Sin poderlo evitar te me escapas de las manos, mis palabras te extrañan y no saben mas que rezar por sus almas ya que no tienen un oído donde llegar.
 
Lloro por ti, pero no vale nada, el destino se alimenta de mi dolor, solo la compasión de tu presencia hostigaba su mala compañía; al momento de no verte mi alma se destroza y recorriendo tus huellas rotas, pieza por pieza se intentan armas para llegar donde tu estas.
 
Pero no se como llevar este sufrimiento que me agobia, si tu te vas moriré y mi vida no valdrá, sino tengo ese tesoro que me hace brillar en cada día, cada hora donde te presentas y te vas antes de que las horas agoten sus minutos. 
 
Se que estas ahí pero no te podre ver tu espacio intocable en mi corazón es el monumento que vigila mi dolor…