Jan 25, 2023 Sep 11, 2022 May 23, 2021 May 14, 2020 Apr 27, 2020 Apr 26, 2020 Apr 09, 2020 Mar 29, 2020 Mar 01, 2020 Feb 28, 2020 Nov 19, 2019 Oct 15, 2019 Oct 12, 2019 Sep 23, 2019 Sep 18, 2019 Apr 13, 2019 Oct 29, 2018 Oct 19, 2018 Oct 18, 2018 << Inicio < Ant.
[1]
2
3
4
5
6
...
128
Próx. >
Fin >> |
No me exijas ninguna explicación.¡Te quiero!, simplemente,murciélago rosado.Y para socavarte de dudas el alma,te confieso, que te quiero desde el momento mismo que te engendraron.Podrás seguir tranquilotu aparente vuelo en círculo viciosopor la noche blanquecina.Conozco tu especie,más aún,te conozco a vos.Se muy bien la espiral que trazasy confío que tu destinoes luminoso. Aunque vos, claro, no lo sepas aún. No son los almendroslos árboles de tu paraíso.Ni habrá refucilos sangrientosantes del rocío que te acaricie.Allí donde el silencio se hace vozun susurro bendito te colmará de vida.Y jugaremos de nuevoel juego de la eternidad. Esta tarde distinta entre las tardesme duelen las aves, encerradas en el aire.He logrado decir el vocablo no.Y me he enfrentado al sustantivo muerte.¿Qué importa que el suicidio me siga llamando?del otro lado de mi aparente poemase encuentran tus ojosvivos y lejanosy me sumerjo en elloscomo aves en el aire. Esta tarde distinta entre las tardesme duelen las aves, encerradas en el aire.He logrado decir el vocablo no.Y me he enfrentado al sustantivo muerte.¿Qué importa que el suicidio me siga llamando?del otro lado de mi aparente poemase encuentran tus ojosreales, vivos y distantesy me sumerjo en elloscomo aves en el aire. Te alimenté como el Padre Eternoalimenta a sus creaturas, sin nada a cambio. Te amé como Cristo amó al mundoun Viernes triste, a las tres de la tarde. Te cuidé como el Espíritu Santocuida a la Iglesia que por culpas del hombrenombrarla, da vergüenza. Pero no soy tu Dios, ni siquiera el Papa.Y cuando logro por instantes ser ateo,con certeza reconozcoque eres...¡oh mujer preciosa!... mi diablo. Ningún poeta encontró el nortepero de tanto contemplar la brújulase les volvió norte la mirada. Cuando digo pan, los hornos se ríense burlan y maltratanmi palabra poética, mi palabra escasa. Del otro lado del poema, habita el hambrepero de fuego y trigo sabrosoa veces... a veces... se hace pan mi esperanza. Un condenado que estaba en el infiernopensó un momento en la posibilidad de rezar.Todas las catedrales de la tierra se derrumbaron al unísono, en ese mismo instante,y todas las teologías guardaron silencio.Dios se había equivocadopor primera vezen el acierto de un hombre por primera vez. Muy triste es el destino de los hombres,si son héroes, tener cara de broncemanchada por la caca de las avespisoteado su nombre en las calles. Mejor hubiera sido ser la naday no esa asquerosa payasada.Más bello es el destino de los hombresque conquistaron no tener honores. Y tu gente se pone de piemás alta que el Aconcagua.Y tu gente se vuelve más sabiamás honda que el Pacífico.Y tu gente reconstruye la casaporque no estás solo, Chile amado.Millares de almas en el mundo enteroabren sus manos para acompañarte.No, no estás solo, Chile impostergable. Cuando tus labios aprieten el cristalseré yo quien te emborrache el almahasta que te duelan los dientes.Mujer imposible, hija de gato ferozy de bruja asesina...toma de mi copavacía de mundo, llena de miy en un minutoatraviesa conmigo la eternidad. A este poema nocturnole falta la luna.Y a mi tristeza oscurale faltas tú.¿en qué derrotas antiguas,te perdí antes de conocerte?¿qué dolores implacablesseguirá causando tu ausencia?A este macho masturbadocreo que le falta una mujer.Y en lugar de llorarescribe un poema. Otro que no soy yosonríe por mi propia bocacamina con mis mismos piesy habla siempre desde mi verdadera voz.Él le hace el amor a mi mujercon mi cuerpo entero y la destrozay la vuelve a construir.Tampoco logra conquistar la poesíapero él está cansado y quiere abandonaryo no. Por la misma geografíaque mis pasos apuran sin memoriacruzó las mismas esquinasfatigó los mismos suelosun muchachito que le gustaba escribiry se llamaba Cortázary otro chavo del barrioentre aindiado e hispanosupo gobernar el puebloy se llamaba San Martín.Los mismos árboles siguen hiriendo el paisajey generosos entregan nuevas sombrascada tarde de sol en verano.A lo lejos, sin que nosotros la miremos,sigue estando presente la misma cordillera.Todo sigue igual, pero todo ha cambiado.Nadie escribe como escribió CortázarNadie hace la guerra como San Martín.Espero un tercer hombreque escriba haciendo la guerraque haga la guerra escribiendoy derrote para siempre la crueldadque se ha empecinado en dominarnuestra ciudad, nuestra Mendoza.Un hombre de buena lecheentre San Martín y Cortázarun San Cor... digamos. Que nadie sepa mi misiónes una alegría implacable aquí en la tierray un consuelo asombroso en los cielos. Tengo urgencias de sin saberes hondosque me elevan. Tengo precisión de un destino exactoque me llama. Me gusta entrecruzar palabrasen busca del más pleno sin sentido. Llegué a imaginar una serpientefornicando con una estrella. Y no les quiero contar que hijos maravillososde esa unión nacieron. Me endiosa el ánimo, consentirme tanto,saberme distinto a todos, también, a mi mismo. Me importa muy poco que en el barriodigan de mi, que soy lo que soy, un fracasado. No tenía cara de costilla de machosino el rostro de una hembra verdadera. Jamás en la vida conversó con serpientesporque gustaba su silencio reflejado en la luna. Miró a su amado cuando lo expulsaban del jardíny se quedó en el jardín a esperarlo varios siglos. Nunca conoció la muerte y ahora duerme al lado míomientras le escribo estos intentos. Adán se pasea por el jardíncon toda su Eva adentro.No encuentra su ombligoporque no lo tiene.Se sabe dueño de la lunadel mar y las estrellas.El nombre de cada cosapronuncia para ningún oído.Y el eco de su silenciotiene el nombre de otra mujer, no de Eva. Quisiera una noche antigua con mi espíritu bien dispuesto destrozar de un garrotazo a la misma luna llena ...pero es imposible porque una loba en celos destrozó mi garrote la última luna aquella. Herido de inmensidadun grano de trigomuere.Del otro lado del hambrelate el panvive.Y las serpientes trazan caminosen el mismísimocieloherido Somos los que estamos calladosmientras Haití está sangrando.Tenemos dinero en el bancoy los intereses bien claros.Vemos al negro mutilado¡esa es tu suerte, mi hermano!Tenemos a Jesús clavado¡y nos negamos a ayudarlo!Somos los que nunca donamosningún mango al desamparado.Somos islas crueles temblandosomos a los negros ¡matando! El niño de vuelo infinitoaterrizó en mi ciudad, hace algún tiempo.El niño venía contentopor algo que él conocía.El niño odiaba las rejasy en su país no las había.Me dijo suelto de cuerpo¿por qué no cumplen con las reglas?El niño era un ángel buenoy yo, ¡Dios mío!, no lo sabía. Decía el poetael amor es nada.Decía el poetaen breves palabras.Pero hay una cuestión más hondaque nadie se atreve a contestarla:¿por qué existe algoy no la nada?Cuando alguien lo respondaserá el poeta vencedoro será el poeta derrotado.Mientras tanto,el poeta y yohemos dichonada. Mi gata de ojos infinitosconcentra su mirada en un ratónella lo comprende, lo intuye, lo adivinalo presiente, lo desea, lo palpita,lo sigue impostergable con su mirada fijapara ellaese ratón es lo único que puebla el universoese ratón es decididamente eternomi gata desprecia mi comida en latasmi gatadesprecia mis cuidados y mi amormi gata sabe que el paraísoes comerse al ratón. Conozco un jazmín negrode aroma inconfundibleque devuelve la vista a los ciegosy algo más increíbleocurrió bajo el cielo¡se marchitó el jazmín!sin que nadie lo oliera. Cuando la tardeparezca igual a todas las tardesy el sol verticalmengue la sombra de las cosas.Cuando caminesun desierto circulartodo periferia y sin ningún centro.Cuando descubrasen la esencia misma de la luzla oscuridad más pura.Cuando yo te de un besosabrás pronunciarel nombre mudo de Dios. El más herido de los niñosde los muchos que andan mendigandocuando haya crecido ya bastantepondrá su navaja en mi cuelloy como yo no tendré los veinte pesosme arrancará la cabeza del cuerpo.Entoncesentonces¡oh justicia!yo que nunca pudeescribiré por fin el poema. A una parte de nuestro continentele ha tocado vivir el horror.Y al resto del mundo humanole corresponde mostrar el amor.Es urgente, Haití no puede esperarhagamos verdad ahora mismotoda la solidaridad, toda. Toda y mucho más.¿qué somos nosotrossi contemporáneos de la tragedia de Haitíno abrimos generosa nuestra mano?Somos algo peor que seres degradados.Ayudemos ahora, ahora mismo.Mañana es siempre tarde.(Me uno al homenaje y llamado a la solidaridadpor el pueblo hermano de Haití) l Sueño con jazmines negrosque aromen este poemay con una puta blancapara contarle mis penas.Estoy solo en mi desiertoenojao con la cigüeñaque me ha dejao como cargael pene de mi entrepierna.Lo tengo como un muertoque no despierta, ni sueñay estoy muy lejos del huertodonde florece mi bella.¡Ella es un jazmín negro!pero yo... ¡no soy su dueño! Nadie en su sano juicio, relativamente lúcido, medianamente informado, desconoce en la actualidad, que la Iglesia Católica Apostólica y Romana, siempre está aliada a los opresores de turno, siempre condena, a los oprimidos de la época.La mayoría conoce, o intuye, que Jesús hizo exactamente lo contrario.De allí que sostener que soy católico, para mi, no resulta nada fácil. No creo que el mundo esté poblado por una multitud de imbéciles. Y ser católico significa, asumir los crímenes que nuestra propia iglesia, ha perpetrado y continúa perpetrando. ¿por qué entonces, sigo siendo y seguiré siendo siempre, católico, apostólico y romano?Simplemente porque en la peor de las mierdas, sigue brillando inalterado, el pequeñísimo y único diamante: Jesús.-Simplemente porque la vida humana, aunque nos duela, también en lo religioso, es tremendamente paradójica.Otros creen en Jesús, en la Virgen, en los Santos. Yo no. Por una revelación que nadie me creería y que tampoco sabría relatar, yo estoy absolutamente seguro de Jesús, de la Virgen y de los Santos. Entonces, cuando quise abandonar la iglesia, tuve indicios claros de permanecer en ella.-Quiero que la Iglesia mía cambie, quiero que se haga cristiana, aquí y ahora, no en otro lugar, no más adelante.Y aunque sea muy pequeño, y aunque sea muy torpe, y aunque sea muy cobarde... y aunque mi lucha sirva muy poco, lucharé para lograrlo. Algunos hermanos y Dios, harán la otra parte.- El ángel del Señor anunció en la víspera... El corazón de El Salvador marcaba24 de marzo y de agonía.Tú ofrecías el Pan,el Cuerpo Vivo-el triturado cuerpo de tu Pueblo;Su derramada Sangre victoriosa-¡la sangre campesina de tu Pueblo en masacreque ha de teñir en vinos de alegría la aurora conjurada! El ángel del Señor anunció en la víspera,y el Verbo se hizo muerte, otra vez, en tu muerte;como se hace muerte, cada día, en la carne desnuda de tu Pueblo. ¡Y se hizo vida nuevaen nuestra vieja Iglesia! Estamos otra vez en pie de testimonio,¡San Romero de América, pastor y mártir nuestro!Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra.Romero en flor morada de la esperanza incólume de todo el Continente.Romero de la Pascua latinoamericana.Pobre pastor glorioso, asesinado a sueldo, a dólar, a divisa. Como Jesús, por orden del Imperio.¡Pobre pastor glorioso,abandonadopor tus propios hermanos de báculo y de Mesa...!(Las curias no podían entenderte:ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo). Tu pobrería sí te acompañaba,en desespero fiel,pasto y rebaño, a un tiempo, de tu misión profética.El Pueblo te hizo santo.La hora de tu Pueblo te consagró en el kairós.Los pobres te enseñaron a leer el Evangelio. Como un hermano herido por tanta muerte hermana,tú sabías llorar, solo, en el Huerto.Sabías tener miedo, como un hombre en combate.¡Pero sabías dar a tu palabra, libre, su timbre de campana! Y supiste beber el doble cáliz del Altar y del Pueblo,con una sola mano consagrada al servicio.América Latina ya te ha puesto en su gloria de Berninien la espuma-aureola de sus mares,en el retablo antiguo de los Andes alertos,en el dosel airado de todas sus florestas,en la canción de todos sus caminos,en el calvario nuevo de todas sus prisiones,de todas sus trincheras,de todos sus altares...¡En el ara segura del corazón insomne de sus hijos! San Romero de América, pastor y mártir nuestro:¡nadie hará callar tu última homilía! Pedro Casaldáliga Quiero desenamorarmede una vez y para siemprede todas las mujeresque alguna vez amé.Quiero que vuelvana la misma vida estúpidaque tenían antesde conocerme a mi.Quiero que hagan las cosas comunescuando tengan calor, ducha fríacuando quieran sexo, ¡culear!y que no sea al revés.Quiero que sean felicescomo si yo no existieray nunca me hubiesen conocido.Y que se borre para siempre la alegría que les dien la calle... dama admirable, en la alcoba, puta feroz.Quiero volver a ser célibecomo un río en cuyas aguasninguna se sumerge otra vez. Revives que en mi cuerpoestá ausente mi madre.Casi redondo, feo, quizás inútilallí vos, el ombligo.Para mirarte doblo mi cabezacomo rezándome a mi mismo.Cuántos intentan, sin saberlotu metafísica todos los días.Eres carne, ¡sos carne!recuerdo el cordón que había olvidado.Del otro lado, gracias a Dios,sigue viva mi madre.Cuando pasen los años, ojalá sea nuncadel otro lado tuyo, habrá un epitafio. Esa mujertiene la voz de una herida antiguaque todavía no cierra. Esa mujerluce como un árbol ignoradoen todos los desiertos. Esa mujerlleva el sabor de la vaginadonde quiera que vaya, su espíritu aventurero. Esa mujercuyo nombre sólo yo conozcopara otros, es Marcelo. Alguien, cuyo famosísimo nombre he olvidado, se hizo famosísimo, entre otras, diciendo que vivimos... el fin de la historia. Fuku... no se cuanto... yama... no se bien, Fukuyama, y seguro lo escribo mal y lo pronuncio peor. -Pero por muy bien documentado que esté en su exposición y por mucho que tenga quizás, bien ganada o no, su lugar de popularidad, lo cierto es que... se equivocó rotundamente.¿Cómo decirle a un recién nacido, bienvenido al mundo que ya está hecho, bienvenido a la historia que ya ha concluido? El recién nacido trae más neuronas que nosotros, dicen que aproximadamente treinta mil más. ¿Se va a conformar con una historia ya hecha y para colmo, hecha para la mierda? De ninguna manera.Señor Fukuyama o como se lo llame. Nuestros niños dominarán el mundo, y lo harán mejor ... espero o quizás lo empeoren... prefiero que no... pero "me endiosa el pecho un júbilo inexplicable" es maravillosamente difícil y poco probable... que esta historia puta , siga siendo la misma puta. Será otra o será mujer de bien, pero escuche a este ignorante... la historia todavía, para bien o para mal, está en pañales. Mi ciudad está muriendode robos y de accidentes¿accidentes? Mi ciudad está muriendode saqueos y elecciones¿elecciones? Mi ciudad está muriendode mentiras y democracia¿democracia? Mi ciudad está muriendocon su pueblo y yo¿y yo? Las voces de un río antiguosiguen sonando en mi memoria:"Dios es tu patria"Algún ángel a mi contiguome dijo con suave oratoria:"Dios es tu patria"Si comprendí el artículopero aún no cambia mi historia:"Dios es tu patria"¿y por qué sigo siendo, ángel bueno, un exiliado? La mujer hermosa que me dejó por un millonarioEl millonario asqueroso que somete a sus obrerosLa mujer hermosa que alguna vez fue mi hembraEl obrero estúpido que se deja robar por el millonarioLa mujer hermosa que sabía todos mis poemasEl poema zurdo que nunca convenció a nadieLa mujer hermosa que vendió a buen precio su vaginaEl aroma de esa vagina que todavía me enamoraLa mujer hermosa que se disfraza de fiel a su maridoEl marido de cualquier mujer, que siempre es un cornudoLa mujer hermosa que no puedo olvidarTodo eso... la puta esa y el cornudo aquely yo como boludo... esperando en vano, la revolución. Te comparo la poesía con el fútbol. El fútbol es la única pasión auténticamente masiva de esta época, de allí mi elección. Si vos jugás un partidito los domingos, sabés lo emocionante de hacer un gol. Aunque no seas Maradona ni Pelé. También en poesía, si das en la tecla, sentís la emoción, aunque no seas Borges ni Neruda.El poema te salva, siquiera por un instante, de haber sido lo que sos, exactamente un nadie.Quizás sea un poco duro, pero es preciso ser sincero. En esta sociedad, donde manda el metálico y el billete, las grandes mayorías excluidas, somos lo que somos, somos nadie.Pero el intento poético, por más que fracase, la búsqueda de una estética distinta, el convertir en palabras lo que nos reclama, eso, eso... eso... nos salva, nos humana, nos vuelve nosotros mismos, aunque seamos singulares. Nos vuelve a la vida, a los habitantes de la nada, nos hace ser... siquiera un instante, aquello que no somos, nos hace ser alguien.Por eso defiendo esta pasión absurda de imprimir palabras. Por eso quería tomarme unas vacaciones de mi mismo y no escribir nada, pero preferí esto, esta pequeña confesión de algo. Si te interesa... la seguimos si? algunos consideran que hay oscuridadcuando nadie alcanza a convertirse en estrellapero yo insisto que existe oscuridadcuando nadie intenta encender una velaquémamecon la yema de tus dedosunido al pequeño fósforoquémameesta dura tiniebla que vive entre nosotros. Algo que nunca supehizo que me derrametodo entero, todo vivoen una lágrima dura lloré como los últimos pájarosbuscan los nidos en la tarde llorécomo quien mirasesu mismo cuerpo muertoresucitando llorécomo amaneciendo para siemprea la alegría ¿qué importa si desde el lado oscuroseguía existiendo, todavía el mundo? Hoy tus libros han calladoquizás porque nunca hablaron.Leer de veras, jamás, es repetir palabras.Te confieso una perogrulladaque muy pocos comprenden:Jorge Luis Borges, amigo mío,era simplemente un ser humano.Fueron sus lectores, como él lo sugería,quienes en realidad, lo crearon.Y no me vengas con que lo hacía mejor.Estampaba una palabra, después de otra,y confiaba en que tus ojos volaran.Hoy tus libros han calladomañana...escribirás uno... ¡que hable! Hay instantes en que reconozco mi instinto,y vuelo sobre el tiempo, pesadillas de un demente arropándose en el miedo. Así los viajes son refugios para medir la sangre,o días en que se esparce el hastío flotando en parcelas imperfectasdel alma. Sin embargo percibo los primeros designios:esa mano hechizando al único hombre que miro su espejo,la mesa abandonada por el arrebato de la enajenación del hambre,y el cuerpo destrozado para que la victoria reconozca su propio límite. Cuando lo líquido de mi piel escapa, el pálido inventarioal que acudo en sitios como éste,me enardece,porque suena un humo triste ente los dedos,y fatigosamente lloro como repitiendo frases ajenas, sin destino ni perduración. Con los rastros de mi última sonrisa me concedo la tentación de ser otro. Guillermo Capece Bálsamo infalible y económicoQue cuesta lo que cada quien elijaEntre el polvo de este lugar y el mas cósmicoCuando no tener idea es una idea fija ...Rey de reyes que perdieron su tronoPor ser esclavos de su excesiva conquistaSi yo otra vez me auto coronoProclamo a viva voz que soy artista !..y no por consensos mayoritariosSino por como quien se decreta libreAsí que ya no hay critica que asuste...Pues cuando uno pasa de calvariosGana autoridad para determinar el calibreDel disparo que apunta a que el resto le guste.... Maravilladacon la mirada de un niño de puebloal saborear el misterio del eclipse Dejando dividido el resquebrajado tiempo de las mil esperasal saquear mi boca besada en el desorden Lila, su extraño nombre abreviado en el resplandor de un deseo,maquillada de estrella erranteen el carnaval de las heridascreyéndose mareafingiéndose fuegotornándose magiatornándose verboen el alucinado latir de la esperanza... Si pudieras resumirel eco de tu presenciaentre los destellos de un torrentevaciado en mis lágrimas...si pudieras resumir con tu vozla mudez de los pájarosque se abandonaron al cielo,seguramente arrancaríasel núcleo de mi falso nombrey lo harías viajar por el huracán de la palabra Si tan sólo lanzaras una bengalasobre la herrumbre de mi pechocuando los cristales y la vigiliase retratan de antiguas heridas...si pudieras llegar hasta aquícuando la madrugada arde en mis ojos y me pesa el ayer,seguramente una luz erizaráel desesperado pelaje de las sombrasiluminándolo todo dentro de mí Si pudieras florecermeen la prodigiosa nochecon cerrar tus párpadosy darme el signo de tu frente,seguramente emigraría mi pielhacia los lindes del sueño...... sueño brotado de la nada y la piedraconfundiendo en azar al destinotransformado en vos misma Sueño que si perpetuaras en vosla silueta de las gotaspara ungirte y ser lluviaseguramente la verdad beberácon tu boca en mi boca,su único milagro. Verde Federico:yo hubiera querido estar en el momento de los gritos,o de los silencios heroicos;en el momento de las espadas,cuando caíste en tu agua bajo lluvia,mientras los cerdos, enamorados de las banderas subterráneas,tomaban el sol de mediodía. (La soledad de las últimas habitaciones mortifican la memoria.Hay ventanas abiertas, y quedarán así en el invierno.Es raro,pero caen ahora hojas marchitasy me gustaría jugar con ellas.) Verde Federico:desparramo tus gitanos en la mesa,donde con Miguel y Manolo tomamos la sopa de la noche.Tu vestido queda ajado por los toros de la vida,y ni siquiera Nueva York te salva, Federico,porque estás próximo a morir,a caer bajo las balas levantadas a velocidad de la muerte,quizá por el mismo gitano moreno que en tu verso montaba a caballoy era el jinete más audaz de toda Andalucía. Duermescon una palabra entre los labios,con un ramo de hielo en cada mano,bajo las calles empedradas de "pájaros" nocturnos.Al fondo de la tumba llevas,una porción de magia, de manzanas de fiebre,de sábanas de lino. El viento te saluda,las tierras de Granada borran tu contorno,tu sonrisa mira los espejos de la vida.Y se refleja. Guillermo Capece Para un aprendiz de escritor, para un balbuceador profesional de poquedades, para un emisario de la nada que busca el oído de ninguno... susurrar un escrito cualquiera es un acto estúpido de magia mayor.-A ello me avoco brevemente, en esta segunda parte, que si la primera salió como el culo, no puede ser menos.-Lego a todo aquel que me lea, la alta erudición que nunca tuve, la perfecta forma escrita que jamás logré, y la alegría que ahora me embarga.-No esperes a mañana para escupir mi tumba. Estoy tácito como sujeto de este escrito aberrante. Tus insultos, tu admirable desprecio, los necesito, para saber que al menos, en la reprobación, estoy escribiendo. Hay algo, solamente una cosa importante, que me gustaría decir, y no se hacerlo bien, aunque lo intento. Bástame decirte por ahora, una cosa: es un lugar común de nuestros días, afirmar que Dios no existe. Te puedo asegurar que tengo la constancia plena de su existencia y por eso escribo. Doy testimonio que una vez miré que caía una estrella, corrí a la Biblia y leí... "Yo veía a Satanás caer como una estrella, antes que el mundo existiera"... Jesús, el Cristo.-Desde entonces... no supe que hacer, no supe otra cosa que hacer para lograr transmitir la experiencia... con palabras. Y ya lo ven, apenas si puedo balbucear este escrito torpe. Pero es verdad, y me consuelo saber que no miento. Alguien que me salve.Que me quite la angustia de no poseerme.Que me enseñe que los muros pesan más que las pobres palomasque vuelan en su alto.Quiero que mi soledad me conteste por vez primerapara quién estoy.Yo, que fui el francotirador inasiblesoy ahora el eco lejano de lo que fui.Me inundan las máscaras, el olor de los moribundos,el terror de encontrarme con ellos bebiendode la misma copa ácida su vino.Si vinieron a matarme, que me maten ya.Pero que no me hagan tragar el humo vacíoque siempre llevan en su rostro.Los odio porque una vez los amé.Teñidos de mariposas venían a tracionarme.Usurpaban cada hueco de mi corazón.No sé si quiero que alguien me salve.Los músicos con sus cántigas dirán el resto. Yo soy el que espera. Guillermo Capece Soy el camino de mí mismo y la desolación que se abraza a su senda,y tiembla, y borra las huellas para que no me persigan. Estoy vacío de esos animales etruscos que me regaló la partidade unos ojos girando al viento. No puedo confiar en los sueños porque alguien les pone un asesino dentro. Me acuno cuando no me veo pues la vergüenza tiene el ropaje largode los locos. Hoy es domingo, y he estado todo el día ausente. Guillermo Capece IYa oscureció la tierra.Difícil es tener tu boca apretada.Tu estatura cerca de mi rostro.Sí, yo se. Es difícil.Se le caen a uno las montañas.Los lagos se hacen charcos diminutos.Todo es difícil.Compartir la sonrisa con vos.O este barco que nos quitan.¡A partir! ¡A partir!¿Pero cómo?Si nuestras plantas penetran en recodos de clausura.Alguien saldrá a gritarnos nuevamente.Debemos tener cuidado. Salvarnos. Pero ahora fumemos en silencio. IIEn qué quedó esa idea transparente,ese cuerpo sobre el que juramos tantas cosas sencillas.Una ilimitada ausencia marcó las señasde tus grandes ojos.Quedarse solo y recordar al otro díalas sombras de los pumas,las desoladas bestias persiguiéndose,hundiéndose conmigo como una gran casa de celos,sumergiéndose,perdiéndose conmigo.Arriba de los cielos, más arriba,la mitad de tu cuerpo fulguraba.Quienes somos, sino aquello que fuimos,sino el pasado de iguales invasiones,de iguales lejanías. Guillermo Capece Querido hijo: Te pongo estas líneas para que sepas que te escribo. Así que si recibes esta carta es porque te llegó, si no, avísame y te la mando de nuevo. Te escribo despacio porque sé que no puedes leer deprisa. El otro día tu padre leyó que según las encuestas que la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos hemos mudado más lejos. La casa es preciosa; tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí ropa, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces, pero bueno... El tiempo aquí no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces. La primera vez durante 3 días y la segunda durante 4. Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con los botones puestos pesaría demasiado y el envío sería muy caro, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo. Al fin enterramos a tu abuelo; encontramos su cuerpo con lo de la mudanza. Estaba en el armario desde el día en que nos ganó jugando al escondite. Te cuento que el otro día hubo una explosión por el gas de la cocina y tu padre y yo salimos disparados por el aire cayendo fuera de la casa; ¡qué emoción!, Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en muchos años. El médico vino a la casa para ver si estabamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre ofreció comprarle el tubito. Hablando de tu padre, ¡qué orgullo!, te cuento que tiene nuevo trabajo y es superior a 500 personas, ya que está sobre ellos. Lo contrataron de cortacésped en el cementerio. Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, por fin dio a luz, pero como todavía no sé de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebe es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Se nos va a hacer muy raro llamar a su hija "Mamá". Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada, ella le dijo que sí, de 5 meses ya; pero ahí tu padre le preguntó que si ella estaba segura que era de ella. Dijo que sí. Moza de hierro tu hermana Pilar, qué orgullo, de tal palo tal astilla. Por cierto, que tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las noches a la esposa, porque es virgen. A quien nunca hemos visto más por acá es al tío Venancio, el que murió el año pasado. Tu perro Puky nos tiene preocupados, se empeña en perseguir a los coches que están parados. Aunque peor es lo de tu hermano Juancho. Cerró el coche y dejó las llaves adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos del coche. Bueno hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé. Resulta que la última familia de gallegos que vivió por aquí se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio. Si ves a Doña Remedios, dale saludos de mi parte; y si no la ves, mejor no le digas nada. Tu madre que te quiere. Josefa. P.D. Te iba a mandar 100 euros, pero resulta que ya cerré el sobre. ¿Y ahora que hago con esta soledad?¡Herrumbrarme!¿Gastarme a muerte en versos que no riman?Rimarme con las sombras del silencioPara que los demonios del tormento¡me sonrían!¿y cómo se vive en esta eternidad?¡un minutoQue se burla cual si fuese una centuria!Azules fracturados se destiñen,Diamantes que en mis manos de derriten¡por mi culpa!¿Do yace lo feliz, lo que antes era?¡AgonizaTras la pérgola falsaria de la duda!Y camina en la arena y se quema,Y camina en el desierto a la espera¡de la lluvia!¿Qué importa el mañana y su promesa?¡nada importa!La fuerte necedad de esta locuraNo acepta la soberbia de las rosas,Ya es mía la cadencia de estas horas¡también tuya!Danzaran las ganas que no duermen¡ni de noche!Con el humo del pucho que desgarro,llegarás, moraras aquí en mi pechoPorque yo así lo exijo, así lo quiero¡porque te amo!CEMENTO.-PROTEGIDOS DERECHOS DE AUTORCódigo: 1004266112209 Julia no sabía decidirse entre la terrina de quesos o el crepe relleno. Eso de entrada, pero como primer plato no estaba segura de pedir la trucha en dos salsas o el lomo con duxelle de champiniones. Después de todo, lo que más le interesaba en ese saloncito paquete, era jugar un poco y ver los colores de los platos servidos por mozos lánguidos, en uno de los cuales le pareció ver al muchacho de La Cantábrica en ese sueño que no había olvidado.-No será la primera vez que me asome a un espejo y vea las huellas de mi rostro- ironizó para sí mirándose al espejo donde también se reflejaba la figura de Sergio.Él la había invitado a almorzar para decirle ¿qué?. Si el barco se hundía -se dijo- ¿él querrá salvarlo? ¿Por qué no levantarme y dejarlo solo? ¿Para qué acepté la invitación?Sergio estaba distraído. Ella se apuró a pedir y el mozo anotó con diligencia pero con cierta rigidez. Esto la divirtió. Luego el muchacho anotó lo que Sergio le dictaba.-Me llamo Fabio- dijo el mozo- estoy a sus órdenes; que tengan un agradable almuerzo.Y, mientras el mozo se iba, ella volvió a jugar otra vez con el espejo en la pared: los ojos tristes de Julia; los labios quietos de Julia como si recién terminaran de crecer."Aquí pronto se instalará una mueca y no lo podré evitar", pensó. En el espejo se miraba las manos y el busto, pequeño pero todavía erguido."Pronto esto se terminará. Seré vieja," se dijo.Y añadió para sus adentro:"Estos juegos comienzan divertidos y terminan crueles." "¿Por qué tener esta visión partida de la vida?"Porque ella también amaba el sol que entraba, y los colores de la comida que ahora le servían, y estaba segura de que también podía amar al muchacho de chaleco negro, algo desgarbado pero de manos finas, que a cada momento quería ser cortés.Lo miró sin disimulo y él se dejó observar. Luego volvió a mirar en el espejo y lo vió reflejado sirviéndole el vino.Mientras le ofrecía el primer plato le pareció que las manos del muchacho danzaban sobre la mesa.-Me entristece el campo a la hora del crepúsculo- dijo ella antes de que Sergio le preguntara por qué lo decía.-Cuando era chica me daba miedo ir al circo- dijo sin oírlo - un caballo se volvió rabioso, ¿sabés?,y saltó de la pista a los palcos.-El caballo se volvió rabioso o loco -repitió- ¿nunca supiste de un animal loco?Él le tomó la mano e hizo un esfuerzo para escucharla pues en realidad estaba pensando que todas las mujeres tenían algo de estúpidas.Ella se levantó para ir al baño con la idea del caballo rabioso y en Sergio, tan lejano.Pasó por la pequeña salita vacía dispuesta para que los clientes jugaran al billar que le pareció de un amarillo intenso, y vió al mozo, apurado, pero atenta a ella. Julia sabía que auque él no lamirara decididamente, había despertado su interés.Cuando salió del baño lo vió otra vez, y un ardor le subió al pecho."Dios mío" -pensó- "no poder amarlo ahora sería un castigo."Al pasar por la salita de billares entró. Se ocultó en el momento que el muchacho pasaba nuevamente. Esta vez la miró. Ella lo llamó y le pidió café. Cuando regresó con el pedido la vió recostada contra la pared, y no pareció asombrarse. Estaba acostumbrado a las trangresiones de algunas clientas, y por eso fue que no le acercó el café sino que lo dejó sobre la mesa de billar y cerró el cortinado. Se quedó frente a ella. Julia vio que el cuerpo de él se recortaba frente a la luz, y lo abrazó humedeciéndole la cara con los labios. Las manos del muchacho resbalaron sobre el vestido de ella, y lo subió de a poco, mientras la llevaba hacia la mesa de billar. Comenzaron casi en silencio, con pequeños quejidos de ella, y el silencio de él.Pronto Julia sintió la sensación dentro del pecho que el caballo loco del circo repetía la escena del asalto hacia el público. Creyó que su corazón galopaba hacia la libertad.Más tarde,mientras arreglaba su maquillaje, se sintió poderosamente libre. Rápidamente busco dólares en su bolso y los dejó debajo de la tacita de café. Fabio que la observaba, rechazó el gesto.Tuvieron un breve dialogo:-Soy de Mendoza, tengo viñales, no necesito dinero- dijo el hombre ya fuera de su máscara de mozo.-¿Y por qué trabajás de mozo? -preguntó al instante Julia.-Soy el dueño del restorán, y a veces me entretengo en atender las mesas sólo para conocer mujeres como vos.Julia no supo si eso era un halago, y no respondió.-Tengo una cadena de restoranes en sociedad en Mendoza, y otro en Puerto Madero- dijo el muchacho algo desgarbado pero con cierto orgullo.-No sé qué pensarás de mí- susurró Julia.-Cuando uno hace estas cosas no piensa nada más que en el placer instantáneo -respondió seguro.Y se fue dejándole una sonrisa.Sin embargo ella sintió que esa rápida aventura no era ni mas ni menos que una mariposa detenida en mitad de su corazón, pero dispuesta a volar en cualquier momento, por ejemplo en cuanto Sergio la mirase y le indicara la comida.-Se enfrió el lomo.Ella balbuceó una disculpa dispuesta a no dejar volar esa mariposa. Iba a pasar la lengua por el interior de la copa de vino por segunda vez, cuando la orden de él la detuvo:-No hagas eso.-Eso es lo que me interesa hacer en este momento. Lo quiero hacer.-A veces parecés una chiquilina caprichosa. Mejor comete el lomo. Es un plato muy caro -y Sergio enlazó los ojos de ella con una dura mirada.-No lo quiero, está frío- protestó ella mientras apoyaba su lengua en el cristal de la copa.-Comete el lomo -repitió él. Con un soneto vengo a enamorartecon este cuarteto abro y me dirijo,ojalá que no salga tan prolijo,que digno de ti, logre encantarte. En este cuarteto el alma se me parte,no obstante yo sigo y no transijo,te lo juro ante un sacro crucifijo,que a Petrarca le robaré su arte. En el primer terceto me acomodopara decir que ya no habrá ni modo,porque olvidarte, vida, yo no puedo. Y en este terceto digo, aunque duela,pues tu desdén me da dolor de muela y transido de amor, asi me quedo. Te vi corriendo en el trivial caminoquebrado el corazón de horror y miedo, te vi los párpados cansados, tristes…y a tu dolor escribiendo.Lluvia derramóse en tu piel de polvo cual ósculo de agua en el desierto,una lágrima miraba entre las gotas…y tus párpados cayeron.Tu alma sufre las caricias muertasde aquellos que no están ya en tu sendero,gime un zorzal en tu voz dormida…gime por ellos.La estepa que morabas, agoníade ave remontando el turbio cielo,caló en la gris arena de tu alma…llantos, espectros.Impío ardor que ulcera el alma gotas de vida en la arteria del tormento,alejóse la huella de tu infancia hermosay de tus sueños.Aurora de la vida en la dulce primaveramarchóse hacia el crepúsculo imperfecto, Colgada la ilusión al sol poniente de tu invierno.Y semblantes que fumígenas deambulan,¡cuál estrofas en papiros sempiternos!remojábanse en las lágrimas copiosasde tus recuerdos. Bordeando el precipicio de las penas,líado en la garganta todo anhelo, soledades, añoranzas y suspiros…por quienes se fueron.Trocóse en mi la infausta intemperie, con sales de tu mengua en el siniestro,tu vista atormentada impenetrable…a mis silencios.Besos estallantes, por tu faz de diosa,de mi oráculo infernal se desprendieron,¡coro bruno y arisco que reclama!tus oídos sedientos.Garfios rojos en la mar se mezclan,azules que reencarnan púrpuras y negros,el sepia ha fenecido ante tu mármol…como yo lo ordeno.¿cuántas veces el grito del osario,reclama tu pasión con tono austero?¡mas yo robe tu pose del olimpopara mi imperio!Pues yo acaté la orden de la mística,y en tu regia luz ardí al son violento,en la flama, que echa luz y no se apaga,de tus plectros.Serena brisa danzando en las praderasbálsamo que alivia las heridas del guerrero¡la calma sosegada y mi refugio!tras el viento.Venerable efigie en el santuario mío,silueta de esta fe que hoy profesodestellando tus azules refulgentes entre el incienso.Menguando la quimera y el destinoel signo de la suerte hemos impuesto,¡la hormona exasperada también canta! en mi deseo.Tertulia montaraz entre las pielesque unidas revelaron los misterios,¡coito y desayuno en la montaña!¡amor malevo!.CEMENTO.-Protegidos derechos de autor.Código: 1002185547676 En la rama erizada y prudentearrastrando su honor busca amparoy entreteje un capullo mierderoa donde esconder su pudor de gusano;pero al beso, rigor de la púaque la espina le clava en los labiosse derrama en los suelos, cual lágrima,y sirve tan solo de abono a los pastos.Sacrificio mordaz que le impidesacudirse la culpa en las manos,porque dobla rodillas, rompe alascuando siente el tonelaje del pasado;no se tapan los huecos del almacon la imbécil sanción de un contrato:allí suelen pudrirse ya infectoslos cadáveres de sueños muy soñados.La vergüenza apostada en sus sienesle conmueve el talante de pánico,mas si vibra el deseo escondido¡le arrancar gemidos, deseos mojados!Pero cae, fenece, despiertaen la ruin soledad de su páramoy no puede secarse las lágrimasyaciendo a la sombra brutal de sus pánicos.Alla va, como un beso perdidoaleteando con rumbo extraviado,del sopor de algún muro invisibleal bello dolor de algún muro bastardo;del tenaz e impiadoso supliciode la marcha fugaz de los años,de las ganas, del semen y el flujoal rigor de tener que cumplir lo pactado.De la obtusa caricia en la frente,que bordada de lineas y encantosaun protege el cosmos sublimedo estallan mil versos por cada calvario,¡de esa simple caricia apagadadonde no hay humedades mojando al procaz sentimiento pechandopor ver como bailan querubes y diablos!Del romántico sitio perdidodonde no hay ni mentiras ni engaños,al blasón de lo obvio y lo lícitodo solo se ensueña hasta el canto del gallo,de la mísera etapa marcadapor las leyes del mundo tiránicoa los vuelos azules y libresque buscan descanso en un pecho, abrazados.De la tumba llamada esperanza,esa forma sutil de maltrato,a la horrenda certeza del tiempoque trae la muerte entre risa y sarcasmo,¿donde vas a dejar que los huesosse transformen en piedra y en barro?:¿mariposas que viven de sueñoso gusanos que realizan lo soñado? CEMENTO.- -Buenos días, papá- y era la tercera vez que lo repetía-; buenos días, papá-volvía a decir.Entonces saltaba de su cama, recorría el flaco pasillo, y se internaba en el baño.La ducha, el agua fría, no le daba la grata euforia que necesitaba. Entonces trataba de secarse con la amplia tohalla, y se envolvia en ella imaginando que era el maharajá de Kapurtala, y mientras orinaba en el bidet, pensaba en cómo pasar ese día,vigésimo de diciembre.Ese diciembre que le calcinaba los huesos, porque se presentaba caluroso y húmedo como ninguno, y ya podía ver que lo había jodido bastante al pelarle la espalda el sábado anterior,en la pileta de Ricardo.Volvió a tener ganas de orinar, pero eran ganas nada más, porque al enfrentarse con el bidet,un chorrito indeciso se asomó por su pijita. Se la metió dentro del calzoncillo, se miró al espejo, se hizo alguna íntima pregunta que no contestó, y salió para atravesar otra vez el pasillo.-Buenos días, papá- dijo esta vez con voz más firme. Y siguió hasta la cocina:el mate,el café,el té, el vino. EL VINO. El vino era lo que conformaba su paladar aquella mañana de diciembre. Y mientras saboreaba su aspereza, se le ocurrió pensar en el viejo, en la navidad que ya llegaba,en lo llagado de su espalda, en Leticia, (en la costosa Leticia) que todavía se negaba a todo, y por último en él. Aquí se sirvió otro vaso de vino. ¿Quién era él?Sí.Le gustaba vestir bien.Andar por el centro mostrando exactamente lo que se debe, y lo que no se debe dejarlo para Leticia (cuando se decidiera), o para Ricardo, siempre que mediara un golpe de teléfono. Y mientras tanto, ¿qué?. Ir al bowling, caminar hasta el puerto, o tomar sol en Saint Tropez,y soñar con ese viaje a Río en Carnavales que le había prometido Ricardo.Después... su vida estaba ocupada con tantos sueños...; quería navegar, irse, tal vez a Europa. Pero no por el hecho de conocer Europa. París, Roma,Milán, eran sin duda lindos lugares. Pero no era eso loque realmente importaba. El hecho substancial era viajar en barco; sí, en barco..., a semejanza de esos barcos que mamá le hacía a los ocho años, doblando con ternura la hoja de diario y dejándolo reposar en la bañera. Creía que el fondo del mar era blanco, y que las fuerzas de las olas tenían, exactamente, el ritmo que le fijaban sus pequeñas manos.Pero ahora había pasado tanto tiempo... -Buenos días, papá- dijo esta vez con bronca, mientras servía hasta el borde otro vaso de vino. -Buenos días, papá- gritó mientras pensaba decir cálidamente -queriendo deshacerse de ese raro remolino de angustia- buenos días, mamá... cómo estás hoy?, buena y linda como siempre, mamá; mi mamá. Aquí traje el papel para los barcos. Pero la memoria de las tardes encerradas en el baño, viendo viajar ilustres barcos a los que mamá bautizaba con extraños nombres, no conseguía atenuar la tristeza grande que sentía,ni su gastada melancolía actual. Él era un hombre simple, gozador delas cosas sencillas, amante de la naturaleza, leal para los amigos...; pero había cosas en lo íntimo de su vida que no entendía.No estaba claro para él por qué al pasar por la habitación del viejo debía saludarlo, siendo que siempre dormía, o, en el mejor de los casos, leía el diario, y no le contestaba. Jamás le contestaba, y había llegado a pensar que el viejo estaba sordo. Pero no. Algo golpeaba en su cabeza, y en el sentido literal de la palabra. Algo se doblaba y rompía cuando saludaba al viejo. No era importante que no lo oyera, o que lo oyera y no le contestara. Entonces,¿qué era lo que en rigor lo perturbaba? Aquella mañana lo había descubierto. Lo había descubierto en la cocina, mientras llenaba otra vez el vaso de vino. El lugar vacío al lado de la cama que ocupaba el viejo era la clave: el lugar que ocupaba mamá en vida. -Buenos días, papá- dijo esta vez entre sollozos.-Buenos días, hijo- dijo el padre apareciendo en el marco de la puerta.Y él se entregó a sus brazos y lo abrazaba, lo abrazaba, mientras pensaba en viajes lejanos y múltiples, en viajes claros y magníficos.-Buenos días,papá- y lo miró a los ojos llorando plenamente. -Buenos días, hijo- dijo el viejo casi con miedo, sin entender, -buenos días, hijo. Si el corazón se secacomo fruto abandonado en tiierra,si los sentimientos se hacen piedra,si todo es desierto y arena yertaen los espacios vacíos del alma...¿en qué quedará tu vida? El dolor no es suficiente excusapara dejar los campos sin siembra. Es preciso alimentar la luz de la lámpara vertiendo en ella el aceite que la sostenga.La lámpara del corazón necesita el aceite de la esperanza,el aliento de la ilusiónpara que arda su llamaen medio de las tinieblas amargas. E.G.M.
|
Lecturas Totales | 271649 | Textos Publicados | 514 | Total de Comentarios recibidos | 2685 | Visitas al perfil | 69643 | Amigos | 117 |
|
Eduardo Fabio Asis
María Ester Rinaldi
Te dejo un cálido abrazo.