• Natalia
La mañana era fría y tranquila, el cielo estaba nublado, eran mediados de invierno en aquella ciudad llamada Caliri. Jack era un joven de 18 años, con la piel pálida y pelo blanco como la nieve, sus ojos azules zafiro que tenían una mirada penetrante. Tenía una sudadero negra sin ningún estampado, y unos pantalones azul marino y  tenis blancos. Se encontraba dentro de un automóvil Tsuru color azul marino con una etiqueta del hospital psiquiátrico “NUEVA VIDA”. Al cumplir los 18 años tenía que dejar el hospital y si el diagnóstico era terrible tenía que pagar por quedarse ahí. el diagnóstico cuando tenía 13 años era el siguiente: “sufre de esquizofrenia, es agresivo, está en estado de shock y muy alterado, tiene actitudes asociales, se le debe colocar sedantes que he dejado anotados en el recetario que se encuentra en su habitación 34-b.” durante meses los doctores intentaron hablar con él, pero no conseguía el éxito así que algunos simplemente lo ignoraron, su caso era el más pesado que tenían los médicos que entraban al hospital, pero un verano la doctora Alicia Montoya llegó al hospital las cosas cambiaron para Jack. Ella era paciente y rápidamente se relacionó con él. era una mujer de 34 años muy amable, siempre vestía con faldas y rara vez la veía uno con pantalón, ella lo apoyo y ayudo, lo acompañaba a tener paseos por los jardines, conversaban de cualquier cosa, y Jack fue mejorando, distinguía cuando algo era una alucinación. Tomaba sus medicamentos, se adaptaba al trabajo de la doctora.   Alicia: escucha Jack, ahora vivirás solo pero eso no quiere decir que ya no me hablaras, seguiremos mensajeando para seguir nuestro proceso. Me puedes marcar cuando sea ¿entiendes?   Jack que veía el paisaje de pinos frondosos, volteo a ver a su doctora que conducía. Ella llevaba un traje rosa palo y zapatillas blancas, su pelo largo iba amarrado en una media cola. Su piel blanca, siempre le gustaba los aretes pequeños y en esta ocasión llevaba unos blancos.   Alicia: ¿me escuchaste? Jack: (asintió) si Alicia: comenzaras de nuevo. Jack: gracias. Por todo. Alicia: no me agradezcas Jack: usted confió en mí, me tuvo paciencia, me ayudó antes y lo sigue haciendo. Alicia: me siento agradecida, has progresado como nunca lo había visto. Jack: (suspiro) tengo miedo. Alicia: no temas, has estado progresando, tener miedo es normal, es algo nuevo para ti y eso no significa que sea malo, además tendrás vecinos creo que tienen la misma edad que tú, según escuche  ellos van en vacaciones. Así podrás socializar. Jack: creí que estaría solo. (Un poco preocupado) Alicia: tómalo con calma Jack son buenos chicos, nunca te enviara a un lugar donde la gente sea mala. Jack: ¿compartiremos la cabaña? ¿Cuántos son? Alicia: cada quien vive en una cabaña, son como 15, amigos todos.  La cabaña en donde vivirás es más grande que las demás. Jack: doctora, no creo que venir aquí haya sido buena idea. Alicia: ¿por qué lo dices? Jack: en el bosque hay una mujer que nos ha estado siguiendo desde hace 20 minutos. Alicia: (suspiró) Jack todo está bien ¿de acuerdo? una vez me dijiste que los muertos no pueden herirte físicamente como los vivos, una de las razones por las cuales nos llevamos bien es que yo entendí de que no tienes esquizofrenia como otros dicen. Yo sé que puedes ver lo que nosotros los comunes no percibimos. Por ejemplo ¿te acuerdas cuando te pregunte por que tenías moretones y cicatrices en tus brazos?   Jack asintió.   Alicia: me dijiste que los muertos son como el viento, lo puedes sentir, si eres atento lo verá y escuchará sus plegarias, pero nunca podrá herirte, por ello no les debes temer. No tengas miedo Jack. Jack: tiene razón. Solo tenga cuidado al regresar al hospital. Disculpe los chicos que están en las cabañas ¿también fueron sus pacientes?, ¿o ellos son normales? Alicia: tú también eres normal, pero no, ellos no son pacientes, son estudiantes de Inglaterra que vienen aquí a tener fiestas. Jack: gracias de nuevo. Alicia: dentro de unas semanas es el aniversario de tus padres, si quieres puedo acompañarte a el cementerio y llevarles unas bonitas flores. Jack: (sonrió) de acuerdo, la estaré esperando.   Llegaron a una cabaña de dos pisos bastante hermosa para el punto de vista de Jack, los pinos eran tan grandes que pareciera que cubrirán la casa.   Alicia: ¿te gusta? Jack: me encanta su casa es muy bella. Alicia: ahora es tuyo, Jack todo lo que esté ahí adentro, es tuyo. Es mi regalo porque cumpliste 18 años. Jack: ¿está bromeando?       Al entrar se maravilló tras ver los muebles en perfecto estado, todo a su alrededor era tan elegante, se sentía tan acogedor, el olor a humedad se hacía presente pero no lo  incomodó “con una buena limpieza todo quedara perfecto” todo era una combinación de azul marino, negro y blanco, le agradaban los colores, tan tranquilos, nada llamativo, subió las escaleras de madera en forma de caracol bastante modernas para él, siguió hasta que se encontró con la segunda planta de la cabaña, el pasillo era un café más leve, había 7 puertas de color negro, sin embargo la puerta color blanca le llamo la atención, pes el borde tenia detalles muy agraciados, al entrar sonrió y supo que sería su habitación. “es tan perfecto que parece un sueño” lo que más le emociono es que había una carta en el borde de la cama lo cual, rápidamente abrió: “sabía que escogerías esta habitación, se parece a ti, única, tiene la mejor vista, feliz cumpleaños Jack” Se fijó por la ventana negra que se ubicaba a dos metros de distancia de su cama, se parecía un poco a la que se encontraba en la puerta, solo que era más amplia y parecía ser estilo barroco, al mirar por ella se dio cuenta de que se observaba  el rio, dirigió su mirada a la derecha y observo a la mujer que hace rato lo seguía a él y a su doctora, se sintió un poco aliviado de que no siguiera a su doctora. Bajo de prisa y tomo la bufanda de su maleta gris, se la envolvió bien por todo su cuerpo, aunque él no podía sentir molesto el frio, de todas formas se tapó. Al salir solo le tomo cinco minutos llegar al rio, había niebla en el, era cristalino y extenso, se dio cuenta de que lo engañaron “esto no es un rio, es una laguna, ¿Dónde me quejo por engañarme?, ¿tendré que firmar un formulario donde exija que no confundan rio con laguna?” Aquella mujer parecía no haber notado su presencia porque ahora miraba fijamente la laguna, Jack dirigió su mirada a él y encontró un papel florando, cuando miro había donde se encontraba la mujer ella no estaba, supuso que debía recoger aquel papel, se tuvo que arrodillar para alcanzarlo, al levantarlo se veía algo grabado, enfoco su vista y decía “help me”. Un sudor frio se hizo presente en la cara de Jack cuando sintió que una mano envolvía su brazo y lo sumergió con él. Mientras luchaba por salir vio que estaba la mujer hundida con el, con esos ojos sin brillo cuando mueres, con esos ojos que te invitan a ver el fondo de su atormentada vida, miro los ojos y al cabo de unos momentos salió de prisa, corriendo se dirigió a su casa. Cerró con seguro las puertas y se dirigió al baño. El agua estaba caliente pues había prendido su boiler antes de salir, se metió a darse una ducha con agua bastante caliente, cosa que no le agradaba mucho a Jack, de donde el venia el calor era insoportable, parecía que era como correr un maratón con una temperatura de 50°, lo peor era cuando tenía que soportar que los espíritus le dieran sueños aterradores, el sudor ya lo había molestado, pues  ya eran bastante incomodos y bochornosos como para preocuparse por el agua. Pero supuso que el agua de la laguna estaba tan fría que por hoy el agua la sentía exquisita. Cerró los ojos por un momento, recordando lo que había pasado: al sumergirse vio lo ojos de aquella mujer sin vida, eran marrones y penetrantes, intento apartar la mirada pero la tentación le gano, como cunado sabes que lo que harás es una travesura grande pero la tentación es más grande y lo haces, bueno al mirarla ocurrió lo mismo, pues pudo ver la vida dela mujer en menos de 10 segundos, se veía que era una mujer respetada por su marido e hija de 8 años, de repente lo que parecieron recuerdos hermosos se convirtió en algo terrible, era la escena de ella siendo violada y asesinada, para después el violado arrojara su cuerpo sin vida a la laguna. Aquel hombre debería tener cinca años más que la joven, se fue de la escena sin prisas y las memorias desaparecieron. Cuando volvió a abrir los ojos cerró el agua caliente y salió. Se vistió casual y tomo  dinero de su billetera café.  Al salir noto que las cabañas parecían vacías pero no le tomo mucha importancia y camino durante 10 minutos para legar a la parada de autobuses. “no puedo ayudarla como me gustaría porque me dirán loco de nuevo”. De repente una voz oscura resonó dentro de su mente “tú sabes que si puedes ayudarla, solo que te da miedo, porque sabes cómo seria, solo tienes que dejar que yo lo haga” Pov Me sentí agitado por sentir que mi cuerpo se tensaba, las voces de mi cabeza siempre habían sido positivas de cierta manera cuando estuvo solo, en el hospital, se sentía terriblemente solo. Los doctores decían que yo mejoraría con medicamentos, no me escuchaban. A veces, durante las sesiones mis voces se callaban, me susurraban palabras de aliento, pero cuando era distante es cuando la voz mas fuerte me decía cosas negativas, me decía que había una manera de salir se ese lugar. Cuando llego la doctora aquella voz me susurraba que no debía contar sobre las voces, debía comportarme, el me dejaría si yo cumplía, y lo hice. Logre engañar a mi doctora, ahora lo único con lo que tenía que lidiar eran esos muertos sin un lugar a donde ir, almas que vagaban en los hospitales, llorando, susurrando, pidiendo perdón, queriendo salir de ese lugar que les había dado muerte. Al principio fue fácil aparenta que todo estaba bien, las voces se habían callado, por fin dormido tranquilo. Ahora sentir que aquella voz regresaba a mi mente, me aterra, esa voz era astuta, pero sus intenciones son oscuras. Me detengo un momento a recuperar el aliento, un sudor frio me recorre la cara y  lo limpio con mi sudadera azul, al darme cuenta el autobús está a unos metros de distancia y subo, tratando de tranquilizarme. Jack: voy al mercado ¿Cuánto es? Chofer: son cinco pesos. Jack le pago y tomo el asiento más cercano al chofer, la vista de pinos cubiertos de escarcha le agrado durante el trayecto. Continúo observando el paisaje hasta que su mente comenzó a divagar. “esa mujer vino a mí por una razón”, “tienes que ayudarla, eres el único que puede verla” “no la abandones”, “sabes lo que le ocurrió”, “aléjate”, “ya no te metas en problemas”, ”Tienes que matarlo” – me susurra aquella voz a la cual yo le temía.- “no me temas, sabes que es necesario”- me tenso y dirijo la mirada hacia otro lado. Done los tres pasajeros y el chofer no puedan ver mis expresiones. – “no tienes que temerme, siempre te he cuidado y advertido de todo lo malo que hay haya afuera”.   “solo déjame en paz”- es lo que digo en mi mente- “no quiero volver a oírte”. “¿crees que puedes mandarme?- aquella voz me respondió con un poco de enojo- “esa mujer esta angustiada” “no es nuestro problema, solo olvídalo”- mi cabeza comenzaba a doler un poco. “eso es lo que te dice la doctora ¿no?... solo olvidar, a mí no me puedes engañar, somos uno mismo”- en ese momento la voz se calló.   Mire al conductor y le pregunte: ¿por qué los autobuses no suben hasta las cabañas? Conductor: hace años los autobuses subían a las cabañas pero hubo un accidente por las montañas, 4 autobuses desaparecieron, nadie sabe dónde están, hubo todo un lio por allá arriba, para evitar otro incidente, ya llevamos 6 años sin subir y afortunadamente ya no ha pasado nada extraño. Lo que diez minutos de trayecto pueden hacer ¿no? Jack: ¿Queda muy lejos la ciudad? Conductor: como unos 50 minutos. Debes tomas dos autobuses, el otro lo encuentras en la plaza central. Jack: gracias. Conductor: ¿eres de las cabañas? Jack: si, acabo de llegar hoy. Conductor: ¿por las vacaciones? Jack: no. Estoy aquí para quedarme. Conductor: han pasado unos 14 años desde que alguien se muda aquí. Espero que te vaya bien muchacho. Aquí es el supermercado más cercano. Jack: gracias. – baje de prisa de aquel autobús y me dirigí al supermercado. Era una extensión de terrenos de unos 800 m2 No era la mejor estructura que había visto, peo al menos era aceptable, dentro encontró cientos de artículos comunes y necesarios para él, tomo el carrito del supermercado y comenzó a tomar las cosas que necesitaba, carne, verdura y frutas. Probablemente se tomó unos 40 minutos en encontrar lo que necesitaba. Se dirigió a la caja. Ante él, estaba el trabajador, canoso, con unos lentes negros muy pequeños, una  blusa que usaban los vaqueros y jeans. Ante él estaba…. El asesino… el violador. Su corazón parecía detenerse, contuvo la respiración. Aquel hombre empaqueto sus cosas con velocidad, y lo miro. -          Hey! Que cabello más extraño ¿es natural? -          (asintió)- las palabras no las podía formular. -          Me llamo Patrick, soy dueño de la mansión que está a 5 calles, cuando quieras eres bienvenido -          Gracias… -          ¿Cómo te llamas? -          Mm…Jackson -          Que gusto… ¿aquí de visita? -          (asintió)-le dio un escalofrío- ¿Cuánto es? -          Son quinientos pesos muchacho. -          (saco el dinero de su billetera, en eso momento agradeció tener el billete exacto para marcharse, tomo sus cosas y se dirigía a la salida) -          No deberías andar solo por ahí, este es un lugar oscuro, cuídate muchacho.   Salió a una velocidad exagerada si bien lo pensaba el, pero un pánico se apodero de él, se acercó lo más rápido a la cabaña donde vendían relojes, compro uno color café para su cuarto y otro negro azul rey para su sala, antes de irse vio un reloj con correa. Uno sencillo que le ayudaría a medir su tiempo cuando saliera de su casa. Ya estaba más calmado y camino despacio a la  parada de autobuses. Pago y se fue al fondo de este, agradeciendo mentalmente por que estuviera completamente libre de pasajeros. Sintió una brisa helada y volteo.   -           Hola.- le saludo aquella mujer que había visto en el lago-. -          Hola-susurro- ¿Qué necesitas? -          Sabes lo que me paso… -          Sí, pero  no puedo ayudarte, la policía jamás me va a creer. Me dirán loco. -          Tú lo viste. Yo te vi, en ese coche del hospital. Creo que loco ya te han dicho. -          ¿El señor del supermercado?, -          Si, ese bastardo fue. -          Lo lamento, pero no puedo ayudarte. además es un nuevo inicio, no voy a estropearlo. -          No pido nada extraordinario. Solo pido un poco de luz. En tres días es el cumpleaños de mi hija. -          Tendrás tu veladora en tres días. Solo así te puedo ayudar. -          Gracias. Cuídate de él, no te acerques. Aléjate. -          Si. -          Lamento mucho que te sumergiera a la laguna, pero de verdad necesitaba ayuda y estoy desesperada. -          No hay problema. -          Adiós Jack. Aquí bajas cariño. (después aquella mujer se desvaneció lentamente) -          “¿no vas a ayudarla?, tú lo viste…. Sabes quien la mato…. ¿Qué esperas para matarlo?”- le hablo su voz interior- no puedes ignorarla, sabes que ese infeliz te podría atacar si no lo eliminamos…. -          Eliminarlo?-dijo en su interior- -          “Si, juntos, yo te puedo ayudar”- le susurro- -          Pero… -          “Si me dejas… podría ayudarte, nadie se va a dar cuenta” -          No puedo hacerlo… -          “No lo harás solo… yo estoy contigo…siempre lo he estado”… -          Pero… -          “Solo tenemos que matarlo”…. Notó que estaba en la última parada y bajó de prisa, caminó por aquel paisaje tan tranquilo. Era relajante saber que no se había encontrado a ningún vecino por ahora, sería un poco incómodo para él, así que se sentía con la seguridad de llegar a su casa, le dio un poco de risa el saber que ahora era su hogar, y también el que le incomodara más estar con muertos que con vivos. Tal vez porque no pueden herirte físicamente como los  vivos. Como cuando él se lastimaba intencionalmente, sus brazos tenían marcas, pero ahora estaban bien, las heridas físicas sanaron, pero las mentales no podían cerrarse en meses. Su recorrido le hizo acordarse cuando la doctora Alicia lo llevo por primera vez a los jardines del hospital, era un paisaje tan cálido, relajado y placentero, lleno de color, árboles frondosos, tan grandes. Las horas se sentían tan lentas, como si el tiempo no avanzara, las pláticas no eran incomodas con su doctora, porque ella no insistía tanto como los demás, ya que Jack siempre le contaba lo que ocurría, siempre fue sincera y su presencia era reconfortante, cuando sus padres murieron ella lo escucho y espero a que Jack pudiera contarle. Cuando le mostro su estante lleno de libros y dibujos a Jack le impresionaron y se maravilló. Pero no todo fue tan fácil, aquellas voces en su mente y los ecos de espíritus vagabundos advirtiéndole de que la doctora solo quería engañarlo, utilizarlo, era en esos momentos en los que se ponía distante, callado e inseguro, durante las sesiones tenía la mirada perdida, a veces el miedo se reflejaba  en su cara, moviendo sus dedos ansiosos y viendo el reloj esperanzado de que las sesiones terminaran. Se sintió estúpido de temerle a algo que no le pega, pero tras años de estar encerrado se dio cuenta que el mayor problema al que se puede enfrentar unos es que su mente le desobedezca, lo ataque, lo torture, no poder escapar a su subconsciente para calmarse del mundo que lo rodea. “maldita mente traicionera”, “maldito lugar, que me sofoca”. Su respiración era entrecortada después de recordar eso, supo que ya no estaba en la clínica y estaba feliz, así que cruzo el puente de prisa que conectaba  con las cabañas, vio unos jóvenes de su misma edad afuera de las otras cabañas, tenían bolsas del supermercado y platicaban muy alegres, no les tomo mucha importancia, quería entrar a su hogar lo más pronto posible. Se sintió algo tenso, pues sentía que lo observaron, pero no volteo, abrió la puerta y cerro rápido. Al dejar las bolsas en la mesa del comedor se dirigió al baño para enjuagarse con agua fría. Se vio al espejo un poco sofocado y cansado como si hubiera corrido un maratón, sabía que estaba sudando levemente, recordar momentos del hospital lo alteraban, aunque sabía que tenía que controlarse, el no volvería ahí, se sentía atrapado como si fuera un ave con alas exóticas, cuyo destino es emprender un vuelo por lo alto de los cielos, y de repente al intentar volar ser atrapado y enjaulado, condenado a admirar el cielo azul e infinito, sintiendo enviada de las otras aves que son libres, anhelando volar y ser feliz, cantos donde suplicaría ayuda, maldiciendo sus alas, que aquel que lo atrapo sufriera tanto como el, la impotencia siempre estaría con el ave, porque nunca se adaptaría a estar encerrado, y finalmente se desvanecía en la soledad y olvido.   Jack no lo quería eso, él lo sabía, siempre lo supo, el intento aparentar que estaba bien fingir, era lo mejor que sabía hacer, practica, estudio, aprendió a parecer alguien normal, siempre se siente culpable por ocultarle la verdad a veces, pero sabía que no tenía otra opción, pues sino nunca hubiera salido del hospital, no tendría su libertad, era mejor fingir que era inocente y distraído, ya que sería obligado a regresar. Sonrió para sus adentros. “solo llevo aquí un día y mi mente se descontrola”. Se secó rápidamente la cara y volvió a mirarse al espejo encontrando sus ojos celestes, tenía la mirada fija en él, como si supiera que no podía engañar a la gente con esa sonrisa otra vez. “estoy bien”. Respiro hondo y cerró los ojos. “tengo que calmarme, estoy bien”. Al abrir los ojos su cara reflejaba unas facciones más relajadas, serenas. Y con una sonrisa salió del baño directo a la cocina.   Sonrió ampliamente al sacar su comida del horno, era un pedazo de carne con papas gratinadas con queso manchego, se había hecho un jugo de limón con pepino y se puso  a comer. Termino de comer en 20 minutos sin prisas, saboreando su comida, sonrió para sus adentros pues recordó que su doctora le enseño a cocinar cuando los demás pacientes dormían, algunas cocineras lo sabían y disfrutaban su compañía, siempre aprendió rápido. Al terminar limpio la mesa y lavo los platos, estaba por irse a su habitación pero noto la computadora del escritorio de la sala. Era una ACER negra y de unas 18 pulgadas. Comenzó a personalizarla, con contraseñas que solo el entendería, no es que tuviera nada que ocultar, pero a veces la gente debe ser muy precavida, lo aprendió en el hospital, “hay que cuida lo que nos pertenece, porque si no alguien que no tiene nada nos querrá quitar la única cosa que nos mantiene un poco cuerdos”, -escucha Jackson aquí todos estamos algo locos, pero no totalmente, pues aun en nuestros peores momentos recordamos algo que es verdad. Algo en nuestra alucinación es verdad. Solo que a nuestra mente le gusta exagerar. – Le dijo un hombre de 30 años, delgado y con marcas por todo su cuerpo, estaban sentados en la banca del jardín del hospital-. -Aunque sea cierto lo que dices, nadie nos cree, solo nosotros los locos. Estamos condenado a vivir de esta manera.es nuestro destino Carl.- dijo un poco cansado-. - hablas como si fueras mayor- sonrió alegremente-. - a veces nuestras voces parecen ser más maduras de lo que somos. Creo que es una ventaja- le respondió con simpleza-. -solo no dejes que tomen decisiones por ti todo el tiempo- se levantó de su lugar- porque cuando quieras tomar tus propias decisiones ya no lo podrás hacer.   Jack había terminado de configurar su computadora y encontró un correo en la bandeja principal, arqueó  la ceja y entro, encontró un correo sencillo con su nombre, al ver la bandeja de entrada encontró un mensaje de su doctora. “hola Jack, espero y te estés adaptando al lugar, es un lugar tranquilo, créeme. Se me olvido informarte que ahora tienes una cuenta, tienes que ir por tu tarjeta de crédito lo más pronto posible en recogerla, el número es 055613744823 al nombre de Jackson Whitaker. Hay una plaza en la ciudad donde puedes activarla, en ella hay $30 000, cuídalos, puedes usarlos mientras encuentras un trabajo, puedes sacar dinero en pequeñas partes. Me tengo que ir por que la actividad en el hospital ha estado un poco elevada, todos te mandan saludos y bendiciones. Si tienes algún problema no dudes en hablarme.” Se sintió tan abrumado, era mucho dinero, ¿de dónde?, ¿por qué le había dado tanto?, estaba feliz, quería escribirle su agradecimiento pero su doctora, pero el mensaje decía que estaba algo ocupada. Suspiró y cerró la computadora. Se dirigió a su cama y se dejó llevar por la tierra de los sueños. La noche fue agitada para Jack, se terminó despertando  las 3:45 a.m. empapado de sudor, su cuerpo estaba tenso por el miedo que había experimentado en su sueño, encendió la lámpara que se encontraba a su izquierda y se quedó inmóvil por unos segundos, sus ojos recorrían la habitación, sus dedos débilmente acariciaron la cama, aliviado de que todo fuera un sueño se levantó y se fue a la sala. Encendió su computadora y entro a una página pornográfica, nunca antes lo había hecho, pero si había escuchado a pacientes gritar por los pasillos los nombres de algunas páginas, deambulando y hablar solos sobre fantasías, en la sala de arte había muchos dibujos escondidos en el almacén sobre posiciones sexuales. Su compañero de cuarto Alfonso le decía que alguna vez tenía que verlo y no avergonzarse. -          Es algo que la mayoría de los  chicos y chicas ven en su vida- le dijo alegremente- no te tiene que dar pena, al contrario la autosatisfacción es muy placentera. Aunque no te puedo negar que alguien 3d es mucho mejor que los videos. -          ¿Cómo dices que se llama? -          Pornografía amigo. Pornografía. -          No creo que aquí se pueda ver. -          No, te imaginas! Huh! Yo hubiera visto miles. Eso estaría bien. Tal vez así lograra calmarme. -          Supongo. -          Eres muy joven +, de hecho, me considero un pervertido por contarle está a un joven de 15 años, pero al menos sabrás que significa y no te tomaran por estúpido. -          Si. Tienes razón. -          No te preocupes, cuando salgas de aquí probablemente o eso espero  te eches una manuela por mí. ¿sabes lo que significa no? -          Si, ya me lo habías dicho- un poco apenado- -          No te avergüences, solo espero y no seas gay, no es malo, pero no quiero que me dediques una con un hombre. Si lo vas a hacer hazlo con una nalgona de esas que me gustan a mí. Aunque interrumpa tu orientación sexual por unos minutos. -          No soy gay! -          Ah…. Entonces eso está perfecto ¿no crees? (Presente) Jack estaba viendo unos cuantos videos, ninguno que llamara mucho su atención, parecían tan falso, lógico de estas páginas, las chicas eran muy bellas, pero podía autosatisfacerse, era como si no sintiera nada. Comenzó a masajear su miembro y fue aumentando la velocidad, pero no pasaba nada, se sintió un poco frustrado, “esto no me ayudara a dormir”. Fue entonces que cuando iba  abrir otro video entro en otra totalmente distinta, en ella aparecía una nota roja de algún periódico; encuentran a mujer de origen mexicano  en el desierto, violada y asesinada a las 9 p.m. de ayer. Autoridades sospechan que fue quien lo llevaría a la frontera, se encontró su cuerpo dentro del camión y sin huellas del asesino. No hay pruebas de semen, pero espera encontrarlas en el vehículo. El gobierno de México pide todas las pruebas necesarias, abra una junta con el presidente de México y estados unidos para tratar el caso mañana por la tarde 4p.m. Las imágenes se encontraban claras en internet, la mujer estaba muy golpeada, su ropa interior debajo de las rodillas, tenía la mirada apagada, sin brillo, claramente había llorado, la fotografía de sus manos había indicado que había luchado en vano. Pero luchado. Y ese fue el detonante para Jack, se masturbo mientras veía las fotos, la última imagen lo había llevado a su límite y termino corriéndose bruscamente. Respiraba con dificultad y vio su computadora. El terror lo invadió y la cerro de prisa. Se dirigió al baño a limpiarse, se sentía aterrado de él. “me masturbe con una muerta”. “pero nos gustó Jack”-hablo una voz calmada dentro de su cabeza- talvez deberíamos hacerlo luego. Pov Me acosté en mi cama un poco intranquilo, estaba temblando ligeramente, quería dormir y olvidar, pero al cerrar los ojos en mi  mente las imágenes de aquella mujer sin vida seguían presentes. , me sentía mal por lo que le ocurrió pero entonces recordé lo bien que se sintió,  era una sensación extraña, verla tan… dios soy un enfermo. Nunca debí salir del hospital. Soy repulsivo. -          Pero que bien se sintió – aquella voz oscura resonó en mi mente- ¿acaso me lo vas a negar? -          Yo. No lo hare- es lo que dijo en mi mente- no lo hare más. -          No puedes engañarme, soy parte de ti, te conozco. -          No me conoces, solo mientes, largo de mi cabeza. -          Soy tu verdadero yo, soy como tú, se lo que piensas, lo que sientes, lo qué quieres. -          No sabes nada de mí… -          Yo lo sé  todo de ti, somos uno mismo- grito- ¡tú y yo nunca nos vamos a separar! ¡Entiéndelo! ¡Nunca me vas a alejar! -          ¡Déjame en paz!- grite. Notando que hacía eco en mi habitación pero no me detuve.- deja mi mente, es mía… no te pertenece… -          ¿crees que puedes decidir?, ¿Qué vas a hacer?, ¿Quién te va a ayudar? ¿tomaras medicamentos? Ya sabes lo que pasa cuando lo haces…. Tu y yo lo sabemos... no soy tu enemigo… - me susurro lentamente para que pudiera gravarme esas palabras, él tenía razón, no podía tomar medicamentos- no puedes dejarme, y aunque me lo pidas no lo hare. -          Yo…. Ya no puedo… - mi voz era tan débil como un susurro, pero no importaría que gritara, pensara o susurrar; aquella voy siempre me escucharía. -          No tienes que hacerlo solo Jack- me hablo con un tono más calmado-. -          ¿no?- sé que no debo hacerle caso, pero en estos momentos necesito una mentira piadosa-. -          No… puedes confiar en mí, sabes que de todas las voces, muertos o tu doctora, yo soy el que realmente te conoce, nadie más… yo se tus pecados… tus fracasos... tus triunfos… los que has hecho… no puedes dejarme… tu solo tienes que confiar en mí. -          Yo… -          ¿confías en mi Jack?-me preguntó más calmado, como si nunca hubiéramos gritado- -          Si. -          Entonces déjame estar un momento en ti… -          Pero… ¿qué vas a hacer? -          ¿confías en mí?, no te hare nada malo… -          Está bien, pero no salgas de la casa ni llames la atención de los vecinos. -          No te preocupes… yo voy a arreglar todo esto… -          Está bien.- con eso cerré los ojos y sentía como iba durmiendo, aquella voz tomaría el control de mi cuerpo, yo estaba cansado, me permití por un momento creer en las voces, algunas me gritaban que era un error, otras decían cosas sin sentido, pero no le tome importancia. solo dormí. O eso es lo  que sentía-.     Me desperté y el cuerpo me dolía, me acerque a el espejo de cuerpo completo que estaba en mi cuarto y  note que no tenía camisa, en mi pecho había un gran moretón, mi manos estaba sucias y aparecieron marcas como si me hubiera golpeado con la pared “mierda, le dije que no quería tener marcas”. Me sigo viendo en el espejo y me inquieto. “ahora estas muy callada perra”. Suspiro y me meto a bañar, no tiene caso enojarme, aquella voz no me quiere hablar, tal vez sea lo mejor, algún día me dirá que mierda hizo mientras yo estaba inconsciente. Al salir de bañarme aquella mujer de la laguna  estaba sentada en mi cama, viendo hacia la ventana. Me tense y trate de hablar pero ella fue más rápida. Aun sin dirigirme la mirada comenzó a hablar.   -          Gracias. – me dice con un tono calmado-. -          ¿Por qué?- le pregunte algo desconcertado- aun no pongo la veladora hoy ira a comprarla. -          Se lo que hiciste- me dijo con simpleza- yo te vi. -          ¿de que estas hablando?- le pregunto algo preocupado- no sé de qué hablas. -          Anoche estaba en la laguna, danzando con el viento, llorando de tristeza y felicidad. Porque por fin podría ver a mi hija. – me miro entonces-.y entonces te vi. parecías otra persona, no me pudiste ver tal parece. Así que te seguí… -          “¡que mierda hice!” -          Ya no necesito la veladora… ahora puedo ver a mi hija cuando quiera… por eso vine a agradecerte. -          Yo… ¿Qué fue lo que hice? -          - me miro por unos segundos como si fuera a acomodar sus ideas, pero entonces me sonrió cálidamente- nada malo cariño, nada malo. Solo recuerda que me has ayudado. Y eso es lo que importa. Ya no te molestare. Supongo que eso está bien ¿no crees? Cuídate mucho Jackson. -          ¿Cómo sabes… que paso? -          Cariño- se acercó a mí y me toco el pecho y me susurro al oído con esa voz dulce que en algún momento tuvo en su vida humana- tú me salvaste. Solo eso necesitas saber. -          Por favor… tienes que decirme que fue lo que paso ayer… -          - me miro con esos ojos profundos sin brillo y me dio un beso helado en la mejilla izquierda- tu ayer Jackson fuiste todo un caballero. Fuiste mi caballero de la justicia, con tu armadura de plata rescataste a la princesa de las garras del rey malvado. Para que yo pudiera vagar por las praderas de la libertad. -          Yo… no entiendo… -          Pero el sí. – entonces se desvaneció de mi habitación-. -          ¿Qué mierda fue lo que hice?...no…. ¿qué mierda fue lo que hiciste?- dije casi en un susurro, mire mis manos y un escalofrío recorrió mi cuerpo- ¿Qué paso?   Me pongo ropa de lo más común, unos pantalones oscuros y camisa negra y unos tenis negros Nike. Bajo a prepararme el desayuno, algo ligero, casi sin importancia, sigo reflexionando las palabras de aquella mujer. Me duele la cabeza. No recuerdo nada. Al terminar me froto con las manos la cara. Estoy agotado y fastidiado. Me acerco a la computadora y no hay nada interesante. Sinceramente no quisiera usarla, me trae malos recuerdos. Pero no sé qué hacer. Tengo un mal presentimiento. Miro mi casa y decido apagar la computadora. Busco artículos de limpieza y comienzo a limpiar la sala y cocina. Termine d limpiarla en 3 horas, ahora todo estaba reluciente y olía bien. Cuando iba  air a los demás cuartos note que había una puerta en el suelo. Dejo las cosas y busco la llave, la encontré después de un rato en un cajón de la cocina. La abrí y el olor a humedad salió, era estrecho y oscuro. Baje lentamente las escaleras con un poco de miedo. Al llegar al final de las escaleras había un interruptor. Al encenderlo casi vomito. En el fondo de la habitación se encontraba el cadáver del señor  Patrick. Estaba tan golpeado y tenía un corte en la garganta. Mi respiración era agitada y mi cuerpo comenzó a temblar. Quería correr, pero mis piernas no tenían fuerzas, me sentí aterrado, mi pecho me dolía y mi visión era borrosa, como si no pudiera ver bien. Como si estuviera mareado. Quería gritar, pero mi voz parecía escaparse. Lo único que podía sentir eran mil latidos acelerados. “no supe donde esconderlo”- me susurro aquella voz-“no te enojes conmigo, solo que no sabía en donde dejarlo”. Quería decirle de que estaba hablando, quería reclamarle, pero no podía hacer nada, el pánico se estaba apoderando de mí. “él se lo merecía Jack… lo merecía… mira como estaba feliz aquella mujer… hicimos lo correcto”.- me susurraba. Mis otras voces me hablaban más lentamente, algunas con frases de aceptación, unas atemorizadas, de preocupación. Pero todas  decían las mismas preguntas al final. “¿Qué vamos a hacer ahora?, ¿qué pasa si lo buscan?, ¿cómo lo lleve aquí? “él lo merecía, debemos esconderlo, lejos de aquí”, “se nos acaba el tiempo”, “¿Por qué lo hice?, ¿iremos a prisión? -          “no, no iremos a ningún lado”- dijo la voz oscura- “tenemos que esconderlo” -          (las otras voces comenzaban a opinar) - ¿Dónde?, nos atraparan, que estúpido, encontraran el cadáver y nuestras huellas, nos van a encerrar, nos medicaran, ¿Qué vamos a hacer?, ¿esto es un sueño? -          “Tardaran en subir a las cabañas, tenemos tiempo de ver donde lo dejaremos” -          *la policía vendrá, no conocemos el lugar, estamos perdidos, ¿Por qué lo hiciste?, le prometiste no salir de la casa, debemos escapar de aquí… -          “no, arreglaremos todo esto” -          *¿y cómo lo haremos? Tenemos vecinos… ellos pueden saber… ellos ya llamaron a la policía y están detrás de nosotros… nos van a encerrar otra vez. -          “no han llamado a nadie, no estaban. Aun no llegan. Tenemos tiempo. -          *¿entonces qué hacemos? -          “Vayamos a la ciudad… tenemos dinero ahora… y veremos donde arrojarlo”. -          Debemos arrojarlo a la laguna- dije, mi voz templaba- . -          “ahí lo encontraran” -          Esto es tu culpa!!!, mira lo que hiciste!, ahora tenemos un muerto , la policía nos va a descubrir si se queda aquí!!, nunca debí confiar en ti… eres un enfermo -grite enojado, mi voz era dura, estaba enfadado. -          “No me culpes de esto… yo no soy el enfermo… ese eres tu…” -          Que mierdas estas  diciendo… -          Tú querías matarlo o ¿me lo van a negar?, tú querías eliminarlo. Sabias lo que pasaría y aun así me aceptaste. -          Eso es mentira no quería que muriera. -          Si lo querías, y yo solo lo hice por ti… ahora hay que deshacernos de él. -          Esto no debería estar pasando- exprese enojado- -          Pues admítelo… te gusto… te gusto hacerlo... lo disfrutaste tanto como yo.  -           No es verdad. -          Somos asesinos Jackson. No puedes negarlo. Y eso está bien. ¿O ya olvidaste a Jennifer? Todo lo que hago, lo que hacemos… está bien Jackson. Será nuestro secreto… solo tenemos que enterrarlo lejos de aquí…   Al salir para tomar un autobus y recoger mi tarjeta de credito una pregunta resono en mi mente.¿como lo hice?  
ecos en las montañas
Autor: Natalia  441 Lecturas
Me sentía tan abrumado, confundido y desesperado, camine hacia mi cuarto para tomar mi billetera. Sentía que las voces discutían en mi cabeza pero simplemente las ignore, seguí caminando hasta la parada de autobuses, tuve que esperar cinco minutos para que el autobús llegara y me subí. Me fui hasta al fondo y sentí un frio que cala los huesos, rara vez me ha pasado, pero ahora sentía que moriría. El viaje parecía eterno, miraba hacia la ventana que tenía a mi lado derecho, todo blanco y puro.se me revolvió el estómago de solo recordar el cadáver del señor Patrick, tan herido, me siento terrible y no sé qué hacer. Una parte de mi me dice que tengo que entregarme a la policía, me encerraran en un hospital psiquiátrico de por vida, “carajo solo llevo aquí unos días y ya estoy jodiendome”. Pero por otra parte me dice que no volveré al hospital, solo tengo que eliminar el cuerpo. Tan lejos como sea posible ¿y cómo lo llevo si no tengo auto?, ¿Qué pasa si los vecinos vuelven?, ¿debería enterrarlo en el bosque?, ¿debería arrojarlo en la laguna?, ¿debería dejarlo en mi sótano?, ¿la policía vendrá a las cabañas a preguntar su paradero?, ¿Cómo lo mate?, ¿de dónde saque esa fuerza?, ¿Por qué no recuerdo aunque sea un poco?, ¿Qué pasara si sospechan de mí? Fue entonces que me sentí aliviado y casi relajado, “nadie me conoce, solo me vio el señor del supermercado, nadie relacionaría su muerte conmigo, lo único que tengo que hacer es deshacerme del cuerpo y mi vida seguirá bien, tomare mis medicamentos, la doctora nunca sabrá que paso, ni los vecinos. Además él lo merecía, él era un asesino, le destrozo la vida a alguien, y ella vino a agradecerme, yo la salve. Cuando encuentren su cadáver dirán que probablemente un  animal lo ataco. “Pero la garganta… tiene un corte… sabrán que no fue un animal, y entonces vendrán a interrogar”. Debo ser cuidadoso, mi presencia tiene que ser mínima, solo tengo que ir a comprar las cosas que necesito, no retardarme. Aunque ir a comprar  cosas como esas ¿levantaría sospechas?, mejor dicho ¿Qué debo comprar?, “mis medicamentos” Baje de prisa y una oleada de calor invadió mi cuerpo, había policías por todos lados, la gente que pasaba por ahí tenían la mirada asustada, los niños no estaban en las calles, se sintió tan abrumado e intento escapar, hasta que vio a un oficial hacerle una señal para que lo siguiera, el pánico se apoderaba de él, sabía que no podía correr, así que camino hacia el oficial. -          ¿Qué pasa oficial? – pregunte un poco nervioso- -          ¿de dónde eres?- me pregunto el oficial. En su placa decía Derek. Tenía al menos unos 35 años, delgado y de raza negra. -          Soy de las cabañas señor. -          ¿Vienes de vacaciones? -          No, vengo a quedarme ahí… -          ¿en serio? Hace cuanto que llegaste. -          Unos dos días. – mis manos estaban temblando y las oculte en mi sudadera. -          Escucha, ayer se reportó la desaparición del dueño de la mansión Grey. Patrick Grey. -          Oh… -          ¿Lo conocías? -          No.   “muy bien”. “niégalo todo” -          ¿estás seguro? -          Si. Seguro.   “así es… no pueden culparte, se supone que son tres días de desaparición”   -          Señor- le digo un poco confundido- ¿no se supone que son tres días para iniciar la búsqueda de desaparición? “no levantes sospechas”   -          Bueno. Ya sabe. Probablemente tuvo que irse a otro lado. -          Es también pensé yo, pero en su mansión hay registro de actividad forzada. -          ¿cree que robaron su casa? -          Bueno la familia cree que se trata de un secuestro. Todas las pertenencias están ahí menos él. Y encontraron su sangre.   “Esto es malo, debemos irnos”   -          Bueno oficial. Si veo algo raro me daré una vuelta por la comisaria. ¿Tiene alguna foto? -          Si.- me enseño la foto de Patrick y me sentí algo mareado-. -          ¿Está bien joven? -          Si claro. Bueno si escucho algo llamare a la policía. Gracias por informarme. -          De nada deberías de cerrar bien tu casa. No queremos más casos como este. En especial desde hace tantos años. Este era un lugar seguro.   “perfecto, sigue así, tenemos que irnos”   -          Con su permiso oficial. – camino lentamente hacia el supermercado suspirando aliviado-   “Lo hiciste muy bien”. “tenemos que darnos prisa”   Las voces parecían más entusiastas y relajadas al igual que yo, la policía era lo que más me preocupaba y ahora era un obstáculo menos. Mire al cielo mientras caminaba y era tan despejado. Algunas aves volaban tranquilos. Lo que más le llamo la atención fue un pájaro rojo que estaba quito en las ramas de las plantas que se encontraban en la puerta. Estaba quieto y sereno. Nunca había visto un pájaro así. Ni siquiera sabía si era normal que ese tipo de pájaro estuviera ahí. Seguí mi camino y tome cosa que ni siquiera necesitaba, pero si el oficial lo viera de nuevo pudiera sospechar. Tome un pedazo de carne y me dirijo a la caja. Ahora atiende una mujer  regordeta, de pelo castaño. Salgo de prisa y me dirijo a los autobuses que van a la ciudad. El trayecto es largo. Después de 50 minutos llego a la plaza principal donde busco mi tarjeta. Son 20 minutos para la autorización, revisiones. Me voy hacia la plaza y compro una pala, semillas de flores, no miro cuales, por qué sé que no las necesitare, simplemente son distracciones. Compro una bolsa de ajo. Desinfectantes, cepillos, unos guantes. Estoy a punto de irme y veo unas tijeras de jardinería  que serían muy útiles. La persona que me despacha es una joven de 27 años de raza negra muy bonita. Con agilidad empaqueta mis cosas y me cobra. Todo fue directo y rápido. Sus ojos negros me miran y le sonrió. A lo que ella hace lo mismo. -          Disculpa. ¿Cómo te llamas? – le digo-.-          Me llamo Casandra ¿y tú?- me sonríe-.-          Esteban- es el primer nombre que se me viene a la mente-. -          Un gusto esteban. Nunca había visto a un albino-.-          Y yo nunca a una mujer tan hermosa. -          (la miro sonrojarse)-bueno gracias. – respondió tímida. -          Soy nuevo por aquí. Y sinceramente me siento afortunado. -          ¿de verdad? ¿Por qué?-          Porque es mi primer día, y estaba algo incómodo, pero tu mirada me alegro el día. – respondo atrevido, algo que nunca hago, pero es ahora que necesito el poder de la seducción, necesito una cuartada-.-          Vaya, todo un atrevido.-          Lo siento pero no puedo evitarlo. No con alguien tan hermosa. -          ¿Vives por aquí?-          Soy de hallfrost. Me acabo de mudar hace unos  días a las cabañas. -          Vaya. ¿De vacaciones? Escuche que muchos estudiantes van ahí a pasar el rato. Ha disfrutar de la laguna. -          No, yo viviré ahí. Me alegra que dijeras laguna, sabes creí que era rio. Todos lo decían. -          Si son muy estúpidos (sonrió) -          Pues si gustas algún día ir, con gusto... cuando tú quieras. -          Bueno… gracias.  -          De nada. Mira te doy mi correo. Avísame cuando vayas. ¿Qué te parece?-          Excelente.   Le doy mi correo y me marcho. Al principio creí que esto era estúpido, pero asimilando la situación era lo mejor. Una cuartada. Una chica y un cadáver. Ahora tenía que hacer mi siguiente movimiento. Esa chica iría pronto lo presentía. Y entonces la expedición para esconder el cuerpo seria sencilla, sin levantar sospechas. Parecería una  cita, obtendría el lugar. Y cuando todo estuviera oscuro me llevaría el cadáver y las voces callarían. Entonces tuvo una idea. Salió corriendo del garaje y tomó los desinfectantes, limpio el auto con severo esmero, seguía tallando hasta asegurarse de que no quedara ni un rastro de sangre. Revisó todo dos veces más, cuando pensó que todo se veía en perfecto estado dejo el garaje. Respiraba con tranquilidad cuando escucho aquellas voces resonar en su cabeza “todo saldrá bien” “somos muy listos como para que nos atrapen”. Suspiro y se recostó en el sillón, encendió la computadora y reviso su correo, nada aun. No quiso entrar en pánico y salió a caminar un momento alrededor de la laguna para despejar su mente. Cuando estaba a punto de llegar se encontró con una bella chica de pelo rubio que le cubría la cintura, su vestido largo y morado le llamaron la atención, estaba descalza y tenía los ojos cerrados. No se movía y parecía estar pensando en algo muy importante, su rostro reflejaba concentración, su piel estaba pálida, no era su tono natural claro estaba, el frio ese día era terrible, como si te echaran una cubeta con hielos. Se quedó a contemplar su belleza un momento más, hasta que aquella señorita empezó a llorar sin abrir los ojos, hablo firmemente y parecía sonreír un poco, como si hubiera recibido una noticia que había estado esperando dese hace mucho tiempo. Pronuncio tan delicadamente y en su voz se  escuchaba la monotonía -           “Por fin eres libre, has encontrado quien te diera la paz que tanto merecías que hoy a la laguna nos has vuelto a llorar, tus lágrimas derramadas a esta laguna no  llenaras, por las noches tu lamento ya no escuchare más, ahora danzas tranquila por el bosque y feliz por encontrar tu razón de estar aquí aun, que te vaya bien querida Catherine, espero y algún día dejes el mundo de los vivos y goces del nuevo mundo donde perteneces”. Una brisa helada rodeo a Jack y  aquella chica, del otro lado de la laguna se encontraba la mujer del lago sonriendo débilmente, asintió al ver a Jack y se alejó de aquel lugar para siempre, convirtiendo así en un pájaro rojo. Emprendió su vuelo con total orgullo y belleza, aquella chica abrió los ojos y al ver al pájaro volar sonrió. -          Adiós Catherine – se giró hacia su derecha y encontró a Jack viéndola.   Primero no le tomo importancia estaba dispuesta a irse, pero el frio era demasiado, quedo inconsciente y Jack la tomó en sus brazos sin decir una palabra. La cargo y la llevo a  su casa. Le limpio los pies y rostro estaba helada. Si no la calentaba pronto moriría. Encendió la chimenea y junto el sillón hacia ella, la tapo con mantas y espero a que estuviera nuevamente estable de temperatura. Se dirigió a las cabañas y toco las puertas esperando respuesta. Nadie abrió. “no hay nadie ¿qué hacemos?”, “si descubre nuestro secreto iremos a prisión” “debemos sacarla de nuestra casa” “debemos eliminarla”, “nadie se dará cuenta” -          No. –dijo firme- no le haremos daño -          “¿y si despierta?” ¿Qué haremos? -          La llevaremos a su cabaña- camino hacia su casa- no la tocaremos. -          “te interesa ¿no es así? -          Solo déjenla- dijo con una voz firme- no le haremos ningún daño. -          “de acuerdo” Las voces callaron y entro a su casa. Se bañó y cambio. Al bajar la chica seguía dormida, le toco la frente para saber si su temperatura había regresado a la normalidad. Efectivamente estaba bien, suspiro aliviado. Miro la puerta del suelo y tomo un tapete grande negro y lo coloco encima de él. La contemplo durante minutos, su rostro bien definido y cuerpo delgado, pestañas largas y abundantes. Miró su cabello y uñas, con la mirada gravo todo de ella. Se sentía como un acosador, cualquiera que lo viera diría eso. Pero él estaba intrigado “¿ella puede ver  a los muertos?” ¿O solo escuchar los lamentos? No entendía que ocurría, no sabía si había escuchado mal, no entendía el por qué ella estaba en la laguna, descalza en la nieve. ¿Qué quería probar? ¿Por qué sus amigos no estaban ahí? ¿Por qué decidió estar ahí sola? La gente hace cosas estúpidas, por amor, odio, por tantas razones que no valen la pena. Tal vez  pensaba así porque conocía el odio y el amor, tal vez porque sabía que cual era el sentimiento más fuerte. Siempre había amado a su doctora, no de una manera romántica, la consideraba una buena mujer, como la madre que siempre quiso tener. Conocía el odio, todo lo que iba dirigido a sus padres, ellos lo abandonaba siempre que tenían la oportunidad, cuando descubrieron su enfermedad lo encerraban en su habitación si darle de comer, y cuando lo hacían lo trataban como un animal con alguna enfermedad contagiosa. Recordaba cuando sus padres lo encadenaron en el jardín, era verano y calor insoportable, era una sensación horrible y sufrió mucho, por eso cuando recibió la noticia de que murieron se sintió tan tranquilo, la gente decía que ocultaba su dolor, pero el por dentro era tan feliz, tan lleno de esperanza. Claro, que al ingresar al hospital tuvo que mentir. “y gracias a eso soy libre ahora”. En parte, la mayoría de sus cicatrices fueron hechas por sus padres, al maltratarlo tanto. Con solo 11 años ya estaba totalmente desnutrido y herido, sus padres lo llevaban al médico muy rara vez y l decían que él se provocaba todo eso. Y si el no asentía al llegar en casa lo matarían. No sabía porque se aferraba tanto a la vida. Si era una mierda en ese entonces. Estaba jodido. Morir era la mejor opción. Pero sus padres no le darían ese privilegio. Respiró intranquilo y recordó cosas positivas “ahora tengo un doctorado” “un loco estudiando psicología, vaya mierda”. Tras años estar encerrado encontró lo que le gustaba, leía lo que le ocurría a él y a otras personas con trastornos, ver el comportamiento. Su doctora le enseño más de lo que él esperaba, “un psicólogo asesino”. Giro su cabeza hacia la chica y ella estaba sentada mirándolo fijamente. El la miro igual y trato de hablar. -          ¿Cómo estás? soy Jackson tu vecino, estabas inconsciente y te traje a m cabaña, nadie estaba en la tuya. -          Ella le miro y asintió- -          ¿tienes llaves? -          -ella negó- -          Entonces creo que te vas a quedar hasta que lleguen tus amigos. -          Asintió-. -          Bueno yo…voy a preparar algo de comer ¿quieres? -          Si. Te ayudo. -          No, acuéstate debes de recuperar más calor. -          ¿seguro? -          Si. -          Tú también la viste ¿no? -          ¿de qué hablas? -          A Catherine. -          Oh. No. No había nadie en la laguna. -          Le miró y se volvió a acostar- tal vez soñé. -          Si, tal vez. Estaba preparando paella y escucho en su mente “¿cómo estás seguro de que no es una trampa?” -          De que hablas. No entiendo- dijo mentalmente. -          “te lo diremos más claro” “¿Cómo estás seguro de que esta es una alucinación?   
compañía "nueva parte"
Autor: Natalia  345 Lecturas
Mi vida es un desastre y no es mi intención engañar a nadie, no pretendo llamar tu atención, soy simplemente una sombra, algo de lo cual me sentía orgulloso, podía vagar en mil lugares distintos y la gente no me notaria, seria invisible ante sus ojos y eso estaba bien para mí. Incluso mi nombre no era pronunciado por nadie que no fuera el propio viento. Mi vida fue de lo más sencilla mi presencia mínima a veces me ayudaba a alejarme de las vergüenzas, decepciones, nunca espere nada de nadie. Ni siquiera de mí. Mi vida es un desastre ahora, ¿Por qué? Tal vez eso es lo que más me enfada. Siempre me considere una persona independiente, libre de ataduras. Sin necesidad de obedecer a nadie, seguir el ritmo de los sonidos del aire y dejarme impulsar por las corrientes del viento. Ahora me encuentro atrapado entre la luz y sombra, no puedo brillar y tampoco puedo ocultarme, es muy  incómodo estar a la deriva, ¿lo peor? Tengo que elegir de qué lado me quedare para siempre. Tal vez no fuera una decisión difícil, lo más seguro era que me fuera en el lado de las sombras y esfumarme, pero ya no es tan sencillo. Y todo porque durante un año viví en el lado de la luz donde encontré otro significado para mi existencia. No sé qué camino escoger. No sé si volver a mi hogar. O empezar uno diferente. Un año antes *Escucha Kian tu actitud ya no está permitida en esta corte. Debes salir al mundo exterior no todo el tiempo va a ser así de fácil. Necesitas salir un poco más y convivir con personas de tu edad – una mujer de larga cabellera negra y lacia hablo, mirada que  hipnotiza a cualquiera que la ve y de tez blanca como la nieve. Su edad era indefinida realmente para las criaturas de las sombras, posiblemente si algún humano la viera pensarían que tiene 30 años, pero realmente esa mujer tenía más de un milenio  existiendo. *aquí también hay personas de mi edad. Tengo a mis amigos. Además quiero quedarme aquí, este lugar es cómodo. – Expresó con enfado-. No quiero irme. * Solo será por un tiempo. No es la gran cosa. *¿Cuánto tiempo es?- preguntó enojado-. * un año, no me mires así, es una oportunidad asombrosa vivirás como una persona. * Pero yo no quiero ser una persona soy una sombra. No un ser humano. * ¿A qué le tienes miedo?, ¿Qué es lo que te preocupa? * No me preocupa nada no se dé qué hablas, solo entiende soy una sombra, eso e solo que soy, no soy luz, ni un humano. Mi vida es simple ¿Por qué debería de complicarme la existencia?, ¿Qué es lo que gano? *¿Y qué es lo que pierdes?- le dijo con una sonrisa cálida- no lo has intentado ni una sola vez. * claro que si – susurró – y es por eso que no quiero hacerlo de nuevo. * hazlo por mi ¿sí? Solo un año. Si no te agrada volverás al reino de las sombras. Si gustas te puedes quedar ahí. Es una oferta que ninguno de aquí se negaría, ¿sabes cuantas sombras quieren salir al mundo de la calidez? *pero yo no soy como ellos- respondió enojado- *Exacto y es por eso que la oferta fue para ti- se dirigió a mi despacio con su sensual figura- la oferta es tómala o tómala cariño. El tiempo se agota. Debes marcharte ahora. *¿Ahora?, ¿no voy a despedirme? * No cariño, es el momento de que escojas tu futuro- lo tomo del brazo – ahora que tienes un siglo y debes elegir muy bien si te quedas aquí  o te marcharas. *pero… ¿usted se arrepiente de haber escogido las sombras?-pregunto interesado- *cariño no sabes cuánto… * ¿Y por qué no se ha marchado?-la miro confundido- *Por qué ha a las sombras solo se les da una oportunidad en toda su vida. Solo vivimos de recuerdos Kian, eso somos las sombras. Recuerdos. Pasado, algo que preferimos ignorar. Por eso solo tenemos una oportunidad. *¿Y los de la luz? * Ellos son tema diferente a nosotros, ellos no eligen a las sombras. Aquella mujer lo apretó con fuerza y Kian se sintió muy cansado, sabía que estaba a punto de irse del reino de las sombras. Pero alcanzo a escuchar a aquella hermosa mujer. ·         Ellos no eligen a las sombras, por que vivir aquí es como un castigo para ellos, una maldición, su perdición.  Cuídate. ·         Mamá…   Y con eso quedo inconsciente. El mundo de los humanos es muy diferente, es engañoso y manipulador, colorido y lleno de paz. Todo depende de cómo actúes. La oscuridad que me rodea se siente tan reconfortante, mas sin embargo todo es silencioso. No hay ruidos. No puedo moverme. En unos instantes todo comienza a aclararse, lo cual me incomoda un poco, pero no podía irse. ·         ¿hola? ¿Dónde estoy? Una mujer de apariencia de 24 años salió de la luz, tenía el cabello dorada cual oro, la piel banco como si no tuviera vida, sus ojos eran de un color amarillo intenso, portaba un vestido largo color naranja adornado con flores de la primavera, lo rodeo y lo observo con paciencia, veía aquel joven como si lo desnudara con la mirada. Sonrió como si algo le pareciera gracioso y finalmente se colocó a unos centímetros de su cara. -          Me llamo  Luxian, soy la guardiana de la puerta del mundo humano. Todas las sombras o luces que quieran pasar por aquí deberán conocer las reglas, aceptarlas y después pasar. Tú eres aceptado, un buen candidato para asar y convertirte en humano. Pero primero tengo que leer las normas. La señora del palacio de las sombras me dijo que tenías que poner atención a las reglas. Al parecer no estás tan interesado. -          Así es, no quiero ir. Mi lugar está aquí. En las sombras. -          Lo lamento, pero tu lugar ya está ahí. Te voy a leer las reglas: 1.- no revelar tu identidad a los humanos. Ya sabes no debes andar contando que eres una sombra. 2.- no usar magia. 3.- no poner en peligro a otras criaturas.   -eso sería tu expulsión, jamás volverías al mundo de los humanos. ¿Entiendes? Esos es todo .sencillas ¿no? Que te diviertas en el mundo de los vivos. -pero ¿adónde a voy a ir? Al cruzar la puerta te integraran a tu zona de descanso. Te darán una nueva apariencia. Serás normal como los humanos. Bueno, casi.   -          Yo… -          Vamos hombre no estés nervioso, ¿Cuántos años tienes? -          Cien. -          Vaya eres tan joven, es por eso que estas tan asustado. -          No creo que eso tenga que ver. -          Tiene mucho que ver, yo tengo más de dos siglos aquí trabajando. -          Vaya… -          Bueno. Espero y disfrutes.     Lo llevo durante 2 minutos caminando y encontraron una puerta negra con oro y plata. Tan grande como un edificio, era ridículo verlo, pues solo estaba la puerta y nada a su alrededor. Aquella bella mujer saco una llave dorada y abrió la puerta, todo era oscuro, como si fuera un agujero negro. Kian dudo en entrar, pero no sería un cobarde. “ya estoy metido en este enredo, ahora debo acabar con esto”. Camino dentro y sintió como unas manos acariciaban su cuerpo, se sentía avergonzado, pero lo amarraban y sujetaban con fuerza, sintiendo como su cuerpo cambiaba, sentía que ardía, era una sensación desagradable. No estaba acostumbrado al calor de la luz, todo en el mundo de las sombras era frio lo cual le agradaba. El mundo sería diferente. Para bien o para mal. Se despertó un poco mareado, se levantó y se sostuvo de una pared. Al normalizarse miro a su alrededor, estaba en una habitación color café. Una cama individual, un ropero y una televisión. Todo se veía tan extraño, nunca había visto una tv, no es como si lo necesitara. Vago lentamente por la habitación y encontró un baño pequeño. Supuso que eso estaba bien. Se detuvo al ver que la cocina era blanca y un poco exagerada en cuestión de la iluminación. Tuvo que apagar algunas lámparas para no sentirse tan atrapado en la luz. “realmente quiero volver a casa”- pensó triste- . Todo estaba tan pacífico y silencioso, se sentó en el borde de la cama y se puso a reflexionar sobre la situación. Estaba acostumbrado a platicar con sus amigos, su familia. Y ahora se encontraba en esta habitación, solo y desorientado. No sabía qué hacer, no sabía si aquel sitio seria su hogar de ahora en adelante. Pero de una cosa si estaba seguro. Extrañaba su hogar. “quiero ir a casa”. Sin darse cuenta se había quedado dormido, sus sueños fueron recuerdos de su infancia. Se despertó al sentir que había una discusión. Se levantó como loco y miro a todos los lados de su habitación. No había ruido. Se quedó un rato en silencio y escucho un ruido del otro lado de la habitación. Sabía que algo malo estaba ocurriendo “ventajas de ser una sombra” salió de su habitación y cuando iba  a tocar  a la otra puerta esta se abrió de golpe, revelando a un hombre de unos 38 años, con la cara roja de coraje con una mano sujetaba el arma y con otra sujetaba a una mujer de unos 30 años; estaba sudando  y lloraba, su pelo largo negro estaba en las manos de aquel sujeto, ella era delgada y pequeña. -          Basta por favor, me estas lastimando- exclamó ella con angustia y miedo- -          Te dije que la comida la quería caliente maldita zorra. – dijo enojado- ¿Por qué no puedes hacer nada bien? -          Ya te dije que lo siento- lloraba –déjame -          ¡hey! Suéltala imbécil- exclamó furioso –   Aquel hombre miro a Kian su expresión era de enojo puro, le apunto con el arma y furioso le gritó -          ¿Quién eres tu para decirle que hacer con ella? Regresa a tu cuarto o te meteré una bala en esa bonita cara. -          Dispara si quieres- le dijo con un tono de burla, hasta que su mirada se volvió dura. Y con sus ojos verdes como aceitunas le miraban penetrándole el alma – pero si fallas yo te matare a ti. -          ¿Te crees muy valiente? Ella es una estúpida. -          ¿Por qué no te sirvió la comida caliente? Tú eres el inútil por maltratar a una dama. Deberías prepararte la comida tu.- le dijo con odio- -          Es una mujer y esta para complacerme. Tú no te metas. -          Y tú eres un imbécil que si no la suelta te hare pagar. Desearas no haber nacido. -          No te tengo miedo mocoso, no te metas en mis asuntos. Lizbeth entra a la casa ¡ahora! -          Basta por favor, ya no más, dije que lo lamentaba- dijo ella llorando, el pánico lo sentía Kian, se podía percibir a metros de distancia la mala vibra. -          Déjala ir- dijo sin rodeos-. -          Quédatela – arrojo a la chica en el suelo- veremos cuanto tiempo te dura tu actitud de valiente. – se metió a su apartamento y azoto la puerta. Kian se acercó a la joven y la ayudo a levantarse, con cuidado la llevo a su apartamento. Le dejo acostarse en su cama y comenzó a limpiar sus heridas. -          Gracias. Pero yo… -          No iras ahí. -          Pero…se enojara … -          Mira cómo te dejo ¿realmente quieres volver? -          No. -          Entonces quédate. -          No quiero ser una molestia. -          No lo eres, estas herida. Debes descansar. -          Yo… no puedo pagarte ahora por tu ayuda, pero en cuanto sane, yo… -          No te estoy pidiendo que me pagues… -          Entonces ¿Por qué me ayudaste? -          Porque no tolero ver a las mujeres llorando. -          Eres muy bueno, hace mucho que los hombres perdieron la amabilidad. O supongo que tengo mala suerte. Siempre he escogido gente mala para mí. -          ¿y por qué lo haces? -          Porque me siento sola, abandonada, porque torpemente pienso que el cambiara y me a amar como cuando éramos jóvenes. ¿soy muy estúpida no? Soy una mujer de 30 años contándole sus problemas a un joven de 20. La vida sí que es extraña. -          ¿Por qué no lo dejas? -          Porque tengo miedo. -          ¿de qué? -          De quedarme sola. Este mundo no es color de rosa, siempre lo he aprendido a cualquier lugar que vaya es lo mismo. La gente es muy mala. Parecen demonios. Lástima que nunca me haya topado con un ángel. Supongo que si pasara ya estuviera a punto de morir. ¿tú crees en esas cosas? ¿piensas que estoy loca? -          No. No pienso que está loca. En este mundo hay ángeles y demonios. -          Eres un joven interesante. -          Yo creo que debería alejarse de ese sujeto. Tal vez esta vez encuentre a su ángel. O un buen demonio. Ser demonio no significa maldad, creo que son guardianes ocultos. Él es una porquería de persona. -          Creo que tienes razón- me sonrió- tal vez por esta ocasión pueda escoger bien-. Aquella  mujer se quedó dormida y Kian la contemplo, su cuerpo maltratado, su ropa rasgada, tan vulnerable, le dio una tristeza como nunca antes. “comienzo a tener emociones” el mundo humano es peligroso “quiero volver a casa”  Esto de ser humano es bastante incomodo, primero ¡tienes que salir a la luz! Es lo más incómodo del mundo. Todas las sombras que en algún momento salieron a la luz regresaban quejándose “es una sensación horrible” “prefiero la muerte a acercarme a la luz” “esto es estúpido”. No solo eso, sentía que su estómago estaba vacío y comenzaba a hacer ruidos extraños, primero se sintió avergonzado, después este sonido le molestaba. -          ¿Qué significa? – se sentó en el sillón de la sala molesto- ¿Por qué mi estómago se siente así? Pasaron unas horas y el malestar seguí ahí, prefirió dormirse unas horas. Al despertarse algo estaba extraño… “eso… ¿qué es? Se levantó despacio y miro a su habitación, la mujer no estaba. -          ¿Hola? ¿Elizabeth? -          Estoy aquí – le grito- Camino hacia la cocina y noto que aquella mujer estaba preparando algo. El humo salía pero parecía que a ella no le importaba. -          ¿Qué estás haciendo?- -          Cocinando. Me sentí mejor. Parecías incómodo y te hice algo de comer –dijo apresuradamente, bajo la mirada y sus orejas estaban rojas- es, mi pago por lo que hiciste. Por mí. -          Te dije que no te cobraba nada. – el olor seguía presente y eso hizo que a Kian empezara  a vagar por la cocina. ¿Qué dices que estás haciendo? -          Bueno, no pude hacer una buena comida, no tienes nada nutritivo. Solo carne y un trozo de lechuga. así que espero y te sepa rico, ¿no eres vegetariano verdad? -          No…- balbuceó- yo. -          Vamos come… -          Está bien. Se sentó y comenzó a observar su comida, tomo la cuchara y no sabía qué hacer, las sombras no comían como los humanos, ellos se alimentaban de recuerdos. Se sintió nervioso y comenzó a despedazar la carne con su boca y manos, estaba cubierto de carne y dirigió su mirada  a la mujer. Ella le miraba atentamente, kian sintió una vergüenza que nunca espero sentir en toda su vida. -          ¿Qué sucede?- hablo con la comida en la boca- -          Nada- miro a otro lado y sonrió débilmente- -          ¿tú no vas a comer? -          Si.- se sirvió un poco y se sentó a lado de él. Tomo su tenedor y cuchillo, lentamente y con firmeza corto la carne, -          “¿debería copiarle?”-pensó, tomo el tenedor y cuchillo he hizo los movimientos de aquella mujer- Ella tomo la carne con el tenedor y la llevo a su boca, luego la lechuga. No parecía complicado, él lo hizo igual. Aquella mujer tomo una servilleta y se limpió la boca. El hizo lo mismo. Se sintió apenado. -          ¿Estás bien?- pregunto ella- ¿de dónde eres? -          No me creerías… -sonrió- -          Creo que eres de un reino muy lejano… -          Así es -          No cariño, yo conozco a gente como tú. -          ¿de qué habla? -          Esta habitación, es ocupada solamente por personas que han logrado pasar del otro lado. -          ¿Qué? -          Soy Elizabeth Melody y yo era una integrante del reino de la música. – sonrió tristemente- sabes a veces me gustaría volver. ¿de qué reino eres tú? -          Pero… es… -          Leíste las reglas? ¿te las dijeron? -          Me… me las dijeron. -          Entonces déjame contarte que no hay problema conmigo. Yo era un miembro. -          ¿Por qué vives entonces de esta manera?  -          Porque incluso en el mundo de la luz hay pecado. 
Prólogo Mi corazón estaba agitado, mi respiración es errática. Mis pies estaban descalzos y con severas lesiones, miro a mi alrededor, se en que parte del bosque me encuentro, y es por eso que se que la única forma que tengo de llegar a salvo, es correr y esquivar las ramas de los árboles hacia el noroeste, para así llegar a la carretera, pero para conseguirlo debo  matar a la gente que me persigue. Asesinar, es algo que he hecho durante dos años, cuando conocí a Alana, esa chica de 23 años que me llevó a la oscuridad, esa manipuladora y asesina serial, refinada, siempre tan tranquila.  Con su traje de persona. Escucho los gritos de personas molestas, mi corazón bombea la sangre sin control. No me detengo, sigo corriendo sin importar el dolor y el cansancio, no quiero morir aquí, y menos por ellos. Mi vida le pertenece a Alana, solo ella puede arrebatarmela. Así como su vida me pertenece. Mi vestido se atora en la rama de un árbol, me es imposible sacarme de este lío, cada vez siento que mi vida está por terminar, pero entonces escucho a alguien gritar mi nombre de una manera desesperada, ¡Marine! Mi corazón se estremece, reconoce el llamado, mi mente reconoce la voz. Alana —susurro —has venido por mi… Trato de hablar, de grita pero no tiene caso, ella me encuentra, trae un arma de fuego en su mano derecha, con la otra mano sostiene un cuchillo de caza, traía puesto unos pantalones negros costosos,unas botas negras, y esa chamarra de cuero que le regale hace 2 años del  mismo color,su piel se ve mas palida por los rayos de luna que reflejan su piel, me mira con sorpresa al igual que yo, se acerca a mí sin dejar de mirarme, en unos segundos Alana corta mi vestido y me da el cuchillo, me mira preocupada, sin decir una palabra entiendo lo que siente y lo que debemos hacer. Mirate Marine, tú, una agente importante, una persona que seguía los principios. Ahora corriendo por su vida,¿disfrutaste  asesinar? —dijo Alana, en su mirada a se veía la alegría, no hacía falta que respondiera aquella pregunta.— ahora somos iguales. Tomó mi mano y la puso en su pecho, su corazón latía muy rápido, me sonrió de oreja a oreja. Yo siempre mantengo la compostura cuando asesino, es por eso que soy perfecta para el trabajo que hago. Porque no dejo que mis emociones perturban mi trabajo,siempre actuó de una manera hermosa, convertir a la gente en arte. Y hoy está latiendo tan fuerte que parece que se va a salir de mi pecho. ¿sabes por qué? - se acerca más a mi - porque por fin cazaremos juntas Marine. No importa cuanto trate de alejar las desgracias de mi vida, siempre habrá algo perturbe mi paz. No importa cuantos criminales están en la carcel por mi culpa, no importa que haya sido más lista que ellos, siempre existirá una persona que me recuerde que mi vida no es más que tormento, un caos repetitivo, que soy inestable. Vamos alana- la tome mas fuerte - tenemos que cazar. Sabía que después de esta cacería, una de las dos tendría que morir, por que no podíamos vivir juntas y tampoco separadas, no cuando sabíamos que la otra estaba con vida. Solo así, tal vez, encontraríamos a la paz, o la perdición. Pero a estas alturas ya nada importaba.
Prólogo
Autor: Natalia  317 Lecturas
Un agente del FBI se encontraba sentado en la sala de interrogación, traía un traje gris que le hacía ver más viejo de lo que estaba, su piel blanca se veía amarillenta por los años, era regordete, y aún así usaba trajes ajustados. Frente al él estaba una joven de cabello chino, negro hasta la cintura, traía ropa negra, estaba esposada de pies y manos. Inspecciona a él lugar con la mirada, tratando de encontrar algo que la liberará. —Entonces señorita Marine, necesito que tome asiento. Vamos a comenzar con las preguntas. Aquella chica tomó asiento. —Bien, dígame su nombre completo. — dijo mientras tomaba su pluma y libreta, listo para tomar apunte. —Marine Brown —Edad— 19 años. —¿De dónde viene? —De muchas partes. Mi familia se muda a seguido, cuando murieron yo también vague por el mundo. —De acuerdo, ahora iremos a las verdaderas preguntas. ¿Sabe porqué está aquí? —Si. —respondió con una leve sonrisa. —¿podría decirme porqué está aquí? Tardó unos segundos en alzar la mirada, en sus ojos se reflejaba la felicidad. —Por qué soy una asesina. Según ustedes. —dijo molesta. —¿según nosotros? Si matar a personas, tomar su vida no es asesinar, ¿entonces qué hacía usted!? —arte, yo hago arte, le traigo al mundo una versión mejorada del ser humano. Aquel agente se veía molesto, pero sabía que tenía que seguir el juego de la asesina que tenía adelante, solo así conseguiría la información necesaria para encontrar los cadáveres de las personas desaparecidas hace 5 meses. —¿Entonces ha cuantas personas transformó en arte? —Si mi memoria no me falla creo que transforme a 17 personas. —Pero solo se han encontrado 5 de sus obras de —tomó unos segundos, sentía que le sudaban las axilas, pero tomó el valor para continuar—obras de arte. ¿No es el fin del artista mostrar sus esculturas, obras al público ? —Pero todo buen artista sabe que no se pueden mostrar todas las obras a la vez, porque perderán la esencia. No tengo prisa para mostrarlos. Pero eso sí señor agente, no debe tener la esperanza de que estén respirando. —Los has matado ya. —dijo tranquilo—. —De verdad cree que obtendrá todos los detalles en charola de plata? Si bien tengo entendido que tengo derecho a un abogado. —Ya tengo su confesión, no hagamos cosas estúpidas y acabemos con esto. —Entonces quédese con esa confesión a medias —sonrió —y le deseo suerte para encontrar los cuerpos, porque señor, yo no dejo nada a la vista. Cuídese puede que algún me abra en mi celda y escape, y tal vez le haga una visita a su esposa e hijo. — ¿De qué demonios hablas? —se tenso, su corazón estaba agitado, pero para no demostrar su preocupación se enterró las uñas en las piernas. —Vamos, ese anillo está viejo, pero está en su mano, no estaría ahí si estuviere a divorciado, a menos que se negara a la idea de la separación, sabe un viejo masoquista, que se aferra a un amor que falló, no me sorprendería mucho que la historia fuera así, usted, un hombre dedicado a encontrar criminales y traerle paz a la gente, sin darse cuenta de que destruye su propio hogar. —Usted no va a intimidarme. — pronunció enojado —. —Creo que ya lo hice- dijo con aire de suficiencia-.- ¿por que de todas las personas del mundo, escogiste a esas? no solo has matado en Francia, Alemania, Estados Unidos, México, marruecos, has viajado y dejado tus obras de arte. Lo que más llama mi atención, es que a la quinta víctima, le arrancaste la lengua, lo destripaste, pero no le extrajiste los pulmones como a los otros cuatro. ¿por qué el cambio? - Me aburrí. sabes comer lo mismo, aburre, yo necesito otra alimentación. Es como comer bistec durante un mes, ya después¿ a poco no se le antoja una ensalada? - se rió descaradamente-. - ¿te ...- no podía formular las pregunta, se le revolvió el estómago, sentía un sudor frío recorrer su frente-. ¿te los comiste? - señor agente- se acercó a él - sabían deliciosos, todos ellos, todas esas obras de arte, una doble arte, su representación y sabor, debo pedirle que por los medios de comunicación avise a sus familiares, " sus familiares y amigos, sabían delicioso". Ahora sí agente- se alejó- quiero a mi abogado. Todo quedó en silencio, hasta que se perturbó la paz por el sonido de la puerta, entraron muchos estudiantes, todos sorprendidos, con su cuaderno y pluma en la mano, llena de anotaciones. Nadie decía nada, no hacía falta. - Entonces chicos- dijo Marine- lo que acaban de presenciar fue el testimonio de la  asesina , claro que fue una grabación lo que la policía obtuvo hace 4 años. Y a pesar de eso ella está libre. entonces comiencen con las preguntas o me voy. los aprendices alzaron las manos con emoción. una negra fue quien preguntó primero. - ¿cómo obtuvieron la grabación?- hace 4 años cuando por fin se encontraron los 5 cadáveres , lograron comunicarse con ella, la víctima número ero 5, fue destripada y le cortó la lengua, nada de eso apareció. Sonó un teléfono y comenzó a hablar. la muy zorra estaba feliz, yo escuche la grabación, le encantaba la atención. después de eso, las demás víctimas no aparecieron, pero hace 2 meses se encontró al número 6 y 7, jóvenes de 22 años, desaparecieron hace 3 años en México, ambos estaban sentados, con  ropa elegante, era una simulación de una cena. Les faltaban los pulmones. Se levantó lentamente, se quitó las esposas con facilidad. Se detuvo para ver a todos los estudiantes.-para mañana quiero que me digan, porque de todos los órganos se come los pulmones.salió rápido, sentía que su respiración era agitada. Se sentía más inestable. necesita encontrar a esa caníbal.Solo así los sueños terminarían. Ya no tendría que soñar con que ella los mataba.
La mañana del viernes llegó, era calurosa, la alarma sonó, eran las 7:30. Marine se levantó con pereza, se sentía agotada,hace dos meses, cuando aparecieron los dos cadáveres, que no lograba dormir a gusto. Las pesadillas la envolvían, era como un laberinto, pero sin salida, no importaba la dirección que tomará, todas las noches se dirigía hacia otra dirección, pero el resultado era el mismo, no había escapatoria. Se levantó sintiendo los pies pesados. Tomó una ducha rápida, se coloco unos pantalones de vestir negros, una camisa verde que resaltaba sus ojos y unos zapatos negros. Siempre le habían incomodado las zapatillas, pensaba que eran una clase de tortura y te hacían ver mal. Se miró al espejo y notó sombras bajos sus ojos, no era fanática del maquillaje, pero tenía que cubrir esa oscuridad que opacada su cara.  Cuando terminó de cubrir la realidad de sus noches, se apresuró a darle de comer a Toby, su canario. Tomó las llaves de su auto dispuesta a trabajar. Cuando llegó a el salón donde los aprendices hacían sus hipótesis o donde ese le explicaban los casos, noto que los jóvenes platicaba sobre la demostración de ayer. Fue entonces que uno de los estudiantes les indicó a los demás que su maestra Marine ya había llegado. —Bien, dejen la plática para después a menos que quieran que conteste a algo. Un joven rubio alzó la mano esperando que se le diera la palabra.—entonces Arturo, ¿que duda tienes? —si, bueno, ayer durante la demostración, cuando preguntar el nombre, usted respondió con el suyo. ¿Por qué lo hizo si tenían la grabación? Los demás murmuraron en aprobación. —Bien, cuando obtuvieron la grabación claramente no usó su nombre, pero si nos brindó su edad —los miro a todos por un instante —¿saben por qué lo hizo? O mejor dicho, ¿se han preguntado acaso porque llamó? Espero a que alguien tuviera aunque sea una vaga respuesta,pero todo quedó en silencio, un dolor de cabeza parecía devorar la paciencia de Marine. Algunos murmuraban, otros solo se quedaban callados tratando de formular una respuesta. —¡no puedo creer que nadie diga nada! — gritó enojada — ¿creen que serán alguien en la vida si no cuestionan todo? Este es su trabajo! ¡Estamos hablando de una asesina que está desquiciada, que cree que lo que hace es arte! Necesitan pensar como los asesinos, necesitan pensar que ganarían con lo que hacen. ¿Es para impresionar al mundo? ¿O es para demostrarse a sí mismos de lo que son capaces? ¿Lo hacen por gusto, o porque no tienen otra opción? ¿Alguien detendrán? ¿Que los impulsó hacer lo que hacen? Deben pensar en cómo utilizar el error que cometió para poder atraparla. Así que preguntaré de nuevo ¿porque llamó? Verónica era una joven pelirroja , quien habló sin rodeos. —¿puede ser que haya sido porque preocupada? ¿O más bien decepcionada? —explicate —dijo Marine mientras da paseaba por la sala. —Bueno, yo pienso que… —se quedó callada, sinceramente tenía miedo a decir algo equivocado. Pero Mauricio un joven regordete continuó. —Usted dijo que a los 4 primeros les arrancó los pulmones pero al último lo destripo y le arrancó la lengua. Puede que hay marcado para disculparse. —un asesino que se disculpa? —dijo interesada —¿porque arriesgarse? —Porque rompió su forma de dejar su arte, según ella. Tal vez iba a disculparse ¿sabe? —no creo que sea eso —dijo la joven negra. —por qué opinas eso ¿Jenny? —si no era para disculparse ¿que la impulsó? —dijo Marine. — Era una burla. Una burla para los policías, para la familia. Marine aplaudió fuerte. A los demás les pareció desagradable. —por fin alguien que piensa adecuadamente. Exacto, fue una burla. Fue una demostración, de que no importa su edad, su género, ella seguía matando, incluso que puede romper su patrón. Aunque eso le perjudique, porque chicos. Este año estoy yo, y ustedes, somos mentes brillantes y nuevas, el cambio de ideas, nuestras ganas de atraparla la detendrán. Porque yo les enseñaré a tener otra perspectiva. Serán los asesinos en su mente—se sentó en su silla de cuero —y así atraparon al más peligroso. Pero deben recordar que deben exigirse más. Y nunca olviden quiénes son, a veces esto también es un arma de doble filo, no quiero que se pierdan en su mente. —¿usted se ha llegado a perder en su mente señorita Marine? —dijo la Jenny— porque para la edad que tiene, ha atrapado a personas peligrosas. —Se controlarme —dijo algo molesta —les pedí que me dijeran el porque se come los pulmones y no otros órganos. Antes de que los demás estudiantes pudieran expresar sus ideas, el celular de Marine sonó. —lo siento chicos, tengo que contestar. Así que dejaré esta conversación pendiente. Espero sus respuestas por correo y el lunes les diré mis observaciones. Salió a toda prisa. —Diga. —Necesito que vengas con el forense de inmediato. —Buenos días Daniel. ¿Como amaneciste? Yo bien gracias por preguntar —dijo con sarcasmo —. —La víctima 8 fue encontrada. ¿Realmente te importa más como amaneci? —me vale si es que respiras. Me hubieras dicho eso desde un principio. Estoy ahí en 16 minutos. —les diré a los demás que salgan para que tengas un poco de privacidad. —Adios Daniel. —Marine… —¿que pasa? —Más te vale estar preparada. Nuestra asesina cambio de método de nuevo. —adiós —colgó, sentía cierto temor, no quería ir, pero no permitirá que esa asesina hiciera de las suyas. Se dirigió al elevador, está solo y durante su viaje olvido el calor que hacía. Por unos momentos sintió una tormenta de nieve en su interior.--------Estaba fuera del ascensor, el corredor está solo, podía sentir el frío recorrer su piel, escuchaba el sonido metálico del elevador. Caminó despacio, sintiendo como  las sombras la acechaban. se paro enfrente del cuarto del forense, tomó un respiro profundo, cerró sus ojos para concentrarse, tomó la manija con cuidado, se sentía helada.Entró  justo cuando abrió sus ojos. Fue entonces que volvió a sentir el calor de la mañana en pleno verano. parece que ya estas lista para mostrar tus obras. sr.canibal. - dijo mientras tomaba aire. En la camilla estaba una mujer, su nombre era Anastasia Johnson , tenía 25 años cuando desapareció, cerca de la gran estación de trenes en Francia. Una joven delgada de tez blanca. Trabajaba como enfermera en un pequeño hospital para niños con padres que no podían pagar en otros lugares. La joven que tenía enfrente no era más que una luz apagada de lo que alguna vez fue. Sus pulmones no estaban, fueron reemplazados, para llenar el espacio vacío se encontraban artículos de belleza, había labiales y una carta. Se colocó unos guantes especiales, tomó la carta y comenzó a leerla: Querida señorita Marine.¿Es mi mas reciente demostración de su agrado? se que hace dos meses mostré dos obras que sin duda fueron hermosas, pero he notado que te cuesta dormir, se que odias los cosméticos pero hoy has decidido ocuparlas, debo decir que esta mañana cuando te vi no estaba segura si te gustaria mi regalo. Se que quieres atraparme, me consideras una enferma y desquiciada, pero te falta mucho para comprender el verdadero valor de la belleza, para poder apreciar mi arte. Me gustaría que un día fuésemos  amigas, la vida de una asesina, de un artista incomprendida es una vida muy solitaria. Nuestras amistades son limitadas y me atrevo a decir que en ciertos casos;nula. Pero se que con el tiempo, cuando me conozca, cuando se de cuenta de lo que soy capaz y de lo que eres capaz seremos personas con un gran corazón. Solo le pido que durante nuestro viejo por la verdad no se pierda en su mente. La quiero sana señorita Marine. Quiero que vea todo el potencial, todo el arte que podemos hacer. El juego ha comenzado. Tu y yo somos cazadoras, somos leones en este mundo de corderos. Así que sé, como usted sabe, que cuando llegue el momento, cuando descubra de lo que es capaz una de las dos tendrá que morir, porque debo serte  sincera;no pienso dejar que me atrapes, así como se que tú no querrás morir. Será este un juego interesante. Donde pondremos a prueba nuestra inteligencia. Señorita Marine, que gane la mejor. Att. Su  futura asesina. Terminó de leer la carta, sintió que se le revolvía el estómago. Estaba sudando, la carta era una demostración de que estaba siendo vigilada. Que está más cerca de ella, que puede matarla, que seguirá matando. mi carne está en el menú- susurró asustada-. Antes de que su mente pudiera imaginar más cosas, entró Daniel. Él era el jefe del departamento de análisis y conducta de los criminales, entró con los dos forenses, Monica, una mujer de 37 años delgada y morena. y Richard; era negro,de complexión delgada. Los tres entraron en silencio, Daniel le ofreció un pañuelo a Marine.Lo siento, no los oí entrar- dijo Marine- esa zorra tiene agallas. Mira que aparecer de nuevo. Nunca tuvo la necesidad de rellenar a sus víctimas- dijo Mónica - creo que ahora tiene mas inspiracion. Le diré a mis hombres que te envíen 2 patrullas a tu casa. Para que vean si no hay cámaras, y para que te vigilen. Ella no te hará daño. - Daniel espetó.Los cambios en su patrón pueden hacerla vulnerable, querrá ponerse en contacto con ella otra vez, puede que incluso las demás víctimas empiecen a aparecer. Tendrían 9 oportunidades para atraparla. - Dijo Richard. Mientras tanto Marine no podrás asistir a tu trabajo. Estarás bajo protección. - sentenció Daniel.¿Qué? - dijo furiosa Marine-. Estás en peligro. No voy a dejar de trabajar. ¿Qué se supone que hare? No me voy a esconder de ella. No le tengo miedo. Se defenderme. no dudo de eso, pero no te voy a arriesgar. Eres como una hija para mi. No te pondré en peligro cuando puedo protegerte. ¡No soy tu hija! - gritó- sacarme de la investigación no es la solución. Se que puedo atraparla Esto no está a discusión. Te estoy avisando que estás suspendida y estarás siendo vigilada por nosotros. Bien. —dijo enojada — pero cuando tus nueve oportunidades pasen y no tengas una pista sobre su paradero. —dijo fríamente — entonces quiero una disculpa. Salió de la sala, estaba enojada, frustrada y un poco asustada, aunque nunca lo admitiría en voz alta. Llamó al elevador, quería descansar, dormir unas pocas horas antes de que las pesadillas la consumieran. Esta vez está ocupado, dentro del elevador se encontraba una joven no muy mayor que ella. Tenía una sonrisa en su rostro cuando la saludo. El viaje fue silencioso, casi incómodo, en el tercer piso la chica de pelo negro bajo, pero antes de despidió de Marine. — Que bonito maquillaje señorita. —Gra.. Gracias —dijo con pena. —Cuídese. Que tengo buen día. —igual. Las puertas del elevador se cerraron despacio, mientras veía aquella joven partir. No entendía porque se sentía tan nerviosa, ni el  porqué se había perdido en esa sonrisa. Solo sentía como si algo hubiera pasado, algo de importancia y se le hubiese ido de las manos. Sintió otro dolor de cabeza, uno más intenso. Sacó de su bolsillo unas aspirinas y se tomó dos. —Solo espero que estos dolores de cabeza no lleguen a afectar mi rendimiento y mi forma de ver  al mundo. — pensó.
CANÍBALES. CAPITULO 2
Autor: Natalia  360 Lecturas

Seguir al autor

Sigue los pasos de este autor siendo notificado de todas sus publicaciones.
Lecturas Totales2298
Textos Publicados6
Total de Comentarios recibidos4
Visitas al perfil1599
Amigos1

Seguidores

Sin suscriptores

Amigos

1 amigo(s)
luis josé
   
 
nikitaNata

Información de Contacto

Amigos

Las conexiones de nikitaNata

  ljcb22