En el mazo existencial hay barajas para todo;
unas le cantan al amor, otras le cantan al odio.
Concentrada, la gitana empezó a tirar mi suerte...
hoy puedo resplandecer o estar llamando a la muerte.
 
!Ay Creador de mivida! Dios de los menesterosos
dama buen naipe este día que debo salir airoso.
Esta pena que me aqueja me condujo a la gitana;
yo nunca creí en sue
rtes, nunca, hasta esta mañana.
 
Resulta que Soledad, que ya no estaba tan sola
me confeso, entre sonrisas de noche en el olivar,
mientras dos sombras rodaban llenas de felicidad.
 
Pasaron días eternos y noches de no olvidar:
la luna sobre mi espalda y ella dejándose amar.
Sus pechos como naranjos con olorcillo de azahares,
se abrían entre mis manos como abanícos gitanos.
 
Que muslos, como temblaban, tibios esos dos manjares
se me ofrecían a diario, allá, por los olivares.
Brillo de nácares puros, destellos de luz de luna,
me regalaban sus besos, besos de tierra aceituna.
 
Me contaron que una tarde, al salir de una corrida,
pasóse un mozo con jaca por lo demás llamativa...
 
Velóz como el ademán se subió con el jinete,
alguien menciono despúes:-!fugaron para Albacete!-.
Desempolvé mi navaja y ella volvió a relucir.
!Cuantos baños rojos tuvo allà por Guadalquivir!.
 
Furioso va mi Rocillo haciendo polvo las piedras,
calado el sombrero llevo, erguido en mi jaca negra.
 
La navaja va al bolsillo bien pegadita a mi diestra,
en la izquierda van las riendas y en el corazón mi pena.
Ya dio vuelta la primera, ahora es suerte y verdad...
quiero saber el futuro cuando encuentre a Soledad.