Deje de esperarte, en el atardecer de un día, que la esencia de mi piel, descubrió tu hipocresía, que farsante mas taimada, se ensaño con mi hombría, que te valga esa viveza, cimentada en tu herejía. Se que te han visto llorar, con la brújula corrompida. Palabras de mi Alma de. JORGE AMADO SERRANO SUARDI – SANTA FE - ARGENTINA