...Abuela
Cual las estrellas que por la mañana
Partió...Voló tu espíritu,
Como un  ave que, elevándose
En un viaje sin retorno,
Deja atrás, sin miedo ni dolor
Lo que un día conoció.
Para remontarse a los cielos,
Donde el llanto,
La enfermedad y la muerte
No tienen cabida,
Porque ahora resides junto a Cristo
En lugares de luz perpetua
Y moradas eternas
Del reino celestial...
Abuela
Cumpliste una ardua tarea
Y una noble labor:
CRIARME
Atenderme y
Darme cariño
Cuando sólo era un niño,
"Un pablos barrios", un "cayumbe"
Cuando más te necesite, allí estabas tú
Porque a decir verdad
Esas son las únicas cosas que se necesitan
Para ser feliz.
 Las cosas que no tienen precio
Son las que más tienen valor
En  el transcurso de nuestras vidas:
Los gratos momentos y los dulces recuerdos
Que llenan nuestro corazón a través del tiempo.
Abuela
¿Abuela...mamá?....esas palabras se quedan cortas.
Para describir al ser, al ángel
Que no dudó nunca un segundo
En brindarnos tanta felicidad.
Sin pedir nada a cambio, sin resentimientos ni reproches
Ya que de eso se trata el AMOR
Y yo me pregunto:
"¡¡Dios mío!..¿Que hice yo para merecer
Tanta bondad, tanta dedicación, tanto afecto?!"
Pero ahora entiendo....
Dios reparte sus bendiciones entre los que ama
De forma que sólo él conoce
Y no es nuestro trabajo comprenderlas
Sino reconocerlas a tiempo,
 Aceptarlas y disfrutarlas
Porque en este convulsionado mundo
Hasta La felicidad es transitoria
Pero cuando un ser amado
Parte de este mundo
El Creador en su Omnisciente Sabiduría
No deja que la bendición muera con él, ni la esperanza sea destruida
Sino que la transforma
Y la aloja en lo más profundo del corazón
De quienes  la reciben.
 Para que, De esa forma
Sea  transmitida
Hacia una nueva generación.
Y se preserve su Legado de Amor y Bondad.
Abuelita,
¿Te acuerdas cuando llorabas mucho,
Porque habías perdido a tu mamá?
En ese entonces solo era un pequeño
Que te hacía promesas ingenuas
Para hacerte reír y devolverte la felicidad
A la cual yo estaba acostumbrado al mirarte.
Viajes imposibles...escaleras al cielo...
Para que subieras y te encontraras
Con el ser que habías amado tanto.
Poco a poco,
Con el pasar de los años
Regresó tu risa
Aunque todos sabíamos
Que tu alma y tu corazón
Todavía estaban sangrando
Así como ahora sangran los nuestros
Al recordar que te fuiste muy lejos
En un viaje inevitable
Sin escalas, sin regreso
Abuela.
Siempre creíste en mí
Decías que una persona con amor en su corazón
Era capaz de realizar cosas
Que para los demás, simplemente
Eran actos imposibles.
Que una persona así
Era capaz de ver el mundo
De una manera única y especial..
Estando en mi casa
Asomado junto a la ventana
Veo el camino hacia el rancho
Donde me narrabas muchas historias,
Donde vivimos muchas aventuras,
Recuerdo una ocasión
Donde te dije
Que no te podía acompañar,
Porque tenía cosas pendientes por hacer
Pero más pudieron las ganas de irme contigo
Y con un grito que decía:
ABUELITA...ESPÉREME...
Tú te detuviste y me esperaste.
Para vivir un día mas de cuentos y fantasías.
Ahora que soy un hombre
Me doy cuenta de tus palabras:
Comprendí Que,
 Con un grito
Se puede detener
El viento,
Que no es necesario ser inmortal
Para ser eterno,
Que no hacen falta máquinas
Para viajar en el tiempo,
Sólo basta cerrar mis ojos
¡¡y allí estás tú!!
Regando las matas, o bien
Sentada y risueña, mirando hacia el cielo.
Cantando los himnos que siempre te gustaban.
Abuela.
Recibí muchas cosas buenas de ti.
Pero para ti la palabra "mucho" no era suficiente
Así que  me diste lo más importante:
Y lo que valoro por encima de todas las cosas:
El conocimiento y La fiel creencia
en nuestro señor Jesucristo.
¡Grande es Dios!
¡E infinita es su misericordia!
 Porque Me diste la herramienta, la clave
Para poder estar junto a ti.
Dicen las escrituras
Que, "la Fe
Es la certeza de lo que se espera,
Es la convicción de lo que no se ve"
Sea pues, que en la fe tú te marchaste
Y por la fe en Cristo yo te alcanzaré,
Cuando haya concluido mi misión
Y mi transitar por este mundo...
Será el más feliz de los reencuentros
Porque viviremos un día más de aventuras
Que nunca terminará
Sino Que durará para siempre.
 
AUTOR : FELIX SAUL  EDAD: 19 AÑOS