Súbito
Publicado en Dec 29, 2009
Yo soy el hombre que te esperó
a la orilla del río con la antorcha del mundo en los labios y las manos llenas de deseos. Yo soy el de habilidades extraordinarias para quitar las medias y dejar caer los dientes como una lluvia de luces sobre tus piernas claras y tiernas. Yo miraba los atardeceres y los suaves colores dibujaban tu belleza en el cielo enterneciendome para siempre el corazón. Yo soy el hombre que no te conoce y que mejor te conoce porque vio en un estereoscopio tu alma. Yo soy el hombre que vigiló las estrellas a la orilla del mar esperando la súbita llegada de tu beso en una nave invisible y centelleante. Yo soy el que lloraba resina para curar la corteza de tu imagen, la esperanza de tu inocente crueldad, tu cuerpo homicida y urgente. Yo soy el que te esperó, sonámbulo, en medio del puente, con un mañana que temblaba de frío y un corazón abierto donde juegan los niños. Yo soy el hombre que te esperó para fundir detrás del humo y el vino tu cuerpo al mío en los huesos quebrados del tiempo; y ahora el horizonte se disfraza de nuevo con el péndulo de la luna avanzando devorando las fotografías de lo que no fuimos y nos regresa al principio, donde, si caminamos un poco más, nuestros espíritus se encontrarán detrás de un mismo espejo.
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