Eres el templo
Publicado en Jun 16, 2014
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Eres el templo
al que mi juventud guarda tributo,
tu imagen basta para borrar el frío
y entonces la flor canta sus pétalos
en el suspiro nocturno del amor.
En ti encuentro la muerte ensoñadora,
la vida desbordada de espumas silvestres,
eres la resina tibia de mis palabras,
el holograma sublime de mi alma.
Y entonces eres flor, amor,
abriéndose a mis dedos, polen sagrado,
onirismo espeso en mis venas que te aman.
Eres el tótem
y habito en tus piernas de niña dulce, 
extendiendo mis dominios hacia ti, 
ciudad de ángeles desnudos, 
piel de rocío en las hojas del árbol de la vida.
Soy como un universo lamiendo tu entrepierna
en la catástrofe del silencio,
subiendo como enredadera por tu espina dorsal
en la recapitulación del poema.
Siento tu río de agua clara, 
en un sueño,
dibujando mi epitafio,
cuando las nubes desfilan en un tango
y yo te tengo y no,
fantasma erótico de lluvia de jazmines.

Eres el naufragio
de la raíz del diamante
húmedo en delirantes capullos silvestres
cuando te acuestas en mi alma
y abres tus piernas
permitiéndome contemplar el milagro
de la superioridad sobre cualquier dios.

Eres el deseo
y yo el poeta que desea rechinar tus caderas,
que busca sacar música a los rincones hipnóticos de tu cosmos.
Enraízame en tu lengua de reptil herido,
en tus letras de poetisa noctívaga.
Hazme parte de tu insomnio
de vocablos de humo zigzagueante
cuando tu mano en tu entrepierna
(tenazas guerreras de metafísica excitación)
evocan mitologías fálicas,
siente mi lanza astillada de estrellas
en un cuarto de espejos rotos
de una lucidez desbordada.

Eres la arquitectura
de un helénico incendio genealógico,
preñada de suspiros monolíticos
con los labios beligerantes del pecado
en la bruma paroxística de tu livianez.

Eres la ofrenda,
la danza y el sacrificio,
la metamorfosis de la oscuridad
cuando te encuentro en fuga,
en callejones sin luz
donde levando tu falda
y te penetro de fábulas y conjuros;
entonces contemplo tu belleza
como quien contempla una obra de artística
y caigo a tus pies
con las alabanzas apretadas en la lengua. 
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Foto del autor Getzemaní González
Textos Publicados: 157
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Descripción

Eres el templo al que mi juventud guarda tributo, tu imagen basta para borrar el frío y entonces la flor canta sus pétalos en el suspiro nocturno del amor. En ti encuentro la muerte ensoñadora, la vida desbordada de espumas silvestres, eres la resina tibia de mis palabras, el holograma sublime de mi alma. Y entonces eres flor, amor, abriéndose a mis dedos, polen sagrado, onirismo espeso en mis venas que te aman. Eres el tótem y habito en tus piernas de niña dulce, extendiendo mis dominios hacia ti, ciudad de ángeles desnudos, piel de rocío en las hojas del árbol de la vida. Soy como un universo lamiendo tu entrepierna en la catástrofe del silencio, subiendo como enredadera por tu espina dorsal en la recapitulación del poema. Siento tu río de agua clara, en un sueño, dibujando mi epitafio, cuando las nubes desfilan en un tango y yo te tengo y no, fantasma erótico de lluvia de jazmines. Eres el naufragio de la raíz del diamante húmedo en delirantes capullos silvestres cuando te acuestas en mi alma y abres tus piernas permitiéndome contemplar el milagro de la superioridad sobre cualquier dios. Eres el deseo y yo el poeta que desea rechinar tus caderas, que busca sacar música a los rincones hipnóticos de tu cosmos. Enraízame en tu lengua de reptil herido, en tus letras de poetisa noctívaga. Hazme parte de tu insomnio de vocablos de humo zigzagueante cuando tu mano en tu entrepierna (tenazas guerreras de metafísica excitación) evocan mitologías fálicas, siente mi lanza astillada de estrellas en un cuarto de espejos rotos de una lucidez desbordada. Eres la arquitectura de un helénico incendio genealógico, preñada de suspiros monolíticos con los labios beligerantes del pecado en la bruma paroxística de tu livianez. Eres la ofrenda, la danza y el sacrificio, la metamorfosis de la oscuridad cuando te encuentro en fuga, en callejones sin luz donde levando tu falda y te penetro de fábulas y conjuros; entonces contemplo tu belleza como quien contempla una obra de artística y caigo a tus pies con las alabanzas apretadas en la lengua.

Palabras Clave: Eres el templo al que mi juventud guarda tributo tu imagen basta para borrar el frío y entonces la flor canta sus pétalos en el suspiro nocturno del amor. En ti encuentro la muerte ensoñadora la vida desbordada de espumas silvestres eres la resina tibia de mis palabras el holograma sublime de mi alma. Y entonces eres flor amor abriéndose a mis dedos polen sagrado onirismo espeso en mis venas que te aman. Eres el tótem y habito en tus piernas de niña dulce extendiendo mis dominios hacia ti ciudad de ángeles desnudos piel de rocío en las hojas del árbol de la vida. Soy como un universo lamiendo tu entrepierna en la catástrofe del silencio subiendo como enredadera por tu espina dorsal en la recapitulación del poema. Siento tu río de agua clara en un sueño dibujando mi epitafio cuando las nubes desfilan en un tango y yo te tengo y no fantasma erótico de lluvia de jazmines. Eres el naufragio de la raíz del diamante húmedo en delirantes

Categoría: Poesía

Subcategoría: Romántica


Derechos de Autor: Getzemaní González Castro

Enlace: http://getzemanigonzalez.blogspot.mx/


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