Me bajas de mis aires de superior... Me haces débil ante ti... fuerte ante el mundo y hermosa ante mi.Me haces feliz... me haces tomar la decisión de serlo. Me provocas a mirar por el escote de tu remera y mojar mis labios con té verde, haces que ignore el recibo telefónico con tal de cortar la distancia que amenaza con matarme de ganas...Esas ganas de acomodar tu cabello, de besar tus mejillas, de tocar tus piernas, de morderte la boca, de pedirte que me prepares brownies mientras llueve de una forma embriagante.Tirarnos en la alfombra de la que será nuestra casa, gritarle al mundo que eres mía, saludar a tu madre en pleno ataque de pánico, y a tu padre mientras se ahoga con su café...Dejarte libre con la certeza de que eres mía y que al final de cada tarde volverás. Escribirle un libro a tu risa y un poema a tu lengua, tomarte de la mano y salir a la plaza... para que nos señalen, nos miren, nos denigren... regalarte un beso y que ellos desaparezcan. Dedicarte trova, casarnos con los pies descalzos, llorar contigo y dormir en el sofá los sábados. Ver películas baratas en domingo, visitar a mis padres en navidad... subir a lo que será mi antigua habitación y cenar en el sofá viejo que ahí mismo tengo. Oler a ti, saber a ti... ser de ti... antes de saberlo, antes de conocerte. 

Con los días me di cuenta de mucho, de todo tal vez… de ti Culpable tu nunca fuiste, las cosas fueron inevitables y; Culpables mis celos, culpables mis gritos, culpable mi ego, culpable el capricho. Culpables tus ojos tan poco sinceros, culpables tus tratos de fiel caballero. Culpables los vicios, culpables los sueños, culpables mis ganas de acércame tantito. Culpables mis victorias, mis aspiraciones, mi mundo sincero y el tuyo tan frio. Culpables tus cabellos, tus manos, tu piel, culpables mis sentimientos con ello también. Culpables mis frases, culpables tus promesas, culpable la luz calmada de aquella vela, culpables todos… menos nosotros. Culpables tus impulsos, culpables los míos… Culpables tus gestos tan poco comunes Culpables tus frases ahora imperfectas, culpable mis ganas de hacerte promesas. Culpables mis ganas de verte perfecto, culpable tu por no errar mi intento. Culpable yo por querer como te quiero.

Estoy celando lo que nunca fue mio y lo que tal vez nunca sea mio. Me siento presa fácil de tus actos, me siento débil ante no poder decir ya basta y girar la mirada para ignorar el dolor que opaca mis húmedos ojos. No tengo palabras para decir por que simplemente mis argumentos no tienen valor ya que nunca me perteneciste... Aunque yo a ti si. Me tiemblan las manos, los ojos se mojan, mis labios arden ante la mordida desesperada que les brindo... y solo me queda decir: Quisiera que el destino fuera menos cruel, quisiera que tu mirada se hubiera dirigido a mi o a alguno de mis escritos... Quisiera que fueras mio como tuya soy yo... Quisiera que nuestros labios hubieran coincidido. Pero yo estoy aquí y tu ni lo sabes, mis labios solo susurran: Que seas inmensamente bienaventurado.

Y es ahora cuando me doy cuenta que te extraño… Que me hacen falta tus te quiero inesperados e incluso inexpresivos…No medí las consecuencias de tomar 3 tazas de café americano y ahora no puedo dormir… y lo peor de mi insomnio es que hoy toca homenaje a tu abandono. Hace tres semanas que no me buscas, y se que pedí que no lo hicieras mas creí que me extrañarías, lamento decirme a mi misma: te volviste a equivocar.Me siento, suspiro, me levanto, tomo un sorbo de agua sin siquiera disfrutarla, esperando a que por alguna razón llegues suplicando un perdon… Aunque sinceramente pensándolo bien no tengo idea cual sería mi respuesta… No se cuanto mas aguantare esta lejanía, y dudo conservar la cordura en unos días… No puedo hacer nada, soy un imán de recuerdos… pienso y ahí estas tu, cierro los ojos y tus abrazos fuertes me estrujan la garganta provocando un grito… y un nudo incurable en la garganta…Me arden los labios de coraje, la cabeza me da vueltas y me causa nauseas…Y aun no lo haces, no atiendes mi desesperación, no curas nada, o tal vez lo ignoras… O tal vez esperas a que yo te hable, o quizá solo quizá estas mordiéndote las uñas de ansiedad por querer ver un ‘Hola’ de mi parte… Pero no puedo, apenas me estoy reconciliando con mi poco orgullo, que como ultimátum me pidió que me contuviera… Casi me lo rogo… Esta agonizando y en malas condiciones, esta aterrado por que en cualquier segundo de debilidad de mi parte puede morir y yo sere la culpable…Sigues sin atender mi urgencia, sigues sin hacerlo… Y parece ser que no te importa. ¿O no te importa? Y si es así… ¿Qué chingados hago aquí? Fastidiando solo al pobre orgullo, molestando a mi cabeza, confundiendo al bien y el mal, alborotando mi estomago, y tirándole cloro a mis ojos…y sobre todo… fastidiándote a ti… sin que lo sepas.

Ustedes son las que comprenden mis caminatas nocturnas a causa de mi insomnio... Entienden lo que es refugiarme en el tercer escalón esperando a que llegue a mi algún hecho extraordinario para no solo estar en blanco... entienden lo que es que me pese cada paso al momento en que hablo por teléfono y doy mil vueltas por la casa a las tres de la mañana mirando de un lado a otro y con el frio que me embriaga de anhelo de un: tal vez, quizá, o mañana ojala...  Han seguido mis pasos, aquellos que no han sido descalzos y dudosos... si no aquellos cálidos permitiéndome un poco de tibieza aunque sea... artificial y aunque solo sea debajo... para no recordarme que he de pisar mas allá solo para conocer el dolor aun mas... y no refugiarme en un acolchonado andar... por que la vida no es cómoda... si no algo más.

Y aunque nadie lo entienda… Yo quisiera poder volver en el tiempo una y otra vez a tus labios. Quisiera de nuevo disimular nuestras ganas y besarnos torpemente fingiendo aun un accidente. Mirarnos aterrados con una sonrisa de esas que enamoran sin permiso. Verte de reojo mientras finges no hacerlo también tú. Pasar a un lado tuyo con la esperanza de que me beses aun con publico indiscreto presente. Quisiera de nuevo hablar de cualquier cosa… Pelear por un volante político, reír de la nada, preguntar si merezco un no se que que no recuerdo. Pedirte que me acompañes a algún lugar los dos solos, jugar a los orgullosos, mantenernos lejos por minutos, explotar de deseos y comerte a besos… Que ahora no son torpes; son exactos. Tocarte como si el tacto fuera nuevo para mi, rosar mi lengua con la tuya con suavidad como queriendo imponer ternura con locura… De esas veces que la droga y el placer es bucal. Y mientras escribo y revivo el instante me recorre un escalofrió por todo el cuerpo… El dolor en el estomago que me provoca placer y malestar. Y vuelvo a la redacción por el puro placer de recordarte… Conmigo, nosotros… Tu, yo, tus labios, los míos, tus sonrisas poco frecuentes, tus brazos firmes, la facilidad de abrazarnos y la urgencia de mirarnos. La promesa de que esto no pasaría de aquella puerta blanca, y mis ganas de pedirte que volvieras a besarme aunque fui yo quien te pedí que te fueras. Mi torpeza al no correr por el pacillo y besarte de nuevo, con sabor ya no a alcohol, si no a ‘Ojala te den ganas de besarme mañana, en una semana, en un mes, o algún día… otra vez’ Pero solo te mire alejarte, sin voltear, sin despedirte… No hice nada, aun sabiendo que no habría un después. Y me conformo con recordar… Releer mis sentimientos solo para provocar el espasmo en el estómago que con cualquier excusa se quiere manifestar.