca al trueno para hacerme despertar, refucilos y centellas! Me acurruco un poco más Golpea con fuerza el agua, parece que busca entrar. Veo lágrimas de lluvia que caen sobre el cristal. Se deslizan y se juntan con muchas lágrimas más y forman, disciplinadas, un respetable canal. Ahora sí me levanto y me pondré a fabricar, de papel, lindos barquitos para hacerlos navegar. "Este nieto mío, es el más querido. No se lo he dicho, ni lo sabe. No quiero que los otros, se sientan discriminados. Perdió a su padre en un accidente y quedó a mi cargo. Desde ese día, procuro tratarlo como a un hijo tardío, no como a un nieto. A los nietos, los abuelos, con tiempo y paciencia, les permitimos cosas que jamás le permitiríamos a un hijo y es por el hecho de que no están bajo nuestra tutela ni absoluta responsabilidad. Por lo general, nos visitan de vez en cuando y es la razón porque los consentimos, los mimamos exageradamente y pasamos por alto algunas faltas. No es el caso de Germán que reside con nosotros y acaba de cumplir nueve años. Como dije, lo considero un hijo. Ayer, el niño, trajo una nota de la escuela, donde la maestra, con suma diplomacia, elogia su esmero en el cumplimiento de la tarea diaria, su buena disposición para el trabajo en equipo.. peeeeeero, hace un llamado de atención sobre cierta resistencia, en las clases de lengua, a leer poemas u otras obras q ella elige para introducirlos en el arte de la palabra hablada y escrita. Después de leer la nota, en voz alta, le dije que en adelante, tendrá que buscar, en nuestra biblioteca, un autor de la literatura clásica y leer algunos párrafos, para que se habitúe y comentar y aclarar si hay algo que él no comprende. Germán me miró incrédulo, como si estuviera imponiéndole castigo. Mis intentos para convencerlo de la belleza de la literatura castellana y de los ilustres escritores que nos legaron el fruto de su ingenio, no tuvieron la menor respuesta. Fastidiado por su actitud negativa, perdí los estribos y con gesto adusto, le dije: - Si no lo haces, olvídate de tus clases de Taekwondo y de la play station. El niño, por lo general, calmo y obediente, se empinó y cobró altura para replicar: -No puedes hacerlo! No respetas mis Derechos, los Derechos de los niños! -Tus Derechos? Puedes recordármelos y también tus Deberes? Vociferé, manoteando la correa de cuero trenzado con la que saco a pasear al perro. Germán, retrocedió asustado y en actitud conciliatoria, agregó: -Olvídalo abuelo, Me convenciste, seguro que encontraré algo muy bueno para leerte! Ahora mismo voy a buscarlo! Una palabra suya es la caricia que alivia al corazón atormentado. Una caricia suya, es lo que ansío, si me rozan sus ojos o su mano. En mi piel, llevo rastros de la suya sin pasado de encuentros ni contactos, es de tanto pensar que estamos juntos, cuando sueño, despierto, que la abrazo. Es tan real, tan viva esa presencia, forjada en mis delirios de tenerla, confiado que será, como imagino, sin dudas de que deba ser, solo ella. Veo el tiempo pasar, sin decidirlo. Fantaseador en mi mundo ficticio, llegaré a la princesa, a despertarla, con el beso que anulará el hechizo. Si acaso no me recuerdas, ¡Tanto tiempo que ha pasado! Las alegrías de otrora, profunda huella han dejado Aunque la misma me siento, de la que llevo en la mente, el espejo me devuelve una imagen diferente Todo cambia en esta vida, es necesario y preciso por eso no me incomoda asumir lo que el tiempo hizo. Y voy cantando con ganas, sin amarguras ni penas. Puedo hacerlo y vos me quieres, Porqué habría de tenerlas? Y saco mi voz de adentro, para quien quiera escuchar, que se la lleven los vientos, a alguno le va a gustar. Todo cambia en esta vida, para bien o para mal mientras no cambie tu amor, yo me puedo conformar. A Matthias Sindelar, el “Mozart del fútbol austríaco”, le tocó vivir en tiempo y lugar inadecuados, dada su condición de judío. Nacido en 1903, en Checoslovaquia, por razones de trabajo, su padre, humilde herrero, emigró a Viena, en busca de mejores oportunidades. Matthias, jugaba fútbol, con otros chicos de su edad y su natural disposición, fue advertida y apreciada por los entendidos. Captado por el Austria-Viena, obtuvo para su equipo, en las tres primeras temporadas, las tres Copas de Austria. En 1926, es convocado a la Selección austríaca y su gol de la victoria, define el partido contra Checoslovaquia. Vence a la Selección alemana con una goleada de 5 a 0, en Viena y de 6 a 0, en Berín, igual, a las de Suiza, Francia y Hungría. Juega de centro delantero y se revela como uno de los mejores futbolistas europeos de su tiempo. Empieza a mostrarse en publicidades. En 1934, la Copa M. de F.se juega en Italia, Austria es eliminada en semifinales, donde la balanza, es inclinada para favorecer a los locales. En los J. O. de Berlín, se lleva la medalla de plata. En 1938, anexada Austria a la Alemania nazi, es invitada a un juego amistoso como bienvenida a incorporarse al equipo del Reich. A ese partido asisten los altos funcionarios nazis que lo siguen con máximo interés. Austria vence a Alemania por 2 a 0. Sindelar, anota el segundo gol y lo festeja frente a la tribuna principal. En reiteradas ocasiones, se niega a incorporarse a la Selección Futbolista de Alemania, eliminada en primera ronda en la Copa Mundial de 1938. Su actitud lo sindica, en los informes de la Gestapo, “reacio a acudir a manifestaciones del Partido y amistoso para los judíos” El 23 de enero de 1939, Matthias, y su novia, italiana de origen judío, son encontrados muertos por inhalación de monóxido de carbono. A Japón, el Tango llegó de la mano del señor Megata, nieto de un noble Samurai e hijo de un diplomático de la más rancia nobleza. Este caballero, decidió hacerse una cirujía en Francia, donde, eran mayores, las posibilidades de obtener mejores resultados. Superado el trance, se dedicó a disfrutar de París, libre de preocupaciones. En uno de los espectáculos al que asistió, escuchó por vez primera esos compases rotundos y ajenos a lo que su oído estaba acostumbrado. Volvió al cabaret, se convirtió en concurrente habitual, aprendió a bailar y lo llegó a hacer con tanta soltura y elegancia que atrajo la mirada y admiración de los que frecuentaban el lugar. Pasó seis años en Francia, muy a gusto y sin problemas de salud ni económicos, pero como en la vida hay obligaciones a cumplir, llegó la hora del regreso. En su patria, retomó lo que dejó pendiente y una vez acomodado, con todo lo que llevó referido al tango, abrió en Tokio, una Academia para enseñar a bailarlo, por supuesto, al exclusivo círculo de sus aristocráticas amistades. La llegada de orquestas de tango, argentinas, a Japón, lo hizo popular y demostró que el gusto por ese estilo no solo prendió en las clases altas. En la actualidad, esa preferencia, la palpamos en la convocatoria que reúne a los turistas japoneses en lugares como San Telmo, en Buenos Aires, para disfrutar del tango Argentino. Se muy bien que nací para quererte y también que no soy correspondido. Me basta recordar que he compartido, el aire que respiras, sin tenerte. Nunca sabrás, que tan solo de verte, el músculo, duplica su latido estampida, es, su arrítmico sonido que obliga a moderarme y no a temerte. Nada sabes de mi, ni el sentimiento que sin quererlo, en mi alma despertaste y provoca tan hondo sufrimiento. El corazón no espera miramiento. Conciente de que siempre lo ignoraste se resigna a su cruel confinamiento. Hoy viví el momento más amargo de mi existencia. Repudiado por madre y padre, despreciado por allegados y amigos. Solo en vos, mi querida, en tu mirada, encontré la fuerza que me impidió cometer una locura.. Soy oficial de policía. Dos años atrás, participé de un operativo. Junto a mi compañero de ronda, recibimos a las 23hs., la orden de intervenir en un hecho delictivo que se perpetraba en una casa particular. Vecinos alertaron a la central. Nuestro móvil estaba cerca del lugar. Sorprendimos a los delincuentes que salían armados. El auto que los esperaba, arrancó sin ellos. Uno de los tíos, hizo disparos que por fortuna, no dieron en el blanco. Mi compañero fue tras uno. Me trabé en lucha con el otro y logré desarmarlo. Forcejeamos hasta que conseguí esposarlo. Lo arrastré hacia el móvil. Las luces de los refuerzos, me cegaron por un instante. El delincuente que capturé era mi hermano menor, Jorge. Lo metí, de un empujón, en el asiento trasero. Sentí tanta bronca y tanta vergüenza! Ahora creo, no es una certeza, porque estaba muy confundido, él sonrió, pensando, quizás, que iba a dejarlo ir. Hablé muchas veces con mi padre. Por ser el menor, Jorge era el consentido. No estudiaba ni trabajaba. Lo sorprendí varias veces con los indeseables del barrio, cuando volvía de trabajar, de madrugada. En casa, no tuvieron en cuenta mis llamados de atención. Hoy fue el proceso. Los condenaron a dos años de prisión efectiva. Al dictar la sentencia, mi madre se irguió y me llamó mal hijo. Como si fuera yo el delincuente y Jorge la víctima. Me acerqué para calmarla, mi padre se interpuso y me maldijo. Parientes y conocidos que asistían al juicio, me dieron la espalda. Solo en vos, tuve la certeza de haber hecho lo correcto. Es esta mi función y para cumplirla estuve preparándome diez años. Ruego a Dios, soy muy creyente, para que mi familia comprenda mi proceder y no me transfiera la culpa de mi hermano. Hice solo lo que me correspondía, de eso estoy seguro. Desde el inicio de la raza humana, el asesinato de mujeres, cometidos por hombres, se consideró normal. Una modalidad generalizada y aberrante que no distinguió etnias, países ni clases sociales. En la actualidad, en muchos lugares, aún se mantiene vigente, silenciada por un mandato patriarcal que ignora y mantiene avasallada a la mujer. La prioridad masculina, sobre la femenina, es resultado de una sociedad machista y misógina, respaldada por el estado y algunas instituciones religiosas. Quienes sostienen esta barbarie, no deberían ser considerados, dentro del género Humano.Los asesinos seriales, son hombres y sus ataques son contra mujeres, sea con fines sexuales o sádicos. En 1976, el Primer Tribunal Internacional de Crímenes contra Mujeres, se reunió en Bruselas, inaugurado por Simone de Beauvoir y convocó a 2000 mujeres de 40 países que testimoniaron las distintas formas en que se manifiesta la violencia de género. El término FEMICIDIO, en 1990, se definió como “asesinato de mujeres, realizado por hombres, motivado por odio, desprecio, placer o un sentido de propiedad” y se consolidó después de una movilización de familiares de víctimas y activistas de Derechos Humanos, en contra de todo acto de violencia hacia las mujeres. Nadie puede desconocer que la violencia no ha disminuido y estalla en los distintos estratos poblacionales y sociales, dependiendo de esos, la publicidad y notoriedad que se le da a cada caso. Es un tema que requiere especial y urgente atención y su tratamiento, debe estar entre las prioridades de los objetivos sociales de los gobiernos. En el teatro español, lo escrito que se interpreta, por todos lados, rezuma, pasiones que se exageran.El matrimonio, fue el paso, bendecido y natural. Para calmar los ardores, el Santo Lecho Nupcial. Los hombres, siempre buscaron, anticipos, sin mesura, las doncellas que aceptaron, conocieron mil penurias. Conseguir el objetivo, al mozo, desmemorió. Olvidadas sus promesas, ave que comió, voló. Mujeres de Honor Perdido, lamentan el deterioro. Culpan al amante cruel, ser la causa de su oprobio. Entran nuevos personajes a exigir reparaciones, padre y hermanos, furiosos, se erigen en vengadores. Para lavar el ultraje, la Muerte será el camino, de la que fue deshonrada y también de quien lo hizo. Si es comprobado el ultraje, surge otra reparación, ser una esposa de Cristo, puede ser la solución, Pues, el sentido común, que prevalece en la gente, le escogerá un buen marido, que es poco, o nada exigente. Pese a todos los castigos, ellas nunca escarmentaron. La virtud de doncellez, a todas ha fastidiado. El aciago día en que a Martín, de doce años, le diagnosticaron leucemia, sus compañeros de equipo, que lo veían decaer sin conocer el motivo, buscaron informarse para saber la manera de ayudar en la ardua lucha contra la terrible enfermedad. Se enteraron que era muy poco lo que podían hacer, ni siquiera acompañarlo, estaría recluído, con visita limitada al círculo familiar más íntimo. Era lo que dijo su padre, repitió el entrenador y confirmaron las personas que sabían del tema, por contar con algún familiar o conocido que pasó por igual situación. Martín, muy querido, en el equipo y en el colegio, no solo por buen compañero, también por su carácter alegre y solidario, reunía todas las condiciones para convertirse en un excelente deportista. Profesores y alumnos, notaron su ausencia, todos los días, preguntaban por él y dejaban saludos y mensajes de aliento, a los atribulados padres. Pasó el tiempo, la fortaleza del niño y la dedicación de los profesionales que lo asistían, vencieron finalmente, al terrible enemigo. Martín, convaleciente, pidió asistir, en pasividad, a los entrenamientos, hasta que su condición física, con el visto bueno de los médicos, le autorizaran a participar. El entrenador, los reunió para advertirles que en el convaleciente se produjeron cambios. Estaba calvo, por la quimioterapia a que fue sometido, le iba a llevar meses, recuperar la vitalidad perdida y debía continuar por años con controles de rutina. El día que Martín, se incorporó al grupo, once calvitos, lo esperaban ansiosos, sus compañeros de equipo. emocionados hasta lagrimear, con sus cabezas rapadas, para no diferenciarse, demostraron la alegría del encuentro. Martín fue dado de alta y comenzó a entrenar. Poco a poco, su cuerpo irá recuperando funciones que estaban reducidas. Tiene mucho a favor para que todo se resuelva de la mejor manera, amor, cuidados, dedicación, el incondicional apoyo de sus amigos. Haber pasado por esa extrema situación, lo ha madurado y enriquecido, aprendió a valorar cada cosa, hasta lo mas sencillo, como una caminata con amigos. Recuperaron sus cabellos y la alegría de estar juntos. No dudes de mi cariño. Te lo digo sin palabras cuando mis ojos se posan en los tuyos y es tan clara, la manera en que te brindan, el amor que me demandas. No dudes, la duda es mala. Se instala en el pensamiento y es como una telaraña que enreda en hilos de intriga y envuelve en su fina trama.. No dejes que te domine, Cree en mi y en mi mirada porque en ella, lo doy todo y yo me quedo sin nada, a la espera de un suspiro, un gesto o una palabra que diga cuánto me quieres y mi ansiedad, satisfaga. Cuando dejes de quererme, en decirlo, no demores, así guardo mi cariño pa mejores ocasiones. Es feo eso de querer cuando no se corresponde. Nadita se puede hacer si el otro no te responde. Pa conseguir tu cariño he tenido que lidiar, con tu madre, tus hermanas y las mozas del lugar. Y ahora que he conseguido lo que tanto había buscado, me pregunto para qué. No soy feliz a tu lado. Lo que se dice, feliz, creo que nunca lo he sido, bajo el yugo de mi tata y después de mi marido. Mi tata, ya se murió Y mi marido anda en eso. Tanto fumar y macharse, quedó en pellejos y huesos. Ahora voy pa la chaya pa aliviarme de las penas. Quiero cantar y bailar y sepultar las tristezas. Anoche te esperé, en vano hasta que me venció el sueño. Desperté en la madrugada, ladeado y torcido el cuello. Me dio de comer mi madre porque yo no conseguía acertar con la cuchara en la propia boca mía. Mi padre quiso llevarme a ver a un especialista, En medio, la multitud lo habré perdido de vista. Volví a casa caminando, Fue difícil orientarme. y por mas que caminé, lo que hice fue alejarme. Cuando vuelva a ser normal y pueda hacer lo que quiero ya no te voy a esperar, Me buscaré un novio nuevo! . No preguntes donde voy, le dijo la hoja al viento, Será donde tú me lleves, donde me arroje tu aliento. Y por los aires, volaba sin ton ni consentimiento. Sobre el cauce de un riachuelo, el viento se apaciguó la hoja bajó planeando y en el agua se estrelló, Salpicada de gotitas, el río le preguntó- Donde vas? -Donde me lleves, No elijo ni tengo opción.- -Igual que yo, dijo el río, no elijo, ni tengo opción El cauce indica el destino, yo acato su decisión, prisionero de mi sino, me lleva hacia donde voy. Tan solo con la crecida, me evado de esta prisión anego campos, ciudades sembrando la destrucción -Es el precio de ser libre? La hoja le preguntó. -Disperso, más bien que libre y en esa sola ocasión. Recuperado mi cauce, vuelvo a estar en reclusión.. La hoja alcanzó la orilla, del río, se despidió. A la espera de una brisa, sobre el césped, descansó. La casa estaba en silencio, a la hora de la siesta, yo no quería dormir y escapé por una puerta. Cuidando de no hacer ruido, enfilé para la huerta. Tantos árboles añosos, plantados por el abuelo, peros, nogales, cerezos y frondosos durazneros. En los fondos, un galpón, de cachivaches, colmado, donde se arrumban los trastos,que jamás serán usados, junto a vetustos juguetes, que ya fueron descartados y aunque lo tenga prohibido, yo haré para rescatarlos. Entre revistas y diarios un libro de tapas duras, prometía entretenerme con sabrosas aventuras. Sobre el diván de la abuela, de antigua pana labrada, desteñida por los años,deshilada y desflecada, me tendí a leer el libro de historietas ilustradas. Algo desvió mi atención de la historia que empezaba, Un murmullo imperceptible que a mis oídos llegaba, desde el brocal del aljibe cegado, que no se usaba. Oculto detrás de un mueble, vi surgir un duendecillo y otro igual, salía atrás, con un pequeño cestillo. Fueron, derecho hacia un árbol Y treparon con destreza, Enseguida comprendí, el árbol de las cerezas Llenaron pronto la cesta Y con mucha precaución, La bajaron con poleas montadas con perfección. Siguieron hasta el aljibe y ahí empezó la jugada,cuando apareció el minino con intenciones malvadas. A un duendecillo, tenía, bajo una zarpa, atrapado y al otro, me dio trabajo, de la otra zarpa, arrancarlo Los pobres estaban blancos, Bajo mis manos, temblaban. Les hablé para calmarlos y ninguno contestaba. Los puse sobre el brocal, busqué la cesta y la fruta para devolvérselas, ya que a ellos tanto les gusta Nunca los he vuelto a ver, Seguro, no volverán, después del tremendo susto que les hicieron pasar. Que haré por las madrugadas, cuando ya no estés conmigo? Acaso salga a esperarte al costado del camino. Para quién cocinaré, cuando ya no estés conmigo? Quedará sobre el mantel tu plato, intacto, servido. En las siestas, leeré el cuento que has pergeñado, un modo de estar contigo, aunque no estés a mi lado. Que haré cuando el sol se pierde, al momento del ocaso, cuando agonice la luz y no me abriguen tus brazos? La noche, va a descubrirme callada, triste y sombría en inquieta soledad y media cama vacía Tamar, una muchachita vivaz y decidida fue dada en matrimonio a Er, primogénito de Judá, hijo de Jacob. Er, joven taimado y pendenciero, siguió con su vida alocada y en una de sus correrías, la muerte lo sorprendió sin dejar heredero. De acuerdo a la ley de levirato, Judá, dio a la viuda Tamar, a su segundo hijo Onán. Este, sabiendo que por la ley mosaica, los hijos que engendrara en Tamar, no serían suyos sino del hermano muerto, decidió, no consumar el matrimonio y dejó su simiente caer y perderse en la tierra. Por ese acto, Dios le castigó con la muerte. Otra vez, viuda y sin descendencia, Tamar, esperó que Judá, le diera a su tercer hijo, Selá. Temeroso de que corriera igual suerte que los otros, dejó pasar el tiempo, poniendo de excusa la juventud del mismo. Tamar, desesperaba de conseguir a su joven cuñado y pasar el resto de su vida sola. Mujer decidida y de armas tomar, se vistió como ramera y sedujo a su suegro, reciente viudo que no pudo pagar sus favores y consiguió que le dejara en prenda, su sello y su bastón. Volvió Judá llevando el cabrito ofrecido pero no encontró a la prostituta y nadie pudo darle noticias de ella. Meses después, llegaron a sus oídos rumores de que Tamar estaba preñada. Colérico, ordenó quemarla viva por adulterio. Iban a proceder contra la joven, cuando ella, mostró el sello y el bastón de Judá como pruebas de que era él quien la había poseído. El contundente testimonio, convenció a Judá que no tuvo más remedio que perdonarla. De ese encuentro, que no volvió a repetirse, nacieron los gemelos Faré y Zara. No quiero que me recuerdes como me viste esa noche, Fuera de mi, ciega de odio, cubríendote de reproches porque te vi. de la mano con una chica muy joven. No se ni lo que te dije, pero fueron cosas malas. Palabras que me avergüenzan... preferiría olvidarlas. Al ver que la protegías y de mi no te cuidabas, crecía dentro de mi una tormenta de rabia que sacudía mi cuerpo y descontrolaba mi alma. Próxima a desvanecerme, queriendo solo morir, entre nieblas de amargura, esto te escuché decir: -Hoy había decidido, hacértela conocer, Ella es mi hija, mi pequeña, de la que no te conté por evitar tu rechazo y mira lo que logré! La niña estaba asustada. Miraba sin comprender a esa extraña que su padre, tanto decía querer y adornaba con virtudes que él solo podía ver. Me disculpé ante la joven. Le pedí perdón a él. Deshecha y avergonzada, de ellos me separé Sin escuchar sus palabras, me fui, para no volver. Cercano el mediodía, deja el rastrillo a un costado de la piedra donde suele sentarse a descansar. Rudencio es un hombre maduro, ronda los cincuenta. Su vida sin matices a veces lo hace sentirse viejo y cansado, sin ilusiones ni esperanzas.. De la quinta que fue de su padre, es de donde obtiene lo necesario para vivir junto a una madre discapacitada. Acaba de acondicionar el terreno para el trasplante, los surcos por donde correrá el agua de riego, casi perfectos, desmalezado y listo para recibir los plantines escogidos. Mira sus manos, toscas y anchas, ásperas y fuertes, no están hechas para acariciar ni para tareas delicadas ni de precisión. Solo para empuñar básicas herramientas de trabajo. Una presencia lo saca de sus cavilaciones. Es la nieta de los viejos de la otra cuadra. Los que viven en una tapera. La chica cuida pequeños cuando las madres salen a trabajar. Viene a comprarle algo de verduras y frutas para llevar a su casa. Debe andar por los dieciséis. -Hola Ruden! Me vende achicoria y tomates? También duraznos y un melón chico, que sea muy dulce!! El hombre se levanta y busca el cuchillo para cortar la verdura. Quita algunas briznas de hierba y coloca el manojo en la bolsa que ella trajo, mas allá, en un sector soleado y sostenidos por un enrejado de caña, elige tomates redondos y maduros, sigue por un sendero de grava con la chica q le pisa los talones. -Me deja que los elija? Dice cuando llegan hasta los frutales. Rudencio observa la agilidad con que se trepa al duraznero. Lleva una falda corta y ha dejado las ojotas en el suelo. Desde la copa del árbol, lanza los frutos que el hombre recibe y acomoda en la bolsa. -Es suficiente! Ahora me ayuda a bajar? Él, deja la bolsa y tiende los brazos para recibirla El contacto de la piel joven y fresca con sus bastas manos, produce un efecto extraño. Para ocultar su turbación sale a buscar un melón dulce, como ella le pide. La mira alejarse en la calle de tierra, con la pollerita breve que deja ver las piernas morenas y bien torneadas. Rudencio vuelve a la realidad, su madre, hambrienta como él, espera que vaya a a preparar los alimentos. Recoge al pasar unas habas, tomates y puerros y en el gallinero, los huevos que una gallina clueca se empecina en proteger. Deja todo sobre la rústica mesa de pino y ofrece un vaso de agua a su madre desvalida. Ella balbucea algunas palabras, con mucho esfuerzo, él responde -Si, madre, ya preparo para que coma y vaya a descansar. Al atardecer coloca los plantines en prolijas filas. Voces de la calle, atraen su atención. Una, entre todas, en especial. -Hola Ruden! Me vende un durazno para Joselito? Luego se lo pago. El chico tiene hambre y en la casa no hay nada para comer. El hombre busca frutos maduros y se los alcanza recomendando que los laven muy bien. Terminado el trabajo, endereza el cuerpo entumecido por la posición y avanza hacia la casa para tomar una ducha, después de higienizar a la madre. -Don Ruden!! Aquí le traigo lo de los duraznos… puedo sacar otros? Están muy ricos!! La mira correr entre las plantas y trepar al árbol con la ligereza de un felino. Esta vez no pide ayuda y de un salto, igual que un gato, se deja caer en la tierra húmeda. –No me debes nada,- dice Rudencio cuando ella intenta pagar. Si ni siquiera me dejas que los corte. -Bueno, gracias – responde la muchachita y cuando él se agacha a poner la tranca, siente la humedad de una boca fresca sobre su áspera mejilla. No le da tiempo a componerse y se aleja cantando con los duraznos en las manos. Rudencio siente algo en el pecho, una exaltación de los sentidos que manifiesta con una carcajada extraña, ajena a su manera de ser. La madre duerme. Aprovecha para salir al patio, bajo un cielo estrellado, que contempla desde su asiento de piedra. La imagen de la joven, se interpone en sus pensamientos, siente el chasquido de su beso sobre la mejilla y la simple melodía que se aleja con ella. Temprano, en una mañana llena de promesas, listo para iniciar sus tareas, antes de que su madre despierte, higieniza el gallinero y deja el grano y el agua limpia para las aves. En un canasto de mimbre acomoda los huevos y cierra la puerta de tejido de alambre. Toma un desayuno ligero y pasa a dar cuidados a su progenitora, cada día más débil y dependiente. Su aspecto personal ha dejado de preocuparle, se sorprende hurgando en busca de una camisa que hace tiempo no usa. –No estoy tan mal, piensa después de verse reflejado en el espejo. Sus pasos lo llevan a la huerta. Una sonrisa le distiende la boca, al percibir una voz inconfundible. No viene sola, un chico de su edad la tiene abrazada por el talle. -Buenos días Ruden!! Tenga listos unos ajíes, tomates y huevos, dentro de una hora paso a buscarlos. Una carcajada insolente responde al soez comentario del muchacho. Los ve perderse en el solitario camino que lleva al río. El hombre se siente viejo y ridículo. Arranca a jirones la camisa y busca refugio entre los árboles. -Ruden, vengo a buscar lo que le encargué!! Pero qué pasó, un ciclón? Porqué están caídos los plantines? Y los tomates, las habas, los puerros? Jirones de la camisa nueva, desparramados sobre la tierra le advierten sobre algo terrible. La chica que está sola, alcanza a ver algo parecido a un espantapájaros que cuelga y se balancea de la rama alta del duraznero. Quizá hoy día, te enteres, de lo que fuiste en mi vida Ahora puedo decirlo porque cerré mis heridas. Pero cuando te marchaste, aprendí qué es el silencio, Qué, la inmensa soledad, la que uno lleva por dentro, Cuando el invierno se arraiga en la mente y en el cuerpo Y por mas calor que enciendas, hielo se siente en los huesos Nada quieres escuchar, ni palabras, ni consejos Ni esperanzas, ni un tal vez..para eso ya estamos viejos. Te recluyes y te niegas a los mundanos encuentros. Nada tienes para dar y no es justo ni correcto, usar a otras personas para cubrir vaciamientos. Porque cuando me dejaste, quedé vacío por dentro. Es bueno haberte encontrado, para mi y no lo niego. Porque en mi mente quedaron, entre uno y otro recuerdo, preguntas sin responder y ha pasado tanto tiempo, que espero satisfacer, sin hacer cuestionamiento, Saber porqué despreciaste mi profundo sentimiento, despojándome del alma que daba vida a este cuerpo. Sin aparentes razones que justifiquen los hechos Compartíamos el almuerzo. La comida sabrosa y sencilla que preparó Naná, una botella del vino que el abuelo, obtenía de sus vides y trajo de la bodega, sucia de tierra y telarañas. Un estrépito interrumpió la charla. Las rústicas puertas de madera se abrieron y frente a nosotros, el rostro desencajado de Benjamín, con el pelo sobre la frente, tenso y desprolijo, quedó mirándonos en silencio. El bocado sin masticar, se atoró en mi garganta. En su mano derecha, el facón manchado de una sustancia oscura que goteaba sobre el piso de tierra. -Ya lo hice- Le oímos decir con voz extraña. –No es lo que querían?. El silencio nos permitió escuchar con claridad sus palabras. La comida se enfriaba en los platos pero a nadie le importaba. -Ella dormía, continuó en voz baja y monótona,- parecía soñar. Pero en su sueño, nadie le decía lo que iba a pasarle. Un sollozo estremeció su cuerpo. -Ojalá hubiera echado a correr. Ojalá se hubiera salvado!. Ojalá… porque yo no tendría esta angustia que me atormenta! Me acerqué, con algo de desconfiaza. De una persona descontrolada como Benjamín puede esperarse cualquier cosa. Conseguí sacar el facón de su mano. No opuso resistencia y se dejó llevar. Mientras se aseaba, aproveché para lavar la cuchilla, pegoteada de sangre oscura. Al rato volvió presentable y eligió sentarse a mi lado. Le ofrecí unas chuletas que Naná acababa de cocinar. Las rechazó horrorizado: Jamás volveré a probar carne! Jamás cometeré otro cerdicidio! Lo juro!! Entonces busqué algo de fruta que comió pausado y sumido en sus pensamientos. Detente aquí caminante!, afina un tanto el oído. Abre tu mente y medita, las palabras que te digo. Este camino que has hecho, antes que tú, ya lo hicieron, otros con igual fortuna que llegaron y se fueron. Encontraron lo buscado, o no era a lo que vinieron. Alguien se fija una meta y sortea sinsabores, concentra todas sus ganas para lo que se propone. Una vez lo ha conseguido si eso no lo hace feliz, imaginará otras metas porque la vida es así. El hombre no se conforma y eso lo obliga a seguir en búsqueda permanente, que es la esencia de vivir. Nunca, de mí, fuiste nada. Te deseé como a un amigo. Tantas veces nos cruzamos y nunca hablaste conmigo. Sacabas temprano, al perro a pasear, en las mañanas. Solíamos encontrarnos y nunca me saludabas. Para vos, yo era invisible. De eso no tenía dudas. Un día nos tropezamos. No me ofreciste disculpas. Volvía del cine, una noche, huyendo de la tormenta. Te encontré en el ascensor después de cerrar la puerta. De pronto, un trueno se oyó Y nos quedamos a oscuras. El ascensor se detuvo. A mí me ganó la angustia. Sentí tu ansiada presencia, en un abrazo, algo rudo. Fue esclarecedor saberlo, No hablabas, porque eras mudo. Un lunes nos encontramos en un camino cualquiera, cambiaste al punto tu rumbo sin que yo te lo pidiera. El martes nos vio la aurora, amanecer deslumbrados, fatigados de caricias, y besos que nos brindamos. Al día siguiente, ni al sol, se le ocurrió despertarnos, Las nubes se interpusieron y seguimos acostados. El jueves, te aconsejé que a tu trabajo volvieras, No escuchaste mi consejo y seguiste en la catrera. El viernes volví a insistir, Esta vez con más coraje. Tumbé el colchón y caíste y un brazo te fracturaste. El sábado recogí las prendas que habías dejado Hice una linda fogata. Es asunto terminado! Cierro puertas y ventanas y me voy de vacaciones. Ningún romance prospera sin reglas ni condiciones. Las casas del barrio antiguo, con sus clásicas fachadas de barrocas fantasías, caprichosas, recargadas. Con guirnaldas y caríatides, bastante bien conservadas, nos hablan de esas tendencias que en Europa se estilaban y los snobs, con dinero, sin dudar, las importaban Mármoles, piedras, herrajes, en barcos se transportaba desde el viejo continente, hasta las lejanas pampas Aquí también los había, pero ellos sólo apreciaban lo de ultranza. Se traían, los mármoles de Carrara, los herrajes españoles y los cristales de Francia. Arquitectos paisajistas y pintores renombrados llegaban a nuestra tierra donde eran solicitados y concretaban los sueños de los reyes del ganado Amos de tierras fecundas, de personas y animales A ellos les daba igual, derrochar lo que ganaban esclavizando a la gente que para ellos trabajaba con salarios de miseria, así atiborrar sus arcas y despilfarrar lo habido en espléndidas jornadas, vacaciones europeas, llevando sus propias vacas para obtener leche fresca, en travesٌías muy largas. Despojaban a su tierra. Todo lo que les brindaba despilfarrado en Europa, era lo que se estilaba Así vivíeron los “padres gloriosos” de esta Argentina, Explotando patria y gente para darse la gran vida Personal de la policía caminera, hizo detener al camión para un control de rutina. Los papeles estaban en orden y se le iba a dar autorización para continuar el viaje, cuando asomó, por la cortina del camarote, un monito carayá. El asunto se complicó para el conductor. Estos animalitos que habitan una región extensa de Brasil, Paraguay y norte de Argentina, están protegidos por leyes que prohíben su captura, compra y venta y el traslado, para ser usadas como mascotas. De nada valieron las protestas de quien dijo ser su dueño, el monito fue llevado al Zoo de Córdoba, hasta que se determinara el lugar a donde iba ser trasladado. La familia del camionero, inició una demanda legal para que le fuera restituido. Por los medios de comunicación, habló el médico de los niños, con un relato lacrimógeno de la tristeza que embargaba al hogar, donde el monito era uno mas y al ser arrancado de su familia postiza, no tendría probabilidades de vida, en un ambiente que le iba a ser hostil. La legalidad se impuso y no hizo lugar a la demanda. A los pocos días el monito fue trasladado al lugar de donde provenía y personal experto lo mantuvo en observación para evaluar su comportamiento y el de sus congéneres. Los videos demostraron que el trasplante fue exitoso. Enseguida se adaptó al medio donde tuvo una inmejorable acogida, tan buena que enseguida se enamoró de una graciosa monita que lo aceptó de buen grado y con la que inició una relación. Los videos fueron publicados y si su anterior familia, realmente, lo quiere, tendrá que aceptar que la decisión legal ha sido la más acertada.PD: Hoy 29/0572013, acabo de enterarme que la familia adoptiva del monito, levantó la demanda iniciada para que le fuera restituido. La acción, obedece a la visita, autorizada, a la reserva, en el norte de La Cumbre, donde el carayá fue devuelto a su hábitat. Los decidió, encontrarlo tan feliz, abrazado a su compañerita e integrado a su grupo. Una historia con final feliz, para Todos! Participamos de los festejos de la Universidad Nacional de Córdoba, este año, 2013, se cumplen 400 de su inicio. Es la más antigua del país y la cuarta de América. La Compañía de Jesús, en 1610, creó el Collegium Máximum, base de la que tres años después, impartiría estudios superiores. En 1621, Gregorio XV le concedió facultades de otorgar grados. Conocida también como “ la casa de Trejo” en memoria de su fundador, Fernando de Trejo y Sanabria, encierra entre sus sólidos adobes, la historia de la educación superior en Argentina. Comienza con Filosofía, Teología y Derecho Canónigo. En el siglo XVIII se agregaron otras, como Medicina. Bajo la corona española y la tutela de la Compañía de Jesús, los inicios de la Universidad, fueron elitistas y clericales A fines del siglo XIX, comenzaron a asistir y obtener su título, voluntariosas mujeres, que debieron vencer una tenaz resistencia de parte de los varones. En 1918 tuvo lugar la Reforma Universitaria, cuyos principales objetivos fueron : autonomía, cogobierno, enseñanza gratuita y concursos de oposición para acceder a cargos. Esta Reforma, nacida en Córdoba, se hizo extensiva a todo el continente. La mayoría del personal docente y alumnado, en la actualidad, es femenina. La población estudiantil, supera los 110000 alumnos que asisten a 13 facultades, en 250 carreras de grado, posgrado y doctorado, con mas de 100 centros de investigación, 25 bibliotecas y 16 museos. La UNC, es autónoma y aunque dependiente del estado nacional, administra su presupuesto, elige sus autoridades y dicta sus propias normas. La admisión de alumnos es irrestricta pero con exigencia de aprobación obligatoria en un ciclo de nivelación. En Medicina hay un examen de ingreso eliminatorio. La feliz elección, en 2007, reelecta en 2010 -2013, de Carolina Scotto, doctorada en Filosofía e Historia, primera mujer en acceder al rectorado de la UNC, marcó un antes y un después en la vida de la Universidad y sus dependencias. Ella y su equipo de trabajo, en una brillante gestión, han dado el impulso necesario para renovar y jerarquizar la tarea de un organismo de estudio, investigación e inclusión que abarca tantas áreas en las que se perfecciona día a día. Felices 400!!! Volvimos del camposanto, donde se quedó tu amigo, Juntos vivieron la infancia, igual que la de otros niños. Yo no quería que fueras. Por evitarte sufrirlo, hubiera sido capaz de llegar hasta prohibirlo. Pero estuve equivocada. ¡Me lo hiciste tan sencillo! Acompañaste a los padres y junto al otro hermanito, deshojaron rosas blancas, sobre el cuerpo del extinto. Era justo que estuvieras, allí, para despedirlo. Tienes apenas doce años y eres todo un hombrecito solo tu mano, en mi mano, delató tu nerviosismo y una palidez de rosas, sobre tu cara de niño. Sobre almohadones mullidos, sentada en sillón de mimbre,sonríe dulce y tranquila, aguarda que suene el timbre.Es domingo a mediodía, vendría el hijo a buscarlay a algún lugar, agradable, sin duda, habrá de llevarla.Sonríe, dulce y tranquila, retoca su pelo cano,la falda de lana oscura y los zapatos lustrados.Pasado ya el mediodía, el timbre aún no sonó, pero ella serena, espera, al hijo que no llegó. Le traen una bandeja, con frutos, en variedad,ella, rechaza y comenta -"Mi hijo, pronto vendrá"La tarde ya está avanzada. Ella sólo agua, bebióy de su sillón de mimbre, ni siquiera se movió. El sol se hundió tras los cerros, la luna ya apareció,la llevan para acostarla. Su día ya terminó.En un club, a esa misma hora, el que ella, en vano esperófesteja con sus amigos. De su madre, se olvidó. Si no quieres escuchar, lo que ahora voy a decirte,puedes dejarme plantada, que no vas a arrepentirte.Seguro que no te importa, lo que pienso yo de ti.Tal vez te puse muy alto, o esperé mucho y perdí.Igual, yo no me arrepiento por haberte conocido.La vida, a veces pone, escollos en el camino,los que atentos los sortean, se libran de todo mallos confiados, como yo, creen que el otro, es igualy van ciegos tras sus pasos, sin siquiera calcular y como yo, torpe y necia, lo tendrán que lamentar.Asumo, lo que me toca. La culpa es mía, nomás.La ilusión, la creé yo, no te debes disculparsigue feliz tu camino, soy yo, quien debe cambiar. . Será tal vez, mi destino, siempre esperar y esperar.Esperar que un día regreses y que te quieras quedar.Hoy, sentada junto al río, miré sus aguas pasar,pedí, que junto a mis penas, vayan sus aguas al mary el oleaje las amarre y que no vuelvan jamás.Será, tal vez, que así pueda liberarme de ese mal. Esas aguas que pasaron, no volverán a pasar. El viento, entre la arboleda, hizo, las hojas , caer,esas hojas, ya marchitas, a la tierra han de volver. Las oscuras golondrinas, que atrajo la primavera, antes que lleguen los fríos, vuelan hacia otras praderas. Yo espero, siempre te espero. Sé que un día volverás,tal vez con las golondrinas,tal vez, cansado de andar.
<< Inicio
< Ant.
1
...
15
16
17
[18] Próx. > Fin >>
|
Lecturas Totales | 310167 | Textos Publicados | 714 | Total de Comentarios recibidos | 1522 | Visitas al perfil | 90633 | Amigos | 128 |
|
Oscar Franco
http://www.textale.com/component/option,com_textupload/Itemid,128/id,43735/task,view_text/
Por favor difundelo si pudieses. gracias.
Pascual Vizcaino Ruiz
Alejandro
Es usted muy déspota en su comentario del texto indiferencia divina?, sobre todo si tenemos en cuenta que la autora deja claro que los desastres naturales son muy comunes y crea toda su reflexión acerca de cómo el ser humano pasa de su pregunta hacia un Dios al que considera responsable a la dolorosa conclusión que es su irresponsabilidad la que acelera los procesos llevándolos a desastres.
Bastante arbitraria resulta usted al decir… le “concedo responsabilidad al hombre” por favor señora si usted lee, ve televisión o se molesta en averiguar, se podrá encontrar con un cumulo de estudios e informes que demuestran como las acciones de la humanidad ha afectado el equilibrio natural que provocan desastres.
Parece ser que usted no se entero del objetivo de la reunión de presidentes de países en Copenhague... por favor señora antes de atacar o trata de ridiculizar a alguien primero analícelo, porque podría ser usted quien terminara haciendo el ridículo.
Alexandro
Oscar Franco
Te invito a leer y comentar alguno de mis poemas espero te gusten.
Un saludo y feiz años nuevo 2010.
www.somosgoogle.blogspot.com
www.oscarfrancoquintanilla.blogspot.com
Francisco Prez
Veneno
haydee
Seguro que van a sobrar las anécdotas y encontrarás un buen argumento para tus relatos.
Gracias!
Serena