Tengo toda clase de labios quebrados,
de oscuros sentimientos,
de baladís historias de la realidad.
Tengo que romperme,
dejar que mis huesos salgan,
dejar que mi sangre escriba.
Tengo que dejar de pensar
en objeto y sujeto
y darme cuenta
que los ojos están diseñados
para percibir limpiamente.
No llamaré a nada por ningún nombre,
no sére un hombre,
seré perfección pura
sin abandonar mis sentidos
pero sí reenseñandome a pensar.
Me han enseñado que le dé una lógica a todo
cuando el mundo no es lógico.
Lo contradictorio es lo más común,
y no está mal,
nuestra naturaleza no debe de tener jaulas racionales.
La mente debe de tener el poder
de atravesar toda puerta
pero primero debe derribar sus propias puertas.
Me levantaré en nombre del Tigre.