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Será que al pensar en ti, se aligera el corazón y ya tengo una razón, para sentirme feliz. Y si escucho lo que dices, otra razón, voy teniendo. Tus palabras son el eco de adorables sentimientos. Si una canción, me dedicas, otra, ya estoy añadiendo, para completar la grilla de mis carencias de afectos Y si te acercas a mi… ya no se lo qué pensar Se agita mi corazón y comienza a repicar. Y junto a tu corazón, ¿Qué mejor concierto, habrá? Ven, muy juntito hacia mi, resolveremos los dos ¡Lo que haya que resolver para sentirnos mejor! Desde que el hombre tuvo uso de razón, deseó conocer la voluntad de los dioses y sus decisiones presentes y futuras. En las primitivas sociedades, el adivino, ocupó un lugar de privilegio y era consultado en situaciones difíciles. El Mántis, así era su designación, podía ser intuitivo (locura ó éxtasis), inducido, ( se basaba en la observación de fenómenos naturales, lluvia, trueno, erupciones volcánicas, etc.). Cuando nacía un humano ó un animal, con anomalías, era considerado algo de mal augurio. La observación de las vísceras de animales sacrificados, el vuelo ó el canto de las aves, se interpretaban como reveladores de la voluntad divina. El final de Alejandro Magno, fue anunciado por la falta de un lóbulo, en el hígado del animal sacrificado. Herófila, llamada la sibila de Cumas, por haber pasado allí, en la costa de Campania, su vida, es considerada, la más importante. Bajo el amparo de Apolo, el dios de las profecías, obtuvo de él, expresar el deseo que le sería concedido. Herófila, levantó un puñado de arena y pidió vivir tantos años, como granitos abarcó en su mano. Le fue concedido. Vivió nueve vidas, humanas, de ciento diez años, cada una. Pero olvidó pedir la juventud eterna. Fue consumiénndose lentamente hasta reducirse al tamaño de un pájaro apergaminado, que colgaron de una jaula en el templo de Apolo, en Cumas. Entre sus acciones, se cuenta su presencia ante Tarquino el soberbio, último rey etrusco, de Roma, para ofrecerle los nueve libros proféticos, a un precio elevadísimo. Tarquino, se negó a pagar. En su presencia, Herófila, quemó tres y le ofreció los seis restantes por el precio inicial, tampoco aceptó. Quemó otros tres, y ofreció los tres últimos por igual precio. Tarquino cedió pagando por los tres lo mismo que habría pagado por los nueve. Fueron guardados en el templo de Júpiter y consultados en las situaciones que lo ameritaban, ejercieron una influencia total respetada y aceptada por los romanos. En esa tierra fecunda, de héroes y pensadores, de poetas exquisitos y honrados trabajadores, por la abundancia y belleza, de su flora y de su fauna, por sus ríos, por sus lagos, por sus valles y montañas, asombrado, el Almirante, la llamó “ Tierra de Gracia” Hoy, 19 de abril, celebra el bicentenario. Para todos mis amigos, bajo su cielo, nacidos, Les dedico con amor, estos versos tan sentidos. ALFONSO; ANGELITA, ANNA, ELADIO, FÉLIX, FILIBERTO, ISABELA, LIGIA, NIZA, RAFAEL, RICHARD, SOL y todo el resto……. Julia es mucho más bonita de lo que imaginó Daniel, al escuchar su voz por el teléfono. Supera todas sus expectativas. Lo mejor, es que ella, manifestó, al conocerlo, el mismo sentimiento que él sentía. Hay otro factor, favoreciéndolo. Es la flamante cheff del hotel boutique, donde trabajará junto a dos colegas, decididamente homosexuales, José María y Román, lo que a Daniel, le asegura tranquilidad. En la charla que tuvieron, Julia mencionó la pasión que tiene por el chocolate, en todas sus versiones. La casualidad, lo lleva hasta un pequeño negocio, donde entre otras cosas, se venden chocolates. Encarga una primorosa cajita con - “Lo mejor que tengas”- le recomienda al vendedor. Quiere sorprender gratamente a la chica. A eso de las 11hs. llega al hotel. Julia, muy concentrada en la decoración de una fuente, recibe encantada el obsequio. Abre la caja ante la mirada atenta de sus compañeros. -¡Sos un desubicado! le grita. Daniel que acomodó la mejilla para recibir un beso de agradecimiento, es destinatario de una sonora cachetada. Los chocolates se desparraman sobre el piso y los jóvenes, rien a mandíbula batiente. Empieza a comprender cuando ve a José María, levantar un chocolate con forma de pene que lame con lujuriosa gula. Todo, hasta las más pequeñas cosas que nos hacen más fácil, llevadera y confortable la existencia, surgieron como respuesta a una necesidad. Precisamente, hoy, 6 de mayo del 2010, se cumplen 170 años del día que empezó a circular el primer sello postal ó estampilla. Es simplemente un comprobante de pago previo a los envíos efectuados por correo. Los hay engomados e impresos. La anécdota nos cuenta que el profesor Rowland Hill, en un paseo por Escocia, descansaba en una posada, cuando llegó el cartero y entregó una pieza a la posadera. Esta, sin abrirla, la observó atentamente y se la devolvió, alegando que no tenía dinero para abonar. El profesor, apiadado, al pensar que se quedaría sin noticias de su familia, pagó la media corona y se la entregó a la mujer, que sin abrirla, la dejó abandonada sobre la mesa. Ante sus preguntas, por esa actitud indiferente, contestó que dentro de la carta, no había nada. Habían convenido escribir, una palabra de la dirección, cada uno de los miembros de la familia, que vivía muy lejos, si figuraban todos, era señal que estaban bien y se ahorraban el costo. Antes se pagaba por kilometraje no por peso. Rowland Hill, elevó a la Cámara de los Comunes su proposición de que se pagara por peso lo que fue aceptado y el 6 de mayo de 1840, salió a circulación el Penny Black, primer sello postal con el perfil de la reina Victoria, dibujado por el profesor R. Hill, sobre fondo negro y el valor de un penique, de ahí el nombre del sello. El éxito fue inmediato, en una semana se triplicaron los envíos de correspondencia con este nuevo sistema y en poco tiempo se internacionalizó. El Reino Unido, por notorio y además al ser el primer país emisor de sellos postales, está exento de hacer figurar su nombre en el sello y en latín, como establece la Unión Postal Universal. A través de costumbres, rasgos, manías etc., descubrimos ciertas particularidades de personajes de la historia mundial que con sus pensamientos y acciones estamparon la huella de su paso y hasta lograron modificarla. Josip Vissarionovich Stalin, 1879-1953, estadista soviético, se destacó por sus ideas políticas revolucionarias. En su juventud fue deportado en varias oportunidades por sostenerlas. Colaboró con Lenín y participó en la revolución de 1917. En 1924, muere Lenín y Josip luego de desembarazarse de sus oponentes, se constituye en dictador. Mientras detentó el poder lo hizo con mano dura y fue causa de la muerte de millones de inocentes. En lo cultural, era un amante de la lectura, lo atestigua su enorme biblioteca nutrida de libros por él leídos, que conservan sus opiniones y anotaciones al margen. También la música, le conmovía y sobre todo, el cine. Quien estaba a cargo de la elección de las películas que se proyectaban a diario, debía estar muy atento al estado de ánimo del dictador, dependía de ello, su vida. Sus preferidas eran Volga, Volga y las de Chaplin, porque se identificaban con la clase proletaria y no se cansaba de mirar. Al término de la 2ª G M, obtuvo uno de sus trofeos preferidos, la colección de películas que perteneció a Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler. La sexualidad, en cualquiera de sus manifestaciones, estaba excluida de las proyecciones y Stalin, tenía ataques de furia cuando había un desnudo ó una escena atrevida. En una época, el cine soviético llegó a ser el más poderoso del mundo. Al famoso director, Serguei Eisenstein, lo tuvo al borde de la locura. Cuando filmaba la 2ª parte de Iván , el Terrible, “La Conjura de los Boyardos”, Stalin se identificó con el Zar Iván. Serguei, debió hacer 14 cambios., en la escena del beso de Iván con su esposa por ser "un beso demasiado largo, indigno de un héroe ruso". No me puedo resignar al silencio de tu ausencia. La soledad consiguió, imponerse a tu presencia.Tantas palabras, quedaron, que no he llegado a decir,siguen en mi pensamiento, reservadas para ti Te busco en la multitud que en la estación se atropella, cuando brinca de los trenes, apurada, a su tarea dispersándose en las calles, como hormigas por la arena. Entre todos los que corren tras la ilusión de una estrella. Alguno quizás la encuentre, aunque alcanzarla no pueda. Desde un banco de la plaza, la gente, veo pasar….. Miro los rostros, sin ver, desde la mesa de un bar. Nadie se parece a ti. Ni te pareces a nadie. Pero entre cientos de miles, siempre sabría encontrarte. Aunque no estén en tu piel, las marcas que allí he dejado. Y que me tapen los ojos ó me obliguen a cerrarlos, podría, yo, descubrirlas con el tacto de mi mano, o tan solo con un leve, sutil roce de los labios Tras los desgastados cerros, el sol comienza a perderse, Se apagan las claridades y la luz se desvanece. El colorido se esfuma y negro se vuelve el verde. Vigilante, un buho acecha, desde la rama de un cedro con paciencia y atención que se descuide su presa, un diminuto ratón que ha salido de su cueva atraído por las bayas que abundan en las laderas. El felino de los montes, silencioso, entre la hierba, sortea con elegancia, las espinas y olfatea… Al nocturno cazador, desde el aire que sondea, le llegan, del roedor, en vahos, las referencias.Empecinado en gozar de las dulzuras terrenas, el goloso no imagina, que de los dos, es la meta, Baja el buho. Al mismo tiempo, salta el gato hacia el ratón que aprovecha ese segundo que crea la confusión y se escurre entre la fronda, golpeándole el corazón. Amargo se ha vuelto el dulce de la baya que comió. Olvido, tiende tu manto sobre mí, en la noche cruel, cuando las brisas del campo me traigan aromas de él. Cuando vibre en mis oídos, la armonía de su voz con renovadas promesas y juramentos de amor. Cuando su piel y la mía, fundidas en el abrazo, entre caricias ardientes, me sujeten a su lado. Cuando su boca me ofrezca, como una fruta madura, de la que guardo el pasado resabio de la amargura. Cuando su imagen me acose, sin que nada pueda hacer por borrar de mi memoria lo que no puedo tener. Tiende sobre mí tu manto, Misericordioso Olvido, cuando despierte, tal vez, llegue a ser lo que no ha sido. Un verano luminoso, lo descubrí en mi jardín. Frágil, entre ramas altas, colgaba el nido que vi. La pareja de avecillas, juntos lo habían construído, sus piquitos de artesanos, iban tejiendo los hilos, las fibras y las plumitas para hacerlo bien mullido. Cuando estuvo terminado, orgullosos contemplaban, la obra que les llevó varios días y hoy, colmaba, la dicha, por tanto afán y respondía a sus ansias. En el nuevo hogar, dichosos, oír sus trinos de amor, era un himno a la alegría, el que Beethoven, soñó. Conmovida y encantada, me detenía a escuchar la expresión más simple y pura de lo que es la felicidad. Una noche, la tormenta de enero, se desató con la furia que de pronto, se despierta de un sopor. Corrí a cerrar las ventanas que hacía vibrar el viento, las puertas y algún postigo, que había dejado abierto. El viento nos trajo alivio, después de intenso calor Volví corriendo a mi lecho, agregando un cobertor. A la mañana siguiente, los daños, supervisaba, plantas, flores abatidas, muchas ramas descuajadas. Deshecho entre pluma y fibras, el nido, estaba en el suelo, pude ver tres pichoncitos, recién nacidos, y muertos. Un lamento agudo y triste, de la fronda se elevó. Era la canción del duelo por la dicha que acabó. La casa donde transcurren, mis días de paz y calma, en los fondos, tiene un huerto y en el huerto, muchas plantas. Siento puras sensaciones, cuando todas las mañanas, salgo a recorrerlo, alegre y veo que la esperanza de eterna renovación, se mantiene siempre, intacta. La naturaleza, ofrece, a manos llenas, sus dádivas. A pesar de tanto abuso, de omisiones y de faltas, nos devuelve, generosa, cualquier esfuerzo que se haga, para hacerle producir los frutos que más nos plazcan. Ayer, en mi caminata, descubrí una telaraña tendida de lado a lado, entre dos ramas delgadas. Laboriosa tejedora, precisa y muy atinada, concentrada en su tarea, me permitía observarla, mientras tramaba la urdimbre, de belleza delicada Como fino ñandutí, encaje de hilos de plata. de complicados dibujos, que imitan las paraguayas, en bellísimas labores por las que son admiradas. Orgullosa de tener, este ejemplar, en mi casa, la bauticé Ñandutí y la tengo entronizada y aviso a todo el que llega, que tiene que respetarla para que no se repita lo de aquella cucaracha. ¿Qué hiciste Anita? ¿Que hiciste? ¡Dibujaste en la pared! ¡y para colmo has usado las fibras que te compré! Está bien, sigue pintando, voy a quedarme callada, No quiero frustrar los sueños de quien pueda ser mañana, una célebre pintora o una artista renombrada, que de lustre al apellido y que al ser entrevistada, difunda a los cuatro vientos, que sufrió de intolerancia y que ha sido incomprendida desde su más tierna infancia. Mientras tanto, nuestra casa, está bastante cambiada, con fibras, muchos colores y con crayones, pintada.. ¡También pintaste la mesa! ¡Y las sillas tapizadas!….. ¡Creo que voy a llorar. Mejor, reiré a carcajadas! Si, es mejor que me ría, si feliz te hace rayar y dibujar las paredes y con crayones pintar…. ¡Sigue, que tal vez mañana, famosa artista, serás. Yo, como ahora, orgullosa y complaciente mamá -“No pienso escuchar reproches ni lamentos plañideros”,Me lo dijiste en voz baja, plena de resentimientos.Abrazada a tus rodillas, a tus pies, yo sollozaba, y mis lágrimas amargas, no conmovían a tu alma.Percibí sólo desprecio. Sin querer lo provocabapor amarte, solamente, por tener, sin esperanzas,un cariño desmedido que roía mis entrañasy sin poder contenerlo me hacía tan desdichada.A ciencia cierta sabía que de ti, nada esperaba.Y sin embargo, eras todo lo que en mi vida deseaba.Te levantaste, huías, cansado de mis palabras.Eran palabras de amor, esas que te dedicaba.Pero dejaste de amarme y todo te disgustaba. Caminaste sin volver, sin mirar, hasta la puerta,No te quería perder. Entre mis lágrimas tercas,tras de ti, desesperada y sin que te dieras cuenta,alcé tu propio cuchillo que estaba sobre la mesa.Lo enterré hasta el mismo mango, en tu espalda, por sorpresa. Lo clavé con tanta fuerza, que no podía sacarlo para hundirlo en mi cabezay desangrarme contigo aquí en esta misma puerta.Lloré con tanta amargura…. Con el beso que me diste. de pronto, me desperté, Fui a refugiarme en tus brazos, y con las manos hurgué en busca de la herida, profunda, que te causé. Sólo fue una pesadilla. Jamás te la contaré. Lloré como Magdalena.Y nunca sabrás porqué. La brisa lleva, del bajo, entre variados olores, como lamentos, los sones, de un bandoneón alemán. El cielo del arrabal, parecido a cualquier cielo, tachonado con estrellas, como el de cualquier lugar, Bajo su bóveda oscura, en la porteña mixtura de diversas cataduras, seres con halo irreal Rostros curtidos y amargos, reflejos de negras vidas, asesinos y suicidas, resentidos y malevos. Consumen, como a su vida, su botella de ginebra. Está tranquila, la cosa, nada enturbia la jornada, El facón en la cintura, duerme su noche soñada. Las chinas de la ranchada, desfilan para el bailongo, empilchadas y pintadas para un carnaval mistongo. Arrastrando su destino, como los chanclos, gastado, no hay ilusión ni alegría en los rostros marginados Salen de la pulpería, los hombres, medio mamados Alguno más animado, porque ha avistado a su china. Con un gesto, él la convida y con otro, ella consiente.Acostumbrado a lidiar con cerriles y bravíos, ella a fregar sus avíos, no entienden de sutilezas Enredados en abrazo, siguen sus pasos los sones, cercanos los corazones y el bandoneón que rezonga. Se va poblando el bailongo, llega un gaucho rezagado, baja de un potro cansado y mientras, lo ata al palenque. Viene con botas y rastra, con chambergo y poncho pampa. Al mujerío entusiasma con sus arreos y estampa, Forastero, en el lugar, ha conquistado al hembraje. Para ganarse a los hombres, no es que le falte coraje, bravo mozo, de buen ver, no le teme al malevaje Paga una vuelta de caña, para todos los presentes.Por su garguero, el alcohol, va deslizándose ardiente. Se oye un tango de desgarros y de amores contrariados y regresa a su memoria, el recuerdo del pasado,se precipita, lo ahoga, deja huellas en su frente. Piensa en su china, la ingrata, en lo traidores que fueron..... y saca de sus alforjas, que todos lo puedan ver las negras trenzas de aquélla, junto al corazón de aquel. Las veía pasar, camino a la escuela, casi todas las mañanas. La joven mamá y su niñita, con delantal de jardín de infantes, graciosa y parlanchina, anticipaba la alegría del encuentro con sus iguales, mientras yo salía a buscar mi transporte y Natalio, que barría la vereda, como presentando armas, detenía el escobillón, para darnos paso. La primavera llegó con sorpresas, la mamá, despojada de los abrigos del invierno, dejó ver su incipiente y encantadora preñez. Por cuestiones de trabajo, cambié durante un tiempo mi rutina y al no coincidir los horarios, dejé de verlas. Un día, la familia, aumentada, las encontré en el supermercado. La mamá saludó y me acerqué para conocer al bebé. Robusto y saludable, Tiziano, dormía en su coche, beatíficamente. Juliana, no era la misma nena, chispeante y habladora que solía encontrar. Rehuyó mi cariñoso acercamiento y fue a esconderse, huraña, detrás de la mamá. Meses después, una tarde, el estridente sonido de la sirena de un servicio de emergencias, me distrajo de mis ocupaciones. El portero de mi edificio, al día siguiente, comentaba con un grupo de gente, sobre el hecho luctuoso, ocurrido en un departamento de la zona. No me detuve, el tiempo, me urgía. Al volver de mis ocupaciones, no pude evitarlo. Natalio me lo dijo de un tirón y sin anestesia. – Algo terrible ocurrió ayer. Una nena de seis años, la que pasa todos los días con su mamá para ir a la escuela, la que tenía un hermanito……Lo arrojó desde el balcón de un séptimo piso, en donde viven. Es en el edificio Brasca, a dos cuadras de aquí. Días después, de labios de la atribulada mamá, pude conocer los detalles.- Juliana, antes de nacer Tiziano, cambió conductas y humor. Es común que ocurra, me dijo la sicóloga, de la nena, manejada con tacto, esa situación revertirá, comenzará a aceptarlo y a compartir todo con su hermanito. Es sólo cuestión de tiempo. Soy culpable de esta tragedia. Estuve muy nerviosa, por mi situación personal, estoy separada y hago trabajos de gestoría en casa, para no dejar con extraños a…. mis hijos. El nene lloraba con frecuencia y me desconcentraba de mis tareas. Vendrían a retirar unos legajos y tenía que hacer algunas correcciones. Tiziano, lloraba y lloraba, lo cambié, le di de comer pero al dejarlo en la cuna, volvió a gritar. Sin pensar en las consecuencias, fuera de mi, exclamé: “En cualquier momento, lo arrojo por el balcón.” Al fin se durmió, Juliana, dibujaba en la mesa de la cocina. Fui a terminar mi trabajo. Escuché, que abría la puerta corrediza del balcón, - No salgas querida, está fresco, dije automáticamente y seguí con lo mío. Oí que obediente, la nena, cerraba la puerta y sonreí al escucharla cantar, como hace tiempo no lo hacía. Firmé y sellé la última hoja, cuando sonó el timbre. Pensé, que la vida podía, a pesar de todo, ofrecerme nuevas oportunidades y feliz, salí a entregar el legajo recién terminado. No era quien yo imaginaba. El encargado del edificio, uniformados, vecinos se agolpaban en la puerta con miradas acusadoras. Como a través de una bruma, escuché algo sobre mi hijito. Corrí hasta la cuna…..vacía. Juliana, ajena a lo que ocurría, dibujaba en la cocina tarareando una canción infantil. Buenos Aires del pasado, barrio pobre. Aquella esquina, donde un farol ilumina, con mezquina luz, la noche. Empedrados desparejos, de foráneos adoquines, por carretas, desgastados, cargadas con aparejos que al puerto, van destinados. De una calle bien mistonga, si alguno para la oreja, nítida llega la queja, de un bandoneón que rezonga. Por amores contrariados, la mina que se piantó, el taura que se quedó, sólo, triste y amargado. Sin la paica y sin el vento. En el cotorro mugriento, mira sin ver los frasquitos, adornados con moñitos, que la grela, le dejó. Un sollozo entrecortado, manifiesta su dolor, al comprobar que los frascos, no son de un mismo color. Lágrimas en rebeldía, por sus mejillas ruedan, poceadas por la viruela, atenuando la caída. Las seca con un pañuelo y se aclara la garganta. Y en busca de otra percanta, se aleja mirando al suelo.Viejo barrio, barrio reo, de malevos traicionados por paicas que les dejaron el corazón con agujeros. Matones y cuchilleros, a la hora del desafío, sorprende su temple frío, al hundir el recio acero. El amor se vuelve infierno, cuando el taita se enamora. Es que le llegó la “hora.” En el fondo, es manso y tierno. Y justos y pecadores, tienen el mismo castigo. Pelandruna abacanada, ó bacana original, Ellos cruzan los aceros y ellas cambian el percal. El sábado 12 de agosto del año 2000, comenzó en las heladas aguas del mar de Barents, al norte de Rusia y dentro del mar Artico, la tragedia del submarino Kursk. Con 118 tripulantes, científicos y marinos, participaba con otros de maniobras militares. Transportando nuevo armamento de valor incalculable para ensayos. En Noruega, los sismógrafos detectaron una explosión importante, no programada, que confirmada por los tripulantes del Kursk, se debió a una falla humana y empezaron a emitir señales de SOS, que al correr de las horas se hacían más. angustiosas. Vladimir Putin, de vacaciones, no las suspendió y dejó pasar días de agónica ansiedad para los tripulantes y para sus seres amados, sin ordenar las medidas urgentes que se necesitaban. Noruega, el Reino Unido y EEUU, ofrecieron ayuda inmediata, rechazada por las autoridades rusas, en los días cruciales. A regañadientes, Rusia la aceptó el miércoles 16, después de sus propias incursiones fracasadas. El tiempo no estuvo de su parte y los repetidos intentos de Noruega por acoplar otra nave al Kusk, retrasaron el salvataje. En los días siguientes al mismo, cuando las comunicaciones desde el submarino cesaron, los tripulantes, desesperados, golpearon el casco de la nave para dar señales de vida. Se perdió un tiempo precioso y lo incalculable, 118 vidas humanas. El comunicado decía: Desaparecidos por causas deconocidas. Los expertos lo niegan, como también los inconsolables familiares y amigos de las 118 víctimas de la negligencia de un poder que tiempo después, gastó una suma fabulosa para reflotar el inmenso submarino. Los cadáveres fueron entregados a quienes los reclamaban para darles sepultura y se recuperó, armamento de cuantioso valor. Entre los documentos, se encontró una carta, trabajosamente escrita por la falta de luz y de aliento. El tripulante la enviaba a su esposa, rogándole no preocuparse ni perder la esperanza. Ellos la mantuvieron hasta sus últimos, agónicos momentos La papusa más mentada del rioba más oriyero Milonguita, la llamaban, ella respondía, -Quiero! Se lucía en los bailongos, con su gracia y desenfado. Más de un guapo, se jugó, la suerte, por ella, al bardo. Y algún que otro compadrito que llegaba a basurear, se la tuvo que enfundar, con el rabo, entre las piernas y a la gurda, al arrugar, llevar sus palabras tiernas. Eso fue, hasta que llegó un malevo, de avería, con el frondoso prontuario, que a su pesar, lo seguía. Sin quererlo, se agarró, un metejón de los bravos, Ya no buscaba pelear. Seguido, se lo veía, rondar el bajo y el rancho donde la paica vivía con su vieja y una hermana que campaneaba y creía que el guapo iba por ella y era a ella, a quien quería. Algo debía tener, además de la presencia. para haberla levantado. Arrastre y poca conciencia. Llegó a lo de Hansen, la piba, empilchada pa´ la guerra. El malevo fichó al vuelo. Le cayó como patada, que la mina, concentrara, los suspiros y miradas. Para zafar del embrollo, en que el bobo, lo sumía, se tomó el buque y zarpó palpitando lo que haría. Llegó al rancho, encarador. La hermana de la papusa, oraba junto a la vieja, a la virgen con su niño, de una antigua imagen rusa, traída desde Crimea. En voz alta le pedía que el malevo la quisiera y que junto a su viejita, de ese antro de malandraje, las rescatara y pudieran, en un lugar diferente iniciar una familia y criar muchos purretes. Hábil en abaragar, no lo fue en esta ocasión. Arrugó el quío y buscó la puerta para escapar. Después, lo pensó mejor. Volvió manso y embalado, Toda su vida cambió. Su mundo despelotado, al poco tiempo, olvidó. Su cuñada, la papusa, también dejó el cabarute, los brillos que ya archivó y se convirtió en la musa de un poeta renombrado. que hace poco, sus 80, con honor ha festejado. ¡Dios quiera nunca descubra, en tus ojos, la mirada, con que me miras a mi, mirar a otra! No es vana, ni es difícil de entender la razón de mi amenaza. He descubierto en tus ojos, los abismos sin templanza, sin límites ni control cuando el deseo los cambia y se vuelven dos imanes de fuego, que atraen brazas y en ese fuego se queman con la pasión desbordada tu alma y el alma mía. Y yo dejo de ser yo y se que me vuelvo llama que a veces el viento aviva y otras con violencia, apaga. Una gitana, hoy, me dijo que estoy muy enamorada. Eso yo ya lo sabía, no iba a considerarla. -Porque lo dicen tus ojos, con ese brillo especial, La alegría de vivir que tienes en tu mirar y revela tu sonrisa, que solo piensas en él y que eres correspondida, eso de lejos se ve. La gitana me lo dijo y le tengo que creer porque es la pura verdad. Pero tendré que aprender a disimular un poco, trasparentar, es perder, exponerse demasiado y no vaya a suceder, que por sincerar afectos, lo tenga que padecer. Agradecí a la gitana que tan bien interpretó mi sentir, mis emociones. Lo que le di, lo ganó. Corrió alegre a la cantina y vi que de allí salió tumbándose una petaca de whisky o vodka… era alcohol. A una amiga, que venía a mi encuentro, le gritó -Estás muy enamorada, desde lejos se te ve. Me lo dicen esos ojos, con ese brillo especial, La alegría de vivir, que tienes en tu mirar…….. A lo largo de la vida, acumulamos de todo, Amistades, simpatías, diferentes sentimientos, Recuerdos de lo vivido que permanece en el tiempo. El amor, es especial, lo llevamos muy adentro, nos conmueve en lo profundo y hace feliz, el tenerlo. Sabemos que es algo frágil, sensible a los contratiempos, necesita protección y todos los miramientos. Como es algo de esta vida, hoy se presenta y nos da la alegría que deseamos para la felicidad. No debemos extrañarnos, si de pronto se nos va. Nada en esta, es perdurable y si debe ser, será Y a otra cosa, mariposa, volveremos a empezar Cómo podrías tener, amarguras o pesares, con esa carita bella, ese cuerpo y ese talle? Y esa sonrisa tan dulce….. Si te digo, que de verte, ahuyentas todos los males, Parece que florecieran, en mi huerto, los rosales cuando de tu boca fresca, brotan hermosos cantares. Tendrías que agradecer, a tu madre y a tu padre el que te hicieran tan maja y al Señor, por tantos dones con que quiso engalanarte. ¡Hay que ver lo ingrata que eres! Las horas pasas llorando, escondida tras visillos, el paso de él, acechando…. Porque elegiste muy mal y ahora lo estás pagando. Es casado, bien lo sabes y está muy enamorado. No tienes una esperanza, ella lo tiene atrapado. Nada tienes que esperar, lo sensato es olvidarlo. Aunque te duela hasta el alma, Aunque te muerdas los labios por no gritar a los vientos ese amor que es tu calvario. Por una sola mirada, necia,lo fuiste tu, alimentando Despreciaste al que te ama de verdad, bien que lo sabes por ir tras de una ilusión que solo te augura males. Inventó palabras nuevas y un mundo de fantasías, Para Un reino del revés y para un osito Osías y también de contenido, profundo, con letra clara de las cosas más sencillas, vistas con esa mirada, transparente y divertida, que se canta alborozada, con la sonrisa en los labios, la mente regocijada y otras que expresan la angustia de sentirse cercenada. Nos deja María Elena su legado de palabras,enhebradas con talento y la excelencia de su alma. "Porque me duele si me quedo, Pero me muero si me voy, Por todo y a pesar de todo, Mi amor, yo quiero vivir en vos." Trato ahora de decirte, cosas que tengo guardadas, muy dentro del corazón, pero no te digo nada. Será que estoy algo triste, que me falta el alborozo que mi alegría se opaca por causas que desconozco. Deberás tener paciencia hasta que vuelva a nacer el entusiasmo perdido. Cuestión de tiempo ha de ser. Esto no tiene que ver ni contigo, ni conmigo. Cosas que a veces suceden, sin razón y sin sentido. Mi cariño, igual que siempre, puedes quedarte tranquilo. No hay nada que lo perturbe, eres mi amor y mi amigo Sólo que estoy algo triste… nada que sea contigo Un amigo, que estaba por razones de trabajo en Chilecito, pcia. de La Rioja, lo contó. Cerró el negocio que lo había llevado a ese lugar, lindero a la precordillera, de bonitos paisajes agrestes, con el fondo de montañas a sus espaldas, por donde debía pasar el París-Dakar 2011. Al atardecer, se armó el jolgorio, parrilla, empanadas, el buen vino torrontés, lo mejor de la zona, música y baile. En eso estaban cuando los primeros participantes del Dakar, comenzaron a llegar y atraídos por el aroma de la carne asada, el ambiente festivo y la música, hicieron un alto y se fueron incorporando al festejo, con el beneplácito de los organizadores. ¡Estaba para alquilar balcones! Bajaban unos gringos gigantescos y sin más ni más, desentumecían las extremidades, imitando el zapateo de los lugareños al revolear de las polleras de las niñas. ¡Lindas morenas riojanas! Los corredores que participaron, provenientes de países de todo el mundo, llevarán en sus memorias, el grato recuerdo de esos momentos vividos tan lejos de sus hogares, en compañía de nuestra gente del norte cálida y sencilla, su reconocida hospitalidad, su música, su canto y su don de gente. Hubo una loca de amor, que en mi pueblo recordaban.En el día de su boda, el novio, la abandonaba.Ella que tanto lo amaba, que puso en él, sus anhelos,se volvió Loca de Amor y no pudo hallar consuelo. Quien por su casa pasaba, no dejaba de escuchar,el llamado de la loca, nombrándolo sin cesar.Insistente, reiterada y sin ningún resultado.No comía, no dormía y el amor, la consumía. Su voz se volvió murmullo y el murmullo, se apagó.Una mañana de invierno, la llevaron a enterrar.El viento trajo la queja que pudieron escuchar,los que iban en el cortejo de la loca del lugar.Dicen que en noches serenas, se oye muy clara su voz,que llama, a través del tiempo, con vibraciones de amory se pierden, sin respuesta, sin eco, sin ilusión. En una noche tan bella, tan azul! El cielo claro, igual que en los cuentos de hadas, donde el príncipe, a caballo, con vestiduras acordes a su fama y a su rango, a una princesa encantada, va a liberar de su encanto. Está tan bella, la noche, con este cielo estrellado con su luna, que es coqueta y se refleja en el lago. Los jazmines del balcón, dejan sus pétalos blancos, desprenderse de las flores y el aroma que se esparce, la leve brisa lo lleva y extiende más el encanto. Es una noche de ensueño, para soñar en los brazos, del que nunca llegará, aunque lo siga esperando. Si la noche es tan hermosa, con este cielo estrellado, la luna que se refleja, feliz sobre el quieto lago, los jazmines desprendidos, generosos, perfumados, ofrendando su belleza y su aroma a los humanos que eternamente suspiran por lo que les es vedado. Hoy ha muerto el señor Blas. Dejó tantas posesiones, bienes muebles, a montones y una viuda de buen ver. No tuvo en su larga vida, hijos, tampoco entenados. Su hacer, estuvo enfocado, en aumentar su fortuna. Breve cortejo, acompaña hasta la última morada. Lo que abarca la mirada, en vida, fue todo suyo. La viuda deja una flor sobre el pulido cajón. Luego de una breve misa, inician la cremación. Van las cenizas, holgadas, en fina urna de cristal. Tanto abarcó, en vida, Blas y tan poco, en su final. No oirás de mi, reproches, ni lamento plañidero. Tal vez porque no te quiero ni en mis días, ni en mis noches. Todo está bien, me repito, y busco de convencer a este corazón rebelde que se niega a obedecer. De todos modos, ya está. Lo nuestro se ha terminado. Corro vista a lo pasado, con suma tranquilidad. Solo rescato al amigo que en el cariño, mantengo. En la amistad, lo retengo, al corazón adherido. Hora de decir adiós sin lágrima ni reproche. Se anuncia un día con sol después de una fría noche. Se incorporó despacio, suavemente, en la penumbra de su lecho tibio, el cuerpo, saturado de caricias y sensaciones de un encuentro ardiente Desbordante de dicha y amorosa, le confesó, muy quedo, en el oído -Hoy me has hecho Mujer, hoy he nacido Recién ahora se que es estar viva. Has despertado en mi todo el misterio dormido antes de haberte conocido. Encontré en ti, lo que siempre he buscado, el amante, el compañero y el amigo, El que me hace vibrar con apetencias y despierta con gozos, mis sentidos. Lo que antes conocí, lo que he vivido, dejó de figurar en mi conciencia. Confesiones vehementes y sinceras que sola escucha. El, está dormido. Ilusionada, anhelante ella aún espera. La respuesta es un sonoro ronquido. ¡Por esta luz que me alumbra que ya no te quiero ver! Cada vez que te miraba, causabas mi padecer. Me había contado mi madre que el amor es algo hermoso. Que nos conecta con Dios Y que nos hace dichosos. Cuando te vi., despertaste, en mi, todos los sentidos. Eras el primer amor, me sentí correspondido. Era solo un espejismo, de mi mente alucinada. Se deshizo el espejismo, cuando supe que eras mala. Seduces con tu belleza. con tus mentiras, engañas. Conviertes a quien te adora, en lo que te da la gana. No quiero que me devuelvas, los presentes que te di. Son en pago por favores, los que de ti recibí. No te esfuerces en fingir lo que bien se que es falsía, otro, te podrá creer, no yo, ¡por el alma mía! Rompí con el maleficio que me obligó a ser tu esclavo. Procuraré ser feliz Hoy me siento liberado. Ya no pasas por mi calle, como lo hacías a veces, será que ya no te importo y que no deseas verme. Sin embargo, yo quisiera, que volvieras a pasar. Solamente para verte. No me quiero ilusionar. He sufrido desengaños por tejer mil fantasías. No te hago cargo por eso, bien se que la culpa es mía. Era muy feliz al verte, por las mañanas no más, mientras regaba mis flores, solo por disimular. Lo único que me importaba era mirarte pasar. Por el exceso de riego, he quedado sin jardín. Las raíces se pudrieron y me cuesta ser feliz -Me voy para no volver- Me lo espetó, sin apuro y se piantó del bulín, calzándose el funyi oscuro. Y yo, que soy una mina, querendona, fiel, leal…. ansiosa me fui a lastrar pa olvidarme del chabón. En las cosas del amor, siempre habrá quien salga herido, si algún fayuto engrupido, le apuñala el corazón. Aunque en la lona quedé, por aquel tío miserable, un bacán, me tiró un cable y de esa, me consolé. Me pasea en voituré, por Palermo y Recoleta. El que no me juna bien,me toma por pizpireta . Soy una mina de ley y el bacán que me acamala, sabe que me va a tener,en las buenas y en las malas, . De los golpes, en la vida, con razón o sin razón siempre queda una lección que debemos aprender. Vino hasta mi tu recuerdo cuando no te recordaba. Tal vez fuera aquella brisa, que al entrar por la ventana, trajo aromas de tu cuerpo. Suave aromas de lavanda. Tuve como un sobresalto. Asomé por la ventana, con la idea de encontrarte….. Y fue en vano. Tú no estabas, ni venías por la senda que tantas veces hollaras. Cerré con fuerza las hojas, vidriadas de mi ventana, No traspasen los aromas, ni los recuerdos que dañan. Si hasta un ligero perfume, hace que vuelva al pasado.!Y creí haberte olvidado! ¡Como estaba equivocada! Si algún día me olvidaras porque el Alzheimer avanza, te prometo, vida mía, yo mantendré la esperanza para que en un próximo evento,aquí o en el más allá pudiéramos encontrarnos con toda felicidad. Serás un joven apuesto, para mi, un amante fiel Yo seré tu casta amiga, después… lo que deba ser. Ilusiones que alimenta mi alocado corazón, aunque la razón le indique que tome otra dirección. No siempre lo que uno quiere, tiene que ser lo correcto o lo correcto para uno, no es lo mismo para el resto. Entre tantas perspectivas, que no conducen a nada, Yo te seguiré queriendo….. si el Alzheimer no me gana. A veces, sin darme cuenta, casi sin saber que lo hago,evoco viejos recuerdos que ya creía olvidados.Y sin siquiera quererlo, y sin poder evitarlo,imágenes se interponen, que regresan del pasado.Algunas llegan sonriendo, con gesto desenfadado,y ocupan los mismos sitios que habían abandonado.Unas, frías, como ausentes, otras encolerizadas,se agazapan en rincones y escrutan con la mirada.Procuro ser tolerante y aunque nunca digan nada,se que saben muchas cosas, que no serán reveladas.Ayer quemé, algunos trastos, papeles, cientos de cartasamarillentas de tiempo, por lágrimas, borroneadasy oí profundos suspiros que llegaban de la nada. Un dulce aroma a violetas, de las cenizas, se alzaba que relajaba mi cuerpo y suave, me acariciaba.Y cuando ardieron las otras, aquellas malditas cartas de ponzoñosas pasiones, se alzaron rojizas llamas. El papel se retorcía, como un cuerpo que temblara en convulsiones violentas de una lujuriosa danza. El acre olor del azufre, inundó toda la estancia.Después, cayeron cenizas, como láminas de plata. Entre sábanas revueltas y ansiedades satisfechas, nuestros cuerpos, enlazados, celebran sus coincidencias. Mi mano, sobre tu pecho, baja lenta hacia tu vientre, solo por acariciarte y no es eso lo que entiendes y tus intentos repites y otra vez quieres tenerme. Un rayo de luz, curioso, se filtra por la ventana, la luna, que está de ronda, ilumina nuestra cama y cubre las desnudeces con una manta de plata. La noche ya está avanzada, los amantes se han dormido. Afuera, cae la lluvia y se oye el canto de un grillo. Para agradar a los dioses, libera su cruel instinto, Al inocente hijo, mata y lo ofrece en el Olimpo. Tántalo, la ira provoca, con su macabro presente de los dioses y por ellos, es condenado, a sufrir eternamente. En medio del ancho río, agua no podrá beber, De los frutos, abundantes, tampoco podrá comer. Es el eterno suplicio, castigo sin compasión. No la tuvo él de su hijo y de él, no la tiene el Dios. Siento que desnudas mi alma, con una sola mirada y otras muchas, me condenas, con una sola palabra. Es que tienes el poder de derribar mis murallas, de avasallar mis defensas y de conquistar mi plaza. Y yo, ¿qué podría hacer, si me encuentro desahuciada.? Entregada sin remedio al imperio de tu espada Me lo dicen tus silencios más claro que las palabras. Es inútil que las digas, bien yo puedo imaginarlas. Me lo dice tu mirada al cruzarse con la mía, no hay destellos en tus ojos cuando mis ojos los miran Verás también, que en los míos, el brillo ya se extinguió, como el tuyo, se fue yendo, tras el amor de los dos.
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Oscar Franco
http://www.textale.com/component/option,com_textupload/Itemid,128/id,43735/task,view_text/
Por favor difundelo si pudieses. gracias.
Pascual Vizcaino Ruiz
Alejandro
Es usted muy déspota en su comentario del texto indiferencia divina?, sobre todo si tenemos en cuenta que la autora deja claro que los desastres naturales son muy comunes y crea toda su reflexión acerca de cómo el ser humano pasa de su pregunta hacia un Dios al que considera responsable a la dolorosa conclusión que es su irresponsabilidad la que acelera los procesos llevándolos a desastres.
Bastante arbitraria resulta usted al decir… le “concedo responsabilidad al hombre” por favor señora si usted lee, ve televisión o se molesta en averiguar, se podrá encontrar con un cumulo de estudios e informes que demuestran como las acciones de la humanidad ha afectado el equilibrio natural que provocan desastres.
Parece ser que usted no se entero del objetivo de la reunión de presidentes de países en Copenhague... por favor señora antes de atacar o trata de ridiculizar a alguien primero analícelo, porque podría ser usted quien terminara haciendo el ridículo.
Alexandro
Oscar Franco
Te invito a leer y comentar alguno de mis poemas espero te gusten.
Un saludo y feiz años nuevo 2010.
www.somosgoogle.blogspot.com
www.oscarfrancoquintanilla.blogspot.com
Francisco Prez
Veneno
haydee
Seguro que van a sobrar las anécdotas y encontrarás un buen argumento para tus relatos.
Gracias!
Serena