• Abraham Arreola
Abraham Arreola
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  También... de hace ratones. La fiesta es de lo mejor, el ambiente inolvidable. Todos en ese día están festejando, con amigos, familia etc.; todos esperan la rosca. En la mañana las tiendas están al tope: bastante gente esperando al panadero terminar una rosca mas; faltan más de veinte roscas por hacer… faltan diecinueve roscas… dieciocho… poco a poco la gente se va disipando; se alcanza a ver mucha gente con un paquete en mano, con modestia caminan, miran alrededor, nadie los nota, si vienen en familia fingen no prestar atención al paquete colorido de aroma seductor, caminan con cautela, toman un camión o suben al auto… Mediodía. La gente se reúne, todos saben el porqué de la reunión; algunos saldrán de ahí con algo más que una sonrisa. Es tradicional que la rosca se haga en la tarde, acompañada de un buen chocolate prefabricado. Los responsables se alegran al ver que el fruto de su dedicación ha dado frutos: reunidos a la mesa, con risas y muestras de afecto. El chocolate, es tan caliente que obliga a las personas a conversar mientras se enfría un poquito; claro, no tan frio, de ser frio mejor un helado; tibio es mejor, que suavice los labios, los haga más conversadores, que no limite su expresión; es necesario que el vapor se haga notar. La rosca está en la mesa. Todos la miran, nadie se atreve; las manos se impacientan, el inconsciente se da a notar cuando estas se acercan a la mesa de manera sigilosa o se agitan precipitadamente escondiéndose en la plática; los cuerpos de los presentes dirigen su centro hacia un mismo objetivo… viene lo bueno. La música; primero lo moderno, para animar la fiesta; después la de antaño, para que vean que en esa fiesta todos han vivido lo suficiente como para apreciar el canto de Vicente Fernández (en sus inicios), José José… pero cuando la rosca está presente la música solo es ambiente, es un segundo o tercer plano, si le va bien; incluso su volumen es menor o se pierde ante los comentarios sobre años anteriores en los que un tal monito hizo de las suyas. Roscologia. Analizan el pan como si lo conocieran a la perfección, los más descarados tocan el pan sintiendo las vibraciones que el viento empujado por la exhalación del habla de las personas ha provocado… llega el anfitrión, retador indica que es hora de tomar cada quien su parte ¡pus ya! ¡comiéncenle que se va a enfriar y esa con el microondas no sirve! Ahí está el primer valiente; tal vez tomo algo más que el pan… nada, de nuevo la alegría domina el ambiente: ¡no manches!, ¡siempre te salvas! Pero viene el primer desafortunado, si se muere nadie lo nota; saca monito, nadie lo festeja, nadie lo quiere; sigue otro que también saca monito ¡dos seguidos!, ¡yo no quiero!, ¿pues donde lo compraste?... es comer sin la certeza de lo que vendrá después; es más seguro comer otra cosa, pero sin rosca el seis de enero no tiene sentido. Sacar el monito al tomar una parte de rosca, es lo peor que puede pasar; es una responsabilidad en medio de tanta fiesta. Tamales, elotes, pozole, tostadas, cerveza o tacos, es un deber invitar algo si se ha sacado el monito. Al principio el sujeto que sujeta el monito muestra su jeta triste; será el encargado de organizar la próxima reunión… por más de medio mes estará planeando la tamaliza; no faltara quien lo apoye con las hojas o la mano de obra, la solidaridad es cosa obligatoria en una fiesta de ese tipo ¿de qué tipo? de tipo tradicional, sin excluir que el dos de febrero es la presentación del niño Jesús, es más destacable que en tal fiesta no hay nada religioso, tal vez una imagen, pero se resalta mas la convivencia de familia y amigos que una reunión meramente católica. Los tiempos cambian, es hora de cambiar nosotros también. Sacar monito quizá sea una pena pero ahora, a diferencia de otros tiempos, no es obligatorio hacer fiesta; uno puede sacar hasta cincuenta monitos sin que esto haga forzosa la tamaliza; es hora de comer rosca sin compromiso, al fin, no "estamos para pagar los gastos a otras personas", "seriamos malos anfitriones", "las fiestas no son lo nuestro" y sobre todo "nadie puede decidir sobre nuestra vida".
  Te cotizas más que un euro y vales menos que un yen.
Aforismo jocoso IX
Autor: Abraham Arreola  415 Lecturas
  La jarra blanca que a tantos vasos mal agradecidos dio agua: volvera a la fuente.
  Queria poner algo en el face, pero me gustó tanto, que mejor lo publico aqui.
  En ocasiones, no es el "porque" lo que buscas, sino tan sólo un "..."
  Eres un como un gran diamante nuevo:Bien Bruto.
  Aquel gato dio un buen trato para recibir un gran plato.
  La fantasía se traduce en bellas palabras que marcan nuestras limitantes para demostrarnos a un nivel subconsciente lo mal que estamos pero lo bien que podemos soñar.
Pero, ¿y eso qué es? Es la pregunta más frecuente de un joven que simula conocer todo, excepto el contexto que formó su condición de vida, mucho antes de que él naciera. Preguntando se llega a roma: los abuelos son el mapa de la vida. Corre el año 2004 y el Internet es la mejor manera de compartir correos, con presentaciones que asombran a todos por sus coloridos fondos y sus sorprendentes transiciones de una diapositiva a otra. Hace seis años de eso, y aunque a nosotros nos parezca poco, en México, la conexión a internet es menos popular que las bolsitas de papas sabor a limón. Y qué decir de la velocidad… en fin. En ese año, aparte de ser bisiesto, nació un correo para nostálgicos; en el que favorecía a todas aquellas caricaturas ochenteras (setenteras para su transmisión en su país de origen) y que se reenvía a todos aquellos que se jactan de tener más de veinte años. Entre sus múltiples enunciados, aparece uno, que hasta la actualidad sigue siendo de creencia popular entre los “chavos”. La frase: "tu padre". De manera errónea atribuyen y por consecuencia atribuimos esta frase a una película de ciencia ficción; “Star Wars”, "clásico" del cine y un ejemplo de que las estrellas en ingles resultan ser galaxias en español. Entre aquellas seis películas existe la escena en que el villano rebela ser el padre del bueno. Y suponemos que de ahí viene la frase. No, tal vez para nosotros, y tal vez, por el sentido que le damos a esa frase… el sentido que sentimos cuando asentíamos con la cabeza ante una reprimenda; que con un mítico traje espacial negro nos recordó sin querer al hombre que amenaza con quitarse el cinturón. Viendo películas del cine de oro, escuchando a padres y abuelos, nos percatamos que esa frase existe; sin que esas personas hayan escuchado los nombres más extravagantes –en su época- y las escenas más increíbles –otra vez, en su época-; y a esta saga cinematografía le adjudicamos una frase tan propia del carácter mexicano. No siendo nacionalista y siéndolo firmemente esta frase tiene, como todos sabemos, un sentido doble; no se trata del parentesco, sino de una posición jerárquica; no son guerras de galaxias, son "aquí, mis chicharrones truenan", aunque los chicharrones truenen en todos lados, siempre y cuando estén secos. "Tu padre", una frase de gran valor. Tal vez una seña o una palabra altisonante pueda ser eficaz; pero para usar esta, se necesita tener uno de estos tres aspectos: fuerza, edad y posición social. Dúo de palabras que dichas por quien no es el esposo de nuestra madre suena extraño, molesto hasta para el que es huérfano de amigos, un reto para aquel que es fuerte; porque tener padre es tener alguien que puede controlarte cuando toda la familia ha fallado; el padre con su voz de hombre: voz de “macho de a deveras”; padre que enseña los misterios de la vida “como los hombres”. ¿Quién me lo va a impedir? Tu padre. De aquellos abuelos que peleaban con palabras y el primero que soltara el golpe perdía; de aquellos tiempos en que los músculos solo servían para arar la tierra y cosechar el maíz; entre esas peleas entre padre e hijo, de hombres que no bajaban la cabeza, de ellos eran estas palabras y esta frase en particular; pues como dicen ahora "está bien matona". Porque es una sentencia fatal funesta y fea; si alguien la dice es porque la puede mantener. Podrás decir: “estas chavo”; pero necesitaras tener más equilibrio en los dos pies para decir: “tu padre”. Todo esto en el contexto seguido; si alguien pregunta quién es el que se fue a trabajar, esta frase es tranquilizadora: el empleo en este país sigue pendiendo sobre un hilo… recordemos otra frase famosa “¡deja que llegue tu padre y veras!” Con tantos signos en la redacción, no podía ser para menos… el ejemplo final. Así que ya sabe, aplique esta frase: vera como el inconsciente actúa de inmediato y de inmediato obtendrá una negación y posiblemente un reto; vera que ser padre es literalmente más que un aspecto biológico y que madre… sólo hay una y se respeta.
     no estaría aqui, pues no acabaria jamás de escribirlo.     
Viviendo la distanciagozando los momentosaqui andamos genteno se me vayan a aguitar. Volverépara todos juntosponernos a cantar.
 Inspirado en un hombre cualquiera, que se enamoró de una tal...Sinopsis.Una conciencia inconsciente. Ese hombre cualquiera sabía que ninguna chica, antes de ella, le había hecho sentirse vivo e impotente.Sin querer, intuia que sería rechazado. Así como sin querer también, intuía que ese joven que era en ese momento... desaparecería para dar lugar al verdadero hombre.Al hombre viejo, al que ese hombre cualquiera [el hombre joven] intenta describir en este texto sin nombre, sin lograrlo.Quizá se atrevió a acercarse a ella así como era él, a expensas de fallar en su conquista, incluso pudo haberlo deseado así. Pues si vemos bien, con un poco de suerte y galantería, pudieron ser una pareja, pero hubiera sido más fugaz que un flash de fotografía.Como si fuera una vacuna, él se medico contra la fantasía amorosa... Para saber lo que quería, debía primero sufrir por no saber exigir nada de la vida.Para evitar enamorarse, tuvo que hacerlo primero. Como si fuera una vacuna. Y la escogió a ella para tal misión. Por hermosa... por fuerte... por inolvidable... qué sé yo. Aunque tuvo que arriesgarse a perder hasta el más banal saludo de su parte. Por precavido... por tonto... por heróico...Qué sé yo. Soy un hombre joven... todavía.   ...  Camino. Lento, tranquilo, nostálgico, admirando todo a mi alrededor; no importa si es un perro verde, o uno café, es digno de ser recordado; veo como los camiones son mas rápidos que yo, los autos mas rápidos que yo, los adultos mas rápidos que yo, los niños mas rápidos que yo… no me importa decir que ya me case de caminar, me he ganado ese derecho ¡no importa a quien! solo lo hago; la gente me pregunta cosas, me cuestiona, pone a prueba mis conocimientos: cuando buscan pelea, pierden sin que yo levante siquiera mi guardia... soy testarudo, necio, ya lo sé, díganme algo novedoso; mis pisadas son fuertes, aun puedo caminar sin bastón; mis dientes, se comienzan a descarapelar, mis riñones protestan a falta de agua, se me duerme mi cuerpo sin pedirme permiso, siento que la cabeza me revienta; todo da vueltas, o mejor dicho le doy vueltas a todo. Ya comienza mi historia, miren y sientan como su morbo y proyección se mezclan para hacer de mi historia, su historia; no se preocupen, dentro de un párrafo la describiré, pero tengo que concentrarme; Ken Griffin y su choclo me ayudan a pensar, a recordar; la silla no tanto, todo asiento debería tener un colchón o como le dicen los que saben… descuiden, estoy haciendo memoria; si me rio, tal vez no lo escriba, pero si deje de escribir; si lloro, seria genial: hace tanto que no he llorado; si piensan que este texto termina en que el protagonista llora, siento no poder alimentar mas su curiosidad… ya llegaran otros sujetos con sus jetas tristes; no se preocupen, todo a su tiempo. Me levante, mi cabeza me dijo que la gravedad le desagrada; me puse de pie, mis pies… nada, mis pies tienen diez dedos repartidos de cinco en cinco cada pie; me visto, o me cambio, me lavo mis dientes, cada vez siento moverlos mas con la lengua… cuando estoy fuera, me asombra ver la mente de las personas, hay gente que estudia eso; yo no, lo aprendí de la vida, y de la vida también entendí que siendo viejo, ningún científico lograra ser más sabio que uno… a no ser que sea un científico viejo, en cuyo caso se limitara a conversar de lo mismo que todos nosotros. Y ahí estas. Mujer, eres tan joven que me da miedo mostrar mis manos arrugadas señalándote algún objeto con tal de atraer tu atención. Es curioso, le gano con muchos años y sin embargo me gusta. Veo con tristeza como ella, la mujer que quiero, no se da cuenta de su entorno; perros la rodean a cada momento, y poco a poco ella se ha ido acostumbrando a sus mordidas, quizá no le gusten, pero no conoce más. Si tan solo le pudiera dirigir de nuevo la palabra; ya no soy aquel joven coqueto, que sin pena, tras ellas estaba; no importaba que tipo de relación tenia con ellas, había tiempo; no me puedo pensar ahora así… aunque tenga otros cien años seguros de vida, no la veo a ella como un extractor de fatiga, ni pienso en sus curvas como las montañas en la que me perderé; no soy un idiota, ni un pervertido, menos aun un estúpido que solo busca sexo; de esto último, una disculpa, pero eso es lo que ha impedido que llegue a conversar de nuevo con ella: cree que busco <>, y con <> me refiero a lo que con <> me refiero. La primera vez, la primera vez que la vi; la primera vez que la vi, estaba; estaba yo estaba casi agonizando; mi cuerpo frio, mis ojos hundidos, mis dientes temblando de ese frio que también me inmovilizaba y hacia de mi un aparato que solo dice ciertas palabras. ¡Bah!, ¡qué más da!, y me acerque a ella; ella, noto en mi algo diferente; si, pero en mi diferencia estaba escondida la distancia que tendría después con ella; lastima, hubiera… no existe; ella me ya me había visto, pero no había interés en eso; mejor, mejor reír en cosas vánales… ¡ahhh! quisiera ser romántico, me gustaría que este texto en vez de ser un montón de pensamientos fuera algo no tan <>; ya veo algún lector, con trauma de genio, intentando descifrar mis pensamientos en esta lectura; pequeño joven lector, no será falta de respeto, pero soy egoísta; no pienso dejarle a usted toda la verdad, porque no valorará mi vida, dirá que es una estupidez escuchar o leer a un viejo que vive de recuerdos; si supiera que usted, joven, vive más de sus recuerdos que yo; no me pida ser más abierto, usted se siente un conocedor de la vida ¿no?; seria tal vez más sincero si no tuviera tanta información en mi cabeza; me he vuelto desconfiado, mido mis palabras, se lo que digo; si se me olvida lo que dije, no importa, no tengo miedo, puedo volverlo a decir sin recordar que lo había dicho antes; ¿ve algo de inconsistente en eso? pues viva lo que yo he vivido; usted siéntase afortunado, por poder hablar con ella; si, con ella; aunque no la conozca; usted tiene más probabilidades de hablar con ella que yo… desgraciadamente eso, eso precisamente es lo que me impide estar cerca de ella; ¿porque?, veo en ella algo que desgraciadamente ella descubrirá que tiene hasta dentro de cincuenta años aproximadamente; tengo paciencia, pero mi piel no… ¿Les cuento que vi en ella? Jóvenes, busquen ese tipo de mujeres; me he enviciado con ella porque es la única con la capacidad de soportar a un loco, genio y viejo como yo; no sientan que el matrimonio les impide buscar a su pareja ideal; ¡aun existen de esas mujeres!, ¡por Dios!; no son la que el <> es su única palabra; la vanidad es después, primero la familia, primero el trabajo; ¡caramba! ahora solo se ridiculizan buscando a los veinte su independencia y a los treinta un marido con forma de gato e hijos en la figura cuadrada de plasma con imágenes que también son responsables de lo que viven y de cómo lo viven; esta mujer no toma a broma los compromisos, ¡trabaja!, ¡tiene cerebro!, ¡tiene vida!... pero su vida llega hasta donde su vista le permite; esas cualidades… dos; aunque les parezca gracioso, la hacen más valiosa que cualquier chica con camisa a cuadros, peinado despeinado, pelo teñido, bajas notas, pantalones rotos, con más de una pinche puta grosería en el puto diccionario; quizá se arregle, tal vez sea atractiva, pero yo perdí eso hace muchos años esos adjetivos; la verdad jóvenes, una sonrisa, fue lo que me hizo ver en ella su interior; su interior no como vísceras o como su corazón como un poema tonto [se han fijado que a los grandes no nos impresiona tanto la poesía, hace falta más que una metáfora puberta para que la tomemos como una palabra verdadera] verdadera fue su sonrisa, pocas veces le he visto esa sonrisa, es su vestido de gala; da gala de la mujer que es, la mujer que puede llegar a ser; puede llegar a ser la única mujer actual, chapada a la antigua; a la antigua, tal vez por accidente, no importa, pero el resultado fue maravilloso; ese resultado, no se ve tan a menudo; ah, menudo venden los domingos… los domingos… venden menudo; jóvenes, les digo así, porque soy presumido, soy pretencioso; también me gane el derecho a ser como ustedes de alegres, de animados, de parranderos; aun así no puedo desvalorizar mis vivencias; por eso, aunque sepa ser el alma de las fiestas, no es lo que me motiva a existir; se que la gente busca ser recordada; hay niveles de vivir la vida -también soy gandalla, vivo la vida, ¿no te gusto?-; sé que ella, no busca ser recordada en la mente de la gente que busca recordar a cambio de ser recordada; hay un nivel superior, no solo de recordar se vive; que ellos nos olviden, sé que a propósito lo harán… por eso, con ella, por ella; por ella me ha despertado la emoción de vivir… las ganas de morir, de morir junto a ella. Ella no conoce lo que siento por ella, y como la canción; me encantaría verla durante toda mi vida hasta que mis ojos se sequen, entonces gozare el escuchar su aliento, y mi éxtasis será el morir a su lado. Señores, jóvenes, mis amigos; cuando han vivido tantas cosas, no esperas algo tan simple como una mujer hermosa; yo, la busco a ella, por ser ella; su nombre es solo una asignación que, aunque representativa, poco representa lo que en verdad significa; jóvenes, señores, entiendan que no es cualquier señorita; la veo, no puedo dejar de respirar porque me muero, aunque sería fabuloso que mi circulación se detuviera un momento y poder apreciarla mejor; señores, si he ofendido a una señorita anteriormente, les pido disculpas, pero este señor a punto de revivir no puede evitar la comparación entre las mujeres y ella; disculpen señoritas, si es que algunas de mis palabras tenían filo, no me arrepiento, ni me justifico, pero me gustaría que ustedes fueran de este tipo de mujeres, harían de los hombres simples consumidores de oxigeno; nosotros estaríamos obligados a superarnos, tan solo para estar un momento a su lado; esta mujer, a la que siempre llamo como <>, ha logrado eso; hacerme reaccionar en mi cerebro, que aunque mi cuerpo este fallando, aun tengo esperanzas de vida; aprovechare que los dientes se me caigan para comprar unos de mejor calidad y mis arrugas contaré cuando este aburrido; ella, usted; usted, señorita, que en ocasiones siento acosar por mis palabras, acciones e indirectas; usted ha sido la única persona en lograr que yo mueva mi cabeza en su dirección; que mis ideas se inspiren en su imagen e invente melodías inspiradas en las notas producidas por su forma de hablar; ahora puedo estar feliz, señorita; a usted, le debo sentirme así; sentirme sabio, pretencioso, presumido, repetitivo; por usted no me importa escribir pleonasmos y romper con los escritos de amor comunes; por usted, si señorita, por usted me convencieron a contar mi historia a un joven que apenas comienza su vida; ese joven que tiene más esperanzas que yo de estar con usted; señorita, se que jamás lograra sentirse adjudicada en este texto; lo hago a propósito, es cierto; usted no está como quiere, eso es ser vulgar, esta como yo quiero; aunque no sé si yo estoy como usted desea; pero, espero, que entre tanta rima vulgar, tantos pleonasmos y tantos vicios ortográficos, encuentre este joven un motivo; busque un motivo como ella, porque no, la busque a usted; yo no puedo, yo la estaré esperando dentro de unas décadas; entonces ella, será la mujer, la única, la ultima que ve al hombre como el compañero de su vida, a la mujer como el ingrediente principal de la vida humana, a los hijos como trabajadores por su propia vida, al trabajo como la manera digna de llamarse humano, al error como herramienta para estar más unidos, a la debilidad como fuerza principal; muchacho, ya que esta transcribiendo esto, le digo que por más que logre acercársele a ella, no podrá jamás tenerla; que mejor final que los dos -sin usted muchacho- los dos juntos; los dos trabajando hasta endurecer nuestras palmas, por el bien de nuestros hijos; hijos educados con valores como el respeto propio y la defensa por ese mismo respeto, la enseñanza de otras formas de vida; muchacho, estoy cansado, no puedo mantener mi respiración; me canse de tanto hablar, espero esto le sirva de algo; lamento que esto no haya resultado como usted, lo esperaba, ni como usted estimado lector imaginaba; muchacho, se bien que esperaba alguna narración de un hecho histórico o una historia erótica; espérela, tal vez esa narración la tenga tarde o temprano; vea usted, lector, si ha seguido hasta estos rumbos, como mis palabras suelen revolverse, pero no confundirse… eso, señores míos, es lo que pienso ofrecerle, a ella, ¡como que a quien!; un hombre, realizado interiormente, sin depresiones, sin confusiones, con hambre; hambre de estar con ella, de mejorar mis hazañas, de superar marcas, de establecer nuevos parámetros que los poetas denominan amor; a ustedes les llevara más de veinte años lograr eso; yo, señores, les llevo ventaja, me alegra haber nacido así… usted, señorita, ahora esta sorda, no me puede escuchar; ciega, ha llegado al límite, donde su realidad muere pariendo su imaginación; cuando logre verme, espero cumplir… pero, ¿por qué digo <>?, estoy sintiendo temor, temor de que usted, supere mis expectativas: tengo que mejorar, soy un sabio, puedo ser un loco… seré un loco sabiamente enamorado de usted… Joven muchacho, ya tengo sueño; debo descansar; conozco a varios jóvenes de su edad, pero veo que usted tiene ventaja, porque me tiene a mi; soy quien todos pedirán tener dentro de varias décadas, pero solo estaré para usted; no se desespere si extiendo mis palabras, pero debo decir todo antes de rendirme físicamente; muchacho, no sea impaciente, es indescriptible todo lo que veo en ella; no se apure, le diré quien es ella cuando termine de escribir; quiero que la cuide y no la trate mal; sea cauteloso con ella, esta resentida con los hombres; por más que tengan la misma edad de ella, no pueden ofrecerle ese placer que ella busca; no la asuste muchacho, téngale paciencia, cuídela, protéjala; no importa si ella le hace a usted notar su ignorancia, aprenda de ella, hágala reír, aliméntela bien, acepte su rechazo, busque su aprobación, sienta su tristeza, medite su alegría, asegure su felicidad, goce de su sonrisa; despiértela, que abra sus ojos, no le enseñe, aprenda de ella muchacho… aprenda de ella. Vayan juntos al final de la realidad socialmente construida; entonces ahí, estaré esperándole, para darle a usted muchacho las gracias; gracias por complacer tanto tiempo la voluntad de un viejo enamorado, gracias por escribir al pie de la letra lo que digo, gracias por apartarse del camino cuando llegue la hora; gracias, por entender que la única persona que puede estar con ella, mujer por excelencia… soy yo.  
Dicen que todos los hombres son iguales… Lo que pasa es que a los que son diferentes no los contamos. Jesús era un joven estudiante que siempre pasaba por el mismo lugar; sin embargo, no por eso dejaba de admirar cada detalle, una y otra vez: el mismo árbol, el mismo cielo, las mismas montañas, el mismo camino, siempre algo nuevo que ver. Dicen que mirar al suelo no es bueno, siempre y cuando no se trate de escudriñar la tierra; mosquitos muertos, bichos extraños, arañas, hormigas. Antes de entrar a la privada de tepetate donde él vivía, existe una pequeña avenida, y en medio tiene un pabellón, donde se supone tendría que haber piso, pero siguiendo la costumbre, solo hay tierra. Buscando algo en cielo, Jesús se percato que su agujeta del pie derecho estaba suelta; sin vacilar se detuvo y con un movimiento un tanto cómico se agacho a amarrar aquel juguetón cordón. A unos cuantos centímetros de su zapato negro, se encontraba una lámpara, abierta, sin pilas, de metal o aluminio, color gris (o color metálico o alumínico), un poco llena de tierra, pero sin raspaduras de la parte de arriba, la luz saldría perfectamente… o eso se esperaba cuando le colocaran las pilas de nuevo. Paso por aquella obscura y tepetatesca privada, donde hasta el final reside él; aquella privada, más que tepetate, tiene muchos secretos, es una vecindad a gran escala, por ella han pasado ya tres generaciones sin contar a los que llegaron a instalarse; las casas de aquella súper vecindad son de un tamaño considerable, fácilmente caben dos o tres casas de las que actualmente construyen; pero la casa de Jesús era diferente, aparentemente era más grande que todas las demás casas, pero en el fondo… había más terreno que le pertenecía, era todavía más grande. Como sea, Jesús llego a su casa, fue hacia donde están sus cosas y tomo dos pilas; luego, salió al inmenso terreno que tenia y que estaba alumbrado por tan solo un foco de cincuenta watts. Todas las lámparas que compraba siempre terminaban rompiéndose, fundiéndose en la basura después de haberse fundido; pero esta aparentaba ser más resistente, lo suficiente para ser juguete de un niño de veinte años. Encendió la lámpara. Brillaba como pocas, tenía la misma fuerza que esas lucecitas laser que vendían en los tianguis; Jesús se sentía un niño, sabiendo que ya tenía trabajo, guiando aquel halo de luz fría que se asemejaba a un reflector de alta potencia. “Hola muchacho” dijo una voz en donde la lámpara no había estado alumbrando, donde desde que cayó la tarde solo había oscuridad. Jesús no tenía porque responder, o no quería, evidentemente se sintió amenazado ya que alguien estaba en su casa sin ser visto y sin permiso. Como todo buen muchacho, Jesús conocía su casa, así que apago la lámpara, apago el foco, tomo una roca entre sus manos y sus ojos poco a poco se adaptaban a la noche, permitiéndole reconocer toda figura fantasmagórica que en el fondo era su casa llena de árboles frutales; ese día vestía colores oscuros, así que camino poco a poco hacia la entrada para ver si con el reflejo de las luces de los vecinos y el sol nocturno lunero podría distinguir algún contraste o sombra que no siguiera el ritmo del viento. Pero no descubrió nada nuevo. Recorrio toda su casa, entre arboles, ramas secas y nada pudo ver. Más seguro, intercambio la piedra por la lámpara, alumbro desde el fondo de su casa hasta la salida; en efecto no había nadie. “Hola otra vez…” Aquella voz se presento, pero Jesús ya estaba fuera de su casa así que la persona misteriosa tambien; pero no vio a nadie, con deducciones naturales miro la lámpara para descubir alguna vocina causante de aquella confusión. “Efectivamente, soy la lámpara”. Jesús dio la vuelta para ver que justo frente a una pequeña ermita llena de flores y series navideñas estaba un hombre de edad avanzada con mirada fija pero serena y acariciando un cuervo negro que parecía emitir sonidos similares al acto de habla. “Diga señor, ¿que se le ofrece?” dijo el joven con voz sonora pero calmada. Saludo poco usado en estas épocas, pero que a él le permitía establecer contacto con otras personas sin entrar en confianza jamás. Había poca luz, pero con esa era suficiente; Jesús tomo la lámpara con demasiada calma alumbrando hacia una pared gris de tanto tabique económico. “No apagues la lámpara, porfavor…” dijo aquel señor, con leve sonrisa prosiguió, “soy un genio, de hace millones de años y esos tiempos se parecían a estos: caos, miedo, un mundo a punto de acabar”; Jesús ya había apretado el botón de apagar, miro al señor y rápidamente acciono el botón de nuevo para evitar la molestia de aquel sujeto. Durante una milésima no hubo luz; “bien hecho, gracias” dijo aquel viejo caminando de brazo al cuervo y sentando en donde aparentemente no había nada pero que después resulto ser una silla; Jesús creyó que tal efecto se debía a que las luces navideñas se apagan en ocasiones y por lo mismo se perdían algunos objetos entre aquella oscuridad aleatoria. “Bueno señor, me retiro, le dejo su lámpara… buenas noches”, dijo Jesús mientras dejaba la lámpara encendida en el suelo y con cuidado empujaba la tabla que le servía de puerta; sin perderlo de vista en ninguna ocasión, Jesús se perdió entre su noche casera, noche familiar que le brindaba seguridad y desde donde vigilaba las acciones de aquel hombre de la lámpara. Dijo el hombre, “sé que aun estas ahí, Jesús”; después el hombre se levanto, se puso de pie en dirección a la puerta de Jesús. A Jesús le provocaba un poco de gracia por la frase que había dicho, parecía una oración unimembre pero que no iba dirigido a él, sino a alguien que es omnipresente. “Jesús, así te llamas”, dijo el viejo sin dejar de abrazar al cuervo; “así es señor, que se le ofrece”, Jesús más confiado había respondido, ya que el señor tenía el suficiente respeto para no entrar a su casa, cuando era tan fácil empujar una tabla. “Oye”, dijo el señor y se agacho por la lámpara; la apago, luego la guardo en su pantalón algo desgastado, luego dijo “soy un genio, ya sabes, de esos que cumplen deseos”. Jesús sonrió, lo miro a los ojos pensando en todos los relatos acerca de tantos genios con lámparas pero que ninguna de esas funcionaba con pilas doble “a”; se acerco poco a poco a la luz de aquella serie decembrina, para estar los dos frente a frente y sin ocultar nada. “¿Cuantos deseos?” dijo mientras dejaba caer naturalmente sus manos en su espalda, sólo sujetándose por unos cuantos dedos; inmediatamente el ahora genio reconoció la postura de seguridad del muchacho ante la situación, no recordaba algo similar antes. “Son dos deseos… claro, con sus debidas consecuencias”, disfrutando el genio; siempre los resultados habían sido caóticos: todo el dinero del mundo, el amor de una mujer, noches de lujuria infinita, vida eterna, fuerza ilimitada; era un genio y sabia como compensar adecuadamente la ambición del hombre, fuese del tamaño que fuese. Jesús inclino su cabeza hacia la derecha, luego hacia la izquierda, sonriendo regreso su cabeza hacia la derecha; pensaba en algo sencillo pero que, en caso de ser cierto, fuera útil. En ese momento, Jesús recordó que en su casa ya no había donde sentarse; que aunque a él le gustara siempre estar de pie, las visitas no. También pensó en un disco de música instrumental que desde niño buscaba, pero por haber sido hecho tan lejos, no llegaban tantos ejemplares al país. Pensó en su enciclopedia científica, que ya estaba un poco gastada; de tener otra, la enciclopedia más usada podría servir para los niños, porque venían con una historieta que aparte de inculcar la curiosidad por saber el nombre de cada nube, también provocaba el gusto por la lectura. El hombre se volvió a sentar; la silla magia apareció. Jesús se decidió. El genio se adelantó. “¿Quieres una silla que se aparezca cada vez que sientes?”. Una sonrisa traviesa… el otro deseo seria para deshacer el primero, quedando en cero los números deseosos. “No, gracias… sólo quiero tres bancos de plástico; no sé si los hayas visto, en algunas tiendan las venden a diez pesos cada una, pero hace mucho que ya no traen.” Jesús mirando al genio esperaba que su deseo fuera cumplido; el cuervo cantó y el señor le fue pasando por encima de la cerca banco por banco hasta llegar a tres… Jesús sonrió, eran los bancos que él quería; pero el genio no pensaba un castigo para tan poca visión; un millón de pesos, los entregaría en monedas de cincuenta centavos, o entregaría billetes falsos, o los tomaría de algún banco… ¿pero un banco? Jesús no dejaba de sonreír, miraba con discreción hacia otros lados, pero no distinguía más que al genio y a su cuervo; ninguna cámara, ningún vecino molesto o chismoso, nada… “¿Solo son de plástico cierto? ¿No tienen nada de mágico?” dijo Jesús sentándose en un banco de los tres. El genio únicamente repitió la primera pregunta en forma de respuesta, “Cierto, sólo son de plástico”. “Aun te queda un deseo: muchacho.” El genio cambio su rostro jocoso por un rostro inexpresivo. Jesús entendió el disgusto disfrazado, así que se puso en pie, con la postura que llevaba manejando desde hacia varios minutos ya. Pero ya había visto algo; esta vez podía pedir algo más grande, un auto, un arma, una dotación gigantesca de refrescos, salud eterna, un manantial en su casa, su casa bien construida, más terreno, dinero a montones, tener novia, ser asediado por mujeres hermosas… ¡eso era! “Deseo que te vayas lejos…” dijo inquieto, Jesús miro al genio. El genio, no hizo caso al deseo; pensaba cuestionarlo, pero lo más que podría quitarle serian tres bancos de plástico, ciertamente no le podía hacer nada; su ambición era tan distinta, que el genio pensó en un modo de compensarla e incitar los verdaderos deseos de Jesús que tanto había reprimido en esos dos primeros deseos, de los cuales solo uno se había cumplido. Tocándose la barbilla con una mano y sujetando con la otra a su cuervo parlanchín alego, “mira, si cambias de deseo, puedo cumplirte un, deseo, más.” Las pausas siempre son importantes para remarcar el precio a tratar. Otra vez, deseos que se cumplen tan fácilmente; Jesús miro al cielo, aun con las manos detrás sujetándose mutuamente con dos o tres dedos; pensó en una computadora que tanta falta le hacía, o aunque sea unos miles de pesos, para pagar la inscripción a la universidad, el tendría razones para satisfacer sus deseos ya que muchas cosas necesitaba; tal vez una puerta o un vestido para su madre, era una acción bondadosa y desinteresada… Ella no tiene un signo en especial; y no es necesario las exclamaciones entre paréntesis: la ironía es natural, y el orgasmo de la ironía es el sarcasmo. “Bueno, sólo quiero cincuenta mil dólares, en billetes de a cien dólares.” El genio ante tal respuesta, sólo tomo una pesada bolsa negra de basura e inmediatamente se la entrego al muchacho. Tal vez ahora, el segundo deseo sería mucho más ambicioso. Y efectivamente, lo era. Jesús miro la bolsa, aparentemente de basura, pero que abriéndola lo suficientemente se apreciaban los billetes americanos. Jesús rio por ver tanto dinero en sus manos, ahora si sentía ganas de pedir algo más que solo tres bancos y cincuenta mil dólares. “Quiero que dejes de ser genio…” El genio creía entender la respuesta. Tal vez dándole un deseo más se sentiría seguro… “Mira, si quieres…” no pudo terminar el genio cuando Jesús le dijo “¡otro deseo?, solo deseo que dejes de ser genio, y, deseo que tomes estos cincuenta mil dólares... es decir, con un deseo más me basta.” El genio pensó en ser un humano normal, sin poderes, morir y no vivir más esperando salir de aquella lámpara alcalina. Además el muchacho rechazo el cuarto deseo y se dispuso a entregarle el dinero; así que podía vivir tranquilamente el resto de sus días. “Te doy un deseo más… aun te quedan dos.” Dijo el genio apretando con fuerza a su fiel cuervo, mientras miraba al joven por encima de las narices, con aire de grandeza y poder. Jesús solo dijo “deseo un arma, una pistola vaya”. Ahora si estaba seguro el genio; canto el cuervo por segunda vez, le dio su arma, dijo en secreto las condiciones y prosiguió: “solo te queda un deseo más, y ya no pienses que te daré más deseos este es el ultimo, así que piénsalo bien porque no habrá vuelta atrás…” Jesús se imagino una serie de sucesos de lo que vendría, miro el arma, miro el dinero y los tres bancos; “deseo, que seas humano”, no hay humano que tenga poderes y los dos lo sabían. De inmediato el genio involuntariamente tomo la lámpara, la encendió, la apago y él con su cuervo permanecieron en la privada. Estaba ahora desprotegido… pero libre. Se sentía mal por haber perdido, su ambición era provocar ambición, y sabía que el último deseo era irrevocable; cayó en su juego y ahora solo le quedaba su siempre fiel ave negra. Jesús le dio primero el arma; el ahora, de nuevo, señor se apresuro a tomarla y le apunto al rostro del joven pidiéndole el dinero, pero sin esperar respuesta disparó. Jesús un poco espantado, se seco con la maga de su suéter el agua de aquella pistola; tomo la gran bolsa negra y la hizo pasar por aquella puerta de madera; el señor no comprendía ya los sucesos, pero tenía en sus manos cincuenta mil pesos… y una pistolita de agua. El señor tomo al cuervo con suavidad, lo acaricio; después tiro la lámpara, y recogió la bolsa: salió en la noche un señor con su cuervo arrastrando una pesada bolsa negra… Un joven en la puerta de su casa recogía una lámpara y con cierta pereza nocturna recogía sus tres bancos; al llegar a su cama, Jesús acomodo aquella lámpara entre otras dos que tenia; solo que, una estaba prendida. Pero en un momento dejó de estarlo.
 ¡Hola! ¿Cómo estás?, bien, me alegra; sabes, ya me canse de tu indiferencia, no puedo evitar sentirme un miserable tan solo por ver tus ojos amenazantes, llenos de cólera, rencor, tan solo por cosas que no tienen sentido... por favor, dame tiempo y te demostrare que soy bueno, que soy un caballero que vale la pena; veras que soy hombre de palabra y te daré todo cuanto me has estado pidiendo. No me empujes de nuevo... Te prometo que mañana te pago, pero no le digas a los vecinos.
  Dicen que vino de Francia… Lo que importa: es que esta en México. Dicen que vino de Cuba. Por eso suena tan bien; pero aquí no se baila. Es la señora, un tanto rolliza por una vida tan plena. Últimamente ha estado triste. Más que recordarla le hacemos una nota policiaca: párrafos cortos, únicamente para expresar una idea. O dos. O tres en este caso… quizá cuatro. Omnipresente en México, tan nacional como los frijoles, pero con menos gases. No es que sea chismoso, pero me dijo un joven que alucinaba con el idioma francés, que ella es parisina. Yo la veo un poco bronceada, o mejor dicho, es morenita; pero ese joven sostiene que esta así porque llego desde hace varios siglos, y desde entonces no hay quien la mueva a la sombrita. Por lo que yo escuche, e intento concluir, vino bailando; arrollando con todo a su paso, de las comparsas paso a la guagua y de ahí al ómnibus, de ahí al bus terminando en los camiones, las peseras, los taxis, las banquetas y en los hogares. Por eso, omnipresente. Tuvo su fama, en las décadas pasadas; ya que primero fue amigo de los niños, esos niños que ahora son nuestros padres, esos padres que ahora no la reconocen aunque muchas veces se apoyaron en ella. Ella, redondita, bonita y simpaticona; yo la imagino roja, rebotando por todos lados, dando el saber a cuanto ignorante se le cruce y le pregunte. Una pista de quien es demasiado; basta decir que ella es la maestra de Beto. Es tanta su inteligencia como la perfección de Nadie; niños, padres, maestros, alumnos, hombres, mujeres, ingenieros, licenciados, doctores, masters, presidentes, gobernadores, alcaldes, victimarios. Todos, victimas del poco conocimiento humano. No es cosa de risa, pero en fin: el chiste es que si la ignorancia es leve, sólo se muestra de ella su silueta, únicamente el cincuenta por ciento de lo que es en realidad; pero si la duda rebuzna, entonces su figura delineada en la forma esférica tradicional entra en escena e ilumina a cuanto ser este presente. Desconozco si en otros lados del territorio mexicano ella sigue teniendo seguidores; pero al menos en estos rumbos ya no se le oye mencionar; sin embargo el que la menciona, tiene un minuto de silencio por recordar algo casi olvidado, casi extinto, a punto de morir. A ella va este escrito. Porque a nuestros padres y un tanto a nuestros abuelos, les dio la respuesta faltante, necesaria y en el momento adecuado. Señora, siga rebotando y gracias por todo el conocimiento que sin cobrar comparte: usted seguirá siendo citada por las siguientes generaciones. Tal vez uno que otro joven de veinticinco años, se sienta tan adulto que la invoca; pero no les haga caso, ellos ya vendrán con quince años más y entonces sí, atiéndales, que su llamado es sincero. Un homenaje dedicado a quien se lo merece, sin hacer tanto alarde; pero sí mucha, pero mucha bola. A la homónima le corresponde este teatrito textual.
Un texto de hace tiempo... y hace frio.  Es la hoja en blanco… Y desde ahora te digo, nel. Yo la amaba, pero ella no quería cantar canciones de juanga; claro a mí nunca me gustaron tampoco, pero bueno, hacia lo que podía para poder ser el alma de todas las celebraciones religiosas. Por ejemplo, recuerdo un cocodrilo; si, era rosa y me ladraba a diario, me daba bastante dolor de estomago cada vez que estaba cerca de la estufa, pues claro, todo concuerda; la estufa con el dolor del rinoceronte. Luego, fuego, juego, estrés, kermes y francesa. No era evidente, porque era un vidente comerciante del mercante que eructaba litros de amor a los clientes que, en su frutería le compraban frutas; sí, también vendía caracoles con zapatos del nueve, pero eso ya es demasiado obvio. Este, pues, estorbando el pensamiento catastrófico de la situación arcaica que ha motivado las fluctuaciones derivadas del procesamiento del análisis sin precedentes que se ha creado en la materia de semejante magnitud como lo es esta que ahora se presenta ante todos los lectores y escuchas que buscan en esto un templo del saber para poder aprender y de paso comer un poco del alma de aquellos que frente a todos muestran toda aquella inteligencia reservada solo para unos cuantos afortunados y dichosos seres consumidores de oxigeno que mientras comen gozan viendo como su alma se rellena con el paso del tiempo de vida verdadera y de lo que muchos humanos han estado buscando durante más de ciento cincuenta mil años… pero que rollo. Pues para empezar ahora si bien el relato, no queda más que comenzar por el inicio que es donde todas las cosas comenzaron.
 Es algo extraño… y eso quiere decir que yo también estuve o estoy, tuve o tengo. No me apresuro y hasta me asombro de que no sea un factor femenino la causa de estas letras: este ensayo, ensayo definido de la literatura muy mía. Lo leí y… cielo santo… mientras yo lo pensé, ¡él lo escribía! Seguramente: tantas cosas, tantas cosas a mi mente vienen. Porque si él la conquisto por su físico, ahí no tengo oportunidad; soy más blanco y de un pelo más inquieto, pero no soy alto ni tengo barba y aunque necesite no uso lentes… que según oí es un fetiche importantísimo cuando se trata de ser un hombre apuesto. Apuesto a que tengo ganas de usar unos, pero no cuadrados, cuadrados hay muchos; pero también debería tener el pelo largo, porque así parecería artista pop mezclado con un dj fresa de pura música electrónica… Y pensaba, siempre las ideas se comparten: claro esta idea no me llegó a mí por arte de magia, sino por la magia de la comunicación. Pensaba en que hacer un blog se le ocurrió a cientos de personas más, pero pocas concretaron en lo que realmente visualizaron. Y mientas yo pensaba… él lo escribía. Es increíble pensar en la manera ordinaria de razonar, puesto que no lo hice porque me pareció algo sencillo, algo establecido, algo que no se publica en un muro, en un perfil. Presume de un pensamiento, gastado por cientos de personas más. Pero aquí va mi parte, mi versión: que importa si recibo tu rechazo, mujer hermosa, mujer indefinida, porque no has ido una sino varias las que forman el concepto de la no aceptación amorosa; la siempre eterna actitud de superación convierte a ese hombre de risas y popularidad que tanto repudias, en un joven de gesto caballeroso y de voz agresiva, para luego pasar a un niño consciente de su locura que en vez de mutilar el rosal, crea ramos de rosas con papel y sonrisas, para luego ser ignorado una vez más… Sí, aunque haya abierto el facebook, a mi no me basta ese sitio para subir mis notas. Este blog es mío, auténticamente mío, y apenas lleva el cincuenta por ciento de Jesús Abraham Arreola Hernández; no uso muros ni hago notas: al lector agradezco por su visita, porque no lo etiqueté; porque esta versión me gusta más, porque también sé usar una computadora, pero no tanto como para dejar de ser comunicólogo; porque más que usar un tornamesa para mezclar música ya hecha me dedico a recitar melodías improvisadas a cada momento; porque sé que esto no puede quemarme: porque esto no es siquiera humo. Disfruto del vinilo sin necesidad de pasarlo a un archivo mp3 ni presumo de jugar al disc jockey con compact disc. No soy músico. Soy música… y vivo a 33½ rpm. La mejor calidad posible. Que me ha causado gracia aquel texto, un pensamiento precario similar al mío. No pude evitar sonreír… porque si él la conquisto con su forma de ser, me puse bastante bruto como para no demostrar lo que una verdadera persona tiene: psicología humorística. Es decir: él es raro, pero está en lo estándar: en donde se conforma con que le digan “estás loco compa”; entonces una vez más tuve razón. Niña, si lees esto, no te enojes y mejor ríe; relee aquel texto sin nombre 3: entre más tiempo pase, más vigencia tendrá. No te lo dedique sólo porque sí. Y te digo niña, porque no me impresiona ninguna parte de tu cuerpo como para resaltarla cada vez que te quiera besar; y te digo niña porque no existes en una forma real, porque entre morenas, blancas y güeras no hay preferencia: que mejore su raza el que se sienta inferior. Quiero escribir una risa, pero que no sea burlona. Que sea traviesa, picara, jocosa, una risa que no puedas entender porque no has reído así en tu vida; esa risa que te da la razón, breve, sonora y que termina con un suspiro diminuto, anuncia el silencio de una frase guardada: “ya lo sabía.” Y así como él fue mejor persona… así vamos todos poco a poco. Porque él, no es ese que la conquistó, es una proyección por medio de un discurso simple pero similar: sólo que precario. Rio, risa traviesa que arde en aquel que no comprende, no es carcajada. Como típico macho crees haber ganado, miras tu trofeo de cabellos rizados… pero buscas aquella expresión triste del que aparentemente perdió, acto tras acto esperas ver en mi un aspecto de derrota lúgubre. Eso, que no entiendes, que te irrita al verme solo y feliz mientras tú la abrazas, que te hace subir el volumen de tu voz mientras estoy cerca; eso que te hace reír de una manera tan ficticia, eso es lo que me hace encogerme de hombros de manera alegre y extrañada ante una nueva incógnita del ser humano. Porque de entre tantas cualidades puedo exponer al público una: tengo el don de vender, ideas, conceptos, libros, galletas con rompope… Justo después de que haya decidido decirle a aquella niña lo que ya no podía ocultar más bajo aquel rostro de timidez abstracta, llegaron los hombres: si a mí se me antoja, a muchos también. Psicología juguetona del hombre normal. ¿Ser normal es malo? Dijo alguien intentando ser irónico y aspirando al sarcasmo divino. Díganle loco si se siente bien… Yo soy, aunque para ustedes una pila de conceptos tengan que reunir para hacer tan sólo mi silueta. Cito a un amigo que cita a un personaje que no recuerda quien es. Yo puedo amar, en el caso de que yo ame, a muchas mujeres como a ti te amé; pero jamás encontraras alguien que te ame de la misma manera en la que te ame yo. En palabras masculinas: tú la tienes, yo no. Tú deberías ser feliz… ¿o no? En mis palabras: tú la tienes, yo nunca la busqué. No puedo sentir la ausencia de algo que no quise: porque aun ella no tiene forma definida, aun estoy como dijera una película mexicana de antaño: enamorado del amor. Le dije lo que sentía, siento o sentiré por ella; hasta ahí. Analogía: es como si te señalara el puesto donde venden taquitos de trompa y te digo que están muy buenos; automáticamente esperas que corra en busca de ella… digo, en busca del puesto… por lo que te apresuras a ganarme el pedido, y ya cuando te estás comiendo las trompitas en tortillas calientes, no hay nadie a tu lado: ¿a quién le ganaste? Miras a tu alrededor, todos los compradores cayeron por el mismo truco y se preguntan: ¿están buenos, no? Sin recibir contestación alguna. Lo siento, aunque fui yo quien le dio valor de atractivo a la niña, no seré yo quien legitime la valía real de dicha adquisición tuya. Sin embargo, después de todo esto, existe el tétrico final. Lo que él escribió es el reflejo de su ira contenida hacia las damas que en su tiempo lo maltrataron… desahogándose en un llanto desenfrenado de letras incompresibles ante la dama que lo supo apreciar. Sin entender me mira con rabia y aspira a llenarme de golpes sin cesar: amigo mío, podrás romper mis huesos uno por uno, pero disculpa si después de eso aun sigo llamándote con acento senil: imbécil. No hace falta decir que… Psicología de botana y un Barthes riendo. Rio, donde las mujeres lavan su ropa. Blog…
Soñé hace tiempo contigo. El caos se desataba y todos creían que era un loco al fungir como profeta. Cuando el cielo cayó sobre la tierra y el día se volvió oscuridad, sólo tres personas protegían el último refugio. Una silueta borrosa, yo cerrando la puerta del refugio. Y tú. Hubo tal calma, que lo de menos era esperar que cayera del cielo: la última de las siete plagas del nuevo siglo
Contigo
Autor: Abraham Arreola  564 Lecturas
Les contaré que obtuve un material audiovisual, con un valor muy elevado; no se encuentra en cualquier lado y vale la pena que sea compartido… Pero… el internet no es la opción correcta. Día cero: alguien ansia ser el sujeto más famoso de todos los foros en los que se ha suscrito porque así será un gran usuario; cada foro le llamara de una u otra manera, pero ese usuario será tan agradecido, que tendrá la autoestima para poner una gran “firma” en “gif”… en fin, ya trae ganas de sobresalir, porque le duele la conciencia de ser llamado “leecher”. Día uno: yo subo el archivo en un servidor que para mí es cómodo, claro, el internet es comodidad. Digo las especificaciones, digo el peso, digo la página de donde se puede descargar, doy la dirección. No pido comentarios, porque bajarlo es mejor muestra de interés que un “chido carnal, bajando…”. Día dos: alguien busca este material en su “buscador” preferido. Esa persona ha encontrado lo que ha estado buscando, lo baja, lo disfruta, lo comparte y en tristes ocasiones, lo presume. Día tres: el que desde el día cero estaba esperando, encontró algo que no existe en la web. Copia y pega el formato, borra el nombre de quien la subió y se sienta a mirar como su ordenador se llena virtualmente de agradecimientos, mientras su cuarto sigue vacio… sigue igual. Día cuatro: un usuario lleno de ética le reclama que eso solo es un “copy and paste”. El usuario, dueño de el “post” “original” sólo responde que “si esta en internet, es de todos”. Día cinco: maldiciones en los comentarios porque el archivo esta “corrupto”, reclamos una y otra vez ya que no hay respuesta alguna; el ahora “posteador” se enoja y amenaza con “no subir más archivos si no le van a agradecer” olvidando su política “ruda” y “radical”. Día seis: el “post” ya no tiene visitas, el archivo fue borrado de la página donde estaba almacenada; el usurario ya copio, pego, y “posteó” otras cosas y se ha olvidado del “link inválido”. Los últimos comentarios son de “súbelo compa, que no lo encuentro por ningún lado”. Día siete: un usuario curioso, encontró la página original; donde como todo buen “aporte” se sigue manteniendo en “línea”. Baja el archivo, lo disfruta, lo comparte… Día cero: un usuario tiene ganas de comentar algo, hizo un texto breve, creyendo con eso llenar su blog; sin saber que otro usuario borrará con toda la intención el nombre del autor, para en algún foro “subirlo como propio”. No me quejo, pero reconozco el contexto “cibernético”. Como dicen los “uploaders”: "con que me den los créditos, me doy por bien servido". *** Pero aun falta… Semana dos:
Tal vez no sea una libreta… pero estar aquí, frente a una hoja ficticia en blanco: inspira. No un poema de amor, de tres cuartillas de extensión. No perros, no tragedia, no comedia. Un pensamiento, sencillo, relajante. ¿Pensar?  Siempre. Siempre que se pueda. Puesto que también sentir es importante. Y que importa, si la torta de otra explota por cosas rotas. Vamos a descansar, pero nunca a dejar de sonreír. Y eso me recuerda a que tengo hambre, no hambre espiritual. Hambre de tacos al pastor, aunque me caigan mal, puedo tolerarlos. Una hamburguesa doble sólo con salsa. La guitarra no me hace falta, menos cuando puedo hacer música de mis propias manos, cuando mi caminar hace un compás que se acopla cuando con compas voy, voy con gente y voy solo. Sólo eso, eso… es genial. Atentamente: el hombre que aspira a un Cervantes, por buena conducta, por locura literaria extrema, por resistir el trasplante ideológico actual y hablar metafóricamente de las metáforas: lo más realista posible. El hombre que disfruta sus vacaciones solo. Sólo eso, eso… es genial. Si cada quien escribe lo que tiene en la masa encefálica: esto esta justificadísimo. Y junto mis manos, en plegaria a Dios. Y de ellas salen ondas sonoras que son interpretadas por sus vibraciones suaves, que le dicen al cerebro después de ser percibidas por el oído: bésame, bésame mucho. Atentamente, el hombre de hacera… hace rato. El tequila será vendido como agua bendita y los chocolates como… ¡chocolates! Los bares están llenos, estarán más. Las universidades quedarán vacías, los novios pasearan por la alameda queretana mientras compran tacos de rata pinta y discos pirata; las casas se encenderán con renos, venados y hombres rojizos rollizos. Desde arriba se aprecia: la alegría pasajera se aproxima, todos fingen sonreír: soportar la música clásica por el hecho de que es navideña. Mi ciudad se ilumina de colores, mi casa se adorna con luces, mi mente siempre ha sido en color… Son vacaciones y mi vicio ha regresado. Eso… eso es lo de menos… lo mejor viene cuando lo genial se vuelve cotidiano.
  Ay... creo que me enamoré... mejor como tunas.   Señores, en breve, en rápido, en donde sea… Ver televisión es un asco. ¡Sí! Y no daré puntos de vista locos: “porque hay violencia, programas de mala calidad o personas que no saben lo que dicen”. Porque lo cierto, es que muchos ni son comunicadores; sólo gente bonita. Antes: qué bueno que sólo se quedó. Así como escuche, de manera personal al vicedirector de la RAE que no había tos. Sólo, está bien. Ahora; esa televisión me ha hecho tanto daño como unos tacos de perro sin sal, con aguacate, huevo y mal humor. Estaba yo; si señores, una narración en primera persona, simple hasta más no dar; estaba yo en el camión escuchando un poco de música instrumental, música clásica, música hip hop y algo de Amanda Miguel; sí, bueno, ahí estaba yo… una carretera oscura, obscura, negra y sin luces: avenida descolorida, llena de líneas intermitentes en el asfalto, puentes de vez en cuanto y el ajetreo común del romance entre los amortiguadores del autobús y los baches. Ahí, en ese camión mágico y con seis pesos menos estaba yo pensando como todos los días. Pero oh cruel destino que me hizo ver televisión. Todo por buscar los defectos que esta misma tenía. Mirad, lector, al hombre que escribe párrafos cortos e insípidos; mi energía la he gastado en soportar un programa que aunque su nombre lo indique, no tiene nada de alegre. Así es, mi sufrimiento es tal, que he dejado de comer… bueno, ya terminé, pero no pienso comer más: eso es gula. En fin. Todo por buscar defectos en la televisión: donde no se está aplicando correctamente el derecho de réplica. ¡Si ya sé que la televisión mexicana da asco! Sí, ¡caramba!, no importa que se repita la palabra: ¡es que en verdad, es horrible!¡Es horrible ver televisión! Toda, ni una cadena, ni otra cadena, ni las permisionadas, un típico “ni-ni”, Ni ninguna otra. Y va de nuevo: ya sé que la televisión incumple de manera cruel con la ley: para que rayos voy a verla: mejor la modifico; mientras, ni me acerco a ella. Porque en ese camión, donde los borrachos se suben y comparten asiento con los universitarios que de manera grosera pagan al chofer, ahí pensaba en una historia: debo hacer una, debí hacer una… Pero la tarea es primero, y primero era ver un programa de televisión que no respetara el derecho de respuesta (réplica). Y ahí comenzó el terror. Mi mente se desactivo, porque al ver tanta burrada, mi cerebro tenía que bloquear la amenaza tan zopenca que provenía de aquellas señales malignas. Te maldigo oh televisión: oh cadenas, productores de ideas repetitivas: el recordar a sus conductoras me da escalofríos: mujeres feas, escotadas, con una voz poco cuidada, con ganas de acostarse con el productor para ganar exclusiva, con ganas de calumniar el acto de “hacer teatro”. Sí, eso ya lo sabemos… pero créanme. En el final, el lúgubre televisor se reía de mí. Mirándome con sus programas de revista matutinos. A carcajadas miraba mi ira contenida, mi mente escondiéndose de tanta ignorancia: si de por sí… Oh cruel destino: prométeme que no volveré a cruzarme con algún programa de televisión que hable de clases y concursos de canto, que los veinticinco lugares jamás atravesaran mi mente, que aquellas mujeres títeres no me llenaran de pesadillas mi sueño de semiótica armonía musical, que no se venga la alegría, que ni se atreva a hacer semejante cosa, que hoy sea un día sin televisión, que el televisor siga siendo de ornato, que Laura no está, que se fue y que ojala nunca vuelva, que aquel aparato ya no se encienda, que oír cantar a changos con traje y corbata los hace gorilas que asimilan el ruido al que nosotros denominamos lenguaje… que por favor, no me encarguen ver más televisión nacional para ver sus defectos. Esto parece fallecer, ya escribo mejor, las tildes ya aparecen donde deben, ya…Ya paso. “Ya cariño, la tele no va a volver por ti…” “Es tan sólo (¡yupi!) una pesadilla… tranquilo corazón, tu amas, tú piensas, tu sueñas, tú tienes voluntad propia para hacer tarugadas, de esas de tamarindo y chile piquín…” “Ya nene, no llores: te prometo que no veremos televisión mexicana nunca más…”¿Ya ves? Esta apagada… sueña niño bonito, raro y loquito: que aunque no te guste la televisión puedes comer y sonríes más que todos los que ven comedia televisiva chilanga típica. Anda y ve a jugar… esto es un sueño… La televisión tiene programas culturales, no… no, no, no pienses en eso.Olvida eso, que nunca pasó. La vida comienza, cuando la televisión se apaga… eso dicen.Sólo sé que… ¿qué? Pinche televisión de mierda. Oh, la RAE me respalda desde anteayer justamente con su nuevo diccionario “Mexicanismos”. ¿Consejo? No hacer esa tarea… ¿Final de este ensayo fúnebre? Ninguno tan genial como este.
Reflexione… una misma historia se divide en varias partes: partes de diario. Quién lo dijera… ¿qué? Ese joven se inscribió a jugar futbol. Tal vez para ganar popularidad, condición, o condicionar su popularidad a su nivel de juego: es defensa, centro y delantero: pocos goles, pero no tiene miedo de enfrentarse con alguien más grande que él: cierto, le falta practica, pero al menos: juega. Las chicas se acercan para ver quien está jugando, quien patea mejor el balón, quien es más hombre; los profesores, jóvenes aún, miran cuáles serán sus contrincantes: ellos también juegan. Ese joven patea con fuerza y sin practica, falla, acierta… va bien. Entre tantas patadas surge una jugada, una mirada retadora, un portero asustado. Gol. O… tal vez: ¡gol! Aquel joven, le gano a ese joven. Ese joven aceptó su derrota, aquel joven disfrutó de su momento de triunfo, triunfo eterno: lo único que hace en la universidad. Pero eso sí, saben que no es de fiar: aquel joven gana y gana… impone respeto en la chancha de cemento barato pero que casualmente costó cuatrocientos mil pesos. Ese joven, sentado sudando por tanto calor, está esperando jugar, está buscando algún hombre cansado, pero el típico hombre macho no se cansa frente a una dama, y ese joven espera. Uno, dos, tres, cuatro, siete, nueve goles en contra y ese joven ahí está sentado sonriendo ante la indignación de sus compañeros que cansados y frustrados maldicen al árbitro y se echan la culpa unos a otros. Todos jugaron todo el partido completo, cuando nadie podía aguantar físicamente sin después salir ileso. Hasta el orgullo salió lastimado. Aquel joven les ganó y no sonríe, mira con desdén a sus contrarios; excepto a ese joven, porque no es lo que lo mueve principalmente a mover sus pies. Ese joven no admira a aquel joven, pero lo respeta porque su juego es bueno, limpio, pretencioso pero talentoso. Dijeron que quitaran la música disco cuando apenas “That’s the way” (ajá, ajá) había comenzado. Bola de borrachos, dizque van fiestas, pero sólo se embriagan y… ya. Bola de borrachos con talento. Fiesteros: cero por ciento. Bailadores: cero por ciento. Con novia: dato no disponible. Con novia feliz: seguramente cero por ciento. Alcohol: 4 litros por hora... tal vez más: es que son muy hombres. Sin su gran animo ya se habría comenzado la bailata y la cantata desde hacía rato. Aquel joven entre esos se perdía, su liderazgo no existía, sólo su necesidad de tener amigos… amigos que lo dejaron sólo cuando ebrio cantaba, cuando era la risa de una niña quinceañera. Aquel joven quedose solo, acostado en un sofá al ver que nadie lo acepto para bailar una pieza de cumbia (si es que así se llaman), con los ojos entreabiertos, quieto. Aquel joven, dormido, regañado, solo. Sin gloria. Ese joven comprendió porque nunca sonríe, su seriedad refleja cuantas veces ha caído y se ha caído frente a tanta gente, gente que aprovecha la situación para tomar venganza. Venganza extraída de un partido de futbol. Ni mil goles, ni cien trofeos, ni diez amigos parranderos lo harán feliz. Quiso saber lo que era ser un vividor, sin estar listo para ello. Sólo es el chivo expiatorio. Le dio vergüenza leer una novela de magia, quiso demostrar su hombría jugando futbol: se envició en los aplausos temporales, probó el vino, lo rechazó, probó el tequila y se envició. Siempre con la esperanza de ser el chico popular y galán, pero nunca con la meta de ser. Ese joven, estaba sentado tomando un litro de electrolitos; consiente de la música, que aunque hablara de felicidad tenía un ritmo lúgubre, tétrico y risible: todos bailaban y a escondidas lloraban, mujeres resentidas con hombres angustiados, ansiando que en una fiesta se colmen todas sus necesidades psicológicas. Ese joven faltara la próxima vez. Ese joven aun juega de vez en cuando, cuando las convivencias familiares tienen espacio suficiente, aunque puede platicar o irse. Pero aquel joven… Este relato pasará a la historia como una mancha negra más para aquel joven, como una aventura aburrida para ese joven y como un archivo del mes de diciembre el año 2010 para este blog. Y regresarás con la fama de futbolista para jugártelas como vividor, no soportarás otra vez la vergüenza del fracaso continuo; aún no entiendes que ese ritmo de vida no es para ti… pero el futbol: sí.
Oye, quiero hacer un trato contigo. Sabes, es arriesgarse demasiado a estar solo; así que necesito una alianza. Te he estado buscando desde hace tiempo; no podía evitar dejar de pensar en ti; por más confuso que suene… desde niña ya te deseaba. Si me hubieras visto, estarías tan emocionada como yo. Cuando supe que ya estabas cerca, créeme, no cabía de la emoción. Conforme yo iba creciendo, estaba más cerca de conocerte y tener alguien a quien amar. Los novios pueden besar y fingir querer por años; pero tú, serás diferente a ellos, comprenderás lo que es un cariño sincero y yo seré la primera afortunada en recibir tus besos y caricias. Hare todo lo posible por que te sientas cómodo, descuida: nada te hará falta; y si algo escasea, discúlpame con toda tu alma, que siempre daré mi vida con tal de que tú me des una sonrisa, sin importar que esta sea falsa. Me esforzare porque por más de una década, vivamos en armonía. Porque llegará el día en que todo termine, pero ya te tuve y es necesario que te vayas. La gente al ver que estamos juntos, me miraran distinto: me tendrán respeto, bajaran la cabeza cuando hable, pedirán mi opinión en conflictos.Las arrugas deformaran mi cara, pero las canas adornaran mis sienes. MI alma se revestirá con el blanco de mi cabello. La espera de tu llegada, es una parte diminuta comparada con lo que después será tu ausencia. Quiero ir al grano, pero la emoción me invade, te amo tanto que no me importa que tú me dejes en la ruina, podré quererte y perdonarte después de todo. Después de todo, es mi culpa que esas cosas sucedan. Por un tiempo, te lo digo desde ahora, me veras como la mujer más hermosa e inteligente de tu vida… espero atiendas a mi aviso, porque me dolerá ver que soy sustituida por alguien que no es como yo; lo entiendo, es tu destino, pero debes escoger con más cuidado. No quiero ser grotesca, pero ahora estás débil: y yo te protegeré. Pero prométeme que cuando mi cuerpo falle, que como tu ahora este sin fuerzas, cuidaras de mi. Si no cumples la promesa, no importa, aun así te seguiré queriendo… esperando tu llamada, que dirá lo mismo, que también me amas; que me recogerás cuando te den tu casa, que tu esposa también se afana, que mejor entre viejos estoy, que ya perdí el juicio y la razón, que me aparte de tu vida, que yo no tengo corazón. Yo te diré que alguna vez lo tuve, pero te lo di al nacer.
 Ya tenía ganas de decirlo. Al principio pareció bien, porque no hace ruido, nadie se da cuenta cuando lo estas usando, es coqueto, discreto y evidentemente se puede llevar a cualquier lado: aparte de un dildo (¡que palabrota!), sólo otra cosa cumple con las descripciones hulísticas: un teclado guango y enrollado (otra característica más). “Buno, podrán notar que twngo difcultads pars redAcyar biwn… tl vez todos los alolecentes esctibam asip poruuqe tienne un teklcado comp el miu.” Ahí el problema: la gente busca a cualquier manera hacer sarcasmo… E incluso, le inventaron un símbolo. No hay símbolo ni signo para el sarcasmo, sólo para un mal chiste. Resulta que decir que las piedras ruedan, es sarcasmo, que la comida apesta, es sarcasmo; un gato muerto después de que le pasaron siete ruedas, sarcasmo; un torero que le ponen los cuernos, sarcasmo. Bah. Como todo, el sarcasmo es subjetivo, cada quien asigna tal valor a una determinada circunstancia. Pero eso de ver a dos ñoños matemáticos haciendo chistes sexistas ante una mujer atractiva, no es sarcasmo; aunque el hecho de que su audiencia sean los típicos gañanes resulta un tanto risible (Já, ja.). Ese doctor hogar, me cae bien, pero no puedo verlo junto a otras personas: como para la mayoría de las personas es sarcasmo todo: cuando saluda no falta quien se ríe por haber entendido claramente la trama. Pues bien, mi subjetivización de lo sarcástico esta elevado: olvidamos a los irónicos, los sangrones (sí, también hay hombres) y en mayor grado, antes del nivel S: los mamones. El sarcasmo tiene estilo, cuando se dice, suele doler, pero por ser un mensaje dicharachero resulta placentero. Y tiene arte, como tocar un órgano de iglesia, se oye bien, pero juntos se oyen mejor: orgasmo. Palabra temida tal vez, pero cargada de valores, y cómo no. Porque aunque ya haya pasado tiempo, lo recuerdas: la relación entre el teclado incómodo de hule y el sarcasmo es indispensable para llevar una vida plena. Postdata. Lo último fue un chascarrillo, eso, por si paso desapercibido el súper sarcasmo que tenía preparado. Caramba, ¡pero sí soy el alma de las fiestas! Esta dicho: hoy si comeré frijoles.
No señores, este no es el blog en el que yo siempre relato cada vivencia mía en primera persona y con un toque humorístico. No señores, yo no odio a mis padres ni me molesta que mis profesores den un sermón cada cátedra. Y no señores, yo no quería tener facebook… ¡Ahí va lo bueno! Es… estúpida vida académica: todo se hace por esa pagina tan famosa en estos días; a mí que rayos, no me interesa saber si la mujer que me gusta me invita una hierba, cuando ni siquiera la ha visto en la realidad y no sabe las consecuencias que dicho pasto tiene; no quiero saber si mi compañero de clase está resentido con la humanidad, si aquel otro muere por ser francés e intenta hablar ruso para impresionar a las mujeres cuando a él le atraen los varones… no me interesa: es que soy muy chismoso. Y seamos honestos: el chisme se disfruta frente a frente: si somos mujeres en cualquier lugar es bueno: si es hombre, para que no digan que somos, en un bar, en la casa de alguien o incluso con mujeres pero eso sí: cervezas, o algo que marque la presencia de un hombre. Así que ya estando en la micheladeria de enfrente, con una caguama cada macho (caramba que lenguaje uso hoy) podemos decir cómo nos fue con nuestra amada, con nuestras fans y con nuestra vieja. Y tambaleando de alegría, con unas cuantas copas encima y la mochila detrás, caminamos en busca del camión; enterados de todo el contexto que nos forma partimos gustosos a realizar nuestros deberes de ebrios escolares: comer un buen plato de arroz con aguacate, una chuleta, un refresco y para cerrar con broche dorado: una tortilla hecha burrito con limón y sal. Pero ahora, ahorita mismo: en vez de sacrificar mi equilibrio (cuidando siempre mis hígados) y mi cordura lingüística, arriesgo mis ojos a una explosión por leer cada mugrosa publicación, y abrir y abrir ventanitas para ver que sigue: no señores, esto no me gusta. A desmenuzar: separar lo importante de lo que no. Cuando desperté, el facebook había muerto… victorioso me levante y alcé mis manos en señal de gloria, ya no tendría ese servicio jamás, mi correo estaría limpio de cada comentario en los que yo no tengo ni vela en el entierro (que cosas). El profesor llamó un alumno y le formulo la siguiente pregunta: “¿Por qué no hiciste la tarea, si les dije a todos?” El alumno con plena seguridad afirmo: “Usted profesor nos dijo que ya no iba a dar clase hoy, por lo que dicha tarea se suspendía hasta la siguiente clase, es decir, pasado mañana”. El profesor rió sublimemente y dio una palmada a su mesa de dos cajones con cerradura plateada: “Les avise a todos en su face”. Pateando botes andaba por el sendero que había de llevarme a mi hogar eterno; mirando al suelo en busca de encontrar una moneda de diez pesos que me alimente porque ese día sólo me quede mirando a mis compañeros comer; esperando el camión con disgusto porque ya no tengo credencial de universitario, debo pagar pasaje completo; ansioso porque no tengo mi reproductor mp3; cansado por usar tenis cuando me acomodan mejor los clásicos zapatos de casquillo. Llegué al final de la acera, levante la mira para acosar a las nubes rosadas por el hermoso atardecer queretano, sentir con mis manos el viento, que aun estando quieto siento en ellas como si fuera a bordo de un auto a gran velocidad, el silencio de la naturaleza siempre opaca al ruido citadino: eso no lo puede tener una página de internet… Pero la tarea sí: ¡mierda!
El mundo entero en busca de un maestro. Todos citan a sus grandes personajes, esperando tener estatus intelectual. Citas que descifran el misterio de la vida, del amor, de la muerte, pero no de las citas. Citas: conjunto de reuniones que una pareja utiliza para tener un acercamiento más intimo uno con el otro. Es ya cotidiano decir lo que alguien dijo; ese alguien lo sigue diciendo hasta que esa cita se convierta en una convicción: amémonos. Ambición pobre: que nos puede enseñar el personaje malvado de nuestra serie de televisión favorita, si no es él, es un actor, y sus palabras son diálogos, y los autores de estos las colocan porque las creen coherentes, no porque las razonan y las sienten. No radica en decir lo mismo que un filósofo, un presidente o un físico famoso y greñudo; aunque su frase sea digna de gloria, será “su frase”. Es cierto, ahora que lo veo, citar a cierto personaje te da valor como ser inteligente. Sin embargo, el estatus más alto, no está en la frase más rimada o más sarcástica. Porque aquellos que aprendieron de tal aforismo, no lo citan, lo viven. Entendieron que: no por mucho citar, se hacen más humanos.
Ya era un maestro cansado, y se había ganado el título aun siendo un licenciado. Su última misión le parecía imposible pero se arriesgó: hacer escribir a los jóvenes que tuvieran letras oprimidas en su alma.  Todo es pasado, porque no deja de ser un recuerdo en el que la risa pasiva pero sarcástica se luce con luces de colores y confeti. Logró hacer buenos momentos, rutinas memorables de cada persona: ya se decían escritores. Reunieron los cuentos, las historias, las muestras de talento futuro. Cinco cuartillas llegaron a sus manos, provenían de manos ansiosas por no dejar de escribir, pero no eran las manos de las que ese maestro esperaba. Por eso, bastó una palmada para simular el asombro que había mostrado tiempo atrás; regresó las cinco cuartillas rayoneadas de felicitaciones, pero no felicitaba a quien él quería. Cinco cuartillas que narraban a alguien de más carácter y edad que aquel maestro, talento o chispa literaria, se guardaron para ser de las elegidas por ser la que causo más polémica en aquel prematuro grupo. Maestro que mira a los alumnos como producto con el que puede alzarse el cuello y decir maldiciones ante el micrófono: libro celeste como resultado, en donde todos los jóvenes escritores estaban presentes. De todos ellos, dos. El primero felicitado por su ensayo, el segundo, olvidado por aquel maestro que le felicitó sus cinco cuartillas: el segundo, concentrado en vender los libros que con gusto había escrito: extendiendo sus manos para entregar el libro y recibir ochenta pesos, extendiendo sus manos para firmar aquellas páginas en donde curiosamente venia su nombre en todos lados. Aquel maestro creyó que dio inicio al gusto por el arte a aquel joven de pelo negro e inquieto. El niño de las cinco cuartillas llevo sus respectivas hojas empastadas para que aquel maestro le dedicara unas palabras… y recibió un memorándum: frases que pueden ser tanto para un doctor, como para un vendedor de libros, pero no para un escritor. Aquel maestro creyó que podía destruir cinco cuartillas tan sólo porque presencio su creación. Desde años atrás, cientos de cuartillas se han creado con historias más fabulosas que esas cinco cuartillas que sólo representan el principio de un hombre enamorado. Hoy, todavía cuartillas nacen de aquellas manos, guiadas por impulsos nerviosos provenientes de un cerebro peculiar y seductor. Aquellas cinco cuartillas no fueron el más grande logro, ni ese libro el más apreciado: ya hay hojas llenas de mejores letras y un libro azul sin dedicatorias hipócritas… libre.
 Pues no, no se refiere a un medio insulto, si es que lo quieren ver así: aunque si partió de ahí: como cualquier mexicano se puede dar cuenta. Desde hace tiempo tenía que hacer este articulo, pero ahora faltan veinte minutos para entregarlo; sea porque tengo mucha tarea, trabajo, ganas de platicar y andar de galán: lo estoy haciendo apenas: se me olvido: ¡chin! Como un loco enamorado recurrí al diccionario electrónico de la Real Academia Española de la Lengua. Doble clic en la barra de tareas (es un software), cambiar idioma (tiene traductor) y leer. Chin: Mex. Para expresar sopresa o enfado. Cuando suelo sorprenderme no digo chin. Pero cuando me enfado… tampoco. No la dicen demasiado. Pero en sentido estricto, estas dos emociones están generalizadas; obviamente, de que otro modo me atrevo a adelantarme al próximo tema: protestar por cualquier cosa. Imaginen ahora, un hombre alto en una estación de tren; mira hacia un lado de la vía, y sólo el viento le acompaña; mira hacia el otro lado y descubre que el tren ya se fue: su molestia es precedida por un asombro, pero no el de tocarse las mejillas y exclamar: ¡oh! Si el tren pasa cada dos horas: un “chin” basta. Si pasa diariamente: un “Ching#%% M#%(dre” será suficiente. Pero si el tren que se fue, sea cada dos horas o diario, llevaba a una reunión importantísima, México nos brinda con la expresión: “Put… a pinky flower in your life": dijeran los filósofos Luthiers. Porque “chin”, ha trascendido tanto en nuestro vocablo que se ha convertido en una interjección, una onomatopeya, porque no. Tal vez la recuerde en exclamaciones como “chhhh”, “tssss”, “chií…” “Sorpresa incomoda” define al “chin”. Aquella emoción que nos hace mirar hacia abajo y con las manos acariciar nuestro pelo, mover de un lado a otro la cabeza, fruncir la boca y sonar los dientes con aire comprimido. Pero. Es rápida. Una mentada lleva más tiempo de procesar; el “chin” es veloz, la respuesta básica que nuestra cultura mexicana nos ha heredado para expresar en un breve segundo lo que esa sorpresa incomoda nos hace sentir. Breve y eficaz, como esta columna.
 Vaguedad en el pensamiento… así son los ensayos. Me interesa demasiado que hay detrás, bueno, no tanto como para enviar un mensaje privado. ¿Quién está detrás de este blog? Me imagino que todos los que suben fotos, andan en patineta; tal vez exagere, pero así es como lo imagino; con un poquito de dinero, viviendo en lugares pintorescos… tal vez algo dinámicos o ¿aerodinámicos? Pero no dicen tanto la palabra “we” o algo fonéticamente similar; sin embargo a la manera de hablar usan expresiones como “ah va…”. Amantes de los chistes semivulgares, pero miden el nivel de la asquerosidad de sus temas: excreciones no, viscosidades sí. Me imagino que detrás de un blog noticioso, deben estar tantas personas; sobre todo si tratan sobre aspectos relacionados con las drogas. Un poco agresivos, por el contexto quizá, y porque a cada comentario una mentada de madre reciben. De voz alta, un poco ronca: no todas las voces suenan igual y si uno nace con voz bajita y quiere andar gritando: aguantar la vida entera a sonar como crudo al hablar. Degustadores etílicos, no le hacen el feo a un buen vaso de espumosa y fría cerveza. Detrás de un blog musical populachón, una bola de criticones; los de música tal, no quieren a los de música cual; porque un género es basura y porque el otro es una divinidad; todo esto por obtener la imagen con forma de trofeo de “top blog” o “full user”; porque se dejaron llevar con la promoción de Deposit Files “El usuario Rocotín gano esta semana 178 135.45 euros, tú también haz dinero fácil.” De un blog de música rara, gente agradable que ronda sus calles; tal vez amigos de los que suben fotos; con ganas de recorrer el mundo, de conocer al artista con más caracteres raros en el mundo y en tan sólo dos letras, pero que su calidad musical sea digna de aprender a decir su nombre aunque esto conlleve aprender ocho idiomas y mezclarlos al mismo tiempo… Competencia de los que suben música popular, los que suben contenido de adulto: competencia directa de este blog. Porque también ellos entran en el “más visitado”, con increíbles premios como “un mes de cuenta Premium en Megaupload” cuando usan servidores que ni el pobre navegador puede acceder. Y costeando precios, es mas rápido conseguir quinientos pesos en un mes y comprar la cuenta vitalicia que andar quemándose las pestañas a ver qué encuerada dará más “bajadas”. Son los reyes de los foros, tienen títulos como “usuario máster chipocludo”; ya que al publicar contenido tabú, comentan tanto en su blog, como en foros de religión, política, música, y sexo. No son algo específico, pero suben letras o quejas siempre a su blog. Maldicen al gobierno, a ellos mismos y a su madre la odian por levantarles en la mañana. Imagínoles gruñones, y que hasta en videos de Youtube escriben maldiciones a diestra y siniestramente; hablan en español todo lo que en ingles esta: si no dices que su “post” esta en el “topic” incorrecto ellos no “coment” en el “reply” porque como son bien machos, te envían un “mp”. A estos los imagino así, físicamente puede ser cualquier roñoso con forma humana, pero al conversar con ellos sobre el cielo azul, se quejan porque lo querían rosa. Otros, raros como proyectos escolares; donde hay comentarios académicos de usuarios “Martin 5 vesp.” O blogs que tienen dos publicaciones, la más reciente de hace diez años. Los abusados, son los que acapararon los nombres de más curiosos. De modo y manera que, aunque estén vacios, tienen títulos como “777” desde que la página dio inicio. Esto como un ejemplo… ejemplo de que yo quería esa página. Y sobre los que escriben historias… lo que diga de ellos será mentira: serán puros cuentos. Un pequeño imaginario de todo lo que puede ser detrás, cómo ellos se definen “blogueros”. Yo no soy eso, el termino blog no me identifica a la hora de conversar, mucho menos a la hora de digerir mis alimentos. Simplemente soy un escritor de inéditas rarezas genuinas que emplea herramientas tangibles y virtuales.
Les contaré un chisme interesante… Era hoy, es decir, que ya paso del verbo se fue lejos. Mi garganta, desde hacia un tiempo, estaba resentida conmigo; y como la garganta es femenino y yo soy masculino, hubo un problema de comunicación de tal gravedad que no pude hablar por un rato sin toser de fea manera. Un movimiento de mano, como esas “manas”. ¡Ay! Esa tos que no deja en paz a la humanidad. Obvio, de aquí no sale un ensayo de esos de:“La tos y su impacto en la sociedad: los decibeles de la infección en la incomodidad personal.Por Abraham ArreolaEl motivo principal de esta tesis doctoral, es para aclarar la importancia de la música disco en el contexto de la imagen audiovisual y su relación con la extirpación del hígado derecho del cochino, sin dejar a un lado el zapato parlanchín de axiomas dialecticos de indefinidas dicotomías. Sin más, abordaré, de manera etnometodologica…” Pues era de tarde, seis de la tarde y había jugado un poquito basquetbol; yo no sé jugar eso, y en el partido hice más faltas al reglamento que pases completos; y ya era más tarde: dos partidos perdidos y faltaban dos más, los contrarios ni nos miraban, se veían ya en la siguiente fase… unas ganas de jugar invadió mis zapatos metálicos. Ahora que dije metalicos, o escribí mejor dicho, o mejor escrito… recordé una vez que fui a comprar zapatos de casquillo, y encontré unas botas enormes de tipo darketo asegún muy malas, pero los maldadosos diseñadores le pusieron picos en la plataforma: para que algun niño vestido de negro y pintado de los ojos, aparte de sentirse el más maldito, tuviera ganas de comprarse las botas para que esté dando patadas a cualquier cristiano que tenga enfrente. No podia evitar la curiosidad, me puse una bota: parecían botas de hombre malo, pero necesitaban ser usadas como zapatillas: se resbalaban a cada paso: ¡a qué ser humano (que no sea faquir) se le ocurre hacer una plataforma de picos! Con esas botas, en vez de chico dark, sería un bailarín en busca de hielo: patinar para un lado, patinar para el otro: si te doy una patada, me caigo primero y te doy risa… pues como que no. Después de que termine de jugar, me fui a los baños para ducharme; tome mi toalla, mi champú, mis calcetines, mi traje; no recordaba que solo hay urinales en esos baños, así que sólo hice una cosa de varias que tenia en mente. Justo cuando salía, un polvillo en mi garganta. La carraspera comenzó, y la única manera de calmar la molestia era tosiendo; pero al toser se lastima la garganta, y al lastimar la garganta la tos, tos, tos: llega.Entonces me dio tos, gripe, fiebre, cuerpo cortado; no podía comer sin sentir la piel de cocodrilo que en mi garganta estaba. Es que ya se me olvido el final… Pero la moraleja es que, si tienes tos, mucha muchísima: no hables. Recuerdo que una compañerita, más alta que yo, me dijo “salivar es bueno, si no hablas es peor para ti, malo, malo”. Sin embargo, la experiencia es la poderosa. El lunes, tenia una tos progresiva; tosía para calmarme, pero tosía más porque a cada calmante (una tosida, cof, cof) se dañaba mi garganta; a pesar de que según “ya me estaba recuperando”. Pero hablaba, cotorreaba, preguntaba, participaba en clase, mi voz de trueno hacia llover admiración en clase, pero se esfumaba al toser después de cada enunciado. Me di cuenta el martes: la tos no se iba, y tosía más fuerte; así que decidí: aplicar la ley de hielo a todo el mundo. Fue divertido, por un día no use mi voz: claro, me daban ganas de cantar al ver a algún bolerista borracho con guitarra tocando canciones amorosas baratas: “chale, mi reina, te odio, por ser tan cu…ando me haras caso, vieja gacha”, ya ven que esos universitarios presumen de todo menos sus calificaciones. Ahora que dicen universitarios: recordé a una niña de prepa. Para ella, yo era, sí, era. La era en la que era yo todo para ella; éramos amigos y con curiosidad me preguntaba por lo que en la universidad sucedía, me prometía noche a noche que comeríamos juntos en la cafetería de ingeniería; pero, entro a psicología. Y ya no me habla. No me habla porque ya es universitaria, y yó, pues… ya voy a salir. Hablando de eso: no sé porque se afanan en pertenecer tanto a la universidad, esta es sólo una etapa bonita que pasará: vivirla a tope, pero no aferrarse hasta el grado de rondar por ahí con bigote y siete niños con hambre en casa… que buena es la filosofía y la sociología, cúlpalas de hacerte pensar bajo un esquema respetable, pero no de volverte perezoso, criticón, mugroso y fachoso. Sin hablar, por un día completo. Pero. Se ve que “pero” es famoso, me acordé de un cuento ya de antaño… Sentí, gracias a no decir ni una palabra, como mi garganta tenía menos ese polvillo panteonero; cómo mi tos se esfumaba, a pesar de que no tenía una chamarra y hacia frio. Ya no tengo tanta tos, un poco de resequedad, pero con agua purificada se rellenan mis labios. Así que, aunque les cueste: un día sin hablar no les hace daño, guárdense las palabras, sus cuerdas vocales descansaran, su garganta cicatrizara con calma; aprenderá mímica, aprenderá a coordinar más su cuerpo, a revisar su caligrafía, su ortografía, la paciencia de sus compañeros, a cuidar más su vida sin recurrir de inmediato al médico. Dice el refrán: “Aunque tu puedas, deja que el perro defienda su hueso”; que el cuerpo se haga resistente a la naturaleza, más no a los antibióticos. Por cierto, ese refrán es mío; por si quieren adaptarlo a otra especie, no se apuren: sólo cambia el animal. Este pequeño diario, es porque no he hablado en un día completo. Pero. Mis manos no tienen tos.
 Ya había amanecido, el doctor Galván no había podido dormir; toda la noche los golpes de aquellas bestias que con cuernos y garras partían la pared de acero, que cedía lentamente a la luz del día. P1 se levantó de entre el ejército y con un ladrido mortal dio una fuerza infinita a toda la tropa; los aullidos comenzaron a ser más fuertes y el doctor Galván sentía que su cabeza reventaba tan fuerte que temía mirarse al espejo por miedo de ver sus ojos desorbitados… (Ilegible) con el arma más poderosa que tenía, se levantó con fuerza y la explosión abarcó casi ocho kilómetros… desde el telescopio P7 miraba y soplaba al cañón de su rifle supersónico. De una libreta de secundaria…
Sobras de un texto enamorado. Hace tiempo que la conocí, y pensar en ella da como resultado el único texto que me ha gustado. Si señores, es mujer, y si señores, me enamore de ella. No busco que este texto lo critiquen de adolescente, puberto o alguna que otra proyección; o que sus párrafos son cortos y de poca literariedad. En este texto esta lo que en los demás he hecho a un lado. Esta lo que un poema de amor oculta por miedo a verse demasiado frio. Y lo que una narración romántica esconde por estar en verso. A esa mujer, linda por naturaleza la he utilizado sin su permiso; no me importa, ella me sirve de inspiración, es preciosa y no puedo dejar de pensar ella; poesías, palabras hermosas, pensamientos al viento, escritos fabulosos, éxito y fama de “el escritor romántico más sensible a la mujer que ha existido a lo largo de la historia.” De qué sirve estar enamorado, si solo vamos a explotar el sentimiento hasta sentirnos fastidiados ante la pareja que alguna vez amamos, para después: como polos opuestos, buscar otra pareja que satisfaga nuestras ganas de sentir intensamente, sin siquiera conocer la intensidad. Qué sentido tiene estar pensando en ella, comparándola en… no sé cuantas cosas más. En ese caso, prefiero dejar de escribir cosas lindas, cosas tiernas; porque es un acto autodestructivo hacia mi persona y una exploración sin fin de los sentimientos de la persona que en vez de ser amada aparece como el objeto a destazar en pedacitos de poesía. La tomo en mis brazos y la beso. Besar, cliché imbécil de un poema tonto. Criticar el chicle de un poema tonto, típico de una narración fría. Las dos quieren ser algo más. La primera busca ser mas explicito, pero como es algo romántico, se limitara a eufemizar su contenido. La segunda, el texto frio, finge fungir como la finca oficial de los oficios de los casi extintos críticos malditos que maldicen hasta maltratar el ahora maltrecho techo que les cubre del sol inclemente de la realidad evidente; envidia y deseo reprimido: respectivamente no, pero si circunstancialmente. Ahora que me siento enamorado, no pienso hacer poemas. Al contrario, seré más agresivo en mis escritos. Porque lo que no se dice en las poesías ni en las novelas de amor lo digo yo. La pareja no es estar siempre juntos a cada momento y sentirse obligados a besarse a cada instante. Amor. Mediocres afirman que no existe el amor, esperando la revelación que les diga que componentes componen tangiblemente al factor amatorio.  El ser autodidacta en este mundo está prohibido, tanto como ser presumido con bases tangibles.
 Como con nuestro cuerpo, hacemos con nuestros recuerdos lo que queremos: gozar o sufrir: es tu problema, no el mío. Ahí estaba, con dos semanas de vacaciones frente a mi rostro. ¿A dónde iré?No es que haya pasado mucho tiempo, nada de eso: sigue vigente, aunque no para las mismas personas. Y esto va para las personas trabajadoras que en estas “vacaciones” trabajaron. En primer lugar, gracias a la religión que tanto gustan de criticar que tenemos los catorce días de flojera; sean de una u otra creencia, disfrutan dos semanas o más gracias al catolicismo: así que mis queridos lectores radicales que en cada conversación buscan destrozar con su lenguaje y pensamiento una creencia: sin los católicos no tendríamos vacaciones de Semana Santa. En segundo lugar: mínimo tres días no hubo trabajo, pero no quiere decir que todos fueron a rezar y tampoco quiere decir que todos fueron a vacacionar. Recuerdo que hace diez años, en mi colonia la Iglesia estaba repleta de gente, parecía una feria internacional: tiempos cambian, ahora son la décima parte. En tercer lugar: cuando estas vacaciones se apoderaban de nuestras vidas, nos desaparecíamos de nuestros contactos laborales o escolares; para que al regreso, por más de un mes, llenar nuestras charlas diarias de las experiencias de los días de descanso. Con las redes sociales eso se acabo, pues cada usuario tiene su propio reality show: en vez de disfrutar la vida, se aferran a una conexión a internet. Las vacaciones son un recuerdo, no porque hayan dejado de existir: sino porque tuvimos, en algún periodo de nuestra vida días de verdadero descanso. Ese es el recuerdo, mientras otros se quejan porque no irá al estado de su preferencia, otros manejan camiones, venden boletos, dan las noticias, lo informan, lo hacen pensar: trabajan. Si ellos que trabajan en estos días, no se quejan: usted, que esta temporalmente sin preocupaciones, no tiene razón verdadera para llorar. Recuerdos… Pues recuerden las viejas y desvaloradas frases de antaño: no llores porque te duele un pie, otros andan cojeado: camina.
Soy el sol, no lo olvides porque soy el que ilumina tus días, no soy vanidoso, pero seguro te cuesta conversar con el que te da la vida: soy el sol. Sentado en mi sofá veo el meteoro de las nueve y a cada momento es lo mismo en tu pequeño planeta. Me lo platico el viento, en aquellas tardes de enanas rojas comiendo meteoritos asados. No me vengas con tus cuentos, ¿quieres insultarme?, ¿quieres dejarme de hablar? Bueno, creo que me lo dijo Saturno, porque te vio usando anillos en todas partes de tu cuerpo: te crees lindo, hermoso y único. No me iré de aquí, esta es mi casa y soy el jefe de este lugar, así como lo es mi menor, el león, en tu territorio. ¿En qué estábamos? Ah sí, descuida, tengo tiempo… cierto, ¡sólo vives cien años! Todavía recuerdo cuando volviste a nacer, te creías todo lo que te rodeaba. Miraste la serpiente y aprendiste sus movimientos, para cuando quisiste matarla ya estabas ahogándote; asustado te fuiste a la casa del oso, ese oso, tan… te enseñó a cazar, a aparearte, a comunicarte: la fama era tuya, fiestas en todas partes, invitaciones sin fin: pero olvidaste al oso, que aún espera a que le des las gracias y no en privado, sino frente a todos aquellos que a ti te ovacionan: y te asustaba ver al oso aún lleno de fuerza, de liderazgo; me lo contó una roca, avergonzada me dijo que la usaste para herir al oso en vez usarla para cazar pescados. Te alzaste con la piel de aquel animal aun con vida, te decían: el principio, el fin… Alfa y oh: que hombre. El viernes pasado llegó Júpiter, con ese ojo tormenta puede ver de cerca todo. Me dijo que ya herido el oso, lo dejaste para ir con el tigre. El tigre envidia al león. Llegaste a la casa del león simulando debilidad, Júpiter vio la roca que traías escondida; el león te enseño a correr, a cazar grandes presas, a rugir. Ese, tu rugido, tan humano, tan débil, escondiéndose en el estruendo de un león real; los leones se van pues son independientes… volviste a donde el tigre, pero en su envidia eterna poco pudo mimarte: así que regresaste con el oso que lleno de pelo nuevamente te recibió con los brazos abiertos, maldiciendo al león por haberte dejado a tu libre albedrio. El oso volvió a enfermarse, quién sabe porque. Rollizo mirabas a tu protector, un bocado tras otro y le quitabas el alimento de su boca. Moribundo, el oso te advirtió sobre el león que se acercaba al asecho; confiado te acercaste al león, con las manos extendidas, dispuesto a quitarle los colmillos como la piel al oso: hombre, no tienes postura fija, hoy estas aquí, mañana allá, con todos quieres estar para ser popular, para ser respetado… para tener un poco de dignidad. El león no te reconoció y molesto le preguntaste “¿Qué te pasa?, has cambiado…” El león te olió, apestabas a pescado podrido pues abarcabas más de lo que podías comer. El león comenzó a rodearte, a olerte, a escudriñarte. Desde ese entonces, eres una abominación, mezcla de todos los animales con los que has estado, sin embargo nunca fuiste ninguno: nunca un oso, nunca un pez, nunca una hiena, incluso el camaleón tiene más dignidad que tú: y desde entonces vives con órganos de fuera palpitando sangre ajena: ya ni siquiera eres humano. Yo conozco a los leones, puesto que son mis subordinados: no comen basura. Por eso estas vivo. Y ahora, aquí, frente a mí; quieres hablar de poder, quieres demostrar quién es más fuerte. No tengo tus puños ni tus armas, sólo tu vida. ¿A quién quieres intimidar? No importa, di que eres superior, por mi no hay problema: podrás convencer a tu especie… y tal vez al oso; sin embargo, en este vecindario, donde tú eres el pescadito de la pecera, donde el viento que te da la vida al igual que yo, juega con tus pulmones hasta hacerte la voz grave mientras desgarra tus cuerdas vocales por fingir lo que no eres tu… ¿qué?, ah: en este vecindario, que es muy rural para lo que es la metrópolis, hasta mercurio te tiene lastima ya que él tiene el valor, la fuerza, la capacidad de tener calor de verdad. La Tierra aun se sonroja cuando conversamos acerca de ti. Después de esto, ¿sigues creyendo que todo es acerca de ti? Si le digo a Marte algo, ¿lo tomas cómo un reto?, y si converso con Venus, ¿lo tomas cómo indirecta? Tengo como contactos a más de mil supernovas; la tierra, tu pecera, es una vieja amiga vieja; mueras o vivas, voy a tomar tarros de espumosa y fría nebulosa: siempre hay una mascota que hace monerías. Si aun estas en la tierra con vida, es gracias a mí. No olvides; llevo un rato aquí, te conozco demasiado: siempre matas al oso, sufres el desprecio de la fiera por ser un ser pútrido y maldices al… Soy el Sol, llevo un rato aquí y aquí mando yo; es esa la actitud que me permitió crecer de león a estrella: vaya que si te conozco. Ya me tengo que ir, los juegos de domingos nublados siempre terminan en lluvias… ¿últimas palabras? Para ti, morirás en un ratito, si te da envidia saber, mí partido dura miles de vidas humanas: y las disfrutamos a cada segundo. No me desagradas, simplemente… me aburres, pececito fantoche. Deja, mientras, guardo la Tierra en el refrigerador, porque estaré lejos y quiero que se conserve… sirve que vuelves a nacer, haber si esta vez si dejas de parasitar y evolucionas de verdad. Me decepcionas humano, que persigues a un animal cualquiera para tener un poco de identidad, que siendo tantas cosas no puedas hacer algo sin preguntar antes, sin arriesgarte a evolucionar. Ah, ya que vas de regreso, dile al oso que eres genial, él vive de ilusiones y al león… no te le acerques, tal vez parezca solitario: pero no por nada es el rey.
 (Originalmente el cuatro de marzo del dos míl once) Siempre esperas que de tus escritos ganes popularidad y elogios sin fin... que te pueden decir los gatos que no sea para alabarte. Es grandioso recibir elogios; que por cada mini ensayo te den aplausos, que gracias a tu literariedad te ganes un asiento en el lugar de los tristes o una plática con los hipocritas. Vale, que me han elogiado, seguramente estoy bien, así voy bien; el avance es nulo, ¿dónde está el progreso del artista si no fuera por la competencia? Los competidores no son enemigos, son maestros. Los elogios sirven para ganar dinero, pero no para hacer amigos. Anda pues amigo, vete a recibir piropos de aquellos sin alma; pero antes, mira cómo has dejado de ser autónomo, y esperas a que te digan lo que debes hacer. Estás muerto, te has viciado de tanto éxito falso. Porque después de que los hayas cautivado con letras, deberás atraparlos con tu fuerza física, despues seducirlas con tu humor encantador... te haces mil: mil pedazos. Y crees que es correcto aguantar tus sentimientos sólo porque al expresarlos ya no serias popular; así que a cada enojo tuyo, maldices en tus adentros, adentros del baño escolar, y cuando sales te lavas la cara para encerrar tu coraje: ese coraje, te hace humano, pero al guardarlo se va pudriendo, te hace mierda. No temas al regaño y burla; los halagos te empalagan, sus abrazos te asfixian, sus manos te ciegan. ¿Que importa si se ríen de tu lengua escrita? No copiaste a nadie: tienes voz propia. Anda pues, lánzate a la verdadera vida... y haz que tus escritos pasen al frente, que sean atacados, que mueran miles, no importa; cuando veas al primer sobreviviente, y mires hacia atrás, verás tu evolución: que no lograras si te entretienes en ser amigo de todos. Entre miserables satisfacen sus deseos, ellos se solapan sus perversiones. Ellos, siempre te aplaudirán, jamás querrán quedar mal... Recuerda al gato, que se acaricia a si mismo contigo, te llena de pelo: crédulo, te alegras porque te quiere. Ahí te hablan tus amigos, para ellos eres indispensable. Bueno... tal vez te moleste saber: sólo eres un perfecto imbécil. Es por tu bien enterarte. No pasas de ser la mascota de un grupo de humanos, ya que al primer fallo, te irás: sólo te quedará la envidia de ver cómo los errores de otros, y más graves que los tuyos, se justifican con la frase de: él es así. Dime pues, ¿te crees autentico?, o ya captaste que eres un ser de diversión... Pero si tanto te gusta estar entre los aplausos, quédate pues: los aplausos son falsos, por lo que tu ego no es tuyo, y tú, no existes. No te admiran por ser exitoso, te aplauden por ser bufón. ¿Acaso crees que recibo siempre elogios? Si tanto admiras mi actitud hacia el mundo, deberías ver lo que viví, lo aprecio porque no fueron abrazos fuertes ni invitaciones a beber tragos lo que me trajo hasta este lugar. Pero, si sólo sabes admirarme, elogiarme y decir que somos amigos: ¡largo de aquí! Con mi orgullo, que es sincero, me basta para seguir caminando. Que un amigo de verdad no te apapacha, te reta: te hace mejor. Para eso fuimos bebés y luego niños, para causar a todos un suspiro y sentarnos a impresionarlos porque ya sabiamos multiplicar y cantar ópera a los cinco años. Pero bueno, es lo que te puedo decir; desaparece de mi vista, me eres molesto, no te puedo dar todo lo que tu quieres; !anda¡, !indaga¡, !vive¡; esperas que por tu cara de imbécil me causes ternura y te diga todo lo que sé... no es por ser codicioso, pero no entiendes lo que es esperar un mes para comprar un libro de diez pesos, extiendes la manita y todo cae: hasta tú. No te hagas, naciste becerro: pero te volviste buey. No soy amigo de los que gozan arrastrándose por la mierda y que gustan ser la silla de cualquier posadera flatulenta, de esos que sonríen a todo el mundo y se comportan exactamente igual a cómo con los que se están juntando en ese momento: no pienso dar un minuto siquiera de mi vida a un parasito como tú. No te daré las partituras de mi vida. FIN Todos los aforismos incluyendo el texto contextual, son propiedad de Abraham Arreola; cualquier copia no valida será considerada como una mentada de madre al autor, por lo que pedimos que si se lleva: pues: la tuya.Debido al discurso del texto se aceptan criticas: escríbalas en un cuaderno y luego quémelas en un ritual de purificación de estrés. Coma frutas y verduras. Permiso CEGOV: 87-57-65-78 exclusivo para la zona metropolitana.Todos los derechos reservados, los zurdos están libres.
Viajaste a varios lugares con servicio a la habitación, todo pagado por tus padres; conoces a muchas personas que al igual que tú no necesitan gran esfuerzo para gastar sin consideración cincuenta pesos, sí: sólo son cincuenta varos… Dices que por venir del DF ya eres rudo y sabes de toda la maldad que ocurre en el mundo: tus sugerencias, llenas de maldiciones hipocondriacas, llenan hasta colmar la paciencia de un salón lleno. Presumes que viviste cerca de la violencia pues según tú sufriste como no tenemos idea y regañas a tu novia: tiene lógica. Pégale, se ve que le gusta y en gustos se rompen géneros… costillas, piernas, familias, cosas así por el estilo. Al conversar expones lo mismo que ya se dijo, es decir: repites, y eso es de mala educación. Te comente un día que para mí el cielo era del mismo color que los perros, luego, ¿tú qué opinas?: que, sí, y esperaste que correspondiera a tu sonrisa anémica. Y según tú eres muy conversador. Ah cierto, también haces reflexiones filosóficas: cuando tú comes una torta... en realidad te estás comiendo a ti mismo... ¡Güau! Y no tienes límites, ¿verdad?: ¿qué pasa cuando tú… (te preparas, fumas un cigarro, recuerdas lo súper radical que eres y…) descubres que no eres tú? ¡Sublime! Pero eres imparable… Estoy despierto o estoy soñado. Hombre, de aquí en adelante: ¡todas tus cervezas serán gratis! ¡Es el logro de tu vida! Aguas con el cerebro, revienta por un mal uso. Que no duermes en la noche y tu padre está dormido por trabajar todo el día. Que la oscuridad te atrae, y la luna te enamora: tienes un Hubble en tu corazón encarnación humana de la NASA... Estás cansado, tienes muchos problemas, te duele la cabeza: bueno, todavía la tienes. Me enteré, de tu misma voz: pleonasmo molesto: palabras y metalenguaje que florea la charla barata… Te agradó mí libro, el que según publiqué: son sólo letras… pues nadie a la fecha lo ha leído.  Estás repleto de frases “interesantes” y en muchos idiomas; me dicen que te has autonombrado el ser con más inteligencia, locura y genialidad; patrañas, hombre: un “tengo hueva” tiene más éxito que tus tres libros juntos pues tienen más realidad que una elipsis novelesca tuya. Y te has enamorado, y sufres un juvenil desamor en frases de: ella. Es. Ella. Amo. A. Ella. Yo la vi. El otro día. ¿Fue casualidad y estabas en un bar? Sí, cuida tus frases: hay quienes hacen plagio de esas frases que son oro molido. Eres un como un gran diamante. Bien Bruto. La genialidad andando; yo había escuchado que practicando se aprende a pelear, ¿pero tú?, escuchando rock nacional con rap ya puedes ganar peleas. Perdona a los que te dijeron ñoño y mejor mátalos en tu mente o dibuja en tu cuadernito monitos inconclusos con sangre. Eso les hará pensar dos veces sus acciones, verás que si. Si te sientes aludido en este texto. No es que seas hombre promedio. Es puritita envidia maléfica a ti, específicamente a ti.
En agostoMuere un niño.Nace otro. Un novio se le declara a su amigaY esta le correspondeSin saber que la novia de este Agoniza en ese instante En agosto dejaré al adolescente precozPara atender al niño centenario. En agosto, tomaré mi última cervezaDejaré la comodidad por la dudaDe mi pastel, la enorme cereza En agostoLa chica que me gusta cumple 21Pero mi fiel amigo de la infanciaNo recibirá regalo alguno En este mes nací de blancoCada agosto desde entoncesFestejan siempre mi llegadaDesde hace trece años Tuve una larga vidaPues vi a todos nacerPues vi a todos morirAhora me toca mi Así como lleguéAsí me iréSin notarlo al principioPara resentirlo después En agostoCerca del día veinteMe fui a donde los santosPara volverme humano Vaya sujeto que en agosto nacióMejor hubiera sido que naciera en Junio Este agostoDejo mi leyenda sacraLos escándalos santosY la fútil reputación Para tomar el anonimatoDe un buen laico cualquieraQue sin nada que lo ateEs capaz de lo que quiera.
Ahora resulta que todos quieren ser franceses. Que su idioma es el más romántico del mundo. Como si hablando en francés pudiéramos ser más humanos. Lo siento por los que no son franceses y quieren serlo. Ya los veo… y de hecho, los veo, caminando por la calles de Querétaro con gorritos franceses, comprando cosas que los franceses comprarían en su país. Todo "Made in China". Tanto idiota hablando francés para poder salir de su realidad, en lugar de enfrentarse a ella. Si, no. Si: siempre hay una salida menos costosa que amar falsamente a la patria francesa; no: se esconden y tratan de imitar, de reinventar un parís, con minúsculas porque saben que jamás, que jamás serán parisinos, que nunca verán París, que nunca serán franceses, que nunca. Serán. Amo a Paris, porque soy mexicano. Así de simple. No quiero aprender francés para impresionar a los amigos de ocasión; sólo para poder conversar fácilmente con los habitantes de aquella nación; los cantantes franceses no me cautivan tanto como un Antonio Aguilar, un Pedro Infante: un José... José. El mexicano no es futbolista por naturaleza; el francés no admira de nacimiento a Eiffel. No usamos sombrero, no todos saben tocar el acordeón, no somos cultos, no son cultos, están en crisis, estamos en crisis, cantamos, cantan, sufrimos, sufren, aman… y por eso amo a Paris. Los arcos podrían reflejarme a mi estado, pero eso no es Querétaro; un mugroso Ángel de la independencia no representa a México; mucho menos un pedazote de fierro lo hace por Francia. Viajes a Francia… Si voy, voy como estoy. No busco "glamour" en Paris, la palabra turista para mi es un insulto. Quiero aprender francés… pues si, en un sentido práctico. Y eso: porque… Jean Claude Borelly, Paul Mauriat, Franck Pourcel y Jean Michel Jarre hacen la mejor música… instrumental. Y: "Le monde des connaissances, L'encyclopédie en bandes dessinées" ya está traducido por la Secretaria de Educación Publica. Amantes de la lengua española, idiotas sin razón, aseguran que "fuck you" es un insulto a medias, pues es mejor utilizar un "chinga tu madre" ya que es una frase totalmente mexicana. Estas mismas personas, que saben cual es el advervio y qué es el pluscuamperfecto, prefieren decir "Je T'aime", pues saben que no tienen el valor de expresar ese sentimiento en su lengua natal. Idiosincrasia sin gracia. Esas personas, me dan asco. ¿Qué pasa si tengo un amigo Francés? Igual que aquí. Si vivo diez años en París, igual que aquí, aunque este debajo de la torre hecha de luz amarilla o con una ventana para verla a lo lejos, seré el mismo sujeto sujeto a mi rostro sonriente. Por eso amo a Paris, no porque quiera ser como ella, sino porque tiene en su adentro lo mismo que a mí me motiva a seguir adelante, y en su acento, el ritmo tímido de una sociedad cantante. Te amo "Paris". No porque te parezcas a tantas de tantas francesas de verdad, que vendrán con gusto con tal de alejarse de su país natal, y llegarán con sombrero gigante porque según en su idioma francés quieren mucho a México, pero solamente mienten, tantos mexicanos quieren ser franceses, tantos franceses quieren ser estadounidenses, y estos: felices. Por eso su dominio. Quiero cenar en Paris, ¡claro!, y porque no, con vista a la torre Eiffel. Aunque sentiria un poco de nostalgia si estoy en una mesa junto a los demás en lugar de un tejado sólo contigo y toda Francia. Te amo, porque eres mexicana en realidad, porque eres bella, dentro y fuera, hoy, mañana y dentro de cien años, porque hablas mi idioma y con tu voz, agravada por tu carácter, mientas la madre tan hermoso que ningún idioma francés puede ni podrá lograr. Por que tu sonrisa, es el eterno señuelo de nuestra pasión. Entiende, yo soy. Y porque tú no eres yo: Te amo. "París".
 El ave canta el suspiro del viento,mientras cómodo juega el tiempocon la envidia que aquel deja en la beldadde saber que yo...                                  si...                                           puedo....                                                           cantar.
 El dia que tomé esa foto, aún era un terreno virgen: un completo baldio... Ahora, sera una carretera, tendrá nombre y dos aceras: pues será para que muchos autos pasen por ahi y llegar a más de diez colonias nuevas que se han hecho por el camino a Mompaní. Mi casa dejara de estar entre terrenos verdes; pequeños fragmentos de sierra queretarana; y quedará justamente a un lado del cruce entre dos zonas urbanas. Asi se veia, y nunca hubo vago que se metiera ahi... Solo rocas gigantes, cactus, nopales y conejos.Es el único fragmento que existia de lo que la colonia Loma Bonita fue alguna vez. Cuando ibamos a la secundaria llenos de lodo, pues no habia ni carretera: y en el recreo cazabamos ardillas. Cuando ninguna ruta pasaba por ahi, cuando hablar de Loma Bonita era decir un pais lejano. Y cuando viviendo ahi, jugabamos por toda la calle hasta altas horas de la noche, sabiendo que jamás, jamás pasaria un auto, nunca un autobus, nunca un ladrón. Tome esa foto pensando en llenar los bits libres de la cámara; ahora que ya no existe ese lugar, la foto, aunque mal encuadrada, me ayudará a recordar la sensación de cuando pasabas por ahi sólo por la vista que este baldó ofrecia. Eso es vivir.

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