CADA SER ES DIFERENTE
Publicado en May 24, 2024
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Dedicada a mis amigos textaleros.
CADA SER ES DIFERENTE”

Así es la vida, vibra, cambia, se transforma, se sufre, se goza, se acomoda con historias positivas y negativas, ciertas e inciertas, sueños internos y externos, es lo que ocurrirá en esta novela escrita de manera clara y sencilla. En ciertos parlamentos se emplea lenguaje de uso campesino, entendiendo que cada ser es diferente según su lugar y costumbre.
El protagonista Gustavo vivirá diferentes experiencias y cambios en su vida.
QUÍTATE LAS GAFAS  
Gustavo está un poco ansioso, cansado, esperando los rayos del sol, pero el cielo está cubierto de grises nubes, amagando lluvias. Como siempre, antes  de decidir, toca tres veces su frente con el dedo índice, luego, toma su campero y sigue por una ruta solitaria, desconocida, pasa el tiempo sin saber qué hacer. Por fin, ve un sitio concurrido.
Acerco mi campero a una tienda en la que venden gaseosas, golosinas y refrescos, se ve gente alegre, amistosa, música tropical, autos que vienen y van, celebran el arreglo de un puente en esta vereda llamada Cachara.
Deseo integrarme a ese grupo de gente que disfruta de buen ambiente, me gustaría obsequiarles unas cervezas, contar mi aventura de escapar de mi ciudad, del ambiente estresante por mucho trabajo, serios compromisos, resolviendo ideas importantes sobre problemas de trabajadores del campo, pues no es fácil, en esta vereda me miran como si yo fuese un ser raro.
 Pido una cerveza a la dueña de la tienda, pago, no alcanzo a tomarla, porque me interrumpe una señora, suplicando que lleve en mi campero a una enferma al hospital de un pueblo cercano. Efectivamente, veo a una joven señorita llorando y quejándose de muchos dolores. Me acerco a ella, veo su pierna llena de llagas, no vacilo ni un minuto en ayudarla. Ella es una campesina, su  lenguaje es incorrecto, me indica la ruta hacia el hospital, pero antes, degusto unos sorbos de mi cerveza.
De sus ojos color miel, caen lágrimas sobre su largo cabello dorado esparcido en su rostro.
Al bajarnos del campero, se dificulta el avance, por su obeso cuerpo. Por fin llegamos a urgencias, la operadora pregunta datos que desconozco, me identifico, y quedo siendo acudiente  de esta señorita.
Permanezco toda la noche en el hospital, esperando que le den de alta a la enferma. Camino por los corredores, veo personas sentadas en sillas, aburridas, esperando resultados de sus enfermos, mientras me comunico con mi familia para explicarles mi ausencia.
Los cristales de las ventanas dejan ver el cielo iluminado de estrellas, es lo único placentero. Pienso en los problemas de los habitantes de veredas, que no tienen hospitales ni centros de atención médica, sin transporte fácil para dirigirse al hospital del pueblo. ¡Qué vida tan triste la de esta gente!
Por fin amanece y dan de alta a la enferma.
Al regreso, entre sonrisas y quejidos, la enferma me indica el camino a seguir para llegar al lugar donde vive y dice:
Gracias señor por su ayuda, pero ¿quién es buste?
Me llamo Gustavo y quiero ayudarla.
 -Buste es alcalde?  
 -Soy agrónomo, no alcalde, mejor diga Usted: ¿Cómo se siente?
 Un poco mejor señor alcalde. Me da pena con busté,    pero tiene que parar aquí su campero y seguir a pie.
Bien, no hay más remedio que acompañarla, transitar por un potrero de alto pasto húmedo, pisar barro, es difícil avanzar, ¡se hunden mis pies en el barro!, ella se desmaya…. cae sobre el barro, procuro salir del barro, salen mis píes de mis zapatos, pido ayuda a unos campesinos, ellos levantan a la señorita, no sé cómo  acercarme a ella, lo logro, le doy aire boca a boca, reacciona bien, ya estamos sobre tierra seca, suplico a los campesinos que saquen mis zapatos del barro, pero ellos no hacen caso, alzo a la señorita y sigo, hasta llegar a esa humilde casa, cuya ventana está con vidrios rotos. Nos recibe un niño y un perro que ladra. La enferma, casi sin aliento, pide que la deje en la cama. El niño llama a una vecina a que ayude a la mamá ¡Qué triste ver tanta incomodidad, esa cama compuesta de dos baúles separados por tablas, un colchón roto y tres cobijas para dormir la madre y el hijo,  hay baño con inodoro, la cocina es una estufa de palos varillas y leña, ollas ahumadas, una piedra grande para moler maiz. Lo bueno es la ayuda de la vecina. Lavo mis pies, me despido. 
Lo incómodo para mí es sacar mis zapatos del barro, prefiero salir  un poco más lejos, dejar enterrados mis zapatos y seguir descalzo al lugar donde quedó mi campero.
Termina aquí mi aventura, regreso a  casa, con mi alma partida de tristeza.
Dos días después, vuelvo con mi hermana a visitar a la enferma, ya está mejor, nos recibe con mucha alegría, me sigue llamando “señor alcalde”
Mi hermana les trae unos regalos, luego inicia diálogo con la enferma
-¿Cómo te llamas?
Me llamo Sarita, pero la gente me dice Monita.
¿Qué te pasó en la pierna?
Pos señorita, ando engerma, gracias al señor alcalde toy mejor, (ella con su lenguaje de campesina)
¿El señor alcalde? 
Pos si su hermano, pa yo, él es un alcalde muy gueno.
¿Qué te produjo la enfermedad de la pierna izquierda? -
Pos, señor alcalde, esque trabajo en una tienda vendiendo huevos, no hay ni una butaca en qué descansar, tuitico el día de pie, me dolía mucho la pierna izquierda, ¡jue pucha!, a la patrona no le importa mi engermedad, debo trabajar tuitico el día de pie sin descanso, me paga muy poquito, pero toca alimentar a mi hijo y, a yo….juepucha, me tocó trabajar a los dos días de salir del hospital.
Sara, ¿qué hace su hijo mientras usted trabaja?
Pos estudia en la escuela por la mañana y por la tarde, trabaja haciendo mandados a las vecinas, o sea él dentra y sale de una casa a otra y puay le pagan unas monedas.
Monita, cuéntenos cómo ha sido tu vida desde tus recuerdos.
Gueno señorita y señor alcalde;
Jue una vida de sugrimientos, mi mamá nos castigaba mucho a los trece hermanos.
¿Trece hermanos?
Pos si, trece, no tenían televisión, como dice la gente, en cambio mi taita a escondidas de mi mamá nos daba almojabanas.
¿Almojabanas?
 ¿Por qué?
Pos mi mamá tenía una tienda en la vereda onde vivíamos, por la noche hacía pan y almojabanas y en después se dedicaba a producir hijos, al otro día también vendía leche y otras vainas. Nosotros los hijos teníamos que cargar agua, cortar leña, cocinar, ir al río a lavar chiros, tocaba descalzos por tuitico el barro, regar maíz pa las gallinas, pelar mazorcas. 
Mi mama y mi taita nos enseñaron a disparar balas, con una escopeta a los que  nos robaban las gallinas o nos insultaban.
Nos engermabamos, juepucha y más encima nos pegaban, nunca una caricia ni una consideración.
Cuando cumplí 14 años, un “gedioncho” jue novio mío y me dejó embarazada, propuso que nos juéramos a vivir a escondidas a una casa de su jamilia en la vereda “Cachara” allá todo era bonito, me gustaba que él me invitaba a una tienda a jartar chicha, escuchar música y me enseñaba a bailar.
 Llegamos a esta vereda y como ya les dije, me dieron trabajo en una tienda pa vender huevos, ese gedioncho no trabajaba y quería que yo hiciera tuiticos  los ojicios además de trabajar en esa tienda, tenía que lavarle la ropa a él, me pegaba, hasta que a yo me dio rabia, le cachetié la jeta y le dije que se largara, él también casi me mata a palo, pero gueno se jue, entonces una guena señora me dijo que tenía una casa lote y me dejaba vivir gratis allá. 
Me llegó el hijo en esa casa y las vecinas eran guenas me daban alimentos y ropa, yo seguí varios años vendiendo huevos, alimentaba bien a mi hijo, mientras él estudiaba en la escuela.
-Monita, ¿y qué pasó con sus hermanos?
Pos señor alcalde y señorita, unos están mejor que yo y otros andan jodidos y esos me buscan paque yo les ayude, les doy comida, les doy posada, duermen en una estera sobre piso de tierra, les va llegando trabajos, luego me humillan, no agradecen lo que hago por ellos, pero no me dejo,..... los insulto, hay otros hermanos que sí me quieren.
Bueno Monita, terminó la visita, debemos regresar al trabajo 
(se repite la historia) 
Aún sin despedirnos vuelven personas a pedir que llevemos a otra señora al hospital, que está enferma, mi hermana no acepta, me dice: “deje de ser pendejo, no ayude a más viejas de esas” Esa gentuza es pobre porque quiere, así que devolvamonos a casa y ella se devuelve; Yo sí llevo a la señora, que vive aparentemente sola en una hermosa finca, ella está morada, estirada,  babosa, sudorosa, la alzo, la llevo a mi campero y sigo al hospital, espero que le den de alta, y cuál será mi sorpresa, cuando veo bien a la señora,... no estaba enferma, había ingerido demasiado whisky. La señora me agradeció, al día siguiente viajó y dijo no volver a la vereda.
Vuelvo a mi casa y al trabajo, sin sospechar lo que me espera “increíble” pierdo mi cargo de jefe de producción agrícola, por abandono del cargo durante ocho días, “no lo puedo creer”, imposible, me siento nadando en el vacío de la nada, triste, pensando en mi hermana y mi familia que no se cansan de reprocharme,.... ¿qué no me dicen? insultos!!!, ofensas estúpido,... irresponsable, bruto!!!
Mi esposa ha sacado mis cosas a la calle y ha  cambiado las chapas de la casa, creo enloquecer, descubro que mi familia y mi esposa son aduladoras cuando ejerzo mi trabajo. Cada latido de mi corazón, es muy doloroso. 
Mi gran desconcierto y desilusión,  hacen ver desfigurada a mi esposa así: Sus gruesos labios rojos, que eran dulzura de mi vida, los veo en línea recta, su respingada nariz, en un pellizco, su bella piel como de porcelana, en piel arrugada, sus grandes ojos que parecian dos luceros, en ojales, su espigada estatura como de diosa, en enana, su brillante y negro cabello desaparece.
Mi hijo no cambia, sigue intacto.
Mi celular no para de sonar, me llaman del hospital, como acudiente de Sara, debo volver   por grave enfermedad de ella, no tengo más remedio que ayudarla. Sí, está casi muerta, tiene lesiones en todo su cuerpo, sus ojos vidriosos, sin alientos para caminar, dificultad para hablar. 
 ¿Qué pasó Mona?
 Pos ese gedioncho, casi me mata, incendió la casa onde yo vivía
 ¿y por qué?
 El papá del niño me calumnió; que yo lo engañaba y le era ingiel con buste, con el que me llevó al hospital, me ayudó y me obsequió regalos….
 ¡Increíble!... ¡Tremenda noticia!. Nos calumnió…
¡Oh, las calumnias, la injusticia, la infamia, ¡Oh qué dolor imprevisto! Recuerdo un fragmento del poeta Rubén Darío: "Puede una gota de lodo sobre un diamante caer ; puede también de este modo causar fulgor oscurecer ; pero aunque el diamante todo se encuentre de fango lleno, el valor que lo hace bueno no perderá ni un instante, y ha de ser siempre diamante por más que lo manche el cianuro.  
Sí señor alcalde así es y como si juera poco, ese gedioncho… 
¿ese maldito qué?
 Jue pucha, ¿cómo le digo? que lo quiere matar. Pos si señor alcalde, ese gedioncho a buste lo quiere matar….claro Mona, si fue capaz de incendiar una casa, es capaz de matar a quien sea, hay que denunciar el incendio que causó y pedir garantías y compañía para evitar que me mate. No señor alcalde, pos, en esta vereda no hay policía, aquí se hace lo que la jamilia del gedioncho quiera, hacen giestas, se emborrachan, matan y nadie más tiene autoridad,.... lo mejor que busté puede hacer, es largarse de aquí antes de que lo maten. ….¡Ach Señor alcalde lléveme a mí y a mi hijo, onde ese maldito no nos mate!
 ¿Dónde está su hijo? 
Pos en la casa de mi amiga, como a cuatro cuadras de aquí. Ella nos dio posada  endespués del insendio.
Vamos por su hijo, vamos…  
-El hijo de la Mona ya no está- el papá lo mató, pa vengarse de usted -dijo la amiga- no puede ser! Sara se desespera, llora a gritos, es difícil calmarla… ”Mi hijo, mi hijo”. Calmese Monita, no puede ser que ese delincuente siga cometiendo maldades, buscaré un abogado que induzca a ese maldito a la cárcel, tengo varios amigos abogados, uno de los mejores es penalista. Ya mismo lo llamo, su nombre es Álvaro Alvarado, no… está fuera del país, entonces, a Germán Rodríguez, sí lo llamo, le comento el problema, me pide todos los datos y los hechos, debo ir a Fusagasugá, firmar el poder ante notario. 
El abogado recibe parte de los honorarios y dice que nos comuniquemos por computadora y celular, el trámite se irá viendo en la computadora. 
Mona, sube a mi campero, tomo el timón y acelero, busco farmacia para comprar calmante para la Mona. Sigo por un camino desconocido, pedregoso, muy angosto, rodeado  de árboles. 
Olvidamos lo del calmante, seguimos adelante, encontramos un inmenso lote, con pocas chozas, un hoyo lleno de agua sucia; estaciono mi campero al pie de ese hoyo y un inmenso árbol. La Mona llora, queriendo hablar no habla, sólo sollozos lágrimas y mocos. Igual, yo, preocupado, muy triste de todo cuanto estoy viviendo, ya sin mi hijo, esposa, hermana, ni trabajo y el único hijo que terminará odiando, aunque parece que me quiere y me respeta, yo lo adoro, es el único que permanece en mi corazón. Creo que me buscará, necesita mi dinero y mi compañía para su tratamiento en los ojos, lo he llamado y no responde.
La Mona y yo, necesitamos calma, seguir adelante y pensar qué hacer. 
La Mona dice: jue pucha, no supe cómo jue que ese maldito mató a mi hijo nadie informa, todo el mundo le tiene miedo, pero a yo me gustaría verle la cara, pa que responda ¿por qué mató a mi hijo? quiero pegarle, insultarle y si me jacilitan un arma pos matarlo, pero Sara ya sin su hijo,  para que expone su vida, debemos huir, que no nos maten  y pensar qué hacer para sobrevivir, cuente con mi apoyo Mona tranquila, ya el abogado mandará a la cárcel a ese hombre y los dos lucharemos para sobrevivir ¿está de acuerdo, o la devuelvo a casa de su amiga? No señor alcalde, pregiero aventurar con buste.
Entre hierbas, chozas y árboles nos sorprende la noche iluminada por la luna, estrellas y planetas, caminamos en silencio por ese inmenso campo. La Mona adelanta pasos acelerados, no parece enferma, más bien decidida a llegar a una de esas chozas, se atreve a tocar una puerta y gritar:..... buenas buenas, buenas noches, la recibe un anciano y dice: ¿qué necesita señorita? señor estamos perdidos, no sabemos qué es aquí, queremos saber ponde se sigue pa encontrar carretera pal norte… Señorita, este es un caserío y no nos gusta la gente desconocida… no se asuste señor, no somos ladrones, no somos malos;  Gustavo se va acercando y dice al anciano, ella tiene razón, no somos malos, todo lo contrario, si en algo lo podemos ayudar lo haremos, tengo mi campero y si quiere lo llevo a donde usted quiera… Bueno, ¿puede llevarme mañana con mi hija a la plaza? Claro que sí los llevamos, pero usted me indica por donde sigo, sí, los esperamos mañana, -cierran la puerta de la choza.
Ya es más noche, sin saber dónde dormir, resolvemos caminar y caminar por ese campo rodeado de árboles de eucalipto y pinos. El viento levanta la negra falda que viste la Mona y esa roja camisa escotada, dejando ver sus blancos pechos como de nácar, sobre los que cae su dorado cabello, ella no imagina cuánto quisiera yo retirar su cabello, abrazarla, acariciarla y besarla, pero no puede ser, debo respetar su ingenuidad, ella no siente nada por mí, lo que le interesa es saber porqué uso gafas oscuras, le comento que es para ocultar el pequeño párpado del ojo izquierdo. Bueno señor alcalde ¿y busté porqué tiene ese párpado espichado?.....porque nací con un defecto en el ojo izquierdo, me realizaron una cirugía, luego me quedó el ojo medio abierto....pero, ¿ve por ese ojo?.... Así veo. Lo malo es que mi hijo heredó mi defecto y los otros hijos también?, no tengo más hijos, pos ha debido tener más hijos…
Debilitados por hambre y cansancio se dirigen al lugar donde está el campero y se acomodan en las sillas de atrás, ella queda dormida y él retira ese cabello rubio  que cae en su cara, dura un rato observándola hasta quedar dormido.
Al día siguiente, estando en ayunas, golpeamos la puerta de la choza del anciano, lo saludamos y … ¿listos para ir a la plaza?, sí ..... En un momento llamo a mi hija… Subimos al campero y seguimos por una ruta llena de curvas y abismos.
 Por el camino la hija del anciano cuenta, que ellos eran desplazados de un pueblo, y amenazados por  paramilitares de morir si no entregaban sus tierras en una hora, por tal razón vivimos en las choza huyendo de los paras, sufrimos incomodidad, sentimos miedo, nos enfermamos por cocinar con aguas sucias de una quebrada. Recordamos gritos, balas, llantos de niños, groserías y amenazas de los paras y la dificultad para huir de ese pueblo invadido de algunas de esas gentes malas. Agradecemos que no nos mataran. 
Cada uno cuenta sus historias, hasta llegar a una tienda surtida de frutas y granos. La Mona dice: esto no es una plaza, es una tienda, el anciano responde: es una tienda que tiene por nombre “La Plaza”  ellos  entienden, lo bueno es el surtido de esa tienda, venden lo más necesario, pueden desayunar. Piden jugos y bizcochos para todos. 
La Mona y Gustavo cuentan las lamentaciones y dificultades al llegar al lote  de los desplazados, no había lugar donde cenar ni dónde dormir. El anciano dice: ¡A carajo! Y no fueron capaces de pedir posada, les hubiéramos dado algo de comida, gracias, pero no abusamos de la gente buena, -dice Gustavo.
Al regreso, por el camino Gustavo pregunta ¿cuántos desplazados son, los siete? El primero que llegó a este espacio fui yo -dice el anciano- la hija dice que los otros llegaron después, porque mi papá ayudaba a los desplazados de nuestro pueblo, ahora, nos ayudamos, construimos las chozas, nos turnamos a traer agua y mejorar la salud, a mercar, a completar lo que hace falta en las chozas en este inmenso campo. 
¿Y nadie los molesta por la ocupación? -pregunta Gustavo- No aquí nadie molesta, ¿se alumbran con velas? Sí, … contamos con una moto, con dinero  que tiene mi padre, una lámpara y una bicicleta, -interrumpe la Mona-… “Los dos no tenemos onde vivir” ¿podemos hacer una choza aquí? -Claro que sí -dicen el anciano y la hija-, nosotros les ayudamos, pero hay que comprar guadua, arena, cemento, ladrillos y tejas, “pero  “no ayudamos con dinero, … claro que no -dice Gustavo- entendemos, por fortuna cuento con dinero en el banco, a propósito ¿por dónde tomamos la ruta hacia los bancos? A dos kilómetros de la tienda donde fuimos, cruzan a la derecha siguen hasta donde hay pared y a cuatro metros hay unos bancos. Gracias.. Con dinero en mano, empezaremos a construir nuestra choza. El anciano y la hija dan las gracias y les obsequian unas mandarinas, dos panes, y se despiden.
Listo Mona, vamos al banco,.... gueno  ¿ponde vamos después? Pues, seguimos al pueblo “La Mamboa” allá hay un buen hotel, parques, iglesia, varios almacenes, restaurantes, buen clima, gente amable. Gueno pa busté,  a yo no me conoce nadie,... el hotel pal señor alcalde y yo ¿ponde voy? Tranquila Mona usted va para el hotel, solicito una habitación para usted solita y otra para mí solito, allá mismo dan desayuno y almuerzo….. pero ¿buste tiene plata pa pagar el hotel? , yo no tengo plata, tranquila yo  tengo la que retiré del banco. Tenemos tiempo para pensar en trabajar y en lo qué me puede ayudar. A gueno señor alcalde.
Esa primera noche en el hotel yo me desvelé pensando tantas cosas: aquí vive mi madre, pero no puedo ir a visitarla con la Mona … ¿qué hago? ¿La dejo sola en el parque? Lo mejor será preguntarle, dónde quiere estar mientras hago diligencias, ¿voy a donde la vecina de mi mamá?, la visito y le pido que tenga a la Mona en su casa para que ayude al oficio? No, no sé qué hacer, no queda más remedio que dejarla en el campero, cerca, a la casa de mi madre, darle algo de dinero por si le da hambre y que compre algo de ropa.
Por su parte la Mona queda admirada del hotel, de la habitación, del restaurante. Le parece un sueño estar disfrutando de tanta comodidad, duerme feliz.
La propuesta de la mañana no le gusta a la Mona, hace gesto en su rostro, como protesta: pero…bueno señor alcalde, aquí me quedo. 
Me sentí tranquilo, al llegar a casa de mi madre, por el cariñoso saludo de ella, a pesar de su fuerte temperamento. ¡Increíble! La perrita Luna me saluda con mucha alegría, pensé que me había olvidado en los tres años que no nos veíamos. 
Duramos mucho tiempo hablando con mi madre, le he contado uno por uno de mis sufrimientos, pero ella se enoja, por dejar perder mi trabajo, no le importa nada de la Mona, dice que la defienda un abogado, yo no. Le cuento lo del papá del niño hijo de la Mona, que me quería matar, por semejante injusticia, a mi mamá sólo le importo yo, nada lo de la Mona y yo que pensaba en la ayuda de mi madre y la lástima con la Mona, sentí tanta tristeza, era como si el viento hubiese arrastrado mis esperanzas e ilusiones  a rumbos desconocidos. Me despedí de mi madre. Ese cariñoso saludo del recibimiento de mi mamá quedó sumergido en la nada.
Llegó la hora de reunirme con la Mona, pero… ella… no está en el campero, ¡vaya sorpresa! Huyó…¿dónde  buscarla?, recorro a pie por el pueblo, preguntando a la gente si la han visto, nadie da razón, llega la noche, sin saber qué hacer, no sé, vuelvo preocupado al hotel, la habitación está bien arreglada. Resuelvo bajar al restaurante, está lleno de gente, casi no hay dónde sentarse, solo una silla al pie de una muy pequeña mesa, y esperar hasta que me atiendan, pedir algo de cena. Todas las meseras están vestidas con batas color azul cielo, gorros del mismo color, con encajes blancos, las mesas están bien decoradas. Ninguna de esas meseras me atiende, me distraigo viendo pasar gente Las meseras, son jóvenes, unas feas otras bonitas, resalta una mesera gorda y un poco de más edad. Pasan las meseras, llevan platos y platos con deliciosas comidas, “recuerdo un fragmento de la poesía “Qué triste es tener nueve años”de la niña de nueve años: “Bostezo y bostezo, viendo platos y platos pasar” nada es para mí, no aguanto el hambre ni el mal genio, hay que reclamar: Vaya! veo que la mesera gorda es la Mona, increíble! Me canso de llamarla, pero ella no responde,.... por fin se acerca y dice que ya tiene trabajo como mesera en el hotel, ¡A caramba! siento como un baldado de agua helada sobre mi cuerpo, late mi corazón… “La soledad me busca y me encuentra” 
Otra noche de desvelo, me hace mucha falta la compañía de la Mona, ella, merece progresar, ha sufrido mucho, no es bruta, es hábil, avispada, joven y bonita, la puedo ayudar, haré que estudie, que se vista bien, se peine bien, que vaya al gimnasio, que adelgace, que aprenda a hablar bien el castellano y que aprenda la lengua francesa, que trabajemos los dos en ese amplio campo donde vive el anciano su hija y los desplazados. Mañana la busco, le pido que renuncie al trabajo y prometo progresar con ella, construyendo chozas y sembrando plantas.
El canto de los pajaritos y el asomo del sol me indican un nuevo amanecer.
Suena mi celular… quién será? Alo….a buen día doctor Rodríguez… si? Está un poco molesto por no controlar el Proceso mediante la computadora, per, no tengo computadora, sólo celular, no obstante, me da buena noticia, el delincuente quedará 60 años en Carcel, Sí 60 años? Sí, quedará libre a la edad de 93 años. Qué bien doctor, gracias.
Bien Gustavo, nos vemos mañana en mi oficina para el pago de honorarios y expedir el paz y salvo.
Busco a la Mona, reparte desayunos, es difícil hablar con ella, pero al fin se puede.. Le comento  mis buenas intenciones para con ella, queda pensativa un buen rato, parece entusiasmada, luego pregunta ¿qué se puede hacer en ese campo donde viven los desplazados? 
Le respondo: Monita, de inicio pienso comprar una  casita prefabricada, de unos 60 metros de área, dejando espacio  para sembrar plantas,  !pos qué gueno, claro que sí señor alcalde.! Monita, no se dice “pos” se dice pues, pos da lo mismo, la gente entiende tuitico lo que hablo, tampoco se dice “tuitico” se dice: todo, Monita tienes que cambiar algunas palabras, decirlas bien, y porqué?, porque no hay que maltratar el lenguaje, hay que hablar bien y te puedo ayudar a corregir esas palabras mal dichas, ¿cuáles palabras? “endespues” se dice después, “gueno” se dice bueno, pero no hay afán Monita, te seguiré corrigiendo hasta lograr que hables bien, jue pucha a yo me gusta hablar como mis taitas, “pues” bueno intentaré cambiar. 
Dos días después Gustavo regala a la Mona una fresca y bella rosa rosada y dice: eres inteligente, aprendes rápido, mereces esta rosa, ya no dijiste “pos” dijiste pues, bien dicho. Ya verá Monita, lo mucho que podemos sembrar, claro con el permiso de los desplazados, en ese inmenso campo donde llegamos, no solo será trabajar para los dos, trabajaremos para todos, que los desplazados también progresen, pero antes hay que preparar la parte del terreno donde colocar la casa, tomar medidas, abrir zanjas y hoyos para tuberías, enterrar palos,  cables, hacer sifones y cementar unos sesenta metros, esas casas una vez que se propone venta las diseñan a gusto propio del comprador y en un día traen los materiales por la mañana y por la tarde la casa queda hecha. “Jue pucha” ¿así de gueno sumerce?  Perdón, así de bueno…Sí, pero hay que hacer un baño y cocina. Lo haremos, pero primero hay que reunirnos con los desplazados, para contarles todos nuestros planes, prometerles que si todo sale bien, ayudaremos a que ellos también tengan mejores casas que chozas. Pos, pues Sí señor alcalde, “buste”,  usted no es bruto, yo ayudo a construir la casa… no Mona los que la venden las construyen, pero usted sí puede ayudar a sembrar plantas que adornan la casa, “pos” pues sí yo sé sembrar señor alcalde, pero, dónde están las camas, cobijas, “tuitico” (jue pucha se me olvida corregir) lo que se necesita ¿o nos quedamos “puay” -por ahí- en el piso en una estera? No, Monita con la plata que tengo en el banco, ponemos los pisos, baños, estufa, tejas,  camas, cobijas y lo que se necesite. “Jue pucha” yo no tengo plata “pa” -para- mi cama… tranquila, yo compro las dos camas y ¿qué hago yo para merecer “tuitico” eso? Pues Monita ayudará al aseo de la casa, a cocinar, a sembrar plantas y seguir  corrigiendo tus palabras, no importa que se te olvide, poco a poco te acordarás, ya verá cuánto trabajo nos espera. Gueno señor alcalde haga lo que sea, a usted no le pegaré nunca en la jeta, cantaré mientras trabaje, “a yo” - a mí- me gusta, la música, el baile y la chicha… jajaja Monita eso me gusta, que sea alegre.
Bueno Monita, ahora mismo debemos hablar con el anciano y la hija. Tendremos que explicar los planes.   
 El anciano y la hija, reciben a Gustavo y a la Mona en su casa, los acomodan en una larga banca hecha de madera, escuchan las propuestas de Gustavo y la Mona, aceptan y les parece conveniente invitar a los vecinos desplazados a que se enteren de las propuestas. 
Todos, hombres y mujeres se presentan, asisten, escuchan las propuestas; a unos…. les parece bien, otros no se convencen por la parte económica. 
No cuentan con dinero disponible, para comprar casas prefabricadas, ni enseres, ni dinero en bancos, como Gustavo.
Gustavo comprende esas razones y cambia la propuesta, de construir casas, por  sembrar papa, aprovechando el clima frío del lugar y la extensa área del terreno. La Mona interviene:  eso si que es “jacil”,-facil- yo sé sembrar, “onde” yo vivía sembramos maíz, alverjas, yerbas, moras, duraznos. 
Gustavo dice: Tengo experiencia y conocimientos, soy agrónomo, sé estudiar varios tipos de tierras  prepararlas, para varias clases de siembras, alistar semillas, abonos y mucho más, como también, cuidados del ganado. La dicha es ver progresar el cultivo, cuidarlo, saber en qué fechas se debe sembrar, claro que se necesita dinero para comprar semillas, abonos, pagar a los trabajadores como la Mona que ya tiene experiencia. 
Si los cultivos florecen, asoman, crecen, y los vemos convertidos en papas, las podemos  lavar, negociar, cocinar y degustar.
¡Qué felicidad! -dice Gustavo- Jamás serás tierra del olvido, serás elogiada por todos, en poesía, canto y armonía musical. Te amamos y bendecimos querida tierra.
Empieza el entusiasmo de los trabajadores para sembrar las semillas de tubérculos y otras plantas. 
Mientras pasa un tiempo la Mona hace empanadas, las vende, el anciano ayuda  a  venderlas. 
Meses después  florece el cultivo de papa, las arvejas, el cilantro y las legumbres. 
Gustavo da órdenes de  lo que se debe hacer, cuida riegos y abonos, el anciano controla la constancia del trabajo, la hija del anciano hace cuentas de los gastos, la Mona ayuda a empacar los productos en venta. 
Los  desplazados venden las yerbas y las flores, pero uno de ellos, a todo se opone, pelea, grita, le dan órdenes y no  obedece, insulta a los trabajadores, no trabaja, ni deja trabajar, camina sobre las plantas para dañarlas, es insoportable.
Una vez florecido el cultivo, Gustavo ordena a los trabajadores estar pendientes del momento de recoger las papas. 
En las fechas de heladas preparan la tierra con varios tarros de aceite, aprovechando que el petroleo produce fuego. Al  encender los tarros los colocan en filas durante la noche y al amanecer la tierra ya no está helada. Todos querían sentir el helaje de la madrugada, sin importar el sacrificio del frío y esperar el amanecer, pero no se sintió la helada por la ubicación de la laguna  El sacrificio los indujo a beber licor y sonreír.
Al momento de extraer las papas ya están varios costales listos para empacar. De antemano Gustavo ya ha logrado contacto con los vendedores de papa en Corabastos. La venta es todo un trabajo, hay que madrugar desde las cuatro de la mañana, cargar los  bultos de papa en camiones, para llegar muy temprano a los almacenes de venta de papa. 
Los compradores de papas se abastecen con productos de buena calidad y  escogen papas perfectas, solas, nada de grupos de papitas con moñitos pegadas, no verdes, no muy pequeñitas, las pesan y devuelven las dañadas. Cuando están listas dicen ya valen y las pagan, lo que produce a los vendedores alivio, satisfacción, pago a los trabajadores y reparto de dinero a los desplazados. La lucha, el trabajo, las madrugadas, son sus triunfos convertidos en ánimo,  ilusión, beben cerveza, bailan y brindan por la venta de la papa. Sigue la selección de la papa Richi, es decir las pequeñitas como semillas para seguir sembrando en fechas posteriores. 
Listo amigos ... .Volvemos a sembrar papa ya se sabe el trabajo que nos espera, como también nos acompaña la ilusión de cambiar el ambiente, comprar casas prefabricadas, adornarlas y ver nuevo paisaje, menos hambre y nueva vida.
Cambia la vida de los desplazados, la de Gustavo y la Mona, ya con mejores casas, más dinero y más ilusiones de seguir progresando. 
El rebelde desplazado, es el único que se queda con la misma choza y sin dinero. Bien podrían los trabajadores pedir el desalojo al desplazado, para evitar que siga cometiendo maldades, sin embargo, no lo hacen, no obstante, ese mal tipo se aísla un día, sin anunciar su abandono.
La momentánea felicidad se suspende, se siente temor, por cuenta del desplazado rebelde, quien actúa siempre con maldad. Denuncia a sus compañeros desplazados, por  indebida ocupación del terreno, ante autoridades policivas, en el que aparecieron más de tres dueños de dicha tierra ocupada por los desplazados.
Se inicia el proceso de ocupación, fue variando, sin dueños, era un terreno baldío, no obstante, se extendía el tiempo indicado en el proceso al aclarar la realidad.
Los desplazados fueron representados por un buen abogado que llevó a cabo una buena respuesta a la denuncia policial, demostrando pruebas que mostraban el progreso de las tierras ocupadas por desplazados, como las siembras de papa, arvejas, yerbas y flores más la construcción de casas para cada desplazado.
No fue fácil, pero la paciencia superó la espera. Los hechos dieron lugar al reconocimiento de la labor de los trabajadores, la justa ley y la resolución, a favor de los desplazados.
Meses después, vuelve a desaparecer la felicidad, por amenazas de muerte de los paramilitares a los   desplazados, por no entregar elevadas sumas de dinero. El rebelde se ha integrado a ese grupo y es quien más amenaza diariamente.
La Mona iracunda propone defensa con armas : Yo sé disparar, así sacaba a los ladrones de mi casa… No, Monita, no es hacer lo mismo que ellos, ¡imposible! Eres única, ellos son muchos  malos, tú no… Pos señor alcalde, Yo soy “guena” con los guenos y mala con los malos, no soy boba… 
En ese preciso momento sonaron disparos,  sobre ventanas y puertas, ¡qué horror! ¿Qué hacemos? a escondernos debajo de las camas, gritos, llantos, oraciones, voces,... o damos dinero o nos matan. La Mona se atreve a salir con billetes en mano decidida a enfrentar al enemigo, si no lo callo con dinero, lo callo a palo a ese rebelde. 
Sin miedo, cuando ve al rebelde le dice: estúpido, veo que buste ni siquiera sabe disparar, si quiere le enseño pa que aprenda, larguese o yo lo mato. El rebelde sabe cómo es la Mona y se aísla. Casi todos los desplazados se sienten miedosos, quieren huir, que no los maten. La Mona les dice: cobardes miedosos ¿otra vez desplazados? No se preocupen, son solo amenazas, dicen que a tuiticos nos va a matar,  se las da de malo, pero es un cobarde, amenaza y se esconde. Para los desplazados el remedio es abandonar el peligroso lugar, aunque de tristeza. Pues a yo, que me maten aquí, no huiré, ustedes son miedosos, yo  denunciaré a esos paras, así como el rebelde traicionero  nos denunció, pediré ayuda a las autoridades. 
Monita deje de soñar, no se trata de simple pelea, las autoridades no nos defienden a nosotros, los “paras matan, secuestran, escriben donde quiera que hacen maldades con el letrero “Auce” así son protegidos, no hay castigo por sus maldades, por el contrario son premiados por los poderosos de esos grupos, pues señor alcalde eso era antes, ahora unas autoridades si dejienden… ¡Cómo vamos a perder nuestras casas, nuestro trabajo, como si juéramos pendejos! … Monita, fíjese que los desplazados huyeron, nada les pasó y aquí están vivos, sí vivos, pero jodidos y otra vez perseguidos, “gueno”  y porqué sólo habla el señor alcalde y todos los desplazados callados ¿tienen miedo? digan algo, hagan algo, el anciano dice: usted señorita Mona haga lo que quiera, los demás queremos vivir y tenemos que huir para que no nos maten.
Al atardecer aparecen cuatro hombres  con pasamontañas, sombreros, vestidos con una especie de túnicas negras, estan armados, pero no agreden, solo hablan, proponen que  les regalemos comidas, que cocinemos para ellos, que sembremos más, que vendamos  los productos y les demos el valor de las ventas a cambio de paz, no nos matarán, pero si no obedecemos nos llevan secuestrados al monte, sólo a las dos mujeres a los dos hombres les dan dos horas para huír.
El anciano y Gustavo huyen a una vereda, están asustados y preocupados.
 ¿Qué pasará con las dos mujeres? ¿Qué podemos hacer? Denunciar? No, es peligroso -dice el anciano- yo confío en las autoridades, -dice Gustavo- denunciemos. Gustavo- se nota que usted no sabe nada sobre estos problemas, yo sí sé los he vivido y sufrido en mi vida, esos bandidos matan si los denuncian, pero Gustavo podemos pedir ayuda a las autoridades, sin denunciar, sólo que controlen a mi hija y a la Mona,.... da lo mismo don Anciano, sigue el peligro, creo que es mejor que ellas cumplan con las órdenes de esos malos, nos comuniquen  por celular lo que va pasando, no es fácil, les quitan los celulares.
Don anciano, se me ocurre una idea: volver a dónde nos resolvieron la denuncia de ocupación, contar lo sucedido, el miedo que nos da denunciar el caso y pedir ayuda. Pues Gustavo, eso no es lo mismo que denunciar el caso ante esas autoridades?  No si advertimos que es un relato para pedir ayuda. No es tan fácil, pero hagámoslo. No fue posible, no nos atendieron ya que no tienen competencia para ello, nos indicaron la forma y el lugar donde denunciar y pedir ayuda.
El miedo nos impide denunciar. 
Pasaron días viviendo en casa de un amigo de don Anciano, sin saber nada sobre las dos atacadas.
Don Anciano no resiste más tiempo sin saber qué estará pasando, pierde el miedo y va solo a ver a su hija, pero qué encuentra? El cadáver del rebelde está envuelto en una sábana manchada de sangre ¿qué pasó? -pregunta don Anciano aterrado! La Mona no está, se halla hospitalizada, solo la hija del anciano, que se encuentra en shock, casi no puede hablar, lo mismo está don Anciano, no obstante, se controla llama a la policía, solicita auxilio, no demora la policía en llegar con médico, fotógrafos, camarógrafos, gente curiosa; se procede a lo que corresponde en dichos casos, al levantamiento del cadáver, se llevan a cabo todos los trámites correspondientes.
El caso pasa al juzgado penal de circuito. Don Anciano denuncia los acontecimientos desde lo ocurrido cuando fueron amenazados, desplazados por paramilitares, la llegada de Gustavo con la Mona al predio, los logros con ellos y los nuevos ataques cuando creían estar en paz, el juez escucha, continúa el proceso durante meses. Por fin se aclara cómo ocurrió la muerte del rebelde según relato de la hija del anciano
Una noche 13 de agosto, la Mona y yo servimos comidas para cuatro hombres que nos obligaban a servirles, entre ellos el rebelde, quien nos trataba con insultos, burlas y groserías, además esa noche nos querían violar, daban ordenrnes y por no obedecer nos pegaban, la Mona gritaba, quería defenderme, corrió  a la cocina y con un jarro de aluminio sacó caldo hirviendo de la grande olla y  lo mandó a la cara del rebelde; mientras este se quejaba, ella le quitó el arma y le disparó en la sien causándole muerte inmediata, los otros nos querían matar, pero la Mona seguía disparando, uno de ellos disparó en brazo derecho y hombro de la Mona. Yo también les mandé caldo caliente a los otros, ellos huyeron, yo me sentí desesperada  demasiado nerviosa, viendo el cadáver del rebelde, la Mona, sangrando, qué  hice? Envolví el cadáver con una sábana blanca, mientras la Mona sangraba, llamé una ambulancia y la dejamos hospitalizada, regresé y cuán grande sería mi consuelo, cuando vi llegar a mi padre, quien se preocupó y procedió a llamar la policía y denunciar el caso. 
La Mona sufrió detención preventiva durante unos meses de investigación y pruebas, según las cuales el juez consideró el caso como legítima defensa y concedió libertad a la Mona
Gustavo se entera de todo, vuelve a unirse con la Mona, el anciano y la hija, están más tranquilos por ayudas policivas, promesas del gobierno, publicidad de los medios de comunicación, noticias, ayudas, entrevistas, comentarios…
Enterado el presidente de la República colombiana de lo productivo que fue el trabajo agrícola en ese predio con el trabajo de los desplazados y la dirección de Gustavo, los reunió, los felicitó les abrió cuenta bancaria con bastante dinero para utilizar el total de la tierra, mandó  demoler las casas prefabricadas, dejar el total del predio para siembras de papa, arveja y más legumbres, ordenó mucha vigilancia.
A todos les dió buenas casas en buen barrio, los trabajadores felices trabajan sembrando en ese extenso campo. 
Todo se cumple en orden, la venta de los productos en cosechas se logra con expertos vendedores que exportan los productos a otros países, además se compran más tierras, el gobierno satisfecho por los resultados continúa ayudando más y más, a los trabajadores, hasta convertir esas tierras en múltiples cosechas de papas, ya, con nombre propio “LA PLAZA PRODUCTIVA” Se logra empleo, ventas al por mayor, calidad de vida, negocios importantes, cambios de propuestas, aumentos salariales, todo un éxito.
Cada trabajador vive en su cómoda casa, son premiados con viajes y aplausos por el mundo entero.
Gustavo, no oculta tanto tiempo su amor por la Mona, la conquista, la halaga con detalles amorosos, ella no entiende, piensa que él la ama como si fuese una hermana, a la que  quiere ayudar a progresar, pero, no imagina ni se da cuenta de que Gustavo está enamorado de ella. 
La Mona no acepta aprender francés, es difícil cambiar su lenguaje de campesina, su único cambio es adelgazar, hacer ejercicios, arreglarse bien, pero sin maquillaje ni peinados modernos. 
Como secuela de su estrés, por tanto sufrimiento queda la Mona con un tic en su ojo izquierdo, a la vez con un gesto en sus labios, como cuando se quiere mandar uno o varios besos, todo esto cuando el clima cambia de frío a calor, quienes la observan piensan que ella camina y manda besos a quienes la miran
 Ella también ha ocultado estar enamorada de Gustavo, lo ha vivido de manera silenciosa,  se emociona  cuando tropieza con los pies de Gustavo, o cuando se acerca,  pierde lentamente el equilibrio. 
Llega el irresistible  momento de manifestar el amor y es, cuando en uno de esos tropiezos Gustavo la abraza, la besa en los labios, le dice al oído: Mona, te amo, quiero que unamos nuestras vidas para siempre y produzcamos frutos de nuestro amor. Ella emocionada responde: Sí señor alcalde lo he amado desde el día que lo conocí, Monita, nada de señor alcalde, soy Gustavo, el amor de tu vida se abrazan y se besan con la emoción inmensa de un verdadero amor. 
Han pasado unos años, Gustavo y Sara están viviendo una relación maravillosa, tienen dos hijos fruto del amor.
La hija del anciano no logra un buen compañero, le importa más dedicarse al cuidado de perros y gatos, don anciano logró vivir hasta ciento dos años. 
Los desplazados, unos viajan por muchos países, otros continúan dirigiendo trabajos  en la “Plaza productiva” ya con sus hogares  e hijos bien organizados.
La familia aduladora e injusta con Gustavo queda en el archivo del olvido.
Los desplazados viven cómodos y felices.
Pero un momento, aún no termina la historia. 
Un día alguien toca la puerta de la residencia de Gustavo y la Mona. Ella ve por la ventana algo así como un inmenso bus azul y blanco, estacionado al frente de la casa, desciende una pareja con su bebé… vamos, vamos a ver de qué se trata -dice Gustavo.
¿No me reconoces? Dice el joven, no, pero algo  me dice que eres alguien querido, muy importante, porque  mi corazón se acelera, por favor, dime quién eres? quítate las gafas … Oh!!!…¡Eres Andrés, mi hijo!… Sí papá tu hijo.
Se abrazan, silencio, lágrimas de emoción, besos y palabras.
Padre, te presento a mi esposa y a mi hija, bella bebé- ¡Qué felicidad, abrazos y besos para la nieta y la nuera, Andrés, yo también te presento a Sara y a nuestros dos hijos.
Sara dice: sigan y les mostramos la casa, la sala, el comedor, las cuatro habitaciones, el estar de los niños, el parque, la laguna, y los paticos. Andrés agradece, los felicita por tan bella residencia.
Gustavo abraza a su hijo y comenta:
¡Vaya sorpresa, increíble!, tanto tiempo sin vernos, creciste, quedaste alto, sí papá mido como 1.84, soy papá y tú abuelo. 
La esposa de Andrés y la Mona dialogan sobre los hijos, Gustavo y Andres no paran de hablar de sus historias.
Andrés los invita a conocer su hermosa casa móvil.
Gustavo y la Mona invitan a Andrés y la esposa a que conozcan “La Plaza Productiva” el campo que floreció y sigue progresando, para que ellos se unan a continuar con los trabajos venideros, los conozcan y se integren a esta familia de desplazados y trabajadores. Andrés acepta y hace propuestas, que son elogiadas.
Todos unidos somos muy felices.
                    


 
 
 
 
 


 
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Foto del autor Lucy Reyes
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Descripción

Mini Novela, que trata de diferentes estados emocionales de los protagonistas.

Palabras Clave: tienda campero camino enferma calumnia.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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Raquel

Bellísimo relato de "Cada ser es diferente, y el nombre del personaje central del relato es nada más ni nada menos que "Gustavo",tan amable , tan grande su corazón, tan noble, amiga Lucy..¿ no será nuestro Gustavo amigo en esta página ??, es que tiene las mismas virtudes de Gustavo de esta hermosa novela. Un ser increíble que ayuda a gente del campo y no le importa las incomodidades que se le presenta; ayuda de corazón y también las comprende, a tal punto que cuando su hermana le pedía y hasta con insultos que deje ya de ayudar, que haga su vida, él hace todo lo contrario: lo que su corazón le dictaba . Y cuando ya había perdido su cargo de jefe de producción agrícola por abandono de trabajo , sintiéndose mal, sufriendo por ello, Gustavo busca el horizonte de su vida más que nunca porque estaba enamorado de . Enamorado de ese lugar y totalmente respetando t comprendiendo a la gente de Monita...Pasaban muchos sacrificios y sufrimiento, porque al perder su trabajo también perdía a su esposa, hijos y demás familia pero siguió adelante, más contento cuando pudo ver a su madre que no le reprochaba nada.El tema de los rebeldes fue tremendo y Mora los enfrentaba ante la frase "Soy güena con los Güenos y mala con los malos, no soy boba..."
A Gustavo no le molestaba la forma de hablar quienes vivían en el campo , ¡él se había enamorado , se casó con Mona , tuvieron hijos ..y ese hermoso final del encuentro entre padre e hijo que hacía una eternidad que no se veían: Gustavo con Andrés ,su hijo que se estrecharon en un profundo y fraternal abrazo , mientras que Mona esposa de Gustavo y la esposa de Andrés se deleitaban hablando de sus hijos :
Preciosa sita de Rubén Darío:
"Puede una gota de lodo, sobre un diamante caer;puede también de este modo causar fulgor oscurecer; pero aunque el diamante todo se encuentre de fango lleno , el valor que lo hace bueno, no perderá ni un instante y ha de ser siempre un diamante por más que lo manche el cianuro..". Precioso y muy halagüeño fue ler este relato, donde la gente sencilla se muestra con todo el esplendor de su corazón..Un gran abrazo Lucy..Espero y deseo hayas pasado UN FELI CUMPLEAÑOS. Tqm.RQ
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June 06, 2024
 

Lucy Reyes

Gracias Raquelita, pot tu tiempo y comentario, eres especial, todo lo comentas con sinceridad, aunque creo que el lenguaje campesino de este país, no es fácil entenderlo, no obstante tu lo entiendes y comprendes. No fue fácil para mí escribir esta novela, en otras me ha fluído de una, esta vez mi concentración no es como antes de la pandemia, escribo unos veinte minutos y no puedo más, así la escritura fue lenta.
El protagonista de la historia es un ser con muchas cualidades, como tú lo apreciaste, pero las cualidades de nuestro amigo Gustavo, van más allá. Tus cualidades Raquelita, son inumerables, te admiro mucho.
Escribir esta novela fue pasar por momentos impactantes de sufrimiento, tambien de felicidad con las cosechas de papa y los resultados, los que dejaron felices a los desplazados.
Un cariñoso abrazo Raquelita
Lucy

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June 07, 2024

Raquel

Mi admiración por ti también amiga y es mucho más de lo que expreso con palabras.Tqm.Rq
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June 10, 2024

Gustavo Adolfo Vaca Narvaja

“Incluso la noche más oscura terminará y el sol saldrá” (Victor Hugo)

Una historia interesante que abarca desde el inicio con una serie de experiencias individuales que hacen luego amistades y algo más, en el transcurso del tiempo. La miseria, el abandono, los desplazados, toda una temática social que duele y que también abarca a los dos personajes protagonistas en un recorrido interesante de luchas y agresiones, utopías y logros. Aun en todo el camino recorrido queda una historia de amor silenciado, que años más tardes por circunstancias de la vida misma les da la sorpresa y alegría del reencuentro. Buen relato, una historia que seguramente se repite a lo largo de ese territorio y que en este caso logra el éxito y progreso. Quiere decir que en la lucha por lograr el objetivo solo cuenta la valentía y la perseverancia.
Felicitaciones Lucy

Responder
June 05, 2024
 

Lucy Reyes

Mil gracias Gustavo, por tus excelentes comentarios completos desde el principio hasta el final, sin dejar algo en entredicho, todo lo analizas como debe ser con razones y verdades.
Hoy me emociona leer tu comentario, por ser un día muy especial para mí, es como recibir un gran regalo. Además pareciera que adivinas, que esta novela es despedida, es la última y pensé que pasaría desapersivida, no escribiré más novelas, tal vez cuentos cortos o pensamientos y no me cansaré de leer textos de mis amigos virtuales. gracias, gracias Gustavo.
Cordial saludo.
Lucy
Responder
June 06, 2024

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