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Mi padre se opuso siempre a noviazgos prolongados, Decía, que en medio de ellos, ocurren desaguisados. “Que un tercero, en discordia, seguro, aparecerá y aunque el caso se resuelva, alguien lo iba a lamentar”. Después que el santo murió, nadie sostuvo sus dichos Vos nunca te decidías y así pasaban los días, las semanas y los meses, vos calentabas la silla y el pescado sin venderse. Dejé yo de ser “La Niña” la pretendida por todos Para ser la Novia Eterna y vos, el Eterno Novio roídos por la costumbre y sin miras de casorio. Fue el momento en que llegó, una prima, a visitarme Más joven que yo y bonita. Al verla, te dio calambre y después del mediodía, con mi prima te marchaste. Supe, sin querer saber, que enseguida se casaron Y habitaron esa casa que para mi habías comprado. Que habías rejuvenecido, que todo habías olvidado Hasta lo que aquí dejaste medio muerto y enterrado. Hoy después de tantos años, en una calle cualquiera, casi tropiezo con vos. ¡La vida, nos da sorpresas! Casi no te reconozco. Obeso, lento y pelado. ¡Jamás lo hubiera creído si no me hubieras nombrado! ¿Y por esto yo viví tantos momentos amargos? Después que me abandonaste, me puse a estudiar idiomas, Francés, inglés, italiano. Empecé de traductora. Me casé con un inglés, dueño de varias empresas, Viajamos por todo el mundo. Ayer llegamos de Suecia Me encantó volver a verte. Razón tenía papá. Cuando decía que alguno tendría que lamentary esta vez no he sido yo, y eso lo puedo jurar. -. Entrené de joven, con mucha disciplina, privándome de salidas, puchos, alcohol, amoríos, concentrándome sólo en el deporte que había elegido. Me llevó unos cuantos años llegar y muchos sacrificios, pero cuando se alcanza la meta, uno ya no se acuerda lo que pasó, ni tiene tiempo. Empieza una etapa de reconocimientos, festejos, nuevos amigos, viajes, presentaciones. El dinero fluye y satisface todas las necesidades y todos los caprichos. Hasta ese momento, yo, había sido un muchacho sencillo y hasta inocente. La fama, el dinero, las nuevas amistades, se me subieron a la cabeza y dejé de escuchar esa voz, que siempre me apartó de las tentaciones. Mi nueva situación, cambió mi vida, mis costumbres y mis objetivos. Caí en la drogadicción y en ella me hundí sin pausa, hasta tocar fondo. Una madrugada desperté bajo las escaleras del subte, tapado con cartones y junto a otros como yo, dejados de la mano de Dios. Un débil rayo de luz empezó a aclarar mis confundidas ideas. Horrorizado, al ver reflejado en una vidriera a ese astroso y maloliente vagabundo con el que no me sentía identificado. Me alejé como pude y busqué ayuda para emerger de esa pesadilla que no quería recordar como parte de mi existencia. Hoy recuperado, comprendo que no estaba preparado para el éxito, la fama y el dinero que pone al alcance de tu mano, lo bueno que nunca tuviste y también lo otro que te precipita en el infierno. Fue muy sencillo entrar. Salir no lo es y en la mayoría de los casos, cuando a tu lado ya no están los verdaderos afectos que te sostuvieron en la mala, la voluntad empieza a flaquear. No fue ese mi caso y tuve la buena suerte de conservarlos y son quienes hoy me dan fuerza y alientan mis deseos de continuar. Después de tantas traiciones, nada te voy a decir, más, me voy a permitir, enviarte unas maldiciones. Ojalá sean efectivas y calmen mis decepciones. Quisiera ser, para vos, una piedra en el zapato, Una carie en el molar, aunque me es indiferente, puede ser en cualquier diente, pero eso si ¡que te duela!. Una espinita de tuna, que te cause padecer, en eso tengo experiencia, espinas, tengo a granel Un absceso doloroso, esos que suelen salir en donde menos se piensa y al ponerse en evidencia, con abultada presencia, en verdad, te haga sufrir. Que te machuques un dedo, con la maza o el martillo, por hacer algo sencillo, como es el clavar un clavo. Si con ella vas al campo, que los sorprenda algún toro, los persiga por el prado, después, los tumbe en el lodo. Que las abejas, furiosas porque invaden sus dominios, les claven sus aguijones y algún mastín sus colmillos. No creo haberme excedido en enviarte maldiciones. Tengo otras… más la prudencia me indica que reflexione. Si estas no se concretaran no escasean las opciones. Ya calmados mis enojos, les pido, Santos del cielo, me manden un novio nuevo, ni artero ni desconfiado ni osado, ni traicionero, solo quiero, un hombre bueno. Lo digo con sentimiento y se que voy a lograrlo por propio merecimiento.. ¡y ahora voy a cuidarlo!. Quien más te ame, te ha de herir, me lo dijo una gitana Como no soy de creer en palabras que se pagan a la zíngara olvidé y también a sus palabras. Ese que decía amarme, que su corazón me daba, que los martes, a la noche, sus canciones entonaba, junto al balcón, dulcemente, mientras yo me dormitaba. Los jueves, bajaba estrellas y en mi jardín las dejaba para que al levantarme, alegraran mis mañanas. Los sábados, del invierno, de flores, cubría el balcón y al despertar, parecía que el invierno terminó. Los domingos, junto a mi, tomaba la comunión y a casa me acompañaba, hablándome de su amor. Ese, que decía amarme, con tanta expresión de amor, se fue tras de una gitana que la suerte le leyó. Y segura estoy, que ella, lo mismo que a mi, le habló. Sorbo un trago de café, oscuro y amargo. El aroma, tan estimulante como la infusión,reconforta y a medida que la bebo, siento sus efectos energizantes y placenteros. A esta hora de la mañana, el bar se llena de gente, atraída por el aroma del café recién molido. Un buen momento para reunirse y cambiar saludos con los conocidos y los no tanto. Con un buen café de por medio, siempre hay un motivo para socializar. Mi compañero de mesa, abonado al establecimiento y adicto al brebaje, me pregunta si conozco sus orígenes. Algo leí, pero es bueno escucharlo y hoy no tengo obligaciones. -Retrocedamos en el tiempo para ubicarnos en Abisinia, actual Etiopía en África oriental. Kaldi un joven pastor cuida un rebaño de cabras. Observa que unas cuantas, trepan a un montecito y mordisquean de unos arbustos. Al rato, esas cuantas, triscan, saltan y corretean, mientras las otras vuelven al corral, agotadas y mustias. Los días siguientes sucede lo mismo con iguales resultados. Kaldi, aunque no lo sabe, en si lleva el espíritu del investigador. Recoge algunas ramas y frutos, pequeños y rojizos y los lleva a un monasterio que conoce y donde sabe, experimentan con hierbas. Allí ponen a cocinar los frutos, pero la infusión obtenida, es tan amarga y desagradable que el monje, arroja al fuego el contenido de la vasija. Los frutos al quemarse, desprenden un aroma tentador que lo induce a tostar los granos, antes de utilizarlos para brebaje. Ese fue el comienzo de un largo camino que posesionó a esta bebida como la preferida en el mundo musulmán, donde está prohibido el consumo de bebidas alcohólicas y desde allí al oriente y occidente. La “ amarga invención de Satanás”, combatida por los católicos, que adoptaron el vino, consagrado y santificado por Cristo, encontró en el papa ClementeVIII un simpatizante de peso y su aceptación, lenta pero segura, se extendió por Europa con una que otra resistencia. En Inglaterra, bebedores de te, por tradición, le opusieron al café, una feroz. Hoy ocupa un lugar de privilegio entre los productos alimentarios más solicitados, moviliza infinidad de trabajadores en todo el mundo y no hablo de los consumidores, concluye. .- Ese comentario, sobra, agrego, mientras el mozo le alcanza a mi amigo, el tercer café de la mañana. Otoño, siempre otoño. En las mañanas, a las cosas más simples y sencillas, su incomparable luz, las ilumina, y las hace doradas maravillasLas hojas que cayeron de los árboles, los pies trituran, y esparcen el crujido. Junto a la brisa que silba entre la fronda, de la estación, es familiar sonido. Hoy Otoño, otra vez, con sus matices, en una variedad de fantasías del ocre, del dorado al amarillo. Atardecer de otoño en serranías, con paleta de espléndidos colores, el sol pinta los cerros y en el cielo, no se ven las oscuras golondrinas. En las noches, no hay cielos más azules que pueda recordar, de mis andanzas, aquí mi nave anclé y es mi esperanza, ver desde abajo, crecer los abedules. Otro día se me va y no consigo que vengas a alegrarme con tu risa y tus canciones secretas que has escrito para mi, a la sombra de la higuera. Tendrá eso algo que ver? Lo digo por experiencia. La higuera causa un efecto, sobre la piel, muy molesta. A los que buscan refugio, bajo su sombra, los flecha. Ocasiona comezón, ardor y otras consecuencias bastante desagradables. Nos cuenta la leyenda, que su agresión, se origina, en la mitología griega. Deméter, hija de Cronos y muy ligada a la tierra, Diosa de la Agricultura, tenía en sus preferencias, los frutos de cierta higuera. Un día que fue a buscarlos, solamente vio las huellas de quienes antes pasaron y no dejaron ni muestras. La diosa es también mujer y le corre por las venas, la misma sangre, que a veces, se le sube a la cabeza y olvida la urbanidad cuando el enojo, la ciega. Para dar un escarmiento, en el futuro, a quien fuera a tomar los dulces frutos, de su preferida higuera, le otorgó esa condición. El atrevido que osara cortar y comer sus higos, tuvo y hasta hoy lo tiene, su merecido castigo Si hoy sueño para escapar de la realidad que me alcanza, mi evasión es la mudanza, a una vida superior. La busco en mi ensoñación, aunque juntas, la razón y la memoria avezada, ahoguen mis esperanzas. gritando sin compasión, que los sueños, sueños son y no me sirven de nada. A la virgen del Pilar, le pedí que vos me quieras. Esa virgen milagrosa, me tiene en lista de espera. Mi paciencia no se agota, en cuestiones del querer. Orando paso las noches y eso lo sabes muy bien. Regresas de madrugada, me asomo por el balcón y me arrojas, con un beso, una rosa o un malvón. Cuando se secan, los guardo, de tantos, tengo un cajón y el papel que lo envolvía, cuando arrojaste un bombón. Después que cierras tu puerta, a la cama vuelvo yo a besar, enamorada, el tallo de cualquier flor, que arrojaste y de tu mano, aún conserva el calor. No quiero que me maltrates con tus miradas de hielo que no está mi corazón para soportar desprecios. Ni me impongas el castigo, de sufrirte los silencios, como pájaros oscuros que anidaran en mi pecho. Ni me ofendas con sonrisas no destinadas a mi. Nunca son mías las rosas, pero las espinas, si. De las siete maravillas, que del mundo antiguo fueron, de los jardines colgantes, que no eran tales, recuerdo. A orillas del río Eufrates, cuenta una vieja leyenda, se construyó Babilonia, precisamente, en Caldea. Gobernaba en ese tiempo, con gran pompa y esplendor conquistador- arquitecto y rey, Nabucodonosor. Amity, la amada esposa, llegada de otra región, añoraba, con nostalgia, el verde, donde nació, las colinas perfumadas, que de niña, recorrió. En Babilonia, importante ciudad de planta cuadrada sin árboles y sin flores, totalmente amurallada. Al recordar, otro tiempo y otro lugar, suspiraba. Para ahuyentar sus tristezas, el rey, que tanto la amaba, hizo construir terrazas de piedra y escalonadas, sostenidas por pilotes y columnas reforzadas. Se rellenaron con tierra y ordenó traer las plantas, flores, árboles y arbustos, los más bellos que encontraran, para alegrar a su esposa y cambiarle la mirada. ¡Qué no hace por la mujer, un rey, cuando sabe amarla! Desde la nave real, transportada por el viento, contempla la maravilla del prodigio de arquitecto La reina está muy feliz y en Babilonia, hay contento. No me vengas a buscar, ni pretendas que te quiera. Ya te quise, alguna vez y me abrumó la experiencia. No lo volvería a hacer, ni loca, lo consintiera, Ni ebria me has de tener, si el alcohol, me confundiera. Voy de tropiezo en tropiezo, sorteando los pedregales, que puso mi mala suerte para que vuelva a encontrarte. Y me sumerjo en el río para lavar de mi piel, esos roces y esos besos que ahora saben a hiel. A la iglesia fui a pedir un bote de agua bendita, aspergé todo mi cuerpo, para borrar tus caricias. Mi piel, la froté con piedras para sacarme tus huellas, Las que me dejaste un día y como brasas, me queman. Para arrancarte de mí, flagelo todo mi cuerpo. Lo martirizo de día y en las noches lo condeno. Para agregar amarguras y no restarme un tormento se desvive por volver a fundirse con tu cuerpo Las estadísticas, en la actualidad, indican que la gente, ríe menos y que la sana costumbre de sonreír, reír y carcajear, crece en proporción indirecta a la edad. Hay gente mayor que no ríe nunca y desconoce las ventajas y beneficios, que en todos los sentidos, obtendría con un radical cambio de actitud. La risa es la respuesta natural a un estímulo exterior, procesado por el sistema nervioso central que se encarga de potenciar los “ motores de la risa” expresiones faciales y músculos que intervienen en la ventilación y fonación. En conjunto, producen la emoción que al ser alegre, se manifiesta en risa. El sentido del humor, ubicado en el lóbulo frontal, se relaciona con zonas ligadas al proceso del lenguaje. Los niños, ríen más que los adultos, algunos, muy de vez en cuando y muchos no lo consideran necesario. Desconocer los beneficios en salud y bienestar, conduce a estas conductas negativas. Es necesario enterarse que la risa, incrementa la producción de anticuerpos al activar las células protectoras. Esta espontánea manifestación de sana alegría, mejora el humor, reduce los niveles de colesterol y de glucosa, regula la presión sanguínea, estimula el ritmo cardíaco, el pulso y libera “endorfina” hormona que entre otros beneficios, mantiene elásticas las arterias coronarias, previniendo los infartos.. Libera de temores y angustias, cambia la actitud mental y al aumentar las contracciones de los músculos abdominales, favorece el apetito la digestión. El Humor Terapeútico o Risoterapia está cambiando, para bien, la actitud mental de quienes se acercan a clubes y asociaciones de risa. Es saludable, benéfica y la tenemos al alcance de los labios. ¡No la desaprovechemos! Por ser una condición, cabal, en seres humanos, Vital, para vernos sanos, es como una bendición. LA RISA es una expresión de alegría manifiesta y es apropiada respuesta, a un estímulo exterior. Saludable y contagiosa, ilumina la mirada, invita a la carcajada y hace a la gente, dichosa. De la risa, hacer derroches, no escatimar las sonrisas. La dicha se irá sin prisas, mientras se viene la noche, Volviste y estás conmigo, igual que ayer y presiento,que conmigo seguirás y es todo lo que yo quiero. El cielo azul, despejado, sin nubes,acompañó,la serena sensación, que embarga mi sentimiento y se bien, que esto que siento, es compartido por vos. La noche, tiende su manto de incomparable belleza. Por mostrar su cara blanca, la luna, oronda, pasea, las estrellas, parpadean, desde un cielo misterioso. Demorado, un picaflor, aletea sin parar y liba, sin respirar, el néctar de alguna flor. En la negra oscuridad, desaparece, veloz. Regresa al nido. Siempre hay, alguien esperándolo. El picaflor, es goloso. Pasea de flor en flor, seguro de que al volver, hallará nido y calor.Si hubiere, una semejanza, mejor no la haya, con vos. Cuanto estás cerca de mi, siento que mi corazón, quisiera escapar del pecho y unirse a tu corazón. Su palpitar, que yo escucho, junto al mío, acompasado, no necesita otra cosa cuando estamos abrazados. Y podrían derrumbarse, sobre nosotros, los cielos. Sería un dulce final, si es contigo, nada temo. Cuando estás cerca de mi, presiente, mi corazón, que en el mundo no hay razón, para alejarme de ti. Siento latir con pasión, intenso, firme y seguro, Sentimiento tuyo y mío fundidos los dos, en uno. Tantas cosas que no soy y jamás querría ser, Por ejemplo, pescador. El que arroja el espinel, las redes y los anzuelos. El tamaño desconsuelo, de ver mi piel agrietada, estropeada, maltratada y curtida por los soles. El insoportable olor, que no tiene escapatoria. Cuando llega la oración, agotado, el pescador y el pescado sin vender. Por ejemplo, cazador. El que siempre está emboscado. Aguarda firme a su presa, con los ojos entornados, el arma descerrajada, la atención siempre en alerta. Aparece un colibrí y es tanta su perfección, su aletear es un batir sin par ni comparación. El cazador se distrae, absorto en tanta belleza y se queda de una pieza, cuando la zarpa del león, le cae de sopetón y sin piedad lo despena. Aunque vos, me lo pidieras, ¡Jamás seré cazador! Por ejemplo, cirujano, de alta complejidad. Con gran responsabilidad de obligar al moribundo con un pié en el otro mundo, a permanecer acá. ¡Es tanto lo que hay que hacer para lograr el milagro! Es un verdadero fardo, lo que tiene que sortear Y sin mirar para atrás, sin distraer la atención, enterrar el bisturí con certera precisión. El pulso no lo traicione, trazo seguro y veloz. La suerte del cirujano, aunque haya ó no haya guerra, es que a todos sus errores, los cubre un manto de tierra. Aunque vos me lo pidieras, no quiero ser cirujano, Mucho dinero en mi cuenta y aunque refriegue mis manos, Lograré borrar la sangre que mi torpeza ha causado? Por ejemplo, leguleyo, de los más solicitados, que confunden con palabras y léxico sofisticado. Recurren con argumentos de forma, donde otros fallan. Defienden lo indefendible, yéndose hasta por las ramas por liberar malhechores que vuelven a urdir sus tramas cometen nuevos delitos y el abogado, los saca, mediando su habilidad y una justicia cegada. Aunque vos me lo pidieras, no quiero ser abogado. Voy a seguir siendo un niño, con esto que me has pintado, tengo miedo de crecer en un mundo tan malvado. Hoy me ocuparé tan sólo, de alegrar mi corazón, El pobre, con tanta herida, reclama mucha atención Estoy dispuesta a ofrecerla, sin pausa ni dilación quiero que se recupere y pueda verse mejor. Buscaré un lindo vestido, me arreglaré con esmero y saldré por esa puerta a concretar sus anhelos. Ya verás, mi corazón, que tendremos mejor suerte cuando cambie de actitud, levante alta la frente y beba todos los vientos por mejorar lo presente. Dejaré a un lado las dudas morbosas, que me acometen Será otro mi pensamiento, saludable y diferente. Reflejará mi mirada, el deseo y la ilusión, de estar cada día mejor para mi, y para mi gente. Por tanto haberte querido, ¿me darás una razón, una breve aclaración, para explicarme tu olvido? Si yo todo te lo he dado, hasta mi propio apellido hasta el alma, te he entregado y no conforme, te has ido. Rebobino lo pasado, para encontrarme un defecto, que pueda justificar, esta ignominia que has hecho. Y sin embargo, no encuentro, nada que avale tu olvido, nada para reprocharme, ni te he dado algún motivo para que de mi te alejes y me induzcas al suicidio. Creo que aquí se concluye.¡ Esto no da para más!. Lo terrible de esta historia que acaba de terminar No me queda otra salida, ¡Tendré que ir a laburar! Duerme mi niño en su cuna, de caracoles azules. Sonríe y en ese ensueño, se trepa por blandas nubes Blandas nubes de su ensueño, edredones de algodón, tan blancas como la nieve y suaves como el plumón. Por una nube se trepa y por otra se desliza, como por un tobogán. Ahora ríe y su risa es alegre cascabel agitado por la brisa. Ha quedado quietecito, como prestando atención. Legaron los angelitos y entonan una canción. Tal parece, por sus gestos, que pretendiera cantar. No le salen las palabras y ha empezado a sollozar. Duerme mi niño, es un sueño y los sueños, sueños son. Vuelve con los angelitos a alegrar mi corazón. Conocerte, para mi, fue una de las cosas buenas, que en la vida, me pasó y quiero que tu, lo sepas. No pretendiste cambiar mi rumbo ni mis ideas, Compartiste mi ilusión y acompañaste mis penas. Respetaste mis silencios y nada que te dijeran, logró menguar el afecto, que un día te mereciera. Tampoco el mío menguó y espero que se mantengan. Y si por la vida voy alegremente confiada es por saber que te tengo y no necesito nada que no sea esta certeza que alimenta mi confianza. Lidia ubicó, en el lugar privilegiado del jardín, la exótica planta, regalo de su suegra. Aplastó y emparejó alrededor, la tierra suelta y negra con sus manos enguantadas Según sus palabras, la obtuvo, de un “misterioso desconocido, de piel oscura y curtida que se presentó de repente y desapareció, sin dejar rastro, mientras iba en busca del dinero para pagarle". Lidia estaba encantada y sorprendida. La madre de Ale, su esposo, la ignoraba y le hacía notar su supuesta excelencia, más aún, desde que se enteró que su único hijo, se había unido a una mujer estéril y jamás procrearía. La maldición que oscurecía su horizonte, con este feliz acercamiento, dejó entrever una lucecita de esperanza. Ellos eran su única familia y, como todos, necesitaba de afecto y comprensión. Frustrado su anhelo de ser madre, el terapeuta, le recomendó, entre otras cosas, que dedicara su tiempo a tareas que le dieran satisfacción, sobre todo, las relacionadas a la naturaleza y al contacto con la tierra. De carácter dócil, aceptó el consejo. Lo más placentero de su sencilla vida, transcurría entre los altos muros del huerto. Regó las plantas y siguió con otras ocupaciones. Al día siguiente, como acostumbraba, salió al jardín ¡Oh sorpresa! la nueva, había crecido y desarrollado una cantidad de ramas y follaje, de un verde brillante. Las hojas más grandes, mostraban un diseño semejante a un ojo y al movimiento de la leve brisa, creaban una ilusión perturbadora. No era una mirada benévola la de esos ojos, por el contrario, le recordaron otras aviesas, crueles y malintencionadas que soportó en su vida. –Es sólo una ilusión- se dijo y entró a la casa. Su comentario, al respecto, a la hora de la cena, se postergó por un llamado de larga distancia. La hermana de su suegra, había sufrido un ACV y se requería la presencia inmediata del pariente más próximo. Ale dejó pendiente sus asuntos, para acompañar a su madre, muy temprano, al siguiente día. Se despidió dándole algunas recomendaciones y Lidia quedó con la penosa sensación de no haber podido expresarse. Buscó la llave para salir al jardín y tuvo que empujar la puerta que parecía trabada. ¡No pudo creer lo que tenía frente a si! Un bosque tortuoso de ramas, móviles que crecían segundo a segundo y esos ojos perversos que la miraban burlones, desafiantes. El hermoso jazmín del cabo, las rosas, la buganvilla, todas sus plantas, habían sucumbido atrapados por una descontrolada avalancha de ramas y hojas. Se precipitó para arrancar esos apretados tentáculos y sin poder evitarlo, tropezó con uno que atrapó su pié inmovilizándola y adhiriéndose con unas minúsculas ventosas a sus piernas y caderas. En ardiente sensación, le inoculaban una sustancia que anestesiaba sus miembros. El grito con que intentó pedir ayuda, los desesperados manotazos para desprenderse del fatal abrazo, fueron inútiles. En un momento quedó paralizada y su boca se llenó de brotes que asomaban por los orificios de la nariz, oídos y las órbitas oculares... ya vacías de vida. Si lograra yo saber que es verdadero tu amor, no sentiría el temor que hoy causa mi padecer. No tengo queja de ti, ni hay duda en mi corazón, ni existe alguna razón que me induzca a presentir. Será que me vuelvo obsesa, por causa del sentimiento?Aunque en el alma me pesa, no siento remordimiento, no confiar, vivir la angustia, de un tormento verdadero.Se me pone, el alma, mustia, por mantener lo que quiero, Cuando tu gentil presencia, con el tiempo, se diluya, es natural que suceda y acontece con frecuencia. Cuando tus diarios rezongos, habituales, en los viejos, se instalen en esta casa para ser tus compañeros. Cuando esos días serenos de los tiempos compartidos, monótonos y triviales, ahoguen las alegrías. Tus pasos lentos, pausados, para evitar el cansancio, busquen los medicamentos que el médico ha recetado, para combatir el reuma, la artrosis, la osteoporosis, la gripe, arterioesclerosis, recuperar la memoria… en un listado sin fin…. Sabes, en esos momentos, estaré lejos de aquí. En una noche tan bella, tan azul! El cielo claro, igual que en los cuentos de hadas, donde el príncipe, a caballo, con vestiduras acordes a su fama y a su rango, a una princesa encantada, va a liberar de su encanto. Está tan bella, la noche, con este cielo estrellado con su luna, que es coqueta y se refleja en el lago. Los jazmines del balcón, dejan sus pétalos blancos, desprenderse de las flores y el aroma que se esparce, la leve brisa lo lleva y extiende más el encanto. Es una noche de ensueño, para soñar en los brazos, del que nunca llegará, aunque lo siga esperando. Si la noche es tan hermosa, con este cielo estrellado, la luna que se refleja, feliz sobre el quieto lago, los jazmines desprendidos, generosos, perfumados, ofrendando su belleza y su aroma a los humanos que eternamente suspiran por lo que les es vedado. El corazón me decía que no lo vería más me rebelaba perderle y no lo quise escuchar. Lo busqué por los lugares que solía frecuentar. Pregunté a los conocidos, nadie podía explicar, su ausencia, esa cruel ausencia que me causó tanto mal. Alguien me dijo que el tiempo es el que puede curar cualquier herida del alma, de amor y ayuda a olvidar. No se dar constancia de ello, a pesar de mis intentos. Lentas, muy lentas, las horas, iban formando los días, que lentos, lentos, pasaban, mientras yo, me consumía. y aquel desdichado amor, seguía en mi pensamiento. “ Una mancha de durazno, con otro, verde, se quita” escuché, un día, decir a una humilde viejecita que en la feria del lugar, ofrece su mercancía. Frente al espejo entendí que me había descuidado. Las penas dejan sus huellas y es penoso confirmarlo. Me dije, Después de todo, que gano con masoqueos? Sólo arrugas y disgustos y entre lo malo y lo bueno, elegí lo conveniente y hoy estoy en mi apogeo. Ahora vivo dichosa, encuentro mis alegrías en las cosas más sencillas que puede ofrecer la vida, una flor, una canción, un libro, una melodía y mi deseo de estar mucho mejor cada día. A veces me provocaste sentimientos encontrados. A veces perdí el control, por amarte demasiado. Tanta fue la frialdad, con que me trataste ayer que preferí no volver y fui a perderme en el bar. Allí estaban mis amigos. Ellos, en verdad, me aprecian. Aunque no era mi intención, me mandé varias cervezas, para olvidar el castigo de tu cruel indiferencia. La charla, la compañía, obraron este milagro, que me sacó del letargo de la vida que vivía. La amistad, ¡cómo te cambia! Sentirse reconocido, valorado, comprendido. Dejé de ser un perdido, recuperé mi autoestima junto a mis buenos amigos. Aunque me cuesta admitirlo, se que estuve vegetando. Nunca es tarde para un cambio, ni hay tiempo para derroche. No me esperes esta noche... seguiré con la terapia. Hubo una loca de amor, que en mi pueblo recordaban.En el día de su boda, el novio, la abandonaba.Ella que tanto lo amaba, que puso en él, sus anhelos,se volvió Loca de Amor y no pudo hallar consuelo. Quien por su casa pasaba, no dejaba de escuchar,el llamado de la loca, nombrándolo sin cesar.Insistente, reiterada y sin ningún resultado.No comía, no dormía y el amor, la consumía. Su voz se volvió murmullo y el murmullo, se apagó.Una mañana de invierno, la llevaron a enterrar.El viento trajo la queja que pudieron escuchar,los que iban en el cortejo de la loca del lugar.Dicen que en noches serenas, se oye muy clara su voz,que llama, a través del tiempo, con vibraciones de amory se pierden, sin respuesta, sin eco, sin ilusión. Volvió a los dos años. Habló con mis patrones que se negaban a dejarme ir. Los niños ya eran dos, habían sido criados por mi y los adoraba como a angelitos del Señor.Acordamos que tendría libres los fines de semana, siempre que Efraín, consiguiera un lugar decente para alojarme. Esto le llevó otro año durante el cual nos veíamos a través de las sólidas rejas de la mansión.Finalmente llegó el día tan esperado. Con los poquitos ahorros, ya que mi sueldo lo enviaban a mi madre, compré un vestido blanco, muy sencillo y una coronita de flores. La patrona me regaló un camisón muy fino de raso y otras prendas para la noche de boda. Mi luna de miel fue muy breve. Los niños me reclamaban y había otro en camino por lo que estaban muy sensibles.Efraín se conformó. Su trabajo en la construcción, le exigía gran esfuerzo y había muchas deudas pendientes. Los sábados a la tarde, cuando nos reuníamos, estábamos tan agotados que nos dormíamos al primer abrazo. Los domingos, temprano, me levantaba a lavar la ropa que se acumulaba en la semana, ordenaba y hacía comida para que tuviera unos días.Un domingo trajo un regalo, Una matraca. A mi sorpresa respondió:- Como sos tan corta de genio, hacela sonar cuando "tengas ganas" De paso, me despierto. Así lo hice. Un día, una vecina me preguntó si por casualidad, había escuchado, sólo los domingos, el insistente sonido de una matraca.Tuve que contenerme para no soltar la carcajada.Hoy enterré la matraca, el termómetro de nuestros encuentros, cerca de Efraín. Lo hice con cuidado no fuera a sonar. Solía decir que era el clarín que lo convocaba a la batalla y aún muerto, sería capaz de salirse de su tumba....-Cree que eso podría suceder? me pregunta cuando llegamos a la puerta de mi casa.-Me parece difícil, contesto, pero es mejor no averiguarlo. Es una mujer adulta. El tiempo dejó profundos surcos en su rostro, donde es posible descifrar gozos, tristezas, alegrías y dolores, comunes a los humanos.Vuelve del cementerio y yo de mi diaria caminata. Como lo hace dos veces al año, para su aniversario de bodas y para el día de San Valentín, fue a llevar flores y las palabras conque acostumbra saludar a Efraín, su compañero en la vida. Hace trabajos domésticos para una familia de mi vecindad y la veo diariamente. Decidimos hacer juntas el camino de regreso.De naturaleza reservada, descubro, en ella, una faceta oculta, en exceso locuaz y comunicativa. Su necesidad de expresarse es evidente y dejo que fluya sin interferencias.-Nos conocíamos de críos. Nacimos en el mismo pueblito de Santiago.A los trece años, un matrimonio de Córdoba, me pidió a mi madre para cuidar a un bebé.Ese mismo día me trajeron sin poder despedirme de Efraín. Trabajaba de peón. Sólo nos veíamos los domingos, ese último nos besamos por primera vez.El viaje duró varias horas que pasé llorando en silencio. Nadie se dió por enterado.Las obligaciones eran tantas, no me quedaba tiempo para pensar. Desde las 06 de la mañana,hasta las 22hs no paraba, Tenía una h para las comidas y otra hora, la sra. la decicaba para enseñarme a leer y escribir. Eran muy severos, no me permitían tener amigos ni hablar con desconocidos.La mañana que cumplí quince años, barría la vereda y casi me desmayo. Frente a mi, estaba el Efraín. Nos fundimos en un beso que pudo haber sido eterno a no ser por la bocina de un automovilista molesto. Cuando nos recuperamos, prometió cumplir su contrato en Santiago y volver a Córdoba a buscarme. Todo lo que a mi me gusta, es lo que más me hace daño, como amarte, por ejemplo. En eso, nunca me engaño. Y aunque no seas para mi, lo que yo ansío que seas, si así lo dispuso Dios, será como Dios lo quiera. No sólo lo he de aceptar, con grande resignación. Lo que El disponga es la ley y yo, soy la sumisión Francisco, que es hombre práctico y nunca dejó de serlo, hasta a los momentos mágicos, siempre les puso su sello. Para el Día del Amor ó de “ Los Enamorados,” a su amada, sorprendió con un inusual regalo. Se presentó a mediodía, con el rostro arrebolado, Los ojitos le brillaban, previendo los resultados. Cilíndrico estuche plástico, atado con cintas, moños y un gran crisantemo blanco Con lágrimas de ilusión , ella recibió el regalo y con mucha parsimonia procedió a desatarlo. Los ojos desorbitados. ¡No lo podía creer!. De un hombre práctico, como él, algo así debe esperarse: La escritura de parcela, en el cementerio parque. He borrado mis recuerdos para empezar otra vida. Quiero empezarla contigo, contigo también vivirla y sin repetir errores ni cometer tonterías. Ojalá nos sirva de algo esta experiencia adquirida a costa de sufrimientos que nos dejaron heridas, heridas que no se ven pero que nunca se olvidan. Tendremos que hacer caminos, sobre otros que ya no están, porque el tiempo es quien los borra y el hombre quiere olvidar. Permanente desafío que nos propone la vida, Si aceptamos afrontarlo, habrá una luz encendida, la verde, de la esperanza que no se da por vencida. -"Para atraer a la suerte, es necesario que escojas una pata de conejo y tréboles de cuatro hojas"Me lo dijo una gitana que no siguió sus consejos,o si acaso los siguió, no le hicieron el efecto.Vivía en un carromato, con un gitano muy viejo,cascarrabias y porfiado, jorobado y medio rengo.Tenía un loro parlante que sólo hablaba el caléy una mona con faldillas y un ajustado corsé.Mientras el loro cantaba con graciosa picardía,la mona se contoneaba y el público se reía.El travieso loro, un día a la mona picoteó,ella perdió los estribos y sin más, lo desplumó.El loro, del gran disgusto, al verse sin su plumaje, perdió el habla, la alegría y hasta perdió su coraje.El gitano, preocupado, los cabellos se mesaba, Si no actuaban sus pupilos, las finanzas no cerraban.Llegó a salvar los garbanzos, la mona en esta ocasión, al convertirse en estrella, por ser única atracción. La gente así comentaba -"No es lo mismo sin el loro",se decía que " las cosas van en franco deterioro." No les valieron ni el trébol, ni las patas de conejo,por eso, de los gitanos, mejor, no aceptar consejo. Está listo mi vestido de la seda más preciada. No es importada de China, es obra de unos gusanos cuyo alimento son hojas y es ese su único pago. No dirán que los exploto. Es esa su condición. En esa, su profesión, es la exclusiva exigencia: Abundancia de hojas tiernas de los árboles de mora. Finalizado el capullo, se lo sumerge en vapor, se lava el hilo y devana para empezar la labor. Llegaron las tejedoras dispuestas a trabajar sobre el diseño que armé, en las ramas del nogal. Laboriosas tejedoras, expertas, sincronizadas, dispusieron el telar donde iban a hacer la trama. Hay que verlas en acción, responsables, concentradas. Cada cual en su función, ninguna descolocada. Nadie sacó un celular, ni contestó una llamada. No iban a tomar café, ni distraían, ni hablaban. Ni salieron a fumar. Solamente tra-ba-ja-ban. A ese ritmo, mi vestido, pronto quedó terminado. Lo sacudí, por las dudas, no fuera que alguna araña, pudiera quedar prendida, dormida en la fina trama. Frente al espejo, no pude dejar de maravillarme, al sentir sobre mi cuerpo la esplendidez que llevaba Las ufanas tejedoras, cansadas, querían marcharse. Les ofrecí unos bichitos, algo para recuperarse. En apretada columna, volvieron a sus lugares. Soñé que no me querías….El corazón, desolado, solo, triste y angustiado me reprochaba tu olvido. Y qué iba a decirle yo? No me salían palabras sólo lágrimas amargas que en la tierra se perdían. En el lugar que cayeron, brotaron plantas y flores para aliviar los dolores del corazón que sufría. Algo después, se calmó. Más sereno y resignado, volvió a tejer ilusiones con los restos del pasado. Todo fue tan solo un sueño, que pudo ser realidad y me dejó una verdad para tener bien presente. Los embates de la vida, distorsionan pensamientos y pueden trocar, a veces, los más firmes sentimientos. No llevarse por impulsos. Resignarse y aceptar. Las cosas pueden cambiar y volver luego a su curso. Mientras espero que llegues, diseñaré mi vestido, para estrenarlo ese día que vuelvas a estar conmigo. Será de seda, muy fino, como la piel de un bebé, color de plata y detalles de encaje sobre el corsé. Aún no tengo la seda, los gusanos la hilarán. Son expertos en el tema. Los tendré que alimentar, con las hojas de las moras que abundan en el lugar. Mientras espero la seda, puse avisos por doquier “Busco arañas laboriosas y con ganas de tejer” Lo escribí en varios idiomas, hasta en chino mandarín ¡Hay tantas arañas chinas que tejen en el jardín! Mientras espero que llegues, mejor si tardas un poco, aún no se presentaron las obreras que convoco. Quizás mañana temprano, tenga alguna novedad. No te apures en venir. Demórate un poco más. La tempestad ha dejado, a su paso, tristes huellas. hogares desbaratados, muerte, caos y miseria. Calles que anegó la lluvia y pasada la tormenta, el lodo que arrastró el agua se ha pegado en las veredas. Postes, semáforos, cables entrelazados, revelan, en tremenda confusión, el peligro que conlleva desenredar la maraña que provocó la tormenta. Los cielos encapotados, algún que otro resplandor, el relámpago, amenaza y despierta más temor. -Que más podría ocurrir? Habrá tragedia mayor? Exclama alguien contemplando su hacienda que se anegó. A escasos metros, no más, un débil llanto se escucha, es el anciano, que ayer, orgulloso de su huerto, arrancaba la cizaña, bajo el sol, con gran esfuerzo, aliviando sus plantíos de los que obtiene sustento. Hoy el barro los cubrió y a él un gran desaliento. Con mucho afán, un cerdito, natural, en su elemento, feliz chapotea el lodo y encuentra en los canteritos de la huerta, algo sabroso conqué saciar su apetito Miraba el agua correr. De entre mis dedos, el agua, se escurría fácilmente y era imposible tomarla. Semejanzas, pienso algunas, pues te pareces al agua que de mi también te escurres y de ti no tomo nada.La tibieza de la hoguera, sobre mi piel aterida,avivó con su calor, la frialdad de mis días.Semejanzas, pienso algunas,como el fuego te deslizasavivas mi corazón para volverlo cenizas. Sentía el aire del mar, que tibio me acariciaba. Empujados por la brisa, los aires se desbandaban. Semejanzas, pienso algunas. Del aire tienes las mañas de acariciar con tu encanto y dejarme enamorada. Cuando las olas te lleven hacia cualquier otra playa, en la arena, he de esperar el milagro que te traiga. No es necesario que digas las palabras, las que nunca quisiera yo, escuchar. Con mirarte a los ojos, he entendido… Un mal momento, es preferible evitar. Me voy, no digas nada. Las palabras, pueden herir a veces. Tanto más, cuando el rencor invade al pensamiento y a su influjo, rechaza la verdad. Mañana, cambiará tu pensamiento. Tu mente se abrirá a la claridad de la razón. Verás la realidad. Las apariencias, son sólo eso, apariencias…nada más. Oiré, seguramente, otras palabras, las que nunca he dejado de esperar, amorosas, alegres, sin enojos…. Si a tu mente vuelve la claridad
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Oscar Franco
http://www.textale.com/component/option,com_textupload/Itemid,128/id,43735/task,view_text/
Por favor difundelo si pudieses. gracias.
Pascual Vizcaino Ruiz
Alejandro
Es usted muy déspota en su comentario del texto indiferencia divina?, sobre todo si tenemos en cuenta que la autora deja claro que los desastres naturales son muy comunes y crea toda su reflexión acerca de cómo el ser humano pasa de su pregunta hacia un Dios al que considera responsable a la dolorosa conclusión que es su irresponsabilidad la que acelera los procesos llevándolos a desastres.
Bastante arbitraria resulta usted al decir… le “concedo responsabilidad al hombre” por favor señora si usted lee, ve televisión o se molesta en averiguar, se podrá encontrar con un cumulo de estudios e informes que demuestran como las acciones de la humanidad ha afectado el equilibrio natural que provocan desastres.
Parece ser que usted no se entero del objetivo de la reunión de presidentes de países en Copenhague... por favor señora antes de atacar o trata de ridiculizar a alguien primero analícelo, porque podría ser usted quien terminara haciendo el ridículo.
Alexandro
Oscar Franco
Te invito a leer y comentar alguno de mis poemas espero te gusten.
Un saludo y feiz años nuevo 2010.
www.somosgoogle.blogspot.com
www.oscarfrancoquintanilla.blogspot.com
Francisco Prez
Veneno
haydee
Seguro que van a sobrar las anécdotas y encontrarás un buen argumento para tus relatos.
Gracias!
Serena