• Max La Scalea
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Ese gran éxito de la humanidad, su capacidad de adaptación ante casi cualquier entorno, puede convertirse en su propio fracaso; aceptar progresivamente, incluso hasta acostumbrarse, toda clase de abandono. Apreciad, pues, cuales perros de Pávlov con el rabo entre las patas; sois la máxima de la resignación y el conformismo. En vuestra "viveza" sois reflejo del desánimo.  Y más allá de autojustificaciones, como el "aguante" y la "perseverancia", plantearos lo que ello supone, y aceptad...
El Fracaso
Autor: Max La Scalea  217 Lecturas
Evoca lo sublime de lo cotidiano, hasta rozar con lo que ahora le resulta absurdo; simple e innecesario. Evade cada realidad hasta su completo abandono; uniendo su apatía, escepticismo y desdén.  Revoluciona un gran fracaso; dando escape a su tránsito entre lo abstracto de la inmensidad -hasta que ¡boom! choca con la suma de los sentidos. El sinsentido general.  Puede que en algún momento, irracional por defecto, se desarrollen múltiples y explosivas revueltas; cada una tan roja como la sangre.  Pero por algo son más los que, con el paso del tiempo, aprenden a desconfiar.
Al notar que el problema no era el lugar, renunció a encajar como pieza de puzzle. Cada desliz supuso un giro carente de cometidos. Entonces, optó por sintetizar su esencia en pedazos, procurando que los recuerdos opacaran su incapacidad y desánimo. Finalmente, apreció que su vida pendía de inmensurables... en los que nunca llegó a creer.
Alud
Autor: Max La Scalea  222 Lecturas
Tomó las baterías para permanecer tan activo como sugieren los comerciales del conejo rosado. Acto seguido, salió de la tienda sin dar reparo alguno a lo que vociferaba el lamido dependiente asiático, con seguridad chino. No pagó, y a paso firme fue avanzando hacía la iglesia que se encontraba al otro lado de la calle. Como si se tratase de alguna escena en una película low cost de principios de los 90's.  Fachada con baldosas que inútilmente imitan los ladrillos, mucha mugre y pocos detalles; la típica improvisación sobre lo que antes habría sido un taller mecánico durante el turno de la mañana y cervecería por la tarde/noche. Lo usual, es que esta clase de establecimientos fuesen grácilmente atendidos y administrados por su propio dueño, un tipo sucio, barrigón y de mal hablar, rodeado por posters de chicas -autopartes en mano- que promueven la lectura de la prensa.  Mientras cruzaba la calle, los coches frenaban en seco para no atropellarlo, y ante el rugir de las bocinas reía de forma arrebatada; como si estuviese acostumbrado a las atípicas situaciones cotidianas -de la misma manera que podría reaccionar el último cuerdo al verse inmerso en un mundo de locos.  Botas de cuero, vaqueros ceñidos y desgastados, cinturón con una gran hebilla, franela blanca de mangas cortas -tan blanca como vieja, y estampada con el logo de Batman-, chaqueta de color negro, gafas de aviador, cabello desordenado y barba de hace 10 días, probablemente de unos 35 años de edad; era la viva estampa de lo que muchos padres odiarían ver en sus casas, en especial si se trata de los padres de ‘la novia'.  ¡Ahora sí, a por la salvación y el cielo! -dijo convencido de sus propias palabras-.  Incrustado en el interior de su chaqueta, a la altura del pecho, se hallaba un rudimentario dispositivo que tenía por finalidad generar pequeñas descargas eléctricas de forma sistemática a través de unas tenazas sujetas a sus tetillas. Colocó, entonces, el par de baterías en el dispositivo y presionó para verificar que todo funcionase correctamente. ¡Rayos! -exclamó-, hoy si es verdad que no me quedaré dormido.  Mientras tanto, saludaba a los conductores y al dependiente de la tienda, quienes -atónitos- no sabían cómo reaccionar ante lo ocurrido. No obstante, si algo podía notarse en sus rostros es que por alguna razón se encontraban encolerizados.  Pasada la página, prosiguió hasta subir a la acera, donde se detuvo para observar el letrero sobre la entrada de la iglesia -el cual llevaba inscrito en blanco pureza: "Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra." Hechos 6:4.  Menos mal que no se trataba de una chica bien dotada por la obra y gracia del Señor -cirujano-, pues podría causar alguna clase de revuelo extra, incómodo e innecesario (nótese que en la India hay quienes abogan porque las niñas recién nacidas lleven el sari o el burga -según la religión- para que no generen malos pensamientos en los hombres limpios de corazón. Nótese también la ironía y el sarcasmo-. Ese mismo pensamiento -el mencionado al inicio de este párrado- le tranquilizó un tanto al momento de atravesar el portal.   Sin embargo, una vez dentro, comenzaron los temores, pues no quería fallarse a sí mismo en su rehabilitación y limpieza espiritual, como tampoco a Cristo -quien, según el folleto, también le ama.  Por amor a todo y a todos, espero que mi ingenio sea suficiente en esta ocasión para no perder palabra alguna de lo que dice aquel hombre de saco y corbata, pues seguro tendré que memorizar todo si quiero seguir por la senda de la salvación y el cielo eterno.
Aquella cigüeña tuvo por nombre azul, que en inglés (blue) supone tristeza; blue, soledad. Blue... Soledad, cansada de sí, buscó su "media naranja" para concebir un ángel con el que llenar otro hueco en el espacio; éste, tendría sus ojos y su sonrisa bajo el nombre de Esperanza. Sin embargo cayó de su manto, cediéndolo a un mundo colmado de carencias. A partir de entonces se hallaría provisto de momentos, que, consecuentemente, lo dejarían insensible y desprotegido. Desconsolado. Se le impuso, también, el don y karma de poseer un sexo -pues en lugares así se precisan refuerzos- Mientras tanto, aquel ángel caído se habría de preguntar si arriba y a lo alto (cosa a destacar, pues, pese al carácter deíctico de la expresión, la RAE se ha visto en la necesidad de poder explicar el entrelazamiento cuántico, la paradoja EPR, y omitir el que se le considere algo tautológico) todo estaba, en realidad, hecho. Es de saber, que, diferencia nuestra, los ángeles nacen muertos y asexuados; sin que hagan falta más, sin que hagan falta menos.
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