• facundo aguirre
ateo
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  • País: Argentina
 
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Piden queso
Autor: facundo aguirre  315 Lecturas
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Bastardas palabras macabras amargas las del ególatra y el tirano las de la puta y el enamorado las del policía y el filosofo. Estupidas engrupidas curtidas molidas como vidrio pastoso en la cena de los perros rabiosos. Aire arte parte mediocre complicidad del poeta del artista del mecenas malditos bufones del crimen de la propiedad y lo establecido. ¿Poesía de Auswichtz y las cámaras de gas? ¿Poesía del amor conyugal? La libertad mendigada apesta tanto como la obediencia disfrazada de sensatez. Enorme ausencia de subversión para una lengua desobediente, pesa mucho la estupidez de los esclavos.            
Bastardas palabras
Autor: facundo aguirre  359 Lecturas
la manito en la conchita el semen chorrea como crema viscosa por tu cara fuego en el vientre y ardor en las entrañas. la botella vacía y el plato con una raya peinada. la soledad puede hacernos caer en estas cosas. la locura puede engañarnos un buen rato. escuchemos gemir al silencio antes de otro polvo.
Un amor bajo la sombra del pasado, una puta idea de nada, un recuerdo de la muerte. La maldición es un hambriento deseo de carne huesos corazón sexo húmedo o erguido de la noche, las cenizas de una estrella fugaz que se ha marchado para siempre.
estrella fugaz
Autor: facundo aguirre  398 Lecturas
La poesía del mensaje de texto un sol ardiendo en las entrañas matemáticas de la web mamando amor en el tweter perdiendo el rastro del otro en el facebook.   Arden los hornos y el dulce olor de la carne humana merodea en el ambiente.   Nacimos con Auswichtz y nunca salimos de allí.
arden los hornos
Autor: facundo aguirre  550 Lecturas
En las gemas de los dedos, los nervios, palpando en el aire la tensión de la noche.   una ola de frío, un silencio como caricia del viento, una sutil rayita blanca   el flujo chorrea en la palma de la mano. la belleza lleva puesta la piel de una lesbiana.   desear morir es temer morir. desear es un engaño, temer una certeza.   entre sombras seguimos vivos.
entre sombras
Autor: facundo aguirre  606 Lecturas
Un viejo bolero y la copa de vino vacía. Un viejo mundo y las pasiones enterradas en una fosa común. Un viejo amor y el rostro borroso del recuerdo. Unos ojos clavados en la nada, la ciudad duerme. Los mosquitos zumbando al odio como música de fondo. Las fábricas descansan, mientras la locura hace su tarea.
Era como Tony Montana. tomaba la falopa poniéndose la bolsa en la nariz. nunca Michel Pfeiffer le dio bola. pero las chicas adictas de la calle Campichuelo, le juraban amor a cambio de un par de pases. es insoportable ver como los dealers transmutan en pequeños y ruines almaceneros que te venden las estrellas y la luna. Era como Tony Montana, un pobre tipo asustado.
como Tony Montana
Autor: facundo aguirre  723 Lecturas
Teniamos un juego. Ella me decia: -dame tu vida. Y yo le contestaba: -no linda, la vida solo por Perón Y ella reía. Me acuerdo que llevaba su rodete Eva Perón y una camisa mía que le quedaba como camisón. Me dio un beso largo y apasionado. Me mordió los labios, me susurro en el oído un: -cójeme. Que me puso la piel de gallina. Y la penetre nomás al grito de: -la vida por Perón, mi Evita montonera. ………….. No la vi más. Después que me fui del departamento ese en Flores, vi que unos tipos me seguían en un Torino. Tenían cara de ser de la pesada. Yo tanteé mi ’32 en la cintura y cuando pude me metí en las vías por una paralela a Nazca. Corrí como una liebre como dos o tres cuadras y salí de allí rumbo a Gaona. El corazón parecía que se salía del pecho. Me subí al primer colectivo que paso rumbo a cualquier parte. ……………………….   A ella la levantaron cuando salio a comprar cigarrillos. Lo presentí. La luna esa noche estaba cargada de agua. Un escozor incomodo recorría mi cuello. Tenia el pensamiento incomodo de que no podíamos ganar. Pensaba sentado en un bar que atendía un gallego roñoso por Liniers. En el cenicero rebosaban aplastadas unas con otras colillas de cigarrillos. Un lamparón de mugre era la vidriera. Tomaba una ginebra. Me sentía de mal humor y confundido. ¿De esta manera se habrá preguntado Lenin qué hacer? ¿Con esta angustia habrá abrazado Cooke a su Alicia, cuando no dormía a causa de la cocaína?. Pesaba. El general nos había cagado, le permitió al Brujo hacerse con el poder, nos empujo a la guerra y no acertábamos en como hacerla. En la ginebra flotaban unos peces de hielo. ¿Cómo estaría ella? Era un 27 de junio, me acuerdo. Ese día habíamos estado en Plaza de Mayo con los compañeros. -dame una mano, dame la otra, dame a Rodrigo que lo hago pelota. Coreaban los muchachos. Debo decir que con ella no eran muy elegantes, se quejaba de que cuando volanteaba le tocaban el culo (¡que culo!). Era como el 17 de octubre pero contra el gobierno peronista. Lo comprendí mucho después, los obreros en la calle y nosotros enfrascados en nuestra guerrita para ver quien era el heredero de Perón. …………………….. Me desperté sudando, con la imagen de su cuerpo desnudo acribillado a balazos. -una combatiente caída, la lucha continua. Me dijo el Pelado apoyándome su mano al hombro. -una zurda puta menos. Mascullo entre dientes el que la acribilló, mientras meaba al lado de su cuerpo. -encuentran cuerpo de elemento subversivo acribillado en confuso episodio. Rezaban las páginas de los diarios. ………………………………. Antes de despedirme me abrace a su culo, con el cual los muchachos no eran muy elegantes, para sentir la vida. Que ironía. Mis últimas palabras fueron: -Hasta la victoria amor. Y con los dedos en V me saludo desde la puerta.
con los dedos en V
Autor: facundo aguirre  689 Lecturas
Revolución; cuatro ases en la manga;   en el suburbio, destila sutileza la piedad;   ella es tan linda, besa al fuego con boca de hielo;   una bocanada de humo;   coyuntura estratégica; por debajo los silenciosos mordiscos del topo;   recostados en los brazos de la noche, los espermatozoides del caos sueñan con ser estrellas.
mordiscos del topo
Autor: facundo aguirre  604 Lecturas
Prudencia; ella es tan linda que puede arrancarte el corazón sin darte cuenta.   demasiado tarde solo luzco piel y huesos y unos ojos vacíos que la extrañan.   la prudencia aburre.
prudencia
Autor: facundo aguirre  485 Lecturas
La muerte es un sueño eterno decía don Bernardo de Monteagudo. Y seguramente, el patriota de mayo que tenia fama de picaflor, tomaba su copa de tino y se recostaba a dormir la siesta sobre los pechos voluptuosos de una limeña, o de alguna dama de la alta sociedad porteña que le acariciaba sus huevos y le decía: -ay bernardo, descansa, que ideas tan raras tienes. Y bernardo, que no era un mudito como el asistente del zorro, sino un lenguaraz le escupía al oído palabras obscenas dignas de ser llevada al secreto en lecho del sueño eterno de la muerte, donde la damisela tímidamente hurga con sus finos deditos las delicias de la masturbación post mortem. Y don bernardo, bosteza y una dulce proclama jacobina sale como queja de sus excesos.
Los ojos del búho sospechan que la noche conspira contra su canto, los ratones del albañal son avisados del peligro. (Chamuya la tilinga sobre la sociología de Weber).Escupe sangre el boxeador hacia el rincón, no le queda ni el banquito (y Ringo se ríe mientras ajusta su pistola al cinto morir cocido a tirosrescatando a una puta).Lengüetea los huevos de Capote un preso a punto de morir,(es bello y su sangre fría).Ojo por ojo, dice el tuerto, pero, en este caso, el ciego es rey.(Chamuya el filosofo de las tiras que el hombre es el lobo del hombre)Y el pato Donald caga con cada paso un pedazo del imperio sobre los sueños de los niños abusados.(las manos de Disney son tan frías como un freezer y la muerte)Ratzinger declara la santidad del nazismo y al aborto como obra del diablo;lo dice en latín y de espaldas a los feligreses como en los viejos ritos cristianos.Ella, que era la valquiria de las orgías,que tragaba el semen del sol y jugueteaba con el clítoris de la luna,ella que hacia ruborizar al mismísimo marqués de Sade,es ahora un ama de casa;él que era un gran revolucionario y soñó estar sembrando las flores del mal,es ahora un triste docente que enseña a ser sometido;mientras tanto Tony Montana predica el evangelio de los alcahuetes y arrepentidos(pasión abolicionista del éxtasis, lo llamaría el poeta Néstor Perlongher)
chamuya
Autor: facundo aguirre  558 Lecturas
Huesos rotos y la cara de ángel curtida a trompadas. destellos de luna y sol; sal sobre las heridas; una botella de ron y un poco de cocaína; el dolor no existe; no tiene memoria; simplemente somos las viudas del caos.  
La luna Se ríe De los pedos A escondidas, De los dedos En la raja, De la leche Mortuoria De las calles Sucias Y las avenidas Aullando, Donde Un gato Ronco Y una Mariposa Provocan Las pesadillas De las luciérnagas Y las ratas. Pequeños Zumbidos De amor para los borrachos que duermen en las esquinas.
pedos a escondidas
Autor: facundo aguirre  1834 Lecturas
p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } Los ecos sobrevuelan la avenida muñecos de papel esperan consumirse en la pira entre petardos ruidosos vidas rotas que jadean por amor por odio por otra oportunidad un soplido de viento entra por la ventana los papeles vuelan hacia la nada los trapecistas se arrojan al vacío las arañas devoran moscas de año nuevo las mujeres manosean sus pezones por deseos por ausencias por recuerdos por pajeras la ultima curda promete sangre una cuchillada sobre el vientre del presente hace lugar al cadáver del pasado; los muñecos van a arder entre luces rojas y amarillas y las botellas de vino estrellarse contra el asfalto caliente los labios buscaran labios y la razón va a seguir pariendo pesadillas. hijas e hijos del caos soñaran con incendios entre fuegos de artificio.
p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } (La morocha bonita me dice que vaya a compra papa y huevo) yo pienso en Nestór Perlongher, (me quedan solo cinco pesos en el bolsillo) y la idea de una pasión abolicionista del éxtasis (ensalada o puré con huevos fritos?); me explico: Dilma Roussef, ex guerrillera, presidenta de la burguesía brasilera aplaudida por : ex guerrilleros industriales codiciosos un ex metalúrgico que llora lágrimas de cocodrilo que adorna las carteras Louise Vuitton de una presidenta viuda y ex montonera que a los que piden pan no les da queso pero les corta bien el pescuezo (revuelto de papa y huevo?); el poeta se queja de los putos de gimnasio las lesbianas del gueto corporativo (tortilla?) el final de la orgía (papa..panamericana...). Esquiva Loche los golpes del silencio se adentra en el corazón de un olvido negro de vino barato una vez perdida la fortuna bajo la luz de un farol que nunca enciende. Fuegos artificiales amarillos en la noche azul (que lindo culo bonita para estar ahí entre el susurro de tus jadeos) estallando en los cuerpos y en las mentes celebrando la preparación del caos y las revoluciones es mi deseo para este año (ensalada de papa y huevo y lucha de clases delicioso menú de los pobres)
p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } Esa baba, esa larva criada en medio de la idiotez y del terror Osvaldo Lamborghini. El niño proletario -La puta esta se fue a chupar pijas a los baños. Trola de mierda. Mirala ahí viene con un café y cigarrillos en la mano. Seguro que se la chupo a uno de estos tucumanos de mierda que trabajan en los bares o a varios y ni siquiera les saco 5 pesos. Maldita puta del orto, y me deja a mí clavado sin traerme aunque más no sea una facturita. -Ey trola de mierda conseguiste algo para los dos o solo chupas pijas de puta que sos. -Si queres algo anda vos a hacerte romper el culo por estos negros, seguro te gusta, al menos no son drogadictos y se les para. Abel espero a que estuviera a distancia y le lanzo un directo a la boca. El golpe sonó en toda la dársena de Retiro y el sacudon de Mara tras la piña parecía un movimiento de película muda. De su boca saltaba un hilo de sangre que fue a dar contra el suelo, desparramándose como finas gotas de lluvia. El café voló a la mierda pero el cigarrillo quedo firmemente agarrado entre los dedos índice y mayor de la mano izquierda de Mara. -Pedazo de puto mira lo que haces. Abel le tiro una patada a la concha de Mara y ella lo esquivo a tiempo, abriéndose a un costado con paso de bailarina (siempre soñó con ser una protagonista de Cascanueces). Mara midió y coloco un derechazo en la nariz de Abel de donde empezó a manar profusamente sangre roja sobre la cara y el pecho. Abel vio estrellitas y de pura bronca nomas lloró y pateo un poste de esos que indican la plataforma de los colectivos que se sacudió y sonó cono un gong por un buen rato. Fue recién ahí cuando aparecieron los federicos, eran dos y les gritaron: -Que pasa acá. Y Abel y Mara se pusieron a explicarles lo jodido que eran uno con el otro. Los federicos los callaron y simplemente los sacaron de la estación. -No los queremos ver por acá ¿entendieron? Si vuelven los metemos adentro. Dijeron antes de manosear un rato el culo huesudo de Mara que les regalaba sonrisitas. Ramiro estaba duro en la dársena de Retiro. Tenia un resto de cocaína y llevaba encima una gran paranoia. Llego el micro de las 4.30 de Retiro a La Plata por Centenario. Subió rápidamente, ocupo los últimos asientos y ni bien arranco observo por la ventana como una pareja se tomaba a golpes allí abajo donde él había estado esperando el colectivo. Se sintió aliviado de estar allí arriba. Cuando el chofer arranco, abrió la bolsita con la merca y con su parte del boleto hizo un canuto para jalar la cocaína que le quedaba. Por suerte nadie subió en las paradas subsiguientes o si subieron se sentaron muy adelante, lejos de él y su paranoia. Ramiro sintió deseos irrefrenables de tener sexo. Cuando el colectivo entro en autopista, se bajo la bragueta y empezó a masturbarse. Mara y Abel salieron de la estación Retiro hacia la plaza de enfrente. Se sentaron en un banco a mirar el cielo estrellado. Mara sacó 10 pesos del bolsillo y le pregunto a Abel si no quería ir a comprar algo de paco a la villa. Abel sonrío, Mara sonrío. Las estrellas y la luna sonrieron. La avenida entera sonrío. -Quedate acá, dijo Abel, ya vengo. Mientras tanto Mara le echaba ojitos a un colectivero que la miraba y se manoseaba la pija. Mara pensó que diez pesos más y unos cigarrillos podían hacer más llevadera la noche. El colectivero pensó que era sucia y fea pero podía conseguir con ella una mamada barata. Abel pensó que Mara iba a chuparsela al primero que se le cruzara. De a poquito se iba la noche. Cuando te agarre voy a ponerte en cuatro patas, jalarte del pelo corto y meterte los dedos en la boca. Después, mientras una mano tira tu pelo hacia atrás obligándote a levantar la cabeza, con la otra te voy a dar violentas nalgadas en el culo hasta que cambie de color a un rojo intenso, hasta que me duelan las manos de tanto sacudirte los cachetes del culo. Voy a seguir con un cinto y cuando el ardor se te presente insoportable, recién ahí voy a lamerte los cachetes para humedecerlos. Vos me vas a manosear la pija y yo simplemente voy a introducirte mi mano por el culo. Un poco de saliva en los dedos que van a entrar de a uno, hasta llegar a cuatro. Despacito voy a colar el dedo gordo hasta que la mano se introduzca a la altura de los nudillos. Voy a seguir un ritmo constante y de golpe te la voy a hundir hasta la muñeca. Vas a pedir que pare, quizás sangres un poco o hasta te cagues. No importa. La linea que separa el dolor del placer es tan delgada que no vas a notar la diferencia. Abel compro el paco y en los pasillos de la Villa una pendeja de unos doce años le ofreció un pete por unas caladas. Era una paraguayita de ojos grandes muy bonita que llevaba puesta una remerita y una pollera corta (las plantas de sus pies descalzos extrañan la tierra roja y su estomago el chipa de la abuela). Abel pelo su miembro y ella lo empezó a chupar con autentico entusiasmo. A él no se le paraba. La paraguayita le mostró sus tetitas recién crecidas con unos enormes pezones negros y duros. Él le corrió la bombacha y coló unos dedos en la conchita mojadita de ella. En vano. Igual fumaron un paco. Se despidieron con un dulce beso en la boca. Cuando llego a la plaza Mara lo estaba esperando con un cigarrillo y una gaseosa. Ella se enojo porque fumo un paquito soló pero tenia demasiadas ganas de droga como para sostener otra pelea. Él la miro y pensó que era una puta de mierda. Ella lo miro y no sintió nada. Se besaron después de fumarse el paquito. A la altura de Centenario. Después de una larga, lenta y sudorosa paja, Ramiro acabo. Un chorro de semen salpico el asiento delantero que tenia garabateado con fibron un rustico Viva Perón. Se limpio la mano, la pija y la panza con unos pañuelos descartables. En Centenerario subieron cuatro choferes y un policía. Ramiro no pego un ojo hasta La Plata. Cuando se fue la noche Abel y Mara se tiraron a dormir sobre el pasto de la plaza. Los mosquitos zumbaban a su alrededor y la gente los esquivaba mirándolos con pavor. Retiro era un mundo de gente que iba y venia. Para los transeúntes Abel y Mara sobraban. El sol de verano ardía en el asfalto. Ardía, ardía, ardía. Después de acabar, te voy a mear en la boca y darte un largo beso. No quiero que pienses que no soy dulce.
esa baba
Autor: facundo aguirre  620 Lecturas
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La muchacha desnuda boca abajo sobre el sommier su enorme culo al aire los pequeños pechos de duros pezones sobre las hojas del libro. El viejo Engels desgrana en su Antidhüring la sentencia firme: el pensamiento es un reflejo de la realidad. Ella posa sus dedos en el clítoris y se masturba, la calienta el viejo Engels, lengüetea el retrato de larga barba del revolucionario la pone obscena la epopeya de los cartistas hierve con el sueño húmedo de las comuneras se hunde los dedos en la vagina el culo se menea goce profundo sabroso uñas sucias de sangre y mierda del orden burgués. Acaba. Se lava, se sonroja subraya con un lápiz aquello del salto de la necesidad a la libertad.
p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } Althuser cuenta que cuando estaba encerrado en un campo de prisioneros franceses durante la segunda guerra mundial. Un medico del campo prisionero tiraba migajas de chocolate a las ucranianas para que le dejaran ver sus vaginas mientras el hombre se masturbaba. Mientras tanto Louis (Althuser claro) guardaba bajo su almohada diariamente una feta de salchichón y una rodaja de pan por pánico al hambre. Cada vez que quería recurrir a ellas estaba podrida. La vita nuda de los campos es obscena y la acumulación putrefacta. Estela deja de lado todo cariño y decide dejar de sentir ese enorme vacío con Anibal. Lo sienta en una silla y le dice que va a dejarlo. Anibal llora, golpea la mesa, insulta, gesticula, dramatiza, ruega. Estela escucha, explica, trata de mantener algo del cariño a flote, pero nada, ya no lo soporta. No es que Anibal haya hecho algo incorrecto o que sea mala persona. No es que Estela no sienta afecto por esa figura desgarbada que se siente herida. Nada que ver. Solo no soporta más esa vida. Hacen el amor por ultima vez. Ella se va. Anibal enfurece. Dice que Estela es la peor de todas las perras y una maldita puta. Estela esta dolida. ¿Así que soy una puta, se dice? Estela llora, pero decide poner fin al dolor. ¿Así que soy una puta, y porque no? Se pregunta. Estela es bella. Baja de estatura, grandes pechos, piel blanca y ojos juguetones. Convence a los mejores amigos de Anibal de juntarse para charlar. Son tres. Jorge, Luis y Mario. Estela se los coje a los tres juntos. Los chupa, los deja penetrarla por el culo, les bebe el semen y la orina. Pero sobre todo los filma. Le envía una copia del dvd a Anibal. Anibal llora y se masturba. Estela llora y se masturba. El dolor arranca una gota de sangre a la noche que se derrama sobre la copa de vino. El amor es el filo de un cuchillo sobre la frágil piel de la soledad. Anibal pasa sus días contemplando el dvd de Estela y sus amigos. Llora y se masturba mientras bebe sin parar. Estela decide dedicarse a la pornografía donde coje y se masturba sin parar y sin pensar. Anibal pierde todo deprimido. Muere tragando su vomito. Estela nunca logra llegar a un orgasmo, aunque ha vuelto a enamorarse. Althuser cuenta que masajeando el cuello de Helene, su mujer, el amor de su vida, la termino ahorcando sin darse cuenta (al menos eso dice) y que ella se entrego mansamente a ese final. Es el ciclo del amor y de la vida.
el ciclo del amor
Autor: facundo aguirre  571 Lecturas
p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } El tío campora se iba de putas con los muchachos en madrid. El loco galimba lo acompañaba con algún whisky y con el general tomaba unos jerecitos allá en la puerta de hierro. El tío campora le metía sus dedos en la concha a putas rubias y viejas y su lengua de dentista en esas bocas de dientes careados. Lopecito en cambio hacia esoterismo y lo convencía al viejo de sus poderes divinos. Y el general le armaba a lopecito el somaten. A los zurditos leña. Leña, leña, leña. Y lastiri con sus corbatas horripilantes, comiéndose a la nena de lopecito, la normita, tan fea ella y el tío campora intercediendo para que lopecito dejara a normita tener un novio en paz (quizás lopectio nunca le perdono al tío el marido de la muchacha)y los jefes de la orga, creyéndose von clausewitz, estrategas del puterio junto al tío, copando el poder, para romper el cerco como si el viejo fuera un boludo mientras los amenaza llamándolos mongo aurelio. (la patria fusilada sedimento oseo del subsuelo cenizas junto a la bosta de las vacas del terrateniente que perón jamás expropio en el campo las espigas y en el cielo -las estrellas- fraccionaban cocaína) -ultimo verso robado a lamborghini- una ronda de whisky para los muchachos brindaba el tío y la orga cantaba sin comprender que perón, evita, la patria socialista.
camporita
Autor: facundo aguirre  472 Lecturas
p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } Laucha que se escapa en el agujerito caverna de flujo y capas de himen larga cola de laucha saliendo hacia abajo clítoris tampón busca allí entre labios arrugados un poco de queso
laucha
Autor: facundo aguirre  406 Lecturas
p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } El mono sidoso deja caer un montoncito de cocaína sobre el espejo y lo aplasto con su banelco. Crak crak crak sonaban las piedritas aplastadas y se hacían polvillo. Con el filo de la tarjeta peino dos lineas y chupo lo que quedaba en la parte plana y los bordes del plástico antes de snifar. Enrollo un billete de dos pesos nuevito,jalo por el orifico izquierdo de su naríz. Dejo el lugar a ella que snifo por el orificio derecho. Entre los dos una nariz completa. ella se tumbo en la cama desnuda mientras el mono sidoso miraba pornografía. En la peli, pijas desmesuradas de hombres feos vaciaban su leche en el agujero del culo de una rubia inglesa vestida de colegiala. Todo era frío y sobreactuado. Sobre la mesa el Ulises de Joyce. La historia es un lugar del que busca huir. Salvo por los ruidos de los alrededores y las cañerías, lo demás era silencio. Silencio. Silencio oscuro silenci-odioso silenc-io silen-cio si-lenci olala s-ilenc-obstuso silen sile sil si -si querida, tengo muchas ganas de verte pronto. Estoy lejos y todos los días te pienso. A veces cuando camino bajo los robles frondozos del parque recuerdo aquella tarde que nos masturbamos bajo un árbol. Vos en pollerita corta y con una bombachita negra transparente y yo metiéndote los dedos por la rajita y el culito, mientras vos golosa me agarras la pija fuerte esperando sacar de ella un chorro de esperma. A lo lejos un viejo desagradable haciéndose la paja mientras nos mira. Un mono sidoso lame la arena sal de mar caracoles pequeñas algas secas lágrimas viejas bombachitas perdidas un mono sidoso fuma porro se pierde entre las formas de las nubes piensa en la lucha de clases y el apolítico amor de los contadores -billetes rancios billetes viejos billetes verdes monedas oro ladrillos autos botox y siliconas biblias rosarios bibliotecas medallas académicas y mails del comité central- somos dos monos sidosos cojiendo sin protección sobre el escritorio de un departamento vacío en la calle independencia. El escritorio rechina y los ojos hablan. ni nacional ni popular ni patria ni pueblo ni dios ni amo ni esposa ni marido mono sidoso ateo y comunista amor te alejas pero yo soy como Galileo. Aunque me hagan abjurar de tu amor yo saldré diciendo que sin embargo se mueve. estar enamorado es peligroso un enamorado es un tonto un loco un suicida en la guerra del lugar en el tren valía todo. Un flaco estampaba contra las placas de acero la cara cuadrada de un morocho que manaba sangre por la nariz y la boca , mientras dos señoras con bolsas devoraban los restos de un bebe recién nacido mientras su madre se pierde en una horda de colegiales drogados que la desgarran. Hombres de traje se derriten y mujeres maduras beben el jugo del sudor con largas pajillas. El guarda pasa pidiendo boleto. El mono sidoso acaba después de todo los monos hacen monerías. (pero para vos, señor sidoso, oligarcon)
Escuchaba algunas viejas canciones cuando el señor de la verga gigante le partía el culo a la dama. El tipo bombeaba y manaba sangre y mierda como si fuera un pozo de petroleo. Extraordinariamente no lloraba, sino que una estúpida sonrisa de oreja a oreja ilustraba su rostro vació. Sus cuencas eran dos orificios por donde pequeños enanos de jardín introducían sus penes.Ella repetía su frase lacaniana antes de escupir sus orgasmos:-soy el síntoma del hombre, soy el síntoma del hombre, soy el síntoma del hombre.Sonaba Johnny Cash, mientras un grupo de hombres trajeados y mujeres con rodete coreaba la marcha peronista. Johnny Cash hablaba de los hombres de negro y estos vivaban a Isabel.combatiendo das kapìtal, dijo uno que era de guardia de hierro y que tomaba café con el gallego alvarez ahí por san crsitobal.(ay juancito los churrascos del asado peronista vienen del cuatrerismo y las balas que te matan son orden del general)en mataderos vuelan las molotovs y las vacas y los toros se lanzan contra los patrulleros. El gordo cooke duda y en un baño de avenida del trabajo se da un toque de cocaína con la uña crecida del dedo meñique. Perón practica la estrategia de la hormiga. Los muchachos del frigorífico no dudan y van contra frondizi, mientras coca sarli rebosante de tetas les increpa:-que quieren ustedes de mí.carnecocaculoamorabrigoregresaral pecho maternomamámamasamadre patriadel deseoy las eyaculacionesproletarias-no combatiendo al zurdaje. Los libros no hacen nada. De ultima se queman. Lo que daña la patria es el zurdito, el infiltrado, el trosko, el ateo. Ya lo dijo el general el enemigo es la cuata internacional (ese muchacho depués sera taxista)La verga gigante me atraganta. Me transformo en una gran concha para que se pierda adentro junto a la dama de risa estúpida y cuencas con penes de enanos en lugar de ojos. Derroco el patriarcado, mejor dicho lo devoro.El peronismo es el fenómeno maldito del país burguesel peronismo es el fenómeno burgués del país malditoel peronismo es el fenómeno burgués de la clase malditala clase fenómeno maldito del peronismo burguésel peronismo es burgués y la clase obrera es malditahay que ser claro el que tiene la vaca atada es el enemigo de clase. El asado es la democracia de la conciliación de clases. El asunto es que unos son dueños y los otros llevan la carretilla.Todo el poder a los soviets(si no te veo a los ojos me entristezcosi me das un beso me porto bien)
la vaca atada
Autor: facundo aguirre  662 Lecturas
p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } Las balas se detienen frente a mi. Quedan congeladas, suspendidas en el aire. El elegante publico de galera y bombin sigue atento la escena. Grito con todo el aire de mis pulmones para intentar detenerlas: ¡Que viva la anarquía! Me penetran, me desangran, de desgarran los órganos, me matan. (“Las balas han escrito la última palabra en el cuerpo del reo. El rostro permanece sereno. Pálido. Los ojos entreabiertos. Un herrero martillea a los pies del cadáver. Quita los remaches del grillete y de la barra de hierro. Un médico lo observa. Certifica que el condenado ha muerto. Un señor, que ha venido de frac y con zapatos de baile, se retira con la galera en la coronilla. Parece que saliera del cabaret. Otro dice una mala palabra. (…) Yo estoy como borracho. Pienso en los que se reían. Pienso que a la entrada de la Penitenciaría debería ponerse un cartel que rezara: — Está prohibido reírse. — Está prohibido concurrir con zapatos de baile”. Roberto Arlt.)
zapatos de baile
Autor: facundo aguirre  509 Lecturas
p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } La carne, el hueso, los fluidos, las venas y los cartílagos, articulaciones y vasos. Y un moco que te sale de la pija o de la concha. Pedos, comidas, excesos. Vidrios rotos a las tres de la mañana, resacas y malos romances. Baudellaire, Rimbaud, Withman y William Faulkner Cervezas y cervezas y más cervezas y drogas duras entre heladas y tempestades pequeña diminuta bella como una carga de caballería de pancho villa o isadora dunkan bailando desnuda el himno nacional una larva de primavera floreciendo en invierno (el general invierno que venció a Napoleón y al ejercito panzer de stalingrado) sudor que corre por el cuello adrenalina miedo y angustia soledad abandono opresión hospitales muerte un brote de amor y odio y un buitre como recuerdo
p { margin-bottom: 0.21cm; }a:link { } se vuelca la sopa sobre la falda muslos desnudos de dulce carne quemada con la piel de gallina con la hiel del odio en la punta de la lengua con el estimulo de las promesas y las mentiras. una vez más pierden sentido las palabras y las cosas y el tiempo se consume como la ceniza de la marihuana como el otoño o la primavera se va hacia ninguna parte hacia donde el minutero del reloj no pueda apresarlo medir con él un producto del trabajo
se vuelca la sopa
Autor: facundo aguirre  611 Lecturas
Ramón Ayala, también llamado el gallego Ayala o Ayalita, era un joven anarquista. Había llegado de España a Buenos Aires, allá por 1916 en un barco llamado “El provenir”. Ayalita, de 15 años,  subió como polizón y fue descubierto por un marinero anarquista llamado Bolaño, que se encariño con él y lo protegió y cuido y sacio en su cuerpo deseos sexuales y susurro en sus oídos palabras de amor. Para Ayalita fue todo un descubrimiento. Con Bolaño conoció  la intensidad de la pasión sexual y  a Bakunin , Kropotkin,  Reclus, Proudhon y Malatesta . Compartía con Bolaño noches de lectura luego del sexo. Llegado a Buenos Aires, Bolaño contacto a Ayalita con sus camaradas de la FORA y estos le facilitaron las cosas para conseguir empleo como estibador en el puerto de la Boca. Allí conoció a Serguei Ojarin, un camarada ruso de intensos ojos azules y una brutalidad terrible. Ayalita cayó fulminado ante la mirada del ruso y en una noche de borrachera de Serguei se acostó en su cama, mamó su verga y se entrego  a él como una geisha complaciente. Una noche el ruso de duras facciones le dijo al gallego mientras lo montaba -te amo. Y Ayalita se deshizo ya que jamás hubiera esperado de aquel hombre un gesto tierno o una palabra dulce. Una tarde de enero de 1919 Serguei arranco a Ayalita de la pensión y lo llevo hasta los talleres Vasena a balearse con los esquiroles y la policía. Después de aquellas jornadas Serguei juro venganza y Ayalita se conjuro a acompañarlo. Una  noche prepararon una bomba casera y la dejaron apoyada sobre la mesa. Ellos excitados por la inminencia de aquel acto de justicia fornicaron salvajemente. La mesa cedió y la bomba golpeo contra el piso. Estallo aquel cuarto de pensión despedazando los cuerpos desnudos de Ayala y Ojarin. Entre los restos de piel, los miembros y la sangre, apretados en los deods de lo que fue la mano de Ayalita, se encontró una copia de la carta de Mijaíl Bakunin a su hermano Pablo. Allí se podía leer: “París, 29 de marzo de 1845. ...Créeme, amigo, la vida es bella; ahora tengo pleno derecho a decir eso, porque he cesado hace mucho de mirarla a través de las construcciones teóricas y a no conocerla más que en la fantasía, porque he experimentado efectivamente muchas de sus amarguras, he sufrido mucho y he caído a menudo en la desesperación. Yo amo, Pablo, amo apasionadamente: no sé si puedo ser amado como yo quisiera serlo, pero no desespero, -sé al menos que se tiene mucha simpatía hacia mí-; debo y quiero merecer el amor de aquella a quien amo, amándola religiosamente, es decir, activamente -está sometida a la más terrible y a la más infame esclavitud- y debo liberarla combatiendo a sus opresores y encendiendo en su corazón el sentimiento de su propia dignidad, suscitando en ella el amor y la necesidad de la libertad, los instintos de la rebeldía y de la independencia, recordándola a sí misma, al sentimiento de su fuerza y de sus derechos. Amar es querer la libertad, la completa independencia del otro; -el primer acto del verdadero amor es la emancipación completa del objeto que se ama-; no se puede amar verdaderamente más que a un ser perfectamente libre, independiente, no sólo de todos los demás, sino aún y sobre todo de aquel de quien se es amado y a quien se ama. He ahí mi profesión de fe política, social y religiosa, -he ahí el sentido íntimo, no sólo de mis actos y de mis tendencias políticas, sino también, en tanto que puedo, el de mi existencia particular e individual- porque el tiempo en que podrían ser separados esos dos géneros de acción está muy lejos de nosotros; ahora el hombre quiere la libertad en todas las acepciones y en todas las aplicaciones de esa palabra, o bien no la quiere de ningún modo. Querer, al amar, la dependencia de aquel a quien se ama, es amar una cosa y no un ser humano, porque no se distingue el ser humano de la cosa más que por la libertad; y si el amor implicase también la dependencia, sería la cosa más peligrosa y la más infame del mundo, porque sería entonces una fuente inagotable de esclavitud y de embrutecimiento para la humanidad. Todo lo que emancipa a los hombres, todo lo que, al hacerlos volver a sí mismos, suscita en ellos el principio de su vida propia, de su actividad original y realmente independiente, todo lo que les da la fuerza para ser ellos mismos es verdad; todo el resto es falso, liberticida, absurdo. Emancipar al hombre, he ahí la única influencia legítima y bienhechora. Abajo todos los dogmas religiosos y filosóficos -no son más que mentiras-; la verdad no es una tontería, sino un hecho, la vida misma es la comunidad de hombres libres e independientes, es la santa unidad del amor que brota de las profundidades misteriosas e infinitas de la libertad individual...”
Ayalita
Autor: facundo aguirre  690 Lecturas
+++++
p { margin-bottom: 0.21cm; } Tenia ojos negros muy intensos pero yo estaba duro y le rehuía la mirada tenia labios gruesos un bulto apretando su bragueta y abundantes pelos en los brazos juventud y curiosidad pero yo estaba duro y me regocijaba en el silencio (tengo un eco de recuerdo y una escena de amor entre un mafioso y un bombero de los sopranos) la noche se iba iluminando la ciudad despertaba las botellas y los vasos seguían llenos y los murmullos de todos prometían la revolución la guerra el termidor y el socialismo mientras sus ojos negros se perdían en la mesa buscando algún resto de cocaína pero yo estaba duro y no quería convidarle mi ultimo pase ni sabia como robarle un beso. (tengo la imagen de estar con otro tipo dando puñetazos de frente a una multitud hostil vuela sangre y saliva rostros propios y ajenos) Los ojos negros se perdieron en las tetas de mi amiga. Un sol rabioso la locura y la resaca fueron todo mi desayuno.
todo mi desayuno
Autor: facundo aguirre  507 Lecturas
rodabapor una oscura calle lateralde monserratentre adictos y ladronzuelos.brillaba perlada a la luzde las estrellasardia en la oscuridadde un cuarto de pensiónentre los gemidos de las habitaciones vecinasy los desbordes de locura.agua cristalinafuego en la forjaorgasmo diurnoarma lanzadacontra el parabrisasde un autodesdeñadapor ratas y cucarachas.palabras de amorante el cadaver del enemigo.una lagrima melodia de trompeta.  en lo subterraneos paseando entre lineasde Constitución a Retiro.lamiendopalmas durascon sabor a semen y cocaína.
La noche se filtra por las costillas. Hiede a humo y orines. No es precisamente un perfume de primavera pero es un perfume que da identidad al sitio. Las mujeres exsudan alcohol y tabaco por sus poros y los hombres espian sus vergas en los rincones. No hay un motivo que los reuna. Se supone la fiesta, pero a ciencia cierta no hay una causa aparente que pueda explicar su presencia. Eso si hay muchos tragos y borrachos deseosos de ellos. En la puerta una pelea a puñaladas, un puntazo, un hombre cae y se arrodilla, una mujer morena lo mira fijo con la daga en su mano ensangrentada.Es una walkiria.Es la noche pidiendo respeto.La musa despechada de un proxeneta.El charco de sangre se ilumina como una piedra preciosa en la oscuridad. Y de a poco, todo se disuelve.
Walkiria
Autor: facundo aguirre  427 Lecturas
los orgasmos fingen al ser y el ser se pasea por callao como si fuera la verdad motorizada. mientras tanto las arañas atrapan moscas en su tela, despreocupadas de los imbéciles que siguen dictando sus mandatos.
las arañas
Autor: facundo aguirre  383 Lecturas
En La Plata la lluvia y la humedad hacen su tarea sobre las calles arboladas. Las empleadas de zapatería de diagonal 80 frotan sus manos y menean el culo para calmar el frío. Mientras la gente por 1 y 44 putea en lo bajito porque no puede cruzar la avenida para ir a la estación. Los sin techo tienen un mal día y ni siquiera bajo la lluvia dejaran de sentir el desprecio de los peatones. El tren va y viene los autos van y vienen los estudiantes van y vienen en fin, la vida va y viene. La Plata con lluvia es una ciudad melancólica con sus burócratas tristes manipulando la vida de los pobres diablos (ni aunque fuera lluvia ácida cesarían en su tarea).  
lluvia acida
Autor: facundo aguirre  711 Lecturas
En La Plata la lluvia y la humedad hacen su tarea sobre las calles arboladas. Las empleadas de zapatería de diagonal 80 frotan sus manos y menean el culo para calmar el frío. Mientras la gente por 1 y 44 putea en lo bajito porque no puede cruzar la avenida para ir a la estación. Los sin techo tienen un mal día y ni siquiera bajo la lluvia dejaran de sentir el desprecio de los peatones. El tren va y viene los autos van y vienen los estudiantes van y vienen en fin, la vida va y viene. La Plata con lluvia es una ciudad melancólica con sus burócratas tristes manipulando la vida de los pobres diablos (ni aunque fuera lluvia ácida cesarían en su tarea).  
lluvia acida
Autor: facundo aguirre  383 Lecturas
manteles de hule estampados de mariposas migas de pan (camino de hormigas) los restos del whisky el fernet piedritas blancas perladas luces. en las sabanas manchas de sangre, donde descansa el dolor de los pezones, agua fría y lenguas cargadas de saliva dientes filosos silencios cargados de jadeos y oxímorones. el territorio una trampa una disputa del poder un no lugar de la loca que derrama improperios al aire. vértigo del trapecista, hambre del vacío, el viento acaricia los desnudos y vuela las flores de las tumbas en los cementerios.
manteles de hule
Autor: facundo aguirre  429 Lecturas
Brilla el sol Con su melena de marica El café humeante El olfato La mirada que atraviesa los techos Y se posa en la autopista Ayer nomás me embriagaba el vino Y hoy es el silencio lo que me envuelve Leo Apollinaire Aquello de “tu vida que bebes como si fuera aguardiente” Estallan las palabras Contra el frágil muro del recuerdo Destruyen Hasta que queda lo indestructible   (desearía hacerle el amor al camarada Malatesta)
Destruyen
Autor: facundo aguirre  385 Lecturas
El buen sentido del perverso. Hay un atardecer violeta y se filtran tras las nubes y los techos los primeros destellos de estrellas. Pequeños estallidos iridecentes de viejos planetas consumidos por fuego y hartazgo. Sobre el lecho de enfermo la marica se desvanece. Sobre la larga cabellera ceniza la sombra se hace aún más sombría. Oscuridad y luz violeta, estrellas, sol (corre la marica detrás del sol que vuelve y vuelve por a sorprenderlo por su espalda). Un poeta en Nueva York espía desde el borde de la Quinta Avenida el porte sobrio del cochero. La misma luna ilumina Granada. Y el buen ojo del culo de Allen Ginsberg clama por que den por culo a los buenos maricas de la CIA. El medico hace su entrada en escena. Guardapolvo intachable, cabello blanco  -Estudiaremos. -Explíquele a ellos por favor. -Y quienes son ellos. -Mi hija, mi ex mujer y mis dos novios. Es una pequeña comedia de enredos, la figura del puto en la clínica católica. (Penélope: -La Esperanza, a qué clase de hijo de puta se le ocurre ponerle a una clínica La Esperanza? A un hijo de puta católico). Caldo de verduras (en el caldero hierven las ultimas tripas de alguien que cayó por curiosidad, espiando a la sudorosa dama de la cofia y el cucharón entre el zapallo y las zanahorias. No tuvo tiempo de explicarse con la fuerza y precisión de un carnicero ella los destripo y vertió sus huesos y vísceras al aceite hirviendo). El muchacho inflado y amarillo, los ojos desbordando las orbitas, la bilis de una vida insegura. Revienta el hígado, los vasos, mierda y veneno. Hola señora morfina. Necesito de usted las dulces caricias de una nana que me lleve de viaje allá lejos, donde no hay tiempo ni espacio ni lugar ni color ni luz ni nada que se materialice. Un simple punto oscuro más pequeño que un grano de arroz.  Allí esculpido en letras góticas el Zaratustra de Nietzche. La marica se desvanece en prados donde yacen viejos ejércitos perdidos y recuerdos rotos de los desterrados. Pálidos rostros hambrientos con grietas y cicatrices, testigos que aún no han hablado. Juguetean en el andamio aquellos obstinados constructores de sueños (la eternidad por los astros proclamo August Blanqui con tanta fuerza como la técnica de la barricada). La marica se desvanece El sexo de húmedo muchacha el orín los bronceados cuerpos de los hombres de mar. Tejen las manos fuertes del que hila redes puntos precisos y movimientos constantes. Es una escollera, un porro frente al viento frio del mar. Teje el tejedor la mortaja del anciano y las ropas del recién nacido. Odra en la montaña sus recuerdos de cordillera. Su amante el viento, su odio su némesis su garabato de un tiempo perdido. La marica se desvanece El doctor la doctora el enfermero en escena. Tres pinchazos a la medula las lágrimas. La marica se desvanece. Se deja ir por un pedazo de almohada hacia un lugar donde todo dolor este perimido. Donde todo recuerdo proscripto todo deseo una estrella fugaz. 
El sol se pone en el horizonte y la luna se hunde en el sueño; la brisa acaricia las rosa; las cañerías comienzan su sinfonía; las luces se apagan como las estrellas; las hornallas grasientas hierven agua y cocinan odio; los edificios bostezan y las bocinas cantan sus obscenidades a los semáforos rojos. Mientras el sol se pone en el horizonte El viento dice hola con una sonrisa sin dientes.
hierven agua
Autor: facundo aguirre  401 Lecturas

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