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Celebro la vida, que me hizo conocerte...Celebro la vida que me hizo perdertePorque al perderte a ti, me encontré a mi,Porque supe el dolor... tristeza y ausenciaPorque sentí la soledad que te obliga a buscarPorque en esa búsqueda, marea subidaNo hubo descanso, alegría ni pazY hoy cual retoño de mi primaveraDesando el camino mirando hacia atrásy veo pisadas que no se borraron Ni se han de borrar. Escenografía: Una barra de un bar. Dos mesas con dos sillas cada una.El desarrollo es en un bar cuando la madrugada se esta yendo, en la hora en que los trasnochadores ya tienen varias copas en su haber y reflejan sus sentimientos en los estados más puros. Entra a escena Marcelo, con un vaso y una botella de whisky en la mano. Hablando como para sí, pero en voz alta dice: M: Parece que la mala racha no se quiere cortar, hace quince días que no tengo una changa, en el "escolaso" no veo una, y la cueruda cada vez está más flaca. Y como si eso fuera poco ni una mina tengo hoy, para olvidarme por un rato de tantas fulerías.Para colmo, cuando me sobra el tiempo, como ahora, me vienen todos los recuerdos, los asquerosos recuerdos de mi vida, como si no hubiera ni uno que valiera la pena.Y debe ser así, no habrá ninguno que valga la pena.Pero ¿cómo puede ser? cuarenta y ocho años, y no puedo rescatar un miserable momento que valga la pena quedarse pensando en él...(Se sienta, en la silla que está frente a la primer mesa del bar, y ese sector queda a oscuras).(Se acerca Juan casi hasta el borde del escenario con una botella de whisky y un vaso en la mano, ese sector está iluminado).J: Una noche más de soledad y van..... yo que sé, ya perdí la cuenta, aunque ¿qué importancia puede tener? días más meses menos, todo da igual; mis amigos se casaron, alguno se fue del país, otro desapareció......y yo sigo dando vueltas y más vueltas, ¿para qué? no lo sé.Ya ni la televisión me entretiene. Se me fueron las ganas de leer; salvo él diario a la mañana, no leo otra cosa. Y también estoy cansado de estas noches de insomnio visitando bares donde todo está en silencio, donde el aburrimiento se olvida después de la cuarta copa y ya no importa pensar en qué le pasará al otro pobre tipo que está dos mesas más allá.Bares donde se espera que el dueño te venga a echar, como el boxeador espera el gong que le anuncia el final de la pelea. Y así volver a casa durando un día más.Y pensar que siempre me encantaron las mañanas, salía de casa y sentía esa brisa fresca y me daban ganas de estudiar, de trabajar, salía a disfrutar el día y no a enfrentarlo como ahora.Hoy, y ayer, y también mañana es una lucha contra ese día que me espera; ya no me importa si hace frío o calor, si es primavera o invierno, todo me da igual, siempre luchando contra esta soledad.(El escenario se va iluminando de a poco, y luego de observar un rato y con cierta timidez Juan se acerca a Marcelo y le dice: )J: Perdoname... Te estoy mirando hace un rato y te encuentro un aire conocido...M: Ah! ¿Sí?...J: Si, pero ahora no me doy cuenta de donde puede ser. M: No serás un putito de esos en busca de un levante ¿no?.J: No, para nada..., para nada....M: Porque si es así, tomatelás ya... Si no, te arranco la cabeza.J: Tranquilizate, sólo me acerqué porque, realmente, te veo cara conocida y como te vi solo dije: "por ahí, nos ponemos a charlar y puedo acordarme de donde nos conocemos"M: ¿Y quién te dijo que yo te conozco?J: Bueno, yo pensé que si yo te conocía, vos me conocerías a mí.M: Entonces pensaste mal, si te conociera no me olvidaría. Jamás olvido una cara.J: Esta bien..., qué linda noche ¿no?M: Una mierda, como todas...J: Parece que no tenés un buen día.M: (Levantándose de repente)? Quién mierda sos para decirme si tengo un buen día o no?J: No. Nadie..., nadie..., sólo quise decir algo...M: Claro, como un boludo, hablás por hablar.J: Me llamo ........... (alargando su mano)M: ( Interrumpiendo) ¿A mi qué mierda me importa?.J: Ya que estamos conversando, me parece lo más correcto que nos presentemos.M: Vos estás hablando como una cacatúa; yo me estoy pudriendo de escucharte. Sos más aburrido que estar solo.J: Deduzco que no te gusta estar solo.M: (Burlándose) "No te gusta estar solo"... ¿Qué deducís si no me conocés?J: Como dijiste "sos más aburrido que estar solo", quiere decir que cuando estás solo te aburrís...M: No me aburro un carajo. Aparte, nunca estoy solo.J: ¿Y hoy que pasó?M: No conseguí ninguna puta.J: ¿Siempre salís con ese tipo de mujeres?M: Antes que aguantar a los boludos que se te acercan cuando estás solo...J: A mí nunca me gustó pagarle a las mujeres.M: Entonces vas a morir virgen. ¡Con el verso que tenés...! J: Me parece muy triste eso de pagarle a una mujer por su compañía.M: ¡Qué pagarles por su compañía!... Yo les pago para coger, gil. (burlándose) Parecés una vieja.... "Pagarles por su compañía".J: Quise decir que pagar es comprar, y a la gente no se la compra; se la merece, se gustan mutuamente y se comparten cosas.M: Ah, sí; ¿cuánto tiempo te lleva conocer una mina y que se gusten mutuamente? como decís vos...J: Y...depende.M: ¿Depende de qué?.J: Y... no sé.......M: Escuchame... Vos vas a un boliche ¿sí?J: Sí.M: Te arrimás a una mesa, suponiendo que te animes, porque me parece que a vos te gusta arrimarte a la mesa de los tipos nada más... Ya te arrimaste y entraste en conversación.J: Sí.M: Ahora ¿Que hacès?J: Y......M: Dale, dale, decime qué hacès.J: Y... !Le pido permiso para sentarme!.M: Suponé que te dice que sì. Todo te sale bien a partir de ahì. Dale, contame.J: Bueno, si me da permiso.....M: !Te da permiso, boludo!... ¿no te digo que todo te sale bien?.J: ...Bueno, entonces me siento(recièn ahì se sienta en la mesa donde està Marcelo). Y empiezo a hablar...M: ¿De qué le hablàs?J: ¡Yo que sè.!M: ¿Como "yo que sè"?¿ te sentàs y le decìs "yo que sè"?.J: Bueno, ahora no se me ocurre.M: !Que se te ocurra ràpido!, que la mina te va a sacar cagando. Dale, apurate...J: Le cuento lo que hago. Qué cosas me gustan. Le hablo un poco de mùsica, de cine... Le pregunto qué cosas le gustan a ella. A qué se dedica...M: Muy bien... Hace dos horas que estàs hablando y la mina te mira embobada. Vòs estàs embalado porque a esa altura, te chupaste dos whiskies, y te creès que sos un langa de primera ¿verdad?.J: Es cierto.M: Dale ¿cómo sigue?J: Y... Sigo charlando...M: Pero ¿hasta cuándo?J: Y...¡ hasta que me diga que se quiere ir!.M: Pero, boludo, ¿cómo te va a decir que se quiere ir si està embobada?J: Por eso..., ¡ entonces sigo charlando!.M: ¡No... Basta..., basta...! Cierran el boliche. Viene el mozo; trae la "tacuen" y ¿qué hacès?J: Y....Pago...M: Muy bien. Pagàs.J: Sì.M: ¿Cuánto pagàs?J: ¡Yo que sè!..., lo que salga la cuenta...M: Dale. Hacé un càlculo estimativo. Vos tomaste dos wiskies, ¿verdad?J: Sì, tome dos wiskies.M: La piba , ¿qué tomò?J: Yo que sè, si todo esto es figurativo.M: Por eso. Inventà lo que tomò ella.J: Un whisky.M: Muy bièn , ¿y antes?J: ¿Antes què?M: Antes de que te sentaras vos.¿ no estaba tomando algo sola.?J: Sì.M: ¿Qué era?J: Un cafè.M: Por fin... dale. ¿Cuánto salen tres wiskies y un cafè?J: Y, más o menos veintiseis o veintisiete pesos.M: Muy bièn, hacemos treinta con la propina.J: Dale.M: Bien. Gastaste treinta pesos. Ahora, ¿que hacès?J: Me ofrezco a alcanzarla hasta la casa...M: Ella te dice que sì.J: Bueno, la llevo y en el camino le digo que me gustarìa verla otra vez.M: ¿Y?J: Le pido el telèfono, para llamarla y concertar la cita. Y bueno... Salgo.M:¿Dónde la llevás?J: A cenar a la costanera.M: ¿Al cine no ?J: No, mejor la costanera. Despuès de un Bianchi Chablis... y una copa de champagne..., camino un poco por la rambla y trato de apretarla.M: ¿Cómo "trato de apretarla"?J: Y sì..., le digo que me gustarìa compartir cosas màs profundas que una simple charla y, de a poco, le paso el brazo por la cintura.M: ¿Cómo "de a poco"?J: Sì , de a poco. Para que no sospeche que me la quiero apretar.M: ¡Para que no sospeche que te la querès apretar!. Y la mina ...¿ a qué fue?J: Y...a charlar..., a pasear un rato..., a ...a...M: A que te la apretes, boludo... ¡qué a charlar!.... Dale, seguì.J: ¿Por dònde iba?M: Le pasabas el brazo por la cintura sin que se avive, dale.J: Bueno, suavemente le doy un beso en la mejilla.M: ¿Cómo "suavemente"?J: Claro, con ternura.M: Ah, claro..., y te la apretàs la noche de bodas.J: No, no es para tanto; pero tampoco quiero quedar como un apresurado.M: Està bien, despuès de todo es tu levante.Seguì, seguì.J: De a poco la voy acariciando......M: ¡Todo de a poco, todo suavemente...! parece que sacaste a pasear a un bebè!.J: Y bueno... La sigo acariciando..., la beso de nuevo...M: En la boca.J: No, en la mejilla.M: ¿Otra vez en la mejilla ?J: Y... sì.M: Pero... cuando le toqués una teta van a hacer una fiesta de gitanos, que dura cinco dìas.J: Y bueno... ¿ qué querès que haga ?M: Que la apretes, como dijiste al principio.A ver dale, seguì.J: Bueno, la invito a tomar un cafè.M: ¿Otro cafè?...¡ pobre mina! ; con vos termina con una ùlcera... y aburrida. Pero,¿ no entendès?, la tenès muerta y recaliente ¿y la invitàs a tomar un cafè?.J: Bueno. ¿ Hablàs vòs o yo?M: Dale, seguì vòs ; desvirgador.J: Mientras tomo el cafè, charlo de cosas màs profundas que las que hablamos el dìa que nos conocimos.M: ¿Por ejemplo?J: Y..., le comento mis proyectos. Le pregunto cuáles son los de ella?M: ¿Cuáles van a ser?, ¡engancharte, logi!, ¿para qué fue?J: Me refiero a sus proyectos de vida, de futuro.M: ¿Qué te va a decir?, ¡casarse y tener pibes!.J: Està bièn. Tiene derecho ¿no?M: Por supuesto.J: Bueno. Despuès que termino el cafè, salgo a caminar.M: ¿Otra vez?, la vas a dejar cansada.J: Salgo a caminar y le hablo del cielo, la luna, las estrellas. De lo que me gusta la poesìa.M: ¿Y del mueble ?J: ¿Cómo?M: De ir al mueble ¿cuándo le hablàs?J: Esperá, esperá. Despuès de un rato le ofrezco llevarla a la casa.M: ¿Otra vez la misma pelìcula?.¡No le vas a pedir el telèfono de nuevo!.J: Y, cuando llego, la beso otra vez. Ahí si..., en la boca.M: (Aplaudiendo) Bravo, bravo, valiente, tiren serpentinas, el langa le diò un chupòn.J: Despuès de un rato de mimos, le pido otra cita.M: Fenòmeno, y la mandàs bien calentita a dormir sola. No te olvides de decirle "cuidate, no tomes frìo, abrigate bièn".J:¿Qué querès vòs, tambièn?,¿ que piense que nada màs quiero acostarme con ella ?M: ¡Sì!. Si es lo que ella quiere...J: No. No son todas iguales.M: No, unas tienen culo màs grande y pelo màs corto. Bueno, dale ¿Cuánto gastaste en esa noche de orgìa?.J: No saquè la cuenta.M: Sacala, yo te ayudo... Cena con Bianchi Chablis...J: Cien pesos.M: Muy bièn, cafè con wiskies...J: No, era cafè solo, dos. Cinco pesos.M: Nafta al auto...J: Diez pesos.M: Suman ciento quince pesos.J: Correcto.M: Màs los treinta del primer dìa... son tanto como ciento cuarenta y cinco mangos, ¿verdad?J: Exacto.M: Y le diste un chupòn. Por esa plata a una puta le hubieras echado dos polvos y no tenìas que escuchar las boludeces que te dice.J: Esperá, todavìa no terminè...M: A ver...J: ¡Llegò el dìa de la otra cita!.... La paso a buscar por la puerta de su casa y voy a la costanera...M:¡ Otra vez a la costanera!. Va a pensar "qué mundo tiene este guacho, como me varea"J: ...Pero esta vez a la plazoleta donde està la estatua de Lola Mora...M: Me quedo más tranquilo, si tenès suerte y es medio ciega le podès decir que es la Fontana de Trevi.J:... Una vez ahì, le paso el brazo por el hombro( Juan hace el ademàn), la atraigo contra mì y la empiezo a besar...M: ¿ En la boca?J: Sì, en la boca.M: ¡Un fenòmeno pibe!.J:... Luego de acariciarla y besarla un rato, le digo que quiero tener una relaciòn màs ìntima con ella...M: No va a ser con la estatua. ¿Y dónde la llevàs?J: A ningùn lado.M: ¿Cómo a ningùn lado?J: Porque me dice que no, que es muy prematuro.M: Pero vòs sos un reboludo, ni las fantasìas te salen bièn.J: Yo insisto, pero ella se pone seria, se pone mal, yo presiento que se va a terminar todo y, para romper el hielo, la invito a bailar.M: ¿Y adónde la llevàs?J: A ningùn lado.M: ¿¡Cómo a ningùn lado!, no la invitaste a bailar?J: Sì, pero me dijo que no; pobre, quedó un poco resentida...M: ¿Pero a quièn enganchaste, a la hermana Emerenciana del convento Trapense?J: No, lo que pasa es que no tiene experiencia con los hombres. La noche en que la conocì estaba sola porque le habìa ido a hacer la pierna a una amiga ,que no la dejaban salir en la casa con un tipo, y dijo que salieron juntas. Hacìa tiempo para llegar a la misma hora que la otra.M: No tiene experiencia, entonces es virgencita.J: No.M: ¿Cómo no ?J: Tuvo un novio.M: No me digas que te contò el cuento del ùnico novio.J: ¿Por què? M: ¡No podès ser tan boludo! ¡Por favor!...J: ¿Por qué no puede ser verdad?M: Porque siempre te dicen asì..., para justificarse... ¿Qué te va a decir?... Que se volteò a la Legiòn extranjera con camellos incluìdos.J: Yo le creo.M: Està bien, si eso te hace felìz...J: ¿Puedo continuar?M: Continuà.J: ...Entonces me dice que està un poco cansada, que quiere irse a dormir...M: Bueno... obviá los detalles. La llevaste a la casa, le dijiste no tomes frio, etcétera, etcétera...J: ...Al dìa siguiente, bien temprano, la llamo por telèfono y me disculpo...M: Y la mina piensa... "lo ùnico que hìzo bien este boludo fuè quererme voltear, y ahora se disculpa."J: ...Ella acepta las disculpas y nos quedamos un rato conversando de lo bien que la pasamos cuando estamos juntos...M: ¿ Los violines quién los pone ?J: ¿Qué violines?M: La mùsica de violines...¿quién pone el casette, ella en su casa o vos?J: No es para tanto. Pero, si la pasamos bien ¿por qué no lo vamos a decir?M: Dale, apurá el tràmite que me estoy calentando yo; y, aunque no exista, ya me la quiero voltear.J: ...Arreglamos para el sàbado; a las nueve en punto estoy en la casa y de allì derecho al cine...M: ¿ Que van a ver ?J: Love Story, con Ali Mc Graw y Ryan O`Neal.M: ¡Qué dulces!, habràn llorado bastante...J: ¡Ni te imaginás!.M: ¡Sí que me imagino!. Casi me dan ganas de llorar a mi tambièn.J: ¿En serio? ¿ La viste?.M: No, pero me dan ganas de llorar pensando ¿ quién puede ser el dobolu que se quiere voltear una mina y la lleva a ver Love Story, donde la mina se muere de un càncer fulminante?. Se te deprime al salir del cine y la tenès que llevar a la casa.J: Te equivocaste, no fuè asì.M: Mirà el turrito, te la tenìas escondida, dale contà.J: ...Salimos del cine y fuimos a tomar algo al Bar Ramos...M: Si ya sè, dos cafès.J: ...Con amarettis...M: Cinco pesos, màs veinte mangos del cine, son veinticinco. Màs ciento cuarenta y cinco de las otras salidas, llevàs gastados ciento setenta mangos. Y de cama, minga.¡Qué polvo caro va a ser èste!.J: ...Despuès de tomar el cafè, empezamos a caminar por Corrientes para el lado del bajo, llegamos a Puerto Madero y visitamos la Corbeta Uruguay que està anclada ahì. Mientras la recorrìamos soñábamos juntos y en voz alta con lo lindo que serìa recorrer el mundo en un pequeño barco para los dos...M: (Burlàndose) ¡Què romàntico!.J: ...Cuando llegamos al camarote donde una placa de bronce recordaba quièn habìa sido del capitàn, se encontraron nuestros ojos; y, casi sin darnos cuenta, nos empezamos a besar. Yo sentìa que una desesperada pasiòn nacìa de mì...M: ¡Hijo e tigre!, te la volteaste en el camarote.J: No, sentimos pasos que resultaron ser de un marinero, y seguimos la recorrida.M: ¡La puta madre!, una que habìas hecho bien...J:...Al bajar por el puente de la corbeta, Graciela se tropezò y se torciò el tobillo derecho; estuve unos minutos haciéndole masajes y, cuando se repuso, fuimos caminando por la costanera hasta Viamonte. En esa curva que hace la calle y apoyado con mi espalda en la baranda, la traje contra mì y la empecè a besar. Luego de un rato de mimos y deliciosas caricias, le expliqué que no era un aprovechador, pero que necesitaba intimar con ella......M: ¿Aprovechador, semejante boludo un aprovechador? la aclaraciòn estuvo de màs.J: ...Bueno, primero me dijo que sabìa que mis sentimientos eran nobles, pero que no estaba muy segura.Le dije que la pensaba cuidar, que confiara en mì. Creo que esto ùltimo la convenciò.Las tres cuadras que nos separaban del hotel de Bouchard y Tucumàn se me hicieron interminables...M: Ahora no me contès lo que hablaste esas tres cuadras , dale anda al grano.J: ...Llegamos y pedì una habitaciòn especial...M: ¡Ah!... querìas chichecitos.J: No. Porque si pedìa una comùn quedaba como que estaba buscando precio.M: No te interesaban los chichecitos.J: No, en ese momento ni pensè en eso. Subimos por el ascensor al cuarto piso y al frente mismo estaba la habitaciòn, realmente era enorme; en el medio tenìa un hidromasaje todo rodeado de vidrio que se podìa observar desde la cama...M: ¡Parà con la descripcìon!, ¡andá a los papeles! ¡Dale!.J: ...Nos empezamos a besar....M: ¡Otra vez... ! ¡dale, concretá!, ¿que le hiciste? la Picolina, el Escudo Negro, la Francesita....J: Nada.M: ¿Cómo?J: Nada.M: ¿Cómo nada?J: ...No pude. No sè, intentè relajarme pero no podìa, me daba verguenza pedirle ayuda.....M: Pero... Estàs en un hotel, en bolas, con una mina y te da verguenza pedirle ayuda, ¿Qué clase de marciano sòs?J: Y bueno, ¿qué querès?.M: ¿Qué quiero?, que te la fifes de una buena vez, salame; vos sos increìble. Llevás gastados màs de doscientos mangos con una mina, y todavìa no bañaste el pato; sos un reboludo.J: ...Despuès de una hora de esfuerzo infructuoso nos bañamos y nosfuimos...M: No quiero ni pensar lo contenta que estarìa.J: Dale, cargame, no sabès lo que es para mì.M: Ahora pibe, decime, si en una fantasìa que vòs mismo inventas te pasa esto ¿qué queda para la realidad?.J: Lo que ocurre es que se me mezcló la ficciòn con algo que me pasó de verdad.M: ¿Te pasò algo asì una vez?J: Si, una vez. La chica se llamaba Graciela y la relacionè con esta historia, por eso la terminè asì.M: Y la historia de verdad ¿cómo terminó?.J: ¡Asì!. Sentì tanta verguenza que no la llamè màs...M: Pero, flaco, ahora te digo en serio; no podès ser tan boludo. ¿ A que tipo no le pasò eso alguna vez? ¡cómo no la vas a llamar màs!.J: No sabìa qué decirle, tenìa miedo de probar otra vez y quedar mal de nuevo.M: Claro, entonces te quedaste recaliente para toda tu vida y chau. Y, aparte, la dejaste recaliente a la mina. Lo raro es que no te llamò ella.J: Es que yo no tenìa telèfono, y nunca le habìa dado ningùn dato como para, si quisiera ubicarme, pudiera hacerlo. Aunque no sè si lo hubiera hecho. Quedè como un imbècil.M:¿En ese momento no lo hablaste con ningùn amigo, como para que pudiera aconsejarte?J: No, me diò verguenza; viste como es , por ahì alguno se pone a cargar y despuès te gastan siempre. ¿Y vòs, nunca saliste con una piba seria?,¿siempre eran de la calle?M: Yo te resumo mi vida amorosa con èsta canciòn, escucha la letra. (Se escucha la canciòn San Cayetano, Marcelo empieza bailando sòlo, de pronto aparece una mujer de cabello largo que sale de una nube de humo, bailan hasta que la letra dice " y pàquese otra copa compañero" en ese momento, Juan le alcanza la botella de whisky que está sobre la mesa,la mujer desaparece de escena bailando sola entre la nube de humo, Marcelo toma de la botella y luego la tira con desprecio)La conocì en San Cayetanosentada muy temprano en la veredaperdida entre la genteen medio de una larga procesiòny en ese loco torbellinoborracho como un vino me dejòporque vì sus ojos negrosy todo el mundo pronto desapareciò.¡No! San Cayetanoyo te pedì una manoy no un amor.Exòtica y hermosapero excesivamente religiosarezaba todo el dìay no tenìa tema de conversaciòn,aguantè por unos dìascasi todas sus manìas pero yo,yo no soy lo que se dice exactamenteun santo de su devociòn¡No! San Cayetanoyo te pedì una manoy no un amor.Aflòjese la ropa y pàguese otra copa compañeroque mientras yo le cuentola historia de otro amor que no duròuna tarde de domingoque se fuè a San Cayetano; no volviòeso fuè hace mucho tiempopero ya cambiemos de conversaciòn.¡No! San Cayetanoyo te pedì una manoy no un amor.M: Despuès vinieron otras, (riéndose) como vòs decìs de la calle en su mayorìa, acà o en cualquier lugar por dònde anduve. Hubo una que conocì en una playa de Brasil, un verano que me fuì a dedo recorriendo parte de ese paìs, vendiendo porquerìas.J:¿Qué vendìas?M: Cualquier huevada, cosas artesanales, pulseritas de cuero, anillos de cobre, vinchas de tela trenzada. Yo qué sè...J: ¡Qué bueno!, eras artesano.M ¿Qué artesano?, las compraba en once por dos mangos. Y una tarde, en esa recorrida, estaba en la playa de Ipanema y se me acercò una morocha de piel trigueña, ¡un lomo! de aquèllos. ¡Unos pechos!......J: ¿Tenìa muchas tetas?M: No boludo, tenìa dos.J:Quise decir si eran grandes.M: Enormes.J:¿Y, què pasó?M: Le vendì dos pulseritas y nos pusimos a conversar, me invitò con una cerveza y al rato ya habìamos arreglado para encontrarnos en la playa esa misma noche.Ella traìa unos sandwiches y yo una botella de cachacha.J: ¡Què bàrbaro! ¡qué levante!.........¿y....cómo sigue?M: Llegaron las diez de la noche, y yo estaba como un "general" con mi botella en la mano. Mientras esperaba me armè un "porrito" y empecè a pitar. De pronto, el cielo se iluminò por completo, el mar dejò de hacer ruido las estrellas bailaban al compàs de un samba que se escuchaba a lo lejos......¿Y todo por què?J: ¿Por què?M: Habìa llegado Rosa Leila.J: ¿Rosa Leila?M: Sì, la morocha... un pareo blanco y las "lolas" al aire....J: ¡No!.... me muero....M:¿Me muero?... casi me muero yo despuès.J: ¿Què pasò?M: Nos comimos dos sandwiches y nos tomamos la botella de cachacha al toque, depuès fuimos a nadar un rato,y al salir a descansar (todo el pàrrafo siguiente Marcelo lo dice con ironìa)entre un respiro y un supiro, las cabezas que giran, ojos que se encuentran, labios que se unen, bocas que buscan morada donde aplacar esa sed de piel, de carne, de caricias postergadas, casi pareciera que a lo largo de una vida, infinita y dulce sed, de amor , de coraje, de arrasar, de arrasar, con cautela en un principio, con desesperaciòn despuès. Una lengua que se escapa, y que busca otro lugar, bebiendo, creciendo, que investiga, que conoce, que desea ,que no quiere parar, descubriendo a cada paso que todavìa hay màs, cuerpos que se entregan, que se aprietan, que suspiran y gimen hasta desmayar. Desenfreno, luego idealizado, capullo que se abre a ese rayo de sol, que sublima, que penetra, que alumbra esa soledad, làgrimas de alegrìa , no se pueden postergar, gracias , una y mil, nos pudimos amar.J: ¡Un fenòmeno viejo! la dejaste muerta, totalmente entregada......¿còmo hacès?M: Leìa mucho....J:(Sorprendido) ¿Còmo "leìas mucho"?M: Claro gil, esa descripciòn la memoricè de una novela, ¿querès que te cuente cómo terminò de verdad?J: Sì, dale.M: Salimos del agua, nos empezamos a besar, a tocar... y no habìa caso, "Arturito" no respondìa.J: ¿Quièn era "Arturito"....?M:(Señalandose abajo) Arturito es èl....(con una reverencia le dice), encantado.... Me hìzo de todo y no habìa caso.J: ¿Y...?M: Se fuè, sus ùltimas palabras fueron, "Aryentino da pra experimentar mais no sirve".Agarrò el pareo se lo colgo en el cuello, y se fuè en "bolainas"caminando por la playa.J:¿Y vos qué hiciste?M: Me quedè como un idiota mirando como se alejaba.Al otro dìa y los dìas que siguieron la busquè por toda la playa, querìa la revancha pero fuè imposible encontrarla.J: ¡Qué increìble, te pasò igual que a mì.......!M: ¿Qué tiene de increìble?, ¿no te dije antes?, a quièn no le pasò alguna vez.J: Es cierto.....M:...Y ¿No hablaste aunque sea con tu viejo?J: ¿Cómo?M: ...Este problema con la mina, ¿por què no lo hablaste con tu viejo? J: No tengo viejo.M: Bueno, algùn hermano.J: No tengo hermano.M: Flaco ¿vos naciste de un repollo?.J: No, vieja tengo. Si hubiera estado mi hermano seguramente mi vida hubiera sido distinta.M: ¿Cómo si hubiera estado? ¿no era que no tenìas?.J: Me expresè mal. Tengo un hermano pero hace mucho que no lo veo, y en esa època ya no estaba conmigo.M: ¿Por qué hubiera sido distinta?J: Porque era muy diferente a mì. Yo lo admiraba... ¿viste esos tipos que los vès y decìs "me gustarìa ser como èl"?...M: A mi eso no me pasa.J: ...Era avasallador, siempre tenìa una respuesta para todo. ¿Cómo te puedo explicar?, en el colegio, en la calle o en cualquier lado que iba lo respetaban todos. Si habìa algùn problema jugando a la pelota o lo que sea, él saltaba primero y se agarraba a piñas, fuera el otro màs grande o no; y si eran màs de uno, tambièn. A mí siempre me protegìa, ponìa la cara por mì; y si yo habìa hecho una macana en casa, para que no me retaran él se echaba la culpa. Despuès, a solas en el cuarto, me levantaba en peso; me decìa que no me tenìa que dejar atropellar por nadie. Siempre pronunciaba la misma frase "orgullo, nunca podès perder el orgullo"...M: ( Marcelo repite para sì mismo) "Orgullo, nunca podès perder el orgullo".J: ¿Qué dijiste?M: Nada, nada. Seguime contando de tu hermano.J: Mucho màs no te puedo decir, era mi ìdolo, jugaba bien al fùtbol, era un atorrante divino,siempre jodiendo, yo que sè...M: ¿Qué pasó?.J: Un dìa, yo tenìa once años en ese momento y el tenìa catorce, discutiò muy fuerte con mamà; incluso casi llega a pegarle. Yo me metì en el medio , pero estaba enceguecido. Primero me empujó hacia un costado; cuando volvì a interponerme entre ellos me diò un cachetazo que casi me vuela la cabeza. Despuès de eso pateò una silla que casi tira el televisor y se fuè. Asi nomàs, con lo que tenìa puesto. Ni ropa ni plata, nada se llevò, sólo lo que tenìa puesto...M: ¿Y?.J: ...Nunca màs lo vì......Al principio, la bronca por ese cachetazo me hacìa odiarlo; veìa su foto en la mesita de luz y la escupìa. Despuès de muchos años pude comprender que el verdadero cachetazo, lo que me dolìa, era el haberse ido, el dejarme solo con mamà.Un buen dìa la foto desapareciò, como tambièn su ropa y todo lo que le pertenecìa. Cuando le preguntè a mi vieja me dijo que, para ella , era como si se hubiera muerto; que no tenìa sentido guardar las cosas de èl.A partir de ahì sólo me quedó su recuerdo. Por mucho tiempo intentè buscarlo, preguntaba a la gente del barrio a ver si sabìan algo de èl; a los que habìan sido compañeros del colegio, a todo aquèl que pudiera tener un contacto. Pero fuè imposible; como si se lo hubiera tragado la tierra. Ya màs grande, me acerqué a una de esas agencias de detectives que salen en la guìa amarilla y contratè sus servicios. Pero nada... Despuès de un mes de buscar a un fantasma, abandonè; sólo Dios sabrà que habrà sido de èl...M: ¿Por qué fue la discusiòn?J: No sè, despuès que se fue le preguntè a mi mamà por el motivo de la pelea y me dijo que porque estaba loco, que no pensaba hablar màs de èl.Y asì fue como nunca màs se tocò el tema.M: ¿Y con tu viejo que pasò?J: Dos años antes que mi hermano tambièn se fuè.M: ¿Por què?J: Tampoco lo sè. Mi hermano decìa que yo era muy chico para saber ciertas cosas, y mi mamà nunca quiso hablar de ese tema.M: Parece que tu vieja no querìa hablar nunca de algunos temas.J: Supongo que serìa para no seguir sufriendo.M: ¿Realmente sufrìa mucho?J: Eso creo. Jamàs salìa; no se arreglaba, no tenìa amigos, siempre estaba muy sola. M: Tan sola no. Te tenìa a vòs.J: Quiero decir sola de amigos, de paseos; de que su vida fueran los lìmites de una casa.M: Tenès que suponer que no la pasarìa tan mal entonces.J: No sè. Mucho no sonreìa; sólo la veìa alegre los dìas que venìa la peluquera.M: ¿La peluquera?J: Sì, se puede decir que su ùnica amiga; se pasaban horas jugando a las cartas o charlando. Incluso algùn sàbado, si se hacìa muy tarde, se quedaba a dormir en casa.M: ( como hablando para sì, pero en voz alta ) Eran lesbianas.J: (Acercàndose) ¿Que dijiste?. ¿Que dijiste de mi vieja hijo de puta ? (Agarràndolo de la camisa).M:(Marcelo tambièn lo agarra de la camisa, lo sacude y luego lo empuja) Raquel, la peluquera, era lesbiana.J: (Sorprendido) Pero..... ¿como sabès el nombre ?.... vos.....vos...(Hay un espacio de silencio)J: Marcelo.......M: Juan.............(Se abrazan con desesperaciòn, mientras de a poco baja la luz)Telón La escenografía es simple, un sillón donde virtualmente se ubica la doctora, un sencillo escritorio de madera, donde se apoya una lámpara que simula iluminar el escenario, y una silla en la cual al comenzar la obra, esta ubicado el paciente.A oscuras, mientras se ubica el actor, se escucha una música, que es "Aún te amo" del conjunto Scorpions. La letra se escucha en off, y dice: No sé si te valoré mucho, o quizás nada, tal vez en mi confusión nunca encontré el punto medio. Ese equilibrio necesario que nos exige" el cada día que vivimos", para que sea como" el último, para que no haya arrepentimientos cuando llegue la despedida inevitable," de la cual" no se nos avisó cuando nacimos, ni nos pide permiso ahora, y ese ahora se prolonga en un ¿ahora qué?, como sigue esta comedia de la vida " a la que" me trajeron sin invitación. Hay un montón de no sé..., que posiblemente sigan estando para siempre, mudos testigos de mi pena y mi impotencia, cuantas preguntas sin respuesta quedarán en mi alma ingrata, cuántas te habrás llevado vos que tampoco te animaste, hay mamá, mamá, que lástima que en este juego no hay revanchas, si las hubiera, aunque fueran cortas, solo de un minuto, te diría tantas cosas, y te irías mejor, y tantas otras me dirías vos," y me quedaría mejor yo", sin sentir este golpe tan injusto, tan irremediablemente injusto, que me "debilita" tanto, que me deja tan solo.Juan pasa de la tranquilidad a la efusión en un instante, por momentos es dulce y por momentos una locomotora que arrasa con todo, cada frase que expresa la vive con pasión, en esos extremos. -Tiene razón doctora esa es la palabra, fui tratado por mi madre, injustamente.¿Cómo? ¿Qué usted no dijo injustamente?, ¿Qué lo dije yo?... ¿Qué usted es un espejo mío?Mire doctora, vamos a ponernos de acuerdo desde un principio; la palabra injustamente la dijo usted porque yo no encontraba una adecuada para definir la formación que había tenido; y por otro lado, no vengo acá para mirarme en un espejo sino a buscar una solución a este problema que no me deja vivir feliz. (Juan alza el tono de voz y agita mucho los brazos) Quiero soluciones doctora, so-lu-cio-nes; vengo acá y pago por ellas; usted me debe las respuestas; sino fuera así, me quedo en mi casa, me miro en el espejo, y me ahorro la consulta.Esta bien, esta bien. Ya me tranquilizo, y comienzo el relato desde mi infancia.De chico, no noté nada diferente en mi relación con mamá de la que tenían mis amigos con las suyas; cosas normales, yo que sé,... era más exigente para algunas cosas; retos por no saber el teorema de Pitágoras, o por confundir los Mayas con los Aztecas, para mí eran todos indios, ¿vio?, y para ella eran esa cultura. Realmente, donde empecé a notar la diferencia con los demás fue entrando a la adolescencia, a los catorce, quince años. Ahí sí, por ejemplo, al regresar los sábados de salir, casi siempre se levantaba para preguntarme como me había ido, dónde había estado y todo eso; al principio me parecía normal que lo hiciera, pero después me di cuenta que hacía hincapié en si había ido a bailar, si había conocido a alguna chica; creo que por ahí estaba la cosa, que eso le molestaba, lo del baile, porque lo asociaba con la conquista. Fue así como poco a poco le empecé a retacear información, o, directamente, le mentía; aunque esto último casi nada porque en el fondo me sentía mal al hacerlo; sentía mucha culpa,.... y miedo de que me descubriera,... sobre todo cuando me miraba fijo con esos penetrantes ojazos negros.Siempre encontraba la forma para decirme que la chica que había conocido la noche anterior no era para mí. Tenía mil argumentos para justificar lo que decía. Empezaba lentamente, con el famoso: -"fijate bien lo que hacés; vos sos un chico que tenés que prepararte bien en la vida, tenés que estudiar mucho porque el mundo cada vez está más difícil, no podés estar perdiendo el tiempo por ahí, y menos con cualquiera que no te merece". Como si fuera adivina, sin saber siquiera su nombre ya sabía que en mi vida esa chica, iba a ser una pérdida de tiempo.En realidad, doctora, le tengo que confesar que tuve una sola novia, y eso fue hace muchos años. A ella si la traje a casa, se la presenté, incluso casi le diría que en algún momento hicieron buenas migas. Fue un noviazgo bastante largo pero terminó, así, ¿vio?, de repente terminó,.... Aunque ahora que lo digo en voz alta, y lo pienso.... No sé si fue tan de repente. Pero esto merece una explicación especial. A esta relación me refiero; y comenzó así:Solíamos juntarnos con los muchachos en la esquina de Boyacá y Rivadavia, donde está el café La Copla de Flores. Nos gustaba esa esquina porque hay un buzón que nos venía bien para apoyarnos, y de ahí semblanteábamos a todos los que pasaban por cualquiera de las dos calles. El barrio de Flores en esa época, era el barrio de moda; todas las chicas y los muchachos de otros barrios, no pasaban un sábado sin ir por allá; durante el día a caminar o ver vidrieras, y a la noche a bailar o a dar una vuelta y tomar algo en Lorena, Sinatra, o cualquier otra confitería de onda. Eso nos permitía jugarla de anfitriones, sentirnos importantes; un poco como ser los dueños de la pelota cuando entrábamos en diálogo con alguna piba, inflando el pecho decíamos: "nosotros somos de acá". Y ese "acá" encerraba el orgullo de ser locales, de conocer el barrio de memoria, baldosa por baldosa. Podíamos copar la parada si alguna barra quería ser banca en algún boliche. ¡Que linda época esa...!Los días de semana a las 18 horas, estábamos puntuales en el lugar de reunión; los primeros en llegar éramos el Baboso. (le decíamos así porque apoyaba los brazos cruzados sobre el techo del buzón, y sobre los brazos apoyaba el mentón (Juan hace todo el movimiento mientras habla) y a cada mina que pasaba, casi en un susurro inaudible, aún para el buzón, la empezaba a piropear mientras un hilo de saliva corría por sus comisuras). Jamás pudimos dilucidar si por esto último, lo cual era naturalmente antiestético por no decir repulsivo, o porque no lo escuchaban, pero la realidad es que nunca engancho nada. El otro integrante que no fallaba era Quique Remache, en realidad el sobrenombre primigenio era Quique, lo de Remache vino con el tiempo. Cuando salíamos de bailar mientras volvíamos a casa pateando tachos, y nos pasábamos el informe de lo que nos había pasado a cada uno, Quique, hasta ahí sin remache, decía algo así como: "loco le di un chamuyo bárbaro, mañana cuando salgo viene el remache, viene el remache loco". (Juan hace el ademán como si estuviera hachando un árbol con una mano). Y yo doctora, el loco Juan. Mi sobrenombre les surgió espontáneamente a los muchachos una fría tarde de agosto en la que me encontraba apoyado en el buzón, y desde allí, tirábamos a embocar monedas en un macetero que había en la ventana de La Copla, con Carlitos Funeraria, y Jorge Motoneta; el que embocaba primero se llevaba las que habían caído al piso. Quiso el destino que pasara una pareja de veteranos, y, sin querer, le pegué un monedazo al chabón; se puso de la cabeza, me empezó a gritar de todo; se acordó de toda mi familia. La gorda que lo acompañaba también se puso a gritar mientras agitaba los brazos; como tenía puesto un tapado rojo, parecía que el buzón había tomado vida. Cuando me cansé de tanto espectáculo Fellinesco, le pegué un sopapo al "quìa" que le hizo volar el sombrerito con pluma que llevaba puesto. El buzón con vida, (es decir la gorda), revoleó un carterazo que le pegó a Carlitos Funeraria en plena oreja, como la gente se empezó a juntar decidimos, tácitamente, salir corriendo para las vías del ferrocarril; previo sopapo a la gorda que ya me tenía cansado con sus alaridos. Así nació lo de loco......Con el tiempo nos fuimos deschavando cual era el motivo de tanta puntualidad. A esa hora siempre pasaba la princesa, (Juan dice este párrafo como soñando, con añoranza) bautizada por nosotros de esa forma porque tenía un andar tan elegante, tan fino que la destacaba de cualquier otra mujer; su pelo rubio volando al viento, sus ojos grandes como dos almendras que se habían robado el color del mar caribe, de pómulos marcados y nariz perfecta, sus labios delicados con un tinte rosa destacaban en esa piel blanca y cálida, como la arena de una playa que besa el mar.Quisiera detenerme un instante en su cuerpo. Un busto redondo como una nuez, hombros bien marcados, brazos frágiles que terminaban en tiernas manos con dedos alargados.¡ Que cintura, ¡por favor!, ¡qué cinturita!, era un anillo perfecto, para que le voy a hablar de las piernas; un "choreo", un dibujo hecho por la mano asociada de los mejores pintores, doctora, no sé... como si Degás, Gauguin, Renoir y muchos mas se hubieran puesto de acuerdo para hacerlas así. Como verá ,dejé para el final de la descripción lo todavía mejor de su anatomía, la cola. Qué le puedo decir de esa cola que ya no hayan dicho los populares poetas que abundan en las ventanas de los cafés, o que expresan su sabiduría romántica desde algún camión; qué adjetivo podría yo agregar para describir objetivamente ese reverendo elemento, lo mejor de su "patrimonio", doctora; haga de cuenta que usted está acostada boca arriba en la llanura que precede a la sierra maestra. (Juan hace toda la mímica y se acuesta, va dibujando con su mano derecha toda la forma de lo que describe). Luego, gire su cuello hacia la izquierda; y ahí la ve... se yergue inmaculada, preciosa, altiva, sin dudas, dueña, inmensamente dueña de los ojos que la miran ; en un paisaje perfecto donde nada sobra, todo es estético; no confundir con estático querida doctora,(Juan se levanta de un salto y camina moviéndose como una mujer) porque lo movía ¡y cómo lo movía!. Con la candidez de un ciervito alado; con la displicencia del que no le importa, sin culpa por los infartos que provocaba a cada paso.¡ Ay! doctora, esa fue mi novia; y no se lo toqué. Y, si, doctora ;no se lo toqué. Me imagino lo que debe estar pensando; pero eran otras épocas ¿vio?. El respeto, una chica del barrio; yo la quería para casarme. Y por sobre todo: ¡la boludez!. (Juan exagera con gestos y ademanes) ¡Reverendo boludo!. ¡Cómo no se lo toqué!. Amagaba ¿vio?, pero me quedaba siempre en el amague y nunca tiraba el centro. Ahora, a la distancia, pienso que había días en que ella lo esperaba, (Juan mira a la doctora) ¡cómo! ¿qué esperaba ? ¡que le metiera un manotazo! ( Juan hace el ademán ) ¡así! bien apretadito doctora; llenando mis dos manos con esa mochila obligatoria. ¡Pecado imperdonable el de no haberla palpado!Así fue como logré ser la envidia de toda la barra y el odio absoluto y para siempre, no bien disimulado, del Baboso y Quique remache. Les había ganado de mano.Pero, en ese momento, nada me importaba; solo ella y nuestros tiempos; solo ella y nuestras calles, solo ella y nuestro mundo. Casi me olvidé del café y los amigos, de esas noches de billar y discusiones de fútbol.Hasta que un sábado a la noche, de esos tantos en que nos quedábamos a cenar con mamá, la acompañe hasta su casa y ya en la puerta me dijo: Juan, no va más. -¿Qué no va mas? (le pregunté medio incrédulo)-. Lo nuestro Juan, ya no resisto más. -Pero, ¿qué pasó?; y ella en un hilo de voz me dijo: Todo Juan; ya casi ni salimos; estamos siempre en el comedor de tu casa; a veces no se si estoy de novia con vos o con tu mamá; siempre tiene una excusa para interrumpirnos, para meterse en nuestra conversación, para opinar; parece un noviazgo de tres. Hoy sin ir mas lejos, cuando sacaron esos horribles álbumes de fotos para verlos por enésima vez,... estaban los dos tan contentos y tan ensimismados, que me sentí una intrusa Juan, sentí que estaba de más; y esa sensación que hasta hoy no me podía explicar se me presentó patente. Vos no necesitas una novia Juan, vos necesitas a tu mamá.Deambulé un rato por esas viejas y queridas veredas de Flores, y lloré doctora, lloré; la quería y sentía que era injusta conmigo, y también con mamá. Sabía yo, bien de sobra, que mamá tenía sus cosas; pero de ahí a que la culpara de entrometerse con nosotros había un abismo. Por momentos sentí el deseo de volver a La Copla, a pararme al lado del buzón y a abrazarme con Quique y el Baboso, pero tenía vergüenza, vergüenza de haberme abierto de la barra y vergüenza de confesar mi fracaso.Así, casi sin darme cuenta, me encontré de golpe con el frío mármol del frente de mi casa; sin brújula, sin saber que hacer ni que decirle a mamá. No la quería hacer pasar por el mal momento de explicarle los motivos de nuestra ruptura, pero tampoco podía ocultarla.(Juan de a poco se va recostando frente al público) En un instante estaba boca abajo llorando contra mi almohada, y en otro instante estaba ella consolándome. La amargura de mis lágrimas se mezclaban con la dulzura de sus palabras. Nunca la sentí a mamá así, tan cariñosa, comprensiva; con esas caricias deliciosas, que me hacían regresar a su vientre, donde todo era paz , calor, bienestar, tranquilidad. Entre en un sopor tan agradable que no quería volver atrás. Toda la noche se quedo mamá (Juan, todavía acostado hace el ademán de un abrazo) abrazada a mí.(Juan se sienta en el escenario). A la mañana siguiente, como todas las mañanas, me trajo el desayuno, y mientras le relataba el motivo de la ruptura, me contestó: ¡Ya me lo imaginaba!Nunca quise herirte, pero sabía que no era una chica para vos.A partir de ahí, nada fue igual para mí (Juan se levanta); me dediqué a estudiar, hice nuevos amigos en la facultad, me olvidé de la Copla, de Flores, y del buzón; y en ese olvido cayeron los amigos de antes, las risas de antes, y todo lo de antes, incluyendo a esa princesa hermosa que se escapó de mi cuento por la puerta de atrás. (Juan entra como en un letargo, muy ensimismado) Hubo intentos sabe, en algunos bailes; no de Flores, por supuesto. Hubo compañeras a las que llegaba a hablarles, un café, un paseo y nada mas; no las podía tocar.Era una fuerza interior que me superaba, no la podía dominar, sentía una mezcla de pudor, de, ¿como le podría explicar?, de..., de...¡Como que estaba haciendo algo mal!. Que le estaba fallando a mamá. Todo marchaba bien hasta el momento que se imponía tomarlas de la mano o darles un beso; ahí empezaba a flaquear y, con alguna excusa, no salía mas.Para el verso era el mejor, por lo menos así lo sentía; y eso me daba una seguridad absoluta.Aparte del ejercicio de pasar varias horas al día siguiendo chicas por Rivadavia, desde Boyacá por la vereda impar hasta Artigas, y de vuelta por la vereda de los pares. Sin olvidarme, por supuesto, de persignarme frente a la iglesia de San José, ja...ja.Era muy dúctil para la conversa. La base era siempre la misma, una especie de rimador para cholulas de barrio; robaba algunas frases de las muchas poesías que sabía de memoria, y ahí arrancaba; pero si la diosa circunstancial ponía cara de ¡ que plomazo ! giraba ciento ochenta grados el discurso hasta encontrarle la vuelta. ¿Y si no se la encontraba?; bueno..., la vuelta la pegaba yo e iba a buscar otra. Claro, no era lo mismo una chica que estudiaba en el Sarmiento, que otra que trabajaba en una casa de familia. No, para nada...; toparse con estas últimas simplificaba las cosas. Fíjese que decirles algo así como: "yo creía que solamente de noche salían las estrellas", era arrancarles una sonrisa y ganarse el cielo para siempre ; o este otro para chicas católicas: "que distraído está Dios, que dejo caer un ángel".Pero los años han pasado, terribles malvados, como dice el tango. Y mamá murió.(Juan entra en un estado de tristeza grave) De esto hace ya tres meses...., tres largos y malditos meses que llevo casi sin dormir, no se fue sólo un gran afecto, ni sólo su figura; también se fue el cariñoso despertar de la mañana, el arrumaco dulce de la última hora, el oído que escuchaba una poesía y la sonrisa cómplice que implicitaba la promesa de compartir todo. Un final demasiado prematuro para...........¿Cómo dijo? ( Juan se vuelve agresivo ) ¿cómo dijo doctora? que tengo que pasar el período de duelo para poder aceptar y olvidar, ja...ja..ja..(risa histérica de Juan) usted no entendió nada ¡qué personaje lamentable que es!¡NO ENTENDIÓ NADA! ¿Quién le dijo que quiero olvidar? (Juan se deprime nuevamente) Sólo quiero que vuelva, que no sea una historia ni un pasado, que no se vaya sin más ni más, y yo me quede vacío, triste, desnudo, solo y sin fuerzas, sin amor, sin armonía; sólo quiero a mi mamá... mamá. Telón Será mejor, sí, continuar esta charla otro día Yo estoy caliente y vos no estás muy fría...Que cualquiera te viene bienMenos un servidor. !Ya se que no soy el de antes!Y por mas que cuente hasta cien y otrasLlegue a los trescientosYa no me aguanto más Tus "benditos "comentarios. Pero como pasa siempre, mi querida Lola,Tú tienes la razón y yo entre mis piernas la colaQue tú no entiendes mi vejez ni sabes de caridadPero como dijo la "madre",Mas vale encender la vela que maldecir la oscuridad. Soyel lecho suaveque tu cuerpo pidecuando esta cansado El abrazo amigoque te da calorcuando tienes fríoEl oído atentoque a escuchar tu penase mantiene prestoEse hombre fuertedispuesto a todopara protegerteEl que va de nocheel que va de díasi lo necesitasLa voz que adula y la mano firmeque te escribe rimascuando estás débilo de ti dudasSoy el que siempre sueñay te dice cosasque nunca esperasese loco lindolleno de amorpleno de mimosSoyla melancolíaque le reza a Diospara que seas mía. 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