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Hoy, la crucé en mi camino y todo lo que creí, lo que había imaginado que ya fue, volvió hacia mi. Creía haberme liberado de aquel enfermizo amor que sentía como daga, clavarse en el corazón. Lo creí y hasta me burlé de aquella debilidad, Olvidé lo que sufrí o creí que iba a olvidar. Arrasó mis argumentos, con tanto esfuerzo tramados, como castillos de naipes, que el viento ha desparramado Sentí el hielo de la muerte y creo, no estoy seguro, que muy próximo a morir, mi corazón, se detuvo. La saludé con un gesto, con otro me respondió Aparenté indiferencia, no se si ella lo creyó. Mis piernas, paralizadas, se negaban a marchar y el alma las apoyaba. Todo era para mi mal. ¡Qué me has hecho, mujer cruel! ¡Mala, peor que la droga! Me has convertido en adicto, a tu amor, a tu persona, a tus pueriles antojos. Además de ser ladrona! Me robaste el corazón y a tu capricho, lo amoldas. Quemé hoy la última carta, que me ligaba a su vida No hay para que conservarla. Lo que en ella me escribía, perdió vigencia, además eran sartas de mentiras. Que me amaba………… Que sufría por mi ausencia………. Que moría por besarme, por tenerme, por fundirse en un orgasmo que nos llevara la vida… Al leer esas palabras, en mi cabeza fluían recuerdos de los encuentros y el corazón me exigía que retornara a su lado. De no hacerlo, se moría. Y yo que estaba tan lejos, en busca de mejor vida, para compartir con ella, lo que creí, merecía…. mis compromisos, deshice, ciego, sin pensar que hacía. Rompí el puente que me unía a un futuro promisorio que avizoré cierto día y lo arrojé por la borda. Porque mi vida, sin ella, ningún sentido tenía. Sin saber que de mis ojos, la venda, se caería. Sin advertirle, llegué una mañana sombría, tan oscura, para mi, como que un presagio había. Las palabras que ensayé para decirle, morían antes de ser pronunciadas y mi pecadora vida y todo lo que llevaba. Fue al momento en que la vi con otro, en mi propia cama. Su desnudez y la de él, estrechamente enlazadas, como solíamos juntos. Tal fue mi enajenación, que en un momento pensé “él no era él sino yo”. Es la única razón… ni encuentro otra explicación. Por eso no los maté. Al llegar a mi querencia ¡qué placer vuelvo a sentir! El lugar donde nací y comenzó mi existencia. Serena, plena de amor, rodeada de tanto halago, por ser niña, la menor, entre todos mis hermanos. Ellos inventaban juegos y fabricaban juguetes que yo debía estrenar. Así me quebré dos dientes Aquella calamidad, y alguno que otro accidente ocurrieron de repente, por no pasar, sus inventos, el control de calidad Cierta vez , se discutía de dónde venía el viento, si era del sur o del norte. Para sacarse la duda y acabar la discusión, me arrojaron en el lago encerrada en un cajón. –¡El viento viene del este!, gritó mi hermano mayor. Un muchacho que pescaba, al escuchar mi estertor, me sacó medio ahogada y a mis padres, me llevó. Todos fueron castigados menos el muchacho y yo. Entonces tenía tres años, nueve, mi hermano mayor, ocho, siete, seis y cinco. los restantes. La única fémina era yo. Me pusieron una nana y mi existencia cambió. No compartí más sus juegos, otro mundo se me abrió, de estudios, música, canto, pero en mi alma perduró ansia de espacios abiertos, esa innata sensación de libertad que conoce quien en el campo nació y aprendió a montar a pelo, agarrada de un mechón, de las largas crines sueltas de un brioso cimarrón. La vida que me gustaba, tras los vidrios se quedó Para mi estaba prohibida, sin ninguna apelación. Privilegio de varones. Aquel caso se cerró. “La marca rusa que enorgullece a la Nación” Estas palabras, pronunciadas el 10/11/2009 por Dmitri Médvedev, presidente de la República Federal Democrática Rusa, fueron dedicadas a Míjail Kalávshnikov, en el homenaje que se hizo para festejar sus 90 años. Condecorado, además con las más altas distinciones como Héroe de la Federación Rusa. Nacido en Kuriá, distrito federal de Siberia oriental, mostró desde muy joven, un talento especial para mejorar y desarrollar herramientas y maquinarias empleadas en el agro. Incursionó en otra área al perfeccionar un arma de guerra, que despertó el interés de sus superiores. A partir de ahí, fueron requeridos sus servicios trasladándose a Moscú, donde se le proporcionó todo lo necesario para que desarrollara su capacidad inventiva. Comienza a emplearse un fusil de asalto de su creación, el AK47, por el año en que entró a servicio. El joven sargento, distinguido y premiado por ser el creador de un arma que ideó para “defender las fronteras de su patria”, en el decir de los entendidos, el mejor fusil de asalto, automático inventado, confiable, eficaz y de fácil manejo. Se han vendido más de 100.000.000 de unidades y hay réplicas en todos los países. “No hay conflicto, en el mundo, al que sea ajeno, ni masacre ó guerra en la que no esté presente.” En 1954, empezó su producción a gran escala. En el Pacto de Varsovia, fue elegido por los países del bloque oriental, como el arma reglamentaria de sus ejércitos. El Ejército Rojo, lo adoptó como principal arma de infantería. Actualmente, el presupuesto militar de Rusia, figura en 5ª lugar. El Kalashnikov, desde su aparición como AK47 y sus otras modernas versiones, perfeccionadas, llevó, lleva y llevará, de acuerdo a los pronósticos especializados, que le avizoran un futuro prolongado y sostenido, muerte y desolación en manos de un guerrero, traficante, asaltante o cualquier desquiciado inescrupuloso. Su diseño, figura en la bandera y escudo de Mozambique, en reconocimiento al arma que hizo posible la independencia del país. En el escudo de Timor oriental, en el de Zimbabwe y en la bandera de la organización islámica chií, Hezbolá. Los impredecibles del destino, cambiaron el rumbo de un sencillo y talentoso jovencito cuyo propósito era crear máquinas agrícolas, para la paz, aliviar el duro trabajo de los campesinos y hacer multiplicar los panes….para la vida. Porque es áspera y fea, porque todas sus ramas son grises, yo le tengo piedad a la higuera. Recordé el poema de Juana de Ibarbourou, al ver hoy el enorme árbol, que sobrepasa la tapia del colegio y extiende sus ramas hacia la calle, doblegadas de hojas de un verde grisáceo, tras de las que se esconden, los dulces frutos. El día es sereno y caluroso, lo que necesitan esas brevas para llegar al punto de sazón y no habrá ninguna excusa que me impida deleitarme con ellos. La escuela, está cerrada por vacaciones, no hay encargados permanentes y la mujer de la limpieza no está visible. Conste que lo que me propongo hacer, a nadie daña y será un servicio a la comunidad. El hacerme cargo de esos frutos, impedirá que caigan al suelo con el primer sacudón del viento y se estrellen en la vereda, lo que sería un espectáculo lamentable que hasta podría provocar un resbalón a un transeúnte desprevenido y consecuencias imprevisibles, sin agregar la atracción de moscas, hormigas y otras lacras que se alimentan de desperdicios. Casi me siento una heroína y con la cabeza en alto y una canasta en la mano, voy a mi cometido. Olvidaba decir que no comparto la mirada de Juana, la higuera, no es fea, tiene una belleza distinta, ni la triste y elegante de un ciprés, ni la lánguida del sauce, ni la desbordante de una magnolia, ni la esplendorosa de un arce. La suya es sencillamente, distinta. Cuando los árboles se sumen en el letargo invernal, la higuera, con sus ramas grises, desnudas y retorcidas, semeja algo sin vida y parece irremediablemente seca. Hasta que el hálito de la primavera, la anima, entonces, el verde tan bonito de sus brotes nuevos, la hace ver bella, como la que más. Juana entonces recapacita y agrega: Por eso, cada vez que yo paso a su lado, digo, procurando hacer dulce y alegre mi acento: -Es la higuera el más bello de los árboles en el huerto. Si ella escucha, si comprende el idioma en que hablo, ¡qué dulzura tan honda hará nido en su alma sensible de árbol! Y tal vez a la noche, cuando el viento abanique su copa, embriagada de gozo, le cuente: -Hoy a mi me dijeron hermosa! La tempestad ha dejado, a su paso, tristes huellas. hogares desbaratados, muerte, caos y miseria. Calles que anegó la lluvia y pasada la tormenta, el lodo que arrastró el agua se ha pegado en las veredas. Postes, semáforos, cables entrelazados, revelan, en tremenda confusión, el peligro que conlleva desenredar la maraña que provocó la tormenta. Los cielos encapotados, algún que otro resplandor, el relámpago, amenaza y despierta más temor. -Que más podría ocurrir? Habrá tragedia mayor? Exclama alguien contemplando su hacienda que se anegó. A escasos metros, no más, un débil llanto se escucha, es el anciano, que ayer, orgulloso de su huerto, arrancaba la cizaña, bajo el sol, con gran esfuerzo, aliviando sus plantíos de los que obtiene sustento. Hoy el barro los cubrió y a él un gran desaliento. Con mucho afán, un cerdito, natural, en su elemento, feliz chapotea el lodo y encuentra en los canteritos de la huerta, algo sabroso conqué saciar su apetito Francisco, que es hombre práctico y nunca dejó de serlo, hasta a los momentos mágicos, siempre les puso su sello. Para el Día del Amor ó de “ Los Enamorados,” a su amada, sorprendió con un inusual regalo. Se presentó a mediodía, con el rostro arrebolado, Los ojitos le brillaban, previendo los resultados. Cilíndrico estuche plástico, atado con cintas, moños y un gran crisantemo blanco Con lágrimas de ilusión , ella recibió el regalo y con mucha parsimonia procedió a desatarlo. Los ojos desorbitados. ¡No lo podía creer!. De un hombre práctico, como él, algo así debe esperarse: La escritura de parcela, en el cementerio parque. Es una mujer adulta. El tiempo dejó profundos surcos en su rostro, donde es posible descifrar gozos, tristezas, alegrías y dolores, comunes a los humanos.Vuelve del cementerio y yo de mi diaria caminata. Como lo hace dos veces al año, para su aniversario de bodas y para el día de San Valentín, fue a llevar flores y las palabras conque acostumbra saludar a Efraín, su compañero en la vida. Hace trabajos domésticos para una familia de mi vecindad y la veo diariamente. Decidimos hacer juntas el camino de regreso.De naturaleza reservada, descubro, en ella, una faceta oculta, en exceso locuaz y comunicativa. Su necesidad de expresarse es evidente y dejo que fluya sin interferencias.-Nos conocíamos de críos. Nacimos en el mismo pueblito de Santiago.A los trece años, un matrimonio de Córdoba, me pidió a mi madre para cuidar a un bebé.Ese mismo día me trajeron sin poder despedirme de Efraín. Trabajaba de peón. Sólo nos veíamos los domingos, ese último nos besamos por primera vez.El viaje duró varias horas que pasé llorando en silencio. Nadie se dió por enterado.Las obligaciones eran tantas, no me quedaba tiempo para pensar. Desde las 06 de la mañana,hasta las 22hs no paraba, Tenía una h para las comidas y otra hora, la sra. la decicaba para enseñarme a leer y escribir. Eran muy severos, no me permitían tener amigos ni hablar con desconocidos.La mañana que cumplí quince años, barría la vereda y casi me desmayo. Frente a mi, estaba el Efraín. Nos fundimos en un beso que pudo haber sido eterno a no ser por la bocina de un automovilista molesto. Cuando nos recuperamos, prometió cumplir su contrato en Santiago y volver a Córdoba a buscarme. Lidia ubicó, en el lugar privilegiado del jardín, la exótica planta, regalo de su suegra. Aplastó y emparejó alrededor, la tierra suelta y negra con sus manos enguantadas Según sus palabras, la obtuvo, de un “misterioso desconocido, de piel oscura y curtida que se presentó de repente y desapareció, sin dejar rastro, mientras iba en busca del dinero para pagarle". Lidia estaba encantada y sorprendida. La madre de Ale, su esposo, la ignoraba y le hacía notar su supuesta excelencia, más aún, desde que se enteró que su único hijo, se había unido a una mujer estéril y jamás procrearía. La maldición que oscurecía su horizonte, con este feliz acercamiento, dejó entrever una lucecita de esperanza. Ellos eran su única familia y, como todos, necesitaba de afecto y comprensión. Frustrado su anhelo de ser madre, el terapeuta, le recomendó, entre otras cosas, que dedicara su tiempo a tareas que le dieran satisfacción, sobre todo, las relacionadas a la naturaleza y al contacto con la tierra. De carácter dócil, aceptó el consejo. Lo más placentero de su sencilla vida, transcurría entre los altos muros del huerto. Regó las plantas y siguió con otras ocupaciones. Al día siguiente, como acostumbraba, salió al jardín ¡Oh sorpresa! la nueva, había crecido y desarrollado una cantidad de ramas y follaje, de un verde brillante. Las hojas más grandes, mostraban un diseño semejante a un ojo y al movimiento de la leve brisa, creaban una ilusión perturbadora. No era una mirada benévola la de esos ojos, por el contrario, le recordaron otras aviesas, crueles y malintencionadas que soportó en su vida. –Es sólo una ilusión- se dijo y entró a la casa. Su comentario, al respecto, a la hora de la cena, se postergó por un llamado de larga distancia. La hermana de su suegra, había sufrido un ACV y se requería la presencia inmediata del pariente más próximo. Ale dejó pendiente sus asuntos, para acompañar a su madre, muy temprano, al siguiente día. Se despidió dándole algunas recomendaciones y Lidia quedó con la penosa sensación de no haber podido expresarse. Buscó la llave para salir al jardín y tuvo que empujar la puerta que parecía trabada. ¡No pudo creer lo que tenía frente a si! Un bosque tortuoso de ramas, móviles que crecían segundo a segundo y esos ojos perversos que la miraban burlones, desafiantes. El hermoso jazmín del cabo, las rosas, la buganvilla, todas sus plantas, habían sucumbido atrapados por una descontrolada avalancha de ramas y hojas. Se precipitó para arrancar esos apretados tentáculos y sin poder evitarlo, tropezó con uno que atrapó su pié inmovilizándola y adhiriéndose con unas minúsculas ventosas a sus piernas y caderas. En ardiente sensación, le inoculaban una sustancia que anestesiaba sus miembros. El grito con que intentó pedir ayuda, los desesperados manotazos para desprenderse del fatal abrazo, fueron inútiles. En un momento quedó paralizada y su boca se llenó de brotes que asomaban por los orificios de la nariz, oídos y las órbitas oculares... ya vacías de vida. Hoy me ocuparé tan sólo, de alegrar mi corazón, El pobre, con tanta herida, reclama mucha atención Estoy dispuesta a ofrecerla, sin pausa ni dilación quiero que se recupere y pueda verse mejor. Buscaré un lindo vestido, me arreglaré con esmero y saldré por esa puerta a concretar sus anhelos. Ya verás, mi corazón, que tendremos mejor suerte cuando cambie de actitud, levante alta la frente y beba todos los vientos por mejorar lo presente. Dejaré a un lado las dudas morbosas, que me acometen Será otro mi pensamiento, saludable y diferente. Reflejará mi mirada, el deseo y la ilusión, de estar cada día mejor para mi, y para mi gente. Tantas cosas que no soy y jamás querría ser, Por ejemplo, pescador. El que arroja el espinel, las redes y los anzuelos. El tamaño desconsuelo, de ver mi piel agrietada, estropeada, maltratada y curtida por los soles. El insoportable olor, que no tiene escapatoria. Cuando llega la oración, agotado, el pescador y el pescado sin vender. Por ejemplo, cazador. El que siempre está emboscado. Aguarda firme a su presa, con los ojos entornados, el arma descerrajada, la atención siempre en alerta. Aparece un colibrí y es tanta su perfección, su aletear es un batir sin par ni comparación. El cazador se distrae, absorto en tanta belleza y se queda de una pieza, cuando la zarpa del león, le cae de sopetón y sin piedad lo despena. Aunque vos, me lo pidieras, ¡Jamás seré cazador! Por ejemplo, cirujano, de alta complejidad. Con gran responsabilidad de obligar al moribundo con un pié en el otro mundo, a permanecer acá. ¡Es tanto lo que hay que hacer para lograr el milagro! Es un verdadero fardo, lo que tiene que sortear Y sin mirar para atrás, sin distraer la atención, enterrar el bisturí con certera precisión. El pulso no lo traicione, trazo seguro y veloz. La suerte del cirujano, aunque haya ó no haya guerra, es que a todos sus errores, los cubre un manto de tierra. Aunque vos me lo pidieras, no quiero ser cirujano, Mucho dinero en mi cuenta y aunque refriegue mis manos, Lograré borrar la sangre que mi torpeza ha causado? Por ejemplo, leguleyo, de los más solicitados, que confunden con palabras y léxico sofisticado. Recurren con argumentos de forma, donde otros fallan. Defienden lo indefendible, yéndose hasta por las ramas por liberar malhechores que vuelven a urdir sus tramas cometen nuevos delitos y el abogado, los saca, mediando su habilidad y una justicia cegada. Aunque vos me lo pidieras, no quiero ser abogado. Voy a seguir siendo un niño, con esto que me has pintado, tengo miedo de crecer en un mundo tan malvado. Cuanto estás cerca de mi, siento que mi corazón, quisiera escapar del pecho y unirse a tu corazón. Su palpitar, que yo escucho, junto al mío, acompasado, no necesita otra cosa cuando estamos abrazados. Y podrían derrumbarse, sobre nosotros, los cielos. Sería un dulce final, si es contigo, nada temo. Cuando estás cerca de mi, presiente, mi corazón, que en el mundo no hay razón, para alejarme de ti. Siento latir con pasión, intenso, firme y seguro, Sentimiento tuyo y mío fundidos los dos, en uno. Volviste y estás conmigo, igual que ayer y presiento,que conmigo seguirás y es todo lo que yo quiero. El cielo azul, despejado, sin nubes,acompañó,la serena sensación, que embarga mi sentimiento y se bien, que esto que siento, es compartido por vos. La noche, tiende su manto de incomparable belleza. Por mostrar su cara blanca, la luna, oronda, pasea, las estrellas, parpadean, desde un cielo misterioso. Demorado, un picaflor, aletea sin parar y liba, sin respirar, el néctar de alguna flor. En la negra oscuridad, desaparece, veloz. Regresa al nido. Siempre hay, alguien esperándolo. El picaflor, es goloso. Pasea de flor en flor, seguro de que al volver, hallará nido y calor.Si hubiere, una semejanza, mejor no la haya, con vos. De las siete maravillas, que del mundo antiguo fueron, de los jardines colgantes, que no eran tales, recuerdo. A orillas del río Eufrates, cuenta una vieja leyenda, se construyó Babilonia, precisamente, en Caldea. Gobernaba en ese tiempo, con gran pompa y esplendor conquistador- arquitecto y rey, Nabucodonosor. Amity, la amada esposa, llegada de otra región, añoraba, con nostalgia, el verde, donde nació, las colinas perfumadas, que de niña, recorrió. En Babilonia, importante ciudad de planta cuadrada sin árboles y sin flores, totalmente amurallada. Al recordar, otro tiempo y otro lugar, suspiraba. Para ahuyentar sus tristezas, el rey, que tanto la amaba, hizo construir terrazas de piedra y escalonadas, sostenidas por pilotes y columnas reforzadas. Se rellenaron con tierra y ordenó traer las plantas, flores, árboles y arbustos, los más bellos que encontraran, para alegrar a su esposa y cambiarle la mirada. ¡Qué no hace por la mujer, un rey, cuando sabe amarla! Desde la nave real, transportada por el viento, contempla la maravilla del prodigio de arquitecto La reina está muy feliz y en Babilonia, hay contento. Otoño, siempre otoño. En las mañanas, a las cosas más simples y sencillas, su incomparable luz, las ilumina, y las hace doradas maravillasLas hojas que cayeron de los árboles, los pies trituran, y esparcen el crujido. Junto a la brisa que silba entre la fronda, de la estación, es familiar sonido. Hoy Otoño, otra vez, con sus matices, en una variedad de fantasías del ocre, del dorado al amarillo. Atardecer de otoño en serranías, con paleta de espléndidos colores, el sol pinta los cerros y en el cielo, no se ven las oscuras golondrinas. En las noches, no hay cielos más azules que pueda recordar, de mis andanzas, aquí mi nave anclé y es mi esperanza, ver desde abajo, crecer los abedules. Sorbo un trago de café, oscuro y amargo. El aroma, tan estimulante como la infusión,reconforta y a medida que la bebo, siento sus efectos energizantes y placenteros. A esta hora de la mañana, el bar se llena de gente, atraída por el aroma del café recién molido. Un buen momento para reunirse y cambiar saludos con los conocidos y los no tanto. Con un buen café de por medio, siempre hay un motivo para socializar. Mi compañero de mesa, abonado al establecimiento y adicto al brebaje, me pregunta si conozco sus orígenes. Algo leí, pero es bueno escucharlo y hoy no tengo obligaciones. -Retrocedamos en el tiempo para ubicarnos en Abisinia, actual Etiopía en África oriental. Kaldi un joven pastor cuida un rebaño de cabras. Observa que unas cuantas, trepan a un montecito y mordisquean de unos arbustos. Al rato, esas cuantas, triscan, saltan y corretean, mientras las otras vuelven al corral, agotadas y mustias. Los días siguientes sucede lo mismo con iguales resultados. Kaldi, aunque no lo sabe, en si lleva el espíritu del investigador. Recoge algunas ramas y frutos, pequeños y rojizos y los lleva a un monasterio que conoce y donde sabe, experimentan con hierbas. Allí ponen a cocinar los frutos, pero la infusión obtenida, es tan amarga y desagradable que el monje, arroja al fuego el contenido de la vasija. Los frutos al quemarse, desprenden un aroma tentador que lo induce a tostar los granos, antes de utilizarlos para brebaje. Ese fue el comienzo de un largo camino que posesionó a esta bebida como la preferida en el mundo musulmán, donde está prohibido el consumo de bebidas alcohólicas y desde allí al oriente y occidente. La “ amarga invención de Satanás”, combatida por los católicos, que adoptaron el vino, consagrado y santificado por Cristo, encontró en el papa ClementeVIII un simpatizante de peso y su aceptación, lenta pero segura, se extendió por Europa con una que otra resistencia. En Inglaterra, bebedores de te, por tradición, le opusieron al café, una feroz. Hoy ocupa un lugar de privilegio entre los productos alimentarios más solicitados, moviliza infinidad de trabajadores en todo el mundo y no hablo de los consumidores, concluye. .- Ese comentario, sobra, agrego, mientras el mozo le alcanza a mi amigo, el tercer café de la mañana. -. Entrené de joven, con mucha disciplina, privándome de salidas, puchos, alcohol, amoríos, concentrándome sólo en el deporte que había elegido. Me llevó unos cuantos años llegar y muchos sacrificios, pero cuando se alcanza la meta, uno ya no se acuerda lo que pasó, ni tiene tiempo. Empieza una etapa de reconocimientos, festejos, nuevos amigos, viajes, presentaciones. El dinero fluye y satisface todas las necesidades y todos los caprichos. Hasta ese momento, yo, había sido un muchacho sencillo y hasta inocente. La fama, el dinero, las nuevas amistades, se me subieron a la cabeza y dejé de escuchar esa voz, que siempre me apartó de las tentaciones. Mi nueva situación, cambió mi vida, mis costumbres y mis objetivos. Caí en la drogadicción y en ella me hundí sin pausa, hasta tocar fondo. Una madrugada desperté bajo las escaleras del subte, tapado con cartones y junto a otros como yo, dejados de la mano de Dios. Un débil rayo de luz empezó a aclarar mis confundidas ideas. Horrorizado, al ver reflejado en una vidriera a ese astroso y maloliente vagabundo con el que no me sentía identificado. Me alejé como pude y busqué ayuda para emerger de esa pesadilla que no quería recordar como parte de mi existencia. Hoy recuperado, comprendo que no estaba preparado para el éxito, la fama y el dinero que pone al alcance de tu mano, lo bueno que nunca tuviste y también lo otro que te precipita en el infierno. Fue muy sencillo entrar. Salir no lo es y en la mayoría de los casos, cuando a tu lado ya no están los verdaderos afectos que te sostuvieron en la mala, la voluntad empieza a flaquear. No fue ese mi caso y tuve la buena suerte de conservarlos y son quienes hoy me dan fuerza y alientan mis deseos de continuar. Mi padre se opuso siempre a noviazgos prolongados, Decía, que en medio de ellos, ocurren desaguisados. “Que un tercero, en discordia, seguro, aparecerá y aunque el caso se resuelva, alguien lo iba a lamentar”. Después que el santo murió, nadie sostuvo sus dichos Vos nunca te decidías y así pasaban los días, las semanas y los meses, vos calentabas la silla y el pescado sin venderse. Dejé yo de ser “La Niña” la pretendida por todos Para ser la Novia Eterna y vos, el Eterno Novio roídos por la costumbre y sin miras de casorio. Fue el momento en que llegó, una prima, a visitarme Más joven que yo y bonita. Al verla, te dio calambre y después del mediodía, con mi prima te marchaste. Supe, sin querer saber, que enseguida se casaron Y habitaron esa casa que para mi habías comprado. Que habías rejuvenecido, que todo habías olvidado Hasta lo que aquí dejaste medio muerto y enterrado. Hoy después de tantos años, en una calle cualquiera, casi tropiezo con vos. ¡La vida, nos da sorpresas! Casi no te reconozco. Obeso, lento y pelado. ¡Jamás lo hubiera creído si no me hubieras nombrado! ¿Y por esto yo viví tantos momentos amargos? Después que me abandonaste, me puse a estudiar idiomas, Francés, inglés, italiano. Empecé de traductora. Me casé con un inglés, dueño de varias empresas, Viajamos por todo el mundo. Ayer llegamos de Suecia Me encantó volver a verte. Razón tenía papá. Cuando decía que alguno tendría que lamentary esta vez no he sido yo, y eso lo puedo jurar. La abuela Clara es coqueta, lo ha sido y lo será. Ha pasado los noventa y gafas, no quiere usar. La observo cuando prepara su arreglo, para salir a visitar a una amiga, al templo o a algún festín. Frente al veneciano espejo, con marco dorado a fuego, se maquilla como antaño, cuidadosa y con esmero Tiene cremas a granel para planchar las arrugas, Humectantes, oxidantes, exfoliantes y no hay dudas de que por más que ella trata, la realidad siempre es dura. Llegó un sobrino de Suecia, oftalmólogo afamado La convenció de operarse y el triunfo ya está logrado. Vuelve Clara muy contenta, con los ojos taponados. No sintió el menor dolor, todo se ha solucionado. Al día siguiente me llama. Su voz suena acongojada. -¡Mira lo que me ha pasado!¿ves mi piel toda arrugada? Sabes acaso porqué? ¡La anestesia lo ha causado! Ya es tarde, me dijo un día y se fue por el sendero, No supe que responder. Hoy de veras, lo lamento Mis ojos estaban secos, ni una lágrima vertieron y mi boca la selló, un terco, amargo silencio. El amanecer me vio, deambular igual que un ebrio Atravesar los caminos, sin rumbo ni derrotero Agotándome, sin pausa hasta quedarme deshecho, por no llegar a mi casa y ver el nido desierto. Desperté sobre la tierra, humedecida en rocío, al instante recordé que ya no estabas conmigo. El sol calentó mi cuerpo, inerte, muerto de frío. Al cierzo que azota el alma, no hay sol para darle abrigo. Retorné solo, en silencio. Ni los pájaros se oían, ausentes para no ver mi dolorosa agonía. La soledad me acompaña y me es fiel desde ese día A veces me acuerdo de ella y duele… como una espina Desde el día en que sus ojos, comenzaron a mirar, se centraron en las rejas de su cuna de nogal. Luego las rejas de pino, cuando empezaba a gatear, del sencillo corralito, barnizado al natural. Sólida reja, en su cuarto, protegía el ventanal Igual que en toda la casa, siempre rejas de guardar. Rejas cerrando el jardín, alrededor de la casa, En la entrada de la escuela, en el parque y en la plaza. En su mente se grabó, igual que un dogma de fe que una reja nos separa de lo que no debe ser, lo prohibido y peligroso. Del otro lado está el bien. En la noche de su boda, la novia, ansiosa, esperaba, recostada sobre el lecho, con la luces apagadas. Se abrió la puerta del cuarto, la luna, desde el balcón, copió sobre el cuerpo de ella, las rejas del ventanal. El arraigado concepto, en su mente, despertó. Tropezando con los muebles, de aquel lugar se alejó. Desde el albergue siquiátrico, mira su vida pasar,ajeno e indiferente sin hablar ni preguntarpor la esposa abandonada que alguien irá a consolar, mientras él, tras de las rejas, buscó la seguridad. Dónde estaría mejor, que entre tus brazos? me digo. Encuentro mi contención, mi hogar y cálido abrigo. Nunca he pretendido más, ni quiero, ni necesito y es en tu apretado abrazo que como mujer existo. El contacto, tan estrecho, de tu cuerpo, con el mío, Despierta aquellos deseos que estaban adormecidos En llamaradas, se enciende, mi piel, cerca de tu piel se transmiten su calor y saben corresponder Y somos Hombre y Mujer en ráfagas y fusiones, con urgencias, ansiedades e idénticas emociones. El mundo somos nosotros, solamente, vos y yo. En el instante sublime, nos acercamos a Dios. Procuro, cuando pasas, no mirarteSolo Dios, sabe lo que a mi me cuesta. Vivo penando sin hallar respuesta, a este, mi eterno y mudo interrogante. Es que acaso no sabes lo que siento? Ignoras mi deseo reprimido de escuchar junto al mío tu latido, en feliz y armonioso complemento? Hay un lazo que me ata a tus desdenes Será posible este destino aciago? Te hace feliz, saberme desgraciado? Y los días se van sin que te enteres del dolor que provoca este fracaso. Sin apiadarte… ajustas más el lazo. La araña teje su red para atrapar al insecto lo envuelve como un ovillo, que servirá de alimento. Su despensa, bien provista. Le agrada la variedad. Grillos, moscas mariposas, en su red, logra atrapar Un grillo quiso escapar, de la trama pavorosa pero no lo consiguió y amortajado, reposa. Concentrada en la tarea, Teje de nuevo, la araña, Tratando de repararl cuando algo, su tela, daña. Sutiles hilos de seda, segrega, mientras trabaja Los tibios rayos del sol, traspasan la fina trama. Artesana más completa que una laboriosa araña, es difícil de encontrar, e improbable, contratarla. Si he callado es por no herirte y sin embargo, te hiero cuando prefiero callar por no gritar lo que siento. He dejado de quererte. No tengo más que decir. No te miraré a los ojos. Ni quiero verte sufrir. El amor es muy extraño llega un día, otro se va. Nos enciende la alegría, también la suele apagar. Es voluble y caprichoso, No es dado a reflexionar Lo que le gusta, lo toma y luego, se vuelve atrás. No quise herirte, lo siento, pero no dejo de hablar. Solo palabras vacías que digo por no llorar. En su caballo Azabache, ricamente enjaezado, en busca de su princesa, cabalga el príncipe Osado. Cruza ríos torrentosos y desiertos calcinados. Trepa montañas y cerros, en balsa, atraviesa lagos, en busca de una princesa que lo tiene obsesionado. Por cierto, no la conoce, pero dijeron los hados, que mucho deberá andar para obtener lo deseado. Una sola referencia, Llegará el día esperado, cuando en los ojos de Ella, Él se vea reflejado. En su largo caminar, ha visto tantas doncellas, Algunas de muy buen ver otras que ya ni recuerda. El corazón lo sabrá, cuando llegue ese momento. No perderá la esperanza aunque vaya contra el viento. Al saltar sobre una grieta, Azabache se ha quebrado. Una decisión extrema, debe ser sacrificado. Grande es la pena de Osado Enferma de depresión, Refugiado en una choza, abandona su misión. Sin comer y sin beber lejos de su principado, se dispone a perecer. Cierra los ojos, Osado. La tormenta. se avecina. Hay relámpagos y truenos. Busca refugio un pastor y en la choza, enciende un fuego. A la luz que da la llama, descubre al joven que expira le da de beber, le habla. pero nada lo reanima. Improvisa una angarilla para llevarlo a su hogar. A su hija, lo encomienda y retorna a trabajar. La niña borda a la lumbre, entonando una canción. Leve, dulce y cristalina le llega a Osado, su voz. Piensa que un ángel del cielo, en su búsqueda, bajó. Se acerca, al jergón la niña, con su labor en las manos, En sus ojos luminosos, Él, se mira reflejado. -¡Eras tu, ya te encontré! ¡Mis anhelos he logrado! ¡Por ti yo quiero vivir! Exclama feliz, Osado. -Desde que tengo memoria, me han llamado Terciopelo- Le cuenta el gatito negro, a la gatita Consuelo. Consuelo, es color canela, con oscuras rayas gruesas, si no fuera tan pequeña, pasaría por tigresa. Terciopelo, es muy travieso. Saca un ovillo de lana, con sus patitas lo empuja, con sus uñas, lo desgarra. Rueda que rueda el ovillo con la fuerza del impulso. Ha dejado de ser blanco, ahora es de un blanco-sucio. Cuando la patrona busque, sus ovillos, Terciopelo, recibirá su castigo. ¡Que le sirva de escarmiento! Consuelo, tímida, mira, cómo juega Terciopelo, hasta que de un manotazo, el ovillo, cae al fuego. Se aviva y chisporrotea en las brazas del fogón para quedar reducido, a su mínima expresión. ¡Mira que hiciste, amiguito! Dice, alarmada Consuelo. El hechizo, de la llama, hipnotiza a Terciopelo. La muerte nos acompaña desde el día que nacemos. Siempre empuña su guadaña y la sujeta con celo. Atenta a nuestros andares a todos nuestros errores, al olvido, a la intención, combina las situaciones para acomodar las fechas sin saturar sus acciones. A veces los accidentes, escapan a sus controles sin olvidar los desastres, que suele haber a montones por los errores humanos y otros aún, más destructores Nadie espera su visita, Es pecado mencionarla y todos cruzan los dedos, cuando en su carruaje, pasa, Su presencia poco grata, será mejor aceptar. Más temprano o más tarde imposible de evitar. Yo podría decirte que te quiero aunque no esté segura de quererte Escrita y destinada está mi suerte Voy a ser tuya y no es lo que prefiero. La decisión tomada, yo no altero Debo aceptar, también obedecerte Se que hay otra salida y es la muerte Amo vivir, razón porque no muero De mi no tendrás queja ni reclamo Seré una esposa fiel, yo lo prometo Más no pidas amor porque no te amo. El eco se escucha aún en el tálamo, Ella sueña, él insomne y quieto. su alma es un extenso y frío páramo De tu Pasión, retengo las visiones, más crueles, del dolor que te atormenta. Te flagelaron con saña tan violenta y humillaron con vanas intenciones. Hay en tu alma doliente, decepciones que hora en hora, la maldad, aumenta, El hombre, en su accionar, las alimenta gozándose en causar tus aflicciones. Sin embargo, persistes en tu empeño tenaz de rescatarlo de su sino, por evitarle arder igual que un leño. No protejas al hombre. Es el diseño del Padre y ha desviado su camino Ni vale, que por él, pierdas el sueño. Se que tu sientes por mi, lo mismo que siento yo. En eso estamos de acuerdo Y coincidimos los dos. ¿Dónde habrías de encontrar, alguien con tantas virtudes? Un verdadero galán, de probadas aptitudes. Elegante, servicial, Erudito e informado, Bailo el tango, se cantar y fui muy bien educado. Varios idiomas, domino y a banquete donde voy, siempre elijo el mejor vino y soy mejor catador. De trabajo?, ni que hablar! Con todo lo que yo se, nadie me puede igualar Pero la envidia me acosa Es una calamidad. Por eso, aunque yo, lo quiera, Nunca puedo trabajar. Quizá ya ni siquiera me recuerdas. Fue un amor tan extraño, el que vivimos. De lo que estoy segura, nos quisimos. Quizá se te olvidó, ya ni te acuerdas. Cuando dijiste adiós, tensó las cuerdas, de aquélla relación que compartimos, resguardarla, tratamos. No pudimos. Pero el tiempo pasó... ya ni te acuerdas. Y será la razón de esta tristeza que me agobia en las tardes del otoño. Nostalgias que doblegan mi entereza. Quizá todo, está sólo en mi cabeza, al ver mi estéril vida, sin retoño Tu, mientras, eres feliz. Nada te pesa. De la desnuda rama, cuelga el nido, donde hasta ayer, la vida, fue promesa. Un capricho de la naturaleza, deja el sueño, de un pájaro, destruido. Yace cerca, en el dolor sumido. La dura realidad y la tristeza, quedó del temporal y su crudeza y el lamento de un ruiseñor herido. Aún en su nostálgico sonido, alto se eleva el trino melodioso. Pueda que llegue al cielo su pedido. La oquedad de una roca, será el nido. Dolido, solitario, pesaroso, recordará otro tiempo, venturoso? "Para obtener lo que nunca has tenido, debes hacer eso que nunca has hecho” Al oírlo, sentí oprimirse el pecho ¿Tendré, entonces que darlo por perdido? Tantas cosas que quiero y he querido, Deseándolas, sola, mirando al techo. Conciente de que estoy en mi derecho Y con temor de hacer algo indebido.Mi salvación está en puerto seguro Es más difícil derribar prejuicios que hacer caer un imponente muro.Renuncio, entonces. De ambición me curo. Recupero equilibrio y sano juicio No elijo para mi, el camino oscuro Se encontraban los domingos en un refugio alejado, donde vivió una pareja de alemanes exiliados. que a treinta años de la Guerra, a su país regresaron. La cabaña, estaba intacta, nadie se había acercado. Sería por los rumores que habían desparramado, sobre extraños visitantes, jerarcas de la GESTAPO más crueles que la crueldad que allí estaban refugiados. Ellos de eso, no sabían. Estaban enamorados Y nada querían saber, tampoco lo preguntaron. Apenas ella llegaba, él que la estaba aguardando, la desnudaba con prisa, la besaba hasta el cansancio y rodaban por el suelo estrechamente abrazados. Esas tardes de domingo, pasaban por demás rápido A veces los sorprendía la noche, sin haber hablado, Sin que ella pudiera decirle lo que había estado pensando durante eternos seis días y volvería a marcharse, alguien la estaba esperando y tenía que apurarse. Se vestía en la oscuridad, él la seguía besando, Saciado estaba el deseo. Estaban enamorados. La acompañaba. Iban tristes. Estrechamente abrazados Y a unas cuadras de su casa, se soltaba de su abrazo, apurada a abrir la puerta y hacer su diario trabajo. En la casa, su marido, con amigos que brindaban Todos quedaron callados cuando vieron que llegaba con el vestido al revés y bastante despeinada. Para ti he imaginado un cuento, distinto a todo lo que has escuchado, sin princesas cautivas, sin castillos, sin ogros y sin príncipes osados. Era una joven, sin gracia, como hay pocas renga, desagradable y jorobada, con mal carácter. De su soez boca, mordaces, las palabras, le brotaban. No se libró ninguno de su entorno, ser blanco de sus críticas más duras. Tenía, en la saeta de su lengua, arma certera, insolente y aguda. Se hizo de mortales enemigos. Al herirlos, calmaba un vil deseo. Todos, gustosamente, habrían pagado, por tener esa lengua de trofeo. Un día, la emprendió con un vecino que aparentaba ser, la mar serena, Bajo esa calmada superficie, escondía otro ser, lo que realmente era. Su profesión formal, de cirujano, lo dotó de variados instrumentos para llevar a cabo la venganza, que con gran frialdad se había propuesto. Cuando la lenguaraz fue de consulta, las antiguas ofensas, emergieron, Sin bacilar, sus manos procedieron. Cercenó lengua. En su lugar cosió sonoros cascabeles. Se convirtió en otra, muy distinta, su boca, en una fuente de armonías, Notas, dulces sonidos cristalinos, que el viento esparció en siembra de alegrías. En la plaza principal del pueblo, del cirujano, se erige la escultura, hecha de acuerdo a su postrer deseo, el bisturí apuntando hacia la altura y en la diestra, el preciado, ruin trofeo. El Infante Don Pedro volvió de una cacería Alguien le dio la noticia que le trastornó la vida. Su amada Inés, fue ultimada por las manos asesinas de los nobles de su reino. Su padre, el rey lo sabía y con su aprobación, la conjura fue cumplida. Doña Inés, llegó de España, junto a Constanza, su amiga, Duquesa de Peñafiel. Con Pedro, desposaría. Breve ha sido el matrimonio, Constanza muere enseguida Pedro se une a Inés de Castro y construye su familia que no es bien vista en Lisboa y menos aún en Coimbra. Sin dar una explicación, con Inés hizo su vida Y engendró, en ella, cuatro hijos, fueron la luz de sus días. Lo despidió, Inés, temprano, con besos y con caricias, con las palabras de amor, fuente de toda su dicha, Yerta, fría como el hielo y blanca como la tiza, desangrada por puñales de tres manos asesinas. Así la encontró al volver de una de sus cacerías. En vengarla haya la fuerza, que sin ella no tendría. El odio por lo que hicieron es lo que lo ata a la vida Y persigue su venganza, el objetivo que anida igual que áspid, en su pecho, y alimenta con insidias. A dos de los asesinos les es sacada la vida, de manera tan atroz , su pecado lo amerita. Mataron a una inocente, que eso no se merecía, Es consagrado monarca, Don Pedro de Portugal. Exhuma, de Inés los restos que a su lado hace sentar, como reina consorte, muerta, la hace coronar y obliga a los cortesanos rendir honor normal .Inés vive en el recuerdo de Pedro, hasta su final Sus catafalcos, se enfrentan porque, al resucitar, quiere ver el rostro amado, que jamás pudo olvidar Cómo me tiene tu ausencia! Ando sola por el mundo con este dolor profundo, angustiada, sin esencia. Sin saber porqué, recorro, lugares donde estuvimos, donde amantes, nos quisimos y las lágrimas no ahorro. Algún día volverás con el ánimo cansado, quizás me habrás olvidado, pero se que volverás. Una parte de tu vida, aquí, te estará esperando, porque la estoy reservando, es propiedad exclusiva. Será que junto a tu pecho, el corazón ha encontrado el sentimiento anhelado ¡y mira lo que le has hecho! El día que cumplía años el ciervito Antón Ciruelo, a festejarlo en el bosque, sus amigos, se reunieron Llegaban de todas partes. Eran tantos y tan buenos! Dos hermosas cacatúas, se encargaron de traerlos. Con sus vistosos plumajes y estridentes cotorreos, los guiaron diestramente hasta el lugar del encuentro. Un mono estiró su brazo y le arrancó varias plumas del ala, que lo rozó, de la hermosa cacatúa Ligó fuertes picotazos sobre su cabeza dura. Estaban todos radiantes y todos colaboraron. Comieron frutos silvestres, que cogieron de los árboles, manzanas, mangos, nueces, dátiles y dulces plátanos. El ambiente, muy cordial, afectuoso y amigable. Cantaban, también bailaban haciendo vibrar un cable Luciérnagas, aportaron, en esa noche estival, titilantes lucecitas, como gotas de cristal. El rugido amenazante, de la reunión fue el final. Los invitados, en fuga. Desbandada general. Bien pasado el mediodía, se presentó, don Tortuga Sorprendióse al no encontrar ni reunión, ni agasajado. -.¡Soy el primero en llegar, me pasa por apurado! Quiero ser como tantos optimistas, siempre gentil y alegre por el mundo, sin que me afecte nada, en lo profundo, ni conmuevan rumores pesimistas. Será que en la burbuja del artista, no hay mal y si lo hay, dura un segundo feliz pasa la vida en ese mundo escapa a lo que sea realista. Bendita seas por lo que te cabe, por ti la tierra seguirá girando y nada cambiará, bien, Dios lo sabe. Ser desconforme, al menos, no es tan grave, exige, con pasión estar cambiando para dar nuevo rumbo a nuestra nave.
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Oscar Franco
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Por favor difundelo si pudieses. gracias.
Pascual Vizcaino Ruiz
Alejandro
Es usted muy déspota en su comentario del texto indiferencia divina?, sobre todo si tenemos en cuenta que la autora deja claro que los desastres naturales son muy comunes y crea toda su reflexión acerca de cómo el ser humano pasa de su pregunta hacia un Dios al que considera responsable a la dolorosa conclusión que es su irresponsabilidad la que acelera los procesos llevándolos a desastres.
Bastante arbitraria resulta usted al decir… le “concedo responsabilidad al hombre” por favor señora si usted lee, ve televisión o se molesta en averiguar, se podrá encontrar con un cumulo de estudios e informes que demuestran como las acciones de la humanidad ha afectado el equilibrio natural que provocan desastres.
Parece ser que usted no se entero del objetivo de la reunión de presidentes de países en Copenhague... por favor señora antes de atacar o trata de ridiculizar a alguien primero analícelo, porque podría ser usted quien terminara haciendo el ridículo.
Alexandro
Oscar Franco
Te invito a leer y comentar alguno de mis poemas espero te gusten.
Un saludo y feiz años nuevo 2010.
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Francisco Prez
Veneno
haydee
Seguro que van a sobrar las anécdotas y encontrarás un buen argumento para tus relatos.
Gracias!
Serena