• Isabel
pilagalvanica
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  • País: Chile
 
El sol se puso ante mis ojos por última vez: ya no volverá a salir. Es la noche eterna del fin de los tiempos.Lentamente las cosas dejan de existir. Todo se extingue, los árboles, las flores, los peces, las aves, los caballos... los hombres.Yo sólo contemplo. Algunas emociones o especies de emociones preceden los cambios. Siento calor y de pronto todo se seca. Donde todo era verde, ahora sólo es paja gris.¿Cómo puede existir tanta desolación? Los hombres luchan por los restos del mundo. Se destruyen. Mueren. Consternado lloro. Mi llanto inunda mis ojos.De pronto miro y sólo veo agua. La verdad se me revela repentina y dolorosa: yo no he muerto. He sido un espectador del mundo. Lo vi nacer y ahora lo veo morir. Pero eso no es todo. Observo el agua que lo inunda todo, mientras la última lágrima cae de mis ojos. Cae en la orilla del mundo y las aguas se agitan. ¡Este caos procede de mi!No sólo vi nacer el mundo, sino que ¡fui su creador! No sólo lo vi morir, ¡también fui su verdugo!De mi proceden todas las cosas... ¡yo soy Dios!
Fuimos desfilando lentamente ante sus ojos escrutadores. Yo con nerviosismo, tal vez más que el resto. No porque me sintiera culpable, sino porque sabía que yo estaba excluida de la complicidad de las otras. Si me señalaban a mi, nadie me protegería. Es más, podía leer los pensamientos de mis compañeras deseando que yo fuera inculpada, para evitar sus estratagemas defensivos… evitar el conflicto a toda costa.Sólo podía mirar el suelo, me aterrorizaba la idea de escuchar su áspera voz pronunciar mi nombre, escupiendo las sílabas una a una, como piedras que caen a suelo con golpe seco. Pero no fue necesario. Mientras él nos observaba consumido por la rabia, del bolsillo descosido de mi delantal cayó una bomba, que se reventó en el suelo mojándome los pies. Sentí una risa mal disimulada a mis espaldas. Levanté la vista temblando de terror. Con la varilla en la mano y la nuca mujada, me señaló la puerta hacia el pasillo. Sentí sus pasos atrás mío mientras caminaba, pero no pude prever el golpe en la mejilla.-
-.-
Autor: Isabel  348 Lecturas
++
Finalmente puedo confesarle el verdadero motivo de mi angustia. Lo que me lleva a pensar permanentemente en la muerte... en la nada.En realidad no le había dicho nada antes, porque hace muy poco tiempo lo descubrí, y he estado dándole vueltas al asunto... pero en realidad ya no sé muy bien qué pensar.Lo descubrí una tarde en que caminaba por el centro, rumbo al banco. Pasé por una pastelería, y ahí, en la vitrina exhibían un delicioso pie de limón. Se veía fresco, dulce, con su cobertura de copos blancos.Cerré mis ojos sólo por un instante, imaginándome un trozo de ese pie en mi boca. Pude sentir claramente su sabor, su textura... mi lengua separando sus capas para saborearlas mejor: la base delgada, levemente húmeda, livianamente dulce; luego el merengue suavemente tostado y crujiente... y por último ¡mmm! la crema, ácida, dulce, fresca, con la textura precisa.Abrí los ojos sintiendo un leve dolor en mis glándulas salivales. Me alejé de ahí para no caer en la tentación del pie de limón. Ahora, si usted me pregunta por qué consideré que comerme un trozo de pie podría ser una tentación... en realidad no lo sé, no sabría cómo explicarlo. Pero creo que al imaginar el enorme placer que sentiría al comerlo, me pareció como algo monstruosamente prohibido, tan delicioso que me estaba vedado.Estuve varios días pensando en el pie de limón. Y preguntándome por qué había salido arrancando, si en ningún modo comer un trozo de pie de limón podría considerarse un pecado. Finalmente, casi una semana después, me senté frente a un delicioso trozo de pie de limón. Con un pequeño tenedor saqué un pedazo más bien pequeño y lo introduje en mi boca. Cerré los ojos y me dispuse a saborearlo. La textura precisa, los sabores ideales, la sensación de estar en el cielo. Sin embargo todo aquel cúmulo de sensaciones y sabores se desvaneció casi enseguida. Tragué y comí otro pedacito, pero ya no volvió a ser lo mismo. Los sabores seguían siendo los mismos, pero ya no los podía disfrutar como antes. Me cuesta poner esto en palabras, porque usted a lo mejor puede considerarlo demasiado estúpido, pero era como si el pie de limón hubiera dejado de ser aquel primer trozo que probé, no porque algo en su composición hubiera cambiado, sino porque era ya demasiado real. ¡Era demasiado real! Entonces me di cuanta del motivo de mis permanentes angustias y aquel vacío interior que no me deja vivir. Sólo disfruto las cosas que me parecen inalcanzables, que puedo visualizarlas claramente, imaginar mi interacción con ellas, soñarlas, vivirlas en la imaginación... pero una vez que logro aproximarme a las cosas, el ensueño se va y se vuelven vulgares. Y mi permanente búsqueda del éxtasis vuelve a quedar en nada, vuelvo al principio.Si analizamos esto lógicamente podría llegar a la conclusión de que mi vida debería ser un sueño permanente, evitar alcanzar las cosas y sólo soñar con ellas. Pero, doctor, este pensamiento también me entristece.
Pie de Limón
Autor: Isabel  321 Lecturas
A veces como que uno le pone mucho color cuando llueve. No sé, ya me da risa ver los paraguas despaturrados por las calles de Conce... como si no conociéramos nuestra ciudad, por Dios!. Todos los años la misma funcia. Los temporales nos golpean con furia durante un par de días. No deja de caer agua en varios días. Y siempre pasa lo mismo: se inundan los mismos sectores, los que manejan como desquiciados se ponen peor con la lluvia... como que quieren llegar antes a la casa... y vamos chocando contra los postes, cortando la luz, y de paso cagaste porque tienes estufa eléctrica, así que a acostarse no más para no pasar frío, y más encima como estabas trabajando en el computador perdiste los últimos e inspirados minutos de trabajo que no alcanzaste a guardar. Que a fulano se le inundó la casa. Y más encima la presidenta ni si quiera ha ido a constatar los daños de su casa. Obvio, la culpa la tiene el Gobierno. Quién más si no. Y de eso tenemos que darle gracias al Gobierno: gracias a él siempre tenemos a quien echarle la culpa. Eso es bastante cómodo y útil para la paz mental de cualquier ciudadano. Y resulta que al final a fulano se le inundó la casa porque se le olvidó limpiar las canaletas del techo y la gotera que tenía el año pasado no la reparó. Y vamos con el diluvio dentro de la casa. Por suerte yo soy experta en manejar mi paraguas. Y es que tengo esa cosa de que me carga que la lluvia me moje la cara, no importa que me quede estilando la ropa, mi carita seca y todo ok. De todas maneras, por precaución siempre me compro paraguas baratos, de luca. Porque no falta el momento de voladura mental y el aparato se me queda en la micro o en cualquier parte menos colgado de mi brazo. Hasta el año pasado también me servía para amenazar a mis perros cuando llegaba a la casa, para que no me babosearan ni acariciaran con sus embarrados cuerpos. Y ese es todo el cuento del diluvio Universal. Llueve en Concepción y nos llueven los problemas a todos por igual. Mira tú que lluvia más socialista. Porque que el taco, que la micro que me mojó hasta el alma cuando iba cruzando la calle, que la gotera del techo, que el viento en las ventanas y vamos mandando a parchar las botas, vamos con los hacinamientos en los refugios de emergencia, vamos chocando como si estuviéramos en HappyLand, y no falta el peatón despistado que por andar apurado va enterrando las varillas de su paraguas en los ojos de los que se le cruzan por el lado. Y que mañana no hay clases en los colegios, y que se suspende o no el partido, que ya no va el asado, y que te quedas de juntar a tomar una cerveza y los más ebrios somos los que siempre llegamos, al resto los espanta el agua en la cara y en las botas parchadas y la gotera en el paraguas. Y que metí la pata en una poza y tendré que estar todo el día con un pie mojado, arrugándose de a poco. Y llego a la pega y hay una gotera justo arriba del teclado de mi computador. Al fin me logro ir a la casa en una escampadita y la mala suerte del asiento mojado en la micro. Y llego a la casa con un pie que ya no lo siento del frío y los glúteos helados y mojados Y me quiero dar un baño de tina, pero miro la cuenta del gas y me arrepiento. Y me da hambre y me doy cuenta que no compré pan. Y ni pensar en salir a mojarse de nuevo. Y el viento hace sonar mis ventanas Y no duermo por el viento Y la gotera La maldita gotera, en el techo, en los beneficios del Gobierno, La gotera y las posas en las veredas especiales para caerse si andas con tacos Los tacos de tus botas parchadas Y la permanente gotera En el ánimo, en el bolsillo, En el techo.
Si sólo imaginamos que amamos;Si sólo imaginamos que existimos;Si sólo imaginamos que cantamos;Si sólo imaginamos que vivimos;Imagina un puente azulque nos úna en un abrazo,imagina que escondemostodo el sol en nuestros brazos,imagina que no existelo que queda del camino,imagina que perdistetu sombrero, bufanda y abrigo.Entonces sólo quedamos nosotrosen este desierto escondido,entre todas las sombrasque se han muerto de hastío.Sólo queda un abrazoy un beso eterno:en este instante eres mío.Si sólo imaginamos que vivimos,nunca me he sentido más viva que contigo;Si sólo imaginamos que cantamos,tú te has vuelto mi canción;Si sólo imaginamos que existimos,sólo existo cuando piensas en mi;Si sólo imaaginamos que amamos,nos amamos hoy, como nadie nunca imaginó.
Canción Imaginada
Autor: Isabel  296 Lecturas
2+0+0+8=10 En conclusión, este será un año 10 la máxima puntuación. No es que quiera otra vez comenzar con optimismo el año, basándome en suposiciones sin fundamento alguno... que el horóscopo, que las estrellas, que el abrazo de fin de año, que la primera sandía y que todavía no puedo ir a la playa o la piscina como dios manda.... La verdad tengo el presentimiento de que será un año lindo. dije lo mismo el año pasado, ya lo sé... y el anterior también... ya lo sé... Pero francamente... ¿como podría ser este un año malo? pronúncialo tú mismo... vamos dilo... dosmilocho suena bonito ¿no? dosmilocho... dosmilocho... Éste si será mi año... no te rías. Mira que el que ríe último ríe mejor. Ahora sí que se lo diré. No pasará este año sin que le declare mi amor a Adelita... seremos tan felices! Este año si que me tomaré vacaciones... será grandioso, ya lo verás... Decía todo eso mientras salíamos de la oficina. Arriba limpiaban las ventanas del edificio, para comenzar el año mirando con más claridad. A uno de los limpiavidrios se le cayó un pequeño tambor con agua y le dio justo en la cabeza, acababa de decir "ya lo verás..." Mala suerte... otra vez el año no empezó como lo esperaba. Lo bueno es que no volvería a ocurrir.
2008
Autor: Isabel  278 Lecturas
Hay historias que nacieron para ser contadas. Historias que de tanto repetirlas parece que fueran mentira. Las historias más crueles adquieren un encanto envolvente. Las historias trágicas se impregnan de una particular belleza. Y las historias de amor nos hacen soñar con princesas y castillos que no existien. Esta historia, sin embargo, no es de aquellas historias nacidas para se contadas. Es algo que pasó un día cualquiera en una época cualquiera. --- Caminaba despacio por la calle empedrada. Polvo y calor. Calor y polvo. Así por varias cuadras. Pero ni el calor ni el polvo iban a impedir que le diera su merecido. Se miró las rodillas, aún no se salían las costras. Pero le dolía más la otra, la costra del orgullo. Esa no se caería tan fácil. Mientras escudriñaba por entre los rincones de las callejuelas, Carlitos masticaba su rabia. Se sabía más fuerte y necesitaba vengarse. Vio una sombra moverse como un rayo a su derecha y él, como un rayo, lanzó la piedra que llevaba en la mano. Corrió hacia su blanco caído en el suelo polvoriento y seco. Le había dado de lleno en la espalda y yacía de bruces entre las piedras. Pero no lloraba. Se reía. Con un grito de rabia, Carlitos lo agarró de las mechas y lo volteó. El muchacho lo miró con sonrisa burlona. -A’er si ahora que’stay sólo te atrví a hacerme una zanca’illa – gritó Carlitos Pero el otro chico sólo se rió. Apretó el puño con fuerza pero no alcanzó a apagar esa risa insolente con él. Varias manos lo agarraron de los brazos y se lo llevaron a un rincón detrás de un muro. Las risas llenaban sus oídos. -¿Qué se siente tener un sobrino guacho? – le gritó el muchacho -¡Cállate conch’etumare! – gritó Carlitos El otro puño si que encontró su destino y le dio de lleno en la boca. Se tragó el diente que tenía suelto. -¡No me digai conchetu’mare! ¡Mejor dile a tu hermana que no sea una puta! -¡Y voh dile a tu hermano que no sea maricón! Sintió una lluvia de golpes, escupitajos. Sangró su nariz. Sangró el hoyo de su diente. Volvieron a sangrar sus rodillas. Hay dos recuerdos de ese día que Carlitos no ha podido borrar: las cicatrices de sus rodillas, y la imagen de su hermana llorando sobre el cuerpo de la guagua muerta.
Cicatrices en las Rodillas
Autor: Isabel  269 Lecturas
++++
Abri mi ventana un díay te dejé entrary entraste junto al viento de la primaveray el anuncio del sol.Y como el veranoexpulsaste las nubes negrasque se habían alojado en mis sienes.Abrí mis oídosy te dejé cantary tu voz inundó mi sery mis manos y mi piel.Y como las golondrinas traen el sol,trajiste la sonrisa de nuevo a mi rostro.Abrí mis ojosy dejé que se sumergieran en los tuyosy las lagrimas escondidas desaparecieronde los rincones de mis ojosSi puediera describir con otras palabraslo que aquí te digono cambiaría en nada lo que te quiero decir:si alguna vez estuve segura de la existencia de Diosfue el día en que entraste a mi vida
Abrí mi ventana un día...
Autor: Isabel  260 Lecturas
Tu perfumetus besostus labiosel perfume de tus besostus ojos, tus besos.Mírame y bésameporque no hay mañana sin tus ojosno hay mañana sin tus besos
Tu perfume
Autor: Isabel  251 Lecturas
Cierro mis ojosy puedo sentir el sabor de tus labiosel sabor de tus besos...puedo sentir que aún permaneces a mi lado.acabas de irtevolverás.tus caricias aun danzan por mi piely el fuego de tu lengua no me ha abandonado.salgo a la calle y siento tu mano que aún coge la mía.la tibieza de tu respiración en mi cuello,en mis labios,como si acabaras de besarme,como si aún estuvieras frente a micon tus manos en mi espalda,aguardando mis besosmis cariciasmis manos.acabas de irtey no puedo aguardar el momento de volver a verte.acabas de irte y todavia te siento en miacabas de irtey te sigo hasta la puerta que acabas de cerrarya no estásno estás en el caminointento descubrir tus huellas por donde acabas de pasary de pronto siento tus labios en mi cuelloy tus manos en mi cintura.Estás pensando en mi.Y me extrañas
Acabas de irte
Autor: Isabel  250 Lecturas
Mis manos: mariposas de papeltu piel, el desierto que me quemaque me abrasa y que me envuelve.Tu lengua apagrá mi sedtus labios refrescarán mis labios.Tus manos: mariposas de papel en mi piel ardienteDe las cenizas, cual ave fénixrenacerán nuestras manos
Hands
Autor: Isabel  243 Lecturas
Te dibujo con las sombras de mis manos en el espejo.El tiempo ahora no tiene un órden,y no sé por dónde comenzar.Te pierdes por un laberinto largoy mi voz es el hilo que te tiendopara que me encuentresy yo encontrarte.Mis manos esperándoteahora,y en mil años más
Te dibujo
Autor: Isabel  242 Lecturas

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