• valery isabel
vimn_
17
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  • País: Venezuela
 
Una copa, Dos, otra más. Bajas la guardia, dejas caer ese pequeño velo que te cubre rutinariamente, te vuelves mas risueña y sin darte cuenta te encuentras coqueteando,  te das cuenta que el también te coquetea a ti. Otra copa.  Ya no hay barreras.   Te das cuenta, que es mas que simple coqueteo, lo ves y el te ve.  Mientras la noche corre hablan,  y en tu descuido hablaste de ti, de tus mas profundos  temores, de tus planes  y de lo que amas profundamente. Ríes cuando el te comenta que odia las películas de terror,  tu corazón se encoje cuando el, sin vacilaciones ni ironía, te esta contando a ti, que te conoció hace solo unas  horas, acerca de cómo su padre lo abandono siendo un niño. Otra copa, y tienen una disputa acerca de el odio que el siente hacia el café. Las palabras, las risas, y los sentimientos dan paso a la madrugada,  con ella las miradas se intensifican, los cuerpos reducen su espacio entre ellos, las manos buscan el tacto y la conversación se profundiza, hablan del amor, de cómo  los dos ansían sentirlo y se dan cuenta que no necesitan otra copa, que su afinidad no fue producto del alcohol, sino de ellos mismos. Se buscan, se desean, y con la luna alumbrando su velada se besan. Esos besos conducen las caricias, y te encanto saber que el espero tu permiso para llevar su mano a tu cintura, te encanto  que tus labios junto a los de el se movían en perfecta sincronía, reíste cuando notaste lo mucho que le gustaba que acariciaras su cabello, deliraste cuando te diste cuenta que a mitad de los besos que compartían el sonreía, y tu inconscientemente lo hacías con el. Te toco, en el sentido más inocente de la palabra, y también toco tu alma. Te estremeciste y sentiste terror, porque sabias que con la fantasía que los acompaño la noche, llegaría el sol. Un beso de despedida. Rápido. Fugaz.  Sus labios haciendo presión en los tuyos. Hiciste tu camino a casa, para descubrir que no tenías sueño, para descubrirte deambulando por los pasillos. Pasaron los días. Te revolviste en la cama. Semanas. Dejaste desayunos a medio comer. Pensando. Esperando un mensaje de un número todavía desconocido. Esperando por el. Teniendo la esperanza de que esa afinidad que sentiste en aquel lugar, pudiera perdurar mucho más que solo por una madrugada. La cosa es, que la esperanza, a veces nos juega malas pasadas.
Muchas veces he escuchado decir que somos adictos a lo que nos destruye, yo pienso mas bien que el ser humano es adicto a la monotonía, pequeñas circunstancias nos vuelven poco a poco dependiente de rutinas, momentos y sentimientos que muchas veces solo causan mal en nosotros. Esas pequeñeces poco a poco se compactan para crear algo grande, y nos encontramos creyendo que la monotonía es estabilidad, nos encontramos creando tradiciones inconscientemente, tradiciones que son mas difíciles de romper y mas adictivas de lo que creemos. Es ahí cuando nos perdemos la vida, cuando dejamos ir cosas nuevas, por aferrarnos a eso que creemos estable, es ahí cuando nos destruimos, porque a veces preferimos que nos embargue siempre las mismas emociones, porque preferimos caer una y otra vez en el mismo bache, que acabar por rodearlo y seguir adelante. Puedo decir con propiedad que el ser humano es engañado mas de una vez a causa de su propia estupidez, que somos tan vanidosos y que nos engañamos tanto haciéndonos creer que sabemos el proceder  de cada cosa… que nos hacemos dependientes, dependientes de personas que no dependen de nosotros, acabamos llorando a quien no nos llora y terminamos  amando a aquellos que no son capaces de sentir. Preferimos vivir una y otra vez determinadas situaciones, nos quedamos intentando una y otra por cosas que sabemos en el fondo que no van a cambiar, nos apegamos a la tradición, a la monotonía… y no nos damos cuenta, que la monotonía no es estabilidad, que nos estamos destruyendo y que aquello que de verdad puede hacernos feliz, que de verdad vale la pena esta ahí, y lo estamos dejando pasar, por esperar demasiado de personas que en el fondo sabemos que no tienen nada nuevo que ofrecernos.
 Respira. Te sientes solo. Esta ahí. Es como una sombra incesante, no esta siempre presente, pero llega, te envuelve y permanece ahí contigo, un día, tal vez dos… te sientes desolado, cabizbajo y tienes la certeza de que así como la sensación de vacio vino se ira, que llega por momentos fugaces, pero no basta, porque siempre que se va deja advertido que va  a volver, porque siendo sinceros, no se va, solo te deja respirar por unos días. Y es ahí cuando te das cuenta que necesitas a alguien, cuando ves una película romántica y sin darte cuenta te genero mas conmoción de la que debería, cuando vas por la calle y vez a una pareja agarrada de manos y llega a ti una sensación de nostalgia, cuando extrañas… y no sabes que es lo que extrañas, y sientes la soledad y es una soledad que no es capaz de llenar tu entorno social porque esta sensación  se ha vuelto parte de tu vida, porque se encuentra adherida a ti, esperando que alguien sea capaz de hacerla a un lado. Y luego estas viviendo y te olvidas por muchos ratos de la sensación que algunas veces te sobrecoge, y hablas con tus amigos y te hablan de su sufrimiento, de cómo el amor los daña, de sus problemas de pareja, o de sus corazones rotos a causa de una ruptura, los oyes maldecir al amor y tu solo sonríes de manera vacía, respiras y das tus mejores consejos… y sonríes porque hay certeza dentro de ti, por qué dime, ¿que es peor? ¿Estar sufriendo a causa del amor? ¿O no haberlo sentido nunca?
A veces me ocupo tanto pretendiendo se yo, que pretendo olvidar quien eras tu… pretendo olvidar todas la veces que te dormiste en mi pecho y todas las mañanas que me levantaste de la cama porque pensabas que las diez de la mañana era una hora en la que ya se debería estar despierto. Pretendo olvidar tu voz diciéndome te amo y tus gritos cuan te enojabas conmigo por algo. Te llevo presente, pero a veces estoy tan ocupada siendo yo que no me doy cuenta que aunque pretenda olvidarte te volviste parte de mi, que te busco en cada niño que veo por la calle,  que paso días lejos de casa y cuando vuelvo aun cierro los  ojos imaginando que estas aquí, que no importa la hora que sea ni quien me llame salgo corriendo, porque de pronto cualquier voz puede sonar como la tuya. No dejo de despertarme pensando en que estas en el cuarto de al lado y no dejo de salir a desayunar sin percatarme que tu espacio en la mesa sigue estando vacío. No dejo de pensar en el porque de las cosas, y aunque por fuera me este ocupando en ser yo, por dentro me sigo preguntando que pudiste haber sido tu, me ocupo… pensando en que estudiarías, en como seria nuestra vida, nuestra familia, en que si estuvieras aquí nuestra mama no estuviera tan triste. Han pasado casi tres años, y sigo recordando cada detalle del ultimo día que te vi, de la ultima vez que te abrace y de cómo llorando te rogaba que fuera estuvieras jugando.  Han pasado casi tres años y aun no se como reaccionar cuando me preguntan por ti. Han pasado casi tres años y aun se rompe algo dentro de mí cuando conozco a alguien llamado Diego. Por que te veo en cada persona, porque sigo buscando tu cara en el cielo, porque querido diego, hermano mío, no importa cuanto tiempo pase, siempre voy a necesitar tu voz diciéndome te amo o tus gritos de enojo o tu sonrisa, que según mi opinión era lo mas lindo y sincero que alguien podría ver en su vida.
Querido Diego
Autor: valery isabel  446 Lecturas
Aunque lo intente, con cada suspiro de aire que tomo, se cruza por mi mente tu nombre, mis recuerdos sobre ti desaparecen con cada minuto que pasa, e inexplicablemente crece mi amor. Lo intento, han llegado nuevas experiencias a mi vida, experiencias que me han dado un nuevo enfoque, me han hecho sonreír, me han dado alegría… pero aunque eso ocurra no puedo olvidar como me sentía contigo.  Aprendí a vivir en tu ausencia, aprendí a vivir con el hecho de ya no verte, ni llamarte, ni de recibir un mensaje tuyo. Pero aun te recuerdo en cada lugar al que voy, y en cada canción que oigo junto a la letra mi mente recita tu nombre, en cada suspiro y en cada sueño, solo tu te encuentra en mis labios. Aunque lo intente, te culpo a ti por no poder olvidarte, no importa que haga, nadie me hace sentir como tu, he conocido personas… he tratado, a veces creo que lo estoy logrando,  a veces pienso que puedo sacarte de mi mente, pero al final del día  cuando apago la luz, eres tu quien viene a mi, son tus besos, los que comparo con los de cualquier otro hombre, es tu compañía la que anhelo a mi lado y se, que puedo olvidarte por fracciones de tiempo… pero es mi corazón quien te trae de vuelta, porque en mi corazón la única cosa que anhelo es que regreses… pues, ya ves que me dejaste sin la capacidad de sentirme atraída por nadie mas y con la necesidad de tenerte a mi lado.   No advertí el momento que empecé a quererte hasta que decidiste marcharte, no advertí que te quería hasta que me encontré en un bar a las 3:00 am llorando tu partida, hasta que estuve buscando tu mirada en ese café que me dijiste no te gustaba. No te olvido… vivo sin ti, pero no te olvido. Mi corazón te espera, sin importar el tiempo, puede que estén floreciendo las amapolas, o que se cuele por mi ventana el frio de diciembre, pero te espero, porque la única cosa en la que concuerdan mi mente y mi corazón es que es tu sonrisa es la que quiero ver cada día y que nuestras vidas podrán volver a cruzarse mas temprano que tarde.
No te olvido
Autor: valery isabel  405 Lecturas

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