Quiero tenerte en mis brazos y sentir la brisa que corre por tus manos, expandir tu mundo de colores pintándolo con ilusiones, deseo volver sentir el calor de tu cuerpo, o tu dulce mejilla siendo cautiva de mis manos.   Con un dulce te amo recordar el pasado y volver a sentir el sueño fugaz que me acerco a ti.   Como me enredo en tu boca con una dulzura loca recorro tu silueta tan grande que se me pierde en el horizonte de mis deseos.   Quiero tenerte en mis brazos solo para decirte cuanto te extraño, solo para volver a sentir tu piel, solo para no sentirme solo sin tu ser… por eso desearía nuevamente tenerte en mis brazos.

Otra vez en tus brazos me siento salvado, vuelvo a tu camino como aquella persona que se quedo en el olvido, me agarras y me sueltas, como un dulce poeta me enamoras con tu silueta.   Antes cuando no estaba a tu lado solo pensaba en el olvido, ahora solo quiero estar contigo, si pudiera decirte cuanto te quiero las palabras no bastarían y los hechos solo fueran sueños de fantasía.   Como desojando una flor escucho tu voz, con cada pétalo que se estrella en el suelo siento que me acerco a tus sentimientos, con tu aliento me alimento y con la sutileza otra vez a tu lado me siento salvado.

UN CHARQUITO DE OLVIDO   Del gran mar que no existía entre los dos, un charquito de olvido se ha llenado, con la lluvia de mentiras que nos cae encima.   A medida que pasan los días, solo el olvido ceca, las mentiras perdidas, colocándolo en un espacio tranquilo, olvidando un instante el charquito sintiéndonos protegidos.

RECUERDOS DE UN AMIGO Tu amistad me mirará, a lo lejos pero sin cerrar ningún minutos los ojos incautos del amigo escondido tras esa pared llena de abrazos, suspiros y ternura. Cada noche que llego a tu vida siempre te cuentos mis secretos olvidados y tu me dices cosas inolvidables, grandes secretos que solo Dios sabe.   Cuando te recordare, tal vez cuando mire a tras y no te vea mas, recuerda que una vez te quise, que una vez me ilusione con un querer tan prohibido como pecar un mandamiento de Jesucristo.   Me da lastima y nostalgia saber que no te veré, que tu me veas y no te acuerdes que solo sea un recuerdo tuyo guardado en un abismo. Prometo estar en tu vida aunque no se de que forma, llenaría mi espacio, guardado con un animo y sin ser prohibido.

Como estar a tu lado cuando te siento tan lejos, al mismo tiempo que te quiero, escucho tu corazón pero para mis oídos es una alucinación, tan solo deseo tenerte conmigo, ¿es tan difícil pedírselo al destino?   Me obliga tu corazón a quererlo, pero al mismo tiempo solo te contemplo en la alegría de otros brazos y sin poderte decir cuánto te amo.   Me desangro poco a poco y la magia se escapa de mi cuerpo, si hace tiempo te hubiera dicho cuanto te quiero está herida jamás se hubiera hecho.   Quiero que estés conmigo, así de fácil, no solo por capricho sino porque en ti encuentro mi destino, en ti confió mis penas más bellas y mis alegrías más tristes temiendo a perderme en el desierto de tu olvido.

Qué triste es verte sin mi, que mal es saber que sales de mi mundo, la poca luz que queda de este sol, formando mi constelación, ahora es una migaja de aquel tierno amor.   No sé qué hacer para demostrarte mi querer para darte a entender lo mucho que te adoro y la tristeza que siente mi corazón cuando late y no es por vos.   Vivo del aire y muero por el, pero no es justo hacerlo sin un porque, como antes solo vivía por ti y ahora que estas aquí, deseo poder respirar de ese aire conservado durante horas astrales, para revivir este amor que solía existir.   No quiero aburrirte solo decirte la mucha alegría que le brindas cada día a mi corazón con tu dulce voz.   Atentamente: mi dolor.

Caminando por las calles buscando ilusiones o restos de ruinas dejadas por aquellos amores viejos y añejados por las caricias, trato de buscar una inspiración un suspiro par mi corazón.   Tropezándome con reliquias antiguas, como charcos de lagrimas prohibidas, tan solo en un kilometro de mi vida, encuentro tus deseos y el mapa que me acerca mas a tu camino.   Déjame en la mitad de tu sendero, como un viejo ermitaño varado en tu destino, descansando en el vientre de tu amor, con las dulces caricias dadas en la oscuridad, el deseo y la pasión que nos ilumina nuestra ilusión.