Octubre 18 de 2021
Cierta vez, en un lejano pueblito de una nación en guerra, una madre lloraba sin consuelo la
muerte de su único hijo. Era tanto el sufrimento que ella sentía  que se le hacía pedazos el
alma de tanto llorar días tras días y ya no podía seguir soportando tanto dolor.
Entonces, envuelta en desgarrador llanto, decidió visitar a un hombre sabio, justo del que le
habían hablado mucho personas que ya lo conocían. Llegó hasta una campiña donde él vivía ,
tocó a su puerta, él se asomó. Ella le dijo:
"_Me han enviado hasta aquí para que tú me ayudes: qué oraciones tienes para devolverme a
mi único hijo que murió en la guerra ?  y era muy joven todavía.Yo ya no aguanto más este
dolor y quisiera acabar con mi vida pero me pidieron te sonsulte.__"
Este señor , en lugar de despedirla o razonar con ella ,le respondió:
__" Búscame una semilla de mostaza en una casa que nunca haya conocido la tristeza,
entonces usaremos esa semilla para arrojar afuera la tristeza de tu vida-_"
La señora madre, llorando llorando más que antes, se puso en camino en busca de esa
semilla mágica.
A la primera puerta que llamó era una gran mansión . Cuando la puerta se abrió , la señora
mamá preguntó: 
_" Estoy buscando una casa en la que nunca hayan conocido una tristeza, un dolor en el alma,
¿es éste el lugar?. Es muy importante para mí__" 
__"Ciertamente esta es la casa equivocada __". Le respondieron e inmediatamente comenzaron a describir todas las tragedias que ellos estaban pasando.
La madre se dijo para sí misma en voz muy baja: __"Quién mejor que yo para consolar
y ayudar a esta pobre y desgraciada familia, si al fin y al cabo yo conozco la tristeza__"
Pidió permiso a los dueños de la mansión para quedarse un tiempo con ellos , ofreciéndoles su
ayuda y le fue concedido , pero continuó buscando la casa que no haya conocido nunca
la tristeza. En todas las casas cuyas puertas ella tocaba al abrirles les preguntaba lo mismo
pero también escuchaba las mismas o más dolorosas historias de pena, de dolor, de desgracia. Se había dedicado tanto a consolar y ayudar a los demás sin darse cuenta que ya se había librado de su propia pena, de su propio dolor, aceptando la resignación y transformando sus penas en un sentimiento de paz , de sosiego, de amor hacia lo demás  quienes también sufrían sus propios dolores  por situaciones que atravezaban en sus hogares.
Tiempo despues la señora volvió al lugar de aquel hombre sabio para contarle lo que le había 
pasado, o sea que ya era otra persona que aceptaba el dolor en paz y fue ahí en ese momento
en el que ella se enteraba que este señor también  había perdido dos hijos en una guerra cruel.
La señora madre llegó a comprender que la búsqueda de La Semilla Mágica de mostaza en las
casas había arrojado el sufrimiento de su vida porque le permitió conocer el dolor de otras
personas, que no era ella la única que sufría.
No existen las excepciones en el padecimiento de cualquier tipo de dolor. No hay diferencia ni
de credo, ni de raza, ni de edades, ni económicos o culturales.¡No..!.No hay diferencias!. 
Los seres humanos estamos sometidos a cualquier dolor., porque la vida misma  tiene una
mezcla de sentimientos agradables y como así también de momentos difíciles como es uno de
los casos de perder lo más querido en la vida.
En cualquiera de estos casos es muy importante el compartir lo que sentimos o lo que nos
pasa.
La felicidad de cada persona no es un destino, sino que es la actitud con la que se viaja por la
vida entre la alegría y el dolor...                                   
                                             Raquel Cristina Zurita