Jul 24, 2013 Jan 08, 2013 Dec 21, 2012 Dec 12, 2012 Dec 11, 2012 Dec 06, 2012 Nov 30, 2012 Nov 28, 2012 Nov 27, 2012 Nov 25, 2012 Nov 24, 2012 Nov 21, 2012 Nov 17, 2012 Nov 15, 2012 Nov 13, 2012 Nov 10, 2012 Nov 09, 2012 Nov 04, 2012 Nov 03, 2012 << Inicio < Ant.
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Si no hubiese Dios existiría la Caceldenasilícica como las entrañas de la granadillajirafa como la mañana cuando Diosnombró el cuello largo o misteriosa igual a la hora del cuerpode Cristo emprendiendo vuelo hacia el evangeliode la piedra.Si hubiese Dios existiría el hombre posible en el amor por el hombre caminando con el costal al hombro donde carga las úlceras del mundoSi no existiese DiosSi existiese Diosel sin amor y el sin odioserían axioma en cada uno de los hombresde la tierraSe encarnaría Dios del hombreel hombre de Diosy podríamos disfrutar la Caceldena como aguja que toca el alma. 21 Ladran algodones. Se desenrollan maullidos hasta atrapar el albor del perro. 22 Centenas de ventanas se abren para dejar salir la mariposa. Seis manchas vuelan a cubrir el roto del cristal, en otro andurrial del hemisferio. 23 Olas en el vaso se observan a través de la lejanía del azul. 24 Lejano añil disipando el índigo en sangre incolora, al vertebrarse el confín. 25 El sol da en la vagina. Su sombra se observa deliciosa. Un gallo lame el paraíso terrenal. 26 Apagar el bombillo igual a confrontar un misterio. 27 Palabras arrojadas a la saliva nadan contra la corriente del pensamiento. 28 La silueta del humo tras la pipa por encenderse. 29 La sombra del verano divisa la sombra del invierno sobrellevado por cinco sombras del pueblo, a una de ellas le caen sombras de gotas a través de la sombra del roto de su sombra de sombrilla. Las sombras atraviesan sombras de calles, van hacia las sombras de sus casas, sombras de agua, se quita la sombra de su vestimenta, su desnudez es luz, se avergüenza porque es una de las sombras más puritanas de la sombra del pueblo. 30 La ciudad sentada en el andén espera la llegada del día final, antes de ver terminado el más alto edificio del mundo, en el centro de sus propias entrañas, agitadas de maleantes, oficinistas y de tres ancianas ingresando a la iglesia de edificación estrambótica, donde a Dios mismo le es imposible entrar. 31 Dieciséis peces saltan del mar, ahora duermen entre el pico de dieciséis aves muertas, cerca al rocío iluminando la sangría de un libro, el cual jamás he de escribir. Cola de caballo Diente de león Anamú Caléndula Zarza parrilla Albahaca Tomillo Malva Romero Manzanilla Boldo Hierba buena Llantén Valeriana Salvia Ruda Marrubio Apio poleo … picar cada una de estas plantas medicinales no sin antes mirar de arriba abajo la textura de sus hojas de su raíz del tallo advertir sus partes con un microscopio detallar gusanos y bacterias e inventarles un camino aparte para verlos soslayarse como se lo merecen de inmediato en tres gotas de baba de tigre cocinar a fuego rápido los arbustos curativos noventa y nueve años más tarde cinco segundos antes de terminar el siglo recostarse mirando el horizonte a través de un portillo diminuto reflexionar la alegría de haber nacido apreciar el entorno vacío sin rencor alguno En un cedazo colar el negro hasta ver derramar un agujero universal en el pocillo donde los poetas consumen cicuta Por último no dejarse llevar por entropías ni mal sanos humores Sin demora alguna ingerir de un solo sorbo el extracto antes de escribir un poema. Conozco una ciudad donde los perros se llaman Carlos Los Carlos tienen una tienda las tiendas están en una esquina Las esquinas quedan más allá de alguien de nombre Juan o Pedro Las esquinas caminan hacia el perro tienda surtida de ladridos En este pueblo no hay personas ni perros ni tiendas ni esquinas ni Juan ni Pedro alguno Es un pueblo merodeando por el mundo acostumbrado a embriagarse en el mesón de las apariciones Allí el único personaje real es la imaginación el cual por pura imaginación se deja llamar Carlos y no ladra. II En esta guerra sufrida por mi ciudad nada me asombra Nada Ni los hombres un día asesinados ni los ladridos de los perros muertos Nada me asombra Algo si podría asustarme los fantasmas de mi ciudad dejando de existir. La lluvia es felicidad Felicidad de lluvia Lluvia palpando mi cuerpo Me enraízo en su palpitar Gozo sus senos sus nalgas su monte de Venus sus piernas Rostro de agua deslizándose sobre mí como amante con su lengua de fuego Lluvia: carne erótica en las calles de mi pueblo. Luego de convertirse en rey de la selva, el gato maulló exigiendo gatos para limpiar de ratones su palacio. Un día cualquiera, solo en su habitación real, encontró un ratón frente a frente y el divino soberano se tragó al pequeño roedor, sin pudor alguno. Ladridos parecidos a moscas. Después de husmear los aires posan sus alas sobre perros muertos. Persisten, ladran, se hacen camaleón, se convierten en corderos ladrándole al lobo descuartizado por Caperucita Roja para extraerle una abuela quien abominaba de la poesía. Un ladrido, un ladrido único, de vez en cuando aparece ante la blancura de un pétalo y en su abismo expele un perro que jamás lanza un ladrido. Así, la poesía. De verdad, la poesía. 74 Espera un poco más para ver el nacimiento de la piedra. 75 Gracias a Dios la sarna tiene perro. 76 El gusano de seda y la araña tejiendo cuentos, hasta el amanecer del minotauro. 77 ¿Cómo descubrió el gato el hueco en la pared, por donde escapan maullidos? 78 Guarda silencio por el resto de tu vida, si no eres capaz de decir algo inmortal. 79 No fumigues la pulga, en otra vida Dios te lo agradecerá. Todo lo blanco, para el vampiro, es tan triste… Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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