• MANUEL JESUS LOPEZ GRANADOS
EL VAPORINO
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La universidad de San Marcos, ágora, exedra, campo de lucha y aula de juventud, fue la primera en Sudamérica y mereció los dictados de ilustre, real y pontificia, empezó su actuación en 1535, sus claustros de resonante amplitud, sus salas decoradas de una invisible patina de saber y estudio, su biblioteca, los pupitres conocedores de tanta voz ilustre se vieron entonces concurridos por los hijos de los conquistadores, los que habían logrado destacarse económicamente, eran una juventud briosa, el mañana guardado en el presente.San Marcos fue la casa de la ciencia y el arte, el lirico elogio de visorreyes, sostuvo el principio del amor al altar y al trono, el sentimiento feudal del honor fue patrimonio de quienes allí cultivaron su espíritu, la universidad no solo fue el foco central de la educación, era también la fuerza seleccionadora del ideal y la acción, reservorio de aptitudes, base del destino, archivo de recuerdos y memorias, cuando toco a rebato las exaltaciones de la independencia cobijo la universidad juventudes entusiastas, que dieron los mas intensos estímulos a la república, de allí salió el primer abogado peruano, que fue hijo del capitán Juan de la Rinaga, uno de los primeros conquistadores de Quito y que según Garcilaso de la Vega introdujo los camellos al Perú.Hasta muy avanzado el siglo XVI, la abogacía la ejercían quienes vinieron de España con este propósito, graduados en las audiencias los abogados inspiraban su defensa en las leyes Españolas, las leyes de toro promulgada en 1505, la novísima recopilación de leyes publicada en 1805, en 1836 se promulgo el código Santa Cruz, los abogados aplicaban los decretos reales, cedulas y ordenanzas de Toledo, el sumario de la recopilación general de Reyes, la recopilación de leyes indias, ordenanzas de minería y reales cedulas recopiladas por el padre Matraza; El 10 de enero de 1585 la universidad de San Marcos, recibía al primer abogado don Leandro de la Rinaga Salazar, caballero de la orden de Santiago y oidor de Panamá, la solemnidad de la recepción como el primer abogado fue grande, en aquella época cuando alguien recibía el titulo doctoral se realizaban diversas ceremonias plenas de pompa, en el grado tenían interés no solo los amigos sino también el propio virrey, cuando se recibió de la Rinaga hubo una corrida de toros en Acho y otros actos públicos.De la Rinaga fue un gran jurisconsulto y asesor del virreinato y del cabildo, fue catedrático y rector por 5 veces de la universidad de San Marcos, 1599, 1603, 1609,1619 y 1620, fue alcalde de Lima y a quien competía la administración de justicia en primera instancia, fue también rector del colegio real de san Felipe, que fue fundado por el virrey García Hurtado de Mendoza, marques de Cañete en 1592 para los hijos y los ascendientes de los conquistadores, también fue abogado general de indios ante el juzgado privativo creado por el virrey Luis de Velasco, marques de salinas, para la dilucidación de los derechos de los indígenas en las controversias que entre ellos se suscitaron, y en las que promovieron los Españoles o tuviesen que instaurar aquellos contra estos.El doctor de la Rinaga ejerció la profesión de abogado con la probidad, rectitud y desinterés del que sabe que ejerce una noble función social, tuvo las dos mas altas cualidades de un abogado, talento y palabra que amplifica y desmenuza en las muchas causas que sentencio, como alcalde del cabildo probo que a su ilustración notoria se unía una rectitud inquebrantable, en su calidad de rector de San Marcos, expresa su espíritu y su prudencia en sus clases por las enseñanzas que se desprendían, refieren que era de palabra reposada y de inflexión en la voz honda y grave, tenia pureza en su estilo y claridad en el concepto, sobriedad en la expresión y hacia que una clase suya se conservara en el recuerdo perenne.Rinaga supo decir bellas teorías de justicia y de verdad, una crónica de esa época dice "por sus muchas virtudes, por muchas letras, calidad y suficiencia es digno que su majestad lo honre concediéndole los mas altos honores" Solórzano en su libro "política indiana" libro 6, alaba las prendas de Rinaga al referirse al oficio de protector dice: "fue abogado general de los indios por espacio de 24 años", para comprobar su talento basta decir que fue asesor general en el solio de aquel santo virrey (que por serlo duro tan poco en el Perú) don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, conde de monterrey; el doctor Rinaga publico en 1616 un "memorial sobre el oficio de protector general de los indios del Perú" de gran utilidad para la historia del virreinato.Don Leandro de la Rinaga Salazar contrajo matrimonio con doña Juana Cerveras, una limeña de ilustre prosapia, de la Rinaga nunca desmayo en el cumplimiento de su deber hasta los 64 años, en 1624 su vida llena de voluntad y serenidad paso hacia lo eterno.Examinando los ejemplos actuales de algunos abogados y magistrados, los augustos representantes de la ley ¿Qué son? Tifones de palabras, océanos de vaciedad, asnos disfrazados con pieles de león, son miembros de una profesión dedicados a falsear la ley, que originalmente pudo tener un objeto puro y digno, para convertirla hoy en un vehículo de oscurecimiento e injusticia, llevando su conciencia en el bolsillo.
La lluvia al caer tamborilea con sus invisibles dedos la capota del auto, el aire frió se siente y se ve la cadena de vehículos parados en la carretera central, la causa el huayco; porque ha llovido firme en estos días, y se ha producido el destructor derrumbe, algo familiar en estas tierras Peruanas, es la lucha empeñosa del hombre contra el ande, brega de siglos en que vencemos después de la derrota, a mi personalmente el único huayco que me gustaría ver, es el que arrastra a los asesinos y los corruptos al lugar común donde deben estar.Año tras año esta avenida se lleva de encuentro los caminos, y en algunos lugares las viviendas, pasado un tiempo se asientan nuevamente los pobladores, a esperar el bramido de las piedras que como una mazamorra de barro arrastran hacia el abismo, en algunos lugares, lo llaman con la voz quechua "lloclla" a las torrenteras o huaycos, lloclla es la palabra mas imitativa en el lenguaje indígena, pronunciada la articulación "Oc." guturalmente y con fuerza, al repetirla parece que se oye el ruido de los torrentes que bajan precipitadamente de las montañas.El rió Rímac muda de color de piel en esta época del año, la tierra que arrastra enturbia sus aguas y las grandes rocas que sobresalen en el, le dan una forma de escamas al paisaje serpenteante de su camino, deleitando el oído con el cantar sonoro de sus hontanares y de sus pequeñas cascadas, empapando los ojos en sus frías aguas, y saturando el pulmón con el ozono incisivo de las alturas.La maquinaria ya despejo el camino, y puedo seguir hacia Matucana, mi pequeño pueblo, con su bonita estación central de tren, recuerdo los años de mi niñez, cuando en diciembre al terminar las clases, nos veníamos a nuestra casa de la capital a disfrutar de las playas, hasta que empezaba el año escolar y regresábamos, y ya el sol nos esperaba, con sus rayos nos mostraba el paisaje hermoso de sus campos y cerros llenos de verdor.Como el verso de un poeta que nos dice:El tiempo deja su manto   De viento, de frió y lluvia   Revistiendo por encanto   Hermosa y florida túnica.
Allí está la tierra de mi infancia Con sus bejucos, sus oxiacantas Sus escaramujos cargados de flores Los matorrales que escondían las espinas El árbol de las moras incesantes   A lo largo del exuberante sendero El agua corría perpetuamente Y los saltamontes de otro tiempo Brincaban alrededor de mis pasos Recorrí el camino de las vacaciones Y muchas sombras lo hicieron a mi lado.
Esta es la historia de un grupo de obreros ingleses, que encontrándose desempleados hace ya muchos años, tuvieron la feliz idea, al verse casi sin salario, no de disminuir su consumo alimenticio, pues esto era debilitar sus fuerzas, sino la disminuir los gastos de adquisición.Estos obreros viendo lo escaso de sus recursos y lo grande de los gastos, no se echaron a llorar, sino que acuerdan comprar todos al mismo tiempo, y es claro que obtendrán por el mismo dinero mas productos, de ese modo compensaban lo insignificante de sus salarios ¿cuándo sé esta metido en un pozo hay que ingeniarse para salir de el? Porque es doloroso que cada cual viva para sí, cuando es necesario asociarse para el provecho común y para la mutua asistencia.Hicieron una suscripción y compraron al por mayor y así tuvieron abundantes provisiones, luego fueron agrandando sus compras, y abrieron una tienda donde vendían con muy escasa ganancia los artículos de primera necesidad a los otros obreros sus hermanos, al cabo de mucho tiempo cuando él numero de asociados fue tan grande, aquellos beneficios insignificantes, constituyeron una suma total tan enorme, que les permitió financiar otras cosas.Esto parece un cuento y no es sin embargo mas que la verídica historia de una asociación de gentes practicas, que remplazaron lo perdido por lo ganado, y así la tierra recorrerá una vez mas el espacio, que separa el oscuro invierno de la alegre primavera, el sol, el buen y calmante sol reaparecerá y ante él huirá la miseria del pueblo, y empezaron a poner en común el dinero para el gasto y se alegraron de ver a sus familias comer mas y mejor.Mientras los ricos están buscando su alma y encontrándose vacíos, sin amor solo con deseos, sin saber orar, solo repitiendo palabras como loros, que les enseñaron pero que no significan nada, sin sentimientos para otros seres humanos, sin respeto por la vida, por los animales, el medio ambiente, rodeados de sin sentido, aburridos, angustiados, no encontrándose consigo mismo, porque la casa esta llena de todo lo necesario pero el dueño siempre esta ausente.
Hay pueblos tétricos oscurecidos por la contaminación, nombres metálicos, ticlio, yauli, casapalca, la oroya, son opacos como los minerales en que se asientan, manchan como una oxidación la desnudez de la ladera, el rio que pasa lleva en su superficie el mismo color grisáceo, ciudades saqueadas en sus entrañas y desde siempre sumidas en la pobreza, en Cajamarca la minera Yanacocha deja en muchos lugares un paisaje tétrico, de tierra sin vida. Arrinconan a los Cajamarquinos y destruyen el paisaje serrano, esa admirable riqueza de coloración, las hay con vetas moradas, rojas, azuladas, hay cerros negros sobre cuyos flancos se yerguen como puños gigantescos piedras de mil formas, en otros el verde húmedo de los musgos en cuyas hondonadas brilla, como un cristal una laguna que participa del azul del cielo. Cuando el sol ataca de frente el cerro tiene coloraciones que recuerdan las antiguas mantas Incas, cuando se interpone el sol y el pueblo su sombra tiene una impregnación que confiere a su gran masa la apariencia de levedad, cuando la luz lo hiere oblicuamente el cerro ofrece en toda su grandeza sus abismos oscuros y las radiantes cumbres. En Cajamarca usan un instrumento ululante, el clarín, es una larga caña que el músico eleva como si quisiera lanzar su aliento al infinito, como un lamento de incurable pena, Huiracocha el creador del sol emerge del lago, de esta suerte la noche y el agua son como el seno materno, primordial, anterior a la luz y el vil metal.CONGA NO VASEÑORA MANONGACONGA SE DESMONDONGA.
Nació en esta ciudad de los reyes el 25 de enero de 1725, en la opulenta mansión de su padre don Martin de Olavide, su madre fue doña Mariana de Jáuregui, recibió sus primeros conocimientos en el colegio de san Felipe y luego en el real san Martin, tenía un entendimiento sublime y precoz en su desarrollo, que aplicado al estudio y sin dejar que nadie lo sobrepasara, obtuvo el bachillerato y licenciatura de jurisprudencia en la real y pontificia universidad de san Marcos, siendo inmediatamente nombrado abogado de la real audiencia, igualmente obtuvo el capelo y las borlas de doctor en sagrados cánones.Por su desembozado espíritu renovador, su ideología nobilísima, cobro muy pronto fama de ateo e impío, en 1746 al producirse el terrible terremoto que troco Lima en informe hacinamiento de ruinas, Olavide experimento la terrible desgracia de perder en tan tremenda conmoción terrestre a sus 2 padres y una hermana, que fueron sepultados en momentos que abandonaban la casa del conde de Villanueva del Soto, después de esos aciagos momentos acallando su dolor, dedico sus mejores energías a salvar victimas del movimiento telúrico, prodigar socorro y toda suerte de cuidados a los caídos.Olavide por encargo del virrey conde de Superunda, en calidad de comisario empezó y dirigió la ardua tarea de la reconstrucción de Lima, edifico entre otras cosas un magnifico teatro, por este hecho es acusado de dilapidar los fondos que se le confiaron, el embuste hallo eco en España y por real orden de Fernando VI, se vio obligado Olavide a trasladarse a España, donde fue suspendido de sus empleos, cargos y comisiones, compareció para establecer la verdad sobre las acusaciones de impío y malversador que gravitaban sobre él.En Madrid no se le hace justicia y se le encarcela, privándolo de todo honor y se le obliga a pagar crecidas sumas, por motivos de salud es trasladado a Leganés y allí conoce a la muy rica viuda doña Isabel de los Ríos con quien contrae matrimonio, la fortuna de su consorte le permite recuperar su libertad y llevar una vida dispendiosa, se traslada luego a París y se hace intimo amigo de D Alambert y Diderot, celebres enciclopedistas, alterna con la aristocracia y visita el salón del duque de Choiseul, así como los de madame Dudeffand y madame Geofrin, en ellos conoce a Buffon, al abate Prevost, a Fontanelle, a Rivarol, a Boucher, a Greuze y luego se hace amigo del gran Voltaire, quien en una de sus cartas le dice " sería de desear que en España hubiera 40 hombres como vos".Luego de unos años regresa a Madrid y su casa se transformo en el templo de las modas, salón de discusiones literarias y filosóficas, un cronista de la época da los datos siguientes "allí los magnates, los extranjeros opulentos, los diplomáticos y altos funcionarios concurrían con frecuencia, a honrar los brillantes festines del joven americano y presenciar las operas y zarzuelas que se representaban en su elegante teatro, construido dentro de su propia casa.Don Carlos III nombra a Olavide asistente de Sevilla, intendente general del ejército de los 4 reinos de Andalucía, superintendente de la colonización de sierra Morena y administrador de todos los bienes de los despojados jesuitas de Andalucía, Extremadura y la Mancha, cargos que evidencian la elevadísima situación que conquisto, en ellos demostró su extraordinaria aptitud, inteligencia, iniciativa y poder organizador, así como una voluntad tensa, firme y pronta.Sierra Morena era estéril y pobre, lo trueca en un rico vergel y lo puebla de 10,000 familias, pero intrigas mezquinas dan con Olavide en la cárcel del santo oficio, se le confiscan sus bienes y se destruye su palacio y biblioteca, se le declara hereje positivo y formal miembro podrido de la religión, por haber conocido a Voltaire y a Rousseau, por tener cuadros obscenos, también por haberse hecho retratar con una estampa en la mano que representaba a Venus y a Cupido, muchos dicen haber escuchado que dijo que san Agustín era un pobre hombre, se le acusa también de haberse opuesto a los votos de perpetua castidad, otra acusación es haber prestado fe a las herejías de Galileo y Copérnico, por haber llevado una vida licenciosa y pagana, tales acusaciones por su contenido se vislumbra claramente que provenía de varios eclesiásticos, entre otros fray Eleta que era confesor del Rey.La sentencia lo condena a la perdida de todos sus empleos y la perpetua incapacidad de lograr otros nuevos, a él y sus descendientes hasta su quinta generación, el destierro perpetuo de España y el Perú entre otras terribles penas; Olavide emigra a Francia donde es recibido victoriosamente por Marmontel y Roucher, que le prodigan elogios y la convención Francesa lo declara "ciudadano adoptivo de la republica Francesa" pocos años después es perseguido por los revolucionarios galos, durante su odisea en Francia compuso la obra "el evangelio en triunfo o la historia de un filosofo desengañado".En 1798 vuelve a España donde es rehabilitado, fatigado por la vida llena de contrastes y aventuras se retira a Baeza cerca de Guadalquivir, dedicando su ancianidad a la traducción de los salmos de David y a la composición de 24 cantos que integran sus "poemas cristianos" en 1803 se apaga la vida azarosa de Olavide.Olavide fue hijo de su época y uno de los hombres que produjo el Perú, con extraordinarias condiciones de triunfador, un gran tipo señero, su obra intelectual habría sido valiosa si hubiera logrado evadirse a tiempo de la turbulencia que agito sus mejores horas, fue Olavide el limeño de mayor personalidad que produjo la colonia, como nota bibliográfica diremos que su volumen "el evangelio en triunfo o la historia de un filosofo desengañado" fue objeto de numerosas versiones y multitud de ediciones en castellano, se dice que existían 11 en la biblioteca nacional, como nota final diremos que la mansión donde nació Olavide fue sustituida por un edificio de acero y cemento, el edificio Wiesse que llevaba como recuerdo una hermosa plancha de bronce con la siguiente leyenda:"D Pablo de Olavide tuvo aquí su morada, fue su genio precoz y pronta su gloria, tuvo una existencia tormentosa, rodeada de pruebas crueles y sonoros triunfos"Lima 1725   -----      Baeza 1803Al describir la vida de Olavide me parece escuchar como un lejano eco, un verso de un poema de Goethe."todo eso lo dan los diosesLos infinitos dioses, a sus favoritosEntero, todas las alegríasLas innumerables alegríasTodas las penasLas innumerables penasTodo entero".
Nace el 19 de marzo de 1851 en Buenos Aires, su progenitor el doctor Luis Sáenz Peña que en 1892 ejerciera la presidencia de la Republica Argentina, oriento como debía a su hijo y procuro darle esmerada y solida educación, en las aulas universitarias dejo su nombre bien puesto, revelándose como un hombre al cual se le ofrecía a manera de hermosa perspectiva un lisonjero provenir. A los 23 años figura ya Sáenz Peña en las contiendas políticas Argentinas, en 1874 aparece su nombre ligado a la guerra civil al lado de las autoridades constituidas vistiendo la casaca de oficial, que desencadena el 24 de setiembre el general Mitre contra el régimen gubernamental del doctor Nicolás Avellaneda, no obstante el prestigio del portavoz de aquel movimiento la revolución es sofocada, pero se logra con todo la conciliación de los partidos y se garantiza la libertad de sufragio; Roque Sáenz Peña es elegido diputado en 1876 y puede decirse que a partir de ese momento ingresa a la carrera publica, se exhibe como un batallador infatigable alcanzando en 1878 la presidencia del consejo provincial de Buenos Aires, marcando su administración un índice de progreso evidente y comprende que lo que necesita la republica es instruirse y educarse, tiene muy presente en la memoria los frutos recogidos por Sarmiento, imbuido de las ideas de justicia que defiende y las exalta en la Guerra del Pacifico lo encontramos como uno de los primeros combatientes, considera que la agresión Chilena no tiene justificación alguna y fiel a su predica se enrola en el ejercito Peruano, lucha heroicamente a favor de una causa que la hace suya porque es la que se afinca en el derecho.  La llegada a Lima en 1879 de este adalid de la justicia asume contornos interesantes, por ser el caso de un extranjero que viene a pelear por lo que cree justo, se le brinda emocionantes agasajos y el 29 de julio de aquel año con motivo de una manifestación significativa de que es objeto el doctor Pablo Arosemena quien era ministro plenipotenciario de Colombia en el Perú, don Manuel María del Valle quien era director de “el nacional” de Lima propone un brindis por la republica Argentina, que es acogido con aplausos fervorosos y al que responde Sáenz Peña con un magnifico discurso, en los párrafos de aquella pieza oratoria es donde puede comprenderse a Sáenz Peña por los conceptos que expone y el lucimiento con que los defiende, no vela con medias tintas su pensamiento y acusa, pero con acusación perentoria a quien a desencadenado la contienda en esta parte de América, emplea en su oración los mas hermosos giros y por eso refiriéndose a Chile lo llama “un silbido del océano”, se incorpora al ejercito Peruano con el grado de teniente coronel y asume el comando del batallón Iquique. En la junta de guerra que se celebra momentos antes de decidir la suerte de  la plaza en Arica, se pronuncia abiertamente a favor de la respuesta histórica que el bravo coronel Bolognesi dirige al parlamentario del ejercito sitiador Chileno, en la batalla de Arica se bate furiosamente al lado de Bolognesi y resulta herido en la refriega, cumpliendo la palabra de honor empeñada quema el también el ultimo cartucho, presencia la caída de sus heroicos compañeros de armas y recoge el ultimo aliento de Bolognesi cuando esta dialogando con la gloria, Sáenz peña es llevado prisionero a Chile y nunca flaquea su animo a pesar del riguroso cautiverio al que a estado sometido, tenia una contextura que resistía los embates del destino encarándolos con energía, al salir en libertad regresa a la Argentina se despoja de la casaca de soldado y vuelve a la vida del bufete, los conocimientos que poseía Sáenz Peña en relación con las disciplinas jurídicas e internacionales eran muy vastas, habiendo leído los textos de los grandes tratadistas y seguido muy de cerca las doctrinas de Dalmasio Vélez Sarsfield el primer jurisconsulto de la republica Argentina y de la América toda, sentía verdadera pasión por el estudio de los códigos y de las constituciones políticas de su patria, escrutando muy a fondo los principios igualitarios proclamados por la revolución de mayo, pudo captar bien pronto el sentido de las doctrinas que se debatían en el viejo y el nuevo mundo. En 1881 fue nombrado subsecretario del ministerio del exterior, cargo que desempeño lucidamente y siete años después en 1888, el gobierno le confió una misión enaltecedora fue la de representar a su patria en el congreso de Montevideo, la sapiencia de Sáenz Peña se impuso como debía en aquel histórico certamen, sin alardes jactanciosos recorría todas las legislaciones desde la copiosa Romana y la foral Española, para disertar sobre los códigos recientes cuyas disposiciones analizaba y comparaba con maestría, así lo probo cuando le cupo informar en el seno de la comisión de derecho penal, presentando como debía la génesis del delito y de la pena, la responsabilidad del agente y la jurisdicción de los procesos, no menos interesante fue su intervención al tratar el asilo, objeto en repetidas ocasiones de apasionadas controversias, para este fin se remonto al derecho Romano e invoco en su recorrido histórico las doctrinas de Helie y Villefort, Bernard y Battel, diferenciando enseguida los delitos políticos de los comunes, sosteniendo el principio de que el asilo diplomático no protegía a estos últimos debiendo en consecuencia los reos ser entregados para su juzgamiento, tal había sido la tarea fatigante que Sáenz Peña se impuso en el congreso de Montevideo, si sus ponencias no triunfaron del todo por lo menos aclararon muchos puntos oscuros, baste saber que en aquella asamblea figuraban juristas de reputación acreditada, que no pasaron por alto las juiciosas observaciones de Sáenz Peña tan magistralmente sustentadas. En 1889 volvió a actuar en la conferencia internacional americana de Washington, un año después el 15 de marzo pronuncio su famoso discurso sobre el “zollverein americano” aquí hizo un estudio a fondo sobre el comercio internacional, el régimen aduanero, principalmente el mantenido por los Estados Unidos, las tarifas arancelarias, la liberación de derechos, los tratados de reciprocidad y el libre cambio intercontinental, concluyendo su disertación con estas palabras: “que el siglo de América como a dado en llamarse al siglo XX, contemple nuestros cambios francos con todos los pueblos de la tierra, atestiguando el noble derecho del trabajo libre, se dice con razón que Dios mide el terreno, iguala las armas y reparte la luz”. Esta intervención resuelta de Sáenz Peña, no fue del agrado  de los delegados norteamericanos John Henderson y Charles Flint, por eso se vio obligado a hacer uso de la palabra nuevamente y explicar con argumentos contundentes en lo que consistía el libre cambio y el proteccionismo, por eso al replicar a Henderson decía: “yo entiendo que los inmensos y ricos territorios de los estados unidos constituyen una parte del globo terrestre que giran con este alrededor del astro luminoso y reciben la influencia del calor y las estaciones, como el resto del mundo buscando y sosteniendo en la tierra la vida al contacto con todos los centros de la civilización, pero los delegados norteamericanos nos presentan un firmamento compuesto por 42 estrellas fijas y yo deploro que quiera fragmentar, la universal armonía y la vida en que se mueven los pueblos en el globo terráqueo, como los astros en la esfera celeste”. En la sesión del 25 de marzo de 1890 pronuncio un interesante discurso en el seno de la comisión de comunicaciones por el atlántico, manteniendo el principio de que no debía modificarse el régimen de las tarifas, pues de alterárseles seria con menoscabo de los productos Argentinos y el gobierno de su nación no debería prestarle ningún asentimiento; tal es la forma como se condujo Sáenz Peña en la conferencia de Washington, valientemente se enfrento con los delegados estadounidenses con los cuales libro formidables encuentros, atacaba con su poderosa dialéctica a los contrincantes y defendía los intereses de su país y de latino América, su frase concisa “América para la humanidad” constituye un ataque a fondo que le asesto a la tan debatida doctrina de Monroe, el asombro fue unánime entre los delegados concurrentes al certamen, un escritor y publicista Octavio R. Amadeo refiere que cuando se produjo este acontecimiento inesperado, el presidente del congreso James J. Blaine lo miro con curiosidad y pregunto ¿Quién es este? la prensa mundial lo juzgo como debía destacándolo por haber dicho lo que pensaba sin disimulos ni reticencias, enfrentando gallardamente su parecer, traducido en una doctrina amplia y liberal, contrapuesta en todo a la de Monroe limitada y estrecha, ejerció el ministerio de relaciones exteriores bajo la presidencia de Juárez Celman, fueron muchas las reformas que llevo a cabo, las que se tradujeron en una visible mejora de los vínculos diplomáticos e internacionales que la Argentina mantuvo con los demás países del orbe. El 18 de agosto de 1905 durante el gobierno del Perú del doctor José Pardo y Barreda, la cancillería servida en ese entonces por el doctor Javier Prado y Ugarteche, invita a Sáenz Peña a concurrir como sobreviviente de la batalla de Arica, a la inauguración del monumento a Bolognesi, para esto el congreso nacional Peruano había ascendido a la clase de general de brigada a Sáenz Peña, el contesta aceptando la invitación y se prepara para partir, grandes homenajes se le tributan en Buenos Aires despidiéndolo, el ascenso merecido con que se le a honrado da lugar a que el 3 de octubre de 1905 se le ofrezca un gran banquete en el “Prince Georges Hall” al que concurre lo mas selecto de la intelectualidad Argentina, Estanislao Zevallos gran orador y político ofrece un brindis, hacen también uso de la palabra el teniente general Luis María Campos, los doctores Bernardo de Irigoyen, José Ramos Mejía y Carlos Saavedra Lamas, Roque Sáenz Peña al agradecer el homenaje pronuncia un discurso subrayando el significado y la trascendencia de su visita a la vieja ciudad de los virreyes diciendo: “acostumbrados a la oscuridad mas que a la luz y no sin preferencias por la penumbra, habría podido excusar por retracción las emociones de esta fiesta brillante, tanto mas extensiva como mas selecta, pero a poco de meditar sobre su significado la he sentido inexcusable, ella a nacido en verdad de un acto personal y privado, que me disponía a cumplir como se cumplen las promesas con los muertos ilustres, aun cuando nos alejemos por un cuarto de siglo de la partida final e inolvidable de mi gran amigo e ilustre jefe el coronel Francisco Bolognesi, cuyas ultimas palabras me fue dado recoger allá en la breve meseta que matizan con efluvios de purpura las ondas azuladas del mar pacifico, meseta, columna o plinto donde el venerable anciano, con el alma enardecida por todos los cráteres del Misti, que alumbraron su cuna, señalo con las chispas de su espada rota la eminencia de su tumba y la fama perdurable de sus hechos y de su nombre”. La ovación fue enorme, había cautivado a su auditorio y este lo acompaño con toda su simpatía, cuando reanudando su discurso momentáneamente interrumpido sigue: “la patria y la conciudadania, son dos conceptos que se funden en un sentimiento, la primera nos inspira orgullo y la segunda nos infunde amor, un amor que se confunde con el de nosotros mismos, pero será necesario que una y otra correspondan a ese afecto con su aporte de felicidad, y ese aporte señores es la libertad y la democracia, el gobierno propio, la conciencia y el pensamiento libre y la ley del trabajo. Que hace inclinar la frente de los pensadores sobre el libro siempre abierto del derecho humano, que guarda los secretos de la felicidad del mayor numero”. La llegada de Roque Sáenz Peña a Lima fue un acontecimiento pocas veces presenciado, todas las clases sociales del país sin distinción alguna se agruparon en torno del hombre que llegaba a rendir a Bolognesi el homenaje póstumo, el entusiasmo era delirante y atronaban el espacio con sus aplausos y vítores, el gobierno le dispenso al héroe honores hasta entonces nunca vistos, el día de la inauguración del monumento que fue el 5 de noviembre de 1905, el fervor patriótico era indescriptible y Roque Sáenz Peña mandaba la línea recorriendo los jirones céntricos de la capital montado a caballo y seguido de su estado mayor, su figura arrogante se imponía sobre el brioso corcel y cuando la comitiva oficial hacia su entrada al paseo Colon, rumbo a la plaza el desborde fue incontenible, aquello era la consagración de la apoteosis de Sáenz Peña, nada hay comparable a tan significativa efemérides, contagiados de ardor patriótico los escolares recorrían las calles recordando el fausto acontecimiento, sin paralelo en los anales de la historia del Perú, el amor a la patria se exteriorizaba en esos momentos culminantes en que las bandas del ejercito tocaban los himnos patrios y ejecutaban marchas marciales, los soldados desfilaban en orden perfecto frente al monumento de Bolognesi, la multitud frenética se agolpaba ávida de contemplar esta obra escultórica de Querol donde se reproduce en toda su integridad la tragedia, Sáenz Peña caminaba por entre una ola humana y el clamor se agigantaba, como diría un poeta “bajo el crepúsculo gris de la tarde violeta”. El discurso de Sáenz Peña solo fue conocido en su totalidad al día siguiente que lo insertaron en sus columnas los diarios matutinos, esta pieza oratoria es única y en sus diversos pasajes se asiste al combate de Arica y a la inmolación de Bolognesi, esta hecha para saludar a la gloria y prosternarse de rodillas ante el sacrificio consumado en el peñón solitario, donde parece escucharse todavía el estruendo del desigual combate mantenido por un grupo de valientes, evoca paso a paso los varios incidentes de la jornada, un hondo y dulce lirismo informa las clausulas sonoras en que se desborda el sentimiento y resulta perfecto el corte afiligranado del discurso como leerán enseguida; Mi coronel Bolognesi Uno de tus capitanes vuelve de nuevo a sus cuarteles, desde la lejana tierra atlántica llamado por los clarines  que pregonan tus hechos esclarecidos, desde el Pacifico hasta el Plata y desde el Amazonas hasta el seno fecundo del golfo de México, que le presta su acústica sonora para repetir tu nombre sobre otras civilizaciones y otros pueblos que nos han precedido, en la liturgia de la gloria y en el culto de los próceres y de los héroes; yo vengo sobre la ruta de mi consecuencia, siguiendo la estela roja de mi coronel, fulgor de grana que conmovió al pacifico con las tempestades de la guerra, que hoy contempló alumbrada por los resplandores de la paz en el fausto concierto de la gratitud y en la marcha triunfadora del engrandecimiento nacional. Regreso con distancia de un cuarto de siglo, pero vuelvo sin olvidos y sin retardos, porque llego en la hora justa de tu apoteosis, que tampoco la posterga la lentitud de tu pueblo, ni trataron de omitirla las nuevas generaciones que recibieron bajo el casco guerrero de su progenitores el ósculo final de la partida, brindando las mescladas sonrisas de la orfandad al culto perenne de la patria, a su defensa y a su integridad y si han sido necesarios cinco lustros para modelar tu efigie en la pasta candente de los inmortales, es porque los grandes hechos que consagran los pueblos agradecidos, deben ser definitivos, indiscutidos e infalibles, y este juicio solemne y supremo solo puede pronunciarlo la posteridad, porque la gloria es un fruto de lenta maduración, que no han de fecundarlo los mismos soles que le vieron florecer. Llegamos pues a honrar los actos que te dieron el renombre en la hora justa y en su momento histórico, cuando ya no gravitan sobre la tierra sino escasos eslabones de tu generación y pueden contarse sin esfuerzo los soldados inválidos de epopeya, diseminados y dispersos como las tablas de la nave que desunió con furia la tempestad, para recomponerse sobre la playa hospitalaria en la mañana serena y en las horas del día que disipan y calman los huracanes, son en efecto otros hombres los que me es dado mirar al pie de tu monumento, son otras fisonomías las que me estrechan la mano y me confunden en un abrazo popular y efusivo, a titulo de amigo tuyo, como si fuera el portador de tu palabra postrera, depositario de tu voluntad suprema, confidente o mensajero de tus anhelos y designios, pero aquí se encuentran todos tus sobrevivientes, que recibieron el ejemplo de tus virtudes cívicas, tus enseñanzas de honor militar y el deber austero y probo que consumo tu inmolación, ellos atestiguan como yo que en el fragor de la batalla, como en las inquietudes de la defensa y en la hora doliente del sacrificio, el coronel Bolognesi era un alma suspendida sobre el alma de su ejercito, para comunicarle sus alientos, su inspiración y su fe, era brazo y era ideal, patriotismo y deber, desprendimiento y heroísmo, que en las abstracciones de su mente como en la vaguedad de su mirada, dirigida mas sobre el firmamento que sobre la tierra, parecía hablar con la posteridad como con invisible interlocutor, que no escapaba al contacto ni a la visión patriótica de sus soldados cuando monologaba con la gloria o interrogaba el destino de su patria, reproduciendo sobre las altiveces del peñón bravío el dialogo interminable de los vientos y de las olas. Señores Lo conocí batallando sobre el cerro de Dolores, contraste que conmovió su espíritu y quebranto su cuerpo debilitado, ya por las fatigas de la marcha y por el duro batallar de aquella tarde sin sol para las armas del Perú, llego a Tarapacá y al desmontarse de su caballo de guerra cayo postrado por altísima fiebre, hasta que el nuevo toque de generala le hizo olvidar la congestión y sus delirios, quebrantando la consigna medica, tal vez la única consigna que no cumplió en su vida de soldado, trepo la altiplanicie y conquisto el laurel marcial que la adversidad le negara en san Francisco. Fue en Arica donde me honro con su amistad, en esa relación intima de una guarnición bloqueada por las fuerzas de mar y estrechada en aro férreo, por un ejercito de tierra, el servicio de guarnición fue pesado como el aislamiento que incomunico esas tropas con el resto, en esa vida cariñosa e intima del hogar militar, brotaron vínculos, crecieron los afectos como crecen las flores cultivadas en suelo generoso, la vida corrió grata en la fraternidad de la carpa y del vivac, el espíritu del jefe penetraba el interior de los cuarteles, doblaba la vigilancia, preparaba las armas y la defensa con serenidad no interrumpida, hasta la mañana del día 6 en que cruzo la débil corriente del Azapa un oficial parlamentario, la frente de Bolognesi se vio cargada de sombras como si todas las tinieblas se hubieran conglomerado ante la siniestra idea de una capitulación, llamo a la junta y cedió la palabra al parlamento y espero con arrogancia, mezclada de zozobra el voto de la defensa que no se hizo esperar, aquel fue mas que unánime, porque fue explosivo y estallo como la protesta de un agravio, para encender la frase histórica que debiera pronunciar el gentil hombre de cabellos nevados, de sable rojo y de espuelas punzadoras, hablo con los pesares disipados, con las zozobras borradas de su mente y el corazón desbordante de paternal orgullo, porque allí estaba para el la gran familia Peruana, reducida en el peñasco silencioso a su verdaderos hijos de armas. ¡Pelearemos hasta quemar el último cartucho! Provocación o reto a muerte, soberbia frase de varón, condigno juramento de soldado, que no concibe la vida sin el honor, ni el corazón sin el altruismo, ni la palabra sin el hecho que la confirma y la ilumina, para grabarla en el bronce o en el poema, como la graba y la consagra la inspiración nacional; y el juramento se cumplió por el jefe y por el ultimo de sus soldados, porque el bicolor Peruano no fue arriado por la mano del vencido sino despedazado por el plomo del vencedor, lo que vino después ya lo sabéis; el sacerdote de ese altar granítico, el guerrero y el señor de esas alturas, fundió en plomo su inmortalidad, esfumándose en los cielos y dejando en la sonrisa de su labio yerto la placida expresión de un varón justo, que ha rendido la vida en el sagrario y que abandona la tierra bendiciendo a su patria y a sus soldados. Ningún corazón Peruano discutirá la conveniencia del esfuerzo heroico, la arrogante actitud de Bolognesi no se mide con el cartabón del éxito, ni con las mercenarias exigencias del calculo, ella se siente y se sueña, se realiza y se confunde con el alma de su progenitor, y es por eso que los lauros marciales de Bolognesi no tuvieron una gestación penosa, ni fueron fruto de una larga maduración, mas que una foja de servicios comunes, es un fuerte contacto con el destino, un rayo de inspiración y de luz, en la hora triste del crepúsculo, cuando el alma se repliega sobre si misma, cuando la naturaleza se vuelve silenciosa y la plegaria de la patria asoma al labio, con recogimiento y emoción así se consagra Bolognesi ese gesto sublime de tu vida militar. Por eso las manos de tus soldados, te presentan las armas nacionales vencedoras en Tarapacá y vencidas en Arica, pero no rendidas y por eso la bandera bicolor sostenida por la mano de otras generaciones y otros hombres, flota al soplo y al aliento de la gratitud Peruana, saludando tu proeza y tus virtudes, las ultimas valen las primeras, porque la corona cívica discernida al ciudadano ni obscurece las palmas del soldado ni tampoco desmerece a su contacto, si la evolución de las ideas suprimiera el poder militar de las naciones, si la humanidad extirpara en un gran día los excesos de la guerra, si la voz de la razón constituyera con el alma democrática el patrimonio o el lema de nuestros pueblos, haciendo del arbitraje la noble magistratura de la familia latino americana, si la obra de los tiempos llegara a convencernos que las naciones llamadas a prevalecer no son las que cuentan mas soldados, sino las que revistan mas obreros y mejores ciudadanos, ese gran desiderátum de los hombres de bien no conmovería tu estatua sobre su asiento de granito, porque la justicia, el estoicismo y el severo patriciado habrían sobrevivido a los perfiles marciales de tu efigie, y a cambio de soldado heroico te llamaríamos el primer ciudadano de tu tiempo si no fuera que la memoria de Grau vive. Coronel Bolognesi Tus sobrevivientes te saludan sobre el pentélico sagrado, porque la selección siniestra de la muerte decapita la flor y no la yerba, que ha de perecer también en el desgaste común de las vegetaciones imperfectas, pero todos rodeamos tu monumento y si he surcado dos piélagos para traerte la ofrenda de mi corazón, es porque tu noble patria tenia el derecho de exigir que no faltara a esta cita ninguno de tus soldados, y todos los que vivimos hemos dejado caer de nuestras manos los instrumentos de trabajo y desandando camino sobre la prosa de la vida, venimos a refrescar en el recuerdo que es la fuente de la juventud lejana, las horas gratas de tu dulce amistad y a sentir las emociones y regocijo de tu pueblo en esta fiesta nacional, porque los muertos ilustres no se lloran, se saludan, se aclaman y se veneran. Mi coronel: Recuerda vuestra benevolencia y recibid los homenajes de esta palabra amiga, de esta voz que no os fue desconocida, ultima sombra ensangrentada que miro tu pupila moribunda, ultima mano que estrecho la tuya en el altar trocado en vasto osario, que hoy te hace la venia saludando tu inmortalidad, te presenta estas armas que la juventud Argentina me ha entregado al partir, juventud  que ama lo grande, como admira lo heroico, porque tuvo su cuna en los grandes ejércitos patriotas que trasmontaron los andes y llegaron hasta el Ecuador en gloriosa cruzada libertadora, esa juventud no ha olvidado nuestra génesis, ni desestima su estirpe, busca la solidaridad, tiende los brazos a través de las cordilleras y los mares, para acercarse a ese pueblo generoso, que don José de San Martin declaro libre por la voluntad de los hombres y de la justicia de su causa defendida por Dios, se que en la hora solemne de vuestros recuerdos nacionales, nobilísimo pueblo del Perú, también laten vuestros corazones y también se agitan vuestras manos para saludar desde Lima a las nuevas generaciones de los hijos del Plata, pero estas armas que me honro en presentarte son también las de tu ejercito y de tu pueblo, porque las puso en mis manos el congreso de tu nación con el grato asentimiento del congreso Argentino, donde se ha vuelto a escuchar sentimientos y votos calurosos por la felicidad y grandeza del Perú. Mi gran amigo, es tan intensa mi emoción como mi gratitud, asistiendo a tu apoteosis al frente de tu ejército, que el excelentísimo gobierno ha confiado a mi comando como un homenaje a ti, por la amistad con que me honraste pero que es también insigne honor y altísima distinción. Señor presidente de la Republica Peruana La expresión de mis afectos y de mis sentimientos en este día no quedaría completa, si no agregara los que debo y tributo a vuestro gobierno y a vuestra persona, al honorable congreso de la nación, a vuestro ejército y al nobilísimo pueblo del Perú. He dicho.  De regreso a la Argentina después de su gira triunfal en el Perú, Sáenz Peña recibió diversos encargos de su gobierno ante las naciones extranjeras, así en 1906 fue enviado comisionado a las bodas del Rey de España, en 1907 se le acredito como presidente de la delegación Argentina a la segunda conferencia internacional de la paz celebrada en la Haya, en este foro expuso con lucimiento sus ideas en relación con la doctrina Drago y con el establecimiento de la corte permanente de arbitraje, se pronunciaba abiertamente contra los métodos de fuerza para zanjar las diferencias entre los estados, propugnaba y mantenía con firmeza la institución del arbitraje obligatorio y del tribunal permanente. El 12 de octubre de 1910 Roque Sáenz Peña asumía la presidencia de la Republica Argentina, después de haber vencido en las urnas a su contendor el doctor Guillermo Udaondo; en el mensaje que Sáenz Peña leyó ante el congreso nacional el 12 de mayo de 1911, consagro un capitulo especial a la instrucción pública diciendo: “la instrucción primaria que interesa a la inmensa mayoría de los habitantes cuya cultura es esencial en una democracia, tiene la atención constante de mi gobierno, elevar el nivel intelectual y moral del pueblo, es darle aptitud para el libre y consiente ejercicio de sus derechos, se ha dicho con razón que elegir es deliberar y discernir, pero la ignorancia no delibera ni discierne” Su administración fue proficua en todo orden y se caracterizo por la dación de la ley electoral de 1912, que abatió a la oligarquía política imperante y garantizo la libertad de sufragio, esta actividad infatigable de Sáenz Peña fue quebrantando su salud al punto de tener que solicitar licencia, desgraciadamente la ciencia medica nada pudo hacer para contrarrestar el mal que lo aquejaba, falleciendo en Buenos Aires el 9 de agosto de 1914; la noticia de su deceso causo honda impresión en todo el mundo, decretándose en la Argentina grandes honores, en todas partes se ensalzo su obra y enalteció su memoria, en el Perú la memoria de Roque Sáenz Peña estará siempre presente, en el granito y en el bronce quedan perennizadas su vida y obra, ambas pertenecen al dominio exclusivo de la historia y la posteridad.
Volveré a casaGuardare el cocheElla estará sentadaY leeré en su rostroSu gran desventura Empezara en su bocaY tomara posesión de su caraAdivino como será todoYa sucedió tantas veces Se requiere de corajePara acercarse ha La desdicha habitualElla hablara con calmaEn ese centro inmóvilY empezaremos a decirnosMutuamente la verdad Esa verdad que no es útilQue solo los matemáticosY los filósofos persiguenEn las relaciones humanasLa ternura y la mentiraValen mucho más Ella empezara a llorarY parecerá más viejaDirá mi sobrenombreY tendré que soportarloSi esto también fallaLa desdicha será mas honda Me defiendo evasivamenteEn ese centro ciclónicoDonde se pierde el poderDe decir la mentira consoladoraNadie puede jurar amor por siempreLa desesperación es el precioPor buscar un fin imposible.
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YO SOY
Autor: MANUEL JESUS LOPEZ GRANADOS  470 Lecturas
Allá casi en el centro del pueblo se desmorona lentamente el amado caserón de mis abuelos, su esquelética armazón sufre el azote violento de la lluvia y el viento, con cada arremetida se llevan como trofeos un pedazo de aquel refugio, que viera transcurrir la alegría de los años de infancia, frente a las cenizas de nuestros sueños el corazón se conturba adolorido y vuelve por el sendero del recuerdo, hasta el lejano ayer de arribo fácil y de estancia corta. En ella alumbre con palabras un recuerdo Descargue mis jornadas Desenrede mi viento Bien supe que estuve recogiendo Mis sombras, mi ruta y mi palabra Por la calle tendida de algún verso En el patio el sol escancia sobre los rosales y los nísperos en flor, penetrando el aire matutino cargado de perfumes campestres, era de adobe la casa y por sobre el tiempo y el olvido siempre se alzara en mi mente como un dorado castillo, en el comedor había un armario que se engañaría el que creyera que solo sabe callar, yo hablaba con él y con el cuco de madera que ahora ha perdido la voz, aquí un calor dichoso me retiene, las horas cual hilanderas se entre duermen, mientras mis pensamientos realizan una alquimia con el tiempo, aunque los años vuelen todo parece eterno. Veo a mi abuelo Manuel Encarnación sentado a la mesa, mientras mi adorada abuela Baltazara prepara la cena, todos los nietos sentados escuchamos al abuelo contar sobre la extraña boda de la nutria y el jabalí, progenitores del carpincho, acompañados de su comadre la vizcacha que personifica a la avaricia, mientras el sapo compadrón con el sombrero sobre la oreja y las manos en los bolsillos se pasea nervioso, lanzando miradas de soslayo a una víbora viuda y coquetona, que luce su agilidad sobre una rama seca, en cuyo extremo una araña chismosa con los anteojos en la punta de la nariz, combina nuevos dibujos para sus telas sutiles, canturreando entre dientes una vieja canción de amor, que hace sonreír a un anciano lagarto centenario, a quien la parálisis impide habituales correrías; allá mas al fondo se ve la luz azulada e intermitente de las luciérnagas, mientras las curiosas parejas bailan al compás de los mágicos sonidos que las chicharras y los grillos arrancan a sus flautas sonoras, acompañados de los alegres clarines que tocaban los mosquitos y abejorros, bajo el rasgueo armonioso de las guitarras en el que lucían su habilidad las ranas acompañantes. De repente la música cesa y se apagan las luces, una masa informe que chillaba comenzó a rodar hacia la puerta, apareciendo con el poncho arrollado al brazo y en la diestra la uña larga cual cuchillo, un gato montés a quien atacaban una vizcacha auxiliado por unos cuantos lagartos turbulentos, la lucha era ruda y el viejo perturbador de bailes y diversiones llegaba jadeante a la salida, un viejo bagre con la voz cascada de los años pregunta. ¿Que paso amigo gato? Estaba bailando con una liebre delicada y en cuanto la tome de la cintura se echó a gritar, allí no más saltaron los presentes, no sé porque tanto alboroto si soy un caballero. Es de noche en sosiego una estrella brilla como una dulce mirada, a media luz se conversa, de un viaje, de un recuerdo, de una ida sin retorno, el antiguo reloj de pared aun suena, el tiempo en sus paredes ha calcado el crepúsculo, pero en la vieja casa hay una parte que amo sobre todas, donde se confunden los viejos tomos, con mis oscuros libros de estudio y mis amados libros de poemas. Quiero pedir ahora Que me devuelvan Todas las fragmentarias vidas Ejecutadas de minutos y de ocasos El montón derrumbado de mi risa La pulse con pasos que nadie me devuelve.
Ella había insistido en venir a misa conmigoAlgo que muy pocas veces hagoArrodillado sobre el reclinatorio la observoEsperando  comulgar ante el altarEl padre se acercaba con Dios entre las manosMientras pronunciaba las palabrasDomine, non sum dignus, non sum dignusY me pareció cruelmente injustoQue Cristo se expusiera como pedazo de panDesde hace siglos, en todas partesPermitiendo que la humanidadHiciera con él lo que quisiera Con que desesperación ha de amarnos el señorPara ponerse así a merced de los hombresQue apenas comprenden el significadoDe esa maravillosa palabraMientras pensaba avergonzadoSentí una sensación de exilioAllí donde todos se arrodillaban Un extraño sentimiento surgió en míEl amor que uno siente por lo perdidoYa sea una criatura, una mujerO algo sumamente querido.
No te aflijas con los años cristiano decía el viejo Pantaleón, aflígete por tus ancianos huesos que no se quieren despedir. Yo, yo no me aflijo por los años ni por los huesos, que a fin de cuentas y mirándolo bien les he sacado mas jugo del que tenían, sabiendo que solo eran prestados, tiempos los de nosotros hermanito, soy un viejo angurriento que me he comido mi ración pero quiero seguir picando; solo sabes lo que me embroma es el de no haber visto en todos estos años que he vivido a un buen presidente ¡ jijuna perra! que cambie a este mi país y lo enrumbe hacia el progreso. Mira yo he visto los primeros barcos de vapor como buen vaporino, vi el ferrocarril y el telégrafo, el alumbrado de gas y el agua corriente en las casas, el automóvil, el teléfono y la radio, el cine hablado y la televisión, todo lo he disfrutado y estoy satisfecho, pero se me nublan los ojos y me revienta, lo quisiera ver antes de morirme, es lo que tu dices un gobierno que modifique el destino de la nación y no tanto pícaro choro como abunda hoy. Tu sabes que fui sargento primero y en la actualidad no distinguen lo que es fajina con la instrucción, en un tiempo ser soldado era un orgullo, se sentía el uniforme y uno se crecía, ahora no le tenemos amor al numero del regimiento, tu decías soy del numero tal y el alma te temblaba de gusto, lo mismo los oficiales y los jefes, hasta las hembritas buscaban al batallón, era tan sagrado como la bandera, hoy andan de Pamelita y de puro finos ya ni músculos tienen; no me vengan con dianas porque me crie de tambor.
Las fronteras, el apartheid, las injusticias, todas estas separaciones no son solo raciales, ni tampoco solo se hallan entre el norte y el sur, sino también los encontramos entre los que pelean por la libertad de expresión, y contra los corruptos, como lo hace Herbert Mujica, y los que están en la otra orilla, burócratas corruptos, jueces pusilánimes, empresarios vende patria, es una pelea tan desigual. Acobardan solo a los que no están con los pies puestos en bases solidas de virtud, honradez y patriotismo, el derecho es la fuerza transfigurada, los burócratas y congresistas piensan que una violencia respetada se debe a derecho, es inocente no entender que sigue rigiendo la voluntad de los que tienen el poder provisionalmente, para su beneficio personal y no las leyes. Estoy de acuerdo con lo dicho por Séneca, cuando dice que el autor del delito es aquel a quien le da provecho, en este caso ¿Quién es el beneficiado? LAP empresa concesionaria del aeropuerto Jorge Chávez; nacionalmente los monopolios controlan al gobierno, pero las mafias enquistadas en diferentes instituciones del estado son las que sacan provecho, como el BCR y sus 800 familiares, que hacen que el crecimiento económico no produzca mejoría social alguna, y desencadenan una inseguridad inimaginable, insólita y paralizante ¿ quien protegerá a los pocos carceleros? De los millones de pobres que están sigilosamente limando sus grilletes. Causan risa los burócratas, jueces, congresistas, su oportunismo, ineptitud y sueldos permanecerán inmutables, vociferen o no sandeces, ya son muy pocos los que les creen, este pueblo sufrido ya se esta hartando, y ya se escucha esta frase digna de una placa de bronce. LOS GUAPOS VIVEN MIENTRAS LOS TETUDOS LO CONSIENTEN.
Mis manos se cerraronSobre los tuyos, durante un instanteY al mirarte intensamenteTe amo decían mis ojosTe ame desde que te conocíPero tenía que convencerteQue el amor podía curarEn vez de hacer dañoTenias antes que estar preparadaPara la gentileza y la ternuraFue por eso que fui pacienteSabía que no podías enfrentarteEntonces con la pasiónPero ahora si puedes aceptarlaY devolverla con todo tu serAun no lo sabes tú mismaEn cierta forma estas preparadaNo opongas más resistenciaVen hacia mí con alegríaSi solo hicieras eso queridaLlenaría todo tu ser de éxtasisNo ruego por mí, sino también por ti.

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