• NICOLAS VILARO
NICOLASVILARO
escritor tratando de superarse a si mismo con un libro editado llamado mientras pienso
  • País: Argentina
 
                      Lo ve moverse al borde del  risco. Por una parte se impacta con la capacidad del joven, para las artes marciales, por otra espera que se resbale y le ahorre una bala. Lamentablemente el joven es demasiado habilidoso, no cae. Se queda pensando por unos momentos en el desperdicio de tan eximio atleta, pues sino  fuera por su profesión, hubiese tenido un futuro mas que brillante en la practica profesional del Karate.  Pero el ser uno de los representantes emblemático, del nuevo cartel Luz de Luna, es demasiada responsabilidad. Seguramente el horario de oficina es esclavizante, control de tráfico clandestino, distribución y comercialización de la mercancía,  pagos de coimas y un casi infinito etc. .     Al verlo moverse con tanto brío, le párese verse a si mismo, con unos cuantos años menos. Bueno salvando las diferencias obvias, como por ejemplo el reutilizar las cabezas de sus más recientes victimas a modo de bolsas de entrenamiento. Otra de las discrepancias es la de estar, en este preciso momento, del lado seguro del rifle de asalto.     En la espesura de la noche se oye,  un potente estruendo. El joven narcotraficante, se paraliza, un pequeño hilo de sangre surge desde el centro de  su frente y manchándole sus blancas vestimentas. Lugo simplemente cae por el risco. En plena caída da la impresión de ver precipitarse aun muñeco roto.     Luego de eliminado el objetivo surge desde el interior del bosque, surge el francotirador. Se acerca al borde del risco para asegurarse de haber cumplido con el trabajo. Si hay muchas diferencias, pero también hay similitudes, pues ambos trabajan en los turbios ámbitos del tráfico. Ahora se ha sumado una igualdad más. El franco tirador ya no se encuentra del lado seguro del rifle. Fin.   Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi
UNA SOLA BALA
Autor: NICOLAS VILARO  274 Lecturas
                                       -Mira, te voy ha contar algo. Por favor no se lo digas a nadie. Resulta que yo tengo un amigo, piola el pibe, trabajador resulta que la madre de él, este… este, vende droga. Si, si son buena gente trabajadora, incluso está mujer, cuida chicos y aparte vende drogas. Como  un ingreso extra, viste.  Bueno la cuestión es que yo le guardaba la plata. No  mucha, por que generalmente mí amigo, venia y me pedía. Supone, venia y decía dame quinientos y yo  se los daba. Y así venia me pedía, otras veces dejaba plata. Yo se lo guardaba de gamba, de amigo.     -¿Cómo controlaba la plata, que se sacaba?. Sino es muy fácil que desaparezca plata.     -No, no teníamos  ningún control, por eso se me ocurrió decirle, que la contáramos. Para que este tranquilo él y también yo. Así es como un día viene a mí casa y nos ponemos a contarla. Todo bien, había 6000 pesos,  el me pide 500, quedaron 5500 pesos. Hasta ahí todo bien.  El problema, fue cuando una semana después vuelve, ha pedir  toda la plata. Yo agarro se la doy la cuenta y… solo quedaban 4500 pesos.  Te juro por mí hijo muerto, que nunca había tocado nada de esa plata. Desesperado llame a toda mi familia, hasta ha mi novia.  Gente que entra en mí casa,  pero también gente que se que no la va ha tocar. Por las dudas pregunte, nadie sabia  nada, ni mi novia ni mucho  menos mi vieja. Bueno, no  quedando  otra voy a hablar con la madre de mi amigo. Para que te voy a decir, terminamos discutiendo fuerte. Pasamos unos meses sin hablarnos.  Con el tiempo, empezamos a conversar y llegue a llevar a mi nene, para que lo cuiden. Son gente buena, por eso lo dejaron pasar. Incluso cuando mi bebe, come ese veneno ellos llamaron en seguida a la ambulancia y lo acompañaron hasta el hospital. Les sigo guardando la plata viste, por que son gente buena y por que me dijeron, que sino  lo hacia ellos mataban a mí vieja.     -¿Y la plata?     - La plata, nosé debemos haber contado mal la primera vez. Te juro que en mi vida, la toque.    Fin   Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi
                                              La  mujer  del  capitán  retirado de  la  milicia  local,  dijo  que  la vio   caminar  por  la   calle  a  altas  horas  de  la  noche  por  la  calle  y  que  iba  en  dirección  a  la  que  hace  casi  treinta  años  había  sido  su  casa.  Nadie  pudo  confirmar  la  historia  pues  la  mujer  del  capitán  era  la  única   suficientemente  vieja  para  recordarla. Lo  único  parecido   fue  la   declaración  de  un  joven  que  cortejaba  a  su  novia  en  el  umbral  de  la  puerta  de  la  casa  de  esta.  El  joven  solo  pudo  decir,  que  vio  pasar  una  mujer  que  pese  a  tener  la  piel  morena  parecía  pálida  y  con   la  mirada  perdida.     Tres  calles  mas  abajo,  donde  vivía  Felicita   Mentor,  encontraron  los  cuerpos  destrozados  de  un  joven  matrimonio  que  hacia  dos  meses   se  habían  mudado  allí.  La   escena  era  dantesca  el marido  un  joven,  atlético,  trabajador  de  una  metalúrgica,  fue  encontrado  colgado  como  un  trofeo  de  caza  sobre  la  cama  matrimonial.  La  esposa  otro  esbelta  y  atractiva,  fue  literalmente  descuartizada  con  los  dientes,    que  según  los   especialistas  eran  mordeduras  humanas.  Detrás  en  el  patio  de  la  casa  se  hallo  el cuerpo  en  descomposición  de una  mujer  mayor.  Según  los  vecinos  nunca  la  habían  visto.     Ante  el  desconcierto  de  los  policías  y  la  insistencia  de   la  mujer  del  capitán  retirado,  fue   llamada  para  que  preste  declaración  e  identifique  el  cuerpo.   Ella  entre  nauseas,  reconoció   el  cadáver  de  la  vieja  como  Felicita  Mentor.  Si  bien  aclaro  que  tenia  muchos  mas  años  desde  la  ultima  vez  que  la  vio.  Al  entrevistar  a  los  vecinos,  para  confirmar  los  dichos  de  la  mujer  del  ex –capitán,  ninguno  dijo  conocer  a  nadie  apellidado  Mentor.   Los  dichos  de la  mujer  fueron  desestimados,  pues  nada  ni  nadie  podían  apoyarlos.  La  policía  se  llevo  los  cuerpos  y  sin  poder  indagar  sobre  lo  sucedido  cerraron  el   caso.     Después  el   hecho,  el   ex –capitán  y  su  esposa  abandonaron  el   barrio  por  varios  días.  Para  luego  volver  y  vender  su  actual  casa.  Lo  que  nunca  supieron  los  vecinos  de  la  familia  Tormenta,  es  que  el  capitán  retirado  antes  se  apellidaba  Mentor.   Quien  junto  con  su  actual  esposa,  antes  amante  habían  enterrado  viva  a  la  anterior  esposa  del  capitán.  La  mujer  agonizo  durante  horas  hasta  que  sucumbió  ante  la  asfixia.  Lugo  de  cambiarse  el  apellido  y  vender  su  antigua  casa  el  capitán  y  su  amante  se  casaron.  Lo  que  nunca  esperaron  que  luego  de  treinta  años  de  una  vida  cómoda   Felicita  volvería.      Lamentablemente  para  la  joven  pareja  que  vivía  en  esa  casa,  es  que  si  bien  la  sed  de  venganza  era  suficiente  para  hacerla  volver  de  la  muerte,  no  lo  era   tanto  como   para  actualizarle  la  dirección.  Es   de  esta  manera  que  al  ver  al  joven   matrimonio  durmiendo  sobre  la  cama  matrimonial  los  confundió  con  su  marido  la  amante,  masacrándolos  violentamente  sedienta  de  sangre.  Treinta  años  tardo  en  llegar  la  venganza  de  Felicita,  quien  jamás  se  entero  de  su  error.    Fin.     Autor: Nicolás  Vilaró-Tronfi                                  
TEMOR
Autor: NICOLAS VILARO  228 Lecturas
                                                     Un   niño  en   el  Perú,  nace  con  una  cola   y  cuernos,  predice  la  desaparición  de  su  pueblo  costero.  Un  pequeño  tsunami   asota  únicamente  a   Punto   Orca,  eliminándolo  por  completo  de  la  existencia,  el  niño  de   con  cuernos  y   cola  de  tan solo  cuatro  meses   desaparece  junto   con  todos  sus  habitantes.  Al  cabo  de  dos   meses  el   niño  con  apenas  medio  año  de  vida  reaparece,  en  uno   de  los  pueblos  aledaños,  a  al   desaparecido  Punto  Orca.  La  temible   criatura  camina  con  una  soltura  que  desmiente  su  edad  por  la   calle  principal,  gritando  para  todo  aquel  que  quiera   escucharlo.  El  veinticinco  de   diciembre  el  mundo   se  acaba.  Los   lugareños   huyen  despavoridos  ante  tal   predicción,   el niño  ríe  a  carcajadas  burlándose  de  los  pobres  pueblerinos. Su  travesía  es  trasmitida  a  nivel  nacional,  gracias  a  Internet  la  noticia  llega  al   mundo  en  tan  solo  unas  horas. A  lo   largo  de  quince  cuadras  dos   camarógrafos  sufren  sendos  infartos.  El   niño   evita   cualquier  tarea  de  resucitación  acercándose  a  ellos  y  quemándole  el   rostro  a  cada  uno  de  los  fallecidos. En  menos  de  cuarenta  y  ocho  horas  el   mundo  no   habla  de  otra  cosa  que  del  niño  satánico  del  Perú   y  del   prodigio   celestial  de   la  India.     Casi  en  simultaneo  al  niño  de  Punto  Orca y  a  modo  de  respuesta  otro  niño  prodigioso  nace  en  la  ciudad  de  India,   llamada  Shans.  Esta  joven  criatura  no  dice  mas  que,  veinticinco  de  diciembre.  No   camina  tan  solo  flota  sobre  el  suelo  y  utiliza  sus  alas  como  timones.   En   India  todos  le  rinden  homenajes  y  rezos,  hay  fiesta  en  la   ciudad  Shans  el  niño   alado  flota  entre  un  grupo  de  desnutridos  vagabundos,   les  sonríe  y  estos  sienten  como  sus  estómagos  se   hinchan  de  comida  y  la  fuerzas  vuelven  a  sus  brazos.  Las   cámaras  de   televisión  transmiten  todo  el   suceso  haciendo  llegar   la  noticia  al  mundo.     Los   dos  niños   llevan  una  guerra  mediática,  durante  varias  semanas.   Ninguno   de  ellos  se  llega  a  conocer.  Ambos   niños   predican  la  destrucción  del  mundo,   partidarios  de  uno  o  del  otro  se  enfrentan  en  peleas   tan  violentas  que  provocan  la   congoja  de  cualquier  ejércitos.   Las   potencias  mundiales  esperan  que  los  países  tercermundistas  se  eliminen  entre  si  para  ellos  tomar  lo  que  quede.     En  algún  lugar  del  patio  del  mundo  en  un  pueblo  agropecuario  un  hombre  con   pocos  años  vividos  y  muchos  sufridos,  labra  la  tierra  bajo  sus  pies.  No   hablan  mucho,   pero  si  alguien  le  pregunta  dirá  que  el  primero  de enero del   año  que   viene  su  hijo  cumplirá  su  primer  añito  de  vida. Sonríe   como  el  sol  y  sus  carcajadas  parecen  notas  musicales.  Esta  juntando  dinero  para  festejarle  su  primer  año  sobre  la  tierra.  Este  hombre  silencioso,  tranquilo  y  trabajador,  demuestra  cada  día  de  su  vida,  que  el   único   prodigio  real  es  sembrar  la   tierra  y  esperar.     Fin.     Autor: Nicolás  Vilaró-Tronfi                           
SUCESOS
Autor: NICOLAS VILARO  293 Lecturas
                                                       Caminan  en  línea  perfecta  por  calles  y  avenidas.  Sus  rostros  permanecen  ocultos  bajo  unas  aparatosas  mascaras.  Dos  caños  flexibles  nacen  de  ellas   se  conectan  a  tubos  de  oxigeno  ubicados  a  sus  espaldas.  Sus  ojos  permanecen  ocultos  por  gafas  oscuras.  Las  cabezas  de  estos  seres  están  descubiertas,  como   provocando  a  posibles  atacantes.  Pero  nadie  se  anima  a  combatirlos.  Se  supone  que  son  humanos,  pues  sus  cuerpos  se  encuentran  cubiertos  por  enormes  gabardinas  que  llegan  hasta  el  piso.  Entre  sus  manos  enguantadas  sostienen  armas  similares  a  fuciles.  Parecen  mantis  religiosas,   mostrando  sus  letales  aguijones.  Siguen  avanzando  nadie,  los  detiene.      Mucho  se  ha  especulado  como  seria  el  fin  de  la  humanidad,   jamás  se  pensó  que  la  eliminarían  como   una  plaga.  Muchos  han  intentado  resistirse  pero  no  poseen organización  o  armas  para  vencerlos.  Los   ejércitos  se  ven  diezmados  ante  el  creciente  numero  de  estos  seres.  Pocos  combates  pudieron  afectar  a  esta  marabunta,  donde  se  elimina  uno  dos  ocupan  el  lugar.  Algunos intentaron  humillarse  ante  ellos  demostrando  sumisión,  ofreciendo  regalos,  información,   sus  cuerpos.  Pero  parecen  no  tener  lideres y  estas  ofrendas  son  hechas  ante  la  línea  de   avance,  jamás  los  consideran,  se  limitan  a  golpearlos  y  pisotearlos,  matándolos  bajo  sus  numerosos  pies.     Talvez  este  final  humillante  es  lo  que  tenemos  merecido. Nada  de  invasiones estruendosas  invasiones  o   grandes  y  piadosos  meteoritos.  Solo  una  purga  silenciosa,  una  limpieza  del  planeta,  para  la  siguiente  especie  dominante.  Quien  diría  que  el  siclo  vital   estaba  dado  por  fumigadores  estelares.  Supongo  que  esto  sucede  cuando  las  cucarachas  y  demás  alimañas  se  hacen  plaga  se  fumiga eliminándolos.     Aun  así  nosotros  los  insectos  reclamamos  nuestra  dignidad  e  intentamos  convertirnos  en  letales  escorpiones.  Por  eso  a pesar  de  estar  perdida  reclamamos  nuestro  derecho  a  la  lucha. Resistimos,  perdemos  amigos,  familias  y  aliados.  En  nuestra  segura  derrota,  estamos  aquí  de  pie  esperándolos.  Los  pocos,  solo  pedimos  caer  con  la  frente  alta.     Fin.       Autor: Nicolás  Federico  Esteban  Vilaró-Tronfi.        
SEÑORES OSCUROS
Autor: NICOLAS VILARO  556 Lecturas
                                    El dios oscuro río salvajemente sobre el cuerpo inerte del dios padre de todos. Refregó sus vacuos ojos negros, para aclarar su vista, pues no creía posible lo que veía. Pero era así, ante sus pies yacía aquel quien siempre había odiado. Miro al cielo y dijo:       -Tú que hace eones me habías confinado a esta cripta, húmeda y demasiado silenciosa. Tú pergeñaste mi caída. Hoy estas aquí implorando ayuda. Alimentándome con tu sangre traidora.  Mueres según un ideal eso merece respetarse, así como tu petición-. Su tono de vos se vuelve mas grave y serio. Lleva la mano derecha ha su barbilla en señal de duda.- Si tus hijos te han traicionado, como te avise en el pasado, llevándote hasta mí, para pedirme su muerte. Solo hay alguien que puede, llevar acabo esta sanción. Esa es  mi hija, Nermani y ha ella inconvocó en este momento. Sea derramado sangre de un dios muerto y solo he de  dejar caer,  sobre esta, la de un dios vivo para desatar la justicia celestial-. Así lo hace, con una de sus largas uñas perfora su brazo izquierdo, dejando caer su sangre sobre la del  dios muerto.       El inmenso charco de sangre bulle, como si hirviera. No coagula en ningún momento, pues la temperatura le impide hacerlo. Las burbujas y el vapor, dejan lugar al las explosiones. Un grito desgarrador, se oye en el recinto. Luego de un tiempo surge una mano del imposible, barro sanguíneo. La mano tantea los bordes donde no ha llegado la sangre, intentando sujetarse hasta que lo consigue. Otro grito desgarrador se oyó en el recinto y al cabo de un tiempo una hermosa mujer surgió del interior del foso sangriento. Bañada en sangre, Nermani, miro a su  padre y grito con todas sus fuerzas, este cubrió sus oídos. Pues este desgarrador sonido solo debe de ser escuchado y sentido por los culpables.       Todavía envuelta en sangre, con un gesto de sus manos reclamo sus armas. Arco y flecha, le fueron entregados. La justicia seria impartida sin piedad.       En el piso, desde los ojos muertos del padre de todos, surgieron dos lágrimas de pena.       Así canta el libro de los silencios.       Fin.   Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi           
PROSA DE RÉGULUS
Autor: NICOLAS VILARO  466 Lecturas
                                      Baja  uno  por  uno  los  escalones  de  las  escaleras  que  dan   al  primer  piso  lo  hace  con  miedo  e  incertidumbre.  Por  la  oscuridad  apenas  ve,  así  hubiese  luz  no  notaria  por  donde  transita  pues  el   miedo  que  lo   embarga  lo  a  dejado   casi  ciego.  Llega  al  final  de  las  escaleras.  Dobla  hacia  la  cocina.  Pasa  por  la  puerta  y  siente  que  los  pies  séle  mojan  con un  liquido  espeso,  calido,  resbaloso.  No  es  agua.   Prende  la  luz  y  allí  están.  Siguen  ahí,  muertos  sobre  la  mesada,  todavía  desangrándose.   El   piso   de la  cocina  se  ha  vuelto  rojo  por  la  sangre.  Él  los  mira  por  unos  momentos,  con  ojos  vacíos  y  lejanos.  Luego  camina  al  refrigerador,  habré  la  puerta  de  este  saca  una  botella  de  vino y  toma  un  trago.   Luego   se  marcha  a  dormir  mañana  va   a  haber  mucho  por  limpiar.   Siempre  le  dio miedo  la  oscuridad.     Fin.     Autor: Nicolás  Vilaró-Tronfi.
POR LAS ESCALERAS
Autor: NICOLAS VILARO  443 Lecturas
                                                 El  polvo  blanco  en  una  villa,  tiene  su  equivalente  al  oro,  pues  gracias  a  él  todos  pueden  olvidar  sus  penurias.  La  tristeza  es  remplazada  por  una  sonrisa  efímera,  pero  firme  y  sincera.  El  hambre  es  olvidada  por  unos  pequeños  momentos.  No  nos  detengamos  en  describir  las  virtudes  de  este  polvo  mágico.     Este  polvo  si  bien  tiene  lo  que  parecen  ser  virtudes  mágicas,  no lo es,  sino  que  es un  producto  industrializado  obtenido  atravez  de  sencillas  transformaciones  físicas  y  químicas.     Primero,  pasa  por  un  exhaustivo  control  de  calidad,  donde  se  revisa  que  el  producto  mantenga  sus  propiedades  intactas.  En  segundo  termino,  es  fraccionado  de  acuerdo  a  su  pureza  y calidad,  empaquetados  en  bolsas  de  aluminios  para  que  no   se  contamine.  Aquellos  de  mejor  calidad  es  destinado  a  la  comercialización  directa  en  los  estratos  con  ingresos  económicos  medios  y  altos.  Los  empaques  de  menor  calidad,  son  destinados  a  los  políticos  que  sostienen  acuerdos  comerciales   para  obtener  votos.  En  tercer  lugar   viene  la  distribución  del   material  terminado,  los  paquetes  de  comercialización  directa  son  distribuidos  al  aparo  de  las  ultimas  sombras  de  la  noche,  durante  la  madrugada.  Aquellos  paquetes  de  menos  calidad  los  cuales  yacen  en  poder  de  los  políticos,  son  administrados  y  distribuidos  por  ellos  atravez  de  distintos  subalternos  que  deseosos  esperan  ocupar  y  lucrar  con  la  posición  de  sus  patrones.  En  fechas  puntuales,  ya  sin  la  nescecidad  del  aparo  de  las  sombras  y  junto  a  otros  productos  el  polvo  blanco  llega  a  la  villa,   donde  indistintamente  hombres,  mujeres  y  niños  los  llevan   a  sus  casas.   Siempre  recordando   que  su  proveedor  se  postula  en las  elecciones  que  viene.     Así  es  como  el  polvo  blanco  llega  a  la  villa  y  hace  su  magia  permitiendo  que  niños  hambrientos   puedan  merendar  aunque  sea  una  vez  por  mes.  Inocentes  de  todo  aquello,  que  le  permitió  estar  sobre  su  mesa  en  una  tasa  caliente.  Solo  sonríe  burlándose  del   hambre  por  unas  horas.       Fin.     Nicolás  Vilaró-Tronfi                                    
POLVO BLANCO
Autor: NICOLAS VILARO  455 Lecturas
                                                           Judas  mueve  los  huesos  de  su  madre.   Hace  un  año   que  ella  murió   y  debe  trasladar  sus   restos  de  la  cripta  al  osario,  el  dolor  que  esto  le   provoca  es  igual  a  enterrarla  nuevamente.  Coloca  los  huesos  al  lado  de  su   padre.  Recuerda, recuerda  cuando   el   era  un  niño  apenas  conciente  del   mundo   que  lo   rodeaba.  Su  padre  había  fallecido,  lo  enterraron  en  el  mismo   lugar  donde  años  después  volvería  ha  enterrar  a  su  madre. Pero   vuelve  a ese  momento  y  la  sigue  viendo  salir  de  la  cripta,  llorando,  preguntándole.  ¿Quién  a  tú  padre,  quien  recordara  sus  palabras?.  Años   después  en  voz   baja  Judas  le  responde,  tú  madre.   Toma  un  cincel   y  un  martillo.  Graba  el   nombre  de  su  madre   en  griego.  Mariamne e Marah (Maria, la "Maestra").     Fin.     Autor: Nicolás  Vilaró-Tronfi.  
OSARIO
Autor: NICOLAS VILARO  481 Lecturas
                                                Soy  el  monstruo  que  asota  las  pesadillas  de  los  supersticiosos.  Asecho  en  la  oscuridad,  siempre  atento  a  mí alrededor.  Esperando  el  momento  de  actuar, siendo   testigo  del  horror  y  el  crimen. Vivo  en  las  sombras  eternas,  no  necesito  de  la    luz  del   día  para ver. Siempre  vigilante  desde  la   cornisa  de  una   iglesia.      Veo  como  una  mujer  es  golpeada,   robada   y  abusada  por  tres  hombres.  La  oigo   gritar  de  desesperación.   Siento  el  miedo  de  aquellos  que  la  oyen  pero  no   le  prestan  ayuda.  Me  enamoro  de  su   soledad  y  ardo  al  querer  defender  su  delicada  debilidad.  Pero  aun  así  los   tres  hombre  son  implacables,  no  tienen  alma  solo  disfrutan  ultrajándola,  se  alimentan  del  terror  que  provocan.   Mis  garras  aprietan  el  cemento  de   la  cornisa,   los  músculos  de  estas  poderosas  se  tensan  para  saltar.   Los  colmillos  de  mí  boca  ruegan  por  sangre  pecadora.  Siento  ganas  de  batir  las  membranosas  alas,  nacidas  para  trasladarme  ante  los  culpables.  Siento  tantas  cosas,  que  no  puedo   hacer.      La  mujer  es   ultrajada  sin  mayor  emoción, por  cada  uno  de  los  violentos.  Luego  la  matan.  La  dejan  tirada  como  si  desechasen un   pañuelo  descartable.  Yo  presencio  cada  acción,  sin  poder  hacer nada  por  ella,  mas  que  acompañarla  en  su  ultimo  aliento.  Solo  soy  una  gárgola  de  granito.  Agradezco  la  suave  lluvia  que cae  sobre  mí,  pues  solo  atravez  de  ella   la  piedra  puede  llorar.   Fin   Autor: Nicolás  Federico  Esteban  Vilaró-Tronfi        
NOCHE
Autor: NICOLAS VILARO  468 Lecturas
                                  Una  vez  oí como  un hombre, que  me reclamaba el ser la razón por todos sus pesares. Sin embargo repasando su vida descubrí que él como  persona, había engañado a su  esposa con múltiples mujeres.  Maltrataba a sus hijos,  dejándoles en claro que ellos no valían para nada y que jamás había tenido intención alguna por criar semejantes sanguijuelas. Atacaba y torturaba a sus empleadas, obligándolas a mantener relaciones sexuales para conservar sus trabajos.  Después, decidí esperar el tiempo lo trajo ante mí. El ejemplo de hombre y de padre volvió a reclamarme, esta vez directamente, por haber creado el mal en el mundo. No volví a perder tiempo en repasar su vida. Solo me limite a explicarle que yo no había creado nada, tan solo me limite a nombrar un administrador y que este lo esperaba en el subsuelo.   Autor: Nicolás Vilaró-Tronfi.   
                                                    Así es lectores, otro titular no cabria el descubrimiento que hemos realizado sobre unos de los misterios mejor ocultos por el gobierno norteamericano.     El por que el hombre pudo pisar una sola vez la superficie lunar. Cuáles fueron los motivos para que esta proeza no se volviera a repetir. Créanme cuando les digo que las razones son realmente, increíbles.     A través de un excautiva investigación llevada a cabo por nuestro capaz personal sean podido encontrar pruebas irrefutables, de por que la carrera espacial no continuo. Por que existe un silencio de sepultura en organismos como, la nasa, la CIA o la casa blanca.     E aquí el silencio roto por primera vez. Habla ante nuestros implacables periodistas uno de los mas importantes rangos militares del gobierno estadounidense. Este militar, del cual aremos permanecer en secreto su nombre,  cumplía funciones de director administrativo y jefe de contaduría de cabo cañaveral durante los años 1969 y 1970. Lamentablemente se negó a ser filmado y/o grabado mientras tomábamos su declaración. Pero no puso impedimento alguno de que tomáramos nota. Seguidamente le trascribiremos en puño y letra de nuestro aguerrido escriba periodístico las preguntas iniciales.     -     ¿Disculpe Don pero por acá pasa el 601?   -         Así es noble civil, por aquella esquina.   -         ¿He, usted vende medallitas y colgantes? ¿Tiene uno de boca?   -         Vea noble y confundido señor yo no vendo ni medallitas, ni colgantes y aparte soy hincha de la “U”.   -         ¿Entonces, qué es, un perchero? ¿Acaso se viste con la gamuza de los vendedores ambulantes, viejo ridículo?   -         Mire, no se ponga violento. Yo soy un alto rango militar por eso llevo estas medallas.   -         Ah, por eso.  Yo soy periodista y no me ve con la maquina de escribir al hombro. ¿Eh?   -         Pensé que en esta época ya utilizarían PC portátiles.   -         Bueno. ¿Qué también vos vas a venir a reclamarme de por qué no sé usar el aparato ese? Quién te crees, compadrito.   -         Cálmese muchacho cuide su presión.   -         Mejor me voy. Ah… ¿antes de irme usted es impórtate o solo un milico pincha rata?   -         Por supuesto, yo dirigí durante mucho tiempo la administración de la nasa. primero como cadete en cargado del  café y luego siendo director y contador adjunto.   -         Aja. ¿Procuro usted algún golpe de estado?   -         No. Mis funciones han estado siempre aquejadas a la papelería.   -         OH. ¿Fucilo a alguien?   -         Nop.   -          Ufff. Uy se me paso el colectivo. Ahora tengo tiempo y estoy aburrido, a ver, cuente qué hacia en la nasa.   -         Bueno decía en que se podía gastar la plata, en la época de las guerra fría. Por ejemplo para lanzar el Apolo 11 me preguntaban a mí y para traerlo  de vuelta. Menos mal que por ese entonces los socios pagaban la cuota. Sino se imagina, no poder traerlos. ¿Para qué queremos tres tipos dando vuelta en el cielo sin poder aterrizar?     Es aquí donde por fin la verdad de la carrera espacial, es revelada ante la humanidad y nuestro antes y actual desempleado periodista.   -         ¿Quiere decir qué un segundo alunizaje era, económicamente posible?   -         No, no había un mango partido por la mitad. Alcanzaba para traerlos y pagarles el sueldo mínimo, nada más. Creo que haberle dicho esto al presidente me costo nunca ser condecorado.   -         ¿Y, las medallas?   -         5 por 10 pesos. ¿Llevas?     FIN   AUTOR: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi        
LA VERDAD
Autor: NICOLAS VILARO  445 Lecturas
                              Escribo esta carta sabiendo, que nadie más la leerá.  Pues permítame decirle a usted, encargado de la requisa del correo. Luego de muchos años de servir al pueblo alemán, no así al  poco estimado y temido líder, jamás procure ningún atentado contra esta persona hoy llamado Füher. Puesto que mi lealtad al pueblo era increbrantable y ha sabiendas de que si bien un atentado a este ser que hoy dirige nuestra nación, seria beneficioso en corto plazo. También he entendido que una nación acéfala por completo, es vulnerable especialmente en plena guerra. Comprendo la necesidad de interponer, un líder, sobre el cual  recaigan las manos de nuestros. Así poder evitar una excesiva opresión ha nuestro pueblo, por parte de las tropas invasoras. Puesto que esta situación, si llegase a darse, implicaría una opresión mayor a la ya existente en todo el territorio nazi. Por otra parte los muros de discordias levantados por las demás naciones del mundo, jamás caerán y al menos le debemos a los conciudadanos de esta hermosa patria un justificativo de los hechos aquí ocurrido. Pues recordemos, que apartir de este momento serán juzgados como  culpables, de los males de toda la civilización. Entonces habiendo dejado en claro, mi postura ante el patético atentado.      En mí opinión  considero a la operación Valquiria, no llego a ser  más que un atentado hecho con un petardo de fantasía. Considero que el mayor fallo del coronel   Claus von Stauffenberg, fue la excesiva expectativa de poder salir con vida. Un atentado debe ser perpetuado, solo si se carece por completo  de apreciación por la vida propia y de aquellos a  nuestro alrededor. Con esto ultimo pretendo dejar en claro que mí participación en los mencionados hechos, son solo grandes falacias. Puesto que si yo hubiese intervenido, hoy el bunker  seria un humeante cráter, tan grande como los de la luna.      Con estas palabras me  despido de usted anónimo remitente y procedo al sucedió, sugerido por el tribunal de justicia.    Gracias. Atentamente.   Erwin Johannes Eugen Rommel antiguo mariscal     Fin   Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi      
                                                              El  científico,  antropólogo  y  teólogo  Gustav  Duck,   dictamino   hacia  el   año  1866,  que  dios  en  su  magnificencia  y  búsqueda  de  la  perfección  tendría  que  haber  ensayos  previos  a  la  creación  definitiva  del  universo.  Con  el  tiempo  su  teoría  se  amplio  y concluyo  que  para   crear  seres  vivos  en  la  tierra  el lienzo  perfecto  era  el  desierto  del  Gobi  en  África.  Por  esta  razón,  con  fondos  extraídos  del club  de  caballeros  modernos,  viajo  al interior  de  África  para  así  encontrar  pruebas  que  fundamentasen  sus  estudios.     Luego  de  casi  dos  años  de  estudios  serios  y  perseguir  quimeras.  descubrió  en  un  páramo  alejado   de  todo  ser  vivo  diversas  piedras  grabadas,   con lo   que  serian  dibujos  de  posibles  animales  que  jamás  existieron.   Sus  investigaciones  duraron  tres  años   mas  hasta  que  una  fatídica  tarde, descubrió  una  roca  con  su  nombre  y  apellido.  Impresionado,  horrorizado  por  tal   descubrimiento,  abandono   sus  investigaciones,  la  vida  publica  y  hasta  su  familia.  Pues  él  se  consideraba  un  ensayo  descartado  por  dios.     Fin.   Autor:  Nicolás  Vilaró-Tronfi         
GUSTAV
Autor: NICOLAS VILARO  609 Lecturas
                                     Al fin ha encontrado el pueblo, donde se esconde. Puede  descansar unos minutos, sabe que no va ha poder esconderse. Deja que su caballo de logaritmos informáticos, pastoree bits de la verde estepa. Mucho  tiempo ha tenido que cabalgar por el ciberespacio, ser ciego pesa poco donde los caminos están marcados por información sensorial. Azuza las riendas de su montura y avanza por el camino que da a la ventana de ingreso del pueblo. Un acceso directo  siempre es bien venido. Va derecho hacia la taberna en busca de reposo e información. El cantinero es un viejo de bigotes, obeso por la economía de movimientos, formado  por píxeles de baja resolución.        -¿En qué puedo servirlo caballero, un trago, reposo, un lugar donde ingresar el disco  duro?         -Solo me quisiera un trago y un celda de datos donde pueda, sacudirme las cifras del camino y recargar algunos megas. Por cierto, ¿no sabría informarme, si se ha visto un hombre reconstruido con bites de media resolución?       -Mire caballero he llegado a esta etapa de mi vida sin la necesidad de meterme en los datos personales de nadie. Por favor sea amable, tome las claves de su  celda y no genere tildados  de datos, mi humilde refugio.      El ciego estando inconforme absorbe las claves de su celda de datos y sube a desganos las escaleras. Una prostituta perteneciente a un sitio censurado, le ofrece placeres de las descargas sin límites ni costos extras. Las promete y  las cumple, con creses.     Las conversaciones de alcoba son esclarecedoras.                 -Dime ¿A quién buscas, amor?. No pareces, caza recompensas o antivirus-. Dice ella mientras retoza desnuda a su lado.       -Soy un detector-. El rostro de sorpresa en la prostituta, es más que esclarecedor. Los detectores son implacables, no tienen leyes como los navegantes comunes ellos eliminan lo que se les interponga.- Y busco a este evadido-. Mientras le dice estas palabras le entrega una imagen digital.   -Pero eres tú, el que esta en esta imagen.        -No te confundas mujer. Ese que ves una copia, de mi bases de datos. Un ser defectuoso e ineficiente. Pero me robo la familia y hoy vengo a borrarlo definitivamente del software.   Y la eterna persecución continúa por el ciberespacio infinito.   Fin   Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi        
    Sentado  en  un  banco   de   mármol,   el   hombre  de  traje  fino  fumo  un  cigarrillo.  El  gusto  a  tabaco  quemado  le  trajo  el   recuerdo  a   labios  carmesí  que  jamás  volverá  a  besar.  La  nube  de  humo   se  convirtió  en  un  suave  rostro  de  mujer.  Cerca  de  él,  dos  inertes  ojos  lo  observaban,  sin  prestarles  atención  el  hombre  dio  un  pitido  al  cigarrillo.  La  mujer  tardo   tres  minutos  en  morir  degollada.  La  sangre  empapo  las  suelas  de  sus  zapatos  en  dos  minutos.  El   cigarrillo  tan  solo  duro  un  minuto.  La  ultima  gota  de  sangre  tardo  en  recorrer   el   filo  del   cuchillo  una  eternidad.     Fin.     Autor: Nicolás  Vilaró-Tronfi   
GOTA Y FILO
Autor: NICOLAS VILARO  527 Lecturas
                                                      El  acero   se  hunde  en  las  brazas  infernales,  eleva  su  temperatura  hasta  volverse  casi  liquido.  Brazos  quemados  por  escupitajos  de  metal  y  carbón  retiran  la  barra  de  acero  alejándola  de  la  ardiente  agonía,  solo  para  someterlo  a   la  tortura  de  ser  golpeado.  Así  sucede  la  masa  cae  sobre  el  acero  incandescente  deformándolo.  En  un  vano  intento  de  defensa  desprende  partículas,  las  cuales  caen  en  la  ennegrecida  piel  del  forjador   que  al  penetrarla  producen  un  siseo.  El   victimario  párese  no  notar  las  quemaduras,   continua  castigando  impasible  el  trozo  de  metal  incandescente.  Poco  a  poco  y  cediendo  a  los  golpes  la  barra  de  acero  va  tomando  forma,  moldeándose  ante  la  mano  del   maestro.  Repite  la  tarea  una   y  otra  vez  hunde  la  barra  acero  en  las  brazas,  hasta  convertirse  en  una  hoja.  La   tarea  dura  un  día  y  una  noche,  detrás  del  forjado  en  las   sombras  los  demonios  ríen  a  placer,  gritan  de  lujuria  gozan  el  momento.  El   forjador  continúa  castigando  al  trozo  de  metal.  Hasta  que  al   fin  consigue  su  objetivo  lo  sumerge  en  la  piadosa  agua  el   ardiente  y  sufrido  acero  suspira  de  alivio.  Solo  queda  pasarlo  por  las  piedras  circulares.  Cuando  la  poderosa  espada  esta  terminada  los  demonios  huyen  espantados.  Al  terminar  su  trabajo  el   forjador, antes  mudo,  bautiza  a  la  fabulosa  arma,  la   saeta  de  dios.     Fin.    Autor: Nicolás  Vilaró-Tronfi                           
LA FORJA
Autor: NICOLAS VILARO  648 Lecturas
                                                   Yace  en  un  cajón  de  madera   de  pino  pues   nadie  quiso  gastar  mas  en   él.  A  su  lado cerca  de  la  cabeza  esta  la  viuda   quien   oculta   sus  ojos  detrás  de  unos  anteojos  negros,  pues  quiere  asegurarse  de  que  nadie  sepa que   en  realidad  no esta  llorando.  No  puede  llorarlo  fueron  demasiados  años   de  penurias,  abusos  y    abandonos,   solo  puede  sentir  un  gran  alivio.  Al  lado  de  la   viuda  esta  un  hombre  joven  fuerte  y  rozagante,   que  otrora  fuese  el  amante  de  la   esposa  despechada  hoy   disfruta  su ascenso  a  único  amor.   Para  confirmarlo  al  mundo,  pasa   su  mano   por  la   nalga  izquierda   de  la  viuda  apretándola  unos   segundo,   luego  continua  su  recorrido  por  la  cintura,  la  espalda,   hasta  llegar  al  hombro.   Sin   ningún  descaro  y  ante  la  mirada  indiscreta  de  los  asistentes  acerca  a  su  cuerpo  a  la  viuda,  quien  apoya  su  cabeza  sobre  el  hombro  de  él.  El  antiguo  amante  sonríe,  pues  sabe  que  esta  noche  se  amaran  como  animales  en  celo.     Luego  de  unos  minutos  llega  el  sacerdote,   quien  trae  consigo   una  anciana  para  que   llore  por  los  deudos.  Deudos  que  jamás   podrán  cobrar  el   dinero  que  el  farsante  les  estafo  o  que  simplemente  les  robo.  Todos  están  aquí   para  asegurarse  que  las  alimañas   pueden  morir.   En realidad  de  entre  los  asistentes  no hay  familiares  de  él,  salvo   la   viuda  y  alguna  que  otra  bailarina  de  prostíbulo  enamora  de  su  antiguo  cliente.  El   sacerdote  comienza  hablar,  lleva  las   palabras  escritas  en   un  cuaderno,   nada  bueno   se  le  ocurrió  que  decir  de  este  ser  despreciable,  pues  a  él  también  lo  estafo.  Luego  de   decir  unas  palabras  poco  sentidas,  el   sacerdote   toma   una  petaca  con  Wishky  le  da  un   sorbo,  se  ahoga,  tose,  termina  escupiendo  a  un  costado   del cajón.  Tan  cerca  pasa  el  proyectil  de  la  cabeza  del  occiso  que  varias  gotas  le  salpican  la  cara.  En  todos  los  asistentes    surge  un  gesto  de  asco.     Después  de  toda  una  vida  de  estafas,  mentiras  y  traiciones,   el  farsante  se   dio  cuenta  que   en  su  lecho  de   muerte   nadie   lo  lloraría  o  siquiera   lo   iría  a   ver.  Por  esta  razón  con  varios  años  encima  decidió   regalarse  una  mentira  para   él.   Regalarse  una  ilusión,  es  decir  mentirse  a  si   mismo.  Pero  esta  mentira  no  se  consigue  sin  ensayo,  por  eso  cada  miércoles  convoca  a  quince  actores  para  ensayar  los  sucesos  de  su   lecho  de  muerte.   Hoy  es  miércoles  así   que  el  farsante  se  incorpora  dentro  del   cajón,   saluda  y  felicita  a  los  asistentes,   reprocha  al   falso   sacerdote  el   haberlo  escupido,   pero  aun  así  le   pareció  un  lindo  detalle.  Les  paga  con  dinero  que  guarda  en  el  cajón  debajo  de  él.  Después  de  que  todos  se  han  marchado  el  farsante  sonríe  pues  sabe  que  tendrá   un  funeral   como  se  merece.     Fin     Autor: Nicolás  Federico  Esteban  Vilaró-Tronfi                                                     
                                                 Lo  primero   que  veo  son  sus  ojos,  amarillos  refulgentes. En  la oscuridad  cerrada  son  lo  único  que  puedo  ver,  luminosos,  su   formas  parecen  recordar  un  enorme  felino  apunto   de  atacar.  Quisiera  retroceder  y  huir  de  este  lugar,  pero  no  puedo  miro  a  mi  alrededor  no  recuerdo  como   llegue  aquí.  ¿Dónde  es  aquí? Los  ojos  amarillos  avanzan  hacia  donde  estoy,  me   domino   e  intento  huir. Caigo   de  bruces   contra  el   suelo.  Giro  e  intento  levantarme,  la  temible  bestia  sigue   avanzando  sus  ojos  amarillos  brillan  con  mas  fuerza.  Al  fin  comienzo  a  ver  mi  acechante.     No  es  una  pantera,  ni  un  leopardo, solo  una  mujer  blanca  y  brillante como  la  luz  de  la   luna  reflejada  sobre  el  agua. Camina  hacia  mí  contoneándose,  en  realidad  asechándome,  quisiera  huir  despavorido  escapar  de  ella,  no  puedo.  Le  temo  hasta  el  punto  de  que  cada  célula  de  mi   ser  tiembla  grita  por  una  huida  salvadora,  pero  también  la  amo  sus  formas,  la  actitud  dominante,  sus  ojos  de  fiera  salvaje  me  tienen  hipnotizado.  Cada  vez  más  cerca.  Tiemblo  como  una  hoja  estira  su  mano  delgada  y  delicada,  pasa  sus  dedos  suaves  por  mi  pecho.  Mi  cuerpo  se  electrifica,  cada  bello,  cada  poro,  me  es  insuficiente  para  sentir  su  tacto.     Creo,  creo  que  por  unos  momentos  sonríe.  Sus  cabellos  dorados  se  adelantan  sobre  su  rostro  hundiéndolo  en  sombras.  Con  un  movimiento  velos  y  a  la  vez  suave  me  besa  caigo  en  un  mar  de  dulzura.  Ella  continua  con  su  embestida  caemos  de  espaldas.  No  se  como  pero  me  encuentro  completamente  desnudo,  las  hojas  se  sienten  como  un  colchón  mullido  y  cómodo.  Sus  senos  presionan  mi  corazón.  Sus  brazos  y  piernas  me  rodean,  clava  sus  uñas  en  mi  espalda,  no siento  dolor  solo  éxtasis.     Exploto,  despierto  de  golpe.  Me  siento  en  la  orilla  de  mi  cama,  miro   a  los  cuatros  costados  y  descubro  ante   una  desilusión  violenta,  que  ya  no  estoy  en  una  selva  oscura  con  una  mujer  exótica.  Tambaleándome  me  pongo  de  pie  camino  hasta  el baño,  lavo  mi   rostro  con  agua  helada,  suspiro.  Como  un  mal  sueño  no  puedo  olvidarla.  Quiero  estar  con  ella  y  ella  seguro  me  estará  esperando. Tiro  mas  agua  sobre  mi  cara. No  me  importa  nada  ni la  vida,  ni  mi  familia,  mucho  menos  el  trabajo.  Vuelvo  a  la  cama  para   caer  presa  de  la  enfermedad  del  sueño.  No  intenten  despertarme,  no  podrán,  pues  estoy  con  la  hermosa enfermedad  que  significa  Kenina.   Fin.   Autor: Nicolás  Vilaró-Tronfi                        
KENINA
Autor: NICOLAS VILARO  706 Lecturas
                                 Helena  a  vivido  durante  casi  toda  su  vida  en  Atenas,  siempre  respetando  las  buenas  costumbres,  gozando   una  posición  bastante  acomodada  al   ser  esposa  de  uno  de  los  miembros  mas  acomodados  del  parlamento.  Por  esta  razón  se  sorprendió  cuando  al nacer  su  primogénito,  dudaron  de  su  palabra  y  la  acusaron de  adulterio. Para  apoyar  sus  palabras  la  partera  le  trajo  al  recién   nacido  para  mostrarle  que  este  era  moreno  como  el  carbón,  cuando  ella  y  su  marido eran  blancos  como   la   seda virgen.  Su  esposo  le  grito,  la   repudio   y  exigió  que  fuera  llevada  ante  un  tribunal   de  notables,   para  que  estos  decidieran  la  suerte  de  la  mujer.  Se  contemplo  el   umbral  de  un  día  para  que  la   mujer  se  recuperase  del   parto  y  que  esta  pudiese  alimentar  al  niño  recién  nacido  quien  después  de  todo  no  tenia  la  culpa  de  nada,   también  podría  significar  un  buen  resarcimiento   económico  para  el  supuesto  padre  cuando  tuviese  la  edad  de  ser  vendido   como  esclavo.     La   mujer  fue  llevada  junto  con  su  hijo  frente  al  tribunal.  Para  que  estos  pudiesen  constatar   el  delito  se  procedió  a  colocar  a  la  singular  familia  uno   al   lado  del   otro,   quedando  el  recién  nacido  en  medio  de  los   padres.  Los  jueces  advirtieron  que   los  progenitores  lucían  un  blanco   pálido  en  sus  pieles  mientras  que el  niño  era  marrón  como  un  viejo  labriego  expuesto  durante  décadas  a  los rallos   de  Apolo.  Para  darle  un  mayor  marco  de  legalidad  se  procedió  a  llamar  un  especialista  en el  estudio  del  cuerpo  humano,  al  por  entonces  incipiente  Hipócrates  quien  realizo  un  profundo  estudio  de  la  situación.  El  estudio  de  Hipócrates  contó  en  no  solo  un  análisis  físico  de  las  personas  implicadas,  sino  que  sumo  la  investigación  del  entorno  de  las  mismas.  Curiosamente  el  resultado  dio  que   la  mujer  era  inocente  de  adulterio,  pues  la  pigmentación  atípica  del  niño  se  debía  a  un  retrato  de  un  moro,   el cual  se  encontraba  en  la  misma   habitación  de  la  joven  madre.  Sorprendidos  por  el  nuevo  concepto  acuñado  por  Hipócrates,  el  de  impresiones  maternas  por  el   cual  el  no  nato   adquiere  características  de  aquello   que  provoque  un  cierto  impacto  en   la  madre,  el  tribunal  dictamino  la  inocencia  de  la  mujer.  Por  su  parte  la  mujer  habiendo  sido   salvada  de  ser  lapidada  le  agradeció  a  Hipócrates  con  20  monedas  de  oro.  El  marido  la  agradeció  por  haberle  devuelto  la  honradez  a su  familia,  con  30  monedas  de  oro.  Por   su  parte  el   moro  del  retrato  dio  las  gracias  por  las  10  monedas  de  oro,  que  Hipócrates  le  pago  y  jamás  fue  vuelto  a  ver  por  Atenas.     Fin     Autor:   Nicolás  Vilaró-Tronfi                                  
                                El  golpe estaba bien planeado Gustavo apretaba a los de seguridad, Gerardo iba por la recaudación y Mauricio se encargaba de amedrentar a los clientes. Todo se hizo bien planeado  incluso los días en los que, el supermercado se ahorra el adicional de policía. Fueron dos  meses de  planear todo, primero  ver comiera la manera de más fácil de abrir las cajas,  identificar bien a los supervisores. Cosa de apretarlos primero a ellos, que después de todo son los más rápidos a la hora de abrir una caja. El único problema era poder ubicar el auto cerca de la puerta el tiempo suficiente para poder hacerse con el botín sin, llamar la atención a los de fuera, para evitar que la policía sea llamada demasiado pronto. Se termino decidiendo poner un conductor que lo acerque recién al final del robo. Otro de los inconvenientes fue el como trasladar el botín al auto. Llevo un de tiempo el preparar cinco bolsas de arpillera, para que cerrasen con un cordón sus bocas. Este tiempo, sumado a la preparación de los elementos, se le pudo agrega a la observación del objetivo. Gustavo, quien estaba a cargo de esto, le pareció lo más conveniente utilizar armas largas. Cosa que todas las personas dentro del local puedan verlas y así nadie se haga el héroe. Así fue como se termino asiendo.            El plan fue sobre ruedas desde el principio, se pudo cumplir con todo lo diagramado si hasta parecía una coreografía. Los guardias, los clientes y los empleados, todos respondieron según lo previsto. El único error fue que Gerardo se ensaño demasiado con uno de los empleados. Nadie sabe por que, pero cuando Gerardo intento acercarse para pegarle con la culata en la cara, el empleado le ensarto un cuchillo serrucho en los testículos. Gerardo intento gritar, casi ni pudo emitir queja, pues en pocos segundos tenia al empleado agarrándolo por la espalda, con el cuchillo en el cuello del delincuente. Gustavo y Mauricio intentaron a toda costa acercase, pero cuando hubieron avanzado tan solo dos pasos, el empleado tomo la mano con la que sostenía el arma y los apunto. Estos actuaron instintivamente y también apuntaron. La situación se había ido completamente de los parámetros razonables. De manera increíble lo que era un robo medianamente tranquilo, se convirtió en una situación completamente tensa donde los tres delincuentes y amigos, ahora se apuntaban mutuamente. El empleado que tenia agarrado a Gerardo empezó ha decirle  cosas al oído, cosas que nadie oía. Gerardo cada vez más nervioso, termino apretando el gatillo contra sus dos cómplices. Los cuales respondieron de inmediato, matando a Gerardo. Rápido y de manera irracional ambos soltaron las armas y se dirigieron hasta donde yacía su amigo. Desesperados intentaron reparar el error, gritaron por un medico o una ambulancia. Nadie se movió  como si todavía los estuvieran apuntando. Fue en ese momento cuando notaron, que quien había arruinado todo el asalto faltaba. Luego oyeron dos clics a sus espaldas, seguidos de sendos estruendos, ambos murieron de inmediato. El empleado desapareció para siempre, nadie supo nunca quien era, la empresa jamás pudo encontrarlo en su nomina. Aun así y todo tres vidas se cobro. Fin Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi    
                             El padre de todos llego apesadumbrado a la entrada de la enorme gruta. La decisión estaba tomada. El mundo se había envuelto en el caos, la oscuridad del caído cubría todo y dirigía las vidas de los hombres. No existía otra manera de salvar la creación. Aun así, el padre de todos por primera vez, en su  incalculable existencia, conoció la duda. Sus hijos no  merecían ser devueltos al barro del que fueron creados, pero su petulancia y odio habrían de ser borrados de la creación.       Camino al interior de la gruta, cuya boca recuerda a las negras fauces de la loba, llamada Penumbra, que sigue a la luna. Entro en ella, arrastrando los pies,  sus sandalias apenas levantaban arena. Vestido con el más humilde de los ropajes pues la de un pastor era su apariencia y su función. Ingreso sosteniendo en su mano una daga y un lienzo blanco. A medio camino sintió un calor similar al respirar de un gigante. El aire fue viciándose cada vez mas, antes de llegar el fétido olor lo hizo desfallecer por unos momentos. En el centro de la  gruta, un negro dios lo esperaba. Allí el padre de todos se arrodillo, tomo la daga con la mano derecha y corto hasta los huesos su muñeca izquierda. Dejo caer su sangre sobre el piso de arena, está serpenteó hasta el negro dios, que descansaba sobre su trono. La sangre corrió por entre sus piernas, subió por el estomago y el pecho, hasta terminar en la boca del dios. Casi desmallado, el padre de todos, pudo ver como el representante de la noche eterna comenzaba a despertar.     Se puso de pie y dijo:        <<Mi nombre es Régulus. ¿Qué buscas tú, que haces llamarte padre de todos?>>     Arrodillado y cubriéndose la herida con el lienzo blanco, respondió:        <<Busco tú justicia. Busco el equilibrio de la creación. Quiero que mates a mis, engreídos y petulantes, hijos. >>     Luego de estas palabras el padre de todos, murió y Régulus rió sonoramente.   Fin.   Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi       
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