La caja de bombones
Publicado en Mar 26, 2015
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Ese año diciembre me había parecido un mes demasiado largo; sin embargo, la navidad que no queríamos llegó para recordarnos que nada sería igual, que ya nunca nada sería lo mismo.

El arbolito había quedado olvidado en el armario de todos mis olvidos y aún hoy, cuando se aproxima esa fecha religiosa, me privo de recordarlo.

 La familia que se había congregado en mi casa no estaba completa. Fue difícil explicarles a los más pequeños por qué faltaban los abuelos. Ni yo misma encontraba explicaciones que me conformaran y las que el tiempo me dio tampoco lo hicieron. 

Cuando levantamos las copas para cumplir con la tradición del brindis los adultos no nos miramos a los ojos para superar el peor momento. Recuerdo a los niños, ingenuos de todo, con los ojitos contagiados de las chispitas brillantes y coloridas que caían del cielo. Los míos, en cambio, se llenaron de lágrimas inoportunas. 

Todavía no sé cómo pude murmurar un “feliz navidad” mientras entregaba los regalos, ni cómo pude medir la ansiedad que me gritaba que debía estar en otro lugar mientras elegíamos con mi hija qué vestido ponerle a la nueva muñeca.

Apenas cumplí con lo que consideraba un trámite; dejé un beso en el aire a todos y me fui a la casa de mis padres, una casa que olía a hospital desde que alojaba a dos sombras junto a todos los silencios corridos de las calles. 

No permanecí mucho tiempo, mi madre casi me empujó de ahí cuando me dio un paquete envuelto en papel de regalo. Creo que quería la última navidad de mi papá para ella sola y obedecí aunque sentí que me robaba unas horas junto a él. Aún escucho el diálogo a una sola voz que ella comenzó a interpretar mientras yo recorría el largo pasillo camino a la puerta de salida.

Ninguno de mis familiares me preguntó nada cuando regresé porque mi rostro acostumbra a hablar por sí solo.

 El grito alegre de mis hijos dándome la bienvenida me hizo recordar el libreto por lo tanto retomé la actuación deslizando el paquete por la mesa en dirección a las tres caritas curiosas que controlaban sus manos en espera de alguna señal.

 -Los abuelos – fue lo único que me permitió decir mi voz. 

Después vi entre nubes cómo el papel volaba en pedazos por el aire.
No hizo falta averiguar el contenido del paquete, todos sabíamos que era una caja con los bombones que mi papá tenía siempre en sus bolsillos. Mientras circulaba de mano en mano sentí la presencia de los que estaban en la casa de los silencios. 

Ahora, cada vez que llega la navidad, vuelven a pesarme los ojos, pero es inevitable dejar de sonreír cuando alguien pasa con la caja para compartir los bombones.
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Foto del autor Silvana Pressacco
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Descripción

una noche que eL tiempo no deja de hacerla triste. Un regalo que esta siempre para decirme desde donde este presente!

Palabras Clave: .

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Silvana Pressacco

Derechos de Autor: reservados


Comentarios (6)add comment
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gonza pedro miguel

Muy lindo relato, un poco triste, pero lindo. Gacias por compartirlo. Saludos
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March 29, 2015
 

Enrique Gonzlez Matas

DESPUÉS DE TU SILENCIO, AMIGA SILVANA, APARECES CON UN RELATO MUY SENTIMENTAL Y TRISTE.
MUY BIEN ESCRITO. ENHORABUENA.
RECIBE MI ABRAZO AMIGO.
Responder
March 28, 2015
 

Maria del Rosario

Hola Silvana, las navidades son muy tristes, por los que se fueron y por el tiempo que pasó inexorablemente convirtiéndome en una mujer melancólica que no ve el momento de que pasen las fiestas para volver al diario trajín, la lucha por el laburo, la gente, cada día mas difícil, yo, que tampoco soy nada facil, etc....
Hay algo que me conmovió, tus padres envejecieron juntos, estaban juntos, es un regalo de la vida, para ellos y para vos, por el ejemplo de amor que recibiste.
¿ La caja de bombones?, empezá a comprarla con frecuencia, cualquier ocasión por intrascendente que parezca, como algo natural, un hábito heredado...
Un abrazo.
María del Rosario
Responder
March 27, 2015
 

Lucy reyes

Hola Silvana, me gusta tu manera de expresar sentimientos, que creo muchos sentimos algunas veces al recordar la triste ausencia de algún ser amado y especialmente en épocas navideñas que despiertan cierta nostalgia, cuando se siente el vacio de alguen que ya no está.
Un abrazo.
Responder
March 27, 2015
 

66arcoiris

Te comprendo amiga SILVANA, el texto es conmovedor, nuestra mente fija objetos o situaciones que nos ayudan a recordar los bellos momentos.Te dejo mi abrazo solidario.
Responder
March 26, 2015
 

Mara Vallejo D.-

Hola Silvana.
Desde febrero te habías esfumado, amiga mía.
Hoy tu historia me hizo recordar y el corazón, se ha encogido. Hermosas letras nos has compartido.
Grato leerte.
Abrazotesss
María
Responder
March 26, 2015
 

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